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Principios de la incidencia impositiva 1

A. El enfoque de equilibrio parcial de los impuestos sobre los


productos: Respuestas a los impuestos unitarios y ad valorem. El
papel de las elasticidades de oferta y demanda. La distribución de la
carga. Ambito de cobertura y periodo de tiempo. B. El enfoque de
equilibrio parcial de los impuestos sobre los factores: Ajustes en el
precio y la cantidad. Las elasticidades de oferta y demanda. La
distribución de la carga. C. La incidencia en el equilibrio general: Los
impuestos sobre los productos. Los impuestos sobre los factores.
Los impuestos selectivos sobre la renta de los factores y su
capitalización Modelos de estimación. D. Mercados imperfectos: Los
impuestos sobre los productos. El impuesto sobre la renta salarial.
El impuesto sobre las nóminas. El impuesto sobre los beneficios.
E. Aspectos macroeconómicos: Efectos sobre el empleo. Efectos
sobre la inflación. Efectos sobre el crecimiento. F. Resumen.

La incidencia final, o distribución de la carga, de un impuesto


dependerá de cómo se establece inicialmente, de la estructura de
tipos que se utiliza, de cómo se define la base y de lo general que sea
su ámbito de cobertura. Pero esto es sólo el principio. En última
instancia, la incidencia económica dependerá de cómo responda la
economía. Esta respuesta depende de las condiciones de oferta y
demanda, de la estructura de los mercados y del periodo de tiempo
requerido para que tengan lugar los ajustes. Los ajustes a un
impuesto ocasionarán cambios en los precios de los productos y de
los factores, y estos cambios afectarán a las economías domésticas
tanto por el lado de los usos como por el lado de las fuentes de sus
rentas, determinando así la distribución de la carga entre ellas.El
resultado final depende de la interacción de estos cambios en un
sistema de equilibrio general. La tarea de la teoría de la incidencia,
como la de cualquier teoría económica, consiste en abrirse camino a
través de estas complejas fuerzas para llegar a identificar los
elementos estratégicos en cada caso. Comenzamos con un enfoque
de equilibrio parcial y consideramos las respuestas de vendedores y
compradores en el mercado concreto en el que se aplica el impuesto.
A continuación pasamos a un planteamiento más complejo de
equilibrio general en el que se tienen en cuenta las repercusiones
sobre otros mercados de factores y productos.

Los mercados competitivos se postulan en ambos casos. Las


imperfecciones del mercado y los aspectos macroeconómicos se
consideran en las secciones de conclusiones y en el apéndice a
este capítulo.

A. EL ENFOQUE DE EQUILIBRIO PARCIAL DE


LOS IMPUESTOS SOBRE LOS PRODUCTOS
Un impuesto sobre los productos puede gravar cada unidad de los
mismos, en cuyo caso se denomina “impuesto unitario”. Los
impuestos estatales sobre la gasolina, los cigarrillos y las bebidas
alcohólicas, y el impuesto federal de nueve dólares por barril de
cerveza son ejemplos de este tipo. Alternativamente, el impuesto
sobre el producto puede aplicarse como un porcentaje del precio, en
cuyo caso se denomina “impuesto ad valorem”. El impuesto federal
sobre las armas de fuego, que se aplica al 10 por 100 sobre el
precio del fabricante, es un ejemplo de este tipo. Los impuestos
generales sobre los productos o “impuestos sobre ventas” adoptan
necesariamente la forma ad valorem, y se aplica un tipo ? uniforme
para una amplia gama de productos.

Respuestas a los impuestos unitarios y ad


valorem
La Figura 15-1 muestra la introducción de un impuesto en un mercado
competitivo de producción. 55 es la curva de oferta antes de la
introducción del impuesto y DD es la curva de demanda. El precio es
igual a OB y la producción es igual a OC.
Impuesto unitario. En relación con el caso I, se aplica un impuesto
de u por unidad. El impuesto actúa como una cuña entre el precio
de mercado que obtienen los vendedores y el precio neto que ellos
mantienen. Como los vendedores están interesados en el precio neto,
ahora deben cobrar un precio de mercado más elevado para cubrir
sus costes. Por tanto, la curva de oferta a la que se enfrentan los
compradores sube desde 55 a 55', siendo la distanciavertical
entre las dos curvas igual a u. Los compradores adquieren una
cantidad menor

OE, que viene dada por la intersección de DD y S‘S’. El precio de


mercado au-r menta hasta OF y el precio neto para los vendedores
baja hasta OK. Como en ' este ejemplo el producto se fabrica en
condiciones de coste creciente, el precio „ neto disminuye cuando se
reduce la cantidad. Debido a ello, el precio de mercado aumenta en
una cantidad inferior a la del impuesto. Así pues, para lanueva
cantidad OE, el precio de mercado ha aumentado en BF, mientras
que el impuesto por unidad de producto es igual a KF.
Obsérvese que la introducción de un impuesto se representa, en el
caso I de la Figura 15-1, como un movimiento paralelo hacia arriba en
la curva de oferta desde 55 a 5'5'. Esto está en línea con la práctica
usual de aplicar el impuesto sobre el vendedor, quien añade el
impuesto al precio neto y mantiene solamente parte del precio bruto
que obtiene. Sin embargo, se llegaría al mismo resultado si el
impuesto se aplicase sobre el comprador, destinando alvendedor
solamente parte de su pago y el resto al Tesoro. En este caso, se
debe representar el impuesto mediante un desplazamiento hacia
abajo en la curva de demanda neta. Con la curva de oferta ahora
invariable, el nuevo equilibrio se establece en la intersección de 55 y
D’D', en L. Otra vez, la nueva producción es igual a OE.

Impuesto ad valorem. La aplicación de un impuesto ad valorem se


muestra en el caso II de la Figura 15-1. De nuevo el impuesto forma
una cuña entre el precio bruto o de mercado que paga el comprador
y el precio neto recibido por el vendedor. Como el impuesto ad
valorem es una función del precio, se debe mostrar ahora como un
cambio en la curva de demanda. Además, como el impuesto se
determina como un porcentaje del precio, el ajuste se refleja en forma
, de giro más que de desplazamiento de la curva. Así, la curva de
demanda gira ; desde DD a DD\ y la cantidad de impuesto por unidad
disminuye a medida que aumenta la cantidad vendida. El tipo del
impuesto ad valorem, comúnmente expresado como el cociente entre
el impuesto y el precio neto mantenido por el vendedor, es igual a
GL/EL. El nuevo punto de equilibrio se encuentra en laintersección
entre SS y D‘D\ el precio pagado por el comprador es igual a GE y el
precio neto recibido por el vendedor es LE. La cantidad de impuesto
por unidad es igual a GL, y el ingreso obtenido es igual a KFGL.

Obsérvese que el tipo ad valorem en el caso II se ha elegido de tal


forma que proporcione la misma recaudación que un impuesto
unitario de GL. Para un impuesto unitario dado u, existe siempre un
tipo ad valorem i tal que ambos proporcionen Los mismos ingresos.
La relación entre los dos tipos, como puede verse en el diagrama,
depende de las curvas de oferta y demanda.

El papel de las elasticidades de oferta y


demanda
Cuando se aplica un impuesto sobre un artículo determinado, su
precio aumentará y la cantidad comprada o vendida disminuirá. La
magnitud de estos cambios dependerá de las elasticidades dé oferta
y demanda. La comprensión de esta regla constituye el primer paso
en el análisis de la incidencia. En la Figura 15-2 se muestra la
importancia de las elasticidades de oferta y demanda.

Comenzando con el caso I, S'S' y DD son las curvas de oferta y


demanda previas a la implantación del impuesto, siendo el precio
igual a OP y la cantidad igual a OQ. Ahora se aplica un impuesto
unitario igual a u, elevando la curva de oferta a El nuevo punto de
equilibrio se encuentra en B, el precio aumenta hasta OP{ y lacantidad
disminuye hasta OQ2. Ahora imaginemos que la oferta es menos
elástica, tal como se muestra mediante S1S1, y la curva de oferta
después de impuestos es S'iS’i. El nuevo punto de equilibrio se
encuentra en C, el precio aumenta menos pronunciadamente hasta
OPz y la producción se reduce menos hasta OQ2. Cuánto menos
elástica sea la oferta, menor será el incremento resultante en el precio
y menor será la reducción en la cantidad.

Pasando ahora al papel de la demanda tal como se representa en el


caso II, se muestra, como antes, la posición de A previa a la
implantación del impuesto, siendo el precio igual a OP y la cantidad
igual a OQ. Cuando se aplica el impuesto, la curva de oferta se
desplaza hasta SÍS”, produciéndose un incremento del precio hasta
OP\, con el nuevo punto de equilibrio situado en B y la producción
reducida hasta OQ¡. Si la curva de demanda hubiera sido menos
elástica, tal como se muestra mediante DXD\, el nuevo punto de
equilibrio se habría situado en C, el precio se habría incrementado
más pronunciadamente hasta OP2 y la producción se habría reducido
sólo hasta OQ2. Cuanto menos elástica sea la demanda, mayor será
el incremento en el precio y menor será la reducción en
la cantidad.

En resumen, el incremento en el precio será mayor cuanto más


elástica sea la oferta y menos elástica sea la demanda. Cuanto
menos elásticas sean las dos curvas, menor será la reducción en la
cantidad.
FIGURA 15-2. El papel de las elasticidades de oferta y demanda.

La distribución de la carga
Pasando a la Figura 15-3, la carga impositiva viene dada por KFGL.
Podemos suponer ahora que la carga se distribuye entre
compradores y vendedores, de tal forma que el comprador paga
BFGH y el vendedor contribuye por KBHL. Lo primero refleja la
cantidad adicional que los compradores deben pagar por la
cantidad OE, en comparación con la que hubieran pagado al precio
anterior. De forma similar, lo último refleja la cantidad menor que los
vendedores perciben como renta neta por la venta de OE, en
comparación con lo que habrían recibido antes. Como se vera más
adelante, esta forma de considerar la carga tributaria y su
distribución no es totalmente satisfactoria, ya que no tiene en cuenta
los problemas del exceso de gravamen 1. Pero, no obstante, esto
sugiere una regla interesante, a saber: que la carga del impuesto se
distribuye entre comprador y vendedor según la relación entre la
elasticidad de la oferta y la de la demanda en el tramo relevante de
las curvas de oferta y demanda 2 3. Por tanto, si se adquiere un
producto que ahora queda sujeto al impuesto, el comprador se
encontrará en mejor situación para eludir el impuesto y dejar que el
vendedor cargue con una parte mayor si su demanda es elástica
mientras que la oferta del vendedor es inelástica.
La carga que soportan los compradores afecta a las economías
domésticas por el lado de los usos de sus rentas. La distribución de
la carga será progresiva si la elasticidad renta de la demanda es
superior a la unidad, es decir, si el gasto en el producto como
porcentaje de la renta aumenta al moverse hacia arriba en la escala
de renta. Así, los impuestos sobre bienes de lujo serán progresivos
mientras que los impuestos sobre los bienes de primera necesidad
serán regresivos. Un impuesto general sobre las ventas de todos los
productos será regresivo, ya que el consumo, como porcentaje de la
renta, baja al moverse hacia arriba en la escala de renta.

En la medida que la carga recae sobre el vendedor, se reduce la


retribución de los factores obtenida en la producción de los bienes
gravados y las economías domésticas resultan afectadas por el lado
de las fuentes de sus rentas. Que el impuesto sea progresivo o
regresivo depende ahora de si la retribución de los factores obtenida
en la producción del producto gravado sube o baja como porcentaje
de la renta al moverse hacia arriba en la escala. De esta forma, si el
producto requiere trabajadores altamente cualificados, la
disminución de los beneficios se distribuirá progresivamente,mientras
que sucederá lo contrario si se trata de trabajo no cualificado.

Por tanto, el efecto final de un impuesto sobre los productos implica


ambos aspectos. Así, tanto el lado de las fuentes como el lado de
los usos deben considerarse a la hora de determinar si el impuesto
es regresivo, proporcional 0 progresivo, pero probablemente el
impacto inicial sobre el lado de los usos será el factor clave. Esto es
así puesto que no existe una relación sistemática entrela
distribución en el consumo de algún producto concreto y la
distribución de la retribución de factores que genera. A la espera de
pruebas específicas en sentido contrario, puede concluirse, por tanto,
que la distribución de la carga está dominada por el lado delos
usos, de tal forma que la carga de un impuesto sobre bienes de lujo
se distribuye progresivamente, mientras que la de un
impuesto sobre bienes de primera necesidad se distribuye
regresivamente. En un grado menor, lo último también se mantiene
para un impuesto general sobre el consumo, ya que la participación
de la renta consumida (más que la ahorrada) se reduce al moverse
hacia arriba en la escala de renta.

Ambito de cobertura y período de tiempo


Hemos visto que un impuesto sobre los productos tiende a recaer
sobre el consumidor si la demanda es inelástica mientras que la oferta
es elástica, y sobre el productor cuando sucede lo contrario.
¿Qué determina el conjunto de condiciones aplicable?

La teoría del consumidor nos dice que la elasticidad precio de la


demanda de un determinado producto depende de las preferencias
del consumidor, es decir, de su disposición a renunciar al consumo
de un determinado producto en favor de otro. Si un determinado
producto es esencial y si sólo se gasta en el mismo una pequeña
parte del presupuesto, la elasticidad precio será reducida. Es
probable que un impuesto sobre la sal se soporte por el consumidor.
Además, la elasticidad precio para un grupo de productos (tales como
los automóviles en general) tenderá a ser menor que la de un artículo
determinado de ese grupo (tales como los Pintos azules con aire
acondicionado). La razón, naturalmente, es que la sustitución es más
fácil en el segundo caso. Así, los impuestos específicos dejanal
consumidor en una posición mejor para eludir el pago que los
impuestos de base amplia.

Un impuesto sobre los Fords puede eludirse adquiriendo un


Chevrolet; un impuesto sobre los coches en general puede eludirse,
aunque sea menos conveniente, utilizando autobuses o aviones; pero
un impuesto general sobre las ventas sólo se puede eludir
consumiendo menos y ahorrando. Otra característica importante es
que la elasticidad se incrementa con la duración del períodode
respuesta. Los ajustes presupuestarios llevan tiempo, ya que los
hábitos de consumo no cambian fácilmente. Por tanto, la elasticidad
precio de la demanda será mayor y el consumidor estará en una mejor
posición para eludir el impuesto a largo plazo que a corto plazo.

Consideraciones paralelas se aplican a la elasticidad de la oferta. Una


vez más, se puede variar la oferta más fácilmente si sólo se toma en
consideración un cambio de poca importancia en el producto. La línea
de montaje puede adaptarse para producir Mustangs en lugar de
Pintos, mientras que sería muy difícil pasarse a los aviones. Así, tanto
los oferentes como los compradores tendrán una mayor capacidad
para eludir el impuesto si su ámbitode cobertura es limitado. De
forma similar, el factor tiempo reaparece por el lado de la oferta. De
hecho, es incluso más importante en éste que en el de la demanda.
La oferta no puede cambiarse fácilmente a corto plazo, a menos que
haya existencias disponibles, ya que puede ser necesaria una
adaptación y puede tener que adquirirse nueva maquinaria. Pero
pueden realizarse cambios sustanciales con el paso del tiempo.

Dado que tanto la oferta como la demanda se hacen más elásticas a


medida que se estrecha la base del impuesto y a medida que se
permite un mayor ajuste temporal, no se pueden sacar conclusiones
generales sobre quiénes (vendedores o compradores) saldrán
ganando en el proceso.

B. EL ENFOQUE DE EQUILIBRIO PARCIAL DE


LOS IMPUESTOS SOBRE LOS FACTORES
Normalmente, los impuestos que se establecen en el mercado de
factores se aplican a la venta de servicios de los factores, es decir, a
la renta que produce el servicio del factor. Adoptan la forma de un
gravamen porcentual sobre esa renta y, por tanto, pertenecen a la
familia de los impuestos ad valorem. A diferencia de los impuestos
sobre los productos, el tipo impositivo se define normalmente como
un porcentaje de la renta bruta (antes del pago del impuesto) del
factor. Una vez más se puede obtener el mismo resultado mediante
un tipo impositivo equivalente establecido sobre el comprador, es
decir, bajo la forma de un impuesto sobre la compra del factor, tal
como la contribución empresarial al impuesto sobre las nóminas.

Ajustes en el precio y la cantidad


El análisis es bastante similar al de los impuestos sobre los productos.
Desde el punto de vista de los oferentes, el impuesto sobre un factor
aparece como un desplazamiento hacia abajo en la curva de
demanda de sus servicios, y de nuevo el resultado depende de las
elasticidades de oferta y demanda.

El impuesto sobre (a renta salarial. La Figura 15-4 muestra un


impuesto sobre la renta salarial en un mercado de trabajo
competitivo. La cantidad (horas trabajadas) y el precio (salario) son
iguales a OC y OB, respectivamente, con el equilibrio en E. Cuando
se aplica un impuesto al tipo EF/EC sobre el salario bruto (antes de
impuestos), el salario neto del trabajador se reduce, girando la curva
de demanda neta desde DD hasta D’D>. Como lo que importa al
trabajador es la curva neta, el nuevo equilibrio se encuentra en G,
punto de intersección de D’D’ con la curva de oferta 55. Las horas
trabajadas disminuyen de OC a OH, el salario bruto aumenta desde
OB a O/ y la reducción del salario neto BK queda por debajo del
impuesto por hora trabajada IK.

El impuesto sobre la renta del capital. Se puede interpretar también


la Figura 15-4 aplicándola a los rendimientos de otros factores, tales
como un impuesto sobre la renta del capital. Para este propósito,
sencillamente se necesita sustituir el salario por la tasa de
rendimiento del capital y las horas trabajadas por el capital empleado.
El resto del razonamiento es el mismo.

El impuesto sobre la renta de la tierra. Pasando a un impuesto sobre


la los consumidores del producto gravado resultan afectados por el
lado de los usos y los oferentes por el lado de las fuentes. Pasando
ahora a las repercusiones en otros mercados, vemos que aparecen
dos cadenas de ajustes adicionales:

1. Cuando los consumidores compran menos del producto


gravado, se incrementa la demanda de otros productos. Si la
producción está sujeta a costes crecientes, ésta aumentará su
precio, reduciendo la del producto gravado. Así, la carga por
el lado de los usos se extenderá a los consumidores de otros
productos.

2. A medida que varía la combinación de productos, lo hace


también la demanda derivada de los diversos factores de
producción. Imaginemos que el producto gravado es altamente
intensivo en capital, mientras que los productos con que se
les sustituye son intensivos en trabajo. Esta sustitución conduce
a un incremento en el rendimiento del trabajo y a una disminución
en el rendimiento del capital. Como resultado, se producen
efectos adicionales por el lado de los ingresos.

En realidad, a medida que el impacto del impuesto se abre camino a


través del proceso de ajuste general, se producirá una cadena de
efectos tanto en el lado de las fuentes como en el de los usos de las
rentas de la economía familiar, y no hay forma de predecir a priori el
resultado final. En el actual estado de la ciencia tampoco tenemos
modelos econométricos lo suficientemente precisos para predecir el
resultado. ¿Se debe concluir, por tanto, que no se puede decirnada
sobre la incidencia? Es de esperar que no sea así. Al razonar en el
marco del equilibrio parcial, se concluía con una firme suposición de
que, en los impuestos sobre la producción, el efecto sobre los usos
es el dominante, de forma que la sustitución de un impuesto sobre los
bienes de primera necesidad por un impuesto sobre los bienes de lujo
hará el impuesto más progresivo, y viceversa. Se afirmaba que, a
menos que hubiera una prueba específica en sentido contrario, la
pauta de la carga en el lado de losusos no resultará contrarrestada
por los efectos indirectos sobre el lado de las fuentes, y viceversa.
Teniendo en cuenta el marco de equilibrio general, ahora debemos
suponer también que los ajustes secundarios en los mercados de
factores y de otros productos, al difundirse ampliamente, seguirán
una pauta más o menos neutral.

Los impuestos sobre los factores


Se aplican consideraciones parecidas a los impuestos sobre los
factores. En un enfoque de equilibrio parcial el efecto inicial era
reducir el rendimiento neto del factor gravado, afectando de esta
forma a los oferentes por el lado de las fuentes; y elevar el precio de
los productos en los que participa el factor, afectando de esta forma
a los consumidores de estos productos por el lado de los usos.
Teniendo en cuenta ahora las repercusiones en otros mercados de
productos y de factores, vemos que tienen lugar estos ajustes
adicionales:

1. A medida que se reduce la oferta del factor gravado,


disminuye la escasez relativa de los otros factores. Como
resultado de ello disminuirán sus tasas de rendimiento. Asípues,
el impacto en el lado de los ingresos, centradoinicialmente en el
factor gravado, llega a ser compartido en cierta medida por otros
factores. Un aspecto especialmente importante de este
mecanismo surge con los efectos que los impuestos sobre el
capital tienen sobre la acumulación del mismo, un aspecto de la
incidencia impositiva que se considerará más adelante 4.

2. Cuando aumenten los precios de los productos que utilizan en


gran medida el factor gravado, resultarán afectados los
consumidores de los mismos. A medida que tiendan asustituirlos
por otros productos, se incrementarán los precios de tales
productos, extendiendo así el impacto de la carga por el lado de
los usos a un grupo más amplio de consumidores.

Una vez más, estos ajustes continúan hasta que se hayan abierto
camino a través del sistema y se alcance un nuevo equilibrio. Como
en el caso del impuesto sobre los productos, no existe una forma de
predecir a priori el resultado exacto, pero de nuevo pueden avanzarse
algunas hipótesis. Razonando desde un enfoque de equilibrio parcial
se llega a la conclusión de que la sustitución deun impuesto sobre
la renta del trabajo por un impuesto sobre larenta del capital, o el
aumento de la progresividad de la tarifa de tipos impositivos, harán
que la distribución de la carga sea más progresiva. El impacto inicial
por el lado de los ingresos no esprobable que sea compensado por
los cambios en el lado de 10S usos. Ampliando esta hipótesis a
un enfoque de equilibrio general, se puede suponer que los ajustes
subsiguientes en el mercado de productos o de otros factores no
invertirá esta pauta inicial.
Los impuestos selectivos sobre la renta de los
factores y su capitalización
Los efectos de un impuesto selectivo sobre la renta de los factores
difieren, dependiendo de si el factor gravado es móvil o no.

Factores inmóviles. Considérese primero el caso de un factor inmóvil,


como la tierra. Grávese la renta de arrendar la tierra en la localidad A,
pero no en la B. Entonces el impuesto en A será “capitalizado” y se
reflejará en una reducción del valor del activo gravado.

Para ver el por qué, obsérvese que el valor de un activo de capital


es igual al valor (actual) capitalizado de su flujo de renta. De esta
forma, si un activo rinde un flujo de renta permanente de 20 dólares
por año, y si el tipo de interés (representado por, digamos, un bono
del gobierno de Estados Unidos) es del 10 por 100, un inversor
pagará 200 dólares por ese activo. Este es el precio al cual obtendrá
la misma rentabilidad que si hubiese adquirido un bono. Así, se
tiene que PV = R/i, siendo PV el valor presente, R la renta anual e i el
tipo de interés de mercado. Imaginemos que hay dos activos A y B,
los cuales proporcionan una renta anual de R, tal que PVA = PVB
= R/i. Ahora se aplica un impuesto al tipo i, pero solamente sobre la
renta de A. Entonces tenemos que PV'A = [(1 -t)R]/¿ y PV’a - R/i, de
tal forma que PV’A = (1 - í) PV'B. Se ha capitalizado el impuesto sobre
A y se ha reducido su valor, pérdida que sufre la persona propietaria
del activo en el momento que se aplica el impuesto. Si posteriormente
el propietario desea vender el activo, el comprador solamente pagará
el precio reducido. El comprador no pagará más, ya que debe obtener
la misma rentabilidad que en el caso de la inversión en un activo libre
de impuestos. Así, el impuesto se carga al propietario inicial. Si el
impuesto fuera revocado posteriormente, el valor del activo
aumentaría y se produciría una ganancia para quien fuera el
propietario del activo en ese momento 5.
Existen diversos ejemplos en los que la capitalización del impuesto
es de particular importancia. El más evidente es el caso del impuesto
sobre la propiedad de la tierra. Aplicados diferentes tipos en
diferentes jurisdicciones, estas diferencias en los tipos se acaban
reflejando en los valores de la tierra. Los altos tipos del impuesto
sobre la propiedad (suponiendo constante todo lo demás) deberían
ir acompañados de valores de la tierra bajos. Otro ejemplo viene dado
por el impuesto sobre sociedades. Como el impuesto se aplica
solamente sobre la renta del capital del sector societario, se reduce
el rendimiento neto del capital societario con relación al resto de
sectores. De acuerdo con esto, el precio de las acciones, que refleja
el valor de ese rendimiento neto, caerá. Este será el caso al menos
a corto plazo, en el que el capital previamente invertido se encuentra
atrapado en el sector societario. Un caso adicional de capitalización
se origina en el contexto de las exenciones impositivas, es decir,
emisión de títulos de deuda por parte de los gobiernos locales y
estatales, cuyo interés está exento del impuesto federal sobre la
renta. Aquí el proceso de capitalización actúa en la dirección opuesta.
La exención impositiva es equivalente a una subvención, y dicha
subvención se refleja en un incremento en el valor del bono6.

Factores móviles. Pasando ahora al caso de los factores móviles,


vemos que la imposición selectiva sobre la renta de los factores o
sobre activos para usos particulares induce a movimientos de
factores hacia usos libres de impuestos hasta el punto en que se
igualan los rendimientos netos.

Comenzando con el impuesto sobre sociedades, se observa que el


flujo de capital hacia y desde el sector societario es elástico a largo
plazo. Como el impuesto se aplica solamente al sector societario, el
capital se trasladará desde el sector societario a otros sectores en los
que el impuesto no se aplica. Como resultado, la producción enel
sector societario caerá y la tasa bruta de rendimiento del capital que
permanezca en el sector societario se incrementará. En los sectores
libres de impuestos tendrá lugar el proceso opuesto,
incrementándose la producción y disminuyendo la tasa de
rendimiento del capital. Si hay mercados de capital perfectos sin
obstáculos al movimiento del capital, este flujo de capital continuará
hasta que la tasa neta (después del impuesto) de rendimiento en el
sector societario sea igual a la tasa de rendimiento no gravada
en los otros sectores. La carga impositiva sobre los beneficios
societarios se extiende así al capital invertido en los sectores no
gravados. A largo plazo, por

Cantidad Cantidad

de capital de capital

FIGURA 15-5. Impuesto sobre ¡a renta de capital de un sector.

tanto, la carga se traslada parcialmente al capital invertido en los


sectores no gravados.

Esta situación se muestra en la Figura 15-5. en la que las dos gráficas


representan a los dos sectores, respectivamente. Antes de que se
aplique el impuesto, la curva CD de la parte izquierda de la figura
representa la eficiencia marginal del capital en el sector societario. Se
muestran las diferentes tasas de rendimiento
asociadas a diferentes tamaños del stock de capital invertido en ese
sector. Una curva similar, FG, se muestra en el lado derecho de la
figura para el otro sector. Antes del impuesto, el capital total se
distribuye entre los dos sectores, siendo OH invertido en X (el sector
societario) y OM invertido en Y (el sector no societario), y donde OH
más OM es igual al stock de capital total. De esta manera, el
rendimiento del capital en ambos sectores se iguala en el margen y
es igual a OI.

Ahora se aplica un impuesto sobre la renta del capital procedente


del sector societario. El rendimiento neto por unidad de capital para
los inversores en este sector es ahora igual a (1 - t)r, siendo r la tasa
bruta de rendimiento y t el tipo de gravamen. Esta curva de
rendimientos netos se representa por ED en la parte izquierda de la
figura. Como resultado, el capital se trasladará del sector gravado al
sector libre de impuestos, donde la tasa de rendimiento para el
inversor es mayor. Esta reasignación del capital continúa hasta que
la inversión en el sector societario cae a OK, donde la tasa neta de
rendimiento es OF. Al mismo tiempo, la inversión en el sector no
societario se incrementa hasta OL y la tasa de rendimiento cae a
OP. Por tanto, las tasas de rendimiento netas para el inversor se
igualan en ambos sectores. Es por tanto evidente que la carga
impositiva sobre el capital a largo plazo será compartida por los
inversores de ambos sectores. Después de un período inicial durante
el cual la carga sobre el capital recae solamente sobre el propietario
del mismo en el sector gravado, esta carga será finalmente
compartida por los propietarios del capital en ambos sectores. El
impuesto sobre el sector societario continúa capitalizándose, pero los
rendimientos brutos aumentan a medida que el capital se traslada
fuera del sector societario. De esta forma, se recupera parte de la
reducción inicial en el rendimiento neto.

Más allá de todo esto, el proceso de ajuste puede implicar cambios


adicionales tanto por el lado de las fuentes como por el lado de los
usos. En el lado de las fuentes, el desplazamiento de la producción
desde el sector societario al no societario puede afectar a la
rentabilidad del trabajo y también a la del capital. Así, si la producción
del sector no societario es más trabajo-intensiva, en el proceso se
incrementará la rentabilidad del trabajo y se incrementará
adicionalmente la carga sobre el capital7. En el lado delos usos, los
consumidores de los productos producidos en el sector societario
serán afectados por el crecimiento de los precios ocasionados por la
caída de la oferta. Al mismo tiempo, se beneficiarán los consumidores
de los productos producidos en el sector no societario, ya que dichos
productos experimentarán una reducción relativa de su precio. Sin
embargo, estos efectos subsiguientes probablemente no invalidan la
naturaleza progresiva del impuesto, reflejada en su impacto inicial
sobre el rendimiento neto del capital.

Un análisis similar se aplica a las diferencias en los tipos del impuesto


sobre la propiedad. En la medida que la base imponible recae sobre
las mejoras más que sobre la tierra, el capital se trasladará desde las
jurisdicciones con tipos bajos, hasta el punto enque los rendimientos
se igualen. Sin embargo, la parte de! impuesto que recae sobre la
tierra se mantendrá, ya que la tierra no puede trasladarse.

Modelos de estimación
En años recientes se han realizado intentos pioneros de medir la
incidencia en un sistema de equilibrio general8. Para este propósito,
se supone que la estructura observada de la economía (con sus
precios, rentas, factores de producción y producciones) refleja un
estado de equilibrio. Entonces se realiza un intento de obtener un
conjunto de relaciones de producción y de elasticidades de oferta y
demanda, que resulten consistentes con dicha estructura. A
continuación, se supone que se realizan ciertos cambios impositivos
y se estiman los cambios resultantes en la economía sobre la base
de estas relaciones implícitas. Entonces, los cambios se utilizan
para medir las pérdidas y ganancias resultantes para los diferentes
grupos de renta. Ahora las pérdidas y ganancias tienen en cuenta 10S
efectos tanto en el lado de las fuentes como en el lado de los usos, y
también su interacción. Además, no sólo incluyen la cantidad
monetaria de impuesto, sino también el exceso de gravamen
resultante, un tema que será examinado en breve.

Aunque el resultado no difiere mucho del obtenido por el análisis


parcial9, la aproximación amplia asegura una visión más completa,
al tomar en cuenta las diversas interacciones que se producen en
respuesta a un impuesto. Sin embargo, dichos modelos también
reflejan un conjunto de hipótesis simplificadas sobre cómo funciona
la economía, incluyendo la de mercadosperfectamente
competitivos. Los conocimientos adquiridos por un análisis más
parcial permiten que se introduzcan hipótesis de mercado alternativas
y, de esta forma, sigue siendo una parte útil delanálisis.

D. MERCADOS IMPERFECTOS
Como se señaló antes, el análisis precedente se basaba en la
hipótesis de mercados perfectos. Pero los mercados no son
perfectos, por lo que ahora se deben tener en cuenta las
imperfecciones.

Los impuestos sobre los productos


En la Figura 15-1, se observó el ajuste a un impuesto unitario en un
mercado competitivo. En la Figura 15-6 se da el caso de un impuesto
unitario bajo condiciones de monopolio. MR y AR son las curvas de
ingreso marginal y de ingreso medio antes de impuestos,
respectivamente, y MC es la curva de coste marginal. La producción
se encuentra en la intersección entre MR y MC y es igual a OA, siendo
el precio igual a OB. Cuando se aplica el impuesto unitario de
cantidad u, la curva MC se traslada hasta MC. La
producción se reduce hasta OC y el precio se incrementa hasta BD,
cifra menor al impuesto unitario EH.

El ingreso impositivo es igual a EHGF. Como en el caso competitivo,


los cambios resultantes en la producción, precio e ingreso dependen
de las elasticidades de la oferta y de la demanda.

El impuesto sobre la renta salarial


En un mercado de trabajo competitivo, las tasas salariales se
establecen por la intersección de la curva de demanda (que recoge el
valor de la productividad marginal del trabajo) y la curva de oferta (que
muestra el precio mínimo al que las diversas cantidades de trabajo
están disponibles). Con una oferta de trabajo bastante inelástica, un
impuesto sobre la renta salarial tiende a ser
absorbido por el trabajo, Pero el asunto resulta más complejo si se
adopta un punto de vista realista.

Los salarios en la economía moderna no se determinan en mercados


altamente competitivos. Intervienen factores diferentes de la
productividad y una gran parte de la estructura salarial se establece
por convenio colectivo. Incluso los salarios de los sectores no
sindicalizados están bajo la influencia de las tasas salariales de los
sectores sindicalizados. Entonces la cuestión que surge es siel
impuesto sobre la renta salarial puede ser una parte de la decisión
negociada. ¿No será capaz el sindicato de trasladar un incremento
en el impuesto sobre la renta demandando un salario más alto, y no
será capaz el empresario de traspasar el coste de salarios más altos
al consumidor?

Por mucho que a los sindicatos les gustase reaccionar de esta


manera, la cuestión es si pueden hacerlo. La respuesta es no, si todas
las partes negociadoras se comportasen como maximizadoras con
anterioridad al impuesto. Bajo estas normas, los sindicatos y los
empresarios ya habían alcanzado el mejor contrato que eran capaces
de obtener, y la aplicación del impuesto no cambia esta posición.
Para alterar la conclusión, se tendría que suponer que con
anterioridad al impuesto los sindicatos habían pedido menos de lo
que eran capaces de obtener. Si lo hubieran hecho así, los líderes
sindicales bajo la presión de proteger la paga neta deberían
demandar crecimientos salariales mayores si se incrementasen los
tipos de retención y del impuesto. Este no parece haber sido un
factor principal en los Estados Unidos, donde tradicionalmentelos
sindicatos responden a cambios en el coste de la vida pero no a
cambios inducidos fiscalmente en la paga neta. Sin embargo, esta
respuesta no es imposible. Esto lo demuestran países como Suecia,
que realiza una negociación colectiva altamente centralizada y
establece las tasas salariales como parte de una política general de
rentas. Con los niveles de renta analizados en términos de salarios
después de impuestos, el impuesto sobre la renta viene a formar parte
del acuerdo global de salarios. De forma similar, en el Reino
Unido se ha negociado a veces una política de reducción del
impuesto sobre la renta a cambio de una promesa de contención
salarial, y políticas similares se han propuesto para su consideración
en los Estados Unidos. El trabajo está siendo animado a moderar las
demandas salariales con la promesa de deducciones impositivas si
los salarios se retrasan respecto a los precios.

Pasando al nivel superior de la escala de renta, hallamos que la


remuneración de los ejecutivos está determinada en un mercado
altamente intervenido. Tanto el nivel general de remuneración de los
ejecutivos como los salarios pagados a los mismos, situados en
determinados puntos de la jerarquía empresarial se fijan en un
mercado donde su contribución a la producción no es fácilmente
medible. La estructura remunerativa de los ejecutivos depende de
consideraciones de categoría social y costumbre más que de la
productividad marginal exactamente medida de sus servicios. En este
mercado, los cambios impositivos pueden reflejarse muy bien en
cambios en la remuneración diseñada con el fin de mantener las
estructuras deseadas de remuneración después de impuestos.
Aunque la evidencia empírica es difícil de interpretar (debidoen
parte a la complejidad de formas, inducida por los impuestos, en que
se da la remuneración a los ejecutivos), no sería sorprendente
encontrar que la dispersión de las remuneraciones antes de
impuestos ha respondido a cambios en los tipos aplicables a los
tramos altos de renta.

Consideraciones similares se mantienen en relación a los honorarios


cargados por los profesionales. A niveles bajos de imposición, los
abogados o los cirujanos pueden considerar prudente cobrar menos
de lo que el mercado soportará. Pero a medida que los tipos
impositivos aumentan, pueden compensarlos ajustando sus
honorarios al alza.
1
Guía para el lector del Capítulo 15. Este capítulo expone los principios
de la incidencia del impuesto. Las secciones A y B ofrecenun enfoque
de equilibrio parcial de los impuestos sobre los factoresy sobre los
productos, y la sección C considera la incidencia en una situación de
equilibrio general. La sección D se dedica a los mercados imperfectos
y la E considera los efectos macroeconómicos. En el apéndice se
realiza una discusión adicionalacerca de la incidencia del impuesto
sobre los productos, de carácter no obligatoria para el lector menos
técnico.
2

' Véase página 342.


3

Haciendo girar DD y SS alrededor del punto A en la Figura 15-3,


podemos observar que la participación del comprador en la carga
aumenta a medida que disminuye la elasticidad de la demanda y
aumenta la elasticidad de la oferta, es decir, a medida que la
pendiente de la curva de demanda se hace más pronunciada y la de
oferta menos pronunciada.

Puede demostrarse que BtJBs = EJEd, donde Bh y B, son las


participaciones en la carga de comprador y vendedor,
respectivamente, Es es la elasticidad de oferta y Ed la elasticidad de
demanda. Así pues, en el intervalo relevante, Ed es igual a (EC¡OC)
(OB/FB), mientras que E¡ es igual a (EC¡ OC) (OB/KB). Obtenemos
así que EsIEd es igual a BF/BK, donde BF es la participación del
comprador y BK la del vendedor.
4

véase página 330.


5
Véase página 455 para analizar la influencia de esto sobre la
reforma del impuesto sobre sociedades.
6

Véase página 4!0.


7

1 Véase Amoid C. Harberger, “The Incidence of the Corporation


Income Tax”, en Journal of Polilical Economy, junio de 1962;
reeditado en Amoid C. Harberger, Taxation and Welfare, Bostón:
Little, Brown, 1974, págs. 135-162.

El problema es sencillo si las relaciones de producción en ambos


sectores son tales que la sustitución entre trabajo y capital deja
inalteradas las participaciones de los factores, es decir, que la
elasticidad de sustitución es unitaria en todos los puntos. Este es el
supuesto ampliamente adoptado en la llamada función de producción
Cobb-Douglas. El flujo de capital del sector gravado al sector libre de
impuestos deja entonces inalteradas las participaciones de los
factores. La renta neta del trabajo no resulta afectada y todo el
impuesto recae sobre el capital. Harberger considera que esto se
acerca bastante a la situación real.

El problema es más complejo si las elasticidades de sustitución son


distintas de la unidad. En ese caso la carga sobre el capital tenderá
a ser mayor (y la del trabajo menor) cuanto más baja seala
elasticidad de sustitución entre el capital y el trabajo en X en
comparación con Y. La carga sobre el capital también tenderá a ser
mayor cuanto menor sea la elasticidad de sustitución en el consumo
de los dos bienes. Sin embargo, esto sólo son tendencias. Las
diversas relaciones forman un entramado complejo y no se llega a
ninguna conclusión sencilla. Además, el análisis de Harberger
mantiene constantes las ofertas totales de los factores y, como se
señala en el texto, el resultado varía aún más si varían las ofertas de
factores de la economía como un todo.
8

Véase J. B. Shoven y J. Whalley, “Applied General Equilibrium


Models of Taxation and In-temational Trade”, Joumal of Economic
Literalure, vol. 22, n.° 3, septiembre 1984.
9

Véase también la referencia a Devarajan, Fullerton y Musgrave, pág.


333.
El impuesto sobre las nóminas
En competencia perfecta, vemos que es indiferente si un impuesto se
aplica sobre el comprador o sobre el vendedor. Esta norma se
mantiene tanto para los impuestos sobre el mercado de factores
como sobre el mercado de productos. Así, dado un mercado de
trabajo perfectamente competitivo, la distribución del impuesto sobre
nóminas entre la contribución empresarial y la contribución del
empleado es una ficción, siendo el resultado exactamente el mismo
cualquiera que sea el mercado en el que se aplica el impuesto. Aun
así, a modo de intento legal, la obligación del reparto fue introducida
para “distribuir” la carga. Aunque esto deja abierta la cuestión de si
estaba “previsto” que la mitad del empresario recayera sobre los
beneficios o sobre los consumidores, la intención fue claramente
gravar a los empleados con sólo la mitad de lacontribución ¿Fue
esta distribución legal de tipos una sencilla estupidez? o bien, como
frecuentemente sucede cuando hay diferencias entre la teoría y la
práctica, ¿hay otros aspectos del problema que el razonamiento
precedente pasa por alto?

Al efectuar la pregunta ya se apunta la respuesta: los mercados no


necesariamente operan de una manera competitiva y las respuestas
del mundo real pueden diferir de las del modelo anterior. Si se
incrementan los impuestos sobre las nóminas, los sindicatos pueden
aceptar un incremento en la contribución empresarial sin exigir un
incremento salarial, pero difícilmente aceptarán una reducción en su
nivel salarial con el fin de compensar un incremento en la contribución
empresarial. Las empresas, a su vez, no absorberán el crecimiento
en su contribución reduciendo sus beneficios, sino que aprovecharán
la ocasión para elevar los precios. Como resultado de todo ello, la
contribución empresarial puede traducirse en un impuesto sobre los
productos, recayendo la carga sobre elconsumidor 1.
El impuesto sobre los beneficios
Finalmente, consideremos el caso de un impuesto sobre la renta del
capital. En un mercado competitivo, la incidencia dependerá de las
elasticidades de oferta y demanda de los servicios del capital.
¿Cómo cambia el resultado si los precios de los servicios de capital
se fijan en un mercado imperfectamente competitivo?

Monopolio. A primera vista, se podría esperar que una empresa que


ocupa una posición de monopolio en el mercado de productos es más
capaz de trasladar un impuesto sobre los beneficios societarios que
una empresa que opera bajo condiciones competitivas. El
competidor, después de todo, es precio aceptante, mientras que el
monopolista establece el precio. Pero una aproximación más atenta
muestra que el monopolista debe absorber el impuesto. La razón
es que el monopolista puro habrá maximizado beneficios antes de la
aplicación del impuesto y, por tanto, no puede hacerlo mejor después
de que se aplica el mismo. Como el impuesto se aplica de tal forma
que sea igual al x por 100 de los beneficios, la empresa estará en
mejor posición al tener el mayor nivel de beneficios brutos posibles.
Con un tipo de gravamen del 34 por 100, el 66 por 100 de 100
millones de dólares es mejor que el 66 por 100 de menos de100
FIGURA 15-7. Impuesto sobre los beneficios en el monopolio.

millones de dólares. Por tanto, el precio y la producción que hacen


máximos los beneficios sin impuestos será aun la mejor posición
después de que se aplique el impuesto. En otras palabras, el
monopolista encuentra los beneficios de la sociedad reducidos por
el impuesto y no puede trasladarlo al consumidor vía precios más
altos, manteniéndose aún como maximizador de beneficios n.

Esta situación se ilustra en la Figura 15-7, que muestra el familiar


diagrama de maximización de beneficios del monopolista. Antes de
impuestos, los beneficios se maximizan en la producción OA, donde
el ingreso marginal (MR) es igual al coste marginal (MC). El precio
es igual a OB y los beneficios son CDEB. Cuando se aplica un
impuesto de un tercio, las curvas MR y MC permanecen inalteradas
pero los beneficios netos se reducen a CDFG.
11 Si 77? son los ingresos totales y TC es el coste total, entonces
los beneficios, P, son iguales a TR - TC, Los beneficios se
maximizan en un nivel de producción para el que dP/'dQ _ 0, es
decir, donde

d(TR) d(TC)

~~dQ---dQ- = ° ° MR = MC

Tras la introducción de un impuesto sobre los beneficios al tipo l, el


monopolista pretende maximizar (1 - t) (TR — TC). Diferenciando esto
con respecto a Q y haciéndolo igual a cero nos da

Dividiendo por (1 - t) se obtiene de nuevo MR = MC.

A corto plazo, al menos, el impuesto se absorbe de nuevo por los


beneficios en el sector gravado. Además, esto puede continuar
siendo cierto incluso a largo plazo. Si las empresas en el sector
gravado disfrutan de beneficios monopolísti-cos, puede ser que les
resulte ventajoso, incluso después de que los beneficios se han
reducido a causa del impuesto, mantenerse donde están más que
trasladarse al sector no gravado, donde podrían disfrutar de una
posición menos protegida. Entonces debe relativízarse la conclusión
anterior de que el impuesto es soportado de forma igual por el
capital en todos los sectores.

En la práctica, un monopolio potencial puede escoger no explotar el


poder de mercado potencial al máximo. Es decir, operará a un nivel
de producción mayor y venderá a un precio más bajo del que lo
haría si su único objetivo fuera la maximización del beneficio. Puede
quedar satisfecho obteniendo una tasa de rentabilidad objetivo de,
por ejemplo, el 15 por 100, sobre el capital invertido. Una tasa más
alta de rentabilidad puede considerarse “depredadora” y socialmente
inadecuada; la dirección puede creer que un objetivo de beneficio
prudente puede ayudar a mantener los beneficios a largo plazo; o
puede temer que rentabilidades excesivas invitarán a una acción
antimonopolística.

Cuando se establece un impuesto, la empresa se encuentra con que


su tasa neta de rentabilidad ha caído por debajo del nivel objetivo.
Esto le conducirá a explotar su posición monopolística, restringiendo
la producción y elevando el precio con el fin de restaurar su posición
de beneficio neto. Cuando lo hace así, se traslada a una posición más
próxima al beneficio máximo, es decir, la producción O A en la Figura
15-7. De esta forma la carga será trasladada al consumidor. Que toda
la carga sea trasladada de esta forma dependerá del tipo de
gravamen aplicado al beneficio monopolístico previo al impuesto. El
punto básico es que el impuesto puede inducir a la empresa a hacer
un uso más pleno de su poder de monopolio; en la medidaque
esto sucede así, se traslada la carga.

Comportamiento oligopolista. Otra posibilidad de ajuste en el precio


surge en una situación de oligopolio. Aquí los precios y la producción
no se establecen de la tradicional forma maximizadora del beneficio.
El precio tiende a establecerse por el precio del líder del sector y
ninguna empresa deseará desviarse de éste por temor a perder
ventas si eleva el precio, o a que sus competidores le sigansi intenta
reducir el precio. En tal situación, un incremento en el tipo impositivo
puede actuar como una señal para que las empresas eleven el precio
de forma concertada. Como cada empresa tiene razones para
esperar que las otras actuarán de forma similar, puedeelevar el precio
sin preocuparse de su posición competitiva.

Maximización de ventas. A lo largo de los años, diversos autores


han criticado la hipótesis clásica de maximización del beneficio.
Aunque dan por cierto que las empresas maximizarán algo, sostienen
que los beneficios no pueden ser el único, ni siquiera el principal,
objetivo de maximización. Es más, una empresa puede desear
maximizar sus ventas o su participación en el mercado.
Como el impuesto sobre los beneficios no hace variar las ventas
totales en función del precio, la simple maximización de las ventas
conduciría de nuevo a

la conclusión de que el impuesto no hace variar la producción y el


precio. Por tanto, el impacto aún recaería sobre los beneficios. Pero
no es probable que una empresa maximice sus ventas sin considerar
conjuntamente a los beneficios. La maximización de ventas bien
puede ser un objetivo, pero debe ser atemperada por una restricción
del beneficio mínimo. Definiendo el último como beneficios netos,
disponemos entonces de una estructura de comportamiento que bien
puede conducir a su traslación.
Esta situación se muestra en la Figura 15-8, en la que la curva OCB
representa los ingresos por ventas totales para diferentes niveles de
producción, mientras que la curva OD muestra el coste total ,2. Los
niveles correspondientes de beneficios, o ingresos menos costes, se
representan por OEF. Bajo la maximización de beneficios, la
producción se encuentra en OG, siendo los beneficios GE. Cuando
se aplica un impuesto del 50 por 100, el nivel de beneficios netos se
representa por OHF. Los beneficios netos todavía se maximizan en
OG, pero caen hasta GH. No se produce traslación. Bajo la
maximización de ventas, la producción antes de impuestos depende
de la restricción del beneficio. Si el ni-
12 Véase W. Baumol, Economic Theory and Operational
Analysis, 3.a ed., Englewood Cliffs, N. I.: Prentice-Hall, 1973, pág.
326.

vel de beneficios mínimos requeridos se representa por Mi, la


empresa, con anterioridad al impuesto, producirá OK, o algo menos
del punto de maximización de ventas, OP. Cuando se aplica el
impuesto, la producción se reduce a OL. Los beneficios netos se
mantienen en su nivel original y el impuesto se traslada totalmente,
elevándose el beneficio bruto desde LV a LN, o sea por la cantidad
del impuesto. Siguiendo la argumentación, imaginemos que el
beneficio mínimo se establece en un nivel muy inferior, digamos, en
M2. La producción antes de impuestos será ahora de
OP, ya que la maximización de ventas deja el nivel de beneficios, PR,
por encima del mínimo deseado. Además, se continúan
maximizando las ventas incluso después de impuestos,ya que los
beneficios netos, PS, aún reúnen el requisito mínimo. La producción
se mantiene invariable en OP, el impuesto se absorbe con reducción
de beneficios y no habrá traslación. Finalmente, una situación de
traslación parcial es la indicada cuando los beneficios mínimos se
establecen en Af3. Por tanto, el grado de traslación
depende del nivel requerido de beneficios y de la relación entre la
producción, los costes y los ingresos por ventas.
Otras reglas de fijación de precios. A los economistas les gusta
pensar que el comportamiento empresarial es racional, en el sentido
de seguir una regla maximizadora. Pero los ejecutivos de las
empresas pueden no actuar racionalmente. Pueden basar sus reglas
de fijación de precios en ciertos criterios guiados por la costumbre
que no necesitan seguir esta pauta.

Un criterio es la práctica de fijar precios en el margen o “markup”. Bajo


esta regla, los costes se “ajustan” para permitir una relación entre
beneficios y costes guiada por la costumbre, o bien el preciose fija
de forma que permita que los beneficios (es decir, ventas menos
costes) sean una fracción de las ventas guiada por la costumbre. Que
esta aproximación origine traslación depende de cómo se definan los
costes y los márgenes. Hay traslación si el impuesto se incluye como
coste o si el margen se define neto del impuesto. Ahora el impuesto
asume la naturaleza de un impuesto sobre consumos específicos.

Otra aproximación es la de fijar precios en función del coste total o


medio. Los precios se establecen de forma que se genere una
corriente de ingresos que permita recuperar el coste total (incluidos
los costes fijos además de los costes variables) dentro de un período
determinado. Como el impuesto reduce esta corriente, se pedirán
precios mayores y una vez más puede producirse el fenómeno de la
traslación.

Así, todas estas reglas pueden conducir a un comportamiento de


fijación de precios que intente trasladar el impuesto hacia precios
mayores. Otro asunto es que la empresa realmente tenga éxito al
hacerlo. El resultado depende de la medida en que haya ejercido ya
su poder de mercado en la situación previa al impuesto.

Imperfecciones en el mercado de trabajo. Hasta ahora se ha


considerado la posibilidad de que las empresas que operan bajo
diversas formas de precios intervenidos puedan intentar elevar el
precio de sus productos para recuperar los beneficios. Como
resultado, la carga se traslada “hacia adelante” a los con-

sumidores. Otra posibilidad es que la carga se traslade “hacía atrás”


al perceptor del salario por medio de una reducción en los salarios.

Una vez más, estos ajustes no pueden producirse en un mercado de


trabajo competitivo, donde se paga al perceptor del salario por el valor
de su productividad marginal y se paga el mismo rendimiento por
parte de las empresas que son rentables que por otras que no lo son.
Si los mercados de trabajo son imperfectos, la situación puede diferir.
Si el trabajador tiene una posición débil y los empresarios tienen una
posición monopsonista, el nivel del salario puede fijarse por debajo
del valor de la productividad marginal del trabajo. Entonces la
situación puede ser similar a la de fijación de precios monopolistica
con restricciones en el mercado de productos. Los empresarios en
una situación antes de impuestos pueden no explotar plenamente
su posición, pero el impuesto puede conducirles a utilizar
más plenamente sus poderes de mercado, con el resultado de que
parte de la carga impositiva se traslada al trabajador.

Un resultado similar puede aparecer en una situación bastante


diferente, en la que el trabajador está en una posición fuerte. Los
niveles salariales se fijan en la negociación colectiva, pero los
sindicatos al efectuar sus demandas salariales pueden (y
frecuentemente lo hacen) tener en cuenta la rentabilidad de la
empresa. Su objetivo puede ser desviar una parte de los beneficios
monopolistas hacia el perceptor del salario, dejando a la empresa en
lo que consideran una posición de beneficio adecuado. Como esta
posición depende de los beneficios después de impuestos, un
incremento en el tipo del impuesto sobre los beneficios puede reducir
las demandas salariales. De esta forma, parte del incremento en el
impuesto puede trasladarse de nuevo hacia atrás, al perceptor del
salario.
Definición defectuosa de la base imponible. Un factor final QUé
puede significar una traslación hacia adelante vía precios más altos
se basa en las imperfecciones en la definición de la base imponible.
La base del impuesto sobre los beneficios puede diferir de los
beneficios tal como se definen en la teoría económica e incluir
conceptos que en realidad son parte del coste de la empresa. Así, los
beneficios, tal como se definen en la legislación fiscal, no permiten la
deducción del interés imputado por los capitales propios.Como dicho
interés es un coste de la actividad, la base imponible está
sobrevalorada. Parte del impuesto se convierte en una adición al
coste y puede reflejarse en la producción y en el precio. Sin embargo,
esta posibilidad probablemente no es muy importante, ya que la
mayoría de las deducciones de los beneficios gravablesse definen
liberalmente.

¿Quién paga? Hemos analizado una variedad de situaciones en las


que la sociedad puede ser capaz de recuperar parte del impuesto
elevando los precios o reduciendo los salarios, trasladando de esta
forma la carga a sus consumidores o a sus empleados. Entonces, la
naturaleza del impuesto sobre las sociedades se hace más semejante
a la de un impuesto sobre los salarios o sobre consumos
específicos. Como se mostró en el Cuadro 14-1, el modelo de carga
resultante puede variar sustancialmente, dependiendo de cómo se
aplica el proceso de ajuste.

E. ASPECTOS MACROECONOMICOS
Siguiendo el enfoque convencional, hemos observado el problema de
la incidencia en términos de cambios en la oferta y demanda y en los
precios relativos de factores y productos. Los ajustes al impuesto se
consideran operando en una economía de pleno empleo, sintener
en cuenta los efectos de la imposición sobre el nivel de empleo. De
forma similar, no se tuvieron en cuenta los efectos de la imposición
sobre la tasa de inflación o sobre la formación de capital y el
crecimiento de la productividad. Todo esto puede tener efectos
distributivos adicionales e influencia sobre la incidencia impositiva.
Posteriormente, se realizará una consideración más cuidadosa de
estos temas, pero ahora deben mencionarse brevemente para dar
una visión completa.

Efectos sobre el empleo


Los cambios en el nivel de la imposición afectarán al nivel de
demanda agregada y, por tanto, al nivel de empleo. Si la reducción
impositiva incrementa el empleo, aquellos previamente
desempleados obtendrán ingresos. La renta disponible para usos
privados se incrementará no solamente porque se reduce el bocado
para el fisco, sino también porque aumenta el empleo. Inversamente,
si el nivel de empleo cae, la pérdida de renta será superior al impuesto
adicional originado. Así, ya no es posible igualar los cambios en la
carga impositiva mediante variaciones enla cantidad de impuesto
recaudado. Esta dificultad puede eludirse parcialmente, analizando el
problema en términos de incidencia diferencial 13, pero incluso aquí
los impuestos de igual recaudación pueden diferir en sus efectos
sobre el empleo.

Efectos sobre la inflación


Un incremento en los impuestos, al reducir la demanda agregada,
puede reprimir la inflación y, por tanto, afectar al estado de la
distribución. Los deudores saldrán perdiendo a medida que sus
pasivos aumenten en términos reales mientras que los acreedores
saldrán ganando. Además, no todos los precios de los productos y las
rentas se mueven conjuntamente, de forma que las rentas reales
resultarán afectadas. Así, pueden producirse cambios en la posición
relativa aunque el incremento impositivo en sí mismo fuera neutral,
por ejemplo, en forma de un impuesto proporcional sobre la renta.

Efectos sobre el crecimiento


Finalmente, la política fiscal puede afectar a la tasa de crecimiento.
Diferentes impuestos tendrán efectos diferentes sobre las tasas de
ahorro e inversión y, por tanto, sobre la formación de capital. A
medida que la tasa de formación de capital se incrementa o se
reduce, resultarán afectados los rendimientos de los factores y, de
esta forma, las rentas antes de impuestos. Así, la sustitución de
un impuesto sobre la renta del capital por un impuesto sobro la renta
salarial será regresiva a corto plazo, pero el resultado final no puede
ser valorado sin considerar sus efectos sobre los rendimientos de
los factores,4. Todos estos aspectos deben tenerse en cuenta al
evaluar todas las implicaciones de una política fiscal en particular.

F. RESUMEN
La función de la teoría de la incidencia es señalar la distribución final
de la carga de un impuesto. Comenzando con el punto de impacto
legal, consideramos, en primer lugar, las respuestas de los
vendedores y de los compradores en el mercado concreto en el que
se aplica el impuesto y luego señalamos sus repercusiones en otros
mercados hasta que toda la economía se ajusta por sí misma.Este
es un proceso complejo, pero se pueden alcanzar ciertas reglas y
conclusiones generales.

Comenzando con una perspectiva de equilibrio parcial y


considerando los impuestos sobre productos, que se aplican en un
mercado competitivo, llegamos a las siguientes conclusiones:

1. La aplicación del impuesto eleva el precio y reduce la


cantidad.

2. Un impuesto unitario supone un desplazamiento paralelo


hacia arriba en la curva de oferta. Un impuesto ad valorem
supone un giro hacia abajo en la curva de demanda.

3. Las magnitudes de los cambios en el precio y en la cantidad


dependen de las elasticidades de oferta y demanda.
4. La carga se distribuirá entre compradores y vendedores
según el cociente entre la elasticidad de la demanda y de la
oferta.

5. Ambas curvas son más elásticas para un impuesto selectivo


que para un impuesto general, y ambas se hacen más elásticas
si se considera un período de ajuste más largo.

6. Dado un par de tipos impositivos equivalentes, no importa en


qué lado del mercado se aplica el impuesto.

7. El impacto distributivo de un impuesto sobre productos (es


decir, si es progresivo o regresivo) afecta tanto al lado de las
fuentes como al lado de los usos de las rentas de las economías
domésticas. Probablemente, el lado de los usos es decisivo, con
virtiendo un impuesto sobre los bienes de lujo en progresivo y a
un impuesto sobre los bienes de primera necesidad en regresivo.

8. El incremento de precio resultante será menor si el impuesto


se aplica en un mercado monopolístico.

En una visión similar de los impuestos sobre los factores,observamos


que el impuesto se aplica normalmente sobre la venta de los servicios
de los factores y toma la forma de un impuesto ad valorem.

9. El impuesto eleva la tasa bruta de rendimiento del factor,


mientras reduce la oferta del factor y cae la tasa neta de
rendimiento.

10. De nuevo la magnitud del ajuste y la distribución de la carga


entre compradores y vendedores depende de las elasticidades
de oferta y demanda.

11. Una vez más, las economías domésticas resultan afectadas


tanto por el lado de las fuentes como por el lado de los usos de
sus rentas, pero ahora el lado de las fuentes tiende a ser el
decisivo.

12. Un impuesto sobre la renta del capital tiende a ser


progresivo, mientras que un impuesto sobre la renta salarial
tiende a ser regresivo.

13. El resultado puede diferir dependiendo de cuál sea la


estructura del mercado en el que se aplica el impuesto. La
incidencia de un impuesto sobre la renta salarial puede resultar
afectada por los convenios colectivos. Un impuesto sobre las
rentas de profesionales o ejecutivos puede trasladarse a los
consumidores debido a la fijación de precios intervenida. Aunque
un monopolista maximizador del beneficio no puede trasladar un
impuesto sobre los beneficios, su traslación puede ocurrir bajo
otras formas de comportamiento del mercado.

Tomando en cuenta las repercusiones más amplias en un marco de


equilibrio general, se llega a las siguientes conclusiones:

14. Cuando se grava el producto X, su precio aumenta y los


consumidores tienden a sustituirlo por compras del producto Y.
En consecuencia, el rendimiento de los factores estratégicos de
la producción de X caerá mientras que el de otros factores
estratégicos de Y se incrementará. Así, los efectos desde el
lado de los ingresos se han ampliado hacia otros mercados. De
forma similar, el incremento de la demanda de Y tenderá a elevar
el precio de Y, ampliando así el impacto por el lado de losusos
sobre los consumidores de Y.

15. Consideraciones similares se aplican a un impuesto sobre


los factores. Un impuesto sobre el factor X tenderá a reducir su
oferta, lo que a la vez reducirá los rendimientos obtenidos por el
factor Y, ampliando así los efectos por el lado de los ingresos.
16. Cuando un impuesto sobre los factores se limita a las
ganancias de sólo ciertos usos, y el factor gravado es inmóvil, el
impuesto se capitalizará y se reflejará en un valor reducido del
activo. Cuando el factor sea móvil, su utilización se trasladará a
sectores libres de impuestos hasta que las tasas netas de
rendimiento se igualen. Así, la carga del impuesto sobre los
beneficios societarios se extiende al capital empleado fuera del
sector societario. Consideraciones similares son aplicables a las
diferencias en el impuesto local sobre la propiedad.

Posteriormente, se ha hecho referencia a las imperfecciones del


mercado y a su impacto sobre la incidencia impositiva:

17. Los impuestos sobre productos elevarán menos los precios


en situaciones de monopolio que en situaciones decompetencia.

18. Un monopolista maximizador del beneficio no puede


trasladar un impuesto sobre los beneficios.

19. Otras situaciones sugieren que el impuesto sobre


sociedades puede trasladarse.

Finalmente, se realizó una referencia al hecho de que los cambios


en la po-

Etica impositiva pueden generar efectos macroeconómicos, IOS


cuales también influyen sobre la incidencia de la carga, incluyendo:

20. Efectos sobre el empleo.

21. Efectos sobre la inflación.

22. Efectos sobre el crecimiento.

LECTURAS COMPLEMENTARIAS
Para la presentación general de la teoría de la incidencia impositiva,
véase:

Break, G. F.: “The Incidence and Effects of Taxation”, en A. A.


Blinder y R. M. Solow (eds.): The Economics of Public Finance,
Washington, D.C.: Brookings. 1976, págs. 112-129.

McLure, C. E., Jr., y Thirsk, W. B.i “A Simplified Exposition of the


Harbcrgcr Model”, National Tax Journal, marzo 1975.

Mieszowsk.1, P. M.: “Tax Incidence Theory: The Effects of Taxes on


the Distribution of Income”, Journal of Economic Ltterature, diciembre
1969, págs. 1105-1124.

Para la estimación empírica de la incidencia en equilibrio general,


véase:

Ballard, L.; Fullerton, D.; Shoven, J. B., y Whalley, J.: “A General


Equilibrium Model for Tax Policy Evaluation”, National Bureau of
Economic Research, Chicago: University of Chicago Press, 1985.

Devarajan, S.; Fullerton, D., y Musgrave, R.: "Estimating the


Distribution of Tax Burdens: “A Comparison of DifferentApproaches”,
Journal of Public Economics, vol. 13, abril 1980, págs. 155-182.

Shoven, J. B.: “Applied General Equilibrium Models of Taxation and


Intemational Trade”, Journal of Economic Literature, vol. 22, n.° 3,
1984.

APENDICE: LA INCIDENCIA DE LOS IMPUESTOS UNITARIOS Y


AD VALOREM

I. LOS EFECTOS SOBRE LA PRODUCCION Y LOS PRECIOS


DE LOS IMPUESTOS AD VALOREM Y UNITARIOS EN
SITUACIONES DE COMPETENCIA
Dada una curva de demanda lineal del producto X, que relaciona el
ingreso medio (AR) o precio, con la cantidad vendida (Q),

y una curva de oferta de mercado lineal, que relaciona el coste


medio unitario (AC) con Q,

AC — c + dQ

el sector está en equilibrio donde se intersectan la oferta y la


demanda en una cantidad Qo tal que AR = AC o a - bQ0 = c + dQo y

Qa = siendo P.= a-b

Impuesto unitario
Después de aplicar un impuesto unitario u, la curva del ingreso neto
medio ARn se convierte en:

ARn = a - bQ - u

y el sector se encuentra en equilibrio cuando ARn — AC, o sea

a~bQ~u = c + dQx

con la nueva cantidad de equilibrio Qt (después de impuestos) dada


por

a-c—u
Qt= d+b

El precio (bruto) después de impuestos Pt se convierte entonces en:

Pt = a - b

El cambio en el precio bruto (Pt — Pq) es entonces


bu b + d

En el supuesto de coste constante, d = 0 y el cambio en el precio se


reduce a &P = u.

Impuesto ad valorem
Para el caso de un impuesto ad valorem, es conveniente definir el tipo
impositivo tg como el aplicable al precio de mercado o bruto, tal que
el impuesto por unidad es T = tgPg, y no como tn donde T ~tnPn.
Aunque la versión tn Se Utiliza en las normativas fiscales, el uso de
la versión tg simplifica el tratamiento algebraico. Como tg — tn/( 1 + tn),
los resultados pueden adaptarse sustituyendo tn asídefinido por el tg
de nuestras ecuaciones. Para el caso de un impuesto ad valorem
gravado al tipo t = tg, la curva del ingreso neto medio se transforma
entonces en:

ARn — (1 — í) (¿2 — bQ)

y el precio bruto se transforma en:

P, — a — b

' a - ta - c\ b - tb + dj

Por tanto, el cambio en el precio se representa por:

ad + be

~(d + d)2 — tb(b + d)

Para el caso de coste constante, esto se reduce a:

cr

i-t
Observamos que para el caso del impuesto unitario, el cambio en el
precio es sólo función de la pendiente de las curvas de oferta y
demanda, mientras que para el impuesto ad valorem también
intervienen, como determinantes del cambio en el precio, las
intersecciones de las dos funciones. Dado el valor de w o de t, el
cambio resultante en el precio bruto de ambos impuestos será mayor
cuanto más grande sea b (la pendiente de la función de demanda) y
menor sea d (la pendiente de la función de oferta).

II. LOS EFECTOS SOBRE LA PRODUCCION Y LOS


PRECIOS DE LOS IMPUESTOS AD VALOREM Y UNITARIOS
EN SITUACIONES DE MONOPOLIO

En el caso de una curva de oferta y demanda lineales, se puede


mostrar que el incremento en el precio en situaciones de monopolio
es la mitad de la del caso competitivo. De nuevo la curva de ingreso
medio, AR, es

mientras que la curva de ingreso total, TR, es

TR = ARQ = aQ-b&

Luego, el ingreso marginal, MR, es

dTR

MR - — a — 2bQ

dQ

De nuevo la curva de coste medio es

AC = c + dQ

siendo el coste total, TC, igual a

TC = cQ + d(^
y el coste marginal, MC, es igual a

mc = = c + 2dQ

Estableciendo que MR es igual a MC, obtenemos

a — 2¿>(2o = c + 2dQg

a-c
= 2(b + d)

y el precio antes de impuestos es

Po = a - b

2(¿> + J)

Impuesto unitario
Después de la aplicación de un impuesto unitario u, la curva del
ingreso marginal neto se convierte en

y la nueva cantidad Q( se obtiene estableciendo que MRn = MC, de


forma que

a—c—u

2(b + d)

Así, el precio bruto después del impuesto (PJ es igual a

Pt = a - b

a - c - u\
2(b + d) J

y el cambio en el precio se convierte en

, bu

/\P — ———■—-

2(b + d)

lo que es igual a la mitad del cambio en el precio competitivo. Para


el supuesto de coste constante, en el que d = 0,

Impuesto ad valorem
Con la aplicación de un impuesto ad valorem al tipo t, ahora la curva
de ingreso marginal neto se convierte en

MK„ = (1 -t)(a-2bQ)

y la nueva cantidad para MRn - MC es igual a

(1 - í) a - c 2[(1 -~t)b + d]

y entonces el precio bruto después de impuestos se convierte en

p,=«-4

(1 - f) a — c \

(1 — t) b + d )

Por tanto, el cambio en el precio resultante del impuesto es igual a

bt

~2
ad 4- be

(b + d)2 - tb(b + d) de nuevo, la mitad que en el caso competitivo.

III. MAXIMIZACION DEL INGRESO EN EL


SUPUESTO DE UN IMPUESTO UNITARIO
Para una industria competitiva y utilizando curvas lineales,
supongamos que la curva de demanda quede definida por

PD = a - bQ

y la curva de oferta por

P5 = c + dQ

Después de la aplicación de un impuesto unitario (u), la oferta bruta


se convierte en

P— c 4* dQ 4- u

Igualando PD con Píg, se obtiene que

Entonces, el ingreso impositivo es igual a

Capítulo 16
1

Véase página 550.


El exceso de gravamen y el diseño
impositivo *
A. Costes de administración y de cumplimiento: Costes de
administración. Costes de cumplimiento. B. Distorsiones impositivas
en equilibrio parcial: Elección entre productos. Elección entre bienes
y ocio. Elección entre consumo presente y futuro. Impuesto sobre la
renta de la tierra. Elección entre inversiones. Tipo impositivo,
recaudación y exceso de gravamen. C. Distorsiones impositivas en
equilibrio general: Condiciones para la eficiencia económica. Elección
entre productos. Elección entre bienes y ocio. Elección entre
consumo presente y futuro. Elecciones múltiples. Imposición óptima.
D. Determinación del exceso de gravamen. E. Otras consideraciones:
Fallos del mercado. Bienestar social. Análisis del gasto. F. Resumen.

Habiendo examinado la equidad impositiva, la incidencia y la


distribución de la carga impositiva, vamos a estudiar a continuación
el segundo requisito para la consecución de una buena estructura
impositiva, a saber: que el proceso de imposición debería ser
eficiente. La administración fiscal no debe ser derrochadora y los
costes de cumplimiento de la normativa fiscal para los
contribuyentes no deben ser innecesariamente elevados. Además (y
este es un punto más

♦ Guía para el lector del Capítulo 16. Este capítulo se refiere a la


desagradable proposición de que el proceso impositivo es costoso.
La carga generada sobre la economía excede a la recaudación
impositiva. En la sección A se consideran los costes administrativos
y de cumplimiento. En la sección B realizamos una primera
aproximación al problema del exceso de gravamen o coste de
eficiencia. Se analizan las distorsiones que generan losimpuestos en
diversas decisiones económicas, en un marco simplificado de
equilibrio parcial. En la sección C se plantea el
análisis en términos de equilibrio general, aplicándose a elecciones
únicas, y en la sección D se tienen en cuenta las elecciones múltiples
y la interrelación entre consumo, ahorro y trabajo. El lector con menos
inclinación teórica puede prescindir de las secciones C y D.

delicado) el “exceso de gravamen” de la imposición debe ser


minimizado. A continuación analizaremos estas dos cuestiones
separadamente.

A. COSTES DE ADMINISTRACION Y DE
CUMPLIMIENTO
Tradicional mente los economistas han concedido poca atención al
problema de los costes de administración y de cumplimiento, pero
es un aspecto de gran importancia para el sistema fiscal.

Costes de administración
La valoración y la recaudación de los impuestos requiere la existencia
de personal y equipo técnico. Esta actividad proporciona un
importante servicio público y, como todos los servicios públicos, debe
ser realizada de forma eficiente. La calidad deseada del servicio debe
ser ofrecida a un coste mínimo. El coste de la administración
impositiva federal reflejado en el presupuesto para el año fiscal de
1989 fue de 11.000 millones de dólares, una suma importante pero
que representa sólo aproximadamente el 1 por 100 de la recaudación
impositiva federal. Obviamente, este coste está sujeto a la existencia
de importantes economías de escala. Es posible repartir los costes
generales entre los contribuyentes, y unos tipos impositivos más altos
pueden conseguir incrementos de recaudación sin que aumenten
excesivamente los costes. Al mismo tiempo, el coste de la
administración por dólar de recaudación se incrementa a medida que
la legislación fiscal se hace más compleja. Así, la administración del
impuesto sobre la renta es mucho más
costosa que la del impuesto sobre las nóminas. Un impuesto de
capitación sería el más barato de todos. En este asunto, como en
cualquier otro, la calidad normalmente sale más cara. Al establecer
los criterios que regulan la administración eficiente se plantean las
cuestiones siguientes:

1. En primer lugar, hay que escoger las tecnologías y los


procedimientos administrativos apropiados. En los últimos años,
la administración tributaria de los Estados Unidos ha ido
incrementando su nivel de informatización, lo que ha reducido
el coste y ha generado una información más detallada. Sin
embargo, resulta imposible controlar todos los pagos con detalle.
Sólo un número limitado de declaraciones puede auditarse de
forma precisa (de hecho, menos del 10 por 100) y por lo tanto es
preciso elegirlas de forma que el control sea lo más efectivo
posible.

2. Así pues, la cuestión es hasta qué punto debería realizarse el


control y la ejecución. ¿Es preciso realizarlo hasta el punto en
Que, en el margen, un dólar adicional de coste produzca al
menos un dólar de ingreso? Resulta difícil pensar en un
planteamiento como éste, ya que el coste de administración es
un coste de recursos. mientras que la ganancia en recaudación
es meramente una transferencia. Cada dólar marginal de coste
de administración, por lo tanto, debe equilibrarse con el valor de
una administración más equitativa.

3. Como en todas las cuestiones relativas a la normativa legal,


puede asegurarse un cumplimiento mejor bien a través de
amenazas de fuertes castigos, en el caso de que el infractor
sea detectado, o bien gastando más dinero en los sistemas de
control, de forma que se incremente la probabilidad de detectar
a los infractores. El primer sistema resulta más barato que el
último, pero es menos aceptable en términos de equidad.
4. Por otro lado, está la cuestión de hasta qué punto debe ser
compleja la estructura impositiva. Un impuesto de capitación es
mucho más barato de administrar que un impuesto sobre ventas,
y un impuesto sobre ventas es más barato que unimpuesto sobre
la renta. Un impuesto sobre la renta bruta es más barato que uno
que trate de determinar la renta neta, y así sucesivamente. Como
se verá en la Quinta Parte, un sistema fiscal equitativo para una
economía altamente compleja será inevitablemente complejo.
Sin embargo, dicha complejidad incrementará los costes de
administración y de cumplimiento. Una vez más se presenta una
situación de transacción (trade- off}.

5. Por último, es evidente que la administración tributaria en un


sistema federal es más costosa que en un sistema muy
centralizado, ya que buena parte del aparato administrativo ha
de duplicarse forzosamente.

Como sugiere esta breve discusión, la administración tributaria y su


ejecución plantean interesantes problemas de diseño de política
económica así como un buen número de transacciones (trade-offs),
no sólo para los administradores, sino también para los economistas,

Costes de cumplimiento
Dependiendo de cada impuesto en particular, los costes de
cumplimiento pueden incluso llegar a ser mayores que los costes de
administración. En un reciente estudio de costes de cumplimiento en
el impuesto personal sobre la renta, se estimó que el contribuyente
medio invierte 21,7 horas en la cumplimcnta-ción de su declaración,
incluyendo la obtención de información a lo largo del año y el proceso
concreto de cumplimentar su declaración 1. Si valoramos este tiempo
a un salario promedio después de impuestos, estimamos que el
coste medio es de 231 dólares. Si añadimos a
este coste el coste medio del asesora-miento profesional de 44
dólares, observamos que el coste promedio por contribuyente es de
275 dólares. Mientras que si llegamos a una renta de
50.000 dólares, el estudio demuestra que los costes de cumplimiento
se mantienen en un porcentaje totalmente estable dela renta a partir
de esa cifra. Aplicando el promedio a 97 millones de unidades
contribuyentes, llegamos a un total de 26.000 millones de dólares, es
decir al 7 por 100 de la recaudación total por el impuesto sobre la
renta, que es de 380.000 millones de dólares.

Este coste de cumplimiento del impuesto sobre la renta cifrado en


un 7 por 100 de su recaudación, se convierte en uno de los factores
que reflejan con mayor claridad la naturaleza personal del impuesto
sobre la renta. La relación correspondiente entre ambos conceptos es
mucho más baja para los impuestos reales, como el impuesto sobre
ventas o el impuesto sobre las nóminas. La existencia de costes de
cumplimiento debe ser valorada, por lo tanto, en términos de lo que
se consigue con ella. Nuestro sistema de impuesto sobre la renta,
como hemos mencionado anteriormente, está basado en
declaraciones realizadas por el contribuyente, con laconfianza de que
este procedimiento supondrá una información más completa y una
base más justa para determinar la deuda tributaria. Este
procedimiento es más costoso para el contribuyente, pero
socialmente merece la pena si se justifica por un resultado más
equitativo. Una vez más la política tributaria debe escoger entre las
consideraciones de equidad, que pueden exigir una legislación más
compleja y las posibilidades de disminuir los costes de cumplimiento,
que recomiendan una mayor simplificación.

B. DISTORSIONES IMPOSITIVAS EN
EQUILIBRIO PARCIAL
A continuación analizaremos un segundo aspecto más sofisticado
de la eficiencia impositiva. Si un contribuyente paga 1.000 dólares
de impuesto, la carga que se impone sobre el mismo puede superar
dicha cantidad. A no ser que se aplique en forma de impuesto de
suma fija (es decir, como un impuesto de capitación, que no está
relacionado con la actividad económica), un impuesto interfiere en las
decisiones económicas y distorsiona las elecciones eficientesdel
contribuyente. Esta distorsión resulta gravosa para el contribuyente,
y sin embargo no resulta útil para la administración tributaria. Una
política eficiente, por lo tanto, debería minimizar dichacarga, a la que
nos referiremos como exceso de gravamen, pérdida de bienestar o
coste de eficiencia.

La forma más evidente de evitar este coste sería, por supuesto,


obtener toda la recaudación de un impuesto de capitación, en el cual
todos los contribuyentes paguen excatamente la misma cantidad.
Esto evitaría todo posible exceso de gravamen, pero seríaclaramente
inaceptable en términos de equidad. Como se verá más adelante, si
los impuestos tienen que estar relacionados con la capacidad de
pago, es preciso que se basen en indicadores económicos tales como
la renta, el consumo o la riqueza 2. La imposición equitativa debe
basarse, por lo tanto, en la actividadeconómica y este hecho
provoca inevitablemente interferencias con las elecciones
económicas del contribuyente, causando un exceso de gravamen. La
tarea de la política tributaria, como veremos en breve, consiste en
alcanzar una solución de compromiso que permita cumplir en cierta
medida con ambos criterios. Considerando dos impuestos igualmente
equitativos, obviamente será mejor utilizar el más eficiente de ellos;
sin embargo puede ser preferible un impuesto menos eficiente si la
transacción {trade-off} entre equidady eficiencia así lo indica.

Elección entre productos


Vamos a empezar analizando los efectos de un impuesto sobre un
bien de consumo X para ver cuál es la reacción del consumidor al
respecto. Para empezar
Caso I Caso II

Demanda elástica Demanda inelástica

del producto X del producto Z

FIGURA 16-1. Exceso de gravamen de un impuesto sobre


consumos específicos.

con el planteamiento más simple, consideraremos el impacto de un


impuesto únicamente en el mercado de X, dejando la visión de
equilibrio general del problema para más adelante. Con este fin
volveremos a considerar el concepto de excedente del consumidor
que hemos aplicado en nuestra anterior discusión sobre el análisis
coste-beneficio 3.

La Figura 16-1 representa un diagrama de equilibrio parcial de un


mercado de oferta y demanda para los productos X y Z. La curva de
demanda de X está reflejada por DK, mientras que la curva de oferta
es SV. Para simplificar, supondremos costes constantes4.
Comenzando con el caso I en la Figura 16-1, observamos que el
equilibrio antes de impuestos se produce en A, siendo el precio OS
y la cantidad OC. A continuación introducimos un impuesto
unitario, u - SS'. Como el impuesto se añade al coste, la curva de
oferta asciende hasta S' V y el nuevo punto de equilibrio se produce
en G. El precio bruto (incluyendo el impuesto) aumenta hasta OS',
mientras que la producción desciende hasta OL y la recaudación del
impuesto es de SS'GF. Como estamos analizando un caso de costes
constantes, los consumidores (de acuerdo con nuestro
argumento anterior) soportarán enteramente la carga del impuesto,
que se definirá como SS'GF, es decir exactamente igual alos ingresos
impositivos. Mientras que con anterioridad al impuesto, los
consumidores habrían pagado una cantidad OSFL por una cantidad
de producto OL, después del impuesto tendrán que pagar OS'GL,
siendo la cantidad adicional SS'GF, es decir la recaudación
impositiva.

Sin embargo, ésta no es una descripción completa de la carga que


soporta el consumidor. Antes del impuesto, los consumidores
pagaban OSAC por la cantidad OC pero hubieran estado dispuestos
a pagar hasta ODAC5. Como en un sistema de precios competitivos,
el precio de todas las unidades se establece a su valor marginal, los
consumidores recibían un “excedente del consumidor” igual a la
diferencia entre el pago real y el pago potencial, es decir SDA. Con la
existencia del impuesto, el excedente del consumidor se ha visto
reducido a S'DG. Por lo tanto, han sufrido una pérdida de excedente
de SS'GA. De esta cantidad, SS'GF está compensada por la ganancia
de recaudación del gobierno, pero la cantidadrepresentada por el
triángulo FGA se convierte en una pérdida de bienestar o en un
“exceso de gravamen” para la economía.

¿Qué determina el tamaño del exceso de gravamen? Como puede


verse si hacemos rotar a DK alrededor del punto A, el triángulo FGA
se hace más pequeño a medida que la demanda sea menos elástica
(la curva DK se hace más empinada). Si la demanda es totalmente
inelástica, los consumidores no ajustan su compra al precio, y el
impuesto no puede interferir en absoluto con la elección de los
mismos. En estas condiciones el impuesto sería equivalente a un
impuesto de suma fija. No existiría exceso de gravamen.

Vamos a comparar ahora el exceso de gravamen si se obtiene una


recaudación idéntica del producto X (caso I), cuya demanda es
moderadamente inelástica en el equilibrio inicial, y del producto Z
(caso II), cuya demanda es altamente inelástica. La cantidad y el
precio antes de impuestos son los mismos en ambos casos, pero el
impuesto unitario FG, necesario para obtener una recaudación
SS'GF, es menor para Z que para X. Observamos que para Z, cuya
demanda es altamente inelástica, el exceso de gravamen FGA es
más pequeño.

Suponiendo un coste constante, observamos que el exceso de


gravamen para el caso de una curva de demanda lineal es el que
refleja el triángulo FGA, que a su vez es igual a 1/2(AP • Q)6. Con AP
igual al impuesto unitario u y una elasticidad precio de la demanda E
- (A(2/(2)(í7AP), este triángulo por sustitución es igual a
\/2[(u2E)(Q/P). Si la demanda es totalmente inelástica de forma que
E es cero, el exceso de gravamen también será cero y aumentará con
E. Es preciso observar también que el exceso de gravamen aumenta
a medida que se incrementa el cuadrado de u, punto al que
volveremos más adelante. Para el caso de un impuesto ad valorem
de tipo í, tenemos que t = SP/P y por sustitución análoga se obtiene
FGA = l/2(Et2PQ)> donde en equilibrio u — tP. Ob-

EL EXCESO DE GRAVAMEN Y EL DISEÑO IMPOSITIVO 345


sérvese que el triángulo FGA, para el caso de una curva de demanda
no lineal no mide el coste exacto de eficiencia sino meramente una
aproximación al mismo.

Este argumento puede ampliarse para medir la calidad del impuesto


si se considera el exceso de gravamen como un recargo o porcentaje
sobre la recaudación impositiva. Volviendo a la Figura 16-1, vemos
que esta relación es igual a FAG/SS'GF7. Este recargo
será cero cuando E sea cero y tenderá a infinito a medida que E
tienda a infinito.

Elección entre bienes y ocio


Un análisis similar puede aplicarse a un impuesto sobre las rentas
salariales y a la elección entre bienes y ocio. Para analizar este
aspecto, supondremos que sólo existe un bien de consumo (una
combinación de los bienes X y Z) y una vez más consideraremos
como dada la elección entre consumo presente y futuro.

El exceso de gravamen resultante se refleja en la Figura 16-2. Si OS


es la curva de oferta de trabajo y DK la de demanda, el equilibrio antes
de impuestos estará en A, siendo las horas trabajadas OC y la tasa
salarial OD. Supondremos una oferta de trabajo de elasticidad infinita.
Si se establece un impuesto sobre la renta salarial a un tipo D'D/OD,
la curva de demanda neta se desplazará hasta D'K’. El nuevo
equilibrio estará en B, descendiendo las horas de trabajo hasta OE y
el salario neto hasta OD'. La recaudación impositiva sera D'DGB y la
carga impositiva será soportada en su totalidad por los trabajadores.

Una vez más, esto sólo refleja una parte de la cuestión. Antes de la
introducción del impuesto se trabajarán OC horas a un salario OD y
la totalidad de salarios pagados será ODAC. Pero los trabajadores
hubieran estado dispuestos a ofrecer su trabajo por un importesalarial
de OAC. Por lo tanto, ODA refleja un excedente para el oferente.
Después del impuesto, dicho excedente desciende hasta OD'B, con
lo que la disminución del mismo será de D'DAB. De esta cantidad,
D'DGB está compensada por la ganancia en la recaudación,
quedando el triángulo BGA como la pérdida neta o exceso de
gravamen. Dicho gravamen será menor cuanto menos elástica sea la
curva de oferta.

Elección entre consumo presente y futuro


Esta argumentación puede repetirse una vez más para un impuesto
sobre los intereses y su efecto sobre la oferta de ahorro. Volviendo a
la Figura 16-2, me-

FIGURA 16-2. Exceso de gravamen de un impuesto sobre la renta


salarial.

diremos el tipo de interés en el eje vertical y el ahorro en el eje


horizontal. Antes del impuesto, los prestamistas estarán dispuestos
a pagar un tipo de interés OD y el ahorro será OC. Si se establece un
impuesto a un tipo D'D/OD, la curva de demanda neta se desplaza
hasta D'K' y el ahorro desciende hasta OE, siendo la
recaudación D'DGB, la pérdida del excedente del ahorrador D'DAB
y el exceso de gravamen BGA. Más adelante se ofrece una visión
más completa de las distorsiones en la elección entre consumo y
ahorro, realizando una comparación entre un impuesto general sobre
la renta y un impuesto sobre el consumo 8.

Impuesto sobre la renta de la tierra


Un impuesto sobre la renta de la tierra es de particular interés en este
contexto, debido a que la tierra, como factor de producción, presenta
una oferta inclástica, de manera que dicho impuesto no implica la
existencia de un exceso de gravamen. Volviendo a la Figura 16-2,
supongamos que la propiedad de la tierra se mide horizontalmente y
la renta de la misma se mide verticalmente. Supongamos además
que la oferta de la tierra viene dada por EG.El establecimiento de
un impuesto sobre la renta de la tierra noaltera la oferta y la
recaudación es de D'DGB, con lo cual no se produce ninguna pérdida
de bienestar. Esta es una de las razones por la cual los economistas
han considerado tradicionalmente la renta de la tierra como una
buena base para la imposición, y por lo que el argumento a favor de
dicho impuesto ha sido extensivamente utilizado en los Estados
Unidos por Henry George y por su movimiento en pro de un impuesto
único9.

Sin embargo, la idea subyacente tiene un alcance más amplio. El


exceso de gravamen no se produce cuando el excedente puede ser
aislado de la base de la imposición. Así, en la Figura 16-1, el
consumidor de X, antes de impuestos, Obtiene un excedente igual a
SDA. O bien en la Figura 16-2 el trabajador obtiene un excedente de
ODA. Si fuera posible determinar este excedente sin establecer un
impuesto en el margen, no se produciría ninguna distorsión. En
principio, la idea de gravar todo tipo de rendimientos puede
considerarse favorable, pero desgraciadamente es difícil en la
práctica determinar la cuantía del excedente que se produce 10 11.

Elección entre inversiones


Las distorsiones en la selección de las inversiones se producen
cuando las rentas del capital en los distintos sectores productivos son
gravadas con tipos impositivos diferentes. Como se señaló en nuestro
análisis previo de la incidencia, esto tiene una importancia particular
en el contexto de un impuesto sobre sociedades. Como veíamos allí,
el impuesto motiva que el capital se desplace del
sector societario al no societario, con el fin de igualar las tasas de
rendimiento neto y distribuyendo la carga impositiva entre toda la
renta del capital. La señora Jones, que invierte en el sector societario
después de que se ha establecido el impuesto, no está siendo
discriminada en contra. Al mismo tiempo, el coste de eficiencia
de esta imposición parcial se produce en la medida en que la cantidad
de capital disponible en el sector societario es menor, con respecto a
la de los sectores no sometidos al impuesto, que si se hubiera
establecido únicamente un impuesto general. De esta manera, la
producción se ve distorsionada por la existencia del impuesto.
También pueden establecerse consideraciones análogas en el sector
societario, cuando determinadas medidas impositivas, como las
amortizaciones, son más favorables para un sector que para otro.
Otro aspecto de la imposición diferencial sobre el capital se plantea
en el contexto de un sistema federal como el nuestro, en el cual
diversos estados establecen impuestos sobre sociedadescon tipos
impositivos diferentes, con lo cual afectan a la localización del
capital y motivan un incremento en el coste deeficiencia H.

También el impuesto personal sobre la renta genera distorsiones en


los flujos de capital. El tratamiento preferente de la propiedad de
viviendas tiende a desviar capital hacia dichas inversiones, el
tratamiento preferente de las ganancias de capital favorece
inversiones que generen este tipo de renta, y así sucesivamente.
Como veremos más adelante, estas diferencias no sólo son gravosas
en términos de eficiencia, sino que también contribuyen a disminuir el
grado de equidad del sistema impositivo.

Con el fin de evitar distorsiones en la producción existe un fuerte


argumento en favor de gravar únicamente los bienes de consumo
final y no los productos intermedios o semielaborados. Gravar estos
últimos causa distorsiones en los precios relativos de los factores de
producción, con lo cual interfiere en la utilización eficiente de los
mismos. Como veremos más adelante, esta condición
debe cumplirse tanto para los impuestos sobre ventas en fase
minorista como para el impuesto sobre el valor añadido.

Tipo impositivo, recaudación y exceso de


gravamen
Para concluir esta primera visión sobre el exceso de gravamen,
consideramos de nuevo la relación existente entre el tipo impositivo,
la recaudación y la pérdida de bienestar o exceso de gravamen, con
el fin de apreciar hasta qué punto estos factores inciden en lacalidad
del sistema impositivo.

Planteando el caso de un impuesto sobre un producto, vemos la


relación entre el tipo impositivo, la recaudación y el exceso de
gravamen o pérdida de bienestar, reflejados en la Figura 16-3. DD' en
la parte I de la figura es la curva de demanda y BS es la curva de
oferta. La producción anterior al impuesto será éX^-el precio OB y el
excedente del consumidor vendrá dado por el triángulo BDC. Si se
aplica ahora un impuesto a un tipo EB/OB, la curva de oferta asciende
hasta EF y el excedente del consumidor desciende hasta EDF. La
disminución es de BEFC, de la cual BEFH se recupera a través de la
recaudación del impuesto. El exceso de gravamen o pérdida de
bienestar que genera el proceso se obtiene restando BEFC — BEFH,
o HFC. Si el tipo impositivo se incrementa hasta IB/BO, la producción
desciende hasta OJ, la recaudación aumenta hasta BIKL y el
excedente del consumidor desciende hasta IDK.La pérdida en el
excedente del consumidor es, por lo tanto, BIKC. Recuperándose a
través del impuesto BJKL, el exceso de gravamen se incrementa
hasta LKC. Un incremento adicional del tipoimpositivo hasta UB/BO
haría descender la producción hasta OM, la recaudación hasta BUNR
y la pérdida de bienestar aumentaría hasta RNC.

Los niveles resultantes de recaudación y de exceso de gravamen,


correspondientes a los distintos tipos impositivos, aparecen
expresados en la parte II de la figura. Pueden destacarse dos
conclusiones principales: 1) vemos cómo la recaudación impositiva
tiende a incrementarse en una etapa inicial y posteriormente
disminuye después de que el tipo impositivo se incremente por
encima del nivel ZB/BO, relación popularizada en losúltimos años por
el profesor Laffer 12. 2) Observamos también que la pérdida de
bienestar se incrementa de forma creciente a medidaque aumenta
el tipo impositivo, haciendo que cualquier incremento por encima del
tipo impositivo ZB/BO sea claramente contraproducente. 3) Por lo
tanto, el exceso de gravamen se incrementa a medida que el tipo
impositivo va aumentando 13. La calidad del impuesto, si la definimos
como la

Dólares Parte I
BO BO BO BO

FIGURA 1 6-3. Recaudación y exceso de gravamen.

relación entre la recaudación y el exceso de gravamen, disminuye a


medida que aumenta el tipo impositivo. Observaciones similares
pueden aplicarse a otros impuestos, por lo que puede decirse que la
estructura impositiva debe diseñarse de forma que se igualen los
excesos de gravamen en el margen, minimizando así su peso total.
Como hemos mencionado anteriormente, esta fórmula para el
diseño impositivo puede mejorarse, sin embargo, si consideramos los
aspectos de bienestar relacionados con las cargas impositivas
(recaudación y pérdida de bienestar) para diferentes puntos en la
escala de rentas. Así pues, minimizar la pérdida de bienestar total
no es la única consideración relevante a este respecto.

C. DISTORSIONES IMPOSITIVAS EN
EQUILIBRIO GENERAL
En la anterior discusión, la determinación del exceso de gravamen
se realizaba en términos de pérdida de excedente, bien sea por
parte de los consumidores, de los trabajadores o de los ahorradores.
Este planteamiento sin duda es útil para analizar el problema, porque
el triángulo que representa el exceso de gravamen nospermite una
medida directa del mismo. Más adelante volveremos sobre estas
cuestiones. Sin embargo, la exposición precedente presenta los
problemas derivados de la utilización de un enfoque de equilibrio
parcial y, por lo tanto, puede conducimos a conclusiones
equivocadas.

Condiciones para la eficiencia económica


Para entender cómo se produce el exceso de gravamen, volveremos
brevemente a analizar las condiciones que deben cumplirse para que
la asignación de recursos sea eficiente 14.

Los economistas consideran una actividad económica eficiente si los


recursos se utilizan de forma que no existan posibilidades de una
utilización alternativa de los mismos que pudiera mejorar la situación
de algún individuo sin por ello empeorar la de algún otro. La eficiencia
económica implica diversos requisitos, incluyendo las condiciones
relativas a las elecciones entre 1) productos alternativos, 2) renta y
ocio y 3) consumo presente y futuro:

1. La tasa marginal de sustitución (TMS) de dos productos en el


consumo debe ser igual a su tasa marginal de transformación
(TMT) en la producción. Esta será la situación en un mercado
competitivo en el cual ambas tasas sean iguales a la relación
entre los precios de los dos productos15. Así,

TMSdeZporX = TMTdeZporX =

donde X y Z son dos productos.


2. La tasa marginal de sustitución de bienes por ocio (que
expresa la preferencia de los trabajadores) debe ser igual a la
tasa marginal de transformación de ocio en bienes (a través del
esfuerzo laboral), siendo ambas tasas en un sistema competitivo
iguales a la tasa de salario. Así,

TMS de Y por L = TMT de Y por L = w

siendo L = ocio

Y = renta (o bienes en general)

w = precio del ocio o tasa de salarios

3. La tasa marginal de sustitución del consumo presente por


futuro (de acuerdo con la valoración de consumidores o
ahorradores) debe ser igual a la tasa marginal
de transformación de bienes presentes en futuros en la
producción, siendo ambas iguales a 1/(1 + i), siendo i el tipo de
interés. Así,

TMS de Cp por Cf = TMT de Cp por Cf =

donde Q y Cp son el consumo futuro y el presente e í es el interés que


se obtiene por posponer el consumo en el tiempo, o el tipo de interés.

Si alguna de estas condiciones no se cumple, el bienestar económico


puede mejorarse a través de las oportunas modificaciones para
conseguirlo 16.

La causa del exceso de gravamen puede analizarse ahora en


términos de interferencia con las citadas condiciones de eficiencia.
Los impuestos selectivos sobre ventas interfieren con la condición 1,
un impuesto general sobre el consumo lo hace con la condición 2 y
un impuesto general sobre la renta con las condiciones 2 y 3.
Elección entre productos
Las distorsiones en la elección entre productos que genera un
impuesto selectivo sobre ventas aparecen reflejadas en la Figura 16-
4, aplicable a un consumidor particular. El eje horizontal mide las
unidades del producto X y el eje vertical mide las unidades del
producto Z. Para simplificar las cosas supondremos que únicamente
existen estos dos bienes y que la elección entre renta y ocio (el nivel
de renta) y la elección entre consumo presente y futuro son fijas.
Con una función de coste de producción constante, la línea deprecios
AB adopta la forma de una recta y la relación entre los precios Fx/f2
es de OB/OA. Si consideramos un consumidor con una
renta fijada a un nivel suficiente para adquirir una cantidad OB del
bien Z, puede suponerse que la relación de precios se mantendrá
constante. El consumidor puede asignar su consumo entre X y Z a
lo
del bien X

FIGURA 16-4. Ajuste a impuestos selectivos y generales.

largo de la línea de precios AB que es el lugar geométrico de


oportunidad. Dado un mapa de preferencias para el consumidor
expresado por las curvas de indiferencia í2, h, la elección consistirá
en combinar E' de forma que el consumidor se sitúe en la curva de
indiferencia más alta posible, En este punto, la tasa marginal de
transformación en la producción, dada por la pendiente de la línea
de precios, se igualará a la tasa marginal de sustitución en el
consumo, dada por la pendiente de la curva de indiferencia 17.

Supongamos que a continuación se establece un impuesto.


Supongamos que inicialmente dicho impuesto adopta la forma de
impuesto de capitación o de suma fija, de modo que la deudatributaria
es la misma con independencia de las características económicas y
de la respuesta de los consumidores. Comoresultado, la línea de
precios se trasladará de forma paralela hacia su izquierda hasta AB.
Como los precios relativos no se ven afectados, la pendiente de la
línea de precios continuará siendo la misma. Si el impuesto se
establece en AA' en términos de X, o en BB' en términos de Z, la
nueva línea de precios del consumidor (lugar geométrico de
oportunidad) será A’B’ y el nuevo equilibriose producirá en E". En
esta situación el consumidor obtendrá OC de Z y CE" de X. La
recaudación del gobierno en términos del producto X será E D - A'A.
Como antes, la igualdad de la tasa marginal de sustitución, la tasa
marginal de transformación y la relación de precios se mantiene. Los
recursos son asignados de forma eficiente y no se produce ningún
exceso de gravamen.

A continuación supondremos que el gobierno obtiene la recaudación


E"D estableciendo un impuesto general sobre el consumo.
Aplicándolo al mismo tipo impositivo para X y Z, el impuesto establece
la misma brecha entre los precios brutos y netos para ambos. La línea
de precios vuelve a desplazarse hasta A'B', siendo paralela a AB, con
un tipo impositivo igual a AA '/OA' o bien BB'/OB'. Una vez más el
equilibrio se produce en E". El productor permanece en equilibrio
con la relación de precios netos siendoigual a la tasa marginal de
transformación, mientras que la tasa marginal de sustitución para el
consumidor es igual a la relación entre los precios brutos. Como el
impuesto se aplica exactamente igual para X y Z, las relaciones de
precios netos y brutos son las mismas y TMS = TMT. Si la producción
total de X y Z se considera fijada, un tipo impositivo uniforme sobre
ambos productos, es de hecho equivalente a un impuesto de suma
fija.

Sin embargo, la situación sería diferente con un impuesto selectivo


sobre un producto, por ejemplo, sobre X. En este caso el impuesto
actuaría como una brecha entre el precio neto y el precio bruto de X,
mientras que no se produciría dicha brecha para Z. Para ser
eficiente, la relación entre el precio neto de X y el precio de Z
disponible para el productor debería ser igual a la tasa marginal
de transformación de Z por X en la producción, mientras que la
relación entre los precios brutos de X y Z para el consumidor debería
ser igual a la tasa marginal de sustitución de Z por X en el consumo.
Las dos relaciones son ahora distintas, por lo que no se cumple la
condición 1 y se produce una asignación ineficiente de recursos.

Volviendo a la Figura 16-4, puede observarse que el gobierno, para


conseguir la misma recaudación E"D de un impuesto sobre X,
únicamente deberá aplicar un tipo impositivo igual a FA/OA 18. En esta
situación, el consumidor observa que Px se ha incrementado en
relación a P2 de forma que Px/Pz = OB/ OF. La línea de precios se
desplaza de BA a BF y el consumidor compra ahora una cantidad
menor de X de la que podía adquirir con un impuesto general.El
nuevo equilibrio se produce en E'". Se observará que en la pendiente
de BF, es decir la tasa marginal de sustitución, es superiora la de B'A',
es decir la tasa marginal de transformación. El consumidor sacrifica
ahora BG de Z para adquirir GE'" de X, manteniendo OG de Z.
Mientras que E" está situado sobre ¿2, E”' está situado sobre la curva
de indiferencia más baja, z'319. La carga que impone sobre el
contribuyente un impuesto selectivo sobre el consumo es, por lo
tanto, mayor de la que resultaría con un impuesto de suma fija que
consiguiera una recaudación equivalente. El movimiento desde i2 a z3
refleja perfectamente el exceso de
gravamen.

Para explicar esta cuestión de forma diferente, puede decirse que el


impuesto general tiene únicamente un “efecto renta”, que supone una
reducción en la adquisición tanto de X como de Z y una traslación
desde E' a E". Por su parte, el impuesto selectivo tiene además un
“efecto sustitución”, o desplazamiento de parte del consumo de X por
Z debido a que sus precios relativos se modifican como resultado de
la traslación desde E" hasta E'". La carga
reflejada en el movimiento desde zj a i2, causada por la traslación
desde E' a E", resulta inevitable si se desea incrementar la
recaudación A'A. La carga adicional (reflejada por el movimiento
desde i2 hasta z3) sólo se produce si se aplica un impuesto
selectivo.

Elección entre bienes y ocio


Un argumento similar se aplica a un impuesto que recaiga sobre la
renta salarial. Para simplificar vamos a suponer que la elecciónentre
los productos está dada y que también lo está la relativa a la elección
entre consumo presente y futuro. El ocio se mide sobre el eje
horizontal y los bienes sobre el eje vertical de la Figura 16-5.
Consideremos a un individuo con un nivel de ocio O A, que estaría
dispuesto a negociar un nivel OB de bienes. Con una tasa salarial
de OA/ OB y una estructura de preferencias reflejada en sus curvas
de indiferencia, el equilibrio antes de impuestos se producirá en el
punto E, con un esfuerzo laboral HA, situándose el individuo sobre
la curva de indiferencia i.

Impuesto proporcional. Supongamos que se establece a continuación


un impuesto sobre la renta proporcional de tipo único, situado en
B'B/OB. Se producirá un desplazamiento del lugar geométrico de
oportunidad hasta AB', siendo el nuevo equilibrio E' y reduciéndose el
trabajo desde 7L4 hasta H'A. La recaudación será E'K' y el
contribuyente se habrá desplazado desde i hasta i2.
Esta reducción en el bienestar sería menor si hubiera sido posible
obtener la misma recaudación incluyendo el ocio en la base
imponible. En tal caso, el lugar geométrico de oportunidad se hubiera
trasladado de forma paralela desde BA hasta CD, estandoel nuevo
punto de equilibrio en E" y siendo la recaudación exactamente la
misma, E"K” = E'K'. El contribuyente estaría situado entonces en z’i,
que está por debajo de i pero por encima de i2. La
reducción en el esfuerzo laboral, que ahora vendría dada por HH",
es menor ya que se evita el efecto sustitución producido por la
reducción en la tasa de salario. El impuesto, de hecho, sería un
impuesto de suma fija, sin que se produjera pérdida de bienestar.
Desgraciadamente, es difícil medir el valor del ocio, por lo que en la
práctica dicho impuesto no puede establecerse.

Impuesto progresivo. Supongamos ahora que se puede obtener la


misma cantidad de recaudación a través de un impuesto progresivo.
En este caso, el lugar geométrico de oportunidad se trasladará a
una curva como AL. La pen-
diente más suave de esta curva a medida que nos movemos hacia
la izquierda refleja el hecho de que con tipos progresivos, a medida
que aumenta la renta se incrementan los tipos marginales del
impuesto. El nuevo equilibrio se produce ahora en E"', sin que se
modifique la recaudación ~ E'K'\ sin embargo, las horas de trabajo
todavía se reducen más hasta HH'", El contribuyente se desplaza
desde i2 hasta iy, reflejando el exceso de gravamen adicional que
se presenta debido al incremento en el efecto sustitución provocado
por el impuesto progresivo 20.
1

Véase J. Slemrod y N. Sorum, “The Compliance Cost of the U.S.


Individual Income Tax Sys-tem”, en National Tax Journal, vol. 37, n.°
4, 1984.
2

Véase la página 272 para una discusión de dichas bases.


3

Véase página 163.


4

Véase la página 333, donde se consideran los costes variables.


5

Bajo ciertos supuestos relativos a la función de utilidad, la curva de


demanda puede considerarse como una medida del valor marginal
del consumo aplicable a cantidades sucesivas. Sumando los bloques
verticales bajo la curva de demanda de O a C, se obtiene la utilidad
total derivada del consumo de OC o de ODAC. Es necesario
hacer el supuesto de que la utilidad marginal de la renta permanece
constante.
6

Considerando que las curvas de demanda en el mundo real no son


lineales, el triángulo FGA es sólo una aproximación.
7

Sustituyendo, se obtiene

FGA/SS'GF =

El recargo es cero cuando E es cero y se hace infinito cuando E tiende


a infinito. Véase Amold Harberger, Taxation and Welfare.Boston:
Little Brown, 1974, pág. 35.
8

Véase página 356.


9

Véase Henry George, Progress and Poverty, 1879, R. Schalkenbach


Foundation, 1954.
10

Véase Abba P. Lemer, The Economics of Control, pág. 232, 1944.


Macmillan, New York.
11

" Véase página 484.


12
Para una curva de demanda lineal, la recaudación se maximizará a
un tipo ZB/OB, tal que DZ' = Z’C Para una ampliación véase D.
Fullerton, “On the Possibility of an Inverse Relatíonship between Tax
Rates and Govemment Revenues”, Joumal of Public Economics,
vol. 19, n.° 1, 1982.
13

Como se ha visto anteriormente, la pérdida de bienestar aumenta


con el cuadrado del tipo impositivo. Véase página 344.
14

Los lectores con una menor inclinación teórica pueden saltarse esta
sección.
15

La tasa marginal de sustitución (TMS) de Z por X se define como la


cantidad de Z que el consumidor está dispuesto a sacrificar por una
unidad adicional de X. La tasa marginal de transformación (TMT) de
Z por X es la cantidad en la que debe reducirse la producción de Z
para producir una unidad adicional de X.
16

Esto puede ilustrarse haciendo referencia a una divergencia de la


condición 1 de la siguiente manera: los consumidores establecerán
su combinación presupuestaria de manera que su TMS en el
consumo sea igual a la relación de precios. Supongamos que el
precio del bien X es 6 dólares y el del bien Z, 3 dólares. La tasa a la
que los consumidores estarán dispuestos a sustituir el bien Z por el
bien X será 2 (dos unidades de Z por cada unidad de X), siendo
igual a la relación de precios entre X y Z. Supongamos, sin embargo,
que la TMT en la producción de Z por X es 3 (hay que dejar de
producir tres unidades de Z para producir una unidad
adicional de X). En este caso, será eficiente producir y consumir
más del bien Z y menos de X. Esto será así porque una unidad
adicional de Z (valorada en la mitad que X por el consumidor) puede
conseguirse dejando de producir sólo 1 /3 de unidad de X. La
satisfacción derivada de unidades adicionales de Z será superior a
la pérdida generada por la reducción de X. Por lo tanto, se producirá
una ganancia de bienestar. A medida que se consuma más de Z y
menos de X, la utilidad marginal de Z disminuirá y la deX
aumentará, elevando la TMS de Z por X en el consumo. Sin embargo,
como la producción se decanta hacia Z, la TMT de Z por X en la
producción tiende a disminuir, contribuyendo al proceso de
igualación. El resultado final supondrá para TMS, TMT y la relación
de precios, valores comprendidos entre 2 y 3. Esta es la mejor
situación posible.
17

Para una explicación de las curvas de indiferencia, véase Jack


Hirshleifer, Price Theory and Applicaiions, Engiewood Cliffs, NJ.
Prentice Hall, 1976, cap. 3.
18

Sabemos que el nuevo equilibrio debe estar en B’Á, ya que elgobierno


obtendrá la misma recaudación de A'A. Para encontrar la nueva línea
de precios BF. hay que trazar una línea a través de B que sea
tangente a una curva de indiferencia en su punto de intersección con
B'A'.
19

Esto sucede porque 1) E"' está situado al noroeste de E", y 2) las


curvas de indiferencia no pueden iutersectarse. El punto 1 se
mantiene porque en E'", la TMS de Z por X en el consumo será
superior a la TMT de Z por X en la producción, como consecuencia
del efecto del impuesto.
20

Al menos, este será el caso si comparamos el exceso de gravamen


de obtener los mismos ingresos de un contribuyente particular, bajo
dos tipos de tarifas impositivas. Pero el problema es más
complicado si consideramos qué ocurre en caso de que se obtenga
la misma recaudación de un grupo de contribuyentes con un
impuesto proporcional y uno progresivo. Si se sustituye un impuesto
proporcional por uno progresivo, los tipos marginales aplicables a los
contribuyentes de renta alta aumentarán, incrementándose su exceso
de gravamen. Pero también seproducirá una disminución en los tipos
marginales aplicables a las rentas bajas, con lo que disminuirá su
exceso de gravamen.El resultado dependerá de la elasticidad de la
oferta (y por lo tanto, de la sensibilidad al exceso de gravamen) para
distintos nieveles de renta.
Elección entre consumo presente y futuro
Vamos a analizar ahora los efectos que causan los impuestos en la
elección entre consumo y ahorro, suponiendo que las otras dos
elecciones (entre bienes de consumo y entre bienes y ocio) se
mantienen constantes.

Para considerar este caso, supondremos ahora que el eje horizontal


de la Figura 16-4 muestra el consumo futuro Q, y el eje vertical mide
el consumo presente C¿>. De esta forma OB representa el consumo
presente disponible si toda la renta es consumida, y OA representa
todo el consumo futuro disponible si toda la renta es ahorrada. Así,
OA se iguala con (1 + i)OB, donde i es el tipo de interés. Por otra
parte, BA representa todas las combinaciones posibles de consumo
presente y futuro disponibles para el individuo, dada su renta actual.
El equilibrio antes de impuestos se produce en el punto E situado
sobre la curva de indiferencia zj.

Si se establece un impuesto general sobre el consumo, aplicable


tanto a Cp como a G-y que genere una recaudación de AA', la línea
de precios se traslada, de nuevo paralelamente, desde BA hasta B'A',
y el nuevo equilibrio está en E” situado sobre una curva de
indiferencia más baja zj. Dado que tanto Cp como Cf se reducen a la
misma tasa, los precios relativos no se ven modificados, la TMT y la
TMS de consumo futuro por presente permanecen iguales y nose
genera exceso de gravamen. El impuesto general sobre el consumo
es, por lo tanto, neutral y equivale en términos de exceso de
gravamen a un impuesto de suma fija.

Sin embargo, un impuesto sobre la renta reducirá la relación Cj/C p,


ya que el tipo de interés neto se verá reducido por el impuesto y se
obtendrán menos beneficios por retrasar el consumo 1. Como ya
hemos señalado en nuestra discusión sobre la equidad impositiva,
este hecho discrimina en contra del ahorrador y a favor del
consumidor. La línea de precios se desplaza hasta BF y el equilibrio
se consigue en Se produce un exceso de gravamen (igual a la pérdida
de bienestar que tiene lugar al desplazarse desde i2 hasta
z3), debido a que el impuesto suprime la igualdad entre la TMT de
consumo presente en futuro para el productor (igual a 1 + ig, donde
ig es la tasa bruta de rendimiento del capital) y la TMS para el
consumidor (igual a 1 + in, donde í„ es la tasa de rendimiento neto
después de impuestos). Por lo tanto, el impuesto sobre el consumo
es superior en términos de eficiencia al impuesto sobre la renta. Al
menos esto es lo que puede afirmarse en el contexto utilizado,aunque
es posible modificar el análisis introduciendo algunas mejoras22

Elecciones múltiples
Hasta ahora, nuestra discusión se ha centrado en la consideración de
un contribuyente enfrentado a una única elección, bien sea entre
distintos productos, entre consumo o ahorro, entre renta u ocio.
Antes de enfrentamos al caso de las elecciones múltiples, pueden
establecerse las siguientes conclusiones:

1. Con una renta y un ahorro fijos, un impuesto general sobre el


consumo no implica una pérdida de bienestar y es superior a un
impuesto selectivo sobre el consumo que distorsiona la elección
entre los bienes a consumir.

2. Con una renta y una elección entre bienes de consumo fija, un


impuesto sobre el consumo es preferible a un impuestosobre la
renta que, al gravar el capital, introduce distorsiones en la
elección entre consumo presente y futuro.

3. Con un ahorro y una elección entre bienes de consumo


constante, tanto los impuestos sobre el consumo como sobre la
renta distorsionan la elección entre renta (o consumo) y ocio.
Sólo un impuesto de suma fija o un impuesto hipotético sobre la renta
potencial quedaría libre de la generación de pérdidas de bienestar.
Estas conclusiones son interesantes, pero su importancia se ve
minorada por la naturaleza restrictiva de los supuestos subyacentes
a las mismas, que únicamente nos permiten tomar en cuenta un
conjunto de elecciones de cada vez.

Para conseguir una visión más realista, hemos de considerar la


posibilidad de que los individuos se enfrenten de forma simultánea a
varias elecciones. Consideremos una situación en la que se produce
una doble elección entre: 1) los productos X y Z y 2) entre renta (o
combinaciones de X y Z) y ocio L, ¿Puede todavía argumentarse
que un tipo impositivo igual para X y Z es preferible a un impuesto
que recaiga únicamente sobre X o Z, o bien alguna combinación
de tipos impositivos distintos sobre ambos productos?

La respuesta es no. En este caso la amenaza de una distorsión


potencial se convierte en triangular: el impuesto puede distorsionar
la elección entre X y Z, X y L y Z y L. Supongamos que inicialmente
el impuesto se aplica con el mismo tipo a ambos productos X y Z. Por
lo tanto, no existe una distorsión entre el consumo de ambos
productos; sin embargo las elecciones entre X y L y entre Z y L
estarán ambas sesgadas a favor de L. Supongamos ahora que el tipo
impositivo que recae sobre Z se reduce mientras que el que recae
sobre X se incrementa. Esto introduce una distorsión entre X y Z e
incrementa la existente entre X y L, aunque reduce la que existe entre
Z y L. Si por ejemplo X es una barca cuyo disfrute resulta
complementario al ocio y Z es uniforme de trabajo, cuyo consumo es
rival para el ocio, un tipo impositivo más alto sobre X y más bajo sobre
Z podría ser lo deseable para corregir el efecto detectado, quesurge
porque el ocio no puede ser gravado. Así, la presunción a favor de un
impuesto general de tipo impositivo igual sobre X y Z se ve rechazada
si se introduce cierta flexibilidad en la elección entre renta y ocio.

22
Véase página 347.

Un razonamiento similar demuestra que tampoco es válida la


presunción inicial de considerar un impuesto general sobre el
consumo preferible a un impuesto sobre la renta. El impuesto sobre
el consumo es neutral entre el consumo presente y el futuro, mientras
que el impuesto sobre la renta discrimina en contra del consumo
futuro, pero ambos discriminan entre el consumo presente y el ocio,
de igual forma que lo hacen entre el consumo futuro y el ocio. El
resultado dependerá, por lo tanto, de las posibilidades de sustitución
entre consumo presente y ocio y entre consumo futuro y ocio. Como
la base imponible es más pequeña en el impuesto sobre el consumo,
se necesitará un tipo impositivo más alto para obtenerla misma
recaudación que produciría un impuesto sobre la renta.Por lo tanto,
la discriminación a favor del ocio se incrementa, y esto puede tener
una incidencia adicional sobre el resultado final.

Imposición óptima
Puede concluirse en general que es difícil obtener una regla fácil y
definitiva. La “combinación óptima” de impuestos, definida como
aquella que minimiza el exceso de gravamen, puede estarconfigurada
por un conjunto complejo de impuestos y tiposimpositivos, e incluso
es posible que el resultado sea de viceóptimo con respecto a un
hipotético impuesto en el cual el ocio pudieraestar incluido en la
base imponible. A pesar de ello, los economistas se han planteado
el problema de cómo llegar a una solución deestas características,
estableciendo un conjunto de impuestos sobre bienes. Dicho análisis
ha sido aplicado tanto a los impuestos sobre bienes como a
impuestos sobre la renta, y hoy es conocido con el nombre de
“imposición óptima”2.

Volviendo al equilibrio parcial que considerábamos en la Figura 16- 1,


hemos visto que el exceso de gravamen que supone obtener una
cierta cantidad de recaudación a partir del producto X sería superior
al que generaría dicho gravamen obtenido a partir del producto Z.
También hemos visto que a medida que el tipo impositivo para cada
producto se incrementa, el exceso de gravamen aumenta en
proporción al cuadrado del tipo impositivo. Con el fin de minimizar el
exceso de gravamen total, deberíamos recaudar los ingresos a partir
de los dos impuestos, de forma que se iguale el exceso de gravamen
impuesto por el último dólar de recaudación en cadaproducto.

Aceptando que el ocio no está fijado y que la demanda entre


productos, y de productos y ocio es interdependiente, los
economistas han desarrollado un conjunto de reglas, dependientes
de las circuntancias particulares de cada caso. En este sentido,
puede establecerse una distinción entre tres situaciones: caso 1, en
el que es factible la sustitución en el consumo entre productos, pero
DO entre productos y ocio; caso 2, donde puede darse una sustitución
entre productos y ocio, pero no entre productos, y caso3, donde
ambas sustituciones pueden darse.

Si se obtiene una recaudación dada, el conjunto de tipos impositivos


óptimos para el caso 1 debería ser de tal forma que igualara el cambio
porcentual resultante en el precio para todos los productos, es decir
un impuesto ad valorem de tipos impositivos iguales. De hecho, este
es el modelo contemplado en la Figura 16-4. Además, se ha
demostrado que el conjunto de tipos impositivos para el caso
2 debería establecerse de tal forma que los cambios porcentuales
resultantes en los precios fueran inversamente proporcionales a la
elasticidad de la demanda de los distintos productos. Este hecho no
es sorprendente porque precisamente la incapacidad de la demanda
para ser totalmente inelástica es la que causa la existencia del exceso
de gravamen. La solución para el caso 3 implica a los dos tipos de
elasticidades de sustitución (entre productos y entre productos y ocio)
y presenta una forma bastante más compleja. En general, el modelo
óptimo será aquel que grave de forma más importante aquellos
productos que sean inelásticos con respecto al precio pero
complementarios con respecto al ocio
(cuyo consumo sea conjunto), tales como los bienes de recreo. El
gravamen de bienes cuya demanda es complementaria al ocio,puede
considerarse como una forma indirecta de gravar a dichoocio.

Como demuestra el análisis precedente, la determinación de un


sistema óptimo para incrementar una recaudación dada (es decir,
para minimizar el exceso de gravamen) constituye uno de los retos
más fascinantes para el especialista en teoría económica. Perocomo
suele ser habitual, este ideal puede resultar difícil de conseguir en la
práctica. La información necesaria con respecto alas elasticidades
de coste y demanda resulta difícil de conseguir, y las complejidades
de un amplio conjunto de impuestos con tipos impositivos diferentes,
establecidos sobre una amplia gama de bienes serían prácticamente
insalvables. Por lo tanto, no es sorprendente que en la práctica se
sigan utilizando argumentosa favor de un impuesto sobre productos
de tipo proporcional, aunque desde un enfoque de imposición óptima
se requiera una imposición diferenciada entre los distintos productos.
Una de las razones a favor de este argumento es que los perjuicios
pueden ser mayores a través de una diferenciación indiscriminada de
los tipos, de los que se producirían si se tratara de conseguir la
eficiencia a través de un modelo diferente.

D. DETERMINACION DEL EXCESO DE


GRAVAMEN
En los últimos años se han realizado grandes esfuerzos para
determinar la importancia cuantitativa del exceso de gravamen.
Conseguirlo sería importante por dos razones. Por un lado, la pérdida
de bienestar que caracteriza a determinados impuestos debería ser
considerada a la hora de construir un buen sistema impositivo.
Por otro lado, la pérdida de bienestar de cada unidad marginal
recaudada por impuestos en dicho sistema debeser conocida, con
el fin de determinar el tamaño más adecuado del
presupuesto, porque establece con precisión el coste (dólar pagado
por impuestos más pérdida de bienestar) que se necesita para
compararlo con los beneficios derivados de cada dólar de gasto
público marginal. Los principios del análisis coste-beneficio,
previamente analizados en el contexto de proyectos particulares,
deben ser por tanto repetidos en una escala más amplia, aplicándolos
a los presupuestos públicos.

Las estimaciones del exceso de gravamen se han centrado


fundamentalmente en el impuesto sobre la renta y los cambios que
éste provoca en la oferta de trabajo. Es decir, que se ha realizado un
análisis similar al descrito en la Figura 16-2. Los resultados han
presentado una variedad bastante amplia y hasta ahora deberían
considerarse muy controvertidos. Todavía es precisoresolver
cuestiones metodológicas y la estimación empírica de la oferta de
trabajo todavía se encuentra en etapas iniciales de su desarrollo. En
uno de los extremos de la escala de renta se estima que la pérdida
de bienestar del dólar medio pagado por impuestos sobre las rentas
del trabajo oscila entre un 7 y un 28 por 100, siendo el promedio
aproximado del 15 por 100. Como era de esperar, la pérdida de
bienestar generada por un dólar marginal de impuestos es
sustancialmente mayor y puede ser un múltiplo de la cifra promedio3.
La proporción de pérdida de bienestar también difiere entre
trabajadores particulares. La relación es más alta para las mujeres
que para los hombres, ya que las primeras tienenuna mayor
elasticidad en su oferta de trabajo. Por otro lado, también es superior
para los trabajadores de rentas más altas, ya que ellos pagan
impuestos con tipos marginales más elevados.

En el otro extremo de la escala, ha sido cuestionada la validez de


estas elevadas estimaciones4. En muchos trabajos, no existe
flexibilidad para que los trabajadores puedan elegir el número de
horas que van a dedicar al mismo. La percepción de transferencias
en el nivel más bajo de la escala de rentas puede realizarse al margen
del trabajo y, por lo tanto, no reducir el tiempo destinado al mismo, y
así sucesivamente. Una aproximación más realista a la
imposición progresiva nos conduciría a realizar una comparación
con un impuesto proporcional, más que con un impuesto de suma fija.
Las recientes tendencias hacia una jubilación anticipada pueden ser
un reflejo de los modelos de traslación que empiezan a operar mucho
antes de que se alcancen los tipos impositivosmás elevados.
Por esta y otras razones, las estimaciones en los niveles más bajos
de la escala sugieren la existencia de un exceso de gravamen
sustancialmente inferior al que se produce para las rentas altas. Por
otro lado, hay que recordar una vez más que la carga general de la
imposición o de los procesos de impuesto-transferencia no puede
determinarse sin considerar los aspectosdistributivos.

E. OTRAS CONSIDERACIONES
Todavía nos quedan por realizar unas cuantas consideraciones que
pueden mejorar el análisis sobre el exceso de gravamen
habitualmente utilizado.

Fallos del mercado


El análisis precedente, a partir de las distorsiones introducidas por los
impuestos y los costes de eficiencia resultantes, supone, por su
propia naturaleza, que el mercado funciona de forma eficiente. Como
en realidad no es así, los instrumentos impositivos (o laregulación)
pueden utilizarse para compensar y corregir tales ineficiencias. Así,
un impuesto que discrimine en contra de los beneficios del monopolio
o un impuesto que compense la existencia de costes externos,
pueden servir como instrumentos de corrección que generen
ganancias de eficiencia en lugar de pérdidas. Este aspecto no es
fundamental dentro de la consideración global del diseño de una
estructura impositiva, pero es una consideración que necesariamente
hemos de tener en cuenta en el contexto de este capítulo.
Bienestar social
Además, también es preciso tener en cuenta las consideraciones
distributivas. El problema no consiste sencillamente en minimizar la
carga impositiva agregada en términos absolutos. También es preciso
considerar quién soporta dicha carga, lo que nos obliga a introducir
en nuestro análisis una función de bienestar social26. Un dólar de
recaudación obtenido a través de un impuesto sobre el pan puede
causar una pérdida de bienestar más pequeña que si se obtuviera de
un impuesto sobre el caviar, sin embargo ambos hacen recaer su
carga sobre puntos muy distintos de la escala de rentas. Si
consideramos la existencia de esta función de bienestar social (o para
usar una terminología más reciente, la “aversión a la igualdad” de la
comunidad) observaremos que el último impuesto es el que supone
una menor carga en términos sociales. Este planteamiento complica
el problema al tiempo que introduce mejoras en los resultados que se
obtendrían utilizando únicamente un análisis de eficiencia. Este
planteamiento es especialmente adecuado ya que los productos
consumidos por los niveles de renta más baja tienden a ser de
demanda menos elástica y, por lo tanto, preferibles en un contexto
tendente únicamente a minimizar la pérdida de bienestar.

Análisis del gasto


Consideraciones similares a las que hemos utilizado en el tema de
la imposición, pueden aplicarse también al gasto público. Los pagos
de transferencias o subsidios pueden contemplarse como impuestos
negativos y pueden ser analizados de forma similar. Las
transferencias no relacionadas con la renta tienen un efecto renta
negativo (sus perceptores tienden a trabajar menos) pero no
presentan ningún efecto sustitución y, por lo tanto, no generan
pérdidas de bienestar. Las transferencias relacionadas
negativamente con la renta pueden verse de forma opuesta a la
imposición personal sobre la renta por lo que se refiere a su efecto
renta, pero al igual que dicho impuesto generan un efecto
sustitución. Como hemos señalado en nuestra anterior discusión
sobre los programas de asistencia social, este efecto va en
detrimento del esfuerzo laboral y genera una pérdida de bienestar.

26

Véase página 281.

La integración de los servicios públicos en el análisis de eficiencia


resulta más difícil. En la medida en que el proceso de impuestos y
gastos públicos consiga sus objetivos relativos a la mejora en la
elección de los bienes, incluyendo no sólo la elección entre bienes
privados sino también entre bienes sociales, contribuirá a la eficiencia
del proceso económico. En efecto, la provisión de ciertos servicios
públicos es una condición previa para el buen funcionamiento de la
sociedad, incluyendo su capacidad para producir bienes privados.
Las pérdidas de bienestar puedenproducirse como consecuencia de
la provisión de bienes públicos, ya que es necesario establecer
impuestos para financiarlos y para conseguir la revelación de
preferencias. En consecuencia, estas pérdidas de bienestar
incrementan el coste de los servicios públicos y reducen su nivel de
provisión eficiente; al mismo tiempo, la utilización eficiente de los
recursos requiere que se garantice dicho nivel de provisión.

F. RESUMEN
El funcionamiento del sistema impositivo resulta costoso en el sentido
de que las cargas generadas exceden a la recaudaciónobtenida.
Estas cargas incluyen los costes de la administración tributaria y los
costes de cumplimiento así como el exceso de gravamen que se
genera cuando las condiciones de utilización eficiente de los recursos
se ven distorsionadas por;

1. El coste de la administración tributaria es relativamente


pequeño con respecto a los ingresos obtenidos, aunque se
presentan algunos problemas interesantes relacionados con la
intensidad con la que debe gestionarse la administración
tributaria.

2. Los costes de cumplimiento de la normativa fiscal por parte de


los contribuyentes son considerablemente mayores que los
costes de administración.

Un problema más sutil relativo a los costes de la imposición se


produce por el hecho de que, con excepción de los impuestos de
suma fija, los restantes impuestos generan efectos sustitución que
provocan un exceso de gravamen. Adoptando un enfoque de
equilibrio parcial y comparando distintos impuestos pueden
alcanzarse las siguientes conclusiones:

3. Un impuesto selectivo sobre el consumo, a diferencia de un


impuesto general sobre el mismo, interfiere en la elección entre
productos.

4. Un impuesto sobre la renta, a diferencia de un impuesto


general sobre el consumo, interfiere en la elección entre
consumo presente y futuro.

5. Un impuesto sobre la renta y un impuesto general sobre el


consumo interfieren en la elección entre bienes y ocio.

6. El exceso de gravamen generado por un impuesto progresivo


sobre la renta es superior al que generaría un impuesto de
carácter proporcional, ya que el exceso de gravamen depende
directamente de los tipos marginales.

7. Un impuesto parcial sobre la renta de capital distorsiona la


elección entre inversiones.

8. Adoptando un enfoque de equilibrio general con flexibilidad en


todas las elecciones, ya no es posible asegurar que unimpuesto
general sobre ventas sea superior, en términos de
eficiencia, a un impuesto selectivo sobre un producto, o que un
impuesto general sobre el consumo (ventas) sea superior a un
impuesto sobre la renta. Sólo un impuesto de capitación no
provoca un exceso de gravamen.

9. Un conjunto óptimo de tipos impositivos sobre los distintos


productos que minimice el exceso de gravamen incluiría sobre
todo una imposición sobre productos que sean inelásticos con
respecto al precio y complementarios del ocio,

10. Resulta difícil encontrar medidas empíricas de la magnitud


de los costes de eficiencia, dado que las estimacionesrealizadas
permiten establecer variaciones significativas entre los diferentes
impuestos y sugieren que la carga general se acerca en
promedio a un 15 por 100 sobre la recaudaciónmedia obtenida,
siendo sustancialmente mayor para la recaudación marginal.

11. Los costes de eficiencia de las transferencias pueden ser


considerados de la misma forma que un impuesto sobre la renta
si, como en el caso de los programas de asistencia social, las
transferencias disminuyen a medida que se incrementa la renta.

12. Con el fin de valorar la pérdida de bienestar es preciso


aplicar ponderaciones de bienestar social a la recaudación
impositiva.

13. Los impuestos utilizados para corregir los fallos del mercado
pueden generar ganancias de eficiencia.

14. Si consideramos que los impuestos son necesarios para


asegurar una revelación de preferencias de servicios públicos,
la pérdida de bienestar puede ser considerada como un coste
asociado a ese proceso.

LECTURAS COMPLEMENTARÍAS
Sobre el concepto de exceso de gravamen, véase:

Harberger, A.: Taxation and Welfare, Boston: Little Brown, 1975,


caps. 1-3, 8.

Sobre la medida del exceso de gravamen, véase:

Browning, E. K.: “On the Marginal Welfare Cost of Taxation”, The


American Economic Review, marzo 1987.

Buttless, G., y Haveman, R.: “Taxes and Transfers: How Much


Economic Loss?”, Challenge, marzo/abril 1987.

Hausman, J. A., en H. Aaron y J. Pechman (eds.): How Taxes Affecl


Economic Beha-vior, Washington, D.C.: Brookings, 1981.

Sobre la teoría de la imposición óptima, véase:

Atkinson, A. B.: “How Progressive Should Income Tax Be?”, en E. S.


Phelps (ed.): Economic Justice, Baltimore: Penguin, 1973.

Atkinson, A., y Stiglitz, J. E.: Lectures on Public Economics,


Maidenhead: McGraw-Hill, 1980, caps. 11-14.

Baumol, W. J., y Bradford, D. F.: “Optimal Departure from Marginal


Cost Pricing”, American Economic Review, junio 1970, págs. 265-
283.

Bradford, D., y Rosen, H.: “The Optimal Taxation of Commodities


and Income”, American Economic Review, Papers and Proceedings,
mayo 1976.

Sandmo, A.: “Optimal Taxation —An Introduction to the Literatura”,


Journal of Public Eeoncwiícs, julio/agosto 1976.

Para una valoración sobre una base amplia de la transacción entre


equidad y eficiencia, véase:
Okun, A. N.: Equahty and EJftciency: The Big Trade-Off,
Washington, D. C.: Brookings, 1975.

Tobin, J.: “On Limiting the Domain of Inequality”, Journal of Law and
Economics, octubre 1970.

Capítulo 17
1

Con anterioridad al impuesto, los consumidores pueden disfrutar su


renta íntegra Y, bajo la forma de consumo corriente C o pueden
ahorrarla, obteniendo una renta de i Y, y disfrutar de un consumo
futuro de (1 + ¡)C. Por lo tanto, la relación entre consumo presente y
futuro es: C/ [(1 + z)C]. Con un impuesto general sobre el consumo,
el consumo presente es de (1 — t)C y el consumo futuro es de (1 —
r)( 1 + i)C, sin que se modifique la relación entre los dos: C/(l + i)C.

Con un impuesto sobre la renta, el consumo presente es (1 — í)C y


el consumo futuro (1 - t)C 4- (1 - f)(l - t)iC, de manera que la relación
se convierte en C/[ 1 + z(l -• f)]C.
2

La cuestión fue planteada inicialmente por A. C. Pigou (A Study in


Public Finance. London. Macmillan, 1928) y desarrollada por Ramsey
(Economic Journal, 1927). Para referencias más recientes véanse las
Lecturas complementarias al final de este capítulo y W.
J. Baumol y David E. Bradford, “Optimal Departures from Marginal
Cost Pricing”, American Economic Review, junio 1970, págs. 165-
283, y David E. Bradford y Harvey S. Rosen, “The Optimal Taxation
of Commo-dities and Income”, en Compilaron of OTA Papers, vol. 1.
Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, 1978.
3
Véanse las referencias a E. K. Browning y J. A. Hausman al
final delcapítulo.
4

Véase la referencia a G. Buttless y R. Haveman al final del


capitulo.

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