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El Romanticismo
La revolución iniciada en 1789, provocó a lo largo de todo el siglo XIX temores y
esperanzas. Hay un doble movimiento surgido al calor de la lucha revolucionaria: la
defensa del antiguo régimen se empeñan por frenar la expansión revolucionaria y los
revolucionarios que se empeñan en originar un nuevo ciclo de cambios.
Los reclamos por la libertad, la igualdad jurídica amparada en una Constitución que
faculte la división de poderes, un estado libre del monarca, pero también de la religión.
Una transformación política que conduzca hacia la económica: imitar a Inglaterra.
Los objetivos de las revoluciones varían allí donde se instalen. En 1831, Grecia se
libera de la dominación turca (recordemos que habían ocupado el país en 1453) y se
convierte en el modelo triunfante de rebelión y de esperanza. Los pintores neoclásicos
dedicarán numerosas obras a exaltar el triunfo helénico.
En Francia: acabar con los monarcas que han creído oportuno retomar el
absolutismo. En España sostener a las Juntas y a la Constitución de 1812 ante el
embate contrarrevolucionario de Fernando VII.
Algo similar ocurre con Alemania entre 1831 y 1875. La unidad de Prusia y (el norte)
y los cantones del centro y del sur le proveen de fuerza para realizar la industrialización,
alcanzando los niveles de excelencia de Inglaterra y por lo tanto, convirtiéndose en su
competidora en los mercados coloniales.
¡Europa, madre de revoluciones! Los europeos del XIX querían concebir un hombre
nuevo. Los hijos de las revoluciones europeas del XIX, investigan en el siglo XX la
génesis del hombre en su integridad1. En dos decenios de particular fecundidad
creadora, entre los años 1790 y 1810 y 1890 y 1910, se manifiestan, tanto en las
Ciencias Naturales como en el ámbito de los inventos técnicos, en la poesía y en el arte,
los modelos y experimentos que darán paso a una nueva concepción de la humanidad,
que lucha por el establecimiento del hombre en todo el espacio universal. La poesía, la
utopía, la novela, los inventos y los experimentos, ya hablaban, a principios del siglo
XIX, una idea central: llega el momento del hombre que intenta ir más allá de sí mismo.
1
Heer, F. Europa, madre de revoluciones, Madrid, 1980. Tomo I, Introd. P. 16. 139.
El romanticismo se presenta como un fenómeno histórico amplio y complejo que no
sólo se refleja en la Literatura y el Arte, sino que inspira posiciones ideológicas e influye
en las costumbres y crea una moda en un floreciente período, entre 1870 y 1900,
llamado Bélle Epoque.
La razón queda limitada por las pasiones y las voliciones, por lo que está oculto en
el alma humana. El hombre se transforma en un ser "sensible" en cuya alma se
debaten conflictivamente ideas y sentimientos.
2
La Literatura Romántica liberó todos los monstruos que la razón tenía encarcelados. Así surgieron obras como
Drácula, de Bram Stocker; Frankenstein, de Mary Shelley; Los extraños caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde; La Bella y
la Bestia, Tarzán y otras menos conocidas.
3
Mary Wollstoncraft Shelley, de este célebre trabajo, pero también representante femenina tardía del inglés Enlig
Htenment y esposa de Percy Bysse Shelley, el gran poeta romántico, escribió Frankestein en 1818 y luego corrigió
la versión original publicando una nueva en 1831. En ambos casos, no se da nombre a la criatura, a la que se
creador es la alegoría de las implicaciones del mal uso de la tecnología, que en el fondo
no es más que la soberbia humana.
La Primera Guerra, como expresión del afán imperialista y del profundo fracaso de
esa burguesía para conseguir la paz, será el período en el cual, junto con diversas
actitudes de rechazo de la guerra, todas estas manifestaciones artísticas extraordinarias
afloren con versatilidad y agilidad desconocidas hasta entonces. Los llamados ismos se
sucederán uno tras otro.
menciona con diversos calificativos. La identificación de nombres entre el monstruo y Frankenstein es propia del
cine.
4
Seguimos a Giménez Frontín, J.; Historia del arte y las vanguardias, Madrid, 1990. pp. 11 y ss. 142
Los vanguardismos despuntan inmediatamente antes o durante la Primera Guerra,
llegaron a su apogeo durante la década de los años 20, entran en crisis a partir de 1929
y desaparecen en la década de los 30.
5
Giménez Frontín, J.; ob.cit.
3. Arte condenado a la fugacidad, en perpetuo cuestionamiento de uno mismo, en
continua experimentación de nuevas formas.
A fines del siglo XIX, el impresionismo efectuó una ruptura en los desarrollos
artísticos que se venían dando desde la Grecia de Pericles (s. V a.C.)
Los impresionistas renuncian a la función mimética del arte y proclaman una visión
diferente6. Ellos abren la puerta a un sin fin de posibilidades expresivas. Después de
ellos, nuevas influencias permitirán cambios de rumbo más frecuentes y menos
predecibles que los que la historia había recibido previamente con su alternancia de
clasicismos y reacciones.
6
Sugerimos la vista de la miniserie The Impressionist realizada en 2007 por la BBC de Londres que recrea la vida y
el contexto de los principales representantes del movimiento. También proponemos la revisión de sus obras en
www.artehistoria.com.
El siglo XVIII: la era de las revoluciones
Este siglo es conocido también como el “Siglo de las Luces”, debido a que una
nueva corriente de pensamiento llamada Iluminismo, o Ilustración, transforma los
ideales y valores hasta entonces establecidos.
Esta nueva época que comienza en el siglo XVIII se va a extender hasta mediados
del siglo XX, cuando en medio de dos guerras mundiales el mundo nuevamente
modifique sus paradigmas ideológicos, su tecnología y vivamos lo que actualmente
conocemos como posmodernidad o modernidad tardía.
Durante las últimas décadas del siglo XVIII, en Europa Occidental se desarrollaron
cambios profundos que sentaron las bases de la sociedad contemporánea.
La Revolución Francesa que comenzó en 1789, significó una ruptura política con el
mundo moderno, el fin del absolutismo monárquico consolidado por el Antiguo Régimen.
Durante los siglos XVII- XVIII, a partir del desarrollo del comercio internacional, la
fabricación de manufacturas y las nuevas actividades bancarias algunos burgueses
acumularon fortunas que serían destinadas a la producción industrial. Muchos de ellos
habían accedido a cargos en las instituciones del estado mediante la compra de cargos,
sin embargo, en general estaban excluidos del poder político.
En sus inicios los cambios fueron lentos y pasaron inadvertidos para la mayoría de la
población, pero tiempo después se consideraron revolucionarios por la profundidad de
las transformaciones que impulsaron en la organización del trabajo, las relaciones
sociales y en la ideología de la sociedad inglesa.
El trabajo del campesino tenía una orientación del tiempo relacionada con el
quehacer8, era un trabajo no regulado por horas, sino de acuerdo a las necesidades.
Con el capitalismo, el tiempo se convierte en dinero y se pasa a sincronizar los trabajos
de modo de aumentar la productividad: “Los nuevos hábitos de trabajo se formaron, y la
7
Hobsbawm, Eric Industria e Imperio Una historia económica de Gran Bretaña desde 1750. Ariel, Barcelona, 1977,
pp. 66.
8
Thompson, E. Costumbres en común, Barcelona, 1955. Cap. 6: “Tiempo, disciplina de trabajo y capitalismo
industrial”, pp. 401.
nueva disciplina de tiempo se impuso, de todos estos modos: la división del trabajo, la
vigilancia del mismo, multas, campanas y relojes, estímulos en metálico (...)”9.
La difusión de los relojes va a ser útil en este período para justamente sincronizar
los tiempos, pero recordemos que su incorporación, por ejemplo en iglesias, remota a
los siglos XVI- XVII.
Pero, por qué la revolución industrial ocurrió en Inglaterra y no en otro país, ¿Por
qué Inglaterra? En el siglo XVIII Inglaterra tenía las condiciones previas para su
industrialización10. El país contaba con una acumulación de excedente de capitales, si
bien todavía no existía la economía de mercado, Inglaterra poseía un mercado nacional
propio acompañado de un aparato comercial desarrollado. Las comunicaciones eran
fáciles, y los problemas tecnológicos de la primera etapa de la industrialización eran
sencillos, no se requería mano de obra de alta cualificación o especializada. Las nuevas
inversiones requerían de poca inversión inicial y su expansión trae grandes beneficios.
9
Ibid, pp. 442.
10
Para profundizar la información véase: Hobsbawm, E. Industria e Imperio, Ariel, Barcelona, 1977.
competencia internacional, por ejemplo los textiles de la India, perjudicaron la
producción local.
Por otro lado, los ingleses compraban en los mercados coloniales las materias
primas y mercaderías demandadas en Europa, entre ellas, el té de China, el café de
Etiopía, el cacao de América Central y el azúcar de Brasil.
Otro factor importante era el tráfico de esclavos de África a América que aumentaba
el comercio entre Inglaterra y sus colonias. Así, Inglaterra obtenía ganancias del
comercio con el mundo subdesarrollado, importando materias primas para luego
exportar manufacturas.
11
La máquina de vapor fue inventada por Thomas Newcomen y puesta en funcionamiento por el científico
escocés James Watt en 1712, miembro de una familia de ricos empresarios. Utilizaba la fuerza expansiva del vapor
del agua para movilizar elementos mecánicos. En la vida cotidiana un ejemplo de demostración de la fuerza del
vapor es hervir agua en un recipiente, el agua tiende a levantar la tapa de este. Cuando hierve, parte del agua se
eleva en forma de vapor, es decir que pasa al estado gaseoso. En un recipiente cerrado el vapor provoca una
importante presión.
El algodón tenía una gran variedad de usos, era utilizado en cortinas, manteles,
sábanas, vestimenta y era más práctico ya que se secaba más rápido que la lana,
también se podía agregar estampas y sobre todo, era más barato que la lana.
La única industria del algodón conocida hasta ese momento era la India, quien
vendía sus productos a las compañías de comercio de Oriente.
Las condiciones de trabajo de los obreros eran durísimas. Las jornadas de trabajo
eran muy extensas, en general más de quince horas, los salarios eran reducidos y en
las fábricas no se aplicaba la higiene ni salubridad. Mujeres y niños fueron también
frecuentemente utilizados como mano de obra en las fábricas.
Las nuevas industrias desarrolladas a partir de los años ´40 fueron las del carbón,
hierro y acero. Luego de un detenimiento de avance de la industria textil o crisis de
crecimiento del capitalismo como la llaman algunos historiadores12, comienzan a
explorarse nuevas fuentes de energía. En 1775 la máquina de vapor perfeccionada por
Watt, permitió desarrollar la utilización del hierro fundido.
12
Por ejemplo, Eric Hobsbawm hace referencia a la existencia de una crisis como consecuencia del descontento
social debido al hambre y la pobreza producida por los salarios bajos, acompañados de un auge del movimiento
cartista y sindicalista. Pero esta crisis para el autor no es una crisis “final” sino de crecimiento debido a que se
supera las limitaciones de la industria textil y se invierte en otros sectores. Op. Cit, pp. 70.
vegetal, comienza a desarrollarse en gran escala el hierro fundido13. Es así cómo se
produce el pasaje hacia el desarrollo de la industria siderúrgica y el advenimiento de la
segunda revolución industrial.
Este proceso se explica por dos razones: la creciente industrialización del resto del
mundo, y la presión de las grandes acumulaciones de capital hacia nuevas inversiones
como va es ser el ferrocarril.
Esta nueva industria del ferrocarril va a permitir desarrollar las industrias del hierro14
y del acero; aumentar el número de trabajadores cualificados, educar ingenieros
específicos en el área; aumentar las exportaciones británicas de locomotoras, vagones,
vigas, raíles; y orientar los capitales hacia un nuevo sector, la industria siderúrgica.
Además del carbón para el uso de la máquina de vapor, en esta etapa surgieron dos
nuevas fuentes de energía: la electricidad y el petróleo. El desarrollo de la electricidad
permitió que se expandieran aún más las comunicaciones a través del telégrafo y la
radio. Gracias al descubrimiento del petróleo se desarrollarán más tarde los
13
En 1709 Abraham Darby, terrateniente y empresario, ideó un método de fundición que utilizaba el carbón
mineral.
14
El hierro se va a convertir en el material indispensable para el desarrollo de la locomotora (ejes, ruedas, rieles).
automóviles, la industria de neumáticos, la aviación, y tendrá un fuerte impacto en la
industria farmacéutica y química.
Hay que tener en cuenta que esta segunda revolución industrial se va a desarrollar a
partir de los años 1830/40 pero no solo se va a producir en Inglaterra, sino también a
partir de estos años el proceso de industrialización se va a extender a Francia, Italia y
Alemania y más tarde a Estados Unidos y Japón.
Para los años 1870 Gran Bretaña – que había adoptado por el librecambio- se
convirtió en primera potencia mundial con poderío económico y financiero que perdurará
hasta los años 1914 con la Primera Guerra Mundial. La revolución industrial le dio a
Inglaterra una superioridad con respecto de las demás naciones del siglo XVIII, se
convirtió en “taller del mundo”.
15
Hobsbawm, E. Industria e Imperio, op. cit. Cap. 6: La segunda fase de la industrialización, 1840-1895, pp. 127.
16
El capitalismo es un sistema económico en el que individuos privados y empresas de negocios desarrollan la
producción y el intercambio de bienes y servicios, basados en transacciones comerciales dependientes de los
precios y el mercado. El capitalismo surgió en Europa Occidental como sistema basado en la organización del
trabajo libre asalariado.
17
El método de Taylor consistía en calcular el tiempo promedio para producir un determinado producto o una
parte de él y obligar al obrero a acelerar el ritmo de trabajo asimilando a una máquina. Una de las primeras
empresas que aplicó los métodos de Taylor fue la Ford Motors Company, de Detroit. Allí se aplicó la cadena de
montaje, que consistía en transportar los materiales a través de una cinta, el obrero permanecía en un
determinado sitio y realizaba una determinada actividad. Este nuevo modo de producir fue conocido como
fordismo.
reduciendo los tiempos de producción a través de la incorporación de la mecanización,
sino también incorporó un sistema de montaje en serie, a través de una cadena de
montaje.
18
Los estamentos u órdenes, fueron la base de la sociedad feudal europea. Existían tres estamentos: el clero, la
nobleza y los campesinos. Esta división estaba justificada con argumentos religiosos: era voluntad de Dios elegir
qué misión debía cumplir la persona y a que estamento correspondía.
19
La frase "laissez faire, laissez passer" es una expresión francesa que significa "dejad hacer, dejad pasar",
refiriéndose a una completa libertad en la economía: libre mercado, libre manufactura, bajos o nulos impuestos,
Obreros: eran quienes aportaban su fuerza de trabajo en las fábricas, el antiguo
agricultor se transformó en obrero. Sus condiciones de trabajo eran pésimas debido a la
falta de salubridad en las fábricas, los bajos sueldos, la explotación de niños y mujeres
en las fábricas. Así los obreros industriales comenzaron a llamarse proletariados porque
la única riqueza que poseía era la prole, sus hijos.
y mínima intervención de los gobiernos. Fue usada por primera vez por Jean-Claude Marie Vicent de Gournay,
fisiócrata del siglo XVIII, contra el intervencionismo del gobierno en la economía.
20
Para más información, véase: Rule, J. Clase obrera e industrialización. Historia social de la revolución industrial
británica, 1750-1850, Crítica, Madrid, 1990.
Karl Marx21
21
Karl Marx fue un pensador- economista del siglo XIX. A través del socialismo científico primero y luego a través
de su publicación el Manifiesto Comunista en el contexto de las revoluciones europeas del ´48, Marx tenía la utopía
de crear un mundo sin clases sociales. Criticaba el orden establecido y sostenía la revolución como una fuerza
motora capaz de derribar la sociedad burguesa capitalista. En su libro El Capital denunció la explotación a través
de la plusvalía, es decir, la parte del trabajo no pagada al obrero y apropiada por el capitalista, de donde surge la
acumulación del capital. La alienación la entendía como la explotación del hombre hacia el hombre en el cual uno
perdía la autonomía y la libertad para tomar decisiones. Como resultado de esta explotación era posible la lucha
de clases; y la revolución socialista que llevaría a abolir el Estado burgués y a la propiedad privada para más tarde
pasar a la fase “comunista” en la cual existiría igualdad de clases. Es conocida la crítica de la iglesia a esta
corriente: “El motor de su dialéctica es la lucha de clases. Su objetivo, la sociedad sin clases, lograda a través de
una dictadura proletaria que en fin de cuentas, establece la dictadura de partido”. (Farell, G. Manual de Doctrina
Social de la Iglesia, Ediciones del Encuentro, Buenos Aires, 1997, pp. 100).
Avances Científicos
Acompañando la “revolución demográfica” se produjo también una “revolución
agrícola” al incrementarse la disponibilidad de los alimentos, aumentando el consumo y
producción de harina de trigo, papa, carne fresca y se incorporó la leche en la dieta
alimentaria.
22
El ludismo fue un movimiento que se desarrolló en Inglaterra a partir de 1811 basándose en las revueltas
espontáneas y desorganizadas en las cuales atacaban los instrumentos de producción, las máquinas. Sus
seguidores se llamaban ludistas haciendo referencia al líder del movimiento Ned Ludd.
Otro adelanto importante fue el uso del telégrafo. En 1837 Samuel Morse ideó un
código, que lleva su nombre, que permitió, en muy poco tiempo, transmitir textos
completos a través de un sistema de cables eléctricos.
Por otra parte, la expansión de los ferrocarriles, barcos y más tarde la aviación que
“achicaba” las distancias, junto a la creación de los frigoríficos para la conservación de
carnes permitió que se incremente la comercialización mundial. Por ejemplo, nuestro
23
En 1.899 se puso en venta la aspirina.
país a partir de 1877 comenzó a exportar carnes en grandes cantidades a Inglaterra,
insertándose en el mercado mundial como productora de materias primas.
La Revolución Francesa
Hacia 1.789 Francia contaba con 25 millones de habitantes agrupados en tres
estados. Los estados constituían sectores sociales cerrados determinados a partir del
nacimiento, riqueza y condiciones de vida.
La nobleza constituía uno de los estamentos más cerrados y se accedía a ella sólo
por nacimiento. La nobleza y el clero formaban parte de los grupos privilegiados de la
población; en cambio el tercer estado o estado llano estaba integrado por la mayoría de
la población, no privilegiada y plebeya. Era considerado plebeyo todo aquel que no
poseyera “distinción y delicadeza”.
Para fines del siglo XVIII, Francia mantenía el modo de organización económica
feudal (feudalismo) basado en las fuertes relaciones de dependencia entre señores
(relaciones de vasallaje) y entre señores y campesinos (relaciones de servidumbre). Los
campesinos debían entregar la producción a los señores feudales pero también pagar
los impuestos señoriales, impuestos por el estado (Taille, Aides, Gabelle) y el diezmo
eclesiástico (Dïme), que obligaba a los fieles a entregar la décima parte de las cosechas
a la Iglesia.
El número elevado de funcionarios, las frecuentes guerras y una corte que vivía
rodeada de lujos llevaron a que en 1787 Luis XVI decidiera establecer nuevos
impuestos para solventar la Corona. La novedad residía en que la nobleza, hasta ahora
exenta del pago de impuestos, debía incorporarse al pago de los impuestos por
propiedades territoriales. Los nobles se opusieron a las medidas declaradas,
enfrentaron la monarquía y convocaron a una reunión de los Estados Generales, que
era un cuerpo consultivo que funcionaba desde la Edad Media. Cada estado se reunía
por separado y poseía un voto, por lo cual en las decisiones siempre triunfaba el clero y
la nobleza frente al tercer estado.
El rey obligado por la situación convocó a reunirse en Versalles a los tres estados
generales, dando comienzo sin saberlo a la revolución.
Así, las causas de la revolución francesa son numerosas: desde la crisis económica,
la situación de hambrunas debido a las constantes guerras, el despilfarro de la corte, el
creciente poder de la burguesía acompañado de las nuevas ideas de la Ilustración, que
se basaban en los planteos de Jean Jacques Rousseau de la importancia de la
soberanía popular, de Montesquieu quién sostuvo el principio de división de poderes, y
Adam Smith que en La riqueza de las naciones consideró que el hombre vive para
producir e intercambiar, y que la política no debe interferir en la vida económica, dando
fundamento al liberalismo político y económico; todas estas novedades ideológicas
insertas en un contexto de crisis hicieron posible que se desencadene el proceso
revolucionario.
24
Rudé, G. La revolución francesa. Vergara, Buenos Aires, 1989, pp. 28.
● Desaparecieron los viejos Imperios, el Sacro Imperio Romano germánico, las
antiguas repúblicas de Génova y Venecia.
Herencia de la revolución
Por libertad entendemos no sólo la libertad personal del individuo, sino también,
todos los tipos de libertades que comienzan una vez finalizada la revolución: la libertad
de prensa, opinión, y sus extensiones al liberalismo político y económico. “Es libre el
que puede hacer lo que quiere sin ser impedido por ninguna fuerza exterior, y por lo
tanto posee plena independencia (...) La libertad, entonces no la tenemos para hacer
cualquier cosa. La tenemos para buscar el bien, en el cual reside la felicidad”25.
Por último la fraternidad, supone una ayuda y asistencia a los desprotegidos, sin
embargo este punto es el más cuestionado ya que solo se cumplió esporádicamente.
Una de las principales herencias que nos dejó la revolución fue la creación de un
modelo a seguir por todas las naciones europeas inclusive por América, en el reclamo
de las libertades e igualdad social.
25
Farell, G. Manual de Doctrina Social de la Iglesia, Ediciones del Encuentro, Buenos Aires, 1997, pp. 21.
26
Ibid, pp. 22.
Rupturas y Continuidades
Otro punto de discusión es, por ejemplo, la fecha en la que finaliza la revolución:
algunos historiadores finalizan la revolución con la caída del poder jacobino de
Robespierre en 1794, sin embargo otros consideran que la revolución concluye con la
restauración burguesa en 1799 sin analizar el período napoleónico. No obstante,
analizar la revolución hasta 1848 que es cuando finalizan todas las olas revolucionarias
que comenzaron en 1789, nos permite complejizar el proceso revolucionario,
comprender sus avances y retrocesos, atender los distintos actores sociales que
intervienen en el conflicto y destacar la importancia del análisis de larga duración.
27
Schmitt, E. en Introducción a la historia de la Revolución francesa, Cátedra, Madrid, 1985. Realiza un completo
análisis sobre las distintas interpretaciones de la revolución francesa, enfatizando en cuál fue el papel de los
sectores populares en la revolución y como lo califican los distintos historiadores según su postura ideológica.
28
Ibid, pp. 50.
La escuela socialista francesa sostiene que la revolución la hicieron los sectores
de “abajo” y fue el resultado de una lucha de clases entre la burguesía y la nobleza
feudal, desde la historiografía marxista se considera la revolución francesa como una
revolución burguesa resaltando la importancia del cambio del sistema económico, del
modo de producción y de la superestructura ideológica, explican la revolución través del
pasaje hacia el capitalismo. No obstante, muchos elementos capitalistas ya estaban en
marcha antes de la revolución.
Pero, ¿Cuál fue el papel desempeñado por los sectores populares? Tampoco hay
acuerdos. Albert Soboul, desde la interpretación marxista, sostiene que el papel
revolucionario es de los pequeños y medianos productores. Furet, desde Annales,
niega que existiera una oposición real entre nobleza y burguesía y no otorga ningún
papel revolucionario a los campesinos y movimientos populares. Existió, según el autor,
una revolución burguesa de las elites ilustradas y liberales contra los representantes del
antiguo orden, producto de un vacío de poder.
29
Para profundizar véase: Farell, G. Manual de Doctrina Social de la Iglesia, Ediciones del Encuentro, Buenos Aires,
1997.
30
Juan Pablo II manifestó en los años ´80: “Nuestro mundo está como aprisionado por una red de tensiones. La
tensión entre lo que se llama comúnmente el este y el oeste no afecta solamente a las relaciones entre las
naciones directamente implicadas, sino que marca y más bien agrava muchas otras situaciones difíciles en otras
partes del mundo. Ante una situación así es preciso tomar conciencia del peligro tan grande que constituye esta
tensión creciente y esta polarización a gran escala (...). (Mensaje del 1/1/84). “La guerra aparece cada vez más
como el medio más bárbaro y más ineficaz de resolver los conflictos entre dos países o de conquistar el poder en
el propio país. Hay que hacer todo lo posible para adoptar instrumentos de diálogo, de negociación (...)”. (Juan
pablo II, discurso en Asís, 10/1/87).
Bibliografía utilizada
AAVV. (1980) Estudios de la revolución francesa y el final del antiguo Régimen, Madrid:
Akal.
Ashton, T.S. (1950) La revolución industrial, 1760-1830. México: FCE.
Crouzet, M. (1978) Historia general de las civilizaciones, Cap. I: “El siglo XVIII: El
espíritu del siglo. Las concepciones de conjunto”. Barcelona.
Farell, G. (1997) Manual de Doctrina Social de la Iglesia, Buenos Aires: Ediciones del
Encuentro.
____________ (1989) La era del Imperio (1875-1914) Cap. II “La economía cambia de
ritmo”, Barcelona: Labor.