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La frecuencia cardíaca está determinada por el sistema nervioso simpático y parasimpático. El sistema simpático aumenta la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción, mientras que el sistema parasimpático a través del nervio vago disminuye la frecuencia cardíaca. La frecuencia cardíaca normal en reposo es de 60 a 80 latidos por minuto, pero puede variar dependiendo del estado físico o emocional de la persona. Además de los impulsos nerviosos, la frecuencia cardíaca también está influenciada por hormonas como la adrenal
La frecuencia cardíaca está determinada por el sistema nervioso simpático y parasimpático. El sistema simpático aumenta la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción, mientras que el sistema parasimpático a través del nervio vago disminuye la frecuencia cardíaca. La frecuencia cardíaca normal en reposo es de 60 a 80 latidos por minuto, pero puede variar dependiendo del estado físico o emocional de la persona. Además de los impulsos nerviosos, la frecuencia cardíaca también está influenciada por hormonas como la adrenal
La frecuencia cardíaca está determinada por el sistema nervioso simpático y parasimpático. El sistema simpático aumenta la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción, mientras que el sistema parasimpático a través del nervio vago disminuye la frecuencia cardíaca. La frecuencia cardíaca normal en reposo es de 60 a 80 latidos por minuto, pero puede variar dependiendo del estado físico o emocional de la persona. Además de los impulsos nerviosos, la frecuencia cardíaca también está influenciada por hormonas como la adrenal
simpático aumentan la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción, los impulsos del sistema nervioso parasimpático a través del nervio vago disminuyen la frecuencia cardíaca. La frecuencia cardiaca en reposo oscila habitualmente entre 60 y 80 latidos por minuto, no obstante frecuencias fuera de este rango se consideran normales en muchos casos, atletas entrenados pueden tener frecuencias de 50 latidos por minuto o incluso inferiores, por el contrario personas normales en estado de ansiedad o nerviosismo pueden presentar frecuencias superiores a 110 latidos por minuto. Aunque el corazón genera sus propios impulsos en el nódulo sinoauricular, la frecuencia cardíaca está determinada también por otros factores, entre ellos la adrenalina producida por las glándulas suprarrenales y los impulsos nerviosos del sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. Las fibras nerviosas simpáticas producen estímulos en respuesta a una reacción de alarma o a una actividad física incrementada, estos estímulos actúan sobre el nódulo sinoauricular y provocan aumento de la velocidad de contracción del miocardio con incremento de la frecuencia cardiaca, además influyen directamente sobre las fibras musculares del miocardio incrementando la fuerza de contracción. Por el contrario los estímulos del sistema nervioso parasimpático tienen una acción contraria, actúan sobre el corazón a través del nervio vago y disminuyen la frecuencia cardíaca ralentizando los impulsos generados por el nódulo sinoauricular. De esta forma el corazón puede adaptarse con facilidad a necesidades cambiantes y aumentar o disminuir el volumen de sangre que propulsa según lo necesite el organismo.