Está en la página 1de 9

EL COLONIALISMO

La colonización europea, que se remonta al siglo xvi, experimentó una extraordinaria


aceleración a partir de mediados del siglo xix.
Los Estados europeos iniciaron una etapa de expansión territorial, en la que se combinaron
dos procesos:
— El colonialismo, es decir, la dominación política, económica o cultural que los Estados
ejercieron sobre los nuevos territorios.
— El imperialismo, esto es, la política aplicada por estas poten-cias, que les permitió
extender su dominio sobre la mayor parte del mundo.
Las causas del colonialismo
Las principales causas de la expansión colonial fueron:
Económicas. A finales del siglo xix la industria necesitaba nue vos mercados, así como
fuentes de materias primas para abastecer sus industrias.
Políticas. Los Estados mostraron diferentes intereses: predominaban las exigencias
estratégicas de potencias como el Reino Unido (por el dominio de las rutas comerciales) o
Rusia (por una salida a un mar no helado), pero también hubo otras motiva-ciones, como el
deseo de conseguir prestigio internacional (Francia) o la consolidación del sentimiento
nacional (Alema-nia e Italia).
— Demográficas y sociales. El aumento de la población planteó serios problemas a los
gobiernos europeos, como la falta de trabajo, que generó numerosas protestas. La
emigración a las colonias fue la respuesta a la presión demográfica.
— Ideológicas. Los europeos estaban convencidos de la superioridad del «hombre blanco»
y de su destino civilizador de los pueblos «salvajes» mediante la transmisión de saberes,
valores y religión.

Las fases de la dominación

En la formación de una colonia se distinguen tres fases:


— La conquista militar. La segunda Revolución Industrial posibilitó el desarrollo de la
industria siderúrgica y el progreso en la navegación y la tecnologia militar. Las innovaciones
facilitaron el descubrimiento, la conquista y la ocupación de los territorios inexplorados.
— La organización administrativa. El ordenamiento de la colonia planteo diversos problemas
administrativos. En consecuencia, la metrópoli confió en la colaboración de los jefes tribales
para controlar y explotar los territorios.
—La explotación económica. Los nuevos territorios proporcionaron importantes recursos a
los Estados euro peos gracias a la extracción de metales preciosos de las minas. la
concesión de grandes haciendas a empresas privadas y las explotaciones agrarias.

La colonia

Según el modo de explotar los territorios, los gobiernos establecieron distintas formas de
dominio. La más importante fue la colonia.
Una colonia era un territorio dominado administrativa, militar y económicamente por una
nación extranjera.
La colonia fue la modalidad de dominio más empleada y tuvo las siguientes variantes:
- Colonias de explotación. Son aquellas en las que se instalaron grandes empresas,
funcionarios o militares para explotar los recursos naturales. Por ejemplo, las colonias
británicas de Nige-ria, Rodesia o la India.
- Colonias de poblamiento. Son aquellas en las que se instalaron grandes contingentes de
inmigrantes para explotar la tierra, desalojando a los indígenas. Por ejemplo, los territorios
británicos en Australia y Canadá, que acabaron por convertirse en do-ninIos.
Colonias de posición. Son territorios que la metrópoli consideraba estratégicos. Por ejemplo,
las colonias británicas de Gi-braltar, Malta o Ciudad del Cabo, y la francesa de Yibuti.

Otras formas de dominación

También existieron otras formas de dominio colonial:


- Concesiones. Territorios que los gobiernos de países independientes cedían a las
potencias colonizadoras, durante un período de tiempo determinado. Fue el caso de Hong
Kong, cedido por
China al Reino Unido durante 155 años.
Protectorados. Territorios donde la política interior estaba en manos del Gobierno indígena,
mientras que la actividad exterior y su riqueza eran gestionadas por la metrópoli. Fueron
utilizados por el Reino Unido, Francia y España.
Territorios metropolitanos. Territorios considerados una prolongación del país colonizador.
Sus habitantes estaban representados en las instituciones de la metrópoli. Es el ejemplo de
Argelia respecto a Francia.

Las consecuencias del colonialismo

La ocupación por parte de las potencias europeas tuvo múltiples consecuencias para los
territorios colonizados:
- Económicas. Las colonias mantuvieron una relación de dependencia económica con la
metrópoli, pues se convirtieron en proveedoras de materias primas y compradoras de los
productos manufactu-rados. Esta situación de dependencia impidió el desarrollo económico
y social de los países colonizados.
Políticas. La metrópoli ejerció el dominio político y administrativo de la colonia. Desde
Europa, los mandatarios dibujaron nuevas fronteras que dividieron pueblos y mezclaron
culturas. Dichas divisiones desestabilizaron regiones como en el caso de Africa, donde aún
hoy se suceden enfrentamientos armados.
— Demográficas y sociales. La colonización trajo consigo la desaparición de la organización
social indígena e impuso una nueva clase dirigente formada por ciudadanos blancos. La
población nativa proporcionó mano de obra barata y en múltiples ocasiones fue maltratada y
sometida a situaciones de esclavitud
— Culturales. El dominio europeo llevó a una pérdida de identidad de los pueblos
colonizados, ya que la cultura occidental impuso su len-gua, costumbres, creencias y
valores

.LA PRIMERA GUERRA


Entre los años 1914 y 1918, tuvo lugar la Primera Guerra Mundial, también denominada
Gran Guerra. El conflicto enfrentó, principalmente, a las potencias europeas. La mayor parte
de los combates se produjeron en Europa. Sin embargo, también participaron en la guerra
numerosos paises no europeos y los territorios coloniales se convirtieron en frentes
secundarios de la contienda.
Las causas del conflicto
Entre 1870 y 1914, numerosos incidentes enfrentaron a las principales potencias, lo que
preparó el terreno para el estallido de la Primera Guerra Mundial. Los más graves fueron:
— Las discrepancias coloniales: Marruecos. En dos ocasiones,
Alemania presionó para evitar la creación del protectorado francés en Marruecos: las dos
crisis diplomáticas tuvieron lugar en 1905 en 1911. Como consecuencia de ellas, se acentuó
el aislamie diplomático alemán y se fortaleció la alianza francobritánica
nacionalismo en los Balcanes. El declive del dominio de perio otomano en esta región fue
paralelo a dos hechos: el auge de los nacionalismos serbio, griego, búlgaro y rumano, que
condujo a la independencia de estos países, y el interés de los imperios autocráticos ruso y
austrohúngaro por ampliar su área de influencia política y económica sobre este territorio.
Finalmente, las tensiones estallaron en las dos guerras de los Balcanes (1912-
1913 у 1913).
- Las rivalidades económicas. La supremacía industrial inglesa hasta finales del siglo xix
parecía incontestable. Sin embargo, desde principios del siglo xx, el rápido desarrollo de las
fábricas alemanas convirtió a este país en un competidor temible.
- Las rivalidades territoriales. Entre Francia y Alemania perduraba el contencioso por los
territorios de Alsacia y Lorena; Austria-Hun-gría y Rusia se enfrentaron por el control de
Polonia, y el Imperio otomano v Grecia rivalizaban por las islas del mar Faeo

La paz armada
La aparición de dos nuevas potencias europeas, Alemania e Italia, alteró el sistema de
equilibrio de poder entre los grandes Estados.
Las tensiones y las rivalidades favorecieron el impulso de una carrera armamentística.
Alemania, Austria-Hungría, Francia y Rusia fortalecieron sus ejércitos y todos los sectores
industriales se pusieron al servicio de la guerra.
Esta nueva etapa de relaciones internacionales, denominada paz ar-mada, se basaba en la
formación de un complejo sistema de alianzas y pactos militares que favoreció la
configuración de dos bloques enfren-tados. En esta red de alianzas destacó la tejida por el
canciller alemán
Bismarck con el objetivo de aislar a Francia.

El inicio de la guerra
El 28 de junio de 1914 fue asesinado en Sarajevo el archiduque Francisco Fernando,
heredero del trono del Imperio austrohúngaro, a manos de un joven serbio, Gavrilo Princip,
miembro del grupo nacionalista conocido como Joven Bosnia.
Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia, a la que consideraba responsable del
magnicidio. Los sistemas de alianzas entraron en juego y provocaron el inicio de la guerra.

Los países beligerantes


Al iniciarse el conflicto, en 1914, se enfrentaron dos bandos formado: por las principales
potencias europeas:
— La Triple Alianza, o las potencias centrales, Estaba formada por el Imperio aleman, el
Imperio austrohúngaro e Italia, y se había consutuido en 1882. Respondia a la política del
canciller alemán
Otto von Bismarck, orientada a conseguir para su país el primer puesto en la política
mundial.
— La Triple Entente, o las potencias aliadas. Como reacción a la po-Titica expansionista
alemana, Francia y el Reino Unido firmaron el pacto Entente Cordiale en 1904. La Alianza
se amplió con la incorporación del Imperio ruso en 1907.

guerra de movimientos

alemania movilizó sus efectivos en la primera fase del confilo la denominada guerra de
movimientos. El objetivo era el avance rápido por el frente occidental para poder así
concentrar sus esfuerzos en el frente oriental. Esta táctica, conocida como Plan Schlieffen,
era un ataque diseñado para invadir Francia a través de Bélgica.
La resistencia francesa en la batalla del Marne, cerca de París, frenó el avance alemán en
el frente occidental, escenario que se extendía desde el canal de la Mancha hasta la
frontera de Suiza. De esta manera, las potencias centrales no consiguieron su objetivo en el
frente occidental.
Sin embargo, Alemania consiguió una victoria en el frente oriental (que recorría la frontera
de Rusia) y detuvo el avance de las tropas rusas en Tannenberg. A finales de 1914, se
estabilizaron los frentes oriental y occidental, con lo que finalizaba la primera fase de la
guerra de movimientos.

gerra de posiciones
Esta fase del conflicto se caracterizó por la guerra de trincheras y la utilización de
ametralladoras, lanzallamas y gases asfixiantes con el objetivo de provocar el máximo
desgaste al enemigo En 1915, los aliados planearon arrebatar a Turquía el estrecho de los
Dardanelos. Para ello, llevaron a cabo el desembarco y posterior batalla de Galípoli, pero
fracasó y las pérdidas fueron cuantiosas para la Triple Entente.
En 1916, tuvieron lugar las dos grandes batallas del frente occi-dental: la batalla de Verdún
y la batalla del Somme, dos de los episodios más cruentos del enfrentamiento.
En 1917, Estados Unidos entró en la guerra en el bando de los aliados y se inició la
Revolución rusa. A principios de 1918, el Gobierno soviético firmó con las potencias
centrales el Tratado de Brest-Litovsk, que puso fin a la participación rusa en el conf

cia el fin de la guerra


La entrada de Estados Unidos en la guerra proporcionó importantes recursos materiales y
humanos a la Triple Entente, que decantaron la guerra a su favor.
Se reinició en este momento la guerra de movimientos: la Triple Alianza inició una ofensiva
decisiva, pero los aliados organizaron una contraofensiva en todos los frentes que hizo
recular a los imperios centrales.
Entre septiembre y octubre se produjo la rendición de Turquía y Austria y el repliegue de las
tropas de Alemania. Tras varias ofensivas alemanas fracasadas y numerosos
amotinamientos en las ciudades, el káiser Guillermo Il abdicó y se instauró la república en
Alemania.
En noviembre de 1918 se firmó el armisticio que puso fin a la guerra. En enero de 1919 se
inició la Conferencia de paz en París, que concluyó con la firma de varios tratados, entre los
que destacó el de Versalles, firmado con Alemania.

La guerra total
La Primera Guerra Mundial se considera una guerra total por varios motivos:
- Por sus dimensiones: afectó a toda la población y no solo al estamento militar.
— Por su extensión: fue la primera guerra que implicó a la población de todos los
continentes.
Por las bajas: durante los cuatro años de guerra hubo un promedio de 6000 muertos diarios,
más de 9 millones de personas en total, una cifra nunca vista hasta entonces en un conflicto
bélico.

El largo conflicto provocó terribles pérdidas: aproximadamente entre 9 y 10 millones de


soldados murieron en combate, además de las víctimas civiles y los heridos (21 millones).
Ru-sia, Alemania y Francia perdieron el 20% de su población de entre 20 y 40 años.
Además descendió la población activa, disminuyó la natalidad y aumentó la mortalidad, lo
que ocasionó fuertes desequilibrios demográficos.
Durante la guerra se produjeron importantes destrucciones materiales. En Francia, el país
más afectado, se destruyeron poblaciones enteras, campos de cultivo, regiones industriales
y las principales redes de comunicación e infraestructuras
(puentes, carreteras...).
La reconstrucción en la posguerra fue lenta y costosa. La escasez de materias primas,
alimentos y mano de obra provocó una grave crisis económica que conllevó el
endeudamiento de los países europeos. Europa perdió así la hegemonía económica ante
Estados Unidos.
El deterioro del nivel de vida de los trabajadores incrementó el malestar y la agitación social.
Por ello, se produjo una olea-ca de huelgas en toda Europa que afectaron a las industrias y
los transportes. Gracias a la movilización, la clase obrera consiguió conquistas como la
jornada laboral de ocho horas.
La guerra transformó las fronteras europeas: se produjo la caída de los imperios autoritarios
(alemán, austrohúngaro, ruso y otomano), y la abolición de sus respectivas monarquías.
Se crearon, debido a la desmembración de esos imperios, nuevos Estados en las zonas de
los Balcanes (Yugoslavia), Europa central (Austria, Hungría, Checoslovaquia, Polonia) y el
Báltico (Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania).
El Imperio otomano quedó reducido a Turquía; y el Reino Unido y Francia se repartieron sus
antiguos territorios en Oriente Próximo, donde se crearon los protectorados de Irak,
Palestina, Siria y el Líbano. Por otro lado, las posesiones coloniales alemanas fueron
repartidas entre el Reino Unido, Francia y Japón.

LA REVOLUCIÓN RUSA
En 1917, Lenin lideró una revolución que pretendía llevar a la práctica las teorías marxistas.
Esta revolución puso fin a la Rusia de los zares e instauró un nuevo modelo social y político:
la sociedad soviética.
La decadencia de la Rusia zarista
A principios del siglo xx, el Imperio ruso era un Estado atrasado, gobernado por una
monarquía absoluta. El zar contaba con el apoyo de la nobleza y la Iglesia ortodoxa, que
eran propietarias de la mayor parte de las tierras. La base del sistema social era una gran
masa de campesinos que vivían en la extrema pobreza. La industria, poco desarrollada,
dependía de la inversión extranjera.
El origen del movimiento revolucionario de 1905 se encuentra en dos factores combinados:
La crisis económica de carácter internacional, que se acentuó en el Imperio ruso por la
debilidad de su poco desarrollado sector industrial y su dependencia económica del exterior.
La guerra ruso-japonesa (1904-1905), motivada por disputas terri-toriales, que se saldó con
la humillante derrota del Ejército zarista
La Revolución de 1905
En 1905, el detonante revolucionario fue la matanza de manifestantes obreros a manos del
Ejército en San Petersburgo, suceso conocido como el domingo sangriento. Las huelgas y
las revueltas se extendieron por el país, lo que obligó al zar a anunciar la ampliación de los
derechos civiles y una reforma política basada en la creación de una asamblea, la Duma,
que resultó poco efectiva.

La Revolución de 1917
La participación rusa en la Primera Guerra Mundial había provocado miles de muertes, el
colapso económico, el desabastecimiento de las ciudades y un gran malestar social. En
1917, todo ello condujo al inicio de un proceso revolucio-nario, que tuvo dos fases.
Fases del proceso revolucionario
— Revolución de febrero. La difícil situación del país, agravada por las subidas de precios y
un duro invierno, favoreció el aumento espontáneo de la tensión social, que culminó en una
huelga general. La revuelta se reforzó con el amotinamiento de los soldados que debían
reprimirla. El zar tuvo que abdicar y asumió el poder un Gobierno provisional apoyado por
los menche-viques. En las calles se crearon los consejos revolucionarios de soldados y
trabajadores denominados sóviets, que reclamaban medidas radicales, como el reparto de
tierras.
Revolución de octubre. Derrocado el zarismo, persistían la guerra, la miseria y el colapso
político. Los bolcheviques, que controlaban los sóviets, organizaron una insurrección
armada y se hicieron con el poder. Bajo la presidencia de Lenin, se creó el Consejo de
Comisarios del Pueblo. Las primeras medidas del nuevo Gobierno revolucionario fueron la
retirada rusa de la guerra, la expropiación de los bienes de los terratenientes, y su reparto
entre el campesinado, y la nacionalización de la banca, las fábricas y el comercio exterior.
El gobierno de Lenin y la guerra civil
El Tratado de Brest-Litovsk, que sacó a Rusia de la guerra, vino de la mano de grandes
concesiones territoriales (las repúblicas bálticas, Finlandia, Ucrania parte de Polonia).
Asimismo, el nuevo Gobierno tomó medidas drásticas como la xpropiación de las
propiedades agraria de manos de los aristócratas y su redistribución entre la población. Lo
mismo sucedió con las fábricas, que pasaron a ser controladas por los obreros.
La oposición a los bolcheviques y a su política, principalmente representada por las clases
acomodadas y los exmilitares del Ejército zarista, condujo a Rusia a una guerra civil en la
que el Ejército Rojo (bolchevique) se enfrentó al Ejército Blanco (zarista). El conflicto civil
tuvo lugar entre 1918 y 1921, y culminó con la victoria bolchevique.

El reinado de Isabel II (1843-1868)


La etapa isabelina estuvo marcada por las agitaciones sociales, los numerosos escándalos
de la Corte y la inestabilidad institucional de los más de cincuenta gobiernos que se
sucedieron en el poder. Durante el reinado de Isabel II, los liberales progresistas y
moderados se alternaron en el Gobierno, aunque la intervención de los militares en la
política también fue una constante de ese período.
Sin embargo, esta época también se conoce como la de la revolución liberal en Espa-ña,
por la importancia de los cambios que se produjeron.

Gobiernos de Isabel II
La Constitución de 1845 recogía las principales ideas el liberalismo mode-rado:
— Soberanía compartida entre las Cortes y la Corona.
— Reducción de la participación electoral.
— Limitación de las libertades de expresión y reunión.
También se inició la reorganización administrativa del Estado por provin-cias, se elaboró un
nuevo Código Penal para unificar y racionalizar las leyes, se creó la Guardia Civil como
cuerpo encargado del orden en el medio rural y se nició una reforma fiscal.
Un nuevo pronunciamiento militar llevó al poder a los progresistas en coalición con la Unión
Liberal.
Se restauró la Constitución de 1837 y se redactó una nueva que no llegó a apli-carse.
También se iniciaron importantes reformas económicas, como:
- La Ley de Ferrocarriles (1855), que posibilitó que se desarrollara una modesta red de vías
férreas.
- La nueva Ley de Desamortización (1855), realizada por el ministro Madoz, que afectó a
tierras de uso y propiedades comunales.
Se sucedieron en el poder los moderados y los unionistas.
Se reinstauró la Constitución de 1845.
Fue un período de estabilidad política y de cierto crecimiento económico. El autoritarismo
con que gobernaban moderados y unionistas, la muerte de sus líderes (Narváez y
O'Donnell), la crisis financiera y de subsistencia y la pérdida de popularidad de la reina
facilitaron el Pacto de Ostende entre progresistas y demócratas, en el que acordaron el
derrocamiento de Isabel II.
Un pronunciamiento militar en 1868 provocó el cambio político y supuso el exilio de la reina
a Francia.

Partidos políticos

Los moderados defendían la soberanía compartida entre la Corona y las Cortes.


Consideraban el mantenimiento del orden público como principio fundamental y aplicaron el
sufragio censitario.
Los progresistas defendían la soberanía nacional, un sufragio electoral más amplio y la
libertad de imprenta; querían limitar las atribuciones de la monarquía.
El Partido Demócrata, surgido en 1849, era el ala radical del progresismo. Defendía el
sufragio universal, las libertades y los derechos básicos, como la libertad de expresión, y la
intervención del Estado en aspectos como la educación.
La Union Liberal aglutinó a moderados y progresistas
desencantados de sus partidos y propuso armonizar la libertad con el orden público.

El sexenio democrático (1868-1874)


El pronunciamiento de 1868, denominado Revolución Gloriosa, estuvo liderado por el
almirante Topete y contó con el apoyo de sectores políticos hasta entonces marginados del
poder, como progresistas y republicanos.
Las Cortes constituyentes, elegidas por sufragio universal masculino, aprobaron la
Constitución de 1869, mucho más democrática que las anteriores: la Corona dejó de tener
poderes políticos y se reconoció un gran número de libertades públicas.
Las Cortes eligieron como nuevo rey de España a Amadeo de Saboya
(Amadeo I). Durante su breve reinado (1871-1873), respetó la Cons-titución, pero los
escasos apoyos que consiguió, el aumento de la agitación republicana y el nuevo
levantamiento carlista lo llevaron a abdicar el 11 de febrero de 1873. Ese mismo día, las
Cortes proclamaron la
República
La Primera República (1873-1874)
La Primera República intentó, sin éxito, consolidar el sistema democrático iniciado en 1868.
Pero el nuevo régimen tuvo que enfrentarse a
graves problemas:
— La división interna de los republicanos entre federalistas y unitarios.
— Una nueva guerra carlista.
— Insurrecciones en Cuba.
— El cantonalismo.

La crisis de 1898
Los años ochenta del siglo xx fueron una década de grandes dificultades para la sociedad y
la economía españolas, pues se evidenció el atraso de la agricultura y de la industria textil,
que cada vez eran menos competitivas. El mayor problema de España fue la guerra colonial
en Cuba (1895-1898) y Filipinas (1896-1898). Su origen se encuentra en la política de
bloqueo a las reformas administrativas y económicas que llevaron a cabo los partidos
dinásticos y en los intereses expansionistas de Estados Unidos.

La intervención de Estados Unidos


España explotaba los recursos de la isla de Cuba (azúcar, café y taba-co), sin tener en
cuenta a los hacendados locales. Por su parte, Estados Unidos tenía intereses económicos
en la isla y ofreció ayuda a los
insurrectos cubanos.
Las autoridades españolas reprimieron duramente las reivindicaciones cubanas, lo que
favoreció el estallido de insurrecciones. En 1895, José Marti lideró la guerra de
independencia de Cuba. Casi simultáneamente comenzó una revolución en Filipinas, un
archipiélago casi olvidado por España. Estados Unidos intervino y declaró la guerra a
España, en la que demostró la superioridad de su flota.
El Tratado de París (1898) puso fin al conflicto: Puerto Rico, Filipinas la isla de Guam fueron
cedidas a Estados Unidos, y Cuba, formalmente independiente, quedó bajo control
estadounidense.
consecuencias del conflicto
Las pérdidas económicas alteraron las finanzas y los precios au-mentaron. Todo ello afectó
a las clases más humildes, que, además. padecieron las pérdidas humanas, ya que las
clases altas evitaron la movilización mediante el pago de ciertas tasas.
El desastre colonial agravó la crisis del régimen de la Restauración, pues aumentaron las
voces que exigían una reforma de la Administra-ción. Finalmente, la pérdida del Imperio
provocó una crisis cultural y de identidad, con la aparición de una conciencia crítica que
exigía una regeneración profunda de la sociedad española.

Las reformas más importantes


- Disolución del régimen señorial, por lo que la nobleza dejó de administrar justicia y de
cobrar ciertos impuestos como hacía desde la época medieval.
- Desamortización de los bienes eclesiásticos y comunales. Consistía en la expropiación por
parte del Estado de las propiedades de los nobles y de la Iglesia, así como de las tierras
comunales, y su posterior venta en subasta pública. Las tierras puestas a subasta fueron
compradas mayoritariamente por los nobles y los burgueses, que aumentaron sus
propiedades agrarias.

LA INDUSTRALIZACION
La industrialización se inició en España hacia la década de 1830, pero la lentitud en su ritmo
de crecimiento provocó que, a finales de siglo, los niveles de renta y producción fuesen muy
inferiores a los de los países europeos más industrializados. La agricultura seguía siendo la
actividad esencial.
Una industrialización desigual
El proceso de industrialización fue muy desequilibrado sectorial y regionalmente. Solo
consiguieron despegar la industria textil catalana y la siderurgia vasca. En cambio, otros
sectores, como la minería o la construcción del ferrocarril, experimentaron un desarrollo
importante, pero con resultados irregulares.
›ctores que dificultaron la extensión de la
trialización
alta de capital para invertir debido a la escasa rentabilidad de agricultura.
— La inexistencia de un mercado interior que permitiese absorber la
producción industrial.
— La escasez de recursos energéticos.
— La falta de una red de transportes y comunicaciones que facilitara
los intercambios.
— Las pocas inversiones por parte de la burguesía terrateniente.

La expansion del ferrocarril


La necesidad de crear un mercado interior hizo que se intentara mejorar la red de
comunicaciones de la Península. La Ley de Ferrocarriles de 1855 estableció el marco legal
y fue el punto de partida de una gran fiebre constructora hasta 1866, cuando una crisis
paralizó el proceso.
La necesidad de construir con rapidez provocó que se importaran libremente los materiales
necesarios, de manera que se desaprovechó la oportunidad de desarrollar la industria
siderúrgica española.
Por otro lado, se construyó una red radial con centro en Madrid, que provocaba la
desconexión entre las áreas periféricas, las más desarrolladas del país. Por este motivo, las
líneas establecidas fueron muy poco rentables.

También podría gustarte