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Exploración del Tórax.

Como se ha venido mencionando a lo largo del estudio, la exploración como herramienta para el
medico es importante debido a la información que podemos recibir sobre la patología de un
paciente al momento de utilizarla. Si bien la exploración adecuada del tórax ayuda al clínico a
seguir varios pasos e integrar sus hallazgos en síndromes, mismos que nos conducirá con más
seguridad hacia el diagnóstico más adecuado.

Referencias anatómicas para la exploración

Cara anterior: Los elementos que se encuentran en esta región se encuentran el esternón
(manubrio, cuerpo y apófisis xifoides), escotadura yugular y las costillas. En la porción superior se
encuentra la clavícula que se articula con el acromion de la escapula.
Cara posterior: Se identifican las apófisis espinosas de las vértebras (se destaca la apófisis
espinosa de la vertebra C7), las escapulas, palpando superiormente el acromion de ambos lados e
inferiormente los ángulos inferiores de la escapula.
Las siguientes líneas ayudan a identificar los elementos del tórax:
Línea esternal media: Se traza verticalmente en la línea media.
Línea medioclavicular: se traza verticalmente desde el punto central de la clavícula. Para hallarla,
debe identificar con exactitud los dos extremos de la clavícula.
Las líneas axilares anterior y posterior: se trazan verticalmente desde los pliegues axilares anterior y
posterior, respectivamente, las masas musculares que limitan la axila.
La línea axilar media: se traza desde la punta de la axila.
Línea vertebral: Cubre las apófisis espinosas de las vértebras.
La línea escapular: se traza desde el ángulo inferior de la escapula.
Exploración:
Para realizar una adecuada exploración se iniciará con la inspección, palpación, percusión y por
último auscultación siguiendo el siguiente orden: iniciar con la cara anterior, después posterior y
por ultimo la cara lateral procurando que siempre sea desde las vértices a bases pulmonares y
comparando ambos lados.

Inspección
Cara anterior: Observe la forma del tórax del paciente y el movimiento de la pared torácica.
Fíjese:
• Deformidades o asimetría, retracción anómala de los espacios intercostales inferiores durante la
inspiración, demora local o alteración del movimiento respiratorio.
Cara posterior: Colóquese en una posición centrada detrás del paciente y anote la forma del tórax
y el modo en que se mueve, es decir:
• Deformidades o asimetría, retracción anómala de los espacios intercostales durante la inspiración,
movimiento respiratorio anómalo de uno o ambos lados o retraso unilateral del movimiento.

Palpación:
Cara anterior:
•Identificación de las zonas dolorosas
•Evaluación de las anomalías halladas
•Evaluación de la expansión torácica: Coloque los pulgares a lo largo de cada reborde costal y las
manos por la cara lateral de la caja torácica. Cuando
coloque las manos, deslícelas algo medialmente para
levantar pequeños pliegues de piel entre los pulgares. Pida
al paciente que inspire de manera profunda. Observe cómo
se separan los pulgares con la expansión del tórax y palpe la
extensión y simetría del movimiento respiratorio.
• Evaluación del frémito táctil: Compare los dos lados del tórax con la
región metacarpiana de la palma o la cara cubital de la mano.

Cara posterior:
•Identifique las áreas dolorosas. Palpe cuidadosamente cualquier zona donde se
haya notificado dolor o donde aparezcan lesiones o equimosis.
•Evalúe cualquier anomalía que detecte, ya sean masas o fístulas
(estructuras tubulares ciegas, inflamatorias, que se abren a la piel).
•Examine la expansión del tórax. Coloque los pulgares a la altura de la
10.a costilla de cada lado y los demás dedos, relajados y paralelos a la
parte lateral de la caja torácica. Cuando ponga las manos, deslícelas
medialmente lo suficiente para levantar un pequeño pliegue de la piel a cada lado, entre el pulgar y
la columna.
• Palpe el frémito: Para detectar el frémito, se utiliza la región metacarpofalángica de la palma o la
cara cubital de la mano para optimizar la sensibilidad vibratoria de los huesos de su mano. Se pide
al paciente que repita «treinta y tres».

Percusión:
La percusión es una de las técnicas más importantes de la exploración física. La percusión le ayuda
a saber si los tejidos subyacentes están llenos de aire o de líquido o tienen una consistencia sólida.
Hiperextender el dedo medio de la mano izquierda (dedo pleximetro), con la articulación
interfalángica distal presionar firmemente sobre la superficie a percutir.

Colocar el antebrazo derecho cerca de la superficie, con la mano levantada hacia arriba y con un
movimiento demasiado rápido pero relajado de la muñeca, golpear el dedo medio izquierdo con el
dedo medio derecho o dedo percutor procurando golpear la articulación interfalángica distal (al
golpear el extremo del dedo percutor no se debe hacer con la yema).

Auscultación:
La auscultación pulmonar es la técnica exploratoria más importante para evaluar el flujo de aire por
el árbol traqueobronquial. Junto con la percusión, ayuda al clínico a examinar el estado de los
pulmones y del espacio pleural.
Ausculte el tórax (con ayuda de un estetoscopio) por la cara anterior, lateral y posterior mientras el
paciente respire con la boca abierta, de una manera más profunda de lo habitual. Compare las zonas
simétricas de los pulmones, empleando el patrón propuesto para la percusión y extendiéndolo hacia
las zonas adyacentes, según se indica.

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