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Reflexión Del Capítulo IV de Ética para Amador
Reflexión Del Capítulo IV de Ética para Amador
Yarithza Morán
En el capítulo IV de Ética para Amador, El autor plantea que hacer lo que se quiera no
es tan fácil como parece, pues hay que alejarse de las costumbres, órdenes, premios y
castigos. Me cautivé con la parte donde dice “No le preguntes a nadie qué es lo que debes
hacer con tu vida: Pregúntatelo a ti mismo.” Esto nos abre al cuestionamiento de qué hacer
con nuestra libertad, preguntarles a los demás solo nos deja esclavos de sus decisiones.
Savater aprovecha y cita la frase de Sartre “estamos condenados a la libertad”, sin embargo,
hace distinción de que el hacer lo que se quiera hacer se refiere a tomar en serio el problema
de nuestra propia libertad. De igual forma considero que este capítulo nos invita a conocer
que los caprichos, aunque dicten muchas de nuestras decisiones pueden ser perjudiciales, se
muestra el ejemplo de la Biblia de los hermanos Esaú y Jacob, donde Esaú, por el hambre del
momento, sin pensarlo cambió su herencia como primogénito por un plato de lentejas.
Entonces ¿esa sedición reflejó realmente lo que Esaú quería o su necesidad del momento?
De lo anterior, se llega al siguiente punto, debemos vivir la buena vida, pero sin
dejarnos cegar por lo material, al final de cuenta cómo así describe el autor “Por medio del
dinero se espera poder deslumbrar o comprar a los otros; las ropas son para gustarles o para
que nos envidien, y lo mismo la buena casa, los mejores vinos, etcétera.” Por ende, al final de
cuentas lo que queremos es crear relaciones, vínculos, sin la existencia de las demás
personas, las cosas materiales que guardamos no tendrían ningún significado. Somos seres
sociales, necesitamos de nosotros mismos, pero también de los demás. El hombre no es solo
una realidad natural, es una realidad cultural, necesitamos del aprendizaje de la cultura y del
lenguaje, nadie aprende a hablar por sí solo. Creo que a partir de esas reflexiones lo que nos
hace humanos es relacionarnos con los demás, heredamos el lenguaje, “Por eso hablar a
alguien y escucharle es tratarle como a una persona, por lo menos empezar a darle un trato
humano.” La humanización es cuando se hace recíproco, para que los demás me hagan
humano debo yo de hacerlos humanos también, debo tratar a los demás con respeto si quiero
ser respetado.
Finalmente, quiero concluir con una de las frases citadas al final de este capítulo: “Ser
capaz de prestar atención a uno mismo es requisito previo para tener la capacidad de prestar
atención a los demás; el sentirse a gusto con uno mismo es la condición necesaria para
relacionarse con otros”. Considero que esta frase abarca todo lo expuesto, somos personas
libres que para conocernos debemos preguntarnos a nosotros mismos qué es lo que realmente
sabremos cómo relacionarnos con los demás, cómo comunicarnos hacia los demás y tratarlos
como humanos. Yo pienso, que la forma en la que tratamos a los demás deja mucho que decir
nosotros mismos cuál es el camino que queremos cruzar, y lo que le da el significado final es