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La violencia es un tipo de interacción entre individuos o grupos, presente en el reino animal, por

medio de la cual un animal o grupo de animales, intencionalmente causa daño o impone una
situación, a otro u otros animales.123

En las sociedades humanas organizadas estatalmente, la violencia se caracteriza por la


intervención del Estado como institución monopolizadora de la violencia y se manifiesta como
modalidad de una serie de conflictos sociales muy variados,45 de signo diverso, como la guerra,
el genocidio, el crimen, el terrorismo de Estado, el terrorismo, la legítima defensa, la violencia de
género, la violencia intrafamiliar, el maltrato infantil, resistencia a la opresión, la esclavitud,
las cárceles, los duelos y riñas, algunos deportes y artes marciales, la crueldad hacia los
animales, etc.678

Desde la perspectiva de la salud humana, la OMS define la violencia como:

El uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una
comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un
traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte.
Organización Mundial de la Salud9

Puede producirse a través de acciones y lenguajes, pero también de silencios e inacciones, y es


valorada negativamente por la ética, la moral y el derecho, aún en casos en los que pueda
considerarse legítima. La violencia puede ser de carácter ofensivo o defensivo (también se
utilizan los conceptos de violencia proactiva y violencia reactiva), habilitando en este último caso
figuras de justificación ética de la violencia, como la legítima defensa y el derecho de resistencia
contra la opresión.1011

Etimología[editar]

Las estimaciones de años de vida potencialmente


perdidos por la violencia física, por cada 100 000 habitantes en 2004. sin datos <200 200-
400 400-600 600-800 800-1000 1000-1200 1200-1400 1400-1600 1600-1800 1800-2000 2000-3000 >
3000

El término en español es un cultismo; se corresponde con el sustantivo latino violencia, que


deriva del adjetivo violens, -entis, que significaba «impetuoso», «furioso». En última instancia, el
origen latino de la palabra es el sustantivo vis («fuerza», «poder», «potencia»).12

La violencia fue asociada desde tiempos muy remotos a la idea de la fuerza física y del poder.
Los romanos llamaban vīs a esa fuerza, al vigor que permite que la voluntad de uno se imponga
sobre la de otro. Vis tempestatis se llama en latín a la "fuerza de una tempestad". En el Código
de Justiniano se habla de una "fuerza mayor, que no se puede resistir" (vis magna cui resisti non
potest), el concepto jurídico de fuerza mayor.

Vīs dio lugar al adjetivo violentus que, aplicado a cosas, se puede traducir como ‘violento,
impetuoso, furioso, incontenible’ y, cuando se refiere a personas, como ‘fuerte, violento,
irascible’. De violentus se derivaron violare (con el sentido de ‘agredir con violencia, maltratar,
arruinar, dañar’) y violentia, que significó ‘impetuosidad’, ‘ardor (del sol)', ‘rigor’ (del invierno), así
como ‘ferocidad’, ‘rudeza’ y ‘saña’.

Cabe agregar que vīs, el vocablo latino que dio lugar a esta familia de palabras, proviene de la
raíz prehistórica indoeuropea wei-, ‘fuerza vital’.
Concepto[editar]
La violencia es el uso de la fuerza (física o psicológica) por parte del violento o agresor para
lograr objetivos que van contra la voluntad del violentado o víctima. Pero la violencia puede
proyectarse no solo contra personas, sino contra animales (crueldad hacia los animales),
plantas, objetos artísticos o religiosos (iconoclastia) o no (vandalismo) y entornos naturales o
medioambientales (contaminación ambiental). Puede incitarse con diversos estímulos y puede
manifestarse también de múltiples maneras asociada igualmente a los variados procedimientos
de la humillación, la amenaza, el rechazo, el acoso o las agresiones verbales, emocionales,
morales o físicas. La consecuencia puede ser y es casi en todos los casos la lesión o
destrucción en parte o en todo de un ser o grupo humano, por un lado; de un animal o de una
especie natural, por otro; o de objetos, bienes y propiedades raramente propios y más
frecuentemente ajenos o comunes.

Aparte de la violencia física, hay que mencionar también la violencia emocional independiente o
que la suele acompañar, según la índole de la agresión. Es el daño en forma
de desconfianza o miedo sobre el que se construyen algunas relaciones interpersonales insanas
y se halla en el origen de problemas en las relaciones grupales bajo formas como la polarización,
el resentimiento, el odio, etcétera; algo que, a su vez, ocultan, disimulan y potencian las redes
sociales en la tecnológica sociedad moderna. Otro aspecto de la violencia para tener en cuenta
es que no necesariamente se trata de algo consumado y confirmado; la violencia puede
manifestarse también como una amenaza latente, sostenida y constante en el tiempo (leve quizá
en un momento dado, pero acumulada y formidable otras veces para la víctima), que causa, sin
embargo, daños psicológicos severos en quienes la padecen, así como repercusiones negativas
sobre la sociedad. Pues, en efecto, la violencia física, emocional e intelectual posee también un
componente social.

En otro orden de cosas, cuando la violencia es la expresión contingente de algún conflicto social,
puede darse de manera espontánea sin una planificación previa minuciosa (linchamientos
efectivos, escraches o linchamientos mediáticos, por ejemplo). La violencia puede además ser
encubierta o abierta; estructural o individual.

Es un comportamiento deliberado, que provoca, o puede provocar, daños físicos o psicológicos a


otros seres, y se asocia, aunque no necesariamente, con la agresión física, ya que también
puede ser psicológica, o maltrato emocional, la represión política o la intolerancia religiosa a
través de amenazas, ofensas o acciones. Algunas formas de violencia son sancionadas por la
ley o por la sociedad; otras son crímenes. Y distintas sociedades aplican también diversos
estándares de tolerancia y castigo en cuanto a las formas de violencia que son o no son
aceptadas.

El individuo violento se impone por la fuerza. Existen varios tipos de violencia, incluyendo
el abuso físico, el abuso psicológico y el abuso sexual. Sus causas pueden variar, las cuales
dependen de diferentes condiciones.

Se denomina estilización de la violencia a la estetización que de la violencia se hace en distintas


expresiones del arte, la cultura y los medios de comunicación.

Origen[editar]
La violencia generada por los seres humanos ha sido estudiada desde muy antiguo; hay dos
teorías modernas de sesgo evolucionista, la hipótesis del cazador, mayoritaria, y la del mono
asesino de Raymond Dart y Robert Ardrey. Pero desde el punto de vista de la antropología
cultural, al menos para el antropólogo René Girard (La violencia y lo sagrado, 1972) la violencia
es consecuencia de un proceso de mímesis social que termina disfrazándose
como mito religioso pagano. La produce un deseo que no se dirige al bien, sino hacia aquello
que desea el otro y solo puede tener él, porque no es de naturaleza divisible. Posee, pues, tres
elementos: el uno, el otro y lo que desea el otro que no es divisible. La evolución de este deseo,
en el deseo de todos contra todos, acaba por destruir ese tercer elemento a fin de salvar
la sociedad y lo que sí podemos compartir. Eso produce una rivalidad, competencia o envidia y
una violencia dañina de la que la sociedad solo se libera mediante el uso del llamado chivo
expiatorio o víctima injusta-inocente, que luego es divinizada o mitificada para disimular el
violento fundamento social y político de la comunidad. El sacrificio expiatorio es el fundamento
violento de todas las religiones paganas con una finalidad sociopolítica; pero en el caso
del cristianismo, sin embargo, se invierte este fundamento mediante el amor y el autosacrificio:
ya no se adopta la perspectiva de la sociedad, sino la de la víctima del sacrificio: es una religión
sin violencia.13

Girard propone una lectura del Edipo rey sofocleo desde esa clave hermenéutica. La
desgracia tebana aparece representada por la peste (símbolo, según la interpretación
propuesta, de una reciprocidad violenta que se adueña del todo social), pero la culpa es
transferida a las faltas individualizadas (parricidio e incesto) de Edipo, convertido en
chivo expiatorio. A Creonte y Tiresias les corresponde el papel de acusadores; su éxito
logra que el bellum omnium contra omnes dé paso al todos contra uno, cuyo odio
unánime restablece el vínculo comunitario y permite, en consecuencia, eludir
la anomia que resultaría del enfrentamiento generalizado14
Pero Girard generaliza el mecanismo victimario: no solo es fundamento de la religión, sino
que de él surge el proceso de hominización, la cultura y las instituciones; todos los mitos
contendrían un linchamiento fundador escondido. Los resultados de
la performance de Marina Abramović (Ritmo 0) parecen confirmar esta desoladora
conclusión.

Tipologías

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