Está en la página 1de 2

EL JESÚS HISTÓRICO Y EL CRISTO DE LA FE

a. Problema: No hay continuidad aparente entre Ev-doctrina (predicación)- Escritura: único camino válido (?)
b. Planteamiento: ¿Hay identidad entre el Jesús histórico y el Cristo de la fe?
c. Propuestas: intento de redescubrir al Jesús histórico a partir de la situación en que se encuentra el hombre o la
sociedad- los estudios de la Escritura se hacen para apoyar ciertas tesis ya mantenidas- el empleo de categorías
antropológicas, sociológicas y políticas para interpretar la vida de Jesús.
d. Peligros: convertir la fe en algo subjetivo-no sabríamos cuál es el criterio para saber si estamos o no en la fe
apostólica- confundir la experiencia religiosa con un sentimiento religioso
e. Tareas: comprender y explicar la unidad- importancia de Jesús hoy
La profesión de fe cristiana más simple se formula así: “Jesús es el Cristo”. Esta fórmula aún se simplificó más:
Jesucristo. Esto remite a un hecho crucial en la cristología moderna: ¿hay identidad entre el que fue Crucificado y
el que fue Resucitado, o hay una diferencia real entre el Jesús terreno y el Cristo predicado por la comunidad
pascual?
Esta historia de la investigación sobre el Jesús histórico está formalmente dividida en tres etapas:
a. Old quest o first quest: esta etapa es iniciada por Reimarus, en el siglo XVII. Este cree que hay que distinguir
entre la doctrina de Jesús y la de sus discípulos, ya que acusa a estos últimos de encubrir el mesianismo
judío de Jesús, que terminó en un fracaso. Los discípulos no se resignaron al fracaso de su maestro; hicieron
desaparecer el cadáver de Jesús y se convirtieron en propagandistas de la resurrección, convirtiéndolo en un
maestro espiritual y redentor de la humanidad. Espiritualizaron su mesianismo y lo pospusieron hasta una
segunda venida.
La investigación sobre la vida de Jesús adquiere un interés especial en la escuela de Tubinga que afirmará que
los relatos sobre Jesús son expresión simbólica de las ideas religiosas cargadas de mitos. Aquí se rompe la
unidad entre el Jesús histórico y el Cristo de la fe. Lo que seguirá será el intento por restablecer la armonía, con
escaso éxito. Autores como K.A. Hase y Schleiermacher recurrirán al método histórico para fundamentar la fe
en Cristo.
M. Kähler, denuncia la insuficiencia de los conocimientos históricos para fundamentar la fe cristiana; este
autor manifiesta que la fe y la historia es posible unirlas, pero no se debe olvidar que son dos cosas distintas.
La fe no puede fundamentarse solo ni principalmente en la historia. La fe añade un plus a la historia, el
plus de sentido, que no puede ser deducido de la mera historiografía. Sin embargo, Schweitzer dirá que la
investigación de la vida de Jesús se puso a andar en buscar del Jesús histórico y pensó que podía meterlo en
nuestro tiempo tal como es él, vio venir a Jesús hacia sí misma, pero Jesús pasó de largo, volviéndose a su
época.
Autores que intentaron reivindicar la cristología eclesiástico-dogmática fueron K. Adam y Barth, cayendo
ahora la balanza del lado de la fe más que de la historia. Bultmann, caerá en el extremo desconociendo toda
significación teológica al conocimiento histórico de Jesús, quizás porque atribuye la salvación básicamente a la
resurrección de Jesús. Para este, el único fundamento de la fe es el kerigma.
b. New quest: comienza en 1953 y se caracteriza por la vuelta al Jesús de la historia. Su propósito es reescribir el
mensaje original de Jesús y compararlo con la predicación de la primitiva Iglesia. Sus representantes
aceptan una cierta continuidad entre el Jesús histórico y el Cristo de la fe o “una cristología implícita” en el
Jesús de la historia (H. Conzelmann). Esta etapa comenzó con la famosa conferencia pronunciada por E.
Käsemann en Marburgo en 1953. En esta etapa los discípulos de Bultmann aceptan que los evangelios tienen
una intención kerigmática, pero reconocen en ellos la memoria del Jesús histórico.
c. Third quest: se inicia en torno a 1980. La nueva investigación procede sobre todo del mundo anglosajón. Sus
presupuestos son más sociológicos y culturales que filosóficos. Su punto de interés es sobre todo
histórico; la preocupación teológica es mucho más débil que en los escritos anteriores. Los autores buscan
con ahínco al Jesús histórico, pero apenas se plantean el problema de su relación con el Cristo de la fe .
Estos estudios son eminentemente interdisciplinares. Con variantes, se considera a los miembros del famoso
Jesus Seminar como representantes destacados de la “tercera búsqueda”. Fundado en 1985, lo componen un
numeroso grupo de biblistas e investigadores norteamericanos. Se proponen establecer los dichos y hechos del
Jesús histórico, y calificar con rigor científico su historicidad, desde el grado mayor de seguridad hasta el grado
menor de probabilidad. Para ello recurren a la discusión científica y a la votación de conclusiones.

También podría gustarte