Está en la página 1de 30

Economías, comercio y relaciones

internacionales en el Mundo Antiguo


Portada: Reconstrucción de la Puerta de Tabira en Aššur en W. Andrae (1977)
Contraportada: Bastión Norte del Palacio de Cnoso
Fotografía de Anna Mysłowska

TÍTULO: ECONOMÍAS, COMERCIO Y RELACIONES INTERNACIONALES


EN EL MUNDO ANTIGUO

EDITA: FULLCOLOR PRINTCOLOR, S.L.

Depósito Legal: B 22668-2014


ISBN: 978-84-16184-35-4

Imprime FULLCOLOR PRINTCOLOR, S.L.


C/ Numancia 187, planta 1
08034 Barcelona
info@printcolor.es
ÍNDICE

Prólogo...…………………...……………………………………………………. 1

RUTAS Y SISTEMAS DE COMUNICACIÓN

Viajeros, exploradores y expediciones reales en el antiguo Egipto


Nerea Tarancón Huarte…………………………………………….………. 5

«Lo colocaron todo en la cóncava nave». Pequeñas embarcaciones mercantes


en el occidente mediterráneo durante el I milenio a.C.
Jorge García Cardiel………………………………….…………………… 21

Un sistema económico heredado: ¿El Guadiana como espejo de Tartesos?


Esther Rodríguez González……………………………………………….. 47
ASPECTOS ECONÓMICOS DEL MUNDO MILITAR

Aspectos económicos de la guerra: el mercenariado en Grecia en el


periodo helenístico
Anna Mysłowska…………………………………………………….……. 71

Economía y mercenariado. Su impacto en el declive del Mundo Púnico


Antonio Pedro Marín Martínez…………………………………………… 89

ESTRUCTURAS ECONÓMICAS Y SOCIALES

Redistribución y economía palacial en el Egeo


Mª Soledad Milán Quiñones de León…………...…………….…….…… 107

Centros comerciales en la Protohistoria peninsular


Irene M. Muñoz Fernández……………………………………………… 129

Tráfico de hombres, tráfico de dioses: Intercambios comerciales entre el


Mediterráneo oriental y el puerto de Carthago Noua
Pedro David Conesa Navarro…………………………………….……… 147

El método prosopográfico como indicador del cambio: la promoción del


culto de Khonsu durante el Tercer Período Intermedio
Alba Mª Villar Gómez……………………………………………..….…. 167

Los contactos entre las Cícladas y Anatolia durante el Bronce Antiguo y la


construcción historiográfica del ‘Grupo Kastri’
Oihane González Herrero…………………………………...…………… 181

El santuario de Dodona en el Epiro: economía, comercio y peregrinos


en un espacio cultual
Diego Chapinal Heras…………………………………………..……….. 201
Textiles sasánidas: la manufactura y exportación de la seda irania
Zahara Gharehkhani………………………………………………...…… 219

Historia de un desequilibrio: fraude y exención fiscal en el Reino de Pilo


Claudia V. Alonso Moreno………………………………………...……. 231

Comercio en el Mediterráneo de piezas egipcias y su aparición en la


Península Ibérica
Mª Engracia Muñoz Santos…………………………………………….... 257

DIPLOMACIA Y RELACIONES INTERNACIONALES

“Diplomacia y relaciones internacionales” en la épica mesopotámica:


¿cuestión de hombres o de dioses? Inanna, Enmerkar y la tierra de Aratta
Carmen del Cerro Linares……………………………………………….. 269

El impacto de la expansión Uruk en el sureste de Anatolia y norte de


al Yazira: interacción e intercambio
Fernando Espejel Arroyo……………………………...…….…………… 295

Diplomacia y relaciones internacionales en la Edad de Oro Medioasiria


Mª Dolores Casero Chamorro…………………………………………… 319

El protocolo de la recepción del extranjero en época Neoasiria (911-609 a.C.)


Román Moret…………………………………………….………………. 337

Intercambios y relaciones comerciales en el Asia Menor aqueménida


Helena Domínguez del Triunfo………………………..………………… 351

Atando lazos: mujer y políticas dinásticas en Hispania (ss. III-II a.C.)


Rosalía Hernández García……………………………………..………… 375
Las embajadas celtibéricas de 152 a.C.: un estudio de caso
Laura Per Gimeno……………………………………….………………. 395

HISTORIOGRAFÍA DE LA ECONOMÍA DE LA ANTIGÜEDAD

Homéricos revolucionarios. La Iberia prerromana desde el prisma socialista


Tomás Aguilera Durán………………………………………...………… 417

Hispania e Indias. Dos visiones comparadas de la actividad minera:


Plinio y el jesuita José de Acosta
Carolina Andrea Valenzuela Matus………………………...…………… 443

La importancia de las relaciones internacionales para la formación


de las colecciones de antigüedades de los monarcas españoles
Víctor Úbeda Martínez…………………………………..………………. 461

Listado de autores y correos electrónicos………………………...…….……… 473


REDISTRIBUCIÓN Y ORGANIZACIÓN PALACIAL EN EL EGEO

Mª Soledad Milán Quiñones de León


Universidad Auntónoma de Madrid

RESUMEN: Una de las principales características de la Edad del Bronce en el ámbito Egeo
es la aparición del sistema palacial y con ello de una organización estatal. Su estructura
económica se engloba dentro del concepto de una economía redistributiva tanto por las
evidencias arqueológicas y textuales disponibles como por las analogías con el Próximo
Oriente. Recientemente se debate si realmente tenemos suficientes elementos para
calificar a la economía palacial del mundo minoico y micénico como redistributiva. El
siguiente trabajo pretende conciliar los elementos teóricos de la economía política con las
evidencias a nuestro alcance para explicar el funcionamiento de la estructura económica
del sistema palacial en el Egeo que, en mi opinión, se ajusta a un modelo económico
redistributivo.
PALABRAS CLAVE: Edad del Bronce Egeo, economía, palacio, redistribución, sistema
palacial.

ABSTRACT: One of the main features of the Aegean Bronze Age is the emergence of
the Cretan and Mycenaean palatial economies. These economies are characterized as
redistributive systems due to its archaeological and textual data as well as to the
analogies with Near East palatial economies. Recently these arguments have been revised
considering that the term redistribution is misleading and is not clear that in light of the
current data available the economic activity of these polities are centralized and
controlled by a central palace. This paper intends to harmonize the theoretical elements
of political economy with the available textual and archaeological evidence of Aegean
economic polities to explain and confirm that in my opinion, these economies can be
labeled as redistributive economies.
KEYWORDS: Aegean Bronze Age, economy, redistribution, palace, palatial system.

La economía es una realidad permanente en la historia de la humanidad


aunque no se tenga plena conciencia de su existencia y de su incidencia en la
sociedad. La actividad económica condiciona gran parte de las acciones
individuales y colectivas del ser humano y hoy, quizá más que nunca, somos
conscientes de ello. El término, como tantas otras cosas, procede de Grecia:
oikonomía (oiko, casa y nemo, administrar), administrar la casa, el oikos de la
época obscura, principal unidad de producción y consumo en ese momento. En las
fuentes clásicas encontramos una preocupación por la economía en Jenofonte con

107
su Económico (s. V a.C.) o el Económicos, una obra posiblemente
pseudoaristótelica que se suele datar en el s.III a.C.1.
Parafraseando al antropólogo Marvin Harris, la economía englobaría a todas
las actividades mediante las cuales una sociedad se abastece de bienes y servicios 2.
Analizar los procesos económicos en la Antigüedad3 no es tarea fácil sobre todo
por falta de datos que nos permitan elaborar análisis macro o microeconómicos y
esta situación todavía se agudiza más en la Edad del Bronce.
Una de las principales características de la Edad del Bronce en el ámbito
Egeo es la aparición del sistema palacial y con ello de una organización estatal 4.
Tradicionalmente la economía egea se ha venido caracterizando como
redistributiva tanto por las evidencias arqueológicas y textuales disponibles como
por las analogías con el Próximo Oriente5. Los estados del Bronce Egeo,
constituyen casos especialmente interesantes para construir modelos
antropológicos y arqueológicos 6 y desde hace tiempo se cuestiona la oportunidad
de utilizar tipologías y modelos generales para explicar los procesos económicos y
sociales como es el caso de aplicar el concepto de redistribución para definir la
economía política del sistema palacial. Esta polémica viene sobre todo de la mano
de la Antropología cultural y de las corrientes de la Arqueología antropológica.
En primer lugar debemos definir el concepto sobre el que queremos
reflexionar. El concepto de redistribución es uno de los patrones que Karl Polanyi
considera como integrador en la sociedad junto con el de reciprocidad e
intercambio. Polanyi, desde la antropología y la corriente substantivista 7, analiza
las relaciones que el proceso económico mantiene con las esferas políticas y

1
La obra de Jenofonte (X. Oec., trad. Chantraine, 1971) nos revela a través de diálogos entre
Sócrates y Critóbulo sus ideas en torno a la administración de la casa, de la hacienda y sobre la
producción agrícola. En el Económicos pseudoaristotélico (Oec., trad. García Valdés, 1985)
además de hablar de la economía doméstica (el arte de dirigir y administrar la casa), la economía
de la ciudad (donde introduciría el concepto de economía política) y de diferentes tipos de
administración, se acerca a conceptos como el comercio, el valor de uso y valor de cambio. Estos
conceptos aparecen también en otros escritos de Aristóteles como es el caso del libro I de
Política o en la Etica a Nicómaco; sobre Aristóteles y la economía ver Finley, 1970: passim.
2
Harris, 1990: 180. El concepto de economía es complejo y ha sido sometido a amplios debates.
He preferido escoger una definición desde la Antropología para obviar las definiciones de los
economistas y no entrar en el debate sobre su definición que escapa a los objetivos de este
trabajo. Para una aproximación a diferentes concepciones ver Polanyi, 1994: 75-93.
3
Para la economía en la Antigüedad ver Finley, 1974: passim; Polanyi, 1976 y 1994, passim.
4
Para definir el sistema palacial me parece acertado utilizar la definición que utiliza Finley para
la economía palacial: “por economía del palacio entiendo un modelo de organización –
económica, social y política- esencialmente distinta de cualquiera que aparezca en las tipologías
occidentales tradicionales.” (Finley, 1984: 240).
5
Finley, 1957: 134; Killen, 1984: passim; Liverani, 2005: passim.
6
Galaty, M. et al., 2011: 175
7
Un resumen de las posiciones y teorías de Polanyi se incluye en Dalton, 1975: 63-132.

108
sociales de la sociedad y concluye que las principales formas de integración de la
economía humana, desde un punto de vista empírico, son la reciprocidad, la
redistribución y el intercambio 8, categorías que no se excluyen entre sí9 y que están
'incrustadas' en la sociedad 10. Mientras define la reciprocidad como un proceso de
intercambios simétricos entre unidades sociales11, la redistribución, dentro de una
comunidad, vendría definida por la recolección de bienes producidos en un lugar
central y posteriormente distribuidos (bienes que entran y que salen de ese
centro)12. Nuestro sistema fiscal no es otra cosa que un mecanismo de
redistribución de la riqueza de la sociedad, se recolecta y se redistribuye a partir de
un centro.
La recolección o la obligación de recolectar pueden basarse tanto en
vínculos de parentesco, de dependencia, de control político o en sistemas
impositivos mientras que la redistribución necesitaría algunos canales para
organizar el reparto de los bienes. En realidad estaríamos ante dos procesos
fundamentales: almacenamiento y redistribución y para ello se requiere una
organización central de carácter político y económico13.
Las teorías de Polanyi fueron adoptadas por Sahlins, Service y Fried
14
quienes, desde un punto de vista evolucionista, van a asociar, los mecanismos de
integración señalados por Polanyi con tipos sociales específicos. Al igual que
Polanyi, la reciprocidad se considera el modo de intercambio predominante en
sociedades igualitarias mientras que la redistribución lo sería para las jefaturas y
posteriormente para las primeras sociedades estatales. Para Service y Fried, la
redistribución es una de las causas más relevantes para el surgimiento y
perpetuación del liderazgo 15.
Polanyi además, siguiendo a Deimel16, caracteriza a las economías del
Próximo Oriente de redistributivas y tanto él como Mosés Finley y Michael
Ventris, a partir del desciframiento de los textos micénicos en los años cincuenta,
aplicarán este modelo redistributivo a las economías de los sistemas palaciales del
Egeo17.
Finley en su trabajo sobre las tablillas micénicas y la economía, publicado en
1957, analiza la información que nos ofrecen los textos haciendo una clasificación

8
Polanyi, 1994: 109 ss.
9
Nakassis, D. et al., 2011: 178.
10
El término inglés utilizado es embedded que también significa insertado, implantado.
11
Polanyi, 1994: 112-113.
12
Halstead, 2011: 233; Schon, 2011: 219.
13
Polanyi, 1994: 115.
14
Fried, 1976: passim; Sahlins, 1972: passim; Service, 1975: passim.
15
Nakassis, D. et al., 2011: 178.
16
Cit. por Nakassis, D. et al., 2011: 178, ver n.18.
17
Finley, 1957: 134-135.

109
de su contenido en función de la actividad económica (ganadería, propiedad de la
tierra, producción textil y cerámica, metalurgia etc.)18. A pesar de reconocer que
los textos nos ofrecen una información parcial y que tenemos lagunas importantes
como es el caso de los intercambios comerciales que luego comentaremos, afirma
que los documentos micénicos disponibles ponen de manifiesto la existencia de
grandes operaciones de carácter redistributivo (massive redistributive operation)
en las que todo el personal y todas las actividades y los movimientos de ambos,
personas y bienes estaban establecidos 19. Estas 'lagunas' en las evidencias textuales
serán uno de los argumentos fundamentales que van a liderar el debate en torno a
la 'etiquetación' de las economías políticas egeas de redistributivas.
Los estudios sobre la economía política del Bronce Egeo se van a mover
entre una visión de carácter antropológico representada por Renfrew 20 y a otra más
asiriológica a través de Finley y Ventris 21 y por tanto en la utilización del término
redistribución desde diferentes puntos de vista 22. En ambos casos se señala un
modelo redistributivo, hipercentralizado que controla todos los aspectos de la
actividad económica. En los últimos años se ha puesto en cuestión esta
caracterización de la economía política egea optando por analizar los movimientos
de 'movilización' de recursos, cuyos flujos se dirigirían hacia la elite y sus
dependientes y donde esta movilización de recursos representaría una estrategia de
la elite central para la consolidación de su poder y prestigio poniendo en cuestión
la existencia de una economía centralizada y por supuesto el modelo
redistributivo23.
En el coloquio celebrado en el año 2009 sobre “Redistribución en las
sociedades palaciales egeas" con ocasión de la reunión anual del Instituto
Arqueológico Americano 24, varios especialistas aportaron sus ideas e
investigaciones sobre diferentes aspectos relacionados con la actividad económica
que afecta al modelo redistributivo reactivando el debate sobre este tema 25.
De especial influencia han sido los estudios de Thimoty Earle de finales de
los años setenta en la manera de abordar la investigación sobre el funcionamiento
de las economías políticas y en particular de su análisis del modelo redistributivo a

18
Ibid.: 128-141; ver también Finley, 1984: 225-240.
19
Finley, 1957: 135.
20
Renfrew, 1972: passim.
21
Finley, 1957: passim; Ventris/Chadwick, 1973: passim.
22
Halstead, 2011: 230.
23
Nakassis, D. et al., 2011: 180.
24
110th Annual Meeting of the Archaeological Institute of America en Filadelfia.
25
Los participantes en dicho coloquio publicaron sus trabajos en un apartado especial de la
revista American Journal of Archaeology, en su número 115 (2011): Kostis S. Christakis,
Timothy Earle, Michael L.Galaty, Paul Halstead, Susan Lupack, Dimitri Nakassis, William A.
Parkinson o Robert Schon. Muchos de ellos están citados en este trabajo.

110
raíz de su trabajo sobre las jefaturas hawaianas 26. Earle no considera demasiado
ventajoso utilizar tipologías y modelos generales para englobar realidades y
sociedades diferentes porque piensa que ese planteamiento hace que se pierda de
vista o se oculten una serie de variables específicas que impiden llevar a cabo un
análisis más ajustado a la realidad 27.
En las jefaturas hawaianas, el proceso redistributivo no consiste en distribuir
los bienes de subsistencia entre comunidades sino que la economía redistributiva
moviliza y redistribuye los excedentes de producción a través de un proceso de
financiación institucional. Las elites hawaianas canalizan el flujo de los bienes de
subsistencia para financiar operaciones concretas y el personal bajo su control,
como por ejemplo, la construcción de un sistema de irrigación o el mantenimiento
de una elite de guerreros. El control sobre toda la actividad económica sería
siempre parcial y el control económico se podría ejercer en muchos contextos
diferentes y con diferentes grados de exclusividad 28. Earle demostró que los jefes
hawaianos no redistribuyen los bienes de primera necesidad entre las comunidades
individuales que ya eran autosuficientes y tenían una agricultura diversificada. En
este caso, la redistribución sirve exclusivamente para financiar determinadas
acciones de especial relevancia social como son los banquetes y recepciones
organizadas por el líder. Es lo que califica de redistributive mobilization
(movilización redistritibutiva) en contraposición a pooling (que sería simplemente
la puesta en común de los bienes disponibles). De ahí que al estudiar los
mecanismos de financiación de las sociedades no se quiera diferenciar economías
redistributivas de otras que no lo son, sino centrarse en el análisis de los diferentes
mecanismos específicos de financiación y en el control de los recursos 29.
Dentro de esta corriente de análisis, se pretende incidir en el estudio de los
múltiples procesos que se producen en la economía de una determinada sociedad y
entre ellos, las diferentes formas de intercambio que ayudarían a describir mejor
las economías políticas antiguas 30. Se aboga por distinguir los conceptos ya
utilizados también por Karl Polanyi de staple y wealth finance (financiación a
través de productos básicos y financiación a través de la riqueza) 31. Staple finance
implica que los excedentes de productos de primera necesidad, grano, ganado,

26
Earle, 1977: passim.
27
También Berdan piensa que este enfoque es menos útil que estudiar la variedad de estrategias
de intercambio y analizar las relaciones entre ellas (Berdan, 1989: 106, cit. Nakassis, D. et al.,
2011, 177, 180).
28
Earle, 2011: 239
29
Earle, 1977 y 1978, passim.
30
Nakassis, D. et al., 2011: 181.
31
La división entre los dos conceptos es en gran parte de carácter heurístico y el proceso de
financiación de una sociedad generalmente incluye una mezcla de los dos modelos:
Earle/D'Altroy, 1982: 266; Halstead 2007: 90; Nakassis, 2010: 128; Polanyi, 1968: 321; Schon,
2011: 219 ss.

111
etc...se aplicarían a remunerar al personal dependiente del estado y a los que
trabajen para él, mientras que wealth finance implica la transformación de ciertas
materias primas de gran valor en objetos suntuarios que se pueden distribuir entre
miembros de la elite, se utilizan para los intercambios comerciales y regalos y
sirven para legitimar el poder de dicha elite .
Nakassis, propone un modelo aplicable al reino micénico de Pilo; en este
caso, la financiación se mide a través de dos ejes, uno que mide los productos
involucrados en la actividad económica (desde bienes básicos o de primera
necesidad a la riqueza) y otro que mide los límites dentro de los cuales las
mercancías distribuidas son convertibles o transferibles. El uso de productos
básicos para financiar la producción de riqueza es la piedra angular de la economía
micénica en los modelos de financiación a través del staple y wealth finance32.
Halstead, que ha trabajado en todos los temas económicos inherentes al
surgimiento y funcionamiento del sistema palacial egeo, también pone en cuestión
la calificación de las economías palaciales de redistributivas. En su opinión, el
término solo sirve para crear confusión y falsear la interpretación de los datos. Al
igual que otros especialistas, argumenta, lo que de todos es bien sabido, que los
textos disponibles solo nos proporcionan información de una parte de los
movimientos de bienes hacia dentro y hacia fuera de los palacios micénicos,
quedando fuera el resto de flujos que se puedan producir al interno de los
diferentes territorios o regiones 33, defendiendo que existe una gran probabilidad de
que la mayor parte de la actividad económica tuviera lugar fuera del palacio y, en
consecuencia, fuera de los mecanismos de redistribución, no siendo aconsejable en
términos cuantitativos describir las economías micénicas como redistributivas 34.
Considera que la redistribución palacial sirve para movilizar recursos para el
consumo de la elite y sus servidores produciéndose una combinación de los
términos 'puesta en común' (pooling) y movilización35 y plantea que la economía
micénica estaba impulsada sobre todo por el modelo de wealth finance36. Sin
embargo, el mismo Halstead a pesar de hacerse eco de las posiciones contrarias a
la utilización del término redistribución en stricto sensu para las economías
palaciales egeas, sí considera que el concepto como tal tiene un valor heurístico
inherente que debe ser tenido en cuenta a la hora de profundizar en los procesos
económicos que se producen en la economía política micénica 37. En mi opinión, el
32
Hasltead, 1993: passim; Nakassis, 2010: 128; Parkinson, 2007: passim.
33
No aporta nada nuevo puesto que Finley ya lo había señalado con anterioridad: “The tablets
we have are altogether insufficient, either in number or in range, to warrant so many professional
scribes, and we must assume a considerable activity which has escaped the archaeologist's spade
completely” (Finley, 1957: 132). Veáse también Finley, 1984: 233-234.
34
Halstead, 1999: 35-41, 2011: 233.
35
Halstead, 1993: 57.
36
Halstead, 1993: passim; Nakassis, 2010: 128.
37
De Fidio, 2001: 16; Halstead, 2011: 23.

112
que las fuentes escritas disponibles nos ofrezcan solamente una parte limitada de la
actividad económica de las comunidades micénicas y el hecho de que tengamos
evidencias arqueológicas de actividades productivas fuera de los recintos
palaciales, no implica en ningún caso que la actividad económica que se está
desarrollando en el territorio no esté centralizada y controlada por el centro
palacial. Otros aspectos que se añaden al debate o mejor están implícitos, son los
conceptos de centralización y de sociedades complejas que también se ponen en
entredicho38.
Un problema añadido a la discusión es la comparación con el sistema
redistributivo del Proximo Oriente39 y la utilización de analogías para explicar las
omisiones que tenemos en nuestras fuentes de información tanto arqueológicas
como textuales. Las principales analogías, las encontramos en los registros del
período de Ur III (ca.2150-2000 a.C.), período catalogado como de un fuerte
control central40 aunque yo me atrevería a ir todavía mucho más atrás, a la ciudad
de Uruk en el período tardío (ca.3200-3000 a.C.) donde secundando a Mario
Liverani, ya estaban establecidos los criterios y modalidades de la economía
redistributiva41 y podemos hacer comparaciones con una parte de la organización
económica a través de la información sobre producción y organización de sectores
económicos específicos como por ejemplo la producción de lana 42.
Sin extendernos demasiado para no alargar innecesariamente este trabajo,
presentaremos algunas evidencias claras que sirven para constatar que la función
redistributiva está bien presente en los sistemas palaciales del Egeo y que su
estructura económica puede ser catalogada como redistributiva a pesar de la
escasez de datos y las importantes ausencias que tenemos tanto en el registro
arqueológico como en los textos micénicos.
Para el mundo minoico, si bien no disponemos de evidencias textuales
puesto que las escrituras palaciales, el jeroglífico cretense y la Lineal A
permanecen sin descifrar, sí tenemos evidencias arqueológicas que junto a las
analogías con los datos procedentes de los palacios orientales y de los textos
micénicos, nos pueden dar algunas pautas. Sin duda, dentro del proceso
redistributivo, uno de sus elementos esenciales reside en la concentración o
almacenamiento de recursos 43. Si analizamos la extensión del espacio dedicado a

38
Hasltead, 1988: passim; Liverani, 2005: 57. Una buena recopilación de diferentes posturas
sobre estos temas se puede ver en Wright, 2010: passim.
39
Finley, 1957: 136; Killen, 1984: passim, 2007: 162; Nakassis, D. et al., 2011: passim; Polanyi,
1960: passim; Sjöberg, 1990: passim.
40
Killen, 2007: 116; Liverani, 2006: 9-12; Postgate, 1994:42.
41
Liverani, 2006: 23.
42
Killen, 2007: passim.
43
Killen, 2008: 176.

113
almacenaje dentro de la estructura arquitectónica del palacio minoico de Malia 44, y
trasladable al resto de los palacios o 'estructuras con un patio central' (court
centered structures)45 así como el singular acondicionamiento de esos espacios,
constataremos la importancia que este proceso adquiere dentro del centro palacial.
En cuanto a funcionalidad, destacan los almacenes de la zona oriental del palacio
datados en el periodo Protopalacial o de los Primeros Palacios. Es en este momento
también cuando se observa un incremento del tamaño en las estancias dedicadas a
almacenamiento y un aumento de la capacidad de los pithoi o vasijas de
almacenaje46 que alcanzará los 100 y 200 litros de capacidad y se verá aumentada
en el período siguiente. Es cierto que se necesitaría un estudio más exhaustivo para
poder llegar a una estimación sobre la capacidad total de almacenamiento de los
palacios y poder llegar conclusiones más precisas sobre el sistema redistributivo 47,
pero en mi opinión, tanto el espacio dedicado a esta finalidad como el
acondicionamiento específico de estos almacenes unido a la probada capacidad de
los recipientes cerámicos dedicados al almacenamiento, constituyen una prueba
fehaciente de que en ese centro se está procediendo a una concentración de la
producción de la zona cuyo destino parece obvio que no se limita al sustento de los
que allí residen sino que tiene otras finalidades adicionales. Christakis hace una
aproximación con el supuesto potencial de almacenamiento del palacio de Cnoso y
la población estimada de su territorio (unos 15.000 individuos) llegando a la
conclusión de que solo cubriría las necesidades de 750-1000 personas48 dejando
fuera al resto de la población. Partiendo de la base de la precariedad de los datos y
las limitaciones que presentan las estimaciones realizadas, tampoco tenemos
información completa y detallada sobre la distribución de la producción o de la
salida de mercancías de los almacenes palaciales ni del calendario de recolección
que, seguramente iría en relación con las campañas agrícolas y sería estacional. Y
por otro lado, cabe considerar la posible existencia almacenes fuera de los recintos
palaciales como ocurre en el territorio de Malia donde además de los almacenes
palaciales tenemos los de otros edificios independientes del palacio todos ellos
datados en el mismo período 49, o la producción de productos de primera necesidad
para el propio sustento que sin duda se realizaba en las unidades domésticas.

44
Sobre el palacio de Malia véase Poursat 1987, 1992 y 2010, passim; Van Effenterre, 1980:
passim.
45
Actualmente existe también el rechazo a la utilización del término palacio para definir los
complejos arquitectónicos monumentales minoicos por considerar que la palabra en sí misma
tiene una connotación específica que puede no ajustarse a la realidad minoica (sobre este tema
veáse Driessen, 2002: passim; Schoep, 2002: passim).
46
Christakis, 2011: 199.
47
Christakis, 2011: 201.
48
Ibid.: 202.
49
El Barrio Mu (Poursat, 1978, 1987, 1992, 1996 y 2007, passim) y los almacenes Dessene al sur
del palacio (Daux, 1961: 941; Van Effenterre, 1980: 197 ss.). El mismo Christakis afirma que
cabe la posibilidad que los bienes se puedan almacenar en almacenes periféricos dentro del

114
Por lo que respecta al período micénico, al disponer de evidencias textuales,
es más fácil analizar la actividad económica si bien es cierto que los textos, a la vez
que nos confirman diferentes hipótesis, nos plantean nuevos interrogantes y se
deben tomar las debidas precauciones a la hora de interpretarlos. En este caso, al
trabajo de los arqueólogos se une el de los filólogos, y John Killen50 es uno de los
que ha tratado de explicar el funcionamiento de la redistribución y la economía
política en el Egeo siguiendo la lectura e interpretación de los textos en Lineal B y,
¿por qué no?, haciendo también analogías con la información que nos han llegado
de los centros orientales51. Él mismo reconoce que si bien es cierto que
actualmente disponemos de nuevas evidencias y de un mayor número de trabajos
sobre la economía micénica que en los tiempos de las primeras publicaciones de
Moses Finley, nada le ha hecho alterar sus conclusiones sobre la naturaleza de la
sociedad, en tanto que mantiene que estamos ante una economía redistributiva
similar a las economías del Próximo Oriente52.
Killen, en función de la información que proporcionan las tablillas considera
que el papel que desarrolla el centro palacial en la economía de los estados
micénicos es relevante y dominante 53, aun reconociendo la ausencia en los textos
de una parte importante de la actividad económica. La función principal de los
centros micénicos es la movilización de recursos, y esto no es otra cosa que una
forma de redistribución en contra de lo que otros sostienen 54. Todos somos
conscientes de que las tablillas son registros temporales y parciales que no cubren
la totalidad de la actividad económica de la sociedad micénica y que hay ausencias
significativas como es el caso, por ejemplo, de los intercambios comerciales o el
sector de producción de cerámica55.
Cabe destacar los textos relacionados con la producción de bienes de
carácter suntuario y con alto valor añadido como es el caso de la fabricación de
aceites perfumados, de textiles y la fabricación de carros en los centros palaciales.
Además, en alguno de los registros aparecen conceptos fundamentales para nuestro

asentamiento en una región más amplia controlada por la autoridad central (Christakis, 2011:
202).
50
Killen, 1985: passim.
51
Killen, 2007: 114.
52
Killen, 2008: 160, 173. We can also be certain of the purpose of these contributions of raw
materials and foodstuffs to the central palaces. Here too there are close parallels with the Near
East: for there can be little question that the palaces in Mycenean kingdoms, like the central
palaces and temples in the ancient Near East, are functioning as redistributive centers. (Ibid.:
173, veáse también n. 37).
53
Killen, 2007: 115.
54
Killen, 2007: 116. En contra de este razonamiento: Halstead, 1993: 74; 2011: passim; Lupack,
2011: 297; Nakassis, D. et al., 2011: 179-180; Schon, 2011: 223-224.
55
Finley, 1957: passim; Killen, 2008: 162-186.

115
análisis como es el término ta-ra-si-ja56 o el vocablo o-no (precio/valor) que nos
pueden ayudar a comprender las relaciones entre el centro palacial y los
productores.
Tanto las materias primas como los productos terminados se movilizan hacia
dentro y fuera del palacio durante su proceso productivo y las actividades de
transformación más especializadas tienen lugar en el palacio o en lugares
controlados por la elite palacial57 como se refleja en los sectores de la fabricación
de carros, elaboración de aceites perfumados o la artesanía textil. Estamos ante el
proceso de movilización de bienes artesanales descrito por Halstead 58.
Uno de los procesos productivos más sofisticados que nos aparece en los
textos en Lineal B es el de la producción textil, tanto por el volumen de materias
primas, organización, magnitud como por el alto grado de especialización artesanal
y división del trabajo59. Sobre este sector destacan los trabajos de John Killen
sobre la producción lanar60. Las tablillas nos señalan las diferentes fases, así como
los diferentes especialistas de cada etapa del proceso productivo 61 y, también en
este caso, aparece el mecanismo de financiación que conocemos como ta-ra-si-ja
ya comentado. Sabemos también que en el caso del palacio de Pilo éste ejercía el
control sobre terrenos situados en la provincia Citerior destinados al cultivo del
lino62 e incluso los registros disponibles permiten estimar cifras de producción. El
lino está poco presente en Cnoso, donde sin embargo cobra una gran importancia
el trabajo de la lana y cuyos registros nos proporcionan una completa información
sobre el ganado ovino que han permitido estimar el volumen de la cabaña ovina
dependiente de palacio y la producción lanar (100.000 cabezas que producen 75
toneladas de lana al año) 63. El ganado era custodiado tanto bajo el control palacial
o bajo el control de los collectors64 (colectores/recaudadores) 65. Una vez recogida

56
El término aparece en las tablillas relacionadas con la artesanía y los sectores productivos más
importantes del mundo micénico como la lana, textiles y metales. Una de las hipótesis que se
barajan es que se corresponda con la entrega de materia prima contra la devolución de productos
transformados o también que corresponda a un sistema de tasación sobre la producción. Sobre la
problemática de esta palabra, veáse Killen, 2001: passim; Nosch, 2000, 2001 y 2006, passim.
57
Schon, 2011: 223.
58
…that were not merely valued objects but prestige goods playing an active role in the
affirmation and negotiation of statu (Halstead 1999: 40 cit. por Schon, 2011: 223).
59
Schon, 2011: 222-223. Sobre la producción textil ver Killen, 1984 y 2007a, passim; Nosch,
2000: passim; Rougemont, 2007: passim.
60
Killen, 1964 y 1984, passim.
61
Shelmerdine/Bennet, 2008: 305; Schon, 2011: 223.
62
Ruiperez/Melena, 1990: 160. Tablillas Na, Ng y Nn. SA, logograma acrofónico.
63
Ibid.: 165 ss.
64
Los collectors tal y como los describe Killen son destacados miembros de las elites micénicas
a los que se les habría asignado parte de la capacidad productiva de los reinos para su propio
provecho (Killen, 1995: passim). En Pilo aparecen cuatro de ellos y 25 en Cnoso y también han
sido identificados en Micenas, Tebas y Tirinte. En algún caso como es el caso de los documentos

116
la lana se asigna a los trabajadores textiles para la elaboración de diferentes
variedades de tejido.
Shelmerdine66 defiende que el sector textil en Cnoso estaba parcialmente
descentralizado a pesar de estar supervisado por el centro palacial debido a que la
producción textil y la cría de ganado se desarrolla en varias localidades diferentes.
En la misma línea, Robert Schon alega que tanto el sector textil como el de
fabricación de carros deben considerarse parcialmente centralizados porque los
procesos productivos se desarrollan en localidades fuera del centro palacial; en el
caso de Pilo, en localidades pertenecientes a las dos provincias aunque los
artesanos especializados se encuentran bien en el palacio o en dependencias muy
cercanas al mismo67. En cualquier caso, el hecho de que algunas actividades
artesanales se desarrollen fuera del centro palacial no implica necesariamente que
dichas actividades estén fuera del control del sistema palacial 68.
La producción de aceites perfumados69, sin duda cumple una función
relevante en tanto que el producto final lleva consigo un importante valor añadido.
Es un producto dedicado a la exportación, bien en forma de intercambio o como
regalo.
Los aceites perfumados se fabrican en varios centros micénicos aunque es en
el palacio de Pilo donde la información es más completa 70. Los recaudadores
(collectors) hacían llegar al palacio los diferentes ingredientes (componentes
específicos para perfumar el aceite, como por ejemplo, coriandro o el terebinto) y
los perfumeros (a-re-pa-zo-o, literalmente cocedor de ungüentos), artesanos
palaciales, son los encargados de su fabricación. La mayor parte de los registros
están relacionados con la distribución de los aceites perfumados a individuos,
sirvientes, al wa-na-ka y a divinidades pero también se distribuyen para eventos
como unciones en festivales. Este sector también nos permite un seguimiento en el
registro arqueológico a través de las jarras de estribo (ka-ra-re-we) sus recipientes
contenedores 71.

de Pilo, se asocia con agora, (a-ko-ra, “recaudación”) (Shelmerdine/Bennet, 2008: 298-304. Ver
también Bennet, 1992: passim; Rougemont, 2008: passim; Kyriakidis, 2010: passim).
65
Tenemos censados 600 registros de ganado, todos escritos por el mismo escriba, que recogen
cantidades de ovejas machos y hembras en 30 lugares del centro-oeste de Creta. Parecería que en
lugar de ser propiedad del palacio y mantenidos por pastores locales podrían ser también de
propiedad local y el palacio reclamaría la lana a partir de cifras de ganado. Killen, 1974: passim.
66
Shelmerdine/Bennet, 2008: 306.
67
Schon, 2011: 223.
68
Killen, 2007: 116.
69
Killen, 2008: 192; Schon, 2011: passim; Shelmerdine, 1985 y 1987, passim.
70
Schon, 2011: 222. Shelmerdine, 1984, 1985 y 2008, passim.
71
PY Fr 1184, recoge la cantidad de aceite que se registra y el número de jarras necesario para
su envasado; la capacidad de estas jarras sería de 13,7 l. (Ruiperez/Melena 1990: 169).

117
Las tablillas también nos muestran gran parte del proceso productivo de
carros, tanto en Pilo (edificio noreste del palacio) como en Cnoso72 con
información sobre las materias primas utilizadas (madera, cuero y bronce, oro,
plata, marfil, etc. para la ornamentación), los diferentes componentes por separado,
la mano de obra (obreros, supervisores y administradores) las fuentes de
financiación y el proceso de distribución. En cuanto a las fuentes de financiación
se registra una recaudación impositiva a través de materias primas y mano de obra,
se contratan trabajos específicos a especialistas y se hacen pagos, el término a-pu-
do-si aparece relacionado con entregas, aportaciones de individuos 73 y o-pe-ro
(deuda), para las contribuciones pendientes 74 y también indirectamente el sistema
ta-ra-si-ja75. Estos registros, de manera indirecta, nos están informando sobre la
existencia de un comercio a larga distancia (importación de metales preciosos, oro,
plata, marfil). En cuanto a su distribución, los registros indican entregas a
individuos de diferentes partes del carro y unidades de carros enteros.
En los tres sectores mencionados, las elites palaciales recolectan la materia
prima para su posterior transformación en productos finales con un alto valor
añadido para posteriormente ser redistribuidos (¿o movilizados?) entre las elites, en
operaciones de intercambio o regalos que cumplen un papel fundamental en la
legitimación del prestigio y poder de las elites dirigentes 76. Nadie pone en duda
que este tipo de producción implica una cierta estrategia social y por supuesto
representa una legitimación del poder y una materialización de la ideología77. A
pesar de que algunos afirman que no estamos ante procesos estandarizados en
todos los reinos micénicos 78, lo cierto es que las tablillas procedentes de Cnoso y
de Pilo, muestran sorprendentes similitudes en los procesos productivos de ambos
centros como es el caso del sector textil79.
Hemos mencionado en varias ocasiones las lagunas y ausencias que
presentan los textos escritos en Lineal B. Una de ellas tiene que ver con el registro
del personal militar, tropas, raciones o movimientos de efectivos, salvo la
información de Pilo respecto a levas de remeros (PY An1 y PY An 610)80 y las
72
Para la producción de carros ver trabajos de Alberto Bernabé (Bernabé, 1990, 1992-1993 y
1996, passim); Killen, 2009: 192; Schon, 2011: passim.
73
Veáse Varias, 2006: 243-245.
74
Ibid.: 246-247.
75
Ver nota 54 para ta-ra-si-ja. Schon, 2011: 221. Ta-ra-si-ja en PY Ub 1318, recoge las pieles
que se entregan a ciertos individuos para la fabricación de tiras y alforjas.
76
Schon, 2011: 220 y 223.
77
Schon, 2011: 223. Los términos a-pu-do-si, ta-ra-si-ja, o-pa, son términos oficiales y
describen mecanismos que se producen en diferentes lugares y en diferentes sectores productivos
del mundo micénico.
78
Schon, 2011: 220. Admite cierta estandarización en cuanto a métodos de financiación: a-pu-
do-si, ta-ra-si-ja, o-pa.
79
Killen, 2007: 114-115.
80
Chadwick, 1977: 219-220.

118
famosas tablillas o-ka81. Otra laguna especialmente interesante para nuestro
análisis es la ausencia de una mención explícita y directa a las actividades
comerciales. Las pocas referencias aparecen en una tablilla de Micenas (MY
X508) donde se menciona un tipo especifico de tejido que está destinado a Tebas
(te-qa-de, presumiblemente la Tebas beocia)82 y otra unas tablillas de la serie Ld
del palacio de Cnoso donde se menciona el destino de una serie de productos
mediante la palabra xenwia que probablemente indique 'para la exportación' (de
xenwoi, extranjeros)83. Shelmerdine considera que la escasez de textos con
referencias a actividades comerciales puede deberse a la limitación temporal de los
registros o a accidentes de la conservación de tablillas en los archivos 84, o que
fuera una actividad estacional o irregular en determinados momentos del año y la
información no se recoja. Las referencias a los intercambios comerciales son más
bien indirectas, como por ejemplo la utilización de ciertas materias primas que
forzosamente proceden del exterior y se utilizan para la fabricación de ciertos
objetos de prestigio y en el registro arqueológico tenemos evidencias de materiales
importados85.
Otra actividad productiva no reflejada en los textos es la cerámica si bien
está ampliamente representada en el registro arqueológico micénico como en el
81
O-ka, aparece en un juego de cinco tablillas del palacio de Pilo (An 657, An654, Am519, An
656, An 661) y parece que hace relación a grupos de individuos que han sido identificados como
vigías o con alguna implicación de tipo militar (Chadwick, 1977: 221-222; Ruiperez/Melena,
1990: 209-210). Debido al debate existente en torno al posible significado de esta palabra hay
una gran bibliografía al respecto. Entre otros: Palaima, 1995: passim; Palmer, 1956: passim,
1956a: passim; Risch, 1958: passim; Schmitt-Brandt, 1968: passim; Sucharski, 2002-2003:
passim; Uchitel, 1984: passim.
82
Palaima, 1991: 276; Killen, 1985: 263, 2008: 187-188.
83
Shelmerdine/Bennet, 2008: 298 y 307; Killen, 2008: 183-184.
84
Ibid.: 307.
85
Vasijas de oro ku-ru-so, muebles con incrustaciones de marfil (to-pe-za e-re-pa-te-ja), objetos
de vidrio, de fayenza y otras piedras preciosas. Los artesanos que trabajan con estos materiales
están presentes en los documentos en Lineal B (Burns, 2011: 296-297). Los mayores hallazgos
proceden de Tebas, de la 'Cámara del Tesoro' del "Nuevo Cadmeo", donde se encontraron gran
cantidad de objetos de ágata y lapislázuli, joyas de oro, trabajos de marfil y sellos cilíndricos,
algunos datados en el III milenio y de procedencia oriental, de Siria o Mesopotamia (Pascual,
2012: 71); en opinión de José Pascual, esos sellos cilíndricos hallados en contexto de almacén
tenían como finalidad su reutilización (comunicación personal). En Micenas, además de los
objetos de marfil encontrados (placas con relieves, figurillas, mangos, peines y alfileres, se
encontró una ánfora cananea con una marca de mariposa en rojo, placas de fayenza de
Amenhotep III (French, 2005: 117-122). En Pilo se ha encontrado un cuenco de pórfido en el
pórtico del megaron y una jarra cananea que apareció en la tumba tholos III cercana al palacio
(Burns, 2010a: 132). Importantes sectores productivos del mundo micénico dependen de la
importación de materias primas y además, la fabricación de objetos con la utilización de materias
primas procedentes del exterior o que tienen un importante valor simbólico, incrementa la
importancia de esos objetos y se convierten en instrumentos para legitimar el poder social de la
elite (Burns 2010a: 105-107). Ver también Palaima, 1991: passim.

119
exterior dando evidencia de los contactos exteriores. Las típicas jarras de estribo
micénicas eran los contenedores de los productos que se estaban exportando, como
perfumes y aceite. De manera ocasional aparece la palabra ceramista, incluso el
ceramista real86. Quizá esta omisión venga dada por las características de la
producción cerámica, materia prima abundante y de fácil acceso y también, en gran
medida, que estamos ante una producción de objetos en su mayoría de carácter
utilitario87. Whitelaw cree que esta ausencia es debida al escaso interés que el
palacio tiene en este sector productivo y, por ese motivo no interesaba registrarla 88.
Otro aspecto ya mencionado, es la práctica del regalo y del consumo
ostentoso, que cumplen una función social e ideológica importante y son una clara
consecuencia de la centralización de recursos89. La participación en las redes de
intercambio en el Mediterráneo oriental no solo tienen una motivación económica
como puede ser el acceso a determinadas materias primas sino que también
cumplen una función diplomática relevante como queda atestiguada por ejemplo
en los textos de Amarna 90 y que prueban una vez más el control palacial sobre la
economía de los centros micénicos.
Los registros de personal que nos han aparecido tanto en Cnoso como en
Pilo muestran que los palacios juegan un papel principal en la utilización de mano
de obra91. Sin lugar a duda la principal actividad de los centros micénicos consistía
en la movilización de recursos y su redistribución que implicaba la recolección de
alimentos (para distribuir en raciones), así como de los materiales necesarios para
que trabajadores especializados elaborasen productos artesanales para el consumo
y ostentación de las elites 92.
Afirmar que la economía política de los sistemas palaciales egeos está dentro
de un modelo económico redistributivo significa simplemente que la mayor parte
de la actividad económica está englobada dentro de ese modelo,
independientemente de que parte de la producción se realice fuera del centro
palacial93. Como bien señala Liverani, si consideramos que Manchester en el siglo

86
El nombre para las jarras de estribo, ka-ra-re-we, aparece en una tablilla de Cnoso donde se
registra una producción de cerámica en serie de 900 jarras de estribo. (Ruiperez/Melena, 1990:
174). Ver Farnoux 1994: passim; Olivier, 1996-1997: passim.
87
Knappett, 2001: passim; Sobre la producción cerámica en Mesenia y la distinción entre
cerámica de uso doméstico y la cerámica fina como las copas micénicas, ver Galaty, 2007:
passim.
88
Whitelaw, 2001: 78.
89
Voutsaki, 2001: 206.
90
Liverani, 2003: 23-25 (y también notas 2 y 3).
91
Killen, 2007: 115.
92
Ibid.: 116.
93
Un claro ejemplo, como señala Killen, lo tenemos en las tablillas de registros de lino de Pilo
(serie Na) donde se refleja que el palacio conoce perfectamente el sistema de propiedad de los

120
XIX era una ciudad industrial o Venecia en el XVI una ciudad comercial, no
implica que toda la población esté enteramente dedicada a ese sector sino que esos
sectores específicos constituían el principal motor de su economía94. En las
economías egeas, la producción fuera del centro palacial está completamente en
relación asimétrica con el palacio.
Las economías de las sociedades palaciales del Egeo de la Edad del Bronce,
tanto la minoica como la micénica se enmarcan perfectamente dentro de un modelo
de economía redistributiva a pesar de las insuficiencias que encontramos en
nuestras principales fuentes de información, la arqueología y los registros escritos.
Cabe la posibilidad de que el desciframiento de la Lineal A al igual que la
aparición de nuevos textos en Lineal B sirvan para reforzar esta opinión. No
obstante, el debate creado en torno a este aspecto nos muestra que los modelos
económicos y en concreto el modelo redistributivo tiene unas implicaciones
directas en el tejido social y en consecuencia hace tremendamente interesante
estudiar los diferentes procesos implícitos como son la movilización de recursos,
especialización artesanal, intercambio y regalo, organización de recepciones y
banquetes, que deben ser considerados y evaluados. En cuando a la creación de
modelos generales, si bien es cierto que una excesiva generalización y
simplificación puede ocultar algunos aspectos de las relaciones económicas y
sociales que se están generando al interno de una sociedad, no podemos, en ningún
caso, analizar cada sociedad como un ente aislado y fuera de su contexto
histórico95.
En mi opinión los sistemas palaciales egeos, tanto minoicos como
micénicos, con los datos disponibles y las analogías con los centros palaciales del
Próximo Oriente, pueden considerarse englobadas dentro de un modelo económico
redistributivo.

BIBLIOGRAFÍA
Bennet, J., 1992: “Collectors' or 'Owners'? An Examination of Their Possible
Functions within the Palatial Economy of LMIII Crete”, en Olivier, J.-P. (ed.):
Mykenaïka. Actes du IXe Colloque international sur les textes mycéniens et égéens,
Centre de l'Antiquité Grecque et Romaine de la Fondation Hellénique des
Recherches Scientifiques et École française d'Athènes. BCH Suppl. 25, Paris, 65-
101.

propietarios en varias localidades del territorio aunque estén lejos del centro palacial (Killen,
1985: 245-248 y 2007: 116).
94
Liverani, 2005: 50.
95
Liverani, 2007: 57.

121
Bernabé, A. et al., 1990: “Estudios sobre el vocabulario micénico 1: Términos
referidos a las ruedas”, Minos 25, 133-174.
Bernabé, A. et al., 1992-1993: “Estudios sobre el vocabulario micénico
2: Términos referidos a los carros”, Minos 27-28, 125-166.
Bernabé, A., 1996: “Estructura del léxico micénico sobre el carro y sus partes”, en
De Miro, E. et al. (eds.): Atti e Memorie Del Secondo Congresso Internazionale Di
Micenologia: Roma-Napoli, 14-20 Ottobre 1991, Volumen 98, Parte 1, Roma,
195-207.
Burns, B.E., 2010: “Trade”, en Cline, E.H. (ed.): The Oxford Handbook of The
Bronze Age Aegean, Oxford, 291-304.
Burns, B.E., 2010a: Mycenaean Greece, Mediterranean Commerce, and the
formation of identity, Cambridge.
Chadwick, J., 1977: El mundo micénico, Madrid (ed. original 1976).
Chantraine, P., 1971: Xénophon, Économique, ed. Les Belles Letres, Paris.
Christakis, K.S., 2011: “Redistribution and Political Economies in Bronze Age
Crete”, AJA 115, 197-205.
Dalton, G., 1975: “Karl Polanyi's Analysis of Long-Distance Trade and His Wider
Paradigm”, en Sabloff, J.A. y Lamberg-Karlovsky, C.C. (eds.): Ancient
Civilization and Trade, Albuquerque, 63-132.
Daux, G., 1961: “Chronique des fouilles et découvertes archéologiques en Grèce
en 1960”, BCH 85, 940-950.
De Fidio, P., 2001: “Centralization and its Limits in the Mycenaean Palatial
System”, en Voutsaki, S. y Killen, J. (eds.): Economy and Politics in the
Mycenaean Palace States. Proceedings of a Conference held on 1-3 July 1999 in
the Faculty of Classics, Cambridge, Cambridge Philological Society
Supplementary Volume 27, 15-24.
Driessen, J., 2002: “ 'The King Must Die'. Some observations on the use of Minoan
Court Compounds”, en Driessen, J. et al. (eds.): Monuments of Minos. Rethinking
the Minoan Palaces, Proceedings of the International Workshop “Crete of the
hundred Palaces?” held at the Université Catholique de Louvain, Louvain-la-
Neuve, 14-15 December 2001, Aegaeum 23, Liège, 1-15.
Earle, T.K., 1977: “A Reappraisal of Redistribution: Complex Hawaiian
Chiefdoms”, en Earle, T. y Ericson, J. (eds.): Exchange Systems in Prehistory,
New York, 213-232.
Earle, T.K., 2011: “Redistribution and the Political Economy: The Evolution of an
Idea”, AJA 115, 237-244.

122
Earle, T. K. & D'Altroy, T.N., 1982: “Storage facilities and state finance in the
Upper Mantaro Valley, Peru” en Ericson, J.E. y Earle, T.K. (eds.): Contexts for
prehistoric exchange, New York, 265-90.
Farnoux, A. 1994: “La céramique mycénienne”, Les Dossiers d‘Archéologie 195,
94-107.
Finley, M.I., 1970: “Aristotle and economic analysis”, P&P, 3-25.
Finley, M.I., 1974: La economía de la antigüedad, México, (ed. original 1973).
Finley, M.I., 1984: La Grecia Antigua: Economía y sociedad, Barcelona (ed.
original 1953).
French, E., 2005: Micenas. Capital de Agamenon, Barcelona (ed.original, 2002).
Fried, M.H., 1976: The Evolution of Political Society: An Essay in Practical
Anthropology, New York.
Galaty, M. 2007: “Wealth ceramics, staple ceramics. Pots and the Mycenaean
palaces”, en en Galaty, M.L. y Parkinson, W.A. (eds.): Rethinking Mycenaean
Palaces II. Revised and expanded second edition, California, 74-86.
Galaty, M. et al., 2011: “Redistribution in Aegean Palatial Societies. Introduction:
Why Redistribution?”, AJA 115, 175-76.
García Valdes, M., 1984: Aristóteles, Constitución de los Atenienses. Pseudo-
Aristóteles, Económicos, Madrid.
Halstead, P., 1988: “On Redistribution and the Origin of Minoan-Mycenaean
Palatial Economies”, en French, E.B. y Wardle, K.A. (eds.): Problems in Greek
Prehistory: Papers Presented at the Centenary Conference of the British School of
Archaeology at Athens, Manchester, April 1986, Bristol, 519-530.
Halstead, P., 1993: “The Mycenaean Palatial Economy: Making the Most of the
Gaps in the Evidence”, PCPhs 38, 57-86.
Halstead, P., 1999: “Towards a Model of Mycenaean Palatial Mobilization”, en
Galaty, M.I. y Parkinson, W.A. (eds.): Rethinking Mycenaean Palaces: New
Interpretations of an Old Idea, Califormia, 35-41.
Hasltead, P., 2011: “Redistribution in Aegean Palatial Societies: Terminology,
Scale and Significance”, AJA 115, 229-235.
Harris, M., 1990: Antropología Cultural, Madrid (ed.original 1983).
Killen, J., 1964: “The Wool Industry of Crete in the Late Bronze Age”, BSA 59, 1-
15.
Killen, J., 1974: “A Problem in the Knossos Lc(l) (Cloth) Tablets”, Hermathena
118, 82-90.

123
Killen, J., 1984: “The textile industries at Pylos and Knossos”, en Palaima, T.G. y
Shelmerdine, C.W. (eds.): Pylos comes Alive, Industry and Administration in a
Mycenaean Palace, New York, 49-63.
Killen, J.T., 1985: “The Linear B Tablets and the Mycenaean Economy”, en
Morpurgo D.A. y Duhoux, Y. (eds.): Linear B: A 1984 Survey. Mycenaean
Colloquium of the VIII Congress of the International Federation of the Societies of
Classical Studies, Louvain-la-Neuve, 241-305.
Killen, J., 1995: “Some Further Thoughts on 'Collectors'”, en Laffineur, R. y
Niemeier, W.-D. (eds.): Politeia: Society and State in the Aegean Bronze Age.
Proceedings of the 5th International Aegean Conference / 5e Rencontre égéenne
internationale, University of Heidelberg, Archäologisches Institut, 10-13 April
1994, Vol I., Aegaeum 12, Liège, 213-226.
Killen, J., 2001: “Some thoughts on ta-ra-si-ja”, en Voutsaki, S. y Killen, J. (eds.):
Economy and Politics in the Mycenean Palace States. Proceedings of a
Conference held on 1-3 July 1999 in the Faculty of Classics, Cambridge,
Cambridge Philological Society Suppl.Vol. 25, 161-180.
Killen, J., 2007: “Critique”, en Galaty, M.L. y Parkinson, W.A. (eds.): Rethinking
Mycenaean Palaces II. Revised and expanded second edition, California, 114-117.
Killen, J., 2007a: “Cloth production in Late Bronze Age Greece: the documentary
evidence”, en Gillis, C. y Nosch, M-L.B (eds.): Ancient Textiles. Production, Craft
and Society, Oxford, 50-58.
Killen, J. T., 2008: “Mycenaean economy”, en Duhoux, Y. y Morpurgo, D. (eds.):
A Companion to Linear B: Mycenaean Greek Texts and their World, Volume 1,
Leuven, 159-200.
Knappett, C., 2001: “Overseen or overlooked: ceramic production in a Mycenaean
palatial system”, en Voutsaki, S. y Killen, J. (eds.): Economy and politics in the
Mycenean palace states. Proceedings of a Conference held on 1-3 July 1999 in the
Faculty of Classics. Cambridge, Cambridge, 80-95.
Kyriakidis, E., 2010: “'Collectors' as stakeholders in Mycenaean governance:
property and the relations between the ruling class and the state”, PPhs 56, 140-
177.
Liverani, M., 2003: Relaciones internacionales en el Próximo Oriente antiguo,
1600-1100 a.C.¸ Barcelona (ed. original 2001).
Liverani, M., 2005: “The Near East: The Bronze Age”, en Manning, J.G. y Morris,
I. (eds.): The Ancient Economy. Evidence and Models, California, 47-57.
Liverani, M., 2006: Uruk. La primera ciudad, Barcelona (ed.original 1998).
Nakassis, D., 2010: “Reevaluating Staple and Wealth Finance at Mycenaean
Pylos”, en Pullen, D.J. (ed.): Political Economies of the Aegean Bronze Age:

124
Papers from the Langford Conference, Florida State University, Tallahassee 22-24
February 2007, Oxford, 127-148.
Nakassis, D. et al., 2011: “Redistributive Economies from a Theoretical and Cross-
Cultural Perspective”, AJA 15, 177-184.
Nosch, M-L.B., 2000: “Acquisition and Distribution: ta-ra-si-ja in the Mycenean
textile industry”, en Gillis, C. et al. (eds.): Trade and Production in Premonetary
Greece. Acquisition and distribution. Proceedings of the 6 th International
Workshop, Athens 1996 (SIMA CLIV), 43-61.
Nosch, M-L.B., 2000a: The Organization of the Mycenaean Textile Industry,
Ph.D.diss., University of Salzburg, Austria.
Nosch, M-L.B., 2001: “The geography of the ta-ra-si-ja”, Aegean Archaeology 4
(1997-2000), 27-44.
Nosch, M-L.B., 2006: “More thoughts on the Mycenean ta-ra-si-ja system”, en
Perna, M. (ed.): Fiscality in Mycenaean and Near Eastern Archives, Napoli, 161-
181.
Olivier, J-P., 1996-97: “El comercio micénico desde la documentación epigráfica”,
Minos 31-32, 275-292.
Palaima, T., 1991: “Maritime matters in the linear B tablets”, en Laffineur, R. y
Basch, L. (eds.): Thalassa. L'Egée préhistorique et la mer. Actes de la 3e
Rencontre égéenne internationale de l'Université de Liège, Station de recherches
sous-marines et océanographiques, Calvi, Corse, 23-25 avril 1990, Liège, 273-
312.
Palaima, T., 1995: “The Last Days of the Pylos Polity”, en Laffineur, R. y Wolf-
Dietrich Niemeier, W.-D. (eds.): Politeia: Society and State in the Aegean Bronze
Age. Proceedings of the 5th International Aegean Conference / 5e Rencontre
égéenne internationale, University of Heidelberg, Archäologisches Institut, 10-13
April 1994, Vol II., Aegaeum 12, Liège, 623-633.
Palmer, L.R., 1956: “Notes on the Personnel of the O-KA Tablets”, Eranos 54, 1-
13.
Palmer, L.R., 1956a: “Military Arrangements for the Defense of Pylos”, Minos 4,
120-145.
Pascual, J., 2012: “Tebas”, en Fornis, C. (coord.): Mito y arqueología en el
nacimiento de ciudades legendarias de la Antigüedad, Sevilla, 59-101.
Polanyi, K., 1968: Primitive, archaic, and modern economies: Essays of Karl
Polanyi. New York.
Polanyi, K., 1994: El sustento del hombre, Barcelona, (ed. original 1977).
Polanyi, K., et al. 1976: Comercio y mercado en los imperios antiguos, Barcelona,
(ed. original 1957).
125
Polanyi, K., 1960: “On the Comparative Treatment of Economic Institutions in
Antiquity, with Illustrations from Athens, Mycenae, and Alalakh” en Kraeling,
C.H.y Adams,R.M. (eds.): City Invincible, A Symposium on Urbanization and
Cultural Development in the Ancient Near East, Chicago, 329-350.
Posgate, J.N., 1994: Early Mesopotamia: Society and economy and the dawn of
history, New York.
Poursat, J.-C. et al., 1978: “Fouilles exécutées a Mallia, le Quartier Mu, I”, Études
Crétoises 2, Athènes.
Poursat, J.-C., 1987: “Town and palace at Malia in the Protopalatial period”, en
Hagg, R. y Marinatos, N. (eds.): The Function of the Minoan Palaces, Stockholm,
75-6.
Poursat, J.-C., 1992: Guide de Malia au temps des premiers palais. Le Quartier
Mu (Sites et Monuments 8), Paris.
Poursat, J.-C., 1996: Fouilles exécutées à Malia: Le quartier Mu III. Artisans
minoens: Les maisons-ateliers du quartier Mu (Études Crétoises 32), Athènes.
Poursat, J-C., 2007: “Un 'Petit Palais' au Quartier Mu? Organisation de l'espace et
répartition fonctionnelle”, BCH 131.2, 831-833.
Poursat, J-C., 2010: “Malia: palace, state, city”, en Krzyszkowska, O. (ed.): Cretan
Offerings. Studies in Honour of Peter Warren, BSA Studies 18, London, 259-267.
Pullen, D.J., 2011: “Before the Palaces: Redistribution and Chiefdoms in Mainland
Greece”, AJA 115, 185-195.
Renfrew, C., 1972: The emergence of civilisation the Cyclades and the Aegean in
the third millennium B.C, London.
Risch, E., 1958: “L'Interpretation de la série des tablettes caractérisées par le mot
O-KA (PY An519, 654, 656, 657, 661)”, Athenaeum 46, 334-359.
Rougemont, F., 2007: “Flax and Linen Textiles in the Mycenaean Palatial
Economy” en Gillis, C. y Nosch, M-L.B: Ancient Textiles. Production, Craft and
Society, Oxford, 46-49.”
Rougemont, F., 2008: “The 'Collectors' as an 'International Elite' in the Mycenaean
World”, en Gillis, C. y Sjöberg, B. (eds.): Trade and Production in Premonetary
Greece: Crossing Borders. Proceedings of the 7th, 8th and 9th International
Workshops, Athens 1997-1999, S, Sävedalen, 175-190.
Sahlins, M.D., 1972: Stone Age Economics, Chicago.
Schmitt-Brandt, R., 1968: “Die Oka-Tafeln in neuer Sicht”, SMEA 7, 69-96.
Schoep, I., 2002: “The State of the Minoan Palaces or the Minoan Palace-State?”
en Driessen, J. et al. (eds.): Monuments of Minos. Rethinking the Minoan Palaces,
Proceedings of the International Workshop “Crete of the hundred Palaces?” held

126
at the Université Catholique de Louvain, Louvain-la-Neuve, 14-15 December
2001, Aegaeum 23, Liège, 15-33.
Schon, R., 2011: “By Appointment to His Majesty the Wanax. Value-Added
Goods and Redistribution in Mycenaean Palatial Economies”, AJA 115, 219-227.
Service, E.R., 1975: Origins of the State and Civilisation: The Process of Cultural
Evolution, New York.
Shelmerdine, C.W., 1984: “The Perfumed Oil Industry at Pylos”, en Shelmerdine,
C. y Palaima, T. (eds.): Pylos Comes Alive: Industry and Administration in a
Mycenaean Palace, New York, 81-95.
Shelmerdine, C.W., 1985: The Perfume Industry in Mycenaean Pylos. SIMA-PB
34, Göteborg.
Shelmerdine, C.W., 1987: “Industrial Activity at Pylos”, en Ilievski, P. y Ljiljana
C. (eds.): Tractata Mycenaea. Proceedings of the Eighth International Colloquium
on Mycenaean Studies, Held in Ohrid (15-20 September 1985), Skopje, 333-342.
Shelmerdine, C.W., 2008: “The Perfumed-Oil Industry”, en Davis, J.L. (ed.):
Sandy Pylos: An Archaeological History from Nestor to Navarino, Princeton, 101-
109.
Shelmerdine, C.W. y Bennet, J., 2008: “Economy and Administration”, en
Shelmerdine, C.W. (ed.): The Aegean Bronze Age, Cambridge, 289-309.
Sjöberg, B., 1995: “The Mycenaean Economy: Theoretical Frameworks”,
en Gillis, C. et al. (eds.): Trade and Production in Premonetary Greece: Aspects of
Trade. Proceedings of the Third International Workshop, Athens 1993, SIMA-PB,
134, Jonsered, 19-32.
Sucharski, R.A., 2002-2003: “The Mycenaean o-ka Etymologically Reconsidered”,
DO-SO-MO: Fascicula Mycenologica Polona 4-5, 109-115.
Uchitel, A., 1984: “On the 'Military' Character of the o-ka Tablets”, Kadmos 23:2,
136-163.
Van Effenterre, H., 1980: Le Palais de Mallia et la Cité Minoenne. Étude de
synthèse, I-II, Rome.
Varias, C., 2006: “The Mycenaean Fiscal Vocabulary”, en Perna, M. (ed.):
Fiscality in Mycenaean and Near Eastern Archives. Proceedings of the Conference
held at Soprintendenza Archivistica per la Campania, Naples, 21-23 October
2004, Napoli, 241-253.
Ventris, M. & Chadwick, J., 1973: Documents in Mycenaean Greek, Cambridge
(1ª ed. 1956).
Voutsaki, S., 2001: “Economic control, power and prestige in the Mycenaean
world: the archaeological evidence”, en Voutsaki, S. y Killen, J. (eds.): Economy

127
and politics in the Mycenean palace states. Proceedings of a Conference held on
1-3 July 1999 in the Faculty of Classics. Cambridge, Cambridge, 195-213.
Whitelaw, T., 2001: “Reading between the tablets: assessing Mycenaean palatial
involvement in ceramic production and consumption”, en Voutsaki, S. y Killen, J.
(eds.): Economy and politics in the Mycenean palace states. Proceedings of a
Conference held on 1-3 July 1999 in the Faculty of Classics. Cambridge,
Cambridge, 57-79.
Wright, J.C., 2010: “Political Economies in the Aegean Bronce Age: A Response”,
en Pullen, D.J. (ed.): Political Economies of the Aegean Bronze Age: Papers from
the Langford Conference, Florida State University, Tallahassee, 22–24 February
2007, Oxford, 248-266.

128

También podría gustarte