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La etapa de crecimiento económico moderno, que comprende los últimos dos siglos, ha coincidido
cronológicamente con una gran transformación de las pautas de comportamiento de la población
mundial. El origen de ambas transformaciones es el significativo incremento del PIB característico
de esa etapa, que ha permitido, simultáneamente:
-Que se produzca un aumento sin precedentes de la población mundial.
-Elevar el nivel de vida de esa población en aumento (Aumento del PIB).
La primera fase de dicha transición se caracteriza fundamentalmente por una caída de las tasas de
mortalidad, con el aumento consiguiente de la esperanza de vida.
A media que se adentran en el régimen demográfico moderno nos encontramos con la segunda
fase.
Para ofrecer una aproximación más fiel al comportamiento real de las migraciones han aparecido
nuevas contribuciones teóricas, menos mecánicas y con mayor capacidad explicativa.
- Son menos frecuentes y menos intensas las migraciones de carácter internacional. Dentro
de éstas predominan las que se producen entre países próximos, que pertenecen a una
misma región (emigración intra-regional).
Efectos positivos:
- Llegada de contingentes demográficos particularmente interesantes (población joven y
formada).
- Mejora la estructura de la pirámide de población. Se reduce el envejecimiento y los
problemas asociados a él.
- Se trata de población dispuesta a asumir condiciones de trabajo más duras y a percibir
menores retribuciones. Permite aumentar la competitividad.
Efectos negativos.
- La llegada de un contingente de población dispuesto a trabajar en condiciones más duras
deteriora las condiciones generales del mercado de trabajo de destino.
- Las características étnicas, culturales o religiosas de los emigrantes pueden provocar
fricciones e incluso actitudes contrarias a la emigración.
b. Sobre los territorios de origen de la emigración.
Efectos positivos:
- Ingresos procedentes de las remesas emigrantes.
- Posibilidad de retorno de los emigrantes, con mayor formación y espíritu emprendedor.
- Quedan libres puestos de trabajo para los que deciden permanecer.
- Se libera presión demográfica. Más posibilidades de aumento de la renta per cápita.
- Mejora la estructura de la pirámide de población.
Efectos negativos.
- La población que se le emigrar es la más interesante desde un punto de vista demográfico.
- Se generan comportamientos rentistas y acomodaticios.
- Fragmentación de las familias, aumento de la desigualdad.
Los recursos naturales son muy importantes para la actividad económica. Cumplen, en relación con
ésta, al menos cuatro funciones:
Algunas de estas funciones suelen tener un precio de mercado, pero muchas otras funciones no
poseen una valoración monetaria, al no existir mercado. La ausencia de éste hace que los
fenómenos medioambientales no puedan abordarse con facilidad a través del análisis económico
convencional (la economía neoclásica), lo que conduce a alternativas como:
Las externalidades pueden ser positivas (la generación de oxígeno por una explotación
forestal) y negativas (la utilización de una tecnología productiva contaminante).
Principales puntos de divergencia con la economía ambiental:
1. Carece de sentido extender el ámbito de aplicación de la economía, utilizando
nociones como la externalidad o bien público.
2. El medio ambiente no es susceptible de valoración monetaria, como la que
propugna, a través de diferentes métodos, la economía ambiental.
- La economía ecológica. Es una ciencia que estudia la viabilidad en términos de
sostenibilidad del modelo económico, a través de los flujos de materiales, energía y
residuos que se necesitan. Parte de la idea de que no se puede ofrecer un valor monetario
de lo que, por sus características, tiene aspectos que no son susceptibles de valoración.
No tiene sentido, por tanto, extender el ámbito de aplicación de la economía, sino incluir el
pensamiento económico en un cuerpo de conocimiento más general, aunque sea una
propuesta muy difícil de aplicar en la práctica.
Volviendo a los recursos naturales, conviene tener en cuenta que su trascendencia económica varía
mucho dependiendo de qué tipo sean. Para abordar este problema suele analizarse por separado la
incidencia de diferentes categorías de recursos naturales. Una de las tipologías más sencillas y más
utilizadas distingue entre:
ii. Minerales no energéticos. Países como China o India están ejerciendo una gran
presión sobre su oferta.
b. Ambientales:
- De ciclo: el agua o el aire o el suelo.
- De aporte: el viento, la luz solar o las mareas.
Salvo para quienes confían en el avance hacia una economía “desmaterializada” parece claro que a
lo largo de la etapa de crecimiento económico moderno la utilización de recursos naturales ha sido
creciente, lo que ha provocado un incremento continuo de la presión sobre éstos.
Los principales responsables de esa presión son los países desarrollados. A mediados del siglo XX
se produjo un importante cambio en esa presión. Se inició una transición desde modelo basado en
la utilización de biomasa y fuentes de recursos renovables, hacia un modelo apoyado en la
extracción y adquisición masiva de recursos no renovables que, por definición, son agotables.
En el caso de las economías desarrolladas, el nuevo modelo ha funcionado con cargo a los propios
recursos, pero, sobre todo, gracias los recursos procedentes del resto del mundo. En el caso de la
energía, esto ha sido posible gracias a décadas de energía fósil abundante y barata (carbón y,
sobre todo, petróleo). Uno de los mecanismos que ha permitido consolidar este sistema (un modelo
de economía de la adquisición) ha sido el comercio internacional. A través de él se compensa la
gran asimetría que existe entre los territorios de extracción y los de utilización de sustancias como el
petróleo, el gas, o numerosos minerales no energéticos.
Acontecimientos como los señalados han avivado la polémica sobre los límites del crecimiento,
que ya existía prácticamente desde el inicio del crecimiento económico moderno. En el aumento de
esa polémica pueden destacarse hitos importantes:
- Años 70: La crisis del petróleo y la publicación del Primer Informe del Club de Roma.
- Años 80: La publicación del informe “Nuestro futuro común”.
- Años 90: La celebración de la Cumbre de Rio (1992) y de la Cumbre de Kioto (1997)
De todos esos acontecimientos, merece una mención especial la publicación del Informe
Brundtland, del que surge el concepto de “desarrollo sostenible” (la estrategia de desarrollo
capaz de “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad
de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”).
La forma concreta de concebir la sostenibilidad a partir de este concepto ha dado lugar a numerosos
debates. Esos debates se trasladan también a la forma de medir esa sostenibilidad.
4.3. Los problemas medioambientales globales. Una referencia especial al cambio climático.
En la situación actual, las relaciones entre naturaleza y sociedad provocan problemas importantes.
Según el contexto al que afecten, pueden ser:
- Nacionales.
- Internacionales.
- Globales.
Los más importantes para la economía mundial son estos últimos (los problemas
medioambientales globales). Son aquellos que tienen efectos sobre toda la población mundial,
independientemente del lugar en que se generen. Los que encajan mejor con esa definición y tienen
una mayor relevancia son:
Podría no obstante, ampliarse la lista, incluyendo otros limites planetarios, como, por ejemplo:
-La acidificación de los océanos.
-La contaminación producida por nuevos materiales.
-El cambio en los flujos bioquímicos.
Como ocurre con cualquier cuestión que afecte al medio ambiente, estos problemas no pueden
abordarse con facilidad a través del análisis económico convencional, pero sí a través de la
economía ambiental y la economía ecológica.
Los esfuerzos que se han realizado para hacer frente a los problemas medioambientales globales
son bastante recientes, y siguen, en general, un planteamiento propio de la economía
medioambiental: los problemas medioambientales se abordan como externalidades, asumiendo que
la diversidad biológica, el mantenimiento de las temperaturas o la conservación de la capa de ozono
pueden tener la consideración de bienes públicos.
Los primeros resultados importantes de ese tipo de cooperación no llegaron hasta el inicio de los
años setenta del siglo XX. Se trata de un contexto favorable, relacionado con acontecimientos como
los señalados en el apartado anterior.
Con la excepción del Protocolo de Montreal (1985) que puso medidas para conservar la capa de
ozono, las iniciativas más importantes datan de los años noventa del siglo pasado, y se adoptaron a
raíz de la Cumbre de Río y de la Cumbre de Kioto. Los acuerdos más importantes a los que han
dado lugar son:
Existe un consenso generalizado (respaldado por los informes del Panel Intergubernamental
sobre Cambio Climático, IPCC) sobre la existencia de un aumento de la temperatura media
del planeta en las últimas décadas, así como sobre la relación entre ese fenómeno y la
actividad humana. La causa directa es el incremento en la atmósfera de gases “efecto
invernadero” (GEI). El CO2 es el gas que más contribuye a este fenómeno y está
íntimamente relacionado con el uso de energía y la quema de combustibles fósiles.
Los primeros compromisos sobre la posibilidad de iniciar medidas del tercer tipo se
alcanzaron en la Cumbre de Río. Se propuso concretamente, aunque en términos genéricos
y sin carácter vinculante, la conveniencia de recuperar el nivel de emisiones de CO2 de
1990.
Existen, según el IPCC tres alternativas para hacer frente al problema:
a) La adaptación.
b) La compensación.
c) La mitigación.
- Se decidió reducir las emisiones de CO2 respecto del nivel que alcanzaban en 1990 a un
intento de reducirlas en torno a un 5%.
- Se concretaron límites de emisión por países (Anexo 1 del Protocolo de Kioto).
- Se decidió que los compromisos de reducción fueran vinculantes.
- 1. La existencia de países que, por diferentes motivos, no asumían los costes que supone
reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
En diciembre de 2015, se celebró en París la 21ª Conferencia entre las Partes del Convenio Marco
de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 21), de la que surgió un acuerdo que
sustituye al Protocolo de Kioto, y que entrará, en principio, en vigor en el año 2020.
El cambio más importante respecto de este Protocolo consiste en eliminar el carácter vinculante de
las reducciones de emisiones de Gases de Efecto Invernadero por países. Este cambio es como
una concesión a Estados Unidos.