Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lo que Pablo había dicho al final del capítulo 5 —que la gracia sobreabundó sobre todo
el pecado del hombre— suscita otra cuestión, de enorme importancia. ¿Acaso la
enseñanza del evangelio (la salvación por la gracia por medio de la fe) permite o siquiera
alienta a vivir de manera pecaminosa?
La respuesta, que es una rotunda negativa, se extiende a lo largo de los capítulos 6–8.
Aquí en el capítulo 6 la respuesta se centra alrededor de tres palabras clave: conocer (v.
3, 6), contar o considerar (v. 11), y presentar (v. 13).
La gracia nos pone en la posición, y luego nos enseña a andar de manera digna de ella.
Nuestra posición es absolutamente perfecta porque estamos en Cristo. Nuestra práctica
debería corresponderse de una manera creciente con nuestra posición. Nunca se
corresponderá de manera perfecta hasta que veamos al Salvador en el cielo, pero
deberíamos irnos volviendo más y más conformados a Su imagen al ir pasando el
tiempo.
¿Deberíamos de vivir una vida de pecado para poder recibir más gracia?
versículo 2.
“En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en
él?”
a. En ninguna manera: Para el apóstol Pablo, la idea de que alguien pueda perseverar
en el pecado para que la gracia abunde es impensable. En ninguna manera es una frase
fuerte.
b. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? Pablo
establece un principio importante. Cuando nacemos de nuevo, cuando hemos creído en
Jesús para nuestra salvación, nuestra relación con el pecado cambia permanentemente.
Hemos muerto al pecado. Por lo tanto, si hemos muerto al pecado, entonces no
debemos vivir aún en él. Simplemente no es adecuado vivir aún en algo a lo que hemos
muerto.
c. Los que hemos muerto al pecado: En este punto, Pablo tiene mucho que explicar
acerca de lo que él quiere decir con muerto al pecado, pero el punto general es claro:
los cristianos han muerto al pecado y ya no deben vivir en él. Antes estábamos muertos
en pecado; ahora estamos muertos al pecado.
Versículo 3-4.
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte
por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.”
a. O no sabéis: Esto implica que Pablo está tratando algo que cada cristiano debe saber.
b. Que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús: La idea detrás de la
antigua palabra griega para bautizados es “sumergir o abrumar algo”. La Biblia utiliza
esta idea de ser bautizados de varias maneras diferentes. Cuando una persona es
bautizada en agua, ellos son sumergidos o cubiertos con agua. Cuando son bautizados
con el Espíritu Santo ellos son “sumergidos” o “cubiertos” con el Espíritu Santo. Cuando
son bautizados con sufrimiento, son “sumergidos” o “cubiertos” con sufrimiento. Aquí,
Pablo se refiere a ser bautizados – “sumergidos” o “cubiertos” en Cristo Jesús.
c. Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin
de que como Cristo resucitó de los muertos: El bautismo de agua del creyente (o, el
ser bautizados en Cristo Jesús) es una dramatización o “actuación” de la “sumersión”
del creyente o identificación con Jesús en Su muerte y resurrección.
versículo 5-10.
a. Plantados juntamente con el Esto expresa una unión cercana. La frase “expresa
exactamente el proceso por el cual un injerto es unido con la vida de un árbol … La
unión es del tipo más cercano, y la vida de Cristo fluye hacia él” (Morris).
b. En la semejanza de su muerte: Dios nos llama a morir para este mundo así como
Cristo murió.
c. Así también lo seremos en la de su resurrección: El apóstol bajo inspiración divina
nos dice que si estamos dispuestos a morir para este mundo, así también resucitaremos
con el, en el cielo.
d. Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él: La
muerte del viejo hombre es un hecho establecido. Esto sucedió espiritualmente cuando
nos identificamos con la muerte de Jesús en nuestra salvación.
e. Para que el cuerpo del pecado sea destruido:Dios utiliza nuestra muerte al viejo
hombre, la naturaleza del pecado, para liberarnos del pecado. Un hombre muerto ya no
puede tener autoridad sobre nosotros, así que debemos de recordar y tener por hecho
que el viejo hombre es crucificado juntamente con él.
f. Sea destruido: Si el viejo hombre está muerto, ¿por qué siento un impulso de pecar
dentro de mi? Viene de la carne, la cual es distinta al viejo hombre. Es difícil describir
con precisión la carne; algunos la han llamado “la proyección en la cual el hombre
interno es mostrado”. Nuestro ser interno tiene deseos, impulsos y pasiones; estás son
proyectadas en nuestra mente, en nuestra voluntad y en nuestras emociones. La carne es
lo que actúa el hombre interno.
i. Mas en cuanto vive, para Dios vive: La nueva vida que se nos concede no nos es
dada para que podamos vivir para nosotros mismos. Con la nueva vida, él para Dios
vive. No estamos muertos al pecado, libres del pecado, y se nos da vida eterna para
vivir de la manera que nos plazca, sino para vivir para agradar a Dios.
Versículo 11-12.
“Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que
lo obedezcáis en sus concupiscencias;”
a. Consideraos muertos al pecado: Consideraos es una palabra de contabilidad. Pablo
nos dice que contemos o consideremos al viejo hombre como muerto para siempre.
Dios nunca nos llama a “crucificar” al viejo hombre, pero que lo consideremos ya
muerto debido a nuestra identificación con la muerte de Jesús en la cruz.
b. Consideraos . . . vivos para Dios en Cristo Jesús: La muerte al pecado es solo una
parte de la ecuación. El viejo hombre se a ido, pero el nuevo hombre vive (como fue
descrito en Romanos 6:4-5).
c. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal: Esto es algo que solamente se
puede decir al cristiano, al que a crucificado su viejo hombre con Cristo y se le ha dado
un nuevo hombre en Jesús. Solo a la persona liberada del pecado se le puede decir: “no
reine, pues, el pecado”.
d. No reine, pues, el pecado: El viejo hombre está muerto, y hay nueva vida
–libre de pecado– en Jesús. Sin embargo, muchos cristianos nunca experimentan esta
libertad. Debido a la incredulidad, autosuficiencia o ignorancia, muchos cristianos nunca
viven en la libertad que Jesús pagó en la cruz.
Versículo 13-14.
Esto ilustra con precisión la experiencia de muchos cristianos. Jesús les ha dado por
siempre libertad, y ellos pueden caminar en esa libertad del pecado en cualquier
momento que deseen. Pero como siguen cediendo sus apetitos carnales al servicio del
pecado, viven una vida de derrota, desánimo y encarcelamiento.
Tus miembros son las partes de tu cuerpo: tus oídos, labios, ojos, manos, mente etc. La
idea es muy práctica: “Tienes ojos. No los uses para servir al pecado. Tienes oídos. No
los uses para servir al pecado”.
Un ejemplo de esto es cómo Dios usó las manos de David para destruir a Goliat para
justicia. Después, el pecado usó los ojos de David para la impiedad cuando miró a
Betsabé.
c. Sino presentaos vosotros mismos a Dios: Esta es la segunda clave para caminar en
la libertad que Jesús ha ganado por nosotros. No es suficiente quitar las armas del
servicio del pecado. Luego deben enlistarse para el servicio de la justicia, y, como en
cualquier guerra, el lado con armas superiores generalmente es el que gana.
Es una prueba para nuestra reivindicación de ser cristianos. ¿El enojo tiene dominio
sobre ti? ¿Qué tal la murmuración y las quejas? ¿El orgullo? ¿La pereza tiene domino
sobre ti? Si el pecado tiene dominio sobre nosotros, nos debemos preguntar seriamente
si en verdad estamos convertidos.
e. Pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia: Este es el camino, el medio por el cual
podemos vivir en esta libertad. Esto nunca sucederá en una vida cristiana con
orientación legalista y de desempeño. Sucederá mientras vivamos no bajo la ley, sino
bajo la gracia.
i. La ley definió claramente el estándar de Dios y nos muestra dónde quedamos cortos.
Pero no puede dar la libertad del pecado que la gracia provee. Recuerda que la gracia
reine por la justicia (Romanos 5:21). La gracia, no la ley, provee la libertad y el poder para
vivir fuera del pecado.
f. No estáis bajo la ley, sino bajo la gracia: Esta es otra manera de describir el cambio
radical en la vida de alguien que ha nacido de nuevo. Para la persona judía de los días
de Pablo, el vivir una vida bajo la ley era todo. La ley era el camino hacia la aprobación
de Dios y la vida eterna. Ahora, Pablo muestra que, a la luz del Nuevo Pacto, no estamos
bajo la ley, sino bajo la gracia. Su obra en nuestras vidas lo ha cambiado todo.
g. Bajo la gracia: Dios nos hace “seguros” para la gracia al cambiarnos mientras
recibimos Su gracia; Él nos libera y nos equipa para vivir justamente delante de Él. Ya
que hemos muerto al pecado, es impensable continuar nuestra antigua práctica del
pecado. Una vez que la oruga se ha convertido en mariposa, la mariposa no tiene
ningún negocio en arrastrarse sobre los árboles y hojas como una oruga nuevamente.
¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En
ninguna manera.
a. ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? Pablo nos ha
convencido de que una vida de pecado habitual no es compatible con alguien cuya vida
es transformada por gracia. ¿Pero qué de un pecado ocasional? Si estamos bajo la
gracia, no la ley, ¿debemos estar tan preocupados por un pequeño pecado que se haga
aquí o allá?
“El verbo en el versículo uno es el subjuntivo presente, el cual habla de una acción
habitual continua. El verbo en el versículo quince es el subjuntivo aoristo, refiriéndose a
un solo acto”. (Wuest)
¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois
esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la
obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del
pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis
entregados;
De una manera u otra, serviremos a alguien. La opción de vivir nuestra vida sin servir ni
al pecado ni a la obediencia no está abierta para nosotros.
b. Aunque erais esclavos del pecado: Pablo lo pone en el tiempo pasado porque
hemos sido hechos libres de nuestra esclavitud al pecado. Él también dice que hemos
sido hecho libres por fe, el cual él describe como que habéis obedecido de corazón. La
fe es puesta en la Palabra de Dios, el cual él describe como aquella forma de doctrina.
Considerándolo todo, el punto es claro: “Tú pusiste tu fe en Dios y en Su Palabra, y
ahora eres libre. Ahora demuestra esa libertad”.
La frase libertados del pecado no significa que ya no tenían una naturaleza pecaminosa.
Tampoco significa que no cometiesen ya actos de pecado. El contexto muestra que se
está refiriendo a libertad del pecado como el poder dominante en la vida.
La palabra vinisteis nos demuestra que seguir a Dios es una decicion propia y personal.
“Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad
presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora
para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. Porque
cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto
teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es
muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios,
tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del
pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
a. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad: El apóstol Pablo se disculpa
por usar la esclavitud como una ilustración, porque era degradante, y especialmente
porque muchos de sus lectores romanos eran esclavos. Sin embargo, sabía que esta era
una ilustración precisa y significativa.
b. Presentasteis vuestros miembros . . . así ahora: Pablo repite un punto que hizo
anteriormente. Primero, presenten vuestros miembros a Dios como instrumentos de
justicia. Esto significa que no nos presentamos para trabajar con nuestro antiguo jefe.
d. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia: El
punto de Pablo es casi humorístico. Cuando éramos esclavos del pecado, éramos
completamente libres, libres acerca de la justicia. ¡Que libertad!
e. Qué fruto teníais de aquellas cosas: Para caminar en victoria sobre el pecado,
debemos pensar correctamente sobre el fruto del pecado. Porque el fin de ellas es
muerte: El producto final del pecado es la muerte, no es diversión. Pero el producto
final de la justicia es vida eterna.
f. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro: Cuando trabajas para el pecado, tú paga es la muerte.
Cuando servimos a Dios no recibimos paga, pero Él nos da gratuitamente el mejor
paquete de beneficios imaginable.