La nube curiosa

En el vasto cielo azul, flotaba una nube esponjosa y curiosa llamada Nubecita. A diferencia de otras
nubes, Nubecita siempre estaba llena de preguntas sobre el mundo que la rodeaba. Mientras se
desplazaba entre las otras nubes, observaba con asombro el sol, la luna y las estrellas,
preguntándose sobre su origen y su propósito en el universo.

Un día, la curiosidad de Nubecita la llevó a descender de las alturas del cielo y explorar la tierra
debajo de ella. Al tocar suavemente el suelo, se encontró con un sabio anciano que vivía en las
montañas. El anciano, con su barba blanca y su mirada sabia, escuchó las preguntas de Nubecita
con paciencia y cariño.

Durante días, el sabio anciano compartió con Nubecita sus conocimientos sobre el ciclo del agua, la
formación de las nubes y el misterio del universo. Fascinada por cada palabra, Nubecita absorbió
cada enseñanza con entusiasmo y gratitud. Con el tiempo, su sed de conocimiento fue saciada,
pero su corazón anhelaba regresar al cielo y compartir sus nuevas experiencias con las otras nubes.

Con un ligero suspiro, Nubecita se elevó una vez más hacia las alturas, llevando consigo las
lecciones del anciano y el recuerdo de su tiempo en la tierra. Desde entonces, cada vez que
Nubecita flotaba entre las otras nubes, compartía con ellas las historias y enseñanzas que había
adquirido, recordándoles la belleza y el misterio del vasto universo que compartían.