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Diez razones para aprender Ajedrez

(MF. Garri Pacheco)

La crisis sanitaria por la covid-19 ha destapado aún más las falencias del sistema
educativo, tal vez añadir “peruano” queda corto, pues son varios los países involucrados
en una caída vertiginosa del servicio educativo. Algunas cifras preocupantes indican que
se han cerrado más de 1500 escuelas pequeñas a nivel nacional, otras fuentes señalan
que el 15% de estudiantes abandonó sus estudios universitarios durante el estado de
emergencia en el país.

Lamentablemente muchos esperamos la llegada de una persona con cargo público que,
mágicamente, corrija todas nuestras debilidades como nación, eso equivale a querer
ganarle una partida a Carlsen Magnus con caballo de menos. La realidad es que la
mejora debe partir de nosotros, buscando y aplicando todo lo que esté a nuestro alcance
para fortalecer la educación de nuestras familias. Por ello, desde este artículo queremos
dar a conocer una herramienta, que quizás desconozca, para fortalecer la educación en
su hogar y potenciar las habilidades de los más jóvenes. Nos referimos al Ajedrez como
herramienta educativa. Actualmente, países como España, Dinamarca, Estados Unidos,
entre otros, tienen proyectos de ley aprobados para incluir el ajedrez en las escuelas,
además de un trabajo coordinado con sus federaciones y autoridades locales. Todo ello
ha repercutido en una notable mejora del rendimiento escolar, impacto social y aumento
de destrezas muy específicas que mencionaremos más adelante. Así que, sin mayor
preámbulo, veamos diez razones para aprender Ajedrez.

1. Desarrolla la memoria, atención y concentración

Desde nuestros primeros pasos en el ajedrez debemos poner a prueba nuestra


memoria. Para poder movilizar las 32 piezas sobre el tablero debemos aprender y
recordar los movimientos, capturas, y reglas especiales de las figuras que nos
acompañarán durante toda la partida. Pronto nos damos cuenta que la concentración
juega un papel fundamental, un descuido y estaremos en problemas, la mirada debe
estar fija sobre todo lo que acontece en el tablero y nuestra atención debe ser mayor de
lo normal. Se refuerza también el pensamiento reflexivo, debido a lo imperativo que es
tener en cuenta las intenciones del rival y, por supuesto, debemos planificar y crear
ideas que sorprendan a nuestro adversario.
2. Capacidad de síntesis y organización

Después del primer movimiento existen 400 posiciones posibles en un tablero de


ajedrez, para el segundo movimiento aumenta a 197.742 y después de tres movimientos
tenemos 121 millones. En una partida completa la cifra es superior al número de átomos
existentes en el universo, por tanto, el ajedrecista debe tomar decisiones entre una gran
gama de posibilidades ¿verdad que es lógico que la capacidad de síntesis y
organización aumente con la práctica?

3. Trabajo en base a objetivos

En la vida, trabajar sin un objetivo es el equivalente a lanzar patadas al aire, sin metas
estamos a la deriva. En el ajedrez, la importancia de trabajar en base a planes, objetivos
y metas es primordial, la práctica constante impregna en el ajedrecista este modelo de
pensamiento y repercutirá positivamente en los demás aspectos de su vida.

4. Capacidad de análisis

La falta de reflexión y la toma de una decisión apresurada pueden llevarnos a una rápida
derrota. Esto educa en el ajedrecista la capacidad de hacer minuciosos análisis antes
de decantarse por una elección importante y los vuelve más conscientes de que los
errores traen consecuencias.

5. Capacidad de gestionar problemas

Durante una partida de ajedrez existen momentos conocidos como


"situaciones críticas", donde se hace evidente que estamos ante una dificultad y la
decisión que tomemos será decisiva para el resultado de la partida. En ese momento
están solos, no está papá, mamá, entrenador, ni nadie que tome decisiones por él. De
esta manera, entrenará la capacidad de gestionar los problemas y luchará con tenacidad
por darles solución. Esta es una excelente forma también de combatir la sobre
protección y lograr que los más pequeños del hogar comiencen a ser más
independientes.
6. Adaptarse a situaciones inesperadas

Los cambios drásticos que pueden surgir en una partida de ajedrez ayudan a entrenar
la capacidad de reaccionar correctamente ante una situación inesperada. Esto será
importante para la vida, no estamos exentos de un radical cambio de circunstancias que
nos coloque en una situación difícil. Un claro ejemplo es el impacto que causó en nuestra
forma de vivir la llegada del covid-19, la situación mundial no ha sido fácil y convivir con
las nuevas normas ha sido especialmente espinoso para muchos. El ajedrecista en
cambio, tiene entrenada la capacidad de adaptarse y comenzar a planificar en base a
la realidad que se ha presentado, sin dar marcha atrás.

7. Deseo de superación, no rendirnos ante el fracaso y control emocional

El ajedrecista desea superarse constantemente, después de cada partida debe analizar


sus errores en busca de una mejora continua. Asimismo, aprende a reponerse ante una
derrota y superar el fracaso, los reveses durante una partida llegarán en cualquier
momento. Todo ajedrecista ha experimentado una derrota que considera injusta o, por
el contrario, logra ganar una partida que parecía desesperada. El ajedrez nos enseña a
guardar respeto al adversario en todo momento, nos disciplina a un comportamiento
ético comprendiendo que la batalla es en el tablero y no fuera de él.

8. El Ajedrez es una Ciencia

Para perfeccionar el nivel de juego en ajedrez se requiere de mucho estudio e


investigación, existe mucha literatura para entrenar, también software especializado. De
hecho, se sabe que el ajedrez aporta activamente en el desarrollo de inteligencia
artificial y ha dado pasos agigantados en el mundo de la informática. Por tanto, todo
aquel que se inserte en el mundo del ajedrez descubrirá también su lado científico y
verá lo vital que es escudriñar cada aspecto del juego para su progreso.

9. El Ajedrez es un Arte

El ajedrez también tiene un importante lado artístico que va más allá de las muestras
culturales, pinturas y películas basadas en el ajedrez. En el juego en sí, el ajedrecista
descubre su lado artístico en la belleza de una combinación, se emociona al reproducir
una hermosa partida considerada una obra de arte y, por último, desarrolla cualidades
vitales de un artista: la creatividad e imaginación.
10. El Ajedrez es un Deporte

El deporte forja el carácter y moldea la personalidad, muchos creen que el ajedrez no


merece llamarse deporte por no “evidenciar” esfuerzo físico. Esto está muy lejos de la
realidad, está probado con estudios científicos que para tener un buen rendimiento en
el ajedrez es necesario tener una buena condición física y resistencia para soportar
arduas horas de lucha ante el tablero. Asimismo, su lado competitivo va adaptando al
ajedrecista a un mundo en el que la sana competencia está presente en todas partes.

Para concluir estas líneas lo invito, querido lector, a imaginar todas estas cualidades
que desarrolla el ajedrez trabajando juntas en la misma persona. Si en la escuela donde
estudian sus hijos tuvieran la oportunidad de trabajar el ajedrez cada año hasta llegar a
la universidad ¿no cree que fortalecería sus capacidades innatas y lo dejaría mejor
preparado para el futuro? No hay duda de que el ajedrez en la educación de su familia
será muy productivo, no espere más, ¡a sacar el tablero y que la familia se beneficie
jugando en casa!

Jorge Garri Pacheco Gallardo


Maestro FIDE de Ajedrez

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