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Troya: La caída de una ciudad

como adaptación del ciclo troyano

Marta Coello Soriano


Mitología Clásica
Universidad de Cádiz
Índice
1. Introducción……………………………………………………………………….…1
2. Desarrollo y comparación………………………………………………………….1-5
3. Conclusión…………………………………………………………………………5-6

1. Introducción
El presente trabajo tiene como objeto de estudio la adaptación fílmica Troya: la caída de una
ciudad, la cual versa sobre el conjunto de narraciones relativas a la guerra de Troya. Nuestro
objetivo es analizar cronológicamente de la forma más precisa posible las similitudes y
diferenciaciones entre las fuentes literarias originales y la serie de Netflix; de este modo,
desarrollaremos los acontecimientos literarios a la vez que enlazamos los hechos de la
adaptación, para posteriormente realizar una conclusión general acerca del mensaje de la
serie.

2. Desarrollo y comparación
Por lo general, Troya: La caída de una ciudad es una serie bastante fiel a las obras literarias
que recogen los relatos acerca del ciclo troyano. Sin embargo, y como repasaremos en el
trabajo, presenta algunas diferencias.
El primer capítulo nos ofrece una multitud de referencias que enlazan con la bibliografía con
la que trabajamos. Precisamente el inicio de la serie comienza con los orígenes de Paris o
Alejandro, una de las principales figuras que participan en la detonación de la guerra de
Troya. Apolodoro (Biblioteca 3.12.5) nos relata que, previamente al nacimiento de Paris, es
Hécuba, su propia madre, la que tendría un sueño que sería interpretado por Ésaco, hijo de
Príamo, y que este vaticinaría que el hijo que había de dar a luz Hécuba traería la ruina a la
ciudad de Troya. No obstante, la adaptación quita protagonismo a la madre de Paris y al
hijastro de ésta, siendo Casandra la que, aparentemente en sueños, predeciría el desastre.
Ambas obras coinciden en la visión de una Troya consumida por las llamas. Aunque en este
pasaje no se menciona, hemos de recordar la capacidad de elaborar profecías de Casandra,
recibida como don directo del dios oracular Apolo. Asimismo, una vez que Paris llega a la
corte de Príamo, su hermana continúa teniendo sueños premonitorios que vaticinan el mismo
hecho. Si seguimos el relato mediante el cual se justifica este hecho, el encaprichamiento del
dios con esta joven, nos resulta algo inverosímil debido a que Casandra presenta esta
habilidad desde que es una niña, en el momento del nacimiento de su hermano. Ahondando
en los orígenes de Paris según Apolodoro, hemos de mencionar un pequeño detalle, y es que

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en la serie no se habla de que Alejandro fuera abandonado a su vez por el propio pastor
Agelao, él funciona como figura paterna desde el principio hasta el final de su vida, como se
dará a conocer en hechos posteriores.
La adaptación parece tener en cuenta la obra de Partenio de Nicea (Sufrimientos de Amor, 4)
al mostrar un encuentro amoroso entre Paris y la que consideramos Enone, ya que su nombre
no es mencionado. Asimismo, hemos de remarcar la importancia del diálogo en el que
Agelao insta a Paris a que se una en matrimonio con la chica, justo después del juicio de este
último y de su elección. De algún modo, nuestro protagonista sabe que la joven no es la
mujer hermosa prometida por Afrodita.
Tomando como referencia la obra de Proclo (las Ciprias) podemos afirmar que la escena del
juicio de Paris es bastante fidedigna, aunque podríamos señalar que en la serie, cuando
Menelao parte de Troya, su destino es Micenas y no Creta. De todos modos, la propicia
ausencia de Menelao acabaría provocando el acercamiento entre Paris y Helena, como si la
propia Afrodita hubiese intervenido al organizar todos los elementos a su favor. El último
diálogo amoroso que sucede entre los protagonistas se asemeja al que refleja Ovidio en
Heroidas 16.17-40. Volviendo a la narración de Proclo, la adaptación aquí varía y la pareja y
la corte troyana emprenden la navegación en pleno día, no ocultándose sino directamente
engañando a los troyanos. Menelao se entera de la partida de ambos por su Hermíone y no
por Iris.
El segundo capítulo nos ofrece el proceso de reunión de todos los héroes acogidos a los
juramentos de Tindáreo, y de nuevo Proclo es la fuente que inspira el reclutamiento de
Odiseo. La caracterización cobarde de este personaje se refleja también en Posthoméricas 5,
180-195 de Quinto de Esmirna.
La llegada de Helena a Esparta desata la inconformidad de Hécuba y Príamo en la serie, pero
tras escuchar un discurso de Helena bastante anacrónico para la ambientación de la historia y
que además refleja un modelo de pensamiento cercano al actual, se ablandan y deciden
defender la acción de su hijo; y por otro lado, en la Ilíada 3.161–170 apreciamos el nivel de
cercanía que alcanza el suegro con su nuera.
En Áulide, estando reunidos ya Áyax, Agamenón, Menelao, Néstor y Odiseo, estos dos
últimos tienen un diálogo en el que se nos da a entender que la presencia de Aquiles no tiene
que ver directamente con el juramento, como se expresa en Descripción de Grecia 3.24.
10-11 de Pausanias. Los hechos acontecidos en este lugar siguen el relato de Eurípides,
Ifigenia en Aúlide, allí se dan cuenta de que no pueden navegar y un sacerdote (no el brujo
Calcante) comunica a Agamenón que es necesario que sacrifique a su hija Ifigenia. Menelao

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lo motiva a actuar pese a que en un primer momento Agamenón se niega, tanto en la
adaptación como en la obra literaria. Realmente sigue con fidelidad a Eurípides, pues incluso
los conocedores de que se iba a llevar a cabo el sacrificio eran los que se muestran en la
escena: Odiseo, Agamenón, Calcante y Menelao. Al conocer su muerte, Ifigenia tiene el
impulso de resistirse a su destino, pero finalmente acaba cediendo.
Sin embargo, la adaptación no será tan benevolente con ella como Ovidio, ya que al contrario
que en las Metamorfosis 12.24-38, Ifigenia no es sustituida por una cierva, sino que
realmente pierde la vida con una escena explícita y desgarradora.
Los héroes del bando griego avanzan junto a los mirmidones y adquieren como botín de
guerra a Criseida (cedida a Agamenón), hija del sacerdote del templo de Apolo Crises y a
Briseida (botín de Aquiles). En la serie hemos de señalar la relación que establecen Patroclo y
Aquiles con esta última, y frente a la ambigüedad de las fuentes antiguas la adaptación nos
muestra una relación sexoafectiva poliamorosa entre los tres. Criseida es tomada por
Agamenón, y la cólera de Apolo parece llegar al campamento en forma de una epidemia.
Habiendo consultado previamente a Calcante (el cual en la adaptación es mayormente
sustituido por el sacerdote), Aquiles pide a Agamenón que devuelva a la chica a su padre para
calmar la cólera del dios. Sin embargo, este último y siguiendo la línea homérica de la Ilíada
1.130–144, lo rechaza al principio, aunque tras meditarlo da su brazo a torcer, siempre y
cuando Aquiles le entregue a cambio a Briseida, al igual que se relata de nuevo en los versos
de la Ilíada 1.181-187. Sin embargo, nos gustaría matizar algunos elementos que varían,
como el hecho de que en la serie Patroclo sufre los efectos de la epidemia y este sería uno de
los factores que acabaría motivando a Aquiles a “dejar ir” a Briseida, dividido por sus dos
afectos.
El capítulo 4 concluye con el combate de Menelao y Paris, y en ambas obras la muerte de
este último es evitada por Afrodita, siendo en la serie a través de encorajar a Paris a que huya,
mientras que en la Ilíada 3.369–384 ella interviene directamente y lo saca del lugar.
La serie omite los reproches de Helena y Héctor hacia su hermano, tal y como continúa
Homero en Ilíada 6, 344–358, y cuando Paris regresa a Troya en la adaptación quien lo
recibe es una comprensiva Helena. Respecto a la parte final de estos versos, en los cuales se
culpabiliza a Zeus del inicio de la guerra de Troya, podemos apreciar en la segunda mitad del
capítulo 5 cómo Afrodita también lo responsabiliza del conflicto. De nuevo, volvemos a la
obra de Partenio de Nicea, en la que se nos indica que tras haberse unido Paris con Helena, se
produce un reencuentro entre este y Enone. Aquiles se niega a luchar en el bando troyano,
lastimado en su honor y descontento por la pérdida de Briseida. Al igual que en los textos de

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referencia, Patroclo acude ante él para pedirle que les asista en la batalla. El destino del
compañero de Aquiles sigue siendo el mismo, y no es otro que la muerte a manos de Héctor
durante un combate (Ilíada 16.818–828). En el relato original, Patroclo toma la armadura de
Aquiles a sabiendas de este, mientras que en la adaptación lo hace a escondidas de él,
provocando que Héctor lo confunda con su compañero. Acorde a las fuentes (Ilíada
19.282-290), Briseida se lamenta ante el cuerpo de Patroclo, mientras que en la serie es el
propio Aquiles el que recoge el cuerpo de su amigo.
Previo al combate entre Aquiles y el héroe troyano, Andrómaca intenta convencer a Héctor,
acompañada de su hijo Astianacte, de que no participe en la batalla y se mantenga con vida,
este hecho se refleja tanto en la serie como en el canto VI de la Ilíada (aunque hemos de
reconocer que es más insípida y menos sentimental en la serie).
Colérico, Aquiles busca vengarse contra el asesino de Patroclo. Las fuentes homéricas
indican que ambos padres de Héctor tratan de detener a su hijo y persuadirlo de enfrentarse a
Aquiles (Ilíada 22.25–97 y 22.99–130), y en la adaptación solo es Hécuba la que pide que no
participe, conociendo la superioridad de su contrincante. La batalla es más lineal que la
narrada por Homero, omitiéndose el deseo de Héctor de que su cadáver recibiera los ritos
fúnebres pertinentes. Lo acontecido con el cadáver de Héctor es fiel al relato de la Ilíada y,
siendo arrastrado por un carro tal y como se refleja en multitud de manifestaciones artísticas,
su cuerpo acaba en posesión de Aquiles.
La recuperación de su cadáver se produce en la serie en el capítulo 7, y de nuevo es un
episodio fidedigno a la obra homérica. Otro acontecimiento posterior es el relatado por
Quinto de Esmirna en Posthoméricas 1.610-625 es la muerte de Pentesilea, reina de las
Amazonas que había ayudado a rescatar a Paris en capítulos anteriores, a manos de Aquiles.
En la adaptación, el último aliento de Pentesilea es aprovechado para vaticinar la próxima
muerte del héroe. Este recordatorio había sido atribuido a Héctor antes de su muerte en la
Ilíada.
La muerte de Aquiles, de nuevo es un acontecimiento bastante aséptico en comparación con
las fuentes literarias (la Eneida y Posthoméricas), ya que se atribuye la participación de
Apolo en el evento y su muerte en los textos tal vez resulte más poética en comparación con
la rapidez con la que se produce en la serie. El único influjo de Apolo lo encontramos en el
detalle de las flecha que alcanza su talón, hecho que se mantiene en comparación con el
relato literario. Asimismo, debemos remarcar una vez más la ausencia de Briseida durante
esta adaptación (Posthoméricas 3.551-558).

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El capítulo 8 aborda la estrategia del caballo de madera. La adaptación nos ofrece la misma
imagen que Quinto de Esmirna en Posthoméricas 12, versos 353-585. Un campamento griego
totalmente abandonado y una playa desértica, además de las naves alejándose por el
horizonte. Sin embargo, a quien “abandonan” en la costa troyana es Tersites y no Sinón,
además de que en la serie la ofrenda es a Poseidón y no a Atenea. Una figura que se omite es
la del sacerdote Laocoonte y su profecía, sustituida por los vaticinios de Casandra, que no
confían en la naturaleza pacífica de la ofrenda.
Troya cae gracias a la traición de Helena, tras reencontrarse con Menelao. Mientras que en las
fuentes literarias la princesa la comete para salvarse a sí misma, en la adaptación lo hace bajo
la promesa de Menelao de no destruir la ciudad. Un detalle importante es que en la
adaptación Helena no es casada con Deífobo tras la muerte de Paris, ya que su muerte no se
produce siguiendo la tradición literaria; de este modo, Deífobo fallece en este capítulo incluso
antes que su hermano. Algunas muertes que se suceden fidedignamente son las de Príamo y
Hécuba, así como la violación de Casandra que se da a entender no explícitamente.
Por otra parte, Andrómaca y Casandra son tomadas como prisioneras, la primera propiedad
de Odiseo y la segunda de Agamenón, siguiendo el relato de Apolodoro en Epítome 5, 23. El
destino de Astianacte no varía con el que narra Trifiodoro en La toma de Ilión, 644 ss.
El final de la serie deja abierto el destino de dos héroes: Eneas y Odiseo, el primero acabaría
fundando la ciudad de Roma y el segundo viviendo numerosas aventuras de vuelta a casa.

3. Conclusión
Es evidente que Troya: La caída de una ciudad lleva a sus espaldas un gran trabajo de
documentación bibliográfica, así como numerosos mensajes políticos y sociales
contemporáneos. De nuevo, la mitología habla más sobre la sociedad que la elabora y su
realidad que sobre los padecimientos de unos personajes fantásticos. La Helena de Troya
descrita por las fuentes literarias velaba por sus propios intereses individuales y su apoyo
hacia un bando u otro fluctuaba en función de sus necesidades, mientras que la Helena que se
nos presenta en la serie efectivamente, es cierto que vela por sus propias inclinaciones, pero
somos capaces de ver su ideario tras sus actos: se trata de una mujer oprimida por el
matrimonio, forzada a mantener su lugar e inhabilitada de tomar sus propias decisiones y
configurar su destino. Podríamos incluso discernir dos fuerzas en este conflicto, encarnadas
por el bando aqueo, el opresor, y el bando troyano, el que intenta salirse de los márgenes de la
opresión y caracterizado por una mayor laxitud. Esto también es apreciable en que mientras
Menelao, Agamenón y el resto de héroes griegos, por lo general, dan suma importancia a la

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honra, encontramos que los troyanos tienden a no regirse demasiado por ella (aunque sí en
algunos momentos, pero no tanto como sus enemigos), como por ejemplo refleja la vuelta de
Paris a la ciudad tras haber huido del combate contra Menelao y su recibimiento por Helena
que dista bastante de los reproches que acometen Héctor y ella en las fuentes escritas.
Igualmente, creemos que tampoco es baladí la inclusión de una relación poliamorosa que la
literatura deja asomar pero con mucha ambigüedad entre Aquiles, Patroclo y Briseida. Un
poco más controversial es la inclusión de actores negros y con apariencia física no normativa.
La tradición clásica sigue transformándose y la humanidad continúa reviviendo a los
personajes mitológicos que se originaron en los albores de la civilización para que, además de
hacernos llegar ese atractivo pasado mítico, le den voz a las problemáticas y cuestiones
colectivas que inquietan al conjunto de la sociedad. Troya: La caída de una ciudad es, sin
lugar a duda, un claro ejemplo de renovación de la cultura de nuestros antepasados, y en tanto
la sociedad continúe mutando, los relatos mitológicos lo harán al mismo tiempo.

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