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Artículo de Fondo “Los medios y el Futuro”

Los últimos años han sido testigos de una revolución en el periodismo, impulsada por la
transformación digital y el surgimiento de un sistema informativo "postindustrial". Este
cambio ha llevado a la experimentación con nuevas formas expresivas, desafiando las
categorías estáticas que tradicionalmente definían los géneros periodísticos. Estas narrativas
híbridas, impulsadas por recursos narrativos propios del entorno digital, no solo representan
oportunidades expresivas sin explorar, sino que también desafían la separación clásica entre
realidad y ficción.
En décadas anteriores, los géneros periodísticos permanecieron prácticamente inalterados,
con definiciones que perduraron en libros de texto durante mucho tiempo. Sin embargo, el
panorama actual es notablemente diferente. La explosión de formas narrativas, desde el
geoperiodismo hasta el cómic periodístico interactivo, ha creado un entorno dinámico e
inestable.
La hibridez en estas nuevas narrativas es evidente y marca una diferencia significativa con
los géneros tradicionales. Esta hibridación no solo es una mezcla de elementos de diferente
naturaleza, sino que también se manifiesta como una mutación continua. Estas formas
narrativas son dinámicas e inestables, en constante cambio y sensibles al contexto que las
rodea.
Lo que hace única a esta era es que las plataformas digitales y las herramientas tecnológicas
están dando forma a estas narrativas más que la construcción racional de los periodistas.
Instagram Stories, por ejemplo, diseñada originalmente para compartir momentos cotidianos,
se ha convertido en una herramienta para el periodismo, mostrando historias de interés
público que desaparecen después de 24 horas.
El límite entre realidad y ficción se difumina en este nuevo paradigma periodístico. La
utilización de técnicas como el cómic periodístico y la realidad virtual plantea preguntas
éticas sobre cómo evitar la banalización de historias duras o la creación de un mundo
ficcional. El periodismo, en su esencia, debe mantener su integridad y no desviarse hacia el
sensacionalismo.
En conclusión, estamos presenciando la pérdida de la hegemonía de los géneros periodísticos
clásicos, pero esto no significa su desaparición. Más bien, estas nuevas narrativas
complementan y fortalecen los géneros tradicionales, agregando profundidad y dimensiones
expresivas antes desconocidas. El desafío radica en encontrar un equilibrio entre la
innovación expresiva y la preservación de los principios fundamentales del periodismo de
calidad en esta era digital en constante evolución.

Rodríguez Carpio Ian Sacbé

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