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SISITEMAS DE
COMUNICACIÓN EN ALUMNOS CIEGOS Y SORDOS.
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. DEFICIENCIA VISUAL
2.1. CONCEPTO
2.2. CLASIFICACIÓN
4. DEFICIENCIA AUDITIVA
6. CONCLUSIONES
7. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN
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esto no siempre ha sido así, si no que ha sido el fruto de una reconceptualización de la
Educación Especial en general y de la atención a las necesidades educativas especiales (NEE)
en particular. Así, esta escolarización ordinaria del ACNEE ha supuesto poner en marcha en los
centros medidas de, reorganización de recursos, acondicionamiento de espacios,
reestructuraciones en el tiempo y adaptaciones en el currículo para hacer posible el nuevo
paradigma de escuela inclusiva.
Consideramos que el tema que nos ocupa es muy importante en la labor del profesional de
orientación, siendo sus actuaciones prioritarias respecto a este alumnado, las siguientes:
o La realización de la evaluación psicopedagógica, informe psicopedagógico y dictamen
de escolarización regulado en nuestra comunidad por la Orden 1152/2010 de 3 de
agosto y por la Orden 1603/2009 de 20 de julio. Esta evaluación es fundamental para
valorar convenientemente las necesidades educativas derivadas del déficit y planificar
una respuesta lo más ajustada posible (adaptaciones de acceso, adaptaciones
curriculares significativas, necesidad de atención por el equipo de la ONCE…).
o El asesoramiento organizativo y curricular al equipo directivo y profesorado para la
atención de estas NEE.
o El asesoramiento psicopedagógico a las familias del alumnado con discapacidad
sensorial.
o La orientación vocacional y el asesoramiento individualizado al alumnado con
discapacidad sensorial.
2. DEFICIENCIA VISUAL
El déficit visual es el estado patológico del sentido de la vista que se basa en dos
parámetros básicos considerados aislada o conjuntamente: la agudeza visual y el campo de
visión.
- La agudeza visual, por un lado, es la habilidad para discriminar detalles finos en
objetos a una distancia determinada. Para determinar la agudeza visual se utilizan
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los optotipos o láminas que contienen letras o dibujos cuyo tamaño va disminuyendo
progresivamente.
- Y el campo de visión, por otro, es el espacio o ángulo de visión que puede alcanzar
cada ojo.
Para la ONCE, una persona ciega es aquella que no consigue tener con ninguno de sus dos
ojos una agudeza visual superior a 1/10 según la escala de Weecker, o cuyo campo visual se
encuentre reducido en, al menos, un 90%.
Desde un punto de vista educativo podemos distinguir dos tipos de alumnado según el
grado de restricción visual, ambos funcionalmente diferentes y que requerirán intervenciones
educativas diferenciadas:
a) Por un lado, el alumnado ciego o invidente, que es aquel que carece por completo de
visión o que tan solo perciben la luz, volúmenes o colores que les ayuda a orientarse,
pero que no pueden acceder a la lectoescritura en tinta y por tanto aprenderá
mediante el sistema Braille.
b) Por otro lado, el alumnado deficiente visual o con hipovisión, es aquel que, pese a su
grave disminución de visión, cuenta con un resto de visión aprovechable y es capaz de
acceder a la lectoescritura en tinta con los apoyos convenientes.
Para identificar las NEE asociadas a la deficiencia visual del alumno, llevaremos a cabo la
evaluación psicopedagógica. La evaluación se centrará en las características del alumno,
insistiendo en aspectos especialmente relevantes como la orientación y la movilidad (Pilar
Aguirre, 2008), y del contexto escolar familiar y social en el que se desenvuelve.
o Respecto a las características individuales a evaluar: será importante valorar el resto
visual, discriminación de luces y sombras, diferenciación de formas, percepción del
movimiento y color o su capacidad de atención visual. También deberemos valorar su
desarrollo socioafectivo, nivel de autonomía, funcionamiento cognitivo y lingüístico,
competencia curricular y estilo de aprendizaje. La habilidad de orientación y movilidad
es muy importante y se puede valorar mediante instrumentos específicos tales como
el Peabody, Proyecto Oregón para niños ciegos preescolares o las Escalas de
orientación y movilidad de Straw y colaboradores.
o Respecto al contexto escolar, familiar y social: valoraremos la existencia de barreras
arquitectónicas en el centro, el tipo de mobiliario del aula , organización ambiental,
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sobreprotección familiar o el conocimiento de sistemas alternativos de comunicación
en la familia o el entorno, entre otras.
Como hemos dicho, de todo este proceso se derivan las NEE del alumno o alumna, siendo
las más comunes las siguientes:
o Necesidad de contar con servicios de apoyo y recursos personales especializados
Algunos de los recursos existentes que podemos utilizar para facilitar el acceso a la
información y por lo tanto a la comunicación de los alumnos con resto visual a través del
sentido de la vista, siguiendo la categorización establecida por la ONCE, son:
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1) Ayudas ópticas, referidas a aquellas que aumentan el tamaño de las imágenes
mediante algún tipo de lente; como, por ejemplo, las gafas o los telescopios.
2) Ayudas electrónicas, referidas a aquellas que aumentan el tamaño de las imágenes de
un monitor. Por ejemplo, telelupa, programas de ampliación de la pantalla del
ordenador…etc.
3) Ayudas no ópticas, referidas a aquéllas que favorecen la utilización del resto visual o
que potencian el rendimiento visual junto a las ayudas ópticas y electrónicas. Por
ejemplo: atriles, mesas de trabajo reclinables para evitar errores posturales,
tiposcopio, condiciones especiales de iluminación y contraste, cuadernos pautados,
folios de colores, libros en macrotipos o rotuladores gruesos.
4. DEFICIENCIA AUDITIVA
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o Sordera severa: que supone una pérdida de 70 a 90 dB. El alumno puede identificar
algunos ruidos, pero su habla suele ser poco inteligible. La intervención logopédica
será sistemática.
o Sordera profunda: que supone la pérdida de más de 90 Db por la cual el alumno no
percibe el habla articulada, no adquiere el lenguaje oral de manera espontánea y
utiliza la lectura labial. Requiere de una intervención especializada.
o La cofosis (anacusia) es la pérdida total de la audición por motivos genéticos
(malformaciones). Es una patología poco común ya que incluso en las sorderas
profunda se siguen conservando algunos restos auditivos.
De esta manera, algunas de las NEE más frecuentes del alumnado con discapacidad auditiva
son:
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o Necesidad de disponer de una experiencia directa con el medio y mayor información
relacionada de las situaciones.
o Necesidad de mejorar y reforzar la identidad personal y la autoestima.
o Necesidad de incorporar un repertorio adecuado de habilidades sociales que faciliten
su comunicación interpersonal e integración social
Una vez identificadas las necesidades de este alumnado, se procederá a incluirle como
alumnado ACNEE en el fichero de datos ATDI regulado por la INSTRUCCIÓN de 9 de Julio de
2015 modificada por la INSTRUCCIÓN de 24 de agosto de 2017 de nuestra comunidad, dentro
de la tipología “discapacidad auditiva”, en la categoría que le corresponda (“hipoacusia media,
severa, profunda o cofosis”)
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c) Entrenamiento en lectura labial.
La lectura labial fue propulsada por el médico inglés J. Bulwer y entendida como
“audición visual”. Consiste en leer los labios del que habla teniendo en cuenta la expresión de
todo el rostro.
En su aprendizaje se dan dos procesos: por un lado, la lectura globalizada,
reconociendo el mensaje de manera general a partir de ciertos movimientos articulatorios y
por otro, la lectura sintética, reconociendo cada palabra a partir del análisis de dichos
movimientos. Es un proceso complejo cuyo rendimiento está condicionado por factores
personales y por factores ambientales.
Dentro del entrenamiento en lectura labial debemos destacar el sistema de Palabra
Complementada (PC), ideada por Cornett en 1965 y definida como un complemento o ayuda a
la lectura labial destinado a evitar las confusiones que se dan entre fonemas que tienen el
mismo punto de articulación. Utiliza distintas posiciones de los dedos de la mano cerca de la
boca, para indicar grupos de consonantes y distintas alturas de la mano para indicar grupos de
vocales.
d) Escritura.
La escritura también puede considerarse un método oral. Es un proceso diacrónico y sucesivo
(letra a letra) que nos puede servir para fijar mejor el lenguaje ya trabajado de forma hablada
y contribuir, de ese modo, a la adquisición del léxico y de las estructuras lingüísticas.
5.2. SISTEMAS BASADOS EN LENGUAJE GESTUAL.
Se tratan de lenguajes alternativos al lenguaje oral con sus propias características, que
considerados como propios por todas las comunidades de sordos y que, por su carácter visual,
adquieren con mayor naturalidad.
a) Dactilogía o deletreo manual: Consiste en el deletreo manual de cada palabra, letra a letra.
Tiene la ventaja de ser muy preciso y el inconveniente de la lentitud y de que exige conocer la
palabra escrita para quien lo emite. Se recurre a ella para deletrear palabras nuevas o
nombres propios sin signo.
b) Lenguas de Signos: Se definen como idiomas con valor lingüístico, reglas y estructuración
propia. Disponen de reglas morfosintácticas codificadas a través de determinados
movimientos de las manos para indicar palabras, el empleo del espacio, el movimiento y la
expresión facial.
5.3. SISTEMAS MIXTOS
Como hemos visto, existe una gran variabilidad entre las personas sordas o ciegas que
depende de diversos factores, de ahí la importancia de dar una respuesta adecuada y ajustada
a la realidad de cada alumno con algún tipo de déficit sensorial. En ambos déficits, el uso de
sistemas de comunicación alternativos y complementarios pueden minimizar los problemas
de comunicación y mejorar el aprendizaje de estos alumnos.
La actitud que debemos adoptar ante el alumnado con discapacidad sensorial debe ser
normalizadora, aceptando las características peculiares en su modo de recibir la información
para, mediante una intervención educativa adecuada, favorecer su desarrollo psicológico y
acercarnos un poco más al paradigma de inclusión educativa en los centros. Este modelo de
escuela inclusiva (Ainscow, 2001) supone no tener que integrar a nadie, porque todos forman
parte de ella: una escuela abierta en la que las diferencias suponen un elemento
enriquecedor. En el desempeño de nuestro papel como profesionales de la orientación
educativa, tenemos la responsabilidad de contribuir a cumplir los objetivos de esta escuela
inclusiva para posibilitar una participación óptima de todo el alumnado con algún tipo de
discapacidad y en particular del alumnado con discapacidad sensorial.
7. BIBLIOGRAFÍA
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