0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
9 vistas2 páginas
La ley de alquileres de 2020 provocó una retracción en la oferta de viviendas para alquilar y una crisis en el mercado. Se propone una nueva ley para dar certidumbre y seguridad jurídica, expandir la oferta, y servir como punto de partida para una reforma integral que equilibre los derechos de propietarios e inquilinos.
La ley de alquileres de 2020 provocó una retracción en la oferta de viviendas para alquilar y una crisis en el mercado. Se propone una nueva ley para dar certidumbre y seguridad jurídica, expandir la oferta, y servir como punto de partida para una reforma integral que equilibre los derechos de propietarios e inquilinos.
La ley de alquileres de 2020 provocó una retracción en la oferta de viviendas para alquilar y una crisis en el mercado. Se propone una nueva ley para dar certidumbre y seguridad jurídica, expandir la oferta, y servir como punto de partida para una reforma integral que equilibre los derechos de propietarios e inquilinos.
La última ley de alquileres que entró en vigencia el 1 de Julio de 2020,
nos trajo a un presente de necesidad urgente de revisión. Estas complicaciones, que fueron agravadas con ideas absurdas como expropiaciones, control de precios, cepo cambiario o tan solo considerar medidas impositivas como el impuesto a la vivienda ociosa y sumado a los miles de cambios fiscales, afectaron a todos los partícipes del mercado de alquileres; propietarios, inquilinos, constructores, desarrolladores, corredores inmobiliarios y al estado. La ley original intentaba proteger a los inquilinos y terminó provocando un efecto no previsto que fue una fenomenal retracción en la oferta, lo que hace que hoy en día sea extremadamente difícil conseguir una vivienda para alquilar. O si se consiguiese, se consigue dolarizada o con aumentos mensuales. Esto no es un fenómeno aislado, ha sido una sucesión de malas medidas donde el contexto económico inflacionario, la falta de actualización de precios de alquiler y la pérdida del poder adquisitivo de los inquilinos, terminó por implosionar en una crisis que culmino con el retiro de propiedades del mercado y personas que no pueden alquilar. Además de ello, el inquilino ha visto fugarse sus esperanzas de ser propietario, donde estamos viendo créditos hipotecarios que ya no existen. En un escenario donde cada vez resuenan mas teorías como doctrina del esfuerzo compartido, imprevisión y tantas otras, debemos ser absolutamente sinceros tanto con los propietarios como con los inquilinos y el resto de agentes del mercado. Aprobar este dictamen, no debe tomarse como una solución permanente, sino que busca dar un manto de certidumbre y seguridad jurídica, para un mercado pulverizado. Lo entendemos como un punto de partida para restaurar la confianza del mercado de alquileres, en el afán de desplegar la mayor cantidad de oferta. Pero debe ser interpretada, solo como el punto de partida para una reforma mas integral y profunda de todo el capitulo de locaciones del Codigo Civil y Comercial, donde debe primar un equilibrio de la defensa de la propiedad privada, la primacia de la autonomía de la voluntad y la libertad de contratacion
Con la nueva ley se buscaría hacer una expansión de la oferta de
viviendas para que más personas puedan acceder a los alquileres. No es el mejor proyecto de ley, a raíz de la creciente inflación y por el aumento cada 4 meses, pero da un margen de certidumbre para los contratos nuevos que se vayan a celebrar y que pueda generar una expansión de la oferta.