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Un análisis del mito inglés desde Edipo y Pan

¿Quién era Peter Pan?

Julen Latorre Urbaneta


Profesora: Marta Palacín Mejías
Historia de la Cultura, Facultad de Filosofia, UB
Noviembre, 2023
Entre el niño, el elfo, el pirata, el mago… la figura de Peter Pan planea sobre aquello que
soñamos una vez cuando muchos de nosotros vimos la adaptación de Walt Disney (1952) por
primera vez. Ese personaje carismático, burlón e inmaduro que trató de retener para sí y para los
niños de la familia Darling la puer aeternus no se agota ni en el sueño de Wendy ni en su madurez,
como así lo atestiguan las numerosas adaptaciones del mito -hasta 11 variaciones- que tiene su
nacimiento en el escritor J.M. Barrie y su novela El Pajarito Blanco (2009), de 1902. Quizá, esta
maleabilidad del personaje, su propia indefinición, venga dada por una contradicción interna; el
deseo que lo define, el no querer crecer, el miedo a ser un adulto, no es el deseo propio de un niño,
sino el de alguien que ya ha dejado la infancia atrás y la idealiza como un locus amoenus.

Sin embargo, vayamos más despacio, volvamos a la indefinición que caracteriza su figura.
Como decía, Peter Pan nace como personaje en una novela del escritor inglés J.M. Barrie, pero no
como protagonista. Forma parte de uno de los cuentos que el capitán le cuenta a David1, en el que
Peter es un bebé que vive feliz en los jardines de Kengiston y, por ello, pospone continuamente la
vuelta con su madre, tanto que cuando decide volver se encuentra con barrotes en la ventana y a su
madre abrazando a otro niño. Así, en un inicio podemos apreciar cómo el deseo de Peter no tiene
nada que ver con mantenerse para siempre en la infancia, sino que nace del rechazo de su madre.
Es, por tanto, lícito afirmar que Peter sí quería crecer (Herreros de Tejada, 2013).

Lo diletante de la figura de Peter Pan, esa existencia liminal entre el paso del tiempo y la
infancia, es apreciable en su existencia cambiante como personaje de Barrie. De hecho, la historia
de Peter Pan fue reescrita en numerosas ocasiones por su autor tras el éxito del personaje en la
primera novela. En primer lugar, escribió una obra de teatro en forma de pantomima en 19042, con
la historia más o menos que conocemos hoy en día. Dos años después, una editorial recopiló los seis
capítulos en los que aparecía Peter Pan en El pajarito Blanco; en 1908, otra obra de teatro, esta vez
centrada en Wendy, llamada When Wendy Grew Up: An Afterthought en el que Peter vuelve a
reencontrarse con Wendy y trata de llevarla con él a Nunca Jamás, sin saber que en realidad han
pasado muchos años y que Wendy es ahora una mujer. Al descubrirlo, decide llevarse a Jane, la hija
de Wendy, en su lugar. Esta obra es importante dado que será el capítulo final de Peter y Wendy
(1911), novela infantil que narra la historia más conocida de Peter Pan, siendo traducida a

1O que David le cuenta al capitán dado que nunca se deja clara la autoría del cuento, una idea que, fuera de la novela,
Barrie también mantendrá.
2La obra de teatro, llamada Anon- a play reincide, como podemos ver, en la idea del anonimato y la duda sobre la
autoría del cuento.
numerosos idiomas y leída en todo el mundo. Tras la publicación de este libro, Barrie escribió un
guion cinematográfico, que fue rechazado por la industria cinematográfica sin una explicación
convincente. Aun así, durante los años veinte escribiría tres textos breves más en relación con el
personaje y su historia, aunque de importancia menor para su comprensión.

Lo interesante de todas estas versiones son las diferencias y matices que acoge Peter,
construyendo un personaje más abierto a las posibilidades que a las certezas (Muñoz Corcuera,
2012). Son muy interesantes las conocidas como Fairy Notes (Barrie, 1903); cuatrocientas sesenta y
seis anotaciones sobre el mito escritas antes de la primera obra de teatro, que muestran todo el
abanico de posibilidades con el que Barrie jugaba y que, de una forma u otra, acaban por cristalizar
en un personaje esencialmente complejo. Principalmente, y a razón de la extensión del presente
texto, quiero centrarme en dos líneas de investigación que, a mi juicio, dan cuenta de la profundidad
y complejidad del mito: el triángulo edípico entre Peter, Wendy y Garfio y la relación con el dios
Pan.

Como hemos podido ver en la historia original, la personalidad de Peter se forma tras un
trauma y un corte en el desarrollo edípico; siendo un bebe es separado de su madre y reemplazado
por otro niño. Es por eso que Peter tratará de buscar a su madre en todas las figuras femeninas que
aparecen en el mito, empezando por Wendy, pero también en Tigrilla. Sin querer caer en una
explicación psicoanalítica de la obra de Barrie, al estilo de Freud en Leonardo da Vinci, un recuerdo
de infancia (2022), pero sin poder evitar tratar de encajar parte de la biografía de Barrie en su
producción literaria - el mismo lo hará al escribir las memorias de su propia madre en Margaret
Ogilvy (1896)- trataremos de ver hasta qué punto hay conexiones entre su infancia y el mito de
Peter.

Siguiendo con el análisis textual, siendo esta la única forma de acceder a la infancia de Barrie
por medio mediante la novela Margaret Ogilvy (2012), James Mathew Barrie era el pequeño de diez
hermanos. El segundo de ellos, David, murió en un accidente a la edad de 13 años, trastocando
notablemente a la familia, pero sobre todo a su madre, quien no pudo disimular la debilidad que
sentía por él. Por eso, siendo testigo del sufrimiento de su madre, James decidió convertirse en una
copia exacta de David, de modo que su madre no pudiese diferenciarlos y le quisiese a él del mismo
modo que quería a su hermano (Barrie, 2012). Se ha especulado sobre la posibilidad de que esto, el
hecho de tratar de parecerse siempre a un modelo infantil, creara en Mathew un enanismo
psicogénico, que le habría impedido alcanzar la madurez tanto psicológica como físicamente -nunca
llegó a superar el metro cincuenta de altura- algo que explicaría también la aparente asexualidad
que le acompañó toda su vida (Muñoz Corcuera, 2012).

De esta forma, podríamos avanzar que el niño al que abrazaba la madre de Peter tras los
barrotes del ventanal no era otro que David, a quien, a pesar de los esfuerzos de nuestro escritor, su
madre nunca pudo dejar de preferir. Peter, al igual que Mathew, quedaría atrapado para siempre en
una fantasía infantil a causa de una imposibilidad de superar esa crisis edípica.

No obstante, precisamente la superación de esta crisis será el motor de la novela. Si ya hemos


hablado de la relación edípica entre Peter y Wendy, nos falta el tercer vértice del triángulo, la figura
del padre que, como no podría ser de otra manera, es representado por el archienemigo del
protagonista: el capitán Garfio. Ya en la presentación del personaje hay un intento de seducción de
Garfio a Wendy, a quien se dirige en francés, algo que, en el imaginario inglés de la época, tiene
siempre una connotación sexual (Egan, 1982). De esta forma, el enfrentamiento entre el padre y el
hijo por Wendy es cuestión de tiempo; Peter ya había castrado simbólicamente a Garfio al cortarle
la mano. Una vez que el padre ha perdido la autoridad, su tiempo está contado, y el cocodrilo le
persigue con el tic-tac del reloj que Peter imitará con maestría para colarse sin ser visto en el barco
pirata, mostrando cómo el tiempo corre de parte del hijo (Muñoz Corcuera, 2012). La historía
edípica terminará, inevitablemente, con Peter tomando la posición del padre, tal y como ocurre al
final de la obra, cuando Peter se viste con la ropa del capitán Garfio y se convierte en capitán del
barco pirata.

La asociación entre Garfio y la figura paterna se hace todavía más notoria al atender al hecho
de que en las representaciones teatrales de la obra el actor que hacía de Garfio también representaba
al padre de los Darling (R. L. Green, 1954). Incluso más, al ver que en las Fairy Notes Barrie se
planteó la posibilidad de que la madre de los Darling fuera en realidad la madre de Peter, pero que
ambos lo hubieran olvidado. Esto también dota de simbología a la pérdida de la sombra por parte de
Peter Pan; robada por Dana, aliada de la madre, y recuperada finalmente por Wendy, que vendría a
convertirse en su madre sustituta, como hemos ido descubriendo.

Volviendo a las Fairy Notes, nos encontraremos con una de las ideas más interesantes de
Barrie y que de alguna forma comenzamos a disipar: Peter Pan fue, durante algún momento del
proceso creativo, pensado como villano de la historia. Su resentimiento hacia la figura materna -uno
de los nombres pensados para la novela fue El Niño que odiaba a las Madres (Herreros de Tejada,
2009)-, su personalidad orgullosa e insolente, hacían de su figura -asemejada a la de un duende-
tremendamente ambivalente. Fue, de hecho, la introducción del capitán Garfio en la historia la que
hizo a Barrie suavizar algunos de los aspectos malvados de la personalidad de Peter, dado que no
era viable mantener en la novela a dos antagonistas.

Esta dualidad en el personaje de Peter podemos apreciarla también en Pan, dios griego de los
pastores y rebaños, de la sexualidad masculina y la fertilidad, de las brisas del amanecer y el
atardecer, pero también de la naturaleza salvaje y el terror nocturno; no en vano su nombre ha
derivado en castellano en la palabra “pánico”. Además de esta dualidad, es quizá en el abandono
materno donde más se tocan ambos personajes. Igual que con Peter, el mito de Pan nace con el
abandono de su madre, tal y como nos cuenta Homero en el canto homónimo (Mariner, 2009) la
madre de Pan huyó de su hijo al ver la fealdad del bebé tras su nacimiento y fue Hermes quien lo
rescató y llevó al Olimpo para que los dioses, a quienes divirtió por su aspecto y personalidad,
convirtieran en Dios.

De hecho, podríamos entender a Peter Pan como una revisión moderna del mito griego, dado
que reúne muchas de las características propias del dios: el abandono de la madre, el aspecto físico
-la cabra en Peter Pan en los Jardines de Kensington-, el séquito que le acompaña, su carácter
divino, la relación con la naturaleza, la capacidad de infundir pánico a través de un grito, la flauta
hecha de cañas y su personalidad conflictiva, por un lado terrorífica -más débil, aunque todavía
presente, en Peter Pan- y por otra alegre y juvenil (Muñoz Corcuera, 2008). No obstante, hay
diferentes versiones sobre la mayor coincidencia entre ambos, el nombre, debido a que el apellido
Pan del personaje de Barrie podría venir también como un diminutivo de Pantomime el tipo de obra
para el que fue pensado el personaje.

A modo de conclusión, cabe destacar la importancia del triángulo edípico en el mito de Peter,
pues es aquello que produce el deseo del protagonista. Tanto es así que, a pesar de las múltiples
adaptaciones que se han hecho de la historia, ampliando la historia de diferentes formas -planteando
algunas de ellas incluso a un Peter Pan adulto, como en Hook (1991), la película de Spielberg- en
ninguna de ellas concederían a Peter la redención de volver con su madre, librándole así de su
mayor tormento (Herreros de Tejada, 2013).
Bibliogra a

Barrie, J.M. (1903). Fairy Notes. [En línea]. Manuscrito inédito conservado en la Biblioteca
Beinecke de la Universidad de Yale. En: http://www.jmbarrie. co.uk/peterpan/?mode=fairynotes
[Fecha de consulta: 16 de noviembre de 2023].

Barrie, J.M. (1925). Peter Pan y Wendy: La historia del niño que no quiso crecer. Barcelona:
Juventud.

Barrie, J.M. (2009). El pajarito blanco. Sevilla. Barataria.

Barrie, J. M. (2012). Mi madre, Margaret Ogilvy. Erasmus Ediciones.

Egan, M. (1982). “The Neverland as Id: Barrie, Peter Pan and Freud”. Children’s Literature: Annual
of The Modern Language Association Division on Children’s Literature and The Children’s Litera-
ture Association, vol. 10, pp. 37-55.

Freud, S. (2022). Leonardo da Vinci, un recuerdo de infancia. Barcelona. Navona.

Green, R. L. (1954). Fifty years of Peter Pan. London. Peter Davies.

Herreros de Tejada, S. (2009). Todos crecen menos Peter: La creación del mito de Peter Pan por
J.M. Barrie. Madrid. Lengua de trapo.

Herreros de Tejada, S. (2013). Reescrituras de Peter Pan: El héroe en crisis. Área abierta, 13(2).

Mariner, V. (2009). Batracomiomaquia e himnos homéricos. Editorial CSIC - CSIC Press.

Muñoz Corcuera, A. (2008). Peter y Pan. Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latinos, 28(2),
145-166.

Muñoz Corcuera, A. (2012). Reescribiendo Peter Pan: La indefinición de un mito con múltiples
originales. Anuario de investigación en literatura infantil y juvenil, 10, 287-327.
fi

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