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En la Biblia encontramos promesas tanto para líderes como a para el pueblo de Dios en general.
También nos instruye a que examinemos nuestros deseos a fin de que sean agradables delante de
Dios, pues no podemos esperar que Él nos conceda todo lo que deseemos ni cuando lo pidamos.
Por ejemplo, Pablo nos asegura que Dios suplirá todo lo que nos falte (Filipenses 4.19); en Josué
capítulo 1 vemos que si él se esforzaba y era valiente, Jehová su Dios estaría con él por dondequiera
que fuera (Josué 1:9). Juan, en su primera epístola (1 Juan 5.14-15), declara: “Y esta es la confianza
que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que
Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos
hecho”.
La razón para no proceder ni de una ni de otra manera es que con el paso del tiempo quienes
disfrutan de todo género de prosperidad no resistirán los embates de la adversidad, pues no han
confiado en el Señor como Él mismo lo demanda.
Los requisitos para obtener los deseos de nuestro corazón.
_ Deléitate asimismo en Jehová (Salmo 37.4).
Casi todos saben lo que se siente al estar junto a alguien a quien aman. De la misma manera, los
creyentes deben deleitarse ante la presencia de Dios pues despierta en ellos el deseo de
obedecerlo. Sin duda alguna, todos los que se resisten a someterse a las instrucciones de Dios no se
deleitan en Él, ya que el Señor debe ocupar el primer lugar en nuestras vidas antes de poder
disfrutar de la bendición si acaso nos concede las peticiones de nuestro corazón.
CONCLUSIÓN:
Nuestros deseos son parte importante de nuestra vida cristiana; los sueños de origen divino nos
motivan a cumplir los planes que Dios tiene para nosotros. A la vez, nos alientan para seguir
adelante hacia nuestras metas ante cualquier adversidad, pues no olvidemos que Él ha prometido
que a los que le aman, todas las cosas les ayudan para bien (Romanos 8.28).
Mi oración es que usted examine sus deseos para que puedan alinearse con los propósitos de Dios
para su vida y de esa manera usted obedezca su voluntad con toda fidelidad. Si así lo hace, le
prometo que experimentará lo mejor que Dios le tiene reservado