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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SALA DE CASACIÓN LABORAL

Magistrado Ponente: Fernando Vásquez Botero

Radicación Nro. 15267

Acta Nro. 29

Bogotá, D.C., seis (6) de junio de dos mil uno (2001)

Decide la Corte el recurso extraordinario de casación

interpuesto por JOSE ANTONIO JAIMES contra la sentencia

del 9 de mayo de 2000, proferida por la Sala Laboral del

Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cúcuta en el juicio que

el recurrente le promovió a la sociedad Embotelladoras de

Santander S.A “Embosan S.A.”

ANTECEDENTES

José Antonio Jaimes demandó a la sociedad Embotelladoras

de Santander S.A., para que, previo los trámites de un Proceso

Ordinario Laboral de Primera Instancia, se ordene el


Radicación No. 15267

reconocimiento y pago de las siguientes pretensiones: que se

declare que entre las partes existió un contrato de trabajo a

término indefinido del 25 de julio de 1964 al 20 de marzo de

1995; que la demandada, con fundamento en el acta extra

convencional del 20 de julio de 1994, le reconoció una pensión

de jubilación extralegal desde el 21 de marzo de 1995, que

actualmente es compartida con el ISS; que se condene a la

demandada a reajustar el monto de la pensión que comparte,

pues la misma fue liquidada con base en un salario inferior al

que realmente le correspondía; que a los reajustes que se

efectúen se les aplique la indexación; que se condene a la

demandada a lo que resulte demostrado en el juicio en ejercicio

de las potestades ultra y extra petita; que la empresa pague las

costas del juicio.

Como fundamento de sus pretensiones expuso: que durante 30

años, 7 meses y 26 días laboró ininterrumpidamente para la

demandada en cumplimiento de un contrato de trabajo a

término indefinido; que su último cargo fue el de vendedor I en

una de las rutas de distribución que tiene la demandada en

Cúcuta; que a partir del 21 de marzo de 1995 la empresa le

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reconoció una pensión de jubilación extralegal, con

fundamento en el acta extraconvencional que suscribió con el

sindicato el 20 de julio de 1994; que al momento de su retiro

era miembro activo del sindicato de la empresa y se

beneficiaba de la convención colectiva de trabajo entonces

vigente, así como del acta que recién mencionó; que su último

salario promedio mensual fue de $719.394.oo, el cual sirvió de

base para liquidar el auxilio de cesantías y demás prestaciones

sociales; que para efecto de liquidar su pensión de jubilación, la

empresa no tuvo en cuenta éste salario; que el salario que se

tuvo en cuenta para tasarle la pensión fue de $365.616.oo; que

la empresa incrementó los salarios de los trabajadores para el

periodo comprendido entre el 1º de julio de 1995 al 30 de junio

de 1996 en un 24%, del 1º de julio de 1996 al 30 de junio de

1997 en un 20% y del 1o de julio de 1997 al 30 de junio de

1998 en un 19.67%, conforme al laudo arbitral del 31 de

octubre de 1996; que según el acta extraconvencional del 20

de julio de 1994, la demandada se comprometió a reajustarle la

mesada pensional al demandante de acuerdo al incremento

salarial de sus trabajadores; que el monto actual de la pensión

de jubilación extralegal reconocida es de $651.050,oo, cuando

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debería ser de $1.281.978,oo de haberse tomado el salario real

base de la liquidación; que la empresa demandada ha venido

descontando de la mesada pensional percibida, el porcentaje

legal señalado a raíz de que se beneficia de la pensión de

vejez a cargo del Instituto de Seguros Sociales, en contravía a

lo previsto en el artículo 18 del acuerdo 049 de 1990.

La sociedad convocada al contestar la demanda solicitó se le

absolviera de sus pretensiones; aceptó como ciertos los

hechos relativos a la existencia del contrato laboral, sus

extremos, el último cargo desempeñado por el demandante y el

reconocimiento directo de una pensión de jubilación emanada

de acta extraconvencional; también admitió la afiliación sindical

del demandante, su condición de beneficiario de la convención

colectiva y del acta del 20 de julio de 1994, así como el salario

básico devengado por el trabajador como vendedor I, la

pensión compartida con el ISS y los incrementos salariales que

efectuó a sus trabajadores hasta 1998.

Así mismo, se propusieron las excepciones de inexistencia de

las obligaciones demandadas y prescripción.

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El conflicto jurídico fue dirimido en primera instancia por el

Juzgado Cuarto laboral del circuito de Cúcuta, el cual, a través

de sentencia del 24 de septiembre de 1999, declaró

demostrada la relación contractual existente entre las partes y

que ella concluyó con el reconocimiento a una pensión

voluntaria de jubilación a partir del 21 de marzo de 1995, y que

una vez asuma el I.S.S. el riesgo de vejez, la demandada

reconocerá el mayor valor si lo hubiere. Respecto a las demás

pretensiones absolvió a la demandada.

Apelada la anterior decisión por la parte demandante, la Sala

Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cúcuta,

mediante fallo de 9 de mayo de 2000, la confirmó.

En sustento de su determinación, en lo que al recurso

extraordinario interesa, el Tribunal expuso: que no existe

controversia en torno a que las partes estuvieron ligadas por un

contrato de trabajo, conforme se acepta en el escrito mediante

el cual se le dio contestación a la demanda y se infiere de la

abundante documental aportada al proceso, especialmente de

la liquidación de prestaciones sociales (fl 9), de la

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comunicación de folio 8 y de los testimonios arrimados al juicio;

que de lo anterior se desprende que el demandante tuvo como

último cargo el de vendedor I, en el que devengó, para la fecha

de la pensión, la suma de $719.394.oo; que en el caso lo

fundamental es establecer qué salario se debe tener en cuenta

para cancelarle al accionante las mesadas pensionales; que

mediante acuerdo extra convencional que celebraron empresa

y organización sindical, a determinados trabajadores, entre

ellos el accionante, la primera les otorgó voluntariamente una

pensión de jubilación; que según el acta respectiva, dichos

trabajadores percibirían el 100% del salario mensual que

venían devengado, como pensión, la cual se incrementaría al

igual que el salario de los restantes trabajadores; que el acta

extraconvencional dice que trabajadores que se beneficien de

esta jubilación recibirán una bonificación de jubilación en los

términos pactados en la convención colectiva, así como en los

hechos de la demanda la parte demandante manifiesta que era

beneficiario de las convenciones colectivas de trabajo suscritas

entre la sociedad con la organización sindical, en especial la

suscrita el día 20 de julio de 1994 para la vigencia comprendida

entre el 1 de julio de 1994 y el 30 de junio de 1996, y que como

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vendedor la convención colectiva de trabajo le asignó un

salario mínimo o básico convencional para el segundo

semestre de 1995 de $15.896, el cual se incrementará de

acuerdo a la comisión por venta de cajas, teniendo en cuenta

su cargo de vendedor; que revisado el expediente encuentra

que la decisión del a quo está ajustada a derecho, dado que el

actor se limitó a hacer las peticiones sin aportar el documento

en el cual se basan las mismas, en este caso, la convención

colectiva vigente para los años 1994 a 1996

EL RECURSO DE CASACION

Fue propuesto por la parte demandante, concedido por el

Tribunal de origen, admitido por esta Corporación, que procede

a resolverlo, previo estudio de la demanda que lo sustenta. No

hubo réplica.

El alcance de su impugnación, lo delimitó de la siguiente

manera la censura:

“Pretendo con esta demanda de casación, que la H.


Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral,
case totalmente la sentencia proferida por el Tribunal

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Superior del Distrito Judicial de Cúcuta de fecha nueve


(9) de mayo de Dos Mil (2000), en cuanto por su
numeral primero confirmó en todas sus partes la
sentencia apelada proferida por el Juzgado Cuarto
Laboral del Circuito de Cúcuta el 24 de septiembre de
1999, y por su numeral segundo no condenó en costas
a la demandada, para que una vez constituida en sede
de instancia, confirme el numeral primero, revoque el
numeral segundo y tercero de la parte resolutiva del
fallo de primera instancia, y en su remplazo condene a
la empresa demandada conforme a las demás
pretensiones invocadas en la demanda, en especial al
pago del reajuste o reliquidación de la mesada
pensional y a la indexación monetaria sobre los
reajustes pensionales ordenados, condenando en
costas a la demandada.”

Con fundamento en la causal primera de casación, el censor

formula contra la sentencia de segundo grado los siguientes

cinco (5) cargos que se estudiarán en su orden:

PRIMER CARGO

“Acuso la sentencia recurrida por la causal primera de


casación señalada en el artículo 60 del Decreto 528 de
1964, modificado por el artículo 7º de la ley 16 de 1969,
esto es de ser violatoria, por la vía indirecta, de la ley
sustancial de carácter nacional, en la modalidad de
aplicación indebida, de los artículos 373, 374, 467, 468,
469 y 476 del código sustantivo del Trabajo, en relación
con los artículos 9, 14, 18, 19 y 21 del C.S.T., artículo 8
de la ley 153 de 1887, 1494, 1602, 1603, 1613, 1614,
1617, 1626, 1649 del código civil, 305 del C.P.C.
(modificado por el artículo 1º regla 135 del D. 2282 de
1989), 50 y 145 del C.P.L., artículo 21 de la ley 100 de
1993, Arts 127, 130, 132, 141 del C.S.T, art. 53 de la
Constitución Política”.

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Como pruebas erróneamente apreciadas, señala el acusador:

la demanda (fls 15 a 22); la contestación de la demanda (fls 37

a 42); el acta extra convencional del 2O de julio de 1994 (fls 10

a 11); el oficio del 16 de marzo de 1995, proveniente del

representante legal de la demandada (fl 8).

Como errores manifiestos de hecho en que incurrió el ad quem,

se indican:

“1º No dar por demostrado, estándolo, que el reajuste


pensional solicitado en la demanda, se fundamentó
única y exclusivamente en el acta extraconvencional del
20 de julio de 1994, suscrita entre la demandada y el
Sindicato SINALTRAINAL.

“2º Dar por demostrado, sin estarlo, que el reajuste


pensional pretendido se fundamentó en la Convención
Colectiva de Trabajo suscrita entre la empresa
demandada y el sindicato SINALTRAINAL, para el
periodo 1994 a 1996.

“3º No dar por demostrado, estándolo, que el acta


extraconvencional suscrita el día 20 de julio de 1994 por
la empresa demandada y SINALTRAINAL reglamentó
o regulo íntegramente la pensión de jubilación que a
partir del 21 de marzo de 1995 le fue reconocida al
demandante, tal y como se señaló en la demanda inicial
y se aceptó en su contestación.

“4º No dar por demostrado, estándolo, que la


demandada liquidó erróneamente la primera mesada
pensional del demandante, al tomar como salario base
de liquidación la suma de $ 365.616.oo.

“5º. No dar por demostrado, estándolo, que la primera

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mesada pensional del actor, es la suma de $


719.394,oo mensuales, conforme al principio
constitucional de favorabilidad aplicado al contenido del
numeral 4o del Acta Extraconvencional del 20 de julio
de 1994.

DEMOSTRACION DEL CARGO

Plantea el impugnante: que la reclamación consignada en el

escrito de demanda gira en torno al reajuste de la pensión

reconocida al actor con referencia al acta extra convencional

del 20 de julio de 1994, y no respecto a otra fuente formal de

derecho, como lo es la convención colectiva de trabajo, que

equivocadamente tomó el Tribunal como si se hubiese

esgrimido ese fundamento normativo para el reajuste invocado;

que, en consecuencia, el ad quem erró manifiestamente al no

dar por demostrado, contra la evidencia, que la pretensión de

reajuste pensional hecha en el escrito de la demanda inicial se

fundaba, única y exclusivamente, en el contendido del acta

extra convencional ya aludida, y que para nada se hizo

referencia en el capítulo de las pretensiones del libelo de

introducción procesal a la convención colectiva de trabajo como

fuente del derecho invocado; que ese dislate fáctico se produjo

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a raíz de la apreciación equivocada de la demanda, ya que allí

nunca se pretendió un derecho de raigambre convencional, lo

cual reafirma la propia empresa al contestar la demandada.

SE CONSIDERA

Toda la controversia en este asunto es respecto al salario que

acogió la demandada para reconocerle al demandante la

pensión de jubilación que le concedió a partir del 21 de marzo

de 1995, en virtud de un acuerdo extra convencional que

celebró con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la

Industria de Alimentos “Sinaltrainal”, en el cual se precisó que

la cuantía de la mesada sería “el cien por ciento (100%) del

salario mensual” que venían devengando los trabajadores que

gozarían de la pensión.

En la demanda con que se inició el proceso se afirma que la

empresa liquidó la aludida pensión “sobre la suma de

trescientos sesenta y cinco mil seiscientos dieciséis pesos

($365.616)”, lo que aceptó la demandada advirtiendo que ese

es el “salario mensual devengado por el demandante hasta

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marzo de 1995”. Así mismo, en los hechos séptimo y octavo

del escrito demandador se expresó:

“SEPTIMO: el último salario mensual promedio


devengado por el demandante ascendió a la suma de
SETECIENTOS DIECINUEVE MIL TRESCIENTOS
NOVENTA Y CUATRO PESOS ($719.394) N-CTE, el
cual sirvió de base para liquidar el auxilio de cesantías y
demás prestaciones sociales”.

“OCTAVO: La empresa demandada excluyó el anterior


salario, esto es la suma de $719.394, para efectos de
liquidar la pensión de jubilación extra legal, a pesar de
ser ésta una prestación social, liquidando en
consecuencia, la pensión con un saldo inferior”.

En la sentencia de primera instancia respecto al reajuste

pensional fundado en que la prestación social no se reconoció

con el salario pactado, se dijo:

“En tercer lugar, encontramos que en realidad, las


partes se rigen por el acuerdo expresado en el acta
extra convencional, donde claramente se señala que el
salario base para la liquidación del 100% de la pensión
sería mensual que venían devengando los trabajadores,
lo cual no da lugar a una interpretación diferente, por
cuanto se trata de un acuerdo extra legal, de carácter
bilateral y de obligatorio cumplimiento para las partes
intervinientes, sin llegar a la misma conclusión a la que
se llegara en los fallos de primera y segunda instancia
aportados al proceso, puesto que no hay
desmejoramiento ni duda en la interpretación del
acuerdo, que beneficiaba al actor y fue refrendado por
los miembros del mismo sindicato al cual estaba
afiliado, debiéndose desechar la pretensión de pago de
reajuste al salario que se tomara como base para la
liquidación de prestaciones, pues en este evento no se

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aportó la convención colectiva de trabajo, para


establecer la veracidad de lo prescrito en el art 57 de
las tanta veces referida convención”.
En el fallo del Tribunal sobre el punto a que se alude, se lee:

“El Juez de primera instancia consideró al revisar las


pruebas aportadas al informativo que se debe desechar
la pretensión de pago de reajuste al salario que se
tomara como base para la liquidación de prestaciones,
pues en este evento no se aportó la Convención
Colectiva de Trabajo, para establecer la veracidad de lo
prescrito en el artículo 57 de la referida Convención.

“Es aspecto fundamental establecer en el sub-júdice el


salario que se debe tener en cuenta para cancelarte al
demandante las mesadas pensionales.

“De acuerdo a lo anterior se tiene que mediante


acuerdo extraconvencional que celebraron la
demandada y el Sindicato Nacional de Trabajadores de
la Industria de Alimentos “Sinaltrainal”, a determinados
trabajadores entre ellos el demandante, la Empresa les
otorgó de manera voluntaria la pensión de jubilación.
“Las condiciones en que la Empresa decretará dicha
pensión son las siguientes: Ser mayores de cincuenta y
cinco (55) años de edad y con veinte (20) años de
servicio a la Empresa. Los trabajadores que se
beneficien de esta jubilación recibirán una bonificación
de jubilación en los términos pactados en la Convención
Colectiva vigente. La Empresa y éstos trabajadores se
obligan a pagar al Instituto del Seguro Social (ISS) las
cuotas que se causen a partir de la fecha, para efecto
de la afiliación y riesgo de vejez, con el objeto que los
trabajadores puedan beneficiarse en su oportunidad, de
la respectiva pensión de vejez, a cargo de dicha
entidad. Estos trabajadores recibirán el cien por ciento
(100%) del salario mensual que venían devengando, el
cual se incrementará igual que los salarios de los
trabajadores hasta cuando el ISS le decrete su
pensión”.

“Ahora bien, se tiene que del acta extraconvencional se


refiere: a los trabajadores que se beneficien de esta
jubilación recibirán una bonificación de jubilación en los

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términos pactados en la Convención Colectiva, así


como en los hechos de la demanda la parte accionante
manifiesta que el demandante era beneficiario de la
convenciones colectivas de trabajo suscritas entre la
Sociedad con la organización sindical, en especial la
suscrita el día 20 de julio de 1994 para la vigencia
comprendida entre el 1 de julio de 1994 y el 30 de junio
de 1996, y que como Vendedor la Convención Colectiva
de trabajo le asignó un salario mínimo o básico
convencional para el segundo semestre de 1995 de
quince mil ochocientos noventa y seis pesos, el cual se
incrementaba de acuerdo a la comisión por venta de
cajas, teniendo en cuenta su cargo de vendedor.

“Revisado el expediente encuentra la Sala que la


decisión del A-quo está ajustada a derecho,
impartiéndole desde ya la confirmación a la absolución
dispuesta a la demandada porque el actor se limitó a
hacer las peticiones sin aportar el documento en el cual
se basan las mismas, en este caso la Convención
Colectiva vigente para los años 1994 a 1996”.

Y se hace el anterior recuento para destacar que el Tribunal, a

la postre, compartió lo que expuso el juzgador de primer grado

respecto que, en principio, el salario para determinar el monto

de la pensión otorgada al actor tenía que hacerse con

referencia al acuerdo extraconvencional, y que para aspirar que

ésta se fijara con la remuneración acogida para la liquidación

de las “cesantías y demás prestaciones sociales”, era

indispensable que se aportara la convención colectiva que así

lo dispusiera.

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Esto último implica que el ad quem no incurre en los errores

fácticos alegados porque: 1. no desconoció que el fundamento

de lo pretendido era del acta extraconvencional; 2. si aludió a la

convención colectiva de trabajo fue para advertir que ésta se

requería para establecer si en ella se disponía, como se da a

entender en los hechos 7 y 8 de la demanda ordinaria, inclusive

saliéndose del acuerdo extraconvencional, que la tasación de

la pensión de jubilación debía hacerse con el salario de

$719.394, que “sirvió de base para liquidar el auxilio de

cesantías y demás prestaciones sociales”; 3. de las piezas

procesales de la demanda y su contestación ni del acta

extraconvencional y en el oficio del 16 de marzo de 1995, que

genéricamente se aducen como “pruebas apreciadas

erróneamente”, es posible inferir que el “salario mensual que

venía devengando” el demandante no era el de $365.616, y

antes por el contrario, de la demanda y su contestación, sí es

posible deducir que la remuneración de $719.394 fue la que se

tomó para liquidar cesantía y otras prestaciones sociales; 4. de

lo antes anotado no puede colegirse que el último salario al que

se alude, sea al que se refiere el acta extraconvencional.

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Además, también es de observar que el documento de folio 64,

en el que aparecen los factores que se tuvieron en cuenta para

deducir el salario de $719.394 y al que se denomina en el

mismo “total sueldo incrementado”, claramente se colige que

éste no puede tenerse como el salario mensual que venía

devengando el demandante, que es el mencionado en el acta

extraconvencional, sino que aquél es fruto de un promedio

salarial mensual de lo devengado, según allí se anota, del

“total de un año legal y extra legal”.

En consecuencia, no prospera el cargo.

Empero, la decisión a la que se llega no obsta para que la

Corte agregue que la argumentación del censor en este cargo

es contradictoria, ya que para él la única referencia que se

debía y debe tenerse en cuenta para tasar el valor de la

primera mesada pensional es el acuerdo extraconvencional en

cuanto expresa cuál es ese salario, y olvida que en la demanda

ordinaria señala que la remuneración con la que reclama el

reajuste es la que corresponde a la acogida por la demandada

para liquidar “auxilio de cesantías y otras prestaciones

sociales”. Por lo tanto, y no se requiere hacer un profundo

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análisis para concluir que cuando el Tribunal echa de menos la

convención colectiva de trabajo, su intención es determinar si

en aquella está previsto que los mencionados créditos se

liquidaban con base en la remuneración que venía devengando

el demandante, pues de ser así habría concluido que la

pensión de jubilación debió liquidarse con el salario de

$719.394.

Lo antes precisado es suficiente para concluir que el sustento

fáctico de la pretensión negada con relación al reajuste

pensional de la primera mesada no se probó, como también

que el Tribunal no incurrió en los errores de hecho distinguidos

con los numerales 4 y 5.

SEGUNDO CARGO

“Acuso la sentencia recurrida por la causal primera de


casación señalada en el artículo 60 del Decreto 528 de
1964, modificado por el artículo 7º de la ley 16 de 1969,
esto es, por ser violatoria, por la vía indirecta el artículo
305 del C. P.C., modificado por el artículo 1º regla 135
del decreto 2282 de 1989, y 50 y 145 del C.P.L.,
infracción medio que condujo a la indebida aplicación
de los artículos 467, 468 y 469 del C. S. T, en relación
con los artículos 9, 14, 18, 19, y 21 del C.S.T, artículo 8
de la ley 153 de 1887, 1494, 1602, 1603, 1613, 1614,
1617, 1626 y 1649 del código civil, art. 21 de la ley 100
de 1993, Arts 127, 130, 132, 141 del C.S.T. art. 53 de la

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Constitución Política “.

Como “pruebas” erróneamente apreciadas por el Tribunal

indica el cargo la demanda inicial (fls 17 a 24) y su

contestación (fls 30 a 34).

Los errores manifiestos de hecho que la censura increpa al ad

quem son:

“1º No dar por demostrado, estándolo, que el reajuste


pensional solicitado en la demanda, se fundamentó
única y exclusivamente en el acta extraconvencional
del 20 de julio de 1994, suscrita entre la demandada y
el Sindicato SINALTRAINAL.

“2º Dar por demostrado, sin estarlo, que el reajuste


pensional pretendido se fundamentó en la Convención
Colectiva de Trabajo suscrita entre la empresa
demandada y el Sindicato SINALTRAINAL

“3º No dar por demostrado, estándolo, que el acta


extraconvencional suscrita el 20 de julio de 1994 por la
empresa demandada y SINALTRAINAL reglamentó o
reguló íntegramente la pensión de jubilación que a partir
del 21 de marzo de 1995 le fue reconocida al
demandante, tal y como se señaló en la demanda inicial
y se aceptó en su contestación.”

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DEMOSTRACION DEL CARGO

Para sustentar el ataque aduce el impugnante: que el principio

de congruencia del artículo 305 del código de procedimiento

civil tiene aplicación en materia laboral por así disponerlo el

artículo 145 del código procesal del trabajo, razón por la cual la

sentencia debe estar en consonancia con los hechos y las

pretensiones de la demanda inicial; que en el caso se trabó la

litis sobre la base del reconocimiento de una pensión de

jubilación fundada en el acta extra convencional del 20 de julio

de 1994, y donde se pretendía la reliquidación de la primera

mesada con base en lo dispuesto en el numeral 4º de la

misma; que en la demandada ordinaria, la pretensión de la

reliquidación de la pensión, con referencia a un salario superior

al inicialmente tenido en cuenta, no hace referencia para nada

a la convención colectiva de trabajo como fuente de la

obligación reclamada; que cuando el ad quem expresó que al

no obrar en el plenario la prueba de la convención colectiva de

trabajo, le era imposible dictar sentencia a favor del petente,

vulneró los marcos planteados en la demanda y en la

contestación, dado que la pretensión reliquidatoria de la

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mesada pensional no tuvo como fundamento normativo el

texto de la convención, con lo cual infringió el artículo 305 del

código de procedimiento civil; que esta violación fue el medio

que lo condujo al quebrantamiento de las normas sustanciales

citadas en el cargo, especialmente las referidas con el salario,

pues por ese yerro aplicó indebidamente preceptos que lo

llevaron al fallo absolutorio, al definir la contención con

fundamento en normas convencionales impertinentes para el

caso; que dentro de las facultades del juzgador para interpretar

la demanda, no era razonable asumir que el fundamento de las

pretensiones era la convención colectiva de trabajo, pues para

las partes estuvo claro siempre que la génesis de la

reclamación era el acta extraconvencional del 20 de julio de

1994, única fuente de la obligación, que excluía, por ende, el

acuerdo convencional.

SE CONSIDERA

En relación con este ataque es pertinente traer a colación lo

que ya se puntualizó al decidir el primer cargo, para concluir

que el Tribunal no violó el principio de la congruencia al

apreciar la demanda y su contestación.

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Radicación No. 15267

Así se afirma porque, se repite, el juzgador no desconoció que

la pretensión de reajuste de la primera mesada pensional

estaba fundada en el acta extraconvencional ni que en ésta se

pactó que la cuantía a reconocer al demandante por concepto

de la pensión de jubilación que se le otorgó era el “cien por

ciento (100%) del salario mensual” que éste venía devengando.

Lo que buscó establecer el Tribunal, y no encontró prueba que

lo acreditara, como no la hay, es que la precitada remuneración

era la misma que acogió la demandada para liquidar “auxilio de

cesantías y otras prestaciones sociales”, que fue lo afirmado en

los hechos 7 y 8 del escrito de demanda con que se inició este

proceso.

No prospera, entonces, este cargo.

TERCER CARGO

“Acuso la sentencia recurrida por la causal primera de


casación señalada en el artículo 60 del Decreto 528 de
1964, modificado por el artículo 7º de la ley 16 de 1969,
esto es de ser violatoria por la vía directa, “por

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infracción directa - falta de aplicación”, de los artículos


21 del C.S.T y 53 de la Constitución Política, que
regulan el principio de favorabilidad en materia laboral,
infracción que condujo a la violación de los artículos
467, 468, 469 del CST, en relación con los artículos 9,
14, 18, 19 del C.S.T., artículo 8 de la ley 153 de 1887,
1494, 1602 1603, 1613, 1614, 1617, 1626, 1649 del
código civil, art. 21 de la ley 100 de 1993, 127, 130,
132, 141 del CST “.

DEMOSTRACIÓN DEL CARGO

Alega el recurrente en apoyo de su ataque: que el ad quem no

aplicó el principio constitucional y legal de favorabilidad del

artículo 53 de la Constitución Política y 21 del Código

Sustantivo del Trabajo, al prohijar que el salario base de

liquidación de la mesada pensional del actor debía ser el

promedio devengado en el último semestre de servicios, y no

el devengado en el último año, a pesar de ser aquel inferior al

pretendido por el actor; que el pasar por alto dicho criterio

hermenéutico, implicó la vulneración del principio de

favorabilidad en la aplicación e interpretación de las fuentes

formales de derecho, no obstante que tal principio superior es

de obligatoria aplicación cuando del texto de la fuente formal

puedan objetivamente surgir varias intelecciones, debiendo

optar siempre por la que más favorezca al trabajador; que por

22
Radicación No. 15267

ello era imperativo para el Tribunal haber decidido la

controversia con la interpretación más favorable al trabajador,

teniendo como única fuente normativa del derecho pretendido,

el acta extraconvencional; que si una fuente normativa señala

una base salarial para liquidar ciertos derechos laborales

económicos, y otra indica, a su vez, una base distinta, es

obligatorio para el juez escoger la norma o interpretación que

más favorezca al trabajador; que el principio de favorabilidad

está claramente vulnerado en un caso como el que ha descrito;

que cuando se planteó a la justicia laboral la contención, su

fundamento normativo se ciñó al contenido del numeral 4º del

acta extra convencional del 20 de julio de 1994, y no a otra

fuente, como el texto convencional; pero que si en gracia de

discusión se aceptara que con la convención se podía dirimir el

litigio, el Tribunal estaba obligado a auspiciar la interpretación

de la fuente que más favoreciera al accionante, y no aquella

que lo perjudicara, como en efecto hizo.

23
Radicación No. 15267

SE CONSIDERA

El recurrente sostiene que el “ad quem no aplicó el principio

Constitucional y legal de la favorabilidad, consagrado en el

artículo 53 de la Constitución Política y 21 de C.S.T., al prohijar

que el salario base de liquidación de la mesada pensional del

actor debía ser el promedio de lo devengado en el último

semestre de servicios, y no el devengado en el último año, así

aquél fuese manifiestamente inferior al pretendido válidamente

por el actor”.

Recuerda la Corte que inveterada y reiteradamente ha

sostenido que el tipo contractual que define el artículo 467 del

código sustantivo del trabajo y los acuerdos extra

convencionales a los que llegan sindicatos y empleadores,

únicamente tienen trascendencia probatoria en el recurso de

casación, por lo que cualquier discusión sobre el alcance de los

mismos, es decir, sobre la valoración o no apreciación del

contenido de tales documentos, debe plantearse por la vía

indirecta y no por la directa a la que se acude en este cargo.

24
Radicación No. 15267

Además, en este asunto, por lo dicho al decidir los anteriores

cargos, el Tribunal no se enfrentó, como lo sostiene el censor,

a la disyuntiva de dilucidar la controversia con referencia a los

salarios a los que alude en este ataque, sino que concluyó que

no estaba acreditado que la remuneración de $719.394 con la

que el demandante aspiraba se le liquidara la primera mesada

pensional y que fue acogido por la empresa para tasar el

auxilio de cesantía y prestaciones sociales, era el mismo al que

se refería el acta extraconvencional, o sea, el salario mensual

que venía devengando el actor.

Se desestima el cargo.

CUARTO CARGO

“Acuso la sentencia recurrida por la causal primera de


casación señalada en el artículo 60 del Decreto 528 de
1964, modificado por el artículo 7º de la ley 16 de 1969,
esto es de ser violatoria, por la vía indirecta, por error
de derecho, de los artículos 37 numeral 4º , 179 y 180
del C.P.C., 54 y 145 del C.P.L. infracción medio que
condujo a la indebida aplicación de los artículos 467,
468 y 469 del C. S. T, en relación con los artículos 9,
14, 18, 19, y 21 del C.S.T, artículo 8 de la ley 153 de
1887, 1494, 1602, 1603, 1613, 1614, 1617, 1626 y 1649
del código civil, art. 21 de la ley 100 de 1993, Arts 127,
130, 132, 141 del C.S.T”.

25
Radicación No. 15267

DEMOSTRACION DEL CARGO

Se plantea: que por mandato expreso de las disposiciones

probatorias denunciadas en el cargo, pesa sobre los jueces un

deber de esclarecimiento oficioso en cuya virtud les

corresponde realizar cuanto esté a su alcance para la

demostración integral de la situación fáctica en disputa y así

garantizar una resolución justa en el fondo; que de cara al

ordenamiento procesal que rige la facultad de aducir pruebas,

ella no es de iniciativa exclusiva de las partes, dado que el juez

tiene ya esa misma potestad e inclusive sin las limitaciones de

las partes, ya que su tarea no está orientada a un interés

privado sino público.

SE CONSIDERA

Dice el censor que “Acuso la sentencia recurrida por la causal

primera de casación señalada en el artículo 60 del Decreto 528 de

1964, modificado por el artículo 7º de la ley 16 de 1969, esto es de

ser violatoria, por la vía indirecta, por error de derecho, de los

artículos 37 numeral 4º , 179 y 180 del C.P.C., 54 y 145 del C.P.L.

infracción medio que condujo a la indebida aplicación de los

artículos(…)”.

26
Radicación No. 15267

Y en la demostración de este cargo lo que básicamente se

sostiene es que el Tribunal violó la ley al no ordenar allegar,

como prueba de oficio, la convención colectiva que estimó

indispensable para acceder a lo pretendido por el actor, y es

así que en uno de los apartes del alegato se expresa: “A los

jueces no les está permitido, desatenderse de la investigación

oficiosa con el fin de llegar a la verdad material frente a los

intereses en pugna, asumiendo cómoda actitudes omisivas,

como las ejecutadas por el Tribunal, al no ordenar de oficio la

incorporación de la convención colectiva de trabajo de 1994 a

1996 si consideraba que le era esencial para definir la

pretensión planteada por el demandante, conforme a la

interpretación que realizó de la demanda y su respectiva

contestación”.

Ahora bien, al acudir el impugnante en este ataque a la vía

indirecta y aduciendo que el Tribunal incurrió en error de

derecho, pasó por alto que en la casación laboral tal clase de

yerro tiene su propia definición, ya que de acuerdo con el

artículo 87 del código procesal del trabajo, modificado por el

decreto 528 de 1964, “solo habrá lugar a error de derecho en la

casación de trabajo, cuando se haya dado por establecido un

27
Radicación No. 15267

hecho con un medio probatorio no autorizado por la ley, por

exigir está al efecto una determinada solemnidad para la

validez del acto, pues en este caso no se debe admitir su

prueba por otro medio, y también cuando deja de apreciarse

una prueba de esta naturaleza, siendo el caso de hacerlo”.

Relacionando, entonces, la acusación que se formula a través

del cargo y la sustentación del mismo, no se requiere hacer

análisis alguno para concluir que debe desestimarse.

CARGO QUINTO

“Acuso la sentencia recurrida por la causal primera de


casación señalada en el artículo 60 del Decreto 528 de
1964, modificado por el artículo 7º de la Ley 16 de
1969, esto es de ser violatoria, por la vía directa, en la
modalidad de infracción directa – falta de aplicación –
de los artículos 37 numeral 4º, 179 y 180 del C.P.C., 54
y 145 del C.P.L., infracción medio que condujo a la
indebida aplicación de los artículos 467, 468 y 469 del
C.S.T. en relación con los artículos 9, 14, 18, 19 y 21
del C.S.T., artículo 8 de la Ley 153 de 1887, 1494,
1602, 1603, 1613, 1614, 1617, 1626, 1649 del Código
Civil, artículo 21 de la ley 100 de 1993, Arts. 127, 130,
132, 141 del C.S.T.”

DEMOSTRACION DEL CARGO

Para ello, en síntesis, sostiene el censor que es un deber de

28
Radicación No. 15267

los jueces para garantizar las resoluciones justas en el fondo

de las controversias, decretar de oficio las pruebas que sean

necesarias para ello, y expresa que “no es facultativo del

juzgador obrar de este modo, sino que en toda ocasión, en la

debida oportunidad legal, en que los hechos – reales o

hipotéticos – alegados por las partes requieran ser

demostrados, así la que los alega hubiese sido decidiosa en

esa labor, es un deber del juzgador utilizar los poderes

oficiosos que le concede la ley en materia de pruebas, pues es

éste el verdadero sentido y alcance de los artículos 37 numeral

4, 179, 180 del C.P.C. y 54 del código procesal del trabajo”.

Que por lo tanto, en este asunto el Tribunal violó ese deber al

no ordenar de oficio la incorporación del texto del documento

convencional al “haber señalado que era presencia necesaria

para dictar sentencia favorable al apelante”

SE CONSIDERA

El tema de pruebas de oficio en el proceso laboral está

consagrado en los artículos 54 y 83 del código procesal del

29
Radicación No. 15267

trabajo, y en relación con el alcance de tales normas esta Sala

de la Corte en sentencia de enero 29 de 1979, expediente

número 6435, precisó:

“Cierto es, como lo dice el impugnante, que los


funcionarios que tienen a su cargo tramitar y decidir en
las instancias los procesos laborales deben practicar las
pruebas solicitadas oportunamente por las partes y, aún
más, para la búsqueda de la verdad real sobre los
hechos controvertidos, pueden decretar y practicar de
manera oficiosa las demás pruebas que consideren
pertinentes.

“Estas atribuciones son de mayor amplitud para los


jueces del primer grado porque es a ellos a quienes
corresponde la instrucción fundamental del proceso, la
dirección de éste (C.P.L. Art 48), la práctica personal de
las pruebas (ibid. Art. 52), el decreto de ellas
oficiosamente (ibid. Art. 54), e inclusive la potestad de
interrogar libremente a las partes (ibid. Art. 59). Todo
ello para fundar su convencimiento en el análisis del
material probatorio conseguido y decidir así el litigio
(ibid. Art. 60 y 61).

“Ya en la segunda instancia los poderes del Tribunal se


restringen, pues sólo le es dable practicar pruebas
decretadas en la primera cuando en ésta dejaron de
aducirse sin culpa de quien las pidió, y, fuera de esta
hipótesis, apenas le incumbe decretarlas de oficio, mas
no como deber sino como potestad (ibid. Art. 83).

“Y en casación, únicamente después de infirmada la


sentencia recurrida, le es dable a la Corte dictar auto
para mejor proveer (Decreto Ley 528 de 1964, Art. 61).

“Pero las facultades y deberes que tienen los


funcionarios de las instancias en materia de práctica de
pruebas no llegan ni pueden llegar en ningún caso a
desplazar la iniciativa de los litigantes ni a reemplazar
las tareas procesales que a cada uno de ellos les
incumbe: Al demandante, demostrar los hechos
fundamentales de su acción. Al demandado, acreditar

30
Radicación No. 15267

aquellos en que base su defensa.

“El desinterés o la incuria de cualquiera de las partes en


aducir sus pruebas no pueden razonablemente ser
suplidos por el juez con el pretexto de inquirir la verdad
real sobre las materias controvertidas, porque la
actuación de éste debe ser imparcial en todo tiempo, y
sus poderes oficiosos se limitan a esclarecer puntos
oscuros o de duda que se presenten en el juicio. Debe
pues aclarar lo que parece verdadero en principio y no
investigar la fuente misma de la verdad, como si se
tratase de asunto criminal.

“De otra parte, si el juez no cumple con su deber de


decretar o de practicar las pruebas que le fueron
pedidas, ese incumplimiento no envuelve quebranto
aducible en casación de las normas instrumentales que
le ordenan proceder celosamente en el trámite de los
procesos, como medio para alegar el desconocimiento
de textos sustanciales de la ley, sino que apenas
comprometería la responsabilidad personal del
funcionario frente a los litigantes por las omisiones en
que hubiere incurrido. La conducta del juez o tribunal no
es tema trascendente dentro de este recurso
extraordinario, cuya finalidad suprema es unificar la
jurisprudencia nacional.

“Y si esto es forzosamente predicable en tratándose de


un deber del juez, mayor énfasis le corresponde aún en
cuanto atañe a su potestad de practicar pruebas de
manera oficiosa. Es un ideal buscar la verdad completa
antes de resolver procesos judiciales. Pero esa
indagación es más deber moral que legal para el
sentenciador.”

En consecuencia, como no encuentra la Sala razones para

modificar el criterio contenido en el aparte de la providencia

antes transcrito, al mismo se remite para concluir que el cargo

que se analiza no está llamado a prosperar; aunque ello no

31
Radicación No. 15267

obsta para que se exhorte a los jueces y magistrados para que

hagan uso de la facultad que las normas procesales ya citadas

les concede para decretar pruebas de oficio, pues

indudablemente cuando las ejercen cumplen el objetivo que

éstas persigue como es la efectividad de los derechos

reconocidos por la ley sustancial.

No prospera el cargo.

Aunque el recurso se pierde, no se impondrán costas por el

mismo porque la parte que resultaría favorecida con ellas

ninguna intervención tuvo en su trámite.

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala

de Casación Laboral, administrando justicia en nombre de la

República y por autoridad de la ley, NO CASA la sentencia del

9 de mayo de 2000, proferida por la Sala Laboral del Tribunal

Superior del Distrito Judicial de Cúcuta, en el juicio promovido

por JOSE ANTONIO JAIMES contra la sociedad

EMBOTELLADORA DE SANTANDER S.A. “EMBOSAN S.A”.

Sin costas en casación.

32
Radicación No. 15267

CÓPIESE, NOTIFÍQUESE Y DEVUÉLVASE AL TRIBUNAL DE

ORIGEN.

FERNANDO VÁSQUEZ BOTERO

FRANCISCO ESCOBAR HENRÍQUEZ JOSÉ ROBERTO HERRERA VERGARA

CARLOS ISAAC NADER RAFAEL MÉNDEZ ARANGO

LUIS GONZALO TORO CORREA GERMÁN G. VALDÉS SÁNCHEZ

JESÚS ANTONIO PASTAS PERUGACHE


Secretario

SALA DE CASACION LABORAL

ACLARACION DE VOTO

Radicación 15267

33
Radicación No. 15267

Dado que nadie ha puesto en discusión que debe

aplicarse en el procedimiento del trabajo lo dispuesto por el artículo

177 del Código de Procedimiento Civil sobre carga de la prueba, y

este precepto legal establece perentoriamente que "incumbe a las

partes probar el supuesto de hecho de las normas que consagran el

efecto jurídico que ellas persiguen", estamos plenamente de

acuerdo con las consideraciones que se expresan en la sentencia de

29 de enero de 1979 cuyos apartes se transcriben en este fallo,

especialmente con el aserto que hizo la Corte de que "el desinterés o

la incuria de cualquiera de las partes en aducir sus pruebas no

pueden razonablemente ser suplidos por el juez con el pretexto de

inquirir la verdad real sobre las materias controvertidas, porque la

actuación de éste debe ser imparcial en todo tiempo".

Por tal razón no estuvimos de acuerdo con la

exhortación que se hace en el fallo para que los jueces y

magistrados decreten pruebas de oficio, ya que, además de no ser

función de la Corte "rogar" a dichos funcionarios que hagan uso de

sus facultades legales, consideramos que la doctrina contenida en el

fallo de 29 de enero de 1979 es precisamente la de que el juez debe

ser imparcial y, por ello, no debe utilizar sus poderes para

34
Radicación No. 15267

beneficiar a la parte que por "desinterés" o "incuria" no cumple

con la carga de probar que le impone el artículo 177 del Código de

Procedimiento Civil.

Para nosotros el verdadero sentido y alcance de

la facultad de decretar pruebas de oficio consagrada en el artículo

54 del Código Procesal específicamente para el juez de primera

instancia y en el artículo 83 para el tribunal, está explicado en la

misma sentencia de 29 de enero de 1979, en la que se asentó que el

decreto de pruebas no pedidas por las partes tiene como finalidad

"aclarar lo que parece verdadero en principio y no investigar la

fuente misma de la verdad, como si se tratase de asunto criminal",

por lo que el recto ejercicio de la facultad de investigar de oficio los

hechos litigiosos está limitado "a esclarecer puntos oscuros o de

duda que se presenten en el juicio"; mas esta facultad de decretar

pruebas de oficio no significa que deba suplir "el desinterés o la

incuria de cualquiera de las partes en aducir sus pruebas".

En estos términos dejamos explicado el porqué

no estuvimos de acuerdo con la exhortación que se hace en la

sentencia.

35
Radicación No. 15267

CARLOS ISAAC NADER RAFAEL MENDEZ

ARANGO

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