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Title: Historia de la imprenta en Guatemala desde los tiempos de la colonia, hasta la
epoca actural

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Site: Digital Library of the Caribbean

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HI5TOUIA
DE LA

IMPRENTA EN GUATEMALA
DE5DE LO5 TIEMPO5 DE LA COLONIA,
HA5TA LA EPOCA ACTUAL

POR

- VICTOQ MIGUEL DIAZ

eNellO oe 1930,
TIPOORAl"IA NACIONAL
CUATeMAI.A, C. A,

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$cllor don Vktor Miguel Díaz, luchador iocnnsuble y u no de los 1>0cos y más
d ocumentado!. historio.dores de nuestra é¡>oea, :.lutor d<:1 presente libro.

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AL SEÑOR DON NICOLAS REYES O.,


a Ud., que ha sido decidido y entusiasta protec-
tor de la presente obra, permitame dedicársela,
ya que con su estímulo alentó su realización.

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HOMENAJE A LA PATRIA
Y AL PATRIOTISMO
Este libro, debido a la acuciosa pluma de don Víctor
Miguel Díaz, infatigable peregrino de nuestros archivos, tenía
por objeto celebrar el notable acontecimiento de la inaugura-
ción del edificio de la Tipografía Nacional. En tal sentido,
me siento ufano de haber estimulado la redacción de una obra
que viene a hacer el recuento de las glorias tipográficas patrias
en el instante de darse un paso tan avanzado en la senda del
florecimiento del arle de la imprenta en Guatemala.
Poner de manifiesto en esta ocasión el record triunfal
que, a través de las páginas de nuestra historia de cuatrocien•
tos años, ha venido marcando el arte de imprimir entre
nosotros, es casi una necesidad pública, en provecho de los
ideales de cultura.
La Imprenta fué siempre, entre nosotros, un objeto
que mereció la atención de las autoridades y Ía simpatía y
apoyo de las clases directoras. Un varón ilustre, de inmortal
memoria, trajo a Guatemala el precioso invento de Gutenberg,
en edad temprana y cuando las condiciones de la vida eco-
nómica parecía.n las menos a propósito para que entre nos-
otros se aclimatara un oficio que parecía meramente de lujo.
En 1660 el Obispo, Fray Payo Enríquez de Ribera, hizo venir
la primera imprenta y al primer impresor, siendo de esta
suerte el Reyno de Goathemala la tercera Colonia de Hispa-
no-América que vino a estar en posesión de tan notable ele-
mento de progreso.
Como muy bien lo hace ver un historiador, que ha
estudiado con especialidad esta materia, tal circunstancia le
dió a Guatemala, en el orden cultural, un relieve mucho más
vigoroso que aquel de otras colonias mucho más ricas y eco-
nómicamente mejor desarrolladas.
VII

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En -virtud de la introducción de la imprenta en época


tan temprana, la Colonia se vió exaltada con una serie de
publicaciones que dieron a la literatura de nuestro país, honra
y renombre. Los impresores abrazaron su profesión con fe y
con entusiasmo jamás desmentidos. Un impresor, Sebastián
de Arévalo, fabrica por sí mismo, y funde los tipos de im-
prenta, cuando era imposible traerlos, siendo esta hazaña, al
'decir del historiador García Peláez, la primera de tal género
que se ejecutaba en América. Otro impresor, Alejo Ma-
riano Bracamonte, por primera vei en el Continente, im-
prime páginas a dos colores. Otro emprende la publicación
de obras vastísimas que, como la Crónica del franciscano
V ásquez, acusan un tesoro de perseverancia. Las portadas
de nuestros primeros libros pueden competir, según escribe
el historiador don Ramón A. Salazar, con las mejores de su
época en Europa. En nuestra Patria forma una legión glo-
riosa el gremio de los grabadores. Un impresor, Jacobo
Ignacio Beteta, es tan constante en su trabajo y lo emprende
con tal lujo de felices iniciativas, que merece del Rey de
España, el título de I mpresor Real de las Américas, primero
y único, según lo dice el Licenciado Batres Jáuregui, en el
Segundo Tomo de "La América Central ante la Historia",
que se otorgó, en materia de imprenta, en el Nuevo Mundo.
Al estímulo de los denodados impresores, que sopor-
taban toda clase de privaciones y aún tenían que sobrellevar
con paciencia y abnegación la indiferencia con que los trataba
el público, la miseria con que se remuneraba su trabajo y la
censura y el celo extremado de las autoridades y de la Inqui-
sición misma, florecieron en nuestro país una pléyade bri-
llantísima de cronistas, historiadores, escritores festivos, poe-
tas satíricos, y, más que nada, conforme al espíritu monacal
de la época, legiones de autores místicos que nos legaron obras
de toda clase, si bien, por desgracia, la mayor parte de ellas,
perdidas por nuestra habitual incuria, en el transcurso de los
siglos.
La Imprenta de la época de la Independencia tenía que
hacer honor a la gloriosa tradición de la Colonia. Pero, por
desgracia, la política lo absorbe todo en el primer siglo de dicha
época y los impresores apenas pueden dar vuelo a sus entu-
siasmos e ideales, arrollados por la constante marejada de la
vm

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auno del Cweml Jo~ .Mnrfa Rcrnn u11rrios.


¡)rogrc,istR du<IM1at10 qu~ {uf tip6J(r:i(o en ~u j m·cntnd, íund1,dor del" 'l'il)(>srnfin N1t1:i om1.I.
tOhri, en YC'fO CJ«"UIO,(lt, por Pedro C11rclll ~fnnlO) ,

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revolución. Ilustres y esforzados impresores hubo, como el in-


olvidable don Luciano Luna, que, después de batallar a brazo
partido por la cultura patria, prohijando toda clase de nobles
iniciativas en bien de la difusión de las obras nacionales que
dormían el sueño injusto del olvido, fueron a pagar los ideales
que alimentába su espíritu en el cadalso, levantado por la
ferocidad de nuestras intransigencias políticas :y la barbarie
de nuestras revoluciones insaciables.
La Imprenta, como todo lo que significaba elemento de
despertamiento y progreso, recibió un formidable impulso
durante la época de La Reforma. Comenzaron a venirnos
familias inteligentísimas de impresores, que nos traían del
extranjero nuevos métodos y radicales innovaciones. El pri-
mer diario se funda en 1880. Las tipografías se multiplican
como por encanto. T ocóle al Gobierno ilustre del General
José María Reyna Barrios la gloria inmarcesible de dotar a la
Nación de un establecimiento tipográfico propio, montado
con todo el lujo de elementos de una institución modelo.
A partir de aquel momento, nuevos horizontes se
abren para el arte tipográfico patrio. El progreso, unas veces
lento, otras rápido, no declina en su marcha hacia la meta.
Hoy día surge este hermoso edificio, que viene, por fin, a
reponer el insondable vacío que en el arte tipógráfico dejara
la Tipografía Nacional, fundada por Reyna Barrios, y que los
terremotos de 1917-18 redujeron a escombros, junto con toda
nuestra adorada ciudad capital.
Al resurgir de sus cenizas la Tipografía Nacional, el
Director :y empleados quieren celebrar en forma digna este
acontecimiento resonante en los anales de la cultura patria.
A ese fin, la parte exterior del edificio ha sido consagrada con
los bajorrelieves en que aparecen las figuras venerandas de
cuantos, a través de nuestra historia de cuatro centurias, han
hecho algún bien a la causa de la Imprenta y del arte tipográ-
fico en Guatemala.
A exaltar las glorias de éstos y la importancia del Esta-
blecimiento que hoy presta al Estado sus importantes servi-
cios, concurre este libro, el cual, en forma rápida y sintética
dará idea al público, y muy en especial a las clases trabaja-
doras, de quiénes han sido en nuestra Patria los que más han
XI

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hecho por la implantación, desarrollo y progreso de este ele-


mento sin rival de la civilización moderna que "dió alas al
pensamiento y alma de hierro a la idea".
Por final, agradeciendo públicamente a don Víctor
Miguel Díaz-cuyos aportes a la difusión de los conocimientos
históricos son ya tantos y tan importantes, y desgraciadamente
mal estimulados, su contingente valiosísimo para no dejar en
olvido ingrato, datos preciosísimos para la Historia de la Im-
prenta en Guatemala-debo dirigir el voto de reconocimiento
de las generaciones presentes y venideras, a la memoria del
in.signe Presidente, General José María Orellana, que con to-
das sus fuerzas y entusiasmos, patrocinó el pensamiento de
convertir el'viejo edificio en q_ue improvisadamente se hallaba
instalada la Tipografía Nacional, en un establecimiento digno
de nuestra capital y de nuestra cultura.
N!COLAS REYES O.

Guatemala, r de enero de 1930.

XII

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HI Cci11:r,1'11 ~ Juge11iero Jo:tt. :0.1.utlA. O,ir,1,1.As.\, PrrsMkntt' (k G1uuc-1t1ul1t fl9t1-11))6l, dt' gnata t(~(H'•
dacl6n para los qur ec1111>nerCJn 11111 ~í11cno:l 9<>r k•·:u,u1r a la :ihurll (•n que hoy k t"Mucotrtt 14
Tipc,gralll.l !-.adon~I.
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INTRODUCCION
El objeto de este libro es conmemorar la fecha de la
inauguración del edificio destinado a la Tipografía Nacional
y el de dar una idea, siquiera sucinta del desarrollo de la
Imprenta en Guatemala, desde la época de la Colonia hasta
nuestros días.
Estimuló el presente trabajo don Nicolás Reyes O.,
Director de la citada Tipografía, lo que nos obliga, como una
muestra de consideración y justicia, a que aparezca su
nombre en página de honor, no solo porque figura entre el
número de nuestros más hábiles tipógrafos, sino por la buena
voluntad que ha manifestado enalteciendo los nombres de
los impresores que tuvo el país antes y después de la inde-
pendencia de Centro-América.
La historia de la Imprenta an Guatemala es casi
desconocida, ignorándose muchos de sus detalles. Tuvo su
origen en la antigua capital desde 1660: las publicaciones de
libros comenzaron poco tiempo después, y en 1729 surgió a
la vida la "Gazeta de Goaiemala": tal es el punto de partida
de nuestra vida periodística.
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Estas páginas presentan un trabajo bien modesto:


no abrigamos desde luego la pretensión de que sea una ver-
dadera historia de la Imprenta en el país.
Las investigaciones que se hagan en lo futuro de lo
que se relacione con ese arte, dará material extenso a plumas
hábiles para formar.una recopilación de noticias que puedan
líacer llegar al lector al conocimiento exacto de aconteci-
mientos de importancia: los críticos habrán de hacer entonces
las rectificaciones, exclareciendo sucesos y ampliando datos.
Hemos cumplido con un encargo honroso emanado del
patriótico empeño del señor Reyes O.
Con cuidadoso interés buscamos informaciones verí-
dicas consignadas en legajos cubiertos con el polvo de los
siglos.
A más no alcanzan nuestras fuerzas.

Víctor Miguel Díaz.

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LA IMPRENTA
EN GUATEMALA
EL GENERAL DON MARTIN CARLOS DE MENCOS

Los galeones del monarca español llegaron a los puertos de


tierra firme a fines del año de 1658 : en ellos venía el ex General de
la Armada don Marün Carlos de Meneos, Caballero de la Orden de
Santiago, Alcaide perpetuo de los Alcázares de Tafalla del Consejo
de Guerra y Junta de Armas. Encaminábase a estas tierras con
el nombramiento de Presidente de la Audiencia, Gobernador y
Capitán General del Reino de Guatemala. ·• ,,
Entre los viajeros figuraba Fray Payo Enríquez de Rivera;
permanecieron varios días en Panamá, a causa de las graves dolen-
cias que sufrían los miembros de la familia del General Meneos, a
quien la fatalidad le arrebató dos de sus hijos en dich.o Puerto,
El Ayuntamiento de la capital al tener noticia de la próxima
llegada del mandatario, se preparó con objeto de hacerle solemne
recepción; pero oportunamente se supo del duelo que embargaba al
ilustre funcionario y se mandaron suspender los festejos.
Entró el General Meneos a la ciudad el 5 de enero de 1659.
No hubo ninguna manifestación pública ni privada: los viajeros
vestían riguroso luto y casi no fué posible que los viera el pueblo,
agolpado en las calles, a causa de caminar ocultos en el interior de
las berlinas, a· las que subieron a poca distancia de las orillas de· la
ciudad.
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El General Meneos fué el primer gobernante militar que tuvo


Guatemala. A las pocas semanas de haberse hecho cargo del mando
del reino manifestó empeño por la organización de las milicias ;
reunió elementos de guerra y supo dar estímulos a los que figura-
ban en el cuerpo militar del país, preparándose de esta manera, a
contener los desmanes de los corsarios que pudieran agredir los
puertos del Norte.
Gobernó el General Meneos con tino y acierto, haciéndose
e stimar de ríe.o s y pobres. Dejó gratísimo recuerdo por su amor a
la ciudad y por el celo e interés que mostrara en el cumplimiento de
sus deberes, no. obstante las contrariedades que tuvo, emanadas
de la intransigencia y de la intriga que agitara el oidor Gárate, indi-
viduo de origen andaluz, de dudosa conducta, como que de él se
dijo que era un espía oficioso que vigilaba y seguía de cerca las pasos
de los presidentes, dando par te de todos s us actos, en cartas calum-
niosas dirigidas al Monarca. Se distinguió ese hombre por su
carácter duro, por su mala índole, dejando tras de sí no pocos odios
entre familias españoles y criollas.

FRAY PAYO ENRIQUEZ DE RIVERA

La historia de la imprenta, así como la del libro y del periódico


en Guatemala, es casi desconocida por la generalidad. Poco se ha
publicado entre nosotros a ese respecto, si se exceptúa el libro que
dió a luz en Chile, el bibliógrafo hispano-americano don José Toribio
Medina ; el notable estudio que publicó una revista ilustrada de los
Estados Unidos de Norte-América, el literato guatemalteco· señ<>r
Licenciado don Virgilio Rodríguez Beteta, estudio que lleva el título
de " La Imprenta y los Impresores en Centro-América durante la
Colonia", trabajo de indiscutible mérito que sirve de introducción a
la "Historia del Periodismo en el Antiguo Reino de Guatemala", del
mismo autor; y el libro sobre la imprenta en Guatemala, escrito por
don Juan Enrique O 'Ryan.
Hemos reunido algunos datos que puedan dar idea de lo qu.:
ha sido la imprenta entre nosotros y el grado de adelanto que ha
alcanzado hasta el presente.
Seguiremos en estas páginas cierto orden cronológico, aunqu?
no riguroso, y haremos al mismo tiempo relación de divers os aconte-
cimientos que se sucedieron en Guatemala, recordando la brillante
labor de varones eminentes que figuraron antes y después de nues-
tra independencia. Hemos de hacer mención de hombres y de suce-
sos, de los adelantos del país, del cultivo de. las letras y de otros
acontecimientos, apoyándonos· en fuentes puras,
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FRAY PAYO BlHUQUEZ DE RlVE~A.


Introductor dt lo primer3 imprcntn en Gu11ttn1ala ti a ft o de 1660. Et.ta f<>tografí11 íut lomada de la
galerí-11 de An:c>bispos que figura en nuestra C.atcdrol Mctropolit.1aa.

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Al tratarse de la introducción de la imprenta en Guatemala,


no es posible dejar de mencionar el nombre de un Prelado de buena
voluntad a quien se debe esa útil mejora. Nos referimos a Fray
Payo Enríquez de Rivera, IX Obispo de Guatemala, varón que
dejara en el país gratos e imperecederos recuerdos por sus virtudes
e iniciativas.
Se sabe de Fray Payo que nació en Sevilla, el año de 1612 y
que sus padres fueron don Fernando Enríquez de Rivera, Duque de
Alcalá y Virrey de Nápoles, y doña Leonor Manrique de Lara, quie-
nes procuraron darle extensa instrucción, haciéndolo concurrir a
los centros de enseñanza más importantes de la tierra donde naciera.
Muy joven ingresó al Convento de San Felipe de los Agusti-
nos, llegando a alcanzar puesto distinguido entre los que estudia-
ban en la Universidad de Osma, donde obtuvo después de lucidos
exámenes el grado de Maestro en Teología, ciencia que luego enseñó
a sus alumnos de Burgos, Valladolid y Alcalá de Henares.
Constante en el estudio logró conquistar reputación y puestos
honoríficos, gracias no sólo a sus merecimientos, sino también a las
consideraciones que por él tuviera Felipe IV. Impelido por la obe-
diencia de los superiores de su Orden, a la que no le era dable
oponerse, sin quebrantar los votos monacales, aceptó el nombra-
miento.
Nada sensible a la vanidad y modesto en_extremo hubiera
deseadQ Fray Payo una vida apartada en su Convento, dedicado a
estudios, pagando tributo a sus afidones de escritor.
Con los anteriores precedentes, salvemos el espacio que
media desde que se dió a conocer en su patria, hasta la fecha en
que admitió la mitra de Guatemala. El Pontífice Alejandro VII lo
preconizó Obispo; realizó el viaje por Panamá, donde lo consagró
solemnemente, en septiembre de 1658 el Obispo de Caracas, Fray •
Alonso Briceño,
Al hacer su entrada a la capital del Reíno de Guatemala, fué
muy bien recibido.
Pronto · sus méritos personales le franquearon la. estimación
del pueblo. La primera visita pastoral por él practicada en distintos
lugares del Reíno fué una serie sucesiva de cariñosas manifesta-
ciones hasta en las más apartadas aldeas: desde luego se vió con
agrado su bondad para con los indígenas, cultivadores de los campos
en provecho de los encomenderos, azote de los habitantes de estas
tierras.
El Obispo recorrió su extensa diócesis, excepto el dilatado
territorio del Petén,
Su principal interés consistió, dado el puesto que se le con-
fiara y el espíritu religioso que dominaba en la época, a la reparación
y construcción de ermitas y templos, impulsando con vigor los
trabajos.
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El Obispo González Soltero había proyectado la fundaci6n


de un Hospital que sirviera de albergue a·los eclesiásticos enfermos,
logrando comprar casa y sitio a efecto de instalar las salas; el pro-
yecto no pudo realizarse por haber muerto el Prelado.
Los prebendados mandaron que la 9bra comenzara frente
a-una plazuela y al ser terminada en noviembre de 1662, la bendijo
Fray Payo de Rivera y puso la primera piedra de la capilla contigua.
La casa hospitalaria comenzó a admitir enfermos en mayo de 1663,
recibiendo el nombramiento ae Rector el Chiantre de la Catedral
don Antonio Alvarez de la Vega y primer Ecónomo don Salvador de
N ebrija, con el patronato del Cabildo Eclesiástico.
El Obispo de Guatemala aprobó 'los Estatutos de la Congré-
gación de los Belemitas y el 25 de enero de 1668, los hermanos-hicie-
ron voto de obediencia y hospitalidad, en presencia del Prelado; d ías
antes los E!elemitas habían electo su Jefe a Fray Rodrigo de la Cruz
(doil Rodrigo de Arias Maldonado). El Obispo aprobó la forma del
hábito que debían usar los hermanos de Belén.
. Fray Payo presidió. los funerales de Pedro de Betancourt,
imponentes ceremonias que sólo pudieron compararse c_o n las que
se hicieran en honor al Obispo Marroquín, en 1563.
El 26 de abril de 1667, por la mañana enorme muchedumbre
concurrió a la conducción de los restos mortales del Hermano Pedro;
salió el cortejo del Hospital de Belén, para encaminarse por la Calle
del Oratorio o de San Miguel, a la iglesia de la Escuela de Cristo,
en la que una guardia militar rodeó el cuerpo, de orden del Capitán
General don Sebastián Alvarez Rosica de Caldas. Luego, a las
pocas· horas inicíóse nuevamente la marcha rumbo al templo de San
Francisco, por la Calle de los Pasos. Después del féretro caminaba
el 'Obispo Fray Payo,. luego los miembros dei Cabildo Eclesiástico;
el Présidente de la Real Audiencia; Fray. Rodrigo de la Cruz ( ex
Marqués de Talamanca), varios belemitas; las congregaciones y
vecinos · principales. . Este entierro fué el más solemne que se veri-
ficó ~n la época del preclaro Obispo.
Fray Payo era aficionado a la literatura como que había sido
autor de un libro sobre as.unt os religiosos. Preparaba otro cuando
recibió el nombramiento de Obispo de Guatemala. Al realizar el
viaje a estas tierras se trajo consigo sus manuscritos; Entusiasta
como era Fray Payo por el cultivo de las letras y con la esperanza
de imprimir algunos de sus trabajos, tuvo la feliz idea de hacer venir
al país una imprenta, solicitando la cooperación de las principales
autoridades del Reíno, y de las corporaciones e individuos que pudie-
ran ayudar a la realización del proyecto; al estar reunido el dinero
escribió a Fray Francisco de la Borja, franciscano residente en
México, suplicándole consiguiera imprenta e impresor, lo que pudo
lograr no sin algunas dificultades.
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A principios del año de 1660 llegaba a la capital. guatemalteca


el español don José Pineda de !barra, trayendo los elementos tipo-
gráficos necesarios.
Transcurridos nueve añós de hallarse Fray Payo al frente de
la silla episcopal de Guatemala, lo trasladaron al obispado de Valla•
dolid de Michoacán, partiendo de este Reino el 11 de febrero de
1668. No había llegado a Oaxaca cuando tuvo noticia de su promo-
ción al Arzobispado de México, cargo que recibió en el mismo año
de 1668.
Como el Virrey de México pidiera su relevo, sucedióle en el
mando el 8 de diciembre de 1673, don Pedro Nuño de Colón, Duque
de Veragua, cuya muerte se deploró cinco días después, sucedién-
dole, por anticipada disposición de la Corte, que había previsto el
caso de la vacante, en "pliego de mortaja'.' a Fray Payo de Rivera,
Arzobispo de México. Los grandes méritos del Prelado movieron
a la Corte de Madrid, a nombrarlo Virrey de Nueva España, cinco
años más tarde de su llegada al Arzobispado.
Los mexicanos recibieron con muestras de agrado dicho nom-
bramiento porque conocían las virtudes del Arzobispo.
Tan pronto como tomó posesión de su elevado cargo, demos-
_tró actividad en la reparación de las obras de ornato; en su tiempo
y gracias al apoyo que prestara a la obra, terminaron el Palacio de
los Virreyes; inició y llevó a cabo la construccón de puentes, mandó
reparar los principales empedrados de la capital, se esforzó en abrir
calzadas, ampliando la que de la ciudad conduce al Santuario de
Guadalupe, e hizo llevar el agua a éste, por medio de un hermoso
acueducto y dió poderoso impulso a la magnífica obra de la Catedral,
Durante su gobierno, en 1675, en la Casa de Moneda comen-
záron a acuñar oro.
Carlos II al salir de la menor edad escribió al Virrey, agrade-
ciéndole su comportamiento, felicitándolo al mismo tiempo por su
excelente administración, empleando en obras útiles fuertes canti-
dades de dinero de las cajas reales, así como casi todas sus
economías.
Ajeno Fray Payo a las pompas mundanas y a los bienes de
la tierra, abrumado por las responsabílídades que sobre él pesaban
como gobernante y como Jefe de la Iglesia, escribió al Rey y al
Pontífice romano suplicándoles le retiraran los cargos.
Se le contestó que hiciera un esfuerzo de voluntad y energía
a efecto de seguir en los citados puestos en bien del reino.
Fray Payo insistió en sus peticiones y a sus constantes ruegos
se le concedió el retiro, nombrándolo Obispo de Cuenca y Presidente
del Consejo de Indias.
Llena su alma de gozo repartió a los necesitados lo que poseía,
hizo donativos a la iglesia, obsequió su magnífica biblioteca a los
padres del Oratorio de San Felipe Neri y se dirigió al • Puerto de
Veracruz; lo acompañaron en la via, unas cuantas millas el Virrey,
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Hasta el año de 1667 vió la luz pública la exposición dirigida


al Rey por el Presidente Alvarez, de la que nos habla el historiador
García Peláez.
Luego imprimió Pineda !barra "La Tomasiada" (el Sol de
la I glesia y su doctor Santo Thomas de Aquino) fardo de trisagios,
escrito por Fray Diego Sáenz de Ovecuri.
Abundantes en extremo fueron las novenas y libros místicos
que salían de la misma imprenta; la iglesia fomentaba esa clase
de publicaciones. Los frailes ilustrados luego hicieron imprimir
libros con vocabularios, gramáticas con dialectos de indios, historia
de la vida de algunos santos, sucesos de la conquista, sermones,
panegíricos, descripcrón de fiestas de· iglesia, de honras fúnebres
de reyes, de obispos, de arzobispos, o funcionarios públicos notables,
tesis en latín, cartillas conteniendo consejos para curar enferme-
dades, invitaciones, diversas, libritos destinados a la enseñanza
religiosa, poesías místicas, etc., etc.
Pineda !barra gozó del privilegio exclusivo de imprimir y
vender cierta clase de publicaciones que se relacionaban con asuntos
religiosos, negocio que no era muy lucrativo.
Esa gracia le fué concedida al tipógrafo por el Capitán Gene-
ral don Martín Carlos de Meneos.
La ley de imprenta, emitida en España el año de 1480 daba
libertad a la publicación de libros, lo que más tarde fué restringido.
Se establecieron penas severas para los que infringían las disposi-
ciones: muchísimas veces las autoridades hicieron quemar obras en
las plazas públicas. De esta manera desaparecieron libros de
indiscutible mérito.
La inquisición, en extremo severa en la época del tétrico
Felipe II, hacía constar en listas especiales las obras cuya lectura
• prohibía, extremándose las penas a los contraventores, como la
confiscación de bienes y hasta la muerte afrentosa; los vendedores
de libros, los impresores que laboraban determinadas obras sin la
respectiva licencia, aunque fueran de índole religiosa, estaban ex-
puestos a sufrir castigos y sujetos a fuertes multas y a destierro.
Y si esto sucedía en España, podrá imaginarse el lector cómo
sería en las colonias de América, con algunos de los hombres de
reducido criterio que venían a gobernar estas tierras.

UNO DE LOS PRIMEROS LIBROS


ESCRITOS EN GUATEMALA
Cansado y monótono sería dar cuenta en estas páginas de las
obras que imprimió don José de Pineda !barra, bástanos decir que
fueron muchísimas, como que estuvo al frente de su taller más de
veinte años, sin otra ayuda que la de su hijo mayor y dos aprendices.
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HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu...

Al terminar la impresión del poema en estilo gongórico "La


Thomasiada" y la obra "Explicatio Apologético", recibió congratu-
laciones por el buen gusto que campeaba en el formato, pagando así
tributo al estilo tipográfico de la época. Hizo imprimir "La Tho-
masiada" por su cuenta don Pedro de Sadavalles,· amigo del autor de
la obra Fray Diego Sáenz de Ovecuri y del impresor Sr. Pineda !barra.
La muerte cerró un día los ojos del ameritado tipógrafo, des-
pués de largo tiempo de labor nunca interrumpida.
El alférez don Antonio de Pineda · heredó de su padre la
imprenta, trabajando en el taller treinta y cuatro años hasta su
muerte acaecida en 1721.

LA IMPRENTA DE
LOS FRANCISCANOS
La segunda imprenta en la época de la colonia fué la ·del
Convento de San Francisco. La establecieron los frailes en amplio
salón al Norte de la "Sala de Canto" y de la Biblioteca, al lado de
la capilla de San Buenaventura. 1714-1773.
De esta imprenta salió la interesantísima Crónica del Padre
Vásquez impresa en 1714, obra tipográfica en la que se empeñaron
los frailes, alcanzado en el trabajo éxito completo,
El convento de San Francisco tenía en su seno frailes ilustres,
teólogos, oradores, matemáticos, lengüistas, filarmónicos, cantantes,
pintores y escultores: todo elemento pensante s e agrupaba en el
Claustro: desaparecía un fraile ilustrado y surgía otro no menos
avanzado: la poesía sagrada comenzó paulatinamente, llegando a .
su esplendor en la época en que floreciera Landívar, gloria de ·
Guatemala.
Se conceptuó a los frailes en ios primeros tiempos de la con-
quista como los mensajeros de la civilización de los países de América.
Los castellanos vinieron, con raras excepciones, a cométer atrocida-
des, hasta herirse de muerte entre ellos mismos ; los frailes llega-
ban a evangelizar, dando enseñanza gratuita en colégios de los·que
más tarde salieron sabios y patriotitas, héroes y mártires que legaron
sus nombres llenos de gloria a la posteridad. La imprenta de los
franciscanos estuvo administrada algunos años antes de la ruina de
la antigua capital, por don Manuel Joseph · dé Quirós y por varias
otras personas entendidas en el arte, haciéndose cargo de la misma
por último, la Orden Tercera. Los citados frailes no dejaron de
poseer su' imprenta hasta los días de la ruina de la ciudad, como
lo prueban varias publicaciones que existen, entre ellas novenas y con•
vites que hicieron imprimir las -monjas claras, las rosas y las teresas.
Con la catástrofe de 1773 terminó la imprenta de los fran-
ciscanos, taller que prestó concurs4 valioso a los que es·cribieron en
aquella época.
H

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HillOlla d o la impl"1l1a ,111 G u • M • l • . _ . IOl 11.ciqos d o l a c o l o n ! , , h u. . .

los individuos de la Audiencia, muchísimos funcionarios públicos y


numeroso grupo de personas particulares de la primera sociedad
mexicana, Salió de la capital el 30 de junio de 1681.
Al llegar a España escribió-al.Rey, agradeciéndole los honores
que le había dispensado y renunciando sus empleos encaminóse al
Monasterio de Nuestra Señora del Risco, retiro de los agustinos
descalzos, en el Obispado de Avila.
Le asignó para su subsistencia, el Rey, una pensión anual
pagada por las cajas de México.
La Sant~ Sede, por su pa'r te, no quiso dejarlo sin ninguna
recompensa; expidió a su favor un breve, concediéndole la singular
gracia de que pudiese entrar con capa arzobispal a cualquera de las
iglesias de ·la Península.
En el Retiro del Risco, murió Fray Payo Enríquez de Rivera,
el 8 de abril de 1685.

INSTALACION
DE LA IMPRENTA
Con el tipógrafo español José de Pineda Ibarra vino su fami-
lia, la que hizo de Guatemala su segunda patria, Vivió e instaló la
imprenta, en la casa contigua a la del Pregonero y al Real Cabildo,
al principio del Portal, Cuarta Calle Oriente, frente a la plaza.
El historiador José Milla dice: "El año de 1663 hace época
en nuestra historia, pues entonces fué cuando se hizo uso por primera
vez de una imprenta traída tres años antes."
Ibarra trajo tipo de dos clases, claro y elegante, Jo que hoy
llamamos vulgarmente "lectura" y "lecturita" y que en aquel enton-
ces Je daban los nombres de "grande" y "chiquita". Vinieron,
además, fuentes de letra de adorno fuerte, orlas anchas y viñetas
de varias clases.
La prensa, con cama y bastidores de madera, la colocaron
sobre banco de fuerte consistencia, con alma de hierro.
Para las impresiones, que se hacían muy despacio, hume-
decían el papel, con objeto de que éste absorviera la tinta. Había
componedores de hierro y de madera. •
Los trabajos que Pineda Ibarra hizo no ·p udieron ser aventa-
jados en otras imprentas que se fundaron años más tarde.
El estilo del formato y la combinación de las viñetas lo
hemos visto reproducido, tal vez sin quererlo, en la primera página
de algunas obras de estos últimos tiempos, hechos en Roma, _Barce-
lona, Valencia, y en otras ciudades europeas, imitando el antiguo
estilo, con la diferencia que en estos impresos se emplean varias
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111,toda do la lmptuta ,111 Gu,......,. . . . lol ~ - do la colon!,, hu... hllpt:/twww~.com/a!OOOj~l/piint?opdcl!F1Jr

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tintas de vivo color y papel satinado. Así se ha imita4o el formato
de, carátulas de libros publicados hace más de dos siglos, coiµo una
curiosidad tipográfica no escasa de mé,rito.
Considerable número de publicaciones hizo Pineda, Ibarra.
La mayor parte de ellos tratan de asuntos religiosos, como los,
hiciera Gutenberg con la primera obra que imprimiera que fué
una Biblia, dos siglos antes del descubrimiento del ~uevo Muq,do.
Llegaron a ser escasas esas obras y casi no se ven en nuestros
archivos, es decir, las que se hicieran en los primeros veinte años.
Erróneamente afirma el historiador García Peláez que la pri-
mera pieza que se publicó en la imprenta fué una carta qel Presi-
dente Alvarez al Rey de España: tampoco fué un Tratado Teológico
como aseguran otros historiadores modernos, sino un s ermón predi-
cado en el Convento de San Francisco, por Fray Francisco Quiñónez
y Escobedo ¡ vinieron luego tres o cuatro publicaciones de poca im-
portancia y en seguida el "Voto de gracias" de los vecinos de la
capital a Fray Payo Enríquez de Rivera, por la mejora que a sus
esfuerzos realizara, dotando al país de imprenta.
Después de esa publicación hicieron diez o doce de escaso
mérito, inclusive una seríe de carátulas para. cubierta de manuscritos,
imprtsds el mismo año en que vino la imprenta a la capital del Reino.
En 'el Ar~hivo de la Curiá Eclesiástica hay algunas de esas carátulas.
(Disposiciones del Obispado.-Libro de Visitas de los Monasterios).
El eminente escritor Manuel Sei:ra;no y Sanz, dice:
"La Imprenta .en la América Central ofrece una. bibliografía
bastante rica, pues aun falta que añadir no poco al conocido libro
de D . Juan Enrique O'Ryan, con llevar fecha tan r.eciente . (1897);
siendo n:iuy de censurar los errores del Sr. Ramón A, Salazar1 Direc-
tor de la Biblioteca Nacional de Guatemala, quien en su "Historia
del desenvolvimiento intelectual de Guatemala, desde la fundación
de su ,primera escuela de letras europeas, hasta la inaugur,a ción del
Instituto Nacional de Indígenas, efectuada en el año de 1896" (Tomo
I, Guatemala, 1897), escribe (páginas 31.0 y 311): "La. metrópoli
no se mostr9 solícita con sus colonias para dotarlas con aquel dón
inapreciable (de la imprenta). México no tuvo imprenta sine¡ pocos
años antes de 1622." Estos "pocos" años de que habla el señor
Salazar fueron nada menos que 82, o sea desde 1540. (1537 a 1538
dicen otros autores). •
• Tan mal afortunado como en esto anduvo el señor Salazar al
deéir que "en 1663 se imprimió el primer libro que vió la luz pública
en Centro-América, según opinión más autorizada, y que consistía
en un Tratado Teológico en ·128 páginas en columnas de letra clara
y uniforme, muy bien ·cortado y encuadernado,"
ifPpr ese mismo tiempo el Obispo D. l'ayo de Rivera dió a
luz una pastoral de la que he visto un ejemplar en manos del afanoso
coleccionista don Gilberto Valenzuela. Creo que es. el espécimen
más antiguo q'4e se conserva de nuestra prensa."
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26 dcl
HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu...

Ya que el señor Salazar no conoció el primer libro impreso en


Guatemala, lo reseñaremos bibliográficamente, pues bien lo merece ;
lleva por titulo :
"Sermon I predicado I en el muy religioso I convento de Nues-
tro S_eraphico I Padre San Francisco, a quatro I de Octubre, este año
de 1660. sv. propio dia, 1en la Ciudad de los Cavalleros de I Gua-
temala: 1 Assistiendo la muy noble I familia Guzmana de los Predi-
cadores:· 1 en presencia I de las dos cabezas del Govierno I deste
Reyno, y los dos Cabildos. 1 D·edicado I al Illustrissimo, y I Reveren-
dissimo Señor Maestro Don Fray Payo de Rivera, 1 del Orden de
San Agustin, Obispo de Guatemala, y I Verapaz, del Consejo de su
Magestad, 1 &c. 1 Predicole I el M. R. P. Fray Francisco de Quiñó-
nes, 1 Escovedo de la Regular Observancia de N. P. S. Francisco;
Predicador, 1 Padre perpetuo de Provincia, ex-pro Ministro para el
Capitulo I General de Toledo 1 1 Impreso con licencia, en
Guatemala, Por Ioseph de Pineda Ibarra, Impressor, 1 y mercader
de Libros, Año de 1660.
En 4°, 12 hojas foliadas, más 7 de preliminares.-Portada.-
Licencia del Ordinario: Guatemala, 5 de Noviembre de 1660.-
Aprobación del Maestro Don Pedro del Castillo Cárcamo Valdez:
Guatemala, 4 de Noviembre de 1660.-Licencia de la Orden: Gua-
temala, 2 de Noviembre de 1660.-Aprobación del R. P . Fr. Fernan-
do Espino.-Aprobación del R. P. Fray Baltasar de Salazar: Gua-
temala, 27 de Octubre de 1660.-Al sermón que predicó .... Fray
Francisco de Quiñones, Décima :
De aquel Seraphin alado ...
Al Illustrissimo y Rev. Señor Maestro don Fray Payo de
Rivera, Fray Francisco de Quiñones y Escovedo.
El "Tratado Teológico" que describe el señor Salazar con
vaguedad y confusión impropias en el Director de una Biblioteca
Nacional, pues dice solamente que es un libro "en 728 páginas en
columnas .de letra clara y uniforme, muy bien cortado y encuader-
nado", es el siguiente:
Explicatio I apologetica I nounvllarvm propositíonvm I a theo-
logo qvodan non J dextere notatarvm. 1 sive: 1 qvaestiones variae, 1
I
quarvm e~licationi occassionem dedit theologi cviusdam I non
satis acvrata notatio. Avthore I M. D. F. Payo de Ribera, 1 avgusti-
niano, 1 olini apvd supremvm ss. Inquisitionis I Tribvnal Qvalificato-
re, 1nvnc I Episcopo Goatemalensi. 1Regí Catholico, 1Magno, D . N.
Philippo IV. 1 Dicatvm opvs I Cvum privilegio Regís. 1 Goatemalae. 1
Apud Ioséphum de Pineda & Ybarra. Typographum. Anno 1663.
710 páginas en folio, más 36 hojas de preliminares y 12 al
final. Es un tratado acerca de la Inmaculada Concepción, contes-
tando a las afírmaciones·de un teólogo anónimo."
Hasta. aquí las líneas del escritor Serrano y Sanz.
Se publicó un folleto de cincuenta y seis páginas, en cuarto
mayor, impreso en papel español, grueso, con elegante carátula.
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HillOlla d o la impl"1l1a ,111 G u • M • l • . _ . IOl 11.ciqos d o l a c o l o n ! , , h u. . .

Lleva el folleto en la primera página, un escudo de España;


de un lado esta leyenda : (se deja la ortografía del original), " Scutum
Fidei" y del otro la s iguiente: " Arma tura Ecclejie" . Luego sigue
esta leyenda:
"El Maestro don Fray Payo de Ribera obispo de Guatemala,

. .

º·
• • ·" :s;(.)\ 151'1'10.
.
:S ,\ I. Q \',\IJl-'IC,\'l'O l tE
,.); \ ' :'\C

l~ e; r ( : ,. \ ~r Ir C) r]1 e: Q
l.\c;. '{), D.. "\'. PI IILIPl"iQ. lV.
D I CA T\' i~or>n.;:
, ·"' •

C\.,\ V1u•,.1.1u-:fHn' í~1,;,.,J :-.


GO '.\ T 1,.11 1\ 1..·1::, •
Apud lf{_(ephum" lfüuxlh -.t. Yb~1'1'!I: 'l'1•r<1{!~Jl'hun_i. Anno 166.j{.;; J: 1

defiende lo una vez propuesto en informe suyo ante el real acuerdo


& Henero 2 de 1665."
Encabeza la leyenda de la página segunda una D ., adornada.
Es poseedor de un ejemplar de esta publicación, el bibliógrafo y es-
critor nacional don Gilber to Valenzuela.
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HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu...

LA IMPRENTA DEL
BACHILLER VELASCO
Fué establecida en el barrio de Santo Domingo la tercera
imprenta del sacerdote y bachiller don Antonio de Vela.seo, de 1715
a 1726. Las obras que salieron de este establecimiento no mejo-
raron a las de Pineda Ibarra y tampoco pudieron competir con las
de los franciscanos,
El Rector del Colegio Seminario de Guatemala, encargó al
bachiller Velasco la impresión de la obra intitulada " Verdad mani-
fiesta en los cargos y providencias de la suprema potestad de la
tierra."
Se debió al bachiller Velasco la publicación de varios impre-
sos en latín que se referían al Obispo Marroquín y a otros prelados.
·Hacía trabajos de personas particulares, lo que no le era productivo
porque fa' mayoría de nuestros antepasados poco o nada tenían por
imprimir, como no fueran los "convites" u hojas sueltas que circu-
laban días antes de las fiestas de Corpus o de las del 8 y 24 de
diciembre,
-Tuvo el proyecto de publicar obras ligeras, de cierto mérito,
sacando del olvido algunos manuscritos, lo que no le permitieron las
autoridades eclesiásticas, concediéndole únicamente imprimir "El
Catecismo y Gramática" del Obispo Marroquín, cuando ya no era
sino un libro histórico, por haber escrito otros muchos tratados,
gramáticas, vocabularios y hasta diccionarios no pocos frailes que
cultivaron distintos dialectos, obras superiores, desde luego, a la del
Obispo M~oquín.


IMPRENTA DE DON
INOCENTE DE LA VEGA
Cuando mandaba en Guatemala don· Antonio de Echevers y
Suvisa (1724-1733) , el valenciano don Inocente de la Vega estableció
otro taller tipográfico muy pequeño. Fué el cuarto de los traídos
al país.
El señor de Echevers y Suvisa se enemistó con los editores;
a unos los desterró, otros se escondieron, temerosos de ser atrope-
llados; el pueblo hizo causa común con los perseguidos y hubo no
pocos desórdenes en las calles.
De la Vega se vió precisado a marcharse del país a causa de
una "ensalada" que imprimió en su taller en los días de más eferve-
.cencia. ' En· el pasquín, escrito por un chusco ingenioso, se ridiculi-
ts

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HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu...

LA IMPRENTA DEL
BACHILLER VELASCO
Fué establecida en el barrio de Santo Domingo la tercera
imprenta del sacerdote y bachiller don Antonio de Vela.seo, de 1715
a 1726. Las obras que salieron de este establecimiento no mejo-
raron a las de Pineda Ibarra y tampoco pudieron competir con las
de los franciscanos,
El Rector del Colegio Seminario de Guatemala, encargó al
bachiller Velasco la impresión de la obra intitulada " Verdad mani-
fiesta en los cargos y providencias de la suprema potestad de la
tierra."
Se debió al bachiller Velasco la publicación de varios impre-
sos en latín que se referían al Obispo Marroquín y a otros prelados.
·Hacía trabajos de personas particulares, lo que no le era productivo
porque fa' mayoría de nuestros antepasados poco o nada tenían por
imprimir, como no fueran los "convites" u hojas sueltas que circu-
laban días antes de las fiestas de Corpus o de las del 8 y 24 de
diciembre,
-Tuvo el proyecto de publicar obras ligeras, de cierto mérito,
sacando del olvido algunos manuscritos, lo que no le permitieron las
autoridades eclesiásticas, concediéndole únicamente imprimir "El
Catecismo y Gramática" del Obispo Marroquín, cuando ya no era
sino un libro histórico, por haber escrito otros muchos tratados,
gramáticas, vocabularios y hasta diccionarios no pocos frailes que
cultivaron distintos dialectos, obras superiores, desde luego, a la del
Obispo M~oquín.


IMPRENTA DE DON
INOCENTE DE LA VEGA
Cuando mandaba en Guatemala don· Antonio de Echevers y
Suvisa (1724-1733) , el valenciano don Inocente de la Vega estableció
otro taller tipográfico muy pequeño. Fué el cuarto de los traídos
al país.
El señor de Echevers y Suvisa se enemistó con los editores;
a unos los desterró, otros se escondieron, temerosos de ser atrope-
llados; el pueblo hizo causa común con los perseguidos y hubo no
pocos desórdenes en las calles.
De la Vega se vió precisado a marcharse del país a causa de
una "ensalada" que imprimió en su taller en los días de más eferve-
.cencia. ' En· el pasquín, escrito por un chusco ingenioso, se ridiculi-
ts

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111,toda do la lmptuta ,111 Gu,......,. . . . lol ~ - do la colon!,, hu... hllpt:/twww~.com/a!OOOj~l/piint?opdcl!F1Jr

zaba al señor de Ecl>.evers, a los oidores, a los más salientes perso-


najes de la nobleza de Guatemala, a varias damas intrigantes y a
un familiar del Santo Oficio, al que el pasquín llamaba el Cutete.
Es innegable que el impresor señor de la Vega era hombre
audaz y de carácter, desde el momento en que se atrevió a imprimir
en su taller el pasquín, en aquellos tiempos en que los dueños de
imprenta estaban expuestos a duras prisiones, deportación y con-
fiscación del taller y demás bienes. Contribuyó mucho a la perse-
cución del señor de la Vega, el haber corrido la noticia que él había
instigado a varios sujetos a que tocaran somatén en las campanas
de dos templos, con objeto de sublevar el ánimo del pueblo contra
el señor de Echevers. Lo cierto de esto último fué que don Inocente
ninguna participación había tomado en lo que al toque de alarma
se refería y que era "inocente" de lo que se le atribuía.

LA IMPRENTA DE AREVALO
La quinta imprenta establecida de 1727 a 1772, fué la de don
Sebastián de Arévalo. De su taller tipográfico salieron centenares
de publicaciones.
Don Sebastián de Arévalo fundió tipos especiales para la
interesante obra intitulada "Arte cachiquel", escrita por Fray Idel-
fonso Flores.

LA IMPRENTA DE HINCAPIE

Tuvo en la capital, la sexta imprenta, don Cristóbal de Hin-
cap1e (1731). Era el tipógrafo aficionado a la literatura; revelan
ingenio varios de sus trabajos en prosa, no así sus poesías que son
pobres de mérito. Tuvo durante muchos años el protomédicato del
reino, alcanzando en 1752, el nombramiento de protomédico extra-
ordinario. Entendía algo de medicina y farmacia, lo que no le pro-
dujo sino escasas gariancias. Su familia hablaba de pertenecer a
personajes de campanillas residentes en España; pero no estaban de
acuerdo sus petulancias y humos aristocráticos con la pobreza en que
siempre viviera.
Hincapié trabajó mucho por hacer tinta de imprenta, em-
pleando procedimientos que no le dieron resultado.
Se sabe que mostró habilidad en la fabricación de pájaros de
cera, los que vestía con plumas recortadas de vivos colores. De esta
clase de trabajos se hacían antes en varias ciudades de · América,
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111,toda do la lmptuta ,111 Gu,......,. . . . lol ~ - do la colon!,, hu... hllpt:/twww~.com/a!OOOj~l/piint?opdcl!F1Jr

zaba al señor de Ecl>.evers, a los oidores, a los más salientes perso-


najes de la nobleza de Guatemala, a varias damas intrigantes y a
un familiar del Santo Oficio, al que el pasquín llamaba el Cutete.
Es innegable que el impresor señor de la Vega era hombre
audaz y de carácter, desde el momento en que se atrevió a imprimir
en su taller el pasquín, en aquellos tiempos en que los dueños de
imprenta estaban expuestos a duras prisiones, deportación y con-
fiscación del taller y demás bienes. Contribuyó mucho a la perse-
cución del señor de la Vega, el haber corrido la noticia que él había
instigado a varios sujetos a que tocaran somatén en las campanas
de dos templos, con objeto de sublevar el ánimo del pueblo contra
el señor de Echevers. Lo cierto de esto último fué que don Inocente
ninguna participación había tomado en lo que al toque de alarma
se refería y que era "inocente" de lo que se le atribuía.

LA IMPRENTA DE AREVALO
La quinta imprenta establecida de 1727 a 1772, fué la de don
Sebastián de Arévalo. De su taller tipográfico salieron centenares
de publicaciones.
Don Sebastián de Arévalo fundió tipos especiales para la
interesante obra intitulada "Arte cachiquel", escrita por Fray Idel-
fonso Flores.

LA IMPRENTA DE HINCAPIE

Tuvo en la capital, la sexta imprenta, don Cristóbal de Hin-
cap1e (1731). Era el tipógrafo aficionado a la literatura; revelan
ingenio varios de sus trabajos en prosa, no así sus poesías que son
pobres de mérito. Tuvo durante muchos años el protomédicato del
reino, alcanzando en 1752, el nombramiento de protomédico extra-
ordinario. Entendía algo de medicina y farmacia, lo que no le pro-
dujo sino escasas gariancias. Su familia hablaba de pertenecer a
personajes de campanillas residentes en España; pero no estaban de
acuerdo sus petulancias y humos aristocráticos con la pobreza en que
siempre viviera.
Hincapié trabajó mucho por hacer tinta de imprenta, em-
pleando procedimientos que no le dieron resultado.
Se sabe que mostró habilidad en la fabricación de pájaros de
cera, los que vestía con plumas recortadas de vivos colores. De esta
clase de trabajos se hacían antes en varias ciudades de · América,
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siendo los de más valor y mérito los destinados a álbumes. En estos


no se empleaba la cera, porque las plumas las pegaban sobre las
hojas de papel, hasta aparecer la figura del ave primorosamente
arreglada.

La Imprenta de
Joaquín de Arévalo
Este tipógrafo era hermano de don Sebastián. Tuvo la sépti-
ma imprenta, de 1751 a 1775.

Imprenta de Mariano
Sánchez Cubillas
Esta imprenta traída de España fué la octava de las estable-
cidas en la antigua capital, de 1751 a 1775.
Era Sánchez Cubillas un español familiar del Santo Oficio de
Sevilla. No tuvo otro recurso en la mayor de las veces que impri-
mir novenas, convites, loas en prosa y en verso deplorablemente mal
escritas ; las representaban por lo regular en las fiestas de Concep-
ción y de Guadalupe ·; contenían los " sainetones", como también Jos
llamaba el pueblo, diálogos entre la Virgen, varios ángeles y dos o
tres santos. A veces tomaba parte en la representación, un sujeto
con especial disfraz, representando una serpiente y también solía
aparecer Satanás en el escenario.
Al sobrevenir el terremoto de Santa Marta, algunas familias
huyeron a distintas poblaciones: Sánchez Cubillas trasladó su im-
prenta al pueblo de Mixco (nuevo), donde permaneció algún tiempo
trasladándose por último a la Nueva Guatemala, donde vendió la
imprenta y librería de su propiedad a don Ignacio Beteta, que la
poseyó hasta el año de 1828.
Los centros tipográficos a que nos hemos referido siguieron
durante muchos años sistema rutinario, y no podía ser de otra ma-
nera: los materiales tipográficos eran escasos, costaban mucho
dinero y se hacía difícil traerlos. La importación de tinta y papel
fué también costosa y tardía.
La Imprenta de Sánchez Cubillas publicó diversidad de
opúsculos y unas cuantas obras pequeñas,
)8

34dll200 12/02/2021 14:21


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siendo los de más valor y mérito los destinados a álbumes. En estos


no se empleaba la cera, porque las plumas las pegaban sobre las
hojas de papel, hasta aparecer la figura del ave primorosamente
arreglada.

La Imprenta de
Joaquín de Arévalo
Este tipógrafo era hermano de don Sebastián. Tuvo la sépti-
ma imprenta, de 1751 a 1775.

Imprenta de Mariano
Sánchez Cubillas
Esta imprenta traída de España fué la octava de las estable-
cidas en la antigua capital, de 1751 a 1775.
Era Sánchez Cubillas un español familiar del Santo Oficio de
Sevilla. No tuvo otro recurso en la mayor de las veces que impri-
mir novenas, convites, loas en prosa y en verso deplorablemente mal
escritas ; las representaban por lo regular en las fiestas de Concep-
ción y de Guadalupe ·; contenían los " sainetones", como también Jos
llamaba el pueblo, diálogos entre la Virgen, varios ángeles y dos o
tres santos. A veces tomaba parte en la representación, un sujeto
con especial disfraz, representando una serpiente y también solía
aparecer Satanás en el escenario.
Al sobrevenir el terremoto de Santa Marta, algunas familias
huyeron a distintas poblaciones: Sánchez Cubillas trasladó su im-
prenta al pueblo de Mixco (nuevo), donde permaneció algún tiempo
trasladándose por último a la Nueva Guatemala, donde vendió la
imprenta y librería de su propiedad a don Ignacio Beteta, que la
poseyó hasta el año de 1828.
Los centros tipográficos a que nos hemos referido siguieron
durante muchos años sistema rutinario, y no podía ser de otra ma-
nera: los materiales tipográficos eran escasos, costaban mucho
dinero y se hacía difícil traerlos. La importación de tinta y papel
fué también costosa y tardía.
La Imprenta de Sánchez Cubillas publicó diversidad de
opúsculos y unas cuantas obras pequeñas,
)8

3Sdll200 12/02/2021 14:21


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1:1 Fundador de la
Nueva Guatemala
Después de la ruina de_la capital, el año de 1773, muchísimas
familias se dirigieron a distintas poblaciones del reino. Fué, pues,
indispensable la traslación de la ciudad al Llano de la Ermita, donde
el Presidente don Martín de Mayorga des plegó celo y actividad con
el propósito de realizar el proyecto. A sus constantes solicitúdes la
deuda pendiente que tenían las Cajas Reales la perdonó el Rey
Carlos IV, al s er trasladada la ciudad a este Jugar. Esto era lo que
deseaba el partido "traslacionista" que se puso en pugna con el
partido "terronista" que tuvo por Jefe al Arzobis po señor Cortés
y Larraz.
Después de haber fundado la Nueva Guatemala don Martín
de Mayorga fué nombrado Virrey de México, desde el 23 de agosto
de 1779 a 28 de abril de 1783.
En la misma Secretaría de dicho virreinato, tuvo un enemigo
envidioso de su gloria y qe su puesto que trató de malquistarlo con
el Rey ; esa guerra solapada se prolongó por algún tiempo. Después
de una vida de labor en bien del progreso de México, sufriendo repe-
tidos disgustos, lo removieron de su empleo.
Ante~ de entregar el mando elevó al Rey una exposición que-
jándose de los agravios que con tanta injustic;ia le habían hecho hasta
rebajarle la mitad de sus sueldos, no obstante haber perdido todo
lo que tenía en Guatemala con motivo de la ruina del año de 1773.
Al partir a España llevaba el corazón lleno de amargura ; con
la idea de ser oído por el Rey, arribó en la embarcación, lleno de
esperanzas, frente a Cádiz.
Sus enemigos pagaron a un malvado con el propósito de que
derramara activo veneno en uno de l~s alimentos: la muerte llegó
presurosa el 29 de julio de 1783, aniversario del terremoto de Santa
Marta, catástrofe en la cual había perdido algunos ahorros. Tal
fué el fin del fundador de la Nueva Guatemala. Su viuda doña
• Josefa Barcárcel, obtuvo del Rey Carlos III, una indemnización de .
veinte mil pesos.
Don Matías de Gálvez gobernó en Guatemala de 1779 a 1783;
reemplazó también en México a don Martín de Mayorga. Don •
Maüas continuó la fundación de la Nueva Guatemala. Murió el 3
de noviembre de 1784. Su cuerpo reposa en la iglesia de San
Fernando, qe México.
19

36dll200 12/02/2021 14:21


HillOlla d o la impl"1l1a ,111 G u • M • l • . _ . IOl 11.ciqos d o l a c o l o n ! , , h u. . .

Las naves de la Catedral las decoraron de negro, para recibir


en la mañana dle 19 de abril el féretro que encerraba los restos del
apóstol, celebrándose solemnes exequias en honor de aquella alma
que había sido ejemplo de virtudes. El cuerpo recibió sepultura
bajo el altar mayor de la basilica: lo cubrió días después una lápida
con expresiva leyenda en latín, grabada por el maestro Gil González
Dávila.

Fray Bartolomé
de las Casas
El primer escritor que llegó a Guatemala en los primeros
tiempos de la colonia fué Fray Bartolomé de las Casas, Vicario del
Convento de Santo Domingo. Vino con otros religiosos a instancias

Lu C•su, c:I noble Apóst~l. dt.ítnsor de los indios.

del Obispo Marroquín. Gustaba de escribir apuntes sobr e sus


viajes, narrando las costumbres de los indios, ant es y después de su
evangelización; tienen interés las noticias que da acerca de las
extensas comarcas de la Verapaz.
29

37dll200 12/02/2021 14:21


Hi11011a do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!••hu... hllpt://www.dloc,com/u!OOOj~l/pf!nt?opdcmFlJJ"'

positiones de lnre Naturali, Romano Hispano Atque, Defendandae


a Mariano Méndez y Cordero. Sub-disciplina Bernardi P avó11
y Muñoz.
Rudimento físico-cómico morales o glosas al edicto del Ilustrí-
simo señor do11 Cayetano Francos y Mo11roy, por do11 Pedro José de
Arrese. Año de 1807.
Relación de las fiestas y actos literarios de la proclamación
del señor don Fernando VII.
Fué una lástima que teniendo Guatemala imprenta desde
1660 no se hubiesen publicado en lugar de tantos libros en latín, los
valiosos manuscritos de nuestros cronistas, documentos que desapa-
tecieron del país y fueron a dar a manos de personas extrañas y que
,.1gunos extranjeros nada escrupulosos publicaron como suyos.

El Obispo Marroquín y
su Libro de Gramática
Tenemos que retroceder en estos apuntes, a épocas lejanas
con el propósito de r eferirnos a los que se distinguieron como escri-
tores, que en su mayoría eran frailes de conventos de Guatemala,
establecidos desde los tiempos del Obispo Marroquín.
Lenguaje inculto y en muchas ocasiones áspero se habló y
escribí~ durante los primeros años de la colonia; pero a medida ·que
llegaban a este reino algunos varones que poseían ilustración, fue-
ron haciendo correcta la prosa, elevándola a buena altura, cuando
tratábase de asuntos de importancia.
La primera figura que se destaca en este reino como hombre
aficionado a las letras, es indudablement e el Licenciado don Fran-
cisco Marroquín, primer Obispo de Guatemala. ,
Al traerlo el conquistador don Pedro de Alvarado, el 3 de
junio de 1530, lo presentó al Cabildo como cura párroco, sustituyendo
al padre Juan Godínez.
Se supo mucho aquí de la vida del señor Marroquín . Vino al
mundo en un valle frente a las montañas de Oviedo, en 1478. Logró
coronar sus estudios en la Universidad de Osma, España.
El celo que desplegara en la naciente capital del r eino en
favor de todo adelanto, sus bondades e ilustración le valieron la
mitra de Guatemala. Paulo III expidió las bulas de su nombra-
miento, el 18 de diciembre de 1534, habiendo sido consagrado e,;
México, el 7 de ab~il de 1537.
El 8 de abr il el prelado escribía una carta fechada en México
dirigida al Ayuntamiento de Guatemala; en dicho documento se lee
este párrafo:

38dll200 12/02/202114:21
HillOlla d o la impl"1l1a ,111 G u • M • l • . _ . IOl 11.ciqos d o l a c o l o n ! , , h u. . .

"Magníficos señor es: Ayer domingo de cuasimodo se hizo


mi consagración con mucha solemnidad ; quiera Dios que sea para
alcanzar el cielo y llevarlos a todas vuestras mercedes que a fe de
mayor deseo que yo tengo es este."
A ese respecto dice el cronista Remesa!: " Por primera vez
firmó el Obispo: Episcopus sancti Jacobi Huatematensis" .
.. ... .. . ~
~,.y•: .•

,
.i

Lic. Fr11ndc:o M a.rroqufo, p rimu O bispo d e Guatemala,

Al llegar el prelado a Guatemala, a fines de 1537 inició labor


intensa en beneficio de su diócesis: su primer cuidado consistió en
comprar terrenos y que en ellos, sembrando milpas, vivieran tran-
quilos los indios, sin que los molestaran los implacables enco-
menderos.
27

39dll200 12/02/2021 14:21


111,toda do la lmptuta ,111 Gu,......,. . . . lol ~ - do la colon!,, hu... hllpt:/twww~.com/a!OOOj~l/piint?opdcl!F1Jr

El 25 de agosto de 1538 moría el humilde sacerdote don Juan


Godínez, buen colaborador del Obispo, que contaba, además, con
frailes dominicos , franciscanos y mercedarios que catequizaban a
los indígenas con el Evangelio.
El Obspo Marroquín estudió varios dialectos indígenas con el
propósito de hacer la enseñanza de sus doctrinas y luego escribió
una obrita, la primera que probablemente se laborara aquí, en dia-
lecto quiché, dándole el nombre de " Arte para aprender los pr inci-
pales idiomas de Guatemala". Es ese el primer libro gramatical
que se escribió en el reino acerca de los dialectos de los indígenas.
A este respecto dice el cronista Remesa!: " El señor Marro-
quín fué quien primero se ocupó en tan ímproba tarea; y era gusto
ver maestro de declinaciones, conjugaciones y principios de gramáti-
ca de la lengua de los naturales al nuevo Obispo de Guatemala. Más
se debe a aquel ilustre var ón que aunque otros han aumentado aquel
arte, él comenzó y suya es la industria en que se le dió principio a
desprenderla al modo de la latina en que era elegantísimo el Obispo".
Con ardoroso afán los frailes que hizo venir el prelado conti-
nuaban en la misión de predicar el Evangelio en el país, empresa
penosa que se prolongó durante muchos años por tierras dilatadas
e incultas, con escasez de caminos, sin puentes, con el odio de los
indios contra los castellanos, el ningún conocimiento de los dialectos
de las comarcas lejanas, lo disperso de las familias por los valles y
1. los bosques, y sobre todo, con los obstáculos que oponían el egoísmo
de los conquistadores empeñados en la monstruosa esclavitud de
los nativos.
Tan pronto como fundara el Obispo una Escuela, le sugirió
la idea del establecimiento de una cas a hospitalaria que prestó gran-
des beneficios. Hizo visitas pastorales con frecuencia, llegando a
ser rudas y fatigosas sus labores, al trasladar la ciudad al Valle de
Panchoy, después de la catástrofe de la noche del 11 de septiembre
de 1541.
Débese a la pluma del-prelado una curiosa descripción de este
tristísimo suceso que le tocara presenciar. Narra con sencillo y
correcto lenguaje el fin trágico de " La Sin Ventura" y el de sus
doncellas.
El 18 de abril de 1563 falleció el Obispo, varón magnánimo,
mil veces más venerable que los conquistadores de estas tierras. A
los castellanos les inspiraba la sed del oro, del mando y de los hono-
res y al prelado le guiaba la tendencia de hacer el bien, invirtiendo
sus caudales en obras de pública utilidad y aliviando las necesidades
de la de~valida raza indígena, sacrificada a constante, dura y abomi-
nable fatiga.
Al saberse su muerte, en los pueblos vecinos a la capital, los
nativos, transidos de dolor, prorrumpieron en lamentaciones, harto
más elocuentes que cuantos panegíricos se le dedicaron.
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40 dcl
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Las Imprentas en el
Llano de la Ermita
La Nueva Guatemala desde el primero de enero de 1776 se
convirtió en un inmenso taller de trabajo, extendiéndose la ciudad
con sus casucas blancas por distintas direcciones, llegando a ser
barrio animado el !le la Parroquia Vieja, que fué decayendo a medida
que se ensanchaban los de Santo Domingo, el Calvario y San
Sebastián.
Varias de las imprentas establecidas en la antigua capital,
las instalaron aquí y a medida que la ciudad crecía en habitantes, los
trabajos de imprenta aumentaban.
Don Joaquín de Arévalo, hermano de don Sebastián, esta-
bleció la suya frente a lo que se llamó Escuela de San José Calazans.
Esa imprenta competía con las otras. Don Joaquín ufanábase de
poseer el título honorífico de Impresor de los Tribunales Eclesiás-
ticos. Imprimió multitud de publicaciones, varias de estas, muy
interesantes, del Arzobispo señor Cortés y Larraz.
Don Ignacio Beteta, hombre de grandes energías, ilustrado y
amante de su patria, queriendo elevar su imprenta a la categoría
de primer orden, la ensanchó comprando los materiales tipográficos
y la librería de don Antonio Sánchez Cubillas, tipógrafo a quien lla-·
maron Impresor del Superior Gobierno. Con algunas economías
que don Antonio había logrado reunir y con el pr.o ducto de la venta
de su imprenta regresó a España.
Al señor Beteta se Je dió el título de Impresor Real, y bien
lo merecía, dado su talento, carácter progresista y su habilidad como
tipógrafo. Al frente de su taller laboró con entusiasmo y dedicación
dignos de ejemplo, hasta pocos años después de nuestra indepen-
dencia. Muchísimas obras salieron de su taller, sobresaliendo las
que siguen:
Descripción de las reales exequias a la memoria del señor
Carlos III Rey de España. Adornan las páginas de esta publicación
varios fotograbados en acero por Garcí-Aguirre.
Real proclamación del· Rey Carlos IV por la Municipalidad
de Granada, Nicaragua.
Kalendario y Guía de Forasteros de Guatemala y sus provin-
cias. Año de 1803. Se repitió la impresión de este Kalendario,
mejor que la edición anterior, el año de 1806.
Guatemala por Fernando VII, con grabados debidos al buril
de Garcí-Aguirre, de Casildo España, de Francisco Cabrera y de
Manuel Portillo. •
La conocida obra de Juarros impresa en dos tomos, el año
de 1809.
Las instrucciones dadas por la Municipalidad de Guatemala
a su Diputado a Cortes don Antonio Larrazábal. Año de 1811.
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41 dll200 12/02/2021 14:21


HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu...

Poseemos diversos folletos curios1s1mos salidos de la misma


imprenta, uno de ellos es casi un padróu. de las familias principales
fundadoras de la Nueva Guatemala y otro que trata de la formación
de los pueblos de indígenas de la provincia o departamento de
Guatemala.

•\:" •- .
E/ R.!.Jl"oJ.t Cunfcnw.l.t .:i fa 1

~
n.:t c:i;..,.,A~•··• in1u1o~fol 0 1( 1110,W '
, Jo " crttAda/'01.ft>li~ .-a,uotlJ,J'), (:.tAtOHll, l,.,1/6 • f •-id.J'lá<1Jrl .\ I.Y.$. tJ.fNtj d,
.-111..-ia, n •U'!!,.l"'R u tn ••1•.•s:.i<iica r_:irt~••t~-1,·fo,, . A.í10 dt 171,_J, ,-.- .-
¡
Cr;1~do de Gard,A,ui.rrt.dtl do de l7S9, trabajo$ que competiiH'I vcntajos.:imtnle
c<'n 10$ que .se hacfao t n Mé.xk:o, duran te la colo11!a.

No dejan de ser curiosos algunos de los nombres de los im-


presos que salieron de la imprenta de don Sebastián de Arevalo,
como éstos: El príncipe más valiente con la dama más prendada,
( sermón), año de 1749.
Compendio theológico moral, arreglado a las bufos, por Fray
Joseph López Redal y Carrillo. Año de 1753.
21

42dll200 12/02/2021 14:21


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El dolor rey. Sentimiento de N. Cathólico Monarcha, el señor


don Fernando VI, en la sensible muerte de nuestra reína y señora
doña María Bárbara de Portugal, por el Padre lturriaga. Año de
1759.
Simbólica oliva de paz y piedad por Fray Mro. Bias del Valle.
Año de 1760.

E! pantheón real, exequias de ct,,ña María Amalia de Saxo-


nía. Año de 1763.
Doña Juana Martínez Batres viuda de don Sebastián de
Arévalo, sostuvo su imprenta con no pocas dificultades, de 1775
23

44dll200 12/02/2021 14:21


111,toda do la lmptuta ,111 Gu,......,. . . . lol ~ - do la colon!,, hu... hllpt:/twww~.com/a!OOOj~l/piint?opdcl!F1Jr

hasta 1800. De esta imprenta salió el folleto intitulado "Constitu-


ciones de la Real Universidad de San Carlos de G u atemala." Año
M DCXXXVI.
Don Alejo Mariano Bracamonte, dueño de"la " Imprenta de las
Benditas Animas", laboró en su taller de 1789 a 1798. E l fué el

~
SYMBOLICA ·OLIV.A,~~
DB PAZ, Y PIEDAD. ' ,''
b '.iSCRll!CI0N DEL ~NtEIC0 FUNERAL, ·'
QUS liL AMOR. YLA-LBALTAD l'R,EVINJE.
R.O N A LA Tl6RNA, Y DW.C6 MSM0IUA
PBL S6i0lt

DON FERNANDO VI
EL· J uaTO, y t> ACIFIC:>:
i!ef" ,,,,_., T- ato. Ce alomó 0011 1ao ceroaUSco,
'l"• llgswon e& laennol'o S~ a i yarlu pinta.
ru, '111" hlldemo aJegorla al,ailion i tui Ong¡,larea
p:r.ci.,.y etped•llfl''fflMri,...._ lncencaron man!.
.fálu 1a ollcha,·..,. reofilüó i ~ . ele tan
~ f.uciJiimo R..t '" e
1 V""'!•• úl Coa(,¡. ,. s. M. I• C>Jtor, 1 c;!lnlü
, dd e,;.. ic ,jt. Rul oe.n.,;• • e;..,_.,¡,.
't or el B. 1', Mió. Fr. Blu de1 Valle del Ordeo
de Psedlcadorer. .

n, C. M.
Dl!DIC~DO· •
"" ..., Ano, M. P. S,.
DON CARLOS 111-
, ~
ll ,
EL SABIO, 1
tir..: •
R1v DI EsPAñ A, v E.MPU.ADO& DE i.AB • •
UIDIAS. ~ -
• 1•1"1' ;¡. COGa•I• por s,&4)üa 11 s,!n6,lo ~ t.,
litar/•• ttrUfI-4/otu: do u 17do•
•,St!)l)§-(t.

. .
primero que en Guatemala imprimió caráctulas de libros a dos tintas.
De su imprenta salieron opúsculos, discursos y folletos del Doctor y
Deán don Antonio García Redondo.
De 1800 a 1825 tuvo impr enta don Emmanuelem Arévalo.
Hizo trabajos tipográficos en gran número¡ sobresalen éstos: Pro-
24

4Sdcl
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QUE .LAMuY
y
MUY LEAL ·.CIUDAD j;'
~ DE,,~AJ~MALA t
f~ • PROCLAMACION .
~ · DºEL •
t ~~

S~D~ CARLOS I·V 11:


• QUE l>IOS GUARDE, ¡:¡

1
¡
La_ qt,e por en~argo del Sr. Regidor O. Nicolas de; !J
Ol>regon esc,-1bf°6 el • P. Presentado FR. MA_JUA:<o ¡•
Loru RA tON Dr. en Sagrada Teolog i.a , Exam,iuador· •¡
SynodaJ del Arzobispado lle Guatemala, Catedratico -j'
Subl1it11to de Prima de Filosofia -et1 la Real Universi- l·.
l
~ali de San Carlos de dicqa-Ci'11dad; .'I ji
. Familiar_del Samo Ojlcio. , &ºc. . · ¡l
~ Jmprcsa con ltcenc~cn la nut'\'~' Guatcmlf:t en la f
~, ~f ían¡,r~nt~ de. ''!• D_cndi_t:ts A11ir.1:1s , que áirir,e V.~~ ,:.t. j
• .~ '-~~ 1'.Jc;o Maria"º llr;.:c~montc. Aiio ele r7 90 , • ~~ .__~ ¡
.,~~ "" --•-~:____,.. .• - .. ,~K\" ' ~ ,.. ~~

2S

46dll200 12/02/2021 14:21


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"Aquella gimnasia intelectual fortificó el arte de pensar y


preparó el camino del progreso en favor de métodos más_adecuados" .
Recordaremos a varios de los varones que pusieron su contin•
gente en el desenvolvimiento intelectual de Guatemala.
En esas citas van a figurar los nombres de personajes que
profesaron diferentes ideas políticas y religiosas, al mismo tiempo
que los de no pocos extranjeros que hicieron de esta tierra su
segunda patria.

Historiadores
Llena el alma de melancolía, recordando el terruño amado
y las desgracias de su raza, abatida por el infortunio, escribió sus
apuntes históricos el primer cronista indio Francisco García Cole!
Xabilá, descendiente de los bravíos y altivos reyes del Quiché. El
nombre primitivo de este indio juicioso y honrado fué Cale! (familia
distinguida de Utatlán), que aprendió a leer y escribir y tuvo especial
empeño en reunir noticias que se ·referían a asuntos relacionados
con los acontecimientos que se realízaron aqui, antes y después de
la conquista. Por súplicas de sus parientes y amigos laboró una
obra el año de 1544, con acopio de datos interesantísimos. Son esas
páginas un cuadro lleno de animación y vida en el que se van repro-
duciendo los personajes indios y C",stellanos, así como las costum-
bres, los episodios de la conquista, las iniquidades de Alvarado, todo
descrito con naturalidad, Se entiende que esa prosa está a mil
leguas de distancia de la de Cervantes; pero no es vulgar y los
sucesos son relatados con sencillez que encanta.
Cole! Xabilá, es a no dudarlo, el primer cronista indio que tuvo
Guatemala:, aunque esta afirmación arranque sonrisas de incredu-
lidad e ironía a algunos de nuestros lectores.

Bernal Díaz del Castillo


El Capitán Berna! Díaz del Castillo nació a fines del siglo
XV en Medina del Campo, Castilla la Vieja. Sus padres se llamaron
Francisco Díaz y María Diez Rejón. Vino a América con varios
conquistadores. A él se debió el cultivo y aclimatación del naranjo
en el Nuevo Mundo. Con Hernán Cortés estuvo en la tercera y
última expedición a México, llegando en el viejo navío "San Sebas-
tián", al mando de don Pedro de Alvarado.
Presenció muchos acontecimientos en México, brillantemente
relatados en sus escritos, como la matanza de Cholula, el tremendo
desasfre de la Noche Triste , la prisión de Moctezuma: vino a Centro-
31

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"Aquella gimnasia intelectual fortificó el arte de pensar y


preparó el camino del progreso en favor de métodos más_adecuados" .
Recordaremos a varios de los varones que pusieron su contin•
gente en el desenvolvimiento intelectual de Guatemala.
En esas citas van a figurar los nombres de personajes que
profesaron diferentes ideas políticas y religiosas, al mismo tiempo
que los de no pocos extranjeros que hicieron de esta tierra su
segunda patria.

Historiadores
Llena el alma de melancolía, recordando el terruño amado
y las desgracias de su raza, abatida por el infortunio, escribió sus
apuntes históricos el primer cronista indio Francisco García Cole!
Xabilá, descendiente de los bravíos y altivos reyes del Quiché. El
nombre primitivo de este indio juicioso y honrado fué Cale! (familia
distinguida de Utatlán), que aprendió a leer y escribir y tuvo especial
empeño en reunir noticias que se ·referían a asuntos relacionados
con los acontecimientos que se realízaron aqui, antes y después de
la conquista. Por súplicas de sus parientes y amigos laboró una
obra el año de 1544, con acopio de datos interesantísimos. Son esas
páginas un cuadro lleno de animación y vida en el que se van repro-
duciendo los personajes indios y C",stellanos, así como las costum-
bres, los episodios de la conquista, las iniquidades de Alvarado, todo
descrito con naturalidad, Se entiende que esa prosa está a mil
leguas de distancia de la de Cervantes; pero no es vulgar y los
sucesos son relatados con sencillez que encanta.
Cole! Xabilá, es a no dudarlo, el primer cronista indio que tuvo
Guatemala:, aunque esta afirmación arranque sonrisas de incredu-
lidad e ironía a algunos de nuestros lectores.

Bernal Díaz del Castillo


El Capitán Berna! Díaz del Castillo nació a fines del siglo
XV en Medina del Campo, Castilla la Vieja. Sus padres se llamaron
Francisco Díaz y María Diez Rejón. Vino a América con varios
conquistadores. A él se debió el cultivo y aclimatación del naranjo
en el Nuevo Mundo. Con Hernán Cortés estuvo en la tercera y
última expedición a México, llegando en el viejo navío "San Sebas-
tián", al mando de don Pedro de Alvarado.
Presenció muchos acontecimientos en México, brillantemente
relatados en sus escritos, como la matanza de Cholula, el tremendo
desasfre de la Noche Triste , la prisión de Moctezuma: vino a Centro-
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111,toda do la lmptuta ,111 Gu,......,. . . . lol ~ - do la colon!,, hu... hllpt:/twww~.com/a!OOOj~l/piint?opdcl!F1Jr

América con la expedición de Cortés a Honduras y fué testigo del


espantoso tormento a Cuauhtemoc; estuvo además, en muchísimas
acciones de guerra. Duespués del año de 1551 vivió en Guatemz!:-.
consagrado al trabajo, sirviendo en el Ayuntamiento, del que era
Regidor perpetuo; dedicándose al mismo tiempo a escribir su admi-
rable obra, rica en datos, abundante en curiosas anécdotas y noticias,
libro que terminó el año de 1568 ; no logró verla impresa, lo que
habría sido para él de profunda satisfacción.
Casi olvidado vivió en la antigua capital, sirviéndole de con-
suelo el afecto y el respeto de su numerosa y honorabilísima familia.
La compañera -de su vida con quien se unió en ·matrimonio se llamó
doña Teresa Becerra, hija del Conquistador don Bartolomé Becerra.
Entre sus descendientes figuraron las familias Fuentes y
Guzmán, Lugos, Becerras, Cárdenas, el historiador y filósofo fran-
ciscano Fray Francisco Vásquez y el cronista Francisco A. de Fuentes
y Guzmán, autor de la "Recordación Florida" .
Felipe II le concedió títulos nobiliarios. En 1640 todavía
destacábase en la fachada de la casa ( en la calle del Tridentino) , el
escudo de armas, con las figuras de un castillo, dos leones a los lados,
un sol y una luna, dos águilas sobre columnas, y otros adornos.
Su obra principal lleva este título:
" H istoria Verdadera I de la Conquista de la I Nueva España !
Escrita I por el Capitán Berna! Díaz del I Castillo, uno de los con-
quistadores! Sacada a luz I Por el P. M. Fr . Alonso Remon, Pre 1
dicador y Cronista General del Orden de I N. S. de la Merced, Re-
dención de Cautivos. 1 A la católica Magestad del I mayor Monarca
D. Felipe I IV Rey de las Españas y Nuevo Mundo. N.S. 1 Con pri-
vilegio en Madrid, en la Emprenta del R eyno (636)" .
La carátula de la obra ostenta escudos y adornos y los retratos
de cuerpo entero de Hernán Cortés y de Fray Bartolomé de Olmedo,
héroe de la conquista de las dilatadas tierras aztecas.
Una copia notabilísima de esa obra fué enviada a España con
deplorables alteraciones; la publicó en Madrid el año de 1630 el
mercedario Fray Alonso de Remon.
El notable escritor Luis González Obregón, al hablar de la
obra histórica del insigne Berna! Díaz, dice : "A pesar de su estilo
rudo y selvático, todo surje y todo se contempla".
"Nada falta. Narraciones de los sucesos, pormenores mi-
nuciosos, retratos de personajes, anécdotas , dichos célebres, juicios
acertados, críticas punzantes, pero justas; descripciones de lugares,
relaciones de peligros y fatigas , todo consignado con tal sencillez con
toda sinceridad, que se resiste uno a desmentirlo cuando se hace
necesario 11 •
La obra citada la escribió Díaz del Castillo con objeto de refu-
tar las inexactitudes del historiador Gomara. Ha sido traducida a
varios idiomas. Escribió además, los Capítulos de Cargos a los
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49dcl
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oE L_A:fii°s T d
:RIA DE LA PROVINCIA DE
,
SANVICENTE DECHIAP~.YGV ATEMA l.A,
D,q,la Ordf~ dG nuc~ S!~dofo Padr~
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prudttftia,y tc1it:ion1c.ntr0 en cJl:a lt pri•¡
mcr:i. vet '& '(if'itir al gra1fEm.pcr.1.dotMo-1
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non1bt'c; noUcnO'R<"Y de Joi MC.'tiCloo,,
en el ittó drcimo o81uo de lb imperio.e~
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fuJ«<jt¡ fueron có grides'¡ircfcnrcu d•f¡1
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• 1

33 H. d, 1• 1.--3

SOdG
HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu...

La ilustración de Fray Francisco Vásquez, le atrajo el respeto


de sus compatriotas y lo hicieron acreedor a que se le confiaran
cargos honrosísimos. Dió estímulos en su Convento a los jóvenes
aficionados a las letras y formó un archivo extenso con documen-
tación antigua que se logró salvar en Almolonga (Ciudad Vieja),
después de la inundación. Entre esos legajos se hallaban algunos
debidos a la pluma de Fray Bartolomé de las Casas, sobre la Verapaz,
antes que escribiera los suyos el Obispo Marroquín.

fuentes y Guzmán
Vino a la vida en Guatemala don Francisco Antonio de Fuentes
y Guzmán, regidor perpetuo del Ayuntamiento y cronista general.
Escribió voluminosa obra en la segunda mitad del siglo XVII
y de la que solamente se ha impreso la primera parte en Madrid, el
año de 1882; lleva el título de " Recordación Florida", obra de
capitalísima importancia.
Los otros dos tomos se conservan inéditos en el archivo muni-
_cipal de la ciudad de Guatemala.
Fuentes y Guzmán no sólo escribió en prosa sino también en
verso: sus poesías son muy aceptables. Se ignora qué fin tuvieron
muchas de sus obras ligeras, manuscritos de inestimable valor que
laboraba en horas que no empleaba en trabajos del Ayuntamiento,
al que sirvió más de treinta y ocho años.

El Cronista Ximenez
Arqueólogo, lenguista y escritor fácil, llegó a ser desde muy
joven Fray Francisco Ximénez, perteneciente a la Orden de Predica-
dores. Floreció en la Antigua Guatemala a fines del siglo XVII
y a principios del siglo XVIII. Una vez realizó viajes repetidos por
todo el reino, estudiando el movimiento agrícola y comercial y apren-
diendo varios dialectos de los indios, laboró con paciente dedicación
tres tomos voluminosos de su Historia Natural del Reino· de Gua-
temala, terminándolos el año de 1721. Describió Ximénez, admi-
rablemente, los principales animales, minerales y vegetales de estas
tierras; luego adornó algunas páginas con dibujos trazados por él
mismo. Estaban los manuscritos en el archivo del Convento de
dominicos de esta capital, perdiéndose de allí el año de 1829.
Es el autor de "Las Historias del origen de los indios de esta
provincia de Guatemala, traducida de la lengua quiché al castellano
para más comodidad de los ministros del S. Evangelio". Publicó
este libro, escrito el año de 1721, el Doctor Scherzer.
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HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu...

La ilustración de Fray Francisco Vásquez, le atrajo el respeto


de sus compatriotas y lo hicieron acreedor a que se le confiaran
cargos honrosísimos. Dió estímulos en su Convento a los jóvenes
aficionados a las letras y formó un archivo extenso con documen-
tación antigua que se logró salvar en Almolonga (Ciudad Vieja),
después de la inundación. Entre esos legajos se hallaban algunos
debidos a la pluma de Fray Bartolomé de las Casas, sobre la Verapaz,
antes que escribiera los suyos el Obispo Marroquín.

fuentes y Guzmán
Vino a la vida en Guatemala don Francisco Antonio de Fuentes
y Guzmán, regidor perpetuo del Ayuntamiento y cronista general.
Escribió voluminosa obra en la segunda mitad del siglo XVII
y de la que solamente se ha impreso la primera parte en Madrid, el
año de 1882; lleva el título de " Recordación Florida", obra de
capitalísima importancia.
Los otros dos tomos se conservan inéditos en el archivo muni-
_cipal de la ciudad de Guatemala.
Fuentes y Guzmán no sólo escribió en prosa sino también en
verso: sus poesías son muy aceptables. Se ignora qué fin tuvieron
muchas de sus obras ligeras, manuscritos de inestimable valor que
laboraba en horas que no empleaba en trabajos del Ayuntamiento,
al que sirvió más de treinta y ocho años.

El Cronista Ximenez
Arqueólogo, lenguista y escritor fácil, llegó a ser desde muy
joven Fray Francisco Ximénez, perteneciente a la Orden de Predica-
dores. Floreció en la Antigua Guatemala a fines del siglo XVII
y a principios del siglo XVIII. Una vez realizó viajes repetidos por
todo el reino, estudiando el movimiento agrícola y comercial y apren-
diendo varios dialectos de los indios, laboró con paciente dedicación
tres tomos voluminosos de su Historia Natural del Reino· de Gua-
temala, terminándolos el año de 1721. Describió Ximénez, admi-
rablemente, los principales animales, minerales y vegetales de estas
tierras; luego adornó algunas páginas con dibujos trazados por él
mismo. Estaban los manuscritos en el archivo del Convento de
dominicos de esta capital, perdiéndose de allí el año de 1829.
Es el autor de "Las Historias del origen de los indios de esta
provincia de Guatemala, traducida de la lengua quiché al castellano
para más comodidad de los ministros del S. Evangelio". Publicó
este libro, escrito el año de 1721, el Doctor Scherzer.
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De Ximénez se sabe que nació en Ecija, Andalucía, el año de


1666. Vino al reíno de Guatemala, acompañando al Presidente don
J acínto Barrios Leal. Finalizó sus estudios en el Convento de
dominicos.
Tradujo y comentó el Popol-Vuj , libro que guar daron cuidado-
samente en sus hogares las principales familias del Quiché al tras-
ladarse a Totonicapán, Chíchicastenango y otras poblaciones después
del incendio de .Utatlán, consumado por los cast ellanos. Los indios
sacaban copias del "Libro sagrado" para repartirlas a determinados
caciques.
El Popol-Vuj per maneció ignorado hasta fines del siglo XVII.
Por ese tiempo Fray Francisco Ximénez tuvo a su cargo el Curato de
Chichícastenango y estudiando la obra citada conoció su valor hístó-

Jntcrior dc1 Convento de Sal'ltO To1n,s Cbiehicll$tt.Mngo, en donde vivió t i Padre Franc:¡seo Xim(ntz,
que tradujo t i Libro Sigr,do de Jo¡, Quic.hh, u c.1 sitio X VJ11.

rico e hizo la traducción al castellano, muy mala por cierto, dándole


cabida en el libro primero de su Crónica de la Provincia de San
Vicente de Chiapa y Guatemala, obra que pudo guardarse inédita
en su Convento y luego la llevaron a la Universidad el aíio de 1830.
Más tar de se obtuvi eron varías copias, haciéndose cinco o seis edi-
ciones, la primera en París, en 1861 ; la segunda en el periód ico de
la Sociedad Económica; la tercera en el periódico "El Educacionista",
en 1894 ; la cuarta precedida de un estudio preliminar del sabio gua-
temalteco Santiago l. Barberena, publicación hecha en San Salvador
el año de 1905.
Más tarde se han hecho publicaciones del Popol-Vuj en varias
revistas.
En el seno de la Sociedad de Geografía e Historia de Gua-
temala se han venido dando detalles sobre el Popol-Vuj. A. este
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HillOlla d o la impl"1l1a ,111 G u • M • l • . _ . IOl 11.ciqos d o l a c o l o n ! , , h u. . .

respecto dice ilustrado escritor nacional que "no cesa el interés en


los círculos científicos europeos por el más importante documento
religioso del Nuevo Mund'o. En la actualidad, el sabio francés,
Georges Renaud, anotador de la edición del abate Brasseur de Bour-
bourg, ha publicado una obra sobre el Popol-Vuj, estudiándola, des-
pués de veinte años de trabajos, desmenuzando la traducción e inter-
pretación del famoso abate.
A este propósito el Licenciado J. Antonio Villacorta C., mani-
festó en una conferencia pública que él y el muy entendido qui-
cheista don Flavio Rodas, hicieron una versión del Códice, fielmente
sujeta al t exto y sirviéndose con especialidad del profundo conoci-
miento q ue el segu ndo tiene del alma y costumbres de nuestros
quichés, conocimiento indispensable para dar al Popol-Vuj, su única
interpretación.
Comenzó el señor Rodas por dar al texto original su verdadera
fonetización, pues tal como lo publicó Brasseur para el público fran-

Htbltadones dd p .ad rc Ximt:QU cm el Co1>ve11to de Santo Tomb Chi<:hico~tenango.

cés resultó ininteligible en absoluto-según prueba concluyente que


.se hizo-para un auténtico quiché, que no pudo entender una sola
palabra. E n cambio, leyó perfectamente el escrito por el señor Rodas.
En cuanto a las fantasías de Brasseur, ya -célebr es y deshechas
por la crítica, baste decir de una : el Popol-Vuj cita un juego de
pelota, que el abate transforma tranquilamente en un juego de
dados .. .. "
La Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala, hará un
esfuerzo publicando la verdadera versión del que es acaso el más
valioso de nuetros documentos nacionales. Dicha publicación será
de gran novedad para el mundo científico q ue solamente conoce la
atroz traducción del falseador de nuestra historia: el abate Brasseur
de Bourbourg.
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111,toda do la lmptuta ,111 Gu,......,. . . . lol ~ - do la colon!,, hu... hllpt:/twww~.com/a!OOOj~l/piint?opdcl!F1Jr

señores presidentes que han gobernado, corregidores, alcaldías ma-


yores, principios de la Real Audiencia y circunstancias ocurridas
hasta fijarse; origen de las órdenes reli~iosas de ambos sexos, con
datos fundamentales de la Historia y año de su entrada; los obispa-
dos y principios del Arzobispado con lista de los sujetos que han
ocupado las sillas eclesiásticas, sin olvidar las personas de su vene-
rable cabildo, censo prolijo de todos los pueblos y probable número
de individuos que mantiene este reino ; longitudes y latitudes de los
lugares principales, con puntual descripción geográfica de los linde-
ros en que se encierra, memoria de todos los santuarios, beaterios,
establecimientos de piedad y devoción, sin olvidar las imágenes
milagrosas expuestas a la pública veneración, un oportuno recuerdo
de los va~ones y mujeres ilustres de santidad, ejemplo y operaciones
heroicas con que han edificado este reino, sin que en este asunto se
le haya escapado alguna palabra en que falte a las reglas prescritas
por la silla apostólica en las materias de santidad y culto. En una
palabra estos preliminares y apuntamientos son un libro indispen-
sable que necesita tener entre manos todo género de personas . Por
tanto y por que no encuentro en ellos proposición alguna que merezca
censura ni se oponga a las regalías de S. M., soy de parecer que
V. S. le conceda al autor la licencia que pide para su impresión.
Guatemala, 23 de noviembre de 1807.
"Señor Provisor y Vicario General. "Es de V. S. su siervo y
fiel capellán. (f.) Fr. José Antonio de Goicoechea".
Concedieron la licencia el Canónigo Provisor Capitular y
Gobernador, del Arzobispado, Doctor Bernardo Pavón ; el catedrático
de la Real Universidad, el Canónigo J . B. Dighero, el Oidor y Juez
general de imprentas, señor Villa-Urrutia y A. S. Polo, del Consejo
de S. M. oidor de la Real Audiencia.

El Historiador
Alejandro Marure
Entre l os escritores que figuraron brillantemente en el país,
a mediados del siglo anterior, descuella don Alejandro Marure, varón
ilustrado, hijo de un guatemalteco del bando de los independientes,
mártir por la independencia de Centro-América.
Don Alejandro Marure se distinguió como catedrático de
Derecho Natural y de Gentes en la Pontificia Universidad de San
Carlos de Guatemala; fué socio corresponsal de la Academia de
Legislación y Jurisprudencia de Madrid. Dejó trabajos históricos
de gran mérito : además de sus interesantísimas obras escritas en
elegante estilo y con gran acopio de datos, publicó el año de 1844,
en la imprenta " La Paz", la colección de efemérides de los hechos
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SSdG
HillOlla d o la impl"1l1a ,111 G u • M • l • . _ . IOl 11.ciqos d o l a c o l o n ! , , h u. . . hllpt://www.dloc,com/u!OOOj~l/pf!nt?opdcmFlJJ"'

notables acaecidos en la Repúbl ica de Centro-América desde el año


de 1821 hasta 1842, seguidos de varios catálogos de presidentes de
la República, J efes de Estado, etc., etc.
Su magnífica obra intitulada "Bosquejo histórico de las revo-
luciones de Centro-América", que comenzó a publicar el año dé 1837,
la suspendió a causa de hondos si nsabores que le produ jeron más
tarde las noticias y conceptos en ella vertidas.
La continuación de tan importante trabajo se pe.rdió desgra-
ciad amente hace pocos años.

Maru re distinguióse como elocuente orador.


Su retrato, pintado al óleo, se destaca en el salón de actos de
la Escuela de Derecho, al lado de los de otros varones, honra y gloria
de Guatemala.
Don Alejandro Marure fué prop ietario de una bonita im-
prenta que, con nuevos elementos, pasó más tarde a ser propiedad
de otras personas.
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religiosos de Santo Domingo, Dos Cartas a Carlos V y otras a Felipe


II, sobre los abusos que los castellanos cometían con los indios. Se
cree que su muerte se deploró el año de 1580,
El guerrero, el ·hombre de acción, el historiador fecundo, la
reliquia de un pasado glorioso, sucumbió ante el silencio y la tristeza
de todo un pueblo en formación de honor. Lo sepultaron en una
de las bóvedas de la Catedral, frente a la portada que daba a la calle
del Tridentino.

El Cronista Remesal
Fray Antonio Remesa!, nac,o en la Villa de Allariz, Galicia,
profesó en el Convento de dominicos de Salamanca, en 1593. Vino
a Guatemala el año de 1613. Minuciosamente registró archivos y
acumuló datos con objeto de escribir su crónica en abril de 1615,
terminándola el 29 de septiembre de 1617. Las miserias y sufri-
mientos de los. indios conmovieron intensamente su alma generosa
y comenzó a defenderlos de las ingratitudes a que se veían sujetos
por la avaricia de los encomenderos, azote de los pueblos de Améri-
ca: esa actitud despertó contra él la animadversión de los que se
creían amos y señores de la raza indígena. Su crónica, antes de publi-
carla, la censuraron sus enemigos sin conocerla; por fin logró publi-
carla en Madrid, en 1619, a despecho de los que mal le querían.
Es rica fuente de información su Historia de la Provincia de
San Vicente de Chiapa y de Guatemala; es la más antigua con res-
pecto a los sucesos de la América Central. Escribió también muchas
obras ligeras de índole religiosa y otras que re:_,eian el cariño que
tuvo por este país.

El Cronista Vásquez
Era nativo de Guatemala Fray Francisco Vásquez, de la Orden
de Franciscanos, Lector jubilado, Calificador del Santo Oficio,
Examinador Sinoda,l de la Provincia de San Jorge de Nicaragua,
notario apostólico, custodio y cronista de la Provincia del Santísimo
Nombre de Jesús de Guatemala. Su obra intitulada "Crónica de
la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Guatemala", está
dividida en dos tomos muy voluminosos; el primero contiene 771
páginas y el segundo 894. Da la relación de los sucesos que se des-
arrollaron desde la conversión de los indios de Utatlán, Guatemala
y Atitlán hasta los acontecimientos que se sucedieron en 1716.
Fué publicado el. segundo tomo en ese mismo año; los dos
libros son un arsenal de preciosos detalles históricos. También es-
cribió la vida admirab.le y virtudes heroicas del venerable Pedro de
San José Betancourt, del Orden de San Francisco y del hospitalario
de Belemitas de América.
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religiosos de Santo Domingo, Dos Cartas a Carlos V y otras a Felipe


II, sobre los abusos que los castellanos cometían con los indios. Se
cree que su muerte se deploró el año de 1580,
El guerrero, el ·hombre de acción, el historiador fecundo, la
reliquia de un pasado glorioso, sucumbió ante el silencio y la tristeza
de todo un pueblo en formación de honor. Lo sepultaron en una
de las bóvedas de la Catedral, frente a la portada que daba a la calle
del Tridentino.

El Cronista Remesal
Fray Antonio Remesa!, nac,o en la Villa de Allariz, Galicia,
profesó en el Convento de dominicos de Salamanca, en 1593. Vino
a Guatemala el año de 1613. Minuciosamente registró archivos y
acumuló datos con objeto de escribir su crónica en abril de 1615,
terminándola el 29 de septiembre de 1617. Las miserias y sufri-
mientos de los. indios conmovieron intensamente su alma generosa
y comenzó a defenderlos de las ingratitudes a que se veían sujetos
por la avaricia de los encomenderos, azote de los pueblos de Améri-
ca: esa actitud despertó contra él la animadversión de los que se
creían amos y señores de la raza indígena. Su crónica, antes de publi-
carla, la censuraron sus enemigos sin conocerla; por fin logró publi-
carla en Madrid, en 1619, a despecho de los que mal le querían.
Es rica fuente de información su Historia de la Provincia de
San Vicente de Chiapa y de Guatemala; es la más antigua con res-
pecto a los sucesos de la América Central. Escribió también muchas
obras ligeras de índole religiosa y otras que re:_,eian el cariño que
tuvo por este país.

El Cronista Vásquez
Era nativo de Guatemala Fray Francisco Vásquez, de la Orden
de Franciscanos, Lector jubilado, Calificador del Santo Oficio,
Examinador Sinoda,l de la Provincia de San Jorge de Nicaragua,
notario apostólico, custodio y cronista de la Provincia del Santísimo
Nombre de Jesús de Guatemala. Su obra intitulada "Crónica de
la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Guatemala", está
dividida en dos tomos muy voluminosos; el primero contiene 771
páginas y el segundo 894. Da la relación de los sucesos que se des-
arrollaron desde la conversión de los indios de Utatlán, Guatemala
y Atitlán hasta los acontecimientos que se sucedieron en 1716.
Fué publicado el. segundo tomo en ese mismo año; los dos
libros son un arsenal de preciosos detalles históricos. También es-
cribió la vida admirab.le y virtudes heroicas del venerable Pedro de
San José Betancourt, del Orden de San Francisco y del hospitalario
de Belemitas de América.
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Jlc HRoN 1cA.j!:


~ DE LA PROVINCIA ~i
í _!)EL SANTISSIMO ~~
·"' NOBREDEJESVS DEGVATEMALA ~

*i·i. DEEL O RDEN DE N,SERAPHICO PADRE SAN


Francifco en t lRe¡no~la NucvaEfpaña. •
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<i;~ DlVIDIDA EN DOS TOMOS '-.
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e, 1 e OMPVESTA POR EL R. P. Fr. FRANCISCO }
Vuqcc>. Leélor J ubi!ado, Calificador del Santo ~~
Officio, ExAn;;nador Synodal de eí\e Obifpádo, P. ¡
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lnquificiori, ExamiMdor Syno<Lll de efte Obifpado, },2.o_


~ P,pcrpctuo,y fegüdúez MiníftroP rovincial deeA:aProvir.cia i~
~i · QVIEN LA-DEDICA 5~~
~ f..
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A. L .ILLVSTR!SSJMO y REVERENDISSIMO ~~=
Señor Doaor, y Macftro dos vezcs jubi!ado, D. 1 •

~ ..-~ Fray Juan BaptiftaAlvarez de Tohdo, der.. Regu- ( ~


¡ laz obferuaná, de Nudho Seraphico Padré San Fr~nci(co, I · ·
·' DigniffimoSeñorObiípo de Guatemafa, y Verapaz. }~--'
!-ul • del Coníejo de fu Magdtad: Hijo, y Padre i~
~l amantillimo de e{h Santa Pr~vincia .& c. .
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TOMO PRIMli,ftO . _.'S~
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Con Priui!tgio " ' G11atemala en/a Ymprrnta J , S . F 7 a n d fco . •

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El Doctor José
Mariano Padilla

Nació en Guatemala el 15 de marzo de 1810. Siendo muy


joven inició sus estudios sobresaliendo entre muchos de sus com-
pañeros por su privilegiada inteligencia; tuvo la fortuna de haber
sido uno de los discípulos predilectos del Canónigo Castilla; concep-
tuó además como a sus maestros al Doctor Pedro Molina, a Pérez,
Luna y a Lambar.
Al concluír el bachillerato comenzó el aprendizaje de la medi-
cina, ramo de la ciencia en la que más tarde había de adquirir pro-
fundos conocimientos.
La Academia de Estudios fundada en los primeros años de la
administración del Jefe del Estado Doctor Mariano Gál vez, le con-
cedió el título de Doctor en Medicina. En el d.esempeño de varias
cátedras realizó labor meritoria. Obra suya, en colaboración con
otros de sus colegas fué la fundación de la Sociedad de Medicina
el.primero de agosto de 1847. Valiosos bajo todos conceptos llega-
ron a ser sus servicios en la Sociedad Económica, en la cual figuró
como primer conciliario.
Conquistó extensa clientela, llegando a adquirir popularidad
entre los desvalidos por su generoso desprendimiento; en muchas
ocasiones no sólo recetaba a los enfermos pobres sino también les
pagaba de su peculio el valor de las medicinas.
Tuvo a su cuidado enfermos del cólera morbos en el Hospital
Provisional 'de San Sebastián, el año de 1837, •
En esta ciudad y en la Antigua Guatemala durante varios
meses de angustias con motivo de la peste, en que mucha gente
moría, el Doctor Padilla no faltó un sólo momento a su puesto de
trabajo, iniciando con tino recomendable una serie de medidas higié-
nicas que permitieron a varios médicos, desempeñar con éxito su
fraternal sacerdocio. Sirvió a los menesterosos en la Casa de Mise-
ricordia, en· 1864.
Su labor en la prensa y en el libro comenzada a la edad de
treinta años manifestóse incesante. Escribió con dedicación en el
"Mensual de Conocimientos Utiles" Y. en el "Album de la Sociedad
Económica". Débese a su pluma el Ensayo médico-histórico sobre el
origen de la enfermedad venérea o de los bubas y de interesantes
memorias que contienen datos científicos variados que consolidaron
la reputación de hombre de ciencia que tuvo su autor, así como la que
publicara con el título de "Las enfermedades endémicas de Gua-
temala". Su obra principal, extensa y variada es la "Historia de
Guatemala", desde los tiempos anteriores a la conquista, hasta des-
pués de su independencia del gobierno español. Se ignora en poder
de quién se halla ese valioso manuscrito,
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60dcl
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Su extensa ilustración y honorabilidad hicieron que llegara


& figurar como Ministro de Instrucción Pública y miembro promi-
nente del Congreso. Además, fué Decano de la Facultad de Medi-
cina, Catedrático de Cirugía de esta Universidad, Vive-Presidente
del Protomedicato de la República, Individuo de las Sociedades de

E1 Jlmo. , eñcr Gt rda Pelie.:r. b.i&torhdor guattmalttt.o.

Geografía y Antropología de París ; Socio Corresponsal de la Acade-


mia Real de Medicina y Cirugía de Madrid, Miembro de la Sociedad
Americana y Oriental de Etnografía, Corresponsal de la Sociedad .
Mexicana de Geografía y Estadística, Caballero de la Real Orden
Americana de Isabel la Católica, etc., etc.
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Fray Bartolomé de las Casas era teólogo eminente, publicista


e historiador distiguido. En su "Brevísima Relación" narra con
mano maestra los desmanes de los conquistadores. Muchos de los
sucesos de que nos habla fueron presenciados por él.
Escribió, además de sus apuntes sobre la evangelización de la
Verapaz, su "Historia de las Indias", "La Apologética Historia, la
Controversia con Sepúlveda", las "Treinta proposiciones", los "Re-
medios para la reformación de las Indias" , las "Reglas para Confeso-
res", e innumerables escritos en diversos ·idiomas. El defensor de
los indios era un políglota notable.

Labor Intelectual
de Otros Tiempos
Al transcurrir los años, la prosa sagrada era labor asidua entre
ciertos religiosos de los Conventos de la capital del Reino. Otros
redactaban gramáticas y vocabularios de dialectos de indios, sin
faltar, desde luego, hábiles narradores de acontecimientos notables.
El verídico historiador Remesa!, refiriéndose a los trabajos
literarios de los escritores de lejanos tiempos y de los que se dedi-
caron al estudio de los dialectos de los indios, dice: "Y a estos
primeros padres se les debe mucho,. que con gran fatiga y trabajo
y haciéndose niños siendo hombres perfectos y los más viejos y
entrados en días, revolvieron los principios de la Gramática y las
cosas tan olvidadas como nominativos, declinaciones, verbos, conju-
gaciones y tiempos, para reducir a doctrina y enseñanza la ciencia
de las lenguas bárbaras que usaban los naturales de estas tierras.
Según el Licenciado don Virgilio Rodríguez Beteta, el mismo histo-
riador "añade que los frailes escribían no sólo por su propia cuenta
sino que se juntaban en conferencias para dilucidar los puntos
dudosos expuestos a controversia (así se explica la Doctrina en
lengua cachiquel escrita por tres autores conjuntamente), y en
capítulo celebrado en 1564 se mandó que el fraile más ilustrado
en lengua de los indios en cada Convento, escribiera una Gramática
o vocabulario, se imprimiese y se pusiese a la venta del público para
que así se le facilitara el aprendizaje al mayor número de gentes
posible. En capítulos subsiguientes se repitieron análogas órdenes,
y en breve fueron muchos los padres que aprendieron sin maestro,
solo por estas cartillas dadas al público. En competencia benéfica,
dominicos, franciscanos y hasta mercedarios, y más tarde jesuitas,
trataban de que su orden se llevara la palma en cuanto a mayor
número y mejor calidad de obras de lingüística, asegurando con ello
su preponderancia sobre la potestad civil y luego la· de una orden
sobre las otras. No sólo escribían libros sino que fundaban cátedras
de lenguas indígenas para compararlas con la Gramática latina." -
Agrega Remesa!:
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HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu...

Fray Francisco Avilés


Este franciscano, al rendir la jornada última dejaba termi-
nada su interesantísima Historia de Guatemala, desde los tiempos
de los indios hasta la fundación de la provincia de los ·f ranciscanos,
habitantes de· aquellas tierras, propagación de los indios, sus ritos,
ceremonias, policía y gobierno. Como otras tantas obras, la de Fray
Esteban se perdió.

El Cronista Juarros
El Br. Domingo Juarros nació en la Antigua Guatemala el
año de 1752 y murió un año antes de nuestra independencia.
De su obra "Compendio de la Historia de la ciudad de Gua-
temala" se publicaron dos tomos: la primera en 1809, en la Imprenta
de Beteta (edición muy escasa en la actualidad), y la segunda a
mediados del siglo anterior, en la Imprenta de Luna (don Luciano),
en la Calle de la Providencia, número 2 (hoy 7• Calle Oriente).
Juarros se inspiró, para escribir su obra,· en la de Fuentes y
Guzmán. La comenzó a laborar el año de 1808. En 1809 envió los
originales a la imprenta, siendo terminada en 1818, No atinamos
los motivos que .tuviera la autoridad eclesiástica al retardar dema-
siado tiempo la licencia para que dicho autor publicara su obra y eso
que el sabio Goicoechea había emitido el siguiente dictamen:
"Aprobación del M. R. P. L. I. Exprovincial doctor Fr. José
Antonio Goicoechea.
"Señor Provisor y Vicario General:
"Cuando U. S. mandó pasar a mi censura los trabajos prelimi-
nares a la Historia de Guatemala, escritos por el Br. don Domingo
Juarros, Presbítero secular de este Arzobispado, ya tenía individual
razón de todo su contenido; el sumo aprecio que hago de la persona
del autor y el largo conocimiento que tengo de su juicio, luces y
talentos, me ponen en estado de dar una gustosa pero necesaria
aprobación de la obra. No necesita de más calificación de la grande
utilidad que debe resultar al público de su lectura que la claridad,
sencillez, verdad y laconismo conque expone muchas noticias, que
inútilmente se buscaría en otra parte. Me consta que las ha adqui-
ridos a fuerza de investigaciones prolijas, practicadas por muchos
años a penas hay documento relativo a la Historia de Guatemala,
que no haya sido consultado con su eficacia. Los que leen estos
preliminares encontrarán acopiadas las más singulares noticias per-
tenecientes a todo este reino, su extensión, provincias y pueblos; los
principios y fundación del gobierno político, lista individual de los
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HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu...

Fray Francisco Avilés


Este franciscano, al rendir la jornada última dejaba termi-
nada su interesantísima Historia de Guatemala, desde los tiempos
de los indios hasta la fundación de la provincia de los ·f ranciscanos,
habitantes de· aquellas tierras, propagación de los indios, sus ritos,
ceremonias, policía y gobierno. Como otras tantas obras, la de Fray
Esteban se perdió.

El Cronista Juarros
El Br. Domingo Juarros nació en la Antigua Guatemala el
año de 1752 y murió un año antes de nuestra independencia.
De su obra "Compendio de la Historia de la ciudad de Gua-
temala" se publicaron dos tomos: la primera en 1809, en la Imprenta
de Beteta (edición muy escasa en la actualidad), y la segunda a
mediados del siglo anterior, en la Imprenta de Luna (don Luciano),
en la Calle de la Providencia, número 2 (hoy 7• Calle Oriente).
Juarros se inspiró, para escribir su obra,· en la de Fuentes y
Guzmán. La comenzó a laborar el año de 1808. En 1809 envió los
originales a la imprenta, siendo terminada en 1818, No atinamos
los motivos que .tuviera la autoridad eclesiástica al retardar dema-
siado tiempo la licencia para que dicho autor publicara su obra y eso
que el sabio Goicoechea había emitido el siguiente dictamen:
"Aprobación del M. R. P. L. I. Exprovincial doctor Fr. José
Antonio Goicoechea.
"Señor Provisor y Vicario General:
"Cuando U. S. mandó pasar a mi censura los trabajos prelimi-
nares a la Historia de Guatemala, escritos por el Br. don Domingo
Juarros, Presbítero secular de este Arzobispado, ya tenía individual
razón de todo su contenido; el sumo aprecio que hago de la persona
del autor y el largo conocimiento que tengo de su juicio, luces y
talentos, me ponen en estado de dar una gustosa pero necesaria
aprobación de la obra. No necesita de más calificación de la grande
utilidad que debe resultar al público de su lectura que la claridad,
sencillez, verdad y laconismo conque expone muchas noticias, que
inútilmente se buscaría en otra parte. Me consta que las ha adqui-
ridos a fuerza de investigaciones prolijas, practicadas por muchos
años a penas hay documento relativo a la Historia de Guatemala,
que no haya sido consultado con su eficacia. Los que leen estos
preliminares encontrarán acopiadas las más singulares noticias per-
tenecientes a todo este reino, su extensión, provincias y pueblos; los
principios y fundación del gobierno político, lista individual de los
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Era un cumplido caballero y hombre de elegancia en todo;


conocía a fondo la literatura clásica, escribía bien y distinguíase como
elocuente orador. Dió alientos a varias empresas, entré ellas la
reedificación del edificio de la Sociedad Económica.
H izo brillante defensa del Doctor Gálvez cuando este ciuda-
dano ilustre ya no ocupaba el solio presidencial. Estuvo en el Perú
y en Costa Rica.
Sus compatriotas deploraron su muerte el 17 de octubre
de 1869.

La Obra de García Peláez


Después que Juarros escribió sus Memorias para la historia
de Guatemala, el Arzobispo Francisco García Peláez, obra que tiene
escogidas noticias que acusan diligente interés de parte de su autor.
El señor García Peláez publicó en su juventud, un opúsculo sobre el
sistema Federal en Centro-América y algunos otros trabajos sobre
diferentes asuntos.

Don José Milla


Después del libro del Arzobispo García Peláez, viene la inte-
resantísima Historia de la América Central, por don José Mílla, que
fué, a no dudarlo, uno de nuestros mejores literatos.
Doce meses más tarde de nuestra emancipación política, nació
el que más tarde iba a distinguirse en su tierra nativa como clásico
escritor, satírico intencionado, novelista ameno y notable escritor.
Estudió en el Seminario, donde formó amistad íntima con el
que fué más tarde ·Licenciado Manuel Montúfar, guatemalteco
ilustre, autor de trabajos literarios de indiscutible mérito. Ambos
poseían libros selectos en todo género de materias, particularmente
en la literatura, política, ciencias, artes y legislación. El Licenciado
Gregorio Arbizú, salvadoreño, compañero de Mílla y de Montúfar
en el Seminario, decía de ellos que el primero manifestábase con sus
condiscípulos decidor y comunicativo, siendo muy agradable en su
conversación y en su persona: el segundo era de genio vivaz, a~igo
de la polémica, fogoso y de sobrado ingenio.
Ambos estudiaron muchos clásicos españoles desde el cele-
brado autor del Poema del Cid, hasta Quintana y Moratín ; leyendo
con delicia a Horacio y a Lamartine, rindiendo culto y admiración
a Shakespeare, inclinándose ante Schíller, el genio poético levantado.
Mílla salió del Seminario a los veinte años, bien preparado
para las bregas del pensamiento: del año de 1846 a 1848 escribió
con éxito en "La Revista", periódico de la Sociedad Económica de
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Era un cumplido caballero y hombre de elegancia en todo;


conocía a fondo la literatura clásica, escribía bien y distinguíase como
elocuente orador. Dió alientos a varias empresas, entré ellas la
reedificación del edificio de la Sociedad Económica.
H izo brillante defensa del Doctor Gálvez cuando este ciuda-
dano ilustre ya no ocupaba el solio presidencial. Estuvo en el Perú
y en Costa Rica.
Sus compatriotas deploraron su muerte el 17 de octubre
de 1869.

La Obra de García Peláez


Después que Juarros escribió sus Memorias para la historia
de Guatemala, el Arzobispo Francisco García Peláez, obra que tiene
escogidas noticias que acusan diligente interés de parte de su autor.
El señor García Peláez publicó en su juventud, un opúsculo sobre el
sistema Federal en Centro-América y algunos otros trabajos sobre
diferentes asuntos.

Don José Milla


Después del libro del Arzobispo García Peláez, viene la inte-
resantísima Historia de la América Central, por don José Mílla, que
fué, a no dudarlo, uno de nuestros mejores literatos.
Doce meses más tarde de nuestra emancipación política, nació
el que más tarde iba a distinguirse en su tierra nativa como clásico
escritor, satírico intencionado, novelista ameno y notable escritor.
Estudió en el Seminario, donde formó amistad íntima con el
que fué más tarde ·Licenciado Manuel Montúfar, guatemalteco
ilustre, autor de trabajos literarios de indiscutible mérito. Ambos
poseían libros selectos en todo género de materias, particularmente
en la literatura, política, ciencias, artes y legislación. El Licenciado
Gregorio Arbizú, salvadoreño, compañero de Mílla y de Montúfar
en el Seminario, decía de ellos que el primero manifestábase con sus
condiscípulos decidor y comunicativo, siendo muy agradable en su
conversación y en su persona: el segundo era de genio vivaz, a~igo
de la polémica, fogoso y de sobrado ingenio.
Ambos estudiaron muchos clásicos españoles desde el cele-
brado autor del Poema del Cid, hasta Quintana y Moratín ; leyendo
con delicia a Horacio y a Lamartine, rindiendo culto y admiración
a Shakespeare, inclinándose ante Schíller, el genio poético levantado.
Mílla salió del Seminario a los veinte años, bien preparado
para las bregas del pensamiento: del año de 1846 a 1848 escribió
con éxito en "La Revista", periódico de la Sociedad Económica de
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Amigos del País, de cuyo cuerpo directivo fué diligente Secretario.


Después del año de 1850 comenzó a estudiar las costumbres del
pueblo que las narró más tarde en sus artículos impregnados de
felices ocurrencias.
La tendencia de observador que siempre tuvo el señor Milla
en grado muy alto, unido al estudio que hizo del idioma castellano,
como de varios dialectos de indios, debía producir sus frutos al correr
del tiempo,
No pudo dedicarse en aquellos días a trabajos literarios por
haberlo nombrado el Gobierno oficial mayor del ministerio de Rela-
ciones Exteriores, después de prestar importantes servicios como
Secretario de la Hermandad de Caridad del Hospital de Guatemala,
y haciendo compañía al Presidente de la República, de quien era
Secretario, a expediciones por los departamentos de la República.
Al recibir el nombramiento de redactor del periódico oficial
del gobierno, comenzó su labor intelectual fecunda y llena de nove-
dad interrumpida algunas veces por los cargos que le confiaron, como
subsecretario general del Gobierno, Consejero del Estado y Diputado
a la Asamblea en varios períodos. Realizó su primer viaje a Norte-
América el año de 1858 llevando delicada misión especial.
En 1861 publicó el periódico " Hoja de Avisos" apareciendo en
él la primera serie de sus "Cuadros de Costumbres"; hay tanta exacti-
tud en la descripción de sus escritos, así como de los caracteres, tanta
lozanía de ideas, tanta pureza en el lenguaje, que la sociedad gua-
temalteca poco adicta a la lectura· recibió con agrado todo cuanto el
señor Milla escribía.
La "Hoja de Avisos" desapareció en 1862, y el primero de
enero de 1864 publicaba "La Semana", en la que aparecieron sucesi-
vamente la segunda serie de los "Cuadros de Costumbres", sus
novelas "La Hija del Adelantado", "Los Nazarenos", "El Visitador",
el "Libro sin Nombre" y muchas poesías joco-serias.
Estas obras fueron escritas en pocos años, sin contar con una
infinidad de cuentos, anécdotas, asuntos históricos, biografías de
hombres notables de Guatemala, todo revestido de amenidad e inte-
rés; para escribir lo que hemos citado, entró a los hogares, estudiando
las diversas clases de la sociedad.
Las costumbres del país, idioma y nuestras canciones y dicha-
rachos populares, todo lo pintó Milla con mano maestra, en páginas
inmortales.
En sus artículos serios sobre asuntos sociales puso al alcance
del pueblo la moral más sana, como emanada de un corazón noble y
generoso como el suyo.
A la caída del Mariscal Vicente Cerna, don José Milla aban-
donó el país dirigiéndose al exterior, adquiriendo nuevo caudal de
conocimientos en N orle-América, Inglaterra, Francia e Italia. La
fama de su talento e ilust~ación había salvado las fronteras patrias
y a su llegada a París lo invitó a que escribiera en el "Correo de Ultra-
mar", Mr. Mourgues, miembro importante de la Unión de la Prensa
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Hispano-Americana y Director Gerente de dicho periódico. Conoció


y cultivó amistad con el famoso hombre de ciencias M . .Littre, que
había redactado "El Nacional", en la capital de Francia, en 1839.
El señor Milla comenzó a su llegada a Europa, a preparar la
obra "Un viaje al otro mundo pasando por otras partes". Tre-S años
permaneció fuera de la patria y a su regreso radicóse en la hacienda
"Quezada" , en Jutiapa, dedicándose a escribir su Historia de la
América Central, desde el descubrimiento del país por los españoles
(1502) , hasta su independencia de España, precedida por una noticia
histórica relativa a naciones que habitaban Centro-América a la !h,:
gada de los castellanos. Fué editado el primer tomo en 1879 en la
impren:a "El Progreso", propiedad del Licenciado Francisco Lain-
fiesta. Más tarde apareció el segundo tomo, libro que no pudo
completar a causa de su muerte. La misma imprenta editó la mayor
parte de las obras de nuestro novelista.
Antes había dado_ a luz "Las memorias de un abogado".
El "Diario de Centro-América" engalanó sus columnas con
los artículos intitulados "Canasto del Sastre" y con su novela "His-
toria de un pepe" .
Amigo leal de personajes políticos a quienes le tocó en suerte
servir, lo hizo sin espíritu de medro. Desde su regreso a Europa
el señor Milla permaneció ajeno a la política, entregado a sus trabajos
y al amor de la familia. ,
Con sus artículos sueltos publicados en diversos periódicos
se podrían editar unos cuantos libros de muy sabrosa y entretenida
lectura, con asuntos que han sido y serán ·para todas las épocas, con
observaciones atinadas sobre las tendencias de la literatura, con
estudios del corazón humano Y.variados asuntos sazonados por crítica
serena.
1 Todos los trabajos literarios del señor Milla dejan en el
corazón y en la mente de quien los lee, una enseñanza determinada,
una doctrina sana, un e jemplo noble: sus obras conservan el vigor
y el aroma a través de los años, porque lo que una vez interesó a las
inteligencias por su bondad, interesando después aunque haya cam-
biado por completo en ideas los sentimientos y las costumbr es.
No han faltado, desde luego, en los modernos tiempos, las
críticas sobre las obras del señor Milla ; pero ninguno de esos críticos
ha podido hacer una labor mental tan extensa y hermosa como la
de nuestro ilustre maestro.
Permítasenos consignar aquí una nota íntima: llegábamos
constantemente a la casa de la imprenta del "Diario de Centro-
América" en la 6° Avenida Sur, casa vieja donde hoy se alza el edifi-
cio del Banco Internacional; trabajaban en el taller tipográfico el
mexicano Francisco Samayoa, Maximiliano Mazariegos y otros. El
señor Milla necesitó un día enviar. una carta a don Julio Rossignon
Y. no habiendo quien lo hiciera, le ofrecimos nuestros servicios, que
fuii~on aceptados con aquella bondad que siempre lo distinguió,
llamándole la atención la prontitud con que cumplimos el encargo.
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JOSE MILLA Y VIl>AURKlt


Ni,torhdor y oo\l'tllsta.

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Don José llamó a Samayoa para indicarle que nosotros podíamos


hacer el servicio constante de llevar las "pruebas" a la casa de los
colaboradores del Diario: en este trabajo nos conocieron y nos guar-
daron consideraciones, no obstante que éramos muy niños, Marco J.
Kelly, Valero Pujol, Antonio Machado, Domingo Estrada, Leonardo,
Ismael Cerna, Fernando Cruz, Justo Milla, Eugenio Dussasay, Magín
Llaven, Enrique Martínez Sobral (padre), Domingo Arroyo, Enrique
Pezado y Seguro, el insigne Ricardo Casanova y Estrada y otros
muchos hombres ilustres que ya pagaron su tributo a la tierra.
Desde entonces don José nos profesó especial afecto que no
se extingió sino hasta la noche fatal y triste del 30 de septiembre
de 1882.
El autor de. "Los Nazarenos" tendría cuando lo conocimos,
de 57 a 58 años, poco más o menos. Era bajo de cuerpo, de robusta
complexión, de fisonomía agradable, reveladora de una bondad
exquisita: frente despejada, cabello lacio y bigote bien cuidado;
usaba trajes sencillos al par que elegantes ; acostumbraba llevar saco
o levita ribeteada con cinta fina de seda negra; tuvo siempre espe-
cial cuidado de llevar cuello limpio y elegante corbata negra y el
calzado esmeradamente lustrado.
Gustaba de fumar "puro" y al sentarse a escribir lo colocaba
sobre un pequeño platillo de metal.
Nunca se nos olvidará que en cierta ocasión lo acompañamos
a hacer la compra de un sombrero en el almacén de Castanet. La
casualidad quiso que a esa misma tienda llegara momentos antes el
Doctor Lorenzo Montúfar; el saludo fué cordial entre lÓs dos hom-
bres eminentes, no obstante estar distancia.dos por los ideas políticas
y religiosas ; se inició entre ellos acto continuo una conversación
franca, agradabilísima y culta: abundaron en esos-instantes recuerdos
de épocas lejanas, se oyeron rasgos de ingenio y de peregrinas obser-
vaciones, demostrando los dos exquisita. afabilidad. ¡ Qué hombres
y qué tiempos aquellos 1
Un día enfermó nuestro ilustre literato. Vivía el maestro
en la 14 Calle Poniente, número 3, frente al llamado "Ca.nta.rillón".
Así, sufriendo penosa.mente, se ocupaba de corregir las pruebas del
indice de su obra "Historia de la América Central".
Al llegar la noche del 30 de septiembre de 1882 el ca.so de la
e nfermedad era considerado perdido. El paciente presentaba. al-
gunas manifestaciones de enegía. A las doce su voz se iba apagando,
haciéndose dificultosa la palabra.
De pronto llamó a su esposa e hijos: "que se acerquen todos",
decía con voz débil y reposada.
Un profu.n do sentimiento de dolor embargó el ánimo de los
presentes, haciéndose la escena triste y conmovedora.
Las personas que se hallaban en la habitación, presenciaban
profundamente emociona.das cómo se iba extinguiendo la vida del
ilustre ciudadano, cuyo desaparecimiento afectaría a Guatemala.
entera.
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En esos instantes sostenía el cuerpo del moribundo el Doctor


Pedro Molina Flores.
A las doce y quince minutos el paciente. hizo un esfuerzo
supremo¡ envolvió en una mirada a los seres queridos que rodeaban
su lecho y luego, como si fuera esa la expresión de su postrer des-
pedida, después de brevísima conmoción se dormía en brazos de la
muerte!
Guatemala intelectual quiso rendir el último homenaje de
cariño y de admiración al insigne literato que durante largos años
cautivó la atención pública con las concepciones de su talento excep-
cional: los hombres más notables, la flor de los escritores guatemal-
tecos acompañó su féretro al Cementerio, donde con sentidas frases
despidieron al escritor nacional, el orador parlamentario Licenciado
don Antonio Machado y el tribuno popular salvadoreño, Doctor
Francisco E. Galindo. La oraciótl fúnebre de este último atrajo
tremenda tempestad sobre el "Diario de Centro-América",
La desaparición del eminente literato enlutó el alma nacional
y oprimió con el peso de los grandes dolores una familia cuyo hogar
quedaba pobre y desolado.
Tal fué el novelista cuya existencia llevada por la senda del
deber, iluminada por el intelecto prodigioso, adquiere a través de
los años el tinte inconfundible de la gloria!

Agustín Gómez Carrillo·


Continuó la obra histórica del ilustre José Milla, el Licenciado
Agustín Gómez Carrillo, n table guatemalteco que prestó diversos
servicios a su patria.
Los padres de don A ustín fueron el jurisconsulto y literato
don Ignacio Gómez y doña armen Carrillo y Nájera. Nació en esta
capital en febrero de 1842. En el Colegio Seminario tstudió huma-
nidades y filosofía, obteni ndo el título de letrado. D esempeñó
muchos emp.l eos públicos ¡sde muy joven figurando como Dipu-
tado a la Asamblea N aciona Legislativa en dos períodos y tuvo a su
cargo la redacción de "El atemalteco", Diario Oficial, y de otras
publicaciones serias. Sirvió cátedras en varios centros de enseñanza
en esta capital.
Viajó por Centro-Am ica, Cuba, Inglaterra, Francia y España.
Producto de las observado es que hiciera en esa gira fué el libro
por él publicado con el títul de "Un viaje por España".
Por comisión del Go ierno de Guatemala continuó la obra de
la Historia de Centro-Améri a, que empezara con tan brillante éxito
el. señor Milla.
Publicó, además, vari s obras elementales sobre moral e his-
toria patria. Fué miembro de la Academia Española y de varias
agrupaciones científicas y terarias del país. Se distinguió como
literato ilustrado, campeand en sus escritos estilo correcto y elegante:
49 H. de lal - t

7ldcl
HillOlla d o la impl"1l1a ,111 G u • M • l • . _ . IOl 11.ciqos d o l a c o l o n ! , , h u. . .

Doctor Lorenzo Montúfar


Son apreciabilísimas las obras de este prominente ciudadano.
Perteneció a aquella generación de hombres íntegros, de hom-
bres convencidos y patriotas, que al valor moral unieron la probidad
más absoluta y que a la fe en las finalidades de su causa , unieron
el más intenso bregar en pro de una victoria cuya enseña había de
tremolar por sobre los accidentes del tiempo y de las cosas.
1

DR. l.ORENZO MONTUFAR,


bil)il poUtko, bjstoriAdor, lltcrnto. c:conomh t;a, juriicon~ulto, orador y diplo,n'1lco,

Nació en la ciudad de Guatemala, el 11 de marzo de 1823.


Debe ser estudiado como político, historiador, literato, econo-
mista, diplomático, estadista, jurisconsulto, orador, periodista, pole-
mista y profesor.
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Pocas personalidades de la América Central ofrecen vida


pública tan notable en sus diferentes manifestaciones. Era muy
joven el señor Montúfar cuando se dió a conocer por sus ideas avan-
zadas y su ilustración, la que robustecida por el constante estudio
de las obras que con dificultad llegaban al país, por conceptuárseles
nocivas aumentaban su interés por las modernas doctrinas.
En la Universidad de San Carlos se le negó el derecho de
.obtener el titulo de Bachiller en Teología después de haber obtenido
los bachilleratos en los Derechos Civil y Canónico, por haber hecho
el curso respectivo, al mismo tiempo que concurría a las clases de
la asignatura civil. Se pensó que tantos bachilleratos eran dema-
siados para un joven. Sus conocimientos en la materia lo hicieron
escribir un folleto refutando los errores de la obra sobre Derecho
Civil del Doctor Doroteo José Arriola. No se le contestó por consi-
derarse deprimente discutir con un joven. Publicó un segundo
folleto que obtuvo el resultado de suspender la obra del Doctor
Arriola.
En aquella época el joven Montúfar se hizo cargo de dirigir
el histórico negocio de la Retes, que tanta reputación le diera por la
habilidad y conocimientos que demostró, así como por el valor cívico
que requería; tuvo que habérselas con el orador del partido domi-
nente, el Doctor y Maestro don Andrés Andreu, Director de la con-
traparte y persona de poderosa influencia en los círculos oficiales.
Con motivo de los rosamientos desagradables que la discusión
de aquel negocio originó, el señor Montúfar sufrió la antipatía de
las personas que se consideraban heridas por la brillante destreza
de su pluma y de su palabra y se vió privado en la cátedra que había
estado desempeñando por encargo del señor Marure; pero muy poco
después el jurisconsulto don Venancio López lo recomendó para que
lo sustituyera en la de Derecho Civil.
Entonces el señor Montúfar publicó un trabajo titulado Apun-
tamientos sobre graduación de acreedores que sirvió para consultas,
tanto de los estudiantes de Derecho, como de los estudiantes que se
dedicaban al Foro. Escribió en seguida un opúsculo sobre Códigos
que había formado en El Salvador el Doctor don Isidro Menéndez;
una disertación sobre Los Privilegios de los menores , la cual com-
prendía los diferentes derechos del hombre desde la concepción
hasta la muerte producida por la vejez. También escribió otros
opúsculos sobre la ineficacia e ilegalidad de las menorías testamen-
tarias, entonces en uso; explicó cómo debían entenderse algunos
pasajes de las Leyes de Partida; hizo un trabajo minucioso acerca de
las Concordancias entre las leyes de Toro y las de la Nueva y Noví-
sima Recopilación; y otro sobre las dudas que presentan los Comen•
tarios a las leyes de Toro.
El nombre que el señor Montúfar había adquirido a los veinte
y cuatro años de edad, como catedrático, polemista, comentador jud-
dico y abogado, sin haber obtenido aún su investidura, se extendió.'
a>·
SI

7J dcl
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lo político cuando comenzó a manifestar su amor por la justicia y la


libertad, haciendo publicaciones contra los abusos, publicaciones que
le ocasionaron tenaz persecución, obligándole a permanecer oculto ;
logró, gracias a la creencia que muchos de los funcionarios tenían en
una próxima caída del partido dominante, hacer con todo sigilo los
exámenes para obtener su título de abogado y abandonar el país,
iniciando el destierro en que permanecería largo tiempo.
Dirigióse a la capital salvadoreña donde era ventajosamente
conocido por la publicación que en "La Gaceta" había hecho de algu-
nos de sus trabajos jurídicos y recibió satisfactoria acogida. A poco,
a solicitud de varios jóvenes, abrió sin aceptar remuneración alguna
una clase de leyes a la cual llegaron todos los estudiantes de Derecho
de San Salvador.
Mientras tanto, en Guatemala se verificaban sucesos de im-
portancia que hacían difícil la situación del Gobierno ; éste, para
disminuir los peligros que Jo amenazaban, dispuso convocar una
Constituyente de conformidad con los deseos de algunos liberales.
El señor Montúfar fué propuesto como candidato para Diputado por
el departamento de Guatemala y después de elecciones reñidas
triunfó. Al tener noticia de su nombramiento regresó a Guatemala
y lo hizo en el mes de septiembre, cuando el General Carrera se
encontraba fuera del poder y tomó posesión de su cargo.
Aquella Asamblea nombró al señor Montúfar uno de sus
Secretarios y miembros de la Comisión de Gobernación, causándole
poco después dolorosas decepciones políticas, las primeras de las
innumerables que experimentara en el curso de su agitada existencia.
La proposición que tuvo por objeto legalizar la creación de la
República de Guatemala, decretada por el General Rafael Carrera,
fué oída por la mayoría de los unionistas con una sorpresa ofuscadora
que no les permitió reflexionar por el momento, debido al respeto
que les inspiraba el prestigio y honorabilidad del ilustre patritoa
José Francisco Barrundia, quien había caído con la ingenuidad
proverbial que lo clracterizaba en una celada cuidadosamente pre-
parada; pero muy pronto el señor Montúfar comprendió las conse-
cuencias desastrosas del paso que se acababa de dar y sintió una
pena atormentadora, reconociendo que se había inferido una herida
mortal a la patria por él tan amada y que jamás dejó de existir en
sus afectos, por que no se borró de su corazón, pues siempre fué
partidario incondicional de la unidad centroamericana.
En la discusión que en la Asamblea se tuvo de los asuntos que
dispusieron de la suerte de Guatemala, y de Centro-América toda,
él señor Montúfar mostró el mismo ardor con que siempre defendió
la causa del derecho y de la libertad, y entró en choque franco con
los recalcitrantes, quienes lo atacaron vigorosamente y aquel choque,
según sus propias palabras, le acarreó una situación insoportable
que lo hizo abandonar su país natal.
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Al regreso del General Carrera, a quien entregó el mando


don Mariano Paredes, el señor Montúfar, que había combatido ese
regreso emigró de nuevo a El Salvador, acompañado de José Fran-
cisco Barrundia y de don Manuel Irungaray. Se incorporó de abo-
gado; pero poco después partió a Costa Rica por desavenencias con
el Presidente Doroteo Vasconcelos. •
En Costa Rica pasó gran parte de su vida. Formó su hogar,
fué Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Ministro de Rela-
ciones, de Instrucción Pública, de Culto y Beneficencia, de Guerra,
de Gobernación, Rector de la Universidad, Profesor, etc. Con su
profesión formó una fortuna. Hizo entonces su primer viaje a los
Estados Unidos. Sus enemigos por motivos litigiosos lo arruinaron
económicamente y pasó a El Salvador, donde gobernaba su amigo
el General Gerardo Barrios, quien le confió la plenipotencia en
Washington.
En la capital americana descubrió un plan para la creación de
un imperio, como en 1822 y ésto le valió tremenda tempestad, la más
formidable que sufriera el apóstol en su vida. Irisarri lo atacó
violentamente. Entonces ayudó en todo lo que pudo a la causa repu-
blicana que defendía Juárez en México.
Al volver al Salvador el Gobierno le confió una misión diplo-
mática en Europa; desempeñándola estaba cuando cayó el General
Gerardo Barrios. El señor Montúfar regresó a Costa Rica; pero
por sus escritos políticos se vió obligado a salir del país yéndose a pie
por entre las montañas, hasta la costa del Atlántico, pues tal ord""
se le había dado, y embarcándose en un pequeño cayuco, siguió
rumbo a El Salvador pasando por Nicaragua.
Pero no convenía su presencia al Gobierno salvadoreño, que
lo envió de Ministro al Perú, por intervención de su amigo el Doctor
Arbizú, Ministro de Relaciones, quien evitó que lo expulsaran vio-
lentamente. En el Perú hizo brillantes exámenes de incorporación,
que le merecieron unánimes elogios de la prensa. Llamado por sus
amigos, regresó a Costa Rica,
El Presidente don Bruno Carranza le confió la cartera de
Relaciones Exteriores, Instrucción Pública, Culto y Beneficencia.
En este período de su vida triunfó la revolución del 71 habién-
dole llamado desde luego, el General García Granados. No se vino
el señor Montúfar inmediatamente, por desconfiar del liberalismo
de varios miembros del Gabinete; pero como Costa Rica se convir-
tiera en refugio de reaccionarios centroamericanos, el Presidente
Guardia, bajo su influencia, cambió de programa contra la opinión
del señor Montúfar que sólo pudo lograr que se impidiera la entrada
al país de los jesuitas expulsados de Guatemala y El Salvador y
'disgustado resolvió regresar a Guatemala.
El General Justo Rufino Barrios lo nombró Rector de la Uni-
versidad Nacional y luego marchó a España con la misión de arreglar
la dificultad diplomática surgida por el reconocimiento de la belige-
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•rancia de Cuba hecha por nuestro Gobierno. El señor Montúfar


triunfó haciendo que el Gabinete de Madrid diera un voto de censura
al Conde de Balmaceda, Capitán General de Cuba. En la Real
Academia Española, mereció por sus brillantes participaciones en
algunas discusiones académicas, el elogio de hombres como Campo-
a~or y Castelar.
Al volver ocupó un sillón de Magistrado en la Corte Suprema
y recibió el encargo de redactar los Códigos Civil y de Procedimien-
tos Civiles. Ocupó después el Ministerio de Instrucción encargán-
:dosele además, el de Relaciones y en el primero especialmente dejó
profunda y luminosa huella por su intenso amor apostólico por la
juventud, reformando la enseñanza y hablando, él primero, de
manera elocuentísima en pro de la libertad del pensamiento. Tam-
bién los artesanos merecieron su celo incansable. Inauguró la bri-
llante sociedad literaria "El Porvenir", que contó con el decidido
apoyo del Ministro de Instrucción.
No sería posible echar en olvido el período más brillante de
nuestra vida parlamentaria, dejando de mencionar los discursos que
se pronunciaron en la Asamblea Constituyente del año de 1879 al
discutir la Constitución vigente, a la cual dió el señor Montúfar el
colorido liberal que le sirve de adorno y de prestigio. Como miembro
de la Comisión que redactó el proyecto, el señor Montúfar fué el
iniciador de las grandes doctrinas liberales que contiene, y el que
.con su palabra arrebatadora y elocuente, las sostuvo, defendiéndolas
. de los ataques de los oradores más notables del partido conservador,
a quienes resistía con brío y apareció como la luz que guiaba aquel
famoso cuerpo de inteligentes patriotas, de tal modo, que, sin el
Doctor Montúfar nuestra Ley Fundamental carecería de sus tras-
cendentales principios. Los puntos que trató con mayor lucimiento
fueron los que se refieren a la nacionalidad de los centroamericanos,
al sistema unicamarista, a la prohibición de asociaciones monásticas
y religiosas y la libertad de cultos.
También corresponde recordar el discurso que pronunció en
la sesión del 6 de abril de 1881, cuando el Ministro de Gobernación
concurrió a la Asamblea para sostener su iniciativa sobre la obliga-
ción de celebrar el matrimonio civil antes que el matrimonio religio-
·so, y el Doctor Montúfar accediendo a especial invitación concurrió
también ; pero no creyó oportuno ocuparse del asunto desde el punto
de vista formal que correspondía al iniciador, sino en lo relativo a
la parte histórico-filosófica.
Muchos detalles administrativos que no es del caso mencio-
nar había hecho que el Doctor Montúfar intentara ausentarse de la
República para trasladarse a otra de las de la América Central; pero
el General Barrios no lo consintió en consideración a lo que podrfa
_deducirse de aquel paso; y lo nombró Ministro en Washington en
enero de 1882 y entonces ocurrió su conocido choque con el General
Barrios por la cuestión de límites con México. Tuvo que irse a
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Costa Rica y al decretarse en Guatemala la Unión Centroamericana


olvidó con grandeza de alma sus resentimientos, y escribió en favor
de aquel paso hacia la nacionalidad. Por sus convicciones unionis-
tas se retiró a Panamá.
Al volver al país, después de la catástrofe de Chalchuapa,
siguió luchando por sus ideales de toda la vida con más ardor
que nunca, al frente del Club Liberal en 1885. Favorecido por ese
Club en las elecciones para la Cons tituyente, el Gobierno expulsó
del país al Doctor Montúfar, obligándolo a levantarse de la mesa
donde comía, para conducirlo al tren, no permitiéndole llevar más
que su sombrero y una cajita de puros. Fué a México; pero se
reembarcó para El Salvador de donde también fué expulsado a
solicitud de una legación ad hoc que había acreditado el Gobierno
del ·General Manuel Lisandro Barillas. Llegó a Costa Rica y volvió
a Guatemala por el cambio de política de 1887, a ocupar la Cancille-
ría por pocos meses. Se le nombró para Madrid, desempeñó su
misión y regresó a Guatemala, pasando por Estados Unidos y Costa
Rica.
Proclamando candidato a la Presidencia en las postrimerías
del goberna.n te General Barillas, triunfó el General Reyna Barrios y
la misma Asamblea que hizo la proclamación presidencial, declaró
Benemérito de la patria al Doctor Montúfar.
Hizo un viaje por motivos de salud a California y en la travesía
fué víctima de un ataque congestivo, del que ya no pudo reponerse.
Varias son los obras que el Doctor Montúfar dejó escritas:
Los siete tomos de la Reseña Histórica de Centro-América.
En esa obra el autor presenta con la sinceridad de sus convic-
ciones, nuestra vida, abundante en luchas y desgracias.
La Economía Potítica que para obra de texto escribió el
Doctor Montúfar, ha sido calificada en los términos más honrosos
por ser un tratado que reune las condiciones más completas de la
didáctica y por ésto ha sido adoptada para la enseñanza de muchos
establecimientos dentro y fuera de Centro-América y muy especial-
mente en los de la República mexicana.
El Dualismo Imposible, es la monografía más completa que
se ha descrito sobre la trascendental cuestión de la independencia
entre la Iglesia y el Estado.
El Derecho Internacional que era una de las materias que él
conocía con más profundidad, le dió tema par escribir el compendio
titulado: "Derecho de Gentes y Leyes de la Guerra".
Muchos trabajos históricos de concienzudo análisis, demues-
tran el conocimiento que el Doctor Montúfar tenía en la marcha de
la humanidad; y una serie de escritos gramaticales ponen en eviden-
cia los que poseía de nuestro idioma.
Su estilo es sencillo, muy agradable, claro y conciso, de tal
modo que nadie deja de comprender lo que salía de su pluma.
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Recibió muchas distinciones académicas, Entre otras, ade-


más del título de correspondiente de la Lengua en cuyo diccionario,
duodécima edición colaboró, tenía las de académico de las Reales
Academias de la Historia y Jurisprudencia de Madrid, el de la
Academia de Bellas Artes de Santiago de Chile, el de la Sociedad
de Geografía de París y otras muchas.
Recordaremos para concluir que fué partidario incondicional
de la unión centroamericana, que al hablar de su nacimiento dice :
"Que nació cuando Centro-América era una ; cuando no había sufrido
más desmembración que la de Chiapas: cuando formaba una sola
.nacionalidad cuyos límites eran la República mexicana, Colombia y
ambos océanos y esta extensión territorial sin desmembraciones
cuando vió la luz, la consideró siempre como su patria".
E l Doctor Montúfar fué un hombre en sus últimos tiempos
de quien se pudo decir que vivió sufriendo y sufrió en silencio, alar-
mado siempre ante la idea de que los suyos, a quienes profesaba
cariño entrañable, se afligiesen del estado alarmante de las dolencias
que Jo agobiaban.
Parece imposible que se pueda sufrir más en menos tiempo,
y sin embargo durante los últimos meses de su enfermedad conservó
entera la razón y claro el juicio aunque ya dificultosa la palabra en
sus labios, aquella palabra que había sido arrebatadora y elocuente
y que entusiasmara al auditorio en el augusto recinto de la Asamblea
el año de 1879.
Su muerte fué tranquila y apasible: un instante fijó sus ojos
velados por una sombra de tristeza en un solo lugar para cerrarlos
para siempre a las doce y media de la noche del 21 de mayo de 1898.
Nunca se borrará de nuestra imaginación el severo aspecto de
aquel cadáver: aparecía vestido de negro, la cabeza venerable, tan
artísticamente configurada, posándose sobre blanca almohada, la
expresión del samblante era serena; al rededor del cuerpo veíanse
hermosas coronas de flores.
Desde las ocho de la mañana del día 22, concurrencia nume-
rosísima desfilaba frente al catafalco del patricio, de aquel eminente
ciudadano que por sus propios merecimientos llegó a tanta altura
y que despedíase de la vida volviendo a la tierra y arrancando lágri-
mas de hondo pesar a sus amigos y allegados; allí, en el chalet histó-
rico estaban nuestros hombres más notables, nuestros artistas, la
flor de los literatos y escritores guatemaltecos, muchos personajes
de la política, la banca y el comercio, multitud de jóvenes, que tanto
lo admiraron en vida y las personas de su amistad y de su cariño.
Parecía un sueño tan irreparable pérdida.
Horas después el cuerpo del apóstol era llevado por numeroso
concurso de personas a la Necrópolis. A este Jugar conducían brazos
amigos al que fué la acción en momentos difíciles para la patria:
al que tuvo la prudencia y la calma. del politico envejecido en las
lides del pensamiento y al que se distinguiera entre sus conciuda-
danos por su energía, voluntad y patriotismo.
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Do.cumentos Históricos
Respecto a documentos históricos que posee Guatemala,
debemos mencionar entre otros muchos, el Libro de Actas del Ayun-
tamiento de Guatemala, que paleografió el inteligente y acucioso don
Rafael Arévalo y que se interesó en publicarla el año de 1856 don
Luciano Luna.
Ignórase quién sea el autor de la obra Isagoge Histórica Apolo-
gética General de Indias, que estuvo guardada en uno de nuestros
archivos durante mucho tiempo. La mandó imprimir a España el
gobierno que presidía el General José María Reyna Barrios.
En ella se defiende a Fray Bartolomé de las Casas y reseña
diversos e importantes acontecimientos que hubo en estas tierras
desde la conquista de Utatlán, hasta la llegada de los dominicos a
.México. Se cree que la citada obra la escribió un miembro de la
Orden de Predicadores.
Ese libro dice un eminente escritor, "es soporífero cual pocos,
lleno de ideas anticuadas y absurdas, como es el de afirmar que los
indios proceden de los hebreos, tesis defendida por el ya célebre
Rocha. Fuera de la descripción de las ruinas de Copán y de Ahai-
cab, que parece original, si bien hecha con bastante extravagancia,
las demás noticias históricas son de segunda mano, tomadas de
Fuentes y Guzmán y del P. Remesal.
Quien editó dicho libro no se cuidó de averiguar su autor, ni
el tiempo en que fué r edactado, ni siquiera dice de qué manuscrito
lo copió. Por ventura ¿no pudo echar mano el Gobierno de Gua-
temala, de libros o documentos inéditos de mayor interés y novedad,
siendo los últimos abundantísimos en el Archivo General de Indias,
de Sevílla ?"
Y no sólo del Archivo de Indias, de Sevílla, señor escritor,
aquí en Guatemala, los tenemos de indisputable mérito y novedad,
sin que recurramos a más allá de los mares !
En cuanto a la elección del libro para publicarlo con motivo
del cuarto centenario del descubrimiento de América, el citado escri-
tor tiene razón: no, pudo ser más deplorabl e la idea!
En el Archivo de la Municipalidad se hallan los documentos
siguientes: Actas del Cabildo de la ciudad de Guatemala, desde
1776 hasta 1812 (treinta y nueve tomos) . En el tomo del año de
1776 está el acta más antigua del Ayuntamiento de esta ciudad, acta
levantada en un rancho de la Ermita.
Cuatro libros de Reales Cédulas en el marcado eón el número
5, de 1686 constan entre otros documentos importantes, los siguien-
tes: 1 Real Cédula en que se pide informe al Ayuntamiento de esta
ciudad sobre la conveniencia de conceder permiso a la Compañía
de Jesús de México, para fundar un Colegio en Chiapas, en una
hacienda de cacao que regaló para el objeto el Licenciado don Juan
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de Figueroa (página 46) ; 2 Real Cédula sobre la fundación de la


Casa de Recogidas, a iniciativa del Obispo de esta metrópoli, en
1686, (página 215).
Libros 1, 2 y 6 de las Reales Cédulas. El 2 contiene, entre
otros, los documentos siguientes: 1 Cédula Real para que los menores
que poseían indios de encomienda en la jurisdicción de Santiago de
Guatemala, pudiese tener escuderos con armas y caballos. (Página
121) ¡ 2 Real Cédula, ordenando que los vecinos de Guatemala, con-
quistadores y pobladores y otras cualesquieras personas que tuviesen
indios, hiciesen que las casas de estos fueran de ladrillo y piedra,
para evitar los incendios a que estaban sujetas las casas pajizas.
(Página 138). •
Libros 3, 8 y 9 de Reales Cédulas. Real Cédula, en lo que el
Rey mandó que las personas que dejaron mujeres en España, envia-
sen por ellas, so pena de perder la encomienda de indios que tenían.
Constitución política de la monarquía española, promulgada
en Cádiz el 19 de marzo de 1812. Once cuadernos (contenidos en
un volumen), sobre asuntos de recusación en común y en parti-
cular a la Real Audiencia y dos volúmenes impresos de la política
de Bobadilla.
En el primero, sobre recusación, entre otros documentos im-
portantes, se encuentran intercaladas varias cartas del Arzobispo
de Guatemala, Francisco José de Palencia, suscritas en 1755, y diri-
gidas a don Manuel de Pla,zaola, Alcalde mayor de esta ciudad. En
una de ellas, en la página 363, se hace mérito del establecimiento
:de escuelas para indígenas por el Alcalde mayor Palazaola, y se dice
que dicho Alcalde fué el primero de este reino que " por solo el cum-
plimiento de su obligación, trató de plantar dichas escuelas a costa
de no pocos afanes".
Recordación Florida o Histórica de Guatemala, en dos tomos,
escrita por Fuentes y Guzmán. Los dos priméros tomos fueron
publicados en Madrid, en 1882, los otros dos están inéditos, escritos
·de puño y letra del citado historiador.
Los dos tomos están abiertos y se exhiben a la vista del
público¡ el 1, un dibujo que representa el tempualzochil, planta
medicinal de que el autor habla en la primera parte de la obra, libro
18, capítulo 4, folio 126 vuelto¡ y el 2, un mapa o descripción de Toto-
nicapán y Quezaltenango.
• Informes del Ayuntamiento, instrucciones y cartas, cartas de
agentes, cartas de ciudades y villas, cartas de personas ilustres y
cartas antiguas de particulares. Entre las cartas de personas ilus-
tres, se necuentran varias del Adelantado don Pedro de Alvarado y
de Fray Baitolomé de las Casas.
Un volumen de "La Revista Municipal", desde el 12 de marzo
de 1893, hasta el 15 de marzo de 1897, redactado por Rafael Spínola,
Carlos Arellano Torres y Víctor Manuel Prieto, en diferentes épocas.
Un volumen del reino de Guatemala, que comienza desde el 22 de
marzo de 1805 y concluye en 14 de julio de 1817.
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Formaban la Junta General de Vacuna el Arzobispo de Gua-


temala, don Luis Peña:lver y Cárdenas, como Presidente, el Regente
de la Real Audiencia, don Manuel del Castillo Negrete, el Licenciado
don Manuel de Merlo, en subrogación del protomédico interino, don
José de Córdova, el Doctor, dignidad, don Antonio García Redondo,
el Regidor alguacil mayor don Luis Bari-utia, el profesor de Medicina
y Cirugía, Doctor don Narciso Esparragosa y don Manuel Vela, como
Secretario. Dos volúmenes que contienen la estadística del cólera
morbo, del año de 1837. Un volumen, libro de elecciones de alcal-
des, de 1671 a 1745. Un volumen de varias cartas antiguas. Un
volumen de consultas a Su Majestad, que comienza el 26 de febrero
de 1726.
Un volumen Constitución de la República Federal de Centro-
América, dada por la Asamblea Nacional C:onstituyente, el 22 de
noviembre de 1824. Un volumen, cargo y data de la hermandad de
cofradía del Santo Entierro y de Nuestra Señora de la Soledad,
fundada en el Convento de Santo Domingo, correspondiente a los
años de 1780 a 1825.
Un volumen de leyes y decretos de la Asamblea Constitu-
yente del Estado, emitidas en 1824.
Un volumen manuscrito de las Ordenanzas de la Audiencia,
emitidas en 23 de febrero de 1626 y firmadas por don Fernando. Ruiz
de Contreras, en representación del Rey. Dos volúmenes, conte-
niendo documentos sobre la manumisión de esclavos en 1824. Un
volumen ceremonial de las procesiones y demás oficios religiosos
en 1719. Un volumen, arancel general interino e instruccíón para
el gobierno de las aduanas marítimas en el comercio libre del imperio
mexicano, impreso en México en 1821 y reimpreso en Guatemala
en 1822, por don Ignacio Beteta.
Testamento del Hermano Pedro de Betancourt.
Título de muy noble y muy leal, concedido a la ciudad de
Guatemala, en el Escorial, por el Rey don Felipe III a 10 de marzo
de 1566. Un ejemplar en pergamino.
Real Cédula en pergamino, creando el escudo de armas nacio-
nal de Guatemala, por el Rey don Carlos I de España y V de Ale-
mania, expedido en la Villa ¡le Medina del Campo,· el 28 de julio
de 1532.
Contiene en el centro una muestra del escudo de armas en
referencia.
Acta de la fundación de Santiago de los Caballeros de Gua-
temala, por don Pedro de Alvarado, y demás documentos sobre la
misma fundación en 1524.
Expedientes sobre la ruina de la ciudad de Santiago de los
Caballeros de Guatemala, su traslación al valle de "La Ermita", dota-
dón de ejidos, etc., del año de 1773 a 1791.
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Original de la Historia de la Conquista de México y Gua-


temala, escrita por Berna! Díaz del Cutillo, contemporáneo de esos
acontecimientos y conquistador. (Un volumen).
Libro en el que constan originales las firmas de los principales
próceres de la Independencia Patria.

Las guerras intestinas arrasaron con lo que teníamos y si


alguna documentación pudo salvarse después de nuestra indepen-
dencia, se debió al interés de personas particulares que empeñá-
ronse en la Nueva Guatemala por formar bibliotecas y archivos y a
cuyo patriótico interés se debe la conservación de legajos 9ue ne;,
fueron a dar a las despiadadas manos de los dueños de tiendas de
comestibles para emplearlos en envolver especies.
Las obras coleccionadas en las bibliotecas pública.s, en archi-
vos pertenecientes a Municipalidades, en la Curia Eclesiástica, en el
archiyo del Gobier no, en la Biblioteca colonial, en las casas conven-
tuales, no se libraron de la rapacidad de los hombres ; de 1822 a esta
parte han sido extraídos de nuestros archivos los mejores y más
valiosos legajos, así como infinidad de obras de mérito. En esta
labor ingrata han tomado parte, afortunadamente pocos guatemalte-
cos ; merecen el estigma de saqueadores de nuestros archivos sujetoa
nada escrupulosos que arribaron al país de diferentes partes.
Guatemala es poseedora de un gran tesoro en su " Archivo
Colonial" en el mismo edificio del Ministerio de Gobernación y
Justicia. Ninguna persona puede visitarlo sin previo permiso de
la autoridad respectiva.
Hay documentos antiguos de importancia en el Archivo Nacio-
nal del Gobierno, además de diversidad de obras y periódicos
antiguos .
La Curia Eclesiástica también tiene su archivo: guardan las
estanterías legajos de inestimable valor.
La Biblioteca Nacional ha sido reforzada con obras científicas
traídas del exterior por cuenta del Gobierno del Presidente General
José María Orellana. En pasados años se lamentó en la Biblioteca
la pérdida de algunos libros valiosos de la colección del ilustre
Doctor Mariano Padilla, comprada el siglo pasado por el Gobierno.
Son muy apreciables las bibliotecas de don Gilberto Valen-
zuela, del Doctor Pedro Molina Flores, la de don Francisco Aycinena,
de grato e imperecedero recuerdo para el autor de estas líneas ; la
que perteneció al sabio José Cecilio del V ali e, prócer de nuestra
independencia ; la del finado jurisconsulto Manuel Joaquín Dardón,
la del Licenciado Antonio Batres Jáuregui y las de otras personas.
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La Intelectualidad
en los Claustros
LOS DOMINICOS ·

Se distinguieron entre los dominicos, como escritores, Fray


Agustín Cano, de quien se ha dicho haber sido un teólogo profundo
que dedicó muchos años al estudio, dejando diversidad de manus-
critos en latín.
Su mejor obra es, a juicio de autorizados críticos, la Historia
de la Provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala, del orden
de Santo Domingo.
Fray Jacinto Garrido floreció en la literatura sagrada y pro-
fana, como filósofo y teólogo, poeta, matemático y perito en la historia
antigua del país.
Escribió las Poesías Castellanas para uso eclesiástico del
pueblo de Zayutitlán, varios opúsculos astronómicos, los Comentarios
de los libros de Aristóteles y Comentarios a las Sagradas Escrituras,
todo en más de diez volúmenes.
En el capítulo X del Libro I del libro " Isagoge Histórica Apolo-
gética de todas las Indias, y en especial de Guatemala", correspon-
diente al siglo XVII, impreso en Madrid el año de 1892, se hacen
encomios muy merecidos de este hombre esclarecido, al que llaman
"escritor grande y varón eminentísimo de todas letras".
La Biblioteca de los dominicos poseía las obras de este lite-
rato: desgraciadamente se perdieron el año de 1829.
Fray Jacinto estudió las ruinas de Ocozingo, en la provincia
de Chiapas, deduciendo de esos estudios, la hipótesis de que dichas
ruinas eran debidas a españoles, fenicios y cartagineses que desde
antes de Jesucristo vinieron a estos países, estableciéndose en ellos,
teoría que muchos escritores de nuestros días han repetido.
Escribió algunos opúsculos Fray Ambrosio de la Madre de
Dios. La mayor parte de sus mejores producciones las imprimieron
en Madrid, a donde se fué de edad de treinta y nueve años. Nació
en la antigua capital de Guatemala, en 1565, recibiendo en la pila
bautismal el nombre de Ambrosio Martínez Pérez. Murió en 1627.
Distinguíase como escritor fácil y profundo latinista Fray Luis Meza,
así como Fray Paz Quiñónez y el teólogo Fray Juan Quiroz.
Son dignas de mencionarse las obras literarias de Fray Dioni-
sio Zúñiga, conocedor de varios dialectos de indios y autor de una
Gramática de la lengua quiché y del "Tratado de los deberes de la
Justicia para gobier nos de alcaldes mayores", traducido también a
la lengua quiché.
Como en los otros Conventos, hubo muchos frailes que escri-
bieron obras divei:sas, principalmente sobre asuntos místicos, casi
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todos en latín. La mayor parte de los autores de aquella época,


seguían la ·Escuela de Góngora, estilo que dominó hasta muchos
años después de haber muerto este escritor.
Fray Salvador San Cipriano, consagró gran parte de su tiempo
al estudio de los dialectos de indios y de sus costumbres; dejó tres
diferentes obras escritas, siendo muy interesante la que se refiere
a los trabajos evangélicos entre las masas indígenas, por varios misio-
neros, como Fray Bartolomé de las Casas, Fray Luis Cáncer y Fray
Pedro Angulo. Es curioso su librito sobre los !dolos de la Provincia
de Sacapulas, en lengua de aquellas comarcas: la tradujo al caste-
llano Fray Juan Aillon.
No pocos legajos escribió Juan Díaz, sobresaliendo la obra
intitulada "Vida y virtudes del V. P. Fray Andrés del Valle". •
Debemos hacer mención de los dominicos Fray Antonio
Molina, que escribió amenos trabajos históricos, como la Cronología
de los sucesos de la provincia de San Vicente de Chiapas y la bio-
grafía de dominicos notables: este último es un folleto de 123 pági-
nas deplorablemente mal impresas; pero rico en noticias antiguas:
Fray Nicolás Paniagua, autor de sencillas publicaciones religiosas.
No carece de interés el folleto que este dominico publicó en México,
el año de 1747, intitulado "Oración gratulatoria a nombre de la pro-
vincia de San Vicente, del orden de predicadores, en las solemnes
fiestas con que se celebró la erección de la Catedral de Guatemala
en metropolitana". Se recuerda a Fray Nicolás como un orador
elocuente.
Fray Juan Ramírez de Arellano, cuarto Obispo de Guatemala,
escribió varias obras, entre ellas las intituladas "Campo florido o
altar de las virtudes" y la "Crónica de los varones ilustres de la
Orden de Santo Domingo". Este Prelado fué según verídicos auto-
res, causa de diversos disturbios en Guatemala, por sus terquedades
e impertinencias hasta malquistarse con la sociedad y con las auto-
ridades civiles y eclesiásticas.
Fray Benito Vi!cañas era muy aficionado a la literatura sagra-
da; redactó diversas obras y un diccionario de la lengua cachíquel.
Desempeñó curatos de varias poblaciones del reíno de Guatemala,
principalmente en el de Sacapulas. Hizo fabricar sobre el río de
este nombre un puente de cal y canto diseñado y dirigido por él.
Introdujo el cultivo del trigo en los extensos terrenos de Totonicapán,
cultivo que llegó a propagarse en varios departamentos occidentales
del país. Fray Benito murió en la capital del reino el año de 1609.
Escribió una obra voluminosa en latín Fray Pedro Zapián,
dedicándola al Cabildo de Guatemala.
Entre los trabajos literarios del teólogo Fray Carlos Cadena,
se distingue el que lleva por título " Descripción de las solemnes
exequias que se hicieron en la M. L. y L., ciudad de Guatemala a la
tierna memoria de Carlos 111".
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Fray Raymundo Leal, escribió la noticia de los Prelados que


gobernaron la iglesia de Guatemala hasta la época del Ilustrísimo
Pedro Pardo de Figueroa. Tuvo especial cariño por Guatemala, a
la que consagró siempre frases de profundo afecto.
Superior a su hermano Carlos fué Fray Felipe Cadena, autor
de obras históricas cuidadosamente escritas, varias de las cuales
vieron la luz pública en la Nueva Guatemala desde 1778. Escribió
multitud de poesías místicas que han sido muy encomiadas por lite-
ratos modernos.

LOS FRANCISCANOS

En el Convento de franciscanos, famoso por su grandiosa


construcción, florecieron en épocas distintas, frailes que se dedicaron
a escribir gramáticas y vocabularios, notas históricas y científicas sin
las éuales pocos sabríamos de sucesos durante la conquista y después
de ella.
De lo que dejara escrito Fray Antonio Arochena muchos escri-
tores extranjeros se han aprovechado sin mencionar su nombre y
menos dedicar frases a su memoria. Era originario de Guatemala
y perteneció por su origen a familia acomodada y honorable que des-
cendía de castellanos. Unía a su cultura y bondad, talento natural;
su figura era simpática, su carácter comunicativo y su alma generosa.
Tomó el hábito de franciscano a la edad de treinta y seis años, dedi-
cándose con interés a los estudios, ganóse el afecto de sus hermanos
los franciscanos, que Jo conceptuaron como un varón de provecho.
Dedicó largo tiempo a escribir su interesantísimo libro intitulado
"Catálogo y noticia de los escritores de la Orden de San Francisco
de la provincia de Guatemala", con dos índices, uno de los que escri-
bieron en latín y otro de los que escribieron en lengua de los indios
(manuscritos). Tiene mucho interés su opúsculo impreso en la
imprenta de su Convento haciendo la reseña c!el templo y Convento
de San Francisco, detalla primorosamente las obras de arte que
encerraban la basílica y el monasterio: se ocupa de los cuadros de
Villalpando, de las esculturas de Juan de Aguirre y de otros artistas:
da noticias dél Fraile peruano Pedro el Donado que murió a la edad
de ciento trece años en el coro del templo: narra algunas de las
fiestas que se celebraban en la iglesia de San Francisco y publica al
índice de los frailes sepultados en las bóvedas de la iglesia.
El curioso e inteligentsimo buscador de noticias nos da a
conocer los nombres y particularidades de varones distinguidos que
nacieron y laboraron bajo este hermoso e incomparable cielo.
El Ilustrísimo Doctor Juan Bautista Alvarez de Toledo, gua-
temalteco, hizo imprimir una obra suya en España, la que lleva por
título "Questiones Quodliberales", varios opúsculos y panegiric.os
publicados en México y en Guatemala, y una obrita a la que dió el
nombre de "El Prelado Querubín, modelo de un perfecto provincial",
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El señor Alvarez de Toledo dió cuanto apoyo pudo a la Univer-


sidad, contribuyó a la obra del Convento de franciscanos, donando
mucho dinero de su peculio y estimulando con patriótico interés
diversas obras materiales que hacen perdurable su memoria.
Sobresalió el magnánimo Prelado por su cultura y bondad y
por su espíritu progresista e innovador.
Débese a la pluma de Fray Francisco Andrade, teólogo y filó-
sofo, el Elogio fúnebre de V. P. Fray Antonio Margil. Dejó diver-
sidad de manuscritos con los que pudieron formar varios libros.
Buen número de cartas de este franciscano fueron extraidas por
personas particulares de la rica Boblioteca de recoletos de la Nueva
Guatemala, al ser extinguidas en la República las comunidades
religiosas, el 7 de junio de 1872. •
El fraile asturiano José Fernández Ardizana, que figura en
catálogos como escritor, solamente publicó sus sermones en la im-
prenta de Velasco. Su inventiva contra el juego, es un trabajo deplo-
rablemente mal escrito.
• Tres libros sobre asuntos religiosos se deben a la pluma de
Fray Bartolomé Anteo, guatemalteco que aprendió varios dialectos
de indios. Poca fortuna tuvo con sus obras históricas •este francis-
cano, como tantas otras que se perdieron sin haber logrado los bene-
ficios de la impresión: en cambio frailes que vinieron de lejanas
tierras lograron imprimir sus sermones y panegíricos disparatados,
llenos de prosa detestable. El franciscano Fray Esteban Avilés ,
describió las fiestas que hubo en Guatemala por la bula de Ale-
jandro VII.
El teólogo y matemático guatemalteco Fray ;Joaquín de la
Barca tomó el hábito de franciscano en 1700. Uno de sus biógrafos
dice que estuvo encargado desde el año de 171 S hasta 1743 de format
los almanaques y pronósticos del reino de Guatemala y de los direc-
torios de oficio divino de su provincia: todo lo anterior forma un
grueso volumen.
Entre las muchas obras de mérito que dejó en la Biblioteca de
su Convento el ameritado Fraile franciscano, sobresale el Dicciona-
rio alfabético de materias morales y Astronomía práctica o Compendio
de ochenta y cuatro tablas astronómicas del P. Tosta y de otros
astrónomos, acomodados al meridiano de Guatemala. Pocos frailes
hubo entre los franciscanos tan inteligentes como de la Barca.
Fray Francisco Becerra, además de ser un buen pintor escribió
obras ligeras, religiosas.
La imprenta franciscana dió a luz varios opúsculos de Fray
Rodrigo de Jesús Betancourt, modesto religioso nacido en el· Valle
de Las Vacas. Es apreciable el tratado que escribiera de las supers-
ticiones de los indios de Matagalpa, Xinotega y varias obras de
asuntos diversos.
Merece consignarse con cariño el nombre de F-ray Tomás
Coto, guatemalteco autor de la obrita "Frases y elegancias de la
lengua de Guatemala".
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Betancourt al hablar de muchas etimologías dice que es de-


plorable llamar a los pueblos con nombres cuyo significado se
ignora.
No obstante las frases empalagosas y lo monótono de los
sermones de Fray Antonio Dávila, pronunció uno al que dieron e[
calificativo de "admirable y lleno de elocuencia" las siete palabras
de Cristo en la cruz.
Escribieron mucho en latín Fray Domingo García y Fray
Fernando Durán; de este autor hay todavía arrinconados unos cuan-
tos libros en latín en la Biblfoteca Nacional.
El tipógrafo Br. Velasco imprimió en su taller, el año de 1723
la obra intitulada "El Abraham de la Grecia", de Fray José Fuentes.
Pocos autores han mencionado el nombre de un festivo escri-
tor franciscano, muy querido entre sus hermanos, Fray José Iriondo,
autor de la obra "Manojito de hermosas flores" , y de algunas otras
obras pequeñas, muy aceptadas en pasados tiempos.
En el coro de franciscanos se oyó durante más de veinte años
la robusta voz de bajo absoluto de Fray José Iriondo.
Sobresalió Fray Martín Lobo entre sus hermanos los francis-
canos por su extensa ilustración: sus obras y proyectos científicos
le dieron fama y no pocos cronistas le dedicaron elogios ; escribió lo
siguiente: Arbitros para que en el reino de Guatemala se cojan todos
los frutos, yerbas y plantas de Europa y de todo el mundo.
Medios y modo de juntar el mar del Norte con el del Sur,
para el paso de los galeones de España hasta el Callao en Lima, sin
necesidad de buscar el Estrecho de Magallanes. No está demás
decir que la lectura de dichos escritos causó mucha novedad en aque-
llos tiempos.
Otro franciscano inteligentísimo fué Fray Francisco Maldo-
nado: se distinguió como teólogo y conoció varios dialectos de indios,
formando-dice un autor-una completa teología indiana. Dejó al
morir varias obras en la Biblioteca de su Convento.
Laboraron escritos sobre diversas materias, Fray Pedro
Melián, F ray Antonio Mendoza, varón de espíritu profético, Fray
Juan Cuadrado y Fray Juan José Quiñónez, los que depositaron sus
legajos en la Biblioteca de su Convento: Fray Antonio• Ramírez
Utrilla escribió panegíricos, así como Fray José Salazar y Fray Fran-
cisco Salcedo; Fray Alfonso Flores escribió el " Arte para aprender el
dialecto cachiquel" y la obrita intitulada "Teología de los indios".
Floreció Fray Alfonso el año de 1765 como elocuente orador sagrado.
Alcanzó fama como teólogo y cronista Fray Blás Morales.
Dejó muchos opúsculos.
Tuvo prodigiosa memoria el cronista Fray José Morera, escri-
tor que murió el año de 1666. Escribió gramáticas y vocabularios
Fray Antonio Vico. •
Fray Paz Alvarado entró muy joven al Convento de San
Francisco y a la edad de veintiocho años entendía en varios ramos
de la ciencia ¡ dominó algunos dialectos de indios y lo conceptuaron
65 H. de l• 1-S

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como de los mejores oradores de su tiempo. Dícese de él que predi-


caba tres o cuatro veces en el año y al hacerlo, acudía a oírlo público
enorme. Apartábase en sus discursos religiosos de la forma gon-
górica, muy en boga en aquel entonces. Falleció en Momostenango,
el año de 1610 a la edad de setenta años.
, El Doctor en Cánones Fray Francisco Satelices dedicóse a
escribir en latín: dejó varios manuscritos. Fray Diego Zas, predi-
cador de fama, que falleció a mediados del siglo XVII tenía recopi•
lados en siete tomos manuscritos todos sus sermones.

Hay un trabajo esmeradamente laborado: nos referimos a la


Crónica de los varones ilustres de la Orden de San Francisco del
reino de Guatemala: es esta la mejor obra de Fray Pedro Soto Mayor.
Es rica en. detalles sobre distinguidas personalidades de lejanas
épocas.
El cronista Vásquez llamó a Fray Pedro Tovilla "El Demós-
tenes guatemalteco en la elocuencia del púlpito" . La palabra de
este franciscano era ·arrebatadora : en la cátedra revelaba estilo
robusto y lleµo de animación. Se distinguió como .amigo y partida-
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rio de los criollos por los que trabajó con entusiasmo a efecto de que
altemacen en los empleos públicos los nativos con los españoles.
Fué Juan de Dios del Cid poeta de agudo ingenio, muy cele-
brado; publicó un tomo de poesías, quiso cantar los grandes hechos
de la conquista ; desgraciadamente al dar principio a su labor le
sorprendió la muerte: no era Fray Juan de Dios un literato de pri-
mera ; pero su inspiración y su talento poético le merecieron alaban-
zas: puede decirse que era un versificador fecundo.
Imprimió un folleto con rudimentarios elementos tipográ-
ficos in ventados por él: se entiende que el tipo era tosco : lleva el
título de El puntero apuntado con apuntes breves; instrucciones parll,
elaborar tinta añil. Hace constar la anterior curiosidad el historia-
dor Juarros . Se cree que el ingenioso Fraile fabricó las matrices en
madera fina, de fuerte consistencia, con su correspondiente mango,
e iba imprimiendo con la mano, letra por letra, impregnadas con
tinta, formando las palabras y los renglones tal como lo hacen los
chicuelos, con letras de hule de cajitas que venden en las librerías.
Fray Andrés Vásquez nació en Guatemala. Escribió algunos
trabajos sobre la vida de varios religiosos.
Distinguióse como prosista Fray Agustín Zeballos.
Hubo en Guatemala un religioso muy inteligente llamado
Manuel Taracena: hizo imprimir opúsculos que andaban de mano
en mano y que eran comentados favorablemente por las enseñanzas
que contenía: su estilo, castizo, al par que sencillo gustaba a los
lectores. Fué el franciscano de constitución endeble, suave en su
trato y bondadoso de carácter. Murió trágicamente a causa de los
golpes que le infiriera un preso en el interior de la cárcel pública.
Hubo otros muchos escritores místicos, teólogos, filósofos,
moralistas y jurisconsultos, a la manera que en aquella época se
entendían la Filosofía y la Ciencia del Derecho: se comprende que
tratamos de los varones que rebasaron del nivel común y que escri-
bieron obras de aliento.
Labor meritoria en las letras hicieron, además, no pocos frailes
extranjeros, como Torres, Floresés, Brutón, Torresano, Morán y
otros muchos, cuyo afecto por Guatemala no fué muy intenso que
digamos.
LOS MERCEDARIOS
Salientes figuras como escritores en la Orden de los Merceda-
rios fueron Fray Juan Cordero, cantante, Fray Antonio Figueroa,
teólogo y filósofo; Fray' Ignacio Llana, lengüísta; Fray José Monroy,
teólogo y cronista; Fray Roque Muñoz, narrador de fiestas religio-
sas; este autor dió títulos raros a sus trabajos literarios, siguiendo
desde luego el estilo gongórico; Fray Diego Ricas Castelán, autor
de valiosa Gramática de las lenguas de varias tribus en la extensa
región• de· los lacandones; Fray Jacinto Sánchez, autor de buen nú-
mero de opús~los y Fray Juan Vásquez Molina, que escribió algunos
folletos,
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La última obra sobre diversas materias, impresa en la capital


guatemalteca (Panchoy), en febrero de 1773, en la imprenta de
Sánchez Cubillas, fué la del Arzobispo Doctor don Pedro Cortés y
Larraz. •

LOS Jl:SUITAS

En estos apuntes solamente nos ocuparemos de la brillante


cooperación de los jesuitas en el campo de las letras, en el que es
indudable figuraron ventajosamente hasta 1767, año de su expulsión
del reino de Guatemala.
Algo se ha escrito del padre Juan Ugarte, nacido en Guatemala
en 1662. Se fué de aquí muy joven, rumbo a México, tomando parte
en la conquista evangélica de la California, con el padre Juan de
Salvatierra. Dejó manuscritos diversos que se referían a sus viajes,
documentación de la que se aprovechó el padre Miguel Venegas para
escribir su historia de las Californias.
Nació el padre José Zepeda en este país y contaba a sus con-
temporáneos que descendía de familia noble en la que había figurado
Santa Teresa de Jesús . Viajó por México, España e Italia. Era
filósofo profundo, maestro de latinidad y retórica, Rector del Colegio
de Guatemala de donde salio expatriado en 1767. Murió de una
afección al corazón en la Habana, Cuba, en ef m ismo año, en el Con-
vento de los Belemitas. Dejó manuscritos y poesías notablemente
bien escritas a juzgar por lo que de esos trabajos literarios dice un
cronista.
Otro jesuita ilustrado fué el padre Ignacio Zeballos Villa-
gutiérrez, guatemal_teco a quí'en se honró con varios nombramientos
en Sevilla, de cuyo Arzobispado fué Gobernador. Sus biógrafos le
llaman "el sabio maestro Zeballos".
Entre los jesuitas escritores deben figurar los padres Juan
Zerón, orador ilustre, autor de varios tratados ; Antonio Arias, maes-
tro de Retórica; el teólogo y filósofo Alonso Arrivillaga, nacido en
Guatemala, a mediados del siglo XVII y Bartolomé Cañas, expatriado
en 1767.
Él padre Manuel Lobo, escribió entre otras obras ligeras, la
vida de Pedro de Betancourt, folleto que publicara en Guatemala y
luego en Sevilla.
Escribió seis opúsculos el padre Antonio de Siria. Han sido
objeto de encomios los trabajos literarios del padre Manuel Mariano
Iturriaga, compañero de estudios de esa gloria de Guatemala que se
llamó Rdael Landívar. Los versos latinos de Iturriaga, dice un
autor, revelan verdadero ingenio. Se comentaban favorablemente
sus sonetos, octavas, epigramas y letrillas.
Al ocuparse Menéndez y Pelayo de nuestra literatura criolla,
dice en el primer tomo de su Antología de Poetas Hispano-america-.
nos, lo que sigue:
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"Si es cierto, como lo és sin duda, que en materias literarias


importa la calidad de los productos mucho más que el número, con
Landívar y José Batres tiene bastante Guatemala, para levantar muy
alta la frente entre las regiones americanas".

Port•d• de la edic;ióo del año dt. 1782.

En efecto, Landívar es una de las glorias de nuestra patria;


varios literatos se han ocupado con lujo de detalles de la vida y obras
del sabio jesuita que fué expatriado del reino de Guatemala a fines
del siglo XVIII y que después de haber viajado por Europa, fijó su
residencia en Bolonia, donde murió.
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De pocos años a esta parte es suficientemente conocida su


obra Rusticatio Mexicana, la que fué a juicio de eminentes eruditos
y críticos, escrita en el más puro latín.
El año de 1790, escribió en Bolonia, el padre José Angel
Toledo, el trabajo literario intitulado "El día feliz". Ese guatemal-
teco tenía una h.e rmana, monja profesa en el Convento de Capuchi-
nas a quien dedicó la obra, que no obstante ser mística, es modelo
de brillante literatura: se apartó .el inteligente jesuita del estilo gon-
górico en boga en las postrimerías del siglo XVIII. La obra citada
la reimprimieron en la Nueva Guatemala, en 1816 y en Madrid,
en 1846. •
El padre Rafael Pérez era un místico escritor de los que
salieron desterrados de Guatemala, después del triunfo de la revo-
lución de 1871.
En uno de los apéndices de la obra del citado autor hace la
relación de la muerte trágica del padre Villafaña, por tres negros
condenados a muerte en una de las cárceles de la antigua capital,
diez meses antes de que fueran expulsados los jesuitas por la prag- .
mática de Carlos III.
La obra del padre Pérez la editaron el año de 1895 en Bilbao.
Domina en varias de sus páginas la pasión política y religiosa.
Completó, además, la Gramática Latina del padre Cerda,
Gramática de la que hicieron tres ediciones, habiendo sido aceptada
como texto en algunos Colegios de España,
El padre Rafael Cáceres, guatemalteco, pariente de Larrazá-
bal escribió la Historia Latina de la Misión de Guatemala (inédita),
y en la América del Sur ( Quito, Ecuador), en libro intitulado Apuntes
de viajes. Puc;lo haber escrito mucho más, puesto que manejó el
Archivo de la Misión de Centro-América, arsenal extenso de curiosas
noticias.
A mediados del siglo pasado volvieron los jesuitas a Gua-
temala. Distinguíanse por su ilustración los padres Francisco de
Román, de quien se decía era de familia acomodada de España¡
Telésforo Paul, orador sagrado que llegó a ser Obispo de Panamá
y Arzobispo de Bogotá: Parranondo, el más ilustrado de sus com-
pañeros: Lizarzaburn, más tarde Obispo de Guayaquil: Jungito, de
Panamá, Posadas, Superior de la Compañía en Quezaltenango ¡
Rafael Urd.a neta, hijo del General Urdaneta, Oficial de Simón Bolí-
var, en la gran guerra de la independencia de la América del Sur¡
Luis Javier España, guatemalteco notable que murió ejerciendo su
ministerio en un combate librado en Colombia: Canudas, Posadas,
Koninck y otros, muy aventajados en diversos ramos del saber.
Estos jesuitas en su mayor p arte eran colombianos que poseían el
don de la enseñanza.
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Se sabe que en la Biblioteca de Bolonia se halla un libro del


padre Vallejo en el que colaboró Landívar. La obra lleva el título
que sigue: "Vida de la Madre de Dios y Siempre Virgen María",
escrita por Josef Ignacio Vallejo, Presbítero, publicada en Italia, en
el año de 1759.

RECOLETOS Y AGUSTINOS
Entre los recoletos y agustinos hubo algunos que escribieron
en distintas épocas: el mérito de esos trabajos es aceptable. Los
primeros llegaron a adquirir extenso archivo y rica Biblioteca, con
obras diversas en distintos idiomas: ufanábanse de poseer legajos
escritos del Padre Antonio de Jesús Margil, documentos que fueron
extraídos del citado Convento al realizarse la traslación de la capital
al Valle de la Ermita. Se perdieron, además, los apuntes sobre la
vida del mismo misionero, cuya memoria casi se ha extinguido en
Guatemala, a donde llegó el 21 de septiembre de 1685. En agosto
de 1726 deplorábase su muerte en la capital de México.
Toda la documentación antigua de los recoletos se extravió en
1829, Al transcurrir los años los mismos religiosos lograron r eunir
algunas obras y manuscritos que dejaron en el país al salir expatria-
dos en 1872. Entre los citados frailes llegaron a ser muy populares
Fray Felipe de Jesús Moraga y Fray de Jesús Urrutia. El primero
nació en la hacienda de Barillas, el 17 de junio de 1833; sus padres
se llamaron Manuel de Jesús Moraga y Rosenda Chinchilla. Vistió
el hábito en la Orden de Recoletos y con el tiempo llegó a ser Supe-
rior de la Comunidad. Al salir del pais buscó asilo en El Salvador,
radicándose en Santa Ana, a donde llegara el 17 de junio de 1872,
precisamente cuando había cumplido treinta y nueve años de edad.
Fué el padre de los pobres, de los desheredados de la fortuna; se
empeñó en la realización de meritísimas obras que harán perdurable
su memoria: tuvo una alma limpia, grandes virtudes e ilustr ación.
Murió en Santa Ana, en 26 de abril de 1905.
Fray de Jesús Urrutia murió muy anciano, el 1' de junio de
1898. Era hermano del Canónigo don José Antonio Urrutia. Al
salir los frailes del país se le permitió residir en esta capital, como
Capellán del templo de la Recolección.

Sor Juana de Maldonado


POETISA GUATEMALTECA

Rodeada de los atractivos de la leyenda ha llegado hasta


nosotros el nombre de Sor Juana de Maldonado,. la más antigua:
poetisa criolla. Era esta joven de rostro agraciado, de carácter vivaz
e inteligente. Su padre, don Juan de Maldonado de Paz, Oidor de
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la Audiencia, tuvo especial interés en darle esmerada educación ; a


la edad de diet y nueve años llegó a tener marcada tendencia por la
literatura.
Una tempestad del alma la hizo renunciar al mundo y entró
al Convento de la Concepción el año de 1625.
Su padre, que era bastante rico, mandó construí.r en el Monas-
terio habitaciones especiales a efecto de que en ellas pasara el novi-
ciado, dotándolas de instrumentos de música y haciendo adornar los
muros con cuadros de pintura representando pasajes de la vida de
los santos; tenía también, la novicia, su oratorio y al frente un jardín.
Acompañaban a Sor Juana dos esclavas negras.
Es inexacto que haya gastado lujo en sus aposentos, ni rique-
zas en el oratorio, lo que era prohibido por los reglamentos de los
Monasterios.
El cronista franciscano Fray Antonio Arochena, nos da amplias
noticias de la vida de Sor Juana, en su catálogo de monjas notables
de los Conventos de Guatemala.
Cuando Sor Juana había profesado, sus confesores notaron
el grado de su inteligencia desarrollada en el aislamiento y le acon-
sejaron que escribiera sus impresiones; aceptó el consejo y días más
tarde ponía en manos de aquellos la obra intitulada "El Angel de los
forasteros".
Había leído pocos autores; pero suplió al cultivo de su inteli-
gencia su ardiente inspiración y su natural talento.
Fray Antonio Arochena algo dice de varias de las producciones
literarias de la monja y nada de lo que se le atribuye como entendida
en los ramos de la música y de la pintura.
Un día la muerte de la madre Abadesa del Convento dió
origen a grave escándalo: algunas personas de alta posición social
empeñábanse en que Sor Juana saliera nombrada Superiora, con
beneplácito del elemento joven del Monasterio.
Las monjas de mayor edad -se opusieron desde luego al nom-
bramiento, alegando que no podían ser gobernadas por una joven que
no tenía experiencia, seriedad y energía necesarias para dirigir un
Monasterio que contaba con multitud de monjas novicias, profesas
y externado que asistía a prácticas religiosas.
Las distintas opiniones produjeron la formación de dos bandos
contrarios: uno en favor de Sor Juana y otro apoyaba a las monjas
ancianas.
Las discusiones tomaron carácter grave, trascendiendo a la
sociedad hasta llegar el descontento al Monasterio de Santa Catarina,
que estaba de parte de las monjas ancianas de la Concepción.
Los dimes y diretes subieron de punto; cuando más excitados
estaban los ánimos una de las allegadas a Sor Juana imprudente-
mente se entendió con el campanero Sacristán, a efecto de que tocara
a arrebato los bronces del templo: la multitud armóse de palos y
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piedras, encaminándose al Convento de la Concepción, llegando ade-


más muchos caballeros armados, temerosos de que sucedieran des-
gracias a sus hijas o hemianas, recluidas en el Monasterio.
Preguntado el campanero Sacristán el motivo de aquella
alarma, no pudo dar satisfactoria explicación, y algunos jóvenes albo-
rotadores encontraron propicio el momento para hacer de las suyas;
lo sacaron de la Sacristía a viva fuerza, obligándolo a empellones a
salir a la calle.
Verlo la muchedumbre y caer sobre él un diluvio de piedras,
fué todo uno.
El escándalo habría tomado proporciones alarmantes a causa
de la fogosidad de muchos jóvenes de capa y espada pertenecientes
a los dos bandos que estaban dispuestos a atacarse, si no llega a
tiempo el Presidente, Doctor don Diego de Acuña, luego el Obispo
Fray Juan Zapata y Sandoval, varios miembros del Ayuntamiento y
una compañía de arcabuceros.
Asustada Sor Juana con la magnitud que había alcanzado el
tumulto provocado por la imprudencia de una de sus compañeras
manifestó que no deseaba ni aceptaba el cargo de Superiora, nom-
brándose en el acto a una de las más antiguas monjas del Convento.
• Esto y la intervención del Presidente, del Obispo y de las
personas más caracterizadas y honorables apaciguaron a la multitud,
que se fué dispersando en todas direcciones, hasta restablecerse el
orden frente al convento y la calma en el vecindario.
Esta es la verdad de los acontecimientos que se sucedieron en
aquellos tiempos y que dieron lugar a dimes y diretes entre los alle-
gados a las monjas de laº Concepción con las de Santa Catarina. Así
lo relatan cronistas antiguos.
Gage cuenta el episodio anterior, a su manera, y mezcla en la
intriga al Obispo Zapata y Sandoval, dando a comprender que Sor
Juana era su protegida y que se mostraba dadivoso con ella, y refiere
otras falsedades impropias de un escritor que se preciaba de im-
parcial.
Tomás Ga_ge incurre en sus obras en repetidas inexactitudes.
Este viajero era irlandés: muy joven pasó a España; profesó en la
religión de Santo Domingo, viniendo luego a América con la idea,
dijo, de convertir a los indios; pero su verdadero objetivo fué buscar
oro para sus bolsillos, sirviendo curatos en Guatemala. En 1637
regresó a Inglaterra con algún dinero. Allá arrinconó el hábito in-
corporándose en las filas luteranas. Sirvió al Rey para traicionarlo,
uniéndose al partido de Cromwell.
Sor Juana de Maldonado, al morir el autor de sus días y al
despedirse de su juventud, lloraba en el silencio de la noche y en la
paz del Convento su pasado de ilusiones desvanecidas: alcanzó la
edad de cuarenta años y su físico, antes lleno de belleza, tornóse en
marchito a causa de la honda melancolía que desgarró su corazón en
la primavera de su existencia.
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Jurisconsultos, .Sacerdotes,
Catedráticos y Médicos Escritores
El año de 1742 apareció un folleto intitulado "Exámenes mer•
catorios para el aumento del comercio de Guatemala por medio de
una compañía de sus frutos, en que interesan el bien público, el real
'erario y los diezmos de la iglesia" . El autor de esta publicación fué
·el escritor guatemalteco don Fernando de Echevers.
De la imprenta de Joseph de Pineda !barra salió en 16.72 un
impreso de índole mística de Fray Fernando de Espino, intitulada
"Historia de la reducción y conversión de la provincia de Teguci-
galpa, con la vida, virtudes y prodigios de tres mártires". La parte
histórica de la obra es muy aceptable.
El Canónigo Doctor y Catedrático don Miguel Velasco, dejó
varios impresos y manuscritos.
Floreció el año de 1604, el Doctor don Felipe Ruiz del Corral,
Deán de la Catedral. Distinguióse como Catedrático y fué el primero
que se graduó en el Colegio de Santo Tomás. Escribió algunas obras.
Don Agustín Cagica y Rada, originario de Guatemala, Doctor
en Cánones, Tesorero, Dignidad y Maestre-Escuela de la Metropo•
litana, Examinador Sinodal, Juez de testamentos, Provisor y Vicario
General del Arzobispado, Comisario Sub-delegado del Papa, para
la causa de la beatificación del V. P. Fray Antonio Margil.
Entre sus obras ligeras figuran la d,,escripción de los estragos
que sufrió la ciudad de Guatemala con los terremotos de 1751. A
juzgar por lo que escribiera el Doctor -Cagica y Rada, se saca en
limpio que sus obras son deficientes, ml'l escritas y sin interés en el
relato; trazó una literatura incul~a, ruda e insoportable; no tiene la
novedad de los datos históricos que en esa clase de obras son tan
necesarios.
En cambio, es digna, de encomio la interesante labor de don
1 Antonio Rodrigue:,; y Campa, erudito guatemalteco· que floreció el

•año de 1750. A él dé bese el "Diario Histórico de Guatemala".


Se hacen elogios de los escritos de don Alonso E nríquez, Canó•
nigo de la Catedral y Examinador Sittodal de su Diócesis. En 1673
imprimió un opúsculo.
Hizo varias publicaciones en verso, con algún éxito, don
Joseph Alejandro Meneos.
Figura simpática y llena de merecimientos fué la de don
¡ Antonio de Paz y Salgado. A este notable escritor débensé obras que
•han sido muy apreciadas dentro y fuera del país. Llamó la atención
de hombres de saber la intitulada "Las luces del cielo difundidas
sobre el hemisferio de Guatemala", impresa el año de 1741. Escribió
también su aplaudido trabajo literario intitulado: "El mosqueador
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añadido o abanico con visos de espejo, para ahuyentar y represen-


tar todo género de tontos, moledores y majaderos". Paz y Salgado
se distinguió de manera brillante como poeta satírico.
Don Bias Pineda y Polanco-el conocido y campechano don
Blas - como le llama un autor - llegó a ser muy estimado de sus
compatriotas. Escribió y adornó con láminas dibujadas por él, una
obra que constaba de veintisiete tomos sobre Historia Natura!, así
como un libro de costumbres indígenas. Floreció Pineda y Polanco
en 1700. Alcanzó edad avanzada. Sus obras se perdieron.
Escribieron diversos trabajos, don Francisco Rendón, don
José Victoria Retes y el erudito don Jerónimo Barahona y Loaiza.
Don Miguel Mariano Iturbide figuró en la Nueva Guatemala,
como Ministro del Tribunal de la Contaduría Mayor de la E. N. Sus
biógrafos lo consideran como avanzado literato. Entendía, además,
algunos ramos de la ciencia. Realizó un viaje a México y allá murió
el año de 1811. Dejó manuscritos sobre asuntos administrativos.
El padre Manuel Letona sirvió varias cátedras en el Triden-
tino. Escribió mucho en latín. Durante algunos años tuvo a su
cargo el curato del tefnplo de Nuestra Señora de los Remedios.
Escribió un opúsculo en dialecto quiché, don Juan Luque
Butrón, Presbítero, muy adicto a los indios.
También escribieron opúsculos y trabajos diversos de mérito,
don Francisco Márquez Zamora, Abogado de la Audiencia; don
Salvador Melón, el Canónigo don Carlos Meneos y Coronado ; don
F. Antonio Montalvo, hizo un trabajo que no carece de interés, sobre
la vida de Pedro de Betancourt.
El docto jurisconsulto guatemalteco,· don Juan Antonio
Carracedo distinguióse como escritor fácil, autor de notables y bien
meditados dictámenes: no menos ilustrado fué el trujillano don
Francisco Carrasco, del que un eminente pensador dice que era
"escritor óptimo y curioso disertador".
Publicó don Antonio Velasco un libro bien argumentado contra
los dominicos, franciscanos y mercedarios, probándoles que tenían
obligación de contribuír al mantenimiento del Seminario de la
Asunción.
Fama bien conquistada y muy bien merecida dejó entre sus
compatriotas el Presbítero y Br. don Juan Joseph de Padilla. Figuró
como Maestro de Ceremonias de la Catedral. Sobresalía en muchos
ramos de la ciencia y tuvo el dón admirable de la inventiva; persiguió
con interés marcado varios descubrimientos con feliz éxito. Teólogo,
pensador profundo, literato, historiador ilustrado y correctísimo: a
él se debe la "Cartilla eclesiástica perpetua para Guatemala", las
" Resoluciones de las cosas difíciles de la Liturgia y la Moral", el
"Tratado de la ortografía latina y castellana", "La Rueda de la for-
tuna", un libro de "Historia de Guatemala" y otro de "Centro-Amé-
rica" ; el "Arte de la perspectiva", el "Arte de la música convinatoria,
con que los menos diestros pueden componer fácilmente",
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lo fa; demáda1 ordinarim, fi'no ._; *
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Como matemático sobresalió entre todos sus contemporáneos,


demostrándolo así sus obras de aritmética y álgebra, impresas en la
Antigua Guatemala, por don Ignacio Jacobo de Beteta; escribió,
además, el "Arte de hacer pronósticos", las "Tablas a~tronómicas",
el "Arte para saber las lunaciones y eclipses con sólo el uso de la
Aritmética", la "Miscelánea de experimentos físicos y de máquinas"
y un "Tratado de hacer y componer relojes". Concibió la idea de
iluminar la ciudad "con una luz como la de la luna", colocada en la
cúspide del Volcán de Agua, idea que no pudo llevarse a cabo por
causas que se ignoran. Nunca se supo de qué medios iba a valerse el .
sabio para realizar la idea.
Nació el Padre Padilla en Guatemala, el año de 1684 y murió
en 1749.
Un extranjero se apropió de varias de sus obras, las que
publicó bajo el nombre de P. Fosea.
Don Luis Navarro, publicó la "Relación sobre el Reino de
Guatemala".
Nuestro compatriota don Bonifacio Tosta, publicó su obra
intitulada "Telégrafo marítimo para el uso de los buques de la
armada española". La ilustración y honradez de este varón lo hicie-
ron acreedor a honrosos títulos. Tosta, en los mejores años de su
vida, tomó parte en acciones de guerra, entre ellas, la de Aculco,
Guanajuato y Calderón.
En 1741 publicó don Fernando de Echevers el opúsculo inti-
tulado "Breve muestra de las muchas utilidades que puede producir
a este reino de Guatemala, el comercio de sus frutos", y el año de
1742 aparecieron publicados los "Ensayos mercantiles para adelantar
por medio del establecimiento de una compañía de comercio de los
frutos del reino de Guatemala, a beneficio del público, real y haber
y diezmos eclesiásti'c os", por el mismo autor.
Don Juan Sánchez de León, escribió los "Apuntamientos geo-
gráficos e históricos del reino de Guatemala", trabajo que se publicó
primero en la "Gazeta de Goathemala" y más tarde en folleto con
anotaciones del historiógrafo señor Gavarrete.
Perteneció a honorable familia de esta ciudad el Presbítero
Pedro José Terrasa; tuvo el cargo de promotor fiscal; desempeñó,
además, el puesto de Secretario del Arzobispado de los Prelados
Francos y Monroy y Juan Félix de Villegas. Publicó el libro "Rudi-
mentos físico-cómico-morales" (operación cesárea y fetos).
Fray Juan Terrasa, notable gramático. Escribió un curso de
Filosofía. Fray Miguel de Dighuero, es el autor de la obrita "Año
santificado": Fray Andrés Rodas publicó calebrados diálogos, pasto-
relas y entremeses. Otro escritor muy conocido fué el Doctor Anto-
nio García Redondo, autor de opúsculos diversos, entre ellos uno de
79 páginas sobre las Instrucciones del Ayuntamiento de Guatemala
a sus Diputados a Cortes, y la Memoria sobre el cultivo del cacao.
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El Doctor · García Redondo, se manifestó el año de 1821,


ardiente partidario de la independencia de Centro-América, El
belemita Fray Víctor Castrillo publicó su folleto " Reminiscencias" ,
trabajo poco conocido ¡ pero que a juicio de algunos escritores es
modelo de literatura clásica ¡ don José Antonio Cardoza y don Manuel
Merlo, escribieron en 1787 un trabajo científico de mérito, con el
título "La influenza española"¡ de la imprenta de Beteta salió el año
de 1744 la "Instrucción sobre el modo de practicar la inoculación de
las viruelas y métodos de curar esta enfermedad, acomodado a la
naturaleza y modo de vivir de los indios del reino de Guatemala", por
el Doctor Flores¡ en la imprenta del Gobierno apareció en 1804 la
"Cartilla que enseña a vacunar y distingue la verdadera de la falsa
vacuna", por el Protomédico Doctor José Antonio Córdova.
El 10 de febrero de 1806 murió en la Nueva Guatemala, el
Licenciado don Manuel Zelaya. Cultivó con esmero la prosa y la
poesía. La mayor parte de sus producciones tratan de asuntos reli-
giosos, muchos de ellos los publicó "La Gaceta de Guatemala."
El Doctor Narciso Esparragosa .y Gallardo, que tantas pruebas
diera de su amor a Guatemala, publicó en 1815 el folleto "Método
sencillo y fácil para el conocimiento y curación de las viruelas" y el
"Método sobre el modo de extraer las criaturas del vientre mater-
no" ¡ don Mateo Antonio Marure, discípulo de Goicoechea, fogoso
criollo, del partido independiente, perseguido y encarcelado por sus
ideas en favor de la independencia, escribió sus "Apuntes íntimos" ¡
este mártir injustamente olvidado, lo deportaron y al pasar por Cuba,
enfermó y murió en 1814. Fué Marure ·una de tantas víctimas de
ciertos Gobernadores peninsulares que tantas lágrimas hicieron
derramar a familias en América.
En 1818 apareció la obra en cuatro tomos con 1,367 páginas
en octavo, con el título de " Instituciones de Derecho Real de ·castilla
y de Indias" , por el Doctor José María Alvarez, libro de texto en los
centros de enseñanza de Guatemala, que fué favorablemente comen-
tado por algunos escritores.
El Doctor Alvarez fué Catedrático de la Universidad y Maestro
de los notables jurisconsultos don Venancio López y don José Ignacio
González.
Don José María Peinado, Regidor perpetuo del Ayuntamiento
de Guatemala, escribió las famosas "Instrucciones para la Consti-
tución Fundamental de la monarquía española y su gobierno".
El Presbítero José Gregorio Rosales , nacido en la Nueva
Guatemala, el 9 de mayo de 1789, socio benemérito de la Sociedad
Económica, escribió un prontuario de Apicultura. Tuvo un archivo
y una Biblioteca que le compraron los jesuitas.
Mucho se habló allá por el año de 1818, de la pérdida de s iete
obras debidas a la pluma del Deán don Felipe Ruiz del Corral.
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En 1819 apareció la Explicación de una máquina simplifica-


dora del trabajo del beneficio de la plata, por don Manuel Eusebio
Sánchez, ensayador de la Casa de Moneda.
La última obr a 'que se publicó al finalizar el periodo de 1821
fué la del mercedario Fray Luis García, intitulada "Lecciones de
Retórica para los alumnos de la Universidad".
Entre nuestros literatos descuella el Doctor José F. Flores, el
primer Médico de su tiempo en Guatrmala. Escribió obras cientí-
ficas que merecieron elogios no sólo en su patria sino en el extranjero.

El Primer Periódico
en Guatemala
Apareció el primero de noviembre de 1729 y llevó el nombre
de "Gazeta de Goathemala", publicación mensual, de dos hojas en
cuarto. Trató dicho periódico de asuntos religiosos y publicaba
algunos artículos sobre diversos temas y escasas noticias. Más tarde
el tamaño de la "Gazeta" aumentó: constaba de ocho páginas. Fué
el segundo periódico que hubo en la América Hispana.
En 1794 reapareció bajo la dirección de don Ignacio Beteta,
con un programa completamente distinto del que tuvo en sus prime-
ros tiempos. En la actualidad pocas personas conocen las ediciones
antiguas de nuestro primer periódico. Llegó a tener la "Gazeta" diez
y seis páginas y salía todos los lunes dando a sus suscriptores variada
lectura dur ante más de veinte años. Sábese que con frecuencia se
intrigaba por no pocas personas a efecto de que se suspendiera dicho
periódico, porque publicaba escritos teológicos, críticas contra la
oratoria sagrada, contra la enseñanza del latín y porque daba cabida
en sus columnas a ciertos trabajos literarios de hombres de ideas
avanzadas.
Don Ignacio Beteta, fundador de la segunda "Gazeta" es dis-
tinto de don Ignacio J acobo del mismo apellido, quien edit ó por su
cuenta la Aritmética de nuestro célebre matemático el Padre Padilla.
Don Ignacio Jacobo era el padre de don Ignacio y éste nació en 1757 y
murió en 1824; siendo así que su padre había editado la Aritmética
en 1732.
Don Ignacio J acobo era descendiente de don Ventura Arro-
yave y Beteta, quien, en compañía de otros dos hermanos llegó a
Guatemala en la misma barcada en que vino el Presidente y Capitán
General don Carlos Martín de Meneos, el cual trajo consigo a varios
españoles que fundaron familias en Guatemala. De los tres her-
manos Arroyaves y Betetas, venidos al país a mediados del siglo
XVII, uno se fué al Perú, donde fundó numerosa familia cuyos des-
cendientes aún existen. El otro, don Diego, se quedó en Gua-
so

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temala·, fundando la vasta familia Arroyave y Beteta de que todavía


quedan, por diversas ramas, numerosos representantes. El tercero
pa.s ó a México y de allí regresó más tarde a España. Un escritor
nos proporcionó el dato curioso de que este tercer hermano es el
abuelo de la célebre Teresa, la, heroí.n a del Canto a Teresa, de
Espronceda, que comienza:
"¿ por qué volvéis a la memoria mía
tristes recuerdos del placer perdido?"

La Real y Pontificia Universidad


de San Carlos de Guatemala
En la Nueva Guatemala el arte de la imprenta progresó aun-
que paulatinamente. Las imprentas pasaban a poder de nuevos
propietarios que traían del exterior elementos para ensancharlas.
Son innumerables las publicaciones hechas durante los primeros
• tiempos del siglo anterior,
El número de intelectuales iba siendo considerable y la mayor
parte de ellos hicieron imprimir sus obras sobre ciencias, artes, agri-
cultura, historia, comercio y multitud de opúsculos, memorias, cua-
• dernos de poesías, de epigramas, de odas y fábulas, todo de mérito
indiscutible, lo que daba crédito en el exterior no sólo a Guatemala,
sino a sus autores, entre los que figuran en primera línea : nuestro
primer Médico José Felipe Flores, José Antonio Córdova, el filósofo
• Mateo Morán, Escoto, el sabio Goicoechea, el Doctor Narciso Espa-
rragosa, Rayón, Padilla, el Canónigo Dighero, Larrazábal, los García,
Caceros, Carbonelli, Cicilia, el barcelonés Franchese, Lanuza, Tejada,
Pavón, Martínez y otros muchos que habían estudiado y servido
cátedras en el Seminario y en la Real y Pontificia Universidad de San
• Carlos y miembros del Ilustre Colegio de Abogados y de la A<tademia
de Derecho Teórico Práctico.
La Universidad prestó desde su fundación-el 6 de diciembre
de 1678-grandes servicios a la juventud, al quedar establecidas va-
rias cátedras a cargo de aventajados maestros, en su mayoría frailes.
Transcurrieron los años, y a medida que se imponían nuevos estudios,
íbanse aprovechando jóvenes que llegaron a alcanzar títulos hono-
ríficos, gracias a su dedicación e inteligencia.
En Guatemala fué una novedad inesperada el beneficio que
hiciera el sabio Goicoechea, introduciendo programas y obras de
• texto nuevas qÚe hicieron verdadera revolución escolar. Abrió
: cámpo extenso a la enseñanza ese varón extraordinario por su gran
talento e ilustración. Criollos ilustrados que habían sido alumnos

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de la Universidad sirvieron en ésta como Catedráticos y los más


famosos ocuparon puestos en la administración pública, no obstante
el desdén con que antes del 21 se veía a los nativos en Centro-
América.
A medida que los años pasaban y se iban difundiendo las
letras, eran numerosos los escritores, además se relegaban al olvido
libros de texto deficientes que estrechaban la inteligenci,a y se iban
cambiando por otros modernos.
La Universidad quedó sustituída el año de 1835 durante el
primer período presidencial del Doctor Mariano Gálvez, en Academia
de Estudios, y por último se le dió el nombre de Escuela de Derecho
y Notariado. Este centro de cultura, en las diversas épocas a que
nos hemos referido, fué semillero de inteligentísimos varones,
muchos de ellos cultivaron las letras, dejando la imprenta de producir
jaculatorias, novenas y catecismos para imprimir libros y periódicos.
José Cecilio del Valle al hablar de la Universidad de Gua-
tei:Íiala, afirmaba en el año de 1830 que "durante el primer siglo no
se enseñó en ella el Derecho Civil que regia sino el de los romanos,
que no tenía fuerza de ley; y si después se citaba el de Castilla, las
leyes de Roma eran sempre el texto principal y las de España el
accesorio. En Filosofía se enseñó, alterada por sus intérpretes, la
escolástica de Aristóteles. En Medicina, la que era propia de los
tiempos más obscuros sin que hubiera nunca clases de Ciencias
Naturales, ni de Ciencias Exactas, ni de Ciencias Económicas y mu-
cho menos de Ciencias Políticas. Fué únicamente en 1795 (ya en
la Nueva Guatemala) en adelante, es decir, veintiséis años antes de
nuestra independencia que la enseñanza en Guatemala se ·extendió
al estudio de la Filosofía, Química, Matemáticas y Ciencias Natu-
rales, debido a los esfuerzos de los sabios Flores y Goicoechea".
Iban pasando los tiempos de intensa fe religiosa y acercában-
se los de la duda: los enciclopedistas tenían que sustítuír a los
.teólogos rezagados y los grandes literatos ocuparían el puesto de las
medianías, de los empíricos; languidecía una sociedad timorata e
iban abriendo campo a otra que buscaba expansión; es verdad que
en la época de la colonia comenzaron los cimientos de nuevas ense-
ñanzas, con José Felipe Flores y Liendo y Goicoechea, los Cicilia,
Alvarez y otros; pero es innegable que comenzó la primavera del
pensamiento, después de 1821 con Barrundía, Pedro Molina, José
Cecilio del Valle, Larrazabal, Irisarri, Gálvez, Córdova y González, y
se llegó a la edad florida con Pepe Batres, los Diéguez, Marure,
Ubico, Fernando Cruz, José Antonio Salazar, Antonio Machado,
Falla, Batres Jáuregui, Domingo Estrada, Juan Fennin Aycinena,
Casanova y Estrada, los Valenzuela y Lorenzo Montúfar, el audaz
innovador que tantos laureles y espinas recogió en su paso por el
¡nundo.

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La Sociedad Económica
de Amigos del Pais
Los patriotas Jacobo de Villa Urrutia, Antonio García Redondo,
Fray José Antonio de Goicoechea, Félix Villegas, Caristeo, Carbonen,
Croker, Batres, Beltranena, Juarros, lbáñez, Chica, Rayón, Taboada,
Dighero, Larrave, Córdova, Manzaneque, González, Rosa, Ramfrez,
Vida!, Muñoz, Escoto y otros, iniciaron en agosto de 1795 la creación
de la Sociedad Económica y previo permiso del Rey Carlos IV, la
instalaron el 12 de diciembre de 1795, disolviéndola a los seis años
el citado monarca, por las intrigas y malos informes que de ella
diera el Secretario de Gracia y Justicia, don José Antonio Caballero.

\
En 1818 volvió a ser establecida, fomentando y protegiendo los
estudios de las ciencias, las letras, las artes, las industrias y los
diversos cultivos. Gozaba de rentas; tenía socios de distintas cate-
gorías y ellos elegían cada dos años, entre si, nueve para formar la
Junta Directiva.
Estableció Escuela de matemáticas, clases de dibujo, pintura,
modelación y grabado.
Organizaba exposiciones premiando las mejores obras. El
7 de enero de 1866, instaló el Museo Nacional, e hizo traer de Italia.
un artista encomendándole la Academia de Pintura.
La Sociedad Económica fué clausurada en la época de! Gober-
nante Gral. J. Rufino Barrios, al ser creado el Ministerio de Fomento.
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El Grabado en Guatemala
El 6 de marzo de 1797 la Sociedad Económica fundó bajo la
dirección de don Pedro Gard-Aguirr e, como ya digimos anterior-
mente, una Escuela de dibujo hasta el año de 1808. Ese centro de
cultura tuvo aventajados discípulos que con el tiempo llegaron a
conquistar el título de artistas, como el miniaturista Cabrera, el gra•
bador Casildo España y otros,

f:1 trabado tn Gu<1temal~ en 1808.

·En 1801, primer año del siglo diez y nueve, el Cuerpo 'Directivo
de la Escuela organizó una exposición de bellas artes, la primera que
se realizara en el país con general beneplácito. Muchas y hermo-
sas obras pudo admirar el público en el certamen, como retratos
pintados al óleo, estatutas de madera, bustos, mediorelieves, meda-
llones en yeso y otros trabajos de mérito,
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107dD200 12/02/202114:21
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Casildo España presentó u na lámina grabada en dulce, con


una inscripción dedicada al M onarca español Carlos IV, •
Varios grabados, los de Garci-Aguirre y Casildo España (año
de 1789), fueron los primeros que en Guatem.da se hicieron con el
propósito de ilustrar libros,
España era laborioso operario de la Casa de Moneda.
El miniaturista Cabrera, famoso en la América Central, nació
en Guatemala, el_18 de septiembre de 1780. A la edad de 14 años
com enzó su aprendizaje en el ramo de grabado de la Casa de Mone-
da, siendo su maestro el señor Garci-Aguirre. Por sus artísticos
trabajos que mucho llamaron la atención del público, la Sociedad
Económica le concedió un premio consistente en una medalla de
oro, por una primorosa miniatura, pintada sobre marfil, de la Reina
María: Luisa. Cabrera no había cumplido entonces veinte años.
Desde esa época comenzó el notable artista a dedicarse con todo
interés a esa clase de trabajos, para los cuales no tuvo rival en
Centro América.

La Intelectualidad
en el Siglo XIX
Entre los que ecribieron en la "Gaceta" con notable buen éxito,
en la Nueva Guatemala, debemos mencionar a Simón Bergaño y
Villegas; en las postrimerías de su vida sufrió mucho, moral y física-
mente, a causa de haberse enfermado de parálisis. En 1808 aún
vivía el escritor que, a causa d e las ideas que exponía en sus artículos,
siendo muy joven, se le mandó formar causa por el Tribunal de la
Inquisición.
Debemos recordar a dos guatemaltecos olvidados: nos refe-
rimos a don Manuel y a don Andrés del Llano, varones que por su
ilustración merecieron ser electos Diputados suplentes a las Cortes
de Cádiz. El primero trabajó con aplauso general en el se;'°o de
dichas Cortes por la libertad de la imprenta y por otros avanzados
proyectos en favor de sus comitentes: su palabra elocuente ·resonó
en muchas ocasiones en el seno de aquella asamblea en la que figú-
raban hombres de valía. Formó parte entre los que redactaron el
"Diario de las Cortes", en sustitución de su hermano don Andrés, que
también demostró empeño muy marcado en pro de las enmiendas
presentadas en relación con los asuntos de América.

Doctor Antonio Larrazabal


Nació en la Antigua Guatemala, el 8 de agosto de 1767. Sus
padres fueron don Simón Larrazabal y Gálvez, Regidor perpetuo y
Correo mayor del r eino y doña Mariana Arrivillaga y Montúfar.
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Casildo España presentó u na lámina grabada en dulce, con


una inscripción dedicada al M onarca español Carlos IV, •
Varios grabados, los de Garci-Aguirre y Casildo España (año
de 1789), fueron los primeros que en Guatem.da se hicieron con el
propósito de ilustrar libros,
España era laborioso operario de la Casa de Moneda.
El miniaturista Cabrera, famoso en la América Central, nació
en Guatemala, el_18 de septiembre de 1780. A la edad de 14 años
com enzó su aprendizaje en el ramo de grabado de la Casa de Mone-
da, siendo su maestro el señor Garci-Aguirre. Por sus artísticos
trabajos que mucho llamaron la atención del público, la Sociedad
Económica le concedió un premio consistente en una medalla de
oro, por una primorosa miniatura, pintada sobre marfil, de la Reina
María: Luisa. Cabrera no había cumplido entonces veinte años.
Desde esa época comenzó el notable artista a dedicarse con todo
interés a esa clase de trabajos, para los cuales no tuvo rival en
Centro América.

La Intelectualidad
en el Siglo XIX
Entre los que ecribieron en la "Gaceta" con notable buen éxito,
en la Nueva Guatemala, debemos mencionar a Simón Bergaño y
Villegas; en las postrimerías de su vida sufrió mucho, moral y física-
mente, a causa de haberse enfermado de parálisis. En 1808 aún
vivía el escritor que, a causa d e las ideas que exponía en sus artículos,
siendo muy joven, se le mandó formar causa por el Tribunal de la
Inquisición.
Debemos recordar a dos guatemaltecos olvidados: nos refe-
rimos a don Manuel y a don Andrés del Llano, varones que por su
ilustración merecieron ser electos Diputados suplentes a las Cortes
de Cádiz. El primero trabajó con aplauso general en el se;'°o de
dichas Cortes por la libertad de la imprenta y por otros avanzados
proyectos en favor de sus comitentes: su palabra elocuente ·resonó
en muchas ocasiones en el seno de aquella asamblea en la que figú-
raban hombres de valía. Formó parte entre los que redactaron el
"Diario de las Cortes", en sustitución de su hermano don Andrés, que
también demostró empeño muy marcado en pro de las enmiendas
presentadas en relación con los asuntos de América.

Doctor Antonio Larrazabal


Nació en la Antigua Guatemala, el 8 de agosto de 1767. Sus
padres fueron don Simón Larrazabal y Gálvez, Regidor perpetuo y
Correo mayor del r eino y doña Mariana Arrivillaga y Montúfar.
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HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu...

Obtuvo el capelo y la borla de Doctor en Teología y Derecho Canó-


nico en la Pontificia Universidad de San Carlos, de la cual fué Rector
repetidas veces.
Al señor Larrazábal se debió la disposición del arreglo del
extenso archivo de la Curia metropolitana, tan rico en aquel entonces;
contaba con enorme cantidad de legajos que fueron clasificados y
catalogados con índice para el fácil manejo de ellos, labor en la que
empleó más de un año el ilustrado jurisconsulto don J osé Mariano
González,
Entre otros muchos trabajos notablemente bien escritos por
el señor Larrazábal, figura uno que se publicó en la imprenta de
¼évalo, intitulado "Apuntamientos sobre la agricultura y come:l'cio
en el Reino de Guatemala". Vió la luz pública esta interesante
publicación el año de 1811.
El señor Larrazábal falleció el primero de diciembre de 1853.

fray José Antonio


Lienda y Goicoechea
Se ha conceptuado a este centroamericano como al reformador
e introductor de nuevos y avanzados métodos en las ciencias. Vino
a mundo el 3 de mayo de 1735, en la ciudad de Cartago, provincia
de Costa Rica.
Dió a luz obras de indiscutible mérito y escribió composiciones
poéticas que lo hacen figurar entre los más notables chispeantes
poetas de su tiempo. Con algunos de sus amigos fundó la Sociedad
Económica, en cuyo seno dió ha conocer su fecunda ilustración.

fray Matías de Córdova


El 17 de octubre de 1828, en Chiapas, territorio nuestro, que
hoy forma parte de la República de México, cesó en el tráfico de
esta terrena vida, para tomar puesto en el número de los privilegiados
cuyo recuerdo perdura, cuya memoria no se extingue nunca, Fray
Matías de Córdova, el poeta clásico, a quien el genio otorgó el sagrado
beneficio de la inmortalidad.
Escribió para el uso de los estudiantes un Compendio de
Retórica que ha sido muy apreciado por hombres de reconocida
ilustración.
Es muy conocido y celebrado su poema-fábula "La tentativa
del león", la obra "Modo de leer con utilidad los autores antiguos de
elocuencia", impresa en la Imprenta de Beteta, en 1801; dejó, ade-
más, 16 diversos gruesos manuscritos que se perdieron el año
de 1829.
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HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu...

Obtuvo el capelo y la borla de Doctor en Teología y Derecho Canó-


nico en la Pontificia Universidad de San Carlos, de la cual fué Rector
repetidas veces.
Al señor Larrazábal se debió la disposición del arreglo del
extenso archivo de la Curia metropolitana, tan rico en aquel entonces;
contaba con enorme cantidad de legajos que fueron clasificados y
catalogados con índice para el fácil manejo de ellos, labor en la que
empleó más de un año el ilustrado jurisconsulto don J osé Mariano
González,
Entre otros muchos trabajos notablemente bien escritos por
el señor Larrazábal, figura uno que se publicó en la imprenta de
¼évalo, intitulado "Apuntamientos sobre la agricultura y come:l'cio
en el Reino de Guatemala". Vió la luz pública esta interesante
publicación el año de 1811.
El señor Larrazábal falleció el primero de diciembre de 1853.

fray José Antonio


Lienda y Goicoechea
Se ha conceptuado a este centroamericano como al reformador
e introductor de nuevos y avanzados métodos en las ciencias. Vino
a mundo el 3 de mayo de 1735, en la ciudad de Cartago, provincia
de Costa Rica.
Dió a luz obras de indiscutible mérito y escribió composiciones
poéticas que lo hacen figurar entre los más notables chispeantes
poetas de su tiempo. Con algunos de sus amigos fundó la Sociedad
Económica, en cuyo seno dió ha conocer su fecunda ilustración.

fray Matías de Córdova


El 17 de octubre de 1828, en Chiapas, territorio nuestro, que
hoy forma parte de la República de México, cesó en el tráfico de
esta terrena vida, para tomar puesto en el número de los privilegiados
cuyo recuerdo perdura, cuya memoria no se extingue nunca, Fray
Matías de Córdova, el poeta clásico, a quien el genio otorgó el sagrado
beneficio de la inmortalidad.
Escribió para el uso de los estudiantes un Compendio de
Retórica que ha sido muy apreciado por hombres de reconocida
ilustración.
Es muy conocido y celebrado su poema-fábula "La tentativa
del león", la obra "Modo de leer con utilidad los autores antiguos de
elocuencia", impresa en la Imprenta de Beteta, en 1801; dejó, ade-
más, 16 diversos gruesos manuscritos que se perdieron el año
de 1829.
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.,

Don Jacobo de Villa-Urrutia


Con el sabio Goícoechea y otros varones de reconocida ilus-
tración, el señor Vílla-Urrutía, que era un distinguido literato, fundó
la "Sociedad Económica de Guatemala" .
"La Revista" periódico de la "Sociedad Económica de Amigos
del P aís", publicó muchos de sus trabajos literarios escogidos, siendo
el primero el discurso que pronunciara en el seno de dicha corpo-
ración, el 16 de· diciembre de 1798.
Algunos de las escritos de Villa-Urrutia, llevan el pseudónimo
de Jaime V illa López.

Doctor José Bernardo Dighero·


Escribió extensamente sobre varías materias científicas y
opúsculos diversos, entre éstos hay uno, muy interesante, que da
instrucciones para realizar algunos cultivos.

José Venancio López


F iguró sin duda entre aquellos hombres que por sus virtudes,
sus méritos y ejemplos constituyen un capítulo imperecedero en la
historia de nuestra Patria.
Sus escritos sobre·varios temas, se distinguieron sobre todo,
por su pulcritud y corrección, luciendo también una soltura airosa y
agradable que nunca pasa en negligente desenfado.

La Alborada de nuestra
Independencia
Escritores imparciales y justos están- de acuerdo acerca de
que en el Reino de Guatemala, antes de 1821, no se pensaba, sino
por muy pocas personas, en la independencia de Centro-América,
Lo que había constantemente era camorra entre criollos y
peninsulares por los puestos públicos.
La mala práctica de repartir los empleos por dinero, como en
pública subasta, los vejámenes y abusos cometidos con los naturales,
la excesiva complacencia con tantos funcionarios de conciencia ancha,
fatuos y pretensíosos, que venían de España con la idea de adquirir
88

112 cle.200 12/02/2021 14:21


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Don Jacobo de Villa-Urrutia


Con el sabio Goícoechea y otros varones de reconocida ilus-
tración, el señor Vílla-Urrutía, que era un distinguido literato, fundó
la "Sociedad Económica de Guatemala" .
"La Revista" periódico de la "Sociedad Económica de Amigos
del P aís", publicó muchos de sus trabajos literarios escogidos, siendo
el primero el discurso que pronunciara en el seno de dicha corpo-
ración, el 16 de· diciembre de 1798.
Algunos de las escritos de Villa-Urrutia, llevan el pseudónimo
de Jaime V illa López.

Doctor José Bernardo Dighero·


Escribió extensamente sobre varías materias científicas y
opúsculos diversos, entre éstos hay uno, muy interesante, que da
instrucciones para realizar algunos cultivos.

José Venancio López


F iguró sin duda entre aquellos hombres que por sus virtudes,
sus méritos y ejemplos constituyen un capítulo imperecedero en la
historia de nuestra Patria.
Sus escritos sobre·varios temas, se distinguieron sobre todo,
por su pulcritud y corrección, luciendo también una soltura airosa y
agradable que nunca pasa en negligente desenfado.

La Alborada de nuestra
Independencia
Escritores imparciales y justos están- de acuerdo acerca de
que en el Reino de Guatemala, antes de 1821, no se pensaba, sino
por muy pocas personas, en la independencia de Centro-América,
Lo que había constantemente era camorra entre criollos y
peninsulares por los puestos públicos.
La mala práctica de repartir los empleos por dinero, como en
pública subasta, los vejámenes y abusos cometidos con los naturales,
la excesiva complacencia con tantos funcionarios de conciencia ancha,
fatuos y pretensíosos, que venían de España con la idea de adquirir
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Don Jacobo de Villa-Urrutia


Con el sabio Goícoechea y otros varones de reconocida ilus-
tración, el señor Vílla-Urrutía, que era un distinguido literato, fundó
la "Sociedad Económica de Guatemala" .
"La Revista" periódico de la "Sociedad Económica de Amigos
del P aís", publicó muchos de sus trabajos literarios escogidos, siendo
el primero el discurso que pronunciara en el seno de dicha corpo-
ración, el 16 de· diciembre de 1798.
Algunos de las escritos de Villa-Urrutia, llevan el pseudónimo
de Jaime V illa López.

Doctor José Bernardo Dighero·


Escribió extensamente sobre varías materias científicas y
opúsculos diversos, entre éstos hay uno, muy interesante, que da
instrucciones para realizar algunos cultivos.

José Venancio López


F iguró sin duda entre aquellos hombres que por sus virtudes,
sus méritos y ejemplos constituyen un capítulo imperecedero en la
historia de nuestra Patria.
Sus escritos sobre·varios temas, se distinguieron sobre todo,
por su pulcritud y corrección, luciendo también una soltura airosa y
agradable que nunca pasa en negligente desenfado.

La Alborada de nuestra
Independencia
Escritores imparciales y justos están- de acuerdo acerca de
que en el Reino de Guatemala, antes de 1821, no se pensaba, sino
por muy pocas personas, en la independencia de Centro-América,
Lo que había constantemente era camorra entre criollos y
peninsulares por los puestos públicos.
La mala práctica de repartir los empleos por dinero, como en
pública subasta, los vejámenes y abusos cometidos con los naturales,
la excesiva complacencia con tantos funcionarios de conciencia ancha,
fatuos y pretensíosos, que venían de España con la idea de adquirir
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Don Jacobo de Villa-Urrutia


Con el sabio Goícoechea y otros varones de reconocida ilus-
tración, el señor Vílla-Urrutía, que era un distinguido literato, fundó
la "Sociedad Económica de Guatemala" .
"La Revista" periódico de la "Sociedad Económica de Amigos
del P aís", publicó muchos de sus trabajos literarios escogidos, siendo
el primero el discurso que pronunciara en el seno de dicha corpo-
ración, el 16 de· diciembre de 1798.
Algunos de las escritos de Villa-Urrutia, llevan el pseudónimo
de Jaime V illa López.

Doctor José Bernardo Dighero·


Escribió extensamente sobre varías materias científicas y
opúsculos diversos, entre éstos hay uno, muy interesante, que da
instrucciones para realizar algunos cultivos.

José Venancio López


F iguró sin duda entre aquellos hombres que por sus virtudes,
sus méritos y ejemplos constituyen un capítulo imperecedero en la
historia de nuestra Patria.
Sus escritos sobre·varios temas, se distinguieron sobre todo,
por su pulcritud y corrección, luciendo también una soltura airosa y
agradable que nunca pasa en negligente desenfado.

La Alborada de nuestra
Independencia
Escritores imparciales y justos están- de acuerdo acerca de
que en el Reino de Guatemala, antes de 1821, no se pensaba, sino
por muy pocas personas, en la independencia de Centro-América,
Lo que había constantemente era camorra entre criollos y
peninsulares por los puestos públicos.
La mala práctica de repartir los empleos por dinero, como en
pública subasta, los vejámenes y abusos cometidos con los naturales,
la excesiva complacencia con tantos funcionarios de conciencia ancha,
fatuos y pretensíosos, que venían de España con la idea de adquirir
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11S cle.200 12/02/2021 14:21


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fortuna a todo trance, la costumbre de colocar en los cargos públicos


á una turba de parásitos sociales, de europeos advenedizos, sin posi-
ción y oficio bien definido, hablando constantemente de títulos de
nobleza, de pergaminos y de limpieza de sangre, en'orgulleciéndose
de figurar en los Ayuntamientos y soñando con la llegada de los
grandes días de fiesta con el propósito de lucir el galoneado unifor-
' mé, la casaca, el tricornio, la golilla y los encajes, por más que algunos
funcionarios con esos trajes aparecían ridículos y grotescos, todo eso
fué fatal ..
Ciertos gobernantes, desde la antigua capital, gozaron de pre-
rrogativas y privilegios y como eran mal educados e ignorantes,
tendían a actos tiránicos, vejando a los humildes. Infatuados por
su posición oficial, engreídos por el apoyo de protectores que tenían
en la Corte, trataban a todos con arrogante insolencia.
Al salir de sus casas de habitación se hacían acompañar de
alguaciles vestidos de negro y así, eran el blanco de las ávidas mira-
das de las gentes del pueblo, quienes creían que los tales represen-
tantes de la corona, soldadotes ignorantes, eran sus amos.
Los criollos no tenían ascensos altos en la milicia : los frailes
guatemaltecos eran postergados por los que venían del extranjero y
hasta los Arzobispos llegaban de distintas poblaciones de España,
bien blindados por recomendaciones de algunos de sus compatriotas
que gozaba del favor de los poderosos.
Todo esto produjo descontento muy intenso que no pasaba
de división y odio aún entre los hombres má.s ilustrados de la colonia,
entre las autoridades civiles y militares, los Prelados, los religiosos
y las familias "distinguidas" que veían con desdén a los criollos.
La arrogancia de ciertas personas sin ilustración y virtudes,
a quiénes se vió improvisar fortuna, arrancaba a los criollos cons-
tante protesta, llegando la irritación de éstos hasta el extremo de
designarlos con injuriosos apodos.
. El Conde de ~randa dijo un día en la Corte estas palabras:
"Si los americanos nos aborrecen, no me admira, según los hemos
tratado"; y decía la verdad aquel ilustre español.
Las ideas de emancipación y libertad habían invadido América,
despertada por las doctrinas del año de 1793 y estimulada por la
actitud de España, irguiéndose altiva contra Napoleón Bonaparte.
La chispa revolucionaria había comunicado el formidable incendio
en Chile, el Perú, Venezuela, Buenos Aires, Nueva Granada y Quito.
Un sacerdote patriota levantaba el estandarte en México,
haciendo popular la guerra y levantando el espíritu del pueblo por
todas partes.
Las noticias recibidas de las turbulencias que surgieron en la
América del Sur llegaban de tarde en tarde al reino de Guatemala
y enardecía el ánimo de algunos patriotas residentes en la capital; •
pero no pasaban de rápidos entusiasmos, tal era la amenazante actitud
de las autoridades, principalmente en la época de Bustamante.
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HillOlla d o la impl"1l1a ,111 G u • M • l • . _ . IOl 11.ciqos d o l a c o l o n ! , , h u. . . hllpt://www.dloc,com/u!OOOj~l/pf!nt?opdcmFlJJ"'

En ciertas poblaciones de la América Central se sucedían


algunas revueltas, es ·verdad; pero no con la idea de emancipación,
como equivocadamente se ha creído, hasta llegar a confu.n dir esos
bochinches con el primer grito de nuestra independencia, que se dió
el 15 de septiembre en la capital guatemalteca.
El movimiento de San Salvador en 1811 tendía a separar de
los empleos a los peninsulares. Se habló de que los criollos se
apoderarían de fusiles y dinero que no existían ni en cuarteles ni en
cajas reales. Se redujo todo a un toque de campanas, a efecto de
alarmar al vecindario: destituyeron al intendente Gutiérrez Ulloa,
y procedieron a organizar una junta gubernativa provision_al y se
oyeron vivas entusiastas a Fernando el Deseado.
El historiador Marure dice a este respecto: "Los del movi-
miento de 1811 al fin y al postre se llenaron de desaliento y abando-
naron la empresa, a la que habían dado principio invocando el nombre
de Fernando VII" , -
No se desconoció a la autoridad del Reino.
El Cura Delgado, necesario es decirlo, no obstante ser el alma
del movimiento, era partidario entusiasta del Rey Fernando. En la
tribuna sagrada, después de publicada la Constitución de Cádiz, con
motivo del cumpleaños del "Deseado", recomendó la "obediencia a
las autoridades legítimas, la sumisión a las disposiciones y la con-
fianza en el Gobierno", (El que dude de esta afirmación puede
leer el informe oficial del intendente Peinado).
En varios pueblos cuscatlecos cantaron la palinodia y termi-
naron por arrojar flores y tocaron instrumentos de música al paso
de las tropas que llegaron luego mandadas por el Superior Gobierno.
Un año más tarde,• el 24 de octubre de 1812, con motivo del
cumpleaños del Rey Fernando, en la iglesia principal de San Salva-
dor, hubo una solemne ceremonia religiosa en honor del Monarca,
Subió a la cátedra sagrada el Doctor Delgado y levantó su voz llena
de elocuencia, hasta arrancar aplausos de m11chísimos españoles •.
El movimiento de León se desarrolló en la mañana del 13 de
diciembre de 1811. En la calle real, cerca de Sutiaba, en los mo-
. mentos en que llegaba mucha gente del pueblo, de la fiesta de Santa
Lucía, se oyeron detonaciones de armas de fuego, seguidas de los
gritos de: "i Abajo los gachupines, abajo los chapetones! ¡Muera el
Teniente José Salvador!"
El bochinche iba tomando grandes proporciones y tres o cuatro
horas más tarde sé habían alzado todos los barrios de la ciudad contra
las autoridades españolas; la multitud recorrió las calles y no faltaron
los oradores populares. Encabezó el bochinche Fray Benito Mique-
lena. Moment()S después parlamentaron con el Obispo, con quien
se firmó un convenio de paz, asumiendo éste la góbernación de la
provincia: se dió libertad a los presos y se dictaron algunas otras
'disposiciones. En el acta levantada se hizo constar que todo se
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117 cle.200 12/02/202114:21


HillOlla d o la impl"1l1a ,111 G u • M • l • . _ . IOl 11.ciqos d o l a c o l o n ! , , h u. . .

había realizado con el "propósito de defender la sagrada religión


católica, r econocer la subordinación, obediencia y homenajes debi-
dos al Rey Fernando VII y demás potestades superiores".
En la Villa de Masaya quisieron unos cuantos pronunciarse
contra los peninsulares; pero éstos descubrieron el proyecto y captu-
raron al jefe criollo don José O'Horán, que había iniciado el movi-
miento; un plan sin pies ni cabeza, invocando desde luego el respeto
por el Rey don Fernando.
Con motivo de la conmoción popular en Granada, el pueblo
en masa e:tigió la destitución de los empleados españoles, lo que se
hizo inmediatamente.
El motín de la Villa de Nicaragua se llevó a cabo en la noche
del 23 de diciembre de 1811, tomando parte en él, todos los habi-
tantes de los barrios. Despojaron del bastón de mando al Alcalde,
pusieron en libertad a los presos, luego dirigióse el pueblo a la plaza,
en la que destituyeron a los empleados peninsulares; se admitieron
las peticiones de los amotinados a nombre del Rey y luego la multi-
tud se fué a un templo a oír cantar un Te Deum. Se acordó que
todos llevaran una divisa con las palabras de "Religión, Rey y Pa-
tria". Fíjese bien el lector que en todo lo que se hacía figuraba el
nombre del R e y .

En las llamadas juntas de Belén en Guatemala no se llegó a


nada efectivo; se redujo todo a reuniones, de lo que se deduce que
las tales tendencias tenían por fin la remoción de los chapetones de
los empleos locales.
El movimiento popula.r de 1814, en San Salvador, lo motivó
la prisión de dos Alcaldes de los barrios de dicha población y no tuvo
otro objeto que alcanzar la libertad de éstos.
Nunca se oyó una frase en contra del Rey de España; todos,
al hablar de Fernando VII, se quitaban respetuosamente el sombrero.
De lo anterior se infiere que los acontecimientos citados no
tuvieron otro fin que el de quitar empleos a los peninsulares. ·

Nuestra Emancipación Política


No hubo más grito de independencia que el que se dió el 15
de septiembre de 1821, en el Palacio Real de Guatemala,
Del poderoso elemento de la imprenta se valieron •los patrio-
tas aquí residentes a efecto de propagar en las poblaciones la idea
de emancipación. El número de intelectuales iba siendo conside-
rable: al calor del entusiasmo fundóse una Junta Patriótica en la
cual figuraban criollos ilustrados.
En el seno de esa sociedad se recibieron en más de una
ocasión cartas anónimas e injuriosas que se suponíari emanaban del
bando contrario. Entre los miembros de la sociedad surgió una idea
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HillOlla d o la impl"1l1a ,111 G u • M • l • . _ . IOl 11.ciqos d o l a c o l o n ! , , h u. . .

feliz: la de que se publicara un periódico semanal : algunos de los


presentes opinaron que el periódico iba a enardecer los animos en
aquellos días de febril agitación; otros más entusiastas y atrevidos
manifestaron que " debía realizarse el proyecto, porque así contarían
los criollos con un periódico, en el que podían externar sus ideas con
libertad, sucediera lo que sucediera". (Memorias de Eulalio
Samayoa).
Entonces apareció el primer número de "El Editor Constitu-
cional", el 21 de julio de 1820, redactado por el ilustre Doctor Molina,
con la brillante colaboración de muchos criollos ilustrados: la sección
de noticias estaba a cargo del Teniente don Manuel Montúfar.

Prócer Joú Ctcílio ael V•llt, rtdactor, ea 1820, de "El Amigo de 1-11 P11tria''

Hubo necesidad, para defender la causa de los españolistas, de


que se publicara otro periódico y el 16 d e octubre del mismo año
aparecía "El Amigo de la Patria", redactado por José Cecilio del
Valle. Algunos escritos de este hábil literato combatían al Doctor
Molina. Es indudable que esta última publicación estaba brillan-
temente bien escrita, como la primera de que ya hicimos mención.
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115' cle.200 12/02/2021 14:21


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Del Valle, durante la administración de Bustamaµte, . sirvió


el cargo de Fiscal en la causa seguida contra los granadinos del
partido independiente y simpatizaba con los del bando españolista.
El Doctor Molina, por el contrario, junto con José F rancisco
Barrundia combatían, llenos de entereza, a los peninsulare s, formán-
dose luego dos bandos rivales. •
El estilo que dominaba en los diferentes artículos de la prensa
era lleno de erudición, de cultura y novedad, haciéndose vehemente
y sugestivo cuando se abordaban l,os asuntos políticos del día. La
imprenta, como era natural, tomaba ensanche poderoso a la par de
la política. Los dos periódicos eran leídos con avidez, popularizán-
dose en las provincias, siendo mejor acogido por el pueblo " E l Editor
Constitucional".
Desde el primero de septiembre de 1821 las publicaciones
políticas se hicieran abundantes en la ciudad, llamando la atención
una muy atrevida de don Basilio Porras.
Las Memorias de don Eulalia Samayoa dan cuenta de una
tertulia que hubo' en casa de don José Mariano Calderón. Cuéntase
que don Gabino Gaínza, se comproineti6 a convocar a una junta
solemne que tendría verificativo en el Palacio R eal. Don Mariano
de Aycinena aplaudió la actitud del Capitán General ; pero la repro-
chó enérgicamente, tachándola de desleal, don Juan Bautista Mar-
ticorena. Don Gabino llamó aparte a este personaje y le manifestó
que "la tal independencia no se verificaría porque el pueblo de
Guatemala no la aceptaba y que no había peligro en la junta pro-
yectada, toda vez que los funcionarios públicos vivían satisfechos y
aprovechados", Marticorena dió a conocer marcado disgusto, di-
ciendo que se trat.a b\l de jugar con fuego, broma muy peligrosa, y
ya no se habló más del asunto esa noche.
El 14 de septiembre por la mañana circuló la invitación de
Gaínza, recomendando la asistencia a la junta del 15 a las ocho de
la mañana. Uno de los que más influyeron en el ánimo del Capitán
General a que se decidiera a convocar la reunión fué el muy ilustre
señor Tesorero Doctor don José Valdés, individuo de la Diputación
Provincial y representante en ella por Sololá y Chimaltenango; sin
embargo, su nombre está olvidado, como estuvo mucho tiempo el de
don Basilio Porras, a quien -hace debida justicia el prócer Pedro
Molina, autor de interesantísimas publicaciones que editó en su
imprenta.
Don Gabino sabia .de la actividad desplegada por los patriotas
José Francisco Barrundia, Pedro Molina, Aycinena y Córdova, ha-
ciendo propaganda ·en favor de la reunión del 15 ; pero no contaba
.con lo que proyectara doña Dolores Bedoya de Molína.
• · Después. de una noche lluviosa el sol de aquella fecha alum-
bró espléndido.
La mayoría de los invitados llegaban a Palacio sin darse
cuenta de lo que iban a hacer. La sesión se abrió; fué el primero en
hablar el Ilustre Ca nónigo Castilla, siguiendo otros; las frases elo-
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cuentes del sabio Valle las ahogaron los gritos no de la muchedum-


bre, como aseguran varios escritores, sino de cerca de 70 sujetos
llevados de los barrios por Barrundia y Molina, estacionándolos bajo
el Portal del Palacio; del Valle continuaba en el uso de la palabra y
exasperados los patriotas comenzaron a hacer manifestaciones hos-
tiles que no pasaron de silbidos.
Ciertos sujetos de la junta manifestaban alguna inquietud y
desagrado, excepto el Arzobispo Fray Ramón Casaus y Torres que
.mostrábase impasible, sin perder una frase de las que pronunciaran
los distintos oradores.
La actitud de Mariano O,álvez y del Padre Delgado en eso~
momentos fué franca y bríllantemente sostenida en favor de la
emancipac,on. El debate se iba exaltando a cada instante y en el
momento en que hablaba lleno de. ardor patriótico el prócer Miguel
Larreinaga, combatiendo a los "gazistas" que apoyaban a Valle, se
oyó una detonación formidable y luego otra y otra, hasta contarse
seis. Las detonaciones sacudían 1os vidrios de las ventanas del salón
de· recepciones y a no pocos personajes de la junta se les vió por un
instante la faz lívida, cadavérica, tal era el pánico que les embargara.
La idea de la independencia triunfaba y en un instante de
patriótica exaltación y entusiasmo, Valle se ofreció a redactar el
. acta que todos conocemos. Se ha asegurado que dos o tres inde-
' pendientes tuvieron la idea de que el prócer Miguel Larreinaga fuera
1 el que debía redactar ;,.que! documento.
Bajo el Portal del Gobierno se oyeron repetidas veces las
arengas de Barrundia.
¿ Qué había pasado en la plaza?
Frente a un "cajón" o venta de mercaderías, se hallaba doña
Dolotes Bedoya de Molina: tuvo esta dama la feliz inspiración de
llevar a la plaza una orquesta, varias "cámaras,, y unos cuantos
cohetes con objeto de iniciar fiesta, atrayendo a la gente: don Basilio
. Porras , nervioso desde hacía varios instantes, encendió la mecha de
las "cámara~" sembrando las detonaciones el miedo entre los del
partido opositor, creyendo que había surgido la revolución.
Hubo un incidente del que nada dicen nuestros historiadores :
la renuencia que por varios instantes.opuso Gaínza a firmar el acta
escrita por Valle, estableciéndose enojosa discusión entre el Capitán
General y don Mariano Beltranena, hasta el extremo de que éste
profiriera frases muy duras contra Gaínza.
Una vez más don Gabino mostrábase indeciso.
Mientras tanto, agentes activos de los señores Aycinena visi-
taban los cuarteles obsequiando dinero a los soldados.
En la noche del 14 hubo una reunión en casa del Doctor don
Antonio García Redondo, Deán y Presidente del Capítulo Metropo-
litano de la Catedral, y la asistencia de los prebendados, con el
propósito de elegir a las personas que debían representar al Capítulo
en la junta del siguiente día en el Palacio, por invitación que dirigiera
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el Capitán General. Después de br eve deliberación quedaron nom•


brados el Deán Doctor García R edondo y el Doctor y Conónigo don
José María Castilla,
Los invitados asistieron a la junta del 15, con los trajes que
usaban cada una de las personas que ejercían autoridad. Fué el
primero en hablar como ya digimos, el Canónigo Castilla; sus pala-
bras manifestáronse llenas de arrebat adora elocuencia: desde esos
momentos Gaínza dió muestras visibles de contrariedad viendo el
camino desfavorable que tomaban las cosas en contra de· los del
bando españolista.
Al llegar la· discusión a cierto grado de acaloramiento algunos
sujetos pusilánimes de los que estaban presentes quisieron ausen-
tarse del recinto y evitar compromisos.
El acto finalizó después de las once de la mañana, encami-
nándose don Gabino a su domicilio dando muestras de disgusto,
Llama la atención que el _d ía 15, no obstante haber sido invi-
tadas y haber asistido tantas personas a la citada junta, solamente
hayan firmado el acta redactada por Valle, los siguientes: Gabino
Gaínza, Mariano de Beltranena, J osé Mariano Calderón, José Matias
Delgado, Manuel Antonio Molina, Maríano de Larrave, Antonio de
Rivera, José Antonio de Larrave, Isidoro del Valle y Castrillones,
M ariano de Aycinena y Pedro de Arroyave. Como Secretarios fir-
maron Lorenzo de Romaña y Domingo D iéguez.
Don Gabino-cuya historia conocemos-que era de pocos
alcances, solapado y amigo de sus conveniencias, se enredó en sus
propios hilos.
Cuatro días después de promulgada la Independencia, el
Capítulo recomendó al Deán que hablara con el Arzobispo Fray
Ramón Casaus y Torres, r especto si se omitía el nombre del Rey
de España en la "colecta" de la misa, y el Prelado contestó estas
palabras : "Si Dios Nuestro Señor quiso que se hiciese la .procla-
mación de la Independencia pedida en Guatemala, es indudable que
hay que suprimir el nombre del Monarca, a quien hemos sido fieles
hasta el último instante" ,
Esta es la verdad de los acontecimientos del día 15 de sep•
tiembre de 1821. •
Las .guerras intestinas destruyeron nuestros archivos, afortu-
nadamente se ha logrado por personas cuidadosas recoger documen-
tos que aclaran muchos puntos obscuros de nuestra historia.

Las Imprentas en las


Colonias Hispanas
La primera imprenta que tuvimos en Guatemala, como ya
dijimos, vino de M éxico, cuando la capital azteca tenía varios cen-
tros tipográficos, acreditados, gracias a las negociaciones del primer
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122dD200 12/02/2021 14:21


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Virrey, don Antonio de Mendoza, a iniciativa· de Fray ·J uan de


Zumárraga. El primer tipógrafo y periodista que llegó a la capital
mexicana fué Juan Pablos, luego arribaron a .l a misma ciudad los
impresores Antonio de Espinosa, Diego López de Dávalos, Pedro
Ocharte, Pedro Balli y otros. . .
Un periódico mexicano, publicado a fines del primer tercio
del siglo XVI, da la noticia de un fuerte temblor que hubo en
Guatemala.
La imprenta fué establecida en las colonias hispanas, en el
orden que sigue:
México, 1537-1538 ; Perú, 1582; Santo Domingo, 1600; Gua-
temala, 1660; Paraguay, 1705; Cuba, 1707; Colombia, 1738; Chile,
1749; Ecuador, 1760; Córdoba de Tucumán, 1766; Buenos Aires,
.1780.
La imprenta en El Salvador, según José David Rodríguez, fué
establecida el año de 1824, tercero de la independencia de Centro-
América, cuando la Junta del Gobierno adquirió un centro tipográfico
pequeño.

Desarrollo lento de las


Imprentas en Guatemala

Al ser trasladada la ciudad capital a este valle, después del


terremoto de Santa Marta, catástrofe que se deploró el 29 de julio
de 1773, las imprentas aquí establecidas no aventajaban en sus obras
a las que salieron de varios talleres de la capital antigua. Es verdad
que el formato de las carátulas de los libros y folletos no eran artís-
• ticos; pero esto debíase a la costumbre de p oner mu.::ha lectura a la
primera página.
A este propósito recordamos la leyenda de ],¡,. carátula de la
obra del jesuita Manuel Mariano Iturriaga, dedicada a la memoria
de la Reina doña María Bárbara de Portugal, las " Tristes endechas",
dedicadas al católico monarca don Fernando VI, impreso por don
Sebastián de Arévalo, el año de 1759. Dicha carátula tiene veintidós
renglones · muy unidos, en cuarto menor.
Al transcurrir un año de haber aparecido la obra citada, en
el mismo taller de don Sebastián, se daba mejor presentación a las
carátulas, notándose esmero en el formato de los marcos, aunque con
el defecto de la abundancia de las leyendas, como se puede observar
en la obra del dominico Fray Bias del Valle, intitulada "Symbólica
Oliva de Paz y Piedad, descripción del magnífico funeral en honor
a la dulce memoria del señor don Fernando VI, el Justo y el Pací-
fico", trabajo literario dedicado a "la C. M . del Alto M. P., señor don
• Carlos III el Sabio, Rey de España, Emperador de las Indias". Este
impreso lleva el año de 1760, y tiene· la lectura en ·cuarto menor.
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Las frases de adulación abundan en este impreso, como en


otros muchos, al tratarse de los reyes y reinas: las lisonjas subidas
de empalagosa miel, es un mal antiguo, una triste herencia de pasa-
dos tiempos.
De la misma imprenta salió, en 178S, la descripción de las
solemnes honras celebradas en Guatemala, en honor del Excelentí-
simo señor don Matias de Gálvez, ex Gobernador de este Reino.
El autor de ese trabajo fué el filósofo Fray José Antonio Liendo y
Goicoechea.
El año de 1789 la imprenta de don Ignacio Beteta, con nuevos
tipos y prensas le mayor extensión de las usadas con anterioridad,
publicaba obras voluminosas y de mérito ; varias de ellas tienen
láminas en negro, grabadas en acero, muy finas, aunque los dibujos
carecen de buen gusto. El grabador era el notable artista don Pedro
Garci-Aguirre.
Causó novedad en 1808 un folleto sobre "La Vacuna", con
primoroso grabado, debido al buril de don Francisco Cabrera.
Los talleres tipográficos de que hemos hablado con ante-
rioridad, instalados en la Nueva Guatemala, continuaron sin inte-
rrupción su labor : a medida que el tiempo transcurría iban pasando
a poder de otras personas que los ensanchaban con nuevos elemen-
tos : llevaron la supremacía, entre todos, el de Beteta y el de la familia
Arévalo.
A raíz de nuestra Independencia vieron la luz pública muchí-
simos impresos, siendo escasos los trabajos de fanfasía. Hay cará-
tulas de libros salidos de imprentas de segundo orden, en las que
se ven adornos formados con cuadratines de raya, empleando las
letras s y o mayúsculas y minúsculas.
A las leyendas de primera página se les daba forma de copa
o de cruz, colocando un renglóxi de letras negras, fuertes, gruesas y
redondas y Juego otro de letras delgadas y largas, sistema que oer•
duró muchos años .
En 1822 la aglomeración de viñetas en las carátulas de los
libros era de moda, lo mismo que las letras grandes, adornadas al
principio de la leyenda de los capítulos.
No es justo que el olvido caiga sobre los nombres de tipó-
grafos que se distinguieron a principios del siglo diez y nueve: obrero
inteligente fué Juan Antonio Aristondo, Director de la imprenta de
la viuda de Arévalo. •
Tuvo la imprenta de Beteta un tipógrafo hábil: Manuel López,
que falleció a la edad de cincuenta años, a causa de uná afección
pulmonar.
No menos hábil era Federico Alvarez, obrero que se .ufanaba
de haber trabajado en todas las imprentas de la capital, enseñando
a muchos jóvenes el arte de la imprenta.
En aquellos tiempos era reducido el número de obreros que
se dedicaban a trabajos tipográficos a causa de que,· durante uno
y dos años, a los jóvenes aprendices los ocupaban a ciertas· horas de1
91 H. de la I -1

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111,toda do la lmptuta ,111 Gu,......,. . . . lol ~ - do la colon!,, hu... hllpt:/twww~.com/a!OOOj~l/piint?opdcl!F1Jr

día en la distribución del tipo en las respectivas cajas y luego se les


hacía dar tinta con rodillo de mano al molde colocado en la prensa
de frasqueta, trabajo lento, fatigoso e interminable, por el que se les
daba, a la semana, diez o doce reales de plata, como gratificación.

Talleres Tipográficos
Establecidos en Guatemala
Imprenta de "La Uníón".-Surgió a principios del siglo diez y
nueve; de sus prensas salieron numerosos libros y periódicos. La
dirigía don Juan José de Arévalo. E l año de 1825 hubo en esta
capital dos imprentas con el nombre de "La Unión": la del señor
de Arévalo y la de don Anselmo España, esta última frente al templo
de Santa Rosa, donde se halla la Fotografía del español don José
García Sánchez.
El año de 1830 la primera de dichas tipografías llegó a alcan-
zar crédito por los tipos nuevos que, de tarde en tarde, hacía venir su
propietario, pidiéndolos al exteiror, y por el esmero con que eran
encuadernados los libros en un taller instalado en la misma im-
prenta. Contaba ésta con prensas de frasqueta traídas de Alemania.
Nos parece oportuno, ya que hemos mencionado el nombre
•del propietario de la Imprenta de "La Unión", recordar a tres inteli-
gentísimos maestros tipógrafos que estuvieron al frente de acredi-
tadas imprentas, días después de nuestra emancipación política;
los señores don Manuel, don Juan José y don Cayetano de Arévalo.
Imprenta Tormentaria.-Un folleto que contiene el drama en .
tres actos intitulado "El Coliseo", atribuído al prócer José Francisco
Barrundia, lo imprimieron en 1823, indudablemente en imprenta
clandestina, o en el taller con el nombre simulado de "Imprenta
Tormentaria".
Imprenta Mayor.-Antes del año de 1826 ya existía este esta-
blecimiento, instalado en la casa de Porras, contigua a la del Tabaco,
en la Séptima Avenida Sur. De esta imprenta salÍó en 1829 una
hoja suelta, firmada por "Unos guatemaltecos", en la que se colma
de bajas adulaciones a Francisco Morazán.
Imprenta Nueva.-EI año de 1824 establecieron en la Calle
de Capuchinas la "Imprenta Nueva", bajo la dirección de don Caye-
tano de Arévalo. Se imprimieron en dicha casa de labor muchos
opúsculos. Esta misma imprenta la dirigió más tarde, el año de
1829, don Juan José de Arévalo.
Imprenta de Lorenzana.-Imprimíó pequeños folletos, con
tipo fino y claro, en 1830, el taller de Lorenzana.
Imprenta Libre de los Muertos.-A nuestros lectores les cau-
sará extrañeza el nombre de esta imprenta ; así se llamaba la esta-
blecida en la Calle del Cuño, primero, y después en ·1a Calle de la
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Merced. Allí se imprimieron los "Diálogos de Don Anselmito Quirós


y Don Miguel de Eguizábal", el año de 1832. No nos ha sido posible
averiguar el por qué del nombre raro de esta imprenta. En archivos
particulares, como el de don Gilberto Valenzuela, hay unos cuantos
folletos impresos en el citado taller.
Imprenta del Gobíerno.-Jmprenta de la Academia de Estu-
dios.- Floreció el arte de la imprenta en la época del Jefe del Estado
Doctor Mariano Gálvez. Entre los varios centros tipográficos de
Guatemala, sobresalían el del Gobierno y el de la Academia de
Estudios (conocido también con el nombre de Imprenta Nueva de la
Academia de Ciencias). Las dos hallábanse a cargo del eminente
historiador y catedrático Alejandro M a rure.
Imprenta de Molína.- De la imprenta del Doctor Pedro Mo-
lina, situada en la 11' Avenida Sur y 10' Calle Oriente, salieron mu-
chísimas publicaciones.
Imprenta de "La Paz".-Alcanzó crédito en el país, desde
1841, la imprenta de "La Paz". Primero estuvo instalada en el
Palacio, final de la quinta Avenida ( edificio de la Comandancia de
Armas, en tiempos del General Justo Rufino ·Barrios), después en
la Calle de la Merced (Quinta Oriente) ; en seguida en la Calle de
Santa Rosa, luego en la Calle de Mercaderes (Octava Oriente), y el
año de 1864 en la Calle de Guadalupe, número 4. El año de 1849
esa imprenta hizo un tiro de ocho mil ejemplares de la Cartilla de
San Juan.
Creem·os oportuno consignar que a don José Gregorio Már-
quez se debió la fundación del " Boletín Oficial", del que se publi-
caron pocos números .
El Presidente don Mariano Rivera Paz fundó la "Gaceta de
Guatemala", por acuerdo de 24 de febrero de 1841. Desapareció
dicho periódico en junio de 1871.
Imprenta de La Universidad.-Con este nombre se conoció
un taller tipográfico, el año de 1840.
Imprenta del Ejércíto.-En la misma época dirigía la citada
imprenta don Francisco Téllez. ,
Imprenta Nueva del Gobíerno.-Don Apolinario España diri-
gió, en 1841 , la Imprenta del Gobierno. A la Tipografía de la Acade-
mia (época del Doctor Gá-!vez), unieron otra con elementos nuevos
pedidos a Francia, y la instalaron en el edificio del Consulado, Calle
de la Congregación. Después del señor España, sirvió el taller tipo-
gráfico don Francisco Téllez, en ·1845.
Imprenta de Marure.-Por este mismo tiempo figuraba en la
capital una imprenta del historiador Alejandro Marure.
Imprenta de España.-Tuvo imprenta propia el tipógrafo don
Apolinario España, el año de 1843. •
Imprenta de "La Aurora".-Taller tipográfico antiguo, foco
de trabajo y de .actividad. Le dió poderoso estímulo, en diferentes ·
épocas, el inteligentísimo e ilustrado guatemalteco don Javier Va-
lenzuela, notable corrector de pruebas. El taller perteneció algún
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tiempo al Gobierno. En 1848 volvió a poder del señor Valenzuela ,


lo reforzó con material tipográfico, instalándolo con el nombre de
"Imprenta Nueva de La Aurora" , en la Calle de la Providencia. De
sus prensas salieron diversidad de obras ligeras y periódicos como
"La Revista", semanario de la Sociedad Económica de Amigos del
País, del Estado de Guatemala, año de 1848.
. En 1878 publicó el taller la "La Historia de la Música Gua-
temalteca", desde la monarquía española, hasta fines del año de
1877, escrita por don José Sáenz Poggio, ciudadano guatemalteco que
fué muy entusiasta en su juventud por las bellas artes.
Imprenta de Samayoa.-.El año de 1847 don Basilio Samayoa,
hombre honrado y trabajador, que alcanzó larga vida, tuvo su taller.
Imprimía novenas y pequeños folletos.
Imprenta Nueva de Luna.-Otro centro de trabajo acreditado
llegó a ser, el año de 1849, el de don Luciano Luna: Estuvo insta-
lado en la Calle de Santa Rosa, número 9. Fué el primero que
adquirió prensa de pedal grande. Anteriormente sólo se conocían
las prensas de frasqueta, alemanas y otras, mejores que éstas, llama-
das " Washington",
En el taller de don Luciano Luna aprendieron el arte de la
imprenta algunos guatemaltecos cuyos nombres están olvidados y a
quienes dicho señor enseñó y protegió decididamente.
Entre los periódicos que allí se editaron se distingue el
"Museo de las Familias", en cuyas columnas aparecen artículos
literarios de mérito y poesías de autore~ nacionales.
En los cuartos que servían de almacenes, en la tipografía de
don Luciano, estaban aglomerados, junto a los libros de guatemalte-
cos ilustres, multitud de publicaciones, la mayor parte sobre asuntos
religiosos, mandadas imprimir por personas particulares.
Luna supo nutrir su inteligencia leyendo toda clase de obras.
Entre sus amigos, que los tenía en gran número, hablaba constan-
temente en favor del partido "fiebre" y sostenía con vigoroso es-
fuerzo sus ideas avanzadas, haciendo pública su admiración por los
principios que sostuviera durante su gobierno el Doctor Gálvez, del
que fué entusiasta admirador, a quien, en conversaciones particu-
lares, defendían con entusiasmo.
Su casa era el punto de reunión de algunos ciudadanos a
quienes apellidaban " fiebres" (liberales).
Cuando la conspiración contra el Gobierno y que llamaron
"Asonada de las bufandas", Luna con otros muchos guatemaltecos
fueron perseguidos: la casa del tipógrafo estuvo vigilada por los
perejiles (los gendarmes de ·aquel tiempo), durante quince días ; luego
entraron a ella y quemaron chile seco, para averiguar· si se habían
escondido en los tapancos.
Gracias al Doctor Elígío Baca, que les dió oportuno aviso de
que iban a ser capturados, pudieron ponerse en salvo,
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Con Luna se marcharon a El Salvador, don Mariano lrunga-


ray y otros guatemaltecos; y a Costa Rica, el Licenciado don Fran-
cisco Flores. A varios ciudadanos los confinaron al Petén y otros
estuvieron presos en esta. ciudad.
Estaba escrito que Luna y demás compañeros debían ser
perseguidos por la fatalidad: murieron en el patíbulo: Luna, Oyar-
zún, Irungaray y otros. Luis Beteta pudo salvarse, gracias a la
casualidad: era buscado por un camino en la frontera guatemalteca-
. salvadoreña, y él, incónscientemente, se dirigió por otra vía distinta,
debiéndose a ésto su salvación.
Los restos del señor Luna los trasladaron a Guatemala, el año .
de 1883.
Imprenta de Azmítia.-Era antiguo el taller tipográfico de
don José Azmitia, impresor que hizo venir de Norte-América, clichés
para cartelones de ferias de pueblos y para anuncios comerciales,
de teatro y funciones de acróbatas.
Imprenta de Chínchilla.- Muchas personas ignoran en qué
imprenta se hicieron varias hojas sueltas contra el Gobierno del
General don Vicente Cerna, y que, de tarde en tarde, las recogían los
transeuntes en las calles y plazas públicas de esta capital. Esos
impresos salían del taller de don José María Chinchilla, instalado
en una de las piezas interiores del sitio ·contiguo a la casa de Villa-
lobos, en la esquina de la 3' Avenida Sur y 10• Calle Poniente.
Chinchilla era uno de esos legionarios incondicionales que
ofrendan su vida en plena juventud.
Ofrecía sus recursos al necesitado y fué siempre entusiasta
por el liberalismo de su patria.
En compañia de su primo hermano don Mariano, trabajaba
de noche en las cajas y en la prensa de frasqueta que poseía, encar-
gándose de repartir las hojas un niño inteligente y atrevido, llamado
Félix Trejo.
A principios del mes de enero de 1870, don José María espe-
raba el tiempo oportuno de lanzar al público una hoja suelta en
favor de la revolución iniciada por el General don Serapio Cruz.
Pocos días habían pasado cuando el vecindario de esta ciudad
tuvo noticia del drama de Palencia.
Cruz había sucumbido.
Chinchilla y sus correligionarios se convencieron de aquella
triste y abrumadora realidad, al ver la cabeza del caudillo enviada
a esta capital.
Doña Fidelia Trejo de Chinchilla, temerosa de un cateo en
las habitaciones de su marido, quemó los impresos y trasladó la
imprenta a la casa de doña Anita Arce, entusiasta admiradora de los
liberales.
El 30 de junio de 1871 el ejército libertador de García Grana-
dos y Barrios, saludaban, desde las alturas de San Lucas, la bandera
de azul y blanco que iban a colocar en el Palacio Nacional de
Guatemala.
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Aquellos caudillos recogieron los fragmentos del partido libe-


ral que, dispersos; se encontraban, y que era necesario unir, para
entrar en combate.
Como era natural, en ese tiempo comenzaron las publicacio-
nes a rev_estir interés.
Imprenta de Luna, Sucesores,-En la imprenta de don Lucia-
no Luna, a la que se le habla dado el nombre de "Luna, Sucesores",
se hacían las impresiones oficiales.
Allí se editó "El Centro-Americano", algunas publicaciones
del Padre Godinez contra los jesuitas, el famoso periódico "El Chi-
chicaste" y muchos otros impresos.
Imprenta "El Crepúsculo".-El año 71 vino de San Francisco
California un industrial inteligente y progresista que allá conoció y
trató a don Delfino Sánchez. Nos referimos a don Ramiro Fernán-
dez. El instaló e hizo armar las prensas de la imprenta "El Cre-
púsculo", a cargo de Mr. de Savage.
Imprenta de Taracena.-Con el transcurso del tiempo la
imprenta que había sido del historiador don Alejandro Marure, con
nuevos elementos, pasó a poder de don Higinio Taracena, laborioso
industrial que viajó por Estados Unidos de Norte-América. En la
casa vieja de alero, esquin~ opuesta al templo del Carmen, publicó
el.señor Taracena el "Diario de Avisos".
Nueva Imprenta de La Paz.-Pasan los años y la imprenta
"La Paz", reorganizada al recibir el nombre de " Nueva Imprenta de
La Paz, de Taracena", compitió con otros establecimientos similares.
Al frente de ella hallábase un joven de grandes alientos y de fe en
el trabajo: don Pedro Arenales.
La Imprenta del Aguíla.-Pequeña, pero con buenos elemen-
tos que facilitaban los trabajos, era la de don Manuel del Aguila,
guatemalteco que no obstante haber tenido facilidad para escribir
en prosa, casi nunc~ lo hacía por temor a ·la crítica, entonces muy
zumbona en el país. No obstante esto, colaboró años más tarde
en el diario " La Bandera Nacional", de don Ramón Uriarte.
Imprenta de Abal.-Se hallaba situada en 1872, en dos piezas
en la Novena Avenida Norte. Era un taller deficiente y mal servido.
Su propietario, don Javier Abal, más se dedicó a servir en la milicia
del país, .que en la imprenta.
lmprent~ de Luna,-Estuvo algún tiempo situada en la misma
Novena Avenida Norte, cerca del templo de Santa Teresa. El taller
perteneció al inteligente tipógrafo don Juan Luna, quien pidió a
Estados Unidos de Norte-América, tipo y maquinaria nueva. De las
prensas salió "La América Central", redactada por José María Urru-
tia y Guzmán y Fernando Pineda. Urrutia y Guzmán fué tipógrafo,
escribía en prosa y en verso ; su nombre figura en la "Galería Poé-
tica Centroamericana", publicada por don Ramón Uriarte.
Pineda llegó a escribir con facilidad. De él son las "Memo-
rias de un amigo" , librito que·se vendió por entregas.
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Eran los primeros tiempos del gobernante Justo Rufino


Barrios.
Fué en esa época cuando salieron a la arena periodística dos
gladiadores: "El Civismo" y "El Fígaro". El primero, redactado por
un luchador temible: don Mariano Micheo, y el segundo, por don
Luis Valenzuela. Era éste un escritor ocurrentísimo. Sus adver-
sarios recibieron en pleno rostro el látigo de sus cóleras.
Se recuerda todavía, entre muchas personas, la polvareda que
levantó un artículo suyo, en el que criticaba ácremente la publicación
en un periódico, del ·siguiente aviso: •
"Se necesita un empleado inteligente ; prefiriéndose extran-
jero". Al leer este anuncio don Luis fulminó en su periódico true-
nos y centellas.
En la misma imprenta se publicaron: "La Discusión", de don
Ignacio Panamá; "El Imparcial", de don Víctor Estévez y de don
Darío Pinillos; y "El Siglo", de don Federico Redondo y Alvarez.
Esta Tipografía pasó a propiedad del Gobierno, y la enviaron a la
Antigu~ Guatemala.
ImprenJa de "El Avisador''.-Este pequeño taller tipográfico
tuvo una historia curiosa: personas audaces, entre ellas una o dos
damas de la sociedad de Guatemala, dieron y tomaron en _publicar
un periódico de reducidas dimensiones con objeto de censurar los
actos del gobernante Justo Rufino Barrios: compraron imprenta, la
establecieron en casa particular, y días después aparecía sigilosa-
mente "El Avisador". Las autoridades se pusieron en guardia des-
plegando asombrosa actividad para averiguar el origen del perió-
dico ; temerosas las personas interesadas en dicha publicación, la
suspendieron enterrando la imprenta en un sitio, bajo un árbol de
naranjo. El General Barrios supo quien había redactado "El
Avisador", pero no le dió importancia al asunto.
Imprenta de Padilla.-Fué en su tiempo, don Abraham Fer-
nández Padilla, uno de los impresores más notables del país.
Poseía antes de 1872, una bonita imprenta en la Novena Avenida Sur.
Imprenta de "El Comercio".-Estuvo el año de 1875 insta-
lada en la Calle de la Merced, Quinta Calle Oriente.
Imprenta de "El Horizonte".- El español don Gregorio
Martínez de la Rosa compró en 1875 la imprenta de don Abraham
Fernández Padilla, con el propósito de publicar el periódico sema-
nal "El Horizonte". El taller lo instaló el señor de la Rosa, primero
en la Séptima Avenida Sur, frente a la casa de José Cecilío del Valle
y más tarde, en 1881, en la Sexta Avenida Sur, cerca del jardín "La
Concordia". En esta imprenta se publicaron los folletos "Procese,
de Jesús" y "Vida de Jesús", por Renán; y "Los Cachivaches de
antaño", por Roberto Roberts.
Imprenta de Monasterio.-Estuvo instalada junto a la Sa-
cristía del templo de San José. Era su propietario don José María
Monasterio, quien la compró a don Juan Luna. Sucesivamente fue-
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ron propietarios de la impr enta los señores Escobar, don Victoriano


Caries y, por último, don Manuel Gutiérrez M., inteligente tipógrafo
que agregó esos materiales a su imprenta "El Esfuerzo".
Imprenta de Arévalo .-La abrió don Félix Arévalo, en la
Calle del Hospital, esquina de la Segunda Avenida, Editó dicho
señor el Almanaque de pliego.

Lic. Francisco Lnin6cst:1, propit'lllriO del cst;ibltcirnicoto tipogr:Uico "El 1>rogruo",


durnntt J:a :idministr;ición dtl Presidente Ctneral Ju,to Rufino 811.r,lo$,

Pertenecía don Félix a la famosa familia de los Arévalo, que


tanto se distinguieron en Guatemala, como buenos tipógrafos.
Tipografía "El Progreso" .-El General Justo Rufino Barrios
había entrado de lleno desde 1873 en la obra progresista de Gua-
temala, y es evidente que nuestra cultura científica y literaria
recibió impulso.
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No es nuestro ánimo hacer .una prolija enumeración de todo


lo que desde aquel año hasta 1892 se publicó en la imprenta "El
Progreso", porque cansaríamos a nuestros lectores que buscan el
breve resumen de los hechos más culminantes que han sucedido.
Baste decir que salieron de sus prensas profusión de libros de
texto, periódicos y folletos, fuera de las leyes emitidas durante el
Gobierno del General Barrios.
En 1873 apareció "El Guatemalteco", Diario Oficial que ha
llega:do al tomo CXV. Este periódico vino a sustituí.r al "Boletín
Oficial", fundado por el General Miguel García Granados y del
que sólo se publicaron cien números.
La Imprenta "El Progreso", dirigida por don Pedro Arenales
la· instalaron en la Octava Calle Poniente, número 11.
Don Pedro, que ya era jefe de numerosa familia, se vió en la
necesidad de separarse del puesto que desempeñaba y comunicó
al Licenciado don Francisco Lainfiesta su resolución. Entonces fué
llamado el tipógrafo don Abraham Fernández Padilla para sus 0

tituírlo.
El año de 1881 marca una época ~n Guatemala de verda-
dero adelanto en la imprenta. La Tipografía "El Progreso" la tras-
ladaron a su nuevo y elegante edificio en la Octava Calle Poniente,
. en el atrio que fué de la iglesia de la Escuela de Cristo o de San
Felipe Neri, templo que desapareció hace algunos años.
•En la Exposición Artística Industrial del año de 1882, certa-
men que se verificó en el Instituto Nacional Central de Varones,
figuraron trabajos de mérito enviados por la citada Tipografía,
saliendo premiados con medalla de oro y su respectivo diploma.
Sobresalían los cuadros del Censo levantado el año de 1880 por la
Dirección de Estadística, a cargo de don Salvador Valenzuela, a
quien se le confiaron los "Anales Estadísticos" y el movimiento de
población del año 1881.
A principios de 1883 la Tipografía recibió de Estados Unidos
de Norte -América, extenso surtido de filetes de distintos gruesos,
''bigotes", volanderas de metal, galeras y galerines de diversos tama-
ños, llaves y ramas de hierro para prensas de pedal y de cilindro
y muchos otros elementos modernos. Solamente números para los
cuadros de estadística habían veinticinco cajas altas y bajas en de-
partamento especial. En la Tipografía se fué proscribiendo años
más tarde el "estilo" antiguo al recibirse catálogos americanos que
daban en sus páginas variedad de modelos para títulos, carátulas
de libros, etc., etc.
Los viejos tipógrafos no querían separarse de sus acostum-
brad9s formatos, abandonados luego por jóvenes competentes, como
-
Evaristo González, Sebastián Castillo y Felipe Marroquín.
A los diversos tipos se les dió el nombre marcado en los catá-
logos y desaparecieron los de texto, atanasia, lectura, lecturita, nom-
parell, perla y diamante.
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Contábase con cuchillas o guillotinas, de diversos tamaños,


para cortar papel, máquinas rayadoras, numeradoras, prensas de
cilindro (de fábricas alemanas), prensas de pedal, prensas de cam-
paña, máquinas perforadoras, etc., etc. La Tipografía "El Progre-
so" fué la primera que tuvo en Guatemala caldera de vapor, sistema
Campbell y Cotrel, para mover las prensas y más tarde motor eléc-
trico,
Entre el considerable número de obras que se imprimieron
figura un librito en miniatura, con tipo llamado Perla, que contiene
la Constitución de 1879.
Ninguna imprenta en Centro-América tuvo movimie~to como
esa en un lapso de más de veinte años. Creció la actividad y el tra-
bajo cuando las imprentas "El Progreso", del señor Lainfiesta y la
de Arenales, formaron una sola con el nombre de "La Unión".
Lástima grande que la parte administrativa de la empresa
estuviera encomendada a personas que nada sabían de negocios y
menos de imprenta,.con excepción del señor Arenales y de don José
Víctor Sánchez. La administración de ese magnífico establecimien-
to en manos expertas y hábiles, habría sido un verdadero y cabal
negocio. • •
La Tipografía contaba con muchos tipógrafos entendidos;
pero en cambio en el personal administrativo había ineptitud. Des-
pués de don Abraham Fernández Padilla, la imprenta estuvo a •
cargo de don Maximiliano Mazariegos en 1885, luego la dirigió con
habilidad y éxito don José Víctor Sánchez. También fué Director
de la misma don Alfredo Quiñónez, que de algo entendería en su
vida, menos del arte de la imprenta.
En aquellos tiempos se recordaba con cariño a los tipógrafos
de mediados del siglo anterior, señores Pedro Sologaistoa, Manuel
Manrique, Pedro Alvarez, Ricardo Luna, Esteban Figueroa, Nicolás
Avelar, · Luis Farfán, Juan Miranda, Manuel Cabrejo, Antonio
Crocker, Alejandro y Pablo Ortiz. Estos impresores habían estu-
diado, unos en la Escuela de Belén, en la de Téllez, en el Tridentino,
otros en el Colegio de Infantes y en la Escuela de San José Calazans.
Eran e studiantes aprovechados de familias humildes que s.e atrevían
con frecuencia, en la imprenta, a corregir con perfección las faltas
de ortografía en que incurrían los escritores al trazar sus trabajos
al correr de la pluma.
Nunca en las imprentas de aquellos tiempos se admitía a
jóvenes que no hubieran pasado por centros de enseñanza durante
cinco o seis años: entraban de limpiadores de muebles, con obliga-
ción de barrer oficinas y talleres, ayudando en la faena al prensista,
dando tinta con rodillo a los moldes colocados sobre las "camas'
de las prensas de frasqueta, movían con un pie el pedal de las.pren-
sas pequeñas, distribuían el tipo al terminar la impresión de las
pág{nas de un libro o hacían otros oficios por el estilo. Ganaban
el primer mes una peseta e iban aumentando el salario, los dueños
de los talleres, a medida que el aprendiz trabajaba mejor.
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Hubo en tiempos anteriores cajistas notables, entre ellos poe-


tas, escritores e historiadores, como Juan Diéguez (El Muchachito),
fallecido en Corinto; Alejandro Marure, José María Urrutia y
Guzmán, Fernando Pineda y otros que comenzaron a hacer labor
intelectual sobre las cajas de tipo. Eran aquellas épocas en que la
juventud mostrábase ávida de saber, rebelándose contra la idea de
quedarse rezagada. •
De niño fué tipógrafo el General José María Reyna Barrios,
gobernante de Guatemala. Tuvo por maestro en Quezaltenango
al tipógrafo don Luis Gómez, •
Reanudando nuestro interrumpido relato sobre la Tipografía
"La Unión" (antes " El Progreso"), tenemos que agregar que en
1901 su propietario el Licenciado don Francisco Lainfiesta la vendió
al Gobierno, junto con la empresa del "Diario de Centro-América".
Entonces comenzaron las órdenes terminantes, dirigidas a la direc-
ción de dicho periódico para q~ fueran entregadas las imprentas a
determinadas personas para enviarlas a varios departamentos, prin•
cipalmente al ser fundadas las Escuelas Prácticas de Varones.
·Ciertos encargados del mismo periódico se creyeron autorizados
para disponer de elementos tipográficos y contribuyeron con su la-
bor antipatriótica a aniquilar el mejor centro tipográfico que tuviera
Guatemala.
No entraremos a calificar la conducta incorrecta que obser,
varon esos sujetos, extranjeros unos, negociando con los materiales
tipográficos, amparados por la complacencia que les dispensaron los
poderosos. La imprenta se hallaba instalada desde 1901 en el
edificio que perteneció a la Escuela de Ingeniería, en el ex Con-
vento de Santa Catalina, Tercera Avenida Norte y Quinta Calle
Poniente.
Imprenta del "Diario de Centro-América".-EI lunes dos de
agosto aparecía el primer número· de este Diario, fundado por don
Marco J. Kelly. _La imprenta ocupó habitaciones de la casa de
alero y de esquina de la Sexta Avenida Sur y Décima Calle, edificio
hoy restaurado donde se hallan las oficinas del Banco Internacional.
Dirigía la imprenta don Francisco Samayoa, primero, y don Maximi-
liano Mazariegos, después. Eran los cajistas don Antonio Morales
Lira, don Salvador González Sosa, don Cayetano García, don
Manuel Gutiérrez M., y otros, Años más tarde la empresa pasó
a poder del Licenciado Francisco Lainfiesta y el Diario salía de las
prensas de la Tipografía "El Progreso", primero, y más tarde, de las
de la Tipografía "La Unión". Al pasar la empresa en 1901 a propie-
dad del Gobierno, la manejaron sucesivamente los señores, Licen-
ciado Manuel Dardón (h.), Doctor Miguel Angel Navarro, Doctor
Ramón A. Salazar y Doctor Ricardo Contreras. •
Con nuevos materiales y magnífica prensa y linotipos, el
Licenciado don Virgilio Rodríguez Beteta levantó a grande altura la
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empresa del " Diario de Centro-América", en la Octava Calle Orien-


t e, número 3, desde el año de 1911 hasta 1920, el per iódico ha con-
tinuando hasta la presente fecha con distintos Dir ectores.
Im prenta de la Lotería. -Fué la misma llamada del Hospital.
La trasladaron a una habitación grande, bajo el portal de la M uni-
cipalidad y la d irigió don Mariano Spínola.

D on Mnrco J. Kdl y, fundador del "Oinrio dt Centro Amli!e11" )' de 1~ imprePI\I


del rni,mo nombre, ti :iño dt 1880.

Imprenta "El Comercio''.- AI separarse don Pedro Arenales


de la Tipografía "El Progreso" , el año de 1879, abrió la Imprenta
de sus propiedad el primero de enero de 1880, en la casa de esquina
de la Novena Calle Poniente, número 20.
A los pocos días el General Justo Rufino Barrios visitó el
taller tipográfico del ameritado maestro y le dirigió frases de
estímulo.
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Vamos a consagrar unos cuantos párrafos al que fué en vida


señor Arenales:
El 19 de agosto de 1918 el soplo de la muerte helaba la noble
frente antes iluminada por la abnegación, y una tumba se abria
para recibir en su seno misterioso al que, habiendo sido un heraldo
brillante del trabajo, era el más virtuoso, noble y delicado de los
hombres bajo el techo apacible del hogar.
Don Pedro Arenales nació de buena casa, de esas en que se
va bien cuando la honra está buscada, el deber cumplido y la con-
ciencia con Dios, Su señora madre doña Micaela Farelo de· Are•
nales, era una santa y le enseñó desde niño el amor al trabajo y el
respeto· a los hombres. Su padre, don Francisco Arenales, era de
aquellos hombres todo honor, todo honradez; lástima que al par
de otros ciudadanos inteligentes, haya vívido en su juventud sin
teatro, escaso siempre o nulo en paises nuevos.
Don Pedro Arenales nació el 7 de junio del año de 1842,
precisamente en los dias en que entró a ejercer el poder en Gua• •
temala don Mariano Rivera Paz, por renuncia que de ese elevado
puesto hiciera el ilustre don Venancio López.
Se dedicó a algunos estudios con éxito: habla entonces rica
míes y el campo estaba hermosÓ ; notables guatemaltecos enseña-
ban a la juventud, maestros que constituían toda una época de
esfuerzos por el adelanto.
El joven Arenales creció pronto en provecho y en espíritu
con uno como el suyo tan aventajado, profesores tan hábiles y
ejemplos tan dignos. Eran muy buenos aquellos tiempos y muchí-
simos de sus hombres también: la honra escudo, la glori'a estímulo,
los hábitos honestos , las letras gala, flores que después frtictifica-
ron para bien de Guatemala.
A la edad de catorce años el joven Arenales comenzó a tra-
bajar en la imprenta del Gobierno, establecimiento dirigido por d·on
Higinio Taracena. ¿ Se acuerdan nuestros lectores de ese aprecia-
bilísimo anciano? Fué figura muy simpática, en lo personal y en
lo social, tuvo felices iniciativas y como colaborador en · talleres
tipográficos pocos le aventajaban; llegó a ser propietario de la
Imprenta de · Marure; después del viaje que hizo a Norte-América,
en 1872, publicó en esta capital, dura.n te varios años, el " Diario de
Avisos", de circulación gratuita. Con el señor Taracena trabajó el
joven Arenales, y después en la Imprenta de Luna, la primera que
tuvo prensas de pedal en Guatemala, allí se editó el "Museo de las
Familias", tan popular en aquel entonces; en seguida pasó el joven
Arenales a la Imprenta "La Paz" . Quince años de edad había
cumplido cuando invadió el pais el cólera morbus, en junio de 1857:
de esa calamidad refería don Pedro diversidad de pormenores. '
• El año ·de 1876 casó don Pedro Arenales con la señorita
Paula lriondo, perteneciente a estimable familia, habiendo sido esta
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1dama muy agraciada; si hay seres humanos parecidos a un ángel,


¡doña Paula lo era. El destino fatal la llevó prematuramente al sepul•
!ero, así como a sus hijos María y José, quedando únicamente Juan.
En 1874 don Pedro contraío segundas nupcias con la señorita
Jesús Iriondo, he.r mana de su primera esposa. Fruto de este ma•
trimonio fue'ron José y Julia, Mercedes, Carmen, Pedro, Aleíandro,
Isabel y ~lfonso; los dos primeros fallecieron cuando aún estaban
en la primavera de su vida.
El señor Arenales estuvo al frente de la Tipog,afía "El Pro•
· greso" instalada en la Octava Calle Poniente, nút¡1ero 11, hasta el
! año de 1879, estableciendo luego la imprenta de su propiedad
que llevó el nombre de "El Comercio".
Al poco tiempo llegó a ser su firma una de las más acredi•
tadas en la banca y el comercio .
Varias de las imprentas establecidas en Guatemala editaban
,almanaques. Sobresalió hace muchos años "El Calendario de Aré•
valo". Contenía tan útil publicación, datos estadísticos; narrado•
nes históricas, -poesías, novelas cortas, fábulas, máximas y bufo•
1 nadas, como entonces se les decía a los chascarrillos. Son abun•
dantes los trabaíos literarios que se publicaron en el citado "Alma•
naque", trabajos de ilustrados g,;atemaltecos cuyos nombres están
casi olvidados y que mucha honra dieron a la patria.
La Tipografía "El Progreso" editaba su Calendario ; los ad-
ministradores de este famoso centro tipográfico nunca se preocu•
paron de darle amenidad e interés. Lo dejaban, año con año, al cuí•
dado de don Teodoro Hercheu, cuya principal labor consistía en el
formato de estilo antiguo. Apenas dieron barniz a las páginas del
Calendario de la Tipografía "El Progreso" las poesías de Enrique
Pezado y Seguro, de Pedro Castillo y Cardona, de Juan Francisco
Rodríguez Méndez y de Francisco González Campo. Figuraban
en dicha Tipografía íóvenes inteligentes, de alientos y de alguna
ilustración que desearon romper anticuados moldes ; pero a ésto se
opuso a cada momento la voluntad de los egoístas y las preferencias
de los administradores de la Empresa. Estos se oponían a cada
innovación.
Colaboradores asiduos de los Calendarios que se publicaban
·hace más de treinta años fueron la señorita Jesús Laparra y su
hermana doña Vicenta Laparra de la Cerda. La primera siempre se
manifestó una poetisa mística, de honda ternura y sentimiento: la
segunda representaba en poesía una época muerta en la historia
literaria; pero las circunstancias tristes de su vida no le permitieron
salirse del círculo romántico en cuya Escuela se había educado,
e inspirada por aquella poesía triste en que se lloró y cantó a princi•
píos del siglo XIX, lo que entonces se llamaba "el mal de amor",
ella lloró y cantó el de su propio pecho y todas las desventuras,que
hado fatal le brindó, como premio a sus talentos y virtudes.
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111,toda do la lmptuta ,111 Gu,......,. . . . lol ~ - do la colon!,, hu... hllpt:/twww~.com/a!OOOj~l/piint?opdcl!F1Jr

El "Calendario de Arenales" tuvo desde el principio buena


aceptación: en sus páginas, desde 1881, apar ecieron estudios sobre
ciencias y artes, descripciones breves de catástrofes, máximas mora-
les, cuentos· populares y notas curiosas.
El "Almanaque de la Tipografía "El Progreso" desapareció,
siendo el del señor Arenales el que vino a reemplazarle con ventaja.
Transcurridos seis o siete años de la fundación de la Impren-
t a "El Comercio" formó don Pedro Arenales, sociedad con don
Francisco Lainfiesta, recibiendo la imprenta el nombre de "La
Unión".
Las excelentes prendas personales del señor Ar enales y el
prestigio cimentado en sus largos años de actuación característica
en el ramo tipográfico, fueron aliciente para que la empresa "La
Unión " floreciera. Desde entonces en donde quiera que se
necesitaba el concurso de hombres de corazón para aliviar al desva-
lido, socorrer al necesitado o hacer . cualquier obra humanitaria y
social, se encontraba al señor Arenales; los tipógrafos recibieron
de él r epetidos beneficios .y en lo particular la empresa de la Tipo-
grafía Sánchez & de Guise, debe a su apoyo noble y generoso el
haber podido establecerse el año de 1893.
Actuó con patriotismo como ·Alcalde Primero de la Munici-
palidad de la·capital, fué miembro del Comité que hizo crear el gober-
nante General José María Reyna Barrios para hacer el cobro en
oro de una parte de los derechos de importación; integró el Comité
del Agua de Acatán, con los señores don Francisco Valdés Mont y
don Miguel Gómez, lo eligieron en diversas ocasiones miembro de
la Directiva de la Sociedad de Auxilios Mutuos del Comercio; estuvo
al frente de la Junta fundadora del Banco de Guatemala, y lo reco-
nocían como D ecano del simpático e inteligente gremio de tipó-
grafos de la capital de la República.
No militó en ningún bando político, a pesar de esto, no falta-
ron algunos de sus compatriotas que lo tildaran de conservador.
Tuvo el aprecio, no sólo de los hombres más connotados del
país, sino también de las gentes humildes a quienes él prodigó pro-
tección, cariños y consuelos: dotado de un corazón generoso, en el
que sólo t uvieron cabida lqs nobles afectos, era el primero que
se acercaba donde sólo había lágrimas que enjugar y tristezas que
necesitaban de consuelos.
¡ Quién había de decirnos que hombre de virtudes tantas iba
a encontrar una muerte tan cruel como la que tuvo! Tal es la mis-
teriosa ley de la vida humana!
Su cuerpo exánime se posó en el lecho del dolor, dolor sin
nombre, que lo tuvo ·entre la vida y la muerte: en esa ansiedad y en
penosa angustia transcurrieron las horas, hasta que füeron ago-
tados los recursos del afecto más intenso y los de la ciencia. Jamás
se borrará de nuestra memoria la furtiva lágrima que se desprendió
de los ojos del moribundo: la habitación estaba débilmente bañada
por la luz de la ma.ñ ana. Nada turbaba el silencioso recogimiento
111

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de los personajes que componían la triste escena. El espíritu de


la muerte cernía sus invisibles alas entre la atmósfera del aposento,
mientras que la sublime idea de la eternidad pesaba. en la. concien-
cia de cuantos en él nos ha.liábamos. Un ligero movimiento del
paciente indicó su despedida del mundo para volar a. la región
donde jamás suena. la hora. de la caducidad. La infausta nueva del
fallecimiento discurrió de uno a otro extremo de la capital con suma
celeridad, como acontece con todo hecho trascendental que afecta,
a la sociedad entera. Sobre el ánimo público sorprendido y con-
turbado, gravitó el peso del dolor ocasionado por el terrible estrago
de la muerte del $eñor Arenales.
Inmensa multitud siguió su féretro. Si la~ simpatías, el
dolor, los homenajes, los recuerdos afectuosos comunicados de unos
a otros, en voz baja, hubiesen podido estallar y formularse, jamás
hubiera resonado en torno de un ataud más unánime alabanza,
ovación más solemne y afect!'osa.
La palma depositada sobre el mármol de su sepulcro, se
enlaHr á sobre su nombre como una corona de inmortalidad.
lm¡,renta del Instituto de Varones.-E1 año de 1883 poseyó
imprenta el Instituto, dirigida en esa. época por el Doctor don Santos
Toruño. Se imprimió allí el ¡,eriódico " I nstituto Nacional", con
pésimos grabados sobre madera, hechos por los alumllos. • •
' Imprenta de la Campaña de La Unión.-Con el Ejército Unio-
nista al mando del Jefe Supremo del Ejército, General Justo Ru-
fino Barrios, el Licenciado Francisco Lainfiesta envió una imprenta
de campaña a cargo de los tipógrafos don Matías Figueredo, don
Francisco Samayoa ·y don José Maria Larra.ve. Después del desas-
tre de Chalchuapa, la imprenta la defaron en Yupiltepeque. Fué
imposible recogerla a causa de las dificultades de transporte en los
días que se siguieron a la muerte del caudillo unionista.
lmpre·nta de "El Renacimiento".-Estuvo instalada en la
Octava Avenida Sur, cerca de la iglesia del Carmen. Se publicó en
ese taller el periódico de partido que llevó el nombre de "El Re-
nacimiento". •
Imprenta del Pensamiento Católico.- Al quedar extinguido
el. periódico "El Horizonte", compró los materiales tipográficos el
Presbítero Daniel Valdés, el filósofo, con objeto de redactar el perió-
dico intitulado "El Pensamiento Católico". Dirigió esta imprenta,
primero, don Justiniano Dávila y luego don José María Monasterio.
• Imprenta La Voz Pública.-En el año de 1886 hubo una
im prenta con este· nombre donde se publicó un periódico redactado
por el .Licenciado don Agustín Meneos Franco. Un artículo censu-
rando ciertos actos del Presidente General Manuel Lisandro Bari-
llas, provocó la cólera de este alto funcionario, quien llamó al perio-
d ista a su-casa particular y allí, con inaudita felonía, lo flajeló en pre-
sencia de va.r ías personas que no se atrevieron a contener los ímpe-
_tus del· mandatario.
112

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Imprenta de "La Revista".- Así se llamó una imprenta y un


periódico del que se publicaron solamente, en 1886, ocho números.
La aludida imprenta había sido con anterioridad de "El Pensa-
miento Católico", instalada en 1885 en el Palacio Arzobispal.
Imprenta de "La Patria".-En 1886 instalaron la Imprenta
de "La Patria", en la Calle de San Sebastián.
Imprenta de Barraza.- Una parte de los materiales tipográ-
ficos de la Imprenta El Renacimiento pasaron a ser propiedad de don
Ignacio Barrasa, instalándola en uno de los departamentos de su

fábrica de cigarrillos en el ex Convento de Santa Catalina. La otra


•parte la compró don Manuel Gutiérrez M., agregándola a la Im-
·prenta "El Esfuerzo".
Imprenta de Machado lrigoyen.- Estuvo en 1880 en la Sép-
tima Avenida Sur. Pasó a ser propiedad, años más tarde, de don
R igoberto Cabezas, escritor nicaragüense que comenzó a publicar
'el Diario "El Pueblo", del que únicamente salieron dos números.
Cabezas fué expulsado del país de orden del Gobierno del General
Manuel Lisandro Barillas.
113 ff. de la J.- 8

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Imprenta de "El Pueblo" (número 2). -La abrieron en


1886 en la Sexta Avenida Norte. En ella se imprimieron 26 núme-
ros del Diario "El Pueblo".
Imprenta de "La Concordia".-La dirigió don Juan Luna, en
1886. En ella fué editado un periódico de propaganda religiosa,
escrito por el Doctor Vélez, más tarde Obispo de Comayagua.
Imprenta Central.-Estuvo al frente de este taller en 1886
don Maximiliano Mazariegos. Se hallaba en la casa de altos nú-
mero 8 de la Novena Calle Poniente, frente al sitio donde cayó sin
vida, al golpe de un tiro de revólver, disparado por un asesino, el
General José María Reyna Barrios. Dicha casa ha sido reconstrui-
da hace pocos años.
Tipografía Central.-Con este nombre instaló su imprenta,
en 1886, en la Octava Avenida Sur, número 92, don J. R. Arrechea.
Esa Tipografía todavía existe, con nuevos tipos y maquinaria. E stá
situada en la esquina opuesta al Parque Gálvez.
Imprenta de José Azurdia.-Año de 1886.
Imprenta de "La Unión".-Así se llamó la que compraron
varios jóvenes, estableciéndola en el Callejón de Dolores, número
13.-Dieron dinero para sostener el taller, el Doctor don Manuel
Aparicio, don Miguel Carrillo, Licenciado don Manuel Antonio He-
rrera, don Manuel Palomo Arriob. y otros. Allí se imprimió "El
Centinela", redactado por un grupo de jóvenes guatemaltecos de los
cuales la mayoría pagaron ya su tributo a la tierra.
En dicha imprenta trabajaron los cajistas Pasí:Ual Gómez y
Manuel Rendón, y como prensista Eusebio Polanco,.
Imprenta de "El lmparc.ial".- Diario dirigido por don Audusto
Mulet de Chambó.
Imprenta "La Estrella".-Editó el diario "La Estrella de Gua-
temala" , dirigido por un aventurero llamado Mr. Hollander. Una
parte de dicho taller fué traído de San Salvador. Al dejarse de pu-
blicar "La Estrella", el tipo y las prensas pasaron a ser propiedad de
don Pedro Arenales.
Imprenta de Silva.-Quedó abierta al público en 1887, en la
Quinta Calle Poniente; en ella se imprimieron las Fábulas de García
Goyena; el periódico literario "El Ideal", redactado por doña Car-
men P . de Silva (Celinda P. Varmes), doña Vicenta Laparra de la
Cerda, doña Dolores Montenegro de Méndez y doña Sara García
de Moreno.
También se imprimieron los periódicos "El Muchachito",
"La Idea Liberal", "El Rasca-barrigas", "La Tronera" y se editaron
varios libros y folletos de autores nacionales,
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~$~"~- ::::~- -~~~


fJIl ET QUE REY NINGUNO,~Il~-
QUE NO HOBIESSE PODER. ·DE FACER
CORT . SIN CONSEIO
DS LOS R-ICOS HOMES NATURALES BEL REGNO,
1 NI CON OTRO REY, Ó REYNA,
GUER'RA NIN PAZ,
1 l)IIN 1'.RB?UA NON FAGA, 'I
NI' OTRO GRANDE FECHO, 1
1 Ó~EMBARGAMIENTO DE REGNO, Jl
1 SIN '. CONSEILLO DE DOCE RICOS HOMES. 1
· 11 Ó DE . DOCE
• I>& LOS MAS ANCIANOS SABIOS DE LA TIERRA•

'I ,. As/ 1tq¡,1oron /01 Proctre, de E,pa.ia. -d ti Rey D, Pelo:10,• .l· I


ff10t1do k ,r.storo,r bome,roee.

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Imprenta "El Comercío".-En la ·Novena Calle Poniente, nú-


mero 20, estuvo establecida la imprenta de este nombre, . De 9i~ho
taller salió el Diario "La R epública", fundado el . 24 de junio de
, 1891.
Imprenta Amerícana.-Un norteamericano activo. y laborioso
llamado Daniel Iddings estableció esa im:prenta. La vendió al mar-
charse al exterior. Esta imprenta sirvió después -para imprimir "El
Mensajero de Centr.o-América"..
Imprenta de "El Mensa;ero de Cenfro-Améríca".-La insta-
laron en la Séptima Avenida · Sur , varias personas, entre ellas el
salvadoreño don Francisco Castañeda¡ compraron la Imprenta de
don Daniel Iddings, para fundar el Diario "El Mensajero de Cen-
tro-América", imitando el encabezamento del "Diario de Centro-
América", lo que dió lÚgar a
un litigio ruidoso promovido por el
Licenciado don Francisco , Lainfiesta, propietario del Decano de la
prensa.
Imprenta "La Nación'. ',- Hubo un Diario con este nombre.
Lo dirigía en la 12 Avenida Sur, número 13, don A. Ramírez Fontecha.
Imprenta de "El Porvenír".-La establecieron los señores
don Higinio Taracena, don Mariano Iriondo y.don Joaquín Castillo,
• en la Octava Calie Ponie.n te, casa de don Luciano Barrios. A los
pocos años _se disolvió_dicha sociedad y se hizo cargo del talle~ ·don
Higinio Taracena, • trasladándola, a la Sexta Avenida, cerca de la
Plaza Mayor. Un incendio .d evoró una Farmacia contigua (casa
do.n de vivió doña Francisca· Aparicio de ·Barrios), consumiendo tam-
bién la Imprenta de "El Por_v:enir".
Imprenta de la Escuela de Arfes.- Era un taller modesto
donde se laboraban, allá por el año de 18_90,_impresi¡mes sencillas.
. 'Imprenta de García.-La abrió su propietario don Ramón
García, en la Calle del Sol o de La Providencia.
Imprenta "La Democracia'' .-Era esta imprenta propiedad
de don Eduvigis Villatoro. _La compró _el General don Juan Pablo
Padílla, en mil quinientos dólares para trabajar en un periódico por
la candidatura del General José María Reyna Barrios, para la Pre-
sidencia de la República, al fundarse el Club "La Democracia". De
las prensas de esa imprenta, situada en la Cuarta Avenida Norte,
·número 4, salió "La Nueva Era", Diario que desapareció el año d_e
1 1897, al surgir la revolución .de Occidente. Parte de esa imprenta ·
• la compró don Pedro Arenales .
Imprenta "El Esfuerzo".-Bien merecido tenía este nombre
la imprenta de don Manuel Gutiérrez M. A fuerza de trábajo
honrado, dicho tipógrafo logró abrir ~u taller. Los _pe.riódic.Ós de
oposición.que publicó le acarrearon la persecución de l!)s ·poderosos,;
los semanarios 'La Situación" y "La Voz del. Obrero", ocuparon
puesto distinguido, hace años, entre los periódicos de combate de
Guatemala.
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La Tipogra//a de -Montiei.-Fui• establecida en ia Noveriá


Avenida Sur,•el año de 1902. Su propietario la pidió a Norte-Amé-
rica. Fué. la primera imprenta que vino al pais con espaciatura
automática. Después de doce años de trabajos, el señor Montiel
vendió la imprenta a los padres franciscanos quienes la ins~alaron
en el ex Convento de la Recolección.
Imprenta "El Modelo".- D.u rante la administración del infor-
tunado General José María Reyna Barrios, mucho adelantó el arte
de la imprenta. Los señores Siguere habían llegado del exterior
con el propósito de establecer negocios en Guatemala. Al poco
tiempo instalaron su establecimiento tipográfico "El Modelo", en
la Décima Calle Poniente, o del Hospifal.
Fueron ellos los que·hicieron una evolución importantísima en
el arte ~e la imprenta, todo bajo el sistema americano. Don Bal-
domero Siguere, industrial notable, muerto hace pocos años en esta

Don & !dorncr ,., Sígutrr, fllndndo r dt J~ Jmpttr1tt1


:•m Moddo" y n q'1frrt &e dcb<- fa ~vol udón del
a.rte t.i¡>ogrtifiwr o G\UitC"mtll:\,dumntc r l gob!.tmo
dd Gcocrnl Jc,té Marla Rcy111l llnrrio,.

ciudad, hombre de energías y de actividades nada comunes, cambió


la~ horas de comida de los. operarios, quienes habían establecido en
es'é s·entido el desorden desde anteriores años; dispuso •p·a ra las
salidas y entradas de los operarios, al toque del pito de la caldera
de vapor; implantó el sistema de pagar a los cajistas por "emes",
porque el valor del trabajo por columna ·era muy primitivo y perju-
dicial a los interesés de los impresores; estableció que los compa-
ginadores entregaran a los Jefes de prensas el molde acuñado en
su respectiva "rama" de hierro, dejando al prensista la delicada tarea
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de atender sus prensas ; hizo mover las máquinas de pedal por


fuerza motriz, consiguiéndose en pocas semanas magníficos resul-
tados en j6venes que dudaban de sus propios e.s fuerzos, entre ellos
Javjer Ruiz, Víctor Córonado y Bernardo Rodríguez,
Con los señores Síguere vinieron de Norte-América algunos
operarios, maestros en distintos ramos, sobresaliendo· entre ellos
Mr. Anderson, Mr. Amos, el estereotipador Mr. Scott, el encuader-
nador Mr. Darling y Mr. Lee, notable en los trabajos de fotograbado.
En compañía de dichos industriales lleg6 al país un hombre
de extraordinario mérito: Mr. A. F. Rouse, sobresaliente ·para mane-
jar el pincel y el cray6n.
A los pocos años el Gobierno presidido por el General José
María Reyna Barrios, adquiri6 de los seño_res Síguere la Imprenta
"El Modelo", haciéndose cargo de la dirección del Establecimiento,
don J os.é .r,iaría Vela lrisarri.
·inmediatamente comenzaron los trabajos del nuevo edificio
para instalar el material tipográfico y la maquinaria, en la Segunda
Avenida Sur, número 3, enfrentando la puerta principal con el
Callej6n de Huérfanas.
Con objeto de construir un edificio de la Tipografía, el M inis-
terio de Gobernaci6n y Justicia encarg6 al Director de Obras Públi-
cas, Coronel don Onofre Bone, la obra, bajo un plan determinado.
La puerta de calle era el centro del terreno que se destinara a la
casa; el proyecto consistía en extender los trabajos hacia el N orle
y hacia el Sur. En posteriores años únicamente se dispuso aumen-
tar el sal6n de prensas.
El edificio tenia sobre la puerta de calle una alegoría del
trabajo, con figuras de bulto de tamaño natural, hechas de cemento
romano. En la base de esta alegoría pusieron esta leyenda: "Ars
et labor".
En el centro · del mismo edificio, sobre la comisa se hallaba
un elegante trabajo de estuco: el Escudo de armas de la República.
La inauguración de la casa se verificó el 7 de enero de 1894,
figurando como Director de la Tipografía, don Horado Ubico, cuya
acta a la letra dice :

"ACTA DE LA INSTALACION DE LA TIPOGRAFIA NACIONAL


EN SU NUEVO EDIFICIO

"En la ciudad de Guatemala, a la una de la tarde del día


siete de enero de mil ochocientos noventa y cuatro, fecha señalada
para la solemne instalaci6n de la Tipografía Nacional en su nuevo
edificio, se procedió a este acto, en la forma s iguiente :
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f l>C'b.b ,m,...¡1,.1 4d •n1ieuo ~16d,, d<' 1A T"ofl"'!l[r11oit11o ~..~• ..., la :l't .\.......b $ 11,, dn.u-.-b 1'1)tah,ic111<' p0r ¡._.,.
1........ -100 ~ 101:. 1&.

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"!.-Comprada por el Supremo Gobierno, en mayo del año


de 1892, para las _impresiones oficiales, la Tipografía "El Modelo",
aún continuó funcionando en las casas que ocupaba; pero en vista
del considerable ensanche que ha tomado con los nuevos elementos
de que ha sido dotada; del constante aumento de los trabajos; y _de
la necesidad de que, siendo un Establecimiento Nacional, ocupara
un edificio adecuado que por sus condiciones de amplitud y como-
didad respondiera a las miras que guiaron al señor General Presi-
dente acordar su compra para la Nación, se acordó también la
construcción del edificio que hoy se inaugura y que es una de las
mejoras llevadas a cabo por la Administración actual;
"11.-A la hora indicada, el señor General Presidente, acom-
pañado de los señores Secretarios de Estado, de los Representantes
extranjeros, de los señores Cónsules y Altos Funcionarios de l;i.
nación, declaró solemnemente instalada la Tipografía Nacional e
inmediatamente comenzaron a funcionar las máquinas y prensas ; y
"Ill.-Los concurrentes pasaron a visitar los diferentes talle- .
res y oficinas, presenciando la ejecución de algunos trabajos, con lo
que se terminó la instalación. Para constancia se firma la presente
por el señor General Presidente, Secretarios de Estado y demás
personas que honraron el acto con su presencia.
" José Ma. Reyna Barrios. - Manuel Estrada C. - J. M.
González. - Ramón A. Salazar. - Manuel Cabral. - F. A. Gamboa.
- Anto. Batres. - Salv. Falla. - Santos Toruño. - E. Constantino
Fíallos. - Franco. Baca H. -Alberto Membreño. - M . Obregón L .
- Juan F. Ferraz. - A Guppi. - J. M. lzaguirre. - J. Franco.
Muñoz. - José F. Godoy. - Luís Rico. - J. Sansón , - Esteban
Guardiola. - Francisco Villagrán. - D. Lynch Pringle. - E. Shamp.
- Horacio Ubico. - F. E. Asturias."

Sirvió el puesto de Director de 1897 a 1901, don Joaquín Mén-


dez, sustituyéndolo don Felipe Estrada Paniagua. En esta época tuvo
la Tipografía motor eléctrico de fuerza de cincuenta caballos, susti-
tuyendo a la caldera de vapor. Al renunciar la Dirección del Esta-
blecimiento el señor Estrada P. ; fué nombrado interinamente para
sustituírlo, don Alejandro Pacheco. Al poco tiempo ocupó el mismo
puesto el Doctor don Eduardo Aguirre Velásquez. En 1911 recibió
la Dirección don Manuel Palomo Arriola.
Los temblores de 1917-1918 arruinaron gran parte del edifi-
cio y con éste las prensas y otros materiales de imprenta.
Para realizar algunos trabajos de urgente necesidad se
mandó instalar una sucursal de la citada imprenta, en la casa que
ocupaba el Comité de Auxilios, en la Octava Calle Poniente, donde
se ·imprimieron algunos boletines noticiosos durante los días acia-
gos de enero de 1918.
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En "La Palma" fué instalada una prensa y varias cajas de


tipo, con objeto de hacer unas pocas publicaciones.
Don Gerardo Gordillo Taboada recibió autorización para
instalar una imprenta frente al Parque del Centro, a principios de
1918. La instaló bajo una barraca y tuvo oportunidad de hacer
algunas impresiones, entre ellas un libro de 250 páginas sobre los
terremotos que arruinaron la capital.
Algún tiempo después se reasumieron en una sola, los ele-
mentos de la Tipografía Nacional, a cargo de don Manuel Palomo
Arriola; los de la imprenta "La Instrucción", a cargo del Ingeniero
don Juan Arzú Batres y la impren ta que había sido del Diario "El
Nacional", dirigido en pasados años por el Doctor Aguirre Velás-
quez ; y de esta manera la imprenta del Gobierno pudo continuar
sus trabajos en el edificio de la Diez y Ocho Calle y prolongación
d e la Séptima Avenida Sur en febrero de 1922. Don Manuel Gu-
tiérrez M., sustituyó a don Manuel Palomo Arriola. El 10 de julio
del mismo año el aventajado tipógrafo don Nicolás Reyes O.,
tomaba posesión del cargo de Director de la Tipografía Nacion·a1.
La Imprenta de Sánchez y de Guise.-Fué abierta el 13 de
noviembre de 1893, en la Novena Calle Poniente, número S, casa de
don Luciano Barrios. A los pocos años se trasladaron a su local
propio, en la Octava Avenida Sur, número 24, donde ha adquirido
fama por sus buenos trabajos. Este centro tipográfico ha sido
premiado en varias exposiciones internacionales por sus notables
y nítidas impresiones, muy encomiadas en el exterior.
Imprenta de "La República".-Fundado este Diario el 24 de
julio de 1891, tuvo más tarde buenos elementos tipográficos. La
instaló su propietario en diversas casas. Al ser trasladada a la
Octava Calle Oriente, número 3, recibió elementos valiosísimos
proc¡;dentes de N orle-América. El departamento de "Electra" tuvo
tipo de fantasía de primer orden. El Licenciado don Marcial García
Salas fué el primero que trajo linotipo al país y otras máquinas
modernas.
La Imprenta fué trasladada a la casa de esquina de la
Quinta Avenida Norte y Quinta Calle Poniente. Ocupó parte del
edificio el departamento de "Electra", otra la encuadernación y lo
demás la Imprenta de "La República". En la noche del 31 de
octubre de 1912 se desarrolló un incendio arruinando total-
mente la Sección de Fotograbado. Dirigía el taller don Raimundo
Gutiérrez.
Por especial convenio pasó la Imprenta y el Diario "La
República" al Doctor don Eduardo Aguirre Velásquez, uno de nues-
tros mejores periodistas, trasladándola a la esquina de la Sexta
Avenida Norte y Quinta Calle. Alli fué armada una rotativa.
Tiempos después, "La República" quedó convertida en "Excelsior".
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Imprenta "Año Nuevo".-La tuvo en la Once Avenida Norte


don Sebastián Castillo.
Imprenta de Soüs.-Estuvo abierta al público en la Octava
Avenida Sur, número 25.-Era su propietario el Presbítero Solís.
El taller a que hemos hecho referencia pasó a poder de don Isidro
Síguere, en la Séptima Avenida Sur.
Imprenta Musical.-Además del tipo corriente que poseía,
contaba esta Imprenta con caracteres para componer piezas musi-
cales, Pidió esas fuentes, al exterior el Licenciado don Manuel
C¡¡,bral. Salió de las prensas de esa bonita Imprenta, el periódico
"El Jardín", cuyas columnas contenían recopilación interesante de
poesías de ameritados poetas nacionales y extranjeros. En esa
labor puso su valioso contingente don Manuel Cabra!, hijo.
Imprenta de Muñoz.-El tipógrafo don Federico Muñoz,
tuvo una modesta imprenta, hará poco más o menos quince años.
, Imprenta "La Campaña".-De este taller, muy deficiente,
salia el periódico "La Campaña", semanario cuyo Redactor respon-
sable era José Rómulo Alfaro.
Imprenta "La Mañana".-Fundó el Diario de este nombre,
en la Octava Calle Oriente, cerca del templo de Santa Rosa, Fernan-
do Somoza Vivas.
Imprenta Gutenberg.-El año de 1898 estableció la imprenta
Gutenberg, don .Alfredo Mirón Estrada, en la Once Calle Oriente,
trasladándola más tarde a la Sexta Avenida Sur, frente a San Fran-
·cisco. Dicho señor y don Gerardo Gordillo Taboada la trasladaron
a la Sexta Avenida Sur, número 32; luego a la misma Avenida, núme-
ro .56, donde la tuvo a su cargo don Francisco Ramírez. Por último,
.después de los acontecimientos políticos de abril de 1920 la compró
en trece mil dólares don Jesús María Ordóñez, activo industrial que
le introdujo mejoras de importancia, tanto, en tipos como en maqui-
naría. De las prensas del taller Gutenberg salieron obras valiosas y
multitud de trabajos sueltos. .
Imprenta de Arturo Síguere.-Los trabajos de la imprenta
de Síguere, en la Sexta Avenida Sur, contigua a la Librería de
Goubaud, eran de exquisito gusto, principalmente los de fantasía.
Allí trabajó don Francisco G. Orantes, uno de los obreros que to-
maron parte y obtuvieron premio en el concurso tipográfico, con
motivo de la apertura de la Exposición Nacional de 1904 ; el señor
Orantes compitió con aventajado cajista de la Imprenta de "La
República" y con don Felícito Guzmán.
Subsistió esta imprenta después de la muerte de su propie-
tario, dirigida por varias personas.
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Imprenta de Baldomero Síguere.-Estuvo abierta a su


clientela, en la Sexta Avenida Sur.
Imprenta de Carles.-Este taller lo conceptuaban como de
tercer orden.
Imprenta de Alvarado.-Con anterioridad el taller de Alva-
rado perteneció a don Pedro Arenales.
Imprenta de Saravía.-Muy pequeña. Desapareció hace
mucho tiempo.
Imprenta "El Trabajo".-Perteneció a don Adolfo Gómez, hijo
del antiguo prensista don Luis Gómez.
Imprenta de "La Fe".-Propiedad de varias personas.
Imprenta de Romero.-En el Callejón de Huérfanas instaló
su pequeña imprenta don Arcadio Romero B. A los pocos años el
taller perteneció a los hermanos Romero.
Imprenta de Amos y Anderson.-Tiene veinticuatro años de
fundada ( 1906). Dichos señores la vendieron al culto e inteligente
don Mario H. Williamsen, holandés, que ha hecho de Guatemala su
segunda patria. Pidió al exterior, en 1925 un linotipo y una mag-
nífica prensa Kelly, automática, sistema moderno.
Imprenta "Casa Colorada".-Surgió bajo muy buenos auspi-
cios. Estuvo instalada en diferentes locales. De sus prensas salie•
ron buenas obras como el magnifico "Directorio de Guatemala".
Poseía máquina para la fabricación de cubiertas.
Imprenta de "El Grito del Pueblo". -Tiene de fundada por
su propietario con muchos sacrificios el 12 de febrero de 1909.
Para sostenerla llegó don Francisco Z. Granados a hipotecar los
bienes que heredara le su señor padre. La ingratitud de los hom-
bres y el rencor mal contenido, hicieron que en abril de 1920 saquea-
ran la Imprenta, a inmediaciones del templo de San José. Después
de haber estado preso en el mismo año, logró reanudar sus trabajos
publicando el periódico con la ayuda personal de su familia.
Imprenta de "El Nacional".-Quedó fundada en febrero de
1910, en la Sexta Avenida Sur, con el propósito de publicar el
interesante y bien presentado diario "El Nacional", al que dió vigo-
roso impulso el ·periodista Doctor don Eduardo Aguírre Velásquez.
Más tarde redactó ese periódico en el edificio que hoy ocupa la Tipo•
grafía Nacional, el Licenciado don Miguel Angel Urrutia, basta el año
de 1920.
Imprenta de la Escuela Práctica de Varones.-Surtida con
tipo y prensas de la Tipografía "La Unión".
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Imprenta de Curthiz.-Había sido la imprenta de este nom-


bre propiedad de Cabra!. Perteneció con el tiempo a la Sección
.l\1usical de Jorge Vásquez Larrazábal..
Imprenta de Allison.-La estableció en 1910 en la Séptima
Avenida Norte, prolongación.
Imprenta de "La Opíníón".-Cuenta desde 1912 con algunas
cajas de tipo. No tiene prensa. Está situada en la Quince Calle
Oriente. Edita en ella don Ramón Zelaya, el semanario " La
Opinión", fundado en 1910.
Imprenta de Arenales.-Estuvo en la Quinta Avenida Sur y
Novena Calle, durante algún tiempo. Era propiedad de don Pedro
Arenales. Pertenece hoy a su hijo don Juan del mismo apellido,
Y estuvo situada en la Décima Avenida Sur, cerca del templo de
Capuchinas,
Imprenta de Píníllos.-Fué en pasados tiempos la de "El
• Esfl!~p:o". Más tarde, de don Antonio Pinillos.
Imprenta de don Luís de Guíse.-Pequeña, con varios mate-
' riales tipográficos escogidos.
Imprenta Teosófíca.-Con pocos elementos tipográficos; pero
servida con dedicación e interés.
Imprenta "La· Luz".-Situada en la Tercera Calle y Tercera
Avenida del cantón La Paz, Guarda Viejo.
Imprenta de don Isidro Síguere.-La vendieron a varias
personas.
Imprenta de don Adrián Durán.-Con prensas de pedal y
tipo para impresiones de casas de comercio.
Imprenta de Ortíz España.-Muy reducida y establecida en
la Avenida de Candelaria.
Imprenta "Elf<ctra", de G. M. Stabler.-Compró los magnífi-
cos elementos tipográficos de "Electra" y estableció talleres en el
Pasaje Poniente Coloma. Se ha ocupado de trabajos para casas de
comercio.
Imprenta de Martín Ordóñez.-La tuvo en la Novena Ave-
nida Norte, número 24•. Se la llevó a Amatitlán y en 1919 la vendió
a varios miembros del Partido Unionista.
Imprenta de Marte.-Servía al público en el Pasaje de Ayci-
nena. Estaba al frente de ella don Gera.rdo Gordillo Taboada
(1919). La refundi!lron con_ la Nacional y _ la Imprenta " La .
Instrucción".
Imprenta de "El Mensajero",-Calle de Candelaria, prolon-
gación, o Colegio Industrial de Varones Evangélico.
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Imprenta de don César de Garro.-Con algunos elementos


hizo su propietario impresiones tipográficas. de mérito. Al correr
del tiempo la vendió a la asociación política llamada Unionista.
Imprenta de "El Progreso" ..-9' Avenida Sur. Propietario don
Francisco G. Orantes (1917).
Algunas otras personas son poseedoras de pequeñas impren- •
tas¡ pero muy deficientes¡ cuentan con cuatro o cinco cajas de tipo
y prensas pequeñas de pedal.
Imprenta del Coñ-eo.-La adquirió la Dirección del ramo hace
más de un cuarto de siglo: pero la arruinaron los'. terremotos de
1917-1918. En 1922 don Héctor Luna compró materiales nuevos.
La tuvo a su cargo el tipógrafo Héctor Aguilar.
Imprenta del Telégrafo.-Desde las postrimerías del 'Gobier-
no del Presidente General, .J osé M·a rí.a . Reyna .Barrios, p cisee. el
Telégrafo Nacional su imprénfa; dé la.- que salen avisos de vapores
qúe son repartidos, tn las oficinas públicas, en las casas bancarias ·y
almacenes de mercaderías. Estaba al frente del taller don Abel•
Azurdía.
Unión Tipográfica.-Labor intensa y de empeño emprendie-
ron un día los señores don Rafael Muñoz Plazi, don Felicito Guz-
mán, don Raimundo Gutíérrez y don Salvador Valdés, llevando
esfuerzos en distintas épocas con el propósito de establecer un
centro tipográfico de primer orden. Tuvo su origen el taller de
estos señores, hace más de catorce años, en una Imprenta a la que
agregaron la de "El Esfuerzo", de don Manuel Gutiérrez M.
En 1912 estuvo instalada en la casa de esquina de· la D~cima
Avenida Sur y Novena Calle Oriente, hasta 1921. Con elementos-
de esta Imprenta, instalada en el patio oriental del Instituto· de
• Varones, se publicó el "Dia¡-io de Centro-América" en los aciagos
días de los temblores de 1918.
La Unión Tipográfica en 1920 fué el primer taller que en
Guatemala se atrevió a poner píe de imprenta en úna publicación·
contra el gobernante, señor Licenciado Estrada Cabrera. ,
La instalaron también en la Décima Avenida Norte, núm,ero 5.
Laboró la lmpr.e nta citada teniendo al frente a los señores
don Rafael Muñoz Plaza y a don Felicito Guzmán, con el nombre de
" Unión Tipográfica".
Más tarde llevó el nomJ:,re de "La Royal"¡ entonces se unió .l
a aquellos señores don Salvador Valdés, para recibir nuevamente
su primitivo nombre. Fué vendida en el año de _1926 a . do~,.-Flo-
rencio Calderón.
En dicha casa de labor se edita el diario "El Imparcial" que
dirige don Alejandro Córdova.
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La imprenta es poseedora de una rotativa. Cuenta con una


primorosa máquina llamada Ludlow, para el formato de encabeza-
mientos,
. .
Imprenta "La Esmeralda".-Pertenece este pequeño taller
a la Fábrica de Cigarrillos Cofiño y c•.
Imprenta de la Riva, Hermanos.-La instalaron en la Novena
Avenida Sur, en mayo de 1923 con taller de fotograbado anexo.
Imprenta de San Francisco.- La imprenta que había sido de
Montiel y luego trasladada a la casa conventual de la Recolección, la
instalaron contiguo al templo de San Francisco. Intentaron com-
prarla varias personas para combatir la administración del gober-
. n<lnte señor Licenciaclo • Estrada Cabrera; pero los propietarios se
arrepintieron por lo que no pudo realizarse el negocio. Algo malició
cierta autoridad y decomisó la· Imprenta, semanas antes de que
surgiera el Partido Unionista.
Imprenta de M endía.-Dotada de escasos elementos tipo-
gráficos. La vendió a una asociación. política.
Imprenta de "Lo Tribuna''.-Estuvo instalada en el Campa-
mento de Gerona y ha servido posteriormente para editar varios •
periódicos inclusive "El Demócrata".
Imprenta del Partido Unionista.-Venciendo dificultades con
objeto de c·onseguir elementos de imprenta, algunas personas com-
p~aron primeramente la Imprenta "La Concordia", que había sido ins~
talada por don Martín Ordóñez en la ciudad de Amatitlán. El nego-
cio se realizó en mil dólares a fines de diciembre de 1919, la ins-
talaron con el nombre de "El Arte", en una casa situada en la Once
Avenida Sur, entre Trece y Catorce Ca}Jes, procediendo a la impre-
sión del acta de los dos dobleces (y no tres como se ha dado en
decir); se encargó del trabajo don, José Víctor Gutiérrez, hijo del
tipógrafo don Manuel Gutiérrez M.
Los días 29 y 30 de diciembre de 1919 empleáronse en la
i!npresión: la repartieron el 31 por la noche, y la conoció el público
el, primero de enero de 1920,
' El partido político que tomó. el nombre de unionista adquirió
luego por compra, tres diferentes pequeñas imprentas, para formar
una sola en la Doce Calle Poniente, casa llamada "del Partido",
donde se editó el periódico "El Unionista", el 1 S de enero de 1920,
recibiendo el taller el nombre de " Imprenta Nueva''. La edición pe-
queña de dicho periódico dirigido y editado por don Emilio Escamilla,
y días después por don José Azmitia, dejó de publicarse el 21 de
mayo del mismo año, con el número 102.
En esta época, y, entre amenazas de parte de las autoridades
a
y con mil dificultades, debido la escasez de elementos tipográficós,
prestaron su valioso concurso, como jefe del taller, Nicolás Reyes O.,
en unión de los tipógrafos Gonzalo Gálvez O ., Guillermo Farfán,
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Femando C6bar y José María Romero V. En las prensas trabaja-


ron: Alejandro Gutiérrez, Valerio z. Ramírez, Víctor Gutiérrez y
Miguel y Santiago Tizón.
En esa misma y di.minuta imprenta, se publicaron más tarde
los periódicos "El Estudiante" y "El Obrero Libre", ambos, órganos
respectivamente del Club Unionista de Estudiantes y de la Liga
Obrera, y diversidad de hojas sueltas.
Hay que consignar, en honor a la verdad, que a no haber sido
el valor y la abnegación de los obreros que primero trabajaron en la
tipografía, difícilmente podrían haber logrado todo el éxito que obtu-
vieron los organizadores de tal partido. En esta ocasión quedó de-
mostrado el poder maravilloso de la imprenta.
Imprenta Latina.-Está dotada de cuatro linotipos y una rota-
tiva, así como de numerosas fuentes de tipo. Todos estos elementos
tipográficos son nuevos, quedando poco, muy poco, del material
antiguo. Se editó en la Imprenta Latina el "Diario de Guatem-ala",
periódico que ha alcanzado circulación extensa en el país.
Imprenta "Améríca".-Perteneció a los señores Isidro Síguere
y Yaquián; pasó a ser propiedad de los señores Leal, Castellanos y
Compañfa, para la publicación del Diario "La Patria" (que tuvo dos
épocas), luego la poseyó el Banco de Occidente.
El primero de diciembre de 1925 la compró don Julio Casta-
. ñeda Godoy, dotándola de magníficos y. nuevos elementos, como un(l
prensa grande, italiana, tipo en abundancia, prensas de pedal y má-
quinas de rayar papel. En la Exposición de Obreros del año de
1925 obtuvieron los trabajos de encuadernación de la Imprenta
"América" medalla de plata, con su correspondiente diploma.
Imprenta "Selca".-Ha sido poseedora de buenos elementos
tipográficos, con los cuales se editaron varios periódicos. Entre
estos debemos mencionar "El Cuarto Poder", Diario que apareció
el 15 de noviembre de 1922 ; el "Diario del Comercio", el 18 de
noviembre de 1923, convertido luego, en 1925, en "Nuestro Diario";
posee en la actualidad el taller de fotograbado y cincografía que per-
teneció a los talleres "Elite". Al frente de él se encuentran los seño-
res Rafael Muñoz Plaza y Felícito Guzmán.
Imprenta de San Antonío.-Los materiales tipográficos que
habían sido de don Ventura Montiel, que se hallaban en el ex Con-
·vento de la Recolección, los trasladaron a un departamento contiguo
al templo de San Francisco, siendo decomisada en las postrimerías
del gobierno del señor Licenciado Estrada Cabrera. Tiempos más
tarde con algunos elementos de esta Imprenta y de otros talleres
pequeños, don Valerio Z. Ramírez, formó la suya, desde 1920.
Compró una magnifica prensa italiana "Ideal", y ha hecho trabajos
de mérito. Ultimamente adquirió un Intertipo, el primero que viene a
Guatemala.
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Imprenta El Trabajo.- Pertenecía a una sociedad de obreros


Y· fué abierta al Norte del Parque del Centro. La clausuraron en
1925. - ~
•Imprenta El Sol.-Tiene ya algunos años este bonito taller.
-A principios del ·año de 1926 la establecieron en la Once Aveni°da
Norte, entre Séptima y Octava Calles. En ella· salió ·el Diario
"E l Día".
Imprenta "Los Ecos".-La establecieron en el_Callejón de la
Cruz, número 2~.
Imprenta de Estrada.-Abierta en la Avenida Elena.
Imprenta de G. Valenzuela, instalada en 1a·10• Calle Poniente.
Nuevas lmprentas.-Se p~oyecta _por personas parf!culares
abrir dos o }res imprenta~ más en la capital; pero con tipQ .y otros
materiales pertenecientes a_centros de igual fodole aquí establecidos.
De poco tiempo a esta parte han sido. establecidas las si-
guientes imprentas: "La Luz", .en la S' Avenida Sur número 68 con
elementos traídos del exterior, propiedad de los señores Monroy.
Imprenta .de "El Lucero", pequeña, propiedad de don Rafael
Mendía, situada en la 6' Avenida y 14 Calle.
Tipografía "Fray Payo", situada en el Callejón Melgar, nú-
mero 38. En ella se editó el semanario "Gutenberg", dirigido y re-
dactado por Guillermo V. Mérida C., teniendo por colaboradores a
todos los tipógrafos. Los elementos de imprenta: de •este centro de ·
labor, fueron comprados al señor Muñoz Plaza..
Imprenta de La Libertad.
Imprenta Ar.te-Nuevo.
lmpr.enta Nueva.-6' Avenida Norte.
Imprenta La HoUyword.
Tipografía nueva del "Diario de Centro-América". Un deber
de justicia nos hace consignar en este libro, nuestra profunda grati-
tud para ~on.: el señor Gene~~l don Lázaro Chacón, Presidente de la
República, :Informad.o de los deficientes elementos tipográficos de
que disponía el Diario, acordó fuesen ped\dcis los materiales que se
necesitaban a 11! casa "National Paper & Type Co.", de Nueva York.
A fines de agosto de 1927 vino el pedido y con objeto de rea-
lizar una instalación formal, la Dirección de Obras Públicas a cargo
entonces del ingeniero don Lisandro Sandoval hizo reparaciones de
importancia a la casa número 5 de la 10' Calle Poniente, donde fue-
ron armados los linotipos, las prensas y repartidos en varios aposen-
tos las cajas de tipo para anuncios, y demás enseres. Se encargó de
hacer el pedido de los materiales tipográficos don Nicolás Reyes O.
Armó los linotipos el hábil mecánico don .William M. Martínez;
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Los linotipos comenzaron a funcionar a mediados de septiem-


bre del mismo año, la prensa, último modelo "Optimus", hizo su
primer tiraje, con brillante éxito, el 8 de octubre.
La casa cuenta con oficinas destinadas a Dirección y Admi-
nistración, con entrada hacia la Calle ; en un segundo piso se hallan •
la Redacció1;1, departamentos de Reporters, corrección de pruebas,
·etc., etc.
La fachada del edificio es severa y elegante. Terminados los
.. trabajos de restauración de la casa, e instalación de la imprenta, se
hizo cargo de la Dirección del "Diario de Centro-América" don
Eduardo Mayora, el 1• de octubre del mismo año.
Nos sobra razón para consignar las frases de agradecimiento,
puesto que nos habilita para hacerlo, nuestra dilatada actuación en
la empresa, desde los primeros años de nuestra juventud hasta el
día, y alegrarnos de que "nuestra" hoja querida, haya sido estimula-
da por un Gobernante· ecuánime y de amplio criterio.
Ya saben muchos de nuestros lectores cómo son de fatigosos
y llenos de vicisitudes, los. trabajos del periodista que no son· los de
un Tabor,.sino solo la de una corona de espinas, la del bolsillo vacío,
y la del hogar lleno de privaciones.
Si no fuera porque bajo el techo de la casa no faltaron los
afectos, como los del Licenciado Francisco Lainfiesta, don José
Víctor Sánchez, don Nicolás Augusto González, don Alberto Beteta,
Licenciado don Virgilio Rodríguez Beteta, don Federico Hernández
de -León y Licenciado don Alejandro Arenales, que saben cómo
quema la pluma entre las manos, sino fuera por esa bondad, repeti-
mos, breves relámpagos en nuestra vida de obscuridad y de mise-
rias, habría valido más sembrar milpa, después de romper a pedazos
la pluma y beberse de un trago la tinta.
Tipografía "Orientación". Establecida hace poco en la• s•
Avenida Norte, número 25, propiedad de don José A. Miranda.
Tipografía "El Mundo". Este diario inició sus labores el
16 de marzo de 1928, La firma social de la empresa era la de " Gán-
dara Durán y Compañía". Sus materiales tipográficos los pidieron
a la "National Paper & Type Co.", de Nueva York. El edificio pro-
pio, situado en la 9• Avenida Sur, con diez oficinas debidamente ins-
taladas, se hallan: una prensa "Duplex", modelo E. Flat Bed, para
ocho páginas de ocho columnas; tres linotipos Mergenthaler, modelo
8, tres magazines, tipos "lonic" y corrientes. Máquina Ludlow de
hacer encabezados. Una prensa "Chandler" para trabajos pequeños.
Una prensa de estereotipar, tamaño de página corriente de periódico.
A fines del mismo año la nueva empresa cambió el nombre a dicho
establecimiento, por el de Imprenta "El Tiempo", en donde se edita
el diario del mismo nombre.
Los materiales de imprenta son abundantes, como tipo, mesas
de compaginación con planchas metálicas, crisoles y cuanto necesita
un taller de primer orden, ·destinado a periódico.
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El taller de fotograbado, también cuenta con cámaras, gillo-


tinas, y diversidad de aparatos modernos para los trabajos, asl como
un Laboratorio Quím.ico completo, y una máquina "Graflex".
, Hay un Gabinete de dibujo dotado de elementos diversos,
servido por tres dibujantes y un caricaturista.
Tipografía ' " EUt'e' 1, propiedad de don Clemente Marroquln
Rojas, sit\1ada en la s• Avenida Sur, a inmediaci.ones del Mesón ,de
San Agustln. Esta imprenta' sizyió para editar "La Hora", diario que
desapareció en f ebrero de 1927. Mas tarde fué propietario de estos
talleres don Rafael Rodil C., designándola con el nombre de "Artes
Gráficas".
Imprenta de Elgueta y Ovalle.-Perteneció a don Federico
Alvarado Fajardo, con•-el nombre de "El Sol", habiéndola adquirido
los impresores Manuel García Elgueta y Rafael Ovalle.
Talleres "La.n casco".-Propiedad de los señores R,· Felipe
Solares y Cía., dueños de la Farmacia "Lanquetin, Castaing y Cía.",
dedicada a.la propaganda de los productos de sus laboratorios.
La Imprenta en los departamentos.-Desde hace menos de
medio siglo varias cabeceras departamentales tuvieron Imprenta,
siendo ensanchadas con el tiempo, como en la Antigua Guatemala,
Quezaltenango, Totonicapán, Retalhuleu, Cobán, San Marcos, Ama-
titlán, Mazatenango (Suchitepéquez), y Chiquimula.
El punto de partida del establecimiento de la Imprenta en
Quezaltenango arranca desde el año de 1838, con la Imprenta Li-
beral, en cuyo taller se publicaron varios opúsculos políticos y hojas
sueltas, así como proclamas que llevan la firma del General Agustln
Guz111án, discurso del ciudadano Marcelo Molina y otros impresos
dé valor histórico.
En dicha Imprenta se publicó el 23 de junio de 1838 el
periódico político, "El Quetzal", que desapareció en septiembre del
mismo año. Un chusco le dedicó este mal rimado epitafio:
"Aquí yace el famoso quetzal
Pues no es aquel animal
Que viste de pluma hermosa,
Es la relación odiosa
De un editor mentecato
Que empeora de rato en rato
Sin poderlo remediar ;
Y que ha dado en matraquear
El majadero insensato.
R. l. P."

El 1• de febrero de 1839 instalaron la Imprenta del Estado de


Los Altos. Tal nombre le fué cambiado en 1840. Publicó este taller
en agosto 27 de 1839 "La Gaceta del Gobierno de Los Altos", perió-
dico de escasa vida,
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No menos de doce imprentas tiene en la actualidad Quezal-


tenango, varias de ellas bien surtidas y con tipo moderno.
En la Antigua Guatemala donde tanto floreció el arte de la
Tipogra~__.<i1¡1%'allte la colonia, se han hecho esfueu.os por ensan-
char esos?.c~11"!ós;. ªU:l!que con •escaso éxito. • •.
El aíio',.dé,. 1882 poseyó u n .taller la cabecera depá.rtament\l
de la Baja Verapaz, •sirviendo para la publicación del periódico "La
Voz del Nort~"· Al llegar ·1a. imprenta a Salamá, la Municipalidad
mandó se tocaran las campanas de las dos iglesias en señal de rego-
cijo, pusi.e ron colgaduras los vecinos en las ventanas , hubo cohetes
y salvas de artillería y en general toda la población recibió con
inusitado entusiasmo esa obra trascendental, mensajera de libertad
y civilización.
.' Cobán ha contado hasta con cinco Imprentas en años ante-
riores; :, actualmente hay tres, por haber sido fusionadas dos, por
don Emilio Rosales Ponce, ciudadano patriota, de ideas avanzadas
y muy inteligente.
Hubo dos imprentas ambulantes hará poco más o menos
quince años: la primera la trajo un inglés y la instaló primero, en
esta capital y luego en el pueblo de Palín (Amatitlán), donde publicó
• un periódico de propaganda evangélica; luego vendió el taller en esta
ciudad y se marchó; la segunda Imprenta ambulante la. trajo un
americano de apellido Stuveysant.

La Tipografía Nacional abre una era nueva de adelanto en el


arte tipográfico del pais, por los elementos con que cuenta: las obras
salidas·de sus talleres prueban cumplidamente nuestro aserto; entre
ellas debemos mencionar los "Anales. de la Sociedad de Geografía e
Historia"; la irreprochable corrección del formato revela el arte y
el buen gusto de los cajistas, aparte desde luego de los fotograbados,
sobre$aliendo entre éstos el Escudo en colores de la ciudad de
Santiago de los Caballeros. de Guatemala en la carátula del primer
número.
En los diferentes trabajos de fantasía encargados a la Tipogra-
fía Nacional parece como si cajistas, prensistas y encuadernadores
.compitiera.n cada uno en su ramo para llevar al público libros y
folletos que puedan satisfacer el gusto más delicado.
Por primera vez, y como un justo orgullo para las artes gráfi-
cas gua_temaltecas, debe hacerse especial mención a los tomos de la
grandiosa obra del Br. Ulises Rojas, titulada "Elementos de Botánica
Gen~ral", obra profusamente ilustrada con grabados _en colores, que
ha merecido élogios muy justos en el e xterior. •
····l:J'n·a- cte-ia-s· obra·s más ·importantes que se han reaiizado·desde
hace pocos años en la ciudad, es la reconstrucción del edificio de la
Tipografía Nacional, que ha venido a dar realce al ornato de la pro-
longación de la Séptima Avenida Sur.
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La nueva construcción une a su indiscutible elegancia y uti-


lidad, solidez y amplitud; ella mereció cuidadoso estudio y detalles
de buen gusto de parte del Ingeniero Arquitecto don Gustavo Novella
y sus colaboradores señores Linares & C°, propietarios de los famo-
sos talleres de carpintería que en otro tiempo pertenecieran a
Jensen & e•.
La obra tuvo la inspección de la Directiva de Obras Públicas.
Las dimensiones del edificio son las siguient.!s:
124 pies ingleses, del lado de la Diez y , Ocho Calle Oriente.
173 del lad,o de la prolongación de la Séptima Avenida Sur. 38 de
altura, hasta el vértice del antepecho del segundo piso.
Reformas que se hicieron al edificio: modificación del primer
piso en los departamentos de maquinaria y oficinas del interior.
Refuerzo de las paredes del primer piso, empleándose vigas
y viguetas de "hormigón armado" para el sostén del piso segundo
en los cuerpos perimetrales. Esta construcción es de sistema mixto,
consistente en tabiques de ladrillo, pilares y vigas de "hormigón"
armado.
Dos magnificas escaleras del mismo material, para dar acceso
al piso segundo.
Colocación de un elevador eléctrico para carga, de capacidad
de mil kilogramos, que elevará bultos al segúndo peso. El elevador
es de la casa "Jaspar", de Lieja, Bélgica.
El segundo piso tiene los departamentos que siguen: Direc-
ción, Secretaría, fotograbado, dos grandes aposentos para el archivo,
uno extenso para el taller de encuadernación y otro destinado a la
sección de rayado.
El valor de dichos trabajos fué presupuestado en 35,000
quetzales, pero debido a muchos trabajos no previstos en el contrato,
el valor total de la reconstrucción llegó casi a los setenta y dos mil
quetzales.
Las diferentes modificaciones y reformas realizadas poste-
riormente, en el curso de los trabajos, se hicieron con autorización
de la Dirección· General de Obras Públicas.
El conjunto de este edificio es de aspecto sobrio y elegante :
su entrada principal de sencillez de líneas correctísima, y su orna-
mentación de indiscutible buen gusto y atrayente estilo.
Ccmo bello adorno presenta los bustos de Fray Payo de Ribera,
prelado ilustr.e a quien se debe el establecimiento de la primera Im-
prenta en el Reino de Guatemala; y del General José María Reyna
Barrios, gobernante que se interesó el año de 1893, por la fundación
de la Tipografía Nacional ; sobre los muros exteriores de la Diez y
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Ocho Calle y Séptima Avenida aparec~n ~edallones con los bustos


en altorrelieve, hechos de cemento, por el artista y constructor Pedro
García Manzo, representando a los tipógrafos notables de la época de
la Cóloñiá,·y ·aevarios ·ae los 'q ue figuraron en primera línea déspües
de la independencia hasta nuestros días. Y ellos son: de la épo_c a
Colonial hasta nuestra Independencia ( colocados en la 7• Avenida
Sur): Mariano Sánchez Cubillas, Emanuelen Arévalo, Cristóbal de
Hincapié, Alejo Mari'.'-no Bracamonte; Juana v. de Arévalo, Sebastián
de Arévalo, Br. Antonio de Velasco, Antonio de Pineda y José de
Pineda. lbarra; en la parte de la 18 Calle Oriente figuran los posterio-
res, Ó sta. de la Independencia a la fecha, y son: Joaquín de Arévalo,
Igna¡\'ic{ ·B,eteta, Alejandro Marure, Lucia.no Luna, Abraham Fernán-
dez P., Higinio Taracena, Baldomero Siguere y Pedro Arenales.
Pue\ie decirse que la ciudad tiene en el edificio de la Tipo-
grafía Nacional, con sus valiosos elementos de imprenta, un nuevo y
bello dije que presentar a fos extranjeros que nos visiten.

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EL ((LINOTYPE"
"LA MANO QUE INFORMA AL Ml.JNOO"

DESPUÉS de haber for mado el presente libro, escri-


to por el diligente periodista don Víctor M igu el
Díaz, nada respecto a su valor intrínseco podríamos
agr egar, como no fuera nuestro entusiasmo por la
obra; porque, si bien hemos leído con interés lo que
otros autores han escrito con referencia al ar te
de la imprenta y su introducción en Guatemala,
nuestra Patria, en ninguno de ellos hemos encon•
trado, ni llegaron a cons ignar hasta hoy, la variada y extensa informa-
ción contenida en estas páginas, que vienen a ser un monumento
valioso, erigido al arte que precursar;< Juan de Gutenberg.
Todo principio es difícil, mayor cuando de implantar el pro-
greso se trata, en todos los pueblos de la tierra. Y es de considerar
las múltiples dificultades y obstáculos que la introducción de la
imprenta encontraría en una época en que la intransigencia miope y
el prejuicio co ntumaz, predominaban en estos países, apocados y
apegados a la tradición retardataria y enervadora.
Pero,¡ gracias mil a los tenaces, a los constantes !-que siempre
para salvación de la humanidad los ha habido-llevaron enh iesto su
optimism o y, triunfantes, lograron clavar el estandarte de tal pro-
greso e n el Centro de la América que Coló n descubriera.
Concebido este libro para solemn izar la terminación de un
edificio: templo en donde oficia la Idea, y el plomo- metal humilde
Y privilegiado-dá vida per durable al Pensamiento que sublimiza,
justo es, guarde también en sus páginas, algo de la historia de la
imprenta mecánica: el "Linotype", porque dicho maravilloso invento
ha evolucionado pasmosamente la tipogr afía en sus m uy múltiples
aspectos y manifestaciones.
Y a este respecto, con la venia del autor del libro-que con-
fiadamente pedimos - y la benevolencia del señor don Nicolás
Reyes O. , obrero tipógrafo, bajo cuya Dirección se reconstruyó total-
mente, en 1927, la Tipografía Nacional de Guatemala-a quien los
terremotos de 1917-1918 dejaron huérfana de su edificio propio,
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situado por el año aciago en la 2• Avenida Sur, víníendo a quedar hoy


colocado en el primer lugar respecto a los similares de la América
Central-, que nos encargara escribir estas líneas, entramos en
historia, procurando ser sucintos en el relato.
En 1909 Ueg6 al país, procedente de Nueva York, como Agente
viajero de la M engenthaler Linotype Co., el señor don Francisco
Arredondo, experto mecánico cubano, poniéndose inmediatamente
en·contacto·con los propietarios·de.establecimientos tipográficos de la
• · • , . : ~
• ; ~ t• ,_; ; • : ,., 1

capital.' •El' s'enor ·Licenciado ' don Marcial García Salas, dueno
~t los t~lleres de i,m¡,renta "Ll! República", situada por aquel año, en .
0
ia.' 5• Avenida·Ñorte y S'' Cálié"Poniente (casa de esquina), compró la
máquina " Linotype" Modelo 5, Número 1~171. (que en la actuali_~ad
t; a~áj~ é,i el "Di3:rio dé_éentro-Amérié_a '!) . ' Dichá: m~uiná,J ~ i1a
pí-im'éra i¡úé Ílegáiá. á. Gúaten:\ara; y·¡,,ime~a •a ·céntro-América. ': J;a
armó el s¿ñór Arre'ciondo. "... • • • • • •.
! ' ~ . •• • •. •
• •
:
;f . .
•, . ; • • • . • • . .: • '
.> .
.: ·"
. Fué des,gna~o por el propietario de ~icha_imprenta ' para ·q,ne
aj,_rendiérá ' su' manefó; bajo la ens'eñánza dei señor Art.edo.ndo;'-:·eJ
lip6grafo J_orgé ' Pujó1,·· 9ui'eii ya '·liabia 'd emostrado s~.c~ii:ip•Ü encia
corrió' cajista, salie.ndó·venc'édor en· el Concu~so público ú f ;;ado a ~abó
en la Ex~ósié:ión'c¡úe:se ·c ~iitiiara el 15 'di' Septiembre del añ91904,
en' los ·salones ·dti ·extingúí'do Teatro ''Excelsfor 1' , ·(ras ·c ién Puertas) .
0

• •• '• ,•. Poéos días fue"roxi sufic{eiiies p;.:ra que -~¡ joveii p.¡·jol 'se: i?u~
siera al cofrieiité' eñ el ·i;na:nejo ·ae lá máq\iíná "Lfnotype" ; y entónées
comenz6 la afluéncia dé peisona:s~interesadas :unas ·poca~,· 6iriosas
la inayoría-:-an~ca!- de' lo's 't alleres ,;I;a República" ,·_en iiorld( se én'
cóntraba: -trabajándo 'la maravillosi máquina. • • • •• ' • •· ' ,.
'. .• ; ·,E1· propietario del diario- "La•:Mañana", · oenei'al :Férn'a:n~o
Somoza- V,vas,··se •propúso adquirir ·una igual; y al' efecto, désigtio al
obrero Guillermo Espinosa •C., para · que-,· bajo· la ·enseñanza , (\el
• e'l'.perto Aqedondo, ,adquiriera los primeros-. conocimientos·- en el
man.,jc¡,del. "Linotype" ,; empezando a trabajar la máquiná .Moledo 5,
N,ú¡ner9 1317,7, ~n. ".L a Mañana", ~uya, impre.nta,. en.aqu~l-entonces,
se hallaba instaJada en.la 8? Calle.Oriente, en.Jo que,fuéra.Convento
de.la,IgJesia Santa Rosa, el 5 de no,,:iembre de 1?09 ;.si,mdo la-segun-
da qüe en· Guatémalá trabajara: . '. . . •. . ,. . ., .,. .
• •. •• :.·. 'iil T.ip,9g,raiia:. :l'Úciona:Í , de~ig~ó, . .cp~.. ~1 ini¡~o . ·o bjeto; . al
caji~ta,.)'µljo: Pa.di!Ja, tIJ .el.de$e<:>. de.. adq.u irir. para sus .ta;lleres .más
quiIJas :que, no. fu~ . po.sible tr');e~ ,!'Ít aqu.ella epo.c a..:.: . . • ,.
-.: :. Los _señores Sánchez·~-\le Guise,, antes <ie.quei el -señór Arr-e1
dondo se ausentara del país, hicieron venir- una .máquina .(',1odelo: 5,
trabaja,¡.d o en __ell;t., don .Víc!or ,i,1.. de G.uise, .so.c_io,propietar"ib de la
Ca;sa; .y e~tan<io·Y.a en fun.cionamiento e$a ._máqui¡¡a .en, sus talle.res,
pidieron por.el misl)lo conducto, otras tres del.1J1ismo modelo·, sieµdo
la primera imprenta en Centro-Amér_ica que <!~ Úrra vez)nsta16 una
batería de cuatro linotipos. , • • .. .:, , ,.
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.-.;:.:.s·;: ;, -::··.:":: ·
=.,;,:,.;:.... :: .:~ .'.

• J/ Jor~ P'uj<11, pr lmt'r llnÓtlpl.nn q'ui hub&',tl·Cu'i:'lt~m:11il, n t rAi su llyuda ni~ lko)11.mí1t 'f<iltdo.
.•
•' ,.

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La misma empresa de Sánchez & de Guise hizo venir al linoti•


pista español, don Joaquín Guinda; quien, unido a sus buenas pren-
das personales, poseía un valioso caudal de conocimientos en el ramo
de la imprenta, especialmente en el "Linotype", Fué jefe de ese
pepartamento, y enseñó a varios obreros, y también a algunas seño-
~tas el manejo de las máquinas. Entre los que aprendieron bajo su
~nseñanza el oficio de linotipistas, recordamos a Felipe Ramíre7 y a
Eduardo Paniagua M. •
1
: El Doctor Eduardo Aguirre Velásquez fundó el diario "El
~acional", con magnífica maquinaria y abundante material tipo-
tráfico, e ~izo traer una máquina "~inotyp~" Modelo 4, y 1~ Mode~o
iS, Número 14277 •( que en la actualidad esta en uso en la T1pografia
;Nacional). Dichas dos máquinas fueron armadas por el linotipista
~ueco don Eugenio Roaenberger. De los obreros que allí desempe•
ií,aron labor constante y de buena voluntad, recordamos a Julio Pa-
,:j.illa, que fué el primero en trabajar en el "Linotype" Modelo 4 de
¡esos talleres; Nicolás Reyes O., Miguel Guzmán, Jorge Pujol y Guí-
µermo Espinosa C. De Jos ·que aprendieron bajo la enseñanza del
iseñor Rosenberger: a Luis Alfredo Samayoa, Raúl Meany, Alfredo
~ - Aragón y Arturo .Mendizábal. •. •
¡ Consignamos aquí, a guisa de nota-que dice mucho en justi-
f ia de los obreros guatemaltecos-que a principios del año da 1912
¡narchó a $an José, Costa Rica, don Eugenio Rosenberger a instalar
jan la imprenta " La Información", de aquella ciudad, tres máquinas
''Linotype", Moledo 8; y loe primeros linotipistas que llevó a trabajar
~llá, fueron los guatemaltecos Julio Padilla, Alfredo R. Aragón y
Guillermo.Espinosa C.
Años después · (1914), los· señores Marroquín Hnos., "Casa
Colorada'. ', introducían al p.aís la primera máquina Modelo 8 de tres
magazines, Luego "El Mensajero", periódico e imprenta protestan-
tes, cuyo. propietario era el ciudadano norteamericano don Guillermo
B. Allison, tra.jo en· 1917, una Modelo 14, de tres magazines y dos
~uxiliares, pequeños. .
: Después de 1917, han ijegado al país otras máquinas "Lino-
type", casi todas Modelo 8.' Habiendo hasta la fecha en que escri-
bimos, y si mal no recordamos, más de 26 linotipos trabajando en
puatemala.
En el mes de mayo de 1924, los señores Sánchez & de Guise,
traen para sua talleru la primera máquina "Linotype" Modelo 26.
Para que la armara, la " National, Paper & Type Company", de
Nueva York, envía al mecánico don Guillermo M. Martínez, quien lo
verifica en unión del linotipista guatemalteco Eduardo Paniagua M .
En el mes de agosto de 1928, la Tipografía Nacional trae la
Número 43616 del mismo modelo-segunda de las que llegan a
Guatemala y también segunda en Centro-América-cuyo montaje se
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encargó al obr ero Guillermo Espinosa C., en colaboración con el


linotipista Joaquín Maldonado, quedando lista para trabajar, el día
22 de agosto del mismo año.
El orden en que los obreros ·que se dedican al manejo de las
máquinas hicieron su aprendizaje, es el siguiente : Jorge Pujo!. (*) -
G,,iillenno Espinosa C. - Miguel· Guzmán.·- Julio Padilla,--Vktor--
M: dé Guise. (*) -Benjamín Toledo. -Felipe Ramírez. -Eduardo · l
Panlagua M. - Nicolás ·Reyes O. ,- ,- Alfredo R. Aral(6n: -- Luis :
Alfredo Samayoa: - Raúl Meany. - Arturo MendizábaL - Samuet.:l
Cpac§n. (*) - Alberto ·GütiÚrez ·ch. - Julio Aquiles Tejeda. - ·'-•
Antonio Castro, - Salvador .U~rutiá. -· - Adolfo Samayoa. - Anto- l
n(o Rada. - Adrián Pineda, h. - · Diego Julio Cordero. - Manuel
u'.rrutia. - Carlos Urrutia. - José Luis Pa!'iagua. - Joaquín,Mén-
d ~z, h. - Vicente·Zcpeda. - Raúl Tol,úfo ..~ Manuel Romero Cruz.
~.. Joáq.uín Maldonado ·y otros más, c~y'os Óombres no recordam9s,
'·' De los q~e más en alto han_colocado ·e l nombre del grenii~
de linotipistas guatemaltecos, por sus especialísimas dotes y habili-
dad en el"manejo dé los linotipos· (teclado y mecanismo), descuellan
e,:, primera linea ·1o·s ~ompañeros :' Be.n janíín Toledo1 Saivador Urr~-
tia, Luis Alfredo s ·a ínayoa, -Raií!' _M eany, J;.Íio Padilia (radicado en
San.·José, Costa R(c!l) .y.Álbefto G.u.t iÚr~z Ch., que hoy se encuentra
en-Madrid, Esj,añá( . T-ambiéil:há &.o bresa!ido eti primera linea entre
los del gremio/ Miguel .quzmári '(de origen nicaragüense, radicado
actualmente .eii Cuba). '. '. , . ;, '· .:· • . •
: • En(~¿ los otrps·. ~~~pañeros (nuev:Os 'que c:iiría~os)', se perfi-
lan futu;os muy bú~-,Í'qs.ope¡-ado'r.es y m_Íi.quinistas: '
Antes de 1909,;cuando "se élecíá'1 ·que.tal sistema de composi-
c,on tipográíka ,se. introduciría :eu;,q~atiniala, ·ya se atacaba, por
aliiuna prensa·, " ';"el poco patriotismo·dé los. dueños de imprentas que
quieren·árrebatat1.:el paii de la boca á'tanto -obrero tipógrafo que .q~~-
da~ti" sin "traba)o,' ál traer y· ¡:i_ó j!Ú. en uso. esos aparatos". ·· ¡-Y éslo
en peno 1 ·· 1XX
s,g o l •'·
·.' • '·. . , ,>
:-:·. .. •. : : ·.-. .. • • .
¡°Peró el id~ál _de mej?r:Í~iento· n.o· s'e._~'itiugúe ·eu 'l_as ·s?cie-
dades, porque el ·p rogreso se ,iil)póne' a los' •¡iu'eblos, al grifo ·de las
necesidad.e s cad~día más,urgentes ·enla.vida de'acción .y' avance que :
rec!ama:n -Ios fiempos' d e :di,mÚtioñ'tifitver.sa!'! .- • • ••. ,.•: ·.:,:•.•:: ."·}' ;:. !- •
•••.•••-.., .. , ........::•--;' ,' t . ., ';.l,.•~: •. ,•~ •. •. •; • • ' , , •. .. ~•!'"....••-• \,:~• ·-:; •¡••. •
·:'; ;~:·: J)e;.4s i9Íp;,e'ritas ·:que'' en la ·a·ctualidad .\J.S~ri: ~s: "!-aqu~~as :
"Li~~}~~/( J rf.~º.':~ ainos las sigui~n_tes: Tipografía ?;~~~~ naf;>"': ~•-' ¡
equ!.P~i!s,;-;_co!\:.'ª hmentador automahco Margach; Sand i ez . & '-de , ¡
Qúrs·e f ,3;¡-"-I?iari:'>.de Centro-América", 3; "Unión 1'.ipográfica", 3; "Eq
Tiempo",-3·; Tip. "Latina",4 ;-Muñoz Plaza y Co.¡-3; Amos -y-Ander~·,c
son, Sucs., 1; 11 ExcelsiOr", 2,

C• ) Linotiphtu fallecldot.
(1) La Lotomorora, 1009,

<J.7.4

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H asta aquí la historia de la iátr~cción del "Llnotype" en


Guatemala. Para el desarrollo que la 'ímprenta tiene que seguir ad-
quiriendo en el país, nosotros deseamos que, en el futuro, "la mano
que informa al mundo", llegue en nuestra Patria a rubricar su nom-
bre por to.dos sus ámbi~os, con la preponderancia que es justicia
concederle a todo lo que es grande, hallo y noble, acompañando con
la música - de su distribución incomparable, la férvida oración del
trabajo! ....

; Guatemala.que, debido a las desastrosas épocas, tanto pelíticas


como :económicas porque ha atravesado, ha retardado su evolución
en materia de artes, hoy despierta a la realidad que mueve a los pue-
blos qpe han sido apáticos y tardíos, y busca en la introducción a su
te_reJ9rio de fodo elemento que constituye progreso y bienestar, el
:~ ropio, postergado durante tantos años ....
;::_, :V uno de estos. element~s, • ¡quizá el más valioso y trascen-
'• ·de todos, es la unprenta . ....
• · ¡La imprenta, que entre nosotros, en muy contadas fechas, había
dado señales de ·existencia, viene adquiriendo hoy un empuje enér-
gico y:decidido como factor preponderante de civilización, y podemos
dar cómo_ejemplo, la Tipografía Nacional.
. Ajenos a todo fin preconcebido, y lejos de nosotros-pues no
es ese nuestro carácter de justicia y ecuanimidad-la idea de prodi-
gar adulaciones, que ante los hechos reales vendrían a quedar deslu-
cidas y sin valor alguno, dejamos al sagaz, al perspicaz (si los·dos no
son más que uno),- que siquiera se lo llegase a suponer, en el más
amplio y liberal terreno para que piense y diga de nosotros lo que su
criterio le dicte, seguros, ¡'segusísímos !, de qua no alcanzará ni con
mucho a empañar el brillo de -la justicia y la verdad, toda vez que
escribimo~ para la 'füsforia, y no · para las pasiones que siempre
ciegan los· ojos y encallecen: ~l corazón, haciendo de la conciencia
un mito_... . . • • •
¡ Quien la conoció allá en' la 2• Avenida Sur, con sus cacha-
zudas mil.quína.s de "Ar~o" ;.con sus escasos y ya anticuados elemen-
tos tipogril.ficos, s.e. aorprenderil. hoy-¡ y con razón !-ante su trans-
formación :abÍolutameilte •radical.
La m.~gnific~ncia· .d e su edificio, situado en una de las vías de
mayor morimiento.- comercial.en la actualidad, y el centro futuro de
la urbe;'aebido al}.v~e q~e-hacia el Sur despliega la ciudad capi-
tal, pre'góna:pon v.Í>.:Z .clariL y·elocuente lo que llegará a ser ese Esta-
blec~ento en el_transcurso de los año~-- . ...r
Su moderno equípo de material de cajas y compagh\acián,
dice mucho de un al'.lhelo insatisfecho siempre, por elcanzar la supre-
macía en el arte tipográfico.
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Ante su Departamento de Encuadernación, el más grande e


importantisimo que existe en la América Central, forzosamente se
tiene que confesar que si sus trabajos no han podido llegar a mayor
altura en perfección y calidad, es porque esa mayor altura no la
ha alcanzado el mismo ramo, A vista de pájaro, y para que se pueda
apreciar su magnitud, señalamos someramente, algo de su equipo
en maquinaria y otros elementos con analogía al ramo : una máquina
para dorar, marca Karl Kraiue, eléctrica; una Guillotina automá-
tica, Oswego; dos Guillotinas Advance; dos Cizallas, grandes;
dos máquinas para hacer cajos, marca Híckok; cuatro máquinas para
pecforar, marca Rosbach, Modelo 28, una de ellas eléctrica; una
máquina Sterlíng; una máquina para coser con alambre, número 000 ;
una máquina marca Monitor; una máquina marca Boston, número
4; una máquina marca Boston, número 3; .una máquina marca Rapid,
número 1os·; una máquina para coser con hilo vegetal y una marca
Br~li~er; ·dos máquinas para hacer monogramas ; una máquina para
hacer. oj.etes; una Dobladora automática número l SO; dos :ip.áquinas
par.( prensar libros, marca Híckok, número 10740 ; una prensa para
dorar l~yendas y combinaciones de orlas en pastas de libros ; dos
. estufas-' eléctricas; cuatro juegos completos para formar artísticas y
' compfü:adas combinaciones para las pastas de libros •Y otros trabajos;
vienti.o cho rodos de bronce para dorar; ochenta y seis fuentes de
tipos de bronce ; un surtido completo de píes de imprenta, tanto
horizontales como redondos.
:: ,¡: Dijimos que a vista de pájaro reseñaríamos este importante
Dep¡1tfaniento, y en efecto, no es posible en unas cortas líneas y al
corr.er de un tiempo limitado, decir de todo lo que alli se observa;
baste• a nuestro entusiasmo de obreros patriotas y orgullosos de
·nue;,tr~· país, repetir que es el primero-sino el único en Centro-
América--pues lo confirma, no precisamente nuestro aserto, sino la
voz autorizada de un Agente viajero en el ramo de imprenta e Inge-
niero de la Casa Brehmer de Alemania, en alentadoras frases dirigi-
da's al visitar la Tipografía Nacional de Guatemala y hacer compara-
:ciónes que resultan para ella muy razonables y justas, por cuanto son
:,el resultado de la observación y la experiencia al recorrer en misión
:_col!lercial la mayor parte de los países de habla castellana.
El Departamento de Rayado cuenta con dos máquinas Hickok,
unfGuiJlotina Advance, de 30 pul·g adas y todos los implsmentos ne-
ces,~o~-_al uso del mismo .
.:_:.Su J:!10der.no y completo Departamento de Fotograbado y .
Cinéografía, ·equipado con la· niaquinarfa. 'iri.'ás e'xigénte de la época;- •
nada deja que desear, por el buen trabajo que allí se obtiene.
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El Departamento de Cinematografía, en avance notorio y en


producción continua, proclama ya sobre los lienzos de los salones
de Cine, el anhelo _constante y férvido de mejoramiento y de cultura
que caracteriza a quien, en los últimos años ha tenido bajo su direc-
ción la Tipografía Nacional de Guatemala.
Su Departamento de Estereotipia cuenta con un crisol e-special
para fundir metal ; una Calandra matrizadora, marca Asbern, ta-
maño II 50x75 con impulsión a mano, para altura de tipos america-
nos; un aparato estereotipador combinado, e instrumento plano para
.fundir, Asbern, para formato de moldes IV, 46x60 cm. ; dos filtros
blandos para la Calandra ; dos cubiertas de goma para la misma ; una
fresadora de marca Asbern.
Su Departamento de Linotipos, cuyas tres máquinas mantienen
en existencia continua, no menos de veinte mil libras de tipo fundido
en lingotes, listo para ser impreso, Su personal : inquieto y activo,
laborando en consorcio armonioso.y fructífero y el vertiginoso movi-
miento de sus poderosas b:¡.terias de prensas: Ideal P. M. (2); Colt
Armory (4) ; Chandler (3); Liberty (3); Optimus Número 7 (5);
Releance (2) y Kelly, Modelo B, reformada con alimentador auto-
mático-la primera introducida al país-, arrojando en con tinuo y
febril anhelo de multiplicidad, millares dé p áginas impresas, son
voces que van pregonando por el mJ.!ndo entero, lo que pueden y
alcanza el entusiasmo y el esfuerzo de los hombres de buena vo-
luntad l.... •
Entre otras máquinas recordamos, debido a la flaqueza de
nuestra· memoria, las siguien tes , todas de últimos modelos: una má-
quina <Je afilar, de 60", marca Hickok; una máquina Emboser, núme-
ro 120 para trabajos en relieve por medio de calor y una máquina
para estampar en seco, marc.,_ The Modern,de la Casa "Modern Die. y
Plate Press", Belleville, DI. ¡ una máquina para hacer medios tonos
en planchas Maesser ; un carrito con presión de aire para el acarreo
de papel con capacidad para media tonelada, el cual es maneja do por
un solo individuo; dos Guillotinas automáticas Oswego, de 50" y
Seibold, de 48".

A este mecánico consorcio debemos agregar las consideracio-


nes a que se presta su desarrollo admirable y creciente: es decir, su
pasado y su presente. Si comparamos la Tipografía Nacional de la
2• Avet;1.id<1- Sur, allá por el año de 1904 en la que, si es verdad que se
hizo obra de valor inapreciable, en lo que corresponde a las artes
gráficas, no se hizo cosa parecida en lo tocante a encarrilar su orga-
nización-base de toda prosperidad-por derroteros de disciplina
bien entendida. • '
:1so

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HillOlla do la impl"1l1a ,111 Gu•M•l• ._. IOl 11.ciqos do la colon!,, hu... hllpt://www.dloc,com/u!OOOj~l/pf!nt?opdcmFlJJ"'

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Historia de la imprenta en Guatemala desde los tiempos de la colonia, has ... https://www.dloc.com/uf00054966/00001/print?options= 1JJ*

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