Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Subjetividad
Subjetividad es aquella trama de percepciones, aspiraciones,
memorias, saberes y sentimientos que nos impulsan y nos dan una
orientación para actuar en el mundo. Subjetividad social es esa
misma trama compartida por un colectivo. Ella nos permite
construir relaciones, percibirnos como un “nosotros” y actuar
colectivamente. Hoy que las culturas se fragmentan y diversifican,
la subjetividad individual y colectiva sale como nunca antes a la
superficie de la vida social y queda por lo mismo más expuesta. Un
ejemplo de esta subjetividad la encontramos actualmente en
aquellos procesos, muy complejos por demás, que se producen
como acontecimientos que debilitan los códigos colectivos
mediante los cuales la gente interpreta el mundo; hablamos del
impacto centrífugo de los medios de comunicación sobre las
personas y los grupos que no logran ordenar, clasificar, neutralizar
o valorar el flujo de información que reciben.
El Cuidado de Sí
Como ya se ha dicho, en esta construcción de la subjetividad hay
dos niveles. El primero se realiza en la cultura, y en ella el sujeto
es colocado en lugares precisos y su construcción se hace desde
allí. El segundo, es un nivel micro en el cual el sujeto se construye
a si mismo mediante ejercicios y prácticas. Una de ellas es el
“cuidado de sí”, que constituye la ética del sujeto en Foucault. Esta
práctica supone que uno mismo debe ocuparse de su construcción
y de su cuidado, usando ejercicios reflexivos sobre la percepción y
sobre las palabras con las que produce saber a partir de esa
percepción. De hecho, aquí se trata del cuidado de sí como una
especie de condición de posibilidad del sujeto ético, pues es a
través de esa práctica como el sujeto cuida de los principios éticos
que orientan su formación.
Share this:
——————————–
Pedagogía y Subjetividad
En el ámbito educativo, ámbito en el que el ser humano aparece como sujeto y objeto
de conocimiento y acción, la exploración de las relaciones entre saber, poder y
subjetividad en un determinado espacio y tiempo, abre diferentes líneas de reflexión y
análisis. Así, los procesos de subjetivación pueden ser estudiados como resultado de las
distintas prácticas discursivas y no discursivas que constituyen un dispositivo
pedagógico. De este modo, continuando por las vías abiertas según Foucault, se
propone explorar las diferentes configuraciones que adoptan las prácticas y discursos
pedagógicos actuales en función de su vinculación con las nuevas tecnologías de
gobierno, que en el presente, están sustituyendo a las disciplinarias. Ello permitirá tanto
un abordaje político de la subjetividad, como un análisis crítico del papel que en
ellas juegan los discursos y prácticas pedagógicas.
Es, pues, este saber el que define las posiciones del sujeto en el campo de la
pedagogía; por tanto, sitúa el papel del maestro como sujeto hablante en el contexto de
la misma. El maestro habla sobre pedagogía desde las múltiples posiciones de sujeto
que lo encuadran según las regularidades de un discurso y un saber. El campo de la
enunciación pedagógica es un campo de regularidades en el dominio de los objetos,
conceptos, enunciados y estrategias de discurso; implica la autonomía del maestro en la
producción del discurso pedagógico, que supone el desconocimiento de este campo
regulado de producción enunciativa.
Dispositivos pedagógicos
Un comienzo importante es entonces, detenerse y enfatizar algunos esfuerzos en torno
a la construcción de dispositivos que permita preguntarse cómo el sujeto de la
enseñanza aporta (o no) a la constitución de la subjetividad. Se parte de considerar que
la subjetividad opera a través de un dispositivo, entendido éste como aquello que se
dispone para obtener un resultado. Proveniente de la voz latina disponere (colocar); el
dispositivo se refiere a la instrumentación de una serie de acciones destinadas a lograr
algo. Dicho de otra manera, a un despliegue de técnicas, que en algunos casos puede
enunciarse como objetivos, orientados a la producción de ciertos efectos. Es así como la
formación de sujetos se realiza mediante conjuntos de dispositivos, de maneras de
hacer las cosas y de pensar sobre ellas, este conjunto de dispositivos configuran a su
vez una pedagogía que pone en juego maneras de dar forma a la subjetividad.
En la Escuela Normal Superior Mariano Ospina Rodríguez se hace uso del dispositivo
Encuentros de Cuidado para “configurar un proceso en el que sea posible deconstruirse,
reconstruirse y constituirse como sujeto” (Baracaldo, 2005).
Veamos entonces algunos de los elementos fundamentales de este dispositivo, como
son el juego, la conversación, el taller y las distintas formas de escritura.
El Juego
Alrededor del concepto Juego existen muchas construcciones teóricas. En algunas de
ellas es entendido como un espacio, asociado a la interioridad con situaciones
imaginarias para suplir demandas culturales (Vigostky, 2003); también es considerado
como un espacio liso y plegado (Deleuze, 1994); como un lugar que no es una cuestión
de realidad psíquica interna ni de realidad exterior, sino un espacio intermedio
(Winnicott, 1981); como una acción sometida a un fin (Dewey, 1978); como un proceso
libre, incierto, improductivo, reglado y ficticio (Callois, 1997) o finalmente como una
acción o una actividad
voluntaria, realizada dentro de ciertos límites fijados de tiempo y de lugar (Huizinga,
2002).
Uno de los autores que destacó y puso en un lugar preponderante al juego, fue
Winnicott, quien lo consideró esencial en el proceso que lleva al niño a convertirse en
sujeto. Decía este autor que
… lo universal es el juego (…) conduce a relaciones de grupo, puede ser una forma de
comunicación (…) Jugar es hacer, el juego compromete al cuerpo, el jugar tiene siempre
una implicancia corporal, implica una acción social sobre el mundo y modifica a su vez
el mundo interno. (Winnicott, 1981).
La Baraja de las Siete Puertas ha sido diseñada para facilitar a quienes la juegan su
ingreso en la conversación. Con la conversación se pretende facilitar el pensamiento
sobre la vida de cada uno de los jugadores-docentes, a través de sus relatos
individuales, experiencias, diálogos y conexiones con voces que aparezcan al ingresar
por cualquiera de las siete puertas. A medida que se va jugando, una y otra vez, cada
jugador puede apreciar las múltiples posibilidades de intercambio sobre diversos
aspectos que ofrece este juego .
A partir del modelo de juego como espacio, en el que los canales de comunicación con
el sí mismo y con los otros se hallan simultáneamente permeables, aplicará el concepto
de juego a la experiencia analítica.
———————————–
Esta es una muestra de este tipo de escritura: Desde la preparación del tema para la
clase siguiente, buscando enlazarlo con el tema de las articulaciones y el movimiento
del área de ciencias, pensé mucho cómo manejar la continuación con la pregunta
inteligente, cómo despertar el interés por el tema para luego construir, esto me
angustiaba porque era la primera vez que lo manejaba de esa manera.
Como habíamos redactado varias preguntas muy relacionadas entre sí, decidí trabajar
esta clase con las tres preguntas: ¿para realizar cualquier movimiento con el sistema
óseo se necesita una articulación?, ¿siempre que hay articulación se puede realizar un
movimiento? y ¿las articulaciones de los miembros superiores del cuerpo humano
permiten todos los movimientos? No sabía qué podía pasar pero me gustó la idea,
cuando expliqué la forma de trabajo, a los estudiantes les llamó la atención, lo pude
observar en sus miradas inquietas y porque se pusieron muy habladores sobre el tema,
y con entusiasmo se pusieron a trabajar. Como había que darle un orden a las tres
preguntas y sustentar el por qué de ese orden, cada grupo lo discutió para poder
hacerlo.
Para la actividad se les dio 15 minutos, después cada grupo tuvo que argumentar el por
qué de la categorización escogida. En el debate cada grupo fue explicando,
argumentaban defendiendo sus puntos de vista, respetuosos de las ideas diferentes,
acalorados tratan de convencer al otro con argumentos sin imponer. Al terminar la
actividad me siento muy contenta pero inquieta porque aunque se les motivó con unas
estrategias un poco castigadoras los estudiantes trabajaron para mejorar, ¿si no hubiera
nota tendrían la misma actitud?
Con estas estrategias poco a poco voy logrando que ellos se sientan la parte más activa
de la clase, aunque falta que algunos se metan en el cuento, pero ahí vamos; creo que
voy por buen camino porque se está despertando el interés por los temas.”
A manera de ejemplo, tomamos este escrito de una maestra desde su experiencia como
alumna: “En la escuela yo era una niña obediente, todo lo que me proponían a hacer lo
hacía, siempre cumplía las reglas del juego, para no contrariar a la profe, porque quien
no lo hiciera lo mandaban para la casa…” . En este escrito, la voz emerge desde la
propia experiencia influida por el peso de la Institución Educativa, es decir, ¿somos lo
que quieren que seamos?
En mi escuela, los mecanismos de control eran muy flojos, hecho que me ha permitido a
veces ir a clase o no, y quedarme jugando a fútbol o ir al cine con mis amigos, que
tampoco querían ir a las clases aburridas (…). Me gustaban las áreas del currículo:
Educación Física, Educación Artística y Religión” .
Los relatos no son nunca meras copias del mundo, como imágenes fotográficas, son
interpretaciones […] El maestro tiene su mente fija en su audiencia (los estudiantes) y
se entrega a lo que se llama interpretación pedagógica y produce un texto pedagógico
[…] es preciso que los maestros aprendan a mirar y comprender textos, prácticas y
aulas pedagógicas.
El sujeto está sometido a una acumulación de imágenes que retiene pero entre las
cuales no existe nexo lógico o narrativo. El sujeto necesita ponerlas en relación, hilarlas,
anteceder unas a otras y mediarlas a través de relatos. Los relatos constituyen modos
de narrar y de dar sentido a lo que inquieta y le pasa al sujeto, son maneras de producir
subjetividad.
El Taller
La palabra taller significa lugar de trabajo, es el ámbito en el cual se realiza el aprender
haciendo. Este dispositivo se orienta hacia la creación de textos e imágenes que se
producen en el desarrollo del mismo. Por ejemplo: quiénes somos y qué es lo que
permite comprender eso que somos. El taller sobre bio-coaching insiste en que los
maestros deben pensarse a sí mismos. Ahora bien, si introducimos estos dispositivos en
la Escuela Normal estamos creando unas prácticas del cuidado de sí y quizás con ellas,
nos estamos instalando en la posibilidad de recu perar al sujeto para sí, y en esa
medida es que vamos constituyéndonos una ética y una estética, dicho en otros
términos, vamos creando un modo de vida y una forma de ser, en el que las relaciones
vitales se fortalecen.” (Baracaldo, 2006)
A modo de conclusión
Lo que aquí se ha intentado, es mostrar que formarse como maestro es formarse como
sujeto de saber pedagógico, es optar por una producción de discurso y de saber; es
asumir el proyecto de la autoformación y la formación de los otros, por la vía de la
relación con el discurso de la pedagogía y su tradición crítica, a través del ejercicio de la
investigación y la narración. Esto resulta de vital importancia sobretodo en las Escuelas
Normales Superiores, que son las que forman a los maestros.
Formarse como maestro es poner el rostro como campo de referencia para el otro, el
aprendiz, sabiendo que éste opta por seguir las formas de acercamiento que el rostro
del maestro propicia, o quizás, que la sabiduría de éste le permite. La relación con el
otro exige del maestro una capacidad de construirse a sí mismo, que hace parte del
intercambio de la formación, ya que solo se da en la perspectiva de los otros. Es la
intersubjetividad de la formación la que adviene al ejercicio de autoconstrucción en las
instituciones formadoras de maestros. El “entre” de la relación de intersubjetividad es el
abrir el rostro del maestro a los embates de la distancia con el aprendiz.
————————————————————-
Referencias
Baracaldo, M. E. (2006). Borrador sobre el Taller. (Material sin publicar).
Baracaldo, M. E. (2006). La subjetividad en la escuela. Manizales. (Material sin
publicar).
Callois, R. (1997). Los juegos y los Hombres. Bogotá, D.C: Fondo de Cultura Económica.
Deleuze, G. (1994). La lógica del sentido. Barcelona: Paidós.
Dewey, J. (1859/1978). El juego y el trabajo en el programa. En J. Dewey, Democracia
y educación. Una introducción a la filosofía de la educación. Buenos Aires: Ed. Lozada.
Foucault, M. (1983). Saber y Verdad. Madrid: La Piqueta.
Foucault, M. (1987). Historia de la sexualidad. El uso de los placeres. Madrid: Siglo XXI.
Foucault, M. (1991). Tecnologías del yo y otros textos afines. Barcelona: Paidós.
Foucault, M. (1994a). El sujeto y el poder. En: FOUCAULT, M. Dits et écrits. Vol. IV.
París: Gallimard. pp. 222-241. (Foucault, M. (1987), El sujeto y el poder, En Michel
Foucault: Discurso, poder y subjetividad, Buenos Aires, El cielo por asalto )
Foucault, M. (1994b) El retorno de la moral. En: FOUCAULT, M. Dits et écrits. Vol. IV.
París: Gallimard. pp.696-707. (Foucault, M. (1999), El retorno de la moral, En Estética,
ética y hermenéutica, Barcelona, Paidos, p.383, 391)
Huizinga, Johan. (2002) Homo ludens. Madrid: Alianza Editorial Presidencia de la
República de Colombia. (2005) Baraja de las Siete Puertas. Bogotá, D.C: Familias en
Acción, Acción Social.
Quiceno, H. (2003). Foucault, ¿Pedagogo? Revista Educación y Pedagogía, V. XV, Nº 37,
199-216. Vigotsky, L. (2003). El desarrollo de los procesos psicológicos.
Barcelona:Critica.
Winnicott, D. W. (1981). Juego y realidad. Buenos Aires: Paidos.