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Para aprender español hay que leer.

Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
En cada cultura hay números que no son sólo números. También son símbolos para los españoles.
Cero es nada. Los españoles tienen un dicho que lo expresa muy bien: ser un cero a la izquierda. ¡Eres un cero a la
izquierda! significa que eres inútil, que no vales y no sirves para nada.
Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
Pero en España también puedes ser un diez. Penélope Cruz es nuestro número diez, es la mejor actriz española de
todos los tiempos, se puede decir. En España diez es la mejor nota que puede recibir un alumno en la escuela. Por eso
expresa excelencia.
Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
Ocho, por otra parte, simboliza arrogancia. Miguel es más chulo que un ocho significa que Miguel se cree mejor que
los demás y que lo muestra abiertamente. Probablemente también le gusta vestir elegante. El dicho viene de la línea
8 de tranvías madrileños.
Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
Trece es el número de mala suerte, pero solo cuando cae los martes. Otros días de la semana es inocente aunque
quizás nunca querido ni deseado.

Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
Quince es un número curioso porque los españoles suelen decir quince días cuando piensan en dos semanas, que en
realidad cuentan con catorce jornadas. En quince días puede recoger el coche significa que el coche se puede recoger
justo dentro de dos semanas.

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Por último, el número cuarenta. Es especial porque puedes cantarle a alguien las cuarenta y esto significa que le echas
una bronca. Pepe es muy travieso y los padres le cantan las cuarenta todos los días. Pobre Pepe; le gustan bromas y
chiquilladas, pero sus padres no lo entienden y lo regañan.

Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
Mi abuelo es la persona más original e interesante que conozco. Se llama Octavio. Es medio chileno (por la parte
paterna) y medio argentino (a través de su madre, mi bisabuela), pero su familia materna también tiene raíces
alemanas y judías.

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Mi abuelo tiene 85 años, pero sigue lleno de energía. Es antiguo profesor y director de la escuela local. Cada semana
visita a sus viejos estudiantes y ahora docentes del centro. Habla con ellos de las nuevas maneras de dar las clases
(llamadas nuevas tecnologías), pero también escucha sobre sus problemas con los alumnos y les da consejos.

Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
A veces incluso imparte alguna clase. Vale la pena añadir que mi abuelo va al colegio a pie, cinco kilómetros de ida y
otros cinco de vuelta.

Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
Aparte de eso, mi abuelo trabaja cada día en su jardín. Por la mañana va un rato a la piscina y por la tarde le gusta leer
libros… y estudiar idiomas. Ahora estudia japonés con una profesora particular que le da clases por Skype.

Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
Octavio es viudo, pero los sábados visita a su mejor amiga de los tiempos de la infancia, Greta, y la lleva a bailar. ¡Es el
mejor bailarín del tango de todo Chile! En el futuro me gustaría ser como mi abuelo: siempre jovial, abierto a las
novedades y activo, a pesar de los años.

Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
Una de las cosas más importantes a la hora de viajar es “tener los papeles en regla”. Por eso debes asegurarte de
llevar encima no solo el billete de avión sino también la documentación necesaria. En algunos países es suficiente con
portar solo el DNI o el pasaporte, pero para entrar en otros estados hay que tener visado.

Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
Para disfrutar de tu viaje tienes que saber qué te gustaría ver y hacer en el lugar de destino. Debes informarte sobre el
país, su cultura, monumentos y atracciones. Incluso es bueno leer algo sobre la comida. Hay mucha gente que vuelve
decepcionada porque piensa que todo el mundo es como su país y no es así.
Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
Además, es necesario aprender algo de idiomas. Inglés es obligatorio y si memorizas algunas palabras básicas del
idioma de tu destino, mucho mejor. La barrera lingüística es uno de los mayores motivos de frustración. Hay
que evitarla a toda costa.

Para aprender español hay que leer. Hay que leer mucho y hay que leer muy a menudo; si es posible, todos los días.
Además, es necesario aprender algo de idiomas. Inglés es obligatorio y si memorizas algunas palabras básicas del
idioma de tu destino, mucho mejor. La barrera lingüística es uno de los mayores motivos de frustración. Hay
que evitarla a toda costa.

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