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La violencia contra la mujer sigue siendo una gran amenaza para la salud pública
común.
• Una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sufrido alguna vez en su vida violencia física o
sexual
infligida por un compañero íntimo o violencia sexual infligida por cualquier otro agresor. La mayor
parte
• La violencia contra la mujer tiende a aumentar en cualquier tipo de emergencia, incluidas las
epidemias.
La probabilidad de estar expuestas a más riesgos y tener más necesidades es mayor en las mujeres
mayores y las mujeres con discapacidad. Las mujeres desplazadas, las refugiadas y las que viven en
zonas
• Aunque hay pocos datos, los informes de China, el Reino Unido, los Estados Unidos y otros
países indican
que los casos de violencia doméstica han aumentado desde que comenzó el brote de COVID-
19.1,2
o El número de casos de violencia doméstica notificados en febrero del 2020 a una estación de
policía de Jingzhou, una ciudad de la provincia de Hubei, fue tres veces mayor que en el mismo
importantes sobre la salud de las mujeres, y de sus hijos y hijas. Puede dar lugar a traumatismos y
problemas graves de salud física, mental y sexual y reproductiva, incluidas las infecciones de
transmisión
• A medida que se implantan las medidas de distanciamiento y se pide a las personas que se
queden en
o La probabilidad de que las mujeres que están en una relación de maltrato y sus hijos e hijas
estén
contacto estrecho y hace frente a un mayor estrés y a posibles pérdidas económicas o del trabajo.
DURANTE LA PANDEMIA
o Es posible que las mujeres tengan menos contacto con sus familiares y amigos que podrían
o Las mujeres sobrellevan el grueso de la carga que supone el aumento del trabajo de cuidado
durante la actual pandemia. El cierre de las escuelas exacerba aún más esta carga y supone un
o La interrupción de los medios de vida y la capacidad de subsistencia, incluidos los de las mujeres
(muchas de las cuales son trabajadoras asalariadas informales), reducirá el acceso a los servicios
básicos, lo que aumentará el estrés en las familias y puede agravar los conflictos y la violencia. A
medida que disminuyan los recursos, las mujeres pueden estar expuestas a un mayor riesgo de
explotación económica.
o Los perpetradores del maltrato pueden valerse de las restricciones implantadas debido a la
COVID-19 para ejercer poder y control sobre sus compañeras a fin de reducir aún más su acceso
a los servicios, la ayuda y el apoyo psicosocial tanto de las redes formales como de lasinformales.
o Los perpetradores también pueden limitar el acceso de las mujeres a artículos necesarios como
o Los perpetradores pueden ejercer control sobre las mujeres dándoles información incorrecta
• Es probable que se reduzca el acceso a los servicios básicos de salud sexual y reproductiva,
incluidos los
• También es posible que disminuya la prestación de otros servicios, como las líneas telefónicas de
ayuda,
los centros para la atención de crisis, los albergues, la asistencia jurídica y los servicios de
protección, lo
que reduce aún más el acceso a los pocos servicios de ayuda que las mujeres que están en una
relación
Los sistemas de salud desempeñan una función importante en garantizar que los
servicios para las mujeres que han sufrido violencia sigan siendo accesibles durante
el brote de COVID-19
Aunque el brote de COVID-19 ha impuesto a los sistemas y al personal de salud la enorme carga de
tener que
cuidar a las personas con la enfermedad, hay medidas que pueden ayudar a mitigar las
repercusiones de la
violencia para las mujeres, los niños y las niñas durante este período.
• Todos los interesados directos que intervienen en la respuesta frente a la COVID-19 deben
concientizar
sobre los probables efectos del distanciamiento físico, la estadía en casa y otras medidas en las
mujeres
• El personal de salud, que en muchos entornos está integrado mayoritariamente por mujeres,
puede
estar expuesto al riesgo de violencia en el hogar o en el lugar de trabajo, un problema grave que
puede
intensificarse cuando los sistemas de salud están bajo presión. Los gerentes de salud o los
administradores de los establecimientos deben tener planes para abordar la seguridad del
personal de
salud. Es posible que los prestadores de atención de primera línea que tratan la COVID-19 sufran
estigmatización, aislamiento y exclusión social. Debe preverse el apoyo psicosocial, los incentivos
no
las niñas.
personal de salud de primera línea, hay medidas que pueden ayudar a mitigar las repercusiones de
la
Los gobiernos y los encargados de las políticas deben incluir en los planes de preparación y
de distanciamiento físico.
atención de crisis por violación, orientación) a las supervivientes, incluidos los horarios, los
vinculación.
Los prestadores de servicios de salud deben ser conscientes de los riesgos y las
consecuencias para la salud de la violencia contra la mujer. Pueden ayudar a las mujeres
asistencia de primera línea incluye: escucharlas con empatía y sin emitir juicios,
apoyo. Es imperativo explorar el uso de los servicios de salud mediante telefonía móvil
(mSalud) y de la telemedicina para abordar de manera segura la violencia contra la mujer.
Las organizaciones de respuesta humanitaria deben incluir servicios para las mujeres que
han sufrido violencia, y para sus hijos e hijas en sus planes de respuesta a la COVID-19 y
Los miembros de la comunidad deben ser concientizados sobre el mayor riesgo de violencia
las mujeres que sufren violencia y apoyarlas; también deben disponer de información sobre los
lugares donde pueden encontrar ayuda. Es importante asegurarse de que no haya peligro en
Las mujeres que están sufriendo violencia pueden considerar útil comunicarse con los
familiares y amigos que pueden apoyarlas, pedir apoyo a través de las líneas telefónicas de
recomendable que tengan un plan de seguridad en caso de que aumente la violencia, que
incluya tener seleccionado un vecino, amigo, pariente o albergue para acudir a él o ella en caso
Consejos para combatir el estrés en el hogar y medidas que debe tomar en caso
de que usted o sus familiares sufran violencia
• Tenga presente que el aislamiento social, la cuarentena y el distanciamiento pueden
o pedir apoyo a sus familiares y amigos por teléfono, correo electrónico, mensajes de
texto, etc.;
o mantener las rutinas diarias y dedicar tiempo a realizar actividad física y a dormir;
o Contactar a familiares y amigos que puedan ayudarlas con cuestiones prácticas (por
en caso de que la violencia empeore. El plan incluye tener los números telefónicos
de los vecinos, amigos y familiares a los que pueden llamar o acudir en caso de
necesitar ayuda; tener a mano los documentos importantes, dinero y unas cuantas
o Tener los datos de las líneas telefónicas de ayuda, asistentes sociales, organismos de
accesibles. Actuar con discreción para evitar que la pareja o los familiares
1 Melissa Godin, “As Cities Around the World Go on Lockdown, Victims of Domestic Violence Look
for a Way Out”, Time,
2 Women’s Aid UK, “The Impact of COVID-19 on Women and Children Experiencing Domestic
Abuse, and the Life-Saving
3 Bethany Allen-Ebrahimian, “China’s Domestic Violence Epidemic,” Axios, 7 de marzo del 2020,
https://www.axios.com/china-domestic-violence-coronavirus-quarantine-7b00c3ba-35bc-4d16-
afdd-b76ecfb28882.html.
4 Jhumka Gupta, “What does coronavirus mean for violence against women?”, Women’s Media
Centre, 19 de marzo del
2020, https://womensmediacenter.com/news-features/what-does-coronavirus-mean-for-
violence-against-women.
5 National Domestic Violence Hotline, “Staying Safe During COVID-19”, National Domestic Violence
Hotline, 13 de marzo
del 2020, https://www.thehotline.org/2020/03/13/staying-safe-during-covid-19/.
6 The George Institute for Global Health India, “Frontline health workers in COVID-19 prevention
and control: rapid
está disponible en virtud de la licencia CC BY-NC-SA 3.0 IGO. Se puede consultar más información
sobre el trabajo de la OPS
Datos y cifras
La violencia contra la mujer -especialmente la ejercida por su pareja y la
violencia sexual- constituye un grave problema de salud pública y una
violación de los derechos humanos de las mujeres.
Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de
una de cada tres (30%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o
sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su
vida.
La mayor parte de las veces el agresor es la pareja. En todo el mundo, casi
un tercio (27%) de las mujeres de 15 a 49 años que han estado en una
relación informan haber sufrido algún tipo de violencia física y /o sexual por
su pareja.
La violencia puede afectar negativamente la salud física, mental, sexual y
reproductiva de las mujeres y, en algunos entornos, puede aumentar el
riesgo de contraer el VIH.
La violencia contra la mujer puede prevenirse. El sector sanitario tiene una
importante función que desempeñar para proporcionar atención integral de
salud a las mujeres que sufren violencia, y como punto de entrada para
derivarlas a otros servicios de apoyo que puedan necesitar.
Introducción
Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como «todo acto de
violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico,
sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la
coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida
pública como en la privada». (1)
Más de una cuarta parte de las mujeres de entre 15 y 49 años que han tenido una
relación de pareja han sido objeto de violencia física y/o sexual de pareja al menos
una vez en su vida (desde los 15 años). Las estimaciones sobre la prevalencia de
la violencia de pareja sufrida a lo largo de la vida van del 20% en la Región del
Pacífico Occidental de la OMS, 22% en los países de ingresos elevados y la
Región de Europa de la OMS y 25% en la Región de las Américas de la OMS, al
33% en la Región de África de la OMS, 31% en la Región del Mediterráneo
Oriental de la OMS y 33% en la Región de Asia Sudoriental de la OMS.
A nivel mundial, hasta el 38% de los asesinatos de mujeres son cometidos por su
pareja. Además de la violencia de pareja, el 6% de las mujeres de todo el mundo
refieren haber sufrido agresiones sexuales por personas distintas de su pareja,
aunque los datos al respecto son más limitados. La violencia de pareja y la
violencia sexual son perpetradas en su mayoría por hombres contra mujeres.
Entre los factores asociados con la violencia de pareja como con la violencia
sexual, se encuentran los siguientes:
Prevención y respuesta
Gracias a evaluaciones bien diseñadas, cada vez se tienen más pruebas sobre las
soluciones que mejor previenen la violencia contra las mujeres. En 2019, la OMS y
ONU-Mujeres, con el respaldo de otros 12 organismos bilaterales y de Naciones
Unidas, publicaron RESPECT women, un marco para prevenir la violencia contra
la mujer dirigido a las instancias normativas.
Cada letra de la palabra RESPECT corresponde (en inglés) a una de sus siete
estrategias: Fortalecimiento de las habilidades de relación (Relationship skills
strengthening); Empoderamiento de las mujeres (Empowerment of women);
Servicios garantizados (Services ensured); Reducción de la pobreza (Poverty
reduced); Creación de entornos propicios (escuelas, lugares de trabajo, espacios
públicos) (Enabling environments); Prevención del abuso infantil y adolescente
(Child and adolescent abuse prevented), y Cambio de actitudes, creencias y
normas (Transformed attitudes, beliefs and norms).
Para cada una de esas siete estrategias hay una serie de intervenciones en
entornos de recursos bajos y altos, cuya eficacia ha sido probada en mayor o
menor medida. Algunos ejemplos de intervenciones prometedoras son las
intervenciones de apoyo psicosocial y las intervenciones psicológicas para
supervivientes de violencia de pareja; programas combinados de empoderamiento
económico y social; transferencias de efectivo; trabajo con parejas para mejorar
las habilidades de comunicación y relación; intervenciones de movilización
comunitaria para cambiar normas de género que fomentan la desigualdad;
programas escolares que mejoren la seguridad en las escuelas y
reduzcan/eliminen los castigos severos e incluyan planes de estudio en los que se
cuestionen los estereotipos de género y se promuevan relaciones basadas en la
igualdad y el consentimiento, y educación participativa en grupos de mujeres y
hombres para que reflexionen de manera crítica sobre las relaciones de género y
de poder desiguales.
En Arequipa, en lo que va del año se ha registrado 12 562 casos de violencia. Entre ellas, 11
mujeres sobrevivieron a los ataques con intención de matarlas y 6 murieron a manos de sus
parejas o exparejas
La violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más
extendidas, persistentes y devastadoras actualmente en el Perú. Lamentablemente, este tipo de
casos apenas se denuncian, debido a la normalización del machismo en la sociedad.
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Sin embargo, en nuestro país, este tipo de violencia está volviendo a incrementar a pasos
agigantados, después de la crisis ocasionada por la Covid-19. De enero a octubre del 2021, los
Centros de Emergencia Mujer (CEM) atendieron 136 782 casos de violencia contra las mujeres y
los integrantes del grupo familiar. Dentro de los cuales, 117 414 (85,8%) corresponden a mujeres
y 19 368 (14,2%) a hombres. Por lo que, con respecto al año pasado, las cifras incrementaron en
un 69,5% en el mismo periodo de tiempo.
Según Ipsos, en el Perú se reconoce a la violencia sexual, al acoso sexual y a la violencia física
como los tres principales problemas que enfrentan las mujeres y niñas.
Este 2021, el tipo de violencia más común en el país es la violencia psicológica, según el
Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e
Integrantes del Grupo Familiar (Aurora). Se denunciaron 63 922 casos hasta fines de octubre,
llegando a superar las cifras del pasado 2020 por alrededor de 8 mil casos.
Otro tipo de violencia que resalta es la violencia sexual. Los casos registrados este año (18 475)
son la cifra más alta hasta la fecha en el país y la más controversial. Debido a que, de los 8 491
casos de violación sexual atendidos en los CEM de enero a octubre, 5 728 de los ataques fue a
niños, niñas y adolescentes, (67,5%). Le siguen 2 710 casos (31,9%) correspondientes a personas
adultas y 53 (0,6%) a personas adultas mayores.
Asimismo, este incremento de los distintos casos de violencia podría aumentar los casos de
feminicidios, según la Defensoría del pueblo. Debido a que el feminicidio suele ser el paso final en
el ciclo de violencia hacia la mujer.
Fuente: Defensoría del Pueblo, portal web
Por el momento, el número de víctimas mortales registradas a través de los CEM asciende a 114
a nivel nacional y el número de tentativas de feminicidio a 258. Igualmente, los asesinatos siguen
siendo ejecutados principalmente por cónyuges, según un representante del programa Aurora. “El
58,8% de los casos de víctimas de feminicidio y el 47,3% de los casos de tentativa de feminicidio
tienen vínculo relacional de pareja con el presunto agresor”.
En esa misma línea, los casos de víctimas de feminicidio tienen mayor incidencia en Lima
Metropolitana, La Libertad, San Martin, Cusco y Arequipa.
Además, ’El león del sur’ es uno de los departamentos con mayor nivel de normalización hacia la
violencia, sobre todo cuando viene del círculo social cercano. Según el INEI, en el 2019 el 65,7% de
las arequipeñas ha sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja.
En general, entre los meses de enero y octubre de 2021 se han atendido 12 562 casos de violencia
por los CEM de la región Arequipa, siendo 1334 provenientes del CEM Miraflores. Entre estos, el
54,5% de los ataques fueron violencia psicológica, el 32,6% física y el 12,4% sexual.
Violencia psicológica
Este tipo de violencia no es tan visible como la física o la sexual, es más difícil de demostrar, y en
muchas ocasiones no es identificada por la víctima como tal, sino como manifestaciones propias
del carácter del agresor.
Es importante tener presente que cualquiera de las formas de violencia de género que se ejerza,
tiene consecuencias en todas las dimensiones de la salud: física, psicológica, sexual,
reproductiva y social.
Ante la presencia de algunos de estos síntomas lo mejor es consultar a un psicólogo que pueda
brindarte orientación para superar la violencia psicológica y alejarte de quienes la ejercen en tu
contra.
La violencia psicológica es muy común no solo en núcleos familiares, sino también en ambientes
laborales, académicos e incluso en las relaciones de amistad.
Las causas se pueden relacionar a la formación, pero también se puede decir que ocurre cuando la
persona que ejerce la violencia psicológica no está presente en un sentido actitudinal y, por lo
tanto, ejerce una presión y degradación sobre otros.
De igual forma otra de las causas es la incapacidad de reconocer o respetar el lugar de otro.
Es así como se estimulan reacciones violentas. De manera que puede decirse que la violencia
psicológica es causa precisamente por problemas para gestionar emociones y para desarrollar
buenas actitudes.
Esto indica que no solo la víctima de violencia psicológica necesita de terapia y tratamientos para
escapar de los círculos viciosos de este tipo de violencia, sino también el victimario o victimaria.
Otras causas que deben tener en cuenta son:
El alcoholismo
Ignorancia y el desconocimiento
Educación Deficiente
No poder controlar los impulsos
Falta de comprensión hacia otros
La drogadicción
Como hemos dicho, el primer paso para vencer la violencia psicológica o superarla es reconocer
que se es víctima.
Para ello debes identificar los síntomas que señalan que alguna relación tóxica, de pareja, laboral,
académica o de amistad, está generando daños físicos, emocionales o psicológicos.
Cuando te haces consciente del problema puedes buscar ayuda. Y la ayuda te la brinda un
psicólogo con tratamientos como terapias. Puedes buscar la ayuda de un psicólogo
online especializado en temas de violencia.