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En este, él nos dice que la psicopatología estudia las respuestas patológicas del psiquismo
susceptibles de producir desadaptación, al perturbar de forma significativa el
funcionamiento psicológico global. También nos habla de las respuestas emocionales que
se generan como defensa adaptativa frente a la disfunción del psiquismo, y también nos
dice que la psicopatología, por último, estudia las reacciones psicológicas que, aunque se
apartan de la homeostasis, no son en sí mismas patológicas.
En el psiquismo entonces hay una fase instintiva y una fase racional. El instinto fue y es la
base de la supervivencia. O sea, el hombre necesita la parte instintiva para sobrevivir. De
esa manera fue que sobrevivió la especie, ya que el instinto busca satisfacer necesidades
básicas para la vida. O sea, como la satisfacción del hambre, la sed, el abrigo y el sexo
reproductor. ¿Y qué genera todo este instinto, toda esta satisfacción del instinto? Pues,
placer. Y esa no satisfacción del instinto, ¿qué genera? Insatisfacción, frustración, dolor
emocional.
Y es precisamente en el siglo XVIII cuando los alienistas, porque así se llamaban los que
ahora son, digamos, los futuros psiquiatras, en ese momento los alienistas iban a ser los
futuros psiquiatras, fueron pioneros a la hora de acercarse con curiosidad científica a
aquellos individuos alienados, como se llamaban en ese momento los individuos con
enfermedad mental, porque a ellos les llamaba la atención que se comportaran de un
modo extraño y para ellos era incomprensible ese comportamiento para el resto de
personas o comparada con el resto de personas para la época. Y cuando comenzaron a
descubrir los fenómenos observados en sus nuevos pacientes, los alienistas se
encontraron con que no disponían de un lenguaje semiológico propio que les ayudara en
su tarea de descripción.
Por eso ellos tuvieron que recurrir a la psicología y a la filosofía para apoyarse en la
creación tanto de conceptos referidos a las funciones mentales normales, como
secundariamente a las anomalías encontradas en los individuos objetos de su atención
clínica. Entonces, es a partir de ahí que ellos construyen los términos semiológicos. Y esta
construcción de un nuevo lenguaje semiológico se desarrolló a lo largo del siglo XIX y las
primeras décadas del siglo XX, y hasta el momento es actual.
Según Berríos, en el siglo XIX había una diferenciación entre lo que se consideraba mente
y cuerpo. Entonces él hablaba de la mente y cuando escribían en este siglo XIX la mente,
ellos hablaban de que esta mente tenía unas características y que tenía una descripción
que ellos realizaban como la psicología de las facultades y entre estas facultades
determinaron tres que todavía son de importancia, como son la función intelectiva o
racional, la afectiva emocional y la conactiva o volitiva, que tenía que ver mucho con la
acción, con la conducta. Hoy en día, pues, en la actualidad, todo síntoma psicopatológico
ha cambiado, ya que en este momento, los síntomas psicopatológicos poseen dos
componentes, uno biológico que genera una determinada alteración en la conducta del
individuo y un componente psicosocial relacionado con la interpretación de dicha
alteración por parte del propio paciente o del observador.
Berrios afirma que las descripciones psicopatológicas no son de modo alguno una
subespecie que sea eterna. El lenguaje descriptivo de las conductas y estados mentales y
también de la propia conceptualización, están sujetos a cambio y a los avatares políticos,
sociales, académicos y científicos. Entonces, pueden surgir variaciones. Y esta ciencia
psicopatológica debe considerarse una disciplina viva y, por lo tanto, debe someterse y
adecuarse periódicamente a un reanálisis que la compatibilice y la integre con técnicas de
investigación más novedosas pues para la época. Por ejemplo, un ejemplo de esto es que
hay unos signos semiológicos como son las representaciones físicas que en el siglo XIX y en
el siglo XVIII producía la histeria y la catatonía, que en este momento pues ya no las
vemos, ya no vemos digamos estas representaciones clínicas tan ruidosas, tan floridas,
que antes eran tan comunes y que ahora pues no lo son tanto. Entonces, sigue siendo
pertinente esta descripción semiológica, pero evidentemente en el contexto actual, con
los cambios que ha habido sociales, políticos, con la progresión que ha tenido el ser
humano, pues ya no vemos esas representaciones floridas de la histeria ni la catatonía.
Entonces, esto nos ayuda a ver que esto también es una ciencia que va en movimiento y
que influye por los contextos y por la historia.
Si fuéramos a hablar de Jasper, definitivamente tenemos que hablar de conceptos que son
fundamentales y él desarrolló conceptos como es el concepto de proceso, desarrollo,
reacción, el concepto de comprensibilidad y todo eso lo desarrolló en su obra, en su obra
digamos clave de psicopatología general llamada la estructura de la psicopatología actual
en ese momento y él digamos que en ese momento el mundo estaba muy ligado al
método científico, cierto? Entonces el método científico, por ejemplo, hacía que la física
se explicara por las leyes. Entonces, en la medida que las leyes de la física iban cambiando,
pues, explicaban cierto fenómeno. Entonces, hay leyes de la física que explicaban por qué
cae un objeto, cómo se hacía para calcular su descenso, su velocidad y había un método,
un método científico para explicar y estudiar esto desde el punto de vista físico. Y
entonces desde el punto de vista de las ciencias psicológicas necesitábamos un método y
en esta época se empezó a hablar del método comprensivo, así lo llamaron, o del término
comprensibilidad.
significa el acceso empático por parte del entrevistador a la experiencia subjetiva del
paciente y a sus anomalías mentales subjetivas, manifestados hacia el exterior en forma
de síntomas y de signos y haciendo uso de la analogía de estos con la propia experiencia
del entrevistador. Entonces comprensibilidad es igual a empatía y autores como Walker
mencionaban o describían usando sus propias palabras, sería en mi acceso empático a la
experiencia subjetiva de la otra persona y haciendo uso de la analogía con mi propia
experiencia. Algo así traducido sería yo me puedo poner en los zapatos del otro y esa es la
comprensión, la empatía. Entonces sólo desde ahí puedo describir lo que siente el otro.
Solo desde ahí puedo tener como comprensible o incomprensible lo que le pasa al otro.
Otro término también muy importante, digamos, mencionado o estudiado por Jasper, es
el proceso, que corresponde con la modificación duradera e incomprensible para el
observador de la vida psíquica de un individuo, la cual conlleva a una alteración
permanente, a una descompensación, a una transformación de su personalidad
premórbida que acaba generando algo totalmente nuevo, totalmente distinto a su vida y a
la personalidad previa de ese individuo, o sea, es como un antes y un después. Existe, por
lo tanto, una clara ruptura biográfica de ese individuo y lo explica como una alteración en
la función cerebral del paciente. Entonces, él habla de que puede ser explicado por
procesos orgánicos como un daño cerebral, donde yo puedo ver un evento o causa, o
puedo ver, por ejemplo, un tumor que genera una lesión y después de eso una ruptura en
la personalidad o un cambio, un antes y un después, o un proceso psíquico que generó esa
lesión y ese cambio. En resumen, se define el proceso como un cambio en la vida psíquica
del individuo que invade su personalidad de forma aislada o repetitiva y que es
heterogéneo respecto a ésta y hoy en día, incurable. O sea, después de que sucede esto,
hay un antes y un después y hay un cambio. Hay otro término de importancia y es el, otros
dos términos que nos falta por abordar y es el de desarrollo y reacción. Vamos a empezar
con el desarrollo. Jasper hablaba que el desarrollo, entendiéndolo como un despliegue
interno de ciertos caracteres de la personalidad originaria, propios de ésta, desde un
punto de vista posibilístico y a cuyo despliego contribuyen determinadas circunstancias
vitales que le son propicios. Eso es lo que hoy llamaríamos los trastornos delirantes. Dice
que parecen emerger comprensiblemente desde una personalidad premórbida
determinada, o sea, la persona ya tenía unas características y lo único que pasó fue o un
evento que hizo que se acentuaran o una situación que hizo que ellas que estuvieran ahí
dormidas, unas características de la personalidad, pues se acentuaran o se despertaran,
pero ya había algo previo a la diferencia entre el desarrollo y el proceso, en la opinión de
Jasper, reside en que en el segundo hay una ruptura biográfica, como lo explicamos,
siendo la personalidad que surge a raíz del proceso como algo nuevo y que no puede ser
comprendido desde la vida anterior. En el caso del desarrollo, el cuadro aparece en la
persona que delira y puede seguirse retrospectivamente a lo largo de su vida.
Es el caso, en el caso del desarrollo, el cuadro que aparece en la persona que delira, usted
lo puede seguir retrospectivamente a lo largo de su vida, como ya lo mencioné, y el delirio
es consecuencia comprensible de determinadas circunstancias y no algo nuevo que
aparece en la vida de quien lo manifiesta. Es algo así como, esta persona ya tenía
antecedentes o unas características premórbidas y simplemente despertaron o se
acentuaron, ¿cierto? Y como último concepto determinado con Jasper es la reacción, que
describe la reacción como una respuesta del psiquismo individual frente a una vivencia
determinada. Se trata de un fenómeno psicológico comprensible para el clínico en función
de las características de la personalidad del paciente y del tipo de circunstancias vitales
que ha motivado su aparición. Junto con las reacciones normales o legítimas de una
persona experimenta, pueden aparecer también reacciones patológicas que si bien no son
comprensibles en cuanto a las circunstancias de su génesis, pueden resultar
incomprensibles cuantitativa o cualitativamente. Entonces, en la reacción, ¿qué pasa? La
reacción simplemente es una respuesta, una respuesta psíquica que acontece en el
individuo frente a una vivencia, frente a una situación que ocurre en su vida determinada.
Y ya para finalizar, pues tenemos que hablar sobre el concepto de anormalidad, muy difícil
de definir, muy debatido, aún para nuestros tiempos, digamos que no es sencillo saber
qué es lo normal y qué es lo anormal, pero digamos que una aproximación que nos puede
ayudar a describirlo puede ser, describirlo de la siguiente manera. La primera puede ser la
desviación estadística del conjunto de comportamientos y vivencias habituales en la
inmensa mayoría de las personas. La mayor parte de los síntomas mentales son poco
comunes, son infrecuentes en el conjunto de la población y pues tener características
como alucinaciones o tener una euforia desbordante en un episodio maniaco pues no es
la norma estadística, por eso si se sale de esto puede ser considerado anormal. Hay otras
situaciones que se escapan de la norma estadística y NO pueden ser considerados como
patológicos, como tener una inteligencia superdotada, ciertos habitos sexuales o
ideologías revolucionarias. La segunda característica que nos puede ayudar a entender el
concepto de la normalidad puede ser la presencia de una lesión o disfunción en la
fisiología humana. La mayoría de los síntomas siguen sin poder asociarse a una función o
un área cerebral específica. De hecho, hoy en día hablamos del cerebro como una red,
pero en la medida que hay un tumor o una lesión, pues podemos hablar, y si hay una
alteración funcional secundaria de esa, pues podemos hablar de anormalidad. Y el tercer
concepto que nos puede hacer ayudarnos a acercar a la normalidad es la desventaja
biológica para quien la sufre, para quien bajo la óptica evolucionista, la presencia de
síntomas o enfermedades mentales tiene como consecuencia una desventaja biológica
como mayor mortalidad, menor índice de natalidad. Sin embargo, pacientes con ciertos
trastornos de personalidad pues no cumplen esta norma, pues pueden presentar aumento
paradológico en el índice de natalidad.
La desviación del conducto de creencias también puede ser importante y las conductas
aceptadas por la sociedad. Sin embargo, no toda creencia o conducta extraña para la
sociedad puede ser considerada como patológica. Este hecho resulta crucial a la hora de
evitar posibles abusos fruto de la instrumentalización de las ciencias, sobre todo pues de
las ciencias de la salud mental. También se define anormalidad como una persona que
sufre de un trastorno psiquiátrico, una persona que tenga una mala adaptación social, una
persona que tenga un malestar subjetivo o que tenga un tratamiento psiquiátrico,
personas con síntomas psicopatológicos objetivos o fracaso en alcanzar una autonomía
personal, como son los pacientes con alteraciones cognitivas que no les permite tener un
desarrollo esperado para su edad.