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¿Cómo orar como un ciudadano del cielo?

Orar como ciudadano del cielo

Colosenses 3:1-4
3 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la
tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en
Dios. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria.

Introducción

La última vez que compartimos la palabra, estuvimos meditando a cerca de:

¿Cómo podemos orar como ciudadanos del cielo?

¿Existe algo que podamos como ciudadanos del cielo?

Meditamos en el texto de Colosenses 3:1-4, te pido que por favor me acompañes y lo leamos
juntos.

Separamos estos cuatro versículos en cuatro encabezados, y por motivos de tiempo no


pudimos terminar, pero hoy haremos el intento por concluir.

Te invito a que podamos repasar los dos primeros encabezados:

ENCABEZADO N° 1: El fundamento (pero aquí es una condición para, con el “Si, pues”)

3 Si, pues, habéis resucitado con Cristo

Resucitado significa literalmente “ser resucitados juntos con”. Cuando nos unimos a Cristo, los
creyentes pasamos en un sentido espiritual, de estar muertos (estado de muerte espiritual), a
estar vivos por medio de la resurrección. Esto sucede en el momento de nuestra conversión.

ENCABEZADO N° 2: La responsabilidad

buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la
mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 

Hay dos responsabilidades básicas que Pablo plantea acá (dos acciones practicas), para todo
aquel que verdaderamente resucito con Cristo (tiene nueva vida, es ciudadano del cielo).

Pablo nos llama a la acción como ciudadanos del cielo que somos.
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Por un lado “buscar” y por otro “poner la mira”

El primero “Buscad” indica una acción continuada en el tiempo.

Este buscad significa que debo ocuparme de las cosas celestiales, pensar en las cosas
celestiales:

- es ocuparse de aquel que gobierna las cosas celestiales,


- es ocuparse de sus planes,
- es ocuparse de sus propósitos,
- es ocuparse de lo que el determino para nuestra vida.

“Las cosas de arriba” se refieren al reino celestial y a los valores espirituales que caracterizan a
Cristo, tales como la ternura, la bondad, la mansedumbre, la paciencia, la sabiduría, el perdón,
la fortaleza, la pureza y el amor.

Las cosas de arriba en otras palabras es nuestra vida espiritual, nuestra espiritualidad.

El segundo “Poned la mira” tiene que ver con “tener una buena disposición hacia” “pensar
hacia” “tener la disposición interior”, así como una brújula señala correctamente el norte, no
solamente debemos buscar las cosas de arriba, sino que debemos tener una buena actitud o
disposición procurar esas cosas en nuestra vida.

Podemos decir que la acción practica de buscar las cosas de arriba se hace efectiva cuando
ponemos la mira en ellas. Poner la mira es en la práctica buscar las cosas.

Si yo no tengo mi corazón, si no tengo la disposición de pensar y ocuparme de algo nunca lo


voy a hacer.

“donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”

El Salmo 110:1 dice: “Jehová dijo a mi Señor: siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus
enemigos por estrado de tus pies”.

Jesús les dijo a quienes lo acusaban en el juicio: “Pero desde ahora el Hijo del Hombre se
sentará a la diestra del poder de Dios” (Lc. 22:69).

La fuente de las cosas de arriba es donde esta Cristo sentado a la diestra de Dios, es decir que
son las cosas de Dios, la sabiduría de Dios, la gloria de Dios.

¿Cómo podemos de una manera práctica en nuestra vida diaria buscar y poner la mira en las
cosas de arriba?

- Que tal nuestro tiempo de lectura de la Biblia para conocer más de esta ciudadanía.
- Que tal nuestro tiempo de oración en intimidad y comunión el Señor de este reino.
- Que tal nuestro carácter como ciudadano de este reino, ¿se parece al de nuestro
Soberano?
- Que tal nuestro compromiso con la Iglesia local, nuestro servicio hacía la Iglesia.

Desarrollo
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Continuamos con los últimos dos encabezados:

ENCABEZADO N° 3: La Razón (El motivo de la resurrección y por ende de la nueva vida que es
acompañada de esta ciudadanía celestial)


Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 

Porque habéis muerto

Aquí está la razón principal de la resurrección, el texto comienza con un ‘Porque’ dando a
entender el motivo, la razón, o la causa.

Pablo ya lo menciona en el versículo 20 del mismo capítulo:

“Pues si habéis muerto con Cristo” (Col. 3:20)

Pero…

¿Qué significa eso de “habéis muerto”?

¿Qué significa la palabra muerte?

Estar muerto significa sin vida. Significa el fin de la vida. Significa separación. Significa
desvinculación. Significa una relación rota.

Suena un poco duro decir que estamos muertos. Pero esa es la realidad de todo verdadero
cristiano, está muerto. A partir del momento que entrega su vida a Jesús murió. No es más
dueño de su vida propia. Estar muerto significa que su vida no le pertenece más.

Es una escena trágica y traumática, pero eso es lo que sucedió en el nuevo nacimiento, de cada
uno de los que tomamos la decisión de poner nuestra fe en Jesús y seguirlo, estamos muertos.

Cuando estábamos sin cristo estábamos muertos en delitos y pecados, ahora en esta nueva
vida, portadores de esta ciudadanía celestial, estamos muertos también, pero déjame
mostrarte dos aspectos importantes de esta muerte: (muertos al pecado y con Cristo)

Los dos aspectos importantes de esta muerte:

Numero 1: estamos muertos al pecado.

Estamos sin vida en relación con el pecado. Eso es lo que significa muertos al pecado. Significa
que morimos al pecado, nos separamos de él. Si bien sabemos que esta separación no es total
en esta vida, eso es lo que espiritualmente sucedió en el momento de nuestra conversión.

6 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 En


ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
(Ro. 6:1-2)
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11 
Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro. (Ro. 6:11)

24 
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. (Ga
5:24)

Numero 2: estamos muertos con Cristo.

Que estamos muertos con Cristo significa que nos separamos de nuestra propia vida. Significa
que el gobierno de nuestra propia vida se acaba y comienza el de Cristo. Significa que estoy
separado de mi voluntad y gobierno propio y paso al de Cristo.

Esto significa que cuando aceptamos a cristo por la fe en nuestros corazones, morimos con El.

Así como el murió y resucito de una vez y para siempre, del mismo modo el cristiano que se
une a Cristo muere con el de una vez y para siempre.

Significa que por medio de la fe en El y en su nombre, somos receptores con el de sus méritos.
No porque el mérito sea nuestro en lo más mínimo, sino por causa de estar en El.


¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús,
hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente
con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.


Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte,
así también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro
viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado
sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. (Ro 6:3-6)

20 
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo
que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí. (Ga 2:20)

20 
Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué,
como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos 21 tales como: No manejes, ni
gustes, ni aun toques (Col 2:20-21)

11 
Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; (2 Ti
2:11)
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14 
Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que, si uno murió por todos,
luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí,
sino para aquel que murió y resucitó por ellos. (2 Co 5:14-15)

, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios

El creyente no solo ha muerto al pecado, sino que también su vida está escondida con Cristo
en Dios.

¿Qué significa con Cristo en Dios?

En primer lugar, los creyentes compartimos una vida común con el Padre y con el Hijo. Pablo
escribe en 1 Corintios 6:17: “el que se une al Señor, un espíritu es con él”. Los creyentes
somos “participantes de la naturaleza divina” (2 P. 1:4).

En segundo lugar, la nueva vida está escondida del mundo. Los no creyentes son incapaces de
comprender toda la dimensión de la nueva vida del creyente, pues “el hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Co. 2:14).

El apóstol Juan se refirió a esta verdadera identidad al escribir: “Amados, ahora somos hijos
de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser” (1 Jn. 3:2).

En tercer lugar, los creyentes gozamos de seguridad por la eternidad, estando escondidos y
protegidos de cualquier adversario espiritual. Las bendiciones de la salvación son “una
herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros” (1
P. 1:4).

Ningún otro pasaje declara esta gloriosa verdad con tanta elocuencia como Romanos 8:31-39:

Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino
que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará?
Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de
Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo?
¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como
está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de
matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que
nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados,
ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Todas las riquezas del Dios eterno pertenecen a quienes tienen su vida escondida en Él por su
Hijo.

ENCABEZADO N° 4: La revelación
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Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria.

Aunque el mundo sea incapaz de reconocer a aquellos cuya vida está escondida con Cristo en
Dios, no será así para siempre.

Cuando Cristo… se manifieste en su segunda venida, nosotros seremos también manifestados


con Él en gloria.
17 
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que
padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. (Ro
8:17)

21 
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al
cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo
todas las cosas. (Fil 3:21)

5 Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y
testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que
será revelada: (1 Pe 5:1)

Todo verdadero cristiano debería estar ansioso de ser revelado lo que en realidad es.

5 Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere,


tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2 Y por
esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación
celestial; 3 pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. 4 Porque asimismo los
que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser
desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. (2 Co 5:1-4)

Conclusión

¿De qué manera esta palabra nos ayuda a orar como ciudadanos del cielo?

 Nos ayuda a orar sabiendo que nuestra ciudadanía tiene un fundamento inamovible,
la resurrección de Cristo. Pidamos al Señor en oración una mayor revelación de esa
resurrección que también es nuestra.

 Nos ayuda a orar sabiendo que tenemos una responsabilidad y es la de buscar las
cosas de arriba y poner nuestra mira en ellas. Pidamos al Señor en oración que toda
nuestra mente, pensamientos y corazón estén puestas en las cosas que nos hagan
crecer espiritualmente.
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 Nos ayuda a orar sabiendo que tenemos una nueva vida a causar de estar y que la
razón es porque estamos muertos con Cristo. Pidamos al Señor en oración que esta
realidad de muerte y nueva vida sea revelada cada vez más en nuestra vida.

 Nos ayuda a orar sabiendo que tenemos una esperanza que a su tiempo se va a
revelar, y es la manifestación gloriosa de lo que realmente somos. Pidamos al Señor
en oración que esta esperanza sea lo que ocupa nuestra mente, el esperar el día
glorioso de nuestra redención final.

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