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Ciudadanía competencia ciudadana

Yineth Tatiana Mosquera Moreno

Servicio Nacional De aprendizaje SENA

Floralba Penagos

11- Febrero-2024

CIUDADANIA COMPETENCIAS CIUDADANAS

Los ciudadanos de un país deben de ser


educados siempre en consonancia con la
constitución: por ejemplo el carácter
democrático engendra la democracia. Es
necesario que Las cosas comunes sean objeto
de un ejercicio común. Y al mismo tiempo,
tampoco debe pensarse que ningún ciudadano
se pertenece asi mismo, sino todos a la ciudad,
pues cada ciudadano es una parte de la ciudad,
y el cuidado de cada parte está orientado
naturalmente al cuidado del todo.
constituye una importante incitación para
reflexionar un tema tan actual para Colombia,
cuyas cifras de pobreza, exclusión, violencia,
desarraigo, desigualdad, injusticia y vulneración
de derechos crecen cada día más, sobre todo en
poblaciones que tienen algunas características
particulares como su pertenencia a grupos
étnicos, a poblaciones campesinas, a
comunidades en situación de desplazamiento,
habitantes de barrios marginales de las pequeñas
y grandes ciudades. Por ello, en este texto
pretendemos aproximarnos a esta discusión a
partir de los principales enfoques que orientan
los modelos de ciudadanía en la actualidad,
teniendo como referencia la situación de nuestro
país.
Objeto de la ley. La educación es un proceso de
formación permanente, personal cultural y social
que se fundamenta en una concepción integral de la
persona humana, de su dignidad, de sus derechos y
de sus deberes.
El aporte en la construcción de una cultura política
para la democracia y el conocimiento de las
instituciones y la dinámica política es que a su vez
articulan las nociones de constitución, democracia y
educación cívica.
la necesidad latente de ampliar los marcos
epistémicos, éticos, políticos y económicos desde los
cuales comprendemos y agenciamos la construcción
de ciudadanos y ciudadanías en nuestro país. A la
base de esta necesidad aparece el impostergable
compromiso de reconocer nuestra historia híbrida,
nuestro contexto sociohistórico, nuestras
limitaciones y potencialidades, nuestros marcos
jurídicos y simbólicos, nuestros saberes, discursos y
prácticas en torno a lo que consideramos ciudadano
y ciudadanía. Entender que no podemos agrupar
bajo las mismas categorías ni observar bajo las
mismas lentes a los campesinos y a los indígenas, a
los afrodescendientes y a citadinos, a las mujeres y a
los jóvenes, a los niños y a los adultos, puesto que
sus biografías peculiares han sido únicas y a
identidades diversas que desbordan las márgenes
del tiempo cronológico y las limitaciones de sus
contextos. la generación comparte la
responsabilidad de crear las condiciones favorables
para que la ciudadanía sea mucho más que una
condición que, de forma externa y controlada, nos
es asignada para cumplir normas y funciones dentro
de una sociedad. Las competencias ciudadanas se
enmarcan en la perspectiva de derechos y brindan
herramientas básicas para que cada persona pueda
respetar, defender y promover los derechos
fundamentales, relacionándolos con las situaciones
de la vida cotidiana en las que éstos pueden ser
vulnerados, tanto por las propias acciones, como
por las acciones de otros. En esas situaciones, las
competencias ciudadanas representan las
habilidades y los conocimientos necesarios para
construir convivencia, participar democráticamente
y valorar el pluralismo.
Las habilidades para conocernos, conocer a los
demás y vivir juntos se ponen a prueba en todas las
circunstancias de la vida, dentro y fuera del ámbito
escolar, y por eso suele creerse que no son
susceptibles de evaluación. Sin embargo, el hecho
de establecer unos criterios claros y públicos nos
lleva a hacer un seguimiento y observar, sino qué
hace la comunidad para contribuir a la formación
ciudadana.
No se trata de “estandarizar” a cada persona, pues
cada cual es diferente, sino de establecer lo que
necesitamos saber y saber hacer para que cada cual
vaya desarrollando sus propias potencialidades. En
la vida real usamos varios tipos de competencias y
es difícil separarlas porque somos emoción,
pensamiento, gesto, palabra, obra y mucho más...
¡todo reunido a la vez!... Lo mismo sucede con los
tres grupos de estándares. Nos explican cada
categoría por separado para que podamos
descubrir y desarrollar nuestra variedad de
habilidades y nuestro enorme potencial. Pero,
paciencia, todos estos procesos se van dando poco
a poco, a medida que vivimos, crecemos y
aprendemos juntos.

EN CONCLUSIÓN
Las competencias ciudadanas se han enarbolado
con base en necesidades concretas y claramente
plausibles en nuestro contexto; sin embargo, el
énfasis que ponen en un conjunto de "actitudes
para actuar en la sociedad", y en conocimientos
básicos del sistema político democrático,
definitivamente minimizan y hasta marginaliza el
sentido mismo de la ciudadanía como agencia
política por excelencia. Parece que el componente
político de la ciudadanía se ha menguado
tácitamente sin contar que es ciego a los conflictos
que implican sus significados tanto en el entorno
académico como en el político.
La ciudadanía en la actualidad se encuentra
fuertemente afectada por las dinámicas
económicas y la globalización, más allá de una
actitud cívica se requeriría preocuparse por el
bienestar general o el no cumplimiento de los
derechos. Estos factores favorecen la indiferencia,
el desinterés, la pasividad y la inercia frente al
accionar estatal.
JUSTIFICACIÓN.
en el proceso sociocultural de las competencias
ciudadanas, para así de esta manera, contribuir en
el desarrollo emocional, afectivo, cognitivo y sus
dimensiones de carácter significativo para tener
un mejor desempeño en la sociedad. Aprender a
vivir juntos, aprender a convivir con los demás,
además de constituir una finalidad esencial de la
educación, representa uno de los principales retos
para los sistemas educativos actuales.

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