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Ensayo Posthumanismo

El humanismo, el posthumanismo y el transhumanismo son tres enfoques filosóficos


que abordan la naturaleza humana y su evolución de maneras distintas, reflejando
diversas perspectivas sobre el futuro de la humanidad y cómo la tecnología puede
desempeñar un papel en esa evolución.

El Posthumanismo cuestiona el puesto central del hombre y la razón dentro del


conocimiento y del universo orientándose a buscar múltiples centros de interés,
trascendiendo los límites de la humanidad a través de la aplicación de diversas
tecnologías y conceptos; en similar posición, el Transhumanismo surge como una
corriente que busca redefinir lo humano, llevando la concepción del hombre como un
ente mejorable que busca la perfección por medio del uso de la tecnología y la ciencia,
siendo el objetivo principal mejorar y potenciar las características humanas existentes.

Dichas posturas tendrán partidarios y detractores; en el caso del Trashumanismo tiene


oponentes basados en objeciones de carácter social, ético y político, argumentando su
base en la tecnología aplicada de manera insensible, cuya orientación sería la
inhumanidad; sin embargo, Gilbert Hottois plantea en su artículo “Humanismo,
Transhumanismo, Posthumanismo”, como dicha postura transhumanista bien conducida
podría ser un humanismo progresista donde se integren las revoluciones científicas.

Nos encontramos en un mundo que está en continua evolución, por lo cual se hace
inminente la potencial fusión entre humanidad y tecnología; es así que se plantea un
punto donde no habrá diferencia entre la materia inerte, viviente y pensante, es decir
entre lo natural y artificial, entre el hombre y la máquina, con el fin de orientar al aumento
de las capacidades humanas y mejorar técnicamente, tal como lo señala el informe
elaborado en representación de EEUU del 2002 “Tecnologías convergentes para el
mejoramiento del desempeño humano. Nanotecnología, biotecnología, información
tecnológica y ciencia cognitiva”.

Por otro lado, existen posturas que no está de acuerdo en tener como prioridad el
mejoramiento y optimización de las capacidades del ser humano a través de tecnologías
sino el desarrollo de una sociedad del conocimiento respetuosa de los valores y
compartiendo metas; es decir las tecnologías materiales no deben enfocarse solamente
al mejoramiento y optimización del cerebro y cuerpo de los individuos, dicha postura es
señalada en el informe de la Unión Europea del 2004 “Tecnologías convergentes. Dando
forma al futuro de las sociedades europeas” donde se plantea un enfoque social y
científico, agregando al núcleo NIBC (Nanotecnología, biotecnología, información
tecnológica y ciencia cognitiva) las ciencias humanas y a las humanidades logrando el
desarrollo de una sociedad del conocimiento respetuosa de los valores y compartiendo
metas.

En base a ello, es probable que resulte difícil, por no decir imposible, restringir el avance
tecnológico solamente al mejoramiento de la sociedad buscando prevalecer los valores
que nos hacen humanos; ya que para lograr ello será necesario también centrarse en el
individuo, incrementando su desempeño a través de intervenciones en el cuerpo
humano con base científica o tecnológica como se señala en el informe de la Unión
Europea del 2009 “La mejora humana”, que plantea como prioridad el uso médico-
terapéutico pero sin dejar de lado los requerimientos exigidos por la sociedad como la
competitividad, la estética, la moda, etc.

Sobre ese punto, Buchanan, en su libro “Genética y Justicia”1 manifiesta la posibilidad


de que el potencial control tecnológico de las formas de vida humana conducidos por la
investigación biológica, sirva no sólo a fines terapéuticos de curación o prevención de la
enfermedad, sino también para determinar ciertas características y capacidades de las
nuevas generaciones de seres humanos teniendo una perspectiva ética de justicia
distributiva, es decir el reparto de beneficios, incluyendo la posible redistribución y
mejora de las cualidades humanas, hasta ahora dependientes del azar por el que se
determina la herencia genética que influencian en las discapacidades, las
enfermedades, la memoria, el humor y la inteligencia.

En ese sentido, como pronostica Ray Kurzweil2, existirá un punto futuro probable en que
se espera que la inteligencia artificial supere la inteligencia humana, una humanidad que
trasciende sus límites biológicos a través de la tecnología; si bien considero que no será
tan próximo como señala, sería necesario que el Transhumanismo sea validado como
un punto de vista legítimo, sin etiquetarlo como algo trivial o meramente producto de la
ciencia ficción, ya que su importancia trasciende lo académico, comercial y cultural,
afectando el contexto político y el comportamiento del ciudadano en términos de
consumo y elección.

Del mismo modo, encuentro necesario continuar abordando cuestiones éticas


asociadas con la mejora humana y lo que ello implica, considerando que el
mejoramiento humano es un derecho y un deber moral, como bien señala Harris3, que
debería tener como base las capacidades y características humanas, esto incluye la
mejora de la salud, la inteligencia y otras capacidades que afectan la calidad de vida,
buscando que se realice de manera reflexiva y que los beneficios se distribuyan de
manera justa en la sociedad asegurando el acceso equitativo a éstas tecnologías para
evitar la exacerbación de desigualdades existentes y para garantizar que los avances
beneficiosos estén al alcance de todos.

Elaborado por: Yulissa Karina Hernández Olivera


Maestría en Gestión Pública Online 2022-I
24 de noviembre de 2023

1
"Genética y justicia" de Allen Buchanan, Dan W. Brock, Norman Daniels y Daniel Wikler. Acta Bioethica, vol. IX, núm. 1,
2003.
2
Documental "Transcendent Man" lanzado en 2009, dirigido por Barry Ptolemy.
3
John Harris en su texto Enhancing evolution: The Ethical Case for Making Better People

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