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2023
Presentación1
Aspirar a desempeñarse en el Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires significa tomar
responsabilidades que son de importancia para la vida pública. El ingreso a uno de los poderes del Estado,
implica asumir el compromiso de respetar y hacer efectivos los Derechos Humanos, la Constitución Nacional,
el Estado de Derecho y las leyes en general. La tarea de cada agente influye en el acceso a la justicia por parte
de los ciudadanos y ciudadanas, la igualdad, la no discriminación, y de esta manera modifica aspectos
sustantivos de la vida de quienes habitan la Provincia.
El resultado de la tarea judicial impacta directamente en la existencia de los ciudadanos y ciudadanas
que están implicados en las causas que se tramitan, en las que se ponen en juego la libertad, el patrimonio,
los vínculos familiares, los aspectos relacionados con el trabajo, entre otros.
Indirectamente, la calidad de la tarea contribuye a la realización de la justicia y consecuentemente
de la paz social. Por ello es importante conocer el funcionamiento del sistema legal y judicial para que cada
agente sea consciente de las consecuencias de su accionar y pueda encarar la tarea que les sea encomendada
con la profesionalidad necesaria para transformar cada acto en una contribución a la justicia.
Este material se propone como un aporte para la preparación al ingreso al Poder Judicial de la
Provincia de Buenos Aires, y refleja los contenidos mínimos necesarios del área Derecho para poder
desempeñarse en dicha tarea. Les invitamos a leerlo atentamente como parte de un aprendizaje responsable.
El texto ha sido redactado de un modo que, sin eliminar contenidos que son de importancia, pueda
ser accesible a un lenguaje de común comprensión para la generalidad de la ciudadanía. Cabe recordar que
en el presente módulo se desarrollan conceptos que son técnicos, lo cual posee cierta complejidad y requiere
de la concentración del lector o lectora. De todos modos, al final del texto figura un Glosario con definiciones
muy breves de algunos de los conceptos manejados a los largo del módulo.
El mismo fue esquematizado bajo un enfoque de autoaprendizaje: la presentación de definiciones
concretas y sencillas tienden a facilitar la comprensión del contenido desarrollado.
Los objetivos generales propuestos son:
Lograr que los y las postulantes adquieran nociones básicas acerca de los principios que rigen
nuestro ordenamiento jurídico como también de las instituciones que componen nuestro Estado, tanto
en el ámbitonacional como el provincial y, puntualmente, todos aquellos organismos que intervienen
en la actividad jurisdiccional de nuestra provincia.
Lograr que los y las postulantes conozcan la reglamentación que rige el desempeño de quienes
componen el Poder Judicial Provincial, como así también las relaciones laborales que los y las
vinculan.
El objetivo específico propuesto en cada eje temático es la interpretación del concepto general del
tema tratado, las pautas que lo caracterizan y, finalmente, la comprensión de la dinámica que se establece
entre los componentes del contenido abordado.
Como se adelantara, el material fue desarrollado en ejes temáticos vinculados al perfil esperable en
las personas aspirantes.
El primer eje contiene los conocimientos básicos respecto de las notas distintivas que marcan
nuestro orden constitucional tanto nacional como provincial.
Las disposiciones e instituciones constitucionales fueron abordadas bajo el esquema en que
clásicamente se divide nuestra Carta Magna, haciendo una breve reseña acerca de los principios contenidos
en el Preámbulo para luego desarrollar cada una de las normas que componen la Parte Dogmática y
finalmente concluir con las instituciones que se regulan en la Parte Orgánica.
Inmediatamente después se desarrollan las nociones generales que rigen la organización judicial
provincial.
De seguido, la seriación de los ejes temáticos responde al desarrollo de los distintos fueros en los
que se divide y estructura la administración de justicia en nuestra provincia (Fuero Civil y Comercial, Fuero
Laboral, Fuero de Familia, Fuero Penal, Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, Fuero Contencioso
Administrativo). Se fijan las características propias de cada uno, los principios que los rigen, su integración y
los procesos llevados a cabo en cada uno.
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El presente documento ha sido elaborado con empleo de lenguaje género sensitivo, procurando tanto el uso de conceptos y
expresiones neutras como la expresa utilización del género femenino en los casos pertinentes. De este modo se cumplen los
estándares establecidos para la no discriminación en razón del lenguaje.
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Luego se destina un eje temático a la Justicia de Paz Letrada, con una breve reseña histórica de sus
orígenes, en principio, y luego la exposición de su actual competencia, integración y funcionamiento.
Finalmente, el último eje trata sobre el Ministerio Público Provincial, dándose una introducción de
sus características para luego profundizar acerca de la composición, funcionamiento y competencia.
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TÍTULO 1: NOCIONES GENERALES DE DERECHO CONSTITUCIONAL
ARGENTINO
Concepto
En líneas generales, puede afirmarse que el Derecho Constitucional es la rama del derecho público
que tiene por objeto de estudio todo lo relativo a la organización política y jurídica del Estado, como
también la declaración de las libertades y derechos, tanto individuales como colectivos de las personas
que lo componen, y las instituciones que garantizan el ejercicio de tales derechos, estén o no previstos
en un texto constitucional.
Constitución
En sentido jurídico, la Constitución es la ley suprema o conjunto de normas fundamentales que
fijan y regulan la organización de un Estado.
Esta norma fundamental es establecida por la Nación misma que la crea; entendiendo en este caso a
la Nación como la comunidad o pueblo que comparte características culturales comunes y busca
organizarse como un Estado para ordenar la convivencia social.
El respeto a las costumbres y tradiciones de la comunidad es lo que garantiza y da legitimidad a la
Constitución.
Esta idea de Nación es la que se desprende de las manifestaciones contenidas en el preámbulo de
nuestra Constitución, al declarar: “Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina reunidos en
Congreso General Constituyente…ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la
Nación Argentina”.
La Constitución como instrumento fundamental y supremo busca fijar los límites del poder que el
pueblo delega a los gobernantes en el acto de su elección.
La Constitución reconoce además, las libertades y derechos tanto individuales como colectivos de las
personas que integran la comunidad, asegurándoles al mismo tiempo instrumentos o garantías que
hacen posible el ejercicio y goce de tales facultades.
Constitución Nacional
El 1 de mayo de 1853 fue sancionada la Constitución de la Nación Argentina que estableció la forma
representativa y republicana de gobierno así como la organización federal de Estado en términos
territoriales. Al momento de su sanción, la Provincia de Buenos Aires no integraba la Confederación
que juró la Constitución. La Provincia de Buenos Aires se sumó a la Confederación Luego de la batalla de
Cepeda, donde los ejércitos al mando de Justo José de Urquiza derrotaron al ejército de Buenos Aires. Así,
ambas partes suscribieron el Pacto de San José de Flores, el 11 de noviembre de 1859.
En el marco de dicho acuerdo, la Provincia de Buenos Aires convino su incorporación a la
Confederación, previo convocar una convención provincial para revisar la Constitución sancionada en
1853. Una vez hechas las recomendaciones por parte de la convención provincial y aceptada estas por la
convención nacional, el 23 de septiembre de 1860, se sancionó el texto constitucional definitivo. Por tal
razón, se suele hacer referencia a la “Constitución histórica de 1853/60”.
Esta misma Constitución, con las reformas llevadas a cabo en los años 1866, 1898, 1949, 1957, 1972
y 1994, es la que nos rige hoy en día.
Partes de la Constitución
El texto constitucional argentino tiene un preámbulo, una parte primera o “parte dogmática”, una
parte segunda o “parte orgánica" y por último, una parte de disposiciones transitorias.
El Preámbulo contiene y condensa las decisiones políticas fundamentales, las pautas del régimen, los
fines y objetivos, los valores y principios propugnados, el esquema del plan o programa propuesto por el
poder constituyente. Es bajo los principios y objetivos generales que fija el Preámbulo que la
Constitución Nacional debe ser interpretada por los funcionarios judiciales.
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Luego, encontramos una primera parte, denominada dogmática, en la que lo largo de dos capítulos
(entre el art. 1 al 43) se ubican disposiciones constitucionales que fijan declaraciones, reconocen
derechos y establecen garantías para la ciudadanía.
En una segunda parte denominada parte orgánica, organizada en cuatro secciones que van desde el
art. 44 al 129. Allí aparecen regulados los órganos de gobierno o al decir del propio texto constitucional,
las autoridades de la Nación.
Características
Como se advierte de lo señalado hasta el momento, las disposiciones constitucionales se
encuentran plasmadas de manera escrita en un solo texto o instrumento, lo que lleva a determinar
que nuestra Carta Magna responde al esquema de una constitución escrita o “formal”.
Por otra parte, el hecho de que para su reforma total o parcial sea necesario convocar a una
convención (tal como se dispone en su art. 30), le da el carácter de rígida, pues solamente es siguiendo
ese mecanismo que la Constitución puede ser modificada. Al tratarse de nuestra ley más fundamental,
el reformar la Constitución requiere de un procedimiento más exigente que para la sanción del resto de
las normas legales. De este modo, el Congreso Nacional no puede modificar la Constitución: solamente
puede hacerlo una Convención General Constituyente formada especialmente para asumir esa tarea.
Poder Constituyente
La convención que señala el art. 30 CN refiere a la Convención General Constituyente, que es la
encargada de llevar a cabo el Poder Constituyente; es decir la voluntad del pueblo que se plasma en el
nuevo texto constitucional. Sólo el Poder Constituyente puede dictar una constitución o reformar la
existente.
En el caso de sancionarse una constitución nueva se dice que el Poder Constituyente es “originario”;
y en el supuesto de que la convención tenga por objeto reformar una ya existente este Poder Constituyente es
“derivado”.
El Poder Constituyente se diferencia de los Poderes Constituidos –como el Poder Ejecutivo, el
Poder Legislativo y el Poder Judicial- en que éstos encuentran su origen y son regulados por el texto de
la Constitución dictada por el Poder Constituyente.
Supremacía Constitucional
En varios pasajes nos referimos a la Constitución como la Norma Fundamental, la Ley Suprema
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o la Carta Magna. Todas estas denominaciones tienen su origen en la histórica pretensión del Derecho
Constitucional de marcar la jerarquía superior y autoridad del texto constitucional por sobre las
restantes normas que imperan en un Estado. Es decir, en remarcar la superioridad de la Constitución
sobre el conjunto de normas que conforman el orden jurídico, y sobre los elementos que integran el
Estado.
El carácter de fundamental aparece desde el momento en que la Constitución es el
instrumento fundacional del Estado. En este enfoque toda norma y toda institución deriva de los
principios contenidos en sus disposiciones. Por ende, no pueden ser contrarios a lo que la Constitución
establezca
El carácter supremo de la Constitución Nacional significa que no se reconoce otra norma por encima
de ella. Todas las demás leyes están subordinadas al texto constitucional. En tal sentido, el art. 31 de la
Constitución expresamente declara que: “esta Constitución, las leyes de la Nación que en su
consecuencia se dicten por el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras, son la ley suprema
de la Nación y las autoridades de cada provincia están obligadas a conformarse a ella”.
Pero con la reforma realizada a la constitución en el año 1994, la Convención General Constituyente
reunida en ese momento le otorgó jerarquía constitucional a un conjunto de tratados y declaraciones
internacionales de derechos humanos, expresamente previstos en el art. 75 inc. 22, entre los cuales se
encuentran: la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Declaración Americana de Derechos y
Deberes del Hombre, y una importante diversidad de tratados que adquieren el nombre de pactos y
convenciones, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales; y la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Actualmente se sostiene que la máxima jerarquía legal dentro de nuestro cuerpo normativo está dado
por lo que se denomina el “Bloque de Constitucionalidad”, el cual está conformado por la Constitución
y por los tratados de derechos humanos a los que se les ha otorgado una jerarquía similar a nuestra Ley
Suprema.
El art. 75 inc. 22 de la Constitución también prevé un mecanismo para poder incorporar nuevos
tratados internacionales de derechos humanos a este “Bloque de Constitucionalidad” y compartir la
jerarquía constitucional con el resto de las normas que componen dicho bloque. De esta manera, luego
de 1994 se han incorporado tres instrumentos internacionales más. Todos estos tratados rigen “en las
condiciones de su vigencia”. A los tratados mencionados de tipo general2, se le suman otros de
naturaleza específica3 incluidos en el inciso mencionado, y tres que se agregaron con posterioridad4
mediante el mecanismo impuesto por dicho artículo, todos los cuales también “rigen en las condiciones
de su vigencia”5 y gozan de jerarquía constitucional.
Pero hay más tratados de derechos humanos6, muchos de los cuales no han sido incorporados
al “Bloque de Constitucionalidad”, así como tam bién hay tratados sobre otros temas, entre ellos
los de integración o los concordatos con la Santa Sede (que son los tratados celebrados con el Vaticano).
Según nuestra Carta Magna, todos ellos poseen una jerarquía superior a las leyes (supralegal) pero
inferior a la Constitución (infraconstitucional).
Niña.
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Es decir, tal como efectivamente rigen “en el ámbito internacional y considerando particularmente su efectiva aplicación
jurisprudencial por los tribunales internacionales competentes para su interpretación y aplicación”, según doctrina de la CSJN en
el caso “Giroldi” (07-04-1995).
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La Nación Argentina ha ratificado entre otros: la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura; el Protocolo
Adicional I a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a Derechos Económicos, Sociales y Culturales “Protocolo
de San Salvador”, el Protocolo Adicional II a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a Abolición de la Pena de
Muerte “Protocolo de Asunción”; la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer; la
Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Personas con Discapacidad; la
Convención sobre los Derechos de los Trabajadores y las Trabajadoras Migrantes y sus Familias; y la Convención Internacional para
la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas.
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Jerarquía de las normas en el Ordenamiento Jurídico Argentino
Según la Constitución Nacional (en adelante CN), luego de la reforma del año 1994, existen cinco
niveles dentro del orden jerárquico normativo, tal como lo muestra el cuadro que se muestra a
continuación.
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Tener en claro las distintas jerarquías de las normas dentro del Derecho argentino es clave, pues
es posible encontrar leyes que puedan contradecir con lo establecido por normas superiores. En este
tipo de casos, suelen presentarse pedido de inconstitucionalidad de las normas que resultan
contradictorias con la Constitución Nacional y es el Poder Judicial el encargado en decidir estos planteos
en cada caso en que se presenten por parte de las posibles personas afectadas. Este control normativo
que ejerce el Poder Judicial para verificar la constitucionalidad o no de las normas es lo que se denomina
control de constitucionalidad y lo puede realizar cualquier juez o jueza de la Nación.
Sin embargo, el Estado argentino no sólo está obligado por sus leyes internas sino también por
el derecho internacional. El derecho internacional es el desarrollado en conjunto con el resto de las
naciones del mundo mediante tratados internacionales sobre la gama más amplia de temas. Pero una
vez que el Estado se obliga con otro mediante un tratado internacional, debe cumplir con lo acordado
para evitar tener que responder o indemnizar a otros Estados.
El Poder Judicial es clave para ejercer esta verificación de las obligaciones, nacionales e
internacionales, a las que el Estado se somete, pues es el nexo entre los actos públicos del Estado y los
ciudadanos particulares. Si algún acto de algún particular o incluso del Estado mismo afecta algún
derecho o alguna garantía establecida en la Constitución o en tratados internacionales, el damnificado o
damnificada puede presentarse ante un tribunal para reclamar por el ejercicio o la vulneración de sus
derechos. De ese modo se garantiza el acceso a la Justicia: uno de los principios más elementales para
acudir a los tribunales y hacer valer la ley en casos concretos.
También es posible que el Estado argentino se obligue internacionalmente mediante la firma de
algún tratado y que ello ponga en contradicción alguna ley interna de nuestro país. Si ello ocurre,
prevalece el tratado internacional por sobre las leyes locales. Pero esto no opera de manera automática
sino que es también función de los tribunales el poder ejercer el control de las normas para ver si se
ajustan al derecho internacional vigente o no. Dado que a los tratados internacionales también se los
puede llamar “convenciones” es que a ese control se lo denomina control de convencionalidad, y a
diferencia del control de constitucionalidad no sólo puede ejercerlo cualquier juez de la Nación sino
también tribunales internacionales. Sólo existe una excepción a esta regla de prevalencia del derecho
internacional sobre el derecho interno y es cuando la norma interna resulte más favorable a los
derechos e intereses de la persona.
En conclusión, podemos decir que las normas deben ser congruentes entre sí, y si hay
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contradicciones entre ellas es el Poder Judicial el encargado de revisarlas en cada caso en concreto y
resolver tal contradicción ejerciendo los controles de constitucionalidad y de convencionalidad.
Es por ello que la Constitución Nacional ya no es suprema en términos absolutos, lo que ha
llevado a parte de la doctrina a decir que los análisis de constitucionalidad ya no resultan suficientes
para medir la legalidad de una norma, sea ésta general o particular, sino que resultan imperiosos en el
actual estado de cosas los análisis de convencionalidad.
El derecho en su conjunto debe ser evaluado desde la perspectiva, normas, instituciones, y
jurisprudencia del derecho internacional de los derechos humanos.
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TÍTULO 2: PRIMERA PARTE DE LA CONSTITUCIÓN
Declaraciones, Derechos y Garantías
La primera parte de la Constitución (comúnmente llamada “parte dogmática”) contiene
declaraciones, derechos y garantías para toda la población. Las declaraciones son los principios
fundamentales para la organización del país. Los derechos son reconocimientos por parte del Estado de
potestades inherentes para todos los individuos. Y las garantías son las reglas para asegurar el respeto de
los derechos legalmente reconocidos.
La Constitución así como muchas de las leyes del país establecen derechos y garantías. Una vez
reconocidos estos, el Estado no puede desconocerlos, cercenarlos o desnaturalizarlos creando
excepciones que impidan su cumplimiento. Este límite está fijado en la Constitución en su art. 28, al
señalar que los principios, declaraciones y garantías reconocidos no podrán alterarse mediante el
dictadode leyes que reglamenten su ejercicio.
Así como el Estado no puede limitar de forma injustificada los derechos de la ciudadanía, las
personas tampoco pueden ejercerlos en forma abusiva, de modo que afecte los derechos de otros. Por
ende, no hay derechos absolutos. La Constitución establece esto en su art. 14 diciendo que “Todos los
habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamentan su
ejercicio.”
Todo acto y omisión de autoridades públicas o de particulares que en forma actual o inminente
lesione, restrinja, altere o amenace con arbitrariedad o ilegalidad evidente derechos o garantías
reconocidos por la Constitución, por un tratado o por una ley podrá ser declarado inconstitucional por
cualquier juez, según lo regula el art. 43 CN (véase Acción de Amparo más adelante).
Declaraciones
Las declaraciones aparecen en primer orden. Consisten en grandes principios rectores que dan
el perfil a la organización del Estado Nacional en su faz política, económica, social, cultural y religiosa.
Para dar un ejemplo: una expresión en materia religiosa se encuentra en lo dispuesto por el art.
2 CN al indicar que el: “El Gobierno Federal sostiene el culto Católico Apostólico Romano”. Este artículo
hace referencia al sostén económico que el Estado Nacional presta al culto católico, según lo manifiesta
el art. 2 CN mediante esa declaración.
Una manifestación con claro sentido social surge de lo dispuesto por el art. 15 CN en el que
categóricamente se expresa: “En la Nación Argentina no hay esclavos”. Esta otra declaración establece la
prohibición de la esclavitud y, por ende, fija como principio la libertad física individual.
Otro ejemplo de tales declaraciones, ahora de contenido político, la encontramos en el art.1 CN
al fijarse que: “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa, republicana y federal”.
Lo cierto en este caso es que la forma de gobierno es “representativa”, pero aquello que se establece con
losconceptos de “republicana y federal” refiere a la forma de Estado, como se verá seguidamente.
Después de la última reforma constitucional y según lo establecido por los artículos 1, 5, 121, 122,
123 y 129 CN, el federalismo argentino reconoce las siguientes descentralizaciones territoriales
del poder político, a saber:
Gobierno Nacional.
Gobiernos Provinciales.
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Gobiernos Municipales.
Derechos
Los Derechos, en el sentido que aquí se los pretende conceptualizar, pueden ser definidos como
las facultades reconocidas a cada persona tanto para hacer como también de elegir abstenerse de
hacerlo., E l l o p e r m i t e q u e p u e d a n s e r e x i g i d o s tanto por parte del Estado como por parte de
terceros el reconocimiento y el disfrute de tales prerrogativas cuando son vulnerados o afectados.
De las disposiciones que componen la parte dogmática, los arts. 14, 14 bis y 33 resultan ser los
más significativos, aunque no los únicos, a la hora de enumerar los derechos reconocidos a cada una de
las personas que forman nuestra sociedad.
Asimismo, el corpus de derechos reconocidos en nuestra Carta Magna se ve enriquecido por
aquellos consagrados en los instrumentos de Derechos Humanos a los cuales se les ha reconocido
jerarquía constitucional o no, de los cuales el Estado argentino forma parte.
Garantías
Finalmente, las garantías integran una serie de procedimientos que aseguran los medios para
hacer efectivo el goce de los derechos. Puntualmente son instrumentos de protección de los derechos
reconocidos por nuestra Constitución.
Podemos citar como garantías procesales básicas: el habeas corpus, el habeas data y el amparo.
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Habeas Corpus
El habeas corpus -expresión en latín que significa "tengas el cuerpo". Es una garantía
constitucional que ampara la libertad física, corporal o de poder transitar libremente frente a
restricciones arbitrarias y mediante un proceso judicial sumamente rápido.
El hábeas corpus es una garantía porque constituye un medio o instrumento de protección que
defiende derechos y libertades específicas: la libertad física, corporal o de locomoción. Dicha libertad
constituye un bien jurídico de particular jerarquía por referirse a uno de los atributos más preciados y
valorados de la libertad y dignidad de la persona. Si bien el hábeas corpus ya era muy utilizado
judicialmente en nuestro país, a partir de la reforma de 1994 es que nuestra Constitución lo incluyó
expresamente.
El pedido de habeas corpus puede ser presentado tanto por la persona afectada, como por
cualquier otra en defensa de ésta. Su tramitación debe ser rápida y expedita, esto es con los plazos
judiciales más abreviados posibles. Ello no quita que el juez o la jueza pidan los informes pertinentes a
cualquier oficina del Estado o cualquier particular, así como los demás elementos que le permitan
verificar la legitimidad o ilegitimidad de la detención o afectación a la libertad física de una persona.
Aunque las garantías judiciales se suspenden durante el Estado de Sitio, el habeas corpus se
mantiene vigente incluso en ese momento para resguardar la libertad de los individuos y evitar
detenciones arbitrarias.
El habeas corpus funciona como una garantía o protección mínima al derecho de la libertad
física, pero si alguna provincia tiene en su propia Constitución o en alguna otra ley provincial alguna
mejor o mayor protección a la libertad de las personas, se aplicará esa mejor garantía.
En nuestra provincia el habeas corpus se encuentra detalladamente regulado en el Código
Procesal Penal (arts. 405 a 420).
Acción de Amparo
Se trata de una presentación judicial que sirve para hacer efectiva la protección y el goce de los
derechos reconocidos en la Ley Fundamental, siempre que los derechos afectados no sean la libertad
ambulatoria o datos personales. Para esos supuestos es que se encuentran previstos el habeas corpus y
el habeas data, que veremos enseguida.
La acción de amparo es un procedimiento judicial, más breve que los juicios comunes, que
asegura un medio rápido para la protección de los derechos y las libertades constitucionales. Su objetivo
es hacer operativos los contenidos de la libertad previstos en nuestra Carta Magna frente a situaciones
inminentes o que necesitan la inmediata atención de la Justicia. Sin embargo, no todo reclamo judicial
puede tramitarse por la vía de la acción de amparo: el amparo judicial sólo procede si no haya otra vía
judicial más idónea. Por ejemplo: no puede reclamarse la libertad de un individuo detenido
arbitrariamente por la vía del amparo. Para esos casos el habeas corpus es una vía judicial más idónea.
Tampoco puede tramitarse un divorcio o un reclamo indemnizatorio por amparo, por ejemplo, pues se
necesita que todos los reclamos alegados en el juicio deban probarse y el amparo no posee un momento
especial durante el proceso judicial para que las pruebas puedan presentarse: debe hacerse todo al
momento de iniciarlo. Para reclamos así es que proceden los juicios comunes u ordinarios, que es una
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forma más idónea para ejercer el reclamo ante los tribunales.
El amparo fue incorporado como garantía expresa en la Constitución Nacional por la reforma de
1994, en los párrafos 1º y 2º del art. 43 de la Constitución Nacional: "Toda persona puede interponer
acción expedita y rápida de amparo ...".
Es común que erróneamente se la llame “recurso de amparo”, pero no se trata de un recurso
sino de una acción, una acción judicial, es decir de presentar una demanda para iniciar un procedimiento
formal ante la Justicia. El amparo es una acción, que debe ser expedita y rápida, es decir que se
requiere simplicidad y celeridaden su procedimiento.
Frente a una amenaza inminente o actual de un derecho ninguna autoridad puede requerir que
deba hacerse reclamos previos antes de iniciar un amparo judicial, ya que ello afectaría la naturaleza
misma del instituto y del mandamiento constitucional. En suma, el texto constitucional no requiere que
se agote ninguna vía administrativa previa.
Mediante el amparo puede impugnarse no sólo actos u omisiones directamente contrarios a la
Constitución Nacional, sino también aquellos que transgredan normas contenidas en un instrumento
internacional o una ley. Asimismo, el amparo protege los derechos no sólo frente a actos u omisiones
lesivas de autoridades públicas, sino también de particulares.
Esta forma de presentación judicial es frecuentemente utilizada para solicitar la declaración de
inconstitucionalidad de una ley si se la entiende violatoria de la Constitución. El juez o jueza que atienda
ese caso estará habilitado para ejercer el control de constitucionalidad sobre la ley objeto del reclamo y,
si efectivamente la constata como contraria a la Constitución, la declarará inválida para ese caso
concreto, y no podrá ser aplicada.
Originalmente el amparo servía para proteger derechos individuales, por lo que solamente podía
presentarse mediante un reclamo individual. Actualmente el amparo también es reconocido por Nuestra
Constitución para resguardar derechos colectivos (al medio ambiente, derechos de los usuarios, etc.). Es
lo que se le llama “amparo colectivo”. También se ha ampliado la franja de personas legitimadas para
presentar un amparo, al incluir a la persona afectada, al defensor o defensora del pueblo y a las
correspondientes asociaciones registradas (como las asociaciones de consumidores, etc.).
Habeas Data
El habeas data, es una expresión en latín que significa "tengas el dato". Es un procedimiento
breve y sumario tendiente a conocer los datos que constan en registros o bases de datos, y que incluye
la posibilidad de corregirlos o actualizarlos si son erróneos o están desactualizados. Permite asegurar la
confidencialidad de determinada información y asimismo cancelar aquélla que no debería ser objeto de
registración. Nuestra Constitución prevé esta garantía en el art. 43 y al igual que el amparo o el habeas
corpus fue incluido expresamente gracias a la reforma de 1994.
Los casos en los que puede aplicarse el habeas data es amplio: comprende todo registro, utilice
o no medios informáticos, sea público o privado, en cuyo caso debe tener naturaleza pública, es decir:
estar destinado a dar a conocer los datos, sea con alcance general (a todo el público) o restringido (por
ejemplo: registrode morosos distribuido en entidades financieras.
Además de las hasta aquí desarrolladas, y que denominamos garantías “procesales” en sentido
estricto, nuestra ley fundamental reconoce a los habitantes numerosas garantías que la doctrina denomina
“institucionales”, que se encuentran dispersas en el contenido de los artículos que componen la parte
dogmática. A continuación se reseñan algunas de las más características.
La Seguridad Jurídica
La seguridad jurídica implica una actitud de confianza por parte de la población hacia el derecho
vigente, y una razonable previsibilidad sobre su futuro. Es la que permite prever las consecuencias
legales de las acciones de las personas, así como las garantías de orden constitucional de que gozan
tales actos.
Se trata, en definitiva de la confianza en el orden jurídico, la cual se apoya en dos
manifestaciones vertebrales: la protección del individuo frente a los actos arbitrarios y la previsibilidad
(poder anticipar la conducta de otras personas y entre ellas la del Gobierno).
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Derecho a la Jurisdicción
Es el derecho a la protección judicial está consagrada en el plano internacional en el art. 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica y en el art. 14 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ambos instrumentos con jerarquía constitucional.
Lo que se conoce como “Estado de Derecho” es una comunidad organizada por normas que
rigen la vida de las personas. Y todo Estado de Derecho debe asegurar -como una de sus garantías
fundamentales- la posibilidad cierta y efectiva de acceder a un recurso judicial que sea efectivo contra
cualquier acto que pueda resultar violatorio de sus derechos. Si esta garantía no existiese, podría
afirmarse que se carece de seguridad jurídica, ya que no podría hacerse nada frente a decisiones
arbitrarias por parte del Estado o de otras personas. Una de las funciones esenciales de todo Estado es
reservarse de forma exclusiva el ejercicio del uso de la fuerza, esto es evitar que los particulares hagan
justicia por mano propia. En consecuencia, el Estado debe brindar un adecuado acceso a la Justicia
mediante mecanismos que permitan que sus demandas particulares puedan ser atendidas y revisadas
por un juez o jueza. La inexistencia de tales recursos coloca a las personas en una situación de
indefensión ante el poder estatal, el desamparo y la incertidumbre.
El derecho a la jurisdicción lo tienen todas las personas sean físicas (personas humanas) o
jurídicas (empresas u otras entidades), siempre que cuenten con capacidad legal para para ser parte en
un proceso judicial (como es ser mayores de edad o no estar inhabilitados legalmente en casos de
demencia, por ejemplo). El acceder a la Justicia es un derecho que debe ser ejercido por medio de las
vías legales establecidas.
Debido proceso
Este derecho se vincula directamente con las garantías que componen lo que se llama el “debido
proceso” legal. El debido proceso es una garantía que permite poder obtener un pronunciamiento justo
por parte de los tribunales judiciales dentro de un plazo razonable, y poder hacer valer esa sentencia
judicial para que sea ejecutada, es decir que se cumpla.
La garantía del debido proceso existe para lograr que los jueces y juezas sean imparciales, que
sean honestos en el llevado de los casos que les tocan (es decir, ser probos), y que sean idóneos, es decir
que estén capacitados para poder asumir la tarea de atender los casos que le tocan. Ninguna de las
partes dentro de ese litigio debe verse beneficiada injustificadamente violando los derechos de la otra.
En toda la duración del juicio, en todos los casos, debe procurarse los mismos derechos para las partes
involucradas, evitando la corrupción del proceso judicial. Cualquier violación del debido proceso permite
que la contraparte pida la inmediata nulidad de todo lo desarrollado en el juicio, lo que equivale volver
todo hacia atrás e iniciar nuevamente el reclamo ante otros jueces, que deberán cuidar por las mismas
garantías, incluyendo el debido proceso del nuevo juicio.
Otros detalles sobre el debido proceso los trataremos en el Título 4.
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“ni sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa”.
La garantía de tener un “juez (o jueza) natural” se ubica en la segunda prohibición, la cual es
totalmente distinta a la primera (crear comisiones especiales para juzgar determinados hechos).
La garantía del juez o jueza natural se relaciona tanto con la parte dogmática como con la parte
orgánica de nuestra Constitución, en lo que se relaciona con la organización del Poder Judicial y
administración de justicia.
El art. 18 CN ya citado prohíbe los denominados “tribunales de excepción”, es decir aquellos que
son creados luego de los hechos que se juzgan.
El texto constitucional dice que nadie puede ser “sacado de los jueces designados por la ley
antes del hecho de la causa”. Esto indica que el Congreso es el encargado de crear los tribunales que
integran el Poder Judicial de la Nación, además de determinar su número y modo de integración. Debe
fijar también el territorio que abarcará cada juzgado para recibir las denuncias y demandas de la
ciudadanía, así como dividir en qué temas han de abocarse y las reglas de cómo van a darse los juicios
(es decir, las reglas de procedimiento o reglas procesales).
Es importante distinguir dos conceptos diferentes que aquí surgen: por un lado el “juez o jueza
como persona”, o sea la-persona física que ocupa el cargo, el cual debe reunir determinados requisitos-
y por el otro, el “juez o jueza como órgano” -es el cargo creado por el Congreso dotado de competencia
según el tema (o “en razón de la materia”) y según el lugar (o “en razón del territorio”), ambas
determinadas en la ley-.
Cada causa judicial, de la naturaleza que sea (civil, comercial, penal, laboral, etc.) en el momento
en que aparece o se produce el hecho que la origina, debe tener previamente asignado por ley un
órgano judicial específico, con competencia también específica para resolverla. A esto se refiere la
expresión juez natural de esa causa.
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debe estar fundamentada lógicamente así como basada en lo que la ley estipula. El juez o jueza no
puede sentenciar apartándose de la ley o basándose en simples opiniones propias. Por ende, toda
sentencia tiene que expresar un debido desarrollo argumental, tener en cuenta la prueba aportada y la
regulación dada por las leyes como para poder arribar a una conclusión. Pero al margen de esto, se debe
a su vez garantizar el derecho de recurrir el fallo ante juez o tribunal superior ante cualquier indicio de
arbitrariedad. Un típico ejemplo de ello es la apelación.
Finalmente cabe mencionar el derecho de ejecutar la sentencia judicial firme y definitiva. Una
sentencia es definitiva cuando se trata del último dictamen del juez para resolver el caso que tiene bajo
su consideración. Pero esa sentencia definitiva puede estar sujeta a recursos que cualquiera de las
partes involucradas en el juicio pueden presentar, por ejemplo, ante tribunales superiores (como es el
caso del recurso de apelación, por ejemplo). Si estos recursos se presentan, la sentencia deberá ser
revisada por la instancia superior y habrá que esperar a que ella resuelva. Una vez que se han agotado
todos los recursos posibles, decimos que esa sentencia ha quedad firme. El ejecutar una sentencia es
hacerla cumplir. Sin ello la sentencia sería meramente declarativa y el proceso judicial carecería de
utilidad. La ejecución de una sentencia judicial puede hacerse mediante el auxilio de la fuerza pública.
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TÍTULO 3: SEGUNDA PARTE DE LA CONSTITUCIÓN
Autoridades de la Nación
Tal como dijimos inicialmente, la segunda parte de nuestra Constitución Nacional es la parte
orgánica (del art. 44 al 129) y trata sobre los aspectos más esenciales de la estructura interna del Estado.
En tal sentido, se verán someramente las características y funciones de cada una de las
instituciones del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y como éstos interactúan entre sí, respondiendo
a la característica más básica del sistema republicano que es la división de poderes, la cual exige un
equilibrio de atribuciones y controles mutuos entre los tres órganos de gobierno conocido como el
“sistema de pesos y contrapesos”.
Asimismo, y a fin de dar una reseña sobre la recepción de dichas instituciones en el orden local,
se presentarán paralelamente los poderes regulados por la Constitución de la Provincia de Buenos Aires.
Poder Legislativo
Este Poder representa directamente al pueblo y las provincias que componen nuestro Estado federal.
Tiene por función primordial el sancionar leyes. No obstante, le corresponde el control de los
restantes poderes, por ejemplo mediante la facultad de llevar adelante el Juicio Político a funcionarios y
funcionarias de más alto rango del Estado, tanto del Poder Ejecutivo como del Poder Judicial. Otra de las
funciones que atañen al legislativo es prestar acuerdo en la designación de los Jueces y Juezas
propuestos por el Poder Ejecutivo.
Congreso de la Nación
El Congreso es el órgano que representa el Poder Legislativo. En nuestro país es bicameral, está
integrado por una cámara de Diputados y Diputadas, y por una cámara de Senadores y Senadoras.
La Cámara de Diputados y Diputadas (también conocida como “Cámara Baja”) representa al
pueblo de la Nación, de manera que la cantidad de integrantes de la misma, tiene relación proporcional
directa con la cantidad de habitantes en todo el país. Son elegidos directamente por el pueblo de la
Nación, duran en su cargo cuatro (4) años y pueden ser reelectos. Deben tener como mínimo veinticinco
(25) años de edad, tener al menos cuatro (4) años de ejercicio de la ciudadanía, y haber nacido o residir
desde hace dos (2) años en la provincia donde han de ser electos.
Por su parte, la Cámara de Senadores y Senadoras (también conocida como “Cámara Alta” o
simplemente como el Senado) representa el sistema federal bajo el cual se organizó nuestro Estado:
Existe un mismo número de representantes por cada provincia (3 senadores y senadoras por cada una
de éstas y por la Ciudad Autónoma de Buenos Aries), asegurándose así que todas estén en un pie de
igualdad en cuanto a la representación de sus intereses. Son elegidos directamente por el pueblo de su
provincia, duran en su cargo seis (6) años y pueden ser reelectos. Deben tener como mínimo treinta (30)
años de edad, tener al menos cuatro (6) años de ejercicio de la ciudadanía, y haber nacido o residir
desde hace dos (2) años en la provincia donde han de ser electos.
El Senado está presidido por quien ocupa el cargo de Vicepresidente/a de la Nación.
Las personas integrantes de cada una de las cámaras gozan de inmunidades a los fines de que
puedan ejercer la función representativa para la cual fueron electos, con la menor restricción o
interferencia posible.
Las inmunidades con las que cuentan son básicamente dos: de arresto y de expresión. La primera
protege la libertadambulatoria de la persona que legisla, restringiendo las posibilidades por las cuales se
puede detener al funcionario/a cuestionado/a. Y la restante consiste en que ninguna persona legisladora
puede ser molestadao acusada judicialmente por las opiniones o discursos que emita en el desempeño de su
función.
También en el ámbito del Congreso Nacional funcionan otras instituciones que responden a las
facultades relacionadas con el deber de control que ejerce este poder. Estas son: la Auditoría General de
la Nación (AGN) y el Defensor del Pueblo.
La primera lleva a cabo el control externo de las cuentas del sector público nacional, supervisa
todos los gastos de toda la actividad de la administración pública. Es un instrumento fundamental del
17
Poder Legislativo en el control de la gestión ejecutiva.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo debe proteger los derechos, garantías e intereses
tutelados por la Constitución frente a hechos, actos u omisiones cometidos por la Administración.
En el ámbito de la Provincia de Buenos Aires los funcionarios y las funcionarias enjuiciables son:
Gobernador/a
Ministros/as
Vicegobernador/a
Miembros de la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires.
Procurador/a y Subprocurador/a de la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires.
Fiscal de Estado
Poder Ejecutivo
Este Poder es el que lleva adelante el cumplimiento de las reglas y normas que son
imprescindibles para el funcionamiento del Estado. Es el Poder administrador que además de velar por
el cumplimiento de los actos de gobierno, interviene en la sanción de las leyes poniéndolas en vigencia.
Presidente/a de la Nación
En nuestro país, el Poder Ejecutivo es desempeñado por un ciudadano o una ciudadana con el
título de Presidente de la Nación Argentina, quien resulta electo/a por el voto directo del pueblo. El
18
Poder Ejecutivo en nuestro país es unipersonal, es decir ejercido por una sola persona.
Del texto constitucional se advierte que el nuestro es un sistema presidencialista. La persona
titular del órgano ejecutivo es independiente del resto de los poderes.
Como se mencionara anteriormente, quien ejerce la vicepresidencia cumple la función de
presidir la Cámara de Senadores y reemplazar al presidente o a la presidenta sólo en caso de ausencia o
vacancia.
El Presidente y Vicepresidente duran en sus funciones por el término de cuatro (4) años y
podrán ser reelegidos o sucederse recíprocamente por un solo período consecutivo. Si han sido
reelectos o se han sucedido recíprocamente no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos, sino
con el intervalo de un período. Debe contar como mínimo con treinta (30) años de edad y haber nacido
en el territorio nacional o ser hijo de argentinos nativos, excluyendo la posibilidad de argentinos
naturalizados la posibilidad de poder acceder al cargo. La reforma constitucional de 1994 eliminó como
requisito el pertenecer al culto católico apostólico romano.
Poder Judicial
El Poder Judicial está integrado por los Jueces y por los funcionarios y agentes que se
desempeñan en los diferentes Tribunales, y está encabezado por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación. Al igual que el Congreso de la Nación y que el Poder Ejecutivo Nacional, la sede de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación está ubicada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Su función principal es dictar sentencias que resuelvan los casos presentados por los y las
particulares ante los Tribunales de Justicia. Las sentencias o fallos judiciales abarcan todos los temas que
pueden dar lugar a conflictos: la imposición de penas de prisión a una persona acusada de un delito, la
obligación de pagar una suma de dinero a una persona víctima de un daño, la determinación de una
maternidad o paternidad puestas en duda, la reincorporación de un empleado público, un reclamo
indemnizatorio por despido, divorcios, sucesiones, saldos pendientes en el cobro de pensiones, etc. Es
19
importante reconocer que los fallos son textos cuyas consecuencias son muy concretas: el desalojo
compulsivo, la subasta de bienes, la restitución policial de un niño o niña, son algunos ejemplos de cómo
la actividad judicial tiene un impacto concreto en la vida de las personas que participan de los conflictos.
A su vez, los Jueces y las Juezas participan del sistema de controles y contrapesos propio del
sistema republicano de gobierno.
En el momento del dictado de las sentencias pueden hacerlo a través de la declaración de
inconstitucionalidad que invalide una norma o un acto administrativo (como por ejemplo una Resolución
de un Ministerio). De esta forma se reafirma la supremacía de la Constitución y los Tratados de Derechos
Humanos frente a actos de los otros poderes. Pero el Poder Judicial también es controlado a través de
los mecanismos para la designación y destitución de sus jueces y juezas por los otros poderes, al
participar tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo en los organismos encargados de la selección de
los candidatos, su designación y de sus remociones mediante el Juicio Político.
En suma, la función característica y principal de este Poder consiste en interpretar y decidir
cómo aplicar la ley -en tanto esta contiene supuestos enunciados de modo general- a un caso en
particular, cuando una cuestión controvertida es puesta a consideración de los órganos judiciales con el
fin de obtenerse una respuesta al conflicto.
Además, como se dijera previamente, sobre este Poder recae el control de constitucionalidad.
Esta atribución funciona como un control constante sobre la aplicación que el Poder Ejecutivo y el Poder
Legislativo hacen de la ley y la Constitución. Si pensamos a este tipo de control como una garantía
destinada a obtener una aplicación armónica del derecho vigente, debemos tener en cuenta que el
control de Constitucionalidad hoy sería insuficiente, y debe complementarse con un control de
convencionalidad -que también ya mencionamos-, ya que los instrumentos de derecho internacional de
derechos humanos son norma de aplicación obligatoria para los tres poderes que integran el Estado
argentino, en todos sus niveles.
La Constitución Nacional establece que una Corte Suprema de Justicia ejercerá el Poder Judicial
Nacional, junto a los demás tribunales inferiores que el Congreso establezca en el territorio de la Nación.
El carácter supremo de la Corte implica que su imperio es superior a los restantestribunales del país.
Función Jurisdiccional
La actividad fundamental de este Poder consiste en la aplicación de las leyes vigentes para
resolver los conflictos de intereses en casos concretos que puedan suscitarse entre las personas,
llamados también “pleitos”, “litigios” o “causas”. Se define a la Causa como todo litigio o controversia,
choque de dos intereses enfrentados, que debe ser resuelto aplicando el derecho vigente. Esta labor es
exclusiva y propia del Poder Judicial. En definitiva recae en este poder la función de administrar justicia
cuando asílo requieran los y las habitantes de la Nación.
Los derechos que podemos rotular genéricamente como “derechos a la jurisdicción” son los
siguientes:
Derecho a acceder a un órgano jurisdiccional
Derecho de la persona litigante a presentar lo que pretende lograr con el juicio (sus
pretensiones)
Derecho a obtener un pronunciamiento justo del órgano jurisdiccional en un plazo razonable
Derecho a obtener una sentencia congruente
Derecho a ejecutar la sentencia firme
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Garantía de independencia
Como se mencionara previamente, el principio republicano de la división de poderes exige un
equilibrio de atribuciones y controles entre los tres órganos de gobierno. A fin de evitar una posible
relación de subordinación entre ellos, es necesario establecer instrumentos para su independencia.
Ya hemos visto algunas garantías constitucionales que aseguran la actividad del Poder
Legislativo ydel Poder Ejecutivo, se verá lo pertinente respecto del Poder Judicial.
Las garantías expresamente previstas por la Constitución Nacional (Art. 110) para asegurar la
independencia en el Poder Judicial son:
La inmovilidad de los jueces y juezas, mientras dure su buena conducta.
La intangibilidad de sus remuneraciones.
Más específicamente, el art. 1 de la ley 5827 (texto según Ley 14543) dispone que
La administración de justicia en la Provincia será ejercida por:
La Suprema Corte de Justicia
El Tribunal de Casación Penal
Las Cámaras de Apelación en lo Civil y Comercial, de Garantías en lo Penal y en lo
Contencioso Administrativo
Los Jueces y las Juezas de Primera Instancia en lo Civil y Comercial, de Familia, en lo
Contencioso Administrativo, de Garantías, de Garantías del Joven, de Responsabilidad Penal
Juvenil, en lo Correccional, de Ejecución en lo Penal y de Ejecución Tributaria
Los Tribunales en lo Criminal
Los Tribunales del Trabajo
Los Jueces y las Juezas de Paz
El Juzgado Notarial
El Cuerpo de Magistrados Suplentes
El Tribunal de Jurados
Consejo de la Magistratura
El Consejo de la Magistratura es un órgano creado por la Constitución de la Provincia de Buenos
Aires, que tiene como función seleccionar a los y las postulantes a Jueces/zas de la Provincia de Buenos
Aires e integrantes del Ministerio Público, excepto a quienes integran la Suprema Corte de Justicia, el
Procurador/a y Subprocurador/a General.
Las juezas y los jueces se seleccionan en un proceso que comienza en el Consejo de la
Magistratura, a través de los llamados a concurso público de idoneidad, antecedentes y oposición por el
cual se analizan las referencias profesionales y académicas de candidatas y candidatos que cumplen los
requisitos constitucionales, y se les evalúa en un examen y una entrevista personal. De este modo,
elabora una terna con los/las candidatos/tas con mejor puntuación, y se eleva al Poder Ejecutivo, que
selecciona a una persona de las ternadas. La propuesta del Poder Ejecutivo se eleva al Senado de la
Provincia, que debe prestar su acuerdo.
El art. 175 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires establece que, el Consejo de la
Magistratura se compondrá, equilibradamente, con representantes de los Poderes Ejecutivo y
Legislativo, de jueces/zas de las distintas instancias y de la institución que regula la matrícula de los
abogados y las abogadas en la Provincia. El Consejo de la Magistratura se conformará con un mínimo de
quince personas.
El art. 1 de la ley 11.868 establece que el Consejo de la Magistratura tiene su sede en La Plata y
está integrado por dieciocho (18) miembros.
El Consejo estará integrado por un/a (1) Ministro/a de la Suprema Corte de Justicia, un/a (1)
Juez/a de Cámara; un/a (1) Juez/a de Primera o Única Instancia y un (1) integrante del Ministerio
Público; seis (6) representantes del Poder Legislativo; cuatro (4) representantes del Poder Ejecutivo y
cuatro (4) representantes del Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires.
La Presidencia del Consejo será desempeñada por el Ministro de la Suprema Corte de Justicia de
la Provincia que lo integre.
Las personas integrantes del Consejo permanecerán en sus cargos durante cuatro (4) años, con
renovación parcial cada dos años (arts. 1 y 3, ley 11.868). Se desempeñarán en su cargo mientras dure
su buena conducta, siempre que mantengan la condición que tenían al ser elegidas o designadas como
integrantes del órgano, colegio o estamento del cual provengan.
22
Según el art. 175 de la Constitución Provincial, es función indelegable del Consejo:
Seleccionar postulantes a jueces, juezas e integrantes del Ministerio Público no
contemplados por el art. 175 1er. párrafo de la Constitución Provincial.
23
presidiendo la Suprema Corte de Justicia y del Presidente o Presidenta del Senado.
El Jurado cuenta con las mismas facultades que las leyes otorgan a los jueces.
Su competencia se extiende a:
El Jurado de Enjuiciamiento no tiene competencia para entender los posibles juicios por daños y
perjuicios que puedan derivar luego de la destitución de un juez o jueza y que además están
autorizados a poder iniciarse según el artículo 57 de la Constitución. Dichos procesos judiciales deberán
tramitar ante los tribunales comunes.
Si alguien entre los magistrados, las magistradas, las funcionarias y funcionarios enjuiciables
fuere acusado o acusada como autor/a de un delito en situaciones ajenas a sus funciones, el o la Fiscal, o
el Juez o la Jueza de la causa pondrá el hecho inmediatamente en conocimiento del Jurado por
intermedio de la Secretaría Permanente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrado y Funcionarios.
El Jurado, convocado al efecto por el/la Presidente/a, se limitará a declarar si es o no procedente
la formación del proceso de enjuiciamiento para tratar la destitución del juez o jueza, en algunos casos
puede suspender al funcionario acusado.
Ninguna de estas medidas afectará la continuidad del proceso penal que se esté enjuiciando al
denunciado/a.
Los magistrados, las magistradas y los funcionarios y las funcionarias podrán ser denunciados/as
por hechos cometidos en ejercicio de sus funciones que pudieren ser calificados por la Ley vigente como
delitos intencionales o “dolosos”.
24
Igualmente podrá denunciárselos por la comisión de las siguientes faltas:
En los casos de jueces/as que hayan dado lugar a la aplicación de sanciones en múltiples
oportunidades bajo responsabilidad de la Suprema Corte de Justicia, ese Tribunal podrá designar de
entre sus miembros un Juez o Jueza, a fin de formular la denuncia correspondiente contrala persona
Magistrada y proceder a su acusación ante un Jurado de Enjuiciamiento.
También puede acusarse a los miembros del Ministerio Público que hayan dado lugar a la
aplicación de sanciones en múltiples oportunidades bajo responsabilidad de quien es la máxima
autoridad de dicho órgano: el Procurador General. En ese caso, el señor Procurador General podrá
formular una denuncia contra el Magistrado y acusarlo ante el Jurado de Enjuiciamiento.
Pueden denunciar o acusar ante el Jurado de Enjuiciamiento: El Procurador o Procuradora
General de la Corte, los Colegios de Abogados, la Comisión Bicameral creada por la presente ley 14.441,
el Ministro de la Corte Suprema de Justicia designado por ese Tribunal y cualquier otra persona física o
jurídica que tuviere conocimiento de la existencia de un hecho que pueda configurar alguna de las
causales de remoción previstas por esta Ley.
Toda denuncia requerirá para la prosecución del trámite respectivo, su ratificación ante la
Secretaría Permanente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios, excepto cuando
dicho acto se haga por vía de un escribano público u otro funcionario competente.
Luego de iniciado el sumario contra el magistrado, la magistrada, el funcionario, o la funcionaria,
el Jurado evaluará la prueba que se aporte sobre el caso y si el veredicto fuere de culpabilidad, no
tendrá otro efecto que remover a la persona enjuiciada e inhabilitarla para ocupar en adelante otro
25
cargo judicial.
Si la remoción se fundare en hechos que pudieran constituir delitos de acción pública, se dará
intervención a la Justicia Penal.
Si fuere absolutorio, el Juez, la Jueza, la Funcionaria o el Funcionario, reintegrará a sus funciones en
forma inmediata.
26
TÍTULO 4: NOCIONES GENERALES DEL PODER JUDICIAL Y LA
ORGANIZACIÓN JUDICIAL DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
1. SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
Hemos dicho anteriormente que es el órgano que lleva a cabo y representa el Poder Judicial en
el ámbito de la provincia de Buenos Aires. En este apartado desarrollaremos su funcionamiento en
forma detallada.
Composición
La Suprema Corte de Justicia se compone de siete (7) integrantes, un/a (1) Procurador/a y
un/a (1) Subprocurador/a General.
La Presidencia de la Suprema Corte se ejercerá rotativamente por quienes integren el
Tribunal durante el término de un año a contar desde la fecha de designación.
Atribuciones y Deberes
Sin perjuicio de lo dispuesto en la Constitución Provincial, pues ha sido señalado previamente, son
atribuciones de la Suprema Corte de Justicia las siguientes:
27
Asimismo podrá, también, redistribuir las causas que tramitan en los Juzgados y demás Tribunales
cuando medien razones de necesidad que impongan una mejor administración de justicia, y, en
especial, en los casos de creación de nuevos órganos judiciales o se modifique la jurisdicción
territorial de los mismos.
Organizar en todos los Departamentos Judiciales Oficinas de Mandamientos y Notificaciones.
Suspender los términos judiciales cuando circunstancias especiales así lo requieran.
Formar listas de personas abogadas que reúnan las condiciones para conformar la SupremaCorte
y las Cámaras de Apelación, a los fines de la integración de dichos Tribunales.
Llevar un registro en el que se anoten las medidas disciplinarias adoptadas contra personas
magistradas, funcionarias y empleadas
del Poder Judicial.
Enviar anualmente al Poder Ejecutivo el proyecto de presupuesto y la memoria delmovimiento
general de los Tribunales y reparticiones bajo superintendencia.
Proponer al Poder Ejecutivo las reformas de procedimiento (art. 165 de laConstitución).
Formar la lista de los diarios de la Provincia y de cada localidad dentro de los cuales podrá
disponerse la publicación de edictos y anuncios judiciales, exigiendo el cumplimiento de los requisitos
establecidos en las leyes nacionales y provinciales que legislen al respecto.
Dictar las reglamentaciones conducentes al debido ejercicio de las funciones que le acuerden las
leyes, así como también su reglamento interno.
Establecer por vía reglamentaria las condiciones y cualidades que deberán reunir los interesados
para desempeñar los cargos de Secretario o Secretaria y demás cargos auxiliares del Poder Judicial.
Ahora bien, conforme lo establecido por la manda del artículo 24 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial (Ley 5.827), los Tribunales de Trabajo tendrán asiento en:
7
Para mayor información, consultar el mapa judicial interactivo que se encuentra en la web de la SCBA (www.scba.gov.ar).
29
Avellaneda
Azul
Bahía Blanca
Bragado
Campana
Chacabuco
Coronel Suárez
Dolores
Escobar
Florencio Varela
General San Martín
Junín
Lanús
La Matanza
La Plata
Lomas de Zamora
Mar del Plata
Mar del Tuyú
Mercedes
Merlo
Moreno
Morón
Necochea
Olavarría
Pergamino
Pilar
Quilmes
San Isidro
San Justo
San Miguel
San Nicolás de los Arroyos
Tandil
Trenque Lauquen
Tres Arroyos
Zárate
Organización interna
Para llevar adelante sus atribuciones, la Suprema Corte de Justicia cuenta con la siguiente
estructura:
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Procurador/a General de la Suprema Corte
Es el Jefe o Jefa superior de los funcionarios/as que desempeñan el Ministerio Público ante los
Tribunales y Juzgados de la Provincia. Estos son: Fiscales, Defensores y Defensoras Oficiales, y Asesores y
Asesoras de Incapaces.
Es responsable del adecuado funcionamiento del Ministerio Público. Le corresponde fijar las
políticas generales del Ministerio Público y controlar su cumplimiento(art. 13, inc. 1, ley 12.061).
Representa al Ministerio Público ante la Suprema Corte de Justicia y es el órgano acusador ante
el Jury de Enjuiciamiento.
Tribunales Inferiores
Los Tribunales Inferiores están organizados y distribuidos en la provincia de Buenos Aires según
el siguiente esquema:
Estructura de un Juzgado
A los fines de graficar y hacer más dinámico el esquema bajo el cual funciona un juzgado de
primera instancia, se adoptó como ejemplo el diagrama de un Juzgado en lo Civil y Comercial.
En lo sucesivo se tratará cada una de las figuras que componen la planta de trabajadores/as
dentro de un juzgado, comprendiendo a las personas funcionarias y empleadas y su relación y tareas
que desempeñan.
Juez o Jueza
Es la autoridad máxima del Juzgado Debe ser abogado/a y quien ejerce el poder jurisdiccional
del Estado, esto es, quien decide conforme a derecho el conflicto que le han planteado las partes.
Dicta Sentencias, fundadas en derecho, las cuales deciden sobre los problemas planteados en un
juicio. También dicta Autos, que son pronunciamientos que deciden sobre cuestiones menores pero
necesarias para darle continuidad al transcurso del proceso.
Son nombrados y nombradas por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado, dentro de una
31
terna elaborada por el Consejo de la Magistratura.
Secretario o Secretaria
Es un funcionario/a público/a que debe ser abogado/a y al que se le da la categoría de personal
Jerárquico. Hace proyectos de resoluciones que el Juez o Jueza revisa, corrige y luego firma. El cargo es
designado por la Suprema Corte a propuesta del Juez, Jueza o Tribunal colegiado (Cámaras).8
Tiene a su cargo la jefatura de la Secretaría en el Tribunal donde se desempeña y las personas
auxiliares y demás empleadas ejecutan las órdenes que les imparte en lo relativo al despacho y manejo
del personal.
Es responsable de todos los materiales y bienes de la Secretaría (expedientes, papeles,
estanterías, teléfonos, etc.) y debe conservarlos en buen estado, respondiendo por su extravío o
destrucción.
Lleva ciertos libros bajo su cuidado (ejemplo: de detenidos, de Autos y Sentencias, etc.). Produce
los informes de estadísticas y cualquier otro que le sea requerido por el Juez, la Jueza o la Suprema
Corte.
Debe velar por el cuidado y conservación de los expedientes, en lo que respecta a su carátula,
foliatura, ubicación en casillas, etc.; además deberá procurar que la atención al público sea inmediata y
correcta. También da fe de las actuaciones judiciales cumplidas en el Tribunal (Actas por ejemplo, o
certificación decopias de expedientes).
8
Las funciones del Secretario o Secretaria se desprenden fundamentalmente de los arts. 38, 124 1er. párrafo, 125 inc. 5, 128, 129 inc. 3 y
137 del Código Procesal Civil y Comercial; 109 y 110 de la ley 5.177 (Ejercicio y Reglamentación de la profesión de abogado y procurador),
1.2, 1.3, 1.4 y 1.5 de la Resolución SCBA 854/73; 17 del Acuerdo 1.860; y 4, Acuerdo 2.514.
9
El cargo puesto al pie de los escritos será autorizado por el secretario o por el Oficial Mayor o 1ro. En algunos casos la SCBA
autorizó el cargo mediante fechador mecánico (art. 124, C.P.C.C.).
10
Las cédulas son suscriptas por el letrado patrocinante o apoderado de la parte que tenga interés en la notificación, o por el
síndico, tutor o curador “ad litem”, en su caso, quienes deberán aclarar su firma con el sello correspondiente. Deberán ser firmadas
por el secretario las cédulas que notifiquen embargos, medidas precautorias, entrega de bienes o la sentencia, y las que por el
objeto de la providencia o por razones de urgencia, el juez o jueza así lo considere (art.137, C.P.C.C.).
11
Llevan la firma del Juez o Jueza.
12
En principio, los oficios pidiendo informes, remisión de expedientes, testimonios y/o certificados, son firmados y sellados por el
letrado interviniente, debiendo contener la transcripción de la resolución que los ordena. Los oficios dirigidos a bancos, oficinas
públicas, o entidades privadas que tuvieren por único objeto acreditar el haber del juicio sucesorio, serán presentados
directamente por el abogado/a interviniente, sin necesidad de previa petición judicial (art. 398, C.P.C.C.). Los oficios dirigidos a
otros jueces son firmados por el juez o jueza y no deben contener el apercibimiento del art. 397 del C.P.C.C. Los oficios de embargo
de inmuebles o muebles registrables son firmados por el Secretario y deben llevar la transcripción de la resolución judicial que lo
ordena. Los oficios entre tribunales de distinta jurisdicción territorial (de la provincia de Bs. As. a otra provincia, Ciudad Autónoma
de Bs. As. o Nación) deben contener la firma del juez o jueza y del secretario o secretaria en cada una de las fojas (art. 3, inc. 6,
dec. Ley 9618/80 que aprueba el convenio sobre comunicación entre tribunales de distinta jurisdicción territorial y que rige para la
32
correctamente redactados y en algunos casos pasan a la firma del juez y del secretario. En mesa de
entradas también se anota el préstamo de los expedientes a los profesionales una vez autorizado el
mismo por el Secretario o Secretaria 14(ver notas al pie). Todas estas palabras que han sido destacadas
forman parte de las expresiones utilizadas sobre movimientos cotidianos de cualquier expediente
judicial en un juzgado.
El Jefe o Jefa trabaja con dos auxiliares (art. 5.1, Acuerdo 854).
Oficiales y Auxiliares
Son empleados administrativos, designadas por la Suprema Corte a propuesta del Juez o Jueza.
Están regidos por el Estatuto del empleado/a judicial (Acuerdo 2.300).
reparticiones de otra jurisdicción territorial, llevan la firma del juez/a y del secretario/a en cada una de las fojas (art. 7, dec. ley 9618/80).
14
Los expedientes únicamente podrán ser retirados de la Secretaría, bajo la responsabilidad de los abogados apoderados o
patrocinantes, peritos o escribanos en los casos siguientes: 1) Para alegar; 2) Para expresar agravios o contestar los mismos; 3) Para
practicar liquidaciones y pericias, partición de bienes, operaciones de contabilidad, verificación y graduación de créditos, mensura y
deslinde, división de bienes comunes, cotejo de documentos y redacción de escrituras públicas; 4) Cuando el juez/a lo dispusiera
por resolución fundada (art. 127, C.P.C.C.). El Jefe o Jefa de Mesa de Entradas cumplirá con el auxilio del o de las personas que se
asignen, sin perjuicio de la colaboración que le sea solicitada por el secretario en cada caso, las siguientes funciones: a) Cuidar el
orden y conservación de expedientes libros y toda otra documentación correspondiente a las mesas de entradas; b) Signar con sus
iniciales los cargos puestos a toda presentación en secretaría para su posterior autorización por el Secretario/a o por el Oficial 1°
(art. 124, C.P.C.C.); c) Confeccionar los legajos de causas paralizadas y archivadas; d) Informar a litigantes y profesionales respecto
del estado y movimiento de las causas, con la premura y trato debidos; e) Agregar a la causa respectiva -dentro de las 24 hs.- las
cédulas oficios e informes recibidos en secretaría. Cuando comprobaren o conocieren un acto irregular, lo comunicarán
inmediatamente por escrito al Secretario/a, para la adopción de las medidas del caso (art. 5.2, Acuerdo 854).
33
su conocimiento.
j) Respetar las instituciones constitucionales del país.
k) Declarar bajo juramento, en la forma y época que se establezca, los bienes de su propiedad y toda
alteración de su patrimonio.
l) Requerir al superior jerárquico se lo exima de intervenir en todo aquello en que su actuación pudiere
originar interpretaciones de parcialidad o concurriere incompatibilidad moral.
m) Declarar bajo juramento los cargos y/o actividades oficiales y privadas computables para la
jubilación, que desempeñe o haya desempeñado, como asimismo toda otra actividad lucrativa.
n) Denunciar su domicilio real dentro de las 72 horas de establecido ante la Suprema Corte de Justicia. Las
notificaciones que se efectúen en dicho domicilio surtirán todos los efectos legales hasta tanto no se declare
otro nuevo.
o) Declarar en los sumarios administrativos e informaciones sumarias ordenados por autoridad
competente.
p) Cumplir el examen psicofísico en las condiciones generales que se establezcan cuando lo disponga la
autoridad competente”.
Introducción
El fuero Civil y Comercial trata sobre una muy amplia gama de cuestiones que hacen al
patrimonio de las personas, sus obligaciones contraídas por los contratos que ellas celebran, etc. Por
ende, generalmente nos encontraremos con procesos controvertidos, es decir con partes contrapuestas
en sus intereses dentro del juicio. En la mayoría de los casos la parte actora será el acreedor, mientras
que la demandada será el deudor.
El Proceso Judicial
Previo abordar el proceso judicial ante el fuero civil y comercial, se darán algunos lineamientos
acerca de los principios básicos sobre los cuales se estructura el concepto de proceso judicial, como así
también los fines y objetivos que busca alcanzar.
34
Concepto
Suele afirmarse que el ser humano es un ser social, nace en una familia y necesita de otras
personas para sobrevivir, tiene necesidades biológicas, intelectuales y espirituales que no puede
satisfacer por símismo.
Por otro lado, los bienes no son ilimitados, por lo que al vivir en sociedad pueden presentarse
conflictos entre individuos. En las sociedades primitivas los conflictos se resolvían por la fuerza y los
hombres hacían justicia por mano propia. Al vivir en sociedad, los seres humanos acordamos que cuando
las partes en conflicto no pueden llegar a un arreglo particular recurren a un tercero imparcial, quien al final de
un análisis decide en justicia la situación planteada.
Así se creó al Estado. Los hombres y mujeres se han organizado en la sociedad, distribuyendo las
facultades del poder del Estado en tres órganos sobre los que ya hemos hablado: el Poder Legislativo
que dicta leyes para regir la sociedad, es decir, para regular la conducta de las personas, el Poder
Ejecutivo que dirige las acciones de gobierno para lograr el bien común y el Poder Judicial que resuelve
los conflictos que se suscitan.
La actividad Judicial se desarrolla a través de lo que se denomina el Proceso Judicial o juicio.
Este proceso es el reemplazo moderno a la violencia privada.
El proceso es un medio pacífico donde las partes en conflicto presentan sus argumentos y
pruebas para lograr la solución de sus diferencias. La razón de ser del proceso se halla en la necesidad de
erradicar el uso de la fuerza por mano propia entre los individuos, la cual resulta ilegítima en una
sociedad civilizada.
Así contemplado, el proceso cumple una doble función:
Privada: es el instrumento que tiene toda persona en conflicto para lograr una solución
del Estado, al cual debe ocurrir necesariamente, como alternativa final, si es que no ha
logrado resolverlo mediante una de las posibles formas de arreglo del conflicto (las
cuales pueden ser desistimiento, el allanamiento y/o la transacción).-
Pública: es la garantía que otorga el Estado a sus habitantes en contrapartida de haber
prohibido el uso de la fuerza en manos de los individuos particulares. Para efectivizar
esta garantía, el Estado organiza su Poder Judicial y describe previamente en una ley el
método de debate así como las posibles formas de ejecución de lo resuelto acerca del
conflicto determinado.
La serie de actos –la afirmación de los hechos supuestamente ocurridos (demanda), la negación
de los mismos (contestación), su confirmación (prueba) y su alegación (alegatos)- constituye las
distintas etapas del proceso judicial y es entendido como un debate donde ambas partes manifiestan lo
suyo. Toda esta serie de actos en el proceso tiende a obtener una declaración del juez o jueza ante
quien se presenta el litigio, o sea una sentencia.
Para concluir, diremos que el Derecho Procesal es el conjunto de normas jurídicas que regulan la
actividad jurisdiccional del Estado para la aplicación de las leyes “de fondo”, o sea aquellas normas que
establecen derechos y deberes para la población. La Constitución Nacional (art. 75 inc. 12) establece que
la facultad de dictar las normas de fondo corresponde a la Nación (Código Civil, Códigode Comercio, Código
Penal, etc.), reservándose a las Provincias la facultad de dictar los Códigos de procedimientos a través de
sus Legislaturas. Las leyes “de forma”, también llamadas “procesales” o “procedimentales”, son las que
fijan las reglas que deben seguirse en un proceso judicial, cómo debe hacerse, qué puede hacerse y qué
no, a fin de garantizar a las partes involucradas el derecho a ser escuchados, el obtener una sentencia
justa y los demás derechos y garantías establecidas en la Constitución Nacional. De este modo, las
normas procesales aplican el derecho de fondo, como dijimos más arriba.
También el Derecho Procesal establece normas que regulan la organización del Poder Judicial, la
competencia de las personas funcionarias que la integran, y la actuación del Juez o Jueza y las partes en la
sustanciacióndel proceso.
35
Un juicio representa una oportunidad para la persona afectada a fin de tener al menos la
satisfacción de participar en la decisión que le concierne y la expectativa de recibir una explicación de las
razones sobre la decisión que la afecta.
El debido proceso protege los principios fundamentales de libertad y justicia que se relacionan
con la base de todas las instituciones civiles.
La Constitución Nacional además de afirmar en su Preámbulo el objetivo de afianzar la justicia,
reconoce en el art. 18 que es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos.
La inviolabilidad de la defensa implica que la persona litigante debe ser oída y encontrarse en
condiciones de ejercitar sus derechos en la forma y con las formalidades establecidas por las leyes
comunes de procedimiento.
Actora y demandada
En principio, en todo proceso intervienen dos partes: una que peticiona en nombre propio, o en
cuyo nombre se pide algo que puede ser exigido legalmente ante un tribunal, denominada “parte
actora” o “demandante”, y otra frente a la cual esa conducta es exigida, llamada “parte demandada”. Es
común entonces referirse a “la actora” o a “la demandante” para aludir a la persona que inicia el juicio, y
a “la demandada” para referirse a quien es acusada de algo o a la que se le exige algo dentro del
proceso judicial.
La presencia de esas dos partes en el proceso es una consecuencia del Principio de
Contradicción, estos Procesos se denominan “Procesos Contenciosos” (contienda, pelea, discusión).
A su vez, existen otros tipos de procesos llamados “Procesos Voluntarios”. En ellos no podemos
hablar de parte actora o demandada, pues aquí las pretensiones son coincidentes. Un ejemplo de ellos
son los Procesos Sucesorios en donde las personas herederas concurren ante el Juez o la Jueza a fin de
que determine su derecho a la Herencia. Aquí la idea de partes debe ser reemplazada por la de
“peticionantes”, es decir, aquellas personas que en interés propio reclaman ante un órgano judicial la
emisión de un pronunciamiento que resuelva sus pretensiones, constituya, integre o acuerde eficacia a
determinado estado o relación jurídica.
Cuando el proceso se inicia, las partes presentan al Juez o a la Jueza sus afirmaciones, que aún
no son hechos comprobados, sino que solamente alegan que pasaron a fin de exponer ante el juez o
jueza lo que pasó. Pero todo lo alegado por las partes debe ser luego probado en el proceso, si no, no se
tendrá por presentado lo dicho en el proceso.
Pueden ser partes todas las personas, tanto humanas como jurídicas (empresas u otras
entidades). Las personas jurídicas (Sociedades Civiles o Comerciales, Asociaciones, etc.) por su propia
naturaleza, deben actuar por intermedio de sus Representantes Legales (estos surgen del contrato,
estatuto o acto constitutivo de la Sociedad o Asociación).
Terceras personas
En el proceso, en principio, intervienen dos partes: actora y demandada. Pero muchas veces
durante el desarrollo del proceso se incorporan a ella, ya sea en forma espontánea o por citación
judicial, otras personas distintas a las partes originarias, a fin de hacer valer derechos o intereses
propios. A ellas se las denomina “terceras personas” o “tercerías”.
También pueden intervenir en el proceso otras personas que no son parte, como por ejemplo
los testigos, los peritos, intérpretes, etc.
38
Será responsabilidad del empleado administrativo de mayor jerarquía de la secretaría o tribunal
el controlar la correcta foliatura de las causas y verificar que cada escrito o resolución que se incorpore a
las mismas sea debidamente foliado (art. 30, Acuerdo 2.514).
Todo cambio o modificación en la foliatura original del expediente deberá ser dispuesta
expresamente por el titular del juzgado o tribunal. Deberá dejarse constancia en la primera foja
afectada por ese cambio de la que le corresponde a dicha decisión (art. 31, Acuerdo 2.514).
Toda la documentación adjuntada en el escrito de demanda, su contestación, reconvención y, en
general, con cualquier escrito, deberá ser foliada aun cuando en el despacho inmediato sea dispuesto su
desglose (art. 32, Acuerdo 2.514).
Los cuadernos de prueba llevarán una carátula de distinto color a la del principal. Llevarán
foliatura independiente ubicada al pie de cada foja. Cuando deban ser incorporados al principal se
agregará primero el cuaderno de la parte actora y luego el de la demandada, y serán foliados según la
que lleve el principal en forma correlativa (art. 33, Acuerdo 2.514).
Los documentos deberán agregarse en forma que permita íntegramente su lectura y, cuando no
tuvieren margen izquierdo, lo serán sobre una hoja separada que se unirá a los autos (art. 34, Acuerdo
2.514).
Se deberá dejar debida constancia de cualquier desglose que se practique en el expediente, la
que será suscripta por el secretario/a o por el empleado/a administrativo/a de mayor jerarquía de la
secretaría o tribunal. La constancia deberá ser realizada en el lugar del desglose, indicándose la foja en
que el mismo fue ordenado (art. 35, Acuerdo 2.514).
Cuando se reincorporen piezas que fueron desglosadas se deberá hacerlo en el lugar en que
originariamente estaban agregadas (art. 36, Acuerdo 2.514).
Publicidad
Los expedientes son públicos, salvo los procesos de familia, los juicios de adopción, las
actuaciones previas a la obtención de una medida precautoria (art. 197, Código Procesal Civil y
Comercial) o cuando exista disposición judicial expresa de reserva.
En principio pueden ser examinados en la Mesa de Entradas del Tribunal por las partes, por
quienes los soliciten invocando un interés legítimo, por los abogados/a, escribanos/a, procuradores/a o
peritos, por quienes comprueben su calidad de empleados/a del abogado/a (art. 1.5, Acuerdo 854).
Debe tenerse presente que corresponde la negación de la exhibición cuando hubiere sospecha
fundada de que la persona que pretende examinarlos ejerce ilegalmente una profesión forense o una
actividad ilícita. En este caso, debe ponerse el hecho en conocimiento de la justicia en lo penal.
Préstamo
Los expedientes no pueden salir del juzgado. Pueden, no obstante, ser otorgados en préstamo
previa solicitud presentada por escrito ante el juzgado y debidamente autorizada por el juzgado.
Únicamente podrán ser retirados de la Secretaría, bajo la responsabilidad de las personas abogadas
apoderadas o patrocinantes, peritos o escribanas en los casos siguientes: 1) para alegar; 2) para expresar
agravios o contestar los mismos; 3) para practicar liquidaciones y pericias, partición de bienes,
operaciones de contabilidad, verificación y graduación de créditos, mensura y deslinde, división de
bienes comunes, cotejo de documentos y redacción de escrituras públicas; 4) cuando el juez o la jueza lo
dispusiera por resolución fundada (art. 127 del Código Procesal Civil y Comercial).
De ser otorgado el préstamo, se anota en un libro especial (comúnmente llamado “Libro de
Préstamos”), que se lleva en Mesa de Entradas, y se consigna número, carátula, fojas obrantes en el
expediente, fecha y plazo del préstamo.
Vencido el préstamo sin que el expediente haya sido devuelto sin causa justificada, quien se lo
haya llevado será condenado al pago de una multa diaria por cada día de retardo, salvo que manifieste
haberlo perdido, en cuyo caso se le aplicarán las multas que establece el art. 130 del Código Procesal
Civil y Comercial sin perjuicio de su responsabilidad civil o penal. El Secretario deberá intimar su
inmediata devolución a quien lo retenga y si ésta no se efectuara, el Juez mandará secuestrar el
expediente, con el auxilio de la fuerza pública, sin perjuicio de remitir los antecedentes a la Justicia Penal
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(art. 128 del Código Procesal Civil y Comercial).
Entrega y devolución
Los expedientes son anotados en el Libro de Préstamos al ser retirados del Tribunal, y
cancelados al ser reintegrados por el prestatario.
Custodia
Los expedientes, escritos, documentos e instrumentos judiciales desde el momento de su
presentación, quedarán bajo la custodia y responsabilidad del Secretario o Secretaria (arts. 1.1 y 1.2.b,
Acuerdo 854).
Los Secretarios son responsables de las mutilaciones, alteraciones o pérdidas de los documentos que
estuvieron a su cargo, salvo que se comprobara la acción directa y dolosa de terceros. Por el extravío de cada
expediente cuyo paradero no justifiquen, incurrirán en multa, sin perjuicio de que, instruida una información
sumaria, se sancione del mismo modo la inconducta del personal si hubiere contribuido a su pérdida, siendo
exclusiva responsabilidad del empleado o funcionario si se demostrare que obró con negligencia (arts. 1.4,
Acuerdo 854; art. 112 de la ley 5.177; y art. 66 de la ley 5.827).
Las leyes o las partes pueden disponer que el cómputo se efectúe de otro modo. Son Libros del Tribunal:
Pases
Cuando un expediente es enviado a otro Tribunal u Oficina, se extiende una constancia que es
firmada por el empleado de Mesa de Entradas del Tribunal u Oficina que lo recibe, y dicha constancia
vuelve al Tribunal que lo envió para ser encarpetado o agregado al Libro de Pases (a veces la constancia
se extiende en un libro).
Escritos Judiciales
Requisitos y formalidades
EL Código Procesal Civil y Comercial establece los requisitos formales que deben contener los
escritos judiciales. Conforme el artículo 118 del Código Procesal Civil y Comercial (C.P.C.C.), los escritos
deben confeccionarse en tinta negra o azul negra, en caracteres legibles (pueden ser manuscritos o a
máquina) y sin claros en las páginas. Deben encabezarse con la expresión de su objeto17, el nombre y
apellido de quien lo presente, su domicilio constituido juntamente con una casilla de correo electrónico,
que será la asignada oficialmente al letrado/a que lo asista, donde se le cursarán las notificaciones por
cédula que no requieran soporte papel y la intervención del Oficial Notificador (art. 40 C.P.C.C. según ley
14.142) y la enunciación de la carátula del expediente. Las personas que actúen por terceros deberán
expresar, además, en cada escrito, el nombre de sus representantes, o, cuando fueren varios, remitirse
a los instrumentos que acrediten la personería. Deben estar firmadospor los interesados.
El artículo citado contiene los requisitos formales comunes a todos los escritos. Su exigencia se
justifica en el proceso civil por diversas razones prácticas.
Analizaremos seguidamente el contenido de cada uno de los requisitos exigidos por el Art. 118
del C.P.C.C.:
17
Es un resumen que expresa con muy pocas palabras el contenido del escrito. Debe estar inserto en la parte superior del
mismo, y permite ubicar rápidamente al juez o a quien proyecta el despacho en el tema objeto de la petición (por ejemplo:
“SOLICITA DESARCHIVO”, “PIDE OFICIO”, “PIDE SE RESUELVA”).
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Encabezamiento: Cuando el litigante actúa por derecho propio, en el encabezamiento basta
con mencionar su nombre y apellido. Cuando el que actúa es el representante, legal o
convencional, debe mencionarse su nombre y apellido, y el nombre y apellido de su
representado. La práctica judicial ha admitido que el representante, sin mencionar el nombre y
apellido de su representado, indique por qué parte actúa. Por ejemplo: "NN por la actora".
Carátula del expediente: En el expediente judicial deben reunirse ordenadamente todas las
actuaciones de los litigantes y del juez y sus auxiliares. La mención del número de expediente y
la carátula del mismo sirven a ese objetivo, de manera tal que el juez o la jueza pueda resolver
sobre las cuestiones planteadas en el proceso.
Escritura: Los escritos deben ser confeccionados a máquina o a mano en forma clara, debiendo
usarse tinta negra o azul negra indeleble. Sin embargo, la práctica forense ha admitido el uso
de formularios impresos o fotocopiados siempre que guarden aquellos caracteres. También la
práctica tribunalicia ha admitido la presentación de escritos presentados por los profesionales
sin respetar el color de tinta que exige el Código. Sin embargo, lo fundamental y que no puede
prescindirse es la letra clara y comprensible fácilmente.
Firma: La firma de la persona litigante cuando actúa por derecho propio, o la de su
representante legal o convencional en su caso, es un requisito formal indispensable para la
validez del escrito. La firma debe ser auténtica, pues de lo contrario, carece de validez. Todas
las firmas deben ser aclaradas a máquina o mediante sello.
Impresión dígito pulgar: En aquellos casos en que las personas interesadas no supieren o no
pudieren firmar los escritos, pueden sustituir la firma mediante la impresión de la huella
dactilar del dígito pulgar derecho.
Idioma: En toda actuación procesal, deberá emplearse el idioma nacional. Cuando éste no
fuere conocido por la persona que deba prestar declaración, el juez, la jueza o tribunal
designará por sorteo un traductor público (art. 115, C.P.C.C.).
"En el día de la fecha, comparece el Dr/a ........ por la parte actora /demandada y solicita,
atento el estado de la causa, que se fije nueva fecha de audiencia para los testigos
ofrecidos a fs ... ".-
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Copias
El artículo 120 del C.P.C.C. dice: "De todo escrito que debe darse vista o traslado, de sus
contestaciones y de los que tengan por objeto ofrecer prueba, promover incidentes, o constituir nuevo
domicilio, y de los documentos con ellos agregados, deberán acompañarse tantas copias firmadas como
partes intervengan”.
El fundamento de la norma radica en que los y las profesionales necesitan tener copias de los
escritos presentados por las partes, para poder ejercer debidamente su derecho de defensa. Además,
para poder guardar en sus archivos todos los antecedentes de los juicios en que intervienen. De allí es
que impone la obligación de acompañar copias, no sólo de todo escrito del que deba darse traslado o
vista, sino de los escritos en que se conteste la vista o traslado, cuyas copias quedan a disposición del
litigante en Mesa de Entradas.
En caso de la eventual pérdida del expediente, las copias de los escritos facilitan su
reconstrucción.
Desglose
Consiste en retirar del expediente escritos o documentos. Cuando se proceda a desglosar
deberá dejarse constancia en el expediente de las piezas desglosadas y de la foja en que se encuentra la
resolución que dispuso el desglose, pero sin que ello altere la foliatura del expediente.
A continuación de la última pieza desglosada se coloca una nota remitiendo a la constancia de
desglose (v.gr.: “Desglose de fs. ...... ver fs ”). En la última foja del expediente se deja asentado el
desglose (v.gr.: “En la fecha entregué al Dr/a. ..................., Cred. N° ............. la documentación
obrante a fs. .................. conforme se ordenara a fs. Conste.”).
Cargo
El cargo es el acto formal que indica, mediante la colocación de un sello especial con el nombre
del juzgado, la fecha y hora de presentación de un escrito o documento en el expediente y determina el
tiempo en que la presentación se ha cumplido. El cargo tiene vital importancia para determinar si el acto
procesal o diligencia presentada por algún litigante ha sido cumplida en término.
Inmediatamente después de recibir un escrito, dictamen o pericia, el personal de mesa de entradas le
pondrá cargo, que será firmado por el Secretario, Secretaria u Oficial Mayor o 1°, indicando el día y hora de
presentación, si está firmado por letrado/a y cualquier otro detalle de significación (por ejemplo el detalle de
la documentación acompañada). Acto seguido lo agregará al expediente y lo foliará, pasando éste al
Secretario/a,Oficial Mayor o 1ro.
El escrito no presentado dentro del horario judicial del día en que venciere un plazo -esto es de
8 a 14 horas- sólo podrá ser entregado válidamente en la Secretaría que corresponda el día hábil
inmediato y dentro de las cuatro primeras horas del despacho (3er. párrafo, art. 124, C.P.C.C.), conocido
como “plazo de gracia” o coloquialmente como “cuatro primeras”.
La presentación de un escrito que debe cumplirse en un plazo determinado, debe ser
considerada extemporánea cuando no se efectúa dentro del término, aun cuando sea por pocos
minutos.
El cargo que reúne todos los requisitos formales exigidos por el código, debe ser considerado
como un instrumento público.
El cargo generalmente está pre-redactado o confeccionado de antemano en un sello que
directamente se impone sobre los escritos presentados. El mismo, usualmente está redactado del
siguiente modo:
Modelo.
Presentado el.........de......................de dos mil ..............., siendo las .............hs., con/sin
firma de letrado/a.
Resoluciones Judiciales
Concepto
Son actos procesales emanados del órgano jurisdiccional. Como veremos seguidamente, existen
resoluciones de diferentes clases.
Clases
Providencias simples: son los decretos que proveen sin sustanciación (traslado) al desarrollo
del proceso y deben ser pronunciados dentro de los tres días a contar de la fecha del cargo.
O, inmediatamente, si debieran ser dictadas en una audiencia o revistieran carácter urgente
(art. 34 inc. 3, a, C.P.C.C.).
No se exigen otras formalidades que su expresión por escrito, indicación de fecha, lugar y
firma del Juez/a.
Resoluciones interlocutorias: deciden todas las cuestiones que se plantean dentro del
proceso, que no deban ser resueltas en la sentencia definitiva. Deben pronunciarse en los
plazos establecidos en el Código Procesal Civil (diez días para juzgados unipersonales como
los Juzgados de Primera Instancia o quince días para tribunales colegiados como los
Tribunales del Trabajo o de Familia) de quedar en estado de resolver (art. 34 inc. 3, b,
C.P.C.C.).
Sentencias: deciden el fondo de las cuestiones motivo del proceso y deben ser pronunciadas
en el plazo de cuarenta o sesenta días, según se trate de juez unipersonal o tribunal
colegiado (art. 34 inc. 3, c, C.P.C.C.), (ello rige para el Proceso Ordinario). En el Proceso
Sumario el plazo se reduce a treinta o cincuenta días, según se trate de tribunal unipersonal
o colegiado. En el Proceso Sumarísimo el plazo será de diez o quince días.
Audiencias
Formalidades
En el Proceso se toman audiencias por distintos motivos (ratificación o reconocimiento de firma,
declaración testimonial, absolución de posiciones, audiencia de conciliación). Una vez que se ordena la
producción de la audiencia, son llevadas a cabo en la Secretaría y serán tomadas por un auxiliar con la
presencia del Juez, Jueza, Secretario o Secretaria -según corresponda-, quien controlará su desarrollo.
La audiencia testimonial es la que se toma para recibir la declaración de una persona física,
sobre hechos pasados de los que tuviere conocimiento o que ha visto u oído. Las y los testigos
deben ser mayores de edad, capaces y concurrir con su D.N.I. Los mismos deben ser citados con
anticipación y deben comparecer, porque es una carga pública, es decir que no pueden rehusarse.
Además deben decir la verdad, bajo la posibilidad de ser pasibles de incurrir en delito de falso
testimonio (Art. 275 Código Penal).
La audiencia de absolución de posiciones es el medio que tienen las partes para obtener la
confesión de su contraria en un proceso determinado.
La audiencia de conciliación se desarrolla entre las partes, para lograr el avenimiento sobre
distintos aspectos o puntos del proceso, se pueden decretar en cualquier etapa del proceso, hasta el
llamamiento de “Autos para Sentencia”18.
18
La providencia de “autos para sentencia” es la que se dicta a fin de poner el expediente en estado de dictar sentencia. Desde
el llamamiento de autos quedará cerrada toda discusión y no deben admitirse más escritos ni producirse más pruebas, salvo las
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Preguntas, Repreguntas y Oposición
El o la testigo debe concurrir con su D.N.I. y prestar juramento de decir la verdad. Luego se lo
interroga por las “generales de la ley”, es decir que se le requieren sus datos personales: nombre, edad,
nacionalidad, profesión, estado civil y domicilio, se le pregunta si tiene conocimiento de los litigantes, si
es pariente de algunos de ellos y en qué grado, si es amigo con frecuencia de trato o enemigo, acreedor,
deudor, empleado, empleador o tiene algún otro género de relación o vínculo con cualquiera de los
litigantes, y a continuación se le interroga de acuerdo a un pliego de preguntas. Cuando se concluye con
las preguntas enumeradas, los/a abogados/a de las partes pueden ampliar el interrogatorio (Primera
ampliación... Segunda ampliación, etc.) y la parte contraria puede repreguntar.
El juez o jueza tiene la faculta de desestimar o no considerar la declaración testimonial, incluso si
ello no fuera pedido por un parte en el juicio. L margen de esta posibilidad , las partes pueden formular
oposición a la declaración de un testigo cuya declaración no procediese por disposición de la ley, tal
como cuando se trata de una persona menor de 14 años, del hijo, hija o cónyuge de una de las partes.
Oficios
Concepto
Es un acto procesal, una comunicación escrita que se da dentro del proceso. A través de un
Oficio se recaba información, se requiere documentación, se disponen medidas o se delegan en otras
personas funcionarias o magistradas las medidas ordenadas por el juzgado.
Requisitos que debe contener
Recaudos especiales
Cuando la comunicación se realiza entre distintas Provincias, conforme el Dec. Ley 9.618/80,
deben tenerse en cuenta algunos recaudos especiales, como así también disposiciones que reglamentan
no sólo la confección del Oficio, sino qué otros documentos o copias deben adjuntarse.
Medidas cautelares
Dentro de muchos tipos de procesos judiciales podremos encontrar distintas medidas
cautelares, muchas de ellas con consecuencias patrimoniales para las personas afectadas, como son los
embargos, las inhibiciones, las anotaciones de litis, etc., las cuales veremos enseguida.
Una medida cautelar es una medida provisoria dentro de un juicio que tiene por objeto
adelantar el posible efecto de la sentencia final del proceso, pero solamente por un tiempo determinado
y no de forma permanente, pues el proceso que decidirá sobre el fondo de la discusión continúa. Una
medida cautelar puede solicitarse a pedido de una de las partes interesadas en el juicio y otorgada por el
juez o jueza para impedir que el objeto del juicio desaparezca o se deteriore. De esta manera, lo que se
que el juez o la jueza dispusiere como medidas para mejor proveer. A partir de que queda firme la providencia de autos
comenzará a correr el plazo para dictar sentencia.
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busca es que la sentencia definitiva sea efectiva. Imaginemos una suma de dinero que un acreedor
desea cobrar de su deudor. Es probable que el acreedor pida una medida cautelar de embargo sobre
alguna cuenta bancaria o una inhibición del deudor para evitar que éste lo gaste y que el reclamo sobre
ese monto se vuelva en una discusión sin sentido (pues se estaría reclamando sobre un patrimonio que
el deudor ya no tendría). Pero por más que la medida cautelar sea reclamada, es el juez o jueza quien
decide si se otorga o no, y lo hace analizando cada situación concreta.
Embargos
Concepto
Es una orden judicial que individualiza un bien determinado del deudor, afectándoloal pago de
un crédito que es el motivo por el cual se ha trabado el embargo. No impide la disposición de bienes,
sólo limita dicha facultad. Su regulación se encuentra en el Código Civil y Comercial de la Nación.
El embargo sobre bienes inmuebles (o bienes que no se trasladas, como son las propiedades
edilicias) se traba mediante la anotación de la orden judicial en el Registro de la Propiedad. Lo mismo
sucede con los bienes muebles registrables, tales como los automotores: se inscriben en el Registro del
Automotor.
Clasificación
El embargo puede ser de tres tipos: preventivo, ejecutivo o ejecutorio.
El embargo preventivo, es aquel que tiende a asegurar la eficacia o el resultado práctico de un
eventual proceso de conocimiento.
El embargo ejecutivo es el primer paso de la venta forzada de un bien del deudor/a, que con esa
medida queda sometido a disposición del juez o de la jueza, quien establece, de acuerdo con las
previsiones de la ley, las condiciones de la subasta. Procede este embargo cuando el acreedor exhibe un
título que trae aparejada ejecución, o cuenta con una sentencia de condena a su favor.
El embargo ejecutorio es el que resulta de la circunstancia de no haberse opuesto excepciones
al progreso de la ejecución, o de haber sido ellas desestimadas por sentencia firme. El embargo
ejecutivo se convierte en ejecutorio cuando se verifica cualquiera de las situaciones precedentemente
mencionadas. De donde resulta, asimismo, que adquiriendo el embargo carácter ejecutorio por simple
conversión, no es necesaria resolución judicial alguna que le confiera expresamente tal carácter.
Cuando el embargo ejecutivo se convierte en ejecutorio se procede inmediatamente al pago del
acreedor o a la realización de los bienes respectivos mediante la venta judicial, según sea el caso.
Concepto
A diferencia del embargo que recae sobre uno o más bienes de la persona deudora, sean
muebles (automóviles, buques, aeronaves, joyas, dinero, entre tantos otros) o inmuebles (casas,
departamentos, terrenos), la inhibición es una medida cautelar que consiste en un impedimento sobre
la persona para que no pueda vender o gravar cualquier bien inmueble o mueble registrable del que
figura como dueño en dicho Registro. La medida se anota en el Registro de bienes correspondiente. De
este modo, al momento de pretender vender, dar en alquiler, hipotecar o prendar algo, los/a
escribanos/a -o funcionarios/a pertinentes- observarán en el Registro la anotación de la inhibición y no
podrán, al menos no sin autorización judicial, escriturar esas operaciones. Una persona con inhibición
general de bienes no puede disponer libremente de ellos, al menos hasta que el juicio por el cual la
inhibición se declara, se resuelva.
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Anotación de litis
Concepto
Es una medida cautelar que tiene por objeto dar publicidad a los litigios relativos a bienes
inmuebles o bienes registrables, para que la persona que es parte en un juicio dé a conocer a terceros
que existe un litigio abierto sobre esos bienes, y que deberán soportar los efectos de la sentencia que
se dicte en el juicio, sin poder argumentar su ignorancia sobre la existencia de un proceso judicial. La
anotación de litis no implica embargo o inhibición (que, como hemos visto, son otro tipo de medidas), ni
impide la libre disposición del bien; su único efecto es la publicidad del litigio.
Notificaciones
Concepto
La notificación es el acto procesal de comunicación por el cual se pone en conocimiento de las
partes o de un tercero una petición o una resolución judicial. Con este acto el juzgado comunica que se
ha tomado alguna decisión o ha tomado alguna medida que involucra de algún modo a la persona
notificada.
Distintas formas
Notificación ficta o por ministerio de la ley (art. 133, C.P.C.C.): salvo los casos en que procede la notificación
por cédula, las resoluciones judiciales quedan notificadas los días martes y viernes, o el siguiente hábil si alguno
de ellos fuere feriado, salvo cuando se deje nota.
Notificación tácita (134, C.P.C.C.): el retiro del expediente implica la notificación de todas las resoluciones.
Notificación personal (art. 142, C.P.C.C.): la notificación personal se practica firmando el interesado en el
expediente, al pie de la diligencia extendida por la persona que sea oficial mayor o primera.
Notificación por cédula (arts. 135, 136 y 137, C.P.C.C.): es la notificación judicial que se efectúa por escrito y
por intermedio del funcionario que la ley autoriza (notificador). La cédula de notificación es un instrumento en
virtud del cual se hace conocer a la parte o tercero una resolución dictada por el juez o la jueza.
Notificación por telegrama (art. 143, C.P.C.C.).
Notificación por edictos judiciales (art. 145, C.P.C.C.): es una forma de notificación o de conocimiento,
dirigida a personas inciertas o de domicilio ignorado por el cual se hace conocer el contenido de una resolución
judicial. Los edictos se publican en el Boletín Oficial y en un diario de publicaciones legales.
Notificación por radiodifusión (art. 148, C.P.C.C.).
Notificación por carta documento con aviso de entrega (art. 143, C.P.C.C.)
Notificación por correo electrónico oficial (art. 143, C.P.C.C.)
Respecto de las notificaciones por correo electrónico, el art. 143 bis del C.P.C.C. regula esta
modalidad de notificación indicando que el letrado/a patrocinante o apoderado/a de la parte que tenga
interés en la notificación, entre otros posibles interesados/as, “enviará las notificaciones utilizando el
sistema de correo electrónico habilitado al efecto por el Poder Judicial, conforme determine la
reglamentación”. A estos efectos, establece que “la oficina de notificaciones encargada de la base de
datos del sistema de comunicaciones electrónicas del Poder Judicial emitirá avisos de fecha de emisión y
de recepción a las casillas de correo electrónico de las partes y del Tribunal o Juzgado”, de modo que “El
envío de un correo electrónico importará la notificación de la parte que lo emita.” En el caso de los
edictos, se publican en el Boletín Oficial y en un diario de publicaciones.
3. FUERO LABORAL
Derecho Laboral. Introducción
El objeto del Derecho Laboral está centrado en el trabajo humano en relación de dependencia;
esto es, un actuar humano que produce un resultado y que se presta a favor de otra persona a cambio
47
de una remuneración (el trabajador o la trabajadora enajena su fuerza de trabajo a favor del
empleador/a a cambio de un sueldo o salario).
La cuestión determinante aquí es la calidad de dependencia de la fuerza del trabajo. Ello
significa que la actividad que se presta es para que otra persona se lo apropie. Por ende, existe una
relación de autoridad: la persona que lleva a cabo el esfuerzo físico o intelectual lo hace para que el
mismo sea aprovechado por quien le da a cambio una remuneración y que a la vez tiene la posibilidad
de dirigir este trabajo, orientándolo.
No obstante, la persona que trabaja no lo hace sólo por el dinero (remuneración) que obtendrá
a cambio, sino fundamentalmente porque al hacerlo se dignifica como hombre, mujer y persona
creadora. También puede afirmarse que el trabajo dependiente tiene un intrínseco valor social que
representa un acto de solidaridad, pues a la vez que engrandece a quien lo presta, ofrece un servicio a la
sociedad.
Por ello el art. 4 de la Ley de Contrato de Trabajo (L.C.T.) define al trabajo como la actividad
productiva y creadora de las personas en sí, y sólo después ha de entenderse que media entre las partes
una relación de intercambio y un fin económico.
El Derecho Laboral o Derecho del Trabajo, al regular las relaciones entre personas asalariadas y
empleadoras, privilegia la justicia social, subordinando el interés de la empresa a las exigencias
fundamentales de la dignidad humana -individual y familiar- de quienes trabajan en ella, y la de la
producción de las reales necesidades del consumo. Los fines de la legislación laboral responden a un
principio protector en beneficio del trabajador o de la trabajadora, cuyo objeto es mantener el
equilibrio entre las partes contratantes, ya que generalmente el empleado se encuentra en una
situación de debilidad frente al empleador, principio que encuentra fundamento constitucional en el art.
14 bis de la Constitución Nacional y ha sido receptado por la Ley de Contrato de Trabajo (L.C.T.) -entre
otras normas- en sus arts. 7, 9, 12, 20 y 260 y tiene consagración legislativa en el orden procesal local en
la ley 11.653.
Así, entender que la persona que trabaja no es una máquina, ni su trabajo una mercancía, o un
mero recurso, permite establecer, como lo ha dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que “el
hombre no debe ser objeto de mercado alguno, sino señor de todos éstos, los cualessólo encuentran
sentido y validez si tributan a la realización de los derechos de aquél y del bien común. De ahí que no
debe ser el mercado el que someta a sus reglas y pretensiones las medidas del hombre ni los contenidos
y alcances de los derechos humanos. Por el contrario, es el mercado el que debe adaptarse a los moldes
fundamentales que representan la Constitución Nacional y el derecho internacional de los derechos
humanos de jerarquía constitucional, bajo pena de caer en la ilegalidad” (fallo “Vizzoti”).
Como se señaló inicialmente, la nota de la “dependencia” permite afirmar que quedan
excluidos de esta disciplina el trabajo autónomo, el benévolo (o voluntario) y el familiar. El primero
porque el fruto del trabajo le pertenece a quien lo presta, de modo que el sujeto participa por igual de
las ganancias como de las pérdidas, se encuentra ausente la subordinación o dependencia, ya que nadie
lo dirige. El segundo porque su fin es una obra de caridad o beneficencia, no persigue una remuneración
o ganancia económica; y el último porque se lleva a cabo por lo que significa la ayuda derivada del
vínculo de parentesco, tampoco persigue un fin lucrativo.
48
y la Convención sobre los Derechos del Niño (art. 32).”
Además, en esta materia son de especial relevancia los Convenios en la órbita de la Organización
Internacional del Trabajo (O.I.T.) a los que se haya ratificado el Estado Argentino.
A su vez, el desarrollo de estos principios como los derechos que le son propios (régimen de
remuneraciones, vacaciones, suspensión del contrato por diversas causas, causales de despido,
indemnizaciones por despido injustificado, etc.) se encuentran legislados en la Ley de Contrato de
Trabajo (L.C.T.), sus leyes modificatorias, y en las Convenciones Colectivas de Trabajo (C.C.T.) aplicables.
El estudio y regulación de este trabajo dependiente, que es el Derecho del Trabajo, es derecho
privado constituido por normas de orden público.
El orden público es el conjunto de normas que el Estado privilegia por hallarse interesado el
interés público y la paz social. En el caso del Derecho Laboral, representa el mínimo de condiciones
dignas a las que debe sujetarse el trabajo dependiente; considerando que sólo restringiéndose la libre
voluntad del empleador podrá desarrollarse el contrato de trabajo. Es pues el piso mínimo por debajo
del cual no son válidas las condiciones de trabajo que se pactaren.
La ley fija condiciones dignas y equitativas de trabajo, viniendo así a través de la limitación de la
autonomía de la voluntad de los contratantes, a favorecer al trabajador/a al que supone en una
condición de vulnerabilidad; crea entonces una desigualdad legal, para compensar la desigualdad social
y real entre la persona dueña del capital y los medios de producción y la persona asalariada; y lo hace
porque interesa a toda la sociedad y responde al principio de justicia social.
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El proceso así puede conceptualizarse como la serie gradual, ordenada, donde a un acto sigue
necesariamente otro, sin que pueda volverse atrás, actos disciplinados por el Derecho Procesal, que se
cumplen ante los órganos públicos predispuestos (jueces y juezas), con intervención de particulares (las
partes) y auxiliares de la justicia, a través de cuyo camino se procura investigar la verdad de los hechos
para hacer realidad los derechos consagrados en la ley.
En general los principios no difieren sustancialmente de los que se manejan en sede civil; tanto
que si bien existe una Ley de Procedimiento Laboral (ley 11.653), cuando se susciten situaciones dentro
del proceso que no estén contemplados en dicho código, debe usarse las normas del Código Procesal
Civil y Comercial (C.P.C.C.) que se aplica para suplir vacíos o dudas respecto del proceso laboral.
La principal diferencia es que el proceso laboral, al llevarse a cabo para satisfacer créditos derivados
de la relación de trabajo dependiente, a los que se considera como de naturaleza alimentaria, pues se
trata o del salario que necesita el trabajador/a para cubrir sus necesidades vitales y las de su familia, o de
indemnizaciones -que pueden ser por despido o por enfermedad o accidente de trabajo- debe ser más veloz
que el proceso civil.
Por tanto, los plazos que se manejan en estos juicios son más breves para todos los tipos de
proceso que se tratan en el fuero del trabajo.
También impera como objetivo averiguar la verdad real, es decir, tratar a través de las pruebas
de reconstruir los hechos que antecedieron al conflicto del modo más cercano a la realidad, pudiendo
en esta investigación ir más allá de lo ofrecido por las partes. A diferencia del proceso civil, si bien las
partes proponen medios de prueba, el Tribunal puede por su cuenta llevar a cabo otras, de oficio. De
aquí se deriva el rol activo que desempeña quien juzga, que no sólo dirige el proceso, sino también
investiga de forma autónoma.
El principio de primacía de la realidad o de verdad real obliga al juez o la jueza a tener en cuenta todas
las circunstancias del caso a la hora de evaluar la relación laboral, más allá de lo que las partes hayan contratado
en la relación de dependencia. Conforme a este principio, para determinar la verdadera naturaleza del vínculo
que liga a las partes, más que a los aspectos formales debe estarse a la verdadera situación creada en los
hechos y que la apariencia no disimule la realidad.
Esto se refleja en el art. 11 de la ley 11.653 que dice: "Presentada la demanda, el
procedimiento podrá ser impulsado por las partes, el Tribunal y el Ministerio Público".
Y en el art. 12 en cuanto expresa que “El Tribunal deberá ordenar de oficio las medidas
convenientes para el desarrollo del proceso. Asimismo, podrá disponer se realice cualquier diligencia
que fuera necesaria para evitar la nulidad del procedimiento. Tiene también amplias facultades de
investigación, pudiendo ordenar las medidas probatorias que estime pertinentes respetando los
principios de congruencia, bilateralidad y defensa.”
Igualmente al servicio de la verdad real se encuentra la nota determinante de la oralidad de la
audiencia de vista de causa. Allí el Tribunal del Trabajo recibirá toda la prueba oral - testimonial,
confesional.
Con la oralidad de la audiencia de vista de causa se refuerzan los principios de inmediación,
concentración y publicidad, instrumentos imprescindibles para lograr la reconstrucción histórica. En
efecto, el medio normal y más certero de transmitir y recibir información es la palabra hablada -ya que
no sólo por el tono de las palabras puede dejarse ver la verdad, están también los gestos y en general la
actitud del que habla-; por la inmediación se logra que los medios de prueba sean recibidos
directamente por los jueces o las juezas y las partes, sin la interferencia que supondría que se hicieran
declaraciones por escrito; la concentración significa que todos los medios de prueba se juntan en un
solo acto; la publicidad es la garantía para las partes, porque cualquiera puede asistir al acto de
producción de las pruebas, o sea escuchar los testigos, las pericias, etc.
Los Tribunales del Trabajo son tribunales de instancia única especializados que tienen a su cargo
la administración de la justicia laboral (arts. 1, ley 11.653) y se integran con tres jueces y/o juezas
letradas (art. 53, ley 5.827), a quienes son aplicables todas las disposiciones relativas a las calidades,
formas de designación, remoción, garantías, obligaciones, deberes y atribuciones que rigen para los
jueces y las juezas de primera Instancia (arts. 165 y siguientes de la Constitución Provincial; art. 68 de la
ley 5.827).
51
La instancia única significa que la sentencia que dicta el Tribunal laboral clausura el
conocimiento de la cuestión. No existe posibilidad de hacer revisar esa resolución por otro Tribunal
ordinario de apelación. El veredicto y sentencia dictados por un Tribunal del Trabajo no es susceptible
de recurso de apelación. Únicamente puede recurrirse ante la Suprema Corte de Justicia de la Provincia
por recurso extraordinario pero por cuestiones específicas.
Tipos de Procesos
Los ya referidos procesos de conocimiento: son los que persiguen la resolución judicial que
declare un derecho y ordene el cumplimiento. En derecho laboral, por la brevedad de los plazos, son
equiparables al proceso sumario del derecho civil, pero tienen amplitud probatoria: se investiga para
arribar a la verdad de los hechos. Se inicia con la demanda (escrito donde se expresa lo que se
pretende con fundamento en el derecho de fondo); luego se le da traslado a la demandada para que la
contraparte la conteste y pueda defenderse de las acusaciones dadas por la actora; de la contestación
nuevamente se da vista a la parte actora al sólo efecto de ofrecer contraprueba si existieren en el
responde hechos nuevos. Al demandar y contestar debe ofrecerse toda la prueba -con lo cual se ahorra
tiempo pues se suprimen etapas que existen en el proceso civil que alargan los juicios-; se llevan a cabo
las pruebas que son escritas, como ser emitir y despachar oficios pidiendo informes, mandar a pedir
otros expedientes, realizar pericias los auxiliares del proceso; y se llega finalmente a la audiencia de vista
de causa donde se recibe las declaraciones de testigos y de las partes; los/a abogados/a hacen los
alegatos (que es el análisis de la prueba aportada y producida por cada parte), pasando el Tribunal a
dictar veredicto (declaración que, con carácter previo a la sentencia, dicta el Tribunal del Trabajo
expidiéndose en torno a la acreditación o no de todas las cuestiones de hecho planteadas por las
partes en la medida que sean conducentes y hayan sido oportunamente planteadas) y finalmente se
dicta sentencia (atiende al derecho sobre los hechos fijados en el veredicto) en el breve plazo de 5 y 20
días respectivamente.
También está la ejecución de resoluciones dictadas por la autoridad administrativa del trabajo: la
ejecución de sentencia; el incidente de ejecución parcial (para créditos reconocidos expresamente).
Juicios especiales de desalojo: cuando se le acordó al trabajador como algo accesorio al
contrato de trabajo la vivienda -muy común en los trabajos rurales, o los caseros- y finalizada la relación
de trabajo el obrero sigue ocupando la casa o habitación; allí el empleador inicia el desalojo ante los
Tribunales del Trabajo.
Finalmente, los Tribunales del Trabajo entienden en grado de apelación de las resoluciones
administrativas de la autoridad del trabajo.
Puede también interponerse en los Tribunales Laborales medidas cautelares al igual que en el
proceso civil.
Actos Procesales
En lo que se refiere a la formación de los expedientes, los requisitos de forma de los escritos, los
libros que se manejan en el Tribunal del Trabajo, son plenamente aplicables las disposiciones del
proceso civil y comercial; de modo que nos remitimos a lo especificado en esa materia en cuanto a esos
puntos.
Sólo existe alguna diferencia en cuanto a las notificaciones. En general, los modos de notificar
son esencialmente los mismos que en el proceso civil y comercial, esto es:
- Notificación ficta o por ministerio de la ley: martes y viernes o el siguiente día hábil si alguno
de ellos no lo fuere (art. 16, primer párrafo, ley 11.653). Igual que en el procedimiento civil y
comercial.
- Notificación en el expediente: es igual al proceso civil y comercial.
- Notificación por cédula: se notifican por cédula las enumeradas en el art. 16 de la ley 11.653.
- - Notificación por carta documento, por telegrama, por acta notarial o por correo electrónico:
cuando así se lo disponga, según el art. 16 de la ley 11.653.
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Las cédulas con los requisitos previstos por el Código Procesal Civil, serán diligenciadas por
empleados/a judiciales (oficiales notificadores). Cuando la diligencia deba realizarse fuera de la
Provincia19 o en un país extranjero, se emitirá un oficio o un exhorto, según corresponda al Tribunal con
competencia en el lugar en que tenga que practicarse la diligencia. Así como una cédula de notificación
es la forma en que un juzgado entrega sus comunicaciones a personas particulares, un oficio es la
comunicación que el juzgado gira hacia otra dependencia o agencia del Estado, mientras que un exhorto
es la comunicación que un juzgado emite para hacerle llegar una decisión o un requerir pedido a otro
juzgado.
La cédula podrá ser reemplazada a pedido de la parte interesada, por telegrama colacionado o carta
documento. Para saber la forma de su confección se aplica el Código Procesal Civil y Comercial.
Conciliación
La conciliación es un acuerdo por el cual las partes -actora y demandada- con la presencia del
Juez o Jueza, ponen fin al proceso, arribando a un arreglo que ponga fin a la situación de conflicto.
En el proceso laboral, bien utilizado, se constituye en un arma eficaz para finalizar más
rápidamente el diferendo, lo cual significa hacerse cargo de la urgencia que generalmente posee el
cobrar los créditos que son de una naturaleza alimentaria como son los nacidos de una relación de
trabajo.
Está legislado en el art. 25 de la ley 11.653, que dice: "Una vez iniciada la demanda se podrá intentar
la conciliación en cualquier estado del procedimiento. En tal caso, y sin que se altere el curso del proceso, las
partes serán citadas a comparecer, asistidas por abogado, o por apoderado letrado con facultades
suficientes, bajo apercibimiento, en caso de incomparecencia injustificada, de multa... De arribarse a la
conciliación total o parcial, dentro de los cinco (5) días siguientes, el Tribunal se pronunciará homologando o
no el acuerdo... en cualquier estado del proceso las partes también podrán conciliar el juicio mediante
presentación escrita del acuerdo para su homologación rigiendo a tal efecto lo dispuesto en el párrafo
anterior. La homologación producirá los efectos de cosa juzgada”.
En la constante intención de facilitar un arreglo se puede intentar conciliar tantas veces como lo
pidan las partes o lo decida el Tribunal.
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Fuera de la provincia puede ser mediante cédula ley 22.172, que ingresa directamente a la oficina de notificación correspondiente.
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elementos de control previstos por los arts. 52 y 54, L.C.T., será tenida como presunción a favor de las
afirmaciones del trabajador/a sobre las circunstancias que debían constar en tales asientos (art. 55,
L.C.T.). Como consecuencia de la negativa de exhibir la prueba pro el empleador/a, se toma por cierto lo
alegado por el trabajador/a.
Finalmente si la parte trabajadora prueba la efectiva prestación de los servicios, la parte
empleadora tiene que demostrar lo contrario, o sea, que esos servicios no eran en virtud de una
relación de dependencia o contrato de trabajo.
Vista de Causa
Por último, el acto central de la prueba en el proceso laboral es la audiencia de vista de causa. El
art. 44 de la ley 11.653 dice: “El día y hora fijados para la vista de la causa deberá declararse abierto el acto
cualesquiera sean las partes y personas citadas que hubieran concurrido, quienes no estarán obligadas a
aguardar más de media hora siempre que el Tribunal no esté en audiencia. En tal caso podrán retirarse
después de dejar constancia de su oportuna presencia si vencido dicho plazo de espera el acto no ha dado
aún comienzo. A laparte que no concurra se le podrá aplicar la multa prevista en el artículo 25”.
Para fijar las cantidades que se adeuden, podrá prescindirse de lo reclamado por las partes.
El veredicto, la sentencia y las resoluciones del Tribunal serán pronunciadas por sus tres
miembros por mayoría de votos bajo pena de nulidad”.
En todo lo demás relativo a pruebas, es aplicable el Código Procesal Civil y Comercial en
cuanto concuerden con el sistema de la ley de procedimiento laboral.
El Tribunal, al aplicar las disposiciones supletorias o aquellas a las que este Código remite
en forma expresa, lo harán teniendo presente las características del proceso laboral y de
manera que consulten los enunciados de la declaración de los derechos del trabajador/a y
los fines de justicia social perseguidos por el derecho del trabajo.-
En caso de duda, el procedimiento a adoptarse será el que importe menor dilación y mejor
actualice el valor solidaridad.
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Provincia de Buenos Aires (art. 39.1. 2do. párr.).
Tratándose la justicia del trabajo de un fuero de instancia única, a diferencia del proceso civil, el
juez/a no puede recusarse (es decir oponerse a la intervención de un juez o una jueza determinada en
una causa específica y pedir por otro juez o jueza) (art. 7, ley 11.653).
Contra las sentencias definitivas dictadas por los Tribunales del Trabajo, sólo podrán
interponerse los recursos extraordinarios previstos en la Constitución de la Provincia (el de
inaplicabilidad de ley o doctrina legal, el de nulidad y el de inconstitucionalidad).
Por último, en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires no existe una instancia previa y
obligatoria a la justicia laboral que se lleve adelante en sede administrativa, tal como ocurre en otras
provincias. No obstante ello, las partes que tienen un conflicto individual de trabajo, de manera
voluntaria, pueden concurrir ante las delegaciones regionales del Ministerio de Trabajo de la Provincia
de Buenos Aires, para dirimir la controversia.
4. FUERO DE FAMILIA
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9.983 1957 Ratifica Convención De Derechos Civiles de la
Mujer
17.711 1968 Reformas Divorcio
19.134 1971 Adopción
23.264 1985 Patria potestad
23.515 1987 Divorcio
24.417 1994 Protección frente a la Violencia Familiar
24.779 1997 Adopción
26.061 2005 Protección y Promoción Integral de Niños,
Niñas y Adolescentes
26.485 2009 Protección integral para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres en los
ámbitos en los que desarrollen sus relaciones
interpersonales
26.618 2010 Matrimonio igualitario
26.994 2015 Modificatoria del Código Civil y Comercial
27.363 2017 Privación de la responsabilidad parental
Es decir que las relaciones familiares se encuentran regidas por normas de diverso origen,desde
la Constitución Nacional (arts. 14 bis, 75 incs. 22º y 23º), pasando por el Código Civil y Comercial y
llegando a las demás leyes nacionales que lo complementan.
En este sentido es de especial relevancia la ley 26.994 modificatoria del Código Civil y Comercial
ya que ha traído modificaciones sustanciales al derecho de familia que ha regido durante décadas.
Además, en el orden provincial encontramos, también, importante legislación en la materia, por
ejemplo el libro VIII del Código Procesal Civil y Comercial (C.P.C.C.), que contiene los arts. 827 a 853 -que
fuera incorporado por la ley 11.453 y la ley de violencia familiar-.
20
Este principio surge expresamente de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (y la Niña).
58
total de tales vínculos, como ocurre con el caso de la persona soltera.
El emplazamiento determinado por la existencia de dichos vínculos o por la ausencia de ellos,
implica un conjunto de derechos y deberes de las personas que configuran su estado de familia. En este
aspecto, se puede tener el estado de soltero o soltera, casado o casada, viudo o viuda, separado o
separada, divorciado o divorciada; y con relación a otra persona determinada, el de cónyuge, pariente o
extraño. No debe dejarse de lado que nuestro Código Civil y Comercial actualmente reconoce la figura
de conviviente, en virtud de la cual pueden ejercerse algunos derechos expresamente reconocidos.
Como se advierte, el estado de familia es un atributo de las personas humanas, que resulta
entonces inescindible de la persona misma.
En este orden de ideas el estado de familia genera una serie de efectos en diferentes planos
jurídicos.
Así por ejemplo:
Título de estado
Formalmente el título de estado es el instrumento o conjunto de instrumentos públicos de los
cuales emergeel estado de familia de una persona. Se lo identifica con el documento que es prueba para
todos de ese estado de familia. Por ejemplo, la partida de nacimiento, la cual prueba la relación entre el
recién nacido con sus padres y madres. Otro ejemplo es el acta de matrimonio, que es la prueba del
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vínculo filial entre dos esposos. La filiación, que puede ser por medio de técnicas de reproducción
humana asistida, por medio de la adopción o por lo que la ley llama “naturaleza”, reconoce como causa
los presupuestos que permiten atribuirla en relación al padre y la madre. Ninguno de estos medios hace
a una mayor o menor relación familiar. Si no hubiese un reconocimiento voluntario del hijo/a, éste
podrá reclamar judicialmente para obtener dicho reconocimiento probando el presupuesto genético;
así este hijo/a, aún no reconocido/a, pero que afirma judicialmente serlo de determinada persona,
hace valer su causa.
Posesión de estado
El reconocimiento del estado de familia requiere del título formal de ese estado, puesto que sólo
mediante él se hace oponible a todo el mundo la relación filial y permite ejercer los derechos y deberes
que corresponden al estado.
Pero bien puede suceder que una persona ejerza en los hechos tales derechos y deberes sin ningún
título;por ej: José se dice hijo de María que lo trata públicamente como tal y afirma a la vez ser la madre;
otro ejemplo: Marcos y Andrea dicen ser marido y mujer, se comportan públicamente como tales y viven
juntos,pero no han contraído matrimonio.
Hay diferencia entre el título de estado y la posesión de estado. La posesión de estado tiene
relevancia jurídica, porque según los casos, permite a la ley presumir que quienes en los hechos se han
comportado públicamente como si tuvieran una relación de familia, y reconocen por medio de esa
conducta la existencia de los presupuestos sustanciales del estado filial. (Ejemplo: el art. 584 del Código
Civil establece que la posesión de estado debidamente acreditada en juicio tendrá el mismo valor que
el reconocimiento expreso, salvo que haya alguna prueba que demuestre lo contrario).
Así, la posesión de estado es un hecho que la ley toma en cuenta para dar determinadas
consecuencias jurídicas. Por ejemplo, la convivencia de la madre durante la época de la concepción hace
presumir el vínculo filial a favor de su conviviente, salvo que exista prueba en contrario (Artículo 585 del
Código Civil y Comercial).
La posesión de estado crea, entonces, un estado aparente de familia.
Competencia
El Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aries en su artículo 827 dispone
60
expresamente que los Jueces y las Juezas de Familia tendrán competencia exclusiva con excepción de los
casos previstos en los artículos 3284 y 3285 del Código Civil y la atribuida a los Juzgados de Paz, en las
siguientes materias:
a) Separación personal y divorcio.
b) Inexistencia y nulidad del matrimonio.
c) Disolución y liquidación de sociedad conyugal, excepto por causa de muerte.
d) Reclamación e impugnación de filiación y lo atinente a la problemática que origine la
inseminaciónartificial u otro medio de fecundación o gestación de seres humanos.
e) Suspensión, privación y restitución de la patria potestad y lo referente a su ejercicio.
f) Designación, suspensión y remoción de tutor y lo referente a la tutela.
g) Tenencia y régimen de visitas.
h) Guarda con fines de adopción, adopción, nulidad y revocación de ella.
i) Autorización para contraer matrimonio, supletoria o por disenso y dispensa judicial del
artículo 167 del Código Civil.
j) Autorización supletoria del artículo 1.277 del Código Civil.
k) Emancipación y habilitación de menores y sus revocaciones.
l) Autorización para disponer, gravar y adquirir bienes de incapaces.
m) Alimentos y litis expensas.
n) Declaración de incapacidad e inhabilitaciones, sus rehabilitaciones y
curatela.ñ) Guarda de personas.
o) Internaciones del artículo 482 del Código Civil.
p) Cuestiones referentes a inscripción de nacimientos, nombres, estado civil y sus registraciones.
q) Toda cuestión que se suscite con posterioridad al deceso de un ser humano sobre disponibilidad
de su cuerpo o alguno de sus órganos.
r) Actas de exposiciones sobre cuestiones familiares, a este solo efecto.
s) Exequátur, siempre relacionado con la competencia del Juzgado.
t) En los supuestos comprendidos en la Sección VIII del Capítulo III Título IV del Libro I del
CódigoProcesal Civil y Comercial de Pcia.
u) Violencia Familiar
v) Permanencia temporal de niños en ámbitos familiares alternativos o en entidades de
atención social y/o de salud de conformidad a lo determinado por el artículo 35 inciso h) de la
Ley 13298.
w) Aquellas situaciones que impliquen la violación de intereses difusos reconocidos
constitucionalmente y en los que se encuentren involucrados niños.
x) Cualquier otra cuestión principal, conexa o accesoria, referida al derecho de familia y del niño
con excepción de las relativas al Derecho Sucesorio.
Procedimiento
Consta de una Etapa Previa que se promoverá mediante la presentación de "solicitud de trámite"
ante la Receptoría General de Expedientes, de conformidad a la reglamentación que establezca la Suprema
Corte de Justicia, pudiendo la misma presentarse sin patrocinio letrado cuando razones de urgencia lo
justificaren. (art. 829, C.P.C.C.).
Presentada la solicitud en la Receptoría General de Expedientes, se le devolverá de inmediato al
interesado, con indicación del Juzgado asignado. En esta oportunidad, dicha Oficina constatará la existencia
de peticiones anteriores de las partes, y en su caso la remitirá al Juzgado que hubiere prevenido.
El Juez o la Jueza de trámite del Juzgado respectivo procederán de inmediato a dar intervención
a Consejera/o de Familia, ante quien deberá entregarse todo lo aportado en el expediente judicial (art.
830, C.P.C.C.).
El Consejero o Consejera de Familia, una vez recibida la solicitud, informará dentro de las
veinticuatro (24) horas sobre la conveniencia de la etapa. Si la considerase inadmisible, elevará el
expediente de oficio en el mismo plazo al Juez o a la Jueza de Trámite, quien resolverá en definitiva.
Salvo los procesos que tienen trámite especial en cuanto a sus formas, los demás se regirán por
61
las disposiciones del proceso plenario abreviado -sumario- previstas en el C.P.C.C. con algunas
particularidades propias. (art. 838, C.P.C.C.).
Una vez presentada la demanda y contestada ésta por la contraparte, el Juez o Jueza de
trámite convocará a una audiencia (art. 842, C.P.C.C.). Las audiencias y vistas de causa serán orales y se
realizarán con la presencia obligatoria de todas las partes.
Conforme lo dispuesto por la ley 13.634, se fija como regla que niños y niñas tienen derecho
aser oídos y oídas en cualquier etapa del proceso, a peticionar, a expresar sus opiniones y a que éstas se
tengan en cuenta en las decisiones que afecten o tengan que ver con sus derechos, considerando su
desarrollo psicológico y físico. El juez o la jueza deberán garantizar debidamente el ejercicio de este
derecho.
En la audiencia preliminar el juez o la jueza interviniente procederá a interrogar informalmente a
las partes, invitar a las partes a intentar acercar sus pretensiones si fuese posible, como asimismo a que
desistan de aportar pruebas innecesarias, procurar una conciliación amigable, subsanar los defectos u
omisiones que se hubieren suscitado, abrir la causa para la aportación de pruebas, y fijar el día y la hora
de la audiencia de vista de la causa.
En la audiencia de vista de la causa se constituirá el juez quien podrá intentar la conciliación,
ordenar el debate, recibir los juramentos o promesas, formular las advertencias del caso, procurar que
las partes, testigos y peritos se pronuncien con amplitud respecto de todos los hechos pertinentes.
Contra la sentencia definitiva sólo podrán presentarse algunos recursos procesales, como el
extraordinario, el de nulidad y el pedido de inconstitucionalidad.
5. FUERO PENAL
Principios constitucionales
La Constitución Nacional establece los principios básicos del ordenamiento jurídico penal, o sea,
los presupuestos jurídicos de la represión, al disponer: “Ningún habitante de la Nación puede ser penado
sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o
sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa (art. 18 CN)”.
De este postulado resulta:
Que la ley penal debe existir previamente a toda sanción aplicada (no hay pena sin ley).
Que el juicio (o proceso) penal, necesariamente regulado por una ley que lo haga inalterable, es
el único medio de aplicar la ley (no hay pena sin juicio).
Que nadie puede ser considerado culpable mientras no lo declare tal una sentencia firme
(principio de inocencia).
Que la sentencia del juez/a natural es la única fuente legítima para limitar la libertad personal.
En concordancia, el art. 1 del Código Procesal Penal de la provincia de Buenos Aires
dispone:
“Nadie podrá ser penado sin juicio previo conforme a las disposiciones de esta ley, ni
juzgado por otros jueces que los designados de acuerdo con la Constitución y
competentes, ni considerado culpable mientras una sentencia firme no lo declare tal, ni
encausado más de una vez por el mismo hecho”.
Por imperio del ordenamiento jurídico penal, la potestad represiva del Estado queda sustancial
y formalmente definida, disciplinada y limitada. Este ordenamiento jurídico vela simultáneamente dos
intereses: el de la sociedad (por la represión de quien es culpable) y el individual (por la libertad).
Justicia y libertad son las dos ideas fundamentales que, según la Constitución Nacional, inspiran
y condicionan la función represiva del Estado.
Principio de Reserva
Junto con el principio constitucional de legalidad, el cual exige que, para poder perseguirse penalmente
una conducta, la determinación de la misma como disvaliosa debe ser anterior a su realización, se erige el
"principio de reserva".
Previsto en el artículo 19 de la Carta Magna, el mismo expresa que: "Las acciones privadas de los
hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están
sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será
obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe".
Tanto el principio de reserva como el principio de legalidad son las caras de una misma moneda:
mientras el primero –como vimos- exige que para que una conducta pueda ser considerada como un
delito y reprimida como resultado, todo aquello que no esté configurado como un delito está permitido
por la ley. Esto obedece a la idea de reservarles a los individuos, como zona exenta de castigo, la de
aquellos hechos que aunque puedan parecer ilícitos, inmorales o perjudiciales, no estén previstos
específicamente como delitos y castigados por una ley previa a su comisión. La punibilidad de los hechos
que la ley no castiga queda reservada, de un modo en que es inmune al poder represivo del Estado.
Implica establecer una zona reservada a la intimidad de los individuos sin que el Estado pueda meterse.
Tratándose de una garantía individual, esa zona de reserva debe estar claramente trazada. Esto
64
se logra mediante la enumeración taxativa por la ley de los hechos que son punibles y de las penas
correspondientes.
Principio de Inocencia
Si bien la Constitución no consagra una presunción de inocencia, la misma se entiende como el
estado jurídico en que se encuentra toda persona, incluyendo la persona imputada, antes de una
sentencia firme que la condene. El principio siempre es la inocencia y la libertad de las personas, y la
reclusión es la excepción. Por ende, ese estado de inocencia no se destruye ni con el procesamiento ni
con la acusación; tampoco lo destruye la sentencia que no ha pasado en autoridad de cosa juzgada (es
decir, cuando la sentencia se convierte en firme y definitiva). La persona imputada es inocente durante
la sustanciación del proceso hasta que no sea declarada culpable por una sentencia firme.
Ello no quita que durante el proceso puedan tomarse medidas coercitivas excepcionales contra el
imputado o la imputada (ej.: la detención, la prisión preventiva, etc.), a los fines de evitar que la
investigación pueda entorpecerse por parte de la persona imputada. Por esa razón se requiere una
sospecha contra la persona imputada para que sea llamada a declarar, o de elementos suficientes para
el dictado del procesamiento o de una prisión preventiva. Pero esta sospecha o presunción de
culpabilidad no puede afectar el principio de inocencia en cuanto todavía no hay certeza de su
culpabilidad y hay sentencia firma que la culpe por la comisión del delito objeto del proceso por el que
esa persona está siendo juzgada.
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Cómo impacta en el campo procesal
Interpretación restrictiva de todas las normas que limitan la libertad personal (art. 3 Código
Procesal Penal, ley 11.922 y modificatorias). Ejemplo: las que consienten el arresto, la detención
y la prisión preventiva o prohíben la excarcelación. Si alguna vez existiera conflicto entre los dos
intereses, debe primar el interés individual por sobre la libertad personal.
Necesidad de las medidas coercitivas: cuando se verifique concretamente esa necesidad (art.
145ss, ley 11.922).
Exclusión de la carga probatoria: la persona imputada no tiene el deber de probar nada, aunque
tenga el derecho de hacerlo, pues goza de una situación jurídica que no requiere ser construida
o demostrada (el ser inocente), sino que debe ser destruida (debe declarársela culpable de un
delito). Si no se prueba su culpabilidad, seguirá siendo inocente y, por lo tanto, deberá ser
absuelta (art. 367, Código Procesal Penal, ley 11.922). La persona imputada puede repeler las
pruebas incorporadas al proceso por el agente fiscal o el particular damnificado/a e incluso
proponer medidas para contrarrestar las existentes; pero el deber de recolección de pruebas
recae en cabeza del fiscal.
In dubio pro reo (art. 1 del Código Procesal Penal, ley 11.922): para condenar a la persona
acusada, el juez o la jueza debe tener la convicción de su culpabilidad. En caso de duda, debe
absolverla. Para llegar a esa solución no es necesario que el magistrado o magistrada este
convencido/a de su inocencia, ya que ésta es una situación jurídica que no requiere ser
construida.
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perseguido como cómplice, no lo puede ser como autor del mismo hecho en otroproceso).
Identidad de causa de persecución: identidad de pretensiones represivas, en el sentido
de que coincidan las acciones dirigidas a obtener el pronunciamiento jurisdiccional. Es necesario
que el tribunal del primer proceso, en virtud del contenido que asumió la acusación, haya
estado en la posibilidad de examinar el objeto procesal ampliamente. El principio regirá si el
caso está pendiente o ha sido decidido pudiendo agotarlo en cuanto al fondo.
Delito. Concepto
Precisados, entonces, los parámetros en la función del Estado en la configuración de las
conductas reprobadas, debe aludirse ahora a los caracteres que deben conjugarse en esa conducta para
que la misma pueda ser catalogada como "delito".
Expresado lo anterior, debe señalarse en primer lugar que el Código Penal de nuestro país no
tiene una definición de lo que es el delito. Es por ello que para su conceptualización debe recurrirse a los
conceptos doctrinarios.
Para Núñez, el delito es un hecho típico, antijurídico y culpable. Estas tres condiciones señalan
las características que se encuentran en todas las conductas legalmente punibles. Pero la concurrencia
de estas características no abre ya de manera definitiva la posibilidad de la imputación delictiva a los
efectos del castigo del autor, ya que ella depende todavía de otras condiciones exteriores a la conducta
de la persona y a las cuales está supeditada la punibilidad del delito en el caso concreto.
Para Bacigalupo, el delito es una acción típica, antijurídica y culpable.
De estas definiciones surgen las categorías o elementos de lo que se conoce como la teoría del
delito, que deben analizarse en el orden enunciado.
En primer término, hay que determinar si existe acción. Para un sector de la doctrina, la
acción es un comportamiento exterior voluntario que causa un resultado. Es el movimiento corporal o
falta de movimiento corporal impulsado por la voluntad.
En segundo lugar, hay que analizar si esa acción humana encuadra perfectamente en una figura
prevista en el Código Penal o en otra ley especial de naturaleza penal. En esto consiste la tipicidad, que
es la adecuación de la acción humana a una figura legal.
La teoría de la antijuridicidad tiene por objeto establecer bajo qué condiciones y en qué casos la
realización de un tipo penal, es decir, de una conducta típica, no es contraria al derecho. Una acción típica
será también antijurídica si no interviene a favor del autor una causa de justificación. Decir que un
comportamiento está justificado equivale a afirmar que el autor de la acción típica tuvo un permiso o una
excusa por parte del orden jurídico para obrar como se obró (por ejemplo: legítima defensa, estado de
necesidad, etc.).
Y, finalmente, la persona autora de la conducta típica y antijurídica, deberá además ser
"culpable", lo cual implica que dicho acto le deberá ser "reprochable".
También es necesario que la legislación vigente prevea una pena para esa conducta reprobada
legalmente. En ste sentido, decimos que la conducta es “punible”.
Que al individuo pueda reprochársele la conducta ilícita implica que haya comprendido que lo
que hacía estaba prohibido, y que pudiendo haber actuado conforme a lo establecido por la ley, no lo
hizo.
Proceso Penal
Según Vélez Mariconde, “el proceso penal es un conjunto o serie gradual, progresiva y
concatenada de actos disciplinados por el derecho procesal penal y cumplidos por órganos públicos
predispuestos y por particulares obligados o autorizados a intervenir, mediante el cual se procura
investigar la verdad y actuar concretamente la ley penal sustantiva”.
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La serie de actos que se dan en un proceso penal es gradual porque la sucesión de ellos se
descompone en fases, cada una con fines específicos. La nota de progresividad hace referencia
a quela ley determina un orden progresivo que necesariamente debe ser respetado, de modo
que, salvo por defectos sustanciales, el procedimiento no puede ser paralizado o retroceder. Por
último, esta serie de actos es concatenada, lo que significa que los actos del proceso penal se
hallan unidos entre sí como eslabones de una cadena, de modo que no pueden darse los
posteriores si los actos previos no se dieron.
Todos estos actos no quedan al arbitrio del Juez, de la Jueza o de los otros sujetos del proceso,
sino que están determinados por el Derecho Procesal Penal, que prescribe las formas en que
deben cumplirse y el orden que es preciso seguir. Los actos procesales penales son actos
jurídicos regulados por normas de carácter procesal penal y cuyo efecto o finalidad es el inicio,
desenvolvimiento y finalización del proceso penal.
Los órganos públicos que deben cumplir estos actos son el Juez, Jueza o Tribunal, el Ministerio
Público Fiscal (que veremos más adelante) y la Policía (que depende del Poder Ejecutivo pero
colabora con la tarea judicial). El Juez o Jueza tiene la misión de aplicar la ley penal. Es decir que
ejercen la jurisdicción penal. Juzgan sobre todos los delitos y contravenciones cometidos en el
territorio de la Provincia, excepto los de jurisdicción federal (art. 15, Código Procesal. -Ley
11.922-, en adelante C.P.P.) que les corresponde a los Tribunales Federales. El Ministerio
Público Fiscal tiene como funciones la promoción y el ejercicio de la acción penal pública, dirige
a la policía y le ordena realizar las detenciones y procedimientos que correspondan realizar para
hacer cumplir con la ley y practica la investigación penal preparatoria (art. 56, C.P.P.). En cuanto
a la Policía, deberá investigar por orden de autoridad competente o por iniciativa propia en
casos de urgencia, o en virtud de una denuncia, los delitos de acción pública. También debe
impedir que los hechos cometidos sean llevados a consecuencias delictivas ulteriores (es decir,
la disuasión de delitos); individualizar a los culpables y reunir pruebas para dar base a la
acusación o determinar el sobreseimiento, todo ello con las previsiones establecidas en el art.
296 del Código Procesal Penal (art. 293, C.P.P.).
Las personas particulares obligadas a intervenir en el proceso son, a modo ejemplificativo,
quienes adquieran la calidad de testigos, peritos e intérpretes. Están autorizados, pero no
obligados, a intervenir: quien asuma condición de actor/a civil (art. 65, C.P.P.), el civilmente
demandado/a (art. 72, C.P.P.) y el particular damnificado/a (art. 77, C.P.P.).
La última parte del concepto nos introduce en el tema de los fines del proceso penal.
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puede darse por una denuncia, por pedido del Ministerio Público Fiscal o por la Policía. Cuando la
iniciara el Ministerio Público Fiscal, contará con la colaboración de la Policía, la cual deberá cumplir las
órdenes que aquél le imparta.
Si la investigación comenzara por iniciativa de la Policía, ésta debe comunicarlo obligatoriamente al
Fiscal actuante, quien ejercerá el control correspondiente y le impartirá instrucciones (art. 268, C.P.P.).
La denuncia puede ser realizada por un particular ante un Juez, o Jueza, ante el Ministerio
Público Fiscal o ante la Policía (art. 285, C.P.P.). Todos ellos tienen obligación de denunciar los delitos
perseguibles de oficio: las personas funcionarias o empleadas públicas que sepan de esos hechos con
ocasión del ejercicio de sus funciones, y las personas profesionales de la medicina, las parteras, las
farmacéuticas y demás hombres y mujeres que ejerzan cualquier rama del arte de curar, en cuanto a
delitos contra la vida y la integridad física que presencien o conozcan al prestar los auxilios de su
profesión, salvo que los hechos conocidos estén bajo el amparo del secreto profesional (art. 287, C.P.P.).
El juicio por delito de acción privada se inicia con la denuncia del ofendido u ofendida o de las
personas autorizadas (art. 7, C.P.P.). La acción privada se ejercerá por querella, en la forma que
establece el Código de Procedimiento Penal (art. 8, C.P.P.).
La instrucción o investigación penal preparatoria es la etapa preparatoria del juicio que
tiene por objeto dar indicios suficientes para que se efectúa la acusación o determinar el
sobreseimiento.
Tiene por finalidad:
Comprobar, mediante las diligencias conducentes al descubrimiento de la verdad, si
existe un hecho delictuoso.
Establecer las circunstancias que lo califiquen, agraven, atenúen, justifiquen o incidan en
su punibilidad.
Individualizar a las personas autoras y partícipes del hecho investigado.
Verificar la edad, educación, costumbres, condiciones de vida, medios de subsistencia y
antecedentes de la persona imputada; el estado y desarrollo de sus facultades mentales,
las condiciones en que actuó, los motivos que han podido determinarlo a delinquir y las
demás circunstancias que revelen su mayor o menor peligrosidad.
Comprobar a los efectos penales la extensión del daño causado por el delito (art. 266, C.P.P.).
En el sistema implementado originariamente por la ley 11.922, la I.P.P. está a cargo del
Ministerio Público Fiscal -representante de la sociedad-, sin perjuicio de que puedan intervenir los
funcionarios de policía de los delitos de acción pública que lleguen a su conocimiento o cumpliendo
órdenes del Ministerio Público Fiscal (art. 267, C.P.P.). No obstante ello, las últimas reformas al Código
Procesal Penal, han otorgado una serie de facultades similares a las públicas, al particular damnificado,
quien representa exclusivamente a la víctima en el proceso.
Antes de dictarse la prisión preventiva, el Juez o la Jueza puede decretar la libertad del
procesado o procesada sin oír al Ministerio Público Fiscal ni cumplir otra formalidad, siempre que no hallare
razones suficientes para que se continúe con la detención del sospechoso. Su decisión debe estar debidamente
justificada en la resolución donde decreta la puesta en libertad de dicha persona (art. 320, C.P.P.).
El o la Agente Fiscal, imputado/a y su Defensor/a, en cualquier estado de la Investigación Penal
Preparatoria, podrán solicitar al Juez o Jueza de Garantías que dicte el sobreseimiento; salvo cuando la
acción penal se ha extinguido, que procederá en cualquier estado del proceso (art. 321, C.P.P.).
Cierre de etapa preparatoria y elevación a juicio: Si el o la Fiscal estimare contar con elementos
suficientes para el ejercicio de la acción, y no resultare procedente la aplicación de alguno de los
criterios de oportunidad o abreviación del proceso, procederá a formular por escrito su pedido (o
requisitoria) de citación a juicio ante los órganos ordinarios de juzgamiento (art. 334, C.P.P.). Con ello, se
pide el cierre de la epata de instrucción o investigación y su pase (o “elevación”) a juicio, donde se
realizará la acusación formal.
El juicio(o debate): Es la fase central del proceso penal, que se cumple oral y públicamente (por eso se lo
suele llamar “juicio oral y público”) y tiene su base en una acusación formal. Concluye con una sentencia
69
definitiva del Tribunal Criminal o Juzgado Correccional, según el delito de que se trate. Luego de que el
Tribunal asume el caso, y si no hay pedidos de recusación a cualquiera de sus integrantes, se designará
una audiencia en el plazo más breve posible, que será realizada por el Tribunal reunido en conjunto. En
la audiencia se tratará lo referido a las pruebas que las partes utilizarán en el debate, la validez
constitucional de los actos de la etapa de instrucción, entre otras cuestiones (art. 338, C.P.P.).
Resueltas dichas cuestiones, el Tribunal fijará la fecha de iniciación del debate (art. 339, C.P.P.). El
debate será oral y público, a riesgo de ser declarado nulo si no sucede así. Sin embargo, el Tribunal podrá
resolver que se realice a puertas cerradas total o parcialmente se, cuando la publicidad pudiere afectar el
normal desarrollo del juicio, afecte la moral, el derecho a la intimidad de la víctima o testigo, o por
razones de seguridad (art. 342, C.P.P.). Terminado el debate, el Tribunal -fuera de la presencia de las
partes y el público- pasará a deliberar en sesión secreta a fin de dictar un veredicto. En dicha sesión, el
Tribunal, teniendo en cuenta todas las pruebas aportadas y a las investigaciones realizadas, procederá a
plantear y votar las cuestiones referidas a:
Si el hecho realmente existió o no;
Si las personas procesadas participaron o no del él;
Si existe algo que pueda eximir de responsabilidad a los procesados;
Si existen o no atenuantes; y
Si existen o no agravantes.
El veredicto podrá ser absolutorio o condenatorio (art. 371, C.P.P.). Mientras el veredicto es la
decisión del tribunal, la sentencia es la resolución hecho por escrito en la que se detallan los argumentos
y consideraciones de hecho y de derecho que el Tribunal ha tenido en cuenta para llegar a esa decisión o
veredicto. Por ende, la sentencia debe estar bien fundamentada de acuerdo con lo alegado y probado
por las partes en el juicio, un desarrollo argumental lógico, basarse en la ley vigente y en lo peticionado
por las partes.
Cuando el veredicto hubiese sido condenatorio, el Tribunal dictará la sentencia que
corresponda. Si la sentencia no se encuentra debidamente fundamentada, entonces será considerada
como arbitraria y podrá ser apelada. En ella se plantearán las cuestiones de derecho que considere
necesarias el Tribunal, siendo las únicas esenciales las siguientes: 1. La calificación legal del delito (el tipo
penal preciso por el cual la persona fue declarada culpable), 2. El pronunciamiento que corresponde
dictar (el razonamiento y su fundamentación de por qué se lo encontró culpable).
Fase eventual: Pueden presentarse contra la sentencia distintos recursos procesales, como por ejemplo
el recurso de casación (art. 448 y ss. C.P.P.) y los extraordinarios de inconstitucionalidad, nulidad e
inaplicabilidad de ley (art. 479, C.P.P.). Cualquiera de estos recursos –en caso de ser admitidos- impiden
que la sentencia quede firme y que el caso se cierre, y continúa bajo una nueva etapa eventual de
acuerdo al recurso que haya sido otorgado y ante el tribunal que corresponda.
Fase ejecutiva: Es la concreción de lo dispuesto en la sentencia. Si las decisiones del tribunal no son
acatadas por voluntad propia, las resoluciones judiciales serán ejecutadas por el Juez o Jueza de
Ejecución Penal, quien en el ejercicio de su competencia tendrá las atribuciones establecidas en el art.
25 (art. 497, C.P.P.).
Procedimientos especiales
- Juicio Correccional (para delitos cuya pena no sea privativa de libertad, que tengan una pena
privativa delibertad cuyo máximo no exceda de seis años).21
- Juicio por delitos de acción privada.
- Juicio abreviado (arts.395 y ss., C.P.P.).
- Suspensión del proceso a prueba (art. 404 C.P.P.).
- Habeas Corpus (art. 405 C.P.P.).
21
El Juez o la Jueza en lo Correccional es competente en materia de faltas o contravenciones municipales, policiales o
administrativas, donde no se utilizan las reglas del juicio correccional sino las previstas en las leyes pertinentes (v.gr. Código de
Faltas, Dec. Ley 8.031).
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Clasificación de las acciones penales
Las acciones penales se dividen en públicas y privadas. Las acciones públicas, por su promoción,
se subdividen en acciones promovidas de oficio (se ejerce por el Ministerio Público) y aquellas acciones
dependientes de instancia privada (requieren denuncia por parte de las personas autorizadas por el
Código Penal).
La acción privada se ejerce y se mantiene por querella, es decir mediante la presentación de un
particular como querellante en la causa judicial.
La regla general está constituida por las acciones públicas que se inician o promueven de
oficio. Los arts. 72 y 73 del Código Penal enumeran expresamente los delitos que dan lugar a las
categorías de excepción.
El Art. 71 Código Penal dispone que: “Deberán iniciarse de oficio todas las acciones penales, con
excepción de las siguientes:
las que dependieren de instancia privada;
las acciones privadas”.
En forma concordante, el art. 6 del Código Procesal Penal dispone: “La acción penal pública se
ejercerá exclusivamente por el Ministerio Público Fiscal. Su ejercicio no podrá suspenderse,
interrumpirse ni hacerse cesar, salvo los supuestos previstos por la ley”.
Al establecer acciones privadas y acciones públicas dependientes de instancia privada, la ley
consagra derechos subjetivos individuales que condicionan el ejercicio de la potestad represiva del Estado.
En este último caso, se prevé que cuando existieren intereses gravemente contrapuestos entre
alguno de éstos y el niño o la niña, o cuando se tratare de un/a menor que no tuviera representantes
legales, el o la Fiscal podrá actuar de oficio cuando así resultare más conveniente para preservar el
bienestar integral de aquél.
En estas acciones dependientes de instancia privada, la persona ofendida evalúa sobre la
conveniencia y oportunidad de iniciar el proceso penal; pues la ley deja a su decisión para que considere
los intereses familiares y sociales que pueden estar en conflicto; le reconoce el derecho de iniciar la
acción penal. El Estado no da comienzo a ningún proceso si el particular ofendido o damnificado no
actúa; y el silencio de la parte ofendida equivale a renunciar al derecho de iniciar el proceso. Este
derecho no puede ser ejercido por ninguna otra persona más que por el particular ofendido y no hay
posibilidad de arrepentimiento: si se decide por encarar la denuncia y realizarla a fin de dar comienzo
con el juicio, luego no podrá darle fin si quiere echarse para atrás, pues el derecho del particular es
singularísimo (es decir que se ejerce una única vez y luego ya pierde el control del proceso judicial, pues
se lo entrega a la capacidad represiva del Estado).
La instancia privada es una excepción a la regla de la oficiosidad del art. 71 Código Penal. El
Código Penal prevé como modos de instar “la acusación o denuncia”.
En este sentido el art. 7 Código Procesal Penal establece: “La acción penal dependiente de
instancia privada no se podrá ejercer si las personas autorizadas por el Código Penal no formularen
denuncia ante autoridad competente. Si se hubiere actuado de oficio, se requerirá a la víctima o a su
tutor, guardador o representante legal, manifieste si instará la acción”.
La instancia privada se extenderá de derecho a todos los partícipes del delito (art. 7, 2do.
párrafo, C.P.P.), lo cual significa que el instante sólo dispone del hecho. Una vez que lo ha denunciado, la
71
persecución queda liberada contra cualquiera que resulte sospechoso de participación en ese hecho.
Acción Privada (art 73 Código Penal y 8 Código Procesal Penal). El art. 73 del Código Penal enumera
los delitos de acción privada:
Las calumnias e injurias;
Violación de secretos;
Concurrencia desleal;
Incumplimiento de los deberes de asistencia familiar, cuando la víctima fuere el cónyuge.
La particularidad es que en estos supuestos no actúa ningún órgano del Estado como impulsor
de la acción, circunscribiéndose el conflicto a los involucrados, es decir aquel que inicia la acción penal y
por el otro lado, aquel que es acusado por la misma.
Otro dato característico -a diferencia de la acción pública y la dependiente de instancia privada-
es la posibilidad para quien inició la acción penal de interrumpir su curso (o sea que puede retractarse).
Asimismo, corresponde señalar que el procedimiento por el cual se lleva adelante la investigación de
alguno de estos delitos es un tanto especial. En estos casos, la parte ofendida es la titular de la acción privada
y tiene el derecho de provocar la represión con exclusión de toda otra persona.
Esto se pone en evidencia en el art. 59 inc. 4° Código Penal: “La acción penal se extinguirá por
renuncia del agraviado, respecto de los delitos de acción privada” y art. 69 Código Penal: “El perdón de
la parte ofendida extinguirá la pena impuesta por delito de los enumerados en el art. 73”.
El Estado no se limita a conceder al ofendido u ofendida el poder jurídico de requerir la
actuación de la ley penal, sino que le acuerda un derecho que condiciona y enerva por completo la
potestad pública.
En los casos previstos por el art. 73 Código Penal los órganos públicos no pueden ni promover ni
ejercitar la acción. El ejercicio de la acción corresponde exclusivamente al particular ofendido/a o a sus
representantes o herederos/a en algunos casos.
No puede iniciarse ni proseguirse de oficio el ejercicio de la acción penal en estos casos, como
surge con claridad de los arts. 75 Código Penal: “La acción por calumnias o injurias podrá ser ejercitada
sólo por el ofendido y después de su muerte por el cónyuge, hijos, nietos o padres sobrevivientes” y 76
Código Penal: “En los demás casos del art. 73 se procederá únicamente por querella o denuncia del
agraviado o de sus guardadores o representantes legales”.
Quien la ejerza debe constituirse en querellante exclusivo, vale decir con exclusión del órgano
público de la acusación. El ART. 8 del Código Procesal Penal dispone: “La acción privada se ejercerá por
querella, en la forma que establece este Código” (arts. 381/394 del Código Procesal Penal).
Competencia
La competencia es una órbita jurídico-penal dentro de la cual el tribunal ejerce su jurisdicción. Es
la aptitud que tiene un tribunal penal para entender en un determinado proceso o en determinado
momento del mismo, ya fuese por razones territoriales, materiales o funcionales.
Cada Tribunal puede distribuirse la tarea conforme a criterios prácticos de determinación
temporal, que sólo por extensión puede llamarse “competencia por turno”. Se trata de una competencia
que no se fija por ley, sino por reglamentos y acordadas del Poder Judicial.
La competencia tiene por objetivo poner orden en el ejercicio de la jurisdicción, lo que es
imprescindible en materia penal para hacer práctico el principio del juez/a natural. De ahí deriva que la
competencia sea improrrogable (arts. 1 y 15, Código Procesal Penal): las partes no pueden disponer en
ningún caso la alteración de estas reglas legales porque son de interés público. La competencia penal es
de orden e interés público en todos los casos, lo que no ocurre con la competencia en el fuero civil,
donde en las cuestiones patrimoniales está autorizada el ceder la competencia, o lo que es lo mismo,
prorrogarla.
La improrrogabilidad de la competencia penal implica para el juez o la jueza el tener que actuar
en los procesos asignados al tribunal que encabeza. Pero también implica la prohibición de intervenir
cuando el tribunal que lidera no fuere el competente. Cuando se produce tal situación, el propio juez o
72
jueza puede declararse incompetente por entender que el caso en cuestión debe tratarlo otro juzgado.
Ésta es la forma en que se ordena la jurisdicción penal: frente a la realización de un hecho ilícito,
debe determinarse, en primer término, si corresponde a los tribunales federales o a los provinciales;
después el tribunal de cuál jurisdicción; luego el de qué materia penal y, por último, debe concretarse el
de la función respectiva.
La regla general en materia penal es que ante los delitos que se cometan dentro de su
jurisdicción, le corresponde a los tribunales provinciales frente a la competencia federal, de donde se
derivanlos caracteres de independiente y soberana. No debe dar cuenta a la justicia federal de sus actos
y los procesos que se radiquen en los tribunales provinciales deben sustanciarse y fenecer ante ellos.
Esto está especificado en el art. 121 de la Constitución Nacional, por el que las provincias se reservaron
todo el poder no delegado al Gobierno Nacional, entre ellos la competencia sobre todos los delitos que
ocurran en sus territorios.
Los actos cumplidos sin que se cumplan estas reglas son sancionados con nulidad porque el
tribunal habría actuado sin tener poder para ello (ver art. 28, C.P.P.).
Criterios de determinación
Los criterios de determinación de la competencia ordinaria difieren de los tenidos en cuenta
para determinar la competencia federal.
Predomina el criterio territorial, que implica la división del territorio provincial en diversos
Departamentos Judiciales. En cada uno de ellos, funciona el criterio material, relativo a la entidad del
delito, puesto de manifiesto por la cantidad y calidad de la penal. Luego aparece la determinación
funcional para las etapas y grados del proceso.
Competencia Territorial
La ley asigna a los tribunales una circunscripción territorial para que ejerzan la jurisdicción con
respecto a todos los delitos que se cometan dentro de ella.
El art. 29 Código Procesal Penal (ley 11.922) dispone: “Serán competentes el Juez o Tribunal e
intervendrá el Ministerio Público Fiscal del Departamento Judicial donde se hubiere cometido el delito”.
Esta regla busa que el tribunal se acerque lo más posible al lugar del hecho a investigar y juzgar.
Ello favorece el ejercicio del derecho de defensa, la celeridad en la investigación y la trascendencia social
del fallo.
Las reglas subsidiarias en la competencia penal territorial sólo tienen vigencia cuando se ignora
el lugar de la comisión o existe duda sobre él.
El art. 29 Código Procesal Penal dice: “... Si se ignorase en cuál Departamento Judicial se cometió el
delito, serán competentes los órganos que correspondan al lugar donde se procedió al arresto y
subsidiariamente, los de la residencia del imputado. En último término, lo serán los que hubiesen prevenido
en la causa. En su defecto, el que designare el Tribunal jerárquicamente superior, o en su caso, el Procurador
General de la Suprema Corte de Justicia”.
Competencia Material
Para fijarla se atiende a elementos externos del hecho en sí, tales como: la pena y las
circunstancias agravantes de la calificación, en cuanto demostrativa de la entidad del delito; la edad del
sujeto activo, en cuanto menor requerido de tutela.
Competencia Funcional
Como hemos visto, el proceso consta de dos etapas: instrucción y juicio plenario. Eventualmente
pueden darse una etapa de impugnación y otra de ejecución. La determinación de la competencia
funcional se da cuando varía el tribunal instituido para cada etapa (ejemplo: el tribunal del juicio
plenario no es el mismo que el tribunal de casación).
La distinción funcional más interesante es la que se hace entre el órgano a cargo de la
investigación –que en la provincia de Bs. As. es el Ministerio Público Fiscal- y el juez, jueza o tribunal de
juicio y sentencia. Rige en todas las provincias donde hay procedimiento penal oral. En este ejemplo,
73
que es el más común, el tribunal de la instrucción no es el mismo que el tribunal de juicio.
Aquí es necesario destacar que en la provincia de Buenos Aires contamos con la existencia de
Tribunales de Jurados que llevan a cabo los juicios por jurados, y cuya naturaleza es diferente a los
órganos mencionados precedentemente en virtud de las personas que lo integran y las funciones que se
le atribuyen. La regulación de los Tribunalesde Jurados será detallada más adelante.
Si los delitos imputados han sido cometidos simultáneamente por varias personas reunidas,
o aunque lo fueren en distinto tiempo o lugar, cuando hubiere mediado acuerdo entre ellas.
Si un delito ha sido cometido para perpetrar o facilitar la comisión de otro o para procurar al
autor, o a otra persona su provecho o impunidad.
Si a una persona se le imputan varios delitos.
En estas situaciones, si existen delitos que son conexos, los procesos penales se “acumulan”. La
acumulación de causas no quita que se puedan tramitar por separado, salvo que ello fuera
inconveniente para la investigación.
No procederá la acumulación cuando este procedimiento determine un grave retardo (art. 34, C.P.P.).
Características
En los citados instrumentos normativos se erige al interés superior del niño y la niña como
principio rector, se fomenta la participación activa y se privilegia su opinión. Se coloca a la familia en un
lugar prioritario y protagónico en la contención, desarrollo e integración para quien no ha cumplido 18
años de edad. El Estado es el responsable de la realización de los derechos de niños y niñas.
Se desjudicializan los conflictos sociales que involucran al niño y la niña desplazando su atención
asistencial a la administración.
Se reserva la instancia judicial para el control de la legalidad de la actividad administradora, para
cuestiones jurídicas de naturaleza civil (fuero de familia) o penal (fuero de responsabilidad penal
juvenil).
Integración
El Fuero de la Responsabilidad Penal Juvenil estará integrado por:
Tribunal de Casación.
Cámaras de Apelación y Garantías en lo Penal.
Tribunales de Responsabilidad Penal Juvenil.
Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil.
Juzgados de Garantías del Joven.
Ministerio Público del Joven.
Durante la tramitación de la causa el o la joven gozará de todos los derechos y garantías reconocidos a los
mayores y en especial tendrá derecho a:
Ser informado/a de los motivos de la investigación y de la autoridad responsable de la misma, del
derecho a no declarar contra sí mismo y a solicitar la presencia inmediata de sus padres, tutores o
responsables y su defensor/a.
No ser interrogado por autoridades policiales, militares, civiles o administrativas.
Recibir información clara y precisa de todas las autoridades intervinientes del Fuero, sobre el significado
de cada una de las actuaciones procesales que se desarrollen en su presencia, así como del contenido y
de las razones, incluso ético-sociales de las decisiones, de tal forma que el procedimiento cumpla su
función educativa.
Que la privación de libertad sea sólo una medida de último recurso y que sea aplicada por el período más
breve posible, debiendo cumplirse en instituciones específicas para niños y niñas, separadas de las de
adultos, a cargo de personal especialmente capacitado teniendo en cuenta las necesidades de su edad;
Comunicarse personalmente con la autoridad judicial, recibir visitas e intercambiar correspondencia con
76
su familia, al estudio y la recreación.
Que no se registren antecedentes policiales que perjudiquen su dignidad.
Que las decisiones sobre medidas cautelares, salidas alternativas al proceso y requisitoria de elevación a
juicio, bajo pena de nulidad se dicten en audiencia oral con su presencia, la de su defensor, acusador y
demás intervinientes, conforme a los principios de continuidad, inmediación, contradicción y
concentración.
En este procedimiento intervine la figura del Agente Fiscal y del Defensor o Defensora del Joven
dependientes del Ministerio Público.
Se separa claramente la etapa de la investigación penal preparatoria del juicio así como las
funciones y roles dentro de cada etapa.
El juez o la jueza que actúa durante la etapa de investigación preparatoria son el juez o jueza de
garantías del Joven.
El o la Agente Fiscal es quien recolecta la prueba y en su caso realiza la acusación.
La Defensa es ejercida por un Defensor o una Defensora Oficial o particular.
Los y las Agentes Fiscales y Defensores/as Oficiales Penales del Joven tendrán las mismas
funciones atribuidas por los artículos 17, 21 y 22 respectivamente de la Ley Nº 12.061 y modificatorias,
con la especificidad de serlo respecto de niños y niñas.
Durante la tramitación del proceso el juez o jueza de garantías podrá restringir la libertad de la persona
imputada menor. Esta medida de coerción personal es excepcional, subsidiaria y provisoria para causas graves
(art. 43 y 44).
Esta gravedad definida normativamente por la misma ley surge de lo dispuesto por los art. 43
inc. 2do, y 27 pues conforme una interpretación de lo allí dispuesto puede establecerse que éstas son
aquellas donde la pena en expectativa no permiten la aplicación de la libertad condicional (art.26 del CP)
y además la conducta investigada configuran los delitos previstos por los art. 79 (homicidio simple), art.
80 (homicidios agravados, art. 119 párrafos 3ro y 4to (abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual
con acceso carnal), art. 124 (abuso sexual del que resultare la muerte de la víctima), art. 142 bis
(secuestro coactivo) art. 165 (homicidio en ocasión de robo) y art. 170 del Código Penal (secuestro
extorsivo).
Las medidas cautelares de encierro deberán ser llevadas a cabo en centros especializados,
donde las personas jóvenes imputadas deberán estar separados de las mayores y de las menores
condenadas (art. 46).
El plazo máximo de la prisión preventiva es de 180 días prorrogables fundadamente por el juez
ojueza de garantías y a requerimiento del agente fiscal por un plazo de 180 días más.
El dictado, la prórroga y el cese de la prisión preventiva será resuelta por el juez o jueza de
garantías en audiencia oral con la presencia obligatoria de la parte imputada, el agente fiscal y el
defensor o la defensora, bajo pena de nulidad.
La duración de la investigación no puede superar los 120 días si hubiere detenidos; en casos
fundados y excepcionales podrá prorrogarse por 60 días más (art. 48).
El citado art. 43 admite la aplicación de todas las decisiones alternativas que pongan fin a la
etapa preliminar o al proceso, en especial la suspensión del juicio a prueba, el archivo, el juicio
abreviado, el sobreseimiento o la mediación del conflicto.
Una vez elevada a juicio y radicada la causa, el Juez o la Jueza de Responsabilidad Penal Juvenil o
en su caso el Tribunal de la Responsabilidad Penal Juvenil, dentro de las cuarenta y ocho (48) horas,
señalará el día y la hora para la celebración de la audiencia preparatoria del juicio oral con citación a las
partes, la que deberá fijarse en un plazo que no exceda los quince (15) días.
No será aplicable lo normado por el artículo 342 del Código Procesal Penal, respecto a la
publicidad de la audiencia de debate, la cual tendrá carácter de reservado. Excepcionalmente, podrán
estar presentes aquellas personas expresamente autorizadas por el Juez o la Jueza. La decisión judicial
es inimpugnable.
Concluido el debate, el Juez, la Jueza o en su caso el Tribunal de la Responsabilidad Penal
Juvenil, con base en los hechos probados, en la existencia del hecho, en su tipicidad, en la autoría o
participación del niño, en la existencia o inexistencia de causales eximentes de responsabilidad, en las
77
circunstancias y gravedad del hecho, y en el grado de responsabilidad, por auto fundado, resolverá:
Declarar absuelto al niño o a la niña, dejando sin efecto la medida provisional impuesta y
archivar definitivamente el expediente.
Declarar penalmente responsable al niño o niña y aplicarle una o varias de las medidas judiciales
previstas en el artículo 68 de la ley, con determinación específica de cada una de ellas, su
duración, finalidad y las condiciones en que deben ser cumplidas.
La Resolución se notificará a las partes personalmente o por cédula.
Estructura
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El Fuero en lo Contencioso Administrativo en la provincia de Buenos Aires está compuesto por
los siguientes órganos judiciales:
Suprema Corte de Justicia
Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo
Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo
Competencia
La competencia contencioso-administrativa comprende las siguientes controversias:
Las que tengan por objeto la impugnación de actos administrativos, de alcance particular o
general.
Las que se susciten entre prestadores de servicios públicos o concesionarios de obras
públicas y usuarios, en cuanto se encuentren regidas por el Derecho Administrativo.
Aquellas en las que sea parte una persona jurídica no estatal, cuando actúe en el ejercicio
de prerrogativas regidas por el Derecho Administrativo.
Las que versen sobre la responsabilidad patrimonial, generada por la actividad lícita o ilícita
de la Provincia, los Municipios y los entes públicos estatales, regidas por el Derecho Público,
aun cuando se invocaren o aplicaren por analogía normas del Derecho Privado.
Las relacionadas con la aplicación de tributos provinciales o municipales.
Las relativas a contratos administrativos.
Las que promuevan los entes públicos estatales.
Las relacionadas con la ejecución de tributos provinciales.
Las que versen sobre limitaciones al dominio por razones de interés público, servidumbres
administrativas y expropiaciones (art. 2, ley 12.008).
8. JUSTICIA DE PAZ
Competencia
La competencia de estos órganos jurisdiccionales está delimitada por el art. 61 de la citada ley
5827, en el marco del cual se establece que los Jueces y las Juezas de Paz Letrados de los
partidos de Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Berisso, Ensenada, Esteban Echeverría, Ezeiza,
Florencio Varela, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, Lanús, Malvinas Argentinas, Merlo, Presidente
Perón, San Fernando, San Miguel, Tres de Febrero, Tigre y Vicente López, conocerán:
80
copias de documentos públicos o privados, mediante la registración de aquellas y del estado
material o copia de éstos en los libros que establezca la Suprema Corte.
4. En materia de faltas (Decreto-Ley 8.031/73, Texto Ordenado por Decreto 181/87 y sus modificatorias).
5. De la aplicación de las sanciones previstas por el Artículo 78° del Decreto Ley Nacional 8.204/63 y
contemplado por el Artículo 6° del Decreto Provincial 7.309/68.
Los restantes Jueces y Juezas de Paz conocerán además de las materias indicadas en el párrafo
precedente, en los siguientes procesos:
Separación personal, divorcio vincular y conversión de separación personal en divorcio vincular,
en los términos de los Artículos 205°, 215°, 216° y 238° del Código Civil y Comercial.
Alimentos
Tenencia de hijos, hijas y régimen de visitas.
Homologación de acuerdos de liquidación de sociedad conyugal en aquellos casos en que el
divorcio se hubiere tramitado por ante el mismo Juzgado.
Suspensión de la patria potestad.
Internaciones en caso de urgencia, comunicando la medida dentro de las veinticuatro (24) horas
al Juez o Jueza de Primera Instancia.
Habeas Corpus.
Adquisición de dominio por usucapión.
(Texto según Ley 11911) Desalojo urbano por intrusión, falta de pago y/o vencimiento de
contrato. Consignación y cobro de alquiler. Los procesos que versen sobre materia de
competencia del Fuero rural previstos en los Decretos-Leyes 868/57 y 21.209/57.
Medidas cautelares, debiendo el Juez o Jueza remitir el expediente al Magistrado que en
definitiva entendiere en el proceso, tan pronto como fuera comunicada su iniciación.
Juicios ejecutivos y ejecuciones especiales.
De los procesos universales consistentes en sucesiones “ab intestato” o testamentarias.
Curatela o insanias, en los supuestos en que se acredite que el incapaz no tenga patrimonio y se
solicite su declaración para la obtención del Beneficio de Pensión Social, Ley 10.205 y sus
modificatorias.
Los procesos indicados en los incisos b) y h) del apartado II del parágrafo I, serán de
competencia de la Justicia de Primera Instancia en lo Civil y Comercial cuando existiere un proceso
conexo radicado ante ésta, en relación al cual resultare necesario concretar los actos a que dichos
incisos se refieren.
Los Jueces de Paz Letrados y las Juezas de Paz Letradas de todos los partidos de la Provincia
intervendrán a requerimiento del Agente Fiscal, en las medidas de coerción personal, medios y
diligencias de prueba que señala el artículo 25° bis del Código Procesal Penal, en los casos en que los
hechos delictivos hayan sido cometidos dentro de su competencia territorial.
Procedimiento
El procedimiento ante la Justicia de Paz se regirá por el Código Procesal Civil y Comercial de la
provincia con las particularidades del Decreto Ley 9.229/79 (de Justicia de Paz Letrada) y demás
normativa aplicable.
81
salvaguardar la fe pública.
Deberán llevar libros de autenticación de copias de documentos públicos y privados y de
certificación de firmas, ambos habilitados por el Actuario o el Jefe o la Jefa de la dependencia,
debidamente foliados. Sus asientos deberán ser legibles y constar en ellos: lugar y fecha, nombre y
apellido completos del peticionario, así como tipo y número de documento de identidad y domicilio
real; descripción de la documentación presentada y, en su caso, cantidad de copias autenticadas, monto
y número del depósito integrado. Al pie del asiento respectivo deberá asentar su firma el agente judicial
que interviene en la registración del acto, la persona funcionaria fedataria y la persona interesada, esto
último como prueba de devolución de la documentación objeto de la gestión.
La Justicia de Paz, los Juzgados en lo Civil y Comercial ubicados en sedes descentralizadas y los
Registros públicos de Comercio no certificarán ni autenticarán documentos públicos o privados que
correspondan específicamente en razón de la materia a organismos administrativos nacionales,
provinciales o municipales, correspondiéndoles intervenir en los supuestos en que se cumpliere una
finalidad previsional, laboral, asistencial o de seguridad social y siempre que tales organismos no
contaren con autoridad habilitada en la ciudad asiento de aquéllos. Las personas titulares de Juzgados
de Paz podrán realizar excepciones cuando aprecien situaciones de estricta necesidad.
82
identificación cuando careciere de documentos de identidad.
d.- Nombre, cargo y firma del funcionario que constató la infracción.
e.- Nombre, documento de identidad y domicilio de los testigos si los hubiere.
II.- Declaración del imputado y ofrecimiento de las pruebas que intente hacer valer, previa notificación
de la norma típica cuya violación se le incrimina.
III.- Declaración de los testigos del hecho o los propuestos por el inculpado o la inculpada.
IV.- Elevación.
9. MINISTERIO PÚBLICO
Integración
Este órgano se organiza con una estructura jerárquica y está regida por los principios de unidad,
indivisibilidad, flexibilidad y descentralización.
Las personas integrantes del Ministerio Público tienen los mismos derechos e inmunidades que
los jueces y las juezas. Conservarán sus cargos mientras dure su buena conducta y solamente podrán ser
suspendidas o removidas, conforme a los procedimientos de juicio político o enjuiciamiento previstos en
los arts. 73 inciso 2) y 182 de la Constitución de la Provincia en los casos respectivos.
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La Mediación Prejudicial Obligatoria
Previo a finalizar el tratamiento de todos los fueros debe tenerse en cuenta que en el ámbito
de la provincia de Buenos Aires rige la Mediación Prejudicial Obligatoria. Ésta es una instancia
ineludible a la que toda persona debe someterse previo a iniciarse un proceso judicial, siendo
susceptible de ser sancionada sino cumpliese con dicho requerimiento. La misma se encuentra regulada
por la ley provincial13.951.
La instancia de mediación tiene por objeto promover y facilitar la comunicación directa entre
las partes, de manera que permita la solución del conflicto y, en tal caso, evitar el proceso judicial, el
cual, en la práctica que suele ser largo y costoso para las personas, y en el cual la decisión sobre la
contienda no la toman las partes, sino un juez o jueza.
La ley 13.951 establece en su artículo 4º que procesos judiciales están exentos de la Mediación
obligatoria, estos son:
1. Causas Penales, excepto las sometidas a Mediación voluntaria de acuerdo a lo establecido en
la Ley 13.433. La mencionada ley es la vigente para la aplicación del régimen de Mediación Prejudicial
voluntaria para causas penales. Mediante ésta se establece que el procedimiento se instrumentará en
la órbita del Ministerio Público Fiscal por medio de las Oficinas de Resolución Alternativa de Conflictos
Departamentales, las cuales intervendrán en los casos que los fiscales deriven una Investigación Penal
Preparatoria; siempre que se trate de causas correccionales y regirá para delitos cuyas penas son
menores a seis años y que sean causas vinculadas con hechos suscitados por motivos de familia,
convivencia o vecindad, causas cuyo conflicto es de contenido patrimonial. Además siempre será
necesario el expreso consentimiento de la víctima.
2. Acciones de separación personal y divorcio, nulidad de matrimonio, filiación y patria
potestad,alimentos, guardas y adopciones.
3. Procesos de declaración de incapacidad y de rehabilitación.
4. Causas en las que el Estado Nacional, Provincial, Municipal o los Entes Descentralizados sean parte.
5. Amparo, Habeas Corpus e interdictos.
6. Medidas cautelares hasta que se encuentren firmes.
7. Las diligencias preliminares y prueba anticipada.
8. Juicios sucesorios y voluntarios.
9. Concursos preventivos y quiebras.
10.Las acciones promovidas por menores que requieran la intervención del Ministerio Público.
11.Causas que tramiten ante los Tribunales Laborales.
12.Causas que tramiten ante los Juzgados de Paz Letrados.
Quien ejerza la función de mediador o mediadora será sorteado por el Poder Judicial de una lista
de personas habilitadas para ejercer la función dispuesta en un Registro Provincial de Mediadores.
Sobre el procedimiento, debemos saber que las partes convocadas deben acudir a la primera
audiencia en forma obligatoria. Luego de este primer paso, el procedimiento continúa de forma
voluntaria. Si la mediación finalizara con acuerdo, la Receptoría de Expedientes procederá a modificar la
carátula de la causa como “Homologación de Convenio – Ley 13.951”, y la remitirá al Juzgado junto
conel acta de cierre de mediación y acuerdo al que arribaron las partes.
Si en mediación no se arriba a acuerdo, la o las personas requirentes podrán instar la acción
judicial presentando el acta de finalización expedida por la persona mediadora y la demanda formal con
la documentación anexa en Receptoría de Expedientes.
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TÍTULO 5: TEMAS DE GÉNERO
Introducción
Los derechos y garantías que establece la Constitución Nacional son válidos para todos los
habitantes del territorio argentino. Esto incluye los estándares de derechos humanos a los que la
Argentina se ha obligado internacionalmente mediante la firma de tratados con la comunidad
internacional y que nuestra Nación también ha jerarquizado a la par de nuestra Ley Fundamental a
partir de su art. 75 inx. 22 que fue reformado de 1994.
Algunos grupos determinados, por su situación de vulnerabilidad, merecen categorías
específicas para tratar su problemática a fin de no dejar a esa población en un grado de mayor
indefensión. Ello implica una decisión por parte del Estado de asumir ciertas obligaciones tanto a nivel
nacional como internacional.
Los derechos de las mujeres y los temas de género son temas de derechos humanos, y esto es
algo así definido por la comunidad internacional así como por el Estado Argentino. Por lo tanto, deben
ser considerados con la importancia que ello significa en tanto estamos tratando con temas que hacen a
la jerarquía constitucional y a ley vigente.
“Ley Micaela”
En 2019 se aprobó a nivel nacional la ley 27.499, más conocida como “Ley Micaela”. Esta ley
establece la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se
desempeñan en la función pública en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación. Se la
conoce como “Ley Micaela” en conmemoración de Micaela García, una joven entrerriana de 21 años
que fue víctima de femicidio en 2017 en la ciudad de Gualeguay. La capacitación en la temática de
género no sólo es obligatoria sino que abarca a todo el personal de los tres poderes del Estado a nivel
nacional como provincial, de todos los niveles y jerarquías, sean empleados de planta permanente o
transitoria.
Luego de la sanción de la Ley Micaela a nivel nacional, la Provincia de Buenos Aires sancionó
también la ley 15.134 y que adhiere a la provincia a los parámetros nacionales de la ley nacional. La
Corte Suprema de la Provincia, en cumplimiento con la ley, es quien implementa la capacitación en el
Poder Judicial; y el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación es quien difunde el
grado de cumplimiento de cada uno de los organismos públicos en su página web:
https://www.argentina.gob.ar/generos. En el sitio web https://www.argentina.gob.ar/generos/ley-
micaela pueden descargarse gratuitamente los documentos y materiales así como la política integral de
implementación de la Ley Micaela.
El “femicidio” constituye un agravante del delito de homicidio que se comete por motivos de
odio al género. En Argentina, durante el año 2021, hubo 289 víctimas de femicidio confirmadas, de
acuerdo al Informe Final del Observatorio de Femicidios del Defensor del Pueblo de la Nación. De las 289
víctimas, 24 fueron femicidios vinculados (es decir, crímenes que buscan dañar a una mujer). En el 2020,
hubo 295 víctimas de femicidio. De las 295 víctimas, 29 fueron femicidios vinculados.
Estas cifras equivalen a un femicidio cada 30 horas. Los femicidios dejan a su vez víctimas
colaterales, como son los y las menores en situación de orfandad. En el 2021, se quedaron 177 hijos e
hijas sin madre. En el 2020, estos casos fueron 212. Muchos de estos/as menores fueron testigos del
femicidio y en algunos casos, fueron sus padres quienes cometieron los asesinatos.
En el 2021, el 11% de las víctimas fueron menores de 18 años, el 37% de entre 19 y 30 años, el
35% corresponde a víctimas de entre 31 y 50 años, y el 17% de mayores de 50 años. En el 2020, el 14%
de las víctimas fueron menores de 18 años, el 31% de entre 19 y 30 años, el 38% corresponde a víctimas
de entre 31 y 50 años, y el 17% de mayores de 50 años.
Un informe elaborado por la Oficina de la Mujer, con datos aportados por los Poderes Judiciales
de las distintas jurisdicciones del país, revela que el 83% de las victimas tenía un vínculo previo con el
85
hombre señalado en las causas judiciales como el autor material del hecho, mientras que el 56% eran
sus parejas o ex parejas.
Estos datos revelan el serio problema social y cultural que constituye dentro de nuestra sociedad
la violencia de género contra las mujeres por su condición de tales. La violencia por razón de género
contra la mujer tiene lugar de forma sistemática y persistente y no conoce fronteras: se da no sólo en
nuestro país sino en toda América Latina y el Caribe así como en otras partes del mundo. Afecta a
mujeres y niñas de todas las edades y se produce en todos los espacios, desde el ámbito doméstico
hasta los espacios públicos. En los lugares de trabajo, en el marco de la participación política y
comunitaria, en el transporte y en la calle, en la escuela y otros espacios educativos, en internet y, sin
dudas, en los propios hogares.
Según los últimos datos oficiales informados por los países al Observatorio de Igualdad de
Género de América Latina y el Caribe (OIG) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) para el año 2021, en la región se producen 12 femicidios por día, y el tema también es tratado
por la Organización de las Naciones Unidas (O.N.U.).
Argentina a su vez está adherida internacionalmente a la Convención sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer desde el año 1985 y que posee rango constitucional
desde 1994. También en 1996 nuestro país ratificó la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (también conocida como la “Convención de Belém, do
Pará”) que posee rango normativo infraconstitucional pero superior a las leyes nacionales y provinciales.
En este sentido, la Ley Micaela viene a contribuir al cumplimiento de las obligaciones internacionales
asumidas oportunamente por la Argentina.
Con todo ello, desde 2012 se estableció el agravante de homicidio por violencia de género
(femicidio) en la República Argentina, el cual se castiga con prisión perpetua para quien cometa ese
delito (art. 80 inc. 11 del Código Penal). Del mismo modo, la figura del femicidio ha sido incorporada a
las leyes penales en al menos en 17 países de la región.
Sin tener que llegar a crímenes de asesinato, la violencia de género está presente y se produce
de distintas maneras y a distintos niveles (desde las situaciones más pequeñas hasta las más graves), lo
que constituye no sólo una práctica inaceptable sino además un serio problema social cotidiano que
merece la atención del Estado, de las fuerzas de seguridad y del Poder Judicial. El objetivo de este
programa de capacitación establecido a partir de la Ley Micaela es contribuir a la igualdad de derechos
desde el punto de vista jurídico, social, económico y cultural.
A fin de dar cuenta de esta situación que equivale a una cantidad importante de casos
denunciados por situaciones de violencia, amenazas, lesiones, situaciones de abuso, hasta llegar a los
homicidios –las que constituyen todas en delitos, pero con un sesgo específico en la cuestión de género-
es que fue sancionada la “Ley Micaela” para capacitar a los tres poderes del Estado en este tipo de
realidades y atenderlas de la forma más adecuada para asegurar, en el caso específicos del Poder
Judicial, el trato digno hacia las denunciantes, como así también una mayor comprensión de estas
realidades a fin de poder abordarlas con la seriedad y complejidad que merecen.
En ese sentido es que el Poder Judicial debe capacitar a todo su personal, de todos los niveles,
en materia de violencia de género a fin de abordar el tema, dar cumplimiento a la ley vigente y asumir
con responsabilidad el rol que le corresponde en cuanto a la administración de justicia como Poder del
Estado.
Perspectiva de género
La cuestión de género no está relacionada exclusivamente con la cuestión sexual, dado que
género y sexo no se refieren a lo mismo. Mientras el sexo de una persona está determinado por la
biología, el género es una construcción cultural se que expresa mediante gustos, atracciones, relaciones,
etc. Por lo tanto, el sexo está relacionado al cuerpo y sus características biológicas, mientras que el
género puede involucrar a un conjunto de expectativas, estándares y creencias que tiene la sociedad
sobre cómo deben comportarse los hombres y las mujeres.
La violencia de género está relacionada entonces a esas expresiones: se estigmatiza o se violenta
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a una persona por sus gustos, decisiones, preferencias, modos de hablar, forma de vestirse, etc. que no
se ajustan a parámetros socialmente estandarizados como “normales”. Pero también involucra una
situación social de dominación de una figura “fuerte” hacia otra “débil”. Y generalmente, aunque no de
forma exclusiva, esta relación de sometimiento se da hacia las mujeres.
Tener en cuenta una visión o perspectiva de género en el ámbito del Poder Judicial va más allá
de edades específicas o de fueros determinados. Por motivos del contexto de violencia familiar, los
casos que han involucrado cuestiones de género fueron inicialmente atendidos por los tribunales del
fuero de Familia o, en los casos de ataques directos a mujeres, por el fuero Penal. Pero la temática
excede a esos fueros y abarca a todas las ramas del Poder Judicial.
Una situación frecuente se da por cuestiones simplemente procesales (que atraviesan a todos
los fueros), como ser una denuncia que se realiza ante un juzgado incompetente por razón de la materia
pero que debe adoptar medidas urgentes de protección en cumplimiento de su obligación de proteger a
la víctima ante una situación de emergencia. Es posible que, por un tema procesal como es la
competencia de un juzgado, el tribunal se encuentre carente de herramientas adecuadas para dictar o
que no comprenda la urgencia del caso y decida declararse incompetente. Esta es una situación
frecuente en donde un juzgado, al declararse incompetente, deja el caso y pasa a tener que ser
determinado por otro tribunal de otro fuero, para lo cual entra en una serie de plazos para que el
sistema judicial pueda revisar a dónde radicar el expediente, todo ello antes de que la víctima pueda ser
siquiera escuchada por un juez o jueza. Por la urgencia del caso, la víctima puede ser dejada en una
situación de indefensión por parte del propio Poder Judicial, lo cual no solo la pone en una situación de
peligro sino que además afecta su derecho constitucional de acceso a la justicia.
En el mejor de los casos y siguiendo con el ejemplo, el juez o jueza antes de declararse
incompetente, dicta una medida cautelar (como puede ser una orden de restricción perimetral, por
ejemplo) para proteger a la víctima. Pero frente al conflicto de competencia, la efectividad de la medida
cautelar no va a ser controlada por nadie porque el juzgado que la dictó se desentendió del caso al
declararse incompetente, por lo que habrá una cautelar sin autoridad de control hasta tanto el tema no
sea asumido por un nuevo juzgado. Este tipo de situaciones involucran a cuestiones meramente
procesales y que pueden darse en cualquier fuero, no solo el penal o el de familia.
Si una persona a fin de acceder a la justicia tiene que recurrir ante una infinidad de autoridades,
comisarías, juzgados y demás organismos del Estado para ser atendida por personas que además no
comprenden la cuestión de género, terminarán multiplicando los procesos judiciales por cada denuncia
realizada o todo lo contrario: no prestarán la debida atención a la denunciante de una forma integral
dejándola así en desamparo. En el primer caso, se da una cuestión de multiplicación de la tarea
burocrática del Estado, un gasto indebido de recursos y una ineficiencia del sistema judicial. En el
segundo caso, se da una violación del Estado a sus obligaciones constitucionales e internacionales (con
los perjuicios que ello podría significar al Estado en términos de juicios contra él), pero peor aún: se deja
indefensa y a su propio riesgo a una persona en situación de peligro.
Por este tipo de situaciones es que resulta importante la capacitación de todo el personal
judicial, de manera interdisciplinaria y entre todos los fueros. La capacitación cumple un triple objetivo:
buscar la eficiencia de recursos, evitar casos de responsabilidad estatal, y sobre todo amparar a las
víctimas.
La Provincia de Buenos Aires dispone de 131 Comisarías de la Mujer en 131 jurisdicciones
diferentes dentro del territorio provincial. Todas dependen de la Superintendencia de Políticas de
Género. Las denuncias por violencia de género pueden realizarse presencialmente ante cualquier
comisaría, la Comisaría de la Mujer más cercana, la Fiscalía de turno, o telefónicamente al 144 o 911.
87
Glosario
Absolución: Sentencia judicial que dictamina que una persona no es culpable del delito por el que ha
sido juzgado. El acusado es, por tanto, declarado inocente. Lo contrario de una sentencia absolutoria es
una sentencia condenatoria.
Acción de Amparo: Presentación judicial cuyo objetivo es hacer efectiva la protección y el goce de los
derechos reconocidos en la Constitución. Inicia un juicio que es expedito para poder resolver posibles
violaciones constitucionales de manera lo más inmediata posible. Aunque no todo reclamo judicial
pueda corresponder por vía de amparo, es frecuentemente utilizada para pedir declaraciones de
inconstitucionalidad de normas, o la defensa de derechos colectivos.
Acordada: Se trata de una resolución tomada por la Suprema Corte de Justicia y que va dirigida a sus
tribunales subalternos. Es la forma que tiene la Corte para dictar órdenes hacia el resto del Poder
Judicial.
Acto jurídico: Es un hecho voluntario lícito y voluntario destinado a producir efectos jurídicos. Estos
actos pueden crear o extinguir derechos y obligaciones, modificarlos, o transferirlos a otras personas.
Actora: Es una de las partes dentro de un juicio. Se trata de la persona o grupo de personas que
pretende obtener algo y demanda por ello ante un tribunal. (Ver: “Parte”).
Análogamente / Por analogía: Aplicar algo por semejanza a otra cosa. En Derecho Penal, la aplicación de
los supuestos que configuran un delito no puede aplicarse a otros que puedan ser similares o
semejantes. Esto es así porque se exige precisión a la ley penal para establecer con exactitud las
conductas que deben ser castigadas y cuál ha de ser su sanción. Por ende, la aplicación del derecho
penal por analogía está prohibida.
Anotación de Litis: Es una medida cautelar que tiene por objeto dar publicidad a los litigios relativos a
bienes inmuebles o bienes registrables, para que la persona que es parte en un juicio dé a conocer a
terceros que existe un litigio abierto sobre esos bienes. No impide la libre disposición del bien, sino que
su único efecto es dar a conocer la existencia del litigio que puede afectar al bien objeto de la anotación
que se realiza en el Registro correspondiente.
Arresto: Cuando una persona, siendo vigilada por la autoridad policial por su actitud sospechosa, es
apresada a fin de evitar la comisión de un delito o que el mismo continúe produciéndose. La persona
arrestada debe ser puesta a disposición de la Justicia, dando inmediato aviso a la Fiscalía y Juzgado de
turno a fin de iniciar el proceso penal correspondiente para la investigación de lo ocurrido, garantizar los
derechos de defensa y seguridad del sospechoso, y enfrentar las acusaciones y –eventualmente- pena
que pudieran corresponder. A diferencia de la prisión, que es una situación definitiva, el arresto es una
situación circunstancial que debe ser sometida a juicio para evaluar la culpabilidad o no de la persona
arrestada. No confundir con detención ni con prisión.
Bloque de Constitucionalidad: Es el conjunto de normas jurídicas con el nivel más alto de la jerarquía
legal vigente en Argentina. Está integrado por la Constitución Nacional y por distintos tratados
internacionales de derechos humanos a los que se les ha dado una jerarquía a la par de la Constitución.
Carga de la prueba /carga probatoria: Obligación de probar lo alegado en un juicio, bajo pena de que lo
dicho no sea considerado como algo cierto.
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Cargo: Es el acto formal que indica la fecha y hora de presentación de un escrito o documento en el
expediente y determina el tiempo en que la presentación se ha cumplido.
Causa judicial: Sinónimo de “juicio” o “proceso judicial”. Es todo litigio o controversia, choque de dos
intereses enfrentados, que debe ser resuelto aplicando el derecho vigente.
Competencia: Atribución de un juez o jueza para poder atender un litigio. Es la aptitud que tiene un
tribunal para entender en un determinado proceso judicial. Suele haber conflictos de competencia
cuando más de un juez de distinto fuero disputan la posibilidad de decidir sobre un mismo juicio o
cuando un juez entiende que “no le compete” tratar un caso porque excede al tipo de temas que les
corresponde juzgar. No debe confundírsele con el término “jurisdicción”.
Conciliación: Es un acuerdo por el cual las partes en un juicio -actora y demandada- con la presencia del
Juez o Jueza, ponen fin al proceso, arribando a un arreglo que ponga fin a la situación de conflicto.
Control de constitucionalidad: Es el control realizado por los jueces para verificar que una ley o norma
jurídica se encuentra de acuerdo o no con los parámetros establecidos en la Constitución Nacional. Este
control puede realizarlo cualquier juez de la Nación, sea la Corte Suprema de Justicia o incluso jueces de
instancias inferiores.
Control de convencionalidad: Es el control realizado por los jueces para verificar que una ley o norma
jurídica se encuentra de acuerdo o no con los parámetros establecidos en las Convenciones o Tratados
Internacionales. Este control puede realizarlo cualquier juez de la Nación como también tribunales
internacionales.
Convención General Constituyente: También puede ser llamada Asamblea General Constituyente. E, es
la reunión de los delegados y delegadas elegidos por el pueblo para reformar la Constitución o
confeccionar una nueva. Representa el Poder Constituyente.
Corte Suprema de Justicia: Es el máximo tribunal dentro del Poder Judicial. En el caso de la Corte
Suprema de la Nación, atiende los casos con mayor relevancia constitucional o que hagan a temas en
donde la Nación sea parte en un litigio. De acuerdo a nuestro sistema federal, también poseen Cortes
Supremas las distintas provincias y son la máxima autoridad judicial dentro de cada una de ellas.
Cosa juzgada: Cuando una sentencia se convierte en firme y definitiva tras haberse agotado todos los
recursos posibles. Se trata de un principio por el que no se vuelve a revisar todo lo actuado dentro de un
juicio que ya ha sido cerrado definitivamente y sobre el cual ya no puede ser apelado ni llevado ante
ninguna autoridad judicial superior.
Costas: Son todos los gastos conformados en un juicio. Se determinan al final del mismo, en la sentencia
dictada por el juez o jueza, que por lo general deben ser pagadas por quien ha resultado vencido en el
proceso judicial, a menos que se determine que cada parte afronte los gastos en los que ha incurrido (a
lo que se llama “costas por su orden”).
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De oficio: Es un acto ordenado por el juzgado sin que sea previamente solicitado por una parte
interesada en un proceso. En caso de que un acto sea iniciado “de oficio” significa que fue impulsado
por el juzgado directamente.
Debido proceso: Es una garantía que permite a cualquier persona poder obtener un pronunciamiento
justo por parte de los tribunales dentro de un plazo razonable, y poder hacer que esa sentencia judicial
se cumpla.
Declaraciones: Son los principios fundamentales para la organización del país establecidos en la
Constitución.
Delito: Acto típico, antijurídico, culpable y punible. Se trata de una conducta que debe ir en contra de lo
establecido por la ley (conducta antijurídica), pero que además debe estar agregada (o “tipificada”) en el
Código Penal, cuyo autor o autora debe ser encontrado/a culpable en un juicio, y sobre el/la cual debe
poder aplicarse una pena preestablecida por la ley (punible).
Demandado: Es una de las partes dentro de un juicio. Se trata de la persona o grupo de personas que es
acusada de algo o es objeto de algún tipo de reclamo por el o la demandante dentro de un juicio y es
llevada por ello ante un tribunal. (Ver: “Parte”).
Derechos: Son reconocimientos por parte del Estado de potestades inherentes para todos los individuos.
Detención: Situación que debe ser ordenada previamente por el juez o jueza interviniente en un proceso
penal en donde se lleva a cabo la investigación por la comisión de un delito. La detención la realiza la
autoridad policial contra una persona que no está cometiendo un delito pero sobre la que sí es acusada
de haber cometido uno, que es por lo que se la investiga. A diferencia de la prisión, que es una situación
definitiva, la detención es una situación circunstancial que debe ser sometida a juicio para evaluar la
culpabilidad o no de la persona detenida. No confundir con arresto ni con prisión.
Embargo: Es una orden judicial que individualiza un bien determinado del deudor, afectándolo al pago
de un crédito que ha servido de motivo para que el embargo se otorgue o se “trabe”. Su objetivo es
limitar la disposición de uno o más bienes por parte del deudor.
Estado de familia / estado filial: Es el vínculo jurídico familiar unen a dos personas, o incluso la ausencia
total de tales vínculos. Dichos vínculos otorgan un conjunto de derechos y deberes de las personas.
Estos estados son de soltero o soltera, casado o casada, viudo o viuda, separado o separada, divorciado
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o divorciada; y con relación a otra persona, el de cónyuge, conviviente, pariente o extraño.
Excarcelación: Decisión judicial por la que se pone en libertad a una persona culpada por un delito
menor. Se trata de un beneficio excepcional para la persona privada de la libertad que el juez o jueza
pueden o no tomar, habiendo sido analizada y teniendo en cuenta el monto de la pena, el buen
comportamiento de la persona, sus antecedentes, la posibilidad o no de que ésta reincida en la comisión
de delitos, etc. No implica la inocencia de la persona beneficiada con esta medida judicial, por lo que
suele pedírsele que esté a disposición del juzgado interviniente frente a cualquier requerimiento que se
le puede efectuar. No confundir con “libertad condicional” (ver).
Exhorto: Es la comunicación que un juzgado emite para hacerle llegar una decisión o un requerir pedido
a otro juzgado.
Femicidio: Agravante del delito de homicidio que se comete por motivos de odio de género. Se trata del
máximo delito posible dentro de un contexto de violencia contra la mujer por su condición de tal.
Feria judicial: Período de receso de las actividades judiciales hacia el público. Suele haber dos ferias
judiciales al año: una durante el mes de enero, y otra más breve hacia mitad del año calendario. La
determinación de las fechas precisas en cada año, así como su duración, está dada por la Suprema Corte
de Justicia.
Fiscal: Es un funcionario público perteneciente el Poder Judicial, pero que actúa de forma independiente
del Juzgado, y que se encuentra a cargo de una Fiscalía. Es el encargado en impulsar un proceso penal,
haciendo investigaciones y realizando la acusación formal –si correspondiere- a una persona sospechada
de haber cometido un delito. Actúa con o sin participación de la víctima damnificada en el juicio (ver:
“querellante”).
Fuero: Concepto que puede tener varios significados según el sentido del término. En un primer sentido,
se utiliza como sinónimo del término “jurisdicción” en razón de la materia o tema que se trata en un
juicio. Es la división del Poder Judicial en áreas o ramas del Derecho. De este modo, los Tribunales se
organizan por fuero, como son el fuero Civil y Comercial, el fuero Penal, el fuero Laboral o del Trabajo, el
fuero Contencioso Administrativo, o el fuero de Familia, el fuero Previsional, entre otros. En un segundo
sentido, puede significar el conjunto de privilegios otorgados a ciertos funcionarios públicos de acuerdo
con su cargo (ejemplo: fueros parlamentarios) y que pueden ser quitados por sus pares por alguna falta
grave (a ello se le llama “desafuero”).
Fuerza pública: Generalmente se hace referencia a la fuerza pública cuando se alude a cualquier fuerza
de seguridad del Estado, como ser la policía u otra. Dentro de las funciones policiales se encuentra el
poder acompañar a los funcionarios/as judiciales para hacer cumplir sus sentencias.
Garantía procesal: Son otorgadas por la Constitución para el cumplimiento de los derechos de las
personas. Se trata de cuestiones que hacen al procedimiento del juicio y cómo debe ser llevado a cabo.
Garantías: Son reglas que aseguran el respeto de los derechos legalmente reconocidos en la Constitución.
Hábeas Corpus: Expresión en latín que significa "tengas el cuerpo". Es una garantía constitucional que
resguarda la libertad física, corporal o de poder transitar libremente frente a restricciones arbitrarias,
mediante un procedimiento judicial expeditivo.
Hábeas Data: El habeas data, es una expresión en latín que significa "tengas el dato". Es un
procedimiento breve y sumario para conocer los datos que constan en registros o bases de datos, y que
incluye la posibilidad de corregirlos o actualizarlos si son erróneos o están desactualizados.
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Imputado: Es una persona formalmente acusada por un Fiscal (ver) de haber cometido un delito y que
ha sido investigada dentro de un proceso penal. No confundir con “procesado” (ver).
In dubio pro reo: Expresión en latín que indica que en caso de duda, la persona acusada de un delito
debe quedar absuelta. Se trata de un principio del derecho penal que deriva del principio de inocencia
(ver).
Infraconstitucional: Es una norma que tiene una jerarquía inferior a las Constitución Nacional.
Inhibición general de bienes: Es una medida cautelar que consiste en un impedimento sobre la persona
para vender o gravar cualquier bien inmueble o mueble registrable del que la persona deudora figure
como dueño en el Registro. La medida se anota en el Registro de bienes correspondiente.
Juez natural: Es una garantía que asegura que las causas judiciales sean asignadas a un fuero ya
existente de antemano y a un juez o jueza que ya estén en su cargo y que no sean nombrados con
posterioridad al hecho que se juzga.
Jurisdicción: Es la función específica de los jueces y juezas de administrar Justicia. Implica la extensión y
límites del poder juzgar ya sea por la materia o tema que se trate en el juicio (ver: Fuero), o por el
territorio en donde ocurre el hecho juzgado. No debe confundírsele con el término “competencia”.
Ley Micaela: Es una ley nacional que establece la capacitación obligatoria en materia de género y
violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública en los tres
poderes del Estado.
Libertad condicional: Es una forma especial de cumplir con una pena de privación de la libertad. El
acceso a la misma está condicionado a que concurran los requisitos establecidos en la ley para su
concesión. Se trata de un beneficio excepcional para la persona privada de la libertad que el juez o jueza
pueden o no tomar, habiendo sido analizada y teniendo en cuenta el tiempo transcurrido de prisión de
la persona (solamente puede ser otorgada si ha transcurrido tres cuartas partes del tiempo de condena),
su buen comportamiento, etc. No confundir con “excarcelación” (ver).
Ministerio Público: Es un organismo independiente y con autonomía del resto de los poderes del
Estado. Su función es promover la actuación de la justicia. Se divide en Ministerio Público Fiscal (que
reúne a todos los Fiscales de la Nación) y en el Ministerio Público de la Defensa (que reúne a todos los
abogados defensores del Estado).
Ministerio Público: Organismo del Estado relacionado con la función judicial pero independiente del
Poder Judicial. Se divide en dos cuerpos de funcionarios: uno que reúne a todos los fiscales (Ministerio
Público Fiscal), encargados en acusar en los procesos penales, y otro que reúne a todos los defensores
del Estado (Ministerio Público de la Defensa), encargados de asumir la defensa de aquellas personas sin
ningún tipo de ingresos ni patrimonio e incapaces de pagar a un abogado defensor, para que pueda
contar con un patrocinio legal frente a un juicio.
Non bis in ídem: Expresión en latín del principio de Derecho que dice que nadie puede ser juzgado dos
veces por el mismo hecho.
Notificación: Es la comunicación por la que se pone en conocimiento de las partes o de un tercero una
petición o una resolución judicial. Con este acto el juzgado comunica que se ha tomado alguna decisión
o ha tomado alguna medida que involucra de algún modo a la persona notificada. Se emite mediante
una cédula de notificación.
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Nullum crimen nulla pena sine lege previa: Expresión en latín del principio de Derecho que dice que “No
hay delito ni hay pena sin ley previa” al proceso judicial que se está tratando.
Oficio judicial: Es la comunicación que el juzgado gira hacia otra dependencia o agencia del Estado para
pedir informes o hacerle conocer alguna decisión tomada por el Tribunal.
Parte: Una Parte dentro de un proceso judicial es alguien que pretende y pide por algo. Eso que solicita
se lo denomina “pretensión”. Las partes son dos: parte actora o demandante y parte demandada.
Poder constituido: Son los poderes públicos del Estado (Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder
Judicial) que han sido establecidos por la voluntad del pueblo reflejado en el Poder Constituyente y
representado en una Convención o Asamblea General Constituyente.
Poder constituyente: Es la voluntad del pueblo para sancionar o reformar una Constitución. Se le llama
así porque “constituye” a los demás poderes públicos que están regulados por la máxima norma legal de
un país: la Constitución. (Ver: Convención General Constituyente).
Poder Ejecutivo: Es uno de los principales órganos del estado. Está encargado de administrar y dirigir al
Estado, así como de realizar todas las tareas de gestión de gobierno. Está representado por un
funcionario público llamado Presidente/a. De acuerdo a nuestro sistema federal, cada provincia posee
también un Poder Ejecutivo ejercido por un funcionario denominado Gobernador/a y es la máxima
autoridad administrativa en su provincia.
Poder Judicial: Es uno de los principales órganos del estado. Está encargado de impartir Justicia. Su
máxima autoridad es la Corte Suprema de Justicia y por debajo de ella las Cámaras de Apelación y los
tribunales de primera instancia. Se organiza por fueros según el tema a juzgar. (Ver: “fuero”).
Poder Legislativo: Es uno de los principales órganos del estado. Está encargado de dictar leyes que
regulen las actividades de la ciudadanía. Está representado por un funcionarios públicos llamados
Legisladores. De acuerdo a nuestro sistema federal, cada provincia posee también un Poder Legislativo
que será unicameral o bicameral de acuerdo con lo que cada Constitución Provincial determine. En el
caso Nacional y en la Provincia de Buenos Aires, ambos Congresos son bicamerales, compuestos por una
Cámara de Diputados/as y otra de Senadores/as.
Posesión de estado: En el derecho de familia, es una situación que permite a la ley presumir que
quienes en los hechos se han comportado públicamente como si tuvieran una relación de familia,
puedan gozar de algunos derechos. No debe confundirse con el título de estado (ver).
Principio constitucional: Son valores éticos, sociales, legales e ideológicos que se ven reflejados en la
Constitución Nacional y a partir de los cuales se basa todo el ordenamiento jurídico del país. Pueden ser
llamados también como “principios fundamentales”.
Principio de igualdad: “Todas las personas son iguales ante la ley”. Principio constitucional que significa
que todas las personas poseen los mismos derechos y garantías que establece la Constitución, y
responden de la misma manera ante la ley.
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Principio de inocencia: “Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario”. Es el estado
jurídico en que se encuentra toda persona, incluyendo la persona imputada, antes de una sentencia
firme que la condene. El principio siempre es la inocencia y la libertad de las personas, y la reclusión es
la excepción.
Principio de legalidad: “Nadie puede ser penado si no es por ley anterior al hecho” o “No hay delito ni
pena sin ley”. Principio constitucional que significa que ningún acto, aunque parezca inmoral, puede ser
delito si no es definida como tal por una ley escrita que sea a su vez anterior a momento del hecho.
Principio de reserva: “Todo lo que no está prohibido por la ley está permitido”. Principio constitucional
que implica que todo aquello que no esté configurado como un delito está, por ende, permitido por la
ley.
Prisión preventiva: Situación privativa de la libertad que debe ser ordenada por un juez o jueza dentro
de un proceso penal en marcha y que todavía no ha terminado. Es una situación excepcional y no
definitiva, pues la persona sigue siendo enjuiciada y todavía no ha sido hallada culpable con sentencia
firme. Pero la medida se funda en el riesgo de entorpecimiento de la investigación judicial o el riesgo de
fuga del acusado del delito, por lo que a fin de evitar que se frustre la investigación o que la persona se
fugue, se la priva de la libertad en forma preventiva.
Prisión: Pena privativa de la libertad prevista por la ley para sancionar un delito cometido por la persona
que ha sido encontrada ya culpable de ese delito. No confundir con detención ni con arresto. La prisión
es una pena, por lo que difiere de un arresto o una detención, que son situaciones circunstanciales y no
definitivas. La prisión sí lo es, al menos hasta tanto la persona presa haya cumplido la condena que
figura la sentencia judicial en su contra.
Probation: También conocida como “suspensión del juicio a prueba”, es un beneficio que se otorga
excepcionalmente y con autorización del juez o jueza interviniente, y que permite dar por finalizado
un proceso penal sin que se llegue a una sentencia definitiva. Por ende, la persona imputada por un
delito asume cierta responsabilidad, por la que ofrece realizar algún tipo de tarea comunitaria a fin de
evitar ser hallada culpable y, en consecuencia, cumplir algún tipo de pena. Al ser una medida
excepcional, no aplica para la generalidad de delitos sino para situaciones menores.
Procesado: Es una persona que, ya habiendo sido imputada formalmente por haber cometido un delito,
está siendo enjuiciada para comprobar si es en efecto culpable o no de haber cometido el delito por el
que se le acusa. No confundir con “imputado” (ver).
Proceso Contencioso: Es un tipo de juicio en donde se enfrentan dos partes (ver “Partes”) que poseen
intereses contrapuestos y sostienen argumentos contrapuestos.
Proceso Voluntario: es un tipo de juicio que es lo opuesto a un Proceso Contencioso, en donde no hay
partes con argumentos contrapuestos (ver: “Partes”). En ellos no podemos hablar de parte actora o
parte demandada, pues en en esta clase de casos las pretensiones de los interesados en el juicio no son
contrapuestas sino coincidentes. Un ejemplo de ellos son los Procesos Sucesorios.
Querella: En derecho penal es la forma por la cual un individuo ejerce la acción penal y se vuelve parte
de un juicio penal. La víctima de un delito estará en su derecho, si así lo desea, de poder presentarse
como querellante y convertirse en parte interesada en el juicio penal que se investiga. No confundir con
“denuncia” (ver).
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Querellante: Es la persona damnificada por un delito. Es la posible víctima o familiar de la víctima que se
presenta en el juicio penal para acompañar las investigaciones de del Fiscal (ver), aportar lo suyo al
proceso y participar de él. No es obligatorio que la víctima se presente en el juicio como querellante
para que el proceso continúe e incluso halle culpable al autor del delito.
Responsabilidad legal: Situación por la cual una persona debe afrontar las consecuencias de algún acto
jurídico, sea este lícito o ilícito.
Seguridad jurídica: Es una actitud de confianza que el sistema legal debe brindar a la población para que
tenga una razonable previsibilidad sobre su futuro. Permite prever las consecuencias jurídicas de las
acciones de las personas.
Sentencia: La sentencia es la resolución judicial que contiene la decisión (o veredicto) del juez o el
tribunal interviniente sobre el fondo de la cuestión que se le ha encargado juzgar. La sentencia es
definitiva cuando es tomada en un juicio y pone fin a la intervención de ese juez o tribunal en ese juicio.
La sentencia se pronuncia por escrito y debe contener todos los fundamentos de hecho y de derecho, así
como las consideraciones (o “considerandos”) del tribunal que sirven de apoyo a la conclusión que la
sentencia pronuncia, es decir el “veredicto” (ver).
Sobreseimiento: El sobreseimiento es una resolución judicial que expresa que no se han reunido las
pruebas o indicios necesarios como para continuar con la investigación o procesamiento de una persona
acusada de un delito. Cuando una persona es sobreseída, el proceso judicial se cierra y se archiva. El
sobreseimiento es una declaración dentro del proceso judicial que no llega a tener sentencia por falta de
pruebas. No confundir con absolución (ver).
Supralegal: Es una norma que tiene una jerarquía superior a las leyes.
Tipo penal: En el Derecho Penal, es la descripción minuciosa de los actos que son considerados como
delito y a los que se les asigna una pena o sanción. El tipo penal debe ser preciso y debe estar
establecido en la ley o en el Código Penal, evitando definiciones ambiguas, poco claras o genéricas (es
decir, evitar los tipos penales “abiertos”).
Título de estado: En el derecho de familia, es el documento que prueba la situación de una persona en
su relación con otras para establecer un parentesco. Un título de estado puede ser la partida de
nacimiento de una persona o la libreta de matrimonio de dos contrayentes. No debe confundirse con la
posesión de estado (ver).
Veredicto: Decisión final pronunciada por un jurado o tribunal judicial sobre la inocencia o culpabilidad
de un acusado de cometer un delito. No confundir con “sentencia” (ver).
Vista de causa: Tipo de audiencia en la que las partes en litigio acuden al Tribunal para observar y
conocer todo lo aportado al proceso, incluyendo declaraciones y demás pruebas producidas, para que
puedan ejercer su derecho de defensa antes del dictado de la sentencia definitiva por parte del Tribunal.
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