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MINISTERIO DE AGRICULTUR
BIBLIOTECA CENTRAL

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DEVUELVA este libro antes de la última fecha ada

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TRllCHA Y SALMÓI^I
Sll PESCA Y DEPORTE

^^
6^z3

TRUCHA Y S A LMb N
S Ll PESCA Y DEPORTE

POR

AG^USTfI^i DE CASTRO

(Obra subvencionada por la Di-


rección General de Montes, Pesca
y Caza del Ministerio de Fomento)

?^^^.J^
^'

BILBAO

Eacueles Grófices de le Sente Caae de Mlaericordla

f9^1
ES PROPIEDAD
PRÓLOG^O
^il cle(^orte de la ^esca da la t ri.^clia a cafia, el t^ello
dE^j^^^rte, cc^r^io lo titula^^tos los que^ csta^nus consa-
,^,^raclos al ^r^iisrno, está sujeto n m<^ác^stas reglas, to-
^las ellas al alcance de ^eualquier inteligerici^a, siendo
la princi fial el saber e^lgarzar al pez.
I,ns sahriG^iidns smi z^oraces, ju^nás sc^ sacian, g^,
j^ur lo ta^ilo, se les ^uede e^igañar cotiz facilidad tan
sólo c^^n imitarles la co^riida, es^iecialmente la mosca,
^nr la^ ^ue sie^2^ten predilecció^ ^^.
I,a^ ^t^oracidad de la tru^cha es co^,tparada co^a la
^le las a^^es r^e ra^iria, co^a la dife^rencia de que éstas
rt^^ caza^a M1izás gue cuando tierie^z ^iecesiclacl, ^^zie^ilras
que la truc{i^a, está cosnprnbado, au^a teniendo su es-
tór;aar;o ^re^ileto y llegá^i^c^ola la comi^cla laasta la boca,
si se 1<^ ^resenta ocasió^i. ^^io des^irecia la j^resa que
;e fio^iga a su alcance.
Hc^ ^/^e^scado trucha ^^r^ nt^ís de^ urta lióru dE> j^esn
e^i estns c<»aclicio^ies, y, si^z ^?^^abar^;^, al ^^er j?asnr la
n^nsca artificial, se la^lzt a ella, y e^i. el ^ii^ao^rac^^ato de
sacnrla ^le lc^ 'redeña de^^olviú ^r^iris de <oo ^^ra^^aos de
c^^niidn de diversas clases; tainbiÉ^i^ se h^a dad^:^ el caso
^1^^ qiic^ u^i. cnnocido dej^ovtista ca^turase u^ia trucha
cor^. a^a^rejo de ^nosea, r^2^e llevava c^^a su cuey^o nada
rn^^nu: qi^e tres ratnT^es; hc ^^isl^^ tantbiíii tri^cha qu^^
l^^i^íu nlrn^^^^^sad^^ e^l su boca u^t^ ca^i^r^^ju, ^^ al^^^^1n^i
C^^1t ll)]tl SQ11^rU-1^14('111; QOtYQ SG IL' C11Ct>11iY(> C71 SU 2!IC11-
VI PROfAGO

tre una cría de tordo, a otras un pez de cerca de


un tercio de su peso, y en este orden ¢odía se^uir
enutinerando run centenar de .casos.
Con todos estos detalles, fácil es comprender que
la ^iesca de la trucha estriba en tres puntos princi-
^ales, a saber:
r.° Que para pescarla k^enaos de ^roporcionarle
un cebo, el que prefiera, se^ún la é^oca, ya sea na-
tural o artificial.
?.° Que hemos de disi^rau^lar 6sle y e,mplear un
a^iarejo fino, para q ^^e ^ IO pueda darse cuenta del
e^^ga^zo, ti'
3.° Que laerr^os de sorpre^nder al ^ez sin ^ue nos
vea.
F,stos son los secretos que ^irincipalrne ^ite ha de
coriocer el deportista; luego viene el perfeccionavnien-
to en el manejo de los artefactos que se usen, y todo
ello deperytide de la pericia de cada u ^IO; pero co ^I la
ayuda de ^ lo que ha,^llaréis e^ro este tratado, todo el
rynaeTido ^uede ^erfeccionarse inmerliatarne ^ite.
Veinte años lae seguido de cerca los asu ^ltos re-
lacionados con el de^iorte de la ^esca de la truct i a
caña, y este solo detalle me da dereclzo a^ que, ^or
lo menos, vierta sobre unas cuartillas lo que 1^ e vi:. ^ ^^,
oído y observado.
Puede deei^rse que, ade^raás del de^iorte, que di-
clao sea de paso, 1^e sido u, ^o de los j^rimeros en fo-
,
me^^ atar, he procurado enriquecer los rí^^s de Vizcaya
con ^re^ioblaciones art^if^iciales, llevando a al^,r^u^a^;s la
esj^ecie qu.e l^ abía desa^a^rec,ido, ¢ara lo cual c^>r2seguí
que Z^arios Ayunta^nienios de la provincia de Vizcaya
tirtoutasE^n e^ t las Fscuelas de niños, modeslos criade-
rvs ^ictiñlo^ricus, ^eru sie^^ npre 1^ e notado una fnlía,
PR(N,OGn VII

que es la que ji.reterrdo su^lir co^i este modesto tra-


bajo.
EM1i higlaterra, Frarieia, No^^I^ega y otras nacio-
nes, c^onde la riqueza ^iscícola ha llegado a adquirir
la pre^onderancia que se merece y 9ue ^^uede tam-
bié^i te^2e.r en España, existen Sociedades constituí-
das por cientos y millares de socios, y, aclemá-s, se
han escrito obras que trata^i del de^orte de la pesc,a
de t^ruclaa y salmón a ca^ia.
Eri IM1aglaterya y FraM1rc.ia, sobre todo, por algu^ias
autoridades en la M1nateria, se harr escrito obras de
grart e.ri^vergaduya dedicadas al salmótit y la trucha.
No pretendo, ^ii puedo pretender, hacer una
cvsa de éstas ^^ii muchísirno ^nen^^s, ^ues desde este
7nor^^e^alo declaro que carezco cle clatos y conocimien-
tos cierltíficos; sólo ^nze pro^io^igo dar al^u^ia luz a
los aficiostados, a esa legión de aficio^rados c^ue oye^r
hablar del cle^orte y se larizaría^i a él si cor2ociesen
lo gue ellos c:ree^i que es un secreto.
A salvar este escollo tiezide este anodesto trabajo
y i^^ ^llo pondré todo ^ fii empe,^io.
Er, AUroR.
CAPfTULO PRIMERO

Instrucciones para el pescador principianfe

Afortunadamente ezisten muchas personas habi-


litadas para practicar el deporte de la pesca, ya que
grandes núcleos de jóvenes en todas partes hacen
vida de campo los días festivos, los unos para prac-
ticar el alpinismo y los otros para la caza.
Por otra parte, ]a caza es compatible con Ia pesca,
por razón de que al entrar el período de la veda
de la primera empieza la temporada de la segwida.
F,n alguna ocasión he oído decir que la pesca es
el retiro del cazador, mas no es así ; para el deporte
de la pesca de trucha a caña se necesita emplear tan-
tas energías como en el de la caza, y, además, tiene
más emoción. Yo conozco varios cazadores que rac-
tican ambos deportes, y si ]es preguntáis cuá^e los
dos prefieren, no os podrán contestar categóricámente.
Algunos individuos, que desconocen completa-
mente el deporte de la pesca, lo combaten sistemáti-
camente, pero ninguno de ellos cou argumentos que
convenzan, y sólo puedo decir a este respecto que
han sido muchos los que han terminado por practi-
carlo después de ser sus mayores detractores.
A_quí sí que encaja bien aquel refrán que dice :
«l^o digas que no te gusta una cosa sin antes haberla
probado».
IO AGUSTÍN I)6 CASTRO

F,1 deporte de ]a pesca de trucha tiene la ventaja


de que se practica al aire libre y ha de llevarse a cabo
subiendo y bajando montes, pasando cerrados _y an-
dando mucho ; no puede hacerse desde los veladores
del café ni sentado a la orilla de un río, como algu-
nos creen.
Hasta hace poco tietnpo, a los pescadores de
caña se nos pintaba como a pobres diablos, sentados
en un sillete a la orilla de un río, leyendo una no-
vela, en espera de que el pez acudiera al cebo; pero
eso ha pasado ya a la Historia.
La pesea de la trucha tiene sus reglas, que, sin
ser arcos de iglesia, han de aprenderse, y una vez al
corriente, que puede ser a las dos lecciones prácti-
cas, se sabe dónde está la trucha en el río y hasta
puede precisarse el punto donde ha de saltar a la
mosca en una rircunferencia de un metro.
La práctica del deporte de la pesca de trucha a
caña es beneficiosa para la salud del hombre y equi-
vale a un entrenamiento moderado susceptible ^'^
aplicación para personas débiles y aun para setiora°
Los padres harían un bien muy graude con inc+ t-
car a sus hijos la práctica de este deporte, porque t.
]'es apartaría de visitar locales cerrados, como son
cines, cafés, tabernas, etc., hoy por desgracia m v^
en moda y que tanto perjudican.
Yo conozco algunas personas que llevaban vida
sedentaria y siempre tenían algun padecimiento, y
se han curado y fortalecido practicando el depo•.•te
de la pesca.
Son varios los que abandonan la empresa por-
que ]es falta paciencia, habiéndoles salido mal el
debut, por no recibir los primeros conocimientos.
TItCCHA Y SA[,r1pN II

Ningún aficionado que pretenda dedicarse a este


deporte debe dar un solo paso sin antes hacer un via-
je de experiencia y presenciar un par de lecciones
prácticas, ni nadie debe comprar calia y demás uten-
silios si^ antes consultar con una persona que le
guíe ; tampoco debe encomendar a quien desconozca
el asunto que le compre un equipo : el hacer ésto
equivale a perder tiempo y dincro.
I3aste decir lo que le ocurrió a un amigo mío :
en cierta ocasión presenció una lección práctica que ]e
di; al día siguiente fuimos recorriendo uno por uno
todos los establecimientos de venta de efectos de pes-
ca, con el fin de adqurir un buen equipo, y no pudi-
mos encoutrar cosa de gusto porque todo se le hacía
baratc.
^;n vista de esto ]e aconsejé que esperase a la
siguiente temporada, hasta ver si algún conacido
hacía viaje a Inglaterra, y en eso quedamos ; pero
«rurrió que el tal señor, por impaciencia, no pudo
a^uarcíar, y por su cuenta encargó a]os Estados
L nidos dos equipos completos, lo mejor de lo mejor
qi•e hubiera.
:^n efecto, ]legó el pedido y, todo orgulloso, me
,aostró. Realmente se trataba de dos cañas buení-
s. .as, pero sin aplicación práctica por el momento ;
se +-ataba de dos cañas de lanzar, una de mar y otra
de río, con sus carretes correspondientes, sedas, de-
vones, cucharillas, moscas, etc., etc., cuyo precio, con
del^echos de Aduanas, pasaba de cien dollars.
,.
..,omo se ve, estas cosas tienen sus contratiempos,
porque un desengafiado, que ha comprado un arse-
nal de efectos _y ha pagado por ellos un Congo, y
luego, por contera, no le sirven, puede ir propalando
:2 AGLtiTÍN nG CAtiTRfI

la noticia de que la pesca cuesta cara ^ que además


es muy difícil, cuando en realidad puede hacerse pes-
cador tcdo el que se lo proponga, empleando en sus
comienzos un equipo modesto.
1'odo principiante, sea de la condición que fuere,
dehe empezar por comprar un modesto equipo ; por
ejemplo, una caña con su carrete completo, una cesta,
una tomadera y una cartera para los utensilios.
Con esto tiene suficiente para el primer año, transcu-
rrido el cual, si sus fuerzas económicas se lo permi-
ten puede ir mejorándolo adquiríendo una catia de
más precio ^^ otras cosas más finas.
Estoy firmemente convencido de que todo el que se
lo proponga puede salir adelaute ; depende solamente
de quién le dé lati priineras lecciones, pues hemos
de tener presente que el deporte de la pesca de trucha
a caña, como todas las cosas, está sujeto a ciertas re-
glas, ^ así como los demás deportes, pelota, foot-ball,
etc., aun cuando agradan a primera vista, cuesta
algún tiempo dominarlos, en cambio e] de la pesca
puede dominarse en un mes, porque en un par de se-
sio^ues prácticas se dominan los secretos que en-
cierra y las reglas de la técnica.
Además del equipó que queda reseñado más arriba,
el deportista que pretenda pescar truchas cn ríos
anchos, ^^ sobre todo cou aparejo de mo^sca o deví^.i,
es necesario que se provea de medias de goma que
le peí•n^ tau franquear el río en busca de ]a tru-
cha que se encuentra eu los puntos a]ejados de ]a
arilla.
• p;l pescador que quiera ser un perfecto deportista
no debe ser egoísta ^^ conforti^arse con lo que le qttepa
en suerte al llegar al río ; no debe estorbar a nadie
THl"C11.4 Y tiAl,\'Ov I,i

que haya llegado antes que él, y cuando se presente


un tnomento de estos debe alejarse en busca de otro
lugar libre ; y si llegado un momento cualquiera,
algím pescador, aun cuando fuese desconocido, solici-
tase su a^-uda, debe prestársela desinteresadamente'.
Cuando en algún lance levante alguna pieza que
no tenga ]as dimensiones legales (i8 centímetros para
la trucha, Art. fi." de la I.eyl, debe soltarla del an-
zuelo v devolverla al río. I,a deshonra del pescador
es echarse a la cesta una trucha pequeña o cargarse
los incautos pintos (i) que tanto se ceban en algu-
nos ríos salmoneros ; esto últimló` está penado con
multa de cinco pesetas por cada trnc^ y pérdida del
aparejo.
F,1 aficionado no debe nunca cargar con aparejos
que no necesite de momento ; por ejemplo, una caña,
por e] hecho de que se la den a precio de saldo, o
algún artefacto que le agrade al primer golpe de vista.
Los pescadores somos generalmente muy capricho-
sos, y en más de una ocasión, cuando entramos en un
establecimieuto para adquirir alguna cosa que nos
hace falta, nos sugestiona un devón de nuevo modelo,
una redeña, etc. ; no debemos dejarnos llevar de estos
caprichos, porque, en fin de cuentas, resulta que
tenemos un arsenal de cosas que, si bien no son in-
servibles del todo, no las usamos en años, porque tc-
nemos varias iguales ; conste que me pasa a mí y
a la inmensa ma^•oría de ]os aficionados.
El pescador elebe tener todos sus bártulos en pér-
fecto orden, bien enfundadas las cañas ; las pitas,
moscas X sedales cientro de un frasco de cristal de

<<` Cría de tialmón qtte aíin no ha bajaQo al mar.


14 AGUSTiN D^ C4STI2(}

boca encha con tapa esmerilada, para que la acción


del aire no las perjudique durante la época del des-
canso ; debe llevar anualmente un diario de pesCa;
para anotar día por día todas sus salidas, y én é}
hará constar la fecha, el río, quién le acompañb,
tiempo que hizo, piezas cobradas, su peso, estado
de las aguas y demás datos que considere necesa-
rios, y con estos datos, al final de cada año, se hace
un resumen.
Debe tener cuidado de renovar su licericia anual-
mente, procurando sacarla durante los megés de 5ép-
tiembre a enero, sin aguardar a otra époe^, porque
pudiera resultar que, al renovarla dentro de la terii-
porada, por esperar a aprovecharla hasta p^ último
día, tenga que verse privado de salir porqut rio se lá
hubiesen despachado ; esto les ocurre frecuentemente
a los perezosos.
Una advertencia muy importante : todo buen de-
portista debe haeerse socio cuando en el pueblo de su
residencia esista Sociedad de Pesca ; si todos los afi-
cionados estuviésemos asociados, dejaríamos sentir
el peso de nuestra influencia y los Poderes públicos
escucharían nuestra peticiones, cosa que no puede
hacerse estando sin asociar.
Para corroborar esto, baste decir que en Francia
las Sociedades de Pesca se cuentan por centenares y
existen Federaciones que euentan con más de r 5.000
asociados, y así se esplica que el Estado francé: les
conceda anualmente sumas respetables en conc to
de subvención ; el año i929 les concedió mill^. -
medio de francos.
Según la estadística que se lleva en el Mi
rio de Fomento, en l;spaña se etipendieron c
TRLJCHA Y SAI,MGN IS

19z9 licencias de caza por valor de z.539•23z'So pe-


setas y ioI.9^1'0o pesetas por licencias de pesca.
Estas cantidades deben ser invertidas, según las
leyes, en beneficio de la caza y de la pe ^ca, pero para
ello es meliester que lo reclame alguna entidad de
solvencia ; ya sabéis que se ha constituído un orga-
nism0 qlle se tltllla FF,DT;RACIÓN NACIONAI, DE SOCII;-
I)AI)F,S DI; CAZA Y P1;SCA, cuya entidad tiene dos pues-
tos de Vocales natos en el Consejo Superior de Pesca
y Caza; ahí tenéis un camino que os brindo a seguir :
constitúyanse Sociedades, ya que aficionados a ambos
deportes sobran en todas partes, e ingresen todas en
la Federacibn, y en esa forma quedaremos capacita-
dos para reclamar la inversión de esas pesetas. Este
es el deber de todo buen aficionado.
CAPfTULO II
DISTINTAS MODALIDADES DE PESCAIt
LA TIZUCHA

Preliminares.-Actualmente la pesca de la tru-


cha a caña se verifica con distintos aparejos, a saber :

Aparejo de mosca.
Aparejo de devón.
Aparejo de pez natural.
Aparejo de gusana.

F,ntre todos ellos el más deportivo y más elegante


es el de mosca, porque encierra ciertas emociones
que no tiene ningún otro. Tratándose del deporte
con aparejo de mosca, se sabe dónde puede saltar la
trucha y en ocasiones hasta precisarse el punto
elacto.
Con los restantes aparejos no puede decirse lo
mismo ; el devón recorre infructuosamente a veces
las venas de todas las corrientes de un río sin con-
seguir hacer salir de su nido a la trucha ; igual ocu-
rre con el pez natural, y únicamentc el aparejo de gu-
sana, a pesar de que es un tanto sucio, hemos de re-
conocer qtte es el que más arrastra y el que al fin
de cuentas saca más trucha.
2
TRCCIIA Y SALMGN IC)

'lbdos ellos tienen sus partidarios, especialmente


la mosca ^^ el devón, ^^ en cuanto a] empleo de los de
gusana ^^ pez natural son contados los que los em-
plean.
Con el devón se sacan piezas mat•ores, ^ si se trata
de ttn río virgen ^ de mucho caudal; nada ticne
de particular que cada corriente que se haga rinda
por lo menos su trucha de más de ]ibra.
He presenciado m^is de una e^pedición al río
N;bro, aguas arriba de Valdenoceda ^^ F,scalada, y
he podicío comprobar esta aseveración.
También he oído referir episodios de e^pediciones
a los ríos Carrión y Pisuerga, entre Aguilar de Cant-
póo, Lervera v Camporreclondo, donde se han pescado
a devón hermosos ejemplares ^- en cantidad, pero
tambiéu es cierto que entre dos cañas de mosea han
levantad^ eu dos sesiones doscientas cincueuta v
nueve piezas. ^
Dejo a elección de cada aficionado el empleo del
aparejo que más le apetezca, ^^ me limitaré a detallar-
los todos, uno por uno.

PESCA CON MOSCA

Elección de caña.-I,a catia para el lanzamiento


del aparejo de mosca ha de ser ligera ; e^isten de va-
rios preeios, desde veinticinco hasta cuatrocientas o
tu.:is pesetas, y su longitud ser^i de tres m^tror.
Una catia de unas cincuenta pesetas puede ser tan
buena como una de cuatrocientas ; claro es que la de
más precio tendrí^i mejor material, mejo^res remates y
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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-=-^= .^ ^`
•^-
__^.^':_. -:f!

, iiPESCADOR
, ,
^ DEPORTIVO!^
^ n_ D( ) lo que necesita Vd. ^^ar•a cualquier clase de
^ ^ pesca ^!eportíva (s<ilmún, irucha, s^^llu, perca, etc.)
^^ «sedentaria» (barb^^, carpa, ienca, aiis;uila, eic.) se
' halla en nuesir^^ catálogo ^eneral iluslradr>; si u^^ I^>
^ pusee, ya se lu mandarem^>s Fra^ico p^>rle en cuani^^
nos lu pida.
' Nc^ siendu revendedores sinn Fabricantes espe-
r eialistas de tcida espeeie de caiias, y c^^m^^ ven^femos
direclamenle al pescad^^r, nuestros precius sun Siii
^ competencia posible p^u^ calidad equivalenle.

THEO DE DEKEN BESNIER


39, BOULEVARD VOLTAIRE. - PARÍS (XI éme)

CORRESPOVDENCIA EN CASTELLANO ^
TRUCHA Y SALM(?N 21

monturas, lo que para el caso no resuelve nada ; las


fabrican generalmente de tres tramos, pero tambi^n
las hay de dos.
I^ebemos buscar una caña bien equilibrada, que,
montada, se conserve derecha, y para este objeto yo
prefiero las de dos tramos, pero esto va en gustos,
por lo que no recalcaré el asunto.
'Ibdas las cañas de mosca vienen montadas con
su completo de anillas, porta-carrete, etc., y algunas
traen su puntal de repuesto.

Elección de carrete.-EYisten de varias clases y


precios, pero es muy conveniente tener en cuenta un
detalle: que su peso no desnivele el de la caña ; sobre
todo conviene que no sea pesado, que tenga freno
para quitarle el Kric y que al montarlo en el porta-
carrete ajusten bien las abrazaderas para que no corra
el peligro de que quede suelto en el momento de
usarlo para recoger la línea.

Elección de seda.-Cada carrete debe llevar en la


bobina unos cincuenta metros apro^imadamente de
seda trenzada ; es muy recomendable ]a llamada de
cola de rata ; etisten varios colores, siendo el más
indicado el negro ; de todos modos, lo que más
interesa es que sea resistente y susceptible de que
no se pudra con cl uso.

Apare,^o.-Constituyeii el aparejo de mosca una


serie de pitas unidas por nudos en forma que deta-
llaremos gráficamente más adelaute. F,n el comercio
^^^^ç espenden preparados, y los hay de dos, tres y
` a: ,i.+`^fe seis moscas. No son recomendables ]os
22 AGUST{N Lk C.4s172^^

aparejos preparados, por la sencilla razón de que


p^ eden ser viejos y pueden fallar al trabajar alguna
pieza,
En Palencia, Burgos, Santander y I,ogroño usan
los aparejoc de más de dos moscas, pero el más prác-
tico es el de dos, v puede prepararse en casa sólo
con tener buena clase de pitas.

^--e^-'
P'igurn 1 - Nudo sencillo

Preparacíón de un apare^o.-Se separan seis pi-


tas finas de color gris, procurando que sean trefila-
das, y se colocan a remojar dentro de un recipiente
que contenga agua tibia.
A los quince minutos pueden manejarse a placer
para hacer los empalmes en la forma que deÉallare-
rnos, pero teniendo en cuenta que un nudo mal hecho
puede ser la causa de que se pierdan las piezas ma-
yores.
Todo aparejo, antes de ser usado, ha de ser pro-
bado para cerciorarse de que los nttdos responden,
así cvmo las pitas.
El nudo que ha de emplearse es el siguiente : eu
uno de los e^tremos de una de las pitas se da u,^^..✓`^^
corriente (figura núm. 1). '.Zt '
^
TRtiCHA Y SAt.MON ^3

Por la abertura que queda en el nudo abierto se


pasa la otra punta (figura núm, z).

Figura 2- Paso de la pita por el nudo

Una vez pasada la segullda pita, se hace otro


nudo en ella en la forma que aparece en la figura
número 3.

Figura 3-Nudo de empate de dos ^itas

Se aprietan ambos nudos ti^ se estira de los dos


cahos (figura níim. 4), apretando fuertemente.
^ h;sta operacir,n no puede hacerse más que cuando
` pitas estén bien remojadas en agua tibia, pu;s
24 AGGSTÍN DF. CASTRn

Figura 4 - Nudo apretado

sin este requisito se correría el riesgo de que se rom-


pan o se suelten los nudos al hacerse la unión de
las pitas. Una vez empalmadas éstas, se cortan los
cabos sobrantes de los nudos, procurando hacerlo de
fornla que no queden rebabas.
La unión de la tercera pita a la segunda se hará
de igual forma, y así sucesivamente, hasta terminar
las seis, y una vez hecho ésto, los dos estremos se
rematarán en la siguiente forma :

Figura 5- Lazada de union de aparejos


i
^e dard nn 11UC10 COrrlerite, Cerránd010 bleri, y
después se har<t una lazada en la forma que aparece
en la figura nílm. ,5.
'fRUCHA Y SAI,TI^N 25

Colocación de las moscas.-Las moscas van colo-


cadas en el aparejo en la forma que aparece en la
figura núm. 6, pero como es necesario llevar varias

Figura (; - Aparejo preparado

de repuesto, porque se pierden, unas que se enredal^


en una rama y otras que se las lleva una pieza, no
deben colocarse fijas ; esto es, que cuando perdamos
una mosca, no tengamos más que soltar el trozo de
pita que haya quedado y colocar una nueva.

Forma de empatar la mosca de punta.-Se ^oma


un trozo de pita de igual color que las del aparejo y
como de unos veinte centímetros ; se remoja bien en
agua tibia y sc ata la mosca pasando ]a pita por la

^
AGUSTÍN DE CASTRo

anilla que tiene el anzuelo en la cabeza ; se le dan


dos nudos, procurando que el cabo sobrante quede en
el mismo sentido que el pelo de la pluma de la mos-
ca ; el sobrante del cabo debe cortarse lo más pró-
símo al nudo, después de bien apretado, sin que
quede rebaba. $u el e^tremo opuesto daremos una
lazada igual a la señalada en la figura núm. ^.

Figura 7-Empete de 1a mosca de pnnta

Saltarín o mosca de salto.-Esta segunda mosca


se colocará a la altura del empalme de la cuarta con
la quinta pita, sujeta por el nudo, para que éste no
le deje correr para abajo.
Los saltarines se confeccionan de la siguiente
forma : se toma un cabo de pita de unos diez a doce
centímetros, se remoja previamente y se sujeta la
mosca, atándola en igual forma que lo hemos hecho
con la de punta, pero sin lazada final, y por í^ltimo,
para colocarlo en el aparejo, daremos un nudo doble.
TRL'CH.A Y SAI,MON 2]

Unión de la mosca ,de puata para que quede for^


mado el apare;o.--Se pasa la lazada del aparejo (parte
inferior) por dentro de la lazada de la pita donde
va anudada la mosca, y después se pasa la mosca
por dentro de la lazada de] aparejo ; se tira de la
mosca, y cuando termine de ccrtrer quedarán sujetas
ambas lazadas en forma de cadena (figura núm. 8) .

['igura 8 - Uni^n de mosca de punt^^

Estos aparejos, una vez construídos, deben ser


arrollados en circunferencia v metidos dentro de un
sobre o guardados en una cajita redonda ; nunca
deben arrollarse en forma de inadeja aplastada,
porque una vez secos, si se estirasen antes de remo-
jarlos, con facilidad pueden romperse.
De igual forma deben conservarse las moscas de
repuesto; yo uso con muy buen resultado una car-
terita en forma de libro, y en cada hoja se llevan dos ;
en esta forma no se corre el peligro de que se enre-
zs A(;CSTÍN DE CASTRO

den ; los saltarines pueden colocarse en un sobre pe-


queño.
En el comercio se venden unas cajitas redondas de
aluminio, y en ellas pueden acomodarse unas y otros.

Itedeña o tomadera.-)~;n la pr íctica del deporte


de la pesca con aparejo de mosca es necesario e im-
prescindible este artefacto, porque la caiia es fle-
^ible y no responde para sacar del agua una trucha
que tenga más de cuatrocieirtos gramos de peso, sin
perjuicio de que sufra a veces o se rompa.
Nunca debemos obligar a la caiia a este trabajo,
en primer lugar porque con el tiempo perdería el
cquilibrio, y en segundo, porque la trucha clavada
a mosca sale prendida algunas veces, la inmensa ma-
youría, muy débilmente, y al forzarle para sacarla
en aquella forma podría perderse la pieza.
Además, es tan deportivo y tan elegante clavar
una trucha a inosca y, después de rendirla, hacerla
pasar a la cesta con la intervención de la redeña,
que nadie debe cometer la tontería de sacar las tru-
chas a tirón.
E^isten varias clases de redeiias, pero hemos de
elegir la más práctica, que en este caso son las ple-
gables, con mango no muy ]argo, de forma triangu-
]ar y de bolsa como de unos veinticiuco centímetros
de profundidad, y cuyo mauejo ecplicaremos opor-
tunamerlte. ha casa Theo de Deken (Carpa de Oro)
construye unas muy prácticas que se ajustan a lo
c^puesto anteriormente.

Otros utensilios de pesca.-I;1 cíeportista pesca-


dor de trucha necesíta llevar repuestc^ de todo.
'PRL'^l'HA Y SAI,UO:Y 2q

Supongamos por un momento que a un aficionado,


hallándose pescando, se le inutiliza la caña por ro-
tura del puntal, cosa que ocurre con alguna frecuen-
cia. t(^)ué hacer en estas circunstancias ?
Seucíllamente : resignarse, plegar su caiia y
abanclonar el deporte.
Algunos tienen la precaución de llevar dos ca-
ñas ; otros llevan solamente un puntal de repuesto ;
claro está que, para practícar el deporte, todo lo
que no sea indispensable de momento estorba ; pero
lo cierto es que nadie debiera ir, por lo menos, sin
uu puntal de repuesto.
F,s neccsario Ilevar la cartera con aparejos de
repuesto ; una docena de moscas de punta y media
de ]as de salto ; uno o dos aparejos de repuesto, una
tijera de bolsillo y una navajita ; es muy conveniente
llevar una cajita de aluminio plana con dos franelas
humedecidas para ablandar los aparejos.

Cesta.-.4lgunos deportistas, copiando a los in•


g]eses, sustitu^^en la cesta por unas balsas forradas
en su interior con una tela imperrneable. ^
Quiero dar mi opiuión sobre este punto para que
el cleportista áepa a qué atenerse ; a mi juicio, la
bolsa tiene un inconveniente : que la pesca captu-
rada va más apretada ^• menos ventilada que en la
cesta. Ofrece ]a ventaja de que es m^is cómoda para
llevarla, pero, et1 cambio, como ha de contener la
pesca en ocasioues por espacio de seis o más horas,
si ]a temperatura es algo elevada corremos el ríesgo
de perderla. No discutir m^^s que eso : que al
fina] de una eYpedicibn en la que ha^amos con-
_^eguido unas libras de pescado, al llegar a casa
TRUCitA Y SALMÓN 31

nos encontremos con que no vale más que para


tirarlo. .
La carne de la trucha, por l^ mismo que es fina,
es delicadísima para su conservación y]e afecta gran-
demente el cambio de temperatura, a lo que está más
e^puesta cuando se mete dentro de un objeto cu-
yas paredes traspiran con dificttltad ; por lo tantu
yo opino por la cesta, la que l^^e usado y usaré
siempre.
I,s cestas se espenden en el comercio de varias
clases, perc e^isten unas de tama^io mediano y clase
fina, qtte son muy bonitas y caben holgadamente
uttas diez libra^ti.

Elección de moscas.--F.s factor importante en el


deporte saber ]as moscas que han de emplearse en ca-
da temporada, y- aun cuando frecuentemente se oye
decir a los que no estáu vcrsados en el asunto que de-
ben usarse moscas de un color euando^ el día está nu-
blado y de otro color cuando hace sol, no etiste más
que una razón que nos conduzca al punto que debe-
utos ir, ^^ qttc es la siguiente :
Cada temporada, que varía según los camhios at-
mosféricos, aparece una clase de mosca que, según
la acción de] ambiente y los rneses en que nace, tonta
su cuerpo distinto color, y así vemos que en febrero
y marzo el color de los cuerpos en las moscas es os-
curo, mientras que en mayo y junio es amarillo, más
fuerte en este ít]timo que en el anterior. I,a colora-
cifin de las alas es generalmente brillante, escepto en
febrero y marzo, que el color es m ás opaco. También
varía según la altura de los ríos, y esto obedece, sin
..sda.alpuna, a que se atrasan los nacimientos porquc^
i
iEL M EJ O R!

I'^tus a^^arhjl)s sr^n e^cnrpulusamL^nte preí^tir.rc;ris


cun plurnas de ^allu índío y de Lctíu, irnitandn liis nws-
quitiis de lus rt^^irmcs de Gdlicitt, Asturias y S^intan-
der; ^^, íii^r lu tautn, es el mcjur cebu para lus ríus del
Nurtc dc Espario-t.
Aparel^r ^irmad^^ cnn '^ m^^scas . . .... Pesetas 'L'Sn
AP^rriu ^irmadr^ cnn a musctts ....... Pesefns J'50
Ap;irelu armerdo cun il mosca^ .... .. Pesetas f'SU
Pída nuestro catúlogn de articulos de pescnr. Gr^tis
Los encar8os, al hacerlos, deben venir acompañatlos de su importe.

"ESTABLECIMIENTO GOQOFREDO"
^ Artíclilos pesqueros para mar ç^ río ^
^ Paseo de Pereda, 31. SANTANDER '
TRCGiA Y SA1.A1Oti ^^

la temperatura es más baja, pero de todos modos vov


a dar ]a pauta a] aficionado, fruto de las observacio-
nes recogidas en el terreno de la pr^tctica.
He recorrido la inmensa ma^•oría de los ríos dc
Vizcaya ; he probado moscas en ellos, y tengo la
evidencia de que las que voy a citar se adaptan per-
fectamente a tocios.
2^;n Vizcaya apenas se emplea el aparejo de mosca
(me refiero a]os que practican el deporte en Viz-
caya), en unas partes porque los ríos no se prestan
para ello, y en otras, porque los aficionacíos empeza-
ron a practicar ]a pesca con la gusana, y de ello no
salen.
:^ e^cepción del cíe Carranza, donde se desp^lazan
los aticionados domingueros, y en las cercanías de
Durango, puede decirse que los demás están vírgenes
en cuanto a la mosca.
Llno de los ríos que no conozco al detalle es el Oka,
de 1\rlunguía, pero no lo considero muy a propósito
para el empleo de este aparejo, porque es de corrien-
tes mu^^ suaves ; el Cadagua tampoco tiene partes
pescables dentro de la provineia, por las razones que
no se ocultarí^n a los aficionado^s.
I,os ríos de la cucnca de Villarcayo-l,;^pinosa,
aun cuanclo se hallan más elevados que los del lito-
ral, se adaptan mu^^ bien a las moscas que citaré,
así como ]os de Santander, Guipúzcoa, Logroño, Pa-
lencia y I^avarra ; en esta iiltima provincia se usa
de preferencia la mosca que fabrican en ?;lizondo,
que no discrepa uada en color, aunque sí en la cons-
truccián.
También he estudiado algunos ríos encdavados
en alturas de mas de ocbocientos metros, y cn ^stos
3
34 A(^UtiTÍN D^ CASTRO
_ __ _ __ _

(no en todos, pero sí en la mayoría) no esiste otra


mosca que la llamada de mayo, la autéutica que se
marca en algunos catálogos y que describiré m^is ade-
lante.
A pesar de todas mis ezperiencias y de las im-
presiones recogidas en todas partes, he observado al-
gunos feuómenos, cuyas causas no he podido averi-
guar, y que son los siguientes :
i." ^ue en ciertos días normales la trucha salta
a cualquier hora y a cualquier mosca que se lance, y
en cambío, otros, que al parecer son gemelos, no
salen.
z.° Que bajando las aguas un tanto turbias por
haber llovido el día anterior la trucha no salta a
ninguna clase de mosca.
3.° Que algunos días nublados y con agua com-
pletamente clara la trucha apenas salta a ninguna
clase de mosca.
4.° Que algunos días de sol fuerte la trucha
tiene un momento que salta rabiosa, pero este fenó-
meno generalmente no dura rnás que unos momentos.
5.° ^ue algwtos días del mes de junio la trucha
no salta hasta bien entrada la noche, tanto eu días
nublados como claros.
De todos modos, como las moscas que se e^per,den
en el comercio de Bilbao, y aun fuera de 13ilbao,
porque en todas partes cuecen hahas y, dicho sea de
paso, los que poseen artefaetos de pesca desconocen
el asunto ^^ cargan con todo lo que les ofrecen los via-
jantes, será conveniente que los afícionados, y muy
especialmente los qtte no estén versados en estos me-
t^esteres, no carguen con artículo muerto y tomen no-
ta de mis indieaciones.
TRUCNA Y tiALMON 35

Una advertencia importante : entre las moscas de


cuerpo de hilo y seda y las de cuerpo de celuloide
e^iste un abismo ; debemos preferir las segundas, por
la sencilla razón de que las primeras, a fuerza de uso
y por haber pasado varias veces por la boca de la
trucba, se estropean antes y queda el anzuelo a] des-
nudo, cosa que no ocurre en las de celuloide.

MnSCAS QUE Dk;BEN >^;MPLEARSF,

Mes de }ebrero.-Para este mes da un gran re-


sultado la mosca de color gris claro sin brillo en la
pluma ; cuerpo oscuro rayado, de tamaño pequeño,
con apéndices también pequeños.
b;l saltarín en este mes debe ser de la misma
clase.
Mes de marzo.-Puede emplearse la misma mosca,
y si en la última decena cesaren ]os fríos, entonces
hemos de emplear moscas con pluma de brillo, sin
apéndices y de cuerpo un poco mayor. )^n el salta-
rín debe emplearse la mosca indicada para febreró.
ME^s de abril.-Debe emplearse la mosca de los
colores siguientes : cuerpo bastante claro, pluma gris
con brillo, y sin apéndices ; en el saltarín va muy
bien la lnosca de marzo.
Mes clc ^rzayv.-Cuerpo amarillo naranja y pluma
gris con brillo ; de saltarín debe emplearse la mosca
de abril'.
Mc^s dc^^ jiti^iio.---Cuerpo amarillo ocre con rayas
plateadas ^• p]uma abundante de reflejos metálicos ;
cle saltarín debe emplearse la mosca indicada para el
mes de mayo.
3,h nct^srin nr: c:asru^^

A partir de este mes ya no se practica la pesca


más que en contados ríos, porque las aguas bajan
consiclerablemente v la trucha eirtonces no salta más
que en los grandes pozos ^ rcruansos. En el mes de
julio puede pescarse la trucha con saltamrn^tes y otros
insectos sumergidos a media agua.

Pit;ur.^ J - Mosc^s corriectes

Para mayor compren^i^^u, v dcspué.^ cle detallar


las mosa^s para cada iues ^- su coloración, detallo grá-
firtmeute alguna^ (fi^ura núm. 91.
L.as moscas de alas están inclicadas para las meses
de mavo ^- junio en deterrninadr^s río^, ^eueralmente
los bajos.

^tras clases de moscas.-h.n al^;unos rí^^s yue con-


tieneu muclia maleza en sus márgenes se cla l;i lla-
mada mosca de piedra, que aparece eutre los meses
'1'í2PCIL1. Y tiA1,1(^^1

de mayo y junio ; esta mosca al natural es muy di-


fícil ensartarla en el anzuelo porque se de5garra
fácilmente ; abunda mucho en los ríos de Santander

Figura 10 - Mosca de mayo

y Logroiio, ^^ he visto algunas, muv contadas, en el


río Ibaizábal, de I)urango.
h;n su ép^^ca, sabre todo algunos días calurosos,
es tal la abundancia que pueden co^erse por docenas.
^i alguno de miti lectores ba observacío este in-
secto, se babríl fijado que todc„ aqucllos que caen a]
t^,c•ti•r^^ i^H: casrR^^

río y son arrastrados por la corriente, en el momento


que los divise la trucha los acotnete y en ocasiones
son disputados por dos o más truchas a la vez.

Mosca de mayo.-Se
trata de un insecto que
;,^ ^;^^ j no aparece en todos ]os
ríos, pero he observado
^ que abuncla en algunos
I ^^ de altura y, en cambio,
^ apenas se cla en otros ba-
- jos ; esta mosca es la íini-
Figura it - Mosca de mayo ca que etiste en los ríos-
regatos Ordunte y Cer-
neja, alto de los Tornos, cerca de Bercedo, y en la
parte alta del río Bayas {Alava).
Se trata de una mosca de cuerpo verdoso amari-
llento, con alas grises de mucho brillo y del tamaño
aprozimado de una abeja, pero de cuerpo más del-
gado ; tieue dos apéndices largos que, a] volar, los
separa en forma de ángulo (figura níizn. io).
1;zisten además otras moscas que también se
denominan de mayou que se emplean con ésito en los
ríos bajos de gran caudal, cu^-o modelo se ajusta al
tamatio señalado en el gráfico siguiente (figura nú-
mero i r).
Su eoloración es cuerpo amarillo ravado, tres
apéndices pronunciados y alas de ^ntiltitud de colo-
res, cn los que hredominan el amarillo y el gris.

Otra clase de mosca.--Fn la IVTemoria que el se-


ñor Marqués de Marialas presentó a la lliputación
de Oviedo el atio i9a7, y que se titula l^í^^s sul-
^rarcu.a ^^ sai.^tunr 39

tin^^rteros de Asl2irias, al hablar de la camida de los


salmónidos, detalla una mosca artificial que dice
da e^celentes resultados en los ríos de Santander,
Asturias y Galicia, don-
de ]a han probado, y
que es de la síguiente
forma :
«Las alas son de
pluma gris clara, la
ptuma de gallo y sus re-
flejos metálicos, c o n
preferencia; el cuerpo,
Figura 12 - Mosca flotante
de hilo cle secla rayado
con ravas amarillo claro
y bronce oscuro ; roji-r.as las plumillas de cabeza
y barba. El tamaño depende de los ríosu.

Mosca flotan=
te.-) ;stán con-
, feccionadas con
^ plumilla f i n a
•k.^:^ abundante, corta
°^ y en forma ape-
lotouada ; e^is-
ten de varios ta-
maños, una de
Figura ]3 - Moscas flotantes ellas ConStruída
sobre anzuelo del
uílmero r2 ; éstas son de color gris pardo (fig. n.° i2).
^n el mes de junio se utilizan cou é^ito unas
con alas de color gris (figura níim. i3).
Las moscas indicadas a continuación (figura nú-
mero iq) se utilizan en Inglaterra para ]a pesca de ]a
sr,r-ti^r^^ i^i^: c^s•ni^^

trucha de mar }- trucba de lago. No tengo noticias


de que se usen en España, pero como eu todo el Nor-

Figura 14 - btoscas para truchas de mar y lat;os

te poseemos buen ní^mero de ríos en los que e^isten


trucbas de gran ta^ua^io, debieran probarse.
I,os ríos indicados para esta clase de mosca son :
todos los salmoneros en su parte baja ^^ algunos de
Alava, Burgos, I,ogrotio ^^ Palencia.
ntra clase de mosca que da
e^celentes resultados es la que
aparece en la figura nínn. i 5.
^^^.' J' Como podrá apreciarsc, pa-
rece un embrifin de mosca al
^ que no lc han brotado las alas ;
-- -- su color es gris amarillento.
Figura 15
Mosca de gusano F ^OCáS de pesca.-,^eglUt el
artículo i,S, ]etra b) de la nueva
Ley de Pesca Fluvial, el período de veda de la trucha
de todas clases comprende desde el printero de agosto
al i5 de febrero.
TRLCiIA Y SA1.A'ON 41

^No anduvieron mu^• acertados ]os señores del Con-


sejo Superior de Pesca y Caza al fijar la tabla de ve-
das, por cuanto la Península está dividida en varias
regiones que varían mucho respecto al clim
por ejemplo, en el Nortc tenemos ríos encl^ ^
más de mil metros de altura, mientras que
tán sitttados en regiones templadas, ^• por
ú.>n no es posible que todos se midan por el
rasero.
Ocurre que los afluentes de] Carrión ^ Pisueí^;á"ç
por ejemplo, en las pra^imidades de Cervera (Palen-
cia), y- aun el propío río 1^;bro en su nacimiento, to-
dos los enclavados en ]as cercanías de ILeinosa y
otros de ]a cuenca de hspinosa de los Monteros, la
trucha na desova hasta fine, de febrero t^ en algu-
nos hasta marzo, cosa que he podido comprobar.
Por otra parte, no tenemos más que revisar las
estadísticas oficiales que se llevan en las Piscifacto-
rías de Mugaire (Navarra) ^ la Central del Monas-^
terio de Piedra, situada en término municipal de
Nuévalos, y veremos que en pleno mes de marzo se
hace el desove ^artificial de la variedad Arco Iris, que
se halla muy difundida en todos los ríos de 1~;spaña
^^ ho^^ generalizada en los de Vizca^^a.
13ien es verdad que, al hacerse el proyecto de I,ey
de 7 de septíembre de i929, se tuvo en cuenta que
estas cosas habían de arreglarse con la intervención
de las Juntas regionales que se nombrarían, pero no
debió dejarse el asunto tan al aíre y haberse fijado,
cuando menos, la apertura de la veda el r.' de marzo.
Por otra parte hemos de tener en cuenta que dicha
Consejo, antes de hacer el estudio, abrió información,
a la que acudieron varias Sociedades y particulares„
.4'- A(;lisTÍN IIIi CASTR(l

y, por lo visto, a nadie se nos ocurrió tocar este


punto, pues tengo la evidencia de que, espuesto con
los argumentos que hov se me ocurren, no me cabe la
menor ducía de que lo hubieran estudiado, cual lo
hicieron con algunos detalles de bastante menor im-
portancia.
De todos modos, yo recomiendo que la afición,
mirando por la riqueza de ntiestros ríos, uo se anti-
eipe a practicar el deporte hasta el r.° de marzo, por-
que con ello seguramente privaremos a los ríos de
parte de ]a riqueza natural ^-, además, porque ]a tru-
cha recién desovada siempre está desnutrida y blanda.
F,^isteti algunos ríos bajos, sobre todo en Vizcaya,
^antander _y Cuipítzcoa, y quizás alguuos más de
Asturias y Galicia, en que, bien por ser tributarios
de los que desembocan en el Cantábrico o discurrir
por zonas que son más ricas en alimento, pueda
empezarse la temporada el i5 de febrero.
Conozco algunos pequetios ríos de Vizcaya y San-
tander que desembocan directamente al mar, en los
que, debido a la mucha comida que sube con las ma-
reas, la trucha afluye a la desembocadura y todo c]
atio está cebada ; en éstos no hay inconveniente en
^empezar el i5 de febrero.

Horas de pesca.-F,1 artículo zo de la Ley pro-


hibe ]a pesca de noche y se sobreentiende que es de
sol a sol (según el proyccto de Reglamento que co-
nozco), e^cepto el cangrejo, la anguila y la angula,
especies que ya la nueva I,ey autoriza su pesca de
noche.
A1 hablar de las clases de mosca que conviene
^emplear cada mes, ya dije que no puecíe fijnrse hora,
rr.t ^ti,t v s.^^.nuítv 43

porque e^isten varios fenómenos que hasta la fecha


no creo que nadie se haya propuesto estudiar ; par
hoy, lo ^íníco que podemos consignar, y ello nacido
de ]as e^periencias arrancadas a la práctica, es lo
siguiente :
Los meses de febrero y marzo, r en los ríos bajos,
en días nublados, geueralmente salta la trucha a]a
mosca de rnue de ]a tna2iana a tres de la tarde ; esos
mismos días, en algunos empiezan a cebarse más
tarde, sin que pueda precisarse el tiernpo que dura ;
de todos modos, de tres de la tarde en adelante es
muy raro que salga la trucha a la mosca, a e^cepción
de alguna pequeña.
Los días claros (sol) en estos meses, cuando las
aguas son cristalinas, apenas saltau, pero, indudable-
mente, la causa de esto es que ven al pescador. Siii
embargo, yo he tenido dias de estos en que, después
de causartne de varear corríentes, ha llegado uti mo-
mento, sin que se presentase a mi juicio cambio de
tiempo, que durante media hora unas veces, otras
menos tiempo y otras más, he sacado truchas en
todas las corrientes, hasta en las que dej^ atrás sin
resultado.
Este fen^meno quirá haya obedecido al cambio de
viento, ya que otra cosa no podía suponerse.
^n los ríos altos he observado que la trucha se
anticipa a saltar durante estos tnese^, empezando
generalmente a las diez de la mañana, y no salta más
que hasta mediociía.
Cuando los río^ bajan crecidos y arrastran aguas
turbías, no salta la trucha, obedeciendo sin duda a
quc no ve la mosca. 'l^ambién el agua de nieve es
fatal, pues nunca salta la tr-ucha.
44 A(;l:STÍN I^F, CASTRn

Cuando las aguas empiezan a aclararse v el día


está claro (sol^, la trucha salta a la tnosea fuera de las
corrientes. I,os días de viento son malísímos, pues,
además de que no salta la trucha, presentan los mis-
rnoti ^randes dificultades para lanrar el aparejo.
I,os meses de abril y mayo se anticipa Ia hora
para saltar la trucha v dura n^fis tiempv el cebo ;
suele empezar de ocho a nueve de ]a matiaua, ^ los
clías nublados dura hasta las cinco o seis dc la tarde.
E1 viento surte los mismos efectos que en febrero y
marzo, ^• los días de sol no salta la trucha hasta bien
entrada la tarde.
I,os días de turbón son superiores ntictttras dura
el viento que inicie la tormenta, y en esta hora, bien
aprovechada, pueden hacerse marcas estupendas.
En el mes de junio Ios días nublados son superio-
s-es, salvo la influencia de1 viento, ^^ si éste es Sur,
se perderá el tietnpo, no sblo eu estos días, sino
tatnbién en los días de sol.
I,os días de sol, a la caída de la tarde, salta muy
bien la trucha, especialmeute en las corrientes y gar-
^antas donde esiste malera en las márgencs pró^i-
mas ; los cíías de fuertes calores no salta hasta que se
oculta el sol, hora en que no está permitido pescar.
De todos ntodos, podemos citar la siguicnte tabla,
que puede servir de guía al pescador :

Febrero Ríos bajos Días nublados De 11 maiiana a 3 tarde


Id. Id. Días claros No existe hora fija
Id. Ríos altos Díasnublados Dc lOmañana a l tarde
ld. Id. Días claros No existe hora fija

Alarro. Lo mismo que el mes de febrero.


TR(;CIIA Y SALMOS 45

Abril Ríos bajos Días nublados De 10 ma^lana a 4 tarde


[d. Id. Días claros No existe hora fija
Id. Rios altos Dias nublados De 10 maña^^a a 3 tarde
Id. [d. Días claros No existe hora fija

i^1a^•o Ríos bajos Días nublados De 8 mailana a 4 tarde


[d. Id. Días claros No existe hora fija
Id. Ríos altos llías nublados De 8 mañana a 4 tarde
Id. Id. Días claros No existe hora fija

Junio. A partir de este mes, y por efecto de que


lz generaliclad de los ríos disminuyen considerable-
mente su caudal, no puede precisarse hora, y sola-
mente consignaré que en aquellos que tengan agua
casi normal puede practicarse el deporte desde las
primeras horas de la mañana hasta la puesta del sol,
pero ello los días ilublados. I,os días claros de mucho
sol no debe ni intentarse, porque se perderá el
tiempo.
Además, la trucha no salta eu las corrientes y lo
hace en cualquier parte del río, generalmente en los
pozos de agua relnansada, donde es iníttil buscarla
porque ve al pescador.

Práctica del deporte. Preparación de la caña.


I,anzamiento.--T,Ina ve-r, montada la calia, colocado
el carrete y el aparejo y provisto de redeña, podemos
lanzarnos a la aventura, pero antes de entrar en ma-
teria daré unos cuantos conse ^ os :

i.° La pesca de la trucha con mosca debe hacerse


aguas abajo eu todos los ríos y en todas las
épocas.
^ ... . _...

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Pantalones y medias de goma

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Calcetines, vendas y medias de


goma, propias para lugares
cenagosos, ríos, pantanos, etc.

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... ,.. ._, .... . > .. . _..... . .,..^. ...^
'fRCC11A Y SALM1fOti 47

2." A1 arrimarse a las orillas para lanzar el aparejo,


lo haremos con sumo cuidado, pues si nos pre-
sentamos bruscamente podemos asustar las tru-
chas que se hallen pró^imas a la orílla.
3.° Cuando podamos penetrar en el río por llevar
medias de goma, hemos de hacerlo siempre to-
mando la cola de la corriente, entrando despa-
cio por la orilla y sin mover bruscamente el
agua.
4." Se procurará pescar siempre por la parte iz-
quierda en el sentido de la corriente, por ser ésta
desde donde mejor se puede manejar el aparejo,
a menos que se oponga algún obstácuIo, en cuyo
caso se hará por el ]ado libre.
5.° Cuando no se lleven medias de goma y por lo
tanto no se pueda penetrar en las orillas dentro
del río, al acerearnos debemos hacerlo con cau-
tela y procurando que la sombra de nuestro cuer-
po y nuestros movimientos, que se pro_yeetarán
en el agua, no ahuyenten la trucha.
6.° F,s perder el tiempo pretender capturar una tru-
cha que se vea en el río y ella pueda divisarnos,
ni con el aparejo de mosca ni con ningún otro ;
trucha que ve al pescador, huya o esté quieta, es
trucha que irremisiblemente ha de quedar en eI
río ; a^ioma.

Lanxamiento del aparejo.-F1 lanzamiento del


aparejo consiste en depositarlo en el punto que
se desee, y en ello juega importante papel la
muñeca.
I,os ensayos deben hacerse en un Iugar libre de
maleza, porque corren peligro las moscas, y pars
4g Af,liSTÍN ll$ CASTRo

mayour comprensión describiré gráficameute los tres


tíempos de que consta 1a forma de tanzar.

Fil;ura IG - ('rimer tietnpo

^',il lOS prllriel-OS eI1Sa^'OS n0 CO11Vlelle SO^tar IIIdS


línea que un metm más que la ]argura de la caña
(cuatro metros eutre aparcjo y scda), pero uua vez
'1'IiCI'fIA 1' ti:11.91^^X

que nos vayamos acostumbrando podemos soltar, y


debemos hacerlo, por lo menos cinco metros.

1'ii;ura l^ - Scgundn liempo

1'riln^^r tierrih^l.-(I^igura níim. i6).-t:rnisiste en


Ievantar ]a caña por un^ de los costados (el que ten-
gamos libre, pero a pllder ser el izquierdo), procu-
l
rando clarle intpulso para elevar la ]ínea y obligarla a
que suba todo lo necesario, para que al volver hacia
adelante quede eztendida.

Sc^^^^^nci'^^ ti^rrt¢o.-(Nigura núm. t7).-Hallán-


dose extendida la ' línea, 5e le dará icupuls^ a 1a

PigurT 18- Tercer tiempo

tnut^cca, para obligarla a volver, procurundo que el


puutltal de ]a caña, al ba,jar el brazo, no quede más
hajo que la altur;t dc ]a cabeza del pe^cador.

'!'^°r<-^^r li^^nij^^,.-(Figura núm. ^S).-Ha de pro-


curar^e que ]a líuea baje suavemeute v se pose en el
río sin producir latigazo, y, sobrc todo, que qucde
completantente c^tendid^i.
No pucdc hretendersc tuanejar el aparejo cie tuos-
ca el primer día ; convienc entrenarse ^•, si puede
TI2I"CIIA Y tiALMUN 51

ser, presenciar una lección práctica ; con esto se da


idea etacta y en poco tiempo se domina el manejo.
I,o más importante en los lanzamientos es el et-
tender completamente la línea ; si ésta, al lanzar,
queda hecha una curva, se corre el riesgo de no apro-
vechar el salto de la trucha.
Para esta clase de pesca es necesario además que
trabajen el tacto y la vista. Algunas veces la mosca de
punta se oculta en el agua, y la trucha, en lugar de
saltar, sobre todo si no es pequetia, en lugar de salir,
no hace más que elevarse lo necesario y, sin sacar su
cuerpo del agua, toma la mosca ^^ vuelve al fondo ;
entonces hemos de poner a contribución el tacto, y
como el aparejo esté completamente eztendido, en el
mismo momento que se sienta la picada debemos dar
el golpe para clavarla.
La trucha es muy brusca en sus movitníeutos,
sobre todo cuando se lanza en busca de comida.
F,1 golpe para clavar consiste en dar un tirón rá-
pido, pero cediendo inmediatamente. En el momento
que la trucha toma en su boca la mosca, da vuelta y
se coloca invertida, esto es, cabeza abajo, en busca
del fondo, y hemos de aprovechar este momento eu
que ella lleva la mosca en la boca, antes de que la pa-
ladee, puesto que al notar el engaño la escupe se-
guidamente.
Si aprovechamos bien este mometrto, que a veces
no son más que unas décimas de segundo, es seguro
clavarla, porque favorece la posicibn del pez. Fn al-
gunas ocasiones falla el anzuelo por causas quc se
desconocen, y también puede ocurrir que una pieza
clavada, después de trabajada y reudida, se. suelte
porque el anzuelo clavó mal o en un punto débil.
^GCSTIN llli l'AS'fRfi

I,a vista juega importatite papcl en el deporte, y


nada tiene de partictilar que en las primeras etipedi-
ciones se le vayan al principiante mas del cincuenta
por ciento de las truchas que saltan.
$ien estendido el aparejo, en el momento del salto
debeinos dar el tirón para clavar ; la trucha quc salta
francamente es casi seguro que se clave, por la sen-
.^_ _- ^ ^ y _

^^, ^`

Fi^;^uzi 19- Fonna de I^acer una corrientr•

cilla razón de que al caer cabeza abajo ella misma se


clava ; adetnás, da m^ts tiempo que las que totn^^tn la
mosca cuando va ésta sttmerl;idu.
1~;l aparejo debe Ilevarsc cn la siguiente forma :
I)espués de lanzad<^ para que cruce el río o la corricn-
te que pretendanu^s hacer, clebe procurarse que 1^t
catia siga ligeranicutc inclinada hacia arriba, sin
perder la tensión natttral de la línea ; debemos acom-
pai^arla cuando sea llevada arrastradu por la corrien-
te, procnrando no colocar nunca ]a caña horizon-
talnientc.
l^uando el aparejo sea arrastrado por la corriente
hasta el e^tremo de quc la caña haya de perdrr stt
posici^n natural, pur lo men^^s a la altura dc la r;tbeza
del pescadc>r, se obligar,í al aparejo a que suba, ti-
rr.ccr^n Y sntn^d:^ 53

rando suavemente, llevando la punta de la caña en el


sentido de contracorríente, y cuando la mosca ha su-
bido lo necesario y comprendamos que en el punto
que quede no hay trucha, debemos lanzarla de nuevo
a otro sitio.
I,as corrientes deben hacerse tanteando primero
la orilla opuesta al pescador, después el centro, luego
la otra orilla, y por último la cola de la corriente
(figura níim. i9).
Aun cuando una trucha salte en un punto deter-
minado, no por ésto hemos de perder el tiempo ; se le
debe lanzar tres veces el aparejo calcuiando dónde
se halle, y si no repite e] salto, se le debe dejar, por-
que por algo se niega a salir ; además hemos
cle tener en cuenta que en la inmensa mayoría de
las corrientes e^isten truchas y, sin embargo, no en
todas saltan.

Trucha enganehada.-^'a hemos detallado todo


lo relacionado con la forma de clavar la trucha y nos
falta el relatar la forma de causarla y levantarla con
la redeña.
F,n este punto el deportista ha de poner a contri-
bución toda su habilidad ; aquí es necesario tener cal-
ma y no precipitarse.
1~;n el momento que clavemos una trucha, lo pri-
mero que hemos de hacer es colocar la caña verti-
calmente, procurando no obligar a la trucha a que
venga hacia el pescador.
I,a trttcha enganchada enseguida se da cuenta
de dónde está su enemigo y procura alejarse de él ;
si pide cuerda, debemos dársela, pero cou precaución,
sin que atlojemos del todo ; si empicra a dar saltos
I^n;i Irncli^i cnn^ailu }'t^utri^kad^i cn ^•I ni^^m^^nlo dr m^-^t^^
Turct{:^ v saa.nicíx 55

debemos consentirla, dándole más cuerda. General-


mente la trucha enganchada busca la corriente para
remontarse ; también busca el ausilio de alguna ma-
leza prósima, cuando para pasar a la corriente ha
de seguir la línea del hilo, porque sabe que ha de en-
contrarse con su enemigo.
T,o peor que puede hacerse, sobre todo con una
trucha de unos quinientos gramos de peso, es obli-
garla en los primeros momentos, porque entonces
es seguro que, dando unas piruetas, se lleve un trozo
del aparejo ; mucha precaucíón y seguir las carreras ;
no dejar sin teusión la línea para que se dé cuenta
que está presa, v cuando se note el primer cansan-
cio, con precaución reeoger carrete hasta que ella
vuelva a tirar de nuevo ; sí tirase fuerte se le dará
m.ís hilo, pero siempre con precaución, y en el mo-
mento que afloje, recoger el hilo de nuevo.
'1'an pronto como se comprenda que está rendida,
se tantea, arrimándola a la orilla, pero donde no
haya corriente, y si llega rastreando y con la boca
abierta, con mucho cuidado se coloca en forma que
la trucha quede mirando hacia el centro del río, y
entonces, con precaución y sin que lo vea, se mete la
redeiia por la cola de la trucha, levantándola cuando
el cuerpo de ésta esté en la bolsa.
I^unca debe intentarse meter una trucha en la
redetia empezando por la cabeza, porque se correrá
el riesgo de perderla. 7`ampoco debe intentarse me-
ter una trucha en la redeña sin que se le note que está
cansada, a inenos que se trate de una pieza que no
pase del cuarterón. Tratándose de piezas de menos
de seis onzas puecle prescindirse de la redeña, pero
bueno será utilizarla con todas.
AGUtiTÍN DR CASTRO

Dobletes.--I,lamamos dobletes al acto de clavar


dos truchas en un ]ance, cosa que no ocurre todos los
días, pero sí de vez en cuando. I,os dobletes pueden
ser de dos formas: clavarse dos truchas a la vez o
hacerlo una después de la otra.
En mi vida de deportista he tenido cinco : dos
de pintos, que tuve que devolver a] agua, y otros tres
de truchas, todas ellas de tamaiio mediano ; perorhe
oído referir a algunos amigos que han cobrado do-
bletes con piezas de más de cuatrocientos gramos,
y esto debe resultar un poco emocionante, porque
generalmente cada pieza tira para un lado ^• se ar-
mará uu verdadero lío.
De todos modos couviene saber que las precau-
ciones a seguir son las mismas que si se tratase de
una pieza sola, y cuando se rinda la última arrimarlas
a la orilla e introcíucir la redeña primero a la pieza
qtte esté enganchada en la mosca de punta }- en íil-
timo término la del saltarín, pero no sacando del agua
la redeña hasta que las dos ha^•an entrado en la bolsa.
CAP1'I'UhO III

PESCA CON DEVÓN

Preliminares.-Yescar con devón es fácil : todo es


cuestión de un poco entrenamiento y de usar aparejos
adecuados.
p;s la pesca deportiva por escelencia, y un buen
día pueden recorrerse diez o más kilómetros de río
sin aburrirse.

Elección de caña.-Caña de cinco o seis pies, de


hambíi reconstruído o de otro material quc sea ligero
y sólido. F,1 peso de la caña depende del peso deI
devón, y siendo éstos de unos veintc gramos, el de la
caña no debe ser superior a doscientos gramos.
1Vo hay que olvidar que el lanzar continuamente
cansa la mutieca, y de ahí el aconsejar cañas de poco
peso. I,a caña ideal dehe ser la que pese unas seis.
onzas, es decir, unos ciento setenta gramos (figura
ntím. ao).
I,a ru^ia tendrá amplios anillos de ágata o porce-
lana, finantente pulimentados, pues no hay que olvi-
dar que la seda va y viene millares de veces a su
través.

Carrete.-C"u^idruple multiplicador con guía línea,


y siendo su trahajo muy duro, debe elegirse uno de
Llna de las 2á victimas de nuesiro clieute M. Plée,
d^irantc I ❑ ^cmporada de 1931i.

A pesca del salmón, la más


L impresiunante de todas por
el tamaiio y vigor del adversario,
exige un equipo ad-hoe.

Los pescadores que se dediean


a este depurte, enccntrarán en
nuestro Catálogo general ilustra-
do (euyo envío es gratuíto) todos
Ics aparatos ¢5pecialeti, como ca-
ñas, carretes, sedales, tomaderas,
bicheros. aparejos, devones, cu-
cLaras, etc., etc.

iI-IEO DE DEKEN BESN[ER


^9, Boulevard Voltaire - PARIS (XI éme)

CORRESPONDENCIA EN CASTELLANO I
^rFLCHn Y s^ra;^5^ 59

precio. Todo carrete barato es causa de enojosas cues-


tiones a la orilla del río, además de que se estropean
pronto.
Son tnuy recomendables los que fabrica la casa
norteamericana Pfleuger, y especialmente el Supre-

^. t-^-^'!

Figura 20 - Caña para eparejo de devón

me, que aunque su precio es elevado, la calidad com-


pensa con creces ]a diferencia de precio.

5eda.-Impermeable, ligera, con una fuerza de


resistencia de doce libras es suficiente.

Terminales.--Usad el pelo de pesca o pita «racine


anglaisc». Los alambres de acero estáu e^puestos
a tomar vueltas cou facilidad y a roturas ; además
son siempre más visibles. El tip o de pita será el lla-
mado re^rular, a lo sumo «padrónu, ,y su ]ongitud
un metro.

Quitavueltas. -^1 gran inconvcnieute en esta


pesca es el retorcimieuto de la seda, y creo que es en
absoluto iuevitable, pero puedo recomendar ^os quita-
vueltas que c^pende la casa francesa Théo de De-
^ ^^ ^
^`1r^rlf^^,^ ^^ ^^
^^ ^ `^ I I^ U^^ ^1^;^ Úl^}( 5^^^^(:)^ .^`^ ,/ ^
^P^:+I,,s`-z^ .-^^tP^trí^, ^^^
"r^ ^ ? '
TRLCF[^1 Y tiAl.^íl)N

ken, de forma cilíndrica, con rodamiento doble, que


se denontinau ^cl:^ii^>rillc,its Lt^nrts„ ; son contacíos
los deportistas que los usan, pero todos ellos están
satisfechos de su funcionamiento ; el ímico inconve-
niente es su precio, pero su bondad lo compensa.
'l^ambién se puede usar una serie de quitavueltas
en línea entre ambos materiales, y es muy recomen-
dable que cuando se inicie el retorcimiento se cambie
cle de^-Gn por otro similar de rotación inversa.

Devones.--Río claro, devón oscuro ; río oscuro,


devón brillante : azioma. Usad dos tipos de devóu,
ambos de 38 a 4o milímetros. I,os unos de cobre
redondo ^ los otros planos, con un lado níquelado y
otro dorado, ambos bien brillautes.
Fn lo concerniente a devortes es necesario que
las casas españolas qtie hoy los constru^^en estudien
detenidamente este asunto ; el devón es caro, y es
raro el día que no queda alguno en el río, de forma
que la base para hacer asequible el deporte con apa-
rejo de devón es fabricarlos perfectos ^^ baratos.
I,a cuestión de anzuelos laterales está resuelta
con no emplcarlos, porque se corre el riesgo de que
al caer el devón se enganche en el río y venga el ar-
mazón atravesado. LJn devón que cruce el río en es-
tas eondiciones espanta definitivamente a la trucha
más cazadora.
I;s importante que el quitavueltas no sobresalga
clel devón para evitar este mismo inconveniente, aun
con anzuelos de cola sólo, y no deben clegirse devo-
nes de mucba cabeza ; éstos pican al tocar el agua
^- sucede lc, mismo. Los anzuelos deben ser bastante
^randes, de una anchura li^cramente iuferior a la
ti
L!
TRl'lILA 1' S:1I,11Úv

de las paletas, ^- el anzuelo de cola debe estar en la


mi^ma ciiferencia que lia^•a entre el eje transversa
de rotación de ]as paletas ^^ la terminación del cíevón.
(^bsérvese el gráfico sigiiiente (figura níim. 2i).

1=igw'a 31 - Gráficr^ de un deviin

I'^^ra iun^•ur rl^iriclacl de lus aficic^uadc^s ^^ ^^a que


este asunt^^ tant^^ inter^sa e intri^;n cn est^>s momen-
tos a l^s hartidarius dé este aparato, describiré los
tipos que más se adaptau a nttestros río^.
Díce wi ^inti^;u^ refrbn quc ^^contra ^ustos nu l^ay
disputa^^, ^^ nada ^uíis ciertu ; p^r^> >ne veo en lcl ne-
cesidací, no de recoruendur, ner^> ^^í de detallar los m^ís
corrientes, ^^ luegc^ que cada atirionado haga de su
ctipa un sa^^c+.
I,a ^uarca Na^^, que se fabrica en Vitnria, como
h^^dr,í ahr^ciarse Ix^r uno cle ]os anizncios que
fi^uran en e^te tratado, es un tipn perfecto, plateado
p^n- uno de sus costad^^ ^^ dorad^^ Por el otro ;^ira
a<lmirable^uente _y es recc^nicndabic pura toda clase
clc^ rí^,s, ,^^bre t^^do para I<is de la re^;ibu.
PFLEUGER
FISHIN TAKLE

^ASA constructora de los afama-


dos carretes Supreme, Sum-
mit, Akron, etc., especiales para
el lanzamiento de los aparejos de
devón, cucharillasluminosasymos-
cas giratorias que se emplean para
la pesca de la trucha y salmón.

Cañas especiales para lanzamiento


de mosca y devón y otros díversos
artículos para los citados deportes.

De venta en todos los estableei-


rnientos importantes deEspaña.

Pídanse referencias y catálogas al con-


cesionario para España:

ENRIQUE ASSE
Representanfe de Mark. & Co. NUEVA YORK
Avd.^ Alfonso XI11, 416. - BARCELONA
T1:1'l'VI^1 Y Sa,^:Ú^ i

'1'enentos otro tipo de devón, que está paten-


tado t• lo fabrica la Sociedad Espaiiola de Artnas ^-
1^^lunicicmes, de Eibar ; se trata de un modelo uuevo
y^ está registrado con la tnarea l^ul,^ror.
Consta de tres partes : cabeza, aletas y cuergo, y
los fabrica en tal forma que permite bacer varias
combinaciones : cabeza y alas plateadas ^^ cuerpo do-
rado, o a la inversa. )^;ste devbn ofre ^e la ventaja de
qu^^, como la aleta es catnbiable, siu soltar, o mejot
dicho, ,in desmontar el aparejo después de varios
laitzainientos, puede colocarse otra aleta de rotación
inversa, evitando con ello que la seda sufra con los
retorcimientos.
I,os tipos que qttedan detallados se fabrican de
cuareuta ^' cincuenta ntilímetros, v deben emplearse
los más pesados para ríos de mucbo fondo.

Ríos.-^n nuestro país son propios los siguien-


tes : Fisuerga, Carribn, F,sla, F,bro, Nela, Trueba,
^ansa, Saja, Pisuetia, Asón, Pas, Homecillo, Ba-
^•as, ^^ajerilla, F^esa^-a, 1^'Iiera, Deva, Cares, Piloña,
Sella, Pi^ueña, l^arcea, I,ena, Trubia, Nora, Na-
IÚII^ ^.al]er0^ Ibla5^ NaVla^ Pi2rCea^ ]-:0^ M1210^ ^I^ea^
Arina^'a, ti^eira, Parga, Sil, Berdugo, I,erez, Umia,
I111a, '1'ambre, Jallas, Río Yuerto, Allones, Mero,
l^lancíeo, Ftune, Jubias, Sc^r, 1,androve, Masma, Uru-
mea ^- I3idasoa. I;n u^ia palahra, aquellos ríos qtte,
por su abu^idancia de a^;uas v stt amplitud, permitan
los lanzamientos a cicrta distancia.
I;n ^eneral, en todo río que ha^'a trucba saldrá
ésta al dev<ín ett las caídas de a^;uas (chorreras), por
e^casc^ qne sea su cauclal. I,oS ríos de aguas muy
claras iio Son los más adecuados, porque la truch^
f

^u^ierra^ reForzada^
y CJámara^ de aire
--^ para /^utomóvi^¢s
^alzado^ de c^oma ^
vu lca n i zado^ pa^a todos l^ ^SOs
F'A^gai^^
^E
^^ o^s
DE

t^O^E MA GARAY y cS E^ÚMAGA


^-l ^ARAGA L DO ^_
^ V I ZGAYA ^

R¢tuerto 24 Te^éfono • ^^ts3-s


TRI'CHA Y 5^11,JIÚV

Ve el ellgan0, 10 51gLle, pero no agarra ; ell Canlbl0 lOS


de fondo oscuro son etcelentes.

Epocas.-Varía según la cantidad de agua ; en


términos generales la época Inejor es abril y ma^^o,
con un invierno y primavera normales.' Este año
(lq^o} todavía no se ha podido pescar por la mucha
agua (mediados de mayo). I,a hora depende también
del estado de las aguas y del tíempo. F,n términos ge-
nerales, a principios de temporada, desde la mañana
temprano, siete u ocho, hasta las dos de la tarde, y
má^ adelantada la estación, de diez de la mañana a
tres de la tarde. Cuando la trucha salta al mosquito,
pocas veces seguirá al devón.
Es necesario confesar que la trucha tiene costum-
bres e instiutos desconocidos para nosotros, pues
ocurre que, siendo las condiciones atmosféricas e
hidrológicas iguales, ha^^ días en que el pescado sale
con euergía a coger el engaño ^• otros no. Por eso, el
querer sentar una pauta basada en el estado del cielo
y las condiciones del agua es pretender subordinar
lo que desconocemos a ciertas peculiaridades cuyas
características nos son desconocídas. Desconocemos
las costumbres ^^ apetencias de la trucha, y nuestras
suposiciones, basadas en los elementos que nos ro-
dean, sufren ci^n írecuencia un mentís rotundo.
Luando los ríos bajan fuertes hay que lanzar el
devón en las colas de las corrientes, sobre todo en
aquellas que tengan en sus bordes agujeros o cuevas
v grancles piedras. Cuando el cauda] de las aguas
baja, el pescado elige coma punto de caza Ios bordes
más altos de las corrientes v es frecuente dar con él
en las mismas caídas de ]as Presas, chorreras, etc.
n:i^cn ^ ^ s.tt.^i^^^

^?stcts ^on lus ^iticzs h_tbituale.^ de las ^ranaes piezas ;


l;ts pequeñ<ts se er.cuentrcin preferrntemente en los
clel^a^l^ts, siempre que el fondt: sea pedre^u^o.

Tensiór^ del carrete. -^I^mtado cl aparejo eu el


t^_-tle;t .^i^;tt^c^:te : sccla, qttit^^^^ttelta^, t^rrttir.^l ^' <le-

I i^;urn "3 - I^orina de Il'r^iar rl c,irreti^

vót^, se ahrieta el freuc^ del cjc dcl carrete hasta hlo-


carlr, pur ce^tuhlet^^ ; ent^nres, ^lej_tncl^^ caer el cle^•ím,
la caña en p^^sici^m entre vertir^tl ^- hurizcmtul, ir
tlando ^^ueltas suaveutetrte al toruilltt del frenr> hasttt
el pttnlu precisr^ en que el pesc^ del de^^bn cnmience a
haccr ^irar la huhin^i sttavcmetite.

Técnica del lanzamiento. _`,ntes de ]an^ar el de-


^'^ín en preteusi^ín ^le pesca?-, es prudentc e] aprencler
cste arte tatt ,^encillu, ^' al prnpiu tiemPu nu esent^
de dificultades, eu siti^> ^• lul;ar rl<tnde de nin^;ítn
^0 AGC51'IN LF. CASTRO

tuodo se espere capturar nin^ítn pez ; por ejetuplo : en


un estanque, eu uu remanso ^lel río _v ltasta en un
terreno plano.

Lanzamiento. -^olorado el dedo pulgar de la


tt^ano clerecha (figura níuu. ^2) en el rollo de la secla

PiKnra '^3 - Primcr tictnpu

de la bohiua, se bascula la caña hacia atrús (figura


nítnt^:ro ^^3), haciendo que el devbu adquiera un ^no-
viniiento perpendicular V se pro^•ecta la catia vio-
letrt,uuente hacia adelante al tuisuio tiempo que el
pul^,rar se lc^•anta p^tra dejar desarrollar el hilo (fi^;ura
nítmerc ^4).
I;l de<io pul^ar no dehe separarse nunrt p^^r cotn-
pl^eto de ]a ^licha bahina, pero estará sieut^^re apo^^a-
do sua^^emente sobre ella ; es decir, quc la pulpu de
"I'RI^CI^:A Y SALA1(^V

este ded0 dehe Sentlr ell tOdO el lan7,a1111eIIt0 Có1Il0


va desarrollándose el hilo de la bobina.
I,le^acío el devón al puuto calculado, el dedo des-
ciencle enérgicamente, frenando el movimiento ; rá-
pi<lanlente hay que pasar la calia a la mano izquier-
da y comenzar a recoger la líuea a loda ^^elocidad.

Fi^nra 21 - 5cgundo ticmpo

F,s éste se^uramente el tiempo m:is clifícil, pues la


pérdida de se^undos en él representa el qtte el devón
descienda, se en^aliclie en los obstáculos cíel fondo y
se pierda. Naturalmente que la práctica del lanza-
miento con ]a mauo izquierda supone una economía
de devones digna cíe ser tenida en cuenta.
F,stos son, cn t^rminos ^enerales, los tiempos del
lanzaiuiento. ^lhora, tcnicndo en cuenta lo que si^ue,
.^e comprende que pueda ]anzarse de varias maneras.
VJ h O) _ C,^ H^ ^ c ^Q fQ ^o
"m ^o 'u^ ^O c .ñ ^c C ^ ^p y y
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C u ^^ L a c ^ c,^ Gv-
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c+ Q ^
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L ^o^o^ ^ - ‚ °c ^,uy ^o yo U A ^
Q .^ 'ú-^ ^o ^, ^ ^ _ ^.= c^ ^ ^ - ^ ^
0. G v>. >u^nu ,^ca'uc d ^ t. ^
^^o°, ^ ^OQm^ ,^..^c E ^ C^ ^ ^
F d p„ „ c L v a or C7 ^
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Om ^ ^ ^E Ú^.v ^ ' ^ ^_^o^,^ c ^ ^
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^ Ó y ^ ^` LL] - .p ^ ^
^ ^ vr
^ -a c CC ^ ^n ^ ! c Q . . t0
^
^ ^ ^,> O ^ L O G^ ^ c L ^ °
to c1 CJ
,^ ti (^ ) ...N^.
_ ^
a-a _N ^f1 ^ ^
'fHl'l'11:1 Y ti;11.i11•i\ i .i

De derecha a izquierda, <le izquierda a derecha,


tiobre ]a cabeza, etc., se^ún las características cle la
corriente del río, de los ohstáculos de sus orillas, etc.
I,a práctica es la mejor consejera, ^• todas ]as teorías
v cnseñanzas se resuelven a la orilla del río, segím
las características personales del pesr:clnr.

Pikura 25 - Form^ de h^cer wi^t corriente

Dirección del lanzamieato.--I;n térm^nos geuera-


les ha-^• que• tir;ir c:l devón hacia la corriente ^• reco-
^erln clc^ccncíicudo. :^o m•c cansaré de insistir sobre
un puntn interetiante : no ha^• que entercarsc cn un
mislue; sitio, ^-, sobre todo, repctir lus lcluces sohre
]a uiisnla tra_^•ectoria •^s couipletaniet^te iníttil. I,a
trucha ^ale al dev^lu en la prin^era o, a lo tiumo, a 1^1
se^unda 1^cz que ve el pez artificial ; en los ]cinzamien-
tos sucesi^•us es 1^1 e^repci^,n ver uua trucha. h,l pe^-
cador de devcín debe ser de buelias piernas y recc^rrer
mucho río, nioviéndose cou rapidez y contiuua-
meute.
I;n el e^qucnla .liitcrior describc^ cómo clebe pes-
carse uua eorriente (íigura núm. a5).
Esl^^s m^ldel^^s
Sc pucde
se prestan^ bien
lustrar con
para el usu de
todas las
minercls, a^ ia-
cremas. pues
^l^^res. ^*ara,^es,
n^i les alacan
alhcíndigas, tna-
lus ácidos.
ta^ler^^ti. h^^^m-
f,dS ^ (I Ill a S
ben^s, marin^ls,
dc primer^^
trabajos dc calidad Ile-
canipo. caza ). van witrata-
pesca. mienu, espe-
t3orn ^Al.a cial para una
^^cdiJas núms: duración
Si el a^1 - 35 al ih indefinida.

uotfl • potaina
t`tedidas núms
n% dl !J

DE VENTA EN TODAS PARTES -

Fabricante : ^osé María Garay y Sesúma$a I


Teléfono 7153, RETUERTO, 24. BARACALDO (Vízcaya) i
TRI'GI_1 1 tiAI,)I(^^N .5

Es couveníente pescar río arriba, ^• se explica,


porque la trucha está siempre frente a la corriente.

Picada. -I,a picada se siente por una detención


brusca de las maltillas clel carrete, y es a veces talt
violenta que se suelta la matlilla de Ios dedos. Intne-
diatamente hav que lcvantar la caña coal un movi-
mielrto ettérgico, pero no demasiado brusco ; si el
pez quedó enganc}tad^, sin dejar de tener la punta
cle la catia bien alta, traer el pez recogiendo con cierta
rapídez la secía, y una eez en las cercanías del pes-
cacíor, sararlo a la orilla de un tirón. No aconsejo el
uso de ]a redelia, en pritner lugar porque, dadas las
coiicíiciones de fortaleza del aparejo, éste se basta ,y
se 5obra para sacar la trucha sin peligro de rotura ;
t' en se^undo, porqtte sicndo varios los anzuelos del
devón, octtrre que al^ultos se enganchan en la red
y^, buscaudo sohre él e1 animal uit punto de apoyo,
se suelta con facilidad. I'udiera ocurrir encontrarse
con dificultades para la e^tracción en presencia de al-
gnna trucha de tatuatio e^cepcioual, pero esto es raro.
Eli este caso ]^a^ que ^naniobrar -si la ocasión os
lo pertttite- en fornta de llevar al pez a una orilla
sua^^e, dejar la catia a un lado y, cogienclo el aparejo
cotl las manos, sacarlo ^•o,,balaliclo. Repito que es un
caso muy raro, pero el que esto escribe ha sacaclo
piezas hasta de cinco libras a lircílt, sin que ni la
catia ni el aparejo llati-^ut sufrido el melx^r deterioro.

D^etalles.-r.° Cou frecuencia, ^ en ríos claros,


^^eréis seguir la trucha a1 devótt, pero no agarra, a
ntenos que ten^ícis la san^re fría necesaria para eje-
cutar la siguieute nialiiobra : visto el pez persegui-
Ú
^ ^
Lo que fabricamos:

CAÑAS
CORCHOS
PLOMOS
DEVONES
CARRETES
MOSCAS
Sociedad Espadola de APAREJ OS
Armas ^cs.municioues
a.^
REDEÑAS
REDES
EIBAR (Guipúzcoa)
APARTAUO N. 7- TFI.L'FON(t N. f{
V OTROS ENSERES
LA PRIMERA CASA ESPAÑCLA PARA LA PESCA
EN ARTÍCULOS PARA PESCA

Pídase mieslro CalálocUo Ge^


neral ilustrado de artículos
de pesca, que se enviará GRAN SURTIDO FN ANZUELOS
a vuelta de correo
,y librc dc todo gasto. m

^u4YLL^LLW1llW1lII1^
' S E A N1 ' Z, o, ^, e J
^
L^,_..^^^ -':
^'tiuc ^ r,a ^ S.^t^^ró:v 77

^ior, sin llegar a cíar vueltas a la manivela, se ate-


núa la velocidad, dejaudo caer ]a punta de la caña,
a fin de que el devó ^ t haga un movimie^ito de inmer-
sión profunda. ^;ntonces sc arrolla furiosamente el
hilo, al tiempn que se tira en alto la punta de la
caña ; e ^i este moinento el cievóii sale de1 agua gi-
rando como un diablo, que es cuando la trucha se
]anz^l a toda inarcha ^- lo en^ailcha.
Z'o he visto sacar varias piezas e ^i esta forma,
pero tau poco clavadas, que del tirón han salido
sueltas a ]a orilla.
^.° No insistir si veis seguir algu ^ta trucha al d^°-
vbu y en la que no resulta la maiiiobra auterior. Os ha
visto, o ha visto que el aparato giratorio no es cosa
de comer. Veces ]ia^• en que la habéis visto ocultarse
bajo una piedra, ^- después de iusistir una ^^ mu-
chas veces sin conseguir llan^ar su atención, desíila
liacia ias aguas profuncjas indiferente a todn, tal vcz
so»riendo socarronamente de todo vuestro ar^te iriútii.
CAPf'1'ULO IV

PESCA CON PEZ NATURAL

Preliminares.-Para esta clase de pesca se nece-


sita una caña de cuatro a cinco metros de longitud,
un trozo de seda de iguales dimensiones, un bajo
de línea de pita fuerte, y sujeto a éste el apareja
porta-pez o un anzuelo del níimero 3. No es necesa-
rio carrete ni tomadera, porque las piezas han de
ser extraídas a tirón.
Se usa muy poco en esta región, y me be deci-
dido a incluirlo porque generalmente se sacan pie-
zas grandes.
1~;sta clase de aparejo no tiene aplicación más que
cuando los ríos están altos y las aguas un poco^
turbias.
En cierta ocasión, encontrándome un día bajando
del río Bayas, que por cierto estaba crecidísimo a
consecuencia de una tormenta que descargó en el Gor-
bea aquella misma mañana, por cuya causa decidi-
mos regresar desde Aklarro, nos encontramos con
un labriego que llevaba un manojo de truchas de
buen tamaño ; nos aprotimamos a él y pudimos apre-
ciar que pes ^aba con pez natural y el siguiente apa-
rejo : de caña llevaba una vara de avellano como de
unos tres metros, una cuerda burda, un trozo de
pita ^;rttesa y un anzuelo del número 3; usaba de
Hermi^s^^ ejem^rlar de Iti v,iried^i4 Arcn Iris, pescadn en cl ri^^ Artibay (11ar-
quina) el 2G de juliu ile I!130. 1'esii 1,51^ ;;rimus,
rr.i c^ii.^ ^• ^:^t.^iu^ tii

ceho bern^ejuela viva, ^• coino el agua estaba turbia


y^ bajaba en torrente, tenía en la pita uu pl^mo en-
f;arzado del taniat^o de un perdigGu lobero.
Lanzaba el aparejo a la corriente y lo arrastraba
hacia arriba. P;n presencia nuestra uo sacó pieza algu-
na, pero nos manifestó que auualmente cogía ^nás de
un centenar de trucha^, todas ellas de buen tarnaño.

Figura 2G - Aparatu p^rc[a-Pez

Hc ^cl^í una inodalidacl que puede emplearse y qtte


se la brindo a los aficionados qtte no quicreu ro^tiperse
la cabe^a c^^u ^uoscas, devones, ^tc. ; de t^^d^>s mo-
clos es preferihle usar el aparejo porta-pez con dos
aletas nuwihlcs (figura núm. ;6). ^
Para cnsartar el pez eu este aparejo se introduce
el Punr^n^ pc>r la boca hasta que 1a cabera ]legue a
]^is aleta^ giratorias, se cierran éstas y con ello queda
sujetu. I>cbe llevarse un quitavueltas sujeto a la pita
eu la parte cle unicín a la seda, para que al girar iio
tiufra ésta.
PROPIE^ADES URBGN
GS i
(SOCIEDAD ANÓNIMA)

Capital Social: 2.000.000 pesetas

FOMENTO DE LA PROPIEDAD

ABASTECIMIENTO DE AGUAS

Plaza Elfptica, 2. - B I L B A O
TRL'CHA Y tidl,Atf)N a3

F,1 pez indicado para este caso es la hertnejuela


de uuos seis a ocho centímetros, y aun cuando al-
gunos las couservan de un ciía para otro, es prefe-
rible colocarlas recién sacadas del río, porque entou-
ces el color es natural, ntientras que las conservadas
pierden la coloración de su capa.

Lanzamiento del aparejo.-En igual forma que


lo hacía el ]abriego, se tira en la cola de la corriente
^• se suhe arrastrando corriente arriba para ^intular
la subicía de un pez.
1;l aparejo forzosamente ha cle llevar un plolno
que obligue a sumer^irse al pez, cuando menos a
media a^;ua ; por lo tauto, hemo^ de calcularlo ^^ co-
lacarle lo necesario, segítn la corriente ; eu el comer-
cio se e^penden de todos ]os tantaiios y se dehen lle-
var varios de distinto peso.
Dehe etupezarse por la parte baja cle los ríos, y al
terminar cada corriente, si ^sta fuera ancha, debe
repetirse el lanzamicnto, pero teHiendo cuidado de
arrastrarlo por sitio distinto.
Si la corriente fuese ntuy fuerte, la trucha se
eucontrará en los bordes dc las mistnas o en las
colas.

Picada.-I,a picada es, cont^ en todos los apare-


jos, muy brusca, y geueraltnente sólo pican las tru-
chas grandes.

Precauciones.-I^;n el momento que una trucha


se enganche, debe tirársele fuertemente para sacarla
de la corriente ; siempre es conveniente tantearla, y
si se comprende que puede resistirla cou facilidad
AGCSTÍN DE C.1S1'A.)

la caiia, debe sacársela a tiróit, siu arrastrarla por la


arilla ; es decir, que salga suspendida.
Cuando ofrezca algutta dificultad, por tratarse de
una pieza grande, la obligaremos para cansarla, y^ en
e] tuomento que se entregue sacarla cou cuidado. I,as
pieza^ ^rande^, por lo general, una vez engauchadas
se foudeau, se arriman a a]gún petiasco o se eucue-
^^an como defensa, hasta el e^treut^ de que algunas
veces dait la sensación de que cl apareju está trabad^^
en el fcmdo.
Por lo qtte pudiera ocurrir no coiiviene tirar fuer-
te, porque el corte de alguua lastra pudiera rouiper
la pita, y^ para evitar ésto tiraremos siempre haria
adelaute.
La trucha que tenga atragantada la bermejuela
con su anzue^o o armadura, se rinde a los diez minu-
tos. A1 e^traerlas de] río, aun las que est^n rendidas
^• entregadas, tieiten peligro cuanclo sin salir a tierra
tropezara su cuerpo con algítn objeto, porque en ese
momeitto, al chocar stt cuerpo co^i otro e^tratio, esta
iutpresión le ataca al sistema uer^^ioso y dará una sa-
cudida con peligro de soltarse o de romper ]a pita.
La pesca de la trucha con pez natural se verifica
en ríos profundos durante los meses de fehrero a
ma^^o ^^ en cl momento que por efecto de fucrtes llu-
vias aumentan de caudal ; pasados ]os primeros mo-
meutos de ]as crecidas no debe intentarse eil las co-
rrientes y sí solamente en los remans^s cioncíe las
aguas hacen remolinos, pero entonces cíehe suiuer-
girse el cebo a tuedio metro por lo ^nenos.
CAPfTULO V

PESCA CON GUSANA

Preliminares.--^'oy a ocuparme de la pesca con


gusana, porque realmente eu ^'izcaya tiene muchos
partidaríos. .
Por otra parte, ]a inmensa ma}-oría de los ríos
de esta provincia están llenos de Ynaleza eu sus ori-
llas, y, por lo tanto, no se prestan a otra clase de
cebos, por ejemplo, el de la mosca, que no puede in-
tentarse inás que en contados ríos. Hemos de tener
también en cuenta que los enclavados en las pro-
tiimidacles del duranguesado todos ellos discurren
por las proximidades de terrenos labrantíos, y esto
favorece para la vegetación de sus márgenes, que en
ocasiones hasta los cierra.
El cebo de gusana, tan combatido por algunos,
entiendo yo que no debiera serlo por las ra^ones
etipuestas, y además, porque un equipo de gusana
se encuentra al alcance de todo el mundo.
Podrá decirse que es un tanto repugnante el co-
]ucar el cebo eu el anzuelo v el 'llevar encima la ca-
jita conteniéndolo, pero por lo cíemás no debe ser ob-
jeto de tanta ironía.
I,os que empiezan con este procedimiento, aun
cuancío después practiquen el deporte con aparejo de
m^-sca, no se despreuden de aquél, porque est^t pro-
}^r.ul^, que el deportista, cuando hace sus salidas los
i

!k ^., ^
N o exisle depor-
le rpescadoril •
mós bonito e inte-
resanfe que el de la
pesca de la trucha.
EI aticionado tiene
yue desplegar cien-
cla, arte y maña In-
Onftas, para ace-
char, enganchar y
dominaral más ^ lis-
to• y más cauto de
todos los peces.
Nuestras cañas es-
pecialestinasy ner
viosas•, adopta-
das porlos mejures
pescadores,reímen
s o 1 id e z extraordi-
naria baio un as-
pecto de elegame
delgadezyligereza.
NueslroCatólogo
generalilusirado
imandado gratis y
franco de porle)
contiene numero-
sos modelos para
todos los gustos y
todos los acceso-
rlos apetecibles pa-
ra las diferentes Uua Irucha de? k^s.B^U grs. caplurada
pescas de la trucho. por nuestro cliente Mr. Le Mignon.

PRECIOS SIN COMPETENCIA

THEO DE DEKEN BESNIER ^


39, BOULEVARD VOLTAIRE, 39-PARÍS (XI éme)

CORRESPONDENCIA EN CASTELLANO
TRtiCH:1 Y 5AI,!(1()I^I

domingos, lleva artefactos de las dos clases por si


se encuentra con un día malo que no saltan a la
mosca, y en ese caso no hace su viaje inútilmente.

Artefactos necesarios.-Una caña ligera de 4'So


metros, de tres tramos, con puntal fino, provísta de
sus anillas y porta-carrete ; carrete de uso corriente
_y de poco peso, bajo de línea, aparejo de punta, to-
madera, cesta, cartera con aparejos de repuesto y una
cajita con plomos y anzuelos de repuesto:

Caña.-Elíjase una de poco peso y bien equilí-


brada, porque en una sesión de varias horas queda
rendida la mulieca ; e^isten en el comercio de varios
tipos y precios. La afición hallará un enorme surtido
en la casa Theo de Deken (Carpa de Oro).

Carrete.-Dede elegirse de los llamados de freno


o Kric y preferirse uno de poco peso.

Bajo de línea.-Constituyen este aparejo tres pi-


tas unidas eu la forma que se describió a] hablar del
aparejo de mosca.

Aparejo de punta.-I,o constituyen dos pitas uni-


das, en UI70 de cuvos e^tremos va sujeto el anzuelo
v en el otro una lazada que sírve para unir éste con
el bajo de línea.

Tomadera.-I,a misma que qtteda descrita al ha-


blar de la pesca a mosca.

Cesta.-Vale la que se describe anteriormente.


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TRL'CH.^I Y tidí,A[O^ ^').

Cartera.-Vale cualquier cartera que pueda acon-


dicionarse en el bolsillo, y dentro de ella debe lle-
varse la licencía de pesca y los aparejos de repues,o
(aparejos de punta), que deben ser varios, porque
generalmente se pierden en el río por quedar engan-
chadas entre la maleza.

Anzuelo.-F,1 rle uso corriente es el número 6


de todas las marcas, ,y en cuanto a ésta,, queda a
^Tusto d•el c:onsurnidor : tedas valen.

Montura de la ^;^;^a.-Par:. arinar la caiia se en-


chufan los tres tranio^ en forma ^:^ que los anillos
correspondan para poder pasar la ?if:,a de la seda
del carrete. Se montará el carrete procurando que
]as 'dos abrazacleras del portacarrete queden bien sn-
jetas para que no se corran ^^ se suelten ; se pasar^i
el hilo por todas las anillas hasta el final del puntal.
I,a terminaci6n del hilo del carrete debe ser wi^t
]a^acia para unirla al bajo de ]ínea en la forma que
se indica al hablar del aparejo de mosca, y la unibn
del aparejo de punta con el bajo_ de línea lo mismo.
(^)ueda tan sólo un detalle : e] c:olocar los plomos ne-
cesarios para que el aparejo flote y el anzuelo quede
sumergido.

Colocación de los plomos.---C:uando hayatnos de


pescar en ríos de mucha corriente, se dehen colocar
dos o tres ; los plomos son perdigones de los que se
usan para cargar cartuchos de escopeta, << los más
usuales son los del ní^mero 4. Estos perdigoues se^
parten abriéndolos por el centro ^^ haciéndoles un
c^^rte hasta la mitad. F,l pcrdigfiu 5c coloca ha5ai^do
ARMERfA Y EFECTOS DE PESCA !

CASA ROMERO
RIBERA, 9. - BILBAO

^N esta casa encontrarán los pescadores


deportivos toda clase de artículos para
la pesca del salrnón y la trucha: devones,
cucharillas corrientes y luminosas, peces
artificiales, moscas flotantes y sumergibles,
pitas, anzuelos, aparejos preparados para
la mosca y gusana, emerillones, bajos de lí-
nea, cañas de todas clases y tamaños, carretes
sencillos y para el lanzamiento del devón y
demás aparejos giratorios, redeñas de varias
clases, cestas de diversos tamaños, calzado
de agua, medias de pescar y demás utensilios.

En esta casa se reciben encargos para la


obtención de licencia de caza y pesca y se
facilitan datos de ríos trucheros y salmoneros.

CASA ROMbRO. - Ribera, 9. BILBAO ^^,


TRf'CH^1 Y sAi 11ÚN 9i
_._ _. __- __

la pita por la ranura de los perdigones ^• enci^na del


nuclo de unión de las dos pitas del aparejo de punta
^^ apretándoles fuertemente con unos alicates. Los
perdigones se e^penden preparados en el comercio.

Elección de las gusanas.-I,as mejores son las


rojas, de tamaño mediano ; han de estar enteras y
dehen cogerse por lo menos un día antes.
kecién sacadas de la tierra se depositan en una
cajita met^i]ica con una capa de musgo húme^lo, pero
autes de depositarlas se les quitará toda la tierra que
tengan adherida.

Colocación de la gusana en el anzuelo.-Se toma


una gusana con la mano derecha, teniendo el anzue-
lo en la izquierda ; la caheza de ]a gusana es e] e^:-
tremo más grueso de la misma ; por el mismo cen-
tro de la punta de la cabeza, que es la boca, se intro-
duce el anzuelo y se pasa hasta llegar al punto del
empate.
Ha de procurarse que no salga ]a punta del an-
zuelo del cuerpo de la gusana ; el anzuelo ha de estar
siempre oculto.
Para colocar con facilidad la gusana en el an-
zuelo, basta tomar df^l suelo un poco de arena o tierra
con los dedos, o simplemente pasar la gusana por un
]ugar seco ; la gusana ha de quedar ensartada en el
anzuelo dejando sobrantes dos tercios de su ]argura,
^• este sobrante quedará colgando.

Forrna de lanzar el aparejo.-Para lanzar el apa-


rejo de gusana se requier^^n menos conocimientos quc
para el de mosca ; debemos colocarlo en el río pro-
ARMERfA Y EFECTOS DE PESCA

SAN^IAGO SANiOS
ASCAO, 14. - BILBAO

^N esta casa encontrarán los pescadores


deportivos toda clase de artículos para
la pesca del salmón y de la trucha: devones,
cucharillas corrientes y luminosas, peces ar-
tificiales, moscas flotantes y sumergibles, pi-
tas, anzuelos, aparejos preparados para la
mosca y gusana, emerillones, bajos de línea,
cañas de todas clases y tamaños, carretes
sencillos y para el lanzamiento del devón y
demás aparejos giratorios, redeñas de varias
clases, cestas de diversos tamaños, calzado
de agua, tnedias de pescar y demás utensilios.

En esta casa se reciben encargos para la


obtención de licencias de caza y pesca y se
facilitan datos de ríos trucheros y salmoneros.

ASCAO, 14. - BILBAO


TP.I'CFiA Y tiAt.MÚN q:

curando hacerlo con suavidad, sin dar golpe, pc^:-qu:


esto altuyenta la pesca.
DeUe pescarse siempre aguas arriba, porque en
esa forma sorprenderemos la trucha, que siempre
está niirando a la corrieute ; por esta misma razón

Figura ?7 - Forma de lanzar el aparejo de kusana

debernos colocar sietnpre ]a gusana en la cabecera de


la corriente, procurancío que el cebo quede sumergido
]o menos dentro del tercer tercio de la inasa líquida.
F.1 ideal sería llevar el cebo arrastrando por el fondo
del río, cosa que no puede precisarse ; pcro en esta
foriua tie nos travaría con ntucha frecueucia por la
multitud de objetos que encontraría.
N;n cada corrieute debe colocarse el aparejo dos
o tres veces a lo sumo, procuraudo hacerlo en ambas
PESCADORES
DE CAÑA, MAR Y RÍO

SI queréis ser bíen servidos en


todos los utensilios de pescar,
no dejéis de visitar o escribir a la
FÁBRICA FRANCO - BELGA
de cañas de pescar; incluso vende
redes, butrinos, trasmallos, esparave-
les, reteles, quisquilleros, redeñas, etc.

E N ESTA CASA encontrarán los


aficionados a la pesca de la
trucha y el salmón, toda clase de
moscas artificiales, devones, seda-
les, pitas, anzuelos, etc., etc.

Calle de Víllarías, núm. 10. - B I L B A 0


TRUCFiA 1 SA1,11t`)h c^

orilias o costados cle clichas corrientes y en el centro


de las niismas.
El aparejo de gusana se enreda frecuententente,
porque tropieza con piedras y- otras malezas ocultas,
y cuando se enrede nuuca debemos tirar hacia atrás :
se hará siempre hacia adelante, por la sencilla ra-
^ón de que pudiera estar entre dos piedras que su-
jeten la pita y el anzuelo hat^a pasado por ,debajo
de ellas.

Puntos donde debe lanzarse.-EI aparejo de gu-


sana debe lanzar^e en todos los puntos donde e^istan
corrientes ; en los ríos que tengan corríentes con-
tinuas, como ocurre frecuenteruente en los trucheros,
todos los puntos son pescables, en especial amhas
orillas (figura níim. z^).
En los grandes po^ros y^ 1as caídas en prc5as na-
turales t' artificiales se encuentra la trucha esperan-
do la comida, ^- en este caso debemos colocar el apa-
rejo en donde einpiezan las rompientes, dejandu que
el agua arrastre e] aparejo.

Forma de Ilevarlo. -F,n el momento que se depo-


site el aparejo en el río debemos acompaliarlo con la
punta de la caña para que siga sin que la gusana sc
vea obligada a flotar ; dehemos seguirle hasta donde
llegue la línea, z- en el inornento que no pueda seguír-
sele por falta de ]íuea, se levantará para colocarlo de
nuevo.

Pieada.-F,n el momento que la trucha divise el


eeho y lo tome eii su boca, por el inaviiniento que iin-
prime al tragar]o iiotareinos la picada ; en aquel mo-
ABmERÍp V EFEGiOS ^E PESGA

JOSE LUIS ABAM6UBEn


^N esta casa encontrarán los pescadores
deportivos toda clase de artículos para la
pesca del salmón y la trucha: devones, ci:-
charillas corrientes y luminosas, peces artifi-
ciales, moscas flotantes y sumergibles, pitas,
anzuelos, aparejos preparados para la mosca
y gusana, emerillones, bajos de línea, cañas
de todas clases y tamaños, carretes senci-
llos y para el lanzamiento del devón y demás
aparejos giratorios, redeñas de varias cla-
ses, cestas de diversos tamaños, calzado de
agua, medias de pescar y demás utensilios.

En esta Casa se reciben encargos para la


obtención de licencias de caza y pesca y se
facilitan datos de ríos trucheros y salmoneros.

ASCAO, 9. - BILBAO
TRCI'ILa Y 5AI,!^tÚN 97

mento dehemos dar un tirón para clavar la pieza, y^


si se consigue, enseguida empezará a dar saltos.
"I'ratándose de una pieza pequeria no tendremos
necetiiclad de utilizar ]a redeiia, pero si se tratara de
una pieza de más de media libra, entonces es nece-
sario cansarla ^^ sacarla con el au^ilio de la Iuísma ;
atnbos e^tremos quedaron e^plicados al hablar de la
pesca con aparcjo de mosca.

Horas úe pesca.-Para la pesca con gusana to-


d•as las lloras son buenas, desde las primeras horas
llasta ]a caída del sol en los días nublados. I,os días
de sol puede empezarse por la mañana temprano y se-
guirse hasta que se note que dejan de picar.

Epocas.-I)esde el principio cie temporacla hasta


el mes de junio. San superiores los dias siguientes
a los dc ]luvia ^- también ]os de lluvia cuando puede
soportars^^ ésta. Cuando las aguas bajen de su nivel
ordinario, no puede practicarse la pesca más qué en
puntos clonde e^istan grandes pozos o fuertes co-
rrientes, a5í como en las caídas de ]as presas.

Frecauciones.-1F;1 pescador no debe arrimarse al


río demasiado, porque si le ve la trucha no conse-
guirá darle caza ; en los ríos de aguas cristalinas todas
las precauciones que se totnen son poeas, porque la
snmhra que se 1>ro^•ecta cou nuestros mo^^imientos
^erí^ lo sttficiente para que huya la trucha ; por con-
siguiente, antes de lanzar el aparejo al río es conve-
niente tomar todas estas precaucioues. La trucha
dehe ser sienlpre .,orprendida sin que cea al pes-
cador.
^
CAPfTUT,O VI

CONSERVACIÓN DE LA PESCA

Fn nucstras e^pediciones, que generalmente se


hacen a base de desplazamientos un taiito lejanos y
que siempre ^duran varias horas, es importante que
nos ocupemos de lo que llevamos en nuestras cestas
_v cbmo lo llevamos.
I,a carne de ]a trucha es delicadísima en e^tremo,
y si se seca demasiado, al llegar a casa estará en ma-
las condiciones.
Somos muy pocos los que nos ocupamos de estas
minucias, que al cabo y al fin tiene más importancia
de lo que a primera vista parece.
F,n mi casa seguramente que habrán entrado más
de un miliar de truchas, pescadas a caña, natural-
mente, y en ocasiones, varias libras no han servido
más que para enterrarlas inmediatamente, porque
llegaron en condiciones tales que no pudieron apro-
vecharse.
Cuando en una larga e^pedición que dura varias
horas, y al final, después de colocar en nuestras ces-
tas una veintena dc truchas, se nos presenta viento
Sur, somos perdidos de no haber tomado alguna de-
tcrminación, que en este caso sería descongestionar
la cesta, separando las mayores y sacrificando las
pequeñas ; en todos los casos, la pesca mal colocada
IO(^ A^:Cti"1'ÍN 1^N, C.1STRl)

en la cesta irremisiblemente llega en tnalas condi-


ciones.
Precauciones.-Inmediatamcnte de so]tar utta tru-
cha del anzuelo debe matársela, dándole un golpe
en la cabeza eontra una piedra ; el procedimiento es
un tanto duro, pero no debcmos prescinclir de él.
(^eneralmente, el deportista sue]ta la trucha del
anzuelo y la deposita en su cesta ; grave err<ir ; no
debemos tolerar que la trucha, una vez sacada del río,
dé brincos en nuestras cestas antes de asfi^iarse ;
la trucha que tuucre en esta forma no está presentable
al ]le^ar a casa, ^• adetnás queda en peores eondicio-
nes por el berrinchc que irremisiblemetrte tiene que
pasar antes de ntorir ; por otra parte, yo creo que
es inás humanitario suntcterlas a] proccdimiento de
matarlas de un golpe, porque con esto se ]es e^^ita
el que sufran.
Colocación en las cestas.--Se colocar^^ eu el fondo
de las restas una ligera rapa de ltierba verd-^ que
no ten^a mal olor ; da un ^;ran resultado mezclar en-
tre la hierba un poco de tomillo, si lo httbiera, por-
que éste les comunica un sabor agradable.
p;s de ^;ran efecto la orti^a recién cortada, por-
que ella evita el que acuda la mosca ; si una mosca
penetra en nuestras cestas ^^ cleposita el germeu de
la larva, a la hora aparece c] gusano ; la carne de la
trucha se presta adtnirablemeute para el clesarrollo
de este gusano.
Ett los días que ha^a calor y vietao Sur, cs nece-
sario etitenderlas cuidadosattteute sin atnontonarlas,
y cubierto el fottdo, d^^be esteuderse otra rapa ígual
de hierba, y- así sucesivamente, procuraitdo que la
TRI'CI1.1 1 tiAI,S1ÚN IOI

cesta no se llene demasiado y permita cerrar la tapa


con hol^ura.
En cierta ocasión me sucedió que, hall<Indome con
otros tres pescadores practicando el deporte en el río
Cadagua, el aiio IqiS, llevábamos solamente dos ces-
tas ; al final de ]a espedición teníamos amhas re-
pletas, hasta el e^tremo de que a ílltima hora, para
colocar un trucha, teníamos que lanzar al río otra más
pequeiia, cosa que ho`^ no puede hacerse, porque ^^a
pasaron los tiempos <le las vacas gordas, ni lo haría,
porque es antideportivo.
t rno de los que siguen al pie de 1^^^ le^ra estos con-
sejos es el veterano deportista mi bien amigo Julio
1'auke, el qu^° en ocasiones ha car^ado con más de
una arroba de hermosas piezas ^^ me consta que jamás
se le malograron ni en el viaje ni eu casa ; ahora,
que este simp<ttico deportista, ademíis de que sabe.
tomar precauciones, es mu_v genero^o, ^^ antes de ocu-
parse del descanso de su cuerpo, que, dicho sea de
paso, ha^- días que después de cuatrocientos kiló-
metros de volante, y cle pitanza al^;unos más de río
con su caña en ristre, hace una distrihueión equita-
tiva entre su familia ^ amistades ; ahí tenéis un pro-
cedimiento euancío os sobren truchas ; ímicamente
le falta por cumplir un compromiso : que le envíe un
par de truchas a don Antonio de Irioncío, quien, en
jttsta reciprocidad, le ha ofrecido una perdiz por cada
trucha que le mande.
\ unca dehe pasarse por agua la pesca una vez
que quede en scco ; a lo sumo pueden colocarse junto
a un objeto hítmedo: mus^o, franela o paiio li^;e-
rarnente humedecido, y en el momento de llegar a
ra^a deben colocarse en la siguicnte forma :
I02 AGUSTÍN DE CASTIiO

^;titraídas de la bolsa o cesta, se les pasa por el


cuerpo una servilleta o trapo impregnado de agua ;
en una balda de la fresquera se extiende una toalla,
después de impreguarla en agua : se colocan separa-
damente todas las truchas, y con la misma toalla se
cubren. Deben quedar al sereno, y a la mañana si-
guiente se destriparán y timpiarán para que puedan
ser condimentadas.
Si en casa hubiera armario frigorífico, no será ne-
cesario ponerlas sobre el paño híunedo. Convendría
que la operación de destripar sea presenciada por
eI pescador, el que esaminará con detenimiento lo
que contiene en el vientre, así como si alguna hem-
bra tiene adelantado el ovario.
i^l víentre de la trucha grande es a veces un ver-
dadero almacén de residuos de peces, cangrejos, et-
cétera, y en el mes de mayo, algunos días tiene la
garganta llena de mosquitos.
En cierta ocasión le sucedió un caso chirenísímo
a un amigo mío, gran aficionado. Desconocía el pr<xe-
dimiento de pesca con cebo de estocot, el que quería
conocer ; se enteró de que un francés que residía
cerca de Elízoudo (Navarra) practicaba la pesca por
este procedimiento, y le invitó ; hicíeron una espe-
dición al río Bidasoa y consiguieron una buena par-
tida de truchas.
Al regresar a casa hizo entrega de la pesca a la
persona encargada de limpiarla, la que, al abrirla
y ver que todas tenían gu5anos en el estómago, las
arrojó a una huerta.
A1 regresar más tarde el pescador y enterarse de
lo ocurrido, prometió no practicar más el deporte
por este procedimiento.
CAPf7'ULO VII

NOCIONES DE PISCICUGTURA

Variedades de trucha que existen.-Es creencia


general de algunas personas que esisten diferentes
variedades de trucha en nuestros ríos; sin tener en
cuenta que la variedad común tiene una coloración
de capa en cada río, según la calidad de las aguas.
l^;n las aguas de los ríos altos la eoloración es
brillante, y si wia trucha de éstos la pasamos a un
río hajo, de aguas más templadas, sus colores metá-
licos se tornan en opacos, y ocurre a la inversa
cuando de aguas templaclas o de regiones bajas se
pasan las truchas a los ríos de altura.
Obsérvese un detalle, que es el siguiente : Las
truchas del río Bayas (Alava) y las de la cuenca de
Espinosa de lós Monteros, ríos Nela, Trueba y
afluentes, son de igual coloración, parecen gemelas.
);n las de los ríos del litoral, tanto de Vizcaya como
de Santander y(^uipúzcoa, ocurre lo propio, y única-
mente cuando los ríos tienen gran extensión (los sal-
moneros de Santander, que algunos nacen muy al-
tos), en la parte elevada es algo más oscura su colo-
ración.
De todos modos, podemos asegurar que actual-
mente esisten en el Norte de )^,spaña las variedades
siguieutes :
I ^,q .^crsrí:. z,^ cnsTr,o

'lrucha comí^n }- trucha flrco Iris, diseminadas


en la fonna siguiente :
Ríos de Z'izca^•a, Guipíizcoa, ^;avarra, Alava,
I,ogroti^^, .^sturias ^• ( ^alicia, ambas variedades.
kíus de Yalencia y I3ur^os, la variedad co^nún.
I)esde e] año lqzo se ]^a difundido tanto la varie-
dad arro ^Iris ^- ha ga^lado tanto terreno, que nada
de particular tendría que se hat^a introducido en
algún río de estas dos íiltin^as prv^^iucias, ^^ es tal
el incremeuto que van touiand^> lns rel^^oblacioues ar-
tificiales, que, sobre todo eu Viica^^a, en buen níi-
mero de rios no esiste m^ís que la Arco Iris, habiendo
desaparecido p<^r coinpleto la común.
Esta desaparición obedece, sin duda algtiua, a
que desde cl año igzq Ias repoblaciones verificadas
son siempre a base de la variedad Iris.
I;n la Piscifactoría qtte el F,stado posee en l^7tt-
gaire (l^avarra), los íinic^^s reproducaores que esisten
son de esta variedad, pcro debe hallarse cruzada,
por cuanto se ahserva que varía en el desarrollo ^• co-
Ioracíón.
1^1i buen amigo el conocido aficionado dot^ Pedro
Bilbao, que posee en I,arrauri (Vizcay^a) una n^odesta
pero bien instalada estacióii ictiológica, ha hecho
esperimentos cruzando la Ií-is (macho) con la co-
m-ún (hembra) }^ ha observado que las crías desarro-
Ilan niás rí^pidaniente.
Este asunto, sin duda ai^una, i^o se ha estudiado
lo suficieute, y las repohlaciones también se han
hecho caprichosatnente, siu ateilernos m^ls que a^^e-
cesidades de momeiito, cual ha ocurrido eu Duranao,
donde me consta que se han hecho varias, soltando
crías de trucha d^ las variedades Iris, I,eveu ^^ Fon-
Tltl'l'.IIA Y ti:11,\il^^N ic5

tinalis, e incluso salmón, sin teuer en cuenta si po-


dían o uo vivir.
Gracias podemos dar a que la Iris, varícdad qu
domina ho^^ en Vizca^^a, se aclimata perfeetame
a todos los ríos ^- ademílti alcanza un desar
euorme, quizás quinientos gramos el primer a
aún sería tiempo cíe hacer uu estudio de lo que p
cada río ^-, sohre todo, resp^tar la variedad que ti^
conveilga.
.^ mi juicio, ]as repoblaciones, si hien es verdad ^ ^
que dehen fomentarse, no menos debieran ser con-
troladas en todas las re^iones, porque en algunos ca-
sos pudierall ser perjudiciales.
La variedad comíln es de un desarrollo muy lettto,
qtte se calcula en unos ciento veiuticinco grantos
por^alio ; además necesita aguas finas ^- mut^ oxi^e-
nadas, prefiriendo los ríos que discurran Por montes
y tengail malela eu sus orillas ^- los de fondo pedre-
goso.
l,a iris, en cambio, resiste temperaturas elevadas
y s^^ adapta perfertamente a vívir estabulada, lo que
no o^eurre con la romíln, que siempre coiiserva cl sa-
hor salvaje.
^o todos loti ríos sirven para el desarrollo de la
trucha, aun cuando en todos pueda vivir ; las aguas
no influ^en directamente en ello tnás que para que
su carne adquiera fiuura ; lo que m^ls influt-e es e]
alimento que pueda encontrar.
Z'o he visto regatos paralelos en e] monte Oiz
(vertiente de Duran^o) afluentes del río Orobio, en
alñun^ de los cuales uo ^uhe la truclia, ^^, en camhio,
se remonta a otros mas elevados ; sin duda alguna
es que uo tienen eomida en aquellos tramos.
SINDICATO DE FOMENTO DE BILBAO
CENTRO DE TURISMO Y FOMENTO DE VIZCAYA

N las oficinas de este Centro


E hallarán todos los aficionados
al deporte de la pesca datos rela-
cionados con los ríos trucheres y
salmoneros de Galicia, Asturias,
Santander, Guipúzcoa, Navarra,
Logroño, Burgos y Palencía, con
detalle de los trozos arrendados.

C O N S U LTAR cuantos datos


sean necesarios y se evacua-
rán las consultas inmediatamente.

Gran Vía, 35, 1.° izqda. o Teléf. 11663


TRUCHA Y S,1I,M11ON IO]

I,os que hayáis visitado la instalación-criadero que


anualmente funciona en el Parque del )^nsanche, de
I3ilhao, habréis observado un fenómeno curioso en el
arrovuelo que discurre hacia el estanque central, que
lo constituve el sobrante de una fuente : tenéis tru-
chas nacidas en dicho críadero que, sí bien no mue-
ren, tauipoco desarrollan lo que debieran, pero viven.

Otras variedades.-llespués de fundadas las Pis-


cifactorías del Estado, al menos la de Mtrgaire (Na-
varra), en distintas épocas se importaron, entre otras
variedades, la Arco Iris, hoy generalizada en el Nor-
te de h;spaña, y también la Leven, Lagos y Fonti-
nalis, que hoy siguen cultivándose en la Piscifacto-
rías del Monasterio de Piedra.
En la región del I^'orte se cultivan las dos prime-
ras, que son oriundas de Suiza y F,scocia, pero íini-
camente para repoblar los lagos procedentes de aguas
de iiieve que se forman en las hondonadas de las mon-
tañas, algunos de ellos construídos para producír
energía eléctrica.
La Fontinalis clehe ser muy poco prolífica, por
cuanto se han solicitado en años anteriores alguuos
lotes de huevos y no los hemos podido conseguir.

TruCha de mar.-Esta variedad ha debído des-


aparecer de los ríos de Vizcaya y Guipúzcoa, si cs
qtte algún día elistió.
Acerca del asunto se me han interesado datos v
no he podido averiguar nada. -
I,a trucha de mar es migratoria, como el salmón,
y por lo tanto no puede vivir m^is que en los ríos que
rinclan sus aguas directamente al mar.
u^,t^sr,v nH c.-^srr.c^

I,os pescadores de
,almí,n d e 1 r í o
.-^sóu, por lo u^enos,
han sacado en diver-^
sas ocasioues algún
eje^nplar, todos ellos
de distinto tamatio,
pero que nut^tca pa-
,aron d^^ unas tres
libras de peso, v
fueron capturacías
aguas abajo cíe la
llamada presa de
Coterillo. Rsta va-
riedad, a juicio de
los técnico^, pttede
alcanzar unas diez
Iibras cíe peso.
I;1 año de i93o,
segíin uiis uoticias,
tie soltaron en el río
I3icíasoa (Navarra)
varios tnillares de
crías dc la ittdicada
variedad, ^roceden-
te cle un lote de hue-
vos que la Sociedad
de Cazadores v Pes-
cadores del I3idasoa
iutportó ^ de ^uiza.
F,n la luntiuosa
Memoria quc cl F^-
celentísint^_^ sefior
rarc^i:^ ti^ s.a^.^•^'^:v ,aq
IIO AGLiSTÍN DF, CASTRO

Marqués de Nlarzales presentó a la Diputación de


Oviedo en 19z7, ]a que ya mencionamos anterior-
mente, detalla esta variedad con todos sus porme-
nores y la déscribe gráficamente (figura núm. 28).
En la misma Memoria describe igualmente los
sígnos característicos que distinguen a la trucha de
mar de la conlún, los cuales aparecen en el gráfico
siguiente (figura núm. 29).
ha común, ^omo podr3 observarse, tíene ]a cabeza
más alargada, es más oscura y tiene en su cuerpo
inás motas negras ; además, la cola es diferente ; la
trucha , de mar la tiene en forma de cola de milano,
como los pintos, mientras que la comíin termina en
forma de abanico.

CARACrERfSTICAS QUE DISTINGUEN


A I,AS ^'ARIEDADFS CONOCIDAS

Trucha comúu (figura níun. 3o).-^sta varie-


dad existe en todos los ríos de España, y su colora-
ción varía segúu la calidad de las aguas.
F,n los ríos de altura ostenta en su cuerpo unos
colores metálicos dorados, y unas motitas rojas en sus
costados, con cuya uniformidad resulta en conjunto
uno de los peces más bellos ; realmente parece que
los dibujos de sus escamas están hechos por habilí-
simo pincel. Su lomo es oscuro y el vientre claro.
F,1 desarrollo varía segím el río, y así vemos que,
mientras en algunos no llega a la libra, en cambio
tenemos ríos en Palencía y otras provincias que anual-
r ente se capturan ejelnplares que merecen los hono-
'I'I2l'Cl1A 1' S:1I,1fuN [II

res de figurar eu revis-


tas inglesas, cual ocu-
rrió con uno que se cap-
turó en el río Carrión
(Palencia), que pesó nacía
menos que diez y nueve
libras (figura núm. 3i).
F,sta variedad ofrece
]a particularidad de que
en los ríos de altura el
color de sus escamas es
dorado, y en los bajos
plateado.

Trucha Arco Iris (fi-


^ilra nílm. 32.)-Varie-
dad exótica que procede
de Lalifornia. Es segura-
m^ nte una de las que más
terreno 11a ganado, y es-
tá muv estendida en Eu-
ropa por su fácil aclima-
taeión y r á p i d o des-
ar'rollo.
5u coloración no es
ta>!• brillante como la co-
Iniin y preseuta algunas
bai^das de colores, domi-
na^ldo al aluarillo claro ;
en los adultos estos colo-
res est^In en forma tiimé-
tri^a en añibos costados v
presentan además una in- Fi{;ur^ 30 'Crud^e com^ín
f'i;;in^u 31 frccli ❑ ^omún p^•^ca^lu t^n el rio ('tin'iúu (I'^^Iri^.^in)
'fItCCIlA Y SAI,^It^K [13

finidad de motas ne-


gras que alcanzan a la
cabeza }• t o d a s las
aletas.
F,st<í probado sufi-
cientemente que sopor-
ta temperaturas ele-
vadas ^• víve perfecta-
mente en ríos de esca-
sa corriente, como re-
sulta en la inmensa
ma^^oría de ]os dc ^'iz-
ca^•a }• ( ^uipúzcoa, ^',
sin embargo, en ellos
tcxlos los atios se cap-
tur;in hcrmosos ejcni-
plares.
:^^^ lia podido com-
pr^^barse hasta dóncle
lle^aría cl in^i^imo des-
armllo de esta varie-
clad, que se^;uratnente
aventajaría a la co-
n^ún, pero eu cambio
pocíenu^s ase^urar que,
bien alimentada en es-
tabulaciGn, el pritner
aiio puede llegar a los
quiuientos ^ramos.
Aconsejo que las rc-
pobla^ iones se ha^an
a base de esta varie-
dad, no sólo por el des- Figura 3'^ - "I'ruchei Arro Iris
Ii4 ql^l'ti'I'ÍV DE C95TR(1

arroilo que alcanra,


sino que, además, se
trata de uua especie
que soporta toda clase
de aguas.

Trucha Fontinalis
(figura nílm. 33). Va-
riedad e^btica, proce-
dente de Norte Améri-
ca ; es un pez precioso
pc^r su coloraciím ; ca-
rece cíe escama^ ^• pre-
ticllta C'll Sll l'llcrp0
unas manchas sin uni-
formidad, dominando
e] co]or gris. ^u tama-
lio es cort^ ^• su cuer-
po más fuerte qtte las
ntras variedacles ; es
uno de los peces más
voraces, hasta el estre-
mo de que sc titula la
1^ruclru li^7rc^.
i^ctualmente se cul-
tiva en las Piscifacto-
rías dc Illfiesto ^^ la
Central del Nlonaste-
rio de Yiedra ; es utu^^
poco prolífica, ^• para
vivir uece^ita aguas
Figure 33-'fruch^i Fontinalis frías.
1'I:I^Cff:\ 1' ti.ll,>Ii

Trucha de los la};os.


^^arieda^i csí,tica, pro-
cedente ^le 5uiza ; se
di6^rencia de la eomíut
en que tiene su cuerpo
ntá, alargado, la cahe-
za es algo ma^•or, ^' en
cuant^^ a c^^l^^raciíln, el
]^^m^l es ^riti verdoso,
costad^s claros v vien-
tre plateado (fi^. 341.
'1'iene, con^to la co-
mún, motas uegras, y
su desarrollo es ríipido
cttand^ críase en agttas
frías ^- l^r^^fuudas.
F,sta variedacj pr^,-
duriría ^randes rendi-
1111CI1tU5 Cl] lOti Llllhal-
ses de 1„s salt<^s que
rec^,gett tl a^;ua de nie-
ves, estrivaeioues del
I'irineo v otros de las
ccrcauías de F,^pinosa
de lus Vlonteros, sitt
que por ello no ptteda
vivir adn^irablen^etrte
en tc>dos aqucllos cur-
sns de agua donde _1
hlan^ ten^a presi ^m
ahttnclante hara que
puedan defenderse de
altas tc:mp^raturas. Fi^;ura 3^a - Truch,i de I^i^;os
5u desarrullo varía
^e^;í,i, las a^uas que
habita.

'I'rucha I.even. -
Pr^^o_de de I^,sc^,cía v
se cliferencia de la co-
míu^ en su color, que
es pardo oscuro, c^^n
prouuuciadas y ahun-
dautes pintas, _v en quc
la aleta adiposa es roja
(figura núm. 351.
tiu ta^uañ^, es al^o
ma^•or quc la cun^ítn,
cle lcuto desarrollo ^-
u^, tunto e^i^ente, por-
yue nu sol>urta tcu,he-
raturas elevadati ; ne-
CC.tií1á a^UaS tllll^' (,A1-
^;enacla, ^- frías.
'1'anto esta variedad
^urno ia anterior son cie
carne finísima v se cul-
tivau cn la 1'iscifact^>-
rí.t ^;entral del :^í^,uas-
terio de Picdra ; ac-
tualnteute la produc-
cií,n cle etitati clos ^•a-
rieclade^ cs ^c^licitada
por l^^s propietarios de
l^s ^altos de l^inra ^•
Figura 35 - Truchti Leven L^inqueta, qttc tic^ucu
TIiI'CII^1 1' SAI,AIOV II]
. .. .. . _ ._ ... . _

almacenados en ellos millones de metros cílbicos de


a^ua procedente de las nieves que se licuan en las
montañas pró^ímas.

z Existe la variedad salmonada ?-A mi juicio


no, y daré una explicacibn que, aunque no esté apo-
^^ada en la ciencia, sí lo está en modestos y minu-
ciosos estudíos realizados en diversos ríos de F3urgos,
Santander v Alava.
Como este punto ha sido objeto de diversas apre-
ciaciones, al propouerme escribír este trataáo no po-
día pasar desapercibido, y por lo xnismo doy mi
opinión.
1^n alguna de mis expediciones piscícolas por
diversos ríos noté un fenómeno raro : la presencia
de una clase de trucha que tenía la carnc roja, como
]a del salmón, sin que eYteriormente se diferencia-
ría de las que la tenían blanca, y ello me indujo a
estudíar el asunto.
Consulté el caso con alguna persona que consi-
deré versada en el mismo, y todas rne dierou una con-
testación que no me satisfizo.
Uno de los río^ en que ]as truchas pescacias te-
nían su carne roja fué e1 Ayuda, en el Condado de
'1'reviño (Burgos), y lo mismo ocurría en el Gerea,
de la misma provincia. F,n el río Inglares (Alava) se
dió el curioso caso cie que unos ejemplares tenían la
carne completamente blanca y otros de un color tenue
salmón, _y éste fué mi punto de apoyo.
F,l río Ayuda fué abordado por mí en todos sus
plintos, desde su nacimiento puede decirse, aguas
arriba de Albaina, hasta su entronque con el Zadorra,
t^ :cquí fué donde encontré la clave.
A^:LJS'fÍN T^F CAS'fR^^

1~;u la parte alta, los ejemplares capturados, pe-


que^ias piezas todas ellas, tenían carne blanca, mien-
tras que desde Albaina para abajo ocurría lo cotttra-
rio: todas ellas presentaban color rojo en su carne,
algunas con más intensidad.

Figura 3G - Cabeza de trucha hembra

I\'o conforme con esta investigacibn, seguí inis


estudios, }' en la época del desovc ahordé dicho río
nuevainente, en dicienibre de i9z4, en cu^^a fecba, de
siete ejemplares capturados, dos tenían la carne de
salmóu y el resto con algunos vestigios de dicho
color.
Otro detalle : 1^;a? ]as pro^imidades de ]a casa que
la Compatiía Minera Dícido posee en IVlioño (5antau-
der), discttrre un regato quc deseruboca en el tnar,
rr.^rii:^ r s;^t.^i^^x tiq

en cut'o re^^tto, e^i diferentes épocas, se han soltado


cria^ de trttcl^a de la variedad .-lrco Iris.
El elen^euto indí^et^a de .iquella coinarca ine ase-
guraba que dicho regato prcxlucía trucha snl^^ao^i^adc^,
y e;ta ocasibti me fué propicia para çeguir ]as in-
vestigacioues.

Figura 39-Cabeza de tnicha macho

A1 aiio si^tiiente tuve ucasiGn de ca^ttirar vari^ls


piezas, unas dc la variedad r^miítn ^^ Arcc^ Iris las
^^tras, resultando quc t.rnto un,ts co^u^^ otras tenían
la rarne rnja.
F,1 fení^n^^enc^ qued^^ c^pli^^adu ^^erfect^tnieute: las
iuareas llegaii ]tasta la prosiiiiidad del eclificio, ^•
los pozos que se fot-^uahan cn ^iquellas inmediacioues
eran sieiupre eleK^id^s p^^r la5 trurhas por stt ettenta
^^ razbn, pucsto que ^il suhir las iuareas arrastr:^n ttna
120 AG[,'$1'fN Df; CAti7R^3

infinidad de quisquillas de mar, comida predilecta de


las truchas, y esa comída seguramente es la que les
comunica el color de la carne, como sín duda alguna
se lo comunican los innumerables cangrejos que con-
tienen los ríos A^^uda v(rerea.
I,a base no es^científica, pero los argumentos son
sólidos.
Seguramente quc er^ los ríos ^salmoileros, en la
época del desove del salmGn, pocíríam<^s hallar algtín
detalle de éstos, pues la trucha en esta época (cuando
desova el salmón) nos daría algízn ejemplar en estas
c:^ndiciones por efecto del ceho.

Manera de ^distinguir los machos de las hembras.


(^eneralmente, cu^mdo vemos una partida de truchas
en un escaparate u vtro lugar, creemos que todas son
iguales y que no se diferencian eu nada, cuando en
realidad no es así.
^n todas ]as especies los machos se diferencian
de las hembras en algíin signo e^terior, cosa que no
ocurre con los peces. Sin embargo, esiste una señal
inconfundible, que es la configuración de la cabeza,
conforme se puede apreciar en los gr^^ficos ante-
riores.

Cabeza de trucha hembra (figura níu». 36.) - F,s


corta, de forma redonda, y sus mandíbulas igualc^s.

Cabeza de trucha macho (figurc^ núm. 37).-Es


alargada, más puntiaguda que la de la hembra, y su
nlandíbula inferior sobresale a la superior.
C ^PfTt7I,0 VII1

REPOI^ LACIONES

Repoblación natural.-L)arenios eI nomi^re de re-


pohlación natural al acto de verificar el desove los
peces en estado salvaje.
'I'odos los peces de agua dulce verifican esta ope-
ración eu distintas épocas, y sabemos que la madri-
lla (loina) desova en mayo, el barbo en jun^o, etcé-
tera ; pero acerca del estudio de éstas ^- otras especies,
conto realmente no me ha interesado, no puedo de-
cir más sino que en sus épocas las he visto reunidas
en ]as corrientes de fondo pedregoso, lo que demues-
tra, segíin mi ltumilde parecer, que díchas especies
se reúnen en grandes manaclas, al contrario quc la
trucha y el salm^n, que puede decirse que lo hacen.
individualmente, como se verá a continuación :
El desove de ia trucha ^eneralmente tiene lugar
entre los meses de diciembre ^^ enero, y desde que Ia
variedad Arco iris se difundió por nuestros ríos se^
ha notado el retraso en esta operación, quizás por
haberse cruzado con la indígena, ya que en el pais
de origen de aquélla el desove lo verifica en marzo.
Según el clima del emplar_amiento de los ríos, la.
varieclacl comíui retrasa su postura hasta fines de
encr^^ o mediados de febrero, y en alguuas ocasiones,.
I22 AGI'STÍN Dli CASTRo
--- -- _ _ _.

en los ríos de más de mil metros sohre el nivel del


mar, se han capturado ejemplares en pleno mes de
marzo que no habíatt cíesovado.
También se ha dado el caso de que en el mes de
abril se lta^•a pescado al^una trucha en igual forma,
pero son contados los ejemplares ^- rnuy biett pudiera
ocurrir que se trata^ de hembras en el primer atio
de reproducción, qtte, como sahemos, tienen en su
ovario un escaso nítmero de huevecillos.
Realmente es ntaravilloso el estudio de este asun-
to, porque no dejan de ser interesantes los datos que
pueden adquirirse del mismo. Habréis oído decir en
^n^^s de una ocasión que la trucha salva las pre^as, y-
aiul c.uando la teudencía de este pez es cambiar con
frecuencia de sitio en sentído ascendente, durante
los meses de octubre v novietnbre lo hace para bus-
car un sitio adecuado donde verificar el desove.
E^isten varias versiones sobre la forma en que
las truchas salvan las presas, pero no hay otra razbn
sino que, aun cuando ?a masa líquida se deslice en
vertiente con gran rapidez, esto no es obstáculo para
que la trucha, nadando por el plano de agua, se re-
monte aun en alturas de más de tres metros.
Fn más de una ocasión he visto cómo un ejeYn-
plar, después de iniciar la ascensión, al ]legar cerca
de la coronacibn de la presa, ha tenido que descen-
der para repetir de nuevo el salto ; ^r, por e] contra-
rio, tanlbién las he visto que les ha sobrado fuerza
impulsiva _y han pasado después de haberse elevado
más de medio tttetro de la coronación de la presa ;
pero para esta operación es necesario que la masa
líquida que caiga tenga un espesor de m^is de veinte
centímetros.
TRCCFL4 ]' SAI,^1(ÍN I2j

Puntos de desove.-I,as truchas prefieren los


arroyuelos, donde encuentran más reposo, y cuando
carecen de éstos eligen las colas de las corrientes,
y tanto en los arro_yuelos como en el río en que viven,
en el punto donde verifiquen el desove ha de etiis-
tir corrieute y el fondo ha de ser pedregoso.
Como cíato curioso consignaré el siguiente :
I;n ttn arroyuelo que en eJ barrio de ^uba se une
al Ibaiz<tbal, sorprendí una hembra en esta opera-
ción, con la particularidad de que en él punto que
había elegido para su nido la capa de agua apenas
cubría su cuerpo ; en el momento que me acerqué
ella hut•ó, pasando sus apuros porque no podía avan-
zar, y fué tal el revuelo que armó, que al no saber
de qué se trataba, hubiera pensado que lo que agi-
taba el agua era un animal de gran tamaño.

Nido de la trucha.-Daremos nombre de nido al


hoyo que forman las hembras donde depositan sus
huevos, para lo cual, valiéndose de su cuerpo, arras-
tran los guijarros y forman un óvalo, semejante a
la configuración de su cuerpo ; dentro de él pasan
varios días frotando su vientre, hasta que al fin con-
siguen romper la bolsa gelatinosa que cubre el
ovario.
El macho se coloca generalmente detrás y a una
distancia desde donde está divisando a la hembra, y
en esta situación permanece hasta que la postura
de la hembra queda hecha.
Cuando se encuentran en esta situación en un
arroyuelo, si no se les molesta con algítn objeto, por
pasar solamente a su lado no se mueven, _y si salen,
al poco tiempo vuelven de nuevo a su sitio.
TRUCNA Y tiAl,hlóN I2 ^

I^;s de suponer qtte el macho sea bígamo, por


cuanto se ha observado que para dos hembras en al-
guna ocasión existía un solo macho.
F,n ci^•rta ocasión oí referir a un aficionado que
la trucha, en el momento que nota que se han
movido las piedras que forman su nido, ahandona
éste. kealmente es así ; lo que no he podido compro-
bar es la versión siguiente : qtte hallándose las pare-
jas euceladas, si pasa por sus inmediaciones algíuz
otro p^^z, el macho se encarga de despacharlo, ^ si es
preciso libra batalla auu cuando su e^^emigo sea de
ma^^or tamatio.

Postura de las hembras.-Está calculado que la


hembra a] cuarto año de edad, encontráudose en un
río doude tenga suficiente alimento, da un promedio
de un httevo por cada gramo de peso.
^n el momento que la hembra consigne rom-
per la holsa que encierra el ovario, espulsa los
huevos, que quedan recogidos en el nido ; en aquel
instaute abandona el puesto y seguidamente pasa
el macho, deposita el semen sobre ]os huevos ^^
queda hecha la fecundacibn ; es de suponer que el
macho, una vez que cumple su misión, tnu^^ve las
piedras para destruir el nido, cubríetldo a la vez
los huevos.
F,1 huevo cíe la trucha, una vez fectindado, tiene
que sufrir ínfinitos contratiempos : que sean arras-
trados por las crecidas de los ríos, tan frecuentes
en esta época, quedando envueltos entre el fango 0
aprisionados entre piedras y demás maleza del fondo
cíe los ríos ; que sean devorados, quizás por la misma
hembra que los puso o el macho que los fecundó 0
I2h nr,t'srf^ nr; casrrzo

por las aves acuáticas que merodean los lugares deI


desove.
Los mavores enemigos ^ los que Inás dalio cau-
san en este partícular son PI martín pescador ^^ et
tordo de agaa, aves que se mantienen ezclusiva-
mente de peces }^ huevos de éstos.
(:ou todos los inconveníentés apuntados nada de
particular tiene que en las repoblacior.cs naturales
no prospere más del diez por ciento cle loti huevc>s
que ponen ]as hembras, según opii^icín de los téc-
nicos.
^;^iste además un procedimiento, bárbaro como
el que más, que desgraciadamente sigue emple<iIl-
dose, no solamente en Vizcaya, sino tambiéu en
varios puntos de I3urgos, Santander, Alava ti- Nava-
rra, y- seguramente que en otras partes donde ha^^a
ríos trucheros.
S'a he dícho anteriormente que l^i trucha en ]a
época del desove se remonta a los arro^^^uelos, no por
capricho, sino para busrar la defensa de sus hijue-
los ; pues en estos arroyuelos l.^s cierran el paso,
colocanclo en la abertura que dejan sendos hutrinos
donde capturan en algunas ocasiones más de una
docena de reproductores, que iIO valen para nada,
pues su carne en este tielnpo, además de estar muy
blanda, puede perjudicar la salud de quien la con-
suma.
Es necesario estar locos para pedir carne de tru-
cha en esta telnporada ; sin embargo, existen algu-
nos hoteles, fondas, etc. que las compran, ^^ se ha
dado el caso de que en el mes de enero se han ser-
vido nada menos que como plato del día.
TRUCIIA
, Y SAI,^1 ^)N . . _... _ . _ ._. ..
I2^
._...._.- _... _
.. .__.

Repoblaciones artificiales. Desove artificial.-


F,l desove artificial fué uno de los mejores aciertos
que tuvo la humanidad para repoblar algunas aguas
quc carecían de ciertas especies.
Sabido es que los peces, para su reproducción,
no tienen relaciones se^uales directas, y al hablar
cíe las repoblaciones naturales quedó e^plicada la
forma de fecundar los huevos dentro deI agua ; pues
esta misma op^_racibn ?a voy a detallar fecundando
los huevos artificialmente. "
I,os te^tos consultados para averiguar la fecha
de este descubrimiento v su autor -al menos los
que yo he visto- no dicen otra cosa sino que los
primeros ensayos se hicieron en China, y aseguran
que este país contíníta a la cabe-r,a, cosa que a mi
modesto juicio debemos poner en cuarentena, por
cuanto sabemos que en varios países se han llevado a
cabo y siguen realizándose profundos e;tudios de
ictiología.
Le conceclerentos a China que hay>a sido la ini-
ciaclora del asunto, así conto que actualmente sigan
cultivándose los cruzamientos de peces domésticos
y de lttjo, pero en cuanto a lo demás justo es recono-
cer que son varias las naciones que en estos asuntos
están muy po^r encima del citado Imperio.
Las repoblaciones artificiales dieron margen para
crear riquezas fant^isticas en algunos países, espe-
cialntente en aquellos donde se ha cultivado y se
cultiva el salmón y la trucha, y, cosa rara, mientras
en l;spaña, hace aúu pocos años, se rechazaba por
los obreros la carne del salmón, en otros países se
han repoblado con la especie algunos rios que hoy
producen a los arrendatarios de ]a pesca muchos mi-
1es de duros, ^', ei^ cambio, ttuestros ríos, los clel li-
toral rantábrico, unos están a^;otados, y los que los
pruducen lu l^acen con cuenta-gotas.
^' no cíigan^os nada de los ríos trucheros, porque
éstos se están agotando, y si no fuera por la cíefen-

FigurA 38 - Depósito de reprnductores

sa natural que la pesca encuentra, en al^unos hu-


biera desapareciclo.
Ciertamente que la mavoría de los ríos de la ver-
tieute del Cantíihrico, incluso los salmrn^eros, son de
un caudal relativo, porque se nutren de las nieves
^invernales, ^• conlo los muntes no son de gran altura,
recihen algunos a^ios tan pequet3a capa de nieve, que
en el uics de mat'o est.ín con inenos a^ua que ^^n
_septiembre.
1~sto es, siu duda, la causa de que los pesca^lores
iie saluuín ten^au que ahandonar el dePnrte al};un1s
l'I1.^ Y S:1L>U^

veces para fiues de ma`•o, cuancio eu Ittglaterra ^•


otros paíties la temporacla sigue hasta el ototio.
I;^te defecto, uuido a que desde priucipios de este
siglo se ha dado a los pescados de río un valor rela-
tivatneute etiagerado, hatt sido la causa del empo-
brecimiento de todos nuestros ríos.
F,n cuanto a la trucha, tengo la evidencia de que
si no se hubieran verificado repoblaciones artificia-

Figura 39 - Pinzas

les eu los ríos de Vizcaya, para estas fechas seríau


varios los eu que hoy no e^istiría la especie, ^• apo^^o
este argutnento en una razbn poderosísi^na, que es
la siguiente : en que la variedad indígena hu des-
apareeiclo de tod^s los ríos clel durauguesado, de al-
^;unos de Marquina ^^ cle otros de :4rratia, donde no
queda m<ts que la :arco Iris, con la que se han re-
poblado.
^Para poder verificar la fecuuclacibn artificial,
antes es necesario r^dearse de todos los eletnentos
indispen^ables, que sou los siguieutes :
At^l'^'f7V I^l: l'ASTI:^I

Depósito.-Es necesario contar con unos depó-


sítos de regulares climensiones, que tengan agua
corriente ^^ pennanente, ^^ pueden servir de inodelo
los que aparecen en ]a figura núm. 38.
F,n estos depósitos se colocar^^n separadaniente
los reproductores, cuidando de no mezclar los nlacllos
con las hembras.

Fi^;ura 90 - Recipiente

Utiles necesarios.-LTnas pin^ati met^^licas (figura


níimero 39), un recipiente redondo o alargado (fi-
gura ntím. 40), que pucde ser de barro barnizado,
porcelana o cristal ; un reloj miuutero, un pincel
fino ^ un cuaderno de notas.
Antes de proceder a la operación es necesario
tener preparados los aparatos de incubación, que
detall^u-cmns más adelante, para que en el m^mento
cle practicarse la operacibn puedan colo^ arse los hue-
vecillos en los depó.5itos incubadores, de los que no
podrán salir hasta que nazc^ui los jaramugos. ^
fRl"CFi.^1 Y tiA{,Vt^A l^i

Caracteres de los reproductores y su caza.-Z'a


henios dicho que la trucha adquiere el carí>eter de
reprodurtor al cuarto aiiu dc edad, tauto el macho
coi^io ]a hembra, t• también hei^ios iudicado las carac-
tcrísticas Para di5tiuguirlos.

FiRura 4l - Arrasi

Cuando l^s reprocíuct^res ^°aguen por el río, es


necesaria su captura en noviembre, proceciiend^ en
la forma siguiente : Se colocaríln urra.cis (tigura níi-
mero 4i 1( i), t^ como la trucha se mueve constante-
mente de noche siempre en sentido ascendente, es
seguro cazar ^-ari^s cliariamente.

(i) Cierr^• ^Icl río l^or me^lio ^le ^^aredeti formadas con
e] cauto rocla^lu cn forv^a dc conu triincado, cou ]n bucst
^^n la parte iul'eri^n-, clon^le ^e coloca el hutriuo.
AGUSTÍF lll; CAS'flt0

Por la matiana se recorrerán todos los ar-ra.tii.c,


llevando a prevención un recipiente con agua, donde
se colocarán los ejemplares que estén presos ett los
butrinas, teniendo cuidado de sacarlos sin lastimar-
los t' Ilevarlos seguidamente a los depósitos, porquc
si les falta el o^ígeuo peligra su vicía.
Antes de soltarlos a los depósitos los e^antinare-
mos y haremos la separación de sesos, y los que no
estén eu condiciones de desove se devolver^in al río.
^sta operación^ de caza 5e repetir^í ltasta que se con-
sidere que el nítmero de reproductores es suficiente
en cuanto a la cabida de los aparatos de iucubación.
I,legado el mes de diciembre se reconoceráu dia-
riamente las hembras para saber si est^tn cn sazbn,
y para esta operación nos valdremos de una remanga
con la que sacaremos fuera del agua las truchas.
La hembra está en sazón cuando tiene ]a vagina
dilatada y en sus bordas presenta una especie de re-
dete rojo ; adem<is, con sólo palpar suavemente el
cuerpo, se notará si los huevos est^tn sueltos.
'1'odas las hembras que estén en estas condicio-
nes se pondrán separadas, y en esta forma podremos
apreciar a simple vista cuándo se dispone de una
partida que uos dé un promedio de unos to.ooo hue-
vos, cantidad que crnwendría tomar como tipo cn
cada fecundación.
)^l macho, generalmente, al llegar a esta época
está siempre preparado y aguanta en sazGn más
que la hembra. Con toclos estos antecedentes tendre-
mos preparado todo lo necesario para prc{eder al

Desove.---I,a operación de desove debe hacerse


entre dos personas, operador y ayudante.
TRCCH.1 Y tiAI,h10N i.33

El ayucíante tomará ]a trucha hembra por la ca-


heza, colocando el cuerpo de ésta sobre el recipiente
que ha de contener los huevos ; el operador sujetará
al pez por la cola, colocando antes en su mano iz-
quierda un paño limpio (una servilleta, por ejemplo) ;
en los primeros momentos la trucha se resistir^^ y
hará esfuerzos con su cuerpo, pero terminará ense-
guida por quedarse quieta.
F,utonces el operador, con los dedos pulgar e
índice de la mano derecha, oprimirá el euerpo c^e la
trucha, ^ seguidamentte empezarán a salir los hue-
vos, obligados por la presión de los dedos ; se pasa-
rán los dedos por el vientre de ]a trucha desde la par-
te superior hasta la cola dos o tres veces, y cuando
se note que los ha expulsado todos, se soltará inme-
diatamente al río.
Proccderemos de nuevo en la misma forma con
otras hembras hasta terminar con todas las que
estén preparadas, y acto seguido se retirarán los
cuerpos e^aratios que ha_yan caído entre los huevos.

Fecundación.-No importe que el recipiente tenga


más de una o de dos capas de huevos ; puede con-
tener en su interior varias, siempre que no rebasen
los bordes.
Seguidamente el ayudante tomará uu macho ell
igual forma que lo hizo con las hemhras ; entonces
el operador, aprotimando el cuerpo del pez a los
huevos, estraerá el semen, oprimiendo el ctterpo eu
igual forma que lo hizo con las hembras.
F,stá calculado que cada macho puede fecundar
fácilmente unos mil huevos, pero de todos modos,
para tener la seguridad de que la operación quedará
TRCCHA Y SAI,11ON 135

bien hecha, hemos de procurar no quedarnos cortos.


'1'ambién los machos deben soltarse al río inme-
ciiatamente de verificada la operación. Tanto los ma-
chos como las hembras, algunas veces al caer al agtta
quedan como atontados, pero pocas veces ocurre que
sucumban por el procedimiento.
Una vez regados los huevos con el licor seminal,
deben revolverse con un pincel fino, para que la ac^-
ción les aleance a todos, y a los cinco minutos e^ac-
tamente se lavarán con agua limpia, pues de per'ma-
uecer más tiempo sin ser pasados por agua se malo-
grarían, ^- una vez lavados con dos o más aguas de-
ben pasarse a las piletas de incubación, que descri-
biremos más adelante.
hsto es, sencillamente, la forma de verificar la
fecundación artificial cuando han de capturarse los
reproductores en el río ; ahora bien, cuando se dis-
pone de reproductores, por ejemplo, como en las Pis-
cifactorías del Estado, que todo el año los tienen es-
tabulados, en ese caso la operación es más sencilla,
Fue^ nos limitaremos a revisar las hembras y macltos
.lue separaremos de antemano, para pasarlos a los
depósitos del departamento de fecundación.
'l^ambién algunos particulares cuentan con repro-
ductores, v en estos sitios es donde se puede verificar
la fecundación artificial.
He presenciado por dos veces el desove artificial
en la Yiscifactoría que el Estado posee en Mugaire
(Navarra), que fué donde tomé mis notas acerca
del particular.

Depósitos iucubadores.-En ]os grandes estable-


cimientos de piscicultura, como el de Mugaire, es ne-
AGCS1'Íti llF CASTRU

cesario contar con un caudal de agua abundante, sin


que sea exagerado, distribu^^^ndola en dos porciones :
una destinada a los reprocíuctores y^ la otra a las
incubaciones.
1F;n 1^lugaíre eI cíepósito de incubaciones cle hue-
vos lo constitu^^e toda la planta baja del edificio,
unos cuarenta por veinte metros ; en los costados y
centro tienPu las piletas de incubacióu, que son unos
pesebres con divisiones de i,5o ntetros apro^imada-
mente, separados con tela metálica ; para el servicio
de agua de cada depósito etiiste un caño de agua y
una boca de desagiie.
Dentro de estas divisiones, ^^ sobre dos soportes
sumergidos, van colocadas las cajas incubadoras,
que tienen una cabida de unos cíneo mil huevos cada
una. Estas cajas son met^ilicas, y su fondo lo consti-
tuyen una serie de varillas de cristal colocadas trans-
versalmente con separación de unos milímetros ; en
los canales formados por las varillas van colocados
los ltuevos, donde han de permanecer hasta que naz-
can o se hallen próximos a nacer, que es cuando pue-
den trasladarse para que termine la iucubación cn
otras aguas.
Recién fecttndados los huevos, necesariamente ha^i
de pasar a las piletas, ^^ su traslado^ en aquel mo-
mento es peligroso, pttes a lo sumo resistirían un p:tr
de horas, y ellas habria de ser necesariamente den-
tro del agua o de otra de la misma temperatura en
que se lavaron.
hn estos establecimientos están numerados 1os
depósitos, y con esto y la a^^uda de las notas y es-
tado que se llevan, en todo momento se sabríi los
días de incubación qtte lleva cada partida.
TItUCFiA Y tiALMÚN 13:

I,os cuidados necesarios en las incubaciones se re-


ducen a vigilar las piletas para retirar los embrio-
nes que mueren, cosa indispensable, porque al des-
componerse contagian a los que estén prósimos,
I,os huevos no deben estar amontonados : nece-•
sariamente han de e^tenderse para evitar el contagio
de los embriones que tnueran y para que reciban en
igual forma la acción del agua.
Los embriones, al morir, al momento ,despiden
una substancia blanquecina que iumediatamente
invade los huevos pr6^imos ^^ alcanza no só3o a los
que están en contacto, sino que tambiéu puede in-
vadir, por medio de las partículas blanquecinas que
arrastra el agua, a los que se ballen alejados.
Hemos de tener en cuenta que influ^•en mucho
los cambios de temperatura, y si bien el aumento de
la misma anticipa los nacimientos, en cambio el des•
censo los retrasa. I^as primeras pueden causar se-
ríos disgustos cuando se producen con rapídez (es
cosa mu^^ poco probable durante el período de iucu-
baciones), y, en cambío, a las segundas el descans:>
no ]es perjudica, antes bien les beneficia.
Estos cambios pueden producirse cuando, después
de los cuarenta y cínco días de incubación, son tras-
ladados los huevos para que naLCan en otras aguas,
^^ por eso al llegar de víaje, antes de colocarlos en las
piletas es necesario graduar la temperatura de la
caja donde lleguen embalados y tener la seguridad
de que el agua que va a recibirlos tiene ^nenos gra-
dos de temperatura.
Detallaremos este punto con más amplitud
al hablar de los criaderos ictiológicos, que son ]o:^
que poseemos en Vizcaya.
TRCCE[A Y SALMON
_. ___._

Nacimiento de las crías.-De llevarse a cabo con


escrupulosidad las inrubaciones, ^^ de no etistir
cambios de temperatura, puede saberse casí con e^ac-
titud la fecha en que han de nacer, ateniéndonos
a los estudios hechos en la materia ; claro es que
para ello sería necesario, como antes decimos, que no
se ha^•an producido cambios de temperatura.
I,a escala gradual, basada en estudios hechos
acerca del tiempo que tardan en nacer las' crías dc
toda clase de salmónidos -notas tomadas en la Pis-
cifactoría de Mugaire (ivavarra),-- es la siguiente:

Aguas de 7 grados, 45 días


[d. de G íd. 55 íd.
Id. de 5 íd. G5 íd.
Id, de 4 íd. 75 íd.
Id. de 3 íd. 35 íd.
Id. de 2 íd. 95 íd.

Los datos de dicha Píscifactoría no registran in-


cubaciones de temperaturas más bajas que las se-
ñaladas.
Los nacimientos se inician en la siguicute for-
ma : por efecto de la acción del agua desarrolla el
embrión, y la cubierta del huevo, al dilatarse por
esta causa, se abre por su mitad, quedando libre
]a cría.
A medida que van naciendo, ellas mismas pasan
por las aberturas que quedan de una a otra varilla al
fondo de los depósitos, _y cuando es grande la canti-
dad de agua que díscurre por los depósitos incubado-
res, los nacimientos se desarrollan con uniformidad,
rctrasándose los últimos muy pocos días, a lo sum^^
A^^l'sTTti I^i: CAti'f1:0

dos. ^;ntonces es necesario retirar las parrillas de in-


cubacibu.
La tendencia de las crías desde los primeros n,o-
mentos es huir de la luz, ti^ ordinariameute las v^-
remos amontouadas en alguuo de los ángulos de] cle-
pósito : el que tenga más oscuridad.
I,as crfas al nacer tienen un color amarillent,^
claro que se cambia por otro más oscuro, casi negro,
al tercer día, Su configuraci^n es iuuv rara, por-
que ad(lerido a su viei^trc llevan una bolsa 1lamada
vesícula, quF queda reabsorbida a los treinta a treinta
t' ciuco días, y hasta entonces no necesitan comida.
La vesícula es la que sírve de alímento durante
dicho período de tiempo, ^^ cuando le desapareee que-
da formado el pe•r., pero un tanto desigual, pues su
cabeza es desproporcionada ^^ su cuerpo algo irre-
gular ; entonces, valiéndonos de una lupa, como su
cuerpo es aítn transparente, podremos apreciar todos
los detalles : espina, aletas, escamas, etc.

TPaslado de huevos.--Cuando los huevos lleven


en incubación unos cuarenta días, haciendo un e^a-
men detenido de elios observaremos que el embrión
se mueve dentro del ^nis^no, y, sobre todo, desde
bastantes díati antes se observará en los misrnos dos
puntitos negros ; éstos son los ojos de las crías.
Entonces es cuando los huevos están en condicio-
ne^ de ser traslaclados a otro punto, para lo cual se-
buiremos las siguientes instruccíones :

Material necesario.-Una caja de madera de unos


cincuenta centímetros de lar^o, treinta de ancho y
veiuticinco de fondo, varios bastidores y musgo.
'1'HCCHA Y sAI,AIÚN

1,a caja tendrá varios orificios en sus costados


para clejar escape a los gases que se produzcan inte-
riormente ; los bastidores son unos armazones sen-
cillos de madera (figura núm. 4z), aproximadamente

FiRUra 42 - Bastidor

de igual forma y dimensiones que las pi^arras de


mano que se usan en las escuelas, ^- ]levan en el fon-
do una tela fina estirada.
F,n la concavidad que se forina con los bordes es
donde se colocan los huevos.

Embalaje.--(;eneralmente los buevos se envían


por partidas de cinco mil, pero puede hacerse de más
cantidad. Para pasarlos cíe las piletas al bastidor
es necesario ponerlos antes en un recipiente de fondo
plano, ^ de éste s^^ pasarán a los bastidores por medio
de un pincel fino ; no deben tocarse cou ]os decios _y
menos con ningún objeto duro.
14= ar.t•s'rív n^ casTt^o

I,lenos los cinco bastidores, colocando los huevos


en una sola capa, sin que de ninguna manera que-
den amontonados, los colocaremos por el siguientt
orden :
Capa inferior : una tabla perforada de] tamaiia
de los bastidores, y a continuación los cinco basti-
dores llenos ; eiicima del último, un bastidor inver-
ticlo cubriendo los huevos, y encima otra tabla ; es^-
tas dos tablitas que cubre,i los bastidores tendrán
varios orificios para ]a transpiración.
Con un alambre delgado se atará fuertemente el
coujunto de bastidores, para que no se muevan.
Yreparada la caja con el musgo humedecido, in-
troduciremos en el centro el atado de bastidores, re-
llenaudo bien los costados eon musgo, así como la
parte superior ; clavaremos la tapa, y queda la e^pe-
dición lista para caminar.
En estas condiciones pueden recorrer grandes dis-
tancías, a condici6n de que no se coloquen en puntos
donde por efecto del cator aumente la temperatttra ;
que vavan en condicíones de aireación y que no se
golpee la caja.
Cuando la región de destíno sea uu país más tem-
plado que el de origen, es conveniente introducir
entre el musgo unos trocitos de hielo.
Los huevos en estas condiciones, en el momento
de salir del agua, pasan por una acción letárgíca que,
como es uatural, tiene sus ]ítnites, pero que si no
tiene cambios de temperatura en sentido ascendente,
pueden resistir sus quince días, y seguramente que
las espediciones salidas de F,spaña con tiempo fa-
vorable pueden llegar al I^orte de Europa aun tar-
dando más de veinte días.
TI211c11A T SALAtUN

Criaderos ictioló^icos.-Como su nombre lo indica


son unos aparatos cíonde se incuban los ltuevecillos
de los peces hasta su nacimiento.
I,os aficionados que opten por tnontar un cria-
dero y puedau pertnitirse el lujo de invertir unas

t'igura 43 - Aparato de incubacián de huevos de truclia

pocas pesetas en una cosa bonita que a la vez de prác-


tica pueda adoruar el parqtte de tina finca, dehen
recurrir a alguna casa con^tructora, pero en ese
caso es necesari^ darlc alojamient^ adeeuado al
aparato.
I,a actual I,ey de Pc,ca fluvial, al tratar del asuuto
de arrendamientos de pesca, una de las condiciones
que impone a los arrenclatarios es la repoblación
anua] con tut nítmero determinado de crías s^ltadas
^44 :^r,t^ti^rtv ur: cas-rao

condicionalmente en el trozo arrendado, y si bien es


verdad que no impone la condición de que se ad-
quíeran en este o en aquel punto, lo primero que
debe hacerse cuando se inicia un etipediente de arren-
damiento de pesca es pensar en el montaje de un cria-
dero ictiológico, cu^^as formalidades a llenar se con-
signan más adelante.

f igura t1 - Pipet^^

Daré uua tnodesta idea de lo que es uu criadero.


p;u Viuay-a ezisten varios de esta especie, todos
ellos instalados por cuenta de los Ayuntaniientos,
cu^•o costo apro^imado es de unas cuatrocientas pe-
setas ^^ tienen capacidad para unos cinec^ uiil hueve-
cíllo,.

Material necesario.-I)espués de la toma de agua


es necesario el siguiente : Un juego de piletas con
sus parrillas (hgura nítn^i. q3), unas pinzas met^í-
TRL'CEIA Y tieli,btÚN 145

licas, una pipeta de cristal (figura núm. 44) y un


termón:etro de los llamados de baño.
I,os instalados en Vir,caya son de los llamados en
serie, y por economía reciben el agua : la segunda
pileta de la primera, la tercera de la segunda y así
sucesivamente ; pero el funcionamiento más nor-
mal es que todas las piletas reciban directamente el
agua y la que destilen marche directamente al su-
midero. '
Yueden instalarse en cualquier punto que sea sus-
ceptible de llevar el agua por medio de una tubería,
pero no es necesario contar con más caudal que el
que destila w^ grifo de los corrientes.

Funcionamiento.-Hecho el pedido dc huevos en


su época, se reciben los huevecillos hacia ]a primera
decena de enero ; los huevos llegan embalados en la
forma que describimos al hablar de la fecundación
artificial, y para eutouces ya hemos de tener el apa-
rato preparado con agua corriente.
1~^n el momento que se reciba la caja debemos des-
clavar su tapa y sacar el musgo de la parte superior.
Soltaremos el atado de bastidores, dejando al descu-
bierto el primero que contenga huevos. Con uuas
pínzas se procederá a separar los embriones que lle-
guen muertos, cosa que se apreciará a simple vista
porque presentan un color blanquecino.
Es necesario cerciorarse de que el agua que va a
recibir los huevos tiene iguales grados de tempera-
tura que la que arroje la caja en que vienen embala-
dos, o por lo menos más baja.
F,1 cambio de temperatura les puede perjudicar,
por ejemplo :
IU
AG[?STÍN D$ C:1STIt0
_ _ _ _

(^rados del a^ua que los va a recíhír ............... S


l;rados de la caja eu que llegau ..................... 5

Cuande sea a la inversa i^o ha^• incouvenieute en


coloearlos se^uidanlente, siempre ^• cuaudo que ]a
diferencia no sea mucha ; de todos modos c^nviene
aproxi^uar las temperaturas.
Yara estu totnareruos anibas por medio del ter^uó-
metro, y cuaudo la teu^peratura del agua fuese iutis
elevada que la dc la caja, para nivelarla rociaremos
l^i caja con agua de las piletas.

Colocación de los huevos.-Una vez que te^i^a-


nios suelto el atado de bastidores, iremos coloc,i^ido
los huevecillos ^lespu%s cle retirados los euibriones
inuertos ; coloc<^remos bastidor por bastidor, empe-
-r,ando por la pileta que recihe el a^ua del grifo,
Ha de procurarse que queden e^tendidos v 1io
arnoiitouados, separándolos por medio de un pincel
fino o uua plutna de ave. Ueneralmente, al pas^trlos
de los bastidores a las piletas, algítn huevecillo cae
al foudo y por esto i^o debemas preocuparrios, porque
eu el fondo puedeii nacer ; íinicame^rte cuando ca5^eren
varios, que puedau qttedar au^oiitonados, tieneu la
propiedad de desco^mponerse ^• por cousiguieute de
perder a todos los que estéu eu contacto o les alcanceu
los efectos de la descomposición,
Las íucubacioues que se 1leven a cabo en agaas
muv frías o que por efecto del camhio de temperatura
descieudau, son 1as mejores, ^- eutouces las crías
nacen con más víl;or ; cuando el viento Sur eleva la
temperatura adelantan los i^aciniicntos, pero euton-
ces cambia de a^pecto, porqu^^ ^taceu ^ucnos vigorosos.
Titl'CHA Y SAI,^fóV

Una vez colocados ]os huevos en incubación, los


cuidados se reducirán a que no les falte agua co-
rriente y a visitar por lo menos dos veces al día el
criadero para retirar los embriones que mueran, y
para esto haremos uso de las pinras.

Nacimiento de las crías. --Cuando,los huevos srn^


servidos cle las Piscifactorías del F,stado, se inician
no^rmalmente a los ocho días de ser colocados en las
piletas ; algulias veces se adelantan, cuando la tem-
peratura se eleva, ^^ cuando cl^sciende se retrasan
un par de días. Tan^hién puede darse e] caso de
que a las pocas horas de colocados los huevos em-
piezan a nacer, pero esto consiste en que llegan
adelantados-
F] nacimiento o salída de las crías del huevo se
ileva a cabo en la si^uiente forrna : Al adquirir el
embrión su mátimo desarrollo, la tela que lo eu-
vuelve ^e partc por stt mitad debido a la fuerra que
para salir d,e su prisión produce e] pez.
I,a cubierta del huevo, que es transparent^° ^^
finísima, flota _y es arrastrada por el agua, y]a cría
queda ^eneralmeute entre las varillas cíe las parri-
Ilas hasta que baja al fondo.
I^ecién nacidos ]os jaramugos son muy torpes por
eferto de la deformiclad que prescutan en su vientre,
la que, como antes hemos dic?lo, se llama vesícula.
í^Iientras las crías no ha^^an reahsorbido comple-
tamente la vesícul^t no deben ser sacadas de las pi-
]etas ^^ tampoco debe sumiili`^tr^ír5eles comida ni mo-
le.^tarlas.
l^uando al nacer toclas las crías ^aqueinos las pa-
rrillas de las piletas, conviene cubrir éstas todo lo
TIiCCHA Y 5ALM ^)N

que sea posible para evitar que al amontonarse en


los rincones buscando la oscuridad se lastimen al
apretarse.
Entonces es cuando conviene darles mayor can-
tidad de agua, toda la que sea posil^le, pero teniendo
en cuenta que no rebase los bordes de las piletas.

Alimento de las críos.-Segun las prácticas que


se siguen por los aficionados, y autt en algunas Pis-
cifactorías, el nudo gordiano está en suministrarles
el primer alimento.
has crías de trucha pasan el peor período de sus
crisis al empezar a alimentarlas, y esto se debe, única
y e^clusivamente, a su voracidad y a que, eneon-
trándose en manadas, no es cosa fácil la distribución
de] alimento en forma equitativa.
l;n Mugaire (Navarra) el primer alimento es ha-
rina de maíz, que si bien resulta económico, como
]os principios nutritivos son escasos, el desarrollo,
por ]o mismo, es lento ; pero en cambio tiene la ven-
taja de que disminuye la mortandad, y por eso han
adoptado el procedimiento.
De todos modos, como para su desarrollo es ne-
cesario alimentarlas, hemos de procurárselo ade-
cuado y prescindiendo de la harina de maíz ; cuaudo
se trate de unos cinco mil ejemplares, a continuación
cletallo lo que la práctica aconseja :
Hemos quedado en que mientras ]as crías no ha-
^^an reabsorbido completamente la vesícula no nece-
,itan comer. Después de esta segunda crisis, y cuando
el pez aparece casi normal y se divisan en él sus
aletas ^• ccla, se notará que persigue todas las par-
tículas que arrastre el agua ; entonces es cuando
i,5o AGtiS"rÍN I^N C.qti'1•Ko

irremisiblemente ha^• que sacarlas de las piletas


doiide naciero^^ para ]levarlas a los depósitos de
recria.
Una vez en estvs depósitos, el alimento consistirá
en lo s^I;uieitte :
Yara ua lvte de unas die-r. mil crías, y por espa-
cio de quince día.^, se batirá una yema de huevo, ^•
esta cantidacl se le distribuirá en dos co^nidas : una
por ]a n^aiiana ^• otra por la tard-:.

Forma de suministrarles este alimento.--Con una


pluma de ave se sacudirá el líquido cie la vema de
huevo, procurando que a1 caer lo haga en forriia de
lluvia.
A partir del día quince doblaremos la racióii :
doti ^^e^nas diarias para cuatro comidas ; para en-
tonces ias crías habráu alcanzado al^íin desarrollo
^• su cuerpo se habr^i puesto casi eu relación cou su
caheza, la que en principio es desproporcionada,
^e observará que mientras algunas crías hau
crecido varios ceutímetros, otras en cauibio conti-
níian en igual estado ; efecto de que uuas comeu
más que o^tras.
Pasado el priiuer mes het^ios de aume^ltarles la
racibil ^• ade^z^ás variarla ; algunos aficionados les
dan clara ^• ^^euia de huevo batida coii un poco de
harina de trigo o maíz sin liinitaciórl de cautidad ;
esta composición puede hacerse adicionando al líquido
de lo, httevos una cantidad dc harina, la uecesaria
para que, sin quedar hecha ttua masa, forme u^i eu-
grudo que se <]epe;5itaríi adherido al fondo de unos
platos, ti estos platos se r^;•locan eti el fondo de los
depbsitos, eucargáudose las crías de ir linipiá^^d^^^los ;
TRi'CIG1 Y SAI,1fÓN I,St

cuanto mavor cantidad de platos puedan colocarse,


mejor se distribuirá la comida.
Una vez que la cría, por efecto de haber pasado
]a tercera crisis, se halla dispuesta a recibir toda
clase de alimento, elrtonces es cuando debelnos sol-
tarla a]os ríos ; ahora bien, si ha de quedar estabu-
lada, entonces es necesario pensar^en que la trucha
no se cansa de comer y que diariamente, sin peligro
de ningún género, puede digerir tanta comida como
la que pueda representar la cuarta parte de su peso.

Puntos de suelta.-LJna vez que las crías necesi-


ten comida abundante, es necesario proceder a la suel-
ta en los ríos, operación para la que, si bien parece
sencilla, es necesario tener en cuenta varios detalles.
I,as crías no pueden soltarse en manadas que pa-
sen de unas cincuenta en cada punto, ^ elegiremos
siempre los sitios donde el fondo de los ríos sea pe-
dregoso y de agua corriente. Nunca deben soltarse
en remansos ^- menos ell puntos donde el agua esté
poco menos que estacic»^ada.
)^1 soltar las crías en pequeñas Inanadas obedece,
en primer término, a que deben distribuirse equita-
tivamente en todo el río, ^- en seguncío, porque así
distribuídas hallarán mejor la comída.
F,1 elegir los puntos pedregosos ohedece a que
las rrías recién soltadas al río tienen necesidad
de ocultarse de sus enemigos _y porque todas las pie-
dras del río tienen adheridos en sus costados v fondo
unos insectos rnicroscópicos que es el primer alimento
de cllas.
En los puntos de aguas estancadas no deben sol-
xarsc, porque, al buscar algíin hueco donde cobijarse,
152 AGUSTÍN LE CASTHO

pueden ser víctimas de los cangrejos y anguilas ;


además, en estos puntos no encuentran comida.
I,as repoblaciones prosperan siempre que se lle-
ven a cabo en esta forrna, ]o he probado ; en cambio,
si soltamos en un solo punto, sea el que fuere, tres
o cuatro mil crías, siempre tendrán que sucumbir
buen núrneros de ellas, y es una lástima.
Desgraciadamente, aunque no con tanta frecuen-
cia como hace años, aún existe la costumbre de que
algunos bárbaros, para capturar las truchas, arrojan
cal y otras materias a los ríos ; téngase en cuenta
que los ríos que son víctimas de este procedimiento
quedan inhabilitados para criar trucha por espacio
por lo menos de un par de azios, porque los efectos
de Ia cal no sólo matan los peces, sino que además
destruyen toda la comida ; en estos puntos no deben
hacerse repoblaciones, porque las crías que se suel-
tan en ellos, o suben en busca de comida, o de lo con-
trario, sí han de permanecer en ellos tendrán que pa-
sar por la tortura del ayuno.
F,1 río Bayas sufrió los efectos de la cal el verauo
de igi6. F,n un buen trozo, quízás el mejor, aguas
arriba de Aldarro, algunos b^irbaros arrojaron bas-
tantes kilos de cloruro distribuído en varíos pozos.
Al año siguiente notamos que no existía una sola
trucha en aquel trozo, _y al bajar nos encontramos
con quien nos esplicó el fenómeno ; es más, nos dije-
ron que el cloruro lo habían Ilevado allí unos bilbaí-
nos _y que cogieron varias arrobas de truchas. Fué
una lástima que no les sorprendiera con las manos
en la masa la Guardia civil.
CAPÍTULO IX

EL SALMON

; Preliminares. -^on la venia de mis queridos


ámigos y maestros don );nrique de Ibarra y don F,n-
rique G. Camino, escelentes aficionados, ambos ver-
^ ados en lo relacionado con la vida y milagros de
éste pez, voy a describir la forma en que el salmón
verifica el desove, la que si bien discrepa muy poco
de como lo verifica la trucha, ofrece alguna curiosi-
dad que deben conocer los aficionados.
Fstos dos simpáticos señores se han ofrecido a
facilitarme ciertos datos, y este control es más que
suficiente para que sean tomados COIllo de fuent^
autorizada.
También el salmón, como las demás especies, se
presta el desove artificial, y ciertamente que si éste
se llevara a cabo en puntos adecuados, como son los
níos de Santander, Asturias y Galicia, los progresos
del mismo se notarían a los cuatro años de empezado,
ya que entonces el número de pintos que podían ba-
jar al mar aumentaría de manera considerable.
En Vizcaya no contamos con ríos apropiados para
el desarrollo de este pez, pues el Nervión, nuestro
pobre Nervión, llega a la desembocadura después de
haher limpiado todos los residuos de las f^ibricas
^:
Don liuriyue Ci. C.unino, prepar;in^6^ tiu aparelo dc nalmu.i a urillas
deI riu Pas.
TRl'CIIA I S:1L^ICí^

creadas al amparc de sus aguas, como son las de Arri-


gorriaga, I,a I3asconia, lavadero de minerales á^
Echévarri v otras industrias-
A1 Cadagua le sucede lo propio, pues desde Val-
maseda limpia una infinidad de fabricas cuyos resi-
duos sou fatales, no sólo para la vida ^del salmón, sino
también para todos los peces.
E1 Oka, de i^Tunguía, ^ el Artibay-, de 1^Iarquina,
además de tener mu^ poco caudal, existen en ellos
una infinidací de presas que los intposibilita.
:^o tenenios más que un río que arroja sus aguas
libres de residuos, que es el I,ea, que desentboca en
I,equeitio, pero tiene un caudal tan reducido que no
merece la pena el hacer nada, y^a que sus productos
como salmonero no responderían a los gastos qtte se-
ría necesario realizar.
1~;n este río se han ltecho ensay-os de repoblaciones
los años 1q^6 y iq27, soltándose cinco mil crías de
salmón cada año, pcro estos ensa^^os no pudieron cou-
trolarse, puesto que no se pudo observar la hajada al
niar de los pintos. Alrteriomente, haeia el atio t9;3,
se hizo otra suelta por el Servicio de blontes de la
F,^cltta. Diputación de Vizcati^a ; segítn mis noticias,
el alio iq28 se cogieron dos salmones, uno encima de
la prirnera presa aguas arriba de la salobre y otro
en la desemhocadur.^t de la barra de Lequeitio, los
que dieron un promedio de peso de cuatro ^^ mecíia
libras.
!^ juicio de las autoridades cn la materia, au^I
en este río uo merece la pena de haeer gasto alguuo
en escalas de peso y enibalses ; por lo tanto, queda-
mos eu que en Vizca^-a no podemos hacer un río
s^llmonero.
r^6 act•sTí:v nr• cnsT.zo

Forma en que desova el salmón.-Durante ]os


meses de noviemhre a enero, en el momento que los
ríos aumentan de caudal, los ejemplares que han
permanecido todo el año en el río, los que han esca-
pado de las garras de los corsarios, porque han podido
permanccer huncíidos en esos enortnes pozos que tie-
uen los ríos salmoneros ^ por lo tanto no pudieron ser
arrasados por redes ^• clavados en francados, y^ que
entraron del mar durante los meses de marzo a mayo,
época en que con ma^•or intensidacl se verifica la en-
trada en los ríos de F,spatia, se remontan aguas arriba,
^• en los ríos de Santander llegan en ocasiones a
cuarenta kilómetros de la desembocadura ; pero etis-
ten ríos en Alaska, Canadá ^• otros puntos, que se re-
montan para desovar a más de tres mil kilómetros ;
es decir, que el salmón, para el desove, elige siempre
]os punto altos de los ríos, cualquiera que sea la
distancia que haya de salvar.
F,n el río Asón el salmón verifica el desove desde
(_^ibaja hasta Arredondo ; en el Pas, desova el salmón
en ]a parte alta del mismo, llegando más arriba de
Ontaneda, cerca de la vega de Pas, y son varias las
parejas que se remontan al río Pisuetia, afluente del
Pas, llegando hasta la vega de Carriedo ; en el río
Deva el salmón prefiere como desovadero el río Cares,
afluente de éste, que entronca en I'anes, pueblo pin-
toresco de la provincia de Oviedo, situado en ]a carre-
tera de Unquera a Potes.
Tanto el río Deva como el Nansa son dos ríos
que pueden calificarse de e^celentcs por la pureza
de sus aguas ; en cambio, el 13esa^^a y el Saja, que
antiguamente fueroii buenísimos, ho^^ contienen es-
caso salmón.
TI2CCHA Y sALJtON 157

Para que las hembras se hallen en condiciones


de desove, necesariamente han de realizar el viaje
marítimo ; en cambio, pudiera darse el caso de que
un pinto (cría de salmón que aún no ha bajado al mar)
pueda estar apto para la fecundación de los huevos.
Sin embargo de esta afirmaciólr, las últimas in-
vestigaciones realizadas por el Yrof. ^^". L. Calder-
^^^ood han dado por resultado el comprohar que la
hembra no precisa realizar el viaje marítimo para vc-
rificar el desove, puesto que en el lago Te Anau, de
i^oruega, que por cierto está en comunicación coil
el mar Tasmau, puecíe hallar el salmón suficiente
alimento para poder cebarse sin necesidad de bajar
al agua salada.
Las salmonas, al igual que las truchas, hacen
su «cama» en las colas de las corrientes <londe esis-
tan piedras sueltas, eligiendo de preferencia donde
tengan canto rodado de regular tama13o, ^^ jamás
desovan donde haya fondos fangosos ni en las pro-
fundidades de los grandes pozos.
I,os nidos los construyen con el canto rodado y
en forma ovalada, de la largura de su cuerpo. Cuando
en algíin punto de éstos desove a la vez más de una
hembra, y por tanto hubiere más de un macho, pue-
de ocurrir que éstos se peleen ferozmente ; también
puede darse el caso de que un solo macho fecunde
los huevos de dos o más hembras.
.^ los pocos días de hacer su cama las hembras,
verifican la postura, que generalmente está repre-
sentada por unos ochocientos a noveeientos huevos
por cada libra de peso.
Una pequeña ojeada por los ríos, visitando los
puntos que pueden scrvir de desove, es lo suficiente
TRUCfiA Y SAi,MON TSQ

para poder apreciar algunos nidos, los que se dis-


tin^uen perfectamente por la blancura de las pie-
dras, que limpian de sedimento las hembras al frotar
su cuerpo para romper la bolsa que contiene el ovario.
I,a operación de fecundar los huevos los machos
es idéntica a como la verifican las tl-uchas.
Los huevos dc la salmona son de igual tamaiio
que los de la trucha, cou la si^la diferencia del co-
lor, que es rojo escarlata.
Durante e] período de incubación, que dura
aproxin^ada^nente uuos cincuenta días (me refiero
a los ríos del litoral cant^^brico), están sujetos a
los mismos o ma^-ores contratiempos que los de la
trucha ; en prímer térrnino, porque las truchas
abundan eu todos los ríos salmoneros, y^stas los
buscan con avidez, t^ en ocasiones limpian complc-
tamente las cainas ; otras veces, cuando las aguas
^lescienden, se hallan en peligro de quedar en seco,
^-, por íiltimo, a que, al aumentarse el caudal en
los ríos, quedcn envueltos entre maleza ; en resumi-
das cuentas, que puede considerarse que no se salvan
míis arriba de] diez por ciento.

Desove artificial ^del salmón.--En la Piscifacto-


ría que el Estado posee en Mugaire (Navarra) to-
dos los años se capturan algunas parejas de salmo-
nes en el río Bidasoa, y- según datos que tengo a 1a
v ista, lo hacen aprovechando la primera luna nueva
del mes de enero, fecha en que parece sieinpre ha-
llan alguna pareja preparada para el clesove.
I?sta operación se lleva a cabo por los guardas
afectos a aquel establecimiento, y la verifican eti
la siguiente forma :
FÁBRICA DE ARTÍCULOS DE PESCA
U F.

PASCUAL PONCE MARTINEZ


MURCIA, Pa^eo del Malecón, número 1
DIKI'.CCI(yN TF.LF.GRAFICA: PASCUALÍN. - Teléfono n ^ mero 2624

l anzas o Pelos
de pesca de to-
uas clases.

Líneas para la
pesca con cala
val ^olantín.

Racinas
inglesas

11dCilldS
^ Maravilla.^+

Moscas artill-
ciales de todos
los tipos.

,\niuvlo^ mun-
tadosala ingle-
sa y a la fran-
cesa.
^+.^u+.a +++,risu+:^n.^

Crins dc florence Silkwortn Gut


fias de Lil;ne Lcdders
Ilacines anklaises Eny;lish 12acines
Racines ^ Nrdrdvilla^^ Artilicial (lies
Mouches arliticielles and
Hameçons montés, elc. snelled Hooks, etc.

Seídemwurmdarm und andere


Artíkel fíír díe físchereí
TRtiCHA Y SAI,DtON TUI

Como antes hemos dicho, los salmones, cuando


están preparados para el desove, forman sus camas
en las colas de las corrientes y señalan las mismas
al frotar las hembras sus cuerpos sobre los cantos
con que forman el nido, porque las limpian comple-
tamente.
Primcramente observan duranfe el día la prese:;-
cia de las parejas, y una vez conocidos los sitios, pro-
vistos de una especie de butrino metálico con boca de
forma ovalada como de un metro, sujeto por su e^-
tremo por un mango de madera de unos tres metros,
por la norhe se acercan al punto de emplazamiento
de las camas, y con sumo cuidado colocan el aparejo
de captura sobre el pez, dejándolo debajo.
Como para sacarlos del rio es necesario el au^ilio
de dos personas, que necesariamente han de meterse
en él, ha de dárseles caza a los dos ejemplares a
la ver,.
Ordinariamente, primero se capturan los machos,
porque las hembras, aun cuando se les moleste, re-
toruan de nuevo a las camas, mientras que los ma-
chos, al notar la falta de su hembra, en el momento
que ven el nido destrozado y vacío, huyen de aquel
sitio en busca de su hembra.
La captura de los salmones reproductores en el
Bidasoa se hace penosísima por demás para el perso-
nal, pues a veces tienen que registrar todas las co-
rrientes, desde ^'anci a Vera, y en ocasiones m^ís
ahajo de Vera, y como después de capturados han de
ser conducidos a Mugaire, que dista más de veinte
kilómetros, llegan bastante maltratados y en ocasio-
nes hasta se inutilizan y no se pueden soltar nuc-
vamente al rio.
ri
AGUSTIN DR CAti'fK0

Como necesariam.ente, para que lleguen con vida,


han de pertnanecer en agua, se les íntroduce en unos
depósitos es profeso, y en esta forma, por cierto nada
apropíada para un pez tan delicado como es el sal-
món, han de permanecer en ocasiones más cie una
hora.
I,as operacíones de desove artificial y el proceso
de las incubaciones son las mísmas que quedaron de-
talladas al tratar del desove de la trucha, _y^, como los
jaramugos de ésta, tardan en nacer unos cíncuenta y
cinco días.
De los salmones que se emplean en Mugaire para
la fecundación artificial son pocos los que sobrevi-
ven después de la operación ; los machos sucumben
todos, y en cambio las hembras se defienden algunas.
Antes de cerrar estas líneas he de consignar la va-
líosa cooperación prestada para la defensa de este
pez por algunos consecuentes aficionados que desde
hace años han dedicado todas sus actividades al fo-
mento _y desarrallo del mismo, y sin duda alguna,
debido a estos es#uerros han conseguido acrecentar
la producción en algunos ríos de Santander y- As-
turias.
Había ríos que se encontraban en período agó-
nico debido al eticesivo castigo que anualmente se
les infligía por los furtivos, y era tal la dísmínucií>n
observada, que se temía la desaparición absoluta.
Aun cuando hiera la modestia de dichos seiiores,
por creerlo de justicia citaré sus nombres : son éstos
don F,nrique de Ibarra, que durante varíos años tuvo
en arríendo un trozo del río Asón, aguas abajo de
Gibaja ; don I;nrique G. Camino y don Javier del
Hoyo, que actualmente llevan en arrendamiento un
TRCCnA Y SALD?óN i63

trozo del río Pas, y el Eticmo. Sr. Marqués de Mar-


zales, que también tuvo en arriendo un trozo en el
río )^o, en Asturias.

Pesca del salmón.-A primera vista parece que


la pesca de este pez tiene que ser privativa de depor-
tistas de altura, cuando en realidad no es así, y para
salir del asombro no tiene uno más que presenciar
una sesión, para convencerse de que es bastante más
fácil que la pesca de la trucha.
He cambiado impresiones con personas que lle-
van practicando este deporte por espacio de varios
años, que así me lo han asegurado, y para corroborar
ésto baste decir lo que le ocurrió a mi buen amigo
don Salvad.or Alonso y familia.
'I'anto este señor como su esposa jamás habían
tomado en" sus manos una caña de pescar salmón,
y el día 3o de abril de i93o, después de haber oído
lo emocionante q^e resulta el sujetar un pez de éstos
clavado en el anzuelo, se dirigieron al río Asón, y
en Udalla (Santander) les facilitaron los enseres ne-
cesarios.
La espedición no pudo resultarles más fructífera,
por cuanto dicho día consiguieron los cuatro debu-
tantes --el matrimonio, otro señor que les acompa-
Iiaba e incluso el chofer- otros tantos salmones de
buen tamaño, mereciendo hacer mención de la labor
realizada por la señora Alonso, que ella sola, sin
ayuda de ninguna especie, consiguió cansar uno de
los peces de más de diez libras de peso.
Claro está que no es lo corríente sacar cuatro sal-
mones en una sola sesión, pero como aquel día pu-
diera ocurrir que, con motivo de que el río Asón
TKCCHA Y 5AI,btOV i55
__ ___

arrastrara gran caudal por efecto de las persistentes


lluvias, sucedería, y no tiene otra e^plicación, que
los salmones entrados recientemente se estacionaran
en ]os pozos cercat;os a Udalla, que ftté e] punto de
pesca.
^s de advertir que todos, incluso la señora, han
practicado el deporte de la pesca de trucha con catia,
que es por donde debe empezar el que quiera y pre-
tenda pescar salmón.
Conozco un pescador que tcndrá capturacíos va-
rios centenares de salmones, y me dice que la impre-
sión que le produce la lucha de un pez de éstos cla-
vados es más emocionante que verse ante un oso.
Sin embargo de esta afirmación, ]os dos únicos
salmones que he capturado a devón no me produ-
jeron tal emoción, porque a los quince mintttos de
lucha se rindieron ante el castigo que representa un
devón atravesado en la boca.
Por lo tanto, pescador deportista, antes de lan-
z^trte a este deporte has de saber que son necesarias
cuatro cosas :
t." Conocer a]a perfeccibn el manejo del apa-
rejo de la trucha.
;." Tensar bien los nervios para con tranqui-
lidad cattsar la píeza enganchada, sin dejarla soltar,
ni menos que te domine el pez.
3." Tener la habilidad necesaria para arrimar
]a pieza a la orilla, para que con ayuda del gancho
sea e^traída del río, y
4." F.sta la más principal : Que en el río haya
salutones.
^fortunadamente, en F,spaña, a pesar de la es-^
pantosa guerra que desde hace muchos atios se les
l'i+,^+lm+in abril+^ln pescad+i +•n +^I riu ^tiun cl di^+ 1+1 ^Ir nr+^
duu h:nriyue de Ibarra
TRtiCIiA Y SAL11bN i67

está haciendo, si bien se ha reducido la especie y en


algunos ríos ha desaparecido, no ha podido ser des-
truída totalmente ; hoy tenemos alguna garantía para
poder pensar que no se acabará, porque, afortu-
nadamente, tenemos dos organismos de reciente crea-
ción : el Consejo Superior de Pesca y Caza y el Pa-
tronato Nacional de Turismo ; además contamos con
unos cuantos aficionados que, aun a costa de gran-
des sacrificios, han puesto decidido empeño en acre-
centar la especie, y a fe que mucho han hecho en este
sentido.
En la temporada de i93o han sido varios los
aficionados bilbaínos que, provistos del aparejo
de devón, han capturado salmones en los ríos Pas,
Deva y Nansa, de Santander ; entre otros, mis ami-
gos don Laureano Alonso de Celada, don Sabas de
Unzueta y don );duardo Calleja, y tengo la seguri-
dad de que el atio prótiimo, algunos más que lo han
intentado infructuosamente el presente, lo harán en
regla, puesto que se han encargado equipos comple-
tos de cañas, moscas y cucharillas.
I,os enseres necesarios para este deporte, ade-
más de las cañas de fabricación nacional (casas de
Murcia), los restantes : moscas, carretes, bajos de ]í-
nea, sedales y cucharillas, todo ello es de fabricación
estranjera.
No existen reglas para este deporte, como ocurre
en ]a pesca de la trucha, pues tratándose de un pez
emigrante que no come en el río, tiene días que, 'por
efectos que se desconocen, no sale de su cama a nin-
guna clase de engaño.
Entre todos los aparejos que se usan para esta
clase de pesca lo problable será que el devón y la
^ c
ya„ ^ Oi
^v a a
^
^ ^ bD
^ ^ d
U =
d T ^ ^ ^ ^
a ^ O ^

_^ ^ O =^ y ^^
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^ C ^ •á ^ O `^ ^ i
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_ U Q ^Q v^á U ^

J ‚ aU U
TRL"lHA Y tiAi,11Úti

cucharilla sean los más eficaces, puesto que estos


peces, al entrar en el río, eligen como punto de pa-
rada los grandes pozos, cuyas profundidades en oca-
siones pasan de cinco metros, y mientras la mosca ha
de ir flotando en la superficie, la cuchara y el devón
descienden a más de media agua.
El salmón en el río elige sus puntos estratégicos
para parar, y así se esplica que los pescadores, a la
vuelta de varios años, pescando un trozo de río, se-
pan dónde han cíe lanzar el aparejo.
I'or otra parte, es muy común en los ríos salmo-
neros que estos peces ciertos días ^^ en determinadas
horas den saltos rebasando ]a capa del agua v se dejet^
ver completamente ; estas manifestaciones dan lu-
gar para saber los pozos donde esista salmón.
Todos los demás detalles de esta clase de pesca
han de salvarse en la orilla del río, pero como diga
es indispensable conocer el manejo de la caña de
trucha ; es decir, que un buen pescaclor de trucha
a mosca puede pescar salmón la primera vez que lo
intente.

Algunas reglas para este deporte.-El verdadera


sport de la pesca del salmón es la catia con aparejo
de mosca, de las que e^isten una infinidad de varie-
dades en los cat^ilogos de las casas inglesas, que sir-
ven perfectamente para nuestros ríos ; hay además
moscas giratorias, y suele emplearse en algunos
sitios del río donde ]a corrieute no sea nniv fuerte la
mosca flotante. ✓
F,1 color y el tamaño de las moscas depende de
las condiciones del agua del río y de las atinosféri-
cas, aunque hay momentos durante el día en que e1
TRL'l'TL^ Y SAL91(^N 171

salmón no quiere tomar nada y en otros lo toma con


avider, lo que demuestra, aparte de otras muchas
consideraciones, que la mosca atrae al salrnón, no
con el objeto de alimentarse, sino por el afán de mor-
derlas.
Para que la mosca funcione bien es preciso que
haya una corriente regular ; la mosca debe lanzarse
en direccióu a la orilla opuesta, no euteramente en
ángulo recto, algo más bajo en dirección de la co-
rriente, con el objeto de que el sedal o línea quede
recto ^^ tirante.
Puede lanzarse la mosca desde la orilla en muchas
sitios, pero en otros hay necesidad de meterse en el
río, y para ello debe ir uno prevenido con pantalones
de goma y botas, zapatos o alpargatas a propósito.
F,1 salmón puede pescarse también con el camarón
o aparejos giratorios imitando a pececillos, o simple-
^ mente aparejos de metal blanco o bronceados o en
forma de cuchara.
La pesca con el camarón se hace casi al fondo de
las corrientes y a cierta profundidad en los pozos,
empleándose algún plomo, dejándolo correr en la co-
rr^ ente y recogiéndolo contra la misma.
Los aparejos giratorios deben lanzarse en direc-
cíón de la orilla opuesta y recogerlos contra corriente
también a cierta profundidad. Por regla general el
camarón y los aparejos giratorios se emplean en
aguas de baja temperatura. F,n I^oruega se emplea
^l camarón en la mayor parte de ]os ríos, y no la
mosca:
1^,n Ios ríos de Santander, Asturías y(^=alicía, la
mosca da mejor resultado ; también cuando las aguas
de los ríos estén altas y algo turbias, los aparejos
MC^^^11^-NTCI UF. h:.AI( N^Il )N: I
y Arcllano ir;^hajnndn uu salm^lu rn el rin As7^n (Sant:anderi clav^idn i^n
' un siptireio de Irnrha: el prinieru con la ctiiia. La lucha dur^1 m;1s dr unn
^hnrai, y dcspui^s de ^;randrs trah:^j^r:, cl s:tlnu^n sc Ilrvó ^•I apar^iu.
TRL'CI1:1 Y SAI,IIÚN ^i ^

giratorios deben emplearse cou preferencia a la


mosca.
El salmGn puede pescarse también con lombrices
flotantes eu la mitima forma que con la mosca.

Figura 45 - Moscas tialmoreras corricntes

I,a catia para la pesca del salntón tiene ^;eneral-


mente de dieciséis a dieciocho pies de lon^;itud, aun-
que hcl^^ los grancíes aficionados emplean una más
corta, de catorce a quince pies, con ]o que se hace
más fácil la pcsca ^- es mat•or el «sP^^rt^^ quc da. Para
lauzar los aparejos ^iratcn-ios dehe e^uplcarse caña
m.ís r^^rta y carretc clistinto.
L^nn^ complemento ci^^ l^^ que queda detullado, cun-
signarcnios a cuntinuación al^ttnus grílficos de las
Ii4 AGtiST1N D1: CAST120

añagazas más corrientes que se emplean para la pesca


de] salmón.

MQSCas salrnoneras corrientes.-Si e^amináis al-


guno de los catálogos de las casas inglesas, hallaréis
muy cerca de un centenar de moscas de todas clases,
díferentes todas.
Algunos deportistas poseen colecciones enonnes,
pero de ordinario no utilizan más que las que apa-
recen en ]a figura núm. 45, cuya coloración es como
sigue :
a) Color de pluttta amarillo, con motitas negras
y apéndices.
b) C^olor de pluma amarillo gris ; plumillas ro-
jas adlteridas al cuerpo, que es negro ; tiene apén-
dices de dos tramos.
c) Muy parecida a 1a anterior, sin plumillas en
el cuerpo y apéndices cíe un solo tramo.
d) lle mayor tamano ; plumas de varios colores :
amariIlo, rojo, verde y negro ; cuerpo claro, rayado,
y apéndices amarillos abundantes.
e) Cuerpo negro rayado, plumillas adheridas a
éste de color gris ; apéndíces pronunciados ; los colo-
res de las plumas están marcados con motas negraç
uniforntes.

Moscas salmoneras para aguas ba^as.-Como de-


jamos dicho anteriormente, la inmensa nta_voría de los
ríos salmoneros cie 1~;spatia son de escaso cauclal por
el corto trayecto que recorren, y por esta causa mu-
chos ^años en el mes de abril descienden las aguas en
tal forma, que quedan reducidos los sitios dond^^ prac-
ticar el deporte, ya que desaparecen las llamacias ve-
TRLICHA Y SAI,DfÚN I ^^

nas gordas, sitio que elige el salmón para perma-


necer.
Para este caso está previsto el empleo de las mos-
cas que aparecen en el gráfico siguiente, cuyas carac-
terísticas y coloración son como sigue (figura nú-
mero 46) :

Fi^;ura 4G - Moscas salmoneras para aguas bajas

a) I)e escasa pluma color gris ; cuerpo rojo ra-


yado de blanco v apéndices cortos de color amarillo ;
el anzuelo queda al desnudo en más de un tercio.
b) De tamaño algo Lnás reducido, escaso plumaje
de color vcrde cou remates de color anaranjado ;
también queda al descubierto cerca de un tcrcio del
anzuelo.

Moscas salmoneras ^iratorias. - I?sta clase de


niosca se diferencia de las auteriores en quc tiene
en las pro^imidacles cicl vástago del anzuelo dos pale-
tas, como los devones.
Su uso es clistinto, pues después de lanzadas aI
río, deben cogerse suavemente, para que giren y se
hagan más visibles dentro del agua.
^'fIN 1)H G1tiTH0

F,stán ittdicadas para ríos de po^os profundos,


pero no se tieuen uoticias de que se usen eri F,spaña,
cosa que dehe ensa^^arse en ]os meses de febrero y
marzo en los días fríos. Su coloración es como sigue
{figura níim. 47) :

FiKnre 47 - Moscas salmonera^ giralurias

a) Ahwidante plu^na, dond^^ do^niuan los colo-


res amarillo y rojo con tres franjas negras ; cuerpo
negro con rayas claras ; pluinillas abundantes adhe-
ridas al cuerpo, y apéndice corto y pohladu.
b) Pluma reco^rida de los colores amarill^^ y
gris tuosqueado ; cucrpo claro y apéndiccs cortos uiuy
unidos a la plu^na del cuerpo.

Aparatus ^iratorios.-F,^isten una iniinidad rle


aparatos giratoric^^s que se emplea^l con ézitu eii la
pesca del salmGn, de alguuo de los cuales, además de
detallarlos gráficamente, e^plicaré sus cualidades
^figura níim. g8) :
Ti:t'CHA i" S;1I,AIbti

Fi^urfl 48 - Aparetos giratorios (Devones)

En este gráfico aparecen tres clases de devones ;


recon^ettdables los tnarcad^s eon las letras b y c, y en
i ^^
1G1-ti^ClA 111; C.^1tiTd^)

cuanto al marcadc^ ccyn la letra a, a mi ,juicio no es


recoinend^tble, porque posee auzuelos laterales, _y al
laniarlo^, freruenten^ente c^curre que los grampones
de 1^^s c^^stados se enredau, ti^ al reco^erlos salgan
atra^^c^,cdus.

(^iRur^i 4!I - Ap.uatos giratorios ^Cucherillasi

I?.^te detalle es necesario no Perclerlc:^ de vist^t,


pcirque si esto orurriera cs lo ^uficiente para aliu^'en-
tar al saluuín, tc^da vcz quc ve^ría cl cn^añu.
I;1 uso de estc^s aparat^rs e^ rec^nuendable sola-
ine^rie en a^;ttati turhias ^^ cn pozc,s prc^fuudos, bu^-
can<lc^ las cr,las ^^ rc^stadc^s de las corrientes, puntc^s
clon<]e sc encuc>>tra perfect<im^nte e] .^al»>cín.

Cucharillas.-l.^uctnclo el salni<^ii, en un día claro


y a^^ua crist<<lina, se niega a salir a la tn^^scu, se ttti-
'fitt ctin v s:u.^tu^ Iry

liza el aparato llamado cucharilla, que se lanza en la


misma forma que los aparatos giratorios, llevando
adem^is en el bajo de línea un plomo (fig. nízm. 49)•
Para que la cucharilla dé buen resultado es nece-
sario conocer el río, y dehe recogerse en forma que
salga muy prb^íma al fondo.
I,as cucharillas son cle metal ; algunas están fo-
rradas eii su parte có^icava con frauela roja ^• tiencu
plateada ]a parte co^iveta ; otras esta^i pintadas de

F i^;ura 50 - Aptirato port^i-lanqostino

rojo por una ele sus caras, ^' tainhién las ha^' romple-
tanicnte plan.LS, teniendo en su parte fiual una hor-
lita roja.

Aparato porta=langostino.-1~:ste aparato tiurtc iu-


tuejor,ihles resultad^,s en Noruega.
Sabi^lu es que el salmbn rincle ^u trihuto a la caiia
uo por la urcesidad de alimentnrse, como ]o harían
las dcmbs peces, siuo por el afán de triturar en su
boca todo pez o insecto que pase por sus inmedia-
cioues.
En I;sparia se desconoce est% procedimiento, pero
como se trata de una atiagaza más, que no tendría
iSu nc^srí:v nH cnsrii^^

nada de particular que resultase fructífero su einpleo,


consignado queda por si algún deportista quisiera
hacer uso de él (figura núm. So).
Debe lanzarse como queda indicado en los devones
y cucharas ^^ recogerse lentamente.
T121'CHA Y ^AI,111)N i^I

RIOS SALMONFROS MAS INIPORTANTF,S DI~;


ESPAÑA Y SUS AFI,UF,NTES

Como dato curioso detallo un cuadro estadístico


que el Eticmo. Sr. Marqués de Marzales consigna en
l;I 14'Iemoria titulada Ríos sahnutteros de Ast urias,
que presentó a la Diputación de Oviedo en septiem-
hre de ig^7:

Hecorrida ' Aecorrido


RECiIONES Y RÍOS en de sus
I kilómetros ^ afluentes
Kilámetros

('ialicia l
Atíito. . . . . . . . . . . ; 280 450
Tea (afluente del Miño) . . . . . . ^^ 40 20
^^rmaya íd. . . . . . !, 70 40
Neira íd. . . . . . . . 45 35
Parga íd. . . . . . . 40 85
Sil íd. . . . . . ' 2(>U 760
Berdugo. . . . . . . . . . . 30 20
l,erez. . . . . . . . . . . . 45 40
Umia . . . . . . . . . . . . 55 20
200
Talmbre . . . . . . . . . , . 1^0 160
Jallas. . . . . . , . . . . . 50 40
Río Puerto . . . . . . . . . 40 30
Allones . . . . . . . . . . , 45 45
Mero . . . . . . . . . . . . . 40 35
Mandeo . . . . . . . . . . . 50 45
Eume. C5 35
Jubia . . . . . . . . . . . . I 30 10
Sor . , . . . . . . . . . 35 10
Landrove . . . . . . . . . . . 30 30
Masma . . . . . . . . . . . .. 35 25
Is2 AGUSTÍN llF. CASTRO

Asturias
Eo . . . . . . . . . . . . .^ 80 75
Barcea . . . . . . . . . . . `L.5 20
Navia . . . . . . . 1'_0 iG0
Ibias (afluente del Navia) ..... I 45 20
Canero . . . . . . . . . . . .I 40 35
Nalón . . . . . . ^ 130 100
Nora (aFluente de1 Nalón) . . . . . . 45 15
Trubia íd. . . . . . 45 35
Lena id. . . . . . :i 50 15
Narcea id. . . . . . ^ 105 1('k5
Pigueña (afluente del Narcea} . . . . 40 35
Sella. . . . . . . . . 6.5 55
Piloña (afluente del Sella) . . . . . 40 55
Deva. . . . . . . 70 l'h5
Cares (afluente del Deva) . . . . . .i 40 35
Santander ^
Nansa . . . . . . . . . . . .^ 60
Saja . . . . . . . . . . . . 55 ^ b0
Besaya (aftuente del Saja) . . ... 45 40
Pas . . . . . . . G5 G5
Pisueña (afluentc del Pas) . . ... 40 15
Miera . . . . . . . . . . . 45 15
Asdn. . . . . . . . . . . . 45 ; 65
Vascongadas
Cada^ua. . . . . . . . . . . 45 50
Nervión . . . . . . . . . . . .^ 55 50
Ibaicábal. . . . . . . . . . . 50 40
Plencia . . . . . . . . . . 3.5 z0
Deva. . . . . . . . . . . . 55 70
Urola. . . . . . . . . . . . 65 60
Orio . . . . . . . . . . . . 80 110
Urumea . . . . . . . . . . . 50 30
Bidasoa . . . . . . . . . . . . 70 80
'l'Hl'Cfl:1 Y SAI,^fUti

Como se ve poseemos en Espaiia nada menos que


cincuenta y dos ríos en los que pocíría darse el sal-
món, que tienen la friolera de 3.24o kilómetros, pero

. ` ^.._-^.-,
.^--
^ ^'
t. 2 3

Figura 51

1. Huevo embrionado.
2. Id. próximo a nacer.
3. Jaramugo recién nacido.
4. Id. q ue ha reabsorbido completamente la vesicula.
5. Id. de un mes.
6. Id. de dos meses.

es el caso que enkre minas, industrias v presas, es-


casamente quedan unos veinte ; siete en Asturias,
siete en (:alicia, cinco en Santander y uno en las Vas-
con^aclas, por cierto el más pobre de todos ellos, el
I3idasoa.
^C:L'ti'C1N DF C.AtiTRJ

v.
O
i^

w
O
^
^
^
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C4
^
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^
O
C1C
^

N
m

c-
rttrcx,4 r s.at.^io:a

Yara conoci-
miento de los in-
nunlerables afi-
cionados que
anualmente reco-
rren ]as orillas
de los ríos sal-
mnneros de la re-
gibn \orte, don-
de tanto abundan
las crías de sal-
món, t- con el fin
de que no pisen
la I,c^• _y pucdan
conocer z s t o s
para devolver a
los ríos los que
Se C1aVen ell st15
anzuelos, descri-
bo };ráficamente
t^^da la nletamor-
fotii5 d e diclto
pez, desde el htte-
v ^ enlbrionado
hasta que cstá eu
con^licicme^ d^
hajar al mar.
I.^iS fi^;urati nú-
meros ^ t, 5 ^ ^•
S3, clan i d e a
esacta clc todo
ello, t• ciuu^i po-
drá uhscr^^,irsc sc
.4(;L'STiN D$ CASTRO

diferencia de la trucha, principalmente, en tres cosas :


coloración, cabeza y forma de la cola.

Coloracióa.-I,os pintos presentan en su cuerpo


unas franjas oscuras (unas seis); distribuídas de ca-
beza a cola, y el color de su capa es gris claro.

Cabeza.-F,s mayor que la de la trucha y un poco


desproporcionada a su cuerpo.

Cola.-La tiene en forma de cola de milano.


CAPfTLJLO X

ARRENDAMIENTOS DE PESCA

Preliminares.-Por mi condición humilde soy con-


trario al sistema de arrendamientos, porque ello re-
presenta dar facilidades a los favorecidos por la for-
tuna ; mas estoy curtido en estas lides y reconozco
que el único procedimiento, entiéndase bien, el único,
que ho_y esiste para defender la riqueza piscícola
es seguir el régimen de arrendamientos, y para
demostrar a los aficionados que la riqueza piscí-
cola tiene muchísima importancia y es además sus-
ceptible hacerla prosperar en un período de tiempo
relativamente corto, no dudo un momento en ase-
gurar que si fuesen arrendados el cincuenta por
ciento de los ríos conforme a la Ley y se cumplie-
ran las bases de los contratos, todos nos favorece-
ríamos. F,sto hemos ido ganando con la publica-
ción de la nueva I,ev.
I,os primeros chispazos para esta obra han sonado
ya ; mis pronósticos de hace varios años se empiezan
a cumplir ; ya son bastantes los aficionados que com-
parten mi idea y, es más, piensan llevarla a la prác-
t^ca, no sólo algunas Sociedades, sino que también
particulares.
Según el artículo 47 de la vigente I,ey de Pesca
Fluvial, el sistema de arrendamiento de wi trozo
de río consiste en que un ciudadano cualquiera puede
^^S ncusrf^ r,^ casrizo

solicitarlo, para ]e cual se incoa uu e_.pedieute que se


forma en la Jefatura l'iscícola eorrespot^diente, se
establecen las bases en las que fi^urau las obligacio-
nes v derechos del solícítante, ^- como se trata de una
riqtteza que pertenece al comtín, sale a subasta, eu
la que puede tomar parte todo el que lo desec, pero
reservando el derecho de tauteo al que promovíb el
e^pediente.
Actualmente este asut^to se encuentra al <3ire
por cuanto no se ha publicado el proyecto de Regla-
tnetito, pero la I,e^^ dice que todos los arrendatnientvs
de pesca se harán de Real Orden, después d^ haber
sido llevada5 a caho todas ]a forrtialidades de subas-
ta, etcétera, etcétera.
F,n la actualidad debe solicitarse de la Direcri ^>n
(^eneral de Montes, Pesca ^^ Caza ( vlinisterio de I^ o-
mento), por inedio de una instancia reinte^rada cou
utia póliza de i'^o pesetas, a la cual se acompañar^i
un croquiti, quc puede ser siu escala, eu el que sc
comprenda cl trozo de río que se desPa arrendar.
Segúu la I,e^^ no podr^í ser objeto de arrendamiento
más que la mitad del recorrido de cada río, dejaudo
libre por lo tnenos, la otra mitad.
C^eneralmente, en los ríos trucheros v salmone-
ros, adem^is de estas especies existen otras ; angui-
las, cangrejos, barbo, loina, etc., ^^ para evitar cues-
tiones desa^radables que pudieran presentarse en lo
futuro, conviet^e que todas ellas entren en ]as hases de
arrendamiento, ann ettando después no se aprovechen.
Una vez iniciado el expedíente y-a no queda más
que presetltarse eu el n^ometlto quc se hace la deuiar-
cación por el Iu^eniero que se desi^ne t- concurrir
al acto de la suhasta, para lo cual recihir^t aviso, y^
Ttit'cttn ^^ snt.^-úx

si en la subasta hubiera algítn licitador más, seguir


las pttjas.
Fn todos los e^pedientes de arrendamientos de
pesca han de satisfacerse, en primer término, los ga^-
tos del desplaramiento del Ingeniero que haga el re-
conocimiento del río, y además, para tomar parte Ita
de cíeposítarse el diez por ciento del importe que se
fije como canon.

Petición de permisos para establecer criaderos.-


Los -^^untamientos, Corporacio't^tes, Sociedades S^
particulares que deseen instalar algítn criadero ictio-
lógico han de solicitarlo de la Dirección General dc
1^^lontes, Pesca y Caza por medio de instancias rein-
tegradas.
F,n la instancia se consignará el objeto para que
ha de dedicarse ; si es para destinar sus productos
en beneficio del común o si lo van a cíestinar para ob-
tener crías, para cumplir algún compromiso derivado
cle alguna concesión de arrendamieuto de pesca, para ^,
fines científicos o para repoblar algun troro de río
de propiedad particular _y- por lo tatrto en beneficio
propio.

Petición de huevos.-I,as N;ntidades, Sociedades '.


o particulares que tengan instalados criaderos, es ^
uecesario que durante los tneses cle septiembrc a no-
viembre hagan el pec}ido de huevecillos embrionados.
I;stas peticiones se harán por medio de instaucia
reiutegrada, a la Dirección General de Montes, Pesca '
v Caza (Ministerio de Fomento), indicando el nú-
mero de huevos que necesiten y variedad qtte se
desea. ,
TRCCI^IA Y SAI,^ION
.__ .._._...___. _._._.._ _ .

p;stos pedidos son siempre servidos de las PisCi-


factorías del F,stado con arreglo al orden en que lle-
guen y^ cantidad de que dispongan.

Petición de ;aramugos de trucha u otras espe=


cies.--I,as Sociedades que no dispongan de criaderos
y deseen hacer repoblaciones, har^ln el pedido duraute
los meses citados al mismo Centro, indicando el nít-
mero de jaramugos que necesitan, variedad o clase
^^ ríos donde han de ser soltados.
^ Conviene tener presente una cosa : que el traslado
de crías es más costoso que el de los huevos, por
lo que recomiendo la instalacibn de utt modesto cria-
dero ; con un gasto inicial aprosimadamente igual
a lo que costará el viaje de dos guardas encargados
de la custodia de los bidones, tenemos suficiente para
hacer una instalación de esta elase.

Peticiones especiales.-El artículo 4z de la vigen-


te I,ev de Pesca dice :
«Fl Jefe del Servicio Piscícola de la provincia
cuidará de autorizar en tiempo de veda, con las pre-
caucíones convenientes, la pesca _y transporte, con
fines científicos o para reproduccióu en los f;stableci-
mientos de piscieultura, de peces adultos de cual-
quier especie, así cotno la captura _y transporte en
todo tiempo de las crías y^ huevos destinados a los
mistnos fines de la repoálación de aguas empobre-
cidas.n
Ouiere decirse que uata Sociedad legalmente cons-
tituída que cuente con su modesto criadero, instalado
éste cou autorización, se halla en co,ldiciones de hacer
uso de estos derechos, t^ no solamente las Sociedades,
,^,;t^sríx r^r; c^s'rizo

sino que además cualquier I1,stablecimiento docente


puede solicitarlo.
^le inEorman de que en Fraucia se hace algo en
este seutido, pero tengo la seguridad de que aquí no
se molestar<i nadie ; la I,ey de Pesca no se repasa
más que cuando se pisa, ^^ ello para defeuderse.
I>e todos modos, briudo los beneficios del artículo
4'^ Por sí alguna Sociedad, Entidací o particular
quiere hacer uso de ellos, y eu este caso los Il:genic•-
ros del distrito correspondiente son los encargados de
hacer las concesiones v a ellos han de dirígírse las
I)Ci1c1o11es.

Constitución de Sociedades de Pesca.-:11go hc-


^nos avanzado en este particuiar, ^^ se huhiera avan-
zado aún más si, al hacerse los proyectos de Ley v
Reglamento de Pesca Fluvial, se hubieran atendido
Ias indicaciones que por la Sociedad de Pesca Fluvial
de $ilbao se hicieron al Consejo Superior de Pesca y
l^aza.
i^o se atrevieron los Vocales de dicho Consejo a
aceptar el principio de que las Sociedades de Pesca
constituyen la vanguardia de la defensa de la riqueza
piscícola, y por lo tanto no las rodearon de todas
Ias atribuciones que en realidad se mereceu. ^'o así
lo creo.
Concedieron a éstas el que fornteli parte como Vo-
cales natos de las Juntas Regionales, pero justo es
reconocer que debieron ir más allá.
I;n todas partes se premian los méritos de aque-
Ilos que se distingueu, y pregunto ^^o :^ Qué ventajas
tiene una Socicdad de Pesca, cual las actuales, que
^nvierten todo lo que recaudan por cuotas en una cosa
TRUCHA Y S.^I,1fÚ:K i43

que, al cabo y al fin, sabe que lo hace en beneficio


del común, sobre los demás ciudadano^ que no está^i
constituídos en Sociedad ?
Z'o no digo que a todas las Sociedades se les sub-
vencione y se les conceda iguales derechos, pero aque-
llas que se esmeren y se ocupen de repoblaciones y
que, controlados sus trabajos e iniciativas, se com-
pruehe que éstos deben estimularse para que sirvan
de ejemplo, entiendo yo que deben tener alguna
ventaja.
F,sta sería una fórmula para que se acrecentara
en España la constitución de Sociedades, y no cabe
duda que mucho podrían hacer para ayudar a que
prospere la riqueza de los ríos.
Constituir una Sociedad es un asunto sumamen-
te sencillo ; todo consiste en llenar los requisitos que
se establecen en el artículo 4.° de la I,ey de Asocia-
ciones de 3o de junio de i887.
Lualquier grupo de aficionados puede hacerlo,
sean muehos o pocos, y mejor pocos y buenos que
muchos e indiferentes.

Requisitos.-Hacer dos ejemplares de patatutos


con más o menos articulado, sobre todo lo que quiera
estahlecerse, puesto que no han de ser más que obli-
gaciones, y entre otros detalles complementarios no
pueden omitirse :
r.° El domicilio social.
z.° 1~;l objeto de la Sociedad.
3.° (^ue los menores de edad no podrán formar
parte cíe la Directiva.
4.° Cuotas que han de satisfacer los socios y
su cuautía ; y
i:s
TRCCHA Y ti9Lbi(^^N 195

5.° Forma de disolverse la Sociedad, así como la


inversión que ha de darse a los fondos que quedaren
sobrantes.
Estos dos ejemplares se presentarán en el Go-
bierno civil de la provincia, después de firmados por
dos socios, y a los ocho días se presentarán en ?1
mismo Centro :
[1n ]íbro de Caja y un libro de socíos, ambos fo-
liados, y copias del acta de constitución, que ha de lle-
var fecha posterior a]a que se consigne en los ^;s-
tatutos.

Denuncias por infracciones.-`I'odo aficionado al


deporte debe tener el civismo suficiente para denun-
ciar las infracciones que presencie.
1~;s desagradable el papel de denunciador, pero
tal y como están hoy ]as cosas hemos de dar frente
^^ no dejar pasar desapercibido nada cuando se trate
de infracciones de la I,ev de Pesca.
Para ello tenemos un camino a seguír ; cons-
tituirse en Sociedad y que sea ésta la que dé la
cara.
has denuncias han de formularse ante los A^^un-
tamíentos en cuya jurisdicción se cometan las infrac-
ciones, y en ellas se har^I constar lo siguiente :
^'ombre y apcllido del infractor ; lugar, fecha,
infracci6n cometida, testigos, si ]os hubiese, artefac-
tos que llevaba el infractor y pescado que tenía en el
motnento.
^ttnca debe entregarse una denttncia sin recoger
el correspondiente reciho, que será librado por el
Secretario del Avuutamiento, Alcalde o persona ha-
hilitacla para ello.
IUfi A(:USTÍN D$ CASTZO

AI^^I^l1.^I,ES D^ÑI^OS ^` AVES QLJ1^, PERJU-


DIC:^N :^ I,A PF,SCA

La nutria.-:^lgunos aficionados son de opiniótt


de que este animal, lejos de ser perjttdicial a ía
trucha ^- a] salmón, les heneficia, fundándose en
que la ttutria prefiere como alimento la anguíla y cl
cangrejo.
I\o colnparto esta idea, puesto que el fiuico apo^^o
de esta aseveración es que la aliguila destruye grau
cantídad <íc huevc^: ^• crías de trucha y sallnón ;
pero en cambio, ]a nutria raza cott mayor facilidad
a la anguila, porque ésta e^ rnenos ágil que la tru-
cha en sus mwímientos.
l;sta comprobado que la nutria se alinienta con
peces ^ cangrejos, y ett sus correrías por las nocítes
tto debe desdetiar todo lo que se pottga a su alcance,
sea trucha, altguila, bermejucla, Ioitta, barbo, etc^-
tera, etcétera.
Por otra parte, ]a íutica especie qtte ve de noche
es la anguila, v auuque tarda en stts movimietttos,
más torpc que Ia trucha y el salmón, tieue la ventaja
de que puede esquivar las acometidas y esconderse
con mucha facilidad.
^ue la ltutria ataca a la trucha con prefereucia
a las detnás especies está comprobado, por cuanto ^•n
sé cíe un ejetnplar cazado en las cercauías de I^u-
raugo, que al descuartizarlo le hallarott en su est^^-
nlago restos de varias truchas y cangrejos ; tam-
bién se íta dado cl caso de hallar una truclta tnuerta
de regular tamaiio a la que le faltaba un trozo de su
TRCCIiA Y sAL11(>N 197

cuerpo ; ésta tenía colgando su cola y estaba seña-


lada una dentellada.
ntro detalle, muy significativo por eierto : la nu-
tria vive de prefereucía en las prosimidades de los
ríos trucberos ; se ve en algunos que no lo son, pero
abuncía tnás en aquéllos.
F,ste animal, en algunas partes, lo cazan de no-
che ; pero si en alguna ocasión se viera sarprendida
por la presencia cíe algítn cazador ^^ fuera de día,
desgraciado el perro que se ponga a su alcance, pues
se ha dado el caso de que un perro, persiguiendo a
una nutria, haya tenido qtte librar batalla, saliendo
el perro con el vientre rasgado de un zarpaz_o.

Tordo de agua y martíu pescador.-Aquí tene-


mos dos avecillas que a simple vista parecen inofen-
sivas v no ]o son.
:-ltnbos persiguen ferozmente las cantas de los
salmones y de las truchas, ^^ levantan tantos huevos
como los peces que habitan las aguas, comida qtte
prefieren durante la época dcl cíesoee.
^iparte de ésto, durante el atio persiguen sin des-
canso los jaratnugos de ]os salm6nidos, de los que
se alimentan preferentemente.
Fs curiosa la vida de estas aves ; ambas viveu en
los ríos y no se apartan de éstos ni para criar ; ha-
cen sus nidos en las paredes de las presas o entre
]as peñas por donde pasan las aguas.
kecuerdo de dos casos, que los relato para cono-
citniento de mis lectores. h;n cierta ocasión vi pene-
trar un tordo de agua atravesando un plano del lí-
quido que bajaba de una presa. Atraído por ]a curio-
sicíad, pregunté a un muchaebo que se hallaba en las
TRL'CHA Y SAI,DfON 199

inmediaciones, y me dijo que en la pared de la presa


etistía un hueco donde tenía el nido.
^uise confirmarlo y, en efecto, un día del mes de
agosto encargué a un individuo que penetrase en el
estribo de la presa en el momento que no bajaba agua
y que buscase el nido, que, por cierto, lo halló, perc.
vacío.
Otro caso registré en las cercanías de Arredondo
(Santander). Alguno de mis lectores habrá visto una
cueva de donde sale un manantial a unos tres kiló-
metros de la C aseada (nacimiento del Asón}_
1~;n dicha cueva vi penetrar un tordo de agua y
supuse que allí tendría su nido : penetré en la mis-
ma, registré todos los rincones, y en uno de ellos
hallé un envoltorio de musgo, e^aminándolo con
detenimiento, y pude comprobar que se trataba
del nido.
'1'anto el nido del lnartín pescador como el del
tordo de agua lo constituye un montón de musgo, y
la concavidad donde ]a hembra deposita sus huevos
toda e11a estí^ constituída cou espinas dorsales de
pececi Ilos.
I,a nutria y las dos aves detalladas están conside-
radas como perjudiciales a la pesca y se incluyeron
como daiiinas al hacer los proyectos de Ley y Re-
glamento de Pesca, precisamente a petición de la
Sociedad de Pesca Fluvial de Bilbao.

Conservación de los artefactos de pesca.- A1 fina-


lizar cada temporada el deportista debe procurar
que sus cañas y demás aparejos no queden abando-
nados, para ]o cual deben tomarse las medidas si-
guieutes :
200 ^1C1'tiTÍN DF, CAS'1'P.O

Ca^la.- Después de un repaso minucioso y' bien


limpia, se cubrirá cuidadosamente, tramo por tramo,
con un papel fino, y se meteu en su funda para que
no se empolven ; hemos de tener en cuenta que el
polvo les perjudica y la lur les come la piutttra.

Carrrle^.--Dehe ett^;rasarse iuterior y exterior-


mente con buena grasa que esté esenta de sal, ^- guar-
darse en una cajita.

Aj^arej^^s.-No conviene tener preparados más de


cuatro, dos finos y dos entrefinos, y cuando al final
de la tetnporada quede alguno, se desmontarán las
moscas ^• se arrollar^in en forma de circunferencia.
Los aparejos jurttatnente con ]as pitas que queden,
se procederá así : por separado, las pitas de cada gro-
sor se euvolverán en papel ítterte, impregnado éste
de aceite común, y estos paquetes se meterán en un
tarro de cristal de boca ancha con tapa esmerilada ;
los tarros de cristal se envolverán en papel oscuro
para que no penetre la luz ; euando no se dispon^a
de tarros de cristal, puede hacerse uso de una cajita
metálica de buen cierre.

Mo,cas.-Pueden conservarse en uua cajita me-


tálica, envueltas en papel fino, colocando en el fondo
alguna materia desinfectaute, bolas de naftalina, et-
cétera.

Serla.-Diariamente, después cle terminada cada


sesíón de pesca, al Ilegar a casa debe soltarse la seda
del carrete y secarla ;_y al finalizar la temporada, se
le dará una mano de cerolina, y recogida en forma de
TRtiCHA Y SA[.M(11^ 20I

madeja, colocarla envuelta en un papel impregnado


de aceite dentro del tarro de cristal donde deben
gttardarse las pitas.

Voracidad de la trucha.-Indudablemente, la vo-


ra ^ idad de la trucha no ticne límites, ^ sin ningit^i
reparo puede asegurarse que diariamente puede con-
sumir algo más de un tercio de su peso.
( iran aficionado a estos asuntos, he tenido la eu-
riosidad de e^aminar el vientre de algunos ejemplares
que llegaron a casa, para ver lo que tenían almacc-
uacío en ^ su estómago, quedando sorprendido eu las
primeras investigaciones, porque aquello era un ver-
dadero almacén : residuos de cangrejos, espinas cíe
peces, conchas de ^aracoles, vestigios de grillos, sal-
tamontes, etc., etc.
En algunos casos he hallado en la entrada deI
esófago restos de moscas, cangrejos enteros al rojo,
peces pequeños, sanguijuelas, etc.
Fra ereencia general que la única especie que po-
día hacer frente a la trucha era la anguila, pero esta
ha quedado desvirtuado ante una fotografía que pu-
blic^ la revista inglesa «Coarnlri Life», de Londre.,^
donde aparece una trucha con peso de menos de
dos libras, que tiene en su boca, engullida hasta ?a
mitad, una anguila de unas diez ^^ siete pulgadas.
Para conocimiento de los aficionados vo_v a citar
algunos casos, incluso con nombres de los deportis-
tas que los presenciaron ; por cierto que todos ellos
son mu^• conocidos.
I)on Ram6n de Olauo capturó una trucha en eI
río ^^ela ( Iiurgos) que tenía en su vientre una peque-
^3a rata ; don Jose María de Murga, otra que se ha-
TRUCHA Y SA[,M^N zo3

bía tragado una cría de tordo; don Sabas de L1n-


zueta enganchó a devón una trucha eu el río N;bro, y
después de cansarla, en el momento de arrimarla a
la orilla, notó que se le había soltado, pero el devói:
arrastraba otra pieza tuás pequeña, que no ofrecía
resistencia ; la sacb del agua y vió con la natural sor-
presa que se trataba de un harbo medio macerado,
que sin duda tenia la trucha engargantado.
i41r. Jhon Newbigin clavó en cierta ocasión un pin-
to en el río Asón, quiso soltarlo y dió un latigazo,
v en el rnomento de caer en el agua, sin soltarse aún,
una enorme trucha cargó con el incauto pinto, dando
una sacudida enorme ; al darse cuenta el pescador,
recogió la línea a todo tren y consiguió meter la ^tru-
cha en la redeña antes de que pudiera soltarse.
Otro caso parecido le ocurrió a don l^Iario de
Elorduy ; peseando en el río 'I'rueba clavó a mosca
una trucha de unos seis centínietros ; quiso soltarla
por igual procedimiento que Newbigin, y al caer al
agua, otra trucha de unos quinientos gramos eargó
con la pequeña ; corrió igual suerte que la an-
terior.
1;1 caso más raro que se ha dado es el siguicnte :
Juanito Gorbea, en el mes de mayo de i93o, pescando
truchas en el río Gerea, llevaba como acompañante a
un aficionado que, gustándole estremadamente la
trucha en el plato, quería aprender a capturarlas a
caña.
En las proximidades de Palazuelos consiguió cla-
var un bonito ejemplar, que despu'es de cansarlo, con
auxilio de la redeña ]a sacó del agua.
Observó (^orbea que la trucha tenía colgando de
la boca un trozo de cuerda ; tiró de él y se vió sor-
204 ,^c,usTín nr: casrRo

prendido con que cíetrás venía un objeto raro ^ que


se trataba de una rata de agua. F,n el momento cle
presentarse el acompaiiante, le cuenta el episodio, 1P
pide éste el ejentplar y, al e^anlinarlo, observa que
tenía asomando por su hoca otra rata.
^tio terminb aquí el raro caso, puesto que en casa
le e^trajerou la terc•era rata. 5e trataba de una tru-
cha que apenas pesaba sus quinientos gramos.
F,n uno de los pozos del río Asón (Santanderl, en
cierta ocasión, redando el salmóu, fué e^traída tnuerta
una trucha de unas cinco ]ibras de peso.
F,titraiió el fenómeno, porque no presentaba nin-
guna señai cle golpe, v al examinarla se le hallaron
dentro cíe su vientre tres sapos de gran tama^io ;
pagó cara su glotonería.
El año iqz8 exístía en 17urango, aguas arriba de
la lla^nada presa de «Lapíco», una enorme trucha,
acerca de ^uyo peso se discutíó mttcho, aseguran^^o
unos que pesaba cinco libras ^^ otros que no ]legaría
a ese peso.
A esta trucha se le llegó a deuominar l^z hcn^io^na,
^^ fueron muy pocos los durangueses que no presen-
ciaron los paseos de aquel hermoso cjemplar, que to-
dos los días, a una hora determinada, salía de su
cueva a tomar el sol.
De la 12a^rrao^la se ocupó la I'rensa, v apareció
una cr^nica en El l,iberal, de Bilbao, firmada por
Fepe, e^^ la que aseguraba haber tenido una interviú
con ella, ^• que ésta se le había quejado de que no ^e
dejaban vivir e incluso se había atentado eontra su
vida con arma de fuego.
A la tal trucha, envidia de muchos, es cierto que
una maiiana mu3- temprano se le disparó un tiro de
TRtiCHA Y s.4I,SIÓ^ 2^)^

fusil, pero para entonces ^^a tenía clavados en su boca


un buen número de anzuelos de todos los tamatios.
I^o conseguí ni un solo día verla ; bien es verdad
que mis horas disponibles no compaginarou uunca
con la salida de su cueva, pero tanto se hablaba de
ella que, tetniéndome lo que m^ts tarde ocurrió, inter-
vi^ie para solicitar de la Jefatura de Pamplona que se
permitiera la captura de la Pnni.^>iza para depositarla
en uno de los estanques del Municipio de Durango y
conservarla para que sirviera de reproductor.
\o accedió la Jefatura de Pamplona a esta peti-
ción, que se le hizo oficialmente, y ocurrió lo que for-
zosamente tenía que pasar : que uua noche vaciaron
la presa ^ desapareció.
'1'engo entendido qtte en el esófago de la Ra^rzo^na
se hallaron clavadas más de ttna docena de alfileres
que, sin cluda alguna, una mano criniinal las arro-
jase con gusanas ensartadas, así como que en sus
mandíbulas tenía clavados tres anzuelos ; r; como todo
se sabe en este pícaro mundo, también me enteré que
la tal Pafizoii.a no mereció ni siquiera los honores de
ser e^puesta en el escaparate de un Restaurante,
sino que fué comida en una indecente «tasca».

QuERER ES PODF.R

Para conocimiento de los diferentes aficionados


que tengan a bien leerme, vo^- a detallar los trabajos
realizados en Vizca^^a en beneficio de la riqueza de
los ríos desde el aito r9ro a la fecha, labor que se
dehe en su ma_yar pafte al empeño pucsto solamente
^^
TH['CHA Y tiAI,91ÚN 2u]
_ _

por un puñado de aficionados, y para mayor com-


prensión lo detallaré por estados.

Crías de truchas procedentes de la Piscifactoría


que el Estado posee en Mugaire (Navarra) soltadas
en los ríos desde el año iylo al i91q :

ARos l^ Yariedad Cantidad DESTINO

1910 Ij Arco Iris 3.^00 Todos estos productos se


1911 I Id. i.000
destinaron a los ríos Ibai-
19t2 Id . 5 . OOo
1913 I, Id. 5.000 zábat , nlañaria, Orovio y
1914 ' Id. 5.000 Garay.
j TOTAL. 21.OO0
No'rA.-Además de esta cantidad, la ^^cma. Di-
putación de Vizcaya llevb a cabo algunas disemina-
ciones de alevines durante los aiios i9zz _y r9^3, en-
cargando de estos trabajos al Ingeniero don Tom^ls
de )~;palza.
A partir del año 1gi4 el asunto tomó estado ofi-
cioso ; el año r9i5 se montb un criadero en Durango
y el aiio i9z6 se instalaron otros diversos en los pue-
blos que se mencionan, donde se han incubado loti
siguientes huevecillos :
Años Cantidad APios Cantidad Años I Cantldad

1915 ^ 5.000 1920 ; 5.000 1925 ^ 10.000


1`> 16 ^ 5. 000 1921 10 . 000 ^ l 92G ^^, 58 . 000
]917 ' 5.000 1922 l0.000 1927 ; 63.OOo
1J18 ; 5.OO0 1923 ]0.000 1928 ^I 55.000
1919 ^, 8.000 1y24 10.000 '
En total, 2G2.Q00, procedentes de ^Sugaire (Navarra).
2(}^ AG[?STÍN DF CASTRO

F,sta cantidad se distribuvó en la forma si-


guiente :

VARIEDAD
PUEBLOS Totdl
Areo Iris I Común Salmón

Durango . . 117.a>o ^ ^.ooo n 123.000


Amorebieta . 15.U(b » » 15.000
Villaro . . 10. (x^ 4.000 » ]4.U00
Miravalles . 15.0(x) » » 15.000
Munguía . . ]0.0^,0 5.G00 » 15.000
Lequeitio . » ^ » 15.000 15.U00
Valmaseda . 2^0.000 » » 20.OC0
Dícido . . 1o.ocx^ » » 10.000
Marquina . ]O.OUO » » lo. o00
Bilbao . . 10.U00 » 10.000
^2amales. . » » 10 y000 10.000
$arambio . 5.000 I » 5. (xx)
TOTALES. 222.000 15.000 2 5 . (X)0 2G2.000

^1 año rg2q no se llevaron a cabo incubaciones


en Vizcaya más que por la Sociedad de Cazadores y
Pescadores del Oka (Muuguía) : v^einte Inil de la va-
riedad Arco Iris, cuyas crías fueron soltadas en ]a
zona de dicha Villa, e^cepto un lote que cedieron a la
Sociedad cle San Julián de Musques.
Para la citada temporada y a su debido tiempo
se hicieron los pedidos reglamentarios de huevecillos
para todos los criaderos de la provincia, pero no fue-
rou servidos por causas ajeuas a la Sociedad de Pesca
Fluvial de Bilbao, encargada de hacer tales peti-
í'1O11eS.
Además de esta produccibn, y como vía de en-
sayo, se incubaron en Durango algunos millares de
TRliCF3A Y SAI,M!)N

huevos de las variedades Salmón, Leven y Fontinalis


que representarían unos diez mil entre todos.
F,n las instalaciones de los criaderos ictiológicos
con que hoy contamos en Vizcaya se han invertido
las siguientes cantidades (aproYimadamente), que se
han sufragado en la forma que se detalla :

CRIADEROS PESETAS FONDOS

Durango. . . . . 1.370 De la Sociedad y dos sub-


Amorebieta . . . . 315 venciones de la Excelen-
Villaro . . . . 315 tísima Diputación.
Miravalles . . . . 315
Lequeitio . . . . 315 Municipales.
Valmaseda . . . . 315
Bilbao . . 410
San Julián de Musques 400
Dícido . . . . 315 De don Daniel Zubimendi.
Barambio . . . . 4('^0 De don José Isasi.
Ramales. . . . . 90[) De don Félix Zalbide.
Marquina . . . . _ 3G0 De la Diputación provincial.

TOTAL P^SETAS. 5.290 ^

p;s decir, que eon un gasto inicial de unas 5•z9o


pesetas, hemos conseguido 2g3.ooo crías de salmóni-
dos, y supouiendo que no hayan prosperado más que
el diez por ciento, hemos enriquecido los ríos con
^q.3oo truchas ; creo que bien merece la pena ]a in-
versión de estas pesetas.
Voy a dar cuenta también de ]os escasos estudios
que se hau hecho derivados de estos trabajos.
Se ha observado ^ que en todos aquellos puntos en
que se instalaron criaderos esistía gran curiosidad,
1l
TRCCHA Y 5ALAfON 2II

sohre todo para seguir el proceso de las incubaciones,


y fueron nwnerosas las personas que han desfilado
para presenciarlas.
De Durango se han servido varios lotes de crías,
uuas para repoblar algunos estanques y- otras para
ríos.
I;n el río de Arratia carecían de la especie salmb-
nido desde hacía más de treinta alios ; el año i9,6 se
instaló un criadero en Villaro t' al atio siguiente apa-
recieron los primeros ejemplares, preciosas truchas
de la variedad Arco Iris, que adquirieron un des-
arrollo de doscientos cincuenta gramos de peso.
Se ha procurado tomar nota de aquello más sa-
lieute, y hemos podido observar el desarrollo formi-
dable que puede alcanzar la variedad citada. F,1 aiio
i9z5 cedimos un lote de la misma para repoblar ^un
regato de Aramayona (Alava), y al año siguiente se
capturaron algunas piezas que llegaban a quinientos
gramos de peso. I,a comprobación no pudo ser InáS
exacta, puesto que en dicho regato no esistía trucha
antes de su repoblación.
Dos casos curiosos he de detallar. A] finalizar la
temporada de^ Iqz4 y vaciar los depósitos de recría de
Durango, después de haber llevado a los ríos toda la
cría, como de costumbre, se ]impiaron y vaciaron y
se cortb el agua.
Al atio siguiente, al prepararlos nuevamente y
ponerlos en condiciones, al limpiar los fondos de di-
chos depósitos, observamo^s que en uno de los ángu-
los, el meís bajo, entre barro humedecido se movía
un objeto, y, e^traído, vimos con sorpresa que se
trataba de una cría de trucha que, sin duda alguna,
con la humedad qué quedara y las aguas de lluvia
TRUCHA Y tiALMGN zi3

puclo defenderse nada menos que diez meses ; aliora


que la infeliz estaba deformada. Tenía el cuerpo cont-
pletamente curvado ^^ hasta su cabeza era deforme ;
quisimos darle vida soltándola primero a un depósito
de agua cristalina para lanzarla después al río, y no
pudimos conseguirlo, pues al verse en su elemento se-
guratuente dió un salto ^^ salió para morir en seco.
"l^omen nota de este detalle los que creen que la
trucha necesita para vivir agua fina.
N;] atio tga3 se le ocurrib a uno de los señores
maestros que ateudían al criadero de Durango dejar
una cría cle trucha en los estanques de recría, encar-
gándose de alimentarla convenientemente ; para los
cuatro meses alcanzó una longitud de dieciséis cer.-
tímetros, y se aclimató en tal forma, que en ^1 mo-
mento que algúu visitante se acercaba a los depósito^,
se apro^imaba ella a los bordes, en espera de la co-
mida ; realmente era curioso verla comer, la pre-
cisión con que tomaba los trozos de carne, gusanos,
etcétera que se le arrojaban, basta que algíul día,
sin duda alguna, diera un salto en persecucifin de
alguna mosca, cay>b en tierra _y pereció.
No cerraré estas líneas sin declicar un caluroso
elogio a las personas que me han acompañado en
todos los trabajos y han seguido con entusia^n3o la
campaña.
Son éstos : don Pedro NL Bilbao, don José Ramón
de los Ríos, don Fermín de Garro, don Julio 1 anke,
don José Castellanos y los maestros nacionales don
^Ielquiades Pinedo y don I'edro G. Arregui.
'1 ambién debo estar agradecido a]as deferencias
q_ue me guardaron lqs Alcaldes de los pueblos cle Val-
maseda, Villaro, Amorebieta, Munguía, I,equeitio,
^riic^cfi:^ v ti,^r.ai^S^ zis

1^^1ira^^alles, Bilbao ^• Sau Juliáu de l^Iusques, seño-


res don F^^ibián Gonzáler Olaso, dou Juan de Bela-
cortu, don F,zequiel de lza, don Jestís Vidaurr^ízaga,
dun I,eón Ocamica, don Vicente de L^rruticoechea,
doti Federico 1^^loyúa ^^ don Eduardo I,eturio, los que
al solicitar la iustalacíón de los criaderos de sus res-
pectivos pueblos tne cotucdieron el m^i^imuni de fa-
cilidades.
1^^Ierece especial mencibu la ^^aliosa a^uda moral
que eu todo moutento ttte prest6 mi querido amigo
el N scmo. Sr. l^Iarqués de vlac-;^lahón (q. e. p. d.},
gran entusiasta del cleporte cie la pesca de trucha a
catia, quien, invitado, al costituirse la Socieciad de
Yesca 1^ luvia] de I3ilbao, para qtte aceptase la Presi-
dencia de la misma, no solamente aceptb e] cargo,
siuo qu^^ además trabajaba cou ahinco, corno si se
tratase de un soldado de fila, y en las Jutlta^ discutía
cou ardor todos los asttntos.
Precisamente prot-ectaba ^^o que cste modesto
trabajo lo visase y^ prologase él rnismo, pero una
traidora enfermedad que lo ha llevado al sepulcro me
privó cle ver satisFechos estos deseos.
Descanse en paz.
TRIICIIA Y SAl,btóN ,t7

LA PISCIFACTORIA DE MUGAIRE

Pecaría de ingratitud si, una vez que me he pro-


puesto publicar este humilde trabajo, no destinase
un pequelio espacio a la Piscifactoría que el F,stado
posee en Mugaire (Navarra).
El dístrito piscícola lo constituven las provincias
de Vizcaya, Guipúzcoa, Alava _y Navarra, y el Inge-
níero Jefe tiene su residencia en Pamplona.
I,a Piscifactoría de San Francisco, denominacióa
que se le dió al fundarse, se halla situada en el en-
tronque de] arro^^o de ;Vlarin-Cebería con el río Rída-
soa, y su emplazamiento tiene lugar en un punto
pintoresco, ocupando todas las dependencias y servi-
cios anexos aprosimadamente un kilómetro cuadrado.
Como dependencia del F,stado hemos de confesar
que no está dotada de un presupuesto suficiente para
atender a su ornamentación, pues son bastantes los
visitantes, especialmente e^tranjeros, que, sobre tod^
en la época veraniega, acuden a dicha Estación bio-
lógica, y seguramente que no todos saldrán bien im-
presionados.
De esto no hemos de culpar al personal, ni menos
a los Ingenieros que basta el día han desempeziado
la Jefatura en estos íiltin^ios treinta años, pues para
que les aprueben un presupuesto ettraordinario de
un puliado de pesetas para obras necesarias, han de
recttrrir al Ministerio de Fomento y pasar por un
enojoso ecpediente, que a veces dura muchos rneses.
Varias veces he tenido ocasión de visitar la citada
Piscifactoría, precisamente en la época más intere-
saiite, en el períodp de desove, presenciando las ope-
0
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TRUCHA Y SAI,bT^N 2i9

raciones de fecundación artificial, que se lleva a cabo


por el personal afecto a la citada Piscifactoría.
El arroyo Marin-Ceberia, que suministra el agua
para el servicio de la misma, tiene un caudal de unos
trescientos litros por segundo de tiempo, y está calcu-
lada su entrada en el establecimiento de tal forma,
que después de atendidas las neeesidades de los depó-
sitos de reproductores para que tengan agua perma-
nente, el resto siga su curso por el antiguo cauce,
no temiéndose por tanto que las grandes avenidas
hagan sobrepasar la rasante de los depósitos, ^ue
están admirablemente construídos, y aliviaderos que
dan la sensación de seguridad. '
hn el recinto de la Piscifactoría existe un jardí^i,
^uyos arbustos y arbolado proyectan abundante som-
bra, qup necesitan los estanques para que los repro=
ductores pueden estar libres de los efectos de los
rayos solares durante los meses de verano.
Desde la inauguración de dicha Piscifactoría se
empezaron a cultivar las variedades siguientes :
Común, que se cazaba en el río Bidasoa : Arco
Iris, importada de California ; Lagos, procedente de
Suiza, y Leven, de Escocía.
La insuficiencia de estanques, y por otra parte
la aclimatación de ]as dos últímas especíes, hicieron
desisti6r de ellas, y actualmente, desde hace varics
años, sólo se cultiva la Arco Iris, cuyos reproduc-
tores ocupan los depósitos que se detallan más
adelante.
También se cultiva el salmón, aunque en pequeiia
cantidad, porque el Bidasoa, donde se cazan las re-
productores, está agotadísimo, no sólo por el castigo
que sufre en las épocas de estiaje, sino, además, por
TRCCH^1 Y SALM^)f^; 22I

la serie cle canales y presas construídos en estos


ítltimos atios, que en las épocas dc estiaje cortan ^l
río en varios trozos.
Sin embargo de ésto, el I3idasoa está llamado a
florecer y recordar sus buenos tiempos como río
saltnonero, porque la Socíedací de Cazadores y Pesca-
dores clel Bidasoa ha tomado con gran cariño este
asunto, y no sólo lo est^t repoblando, sino que, ade-
más, ha establecido ^uardería, t^ las infraceíones han
disminuído considerablemente.
El cuerpo del edificio de la Piscifactoría consta
de lo siguiente :
Sótano destinado a la sala de iucubaciones, que
ocupa toda la planta, e^cepto el clepartamento de tna-
nipulaciones, de unos ocho por seis metros ; planta
baja, destinada a depósitos para los utensilios v
niuseo ; piso i.°, destinado a vivienda del adtninis-
trador y uno de los guardas.
Tíene los depósítos de reproductores v de recría
de alevinaje si^uientes :
.Nínrrern r.° Destinado a reproductores machos,
que ntedirá unos cien ntetros cuadrados por r' 30 ^ie
profundidad. F,1 nítntero cíe rcproductores que coi;-
tiene este depósito es de unos tresci^^ntos, cuya edad
oscila entre tres y ocho at3os.
Nútr^ero a." Apro^imadamente de iguales di-
mensiones que el anterior, y contiene unas trescien-
tas hembras, de cuatro a ocho años.
A machos y hembras, por efecto de estar some-
tidos a la estabulación, ha d^c suministrárseles ali-
mento, que consiste en anchoa en salazón. •
Los depósitos números 3 y 4 son gemelos, y en
ellos se colocan los jaramugos en el momento que
zzz ,trt^srí!. nF c^srRo

queda reabsorbida la vesícula, que es cuando ha de


empezarse a alimentarlos. Permanecen en estos de-
pósitos por 1o menos un año, y al final se cambian,
pasando a los depósitos níimeros r y 2, separando
los setios.
E1 sobrante cíel arrovo itiIarin-Cet^eria discurre
por entre dos tnalecones que forman un callejón y
separan la finca, lugar denomina<lo la cárcc^l, porqu^
en uno de sus planos de a^ua, el que se halla pró^into
al aliviadero de eutrada, tiene un cierre construído
por una boca de entrada en forma de butrino, pcr
donde penetran las truchas, que, al llegar la época
en que sienten la necesidad de cícsovar, se remontan
en busca de los arro^•uelos.
En este tramo quedan presas auualmente uu nú-
niero de reproductores de la variedad comúu, que
varía, pero que algtxnos años se eleva a más de nn
centenar, ^- una ver verificada la operación de desove
se devuelven al río.
La Piscifactoría de Mugaire no sólo atiende los
pedidos de Vascongadas ^^ Navarra, sino que adzm.:is,
cuando las disponibilidades lo permiten, atiende a
é>tros de Burgos, Palencia, Madrid y otras partes.
Preferentemente las Sociedades ^^ algunas F,nti-
dades solicitan crías de truclia para clestinarlas a las
repoblaciones de sus rios porque no se han parado
a estudiar el asunto.
p^s mucho más fácil v más económico montar un
criadero y solicitar huevos embrionados, porque ^l
traslado de alevines es más costoso v difícil.
El traslado de un millar de alevines desde Mu-
gaire a cualquier punto, cuesta tanto como el montar
un modesto criadero, que vale para muchos añ^s.
y^;
T1itiCHA Y SAI•n1ÓN

]-:11 v1ZCay'a etilstell varios, ^' alluallllellte Se


incuban de cincuenta a sesenta nlil ]luevecillos con
menos de cincuenta pesetas de gasto, esto es, lo qu^
se invierte en portes de ferrocarril•
I,a instalación dc un criadero, ^•a lo espusilnc^s
anteriormente al hablar de ellos, es una cosa senci-
]lísima, ^• conservando sus componentes duran éstas
varios años. Por esta razbn, y^ por la5 dificultades
quc presents el tra5lado de crías, clebíamos preferir
la instalación de criaderos, sobre todo cuando las re-
poblaciones ha^•alnos de seguirlas con regulariclacl
Eu ]a Piscifactoría de Mugaire se^ atienden debi-
dameute l^s servicios a se miman los reproductores
]lasta donde alcanza el presupuesto, sirviéndos^^ los
pedidos oficiales por riguroso turno.
F,1 día 18 de enero de 1931 tuve ocasión de ]lacer
una ti^isita a dicha Piscifactoría, ^^ en aquella fech^^^
se sacaron las foto^raiías que ilustran este capítulr^.
LEY DE PESCA
LEY DE PESCA

EXPOSICICSN.-El exagefada rigorisnio de !os preceQ-


tos dc In ,Ley de a7 de diciernbrr de rq^^y, de^ao^trndo du-
rante la vigencia de la mis ^na por la imposibili,dad de
adaptar aquélEos a las variadás características de nuestros
rios, y aun en Qarte a tas iiecesidades del consumo en
circuiistancias en qz^e ^udier^ ^n perfectame^ite ser eom^a-
tióles la satisJacción de la dema+ida cv^a la co^iservació^a
v desarrvllo de la riqueza piscícola; asimismo, también,
la convesie^^cia de estij^^^^lar In i^iiciativa j^rivada ^mediante
concesior^es de duraciJ^ri convenie^nte, que sora sin dudn
el +nedio más eJicaz de rriultiplicar la fauna Jluvial, a la
roez que ojrece las m6ximas garantías para et i^ntetés ^ú-
biico; la riecesaria modiJicación de las épocas d^e veda,
deducidas del rrlejvr co^iocimieiitQ de la bi^ología de las
especies, y las medi^das ^rácticas que era preciso ndo^itar
j^ara hacer com^patible el ejercicio de la ^esca con otros
aprovechnn2ie^etos hi^^draiílicos, ha^i co^^tribuído a que se
fuera reJormando la idea de la necesidad^ de rcformar la
Ley de Pesca Fluvial vige^rite, ^^ a[ i^itea^tarlo se dntro-
^tuceia rraod^^ificaciones de cierto relieve, que vie^ie^i ya
rcclarnadas ^or la cxj^cricricia a^iqxsirida cn e1 cu^ripliniierito
de la ^nismn.
.4sf so^i ln clasif^icacióri cfc iriJraccio^ies y la fijación
de las siitirciones corresporr^dier^tes, yue han sido objeto
de estud^io dete^n.idv parn evitar algru^ios defectos de pro-
Qorcionalidad entre uu^as ^^ otras a que se prestaba ln Ley
ar^tigua en ciertos casos.
Se ha estudiado e.' modo de evitarse la leiiidad eii los
castigos y la irnpuriibili^iad ^lc los irifractores, hacic^ido
gue !a trnntiitació^i de 1as denuncias torra a ca^rg^o de ]as
aut^^ridades adnairiistratiz^ns, a cut^os age^itcs se csti^fiula
22g ncos2fN i^r: cnsriio

para persegTtir 1' e.^itar c^^ lo posible los darTos eri la rique-
zu piscfculn.
Sería ociosa la ji^sti^icncióii de las c^is^osiciories csj^c-
cinles conter^idas en. la preseritc Ley eon ^bjeto de ^rote-
ger di^cididnrne^ife el ^tesarrollo de las especies val^iosns,
sobre todo al sahnón, cu^^o aprovechanaicnto rncio^i^al ha
de tr^ns/ormar ^^entnjosamente las co^^diciones eionún^iias
de urin .^rnirz vonn drl Norte de F.sparia, y se apunta in
creació^i dc Jun^tas re^;rional^•s intcgradas por tndos los
elementos V Asocincio^trs int^^resadas c^i cl ^^inritaiainaieiito
de la riquézn piscfcola, ^^ c^^yas propuestas y co^asejos se-
rán segurarrierite de ur2n grnri eJicacia y^^narza^itial ^^e fe-
cundas inicinti^z^as, que rcin,^erií el Poder príblicu con^
tvdo el snbor conereto y local que hai2 de te^rier, para trn=
ducirlns e^u. disposiciones que lle^^artirl el j^rogresu ru^iiii-
/iesto al Yégimeie piscfcola de ^ la Nacióri.
Tales so^i, era síntesis, lns variacioTaes que sc i^ritro^iu-
ceM1i en la legislnciórz de ^^^scn Jluvial, do^ide se hnn re-
cogido toda.s las iniciati^^ns ratio^iadas que ha^i a^ortad^o
las Svciedad^cs y expertos e^i la ncnteria, cuya gerierosa
y eficaz colaboración jua^rnmos ur^ deber ciejar cori^si,^^iac^o.
Por todo lo ex^s^esto, el rrtiinistro que suscribe, de
acuerclo cora cl Consejo dc 111itiistros, tierie el honor de sn=
rn.eter a la aprobación de P. h1. el siguieiite ^ro^^ecto de
Decreto=ley.
Dladrid, 7 de se^ticrnbre de zgaq.
RaNaki. I^iirr.^uMrin Y 13cxír.

REAI, DECRETO-I,E^' níimero 2.oi^5. - De


acuerdo con mi Consejo de Ministros, y a propuesta
del de Fomento, vengo en decretar lo siguiente :

AxTícu^,o i.° Corresponde al Estado ]a demar-


cación de las medidas necesarias para la conserva-
ción y fomento en nuestras aguas dulces y salobres
de los peces y otras especies {itiles animales, autóc-
tonas o aclimatadas, que en ellas se crían por la des-
t.rY n^; r^;scA -^9

embocadura de los ríos, y, al efecto, esta I,ey se


ocupa de la determinación de las condiciones del de-
recho de pescar, de ]a regulación del ejercicio de la
pesca, de las inedidas de repoblación natural y arti-
ficial hasadas en el estudio de la biología peculiar
de ]os seres objeto de la pesca y de todas las demás
encaminadas al logro de ]os fines espresados.
Ax'^'. 2.° )^;l dominio de las aguas, la e^tensión
de las riberas y de las márgenes y las servidumbres
en favor del ejercicio de la pesca se determinan con
sujeción al Código Civi] y a la Ley de Aguas.
Sin perjuicio de la competencia de los '1'ribunales
respecto a las cuestiones de propiedad y posesión, la
Administración del Estado, para el cumplimiento
cíe esta Ley y de su keglamento, se hallar^t repre-
sentada por el Ministerio de Fomento y el Cuerpo
de Ingenieros de Montes, con la intervención que se
señalar<t a los Centros de Investigación.
Se crear^tn Juntas regionales de carácter consul-
tivo, que entenderán cuando proceda en los asun-
tos dependientes dé la Dirección Geueral de Montes,
Pcsca y Caza cuyo conocimiento no estuviera asig-
nado a otros organismos especiales.
Se constituixán dichas Juntas con las representa-
ciones de los intereses generales y de las Sociedades
]egalmente establecidas que en cada caso determine
el Ministerio de Fomento, ^ su organización y fun-
ciones se señalarán en el lleglameuto que se dicte
para ]a ejecución de la presente Ley.
Será de la competencia del Servicio Piscícola la
demarcación, apeo _y deslinde de las aguas pitblicas,
clebiendo oir a este efecto a la Dirección General de
C)bras Píiblicas. ^ ^ ^
2 ^0 AI:U^TÍ1^4 PE CAS^RU

ART. 3.° ^.,a pesca en las aguas dulces y salo-


bres de dominio público puede ser apropiada por el
primer ocupante con at^e$lo a las leyes civiles y
las establecidas par la presente Ley y el Reglameht^
que se dicte para su ejeeución.
ART. 4.° I,a pesca en las aguas dulces y salo-
bres de dominio público, a e^cepción de los sitios,
épocas y procedimientos vedados, será de libre ejer-
cicio para todo el que se halle provisto de ]a co-
rrespondiente licencia administrativa, que se e^pe-
dirá previo pago de la cantidad que se determine
en el Reglamento.
ART. 5.° La pesca et^ las aguas de daminio pri-
vado es patrimonio de su respectívo dueño, mientras
permanezca en ellas, sin atras limitaciones que las
relativas a la salubridad y tvitación de daños que
puedan extenderse a las aguas públicas y a sus ri-
beras.
ART. Ó.° Deberán ser restituídos en el acto a
las aguas públicas, en cuantd se pesquen, el jara-
mugo y todo pez y cangrejo dc dimensiones meno-
res a las siguientes :
Para el salmón, 5o centímetros de largo, ya haya
sido pescado en aguas dulces o en las salobres de la
parte inferior de los ríos.
Para las anguilas y lampreas, 2 S centímetros.
Para las alosas, sabogas o sábalos y trucha de
mar o ríos, 25 centimetros.
Para las truchas, barbos y comizos, albures, mu-
giles o lisas y lubinas, i8 centímetros.
Para carpas y tencas, i5 centímetros.
Para peces blancos de ríos, bogas, cachos, go-
bios, bermejuelas, etc., 6 centímetros.
I,^Y n^ r^scn 231

Para cangrejos, 6 centímetros.


I,a longitud de los peces se medirá desde la punta
del hocico al nacimiento de la cola eYtendída.
Quedan prohibidas en todo tiempo la circulación
v venta de las crías o peces de dimensión menor a
1a citada en el presente artículo ; el incumplimiento
de este precepto se sancionará según las prescrip-
ciones de esta I,ey y su Reglamento.
ART. ^ .° En los ríos navegables y flotables el
derecho de pescar ha de ejercitarse sin producir en-
torpecimiento a la navegación y flotación.
AxT. 8." En los ríos o arroyos de dominio pú-
blico el derecho de pescar ha de ejercitarse sin des-
viar las aguas de su curso natural.
AxT. q.° I,os dueños de riberas o márgenes es-
tán obligados a no entorpecer las servidumbres que
en beneficio de la pesca establece la Ley de Aguas y
el Código Civil _y a no utilizarlas para todo aquello
que se prohibe en la presente Ley, obligándose, por
tanto, a los que actualmente tienen ocupadas estas
márgenes con setos, vallados o cercas a retirarlos los
tres metros reglamentarios que determinan aquellos
Cuerpos legales.

CONSERVACI(5N D); LAS ESPECIES

AxT. io. EI Ministro de Fomento, por inter-


medio del Servicio Piscícola, dispondrá la construc-
ción de escalas salmoneras y pasos para anguilas,
trucha común y de mar en aquellas presas antiguas
respecto de las cuales no vengan obligados los con-
cesionarios a la construcción de dichas escalas y pa-
z32 A(^titiTÍN b^ CASTRO
_ _ __ _ _ _

sos, oyendo en cada caso a la Dirección General de


Obras Públicas.
AttT. ii. Ia;n las nuevas concesiones de aprove-
chamiento de agua que requieran la construcción
de una presa, así como a los concesionarios que no
hayan establecido las escalas salmoneras a que vinie-
ren obligados, y del mismo modo en las reparaciones
o modificaciones de presas anteriores al precepto le-
gal de implantar las escalas, se exigirá su construc-
ción o se hará por la Administración, a e^pensas
de aquéllos, así como los pasos para anguilas,
trucha común y de mar, en la forma, situación, di-
mensiones y demás circunstancias que se espresan
en el Reglamento y se estudiarán en el proyecto que
será sometido a la aprobación competente, oyendo
en cada caso a]a Dirección General de Obras Píi-
hlicas.
AxT. rz. En toda concesión de toma de agua,
canales, acequias o cauces de derivación para abas-
tecimiento de poblaciones o de ferrocarriles, para el
riego o para industria fabril, se obligará a los conce-
sionarios a colocar y mantener en buen éstado com-
puertas de rejilla que impidan la entradá de peces
adultos y crías de éstos. También se colocarán re-
jillas a la salida de los canales de desag ^e de fábri-
cas y molinos, salvo en casos que por sú singularidad
podrá acordarse de Real orden lo procedente para
no lesionar otros intereses. )^n todos los casos e^-
presados en este artículo habrá de oirse a la Direc-
ción General de (^bras Públicas.
^)^.I Je€e del Servicio Piscícola de la provincia de-
terminará' en cada caso el sitio, forma, colocación y
l^u^ de dichas rejillas.
LEY D^ PF,SCA 233

AxT. i3. Los concesionarios de canales no pc-


drán agortarlos en las épocas de reconocido paso ^]e
peces si no se hallan provistos a la entrada del canal
de derivación y salida del desagiie de compuertas
de rejilla que impidan el ingreso y retorno de los
peces, y de un modo especial de la cria del salmón.
AxT. i4. ,^Íueda prohibido alterar arbitraria-
mente ]a condición de las aguas con residuos de in-
dustrias o vertiendo eu ellas con cualquier fin mate-
riales o substancías perjudiciales o nocivas a la pesca,
a no ser en vírtud de un derecho reconocido y regla-
mentado por la Administración cuando el interés
generallo etija.

ÉPOCAS ^ DfAS DE VF,DA

AxT. i,5. Queda prohibida la pesca en las aguas


de dominio público durante las épocas siguientes :
a) Para el salmón con redes en las aguas sa-
lobres y desde el límite que previamente se seria^.e,
desde z.° de julio hasta z.° de marzo, y con caña
en las aguas dulces y salobres desde r.° de agosto
hasta el iq de febrero, inclusive. En ]as aguas dulces
de los ríos salmoneros queda prohibido durante todo
el año el empleo de toda clase de redes, aun cuandc
sean de malla reglamentaria.
b) Para la pesca con caiia de las diferentes es-
pecies de trucha, sean de mar, ríos o lagos, desde
t.° de agosto hasta el iq. de febrero, inclusive, pro-
hibiéndose el empleo de redes para estas especies
durante todo el año, salvo las eticepciones previstas
en los artículos i6 y 3o de esta I,ey.
^34 AGUSTÍN D$ CASTRO

c) Para las demás especies, con redes, desde


i.° de marzo hasta el i.° de agosto, permitiéndosc
pescar con caña durante todo el atio, pero la pesca
así obtenida en época de veda podrá únicamente ser
transportada por el pescador para su consumo, pero
no venderse. Cuando se críe la trucha en los pri-
meros tramos de un río, quedarán éstos vedados
desde t.° de agosto hasta el 15 de febrero. El Jefe del
Servicio Piscícola de ]a provincia señalará con tabli-
11as el límite o sitios desde donde puede pescarse con
caña todo el año. Igualmente señalará los límitzs
de los ríos salmoneros a partir de los cuales podrá
redarse reglamentariamente el salmón.
d) Los períodos de veda para los cangrejos se
fijarán, segun ]as regiones, en el Reglamento qtte
se dicte para la aplicación de esta Ley.
AxT. i6. Siempre que no se acordase por Real
orden lo contrario, regirán las épocas de veda esta-
blecidas en el artículo anterior, pero en caso necesa-
rio, y previo informe favorable de las Juntas regio-
nales y del Consejo Superior de Pesca y Caza, po-
drán admitirse variaciones en ríos determinados, así
como autorizarse el empleo de redes de malla regla-
mentaria para la pesca en aguas dulces de las di-
ferentes especies de truchas, siempre que no sea en
la época de desove de éstas (i.° de noviembre a r.° de
febrero).
La pesca así obtenida sólo podrá circular para el
consumo del pescador o ser destiuada a estableci-
mientos benéficos.
AuT. i ^. Además de la veda señalada en el ar-
tículo t 5, queda prohibida en todas las aguas dulces
y salobres, hasta la desembocadura de los ríos en el
^,RY DB YBSCA z35

mar, la pesca del salmón con redes, desde las seis


de la mañan.a del viernes hasta la misma hora del
lunes, durante todas las semanas que no se hallen
comprendidas en la veda anual. Esta veda semanal
sólo podrá variarse en la forma que prevendrá el
Reglamento.
ART. is. El Jefe del Servicio Piscícola de la pro-
vincia publicará anualmente edictos recordando las
disposiciones relativas al comíenzo y término de la
vefla con quince días de anticipación a estas épocas,
^ero el incumplimiento de lo dispuesto en este ar-
Eículo no esimirá de responsabilidades a los infrac-
tores de ella.
AxT. ig. Queda prohibida la circulación y
transporte por ferrocarril, o cualquier otro medio,
de peces y cangrejos durante las épocas de veda
anual para cada especie determinadas en los prece-
dentes artículos, con escepción de lo que señala en
el artículo i5 en lo referente a la pesca con caña
de las especies que no sean trucha y salmón y sólo
para el consumo del propio pescador.
Los salmones pescados en el Bidasoa desde el
i.° al r4 de febrero sólo podrán ser facturados en
la estación de Irún, y deberán ir acompañados de
la correspondiente guía, que se exhibirá con eilos
en los sitios de venta. El salmón congelado que se
importa del extranjero podrá circular libremente
todo el año, pero deberá Ilevar un marchamo espe-
cial e ir acompañado de una guía conforme a lo
que se especifique en el Reglamento.
ART. 20. Se prohibe en todo tiempo la pesca
de noche, exceptuando ]a de la anguila, angula v
cangrejo en las épocas que no sean de veda.
AGtiSTÍN DC CASTRO

PkOHIBICIÓ?^ POR RAZÓN DE SITIO

,4xT. ?i. i^adie podrá colocar redes ni otros


artefactos de pesca autorizadoa (e^clttíd^t la raña)
a una distancia menor de cien metros, aguas arriba
o abajo, de donde otro los hubiera colocado.
Para contribuir al desarrollo de la riquera pis-
cícola se prohibe el empleo de toda clase de artes
en las golas y estanys de la provincia de Valencia
a una distancia de cien metros de dicha gola.
Para la pesca con caiia la distancia mínima entre
dos pescadores se determinará en el Ileglamento.
AxT. 22. En los cauces de derivación para cl
abastecimiento de aguas a poblaciones o ferroca-
rriles y para el riego o industria fabril no nod^^^í
pescarse por otro procedimiento que la caña. I,os
caugrejos sólo podrán ser pescados con lamparillas
o reteles.
t^xT. 23. Queda prohibida ]a pesca cou red en
las aguas salobres de los ríos salmoneros a una dis-
tancia menor de trescíeutos metros de ia arista de
aguas abajo de la base de las presas, pudicndo pes-
carse con caña en toda la e^tensióu^ de los embal-
ses, siempre que no se hallaren arrendados, con
arreglo al artículo 4^ de esta Ley.
ART. 24. El Jefe del Servicio Piscíco]a de la
provincia, previo anuncio en el Boletín Uficial, ins-
truirá espediente para prohibir, previa superic^r
aprobación,la pesca en los obstáculos naturales que
constituyeu paso obligado de los peces, o en otres
sitios desde los cuales se les pueda capturar en coi:-
I,EY L^ I'T:SCA 237

diciones de excesiva facilidad con daño de la con-


servación y propagación de ]as especies.
I;1 mismo Jefe autorizará, previo inforrne fa-
vorable de las Juntas regionales y del Consejo Su-
perior de Pesca y Caza, el empleo de redes de malla
reglamentaria eu aquellos casos en que se solicite
oficialmente por los concesionarios de embalses o
vedados a fin de descartar las especies perjudicia-
les o que abunden con elceso. Si estas redadas se
]levan a cabo en tiempo de. veda, la pesca no podrír
circular más que con destino a la beneficencia, no
pudiendo venderse.
A[zr. z,5. Mientras dure la costera de salmones,
ningún barco empleado en la pesca marítima po-
drá echar las redes acerr^ndose precisamente a las
inmediaciones de la entrada o embocadura del río,
aunque en ella haya lances conocidos.
Axr, z6. Sólo podrán lanzarse las redes para
el sa]món a]a distancia que se preceptúa en esta
Ley y en su Reglamento, sin que en modo alguno
se permita el emplazamiento fijo de aquéllas.
Se considerar^i como red fija la que está colocada
a través del río o corriente, aunque en su parte in-
ferior no esté anclada, sujeta o sostenida por e]
pescador.

DE LAS RF,DF,S Y ARTEFACTOS


PIZOHII3IDOS

Aur. ^^. Se prohibe el empleo de toda clase


de redes cuyas dimensiones de malla o luz sean me-
nores a las siguientes :
2^H ArUSTÍN D$ CASTAO

Para la pesca del salmón, un cuadrado de ^o


milímetros de lado.
Para todas las demás especies el lado del cua-
drado será de zo milímetros.
Las dimensiones de las mallas de las redes se-
rán medidas después de su permanencia en el agua.
AxT, z8. Mientras no queden constituídas las
juntas regionales, se procederá en los ríos salmo-
neros a una revisión completa de las redes, que se
llevará a cabo por los organismos que se designe de
k. O., para lo cual se invitará a sus poseedores a que
las deposíten en Iocal el día y hora en que previa-
mente se anuncie. Sólo podrán usarse las redes se-
lladas y autorizadas, y las que no lo fueren serán de-
comisadas, sin perjuícío de aplicar a Ios ínfractores
la multa correspondiente. La multa no podrá ser
inferior al valor de la red, según tasación hecha por
un perito.
AxT. z9. l^n las presas de derivación de aguas
o de otra índole cualquiera y en los depósitos de agua
de dominio privado o público, queda prohibida la
colocación de redes o artes fijos de cualquier clase,
así como la construcción de barreras de piedra des-
tinadas a encauzar las aguas con objeto de obligar
a que la pesca siga la corriente. También se prohibe
el emplazamiento o colocación de muros, paredes, es-
tacas, estacadas, empalizadas, atajadizos, caneiros,
cañizales o pesqueras a las que puedan sujetarse o
amarrarse artes o aparejos cuyo empleo sirva para
proporcionar o facilitar la pesca, no pudiendo em-
plearse tales medios de ventaja aunque ya se viniera
haciendo uso de ellos, ni alegar derecho alguno sobre
el particular.
^.ev n^ F^scA z39

AxT. 30. Queda prohibido en las aguas dulccs


de dominio público habitadas por truchas y salmo•
nes, aunque éstas se hallaren arrendadas a particu-
lares, y salvo los casos previstos en los artículos i6
y 2i, el empleo de toda clase de redes, aun las ^ie
malla reglamentaria, sean o no de arrastre, barrede-
ras, de bolsas, esperabel, atarraya, trasmallos y
otras parecidas, así como ]as redes de mano. Por ea-
cepción se permitirá de entre éstas la llamada magui-
lla o secadera, como ausiliar de la pesca con caña.
Sólo en aguas salobres, desde el lírnite que se fijará
previamente en cada río, podrán utilizarse para la
pesca del salmón redes lastradas de malla reglamer.-
taria, con las restricciones que marca el artículo i 7
de esta Ley y las e^cepciones que señale el Regla-
mento.
En los ríos en que no existen truchas y salmones
podrán emplearse redes de malla reglamentaria. No
obstante, el Jefe del Servicio Piscícola de la provincia
podrá, por razón de empobrecimiento de algunos ríos,
prohibir en ellos el empleo de las redes o reducir el
tiempo hábil para su uso.
Axr. 3i. No podrán emplearse cestas, nasas,
mangas o nalsas para la pesca de la anguila de un
diámetro mayor de veinticuatro centímetros, y habrán
de ser retiradas de las aguas desde i.° de enero a
3o de junio.
^1 cestón o tambor para la pesca de la lamprea
sólo podrá emplearse desde i.° de agosto a 28 de
febrero.
Quedan prohibidos todos los procedimientos em-
pleados en la pesca de la anguila desde i.° de abril
a i .° de diciembre.
24U A(,USTÍN DN CASTRO

Axr. 3z. Se prohibe el empleo da luces, fi ^gas,


arpones, cajanes, lazos, garras, garfios (con excep-
ción del 1lamado gaff, gamo, gancho o bichero sin fle-
cha, que se emplea corno autiliar de la^ pesca deí sal-
món con cat3a) y de toda clase de artefactos de tirón
y de ancla, el conocido pi^r salabardo y cualquier otro
instrumento punzante, así como las cuerdas } seda-
les durmientes. ]~^stos últitnos podrán por escepcibn
ser empleados en la pesca de la anguila.
Ningún pescador podrá servirse o tener en su
poder huevas' de peces para utilizarlas como cebo 0
macizo.
AxT. 33. Ningún pescador podrá pescar con más
de dos catias a la vez, siempre que estén ambas al al-
cance de la mano.
AxT. 34. Todas las embarcaciones o aparatos
flotantes, cualquiera que sea su clase, forma o condí-
ción, que se utíliaen en los ríos para la pesca, deberán
hallarse previamente matriculados ; no podrán nave-
gar en la época de veda y deberán ser retirados tan
pronto como el Jefe Piscícola lo ordene, aunque no
haya llegado ]a fecha señalada para aquéllas. L,as que
se utilicen para paso no podrán destinarse a la pesca
y deberán quedar sujetas a tierra cuando no preste-t
servicio por medio de cadena y fuerte candado. Cual-
quier contravención a estas disposiciones supondrá
siempre la pérdida de la embarcación, aunquc no ]a
tripule su propietario, a menos que se justifique ple-
namente que ha sido empleada sin el consentimiento
de aquél.
Ar,'t'. 35. F,1 Jefe del Servicio Piscícola, previo
informe de la Junta regional y anuncio en el Boletín
Oficial, podrá prohibir temporalmente el empleo de
1.6Y DB P$SCA z41

cualquier artefacto, aunque no fuera fijo ni de arras-


tre, siempre que se estime que ocasiona graves per-
juicios a la pesca.

DF, I,OS PROCEDIMIEN'1'OS Dp; PF,SCA


PkOHIBIDOS

Ax'r. 36. Tanto en las aguas públicas como de


dominio privado, queda prohibido el empleo de e^plo-
sivos o sustancias que, alterando las condiciones uor-
males de las aguas, faciliten la pesca, como dinamita,
hipoclorito cálcico ( cloruro o polvos de gas), beleño,
coca, gordolobo, torvisco u otras materias que sean
nocivas.
Será decomisada en todo tiempo la pesca obtenida
por los medios prohibidos en este artículo.
ART. 3^. En las aguas públicas se prohibe :
r.° Apalear las aguas, arrojar piedras, espantar
de cualquier modo los peces, ya para obligarles a huir
en dirección de los artes propios, ya para que no caiga
en los ajenos, así como pescarlos a mano metiéndose
en el río.
z.° kegistrar durante la costera la entrada de
los salmones desde la barra o embocadura de los ríos.
3.° Alterar ni agotar en todo o en parte los ál-
veos o cauces, descomponer los fondos, destruir los
pedregales donde los peces desovan o la vegetación
de las márgenes.
4.° F,mplear artes o aparejos formados por dos
o más reunidos. ^
5.° Redar de abajo para arriba en las corrien-
tes de los ríos para ahuyentar el salmón.
1G
z4Z AGUSTÍN Dk CASTRO

6." Emplear procedimientos de pesca que se ex-


tiendan a más de dos terceras partes del río o no de-
jen libre la parte más profunda del mísmo en los
puntos donde aquélla se realice.
Finalmente, podrá prohibirse cualquier otro pro-
cedimiento que el Jefe del Servicio Piscícola de la
provincia estime que ocasiona perjuicios graves a la
conservación de la pesca, conforme a las condiciones
que se e^presarán en el Reglamento.

DE LA REPOBLACIÓN DE LAS AGUAS


EMPOBRF,CIDAS

A^tT. 38. Por el Ministerío de Fomento se pro-


cederá al estudio de la riqueza biológica de las aguas
dulces, y muy especialmente de las de los ríos sal-
moneros. A este fin, y con el objeto de completar la
legislación de pesca, a medida que se vaya inten-
sificando el conocimiento de las condiciones de elis-
tencia que para las especies de utilidad ofrecen las
aguas, así como de la biología de eilas, se creará un
Centro Hidrobiológico, al que se dotará de una orga-
nización adecuada y de los medios necesarios para
el cumplimíento de sus fines. De él dependerán los
Laboratorios de Hidrobiología que con carácter tem-
poral o permanente se establezcan en aquellas regio-
nes donde interese una labor asídua y eficíente para
el estudio local de un determinado problema pesquero.
AxT. 39. Se procederá también por el Ministerio
de Fomento a la repoblación de las aguas píiblicas
con arregio a las prescripciones de la I,ey, utilizán-
I,EY F^E PF.SCA z43

dose las Piscifactorías creadas y las que en lo suce-


sivo se establezcau.
ART. 40. Las concesiones para establecer vi-
veros de peces y estaciones de fecundación artificial
en aguas píiblicas se otorgarán con arreglo a las dis-
posiciones de la Ley de Aguas, de esta I,ey y del Re-
glamento que se dicte.
ART. 4r. Queda prohibido destruir, inutilizar o
trasladar, sin autorización, los aparatos de incuba-
ción artificial, e igualmente destruir los gérmenes de
peces, enturbiar las aguas en que estén sumergidos
o arrojar materias que los perjudiquen.
Axr. qz. El Jefe del Servicio Piscícola de la pro-
vincia cuidará de autorizar en tiernpo de veda, con
las precauciones convenientes, la pesca y transporte,
con fines científicos o para reproducción en los F,s-
tablecimíentos de piscicultura, de peces adultos de
cualquier especie, así como la captura y transporte
en todo tiempo de las crías y huevos destinados a
los mismos fines de la repoblacíón de aguas empo-
brecidas.
AxT. 43. hl Servicio Piscícola formulará pre-
supuesto y se encargará, mediante el abonp de las
dietas e indemnizaciones reglamentarias, de efectuar
los servicios pertinentes que acordaren costear las
Corporaciones p{iplicas y los particulares, en su de-
seo de contribuir al fomento de la pesca.
Axr. qq. Por el Ministerio de Fomento se in-
cluirá en el proyecto de presupuesto anual un cré-
dito para los trabajos de repoblación mencionados
en los artículos anteriores y la organización de ]a
guardería, para la vigilancia de los ríos, y muy es-
pecialmente de los salmoneros.
244 AGCSTÍN D^ CASTRO

Se destinará a los mismos fines el importe de


lo que se recaude por ]icencias de pesca.
AxT. 45. F,l C^obierno premiará, con arreglo a
las normas que se establezcan en el Reglamento,
los servirios encaminados al fomento de la riqueza
piscícola que presten ]as Sociedades de pesca legal-
mente constituídas y los particulares.
:^x'^'. 46. l;n los ríos y arroyos o lagunas de
dominio píiblico que huhiesen llegado a un grado
e^tremo de empobrecimiento, podrá prohibirse de
R O., previo el oportuno espediente y oyendo a las
Juntas del Servicio Piseícola, o a propuesta de las
mismas, ]a veda absoluta durante un período que no
excederá de ocho años.

DF, I,OS ARRF,NDAMII^NTOS

AxT. q^. Cvmo mecíio de activar e intensificar


la repoblación de los ríos, se podrá arrendar la pesca
en ellos, únicamente en las aguas dulces y salobres,
a los particulares, Corporaciones o Sociedades que
ofrezcan fianza bastante para responder del canon }^
de las demás condiciones en que se otorgue cada
arrendamíento, quedando en benefiCio del Estado
cuantas mejoras hubieran efectuado los arrendata-
rios una vez terminado el arriendo. F,stos habrán de
acordarse de R. O., previo e^pediente, con arreglo a
las siguientes condiciones:
i.8 Todos los arrendamientos de pesca fluvial
se adjudicarán en pública subasta, con sujeción a
los preceptos que se fijarán en el Reglamento y des-
i.F:v nr: r^:scA 245

pués de visto el informe de la Junta regional, si la


hubiere.
z." I,os arrendamientos de los ríos salmoneros,
en sus aguas salobres, se llevarán a efecto, para el
aprovechamiento de los salmónidos, pudiendo utili-
zar, además de la caña, redes lastradas en la forma
que esta Ley determina.
3.a El tiempo de duración no será menor de un
año, ni e^:cederá de cuatro para los arrendamientos
de pesca con redes, ni de ocho cuando se emplee la
caña. ^
F,l arrendamiento podrá prorrogarse mediante
nueva subasta, por uno o dos plazos de igual dura-
ción que el primero, cuando así lo acuerde la Direc-
ción General de Montes, Pesca tT Caza, a propuesta
razonada de la Jefatura provincial del Servicio Pis-
cícola. F,1 primer arrendatario tendrá derecho de
tanteo en las subastas de prórroga.
4.a I,os arrendamientos no comprendidos en ca
apartado z.°, correspondientes a las aguas dulces de
carácter pítblico, serán únicamente para la pesca con
caña y anzuelo, imponi^ndose las condiciones que .a
continuación se e^presan :
u) La de diseminar auualmente, si el Servicio
Piscícola lo estima conveniente, el nútnero de ale-
vines o jaramugos que le facilitar;t dicho Servicio,
fijándose ]a época de la suelta, que presenciará el
personal designado para ello, siendo los gastos de
éste de cuenta de la Administración.
b) En el pliego de condiciones del arriendo se
determinarán las obras que deba realizar el conce-
sionario en el trozo o trozos por él arrendados, siendo
de su cuenta el abono de tales obras.
z4F AGUSTÍN Dl; CASTRO

c) )~;1 personal de guardería lo tendrá que soste-


ner el arrendatario, distribuyéndolo en la forma que
especifique en cada caso el Jefe del Servicio Piscícola.
d) Los trozos arrendados de las aguas dulces
de un río serán discontinuos, de modo que queden
en el mismo río, en situación alterna, trozos para el
aprovechamiento comíui de igual o mayor longitud
que los arrendados.
e) A1 anunciarse una subasta de arrendamiento
de pesca se puntualizarán debidamente los derechos
que adquiere el arrendatario.
I,as demás condiciones de los arrendamientos se
fijarán en el Reglamento que se dicte para la apli-
cación de esta Lev.

DEI, ARRF,NDAMIF,NTO DF, I,OS RfOS SAL-


MONEROS PARA FINES INDUSTRIAI,ES

ARr. 48. El ^stado, por mediación del Minis-


terio de Fomento, y con objeto de crear en nuestro
país una eficaz riqueza salmonera, podrá otorgar con-
cesiones de arrendamiento en la zona de aguas salo-
bres de los ríos salmoneros empobrecidos, para los
fines de la esplotación industrial de los mismos,
por períodos mátiimos de veinticinco años y con arre-
glo etclusivamente a las condiciones de la conce-
sión y a las prescripciones de este título.
Podrá, en caso escepcional, arrendarse la totali-
dad, previo e^pediente justificativo.
AxT. 49. Tales concesiones se otorgarán por
subasta, fijándose en el pliego de condiciones la
fianza que deben depositar, con carácter provisional,
I,F,Y I)E 1'ktilA 247

los que tomen parte en la misma, y con carácter de-


finitivo ]os adjudicatarios, a los que forzosamente
se les impondrá la obligación de pagar el canon que
se fije para la concesión,las de realizar las obras ne-
cesarias, que aprobará el Servicio Piscícola, previo in-
forme de la Dirección General de Obras Públicas,
para una adecuada y científica etiplotación del río
arrendado, obras que revertirán al Estado al término
de la concesión y cuya conservaeión y mejoramiento
corresponderá al concesionario, y, finalmente, la de
mantener la riqueza salmonera del río, garantizando
al F,stado con las fianzas y con cuantos requisitos
fije el pl,iego de condiciones, que al finalizar el
arriendo subsistirán en cantidad suficiente las espe-
cies de salmónidos, para que el Estado pueda con-
vocar nuevas subastas en las que se otorgará un
derecho de tanteo a las Empresas o particulares que
hubieran esplotado la concesión anterior.
AxT. 50. Las concesiones otorgadas en tal for-
ma impiicarán la prohibición absoluta de pesca pa-
ra terceros en todo el cauce del río objeto de la con-^
cesión, y el coucesionario tendrá la obligación esen-
cial de atender primordialmente a las necesidades
del consumo de la población española, limitando la
exportación al excedente que se produzca.
AuT. 5i. I,as coucesiones de ríos salmoneros
para fines industriales estarán sometidas a la inspec-
ción, regulación y fiscalización del Servicio Piscí-
cola, con arreglo a las condiciones que se fijen para
cada concesión.
Durante el tiempo de vigencia del arriendo no
podrán ser modificadas las condiciones del mismo
sin eapr•^sa conformidad del Estado y de los con-
24S AGUti'CÍN I)$ CAtiTRO

cesionarios y oyendo al Consejo Superíor de Pesca


y Caza.
AxT. Sz. Las condiciones que se fijen para las
subastas de explotación de los ríos salmoneros se
determinarán concretamente por el Ministerio de Fo-
mento, con arreglo a las propuestas del Servicio Pis-
cicola y al informe del Consejo Superior de Pesca
y Caza y de la Dirección General de Montes, Pesca
_ti^ Caza.
^l Reglamento determinará las condiciones, cir-
cunstancías, garantías, fianzas, procedimientos, et-
cétera, etc. que afecten a tales concesiones.
AxT. ,53. El concesionario deberá cuidar, a su
costa y riesgo, de la vigilancia de la e^plotacibn y del
curso del río de cuya concesión se trate, colocando
convenientemente los anuncios necesarios para pre-
venir al pítblico que se trata de un cauce vedado pa-
ra el ejercicio de la pesca.
AxT. Sq. I,as concesiones a que se refieren los
artículos anteriores podrán hacerse e^tensivas a los
ríos poblados de especies distintas del salmón, cuan-
do el Ministerio de'Fomento lo estime conveniente,
previo informe del l:ónsejo Superior de Pesca y Caza.

DE I,AS AGUAS I'ER1'^NECIF,NTF,S


A CORI'ORACIONES

AxT. 5,5. I,as Corporaciones y F,ntídades de ca-


rácter público o privado podrán arrendar ]a pesca
de las aguas de su pertenencia, en su propio benefi-
cio, con sujeción a las disposiciones reguladoras de
LEY DE I'ESCA '49

los respectivos bienes y con arreglo a las prescripcio-


nes generales de la presente I,ey.

DE LAS PISCIFACTORfAS EN A(;UAS


DF, DOMINIO PRIVADO

ART. 56. Los Ayuntamientos, Diputaciones,


Corporaciones públicas de Fomento y cualquier ciu-
dadano español que en aguas de propiedad privada
establezcan laboratorios o Piscifatorías, podrán en
tiempo de veda tomar en aguas públicas no arren-
dadas y por medio de pescadores autorizados en for-
ma reglamentaria, o adquirir de otros establecimien-
tos y hacer conducir al laboratorio, ejemplares re-
productores de Ias especies que cultiven aquéllos,
debiendo ser previamente sellados en forma regla-
mentaria para que puedan circular. 1;stos ejemplares
no podrán destinarse a la venta.
ART. ,57. hos referidos establecimientos de Pis-
cicultura necesitarán ser autorizados por el Jefe del
Servicio de la provincia donde radiquen para uti-
lizar los medios determinados en el anterior artículo,
previa inspección que ordenará dicha Jefatura.
I,a referida inspección se practicará por el Je-
fe del Centro Hidrobiológico, persona por él dele-
gada o por un Ingeniero afecto a la Jefatura del Ser-
vicio Piscícola.
ART. 58. I,a forma reglamentaria de sellar los
ejemplares reproductores será la determinada por
los F,stablecimientos del Estado, y el Jefe del Ser-
vicio de la Pr4vincia, Ingenieros y personal subal-
terno afectos al mismo, Alcaldes, C=uardia civil, Ca-
250 AGUtiTÍN DN; CASTRO

rabineros, delegados y Agentes de la Autoridad gu-


bernativa deberán impedir, con su vigilancia, que
en los establecimientos particulares de piscicultura
se sellen otros ejemplares que aquellos que efectiva-
mente hubiesen de ser utilizados en las operaciones
del laboratorio.

D1~; I,A (^UARDF,RfA

AxT. $9. I,as Autoridades y sus Agentes encar-


gados de la policía, vigilancia y seguridad de las
personas y propiedades, y determinadamente los
funcionarios del ramo de montes, Alcaldes, Guardia
civil, Carabineros, vigilantes de pesca, Guardería
forestal y guardas jurados, habrán de observar en
sus respectivas esferas las prescripciones de esta Ley
y su Reglamento, denunciando a las Jefaturas del
Distrito )~brestal o División Hidrológicoforestal las
infracciones que en las aguas dulces y salobres se
cometan, estremando su vigilancia en los ríos habi-
tados por salmónidos,
AxT. 60. Los vígílantes de pesca, guardas fo-
restales y guardas jurados que, presenciando una
infracción de esta I,ey o teniendo pruebas fehacien-
tes de ella, no procedieran a interponer la correspon-
diente denuncia, y sin perjuicio de las responsabili-
dades que pudieran caberles por negligencias o in-
fidelidad, serán considerados, segítn los casos, como
encubridores, cómplices o coautores de la infracción.
AxT. 6i. Para la vigilancia y policía de los ríos
se aumentará por el Ministerio de Fomento la guar-
dería especial con arreglo a las necesidades de tal
I.F.Y D$ F^SCA 25i

servicio. Esta guardería llevará armamento y distin-


tivos que acrediten su carácter oficial, practicará el
servicio por parejas, y su nombramiento tendrá lugar
en las condiciones que se determinen en el Regla-
mento.
AxT. 62. hos vigilantes de pesca que presten sus
servicios en los ríos salmoneros o en aquellos en que
eYistan especies de salmónidos, se concentrarán, du-
rante las épocas en que determine el Servicio Piscícola
de la provincia, en los lugares donde se realice el des-
ove y freza de las especies, siguiendo las concentra-
ciones de aquélla para evitar su perturbación, intensi-
ficándose la vigilancia en las épocas de desove
correspondiente, de suerte que durante las mismas no
se asignará a cada guarda una demarcación determi-
nada, sino que todos ellos deberán ejercer sus funcio-
nes en la parte de los ríos que fije el Servicio Piscícola
provincial. I,o mismo se ]iará en la subida de las bogas
y los barbos.
F,1 Reglamento determinará las compensaciones
que se otorguen al personal de guardería por estos
servicios ettraordinarios.
Axr. 63. El Jefe del Servicio Piscícola de la
provincia propondrá a la Dirección General el nom-
bramiento de los vigilantes de pesca con cargo al pro-
ducto de los arrendamientos, conforme a lo establecido
en el artículo 47, previo examen de los conocimientos
teóricos y prácticos necesarios, para que dicha Jefa-
tura pueda espedirles certificados de aptitud al
proponerlo.
AuT. 64. Los particulares, Asociaciones o Cor-
poraciones que se propongan nombrar guardas para
la pesca en aguas públicas o privadas, los designarán
252 A(^l^5TÍ1V I)^ CASTRO

con sujeción a las disposiciones relativas a guardas


jurados de propiedades rústicas particulares. Los
designados obtendrán el título del Jefe del Servicio.
Estos guardas, como los del Estado, tendrán carác-
ter de Agentes de la Autoricíad para la persecución
de las infracciones de esta I,ey y de su Reglamento.

DE LAS INFRACCIONES

AxT. 65. p;i que, ball<índose en las inmediacio-


nes de las aguas de dominio pítblico o privado, tu-
viese en su poder etiplosivos o substancias nocivas
a la pesca, sin que pueda justificar plenamente la
razón de su tenencia o los empleos, e igualmente el
que altere o agote los cauces píiblicos, contra lo dis-
puesto en el artículo 36, párrafo 3." del 37 de esta
Ley, será castigado con arreglo al artículo ^03 del
Código Penal.
ART. 66. El que en tiempo hábil _y por procedi-
mientos legales pescare sin liceucia, o se sirviese para
pescar de embarcacioiies sin licencia e inscripción
competente, y tanto si aprovechase la pesca como si
la vendiese en tiendas, establecimientos de comidas
o en cualquier otro lugar, será castigado por cada
falta con una multa, cuyo importe será el doble dcl
coste de la licencia o matrícula que correspondiese
al interesado, segítn el procedimiento de pesca em-
pleado, siéndole decomisado el aparejo y la pesca ob-
tenida.
F,1 comerciante que etipenda la pesca de orihen ile-
gal incurrirá también en la mult^^ de cincuenta a cien
pesetas.
_. nE:
^.^sv _ rF:sc^
_ 'S3

AxT. 67. F,1 que pescare o tuviese sin retirar


del río las embarcaciones en época de veda, el que
durante la misma sirviese de vigía o practicase este
servicio en sitios en que se haya prohibido la pesca
y ei que vendiese o transportase peces en épocas de
veda, serán castigados con la multa comprendida en-
tre ciñcuenta y cien pesetas.
Si durante la época de veda se pescase en los des-
ovaderos naturales de los peces o en los lugares aco-
tados por haberse soltado en los mismos jaramugos,
la multa será de doscientas pesetas.
Si lo que se pescare fuera el salmón, la multa se
aplicará en el grado má^imo de las señaladas en el
primer párrafo de este artículo.
AxT. 68. ^1 que al pescar se sirviese al mismo
tiempo de más de dos cañas, satisfará la multa de
cinco pesetas, perderá las cañas y aparejos y le será
decomisada la pesca que hubiese obtenido.
Si se utilizasen redes en sitíos prohibidos, o si se
utiliza a la vez más de una, o se emplea alguna que
no tenga las condiciones reglamentarias, o se usan
buitrones, artes o máquinas fijas u otros aparejos
semejantes a los prohibidos, aun cuando no hayan si-
do especificados en la I,ey, se satisfará por el pesca-
dor o cuadrilla, en concepto de multa, por cada una
de las redes, buitrones, artes o máquinas fijas u otros
aparejos análogos, cien pesetas.
AxT. 6g. F,1 que pescare por la noche con redes,
a escepción hecha de la anguila, angula o cangrejo,
o emplease luces, fisgas, arpones, tableros, cajones,
lazos, garras, garfios, artes de fondo, de arrastre, de
tirón o de ancla, la conocida por salabordo o cualquier
otro ínstrumento análogo de fondo, satisfará u^^a
254 AGUSTIN D^ CASTRO

multa de doscientas pesetas, Si se pescase de noche


con lombrices u otros cebos de fondo, con cuerdas o
sedales durmientes, la multa será de cien pesetas, du-
plicándose si se emplea en ríos salmoneros. Los que
usaren como cebo o macizo el huevo de salmón o tru-
cha, satisfarán la multa de cien pesetas.
ARr. ^o. 1^1 que pescare con armas de fuego,
apaleare las aguas o arrojase piedras para ello ; el que
altere o varíe el cauce o á lveo del río, pagará una
multa de cincuenta pesetas. Si estas infracciones se
cometen en los ríos salmoneros en la época de bajada
de la cría al mar, la multa podrá ascender a trescien-
tas pesetas. El que en ]os casos np etceptuados pes-
case con cualquier arte en las pre^as o al pie de ellas
o de las escalas salmoneras, si 1o hace con caña pa-
gará una multa de cincuenta pesetas, y si usa redes,
de trescientas, además de incurrir en las responsabi-
lidades definidas en el artículo 66.
ART. ^I. ^1 qlle pescare en aguas prohibidas,
bien por estar arrendada la pesca, bien por acuerdo
del Jefe del Servicio Piscícola de la provincia, será
castigado con una multa de veinticinco pesetas la pri-
mera vez, cincuenta la segunda y setenta y cinco la
tercera, y le será decomisada la pesca recogida, ?^n
caso de nueva reíncídencía será consíderado como reo
de hurto.
Ax'r. ^z. Serán castigados con multa de doscien-
tas cincuenta a quinientas pesetas ]os concesionarios
de presas que, estando obligados a]a construcción de
pasos salmoneros, no los ha_yan establecido ; los que
estando obligados a la destrucción de una presa aban-
donada, no la hayan destruído, siempre quc por la
misma no se deje discurrir de octubre a junio, du-
1,$Y I)F PF.SI'A 2 ^5

rante la época de la subida de la pesca, la cantidad


de agua necesaria ; los que, teniendo obligación, no
colocaren las rejillas reglamentarias o no tuviesen
éstas bien conservadas y limpias ; los que no conser-
varen en buen estado los pasos y escalas saImoneros
o no conservaren éstos en la forma prescrita y no
cumpliesen las demás condiciones de la concesión del
aprovechamiento de las aguas en lo referente a la
pesca.
AxT. 73. Se impondrá una multa de quinientas
1 mil pesetas a los causantes del enturbiamiento 0
i^ifección de las aguas públicas o de cualquier co-
rriente del mismo carácter, con los productos del la-
vado de minerales o con residuos de fábricas o indus-
trias, siempre que no estuviesen debidamente auto-
rizados para ello.
AxT. 74. El que vertiese en los ríos de carácter
público o en aguas que comuniquen con las públicas
restos de reses, aves, serrín, partículas de madera,
o enriase el cáñamo, lino u otras substancias textiles
sin autorización competente, satisfará por primera
vez una multa de cien pesetas.
Axr. 75. El que altere la temperatur,a de las
aguas, satisfará por primera vez una multa de cien
pesetas ; y, por último, los dueños de presas y obs-
táculos o los que los utilicen y aprovechen y los con-
cesionarios de cauces de derivación, serán responsa-
bles de los perjuicios que se originen por desborda-
miento de las aguas, si se produjesen por estar las
rejillas obturadas.
Axr. 76. I,os Ayuntamientos que vertiesen los
desagiies de las poblaciones en los ríos sin previa pu-
rificación, después de espirada el plazo que al efecto
25fi AGtiti'CEN Df CASTRO

]es fuere cono°dido, abonarán en concepto de multa


de quinientas a mil pesetas, doble la segunda y trí-
ple la tercera.
Artr. ^^. I,as denuncias por infracción a esta
I,ey y de su Reglamento se formularán ante la Al-
caldía respectiva, en el término de veinticuatro ho-
ras, con etpresión del río en que se cometió la falta,
lugar y sitio del mismo y descripción del hecho, nom-
bres, apetlidos y vecindad de 1os infractores. lle esta
denuncia se "dará conocimiento al Jefe del Servicio
Piscícola de la provincia, y la Alcaldía deberá ins-
truir el gspediente dentro de los diez días siguientes
a la entrega del parte, debiendo remitirlo seguida-
mentc al citado Jefe para su resolución.
AxT. 7^i. La Jefatura del Servicio Piscícola re-
solverá el e^.pediente en el plazo de ocho días, y las
responsabilidades que se impongan se harán efectivas
dentro de los quince dias siguientes al de la notifica-
ción con arreglo a lo que disponga el Reglamento.
Las responsabilidades administrativas que debe-
rán imponerse por las faltas cometidas en el ejercicio
de la pesca o por daños causados a la misma serán
tantas como fueren las contravenciones a los precep-
tos reglamentarios deducidas del espediente ins-
truído al efecto, debiendo corregirse cada una a tenor
de lo que señalarán los respectivos artículos del Re-
glamento.
En los casos de reincidencia antes de trauscurrir
un año de la fecha de la anteric,r infracción, ^a
multa se impondrá por el doble y triple, respectiva-
mente, en caso de incurrir en nueva reincidencia, re-
tirándose al infractor temporalmente la licencia. Las
Jefaturas de Montes publicarán mensualmente los
LEY D^ P$SCA 257

nombres de los infractores, a fin de que no se les ex-


pendan nuevas lícencias.
I,as providencias que dicten los Jefes del Servicio
Piscícola serán apelables ante el Ministro de ho-
mento, que resolverá de K. O., contra la cual sólo
podrá establecerse el recurso contencioso-administra-
tivo, confo^rme a lo prevenido en el artículo 25o y
complementarios del F.statuto Municip^al.
AR',•. 79. Todas las infracciones ^ señaladas y
sanci^nadas en la presente Ley llevaráíi aparejadas
la pérdida del arte y embarcaciones empleadas. El
arte será destruído, aun en el caso de estar l^galmen-
te autorizado, y se procederá asimismo al decomiso
de la pesca capturada, que si no está en condiciones
de ser devuelta a las aguas, se distribu,j^á entre los
Establecimientos de Beneficencia más prósimos al
lugar de la aprehensión o entre los pobres de la lo-
calidad.
Dos terceras partes de las multas serán satisfe-
chas en papel de pagos al F,stado y la otra tercera en
metálico, destinándose esta parte a constituir un fon-
do en la Dirección General de Montes, Pesca y Caza,
que anualmente será distribuída, a propuesta de la
Jefatura del Servicio Piscícola, entre los vigilantes
de pesca en concepto de premios, proporcionados al
celo y diligencia con que hayan desempeñado sus
funciones.

DISPOSICIONI~;S ADICIONAI,ES

Axr. 80. Para la pesca en los ríos Bidasoa, Mi-


ño y demás fronterizos se observarán las prescripcio-
^^
AGUST^N DI^ CAST1:lU

nes de esta T,ey e^^ cuanto no se opongan a las cláu-


sulas de los Convenios celebrados eutre ltispafia y los
países vecinos.
AxT. 8r. Quedan derogadas las dísposiciones que
se opongan al contenido de la presente I,ey.
I)ado en I'alacio a ^ de septiembre de igz9.-/Il-
fu^is^^.--E] Ministro de Fomento, Rafael Be^ijua^aea _y
C3urí^^2.

(aGaceta de MadridA, n.° z6^, correspondiente al


día zç de septiembre de i9a9, páginas I.9o6 a i.913•)
INDICE
Páglnas

I^ROI,^GO ... ... 5


CAYfTU7,0 YRIn11^R0
Instrucciones para el pescador principiante ... ... ... 9

CAPITUI,O II
Distintas modaHdades de pescar la trucha.-Yrcli-
minares.-Pesca con mosca : caña, carrete, seda.
Yreparación de un aparejo.-Rede_ia o tomaclera.
Otros utensilios de pesca.- Eleccibn de inoscas,
moscas que deben emplearse, otras clases de mos-
cas.-1^pocas cie pesca, horas de pesca.-Prácticas
dcl deporte : ]anzamiento del aparej , trttcha en-
l;anchada, doblctes . ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... t7

CAPITi?I,O II I
Pesca eon devón.--Prellminares.-Caña, carrete, ter-
iuinales, yuita^•ueltas, devones, ríos, épocas.-
Técnica del lanzamicuto, picada, cletalles ... ... 57
CAPITUI,O IV
Pesca con pez natural.-Preliininares.-I,anramieiito
clcl ap^irejo, precaucioues ... ... ... ... ... ... ... ... 79
CAPITi1I,O V
Pesea eon gusana.-Preliminares.-9rtefactos nece-
sarios : eafia, carrete, bajo de línea, aparejos de
2(>n ÍNDICF,

Páginas

punta, tomadera, cartera, an•r.uelos; montura de la


caña y colocación de cebos.-Práctica del depor-
te ; p^cada, ]toras de pesca, épocas, precauciones. 3,5

G^I'fTI^7,O VI
Conservación de la pesca.-I'recauciones, colocacicín
eu 1a cesta ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
('
^ CAPfTi77,O VII
Nociones de piscicultura.-Varicctadcs de trucha que
cxisten.-Otras variedaclcs.-Trucha d^ mar.-
Características que clistinguen a las variedades
conocidas: trucha común, Arco Iris, fontinalis, la-
gos y leven.-^ );xistc la variedad saltttonada ?-
11^1anera de distinguir los machos de las hemhras, io3

CAPfTUTA VIII
Repoblaciones.-Repoblación natural: puntos de
desove, nido de la trucha, postura dc las hem-
bras.-RePoblaciones artificiales : desove artifi-
cial, depósitos, íttiles necesarios, caza de repro-
ductores, desove, fecttndación, depósitos incuha-
dores, nacimiento cle las crías, traslado de hue-
vos, material necesario, embalaje. - Criaderos
ictiológicos : material neeesario, funcionamiento,
colocación de los huevos, nacitniento de las críati,
alirnentación y forma de suministrársela.-Re-
hoblacioucs artificiales : puntos de suclta ... ... 12^

CAYfTi'LO IX
EI salmón.-I'relitnittares.-Iiorma en qtte desova cl
sahuón : desove arti6cial del mismo.-Pesca clel
sahuón.-Algunas reglas ltara este deporte : clis-
tíutas ntoscas y aitat,razas qtte se etnplean.-Ríos
salmoneros de )~spaña.-1\letamorfosis del saltnbn. 153
ÍNi?IC$ 2óI

Pfginae

CAPfTUI,O 2:
Arrendamientos de pesca.-Petición de permiso para
establecer criaderos, pctición de hue^^os, íd. dc
jaranntgos, peticiones especiales.-Constitución
de Sociedade^ cle pesca ; denuncias por iufraccio-
nes de pesca.-Animales claítinos y a^•es quc
perjudican la pesca.-Conser^^acióu de los arte-
factos cle pesca.-Voraciclad de ]a trtlcha.-aQue-
rer es poclerD.-Traba ^ os realizados en Vizcaya
en 6eueficio cle la riqueza piscícola.-I,a Yiscifac-
toría de biu^aire ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 187
!
I,ey d® Pesca Ftuvial ... ... ... ... 225

(NDICE DE LOS GRÁFICOS


Núms.

I. Nudo sencillo ... ... ... ... ... ... ..


2. Yaso de la pita por el nudo ... ...
3• Nudo de empate de dos pitas ...
4• Nudo de unión apretado ... ... ...
5• I,azada de ttnión de aparejos ...
ti. Aparejo preparado ... ... ... ... ...
7• Empate de mosca cle punta ... ...
5. ilnibn cle la mosca de punta ... ...
9• l;ráfico de moscas corrientes ...
IO. Dlosca de mayo ... ... ... ... ... ...
^^. 1\Iotica dc mayo ... ... ... ... ...
12. \Iosca flotante ... ... ... ... ...
I;. \losca flotante ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Tr}. Dlosca para truchas de mar y de la^o ... ... ...
15• Mosca de gutiano ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Ifi. I'ritner tiempo clel lanramiento dcl aparejo de
tnosca ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... .^8
I 7. Segnndo tientpo ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 49
IS. 50
í;anlcr
__ . __

NBma. P6ginas

Iy. Fornla ^Ie hacer una corrieute a mosca ... ... ... 52
:o, Caña para aparejo de de^^ón ... ... ... ... ... ... 5q
zI. (:ráfico de un devón ... ... ... ... ... ... ... ... ... 63
zz. )tiianera de freuar cl carrete ... ... ... ... ... ... ... ^ ^q
z3. Pritner tientpo dcl' lánzamieuto dcl aparejo de
dc^^ón ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...... ... ... ... 70
z4, 5el,rundo tietupo ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 71
z5. Fornla de hacer una corriente a devón ... ... ... 73
z6. Aparato Porta-Pc-r. ... ... ... ... ... ... ... tiI
z^. horma de hacer una corriente a kusana ... ... 93
z8. Trucha de mar ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... toS
zg. I^iferencia entre lu trucha ^lc mar y la comúu. Ioq
30. Trttcha comtín ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... III
31. 1'rucha corutín ]^esca^la en e] río Carrión (I'a-
II^
3z. Trttcha Arco Iris ... I[i

33• Trucha fontinalis ... ... ... 1[4


34• Trucha de los 1al,ro5 ... ... I15

35• Trucha leven ... ... ... ... ... fIb


36. Cabeza de trucha hembra ... ... ... . IIS
37• Cabeza de trucha Inacho ... ... I I (^
38. •Depósitos reprotluctores ... I2S
39• Iz^^
40• 130
41. 13T
4z• I3astidor cle embalaje de huevos ... ... ... ... ... IqI
43 • Jue^o de piletas }^ ]^arrillas (incubacióu dc
hue^^os de trucha) ... ... ... ... ... ... ... ... ... 143
44• 143
45• bloscas corrientes para la Pcsca del salntón ... 173
4^• Dloscas corrieute^ para la peyca del salmóu cu
a^t1aS ba]ati ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... I ^^
47• Atosca^ corricntes ;;iratorias ... ... ... ... ... ... I ^ ^^
4^• Aparatos ^iratorioti (de^rones) ... ... ... ... . .. ... 177
49• Aparato^ ^iratorioti (cucharillas) ... ... ... ... ... I ^ ti
5^^• Aparatos giratorio;^ (porta-lango^tiuos) ... ... ... I ^q
51• Dletamorfosis dcl salmón ... ... ... ... ... ... ... ... I ^:i
5z• Otro aspecto de la nletamorfosis del salmón ... 1 i^^}
53• Final de la. metatuorfosis del salmón ... ... ... 1 ii5
INDICE DE LAS LAMINAS

P: gi ias

Iina corriente del río Carrióv (1'alenria) ... ... ... ... .S
iJua leccíón de uso de Ia redeña ... ... ... ... ... ... ... ;,o
I,a redeña en accióu ... ... ... ... ... ... ... .'.. ... ... ... 54
Otra corrietrtc del río Carrión (Yaleucia) ... ... ... i,z
i1n n^omento de clescanso ... ... ... ... ... ... ... ... ... ^ ,S
Lin precioso ejentplar Arco Iris ... ... ... ... ... ... ... t^:>
Colucación cle hueeos cle trttcha en el Yarque de] ^n-
sanclte ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 724
Vista parcial de la 1'iscifactoría de Infiesto (Asturias) 13:1
Uno de ]os depósitoti de reproductores de Infiesto .. 13ti
Reproductores cle ttno de los estanyues de InfieSto
en el momento de servirles alimento ... ... ... ... Iq$
Yreparando el aparejo dc salmóu ... ... ... ... ... ... 154
liu ejemplar cle salmím, pescado con aparejo cle tru-
cha ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 158
Otro ejemplar de salmón, que pesó z5 ]ibras ... ... i 6:}
Otro ejetnplar de saltnón abrileño ... ... ... ... ... ... 16ri
llos hermosos ejetnplares cle salmóu ... ... ... ... ... I^U
lTn Inomento de emoción ... ... ... ... ... ... ... ... ... Ij.'.
híesta del Pez en Valmaseda ... ... ... ... ... .:. ... ... Iyo
Otro momento de la Fiesta del Pez en Valmaseda ... 19;
I^ietita del Pez en San Julián cle 1\lusyue, ... ... ... i9^
5uelta de crías cle trucha eu I)urango ... ... ... ... 202
I'iscifactoría de Mttgaire : Vi^ta del eclificio . .. zr_,h
Operaciones de fecttndación artificia] en la 1'iscifac-
toría de Mugaire ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... zIo
Pi,cifactoría de Mugaire. I)epósito de reproducto-
res machos ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... zi2
Piscifactoría de Mugaire : Dcpótiito cle reproducto-
2 I r}
Aliviadero de bZarin-Ceberia donde se cazau los re-
z15
Piscifactoría cle blul;aire ; Sala de incuhaciones cle
220

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