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Los libros álbum como categoría forman parte indispensable del territorio de los
libros para niños, no sólo porque su presencia es incuestionablemente notable
en el circuito editorial sino porque han logrado posicionarse como una expresión
auténtica del discurso para la infancia. Dentro de esta categoría, los llamados
libros de álbum sin palabras, libros mudos o libros silentes han cobrado una
enorme visibilidad durante los últimos años. A pesar de que la definición más
clásica y monolítica del libro álbum tiene como esencia fundamental la relación
que se establece entre el lenguaje literario y el lenguaje visual en el interior de
estos libros, existe una categoría de ellos que se definen, paradójicamente, por
la ausencia de textos. Libros que desarrollan su narratividad y sedimentan las
posibilidades de interpretación en la narración visual.
Otro hito importante se trata del libro Emigrantes, de Shaun Tan: realmente el
impacto de este libro fue determinante en el mundo académico. Publicado en
2006, está considerado como una novela gráfica, otra categoría que emerge con
fuerza durante lo últimos años, demarcando un nuevo territorio para el discurso
visual.
Los álbumes sin palabras son libros que narran historias fundamentalmente a
través de imágenes. Si fuéramos estrictos no existiría ninguno, ya que todos los
libros contienen necesariamente un título que los identifica, el nombre de los
autores, la casa editorial y los créditos correspondientes.
Aun no siendo tan radicales, la verdad es que no existen tantos álbumes sin
palabras «auténticos» como pueda parecer. Entonces, ¿cuántas palabras se le
permiten a un álbum sin palabras para ser considerado como tal?
A partir de esta acuciante pregunta, son muchas las respuestas que permiten
establecer comportamientos diversos de los textos que acompañan estos libros,
muchos de los cuales por su ubicación periférica son llamados paratextos, una
palabra clave que surge en el estudio de estos libros. Algunos de ellos forman
parte inseparable de la información que le dan concreción al libro, que
determinan su existencia, otros, más bien, arrojan luz sobre sus posibilidades de
interpretación.
Los libros sin palabras han evolucionado hacia formas más sofisticadas de
gramática, si tomamos en cuenta que la gramática sostiene la narratividad, la
posibilidades de contar una historia y la manera como esta historia se cuenta.
De alguna forma, y corriendo el riesgo de ser simplistas, podemos decir, en
términos generales, que se trata de libros con muy poco texto o ninguno, que
cuentan una historia sin necesidad de estar acompañados de un texto literario y
que el desarrollo de esa historia implica niveles y recursos narrativos que
absorben préstamos del cine, del arte y del discurso visual propiamente. Y que
por tratarse de un proceso de composición espacial se despliegan códigos
visuales que pueden ser tan potentes y sugestivos como los del lenguaje
literario.
El mundo es un cuarto. Quise tomar una frase de Pablo Picasso para explorar
este tópico. En referencia a cierta visión oscura que se deja ver en muchos de
sus cuadros, Picasso afirma que el mundo moderno “se parece a un cuarto
amueblado en el que todos, gesticulando, esperamos la muerte”. Esa idea del
mundo como un cuarto me parece incisiva y creo que muchos libros silentes
proponen conceptos del mundo, reflexiones acerca de cómo el mundo está
construido, cómo funciona y cómo se supone que nosotros nos insertamos en
él. Zoom es un excelente ejemplo de cómo una filosófica conceptualización del
mundo, de lo infinito y los pequeños mundos contenidos en la existencia, nos
hacen ver la pequeñez y lo efímero de nuestro viaje personal. Distintas imágenes
van develando, en sucesión con el negro puro, que eso que vemos no parece
ser sino la pequeña parte de un todo, hasta que ese ojo por encima del universo
que actúa como un zoom back nos recuerda que el planeta entero es apenas un
punto en el espacio, gravitando en la oscuridad más absoluta. Libro inteligente
que nos hace pensar acerca de uno de los grandes misterios de la existencia. A
propósito de ello me gustaría reproducir una oración anónima tuareg, que
conecta con la profundidad de este mensaje:
Los libros sin palabras también nos permiten entrar en esas paradójicas
encrucijadas en las que no sabemos si nos dejan respuestas a preguntas que
nos hacemos, o nos rebotan preguntas que nunca habíamos pensado en
hacernos. Capital, del portugués Afonso Cruz, esboza una visión del mundo
contemporáneo, a partir de la pregunta que todos en algún momento nos
planteamos de qué vinimos a hacer a este mundo. Un chico recibe como regalo
una alcancía en forma de puerco, y va creciendo con el único objetivo de
convertirse en un hombre rico. Su vida se ve destruida por la obsesión por el
dinero, mientras que el puerco se hace gigantesco y crece hasta devorarse a la
ciudad completa. Otra forma de deshumanización, en las sociedades distópicas
contemporáneas, la banca como una abstracción que todo lo devora sin alma,
llega a convertirse en un nuevo modelo del mundo, incluso de un sistema donde
el herido planeta que habitamos ha adquirido la forma de una alcancía-puerco
inexpresiva. ¿Pueden libros de esta naturaleza dejarte incólume después de su
lectura?
Para cerrar me gustaría referirme a otras formas de cómo el libro silente genera
construcción de significado en el lector. El arenque rojo, de Gonzalo Moure y
Alicia Varela, suscita realmente la construcción de historias. Cuadros llenos de
detalles, conectan con hilos invisibles historias secretas que están contenidas
allí, mientras que un arenque rojo (haciendo un guiño al red herring del inglés
que se refiere a una pista falsa) va gravitando de forma libre, casi nadando por
las páginas. Al final, un sobre que sirve de paratexto esencial ofrece algunas de
las historias e invita al lector para que comience sus propios relatos. Sin duda
alguna, a pesar de que es un libro sin texto abre las infinitas posibilidad para el
arte de crear historias. Lo extraño penetra también como el diálogo de elementos
inesperados en un mismo cuadro, como en el libro coreano The Gift (El regalo),
de Page Tsou, que cuenta la inesperada visita de una familia a un museo. El
chico se siente realmente extraño y esa inquietud de lo insólito surge desde que
una cigarra descomunal se posa en su suéter, mientras la mirada estupefacta
del chico nos habla de un sentimiento de repulsión contenido. En la taquilla le
entrega el boleto de entrada a un funcionario, que tiene en su traje una etiqueta
que dice “sin título”, como si fuese una obra de arte anónima. Cuando entrega el
boleto de color verde podemos ver que lleva escrito el texto “Abre tus ojos”. En
la siguiente escena ese funcionario tiende una mano con garras, mientras que el
boleto ahora de color rojo y en sentido inverso dice “Abre tu mente”. A partir de
esta escena se abre el espacio fantástico, y ya el mundo cobra otra significación.
¿Pueden ser estos gestos potentes recursos para instalar lo extraño como parte
de es inquietud que impele al lector a ir más allá de lo evidente?
Los libros silentes puede llegar a ser artefactos sofisticados que ofrecen una
experiencia lectora más allá de lo inmediato, pueden conmover y asombrar,
pueden aliviar la retina y dejar en el alma la honda huella de lo estético, pero
también pueden instalar experiencias inquietantes, preguntas incontestables,
deseos de búsqueda, semillas de lo extraño y mares profundos de contenidos,
condiciones que hacen posible la construcción de significados.
Bibliografía
BANYAI, Istvan. (1995). Zoom. México: Fondo de Cultura Económica.
BOSCH, Emma. (2012). “¿Cuántas palabras puede tener un libro álbum sin
palabras?”. En OCNOS. Revista de Estudios sobre Lectura. No. 8. Cuenca:
Universidad de Castilla-La Mancha.
BRIGGS, Raymond.(1988). El muñeco de nieve. Madrid: Altea.
CRUZ, Afonso. (2017). Capital. Barcelona: Juventud.
DIAZ, Fanuel Hanán. (2007). Leer y mirar el libro álbum: ¿Un género en
construcción? Bogotá: Norma.
LEHMAN, Barbara. (2004). The Red Book. Massachusetts: Houghton Mifflin
Company.
MOURE, Gonzalo y Alicia Varela. (2012). El arenque rojo. Madrid: SM.
RAMSTEIN, Anne-Margot y AREGUI; Mattias. (2013). Avant et aprés. Paris:
Albin Michel.
SERRA, Adolfo. (2017). El bosque dentro de mí. México: Fondo de Cultura
Económica.
TAN, Shaun. (2016). Emigrantes. Granada: Barbara Fiore Editora.
TSOU, Page. (2017). The Gift. Taipei: Taipei Fine Arts Museum.