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LOS NIÑOS POETAS DE KOCH

Elman Trevizo

La poesía hilarante de Kenneth Koch puede definirse con uno de sus versos: “Como cuando
después de bañarse, uno camina hacia la lluvia”.

Además de escribir todos los géneros literarios, Koch, hasta su muerte a principios del siglo
XXI, se dedicó a la enseñanza de la escritura creativa.

Con su característica forma de abordar los temas que para muchos eran pomposos y
exclusivos de los adultos, el poeta norteamericano intentó comprobar que los niños también
podían hacer poesía. Para esto propuso una serie de actividades y ejercicios que se han
retomado en numerosos talleres en todo el mundo; sin embargo, aunque es evidente, pocos
reconocen la deuda a ese primer libro de Koch titulado Wishes, lies and dreams (Deseos,
mentiras y sueños) en donde habla de lo que motiva a los niños a escribir sobre su vida.
Luego publicó algunos otros sobre sus experiencias en esos talleres.

Koch pasó la mayor parte de su vida impartiendo clases en escuelas públicas de Nueva
York. Perfeccionó la forma de esas enseñanzas que más tarde también hizo llegar a los
asilos de ancianos.

Miles leían sus poemas con atención y adoptaban sus enseñanzas. En Hispanoamérica sus
textos aparecen de forma esporádica en algunas antologías de poetas norteamericanos; sin
embargo, sus volúmenes completos de poesía no se han llegado a traducir al español.
Tampoco sus obras de teatro, novelas, cuentos, métodos de escritura y libretos para ópera.

Cuando enseñaba escritura creativa lo hacía de una forma peculiar. Llegaba incluso a cantar
óperas italianas en medio de una clase para contagiar a sus alumnos el gusto por el
lenguaje. No sólo en estos actos era extravagante y festivo. Sus textos poéticos también
mantenían ese tono que en ocasiones llegaba a la ironía.

Muchos de sus poemas hacen una disertación sobre la poesía misma. Critica la solemnidad
de algunos poetas americanos, cuestiona el valor de la inspiración y disecciona sus propios
poemas hablando de los elementos gramaticales. Constantemente y con desenfado, hace
referencias a otros escritores como Edgar Allan Poe, Lord Byron, Walt Whitman y Herman
Melville; y a las tiras cómicas de su tiempo.

Kenneth Koch, aunque es el menos conocidos de este grupo, se ubica junto con otros
escritores norteamericanos en la llamada Escuela de Nueva York, en donde se incluye a los
poetas Frank O’Hara, James Schuyler y John Ashbery; autores que conforme cambian los
gustos poéticos son más valorados, estudiados y relacionados con la cultura pop.
Ninguno de ellos fue un purista de la lengua. Incluso se les llamaba improvisadores,
ocurrentes y casuales. Koch decía que al escribir nunca buscaba la palabra precisa. Su estilo
era informal, sin métrica, rima y divisiones uniformes de las estofas. Le interesaba que el
tema encontrara a las palabras de forma natural, como pasa con los niños que, según Koch,
encuentran los versos sin buscarlos, siempre y cuando tengan un ambiente propicio para
jugar con las palabras y empezar a soñar, a desear y a mentir con la poesía.

Texto publicado originalmente en el suplemento cultural Laberinto de Milenio.

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