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ESTILO DE VIDA

El Charro Negro, la leyenda más tenebrosa México


Se dice que por las noches aparece un extraño personaje que ofrece
riquezas y una vida fascinante, a cambio de algo muy especial. El Charro
Negro es capaz de erizar la piel de quien lo ve.
25 de octubre de 2023

La leyenda del Charro Negro es de las más tenebrosas del país.


El Charro Negro es un fantasma demoniaco con
apariencia de galán mexicano, pero es más peligroso
de lo que se lee, pues su historia es tan tenebrosa
como él mismo. Se dice que se le aparece a unos
cuantos, en especial a los que están desesperados por
conseguir éxitos en su vida y por alguna razón no lo
logran. Es cuando el famoso personaje entra en
acción, pues él, al igual que todas esas personas,
deseaba riquezas en vida, pero el infortunio de un
encuentro lo condenó a vagar por el país condenado a
encontrarse con el rechazo y el temor.
La leyenda del Charro Negro es imperante en varios
lugares de México, casi un must en las carreteras y
en algunos caminos; sin embargo, pocos conocen la
historia que esconde este famoso espectro demoniaco
con traje de charro que camina por todo México.
Nosotros te desmenuzamos la historia para que tengas
cuidado la próxima vez que un charro galante se
aparezca en tu camino.

El Charro Negro es un espectro demoniaco.

La leyenda del Charro Negro, una maldición espeluznante

Se dice que al anochecer, en algunos caminos de


México se escuchan las espuelas de un charro, se
siente frío y de pronto aparece entre la niebla un
hombre vestido de negro. Es un ajuar de, en efecto, un
charro elegante con detalles en oro y plata. Lleva un
sombrero enorme y hay quien dice que porta un gabán
si es que hace mucho frío, así como botas y una
apariencia excéntrica, pero atractiva. Se le puede ver
montado en su caballo negro como la noche, pero éste
es muy extraño porque sus ojos brillan en la oscuridad
como bolas de fuego que impregnan miedo en quien lo
mira.

Se cree que éste se le aparece a los viajeros, pues su


ruta central es cualquier carretera; sin embargo, se
puede aparecer en las calles y caminos. Siempre llega
frente a su víctima si están lejos de la ciudad y si va
en soledad. Ahí, cara a cara, él ofrece riquezas y
sueños que aparecen lejanos, pero no gratuitamente,
sino con costo muy alto: el alma del viajero. Pero no lo
hace por gusto, sino porque está condenado a tal
acción hasta encontrar alguien tan avaro que sea
capaz de dar su alma a cambio de todo lo que siempre
soñó. Justo como él lo hizo.

Él era un joven con sueños nada más.


Cuidado con lo que deseas

Se cree que el famoso Charro Negro no lo era en


vida. En realidad, era un joven muy pobre, cuya
familia tenía complicaciones económicas severas y
nunca pudieron darle la vida que deseaba. Así, tras
sufrir hambre y los castigos del trabajo duro sin
remuneración justa, decidió cambiar sí o sí la
situación. Conforme fue creciendo, el deseo de
mejorar en el aspecto económico se volvió avaricia,
así que era capaz de no comer por días para ahorrarse
unos pesos, economizaba lo más posible y trataba de
no comprar ni una migaja de pan con tal de ahorrar
para comprarse un buen sombrero o un buen traje y
verse fabuloso.

El Charro Negro —que entonces tenía un nombre


común, pero desconocido hasta la fecha— creía que
una buena apariencia le abriría las puertas de la alta
sociedad; no obstante, su aspecto lo delataba. Los
ricos del pueblo (igualmente desconocido) lo hacían
menos, al grado de humillarlo con sólo mirarlo. Esto no
le gustaba ni un poco, así que trató de ahorrar cada
vez más hasta tener lo suficiente como para comer
bien unos días, tener un traje genial y un caballo
hermoso. Esto fue suficiente un tiempo, pero,
eventualmente, volvió el aspecto humilde que tanto
detestaba.

Luego de un tiempo, los padres del joven fallecieron y


se hundió en una depresión profunda, por lo que su
éxito se alejaba cada vez más. Desesperado, invocó a
Satanás para que éste le cumpliera sus sueños. Él no
tenía conocimiento sobre brujería o satanismo, pero
aún así lo logró y se cree que el mismísimo Satán se
apareció frente a él y sin que el hombre le dijera algo,
el Diablo le ofreció cantidades exorbitantes de dinero,
propiedades, lujos y muchos trajes, así como caballos,
tierras y más. Pero le pidió a cambio su alma.

El joven era valiente, altivo, avaro y muy exigente, así


que sin temor aceptó. Se dice que cuando Satanás se
apareció ante sus ojos, no sintió miedo. Ni un poco.
Así que rápidamente, el Diablo hizo el trato con él y la
vida de lujos empezó con rapidez. Así, el joven compró
todo lo que quería y podía: casas, tierras, animales,
comida y hasta amigos, pero poco a poco su juventud
se fue perdiendo y por ello, su vitalidad también. Su
despilfarre de dinero le trajo soledad y cansancio, así
que lentamente, envejeció rodeado de gente falsa y
riquezas excesivas, pero sin sentido.

El cobro de la deuda

El hombre, a quien todos conocían como “El


charro” por su increíble aspecto pulcro vestido de
lujo, empezó a morir, pero había olvidado el trato que
hizo con Satanás. Se suponía que al morir su alma
sería propiedad del Diablo, y por ende, éste estaba al
tanto del suceso. El famoso charro fue recordando
poco a poco y el temor entró en él, lo cual le dio
vitalidad, así que decidió no morir, al menos no en el
pueblo y empezó a ocultarse.

Hizo que el personal de su hacienda pusiera cruces


en toda la propiedades y que construyeran una capilla
para estar cerca de Dios y evitar por completo la
deuda con el Diablo. Asimismo, tomó su mejor caballo
y huyó montado en él con una bolsa de monedas de
oro, pensando que así esquivaría al demonio, pero no
fue nada funcional, ya que Satanás lo encontró a la
mitad del camino y se le puso enfrente para llevárselo
con todo y alma. El hombre no tuvo tiempo de
responder y de pronto, los brazos empezaban a
secarse, así como las piernas y poco a poco el resto
del cuerpo. El caballo intentó patear al demonio pero
empezó a sufrir un ataque y de pronto, ambos estaban
muertos, pero de pie. Tenían la piel muerta, casi
estaban en huesos, pero el poco pelaje que le quedaba
al caballo brillaba como nunca, mientras que el
Charro Negro se mantuvo fuerte y grande.

El Charro Negro es burla para unos, pero para otros resulta una figura
horripilante.

Satanás, entonces, le condenó a vagar en las noches


tratando de convencer a otros que vendan su alma al
morir, a cambio de una buena vida. A cambio, si
aceptaban, él le permitiría entrar al infierno para
siempre, y el siguiente hombre tomaría el lugar del
Charro Negro.

Desde entonces, el Charro Negro vaga por la noches


buscando el descanso eterno y la paz. Así que si te lo
encuentras, será mejor no acceder a sus truculentas
propuestas. Ten mucho cuidado.

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