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NUEVOS DIAGNOSTICOS Y TRATAMIENTOS EN LA EDAD MODERNA

Digamos antes de empezar que la palabra diagnóstico, la primera constancia que se tiene de esta palabra es
en ingles en torno al 1625, en alemán también en el S. XVII en el S.XVIII en el italiano y Francés y por
último en el Español en el S.XIX

Destacaremos que venimos de un periodo, la edad media, en la que la predicación cristiana se altera el
cambio de percepción del ser humano. Los médicos durante la primera edad media solian ser monjes o
eclesiásticos quienes además de ocuparse de la enfermedades en los hospitales de los monasterios, se
ocupaban principalmente del alma y la salvación eterna, superando ampliamente al naturalismo griego y
helenístico. Las consultas médicas en los monasterios eran tratadas como confesiones, la enfermedad era un
padecimiento, por lo que según la doctrina de la época eran motivo de merecimiento ante Dios. La doctrina
católica superaba al naturalismo de hipocrático- galénico.

Durante la alta edad media, al seguir considerando el cuidado de los enfermos una obligación cristiana, asi
se continuo con el acercamiento de la religión y la medicina, en cambio en el mundo bizantino y el islam
siguieron una pauta helenística. Este acercamiento continuo en España al menos hasta la época borbónica,
en la que los clérigos del monasterio de Guadalupe seguían cuidando enfermos en sus hospitales.

Una vez se crearon las universidades medievales, los médicos por estudios, bachiller, licenciado o doctores,
se hicieron cargo de las consultas médicas, en ese momento existen en España y en Europa occidental tres
variedades de “profesionales” de la salud , el medico salido de la universidad, el cirujano y los llamados
practico en el arte de curar, teniendo mayor consideración los primeros, las bonitas eran comercios
regentados por artesanos sin ninguna preparación académica como seria también el caso de los albéitares,
antecesores de los actuales veterinarios, como curiosidad hasta principios de siglo XIX, los médicos y
cirujanos no cursaron los mismos estudios de medicina, otra curiosidad es que en Norteamérica la partica
media estuvo en manos de prácticos de la salud sin ninguna preparación académica , en cambio en los
virreinatos españoles de indias, sobre todo en nueva España al existir universidades existían médicos
graduados. Al margen de estas clasificaciones académicas y hasta finales del s XVII estaban los sacamuelas,
los batidores de cataratas, los maestros en curar llagas o restauran huesos quebrados, maestros tallistas que
operaban la piedra vesical o los hernistas que operaban la herniotomía crural. Y para los partos estaban las
comadres o madrinas.

Las consultas médicas desde la modernidad, era diferente a la de ahora, primero se basaba en una extensa
conversación /dialogo detenido, entre el medico y el paciente con una extensa anamnesis ya desde el s. XVI
primero de forma excepcional y poco a poco con una mayor frecuencia van incluyendo los historiales
clínicos detalle de las lecciones de autopsia cuando los cuerpos eran anatomizados. Durante la consulta
tradicional se omitían menciones a la investigación clínica, el aspecto que concierne a la exploración de
paciente y observación somática.

No obstante, en el Reino Unido, se producen bajo el influjo de las doctrinas de Sydenham, se hicieron los
primeros ensayos clínicos, basados en la experiencia prevalecen las historias clínicas y las observaciones de
dos grandes estudiosos clínicos:

a) James Lynd, medico escoces que en sus viajes por barco observo que la mayoría de los marineros
contrajeron escorbuto, de 300 solo llegaron a puerto 80 (bien por haber muerto y por tener que haber
sido desembarcados, los comenzó a tratar con diferentes dietas: vinagre, nuez moscada, agua de mar,
etc., se dio cuenta que a los que habia administrativo cítricos (limones y naranjas), se curaban más
rápidamente. Si bien este médico no fue el primero en indicar que los cítricos podían representar un
remedio para el escorbuto, sí fue el pionero en basar sus conclusiones en un estudio sistemático y
empírico. El suyo es considerado entre los primeros estudios/tratamientos basados en experimentos
clínicos comunicados y controlados de la historia de la medicina.
b) Edward Jenner, medico inglés, fue un médico y científico ingles precursor en el estudio de las
vacunas y a quien debemos la vacuna de la viruela, escribió (an Inquire into the Causes an effects of
Variole Vaccine or Cow-Pox 1798) en el que compilo 28 historias clínicas de las que extrajo una
conclusión que seria definitiva y transcendental en la historia de la medicina: “La vacunación con el
Cow-Pox prevenía el contagio Varioloso”.

En España la mejor muestra de la incipiente importancia del empirismo las tenemos en el médico catalán
Gaspard Casal, en su obra “historia natural y medica del Principado de Asturias (1762), que fue publicada a
su muerte, describe el proceso de la pelagra o mal de la rosa.

En estos autores mencionados anteriormente, los progresos y hallazgos se produjeron debido exclusivamente
a la observación clínica de los pacientes y el curso del proceso morboso.

Durante el s. XVIII y primeras décadas del XIX el diagnostico era eminentemente clínico, teniendo como
principal consideración de estudio el síntoma principal, sin tener en absoluto en cuenta el diagnostico
diferencial del proceso de la enfermedad. Hasta la obra de Morgagni (1761), la primeras necropsias no
tuvieron valor relevante y científico, aunque para el diagnóstico clínico empezaron a ser determinantes en el
XIX. Todos estos éxitos alcanzados no lograron modificar el inmenso lastre una terapéutica, en la que habia
poco remedios realmente eficaces, repleta de: jarabes, infusiones, extractos y espíritus de dudosa utilidad,
además de un abuso de las sangrías, enemas y otros remedios para la evacuación.

Hasta el s XIX la mayor parte del tiempo de consulta de un medico era dedicado a un dialogo con el
paciente, en las que este indicaba sus dolencias anteriores y su estado actual, a través de esta detallada
entrevista el medico pretendía saber la “constitución del paciente” como era el caso de los humores y la
fibras según la patología tradicional, tomando el pulso, la observación de la superficie de la lengua y la
observación de orinas y heces, los medios para la exploración tradicional. El pulso fue muy importante, al
cual se dedicaron incluso monografías unas de las más leídas e importantes de Europa la del malagueño
Solano de Luque. Esta era la síntesis del arte del diagnostico tradicional, que era puramente sintomático sin
valorar ni lesiones ocultas ni alteraciones fisiopatológicas, esta situación no obro en beneficio de la imagen
de los médicos ya que lo tratamientos a base de sangrías y enemas, eran a menudo ridiculizados en
pasquines y publicaciones. Por los que no era que se dieran casos en los que los pacientes rechazaron las
prescripciones de sangrías, ventosas, sanguijuelas, vomitivos y purgas, que eran las principales armas de los
médicos de la época.

Los avances del siglo XVIII vienen precedidos por el cambio de mentalidad del siglo XVII, este trajo
consigo la época de la revolución científica, esta revolución es el cambio de orientación quizás mas
importante de la historia científica. El nuevo enfoque, es una actitud distinta en cuanto a la ciencia que tiene
que ver con explorar la naturaleza con los sentidos, y utilizar el leguaje propio de las matemáticas para
expresar lo observado. Se impone observar los fenómenos desde una perspectiva mecanicista junto con un
sustrato matemático.

Este espíritu de ataque contra lo tradicional, lo protagonizaron galileo, Newton, y los pensamientos de
Descartes y Bacon.

La cuna de la ciencia que tradicionalmente estaba localizada en Italia comienza un desplazamiento hacia las
regiones de ámbito germánico y anglosajón.
Este mecanicismo, en el ámbito de la medicina tiene su inicio en los estudios de anatomía renacentistas
como el de Giovanni Alfonso Borell (1608-1679) este aplico las leyes de las matemáticas al estudio de la
mecánica animal y a los movimientos, escribió una obra titulada” De Motu animalium”, en la que aparecen
por primera vez los huesos como palancas, y fenómenos estudiados por primera vez como la contracción
muscular y la respiración.

De este siglo destacan nombres como

 William Harvey, figura destacada de la incipiente fisiología, sus hallazgos se debieron a estudio
anatómico, mecánico y cuantitativo de disecciones y experimentos con animales vivos.
 Fortunio Liceto que en su obra” Monstruorum causis” muestras casos teratológicos a la vez que
distintas técnicas quirúrgicas sobre todo injertos.
 Giuseppe Zambeccari, realiza los primeros estudios quirúrgicos experimentales, en este periodo
las practicas quirúrgicas eran muy habituales sobre todo en Francia por las numerosas contiendas
bélicas en las que estaba inmersa.
 William Fabry von Hilden, considerado el padre de la cirugía en Alemania, su principal
aportación fue la idea entonces novedosa de que las amputaciones habia que hacerlas al nivel de
los tejidos sanos, no por los gangrenados, también realizo aportaciones en el tratamiento de
fracturas y luxaciones.
 Thomas Sydenham, que es considerado en padre de la medicina inglesa, dado a sus excelentes
dotes para la observación, ámbito en el que destaco notablemente, escribió un tratado sobre la
gota, enfermedad le aquejaba, dando datos específicos sobre la descripción clínica de los ataques
y su relación con la litiasis renal y los cambios en la orina, entre sus descripciones destacan: las
de la fiebre reumática, la corea y las manifestaciones en las articulaciones del escorbuto y la
disentería.
 James Yonge, que realizo la aportación reflejada en su libro “Currus Triumphalis” de en las
amputaciones cubrir el muñón con tejido sano.
 Hendrik van Deventer, hizo grande aportaciones en el terreno de la ortopedia,
 Nicholas Andry, que además de importantes contribuciones en el terreno de la ortopedia, tanto
en la prevención como en el tratamiento. Fue el gran impulsor de que la ortopedia no tuviera
relación con la cirugía, consiguiendo en el 1724 abolir los privilegio de los cirujanos y
poniéndolos bajo la autoridad de la facultad de medicina.

Tengamos en cuenta que en este siglo la cirugía no ha despegado como disciplina científica, la labor de los
cirujanos está muy por debajo en consideración que la delos médicos, con raras excepciones, aunque persiste
la división entre barberos y cirujanos , existían multitud de “profesionales” que practicaban los llamados
procedimientos médicos: sangrías extracciones dentarias y enemas, también entre los sanitarios se
encontraban los farmacéuticos( del primer gremio del que se tiene constancia es el de Londres en 1617), los
sacamuelas y demás curanderos. Por regla general los cirujanos se dedicaban a las operación de mayor
importancia dejando para los barberos la curación de heridas, sangrías, etc.

Para hablar de tratamientos tenemos que empezar hablando la circulación de la sangre, en el siglo S.XVI
aparecieron los estudios de Miguel Servet, que negaban la porosidad del tabique del corazón adelantándose
al descubrimiento de la circulación menor o pulmonar de la sangre. También desmintió la porosidad del
tabique Vesalio y propuso la misma teoría de la circulación pulmonar basándose en consecuencias
fisiológicas. Ya en médico y botánico italiano Cesalpino (como curiosidad descubrió el sexo en las plantas)
explico con brillantez la circulación pulmonar, este no solo empleo el vocablo, circulación, refiriéndose a un
circuito cerrado, sino que tenia ideas muy calara en cuanto a circulación mayor y menor.

Gracias a estos laboriosos trabajos experimentales anteriores William Harvey, su obra “acerca del
movimiento cardiaco y sanguíneo de los animales” en ella se exponen la circulación mayor y menor.

Las sangrías que tienen su origen en la antigüedad se practicaban a modo terapéutica, bien tomando como
base la teoría humoral de Hipócrates, o bien preventiva teniendo como ejemplo el agua de pozo y pensando
que igual que en pozo que descartas la primera agua para quedarte con la que nace nueva, esto ocurría con la
sangre, sin tener la noción de que la fuente se acababa y ello provocaba la muerte.

Al contrario que las sangrías las transfusiones tardaron mucho tiempo en poderse practicar, aunque se creía
desde la antigüedad que la sangre era toda igual, no fue hasta 1645, en el contexto del humanismo, cuando el
medico florentino Folli, observo como la naturaleza le daba una lección, al practicar un parto gemelar vio
como un feto sobrevivía por la aportación de sangre del otro al que estaba unido por la zona hepática. Con
esta base practico la primera transfusión de sangre que fue de un cordero a la vena de un enfermo, que fue
un éxito y escribió con sus experiencias un libro que se publicó en el 1680. El medico J.B. Denys de Francia
considerado el primero que realizo con éxito una transfusión humana , el 15/06/1667, paso tres onzas de
sangre de cordero a un paciente febril con buenos resultados, después de un año aplicando con éxito desigual
este tratamiento, la viuda de unos de los enfermos que falleció lo demanda, es por ello que un juez pide
explicaciones de este tratamiento a la escuela de medicina, al responder esta que no tienen idea de este
tratamiento, prohíbe los procedimientos de transfusión amenazando con cárcel a los que lo practicaran.
Hasta el s. XIX no se reanudaría este tratamiento.

En el siglos XVI nace la quimioterapia de la mano del médico suizo Paracelso, quien es considerado como
un autentico transformador de la medicina. Su mayor aportación a la medicina fue poner a disposición de
esta la química, su teoría se enunciaba “la química tiene por cometido obtener medicamentos para combatir
enfermedades, puesto que los fenómenos fisiológicos son en esencia de índole química” Paracelso se opuso
a la obtención de complicados compuestos y a las concepciones galénicas y árabes, su principal impulso era
la obtención, de la esencia o principio activo de los compuestos (drogas) a lo que llamó “quinta esencia”

Los primeros químicos son los alquimistas, que fundaron laboratorios.

En el S.XVIII la doctrina promulgada por A. von Hailer, en su libro “Farmacopea Helvética” propone que
los tratamientos tradicionales se prueben tanto en personas sanas como enfermas y que solo figuren en la
farmacopea solo los que se corresponden sus efectos a sus indicaciones, esto culmina con la química
moderna a la que se le atribuyen casi la totalidad de los fármacos.

Desde el S. XV y hasta bien entrado el XIX se empiezan a usar las sale de mercurio, para el tratamiento de
la sífilis y antiséptico para las heridas.

Otro tratamiento que, aunque parezca inverosímil se usó hasta principios del S.XX, aunque cayo
prácticamente en un desuso total en el S.XIX, fueron lo enemas de humo de tabaco, estos se usaban para
tratar catarros, reanimar a personas que habían fallecido ahogadas incluso tratar el Colera. Al final no se
terminó descartando por su inutilidad sino por el perjuicio para los pulmones y el corazón.

Otro de los tratamientos que surgieron en esta época, y que perduran incluso en nuestra época, claro esta con
matices y avances es el tratamiento mediante aguas. Es famosa de la época las llamadas “aguas” la mas
famosa: “el agua de alquitrán de Berkeley”, Berkeley fue un famoso filosofo que escribió un texto
desconcertante si se tiene en cuenta que era filosofo, Siris.
Berkeley era obispo de Cloyne, al sur de irlanda, cuando se produjo en el 1740 una importante epidemia de
disentería a la que precedió una gran hambruna, esta epidemia y la escasez de médicos provoco que los
ciudadanos buscaran consejo y asistencia en los religiosos, Berkeley habia tenido noticia del tratamiento de
la Viruela con una infusión de Brea, con un éxito aparente, la probo en el mismo y como tuvo buenos
resultados la recomendó a los lugareños, tal fue el éxito, que en el 1744 público el libro sobre el agua de
brea en Londres, con el título, de Siris, en el además de enunciar numerosos pensamientos filosóficos y
metafísicos, enumera las virtudes del agua de alquitrán, además de para la disentería, para la gota, las fiebres
y como poderoso antiséptico para los dientes y encías, e incluso para los arboles a los que preserva de los
estragos de las mordeduras de cabra.

Hubo otros tratamientos más estrafalarios, como el del monje benedictino Joseph Rodríguez que defendía la
Meloterapia o medicina música, a finales del XVIII el medico español Javier Cid, escribió dos obras sobre
terapia musical, de la que derivaron por ejemplo la tarantela.

Que la mujer y el hombre padecen en general las mismas enfermedades y que los tratamientos son aplicables
a ambos es indudable, no obstante, dada la fisiología propia del sexo, debemos recordar que la mujer tiene
un organismo preparado para procrear y el hombre no, esto da a lugar, a veces, a enfermedades propias de la
mujer que el hombre no padece obviamente.

 Dolencias de menstruación, mucho se ha escrito sobre este proceso normal en la mujer, es más la
pérdida de sangre que siempre se asocia a la enfermedad en este caso es síntoma de buena salud, eso
no quita que hubiera algunas interpretaciones que podemos llamar extravagantes: en el S.XVI se
consideraba que la mujer que empezaba a menstruar muy joven , tenía menos posibilidad de llegar a
vieja, pues este pronto desarrollo era muestra de que podían dar “fruto” muy pronto y como su
misión era la de procrear pues su vida se extinguiría pronto. Otra cosa curiosa es que al proceso
menstrual lo llamaban “purgación”, los problemas que más frecuentemente se podían dar en este
proceso era:
o Detenciones, los remedios contra este problema, que se consideraba que se producía, por la
excesiva viscosidad de la sangre junto con el flujo, el principal remedio eran las sangrías.
o Retrasos contra este problema eran comunes dos remedios: primero la omnipresente sangría y
las purgas, con algún brebaje de la época.
o Exceso de sangrado, cuando el problema era el exceso de sangrado, que según la época
suponía un problema para el marido, ya que realizar las practicas matrimoniales obligatorias
era “asqueroso” decían. Los remedios que proponían a esta eventualidad eran diversos y
algunos tremendamente estrafalarios: echar vinagre sobre un hierro caliente y someterse a los
vapores sentada en el servicio, aplicar sobre el empeine un pollo abierto vivo, o las hojas de
la albahaca manchadas. Por supuesto no podían faltar las sangrías, los brebajes con leche
fresca, esta leche debía ser obtenida por la aquejada del mal siguiendo un ritual, en cualquier
caso, esto se venía a denominar problemas por la matriz de madre.
 Ser o no ser estéril, la mujer desde los albores de la humanidad ha tenido la necesidad de saber si
puede o no procrear. Los métodos para dilucidar tal cuestión en la época eran.
o Si la mujer tenía problemas para concebir, se recomendaba un ritual que consistía en beber un
zumo hecho a base de salvia mojada, que tenía que tomar en ayunas una cucharada de plata
pequeña, y algunos brebajes mas y esto aseguraba que después de nueve días si tenía relación
con varón quedaría embarazada.
o Para saber si la mujer era o no estéril, como no, otro brebaje a base de cuajo de liebre y agua
caliente, si la mujer al beberlo no sentía dolores, no podría concebir
o Para saber si una mujer estaba embarazada, se toma miel y agua de pozo se le daba a beber a
la mujer si no estaba embarazada le bajaría la regla, sino estaba embarazada.
 El parto, la preñez estaba consideraba como una misión natural de la mujer, por lo cual esta estaba
preparada para ella y no requería ningún cuidado especial, en general: la preñez, el parto y las
dolencias de la futura madre se consideraban un proceso natural por lo que no necesitaba de ayuda
médica. El aborto “malparir” merecía la atención de médicos o sanadores, los primeros indicios de
que esto podía ocurrir eran: dolor en los riñones, en las caderas, desgana, escalofríos, dolor en los
rincones de los ojos, apretarse el vientre del ombligo arriba y flojedad de pechos. Al primer síntoma
la mujer debía empezar de manera inmediata un tratamiento consistente en un jarabe hecho entre
otras cosas de cuerno de venado, semilla del llantén y grasa de lobo marino. El aborto siempre fue
visto como una desgracia puesto que el objetivo de una embarazada es traer una criatura al mundo.

PRIMEROS PASOS EN LA PREVENCION DE LA ENFERMEDAD

Los primeros pasos en la prevención están indudablemente ligados a la salud pública. Cuando los dirigentes
se dieron cuenta que era más rentable para el estado tener ciudadanos sanos que enfermos, empezaron a
poner en valor la sanidad pública.

La salud pública podemos definirla: Como los esfuerzos de la Humanidad para protegerse de la enfermedad
y las estrategias para controlarla.

El auge de las ciudades en la baja edad media, y la tendencia en la edad moderna de aumentar la población
da lugar al desarrollo de epidemias. Ya durante el renacimiento, con el desarrollo del mercantilismo y la
afluencia a las ciudades de todo tipo de gentes, provocaba el desarrollo de epidemias y su contagio. En este
periodo se intenta buscar una explicación mediante la ciencia al rápido crecimiento de número de afectados
en las epidemias, se empezó a hablar de contagios, esto da lugar a las primeras normas de salud pública,
medidas de colectivas de protección: cuarentenas, lazaretos y cordones sanitarios.

En la segunda etapa de la edad moderna se producen teorías alternativas al galenismo del renacimiento para
las epidemias sufridas en el periodo anterior, llegando a las siguientes conclusiones.

 La visión de la medicina antigua de origen galénico no da una explicación de carácter científico a la


enfermedad ni de manera patológica ni en la higiene.
 Se restablece el ambientalismo hipocrático, se cree en factores que pueden proceder del ambiente
 Se practican las primeras necropsias de los apestados
 Se empiezan a utilizar datos estadísticos para la descripción de los fenómenos epidémicos.
 Surge la conciencia popular del contagio, que se fueron elaborando a partir de las observaciones y de
los hallazgos científicos.

A partir del siglo XVIII empieza el desarrollo y la conciencia de la higiene publica /colectiva. Desde el 1750
se desarrolla lo que se viene a llamar movimiento sanitarista o planteamiento colectivo de las enfermedades,
este método se desarrolla en distintos lugares de Europa con peculiaridades y aprendizajes

 Austria.
o Se considera que la pobreza es la madre de las enfermedades, pone de manifiesto la
importancia de los factores sociales en el origen de las enfermedades.
o Se entiende como salud un bien para la comunidad, las labores de prevención deben
dirigirse a todos los miembros de la sociedad.
o Surge la necesidad de vigilar y tener el control por parte de la clase gobernante, de la
salud pública, para el bienestar de sus súbditos.
o Se crea el concepto de policía sanitaria, cuyas funciones serian:
 Velar por el control de las enfermedades epidémicas
 El saneamiento ambiental.
 Organización del personal medico
 Prestación de asistencia sanitaria a los indigentes.
 La higiene personal.
 Inglaterra.
o Sistema Chadwick, en este se epsificaba que la enfermedad estaba relacionada con los
factores ambientales y sociales de la población. Proponía la reforma sanitaria:
 Mejora de las condiciones ambientales entendida como ingeniería sanitaria, en las
conducciones de aguas, alcantarillado, eliminación de los residuos y excrementos;
También presta atención a la limpieza de las ciudades y a los estados de las
viviendas.
 Propone unas mejores de las condiciones sociales, alimentación básica de la
infancia.
 Complementa el sistema de saneamiento, también aparece el concepto e de
depuración, se muestra la enorme preocupación para abastecer de agua limpia a
las poblaciones.
 Este fue adoptado por muchos países y fue un método barato y altamente eficaz para reducir los
contagios por enfermedades infecciosas.

Estas medidas junto con el principio de las vacunas establecieron las bases para la prevención de la
enfermedad.

El médico español Francisco Javier Balmis Berenguer era un defensor a ultranza de la vacuna. Su
entusiasmo le llevó a encabezar la que puede considerarse primera misión humanitaria de la historia, que
entre 1803 y 1806 llevó la vacuna de Jenner hasta América y Asia. La vacuna llegó a España en 1800 y al
año siguiente se llevaron a cabo las primeras vacunaciones exitosas en Madrid. En la corte, el médico
personal del rey, Francisco Balmis, fue uno de los principales defensores del método de Jenner. El galeno,
que había trabajado durante años en la Nueva España, presentó al soberano su proyecto para extender la
vacunación, sobre todo de niños, por las posesiones de la corona en todo el mundo: la Real Expedición
Filantrópica de la Vacuna. Los 22 niños, su rectora, Isabel Sendales Gómez, y una decena de médicos y
enfermeros dirigidos por Balmis, partieron el 30 de noviembre de 1803 del puerto de la Coruña con rumbo
al Nuevo Mundo a bordo de la corbeta María Pita. La idea era inocular la viruela a los jóvenes cada semana
de dos en dos (por si había complicaciones fatales en alguno) con las pústulas de los vacunados la semana
anterior. En la Nueva España, se encontró con la oposición del virrey, por lo que estableció varias Juntas de
Vacuna, organismos que se encargaban de velar por la frescura y distribución del fluido, así como de
la captación de los niños que debían ser sucesivamente inoculados, que escapaban al control de las
autoridades locales. Balmis, se dirigió hacia el norte con la intención de extender la vacuna por el Caribe,
Centroamérica y el norte del continente, en muchos casos sin la colaboración de las autoridades locales. El
médico volvió a hacerse a la mar, esta vez con rumbo a las islas Filipinas, para repetir allí la empresa
americana. La misión llegó al archipiélago en abril de 1805. De nuevo los más los altos cargos políticos y
eclesiásticos no colaboraron, pero gracias a su perseverancia y a las autoridades de menor rango, a principios
de agosto, ya se habían vacunado nueve mil personas. Balmis comisionó a varios de sus subordinados para
extender la vacuna al resto de islas. Balmis marchó a Macao, entonces posesión portuguesa, y a Cantón
y gracias a los tres niños que iban con él difundió la vacuna por territorio chino. Tras eso, Balmis decidió
regresar a la metrópolis, por lo que tuvo que pedir un préstamo con el que sufragar un pasaje hasta Lisboa,
pues se había quedado sin dinero. Llegó a la capital portuguesa en febrero de 1806, no sin antes haber
dejado alguna vacuna en una escala en la isla de Santa Helena (territorio británico de ultramar).
Su vuelta a Madrid se produjo en 7 de septiembre. Carlos IV lo recibió en su palacio de San Ildefonso,
donde lo colmó de honores y felicitaciones. Había terminado el que el naturalista Alexander von Humboldt
calificó como el viaje "más memorable en los anales de la historia".

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