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LA TESIS DEL CONTRACTUALISMO

Me parece acertada la tesis de Patrick Riley de que, "el núcleo de la teoría del contrato
social lo constituye la idea de que el gobierno legítimo es el producto artificial de un
acuerdo voluntario entre agentes libres y de que la autoridad política "natural" no existe"
En estas breves líneas se encuentra lo más esencial de las teorías contractualitas de los
siglos XVII Y XVIII. No solamente lo esencial, sino también lo innovador, habida cuenta
de que las teorías del contrato social computan interesantes antecedentes en el pensamiento
antiguo, medieval y renacentista
Podemos detenernos en conceptos como" gobierno legítimo; "producto' artificial"' acuerdo
voluntario entre agentes morales libres". Las teorías del contrato social iban a sentar las
bases de la idea de poder Político legítimo, tomado aquí en el sentido de correcto o justo.
No CUAAQUIER poder político es legítimo, en este sentido, sino sólo y aquel que es
producto de un acuerdo voluntario entre agentes morales. libres. Y todo ello lo posibilita el
dato primario y elemental de que la autoridad política natural no existe, puesto que siempre
se tratará de un producto artificial. La auténtica realidad "natural" la componen individuos
concretó que, de acuerdo con sus intereses y objetivos, "construyen" la sociedad civil y la
sociedad política
Sobre la voluntad humana, libre y responsable, se sustenta todo el edificio social y político.
No es nada extraño que se haya visto este tipo de voluntarismo, social y político, como la
proyección en estos ámbitos de postulados de origen teológico (papel de la conciencia
religiosa individual) y de

La filosofía moral (autonomía moral del individuo), elementos que han de vincularse
necesariamente con la Reforma protestante. Este voluntarismo da solidez a la idea de que
entre los rasgos legitimadores de la sociedad y el Estado ocupa un lugar muy destacado la
autorización de los individuos, que son, al fin y al cabo, sus, aunque sean supuestos y no
históricos o reales, creadores. Dicha autorización se va a traducir en la idea de
consentimiento, piedra de toque de todas las teorías contractualitas CIaslcas.
ASI, el poder político que se ha consentido, por un lado se reviste de autoridad, por otro
lado crea un vínculo especial con los ciudadanos, de donde derivan las razones a favor de la
obligación de obedecer a sus mandatos. El pacto o contrato legitimador posibilita que la
simple dominación, como acto de fuerza del poderoso, se convierta en acuerdo garantizador
de la convivencia política y del respeto por los derechos naturales
Los textos, que refuerzan esta interpretación, se suceden con frecuencia en los clásicos del
contractualismo.
Es el caso de Hobbes, quién en "Leviatan" señala: "el derecho de todo soberano se deriva
originariamente del consentimiento de cada uno de los que tienen que ser gobernados", o de
Locke: "el acuerdo voluntario proporciona poder político a los gobernantes en beneficio de
sus súbditos" (Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil), o de ~ousseau: "Nada debo a
quien nada he prometido... la asociación civil es el acto más voluntario del mundo. Si todo
hombre nace libre y dueño de sí mismo, nadie puede someterle bajo ningún pretexto sin su
consentimiento" (Contrato social) o de Kan, "mi libertad exterior Gurídica) hay que
explicarla, más bien, de la siguiente manera: como la facultad de no obedecer ninguna ley
exterior sino en tanto en cuanto he podido darle mi consentimiento" (La paz perpetua).
Es impresciJí libre no pasar por alto que este componente voluntarista, acompañado,
lógicamente, de la idea de que sociedad y Estado son artificios humanos, se enfrentaba a la
tradición clásica greco-romana (sobre todo aristotélica) y medieval, que veía a la sociedad
como el resultado de un instinto natural de sociabilidad y al poder político y su autoridad
también como algo arraigado en la naturaleza humana
Las teorías contractualitas proponen una respuesta a la pregunta sobre cuáles son los
mecanismos correctos para justificar la existencia de principios y normas de organización
de la convivencia política. Pretenden, por consiguiente, que tanto los mecanismos como su
resultado, el sistema político en general, sean justos. Ni la necesidad de la vida en sociedad
ni las ventajas de su ordenación política se ponen en duda.
Eso sí, ni cualquier tipo de sociedad ni cualquier tipo de Estado pasan airosos por el
tribunal que ha de decidir sobre su aceptación; solamente lo son, como correctos o justos,
aquellos derivados de un contrato, aunque se trate de un contrato supuesto. Las teorías
contractualitas se distinguen de otras teorías sociales y políticas por dos motivos especiales
y concluyentes. En primer lugar, de aquellas que cuestionan la vida en sociedad y la
necesidad del poder político. En segundo lugar, de aquellas que conforman su principio de
legitimidad al margen de las ideas de pacto, consentimiento o acuerdo.
Se trata de una manera de legitimar principios de justicia política, más interesada en la
transformación de las relaciones socio-políticas que en su desaparición. O, como ha
señalado con acierto Otfried HOffe: "A diferencia de las utopías sociales -sean estas de
origen marxista o no- que solo consideran como éticamente legítimas las formas sociales
libres de dominación, los principios de la justicia política parten más bien del hecho de que
la dominación es necesaria pero no todas sus formas están éticamente justificadas

Tesis sociológica

Todas las ciencias tienen como fundamento, lo sepan o no los científicos, una concepción
filosófica y una teoría, la cual produce los conceptos que luego se utilizan en la práctica de
la ciencia de que se trate. Con la Sociología pasa lo mismo: tiene como fundamento una
concepción filosófica, a veces denominada Filosofía Social, y una teoría que suele ser
llamada Teoría Sociológica General (TSG). Si se tratara de dar ejemplos, no cabría duda de
que tres paradigmas teóricos de la Sociología contemporánea son las obras de Marx,
Durkheim y Weber. Hay otros pensadores que han fundado también es-cuelas sociológicas,
como Parsons, y en la actualidad Habermas y Luhmann. De la obra de cualquiera de estos
pensadores puede decirse que constituyen, en su conjunto, lo que aquí llamaremos una
Teoría Sociológica General (TSG).

"General", porque pretenden dar respuesta a las preguntas teóricas y metodológicas que se
plantean para el estudio de cualquier sociedad.
Pero, además, algunas teorías ofrecen res-puestas específicas para el estudio de sociedades
particulares, y desde luego que todas ellas ofrecen conceptos para el estudio de nuestra
sociedad moderna. En este último caso, diremos aquí, constituyen una Teoría Sociológica
General de la Sociedad Capitalista (TGSK). Con los conceptos producidos por estos
pensadores, los sociólogos se enfrentan a la "realidad" que pretenden estudiar, sin dejar de
tener en cuenta, claro, que lo que es "realidad" depende precisamente de la teoría elegida.
Esta tarea es lo que se llama Sociología o Sociología empírica; con este último concepto,
sólo se quiere destacar la vocación de esta ciencia de estudiar sociedades concretas. Todo
sociólogo acepta alguna teoría antes de comenzar el estudio de lo que le interesa. No existe
ninguna ciencia que no utilice conceptos teóricos previos al estudio empírico. Por ejemplo,
la Física utiliza conceptos como "átomo", "fuerza", que son utilizados por los físicos en su
estudio de la naturaleza. Los biólogos usan conceptos como "célula", "organismo", y los
juristas conceptos como "norma", "sistema jurídico", "validez". En este libro produciremos
algunos conceptos útiles como "eficacia" y "efectividad" del derecho. Si tales conceptos
son útiles, es algo que debe comprobarse en la práctica de la SJ; y no hay duda de que esta
práctica obligará a mejorar
Los Conceptos.
Este libro pretende, entonces, ser una guía para el trabajo empírico. Los sociólogos del
derecho también proceden así: aceptan —o crean si les parece necesario— una TSG y una
TGSK; Sólo que como tienen un objeto específico de estudio se ven obligados también a
aceptar —o crear si les parece necesario— una Teoría General del Derecho, una Teoría
Sociológica del Derecho (TSD) y finalmente una Teoría Socio-lógica del Derecho
Capitalista (TSDK). Con lo anterior hemos establecido una jerarquía de disciplinas que
seria la siguiente
• Concepción Filosófica o Filosofía Social: este trabajo teórico tiene por objeto establecer
las ideas más generales sobre el hombre, su puesto o papel en el mundo, y las posibilidades
de conocimiento de todo ello. Por ejemplo son concepciones de este tipo, el materialismo,
el positivismo, el kantismo.
• Teoría Sociológica General (TSG): esta disciplina pretende establecer los conceptos más
generales, con los que luego se puede realizar alguna investigación concreta en alguna
sociedad en particular. Un ejemplo de ello es la definición de "acción social" de Weber, que
incluso hemos utilizado en este libro. Esta disciplina propone los conceptos necesarios para
construir un modelo sociológico.
• Teoría Sociológica General de la Sociedad Capitalista (TGSK): esta disciplina procura
establecer los conceptos que permiten el estudio concreto de la sociedad capitalista en
general, es decir, de toda sociedad de la que se pueda decir que es "capitalista". El ejemplo
más típico es la descripción que Marx hace del capitalismo en El Capital. Esta disciplina
propone los conceptos necesarios para construir el modelo sociológico capitalista, con el
cual se podrá estudiar una sociedad concreta que pueda ser llamada "capitalista".
• Sociología: esta es la auténtica ciencia; las otras disciplinan fundan, permiten producir,
los enunciados que pretenden ser cono-cimientos nuevos sobre el objeto elegido. No debe
esperarse que cada autor tenga un libro especial para cada una de estas actividades. La
mayoría de los sociólogos dedicados, por ejemplo, a conocer la sociedad mexicana, no
escriben nuevas filosofias sociales o estudios generales sobre el capitalismo, sino que,
basándose en esas teorías, se dedican al estudio empírico, recogiendo datos, analizándolos,
etcétera. Está supuesto que, si los datos, luego de analizados, resultan inútiles, entonces la
teoría que sirvió para recolectarlos es inservible, o, al menos, debe ser modificada o
ampliada.
La SJ es una ciencia también de vocación empírica. Pretende estudiar los fenómenos que
explican causas, por qué el derecho es así y no de otra manera, y los fenómenos que pueden
ser vistos como con-secuencias efectos, de ese derecho. Como tal ciencia de vocación
empírica, está interesada, principalmente, o en el derecho moderno o capitalista en general,
o por ese derecho en alguna sociedad en particular, México por ejemplo.
Por ello precisa tanto de la TSG como de una TGSK. Sin embargo, por las particularidades
del objeto elegido causas y efectos del derecho—, requiere, además, de las conclusiones de
la Teoría General del Derecho (TGD), de una Teoría Sociológica General del Derecho
(TSD), y de una Teoría Sociológica General del Derecho Capitalista (TGDK). Por tanto, en
esta jerarquización de disciplinas y ciencias, además de lo anterior, es decir de una Filosofía
Social y una TSG, se precisa lo siguiente:
• Teoría General del Derecho (TGD): esta disciplina ha puesto a punto conceptos como
"norma", "sistema jurídico", que son utilizados, tanto por juristas "puros" como por juristas
sociólogos, para practicar sus respectivas ciencias. Por ejemplo, cuando un sociólogo del
derecho pretende hablar de "efectividad de las normas jurídicas", presupone el concepto de
"norma" sin detenerse a formularlo; esto porque ya lo encuentra en la TGD. Esta disciplina
propone la construcción de un modelo normativo que permitiría estudiar todo sistema
jurídico concreto.
• Teoría Sociológica General del Derecho (TSD): esta disciplina pretende exponer los
conceptos necesarios para pensar las causas y efectos del derecho. Si la TGD producía los
conceptos necesarios para pensar el derecho en general, esta TSD produce los conceptos
para pensar ese mismo derecho, pero ahora visto en relación con los comportamientos de
los agentes sociales. Ejemplo de esta disciplina, lo hemos proporcionado en varios capítulos
de la primera parte de este libro. Esta disciplina propone la construcción de un modelo
normativo, que permitiría estudiar sociológicamente cualquier sistema jurídico; o bien,
permitiría estudiar las conductas observables en una sociedad, en relación con su sistema
jurídico.
• Teoría Sociológica General del Derecho Capitalista (TSDK): esta disciplina pretende
producir los conceptos necesarios para hacer la SJ de un sistema jurídico particular, pero
que pueda ser visto como sistema jurídico de una sociedad capitalista. Por ejemplo, esta
disciplina trataría de explicar por qué una sociedad capita-lista ha producido éstas y no
otras normas sobre el contrato de trabajo. Para ello pondría a punto conceptos como
"contrato", "salario".
Esta disciplina propone la construcción de un modelo normativo, pero capitalista, el cual
permitiría estudiar todo sistema jurídico existente en una sociedad que pueda ser
denominada "capitalista". Sociología Jurídica (SJ): es una ciencia empírica, en el sentido de
que estudia el derecho de una sociedad en particular, la mexicana por ejemplo. Pero, para
ello, se vale de todas las disciplinas anteriores. Por ejemplo, estudiaría las razones causas
que explican que en México el derecho del trabajo haya tenido tal evolución y no otra. 0
estudiaría las consecuencias efectos de la aplicación de las normas del derecho agrario
mexicano. El sociólogo que realiza SJ concreta, siempre tiene una concepción filosófica; es
"materialista" por ejemplo. Pero también es un "weberiano", pero tal vez aceptando algunas
de las concepciones de Durkheim (TSG). 0 bien, respecto del capitalismo, es "marxista"
(TGSK). Ahora bien, si se trata de un sociólogo del derecho, tiene una concepción de las
normas, y es "kelsenista" por ejemplo (TGD). Pero también dispone de conceptos sobre el
papel del derecho en el medio social y es otra vez "weberiano" (TSD). Y, como está
interesado en el derecho moderno o capitalista, pero mexicano, tiene una concepción acerca
del funcionamiento del sistema jurídico en toda sociedad capitalista, y es "marxista" por
ejemplo (TSDK).
Es con todo este equipo de conceptos, teorías, ideas, que se enfrenta a la sociedad mexicana
para estudiar causas o efectos del derecho mexicano. No investigaremos aquí cual es la
mejor TSG, entre otras cosas por-que cada investigador elige la que le resulta más atractiva,
y este libro no tiene por objeto exponer las distintas concepciones, sino más bien repasar los
problemas a los que se enfrenta la moderna. Sin embargo, no debe creerse que es posible
hacer esto sin ninguna concepción previa; y es por eso que, en la primera parte, hemos
explicado cuál es la concepción sociológica del derecho dentro de la cual se inscribe el
resto del libro. Hemos también, cuando ha sido necesario, ejemplificado, en algunos casos,
con conceptos extraídos de la teoría marxista, en la inteligencia de que podría utilizarse otra
teoría, aunque los resultados serían diversos, sin duda. Expondremos en lo que sigue con
más detalle lo que se espera de la TSD y sus diferencias con la misma
La Teoría Sociológica del Derecho
La Teoría Sociológica General del Derecho (TSD) es una disciplina teórica, es decir no es
una actividad de investigación empírica, y su tarea es describir el conjunto de las normas
que sería necesario dictar, para garantizar que suceda la repetición de las conductas cuya
descripción constituye el modelo sociológico general. Propone, por tanto, los conceptos
necesarios para construir un modelo de "funcionamiento". Hemos hecho eso en los
primeros capítulos al describir la norma fundante y su función social. La Teoría Sociológica
General del Derecho Capitalista (TSDK) Pero el sociólogo del derecho no está interesado
en la sociedad en general, sino en la sociedad moderna en primer lugar, que es la sociedad
capitalista. Para estudiar después, en concreto, el papel del derecho en una sociedad
capitalista en particular, necesita conceptos generales que pudieran aplicarse a todas las
sociedades capitalistas.
Para ello debe producir un modelo normativo, pero que responda a toda sociedad
capitalista. La descripción de un modelo sociológico y las normas La descripción de
modelos sociológicos no requiere de la descripción de normas. En efecto, puede leerse El
Capital de Marx, modelo de construcción de modelos, y se observará que es posible
imaginar el funcionamiento de una sociedad que responda a ese modelo, el capitalista, sin
necesidad de recurrir a las normas que seguramente esa sociedad produciría. Pero como un
sociólogo del derecho está interesado, precisamente, en el papel de las normas en ese tipo
de sociedad, su tarea no puede ser desarrollada sin producir un modelo normativo.
La tarea, entonces, sería la descripción de normas; pero normas-modelo, es decir, no la
descripción de las normas de algún país en especial. Estas normas, como todas las normas,
modalizan deónticamente ciertas conductas. Pero ¿cuáles conductas? Precisamente aquéllas
que constituyen las descripciones que formula la teoría sociológica general de las relaciones
capitalistas (TSGK). Si una norma cualquiera se compone de la descripción de una
conducta más un moralizador deóntico, por ejemplo la conducta de "estacionar",
moralizada con el operador deóntico "prohibido", una norma-modelo también procedería de
la misma forma. Pero ahora no podría tratarse de cualquier conducta, como en el caso de la
TGD. Esta última, cuando habla de `"normas", pueden utilizar símbolos matemáticos, como
(obligatorio p), porque no interesa, para sus estudios, cuál sea la conducta "p".
Pero para la TSDK lo más importante es precisamente esa conducta moralizada, no la
moralización de cualquier conducta. Por ejemplo, si hablamos de una sociedad mercantil,
de una sociedad-modelo mercantil, hablamos de una sociedad donde continuamente se
producen las conductas de "intercambiar", y no cualquier conducta. Ese modelo, para
"funcionar", precisa que ese intercambio sé produzca sin dificultades. Entonces cualquier
conducta que impida el intercambio debe estar prohibida. Sé modelizaría como prohibida,
la conducta de "impedir el intercambio". Si una sociedad-modelo capitalista, implica el
pago de salario, entonces ese modelo precisa, para funcionar, que se produzca la conducta
de "pagar el salario"; Sé modelizaría entonces como "obligatorio" la producción de esa
conducta.
Lo que estamos proponiendo entonces, es que, sobre la base del modelo proporcionado por
la Teoría Sociológica General de la Sociedad Capitalista (TGSK), la TGDK por su parte,
describa las normas que deberían dictarse en una sociedad capitalista para que ésta
permanezca siendo tal. El modelo normativo Es posible y además útil, construir un modelo
que describa un conjunto de normas que prohíban las conductas contrarias a, o que
impedirían la producción de, las conductas cuya descripción constituye el modelo
sociológico.
Por ejemplo, si el modelo describe, entre las conductas de producción capitalista de
mercancías, el intercambio equivalente de fuerza de trabajo por dinero, desde luego que es
posible describir normas que prohíban la entrega de menor cantidad de dinero que el
equivalente de la mercancía comprada, o sea la fuerza de trabajo.
El conjunto de tales normas constituiría un sistema de normas, que podríamos calificar
como "coherente", o "consistente", respecto del modelo descriptivo que nos ha
proporcionado las bases para construirlo. Adviértase que no se trataría de un sistema como
el sistema jurídico positivo de un país, cuya unidad está dada por la ficción de una norma
fundante unificadora. Éste del que hablamos, ahora sería un sistema, pero cuya consistencia
proviene del principio de que para el funcionamiento del modelo, es necesario la repetición
de ciertas conductas. En este sentido es un sistema-modelo, "ideal", "teórico"; mientras que
un sistema jurídico nacional es existente, positivo. La "necesidad" de las normas Lo
anterior, supone que es "necesario" dictar normas, según las cuales, deba suceder una
sanción en caso de que se produzcan conductas contrarias a las descritas en el modelo.
Por ejemplo, en el caso del intercambio de fuerza de trabajo por dinero, es "necesario" que
se dicten normas según las cuales deba suceder cierta actividad de un funcionario, si se da
el caso de que se entregue una cantidad menor que el equivalente de la fuerza de trabajo.
Una cosa es la "necesidad", y otra el "deber", como se advierte en la frase anterior.
El concepto de "necesidad", aquí, es el de necesidad técnica. Esto es muy importante,
porque de lo contrario abriríamos camino a la falacia naturalista. La falacia naturalista
consiste en afirmar que del hecho de que algo sucede normalmente, se puede extraer la
conclusión de que, además, "debe" producirse. Se ha ejemplificado con el caso de los
peces: del hecho de que el pez grande se coma al chico, no puede deducirse que, además,
debe comérselo. Podríamos agregar otros ejemplos sencillos: del hecho de que los seres
humanos mueran, no puede deducirse que, además, deban morir. Pero hay ejemplos más
difíciles de entender: del hecho de que los capitalistas paguen salario a sus obreros, no
puede deducirse que, además, deben pagárselo. (0 del hecho de que los capitalistas paguen
salarios miserables a los obreros, no puede deducirse que además deben pagárselo).
El problema está en la palabra "debe", que no quiere decir lo mismo que "tiene", o "es
necesario que". Cuando decimos en nuestra TSDK, que para que la sociedad capitalista se
reproduzca, es necesario que los capitalistas paguen salario a los trabajadores, y por tanto
que una sociedad capitalista `"debe" tener una norma que declare obligatorio tal pago, no
queremos decir lo mismo que en los ejemplos anteriores. "Necesidad", aquí, tiene el mismo
sentido que cuando decimos: "si queremos calentar una habitación debemos poner la
calefacción". Este "deber" no es jurídico, sino causal; el calentamiento de la habitación es
un efecto de la aplicación del calor, pero un efecto "natural" de la cale-facción. Decimos
"debemos aplicar calor" por costumbre; pero el sentido es: "es necesario aplicar calor". Si
dijéramos que del hecho de que en cierta sociedad concreta se repiten ciertas conductas,
además deben producirse, estaríamos plenamente instalados en la falacia naturalista y en la
apología más grosera de la sociedad tal cual es.
Es como si dijéramos: "del hecho de que la policía maltrata a los ciudadanos se puede
concluir que además debe hacerlo"; o como si dijéramos: "del hecho de que los capitalistas
detenten el 95% de la riqueza nacional, se puede concluir que además deben hacerlo"; o
como si dijéramos: "del hecho de que la sociedad es capitalista, se puede concluir que,
además debe seguir siéndolo". Pero es distinto eso que decir que:
1. el modelo —no la sociedad
2. es la descripción de las conductas que lo constituyen
3. muestra cuáles son las conductas que si no se repiten el modelo no funciona
4. la sociedad —no ya el modelo— requiere para reproducirse:
5. que se produzcan ciertas conductas repetidamente
6. que se dicten ciertas normas y no otras para propiciar la repetición de esas conductas y
no otras. Es posible, sobre la base del modelo sociológico, construir un modelo normativo
que describa, modelizadas deónticamente, las conductas.

La Falacia Naturalista Quedaría Cumplida Sí La Afirmación


1. dijera que en cierta sociedad —no en el modelo, deben dictarse tales normas, que existe
la obligación, ética desde luego, de dictarlas. Pero la afirmación
2. dice que, si la sociedad analizada corresponde con, o puede ser subsumida en, el
modelo, conforme éste lo muestra —afirmación
3. entonces es conveniente dictar tales normas. Si no se hace así, entonces probablemente
la sociedad no se reproduzca. Esto es lo mismo que si un técnico en electrónica fuera
puesto frente a un ordenador que nunca ha visto. Sólo podría hacer algo en él, si dispone
del manual que contenga un modelo que describa el funcionamiento de sus circuitos. Y si,
además, resulta verdadero un enunciado que diga que el ordenador es subsumidle en el
modelo del manual.
Nadie diría que se comete la falacia naturalista por el hecho de que el técnico pronuncie un
enunciado que diga que, si el ordenador ha de funcionar, conforme con las instrucciones del
manual, "debe" realizarse tal o cual cambio de piezas, o tal o cual maniobra. Esto es
importante, porque en la TGD contemporánea se acepta, sin lugar a dudas, que la falacia
naturalista es eso: una "falacia", es decir, tiene la apariencia de lo aceptable, pero no resiste
ningún análisis serio. Nuestra TSD sería inaceptable si la cometiera. Modelo y sociedad
Toda Sociología pretende que sus modelos son aplicables a la sociedad que pretende
estudiar. Esta pretensión tiene más o menos fundamento según el modelo, según la
sociedad, y según las comprobaciones a que se puede llegar con la utilización de esta
subsumción de la sociedad en el modelo.
A la zaga de esta misma pretensión, nuestra TSD pretende que si a una sociedad puede
aplicársele el modelo formulado por la Teoría Sociológica General de la Sociedad
Capitalista, entonces también puede aplicársele el modelo normativo construido sobre la
base del modelo sociológico. Más aún, si no puede aplicársele el modelo normativo,
entonces el modelo sociológico tiene buenas posibilidades de no ser científicamente viable.
Por ejemplo, si a la sociedad mexicana puede aplicársele el modelo capitalista esto es, si
puede decirse de ella que es capitalista, entonces ha de poder aplicársele el modelo
normativo capitalista. Si no fuera posible, si no se encontraran en la sociedad mexicana las
normas descritas en el modelo normativo capitalista, o resultaría cuestionable el modelo
capitalista, o la sociedad mexicana no debería ser calificada de capitalista. 0 bien, es lo más
probable, la sociedad mexicana no es totalmente capitalista, y es por ello que no se
encuentran en ella todas las normas descritas en el modelo normativo capitalista. Entonces
habría llegado el momento de comparar, de explicar las incongruencias. Y, si aun así, no se
lograran explicaciones aceptables, entonces la teoría no tiene viabilidad científica.
0 dicho de otro modo: podemos formular la hipótesis de que, dada una sociedad calificada
de capitalista por su similitud con el modelo sociológico general, se encontrarán en ella
normas válidas que modalizan como obligatorias las conductas que el modelo sociológico
describe como relaciones sociales. Si la observación no arrojara esta conclusión, entonces,
o el modelo es inservible, o la sociedad no es capitalista. La observación podría ser la
comprobación de que existen —han sido dictadas— tales normas, o bien de que, habiendo
sido dictadas otras, de todos modos son ineficaces. Podría preguntarse por qué es necesario
recurrir a una teoría socio-lógica para describir un modelo normativo. Podría pensarse que,
así como la teoría sociológica siempre procede a realizar alguna forma de observación para
formular un modelo, de la misma manera un modelo normativo podría proceder a alguna
forma de observación de las normas válidas —o eficaces— en una sociedad concreta, para
luego formular el modelo. Sin embargo eso es precisamente lo que conduce a la apología
del derecho tal cual es: se corre el riesgo de tomar como modelo lo que no es más que la
descripción de las normas positivas. El procedimiento aquí propuesto desde luego que no
excluye el hecho de que, como juristas que somos, no prescindimos del conocimiento del
derecho positivo y de los discursos que lo describen.
Eso es algo que hacen todos los científicos. No hay en realidad puntos cero de partida. Pero
lo aquí propuesto, por las razones ofrecidas, es la construcción de modelos, con lo que
pretendemos una SJ de vocación crítica, que no sea una simple corroboración de que
existen las normas que existen. Porque si así fuera ¿cuál sería el criterio científico? Las
normas son ya un discurso acerca de esas relaciones sociales que la TGSK describe; son ya
una idea de la sociedad acerca de sí misma; y analizar lo que ella dice de sí misma, sí, sería
un análisis de un discurso pero sin contar con otra cosa exterior al discurso mismo.
Ese análisis ingenuo a veces no tanto es el procedimiento tradicional de los juristas, sobre
todo con las definiciones: si el código civil con el signo "propiedad" se refiere a la relación
de una persona con una cosa, entonces los juristas dogmáticos dicen que propiedad es la
relación de una persona con una cosa; si la ley de reforma agraria, con el signo "propiedad
agraria", se refiere a cuatro formas de propiedad de la tierra, esos juristas dicen que, en
virtud de los hechos sociales ocurridos, se hizo necesario que hubiera cuatro formas de
propiedad de la tierra. Eso no tiene ningún interés y es apologético. Lo importante es más
bien tratar de entender por qué fueron producidas esas fórmulas y no otras. Y entonces es
necesario salir fuera del discurso para analizarlo desde otro lugar. Esto es lo que intentamos
proponiendo que, tratándose de las causas del derecho, es necesario partir de la
construcción de modelos a cargo de una TSDK.
La Sociología Jurídica Con los resultados de la TSDK, es decir, provistos de un modelo
normativo, postulado como el conjunto de las normas necesarias para la reproducción de un
modelo económico capitalista, sería posible un acercamiento, ni ingenuo ni apologético, a
las normas positivas de una sociedad, la mexicana por ejemplo, para comprobar si
corresponden o no con las del modelo. Esta actividad constituiría un discurso científico que
denominamos Sociología Jurídica. Esta SJ es, por definición, una ciencia de vocación
empírica cuyo objeto no son los discursos jurídicos, sino las conductas relacionadas con
esos discursos. La Si bien puede ser definida como una ciencia dedicada a la observación
de las causas y los efectos del derecho. Sin embargo, tratándose de las causas que, como
hemos visto coinciden con el referente, su discontinuidad respecto del discurso impone un
procedimiento de verificación que procede a la comparación del contenido de las normas
positivas con las del modelo ofrecido por la TSDK, como veremos a continuación. Por ello,
aún tratándose la Si de una ciencia sobre conductas, en el caso de las causas, no puede
prescindir de la consideración del contenido del discurso.
El procedimiento propuesto aquí, sería el siguiente: la TSDK diría que el modelo
económico denominado "sociedad mercantil simple" permite mostrar que, para el
funcionamiento del mismo, es necesario que se repitan las conductas de entregar cosas a
cambio de otras, en una proporción determinada por la ley del valor. La moralización de
esas conductas como obligatorias, constituiría el modelo normativo correspondiente con el
modelo económico. Por tanto, podemos decir ahora, en una sociedad particular, la
mexicana por ejemplo, que en la jerga marxista suele denominarse "formación social" (FS),
que fuese subsumidle en la modelo "sociedad mercantil simple" —supongamos que sea la
formación social mexicana (FSM) —, sería necesario que se dictaran normas como* las
descritas en el modelo normativo. "Necesario", en el sentido de técnicamente necesario, es
decir, necesario para que esa sociedad se reproduzca. Ahora bien, la observación podría
arrojar como resultado que no se han dictado normas como las previstas. En ese caso,
podríamos:
1. concluir que, entonces, la sociedad observada no era subsumidle como se pensó, en el
modelo económico "sociedad mercantil simple", o
2. formular la predicción de que esas normas serán producidas próximamente) la sociedad
perderá tal carácter precisamente por la inexistencia de normas que promuevan la repetición
de las conductas observadas. En el caso
1, estamos ante un fracaso científico: o bien la calificación de la sociedad observada ha sido
incorrecta, o bien el modelo es inservible. En el caso
2, el sociólogo del derecho insiste en que la FS está correctamente calificada de
"mercantil", sólo que, tal vez, hay un retraso en la producción de las normas convenientes,
y, por tanto, existe la posibilidad de que la FS deje de ser mercantil, a menos que sé
produzcan las normas requeridas para que continúe siéndolo. Pero lo más probable no es
eso. Lo más probable es que, la calificación económica de la sociedad sea correcta, el
modelo normativo funcional, pero de todos modos buena parte de las normas encontradas
no corresponden con el modelo normativo. En tal caso comenzaría la tarea más interesante
del sociólogo del derecho: dar cuenta de estas normas que, conforme con su teoría
sociológica, aparecen como "anómalas".
Pero, nótese, es precisamente la no correspondencia del derecho positivo con el modelo, lo
que les otorga su calidad de "anómalas" a ciertas normas, y, por tanto, lo que brinda una
tarea, apasionante, al sociólogo. De lo contrario ¿cuál sería, por ejemplo, el interés en
estudiar las causas y los efectos de las normas "anómalas" del derecho agrario mexicano?
Es en este momento que la tarea del jurista sociólogo se convertiría en la del politólogo
tratando de entender el fenómeno del ejercicio del poder en una sociedad concreta. Por
ejemplo, si México es una sociedad capitalista, deberíamos encontrar normas que ordenan
el respeto a, o la permisión de, la venta de la tierra. Sin embargo el sociólogo del derecho se
encontrará con normas que prohiben la venta de ciertas fracciones rurales, los ejidos, salvo
ciertas condiciones.
, Por qué "debíamos encontrar" esas normas que permiten la venta de la tierra? Porque
conforme con el modelo proporcionado por la teoría sociológica, en este caso de
inspiración marxista, la tierra es una mercancía que es necesaria que circule como tal para
que el capitalismo se reproduzca. Ese modelo normativo, correspondiente con el modelo
económico, postula que para, el funcionamiento de ese modelo, es necesario que se repita la
conducta de compraventa de la tierra, y para ello es necesario la norma que lo permite, o la
ausencia de la que lo prohíbe. Pero, al aplicar estos modelos a las observaciones empíricas,
resulta que encontramos normas positivas que contra-dicen la previsión de la teoría.

Podríamos concluir de ello:


1. que el modelo económico es inútil;
2. que Nicaragua no es subsumidle en el modelo capitalista;
3. que el modelo normativo es inutilizable;
4 quen Nicaragua es una sociedad capitalista, pero que, por razones a estudiar, su sistema
jurídico, parcialmente, no corresponde con el modelo propuesto. La respuesta 4 abre el
camino de una muy interesante tarea sociológica.
Esta respuesta supone haberse encontrado con que, en su mayor parte, la legislación
mexicana corresponde con la del modelo normativo capitalista, pero que una fracción del
sistema no corresponde con éste. De esta manera, la tarea de esta SJ ha funcionado como
comprobación empírica de la funcionalidad del modelo marciano de sociedad capitalista: en
efecto, si de ese modelo se obtuvo un modelo normativo, y si éste se ha usado como
predicción de las normas que debían encontrarse, y si éstas se han encontrado, entonces la
existencia de tales normas ha dado buenos motivos para confirmar la teoría marxiana.
Ahora bien, eso requiere que se explique satisfactoriamente la presencia de las normas
"anómalas", es decir, las que supuestamente no debían encontrarse. En cambio, la actitud
apologética de la sociedad mexicana dirá, simplemente, que México no es capitalista,
precisamente porque existen tales normas, las cuales se explican por "las particularísimas
vicisitudes de la historia mexicana", principalmente por la revolución y el triunfo del
pueblo, etcétera; con lo cual se deja caer la idea de que el derecho es particularísimo, que
no tiene parecido con nada en el mundo, etcétera. Como puede verse fácilmente, en lo
anterior hemos usado ejemplos mexicanos, pero mirados conforme con una TGSK,
aplicando una TSDK de inspiración marxista. Pero podría utilizarse otra TSG, aun-que muy
posiblemente los resultados serían diversos. El esquema de la figura 1 ilustra la idea: la
TGSK, que en este caso, por ejemplo, es la marxista, pero que podría ser cualquiera otra,
proporciona un modelo sociológico de la sociedad capitalista (SK). A partir de este modelo,
la TSDK construye un modelo normativo de la SK que consiste en la descripción de las
normas técnicamente necesarias para el funcionamiento-conservación del modelo
sociológico. Estas normas son las conductas que constituyen las relaciones descritas en el
modelo sociológico, modalizadas deónticamente.

La propiedad colectiva

La propiedad colectiva difiere significativamente del término de propiedad


privada individual, haciendo hincapié en que solamente a través de una propiedad
compartida es posible el reparto o la asignación más justa y eficiente de los bienes.
A menudo este tipo de propiedad se presupone para determinados medios de producción o
el uso y aprovechamientos de distintos recursos naturales cuya propiedad es compartida por
los miembros de una comunidad o son ciudadanos de un determinado territorio.

En el estudio económico, existen otros modos para referirnos a este concepto, como
propiedad social o propiedad comunitaria.

El planteamiento de la necesidad de creación de propiedades de carácter colectivo a


menudo está teóricamente relacionado con postulados de izquierda, como el socialismo o
el comunismo.

Representaciones en la realidad de la propiedad colectiva

Las representaciones más habituales de bienes de propiedad colectiva son las empresas o
sociedades mercantiles de alto número de propietarios y el reparto de su control. Dentro de
ellas, destacaría el caso de la cooperativas.

No obstante, no es habitual un gran arraigo de este concepto en sociedades capitalistas. Por


ello, un ejemplo claro de propiedad colectiva en la realidad es observable en los postulados
del comunismo acerca de la propiedad estatal de los medios de producción.

A través del control y la propiedad de los mismos, los estados comunistas enfocan su
funcionamiento social, político y económico amparándose en que son bienes de todos los
ciudadanos cuya gestión recae en la administración pública.

La nacionalización de empresas previamente privadas suele responder del mismo modo a


este argumento, en la mayoría de casos siguiendo postulados cercanos al socialismo o
al marxismo. Otro ejemplo a menor nivel sería la existencia de falansterios, como núcleos
más reducidos de población cuya estructura en comunidad se fundamenta bajo la premisa
de la no propiedad individual.

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