Está en la página 1de 4

ES PREFERIBLE MORIRSE A SER VEGANO

Un día un amigo, al cual conozco desde pequeño, me escribió una carta, diciéndome que
llevaba varios meses sufriendo una crisis nerviosa. Me dijo que no podía concentrarse y le
resultaba difícil pensar con claridad. Fue a hacerse un análisis de sangre y cuando le
presentaron los resultados el médico le dijo que había perdido casi toda su capacidad para
tomar vitaminas, y que tenía "mala sangre". ¿Qué dieta había seguido durante los últimos
años? Dieta vegetariana. Y al igual que él, existen muchas anécdotas más sobre personas
que siendo veganas terminaron dejándolo por el daño que causaba a su salud. Entonces,
¿Consideramos que la dieta vegana como estilo de vida, inciden positivamente en la salud?
No, porque el cuerpo necesita un balance nutricional, no solo alimentos a base de plantas. A
continuación, explicare el porqué de mi postura.
En primer lugar, el veganismo no es una dieta sana, los veganos dicen: “No se puede
comparar un plato de cadáver, con un plato lleno de frutas y verduras naturales que te
aportan los árboles y las plantas”. Todos los nutrientes son naturales, pero eso no significa que
será bueno para tu salud, el opio es verde y natural, pero no significa que sea saludable.
Nuestro cuerpo se descompone rápidamente por falta de alimentos; la ausencia de calcio,
así como el hierro, vitamina B12 y omegas no serían un problema si se consumieran alimentos
de origen animal. (1) Quiero decir, comerás muchas zanahorias pensando que esta vitamina
“A” te la proporciona a través de la conversión de betacaroteno, el cual es un pigmento
presente en las frutas y verduras, sin embargo, algo que la gente no lo sabe sobre esta es la
cuestión es que sólo el 2% del betacaroteno es biodisponible, y esto no sólo se aplica a la
vitamina “A”, sino también a muchos otros micronutrientes, especialmente las vitaminas
liposolubles, los cuales son las más importantes para la vida humana y no se encuentran en
las plantas (1); estas importantes vitaminas sólo se encuentran en los animales, no hay otro
lugar. No olvidemos, no sólo los liposolubles, sino también los demás micronutrientes que el
mundo vegetal no nos aporta hierro, hemo-creatina B12, entre otros. (1) En segundo lugar,
comer carne es natural y necesario, sin embargo, existen veganos que dicen: “No vivimos en
grupo o en el bosque, vivimos en una sociedad próspera, lo que significa que no necesitamos
comer animales porque podemos obtener muchas frutas y verduras sin matar animales”. (2)
Sin embargo, los animales biológicamente deben ser comidos, por nuestra salud, por el bien
del mundo y del medio ambiente, además, los tiempos han cambiado desde la definición de
salud, pero lo que sigue igual es la necesidad de consumir vitaminas, grasas y todos los
micronutrientes biodisponibles. El cuerpo humano absorbe el 95% de la grasa que le damos a
nuestro cuerpo, esto demuestra que este tipo de calorías, que antiguamente eran difíciles de
obtener, son muy valiosas para el organismo, además, el consumo de estos alimentos con
aporte calórico por parte de nuestros antepasados, creó una adicción a la comida, el cual
lamentablemente también fue aprovechado por la industria alimentaria, pero con esto
podemos ver lo que le gusta a nuestro cuerpo. Pero a pesar de que la fisiología natural no
respalda los argumentos de los veganos, estos se aferran a la idea de un bien mayor, como
de menos muertes y sufrimiento para los animales, el cual es una mera estafa. Tom Billings, en
su artículo "Anatomía y fisiología comparadas: ¿los seres humanos siempre han sido
frugívoros/vegetarianos y omnívoros/agricultores?" (2) Tom concluyó que las personas no son
vegetarianas o veganas por naturaleza, sino por ética. Entonces, los vegetarianos luchan por
la ética y la justicia, argumentando que se puede vivir de esta forma y no exactamente
porque sea saludable. Por otro lado, la carne nos ayudó a evolucionar, sin embargo, los
veganos dicen: “Los alimentos, especialmente el almidón, son responsables del desarrollo del
cerebro humano porque los alimentos cocinados son ricos en calorías; el cerebro evolucionó
hace 1,8 millones de años, cuando empezamos a cocinar”. Este argumento es fácilmente
refutado porque la respuesta está bien documentada por los historiadores; cuando
observamos el desarrollo del cerebro humano a lo largo de la evolución y los restos de un
Homo Habilis, antecesor nuestro, que datan de hace aproximadamente 2 millones de años
(3), vemos que nuestro cerebro creció rápidamente, y ¿sabes qué había entre sus restos
fósiles? Herramientas para desmembrar animales y armas de caza, no trituradoras, ni
peladores de papas para picar verduras. Estas armas le daban mayor acceso a la carne y
desde este descubrimiento, el poder del cerebro ha aumentado exponencialmente, con
resultados increíbles, dando como vestigio las cuevas prehistóricas que contienen pinturas
dejadas por nuestros antepasados, historias sobre animales grandes y animales cazados, no
ves personas almorzando lechuga con cebolla, ves animales grandes, armas y tribus. Y, por
último, los veganos afirman que: "Criar animales es muy contaminante y libera muchos gases
y emisiones a la atmósfera". El mito de que la carne de vacuno tiene un enorme impacto en
las emisiones al aire y el efecto invernadero se origina en el artículo de 2006 de las Naciones
Unidas "La larga sombra", un documento en el cual explican que los animales representan el
30% de las emisiones globales, un 18% más que el transporte. (4) Sin embargo, el problema es
que esta investigación es defectuosa, ya que el transporte tiene casi tanto impacto en el
mundo como la carne e inclusive más. Lo que hicieron fue comparar las emisiones del ciclo
de vida del ganado directamente con el contaminante sector del transporte,
específicamente del tubo de escape, por supuesto, esta no es una comparación científica,
porque se comparan dos cosas diferentes, no puede compararse las emisiones de gases de
efecto invernadero directas con las emisiones de toda la vida de un animal. Es por ello, que
el autor reconoció el error y se retractó, pero desafortunadamente la cifra del 18% sigue siendo
una creencia popular sin base científica. Por cierto, investigaciones hechas por reconocidas
instituciones como el programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), muestran que
el 5% de las emisiones globales del ganado contribuyen directamente a la capa de ozono.
(4)
En síntesis, la dieta vegana no es una dieta sana, porque no permite al organismo obtener
todos los nutrientes que necesita, limitando su correcto funcionamiento, además el consumir
carne es indispensable para el ser humano, ya que, nos brinda nutrientes que no se
encuentran en los vegetales y que nuestros antepasados necesitaban para poder
evolucionar. También, se cree que la crianza de ganado genera más gases de efecto
invernadero que el transporte, lo cual no es verdad, siendo una falsedad rotunda a causa de
los autores, quienes se vieron en la necesidad de corregir dicha información. Por tal motivo, el
veganismo no es la solución que necesitamos, no satisface completamente las necesidades
que nuestro organismo requiere. Ha sido nuestro desinterés en la alimentación la causante de
esta toma de decisiones alimenticias apresuradas, sabiendo que a largo plazo nos traerá más
problemas que soluciones, somos responsables de nosotros mismos y de lo que queremos ser;
el cuerpo humano es maravilloso, nos ha permitido y dado tanto como para destruirlo con
nuestra indiferencia y terquedad alienada.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

1. Álvarez Díaz, J. A. (2019). ¿Es ético el veganismo? Revista Iberoamericana de Bioética,


10, 1–15. https://doi.org/10.14422/rib.i10.y2019.003 (1)

2. González-Ortiz, J. A. (2023). Las dos caras del veganismo: beneficios y riesgos en la salud
de una dieta vegana. CIENCIA Ergo-sum, 30(1), 1-. https://doi.org/10.30878/ces.v30n1a6 (2)

3. Schneider, A. D., da Silva, L. X., da Costa, M. A. Schneider, A. D. (2020). QUAL A


INFLUÊNCIA DO VEGANISMO NO SETOR AGROALIMENTAR? Revista em agronegocio y medio
ambiente, 13(1), 11–33. https://doi.org/10.17765/2176-9l68.2020v13n1p11-33 (3)

4. Arús Martínez, C. (2020). Veganismo y soberanía alimentaria: una alternativa al sistema


de consumo y producción actual de carne. GeoGraphos, 11.
https://doi.org/10.14198/GEOGRA2020.11.123 (4)

También podría gustarte