Abuela, nos has enseñado a vivir una vida llena de amor, sonrisas y besos.

Con buenas palabras para todos y resaltando siempre el lado bueno de las
cosas.
Hemos crecido arropados por ese amor tan especial que siempre has sentido
por los más pequeños.
Sentarnos a tu lado en el sofá para contarte nuestro día a día nos ha llenado
siempre de paz y tranquilidad. También hemos disfrutado mucho de tu buen
sentido del humor, ese humor especial que solo los que hemos vivido contigo
entendemos.

GRACIAS por mirarnos siempre con esos ojos llenos de cariño, por hacernos
sentir tan especiales solo por ser tus hijos, tus nietos y biznietos.
GRACIAS por tu paciencia, por enseñarnos mil canciones y refranes. Por las
horas que has pasado con nosotros jugando a las cartas, siendo tan generosa
que incluso en el julepe regalabas las bazas a tus yernos y las ganancias a tus
nietos.
GRACIAS por endulzarnos la vida dejándonos ir siempre a la despensa a por
chocolate y gracias también por habernos regalado las mejores morcillas del
mundo. Ya no nos gusta cualquiera, y tu receta, de amor, se quedará para
siempre con nosotros.

En definitiva, GRACIAS por toda una vida dedicada a tu familia.

Sabemos que esto NO es una despedida, pues nos has dejado un recuerdo tan
profundo y maravilloso que siempre estará vivo en nuestros corazones.
Te queremos abuela.