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LEY ELECTORAL DE MANUEL ÁVILA

CAMACHO

Manuel Ávila Camacho llegó a la presidencia de México después


de ganar las elecciones presidenciales de 1940 como candidato
del Partido de la Revolución Mexicana (PRM), el partido
gobernante en esa época. Antes de su candidatura presidencial,
Ávila Camacho había ocupado los cargos de gobernador de Puebla
y de Secretario de Guerra y Marina durante el gobierno de Lázaro
Cárdenas. Para las elecciones de 1940, el PRM postuló a Manuel
Ávila Camacho como su candidato presidencial, en oposición a
Juan Andreu Almazán, quien encabezaba un movimiento político
crítico de la administración cardenista. Ávila Camacho llevó al
Partido de la Revolución Mexicana a la victoria electoral con un
amplio margen y asumió la presidencia de México el 1 de
diciembre de 1940. A partir de ese momento, su gobierno se
enfocó en mantener la estabilidad política del país, promover el
desarrollo económico y fortalecer la unidad nacional.

El presidente Manuel Ávila Camacho se le atribuye un viraje a


fondo al régimen de la posrevolución, cuando buscó aliados en el
sector privado y abandonó algunas de las políticas más radicales y
ambiciosas del cardenismo, por ejemplo, la distribución de tierras
y la educación socialista. En materia de instituciones electorales y
partidistas también introdujo cambios trascendentales que,
sumados a las nuevas alianzas, contribuyeron a la formación de un
nuevo régimen político, el cual dejó atrás muchos de los rasgos
característicos del frágil arreglo institucional de la inmediata
posrevolución: en primer lugar, la dispersión del poder; y, luego,
el carácter caciquil de la estructura de gobierno, Organizaciones
en las que se materializó el poder de la coalición revolucionaria
triunfante: el Partido Nacional Revolucionario (pnr), el Partido de
la Revolución Mexicana (prm) y el Partido Revolucionario
Institucional (pri). El objetivo de este artículo es examinar la
discontinuidad que introdujo la reforma política de 1946, la cual
sentó las bases del autoritarismo modernizador que gobernó
México en la según da mitad del siglo xx y dio una nueva
orientación al partido hegemónico y a las prácticas electorales del
Estado. Manuel Ávila Camacho asumió el poder el 1o de diciembre
de 1940 con un llamado a la unidad nacional, el cual, no obstante
las apariencias, no pudo imponerse a la fractura ideológica que le
había legado el cardenismo .Una nueva ley electoral y un partido
construido para controlar la participación y la representación de
grandes grupos sociales, así como el reclutamiento y la formación
de líderes para el país urbano e industrial que el gobierno se había
propuesto construir, contribuyeron a fundamentar las bases de la
estabilidad política de largo plazo que inauguró el
avilacamachismo. No obstante, estas instituciones no sustentaron
el proyecto originalmente propuesto por Ávila Camacho, sino el
régimen antidemocrático que gobernó México hasta finales del
siglo xx. Visto desde esta perspectiva, el pri, partido emblemático
del autoritarismo, nació de una derrota presidencial, antes que del
triunfo de un proyecto hegemónico. 1 Para desarrollar esta
hipótesis aquí examino cuatro aspectos del cambio de régimen:
primero, el reformismo del presidente Ávila Camacho; en segundo
lugar, describo la nueva distribución del poder internacional que
surgió en la posguerra y el impacto de la relación de cooperación
con Estados Unidos sobre el proyecto de reforma del régimen; y,
por último, la reforma política de 1946, que incluía una ley
electoral y la fundación de un nuevo partido. En este artículo
propongo mirar los orígenes del pri no como un mero acto
retórico, sino como un proyecto que fracasó, y que estaba
inspirado en las transformaciones del país y del mundo. Creo que
la interpretación predominante según la cual el nuevo partido lo
era sólo en el papel, proviene de que la atención de historiadores
y especialistas se ha concentrado en el desenlace de esta historia;
en cambio, mi objetivo es reconstruir la trama, rastrear las
intenciones presidenciales e identificar los factores que incidieron
en su destino final. El presidente Ávila Camacho había querido
hacer un despliegue público de concordia entre los
revolucionarios, e ignorar las antipatías personales que se
profesaban y que probablemente pasaron inadvertidas para
la mayoría de los asistentes al acto. El ingreso de México a la
segunda guerra mundial en mayo anterior era un antecedente de
este acto, aun cuando para la mayoría de los mexicanos el
conflicto fuera una experiencia lejana. Sin embargo, el presidente
se acogió a la crisis internacional para imprimir urgencia al
llamado a la unidad nacional que había adoptado como lema de
su gobierno y para sustentar un amplio programa de reformas
institucionales. No sería ésta la única ocasión en que utilizaría la
realidad internacional para lograr sus objetivos.El gobierno
esperaba que la defensa de la patria se impusiera a las diferencias
personales.4 No obstante, no fue así. El éxito del llamado de Ávila
Camacho fue limitado, en razón primeramente de la naturaleza
del conflicto: las divisiones provocadas por las políticas radicales
del periodo anterior generaron una fractura ideológica que se
convirtió en un eje ordenador de largo plazo de identidades
políticas, y de la oposición entre la izquierda y la derecha, que se
tradujo en el antagonismo cardenismo/anticardenismo. Peor
todavía, El gobierno esperaba que la defensa de la patria se
impusiera a las diferencias personales.4 No obstante, no fue así.
El éxito del llamado de Ávila Camacho fue limitado,5 en razón
primeramente de la naturaleza del conflicto: las divisiones
provocadas por las políticas radicales del periodo anterior
generaron una fractura ideológica que se convirtió en un eje
ordenador de largo plazo de identidades políticas, y de la
oposición entre la izquierda y la derecha, que se tradujo en el
antagonismo cardenismo/anticardenismo. Peor todavía, con todo
y ser un país periférico México no pudo sustraerse al conflicto
internacional de la época, de suerte que los antagonismos entre
democracia, fascismo, socialismo y comunismo se reprodujeron
en el ámbito interno, y contribuyeron a dar forma a la lucha
política. Esta influencia agravó las contradicciones.

Los esfuerzos del presidente Ávila Camacho de construirla unidad


nacional por encima de la unidad revolucionaria despertaron la
desconfianza de la corriente radical del prm que encarnaban
cardenistas, lombardistas y comunistas; para ellos las propuestas
de reconciliación sólo podían significar la rendición a las fuerzas
de la reacción y al imperialismo. cuando Ávila Camacho impulsó
una reforma política que modificaba la legislación electoral y
la estructura organizativa del partido oficial bajo la influencia del
nuevo contexto internacional que generó la victoria de las
democracias. No obstante, su intención iba mucho más allá de un
simple ajuste a los cambios mundiales, pues también se proponía
crear nuevos equilibrios entre las organizaciones obreras, las
clases medias y la presidencia de la República. El propósito central
del avilacamachismo era generarlas condiciones institucionales
propicias para la estabilización de la vida política, para la
normalización. Para lograrlo buscó neutralizar núcleos potenciales
de inestabilidad: las organizaciones obreras, los militares, Estados
Unidos y las oposiciones conservadoras. Durante la presidencia de
Manuel Ávila Camacho, México logró varios avances significativos
en áreas políticas, económicas y sociales. Algunos de los logros
más destacados son:

1 Política de unidad nacional: Ávila Camacho implementó una


política de unidad nacional que buscaba unir a las diferentes
fuerzas políticas del país y mantener la estabilidad política
en un momento en el que el mundo estaba en guerra.
2 Participación de México en la Segunda Guerra Mundial: Ávila
Camacho llevó a México a la Segunda Guerra Mundial del
lado de los aliados, lo que permitió a México ganar prestigio
internacional y mejorar sus relaciones con otras naciones.
3 Nacionalización de la industria petrolera: En 1940, Ávila
Camacho nacionalizó la industria petrolera de México, lo que
permitió al gobierno controlar la explotación de los recursos
petroleros del país y obtener mayores beneficios
económicos.
4 Creación del Instituto Mexicano del Seguro Social: En 1943,
Ávila Camacho creó el Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS), que proporciona servicios médicos y sociales a los
trabajadores y sus familias en México.
5 Fomento a la educación: Durante su gobierno, se otorgó
becas y se impulsó la educación para todos los mexicanos, lo
que permitió un mayor acceso a la educación, especialmente
para aquellos que vivían en áreas rurales.
6 Programas de desarrollo económico: Ávila Camacho
implementó programas de desarrollo económico para
mejorar la infraestructura del país y fomentar la inversión
extranjera, lo que permitió un mayor crecimiento
económico y una mejora en la calidad de vida de los
mexicanos.

La Ley Electoral de Ávila Camacho fue la reforma electoral más


importante realizada en México durante el gobierno del
presidente Manuel Ávila Camacho, en 1946. Esta ley estableció la
celebración de elecciones federales y estatales en forma
separada, con la finalidad de regular la participación política y
evitar fraudes electorales. Además, estableció la creación del
Instituto Federal Electoral (IFE), actual Instituto Nacional Electoral
(INE), para la organización de las elecciones federales en México.
Esta ley también permitió por primera vez la participación de las
mujeres en las elecciones, estableciendo la igualdad de derechos
políticos entre hombres y mujeres.

El presidente Manuel Ávila Camacho promulga la Ley Federal


Electoral y crea la Comisión Federal de Vigilancia Electoral,
conformada por el Secretario de Gobernación y otro miembro del
gabinete, un diputado, un senador y dos representantes de los
partidos políticos con mayor relevancia. De igual forma, la Ley
ordena la creación de comisiones electorales locales y el Consejo
del Padrón Electoral.

La Ley Electoral de Ávila Camacho es una ley mexicana de carácter


federal que fue promulgada durante la presidencia de Manuel
Ávila Camacho en el año 1946. Esta ley fue la primera en regular
las elecciones presidenciales en el país, y estableció los
procedimientos para la elección de los distintos cargos federales
y locales. Entre los aspectos más importantes de la Ley Electoral
de Ávila Camacho se incluyen los siguientes:

- Estableció la creación de un registro electoral nacional, el cual


debía mantenerse actualizado con las personas que tenían
derecho a votar.

- Se estableció que las elecciones presidenciales tendrían lugar


cada seis años, y que el presidente en funciones no podría ser
reelegido.

- Se creó una comisión nacional de elecciones para supervisar y


organizar el proceso electoral, y se estableció que los partidos
políticos deberían obtener un mínimo del 2% de los votos para
mantener su registro y recibir financiamiento público.
- La ley también regula el proceso de votación, tanto para las
elecciones presidenciales como para las elecciones locales, y
establece las sanciones para quienes cometan fraude electoral.

La Ley Electoral de Ávila Camacho fue sustituida por una nueva


legislación en 1990, pero su influencia y su legado perduran. Esta
ley fue clave para establecer las reglas del juego político en México
y sentó las bases para la democracia electoral en el país.La Ley
Electoral de Ávila Camacho fue promulgada durante el gobierno
de Manuel Ávila Camacho, quien fue presidente de México entre
1940 y 1946. Este periodo fue caracterizado por varios factores,
entre los que se destacan la Segunda Guerra Mundial, la
industrialización del país y la consolidación del poder presidencial.

Tras la presidencia de Lázaro Cárdenas, quien había llevado a cabo


una profunda reforma agraria y nacionalización de las industrias
estratégicas, México enfrentaba el desafío de consolidar estas
transformaciones y de prepararse para un escenario geopolítico
complejo, marcado por la Guerra Mundial que estaba en curso. En
este contexto, Manuel Ávila Camacho llevó a cabo una serie de
políticas que tenían como objetivo consolidar el poder
presidencial y mantener la estabilidad política, económica y social
del país.
Una de las medidas más destacadas de su gobierno fue la
promulgación de la Ley Electoral de Ávila Camacho, que estableció
los procedimientos para la elección de los distintos cargos
federales y locales, y además supuso un importante avance en la
consolidación de la democracia electoral en México. La Ley
Electoral de Ávila Camacho creó un registro electoral nacional,
que debía mantenerse actualizado con las personas que tenían
derecho a votar. Esto permitió un control más riguroso del
proceso electoral y evitó fraudes electorales en el país. Además,
la ley reguló el proceso de votación, estableciendo los criterios
para el escrutinio, la instalación de casillas electorales, y
definiendo las sanciones aplicables a quienes cometieran fraude
electoral.

Otro aspecto fundamental de la Ley Electoral de Ávila Camacho


fue la creación de una Comisión Nacional de Elecciones,
encargada de supervisar y organizar el proceso electoral en todo
el país. La comisión estaba compuesta por representantes de los
partidos políticos y tenía como función principal garantizar la
transparencia del proceso electoral. La Ley Electoral de Ávila
Camacho estableció también que las elecciones presidenciales
tendrían lugar cada seis años, y que el presidente en funciones no
podría ser reelegido. Además, se estableció que los partidos
políticos deberían obtener al menos el 2% de los votos para
mantener su registro y recibir financiamiento público. supuso un
importante avance en la consolidación de la democracia electoral
en México, y sentó las bases para la creación de un sistema de
partidos políticos sólido y plural. Esta ley fue posteriormente
reformada y modificada en varias ocasiones, pero su legado
perdura en las instituciones electorales actuales del país.

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