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Como enfrentar las perdidas con Sabiduría

La Biblia es un libro lleno de realidad, en ella encontramos la solución para todas


nuestras perdidas, solo que a veces no nos gusta la solución que Dios nos
entrega, a veces queremos un milagro y Dios dice no.

Dios nunca prometió que nos libraría de las tragedias humanas, pero nos
dejó todo el conocimiento y los recursos para que enfrentemos con
sabiduría divina todos los eventos y las pérdidas humanas.

Dios no solo nos da, también nos quita, cuando quita no siempre nos agrada,
afrontar las pérdidas que nos depara la vida forma parte de un proceso, nuestro
deber es ser administradores de todo lo que Dios nos ha dado incluyendo los
momentos dolorosos

Algunas de las mejores lecciones que Dios quiere enseñarnos a menudo las
perdemos porque vienen por la puerta trasera de nuestras vidas, generalmente
nos sorprenden y no estamos listos para aceptar el paquete que Dios quiere
entregarnos, a veces el paquete no es atractivo, aunque su interior es valioso.

Los tiempos de perdida son temporadas que Dios permite o que Dios provoca a
todos sus hijos, pero que siempre nos recuerdan que Dios nunca prometió que
no tendríamos accidentes, enfermedades, tragedias y tampoco nunca prometió
que no nos afectarían las crisis, las pandemias, las plagas o la muerte.

A pesar del dolor nos sometemos a sus determinaciones soberanas.

Dios nunca malgasta una crisis en nosotros y por eso somos candidatos a volver
a repetirla, toda crisis ocurre por la providencia divina y en ninguna existe
despropósito alguno, solo los maduros desarrollamos resiliencia y después de
las crisis salimos mejores al identificar los cambios que debemos desarrollar y
los realizamos con prudencia y excelencia.

Esta declaración divina es fácil de leer, todas las cosas nos ayudan a bien, pero
difícil de aceptar, no es difícil de entender que en su providencia Dios permite
que los eventos humanos que no entendemos, como las fallas, las tragedias,
nuestras ganancias, perdidas, aun nuestros aciertos y nuestros pecados, sean
parte del plan final que él está desarrollando.

Dios no recibió consejos para determinar su plan soberano, el solamente por el


sabio consejo de su voluntad ordena en forma libre e inalterable todo lo que
sucede y aunque ocurre el pecado él no es el autor del pecado y aunque tiene
dominio de todo, no violenta el libre albedrio de los humanos.

Si usted se pregunta cómo podemos creer que Dios está en control absoluto y
que a la vez nosotros somos libres de escoger, tiene que entender que así no
fuera, Dios no sería Dios y nosotros seriamos marionetas, pero Dios va
trabajando en nuestras vidas y lo que no entendemos y ocurre, él lo entiende y lo
provoca o lo permite, pero porque él tiene un plan eterno extraordinario para
nosotros y todo lo que el evita o permite es necesario para que se cumpla su
plan que no es igual al nuestro.

Mi meta en esta pequeña platica es que todos los que hemos sufrido pérdidas
elijamos responder Bíblicamente de tal forma que sepamos cuales son las
responsabilidades que debemos cumplir, la actitud que debemos elegir y cuáles
son las imposibilidades aquellas que escapan de nuestro control o
responsabilidad y que debemos descansar totalmente en la respuesta soberana
del Dios que nos ama y que decimos amar.

No existen excepciones, todos sufriremos crisis, perdidas, solo existen buenas o


malas confrontaciones, no existe ser humano exento de las perdidas e incluso
los cristianos todos tenemos la misma opción, elegimos enfrentarlas sabia o
neciamente.

El cristiano tiene a su lado a Dios todo poderoso, muchos recursos que Dios ha
dejado para que pasemos las pruebas utilizando buenas herramientas para salir
mejor que antes y estar más preparados para las nuevas crisis.

Dios es soberano, él no está rascándose la cabeza porque no sabe qué hacer, el


permite todo y como dice Job en su sufrimiento y perdidas, en la muerte de mis
hijos, de mis trabajadores en la perdida de todas mis riquezas, en la maldición de
mi mujer, en el desprecio de mis amigos, en la perdida de mi salud, no encuentro
casualidad, no encuentro mala suerte.

La Biblia nos presenta quien era Job y cuál fue su respuesta.

JOB 1:1

Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto “en la
descripción de su madurez” y recto, “la descripción de su carácter” temeroso de
Dios “la descripción de su espiritualidad” y apartado del mal. ”la descripción de
su moralidad

Este tipo de personas también sufre perdidas, como reacciono Job, cual es la
respuesta humana que tuvo.

JOB 1: 20-22

Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró


en tierra y adoró,
y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá.
21

Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.


22
En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
Aquí no dice que no lloro o que no le dolió.
Hay una gran variedad de pérdidas que nos afectan a todos en mayor o
menos escala, todas producen dolor y todas deben ser enfrentadas con la
sabiduría que amorosamente nos ofrece nuestro salvador y señor
Jesucristo.

El dolor es el megáfono de Dios para despertar al mundo sordo.

Toda experiencia dolorosa y traumática nos saca de nuestra mala o buena


rutina nos saca de nuestra zona de comodidad para imponernos una nueva
realidad inesperada que queramos o no genera una respuesta automática y
no planificada

Cuando sobreviene una pérdida de cualquier cosa o personas que para nosotros
tenía un sentido, era parte de nuestra vida, necesitamos un proceso de ajuste
obligatorio a nuestra nueva realidad, algunos no lo realizan.

Los plazos de sanidad pueden ser muy variables, todo depende de la capacidad
de la persona, su preparación, su actitud, su conocimiento y su disposición a
buscar ayuda cuando la situación lo amerite, además de su disciplina para seguir
los pasos que son inevitables.

Hay quienes quedan permanentemente anclados en el dolor, otros nunca salen y


se convierten en resentidos o amargados. Es difícil aceptar la realidad, nos
sentimos heridos, molestos, enojados, sin embargo, llega un momento en que si
seguimos el proceso sabio debemos aceptar la realidad y comenzar a aprender
a vivir en ella, pero de ninguna manera debemos permitirle que nos amargué,
nos resienta, paralice y destruya nuestra vida.

El sufrimiento humilla a los orgullosos, suaviza a los tercos, derrite a los duros,
silenciosamente e implacablemente el sufrimiento gana batallas en lo profundo
de nuestra alma solitaria y solo el corazón conoce sus propios pesares y ninguna
otra persona puede compartirlo totalmente.

Es en aquel punto de a angustia cuando quien sufre puede someterse o


aprender desarrollar la madurez, el carácter, resistir y convertirse en alguien que
batalla en contra de la amargura y aprende a vivir con sabiduría.

Algunos principios claves que deben ser aplicados en el proceso de


recuperación

Un cristiano nunca debe responder frente a ninguna situación basado en


sus emociones, sus ideas o sentido común, su respuesta debe ser basada
en principios Bíblicos bien estudiados y sabia y disciplinadamente
aplicados.

El principio de la providencia divina: Nada ocurre sin la orden o el permiso divino.


¿Recibiremos solo el bien y no el mal?
Por lo tanto, es nuestra responsabilidad responder basado en la guía Bíblica
para enfrentar lo posible con la confianza que Dios no nos hará daño cuando
permita lo imposible, porque a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan
a bien.

Poe eso las escrituras nos muestran que a pesar de todas las tragedias que
vivió, esa fue la respuesta de Job.

Genesis 45: 4-5

«Por favor, acérquense», les dijo. Entonces ellos se acercaron, y él volvió a


decirles: «Soy José, su hermano, a quien ustedes vendieron como esclavo
en Egipto.
5
Pero no se inquieten ni se enojen con ustedes mismos por haberme
vendido. Fue Dios quien me envió a este lugar antes que ustedes, a fin de
preservarles la vida. “Porque Dios es Soberano”

Hablemos del principio de la responsabilidad humana

En lo imposible no debemos exigir un milagro, pero podemos pedir y esperar un


milagro, en lo que humanamente es posible, asumir nuestra responsabilidad,
utilizar todos los medios Bíblicos y profesionales posibles y en toda experiencia
aprender todas las lecciones amorosas que Dios quiere enseñarnos al permitir o
provocar una experiencia dolorosa.

No culpemos a otros, tampoco nos culpemos a nosotros, seamos objetivos,


porque la primera tendencia es culpar a Dios, eso nos limita porque destruye
nuestra relación con la única fuente de poder que puede ayudarnos, la segunda
tendencia es culpar a los demás y esto produce un serio conflicto porque nos
elimina nuestra responsabilidad, impide la confrontación sabia, además destruye
el circulo de apoyo que podemos tener para enfrentar las crisis, unidos como
familia, como amigos, la tercera tendencia en medio de la perdida es culparse a
uno mismo, esto también causa un serio conflicto a la persona porque rebaja
nuestra autoestima, nos mete en un mundo de impotencia, nos sume en la
autocompasión que impide buscar la solución.

¿Qué debemos hacer?


Asumir nuestra responsabilidad.

Algunos consejos sencillos:

1. Mantenga su intimidad con el Todopoderoso

Primero, relación con Dios sencilla, no la complique y no la llene de legalismo


intimidad sencilla, no largas oraciones llenas de lágrimas, oraciones cortas de
agradecimiento y sometimiento a la voluntad de Dios, tener momentos sabios de
oración y comunión con Dios, cortos, momentos en que adoramos al señor,
momentos en que contamos nuestro dolor y nuestra angustia.
Job 2: 8-10

Job, sentado entre cenizas, se rascaba con un trozo de teja.


9
Su esposa le dijo: «¿Todavía intentas conservar tu integridad? Maldice a
Dios y muérete».
Sin embargo, Job contestó: «Hablas como una mujer necia.
10

¿Aceptaremos solo las cosas buenas que vienen de la mano de Dios y


nunca lo malo?». A pesar de todo, Job no dijo nada incorrecto.

Job 12: 10-14

En su mano está el alma de todo viviente, Y el hálito de todo el género


humano.
Con Dios está la sabiduría y el poder; Suyo es el consejo y la inteligencia.
14 Si él derriba, no hay quien edifique; Encerrará al hombre, y no habrá
quien le abra.

Job 13: 15-16

He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; No obstante, defenderé


delante de él mis caminos,
16 Y él mismo será mi salvación, Porque no entrará en su presencia el
impío.

2. emocionalmente libertad de expresión de su dolor.

ser libre para expresar sus emociones, si tiene que llorar llore, hágalo con la
frecuencia que sea saludable

Job 3: 11-13

¿Por qué no morí yo en la matriz, O expiré al salir del vientre?


12 ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que
mamase?
13 Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría, y entonces tendría
descanso,

3. Emocionalmente busque ayuda Bíblica y profesional


si no puede lidiar con el dolor, no busque consejo de cualquier persona, no siga
todas las opiniones, habemos personas experta para poder ayudar en
situaciones complejas.

4. Físicamente haga ejercicio

Corra, vaya a un gimnasio, tiene que votar la adrenalina, las perdidas son parte
de la vida de todos los humanos y el proceso de duelo puede persistir toda la
vida si no lo enfrentamos Bíblicamente, puede permanecer por mas tiempo de lo
esencial si el proceso lo vivimos mal y puede terminar en un proceso normal si
nos preparamos Bíblica y profesionalmente para enfrentarlo espiritualmente.

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