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TEMA.

COSAS QUE DEBEMOS HACER QUIENES HEMOS RESUCITADO CON CRISTO


Colosenses 3: 1-10
3 si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios. 2 poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
3 porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 cuando
Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él
en gloria.5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; 6 cosas por las cuales la ira de
Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis
en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8 pero ahora dejad también vosotros todas estas
cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. 9 no mintáis
los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, 10 y
revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta
el conocimiento pleno,
INTRODUCCION
La palabra ORDINARIO según el diccionario de la lengua española, significa común o
corriente, que no destaca por nada especial, se considera algo normal, sin embargo, la
palabra EXTRAORDINARIO significa que es poco común, que es llamativo porque sale
fuera de lo convencional, de la regla general. Que es mejor y que es mayor que lo
ordinario.
Cuando venimos al conocimiento de la verdad y rendimos nuestra vida a Jesucristo,
cuando la venda de nuestros ojos es quitada y somos llamados de la obscuridad a la luz
admirable, Jesucristo no invita y nos reta a dejar de vivir nuestra vida Ordinaria y vivirla
ahora de una manera extraordinaria. La palabra de Dios nos dice que nosotros los lavados
y comprados por la sangre preciosa del cordero hijo de Dios, somos la sal de la tierra,
somos la luz del mundo, como sal no podemos vivir insípidamente y como luz no
podemos vivir como si tuviéramos falta de aceite en nuestras lámparas.
La vida de fe debe vivirse de manera extraordinaria, es decir de manera diferente a lo que
el mundo la vive, si vivimos como el mundo vive nos volvemos ordinarios, nos volvemos
comunes, nos volvemos corrientes, pero si vivimos la vida ceñidos a la enseñanza de
Jesucristo seremos hijos e hijas extraordinarios, siendo verdaderas luminarias del mundo
para la honra y gloria del Padre Celestial.
Si recordamos un poco la vida pasada del autor de esta carta a los Colosenses, el apóstol
pablo, antes Saulo de Tarso, encontraremos un verdadero ejemplo de la expresión “DE
ORDINARIO A EXTRAORDINARIO”
Recordemos que Pablo, en su vida de Saulo fue un fiel perseguidor de la iglesia, a pesar
de que conocía con presión la ley, y desde su niñez había sido enseñado por los mejores
rabinos como lo fue Gamaliel, no vivía una vida extraordinaria. Y no fue hasta su
encuentro con Jesús en el camino a Damasco cuando su vida fue transformada por
completo y el “decidió” vivir una vida extraordinaria. Porque somos nosotros los
creyentes quienes decidimos que clase de vida cristiana vivir, el ser ordinarios depende
de nosotros y el ser extraordinarios depende nosotros y de la gracia del Señor Jesucristo
en nosotros.
El apóstol Pablo decidió vivir una vida extraordinaria no para los hombres, sino para
glorificar a Dios, el apóstol Pablo valoro la condición espiritual en la que se hallaba y de
donde Jesucristo lo había sacado, el dio el más alto valor al sacrificio hecho en la cruz por
su vida, y en base a ello decidió vivir para Cristo, pero no de una forma común y
convencional, decidió vivir para Cristo de manera extraordinaria, y es así que en los 14
libros del nuevo testamento podemos admirar la extraordinaria vida en la que anduvo el
apóstol Pablo.
Es por ello que exhorta a la iglesia de Colosas y no solo a ellos, sino a nosotros también a
que si de manera genuina hemos resucitado con Cristo vivamos una vida extraordinaria
para la honra y gloria de su nombre. Resucitar con Cristo es abandonar nuestra mirada
del mundo para vivir con la mirada puesta en Cristo.
Así que veamos el día de hoy que cosas debemos hacer quienes hemos resucitado con
Cristo.
Y lo primero que el apóstol Pablo nos aconseja a todos los resucitados con Cristo es que:
1.- PONGAMOS NUESTRA MIRADA EN LAS COSAS DE ARRIBA Y NO EN LAS DE LA TIERRA
Si vamos a la palabra de Dios en la carta que el Apóstol Pablo escribiera a los colosenses
podemos leer en los versículos 2 al 4 del capítulo 3 la primera recomendación que
debemos hacer quienes hemos resucitado con Cristo y quienes deseamos vivir una vida
extraordinaria para Cristo. La palabra de Dios nos dice:
3 si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios 2 poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
3 porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 cuando Cristo,
vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en
gloria.
Debido a que hemos resucitado con Cristo y que nuestra vida esta escondida en Dios por
medio de su hijo Jesucristo, tenemos la responsabilidad y somos llamados de parte de
Dios a vivir de la misma manera en la que Cristo vivió.
¿Y porque dijo que tenemos la responsabilidad y que somos llamados de parte de Dios a
vivir de esta manera?
Lo digo así porque la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo han traído
muchos beneficios a nuestras vidas. El beneficio más grande es que Jesucristo tomo
nuestro lugar, nosotros teníamos que morir como justo juicio por nuestras maldades y
por nuestras rebeliones, nosotros teníamos un alto precio que pagar, pero Jesucristo
murió por nosotros, y anulo el acta de decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, es decir que anulo la deuda, la sentencia de culpabilidad que cada uno de
nosotros merecíamos, y la quito de en medio dice su palabra y la clavo en la cruz.
Colosenses 2: 14
Y después de morir en esa cruz, él resucito, y con su resurrección hallamos un beneficio
más, ese beneficio es que él nos dio nos vida. Por eso el apóstol Pablo dice que si hemos
resucitado con Cristo pongamos nuestra mirada en las cosas de arriba y no en las de la
tierra.
Poner la mirada en las cosas de arriba es un llamado a vivir con una mente celestial, con
la mente de Cristo.
Pareciera que el llamado es a olvidarnos de las cosas terrenales y enfocarnos en las
espirituales, pero el contexto de los pasajes que leeremos más adelante nos indica que la
orientación es otra.
Cuando el apóstol Pablo nos invita a poner la mirada en las cosas de arriba, nos está
invitando a vivir de una manera santa, limpia, espiritual, pura, que fue la forma en la que
Cristo vivió aquí en la tierra.
La mirada puesta en el cielo tiene que ver con la manera en la que vivimos aquí en la
tierra, si hemos sido resucitados con Cristo, entonces nuestra conducta y nuestra mente
deben ser celestiales, nuestras acciones deben ser santas, nuestros pensamientos deben
ser puros ¿por qué? porque Jesucristo resucito y nosotros juntamente con él. Jesucristo
dejo la tumba, un lugar de muerte, un lugar de putrefacción, de ahí salió nuestro maestro
victorioso y de ahí también nos sacó, Es por ello que nosotros tenemos la responsabilidad
de andar como el anduvo de vivir como él vivió, de pensar como él pensaba con una
mente celestial.
Vivir con la mirada puesta en el cielo, nos indica que nuestra vida debe ser en todo
momento y en todos los aspectos una vida que glorifique a Dios, cuando ponemos la
mirada en el cielo, no hay manera de ver hacia la tierra, ¿no es así? O intente ver hacia
arriba y al mismo tiempo vea hacia abajo. Claro que no se puede. O vemos hacia arriba o
vemos hacia abajo, pero no podemos hacer ambas cosas. O somos fríos o somos
calientes, el APOSTOL Pablo nos invita a ser creyentes ardientes, con la mirada en Cristo
sin importar las circunstancias de la vida, nos invita a no desfallecer y nos la razón,
nuestra vida está escondida en Dios. Y si nuestra vida esta escondida en él, tenemos la
seguridad de que Él nos sostiene, de que él nos ayuda, de que el que nos fortalece, en
medio de cualquier debilidad y nos hace fuertes.
La única manera de vivir diariamente con la mirada puesta en Cristo, es fortaleciendo
nuestra relación con él. Es apartándonos de las cosas de la tierra con las que el diablo nos
seduce, y en las que antes vivíamos, es resistiendo diariamente a los deseos carnales de
nuestro viejo hombre y sometiendo nuestros pensamientos y nuestra voluntad a Cristo.
Pero además en segundo lugar el apóstol Pablo nos exhorta a todos aquellos que hemos
resucitado con Cristo a que vivamos:

2.- ALEJADOS DE LOS PECADOS QUE ENCIENDEN LA IRA DE DIOS.


Si leemos del versículo 5 al 7 encontraremos cuales son esos pecados que encienden la
ira de Dios. Su palabra dice:
5 haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; 6 cosas por las cuales la ira de
Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis
en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
Si hemos aceptado la gracia redentora de Jesucristo en nuestras vidas, y si hemos
aceptado que El tomara nuestro lugar para anulara la deuda que teníamos consecuencia
de nuestras maldades, entonces mis hermanos ¿por qué aferrarnos a conductas que
menoscaban el sacrificio de Jesucristo en la cruz del calvario? ¿Por qué olvidamos tan
pronto y tan fácil de las promesas hechas a Jesucristo cuando decidimos tomar la cruz de
Cristo y no volver atrás? ¿porque desenterrar la naturaleza carnal y pecadora de nuestro
viejo hombre, cuando Cristo nos ofrece una vida plena, una vida de paz, una vida de
esperanza, una vida eterna?
Hermanos quienes hemos resucitado con Cristo no podemos vacilar ,y mucho menos
debemos intentar burlar a Dios, primero porque Dios no puede ser burlado, y después
porque una vez que la gracia de Dios se ha derramado sobre nosotros por medio de su
hijo Jesucristo retroceder para darle cabida a nuestro viejo hombre nos coloca en un
problema con Dios porque la ira de Dios viene sobre aquellos hombres y mujeres que
deliberadamente le dan lugar a la carne antes que darle el lugar a Dios en sus vidas.
Estos pecados groseros no pueden ser parte de nuestra vida cristiana, pues la palabra de
Dios dice que, si hemos muerto al pecado, no podemos seguir viviendo en él. Romanos
6:2,
Su palabra dice que la sangre de Jesucristo crucificó a nuestro viejo hombre, para que
nuestro cuerpo del pecado sea destruido a fin de que nos sirvamos más al pecado, y no
habla de nuestro cuerpo físico, sino de la naturaleza pecaminosa que hay en nosotros.
Esa naturaleza de la cual tenemos la responsabilidad de mantener crucificada ahí en la
cruz del calvario porque Jesucristo pago un Altísimo precio en la cruz del calvario,
nosotros debemos tomar un verdadero compromiso de hacer morir en su totalidad a
nuestro viejo hombre de modo que entre el cuerpo de Cristo no se mencionen, mucho
menos se practiquen estos pecados groseros que comprometen nuestra salvación.
Entonces ¿cuál es nuestro deber hermanos? Nuestro deber es Vivir apartados del pecado,
pues estos pecados eran característica natural de nuestras vidas alejadas de Cristo,
estaban arraigadas en nuestra naturaleza pecaminosa, pero ahora ¿deberían ser parte de
nosotros? Si hemos resucitado verdaderamente con Cristo y nuestro viejo hombre ha
quedado clavado en la cruz, ¿deberían estas prácticas que ofenden a Dios ser parte de la
vida del creyente? La respuesta es DE NINGUNA MANERA.
La palabra de Dios nos dice que hay algo que debemos hacer con estos pecados, ¿Qué es
los que debemos hacer? Lea conmigo la primera parte del versículo 5, dice de la siguiente
manera: “HACED MORIR, PUES, LO TERRENAL EN VOSOTROS” Y pregunto hermanos ¿Qué
significa haced morir? La palabra morir significa terminar con algo que tiene vida, significa
acabar con algo que existe. Estos pecados son parte de nuestra vieja naturaleza, y algo
que debemos saber es que cuando aceptamos a Cristo Jesús como rey y salvador de
nuestras vidas el viejo hombre sigue latente en nosotros, pero no domina nuestra vida,
porque con la ayuda del Espíritu Santo libramos una batalla a diario con nuestra carne, en
las batallas hermanos se gana o se pierde, en las batallas, se vive o se muere. Nuestra
lucha es a diario con nuestra carne, con nuestra vieja naturaleza, nuestro deber es pelear
esa batalla y nuestra meta debe ser no ceder terreno a nuestro enemigo ni sus artimañas
para que podamos ganar la batalla, debemos hacer morir las obras de carne en nosotros
para que podamos vivir.
Romanos 8:12 -13 dice de la siguiente manera:
Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la
carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las
obras de la carne, viviréis.
No podemos ser cristianos seductores del pecado, es decir que coqueteamos
constantemente con el mundo, y abramos puertas para que el pecado entre a nuestras
vidas, debemos hermanos cerrarnos por completo a los deseos de carne y determinarnos
de una vez y por todas vivir para Cristo en integridad y justicia.
Vaya conmigo rápidamente a Romanos 6: 1-14
6 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 en
ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte? 4 porque somos sepultados juntamente con él para muerte por
el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida nueva.
5 porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así
también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre
fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de
que no sirvamos más al pecado. 7 porque el que ha muerto, ha sido justificado del
pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9 sabiendo que
Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más
de él. 10 porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto
vive, para Dios vive. 11 así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos
para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

12 no reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus
concupiscencias; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como
instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre
los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14 porque el
pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Pero además veamos que aquellos que hemos resucitado con Cristo:
3.- DEBEMOS ALEJARNOS DE AQUELLOS PECADOS QUE PARFECEN COMUNES O
INSIGNIFICANTES PERO QUE SON CARACTERÍSTICAS DEL VIEJO HOMBRE, EL CUAL
DEBEMOS HACER MORIR.
El versículo 8 del capitulo 3 del libro a los Colosenses dice así:
8 pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia,
palabras deshonestas de vuestra boca. 9 no mintáis los unos a los otros, habiéndoos
despojado del viejo hombre con sus hechos,
Cuan equivocados estamos al pensar que pecar delante de Dios es llevar a la practica los
pecados groseros de los que hablamos y constantemente defendemos con uñas y dientes
la manera en la que normalmente nos conducimos a diario. ¿no es así?
Somos de los que dicen,” así soy, así me conociste, gritona, o gritón, mal geniudo, ahora
te aguantas” , o somos de los que dicen: “ así soy de mecha corta y si te parece y si no ,
no es problema mío” , así soy mal hablado o mal hablada , solo así me hago entender
¿Cuál es el problema?, ¿en que afecta? , pues hermanos si somos parte de la fila de
creyentes que proceden de esta manera, hoy topamos con pared, porque la palabra de
Dios nos dice mis hermanos que también estos comportamientos son parte de la
naturaleza del viejo hombre, los cuales también deben ser desechados de nuestra vida.
Preste atención a lo que nos dice este día la bendita palabra de nuestro Dios. Efesios 4:17-
32. El pasaje es un poco extenso, pero bien vale la pena que este día abramos bien
nuestros oídos para escuchar con mucha atención la palabra de Dios.
17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que
andan en la vanidad de su mente, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de
la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19 los
cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer
con avidez toda clase de impureza. 20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, 21 si
en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está
en Jesús. 22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.25
Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque
somos miembros los unos de los otros. 26 airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol
sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo. 28 El que hurtaba, no hurte más, sino
trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el
que padece necesidad. 29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que
sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30 Y no
contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la
redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y
toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos
a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
¿Hay algo aquí en la palabra de Dios que no sea claro? Todas estas cosas que el Señor por
medio de su palabra nos manda a que nos despojemos hermanos con rastros de
carnalidad, de mundanalidad que necesitamos erradicar de nuestra vida.
La lista de pecados que Pablo menciona: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras
deshonestas, son tenidas por muchos de nosotros como pecados “insignificantes” que los
cristianos podemos pasar por alto o ver como normales porque no vemos ningún peligro
en ellos, pero apóstol Pablo nos reta a despojarnos de ellos en cada área de nuestras
vidas.
Los pecados de los que hablábamos en Colosenses 3:5 son fácilmente vistos como
incompatibles con la vida cristiana son más fáciles de señalar y de recalcar como pecados
que ofenden en extremos a nuestro Dios. Pero estos pecados a los que llamamos
“insignificantes” también son incompatibles con la personalidad del hijo de Dios, así que
debemos despojarnos de estos pecados también.
Pecados que se han convertido en hábitos en nuestra vida, pero que definitivamente no
son buenos hábitos. Por ello el apóstol Pablo nos exhorta a que nos despojemos de estos
malos hábitos espirituales que dañan nuestra relación con Dios.
Cuando una prenda hermanos nos comienza a apretar ¿qué es lo que hacemos? , ¿ nos la
ponemos así toda apretada y justa? No verdad, de hecho cuando no pasa de esta manera
nosotros mismo estamos incomodos ¿no es así? , no nos sentirnos a gusto porque esa
vestimenta no nos lo permite estarlo , no podemos respirar, no podemos ni comer
porque nos queda tan apretada esa ropa que ya no le entra pero si ni un taco más,
pobres botones hermanos, están pero bien agarrados, para no reventar, y cuando así nos
ha llegado a suceder, que hacemos con esa ropa hermanos, le desechamos no es así, la
sacamos de nuestro closet, porque ya no va con nosotros. de la misma manera hay
conductas que ya no deben ir con nuestro carácter cristiano, conductas que cuando
hacemos uso de ellas nos deben hacer sentir incomodos y debemos también despojarnos
de ellas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas son ropajes que ya no van
con nuestra nueva personalidad en Cristo y que debemos desarraigarlas de nosotros.
Aunque nos duela, así como nos duele tirar la prenda que nos aprieta porque nos gusta
mucho, pero ya nos queda, si ya no va con nosotros, nos debemos deshacer de ella.
¿Por qué es necesario que lo hagamos así? Porque la palabra de Dios nos dice que no
contristemos al Espíritu Santo que mora en nosotros, es decir que no lo entristezcamos,
que no le causemos aflicción. Debemos ser hijos e hijas, que con la forma de vivir y de
actuar glorifiquemos cada día a Dios.
La palabra de Dios dice que el árbol se conoce por sus frutos. lucas 6: 43-45, y nos dice
además que el hombre bueno, del buen tesoro de su corazón, saca lo bueno, y el hombre
malo, del mal tesoro de su corazón saca lo mal, porque de la abundancia del corazón,
habla la boca. Lucas 6:45
Pensemos en este día, que fruto deseamos presentar a Dios, que fruto tenemos en este
momento, y que cambios debemos hacer, no para beneficio de Dios, a Dios no le
beneficiamos en nada, no para beneficio de la iglesia, no para beneficio de mi prójimo,
sino para nuestro propio beneficio.
Termino expresando que quienes hemos sido resucitados con Cristo:
4.- DEBEMOS REVESTIRNOS DEL HOMBRE NUEVO

Acompáñeme con su biblia y vayamos al versículo 10 del capítulo 3 del libro de


Colosenses:
10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando
hasta el conocimiento pleno,
Regresemos al ejemplo de la prenda que ya no nos queda, dijimos que cuando sentimos
la incomodidad de la prenda que ya nos queda, decidimos quitarla de nosotros porque
nos es incomodo , ¿no es así? ¿Que hacemos después? ¿Nos quedamos sin cubrirnos?
Por supuesto que no, nos vestimos con una nueva prenda, una prenda que nos quede,
que vaya con nosotros, que nos haga sentir cómodos y que sobre todos nos permita
vernos bien. Pues de la misma manera que nos despojamos de la ropa vieja, maltratada,
rota, manchada o incomoda, de esa misma forma debemos despojarnos de la ropa vieja
de nuestra naturaleza humana y vestirnos con un nuevo ropaje. Quitarnos la vieja ropa no
es suficiente; debemos revestirnos de una nueva, esa ropa nueva es de la marca “nuevo
hombre” es una marca de diseño exclusivo, el diseñador se llama “Espíritu Santo” y este
reconocido diseñador es experto en proveer ropajes que vistan a los creyentes de manera
agradable, santa y perfecta.
Usted y yo tenemos una vieja naturaleza que nos ha controlado por mucho tiempo en esa
naturaleza hemos desarrollado ciertos hábitos, ciertos modelos de comportamiento en la
forma en que decimos y hacemos las cosas. Y así, nuestros modelos de hábitos y
costumbres se van formando.
Sin embargo los hijos de Dios, resucitados con Cristo contamos con la ayuda del Espíritu
Santo para librarnos de esos hábitos y pecados que ofender a Dios , nuestro Padre y y con
u ayuda podemos formar nuevos hábitos. Pero esto es especialmente cierto para el
cristiano porque él tiene el poder del Espíritu Santo dentro de sí. Por lo tanto, debemos
revestirnos con la ropa de la nueva naturaleza.
No es posible sembrar la semilla sin antes preparar (limpiar) el terreno. No es posible
construir un edificio sin limpiar el solar, y esto a veces requiere trabajo difícil y
complicado.
La vida nueva en Cristo es un proceso continuo de renovación. Al resucitar con Cristo,
empezamos este proceso y lo continuamos hasta la muerte.
Ahora encontramos a muchos creyentes que no perseveran, por falta de esta renovación,
porque es imposible vivir para Cristo sin la renovación de nuestro entendimiento Es
indispensable que haya cambio de corazón, cambio del entendimiento, cambio de
voluntad y cambio de las emociones, un cambio del carácter, en cambio radical en
nuestra manera de vivir.
Determinarnos a revestirnos implica reemplazar al viejo hombre y el deseo de Dios para
nosotros es que crezcamos hasta que lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo
de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; efesios 4:13

Esta renovación será posible en nuestras vidas, cuando estreguemos por completo nuestra voluntad a
Jesucristo, cuando consientes de la gracia inmerecida que hemos recibido, pongamos delante de el
como lo hizo el apóstol Pablo, nuestra vida, nuestro ser, nuestros pensamientos, nuestras debilidades, y
permitamos que el Espíritu Santo nos renueve por completo de nuestra pasada manera de vivir.

APLICACIÓN.
Debemos mantener nuestros corazones mirando hacia el cielo, hacia la gloria que viene
para nosotros. debemos buscar dar muerte a las cosas terrenales y malas que nos
conducen a la condenación eterna y abrazarnos de Jesucristo para que el nos ayude a
revestirnos con las cosas gloriosas.
Tener una mente celestial significa que buscamos dar muerte a todas aquellas cosas que
nos impiden vivir una vida de santidad, una vida de rectitud, una vida de integridad, una
vida espiritual. Debemos buscar vivir con corazones compasivos, con bondad, con
humildad, con mansedumbre y paciencia Debemos buscar vivir con la paz de Cristo y su
palabra en nuestros corazones, Sirviendo cada día a Dios con gratitud en nuestros
corazones.
Debemos hermanos revestirnos día a día de las vestiduras del Espíritu Santo para que
podamos ser vivificados en Cristo, así es como debemos adornar nuestra nueva vida.
Buscamos vivir extraordinariamente para nuestro Dios como muestra de gratitud al hijo
que lo entrego todo por nosotros en el madero, y con lo cual estamos eternamente
agradecidos, desechemos por completo las obras del viejo hombre y determinémonos
cada día a vivir con la vestimenta del nuevo hombre para así poder escribir nuestro
nombre en el hermoso libro de la vida y posibilitarnos una eternidad con Cristo nuestro
Salvador.
Dios les bendiga.

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