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Un Mundo de Amistad y Respeto

Había una vez en un pequeño pueblo, dos niños llamados Lucas y Sofía. Lucas era un niño lleno de
energía y sonrisas. Siempre estaba contento y encontraba la felicidad en las cosas más simples de la
vida. Por otro lado, estaba Sofía, una niña inteligente y creativa que había nacido con una
enfermedad en sus piernas y necesitaba una silla de ruedas para moverse.

Lucas y Sofía asistían a la misma escuela, pero llevaban vidas muy diferentes. Lucas disfrutaba de
correr, saltar y jugar al fútbol con sus amigos, mientras que Sofía exploraba el mundo con su silla
de ruedas, pintando y leyendo historias emocionantes. A pesar de sus diferencias, los dos
compartían un lazo especial de amistad. Un día, cuando el sol brillaba y el aire estaba lleno de risas,
Sofía decidió unirse a un juego de fútbol en el patio de la escuela. Ella manejaba su silla de ruedas
con habilidad, pero algunos de sus compañeros comenzaron a hacer comentarios desagradables y a
reírse de ella. Lucas, al ver esto, sintió tristeza por su amiga y decidió intervenir.

"¡Esperen un momento!", exclamó Lucas. "Sofía es genial y puede jugar tan bien como cualquiera
de nosotros. No deberíamos juzgarla por cómo se mueve."

Aunque algunos niños se mostraron escépticos al principio, Lucas les recordó lo increíblemente
talentosa y valiente que era Sofía al enfrentar los desafíos diarios. Poco a poco, los niños
comenzaron a comprender y respetar a Sofía por quien era.

Lucas y Sofía decidieron hacer un proyecto escolar juntos sobre la importancia de la inclusión y el
respeto. Crearon un mural colorido que representaba la diversidad de las personas y cómo todos
tienen algo valioso que aportar al mundo. A medida que trabajaban juntos en su proyecto, los demás
niños se dieron cuenta de que juzgar a alguien por su apariencia o habilidades era injusto y hiriente.

Finalmente, llegó el día de presentar su proyecto frente a toda la escuela. Lucas y Sofía
compartieron su historia, destacando cómo habían superado las diferencias y construido una
amistad basada en la aceptación y el respeto mutuo. Los demás niños se dieron cuenta de que el
bullying y los comentarios negativos no tenían cabida en un mundo donde todos merecen ser
tratados con amabilidad y empatía.

Desde aquel día, la escuela cambió. Los niños comenzaron a ser más amables y respetuosos entre sí,
recordando la historia de Lucas y Sofía. Las diferencias ya no eran un motivo para separar a las
personas, sino una razón para celebrar la riqueza de la diversidad.

Y así, en ese pequeño pueblo, la amistad entre Lucas y Sofía enseñó a todos la importancia de ver
más allá de las apariencias y tratar a todos con respeto.

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