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sobre la predestinación
CONTENIDO y la elección
uién decide dónde
Las buenas nuevas sobre
Dios y el hombre . . . . . . 2
Las buenas nuevas sobre
la predestinación. . . . . . . 9
Las buenas nuevas
sobre la elección de
Israel y la Iglesia . . . . . . 13
Las buenas nuevas
sobre la libertad de
Dios y la nuestra . . . . . 23
La presciencia
de Dios . . . . . . . . . . . . . 31
La elección y usted. . . . 32
Título del Original: God’s Choice or Ours?
Foto de la cubierta: Terry Bidgood
Las citas de las Escrituras son tomadas de la versión Reina-Valera, 1960.
Copyright © 2001, 2007 RBC Ministries, Grand Rapids, Michigan
¿ELECCIÓN
NUESTRA O
DE DIOS?
Las buenas nuevas
¿Q
vamos a pasar la
eternidad? Por
generaciones
enteras, los lectores de la Biblia
han luchado con esta pregunta.
Incontables discusiones sobre el
papel de la soberanía de Dios y la
libertad humana han dividido
personas, iglesias y
denominaciones.
En las páginas siguientes, Herb
Vander Lugt, editor en jefe de
proyectos de investigación de RBC
Ministries, nos muestra cómo
evitar esas discusiones. Cuando
reconocemos las limitaciones de la
lógica y la filosofía humanas,
podemos escuchar y regocijarnos
en lo que las Escrituras tienen que
decir al respecto.
Martin R. De Haan II
ISBN: 978-1-58424-089-1
SPANISH
Printed in USA
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LAS BUENAS
NUEVAS SOBRE
DIOS Y EL
HOMBRE
E
l noticiero de la noche
mostraba los cuerpos
de unos etíopes
famélicos acostados en las
calles y cadáveres mutilados,
todos víctimas en un país
arruinado por la guerra civil.
Otra noticia mostraba el
lugar adonde mataron a tiros
a un joven. Un tercer
segmento mostraba la foto de
un criminal acusado de
asesinar brutalmente a un
niño de seis años.
En algún momento, una
persona que piense tiene que
preguntarse: ¿Por qué? ¿Por
qué hay tantas malas
noticias? Teniendo en cuenta
el hecho de que las cadenas
de radio y TV perderían
audiencia si sólo dieran
buenas noticias, ¿por qué
está nuestro mundo tan lleno
de dolor y pérdida?
Todas las respuestas
2
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suscitan más preguntan. La
persona que duda de la
existencia de Dios podría
responder: «Esto es lo que se
puede esperar en un mundo
gobernado por la casualidad
y la competencia.» Pero si
eso es cierto, ¿de dónde salió
todo el diseño? La gente que
cree en un Creador personal
probablemente diga: «El
dolor y la pérdida son
síntomas de la rebeldía que
ha interrumpido el diseño
original.» Pero si existe un
Dios bueno, ¿por qué permite
tal rebeldía, sobre todo si
sabe de antemano cuánto
sufrimiento va a causar?
¿Y qué tanto control tiene
Dios todavía?
¿Por qué?
¿Por qué hay tantas
malas noticias?
Hasta aquí llega el
acuerdo, incluso entre
aquellos que creen en el Dios
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de la Biblia. Hay quienes
creen que Dios conoce el
futuro porque él determinó
de antemano todo lo que iba
a suceder. Otros creen que
aunque Dios conoce el
futuro, sigue respondiendo
con libertad a las decisiones
que tomamos libremente.
¿QUÉ TANTO
DECIDE DIOS?
Algunas personas creen que
si Dios sabe todo lo que va a
suceder, como dice la Biblia,
entonces por lógica no somos
tan libres como podríamos
pensar. Están convencidas
de que Dios ordenó de
antemano todo lo que
sucedería para asegurarse de
lograr el resultado y la gloria
deseados: todo acto de
amabilidad social, todo error
aparentemente humano, todo
asesinato, toda violación,
toda expresión de la bondad
o el abuso humano. Creen
en este tipo de acción
predeterminante, al tiempo
que hacen hincapié en que
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los seres humanos son
responsables de sus pecados.
Los que enseñan la
soberanía absoluta de Dios
también dicen que Dios
decidió, antes de que el
mundo fuera creado, que
enviaría a su Hijo como
Salvador, que salvaría a
ciertas personas por su gracia
soberana, y que condenaría
al resto de la humanidad.
Dicen que la conclusión
lógica es que si Dios ha
decretado la salvación de
algunos solamente, ha
determinado de antemano
el abandono divino eterno
del resto.
A mí me enseñaron eso de
niño, y recuerdo a los líderes
de la iglesia debatiendo el
asunto: «¿Ofrece Dios
sinceramente salvación a
todos?» Cuando yo tenía 19
años empecé a evangelizar
por las calles. Pero me
advirtieron que contradiría la
enseñanza de mi iglesia si
decía a la gente que Cristo
murió por cada uno de ellos
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y desea que todos y cada
uno de ellos crean en Él.
Quería proclamar las buenas
nuevas de salvación, pero mi
sistema de creencias exigía
que viera a la mayoría de
mis oyentes como
personas determinadas de
antemano por Dios a una
eternidad perdida.
Sin embargo, yo no oía
hablar mucho en la iglesia de
esta sombría perspectiva. Los
pastores nos exhortaban a
vivir piadosamente y se
dirigían a nosotros como a
seres que podían tomar
verdaderas decisiones. Yo,
mis padres, mis hermanos y
la mayoría de mis amigos nos
tomábamos en serio lo que
decían. De vez en cuando
conversábamos sobre la
aparente contradicción entre
pensar que todo había sido
predeterminado, y que al
mismo tiempo, nos
consideráramos responsables
de tomar decisiones
correctas. Estábamos de
acuerdo en que no podíamos
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armonizar esto lógicamente,
pero muchos de nosotros
podíamos vivir bajo esa
tensión. Los que no podían
se iban de la iglesia.
Aprendimos a colocar
nuestras creencias en dos
compartimentos: la verdad
sobre la «soberanía divina»
en uno, y la verdad sobre la
«responsabilidad humana»
en el otro. También
aprendimos a ver la vida
entera desde dos puntos de
vista diferentes: el humano y
el divino. Desde nuestro
punto de vista humano
podíamos sentir aflicción,
ira y consternación por los
terribles crímenes o
atrocidades. Pero teníamos el
cuidado de referirnos a esos
acontecimientos sólo como
«tragedias aparentes»,
porque en realidad habían
sido preordenadas para la
gloria de Dios. Admitíamos
nuestra incapacidad de
reconciliar las enseñanzas de
esos dos compartimentos,
pero nos decíamos que las
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aparentes contradicciones se
resolverían en el cielo
cuando viéramos las cosas
como las ve Dios.
. . . aprendimos a ver
la vida entera desde
dos puntos de vista
diferentes: el humano
y el divino.
Sin embargo, para algunas
personas es virtualmente
imposible vivir bajo esa
tensión. Tienen que desechar
una de las dos opciones: o
bien la llamada «soberanía
divina», o la llamada
«responsabilidad humana».
Se sienten obligados a llevar
todo lo que creen hasta su
conclusión lógica.
Dos personas que conocí
hace años ilustran cómo la
posición de la «soberanía» se
puede usar mal. Una fue una
señora anciana en su lecho
de muerte. Su familia y
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amigos decían que ella
había sido una persona
excepcionalmente amable,
amorosa y piadosa. Al llegar
al final de su vida, sentía
mucho temor. Decía que
amaba al Señor, que creía
que Jesús había muerto por
pecadores como ella, y había
tratado de agradarlo. Pero no
podía evitar sentir que había
sido escogida por Dios
para ser lo que ella llamaba
«un vaso de ira». Y nada
que le pudieran decir
apaciguaba su temor.
La otra persona era un
hombre que asistía a la
iglesia y que abusaba de su
familia. Admitía que eso
estaba mal, pero insistía en
que no tenía el poder de
cambiar porque sólo estaba
haciendo aquello para lo que
había sido predestinado. Dijo
que esperaba poder estar un
día entre los elegidos de Dios
en el cielo, pero a menudo
sentía que estaba destinado
a ir al infierno.
Era difícil ayudar a estas
5
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personas dándoles versículos
bíblicos alentadores. Les
habían enseñado que Dios lo
ha predeterminado todo,
incluyendo la conducta y el
destino de cada persona.
Lógicamente confrontaban la
posibilidad de estar entre el
desafortunado grupo de
personas elegidas para la
condenación eterna.
¿DE VERDAD
TENEMOS OPCIÓN?
Los que se sienten
perturbados por el problema
lógico que plantea la
«soberanía absoluta» de
Dios tienen que saber que la
Biblia nos enseña a creer en
una genuina libertad de
elección. Por lógica humana,
no podemos comprender
cómo Dios conoce el futuro y
sigue teniendo el control de
su mundo, al tiempo que nos
da esa verdadera libertad.
Pero el Dios de la Biblia se
describe a Sí mismo como
Aquel que se aflige
profundamente cuando su
6
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creación lo resiste y se rebela
contra Él. De principio a fin,
la Biblia presenta personas
que toman verdaderas
decisiones morales sobre un
Dios que está activa y
emocionalmente involucrado
en sus vidas. Es un Dios que
quiere que sepamos que su
amor no tiene límites y que
desea la salvación de todos
(1 Timoteo 2:3-4).
Dios está
involucrado con
nosotros activa y
emocionalmente. La
filosofía griega pintó al
Supremo Dios como un
«motor que no se mueve».
Ese no es el Dios de la
Biblia. La idea de que
nuestra debilidad, angustia o
clamores de ayuda no
pueden tocar a nuestro
Creador se contradice en
prácticamente cada página
de las Escrituras.
El Dios de la Biblia está
tan involucrado con nosotros
que agoniza por nosotros
(Oseas 11:1,8), se aflige
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cuando estamos angustiados
(Isaías 63:9), cambia de
parecer respecto a la
amenaza de castigo cuando
nos arrepentimos (Jeremías
18:8; Jonás 3:10), y se une a
nosotros en nuestra lucha
contra las fuerzas de las
tinieblas (Isaías 42:13;
Romanos 16:20).
A pesar de que las
Escrituras dicen
claramente que
Dios ha
predeterminado la
meta máxima
de la historia, nos
ha dado una
auténtica libertad.
Toda la historia, y sobre
todo la historia de Israel
como se registra en las
Escrituras hebreas, es la
historia de un Dios que
quiere que su pueblo crea
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que Él se interesa
genuinamente en las
decisiones de las que ellos
son responsables. También
es un Dios que, igual que un
gran maestro de ajedrez,
puede mantener siempre el
control del tablero al tiempo
que se mueve
estratégicamente hacia el
final del partido que ya ha
«predeterminado».
La historia de la Biblia no
permite concluir que la
historia humana representa a
un Dios sin emociones que
escribe el libreto de la
historia y hace desfilar a sus
personajes como marionetas
en un escenario. A pesar de
que las Escrituras dicen
claramente que Dios ha
predeterminado la meta
máxima de la historia, nos ha
dado una auténtica libertad.
Nos permite tomar decisiones
mientras obra
continuamente, poniendo
orden al caos, sacando luz de
las tinieblas, bueno de lo
malo, belleza de la fealdad y
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vida de la muerte. Se
deleita en perdonarnos
cuando nos arrepentimos y
en recibirnos cuando nos
volvemos a Él por fe. ¡Qué
triste que la anciana
temerosa que mencioné
antes no creyera estas
buenas nuevas sobre Dios!
El amor de Dios es
infinito y
sacrificatorio. La
segunda verdad básica sobre
Dios, que ni la anciana
temerosa ni el esposo
abusivo comprendieron, es el
alcance y la intensidad de su
amor. Eso queda claro en
estos versículos:
Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al
mundo para condenar al
mundo, sino para que el
mundo sea salvo por él
(Juan 3:16-17).
Y él es la propiciación por
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nuestros pecados; y no
solamente por los nuestros,
sino también por los de
todo el mundo (1 Juan 2:2).
Que por esto mismo
trabajamos y sufrimos
oprobios, porque esperamos
en el Dios viviente,
que es el Salvador de
todos los hombres,
mayormente de los que
creen (1 Timoteo 4:10).
Algunos dicen que el
«mundo» que Dios ama
es el mundo de los elegidos
y que «todos» aquellos por
los que murió Cristo
simplemente significa toda
clase de gente. Pero esas
conclusiones son resultado
de atribuir a las Escrituras
un sentido distinto no
expresado por ellas. Una
lectura llana de la Biblia
indica que Dios ama a todo
el mundo, que Cristo murió
por todo el mundo, y que
todos los que acepten
personalmente lo que
Dios ha hecho por ellos
serán salvos.
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LAS BUENAS
NUEVAS
SOBRE LA
PREDESTINACIÓN
A
ntes nos referimos a
un esposo fatalista
que culpó a Dios de
su propia conducta abusiva,
y a una mujer que estaba
muy triste porque temía
morir, pues pensaba que
había sido destinada a ser un
«vaso de ira». Ambos
encontraron pocas buenas
Dios puede
honrar nuestra
voluntad y responder
a ella al tiempo que
mantiene el control
del resultado.
nuevas para ellos en la Biblia
debido a malos entendidos
comunes sobre la soberanía
divina y la predestinación.
Ambos creían que la
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soberanía de Dios existía a
expensas de sus propias
necesidades. Lo que no
veían era que Dios puede
honrar nuestra voluntad y
responder a ella al tiempo
que mantiene el control
del resultado.
EL CAMINO
A LA META
PREDETERMINADA
DE DIOS
Algo que todos pueden
afirmar sobre las buenas
nuevas de la soberanía
de Dios es esto: Dios
predeterminó que su Hijo
se convirtiera en miembro
de la familia humana para
dar salvación.
Después de la
resurrección de Cristo,
Pedro dijo a un auditorio
judío: «A éste, entregado por
el determinado consejo y
anticipado conocimiento de
Dios, prendisteis y matasteis
por manos de inicuos,
crucificándole» (Hechos 2:23)
[énfasis añadido]. Sabiendo
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lo que los líderes de Israel
harían cuando se vieran
confrontados por alguien que
expusiera sus faltas, Dios
utilizó sus actos, escogidos
por ellos libremente, para
cumplir su propósito eterno
de que Jesús muriera como
«propiciación por . . . [los]
pecados . . . de todo el
mundo» (1 Juan 2:2). Dios
declaró que Jesús era su
elegido cuando dijo en el
monte de la Transfiguración:
«Este es mi Hijo amado; a él
oíd» (Lucas 9:35).
Este es el camino
eternamente predeterminado
por el cual Dios, en su santo
amor, hizo posible nuestra
salvación. Por sus propias
iniciativas de amor, Dios
entró soberanamente en
nuestro mundo para
ofrecernos rescate de la
oscuridad de nuestras
propias decisiones.
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LOS ELEMENTOS DE
LA META
PREDETERMINADA
DE DIOS
Dios ha predeterminado un
resultado para nosotros y
para el universo completo
que apenas podemos
comprender. Él ya ha
decidido asegurarnos
poderosa y amorosamente
que en el futuro habrá:
Una familia de
personas sin culpa.
Dios hizo más que hacernos
una invitación. Se sumergió
en su propio plan para
rescatarnos. Al tiempo que
nos recuerda que vamos a
tener que rendir cuentas de
nuestras decisiones, Dios
mostró su propia disposición
a pagar la pena legal por
haber violado su ley.
Esta es la maravillosa
historia del sufrimiento de
Dios porque su Hijo murió
en nuestro lugar. Todos sus
propósitos en la elección y
predestinación deben
comprenderse teniendo en
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cuenta que Dios estaba
dispuesto a hacer por
nosotros lo que no podíamos
hacer por nosotros mismos.
Para asegurar el resultado
final de los que confían en
Cristo para su rescate, las
Escrituras nos informan
que nos hemos convertido
en miembros de una
comunidad escogida por Dios
antes de la creación del
mundo (Efesios 1:4-8).
Una familia de
personas
transformadas. En
Romanos 8:29 encontramos
otro elemento del plan
predeterminado de Dios:
«Porque a los que antes
conoció, también los
predestinó para que fuesen
hechos conformes a la imagen
de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos
hermanos.» Dios está
llamando a personas que
conoció y amó de antemano
destinadas a llegar a ser
como Cristo. Esa semejanza
empieza a tomar forma en
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nuestras vidas actuales
(2 Corintios 3:18) y se
completará cuando
recibamos nuestros cuerpos y
seamos «semejantes a él,
porque le veremos tal como
él es» (1 Juan 3:2). Jesús
va a ser el hermano mayor
en la familia de Dios
(Hebreos 2:10-13).
Un cosmos
reconciliado bajo la
autoridad de Cristo. La
Biblia muestra que el plan
predeterminado de Dios
para el futuro incluye
todo el universo. Es un plan
que incluye, no sólo la
salvación de hombres
individuales, sino también
de toda la creación.
Efesios 1:9-10 dice que
Dios nos dio «a conocer el
misterio de su voluntad,
según su beneplácito, el cual
se había propuesto en sí
mismo, de reunir todas las
cosas en Cristo, en la
dispensación del cumplimiento
de los tiempos, así las que
están en los cielos, como las
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que están en la tierra»
[énfasis añadido].
Dios determinó de
antemano «reconciliar
consigo todas las cosas, así
las que están en la tierra
como las que están en los
cielos, haciendo la paz
mediante la sangre de su
cruz» (Colosenses 1:20).
Luego de la crucifixión y
resurrección de Cristo, «Dios
también le exaltó hasta lo
sumo, y le dio un nombre que
es sobre todo nombre, para
que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que
están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra; y
toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para
gloria de Dios Padre»
(Filipenses 2:9-11).
La palabra predestinación
se usa únicamente en el
sentido positivo para referirse
a los que son salvos. La
Biblia no dice que nadie esté
predestinado a la
condenación. Es más, la
predestinación no se puede
12
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separar de la presciencia de
Dios. La manera como Dios
sabe las cosas de antemano
al tiempo que protege el
«misterio» de la libertad
humana está más allá de
nuestra capacidad
de comprensión.
Dios determinó
de antemano
«reconciliar consigo
todas las cosas . . .
Podemos consolarnos
en que la Biblia nunca
habla de que alguien haya
sido predestinado a la
condenación. Podemos
regocijarnos al darnos
cuenta de que todo el
mundo un día se
inclinará ante Jesús
—ya sea voluntaria o
renuentemente— en un
cosmos unido bajo
Su autoridad.
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LAS BUENAS
NUEVAS SOBRE
LA ELECCIÓN
DE ISRAEL Y
LA IGLESIA
L
a palabra elección a
menudo evoca el
pensamiento de que
puesto que Dios escogió a
algunos para el cielo,
también escogió a otros para
el infierno. Sin embargo,
cuando seguimos la
secuencia de la actividad
electora de Dios en toda la
Biblia descubrimos que su
elección, la cual está
vinculada con su presciencia
(1 Pedro 1:2), siempre es
buena nueva.
Herbert M. Wolf expresa
bien esta verdad en su
artículo sobre la presciencia
en el Baker Dictionary Of
Biblical Theology (p.266):
En cada caso, la
presciencia precede a
la elección y está
intrincadamente vinculada
con la voluntad y el
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propósito de Dios. No
obstante, no debemos
pensar que se trata de
cierto tipo de fatalismo o
determinismo. Dios no
fuerza a nadie a hacerse
creyente, sino que obra en
el corazón de una persona
de manera que ésta escoja
libremente recibir a Cristo
como Salvador.
UNA FAMILIA
ESCOGIDA
Consideremos la elección de
Dios de Abraham, Isaac y
Jacob. Hasta una lectura
informal del libro de Génesis
muestra que cuando Dios
decidió revelarse a esos
patriarcas, las nuevas fueron
buenas, no sólo para ellos,
sino para el mundo entero.
Al seleccionar al pueblo
judío, Dios creó una línea
ancestral que culminó con el
nacimiento de Jesucristo, el
Salvador de todos los que
iban a creer.
¿Rechazó Dios, al elegir a
Abram, al resto de la raza
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humana de aquel tiempo?
No. No rechazó a
contemporáneos de Abram
como Melquisedec (Génesis
14:18-20) y Job.
La elección que hizo Dios
de Isaac como el hijo de la
promesa no hizo que Ismael
y sus descendientes
perdieran la oportunidad de
tener fe en Dios. Por el
contrario, Ismael recibió la
promesa de bendición de
Dios y multiplicó los
descendientes (Génesis
17:17-27), los cuales tenían
acceso a la evidencia de
Dios por medio de la
creación, la conciencia
y la observación de las
bendiciones y los juicios de
Dios a su pueblo escogido.
Malaquías 1:3 dice que
Jacob fue «amado» y Esaú
«aborrecido». Pero esa
afirmación describe el amor
que Dios estaba mostrando a
Israel al tiempo que juzgaba
a los descendientes de Esaú
por rechazar su amor. Con el
tiempo, Israel también caería
14
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bajo la severa misericordia
de Dios. Dios no tiene
preferidos, pero sí escoge
a algunos para que
desempeñen un papel
especial para revelar su amor
y verdad al mundo.
Dios no tiene
preferidos, pero sí
escoge a algunos para
que desempeñen un
papel especial para
revelar su amor y
verdad al mundo.
Dios seleccionó a
Abraham, a Isaac y a Jacob
soberanamente para que
fueran una familia por medio
de la cual Él iba a bendecir a
la larga «a todas las
naciones». Pero al
seleccionarlos a ellos no
rechazó a sus
contemporáneos «no
escogidos» ni les negó su
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misericordia y salvación.
Dios escogió a tres
hombres para que
desempeñaran un papel
único en su plan de dar
salvación al mundo. Su
elección debía ser buenas
nuevas . . . para todo
el mundo.
UNA NACIÓN
ESCOGIDA
De los doce hijos de Jacob,
Dios formó una nación para
beneficio de todas las demás
naciones. Al escoger a Israel
para que fuera su siervo,
Dios no rechazó a las otras
naciones. Todo lo contrario.
Hizo de Israel una lección
especial de su amor para
que pudiera ser testimonio a
las naciones.
La elección de Israel
para que fuera mensajero de
Dios no fue un llamamiento
fácil. Los peligros de la
desobediencia eran tan
malos como buenas eran sus
oportunidades de recibir
bendición. Cuando Israel fue
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infiel, se convirtió en el
«pueblo del holocausto»,
mucho antes de su desgracia
en nuestro propio siglo XX.
La elección de Israel lo
convirtió en ejemplo para el
mundo tanto de bendición
como de juicio. Además fue
escogido para ilustrar el
misterio de la soberanía y
el libre albedrío. Por un
lado, Dios lo escogió
soberanamente para que
fuera su siervo. No obstante,
sus propias decisiones eran
verdaderas. Dios no trataba a
su pueblo como si fueran
rocas o árboles sin capacidad
de tomar decisiones morales
y espirituales. Más bien lo
trataba como a un pueblo
con la capacidad, al menos,
de clamar por perdón y por
una gracia que lo capacitaba.
UNA LÍNEA
ESCOGIDA
Habiendo escogido una línea
familiar por medio de la cual
bendeciría a todas las
naciones, Dios nos dio otro
15
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ejemplo de su elección. En
gracia soberana escogió al
rey judío David para que
formara parte de la línea
legal del Salvador del mundo
(Mateo 1:6-16). Sí, Dios
escogió a David para que
fuera el ancestro real del
Mesías. Pero esa elección no
involucraba el rechazo del
resto de los israelitas. Los
profetas Isaías, Jeremías,
Ezequiel y Daniel no estaban
en la línea davídica.
Tampoco lo estaban los
judíos devotos que aparecen
en el relato de Lucas de la
historia de la Navidad:
Zacarías, Simeón y Ana.
UN MESÍAS
ESCOGIDO
En base de Isaías 11:1,
Miqueas 5:2 y muchos otros
pasajes del Antiguo
Testamento vemos que el
pueblo judío de los días de
Jesús esperaba la venida del
Mesías. Sin embargo, la
mayor parte de Israel
esperaba que su salvador
16
01.06.07 16:59 Página 16
nacional viniera como
liberador militar.
Jesús no encajaba en
ese molde. Por eso, sus
afirmaciones de que era
el Hijo de Dios los
confundieron y enfurecieron.
La idea de que era el Ungido
de Dios para ser el Mesías
fue tema central en el juicio
judío (Marcos 14:61-65) y el
punto central de la burla que
sufrió Jesús cuando pendía
en la cruz (15:31-32). Pero se
equivocaron. Jesús era
realmente el «elegido de
Dios», el «Ungido», la
«simiente» en quien se
cumpliría a la larga la
promesa hecha a
Abraham y sus descendientes
(Gálatas 3:16).
UN CUERPO
MULTINACIONAL
ESCOGIDO
Hechos 2 registra la acción
soberana de Dios al dar a luz
a otro grupo elegido que era
más internacional en su
alcance que el pueblo
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escogido de Israel. Conocido
como la Iglesia, los primeros
miembros de esta
«congregación» elegida eran
todas personas de
ascendencia judía.
Posteriormente, la Iglesia
llegó a ser en gran medida
gentil en su constitución.
Las Escrituras llaman a
este grupo escogido «el
cuerpo de Cristo» (1 Corintios
12:27) y su «esposa»
(Apocalipsis 21:9). En el
momento de la fe, todos los
que reciben a Cristo como
Salvador se convierten en
miembros de su cuerpo por
medio del bautismo del
Espíritu Santo (1 Corintios
12:13). En este cuerpo de
Cristo, las antiguas
distinciones entre judío y
gentil desaparecen (Gálatas
3:28; Efesios 2:11-22).
La Iglesia es una
comunidad eternamente
elegida que encuentra su
identidad y misión en Cristo.
Pablo escribió: «Según nos
escogió [Dios] en él [en Cristo]
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antes de la fundación del
mundo . . .» (Efesios 1:4).
El propósito de la Iglesia
es llevar a cabo la misión de
Mateo 28:19-20. Esto seguirá
hasta que Cristo vuelva a
sacar a los creyentes vivos
de la tierra y a resucitar
a los que hayan muerto
(1 Tesalonicenses 4:13-18).
UNA META
ESCOGIDA
Está claro que la conclusión
de la era de la Iglesia no
termina el plan de salvación
de Dios. El próximo capítulo
de la historia de la tierra no
terminará hasta que Dios
haya mostrado al mundo
entero que al escoger a
algunos, su propósito era
bendecir a todos los que
confiaran en Él.
Todavía esperamos el día
en que «serán benditas todas
las familias de la tierra» por
medio de los descendientes
de Abraham (Génesis 12:3).
Dios prometió después: «Y te
17
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daré a ti, y a tu descendencia
después de ti, la tierra en que
moras, toda la tierra de
Canaán en heredad perpetua;
y seré el Dios de ellos»
(Génesis 17:8).
Muchas profecías del
Antiguo Testamento (por
ejemplo, Isaías 2:1-5; 11:1-
16; Jeremías 23:5-8; 31:1-14;
Ezequiel 36:22-38; Zacarías
12–14) declaran que Israel
un día reconocerá y aceptará
a su Mesías. Experimentará
una bendición de Dios sin
paralelo en su propia tierra y
será el centro espiritual de un
reino caracterizado por paz
internacional, justicia civil,
prosperidad universal y un
mundo libre de los estragos
de la maldición. Para cumplir
sus promesas a Abraham
(Génesis 12:1-3), Dios ha
predeterminado que en los
últimos días usará a Israel
para traer paz y felicidad al
mundo entero.
Sin embargo, durante los
últimos 2.000 años, Dios ha
estado usando a los
18
01.06.07 16:59 Página 18
creyentes en Cristo para
hacer aquello para lo que
originalmente escogió a
Israel. En el primer siglo, ese
deseo de Dios de usar a los
creyentes gentiles suscitó
muchas preguntas. ¿Había
Dios quebrantado su
promesa de usar a Israel
como siervo escogido?
¿Cómo podía dejar de lado
a la nación que había
apartado para Sí?
Dios tiene el poder
y la prerrogativa
de escoger a los
siervos que va a usar
para llevar al mundo
a una salvación que
viene, no de las
obras, sino de la
gracia solamente.
Como respuesta a estas
preguntas, el apóstol Pablo
escribió Romanos 9–11 a los
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judíos, sin duda creyentes
en Cristo, a quienes les
resultaba difícil la idea de
que Dios había dejado de
lado a Israel. Después de
expresar su profundo amor
por sus hermanos judíos,
Pablo desarrolló el tema de
9:6: «No que la palabra de
Dios haya fallado.» Él quería
que sus lectores supieran
que Dios seguía teniendo un
plan futuro para el pueblo
por medio del cual había
optado por bendecir al
mundo entero.
Entender el propósito de
Dios nos ayudará a ver que
Romanos 9–11 no es un
tratado sobre la
predestinación ni la elección
individual como algunos han
supuesto. No está diciendo
que algunas personas no han
tenido, ni tendrán nunca, la
oportunidad de salvarse. Más
bien está diciendo que Dios
tiene el poder y la
prerrogativa de escoger a los
siervos que va a usar para
llevar al mundo a una
01.06.07 16:59 Página 19
salvación que viene, no
de las obras, sino de la
gracia solamente.
Los derechos
indiscutibles de Dios
(Romanos 9:6-29)
Dios tiene derecho a
escoger la línea de la
promesa (vv.6-13). Al
escoger a Abraham, Isaac y
Jacob para que fueran la
línea de la promesa, Dios,
ni fue injusto, ni estaba
rechazando a los que no
fueron elegidos.
Sencillamente estaba
ejerciendo su derecho a
escoger a aquellos por medio
de los cuales bendecería a
toda la humanidad.
Dios tiene derecho a
escoger a sus candidatos
para misericordia (vv.14-
18). Al escoger a Israel como
un pueblo a quien trataría
con compasión, y al escoger
al Faraón del éxodo como
una lección de su ira, Dios,
ni estaba siendo arbitrario ni
injusto. Dios puso en el trono
19
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de Egipto a un hombre que
era orgulloso, obstinado y
desafiante, le dio amplias
oportunidades de
arrepentirse, y luego le
endureció el corazón
después que escogió su
propio camino.
Cuando la paciencia
de Dios se agota,
Él los confirma
en el camino que
han escogido.
Como lo demuestra
dramáticamente Romanos
1:18-32, ese endurecimiento
o ceguedad espiritual
ocurre en aquellos que
instintivamente conocen a
Dios, rehúsan adorarlo como
a Dios, y luego lo sacan de
su mente y se hacen a ellos
mismos dioses o crean cosas
para que sean sus dioses.
Cuando la paciencia de Dios
se agota, Él los confirma en
20
01.06.07 16:59 Página 20
el camino que han escogido.
Fue en ese contexto que
Pablo escribió:
¿Qué, pues, diremos? ¿Que
hay injusticia en Dios? En
ninguna manera. Pues a
Moisés dice: Tendré
misericordia del que yo
tenga misericordia, y me
compadeceré del que yo me
compadezca. Así que no
depende del que quiere, ni
del que corre, sino de Dios
que tiene misericordia
(Romanos 9:14-16).
Dios tiene derecho a
escoger su método para
lidiar con personas
rebeldes (vv.19-29). Al ser
misericordioso y paciente con
algunos al tiempo que
expresa su ira a otros, Dios
no actúa injustamente, como
lo acusa un oponente
hipotético (v.19). Pablo
volteó las posiciones a sus
críticos transfiriéndoles lo
que había dicho de Faraón.
Señaló que de la misma
manera en que Dios, por un
corto período de tiempo,
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soportó la perversidad de
Faraón y usó su obstinación
para traer redención a Israel,
durante mucho tiempo
soportó la incredulidad de
Israel y la está usando como
medio para bendecir a toda
la humanidad (vv.25-29). De
hecho, el versículo 22 hace
especial énfasis en que Dios
fue paciente al esperar el
arrepentimiento de «los
objetos de su ira». Romanos
2:4 indica también que el
propósito de la paciencia
de Dios es esperar
el arrepentimiento.
. . . el propósito de la
paciencia de Dios es
esperar el
arrepentimiento.
En las palabras de Pedro
vemos esa paciencia
vinculada al deseo de Dios
de que todos se arrepientan:
Mas, oh amados, no
01.06.07 16:59 Página 21
ignoréis esto: que para
con el Señor un día es
como mil años, y mil años
como un día. El Señor no
retarda su promesa, según
algunos la tienen por
tardanza, sino que es
paciente para con nosotros,
no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento
(2 Pedro 3:8-9).
Los «objetos de Su ira»
llegaron a ser eso cuando la
paciencia de Dios finalmente
llegó a su fin.
La responsabilidad de
Israel (Romanos
9:30–10:21)
Muchos de los judíos
pensaron que puesto que
conocían la ley merecían la
salvación de Dios. Fue esa
actitud de justicia propia lo
que los llevó a rechazar la
gracia de Dios, incluso
cuando fue personificada
entre ellos en la persona de
Jesucristo (9:30–10:13).
El mensaje de Pablo fue
21
JM854Predestinacion_preps.qxp 01.06.07 16:59 Página 22

potente. La gente que no versículos 33-36 una de las

se arrepiente es culpable, más grandiosas doxologías
no Dios. Dios mandó de la Biblia:
auténticos predicadores y ¡Oh profundidad de las
mensajeros enviados desde riquezas de la sabiduría y
el cielo a su pueblo escogido, de la ciencia de Dios!
pero la mayoría siguió ¡Cuán insondables son sus
contristándolo con su juicios, e inescrutables sus
incredulidad (10:14-21). caminos! Porque ¿quién
La vindicación de Dios entendió la mente del
(Romanos 11:1-36) Señor? ¿O quién fue su
Puesto que Dios siempre ha consejero? ¿O quién le dio a
preservado un remanente él primero, para que le
salvo, ha demostrado que su fuese recompensado?
elección de Israel es Porque de él, y por él, y
inmutable a pesar de su para él, son todas las cosas.
continua incredulidad (vv.1- A él sea la gloria por los
10). Al usar la caída de Israel siglos. Amén.
como medio por el cual abrió
la puerta al mundo gentil,
Dios nos ha dado un
presagio de los tremendos
beneficios que acompañarán
a la restauración de Israel
cuando las ramas naturales
sean reinjertadas (vv.11-24).
Este triunfo máximo de la
gracia de Dios al final de la
larga discusión sobre la
historia de Israel obligó a
Pablo a ofrecer en los
22
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LAS BUENAS
NUEVAS SOBRE
LA LIBERTAD DE
DIOS Y LA
NUESTRA
L
a inexplicable tensión
que existe entre la
soberanía de Dios y el
libre albedrío humano se
extiende más allá de los
temas de la elección y la
predestinación. Tanto las
personas religiosas como
las no religiosas se
preguntan qué tanto de la
vida está más allá de su
capacidad de influencia.
Gente que tiene fe en
Dios y gente que no tiene fe
en Dios dice con cierto grado
de resignación: «Lo que será,
será.» Algunos dicen esto
como si se entregaran a las
fuerzas de un destino
impersonal. Otros asumen
conscientemente que es un
Dios personal el que ha
predeterminado las
circunstancias de sus vidas.
Yo encontré esta
01.06.07 16:59 Página 23
respuesta fatalista cuando un
hombre me contó acerca de
su hermana, cuyo esposo la
abandonó a ella y a sus hijos
pequeños, y luego agregó:
«Bueno, Dios predeterminó
eso para ella, así que debe
haber una buena razón.»
Un amigo mío tiene una
convicción tan fuerte de que
Dios ha predeterminado
todo, que ha concluido: «La
oración no cambia nada,
excepto a nosotros.»
Las Escrituras
indican que podemos
tomar decisiones que
afectan a Dios.
Muchos asumen que esas
respuestas armonizan con la
fe en un Dios poderoso que
ha ordenado de antemano
eternamente todo lo que
sucede. Pero, ¿es eso lo que
la Biblia nos dice?
Las Escrituras indican que
23
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podemos tomar decisiones
que afectan a Dios.
Describen a un Dios que
interactúa libremente con
nosotros cuando nos da
libertad de tomar decisiones.
La Biblia parece enseñar que
sólo parte de lo que sucede
ha sido predeterminado
eternamente. Esa es una idea
que vamos a explorar ahora.
LA LIBERTAD DE
DIOS
Dios, como lo conocemos en
la Biblia, se interesa
genuinamente en la gente y
reacciona a lo que dice y
hace. No parece estar
limitado por un libreto
inclusivo que cubre todo lo
que sucede. Sí, Dios tiene
una meta y una manera
predeterminadas de llevar la
historia a su fin. Pero la
Biblia indica que Dios, en el
proceso de lograr su
resultado predeterminado,
nos da genuina libertad.
Algunos pasajes de la Biblia
nos llevan a creer que Dios,
24
01.06.07 16:59 Página 24
de alguna manera misteriosa,
permite que nuestras
decisiones sean un factor en
el desarrollo de la historia.
En esta atmósfera de
libertad real pero limitada, el
Dios de la Biblia toma al
menos cinco decisiones: (1)
involucrarse auténticamente
con nosotros, (2) reaccionar
a nosotros como le agrade,
(3) tomar decisiones
soberanas, (4) revelar lo
que quiere revelar y (5) usar
el mal para lograr sus
buenos propósitos.
Dios es libre
de involucrarse
auténticamente con
nosotros. De principio a
fin, la Biblia presenta a Dios
involucrado con las criaturas
hechas a su imagen en una
relación recíproca. En los
capítulos de apertura
(Génesis 1:28–4:16), Dios
dice a Adán y Eva que llenen
la tierra y la sojuzguen, y
luego les prohíbe comer el
fruto de un árbol en el
huerto. Cuando lo
JM854Predestinacion_preps.qxp 01.06.07 16:59 Página 25

desobedecen, los confronta y espera, prometiendo

pronuncia juicio. Cuando bendición por la
Dios los ve tratando en vano obediencia, amenazando
de ocultar su vergüenza, les con castigo por la
da vestiduras. desobediencia, actuando con
misericordia y juicio. Y en
todo ello, Dios se describe a
Dios interactúa Sí mismo como un ser
continuamente con emocionalmente vulnerable:
a veces contento, a veces
quienes están hechos
desilusionado, a veces
a su imagen: herido, a veces sufriendo
revelando lo que con su pueblo cuando su
pueblo sufre, a veces
espera, prometiendo
agonizando por ellos, y
bendición por la siempre listo para perdonar a
obediencia, los que se arrepienten.
Esta genuina
amenazando con
participación con nosotros
castigo por la culminó en la persona y obra
desobediencia, de Jesús. En la pureza,
compasión, tristeza y amor
actuando con
sacrificatorio de Cristo vemos
misericordia y juicio. la suprema revelación de
Dios de Sí mismo. No se
parece en nada al Dios
Este patrón continúa en intocable e inamovible
todas las Escrituras. Dios de la teología escolástica
interactúa continuamente que sólo obra para llevar a
con quienes están hechos a cabo lo que ha sido
su imagen: revelando lo que decretado eternamente.
25
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Dios es libre de
reaccionar a nosotros
como le agrade. La
Biblia también exalta la
libertad de Dios
mostrándonos que Él ejerce
su derecho soberano a
escoger cómo va a responder
a nuestras oraciones y
conducta. Él decidió dar a
Ezequías los años de vida
adicionales que pidió (2
Reyes 20:1-11), pero negó a
Pablo la petición de quitarle
el «aguijón» (2 Corintios
12:7-10). Decidió ser
paciente con David cuando
cometió un pecado para el
cual la ley exigía la muerte (2
Samuel 11–12), pero mató a
Uza por tocar el arca sin
querer, algo que sólo a los
levitas se les permitía hacer
(2 Samuel 6:1-11). Dios
quiso soportar la conducta
rebelde de Manasés durante
muchos años, dándole una
gran cantidad de tiempo para
que se arrepintiera, pero a su
malvado hijo Amón sólo le
dio dos años de reinado (2
26
01.06.07 16:59 Página 26
Crónicas 33:10-25).
Los escritores de la Biblia
describen a Dios
respondiendo al pecado
como Él quiere y a medida
que la situación se
desenvuelve. Nunca dicen
que trató a la gente conforme
a un decreto eterno
irresistible. Puede que no
podamos entender por qué
responde de manera
diferente. Pero nos ha dado
razones para confiar en su
infinita sabiduría, bondad,
amor, justicia y misericordia.
Dios es libre de
tomar decisiones
soberanas. Dios a veces
toma decisiones que parecen
ser absolutamente
incondicionales. Esto lo
vimos en su elección de
Isaac y Jacob (Romanos 9:6-
13). Él «conoció» a Jeremías
antes de que naciera, lo
apartó, y lo nombró profeta
(Jeremías 1:5). Antes de que
Juan el Bautista fuera
concebido, Dios dijo a
Zacarías que él y su esposa
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tendrían un hijo que sería el
precursor del Mesías
prometido (Lucas 1:11-17).
Después de presentársele
personalmente a Saulo de
Tarso, el Señor dijo de él:
«Instrumento escogido me es
éste, para llevar mi nombre
en presencia de los gentiles»
(Hechos 9:15).
George MacDonald habla
de esa elección divina como
«la elección de Dios de
ciertas personas con el
propósito específico de
recibir primero, y así
comunicar los dones de su
gracia al mundo entero; …
[no] la elección de ciertas
personas para la salvación
excluyendo al resto» (The
World of George MacDonald,
Harold Shaw Publishers,
1978, p.93). ¿Quién puede
decir que Dios no tiene
derecho a escoger a quien
quiera para llevar a cabo sus
propósitos de amor?
Dios es libre de
revelar lo que quiera
revelar. En mi papel de
01.06.07 16:59 Página 27
pastor y maestro de la Biblia,
me han hecho muchas
preguntas para las cuales no
he tenido una respuesta
informada. Preguntas como:
«Cuando lleguemos al cielo,
¿veremos al bebé que se nos
murió?» «Los bebés y los
niños pequeños, ¿serán
resucitados en cuerpos
pequeños o de adultos?»
¿Serán nuestros cuerpos
resucitados iguales a los que
tenemos ahora, aunque
perfeccionados?» «¿Qué
tareas vamos a tener en el
cielo?» La Biblia no nos da
respuestas específicas a esas
ni a muchas otras preguntas.
Tal vez podamos deducir de
algunos pasajes bíblicos
respuestas razonables a
ciertas preguntas, pero
nuestras conclusiones
siempre serán especulativas.
La verdad es que Dios ha
decidido revelar todo lo que
necesitamos saber para ser
salvos de nuestros pecados y
para ser las personas que Él
quiere que seamos. Retiene
27
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información que no tiene
ningún propósito, excepto
satisfacer nuestra curiosidad.
Para esto confiamos en su
sabiduría.
Dios tiene la
libertad de usar el
mal para el bien. La
Biblia muestra a Dios
repetidamente usando la
maldad de la gente para
lograr sus buenos propósitos.
La venta de José a Egipto por
parte de sus envidiosos
hermanos fue el medio por el
cual dio a la familia de Jacob
un lugar donde pudieran
multiplicarse para llegar a ser
una nación (Génesis 37–50).
Utilizó la mentira de Rahab
para salvar la vida de los
espías de Israel (Josué 2).
Utilizó las mentiras de los
falsos profetas para traer
juicio sobre Acab (1 Reyes
22). Convirtió el malvado
rechazo de Cristo y su
crucifixión en el medio de
expiar nuestros pecados. Y
usó la incredulidad de Israel
como ocasión para abrir la
28
01.06.07 16:59 Página 28
puerta de salvación
al mundo gentil
(Romanos 11:11).
Dios usa el mal, pero la
Biblia afirma que es
imposible que Dios sea el
autor del pecado, que tiente
a nadie, ni que ayude a
nadie a pecar (Deuteronomio
32:4; Habacuc 1:13; Santiago
1:13; 1 Juan 1:5).
Pedro declaró que Jesús
fue entregado a hombres
malvados «por el determinado
consejo y anticipado
conocimiento de Dios»
(Hechos 2:23) y afirmó que
Herodes, Pilato, los judíos y
los romanos hicieron
«cuanto tu mano y tu
consejo habían antes
determinado que sucediera»
(Hechos 4:27). Estas
afirmaciones no implican que
Dios fuera el causante de la
indescriptible crueldad
perpetrada por los judíos y
los romanos. Si tomamos
estos dos pasajes juntos
vemos una mezcla del
«determinado consejo»
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eterno de Dios (que Jesús
fuera crucificado para dar
expiación) y su «anticipado
conocimiento» (que hombres
malvados aborrecerían a
Jesús lo suficiente como para
hacer todo lo que le
hicieron). Dios quiso
permisivamente, pero no
predeterminó eternamente,
todo lo que ocurrió.
El teólogo puritano
William Ames observó que la
«voluntad de Dios no implica
una necesidad en todas las
cosas futuras, sino sólo una
certeza respecto al
acontecimiento. Por tanto,
era seguro que los huesos de
Cristo no serían quebrados.
. . . Pero no hubo necesidad
impuesta a los soldados»
(Donald G. Bloesh, Essentials
Of Evangelical Theology,
Tomo 1, pp. 47-48).
La soberanía de Dios es
ciertísimamente una
soberanía de fin, pero no
necesariamente de todos
los medios para llegar a
ese fin.
01.06.07 16:59 Página 29
NUESTRA LIBERTAD
Dios es libre de ser Dios, y
nosotros somos libres de ser
entes moralmente
responsables que viven en su
presencia y que escogen
auténticamente entre la
creencia y la incredulidad, la
obediencia y la
desobediencia, la sumisión o
la rebeldía. A un auditorio
pagano Pablo declaró:
«Porque en él vivimos, y
nos movemos, y somos»
(Hechos 17:28).
Por medio de la
naturaleza (Romanos 1:18-
20), la conciencia (2:14-15),
y la voz de la sabiduría
(Proverbios 1:20-33), Dios ha
dado a toda la humanidad
cierto conocimiento de su
poder y naturaleza moral.
Pero puesto que todos
nosotros estamos
espiritualmente muertos por
naturaleza (espiritualmente
separados de Dios), nunca
encontraríamos a Dios si nos
dejaran solos. Jesús dijo:
«Ninguno puede venir a mí,
29
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si el Padre que me envió no
le trajere» (Juan 6:44). Dios
se estaba acercando a
nosotros antes de que
nosotros nos acercáramos a
Él. Esto anula todo orgullo y
confianza en uno mismo.
El apóstol Pedro describió
lo que Dios hizo y está
haciendo en nosotros y
por nosotros:
Bendito el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo,
que según su grande
misericordia nos hizo
renacer para una esperanza
viva, por la resurrección
de Jesucristo de los
muertos, para una
herencia incorruptible,
incontaminada e
inmarcesible, reservada en
los cielos para vosotros, que
sois guardados por el poder
de Dios mediante la fe,
para alcanzar la salvación
que está preparada para ser
manifestada en el tiempo
postrero (1 Pedro 1:3-5).
No acudimos a Dios ni
permanecemos en una
30
01.06.07 16:59 Página 30
relación con Él por cuenta
propia. Él nos compró con el
precio del Calvario. Obró en
nosotros antes de que
nosotros nos acercáramos a
Él. Por tanto, podemos
confiar en que nos va a
mantener por medio de
la fe hasta el día en que
alcancemos la meta que
ha predeterminado
para nosotros.
La salvación siempre
la inicia Dios.
La salvación siempre la
inicia Dios. Él es el que
siempre nos busca y por su
Espíritu nos capacita para
creer. No obstante, nosotros
tenemos la opción de aceptar
o rechazar la bondad y
misericordia inmerecidas
que nos ofrece.
JM854Predestinacion_preps.qxp
LA PRESCIENCIA
DE DIOS
L
os eruditos difieren
mucho en su
comprensión de la
palabra griega que se traduce
«antes conoció» en Romanos
8:29: «Porque a los que
antes conoció, también los
predestinó para que fuesen
hechos conformes a la
imagen de su Hijo . . . .»
Algunos dicen que sólo
significa «que conoció de
antemano», refiriéndose a
personas que Dios sabía
eternamente que serían
creyentes. Otros dicen que
significa «escogidos», que los
predestinados para ser
semejantes a Cristo fueron
elegidos incondicionalmente
antes del inicio del tiempo.
Puesto que la palabra en
cuestión sólo puede significar
«conocer de antemano» en
Hechos 26:5 y 2 Pedro 3:17,
muchos creen que se debe
traducir de esa manera todas
las otras veces. O sea que
01.06.07 16:59 Página 31
Romanos 8:29 significaría
que desde la eternidad
pasada, Dios previó a ciertas
personas como suyas y las
predestinó para que llegaran
a ser como su Hijo. Pero no
se revela qué tanto tuvo que
ver su anticipado
conocimiento del carácter,
la conducta o las decisiones
de ellos con las decisiones
de Dios.
Esta interpretación de
las palabras anticipado
conocimiento deja el
elemento de misterio en la
elección divina y la cuestión
de la responsabilidad
humana sin disminuir ni la
soberanía absoluta de Dios
ni nuestra genuina libertad.
Una cosa que podemos
decir con certeza es que
todos los creyentes han sido
«elegidos según [en armonía
con] la presciencia de Dios
Padre» (1 Pedro 1:2).
31
JM854Predestinacion_preps.qxp
LA ELECCIÓN Y
USTED
L
a declaración: «Y él es
la propiciación por
nuestros pecados; y no
solamente por los nuestros,
sino también por los de todo
el mundo» (1 Juan 2:2) nos
asegura que nadie ha sido
predestinado para la
condenación eterna. Juan
3:16-17 nos promete:
«Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al
mundo para condenar al
mundo, sino para que el
mundo sea salvo por él.»
Nadie necesita preguntar
nunca: «¿He sido elegido?»
La pregunta adecuada es:
«¿He aceptado la muerte
expiatoria de Cristo por mí?»
Si ha admitido su pecado, si
ha creído que Jesús murió
por usted y resucitó, y si se
32
01.06.07 16:59 Página 32
ha comprometido a vivir
confiando en Él, usted es
miembro del cuerpo de Sus
elegidos (escogidos), que es
la Iglesia (Romanos 10:9).
Porque todo aquel
que invocare el
nombre del Señor,
será salvo.
—Romanos 10:13
Lo que usted haga con
Cristo ahora determina si se
inclinará ante Él con gozo o
desesperación, si su destino
será el cielo o el infierno.
Las buenas nuevas son:
«. . . Cree en el Señor
Jesucristo, y serás salvo . . .»
(Hechos 16:31). El corazón
de Dios es para todos
cuando promete: «Porque
todo aquel que invocare el
nombre del Señor, será salvo»
(Romanos 10:13).