E – 44-097

Resecciones-reconstrucciones
asociadas a tumores óseos malignos
del miembro superior
F. Gouin, V. Crenn, S. Touchais

Resumen: Los tumores óseos del miembro superior son menos frecuentes que los del
miembro inferior. Esta localización no presenta ninguna especificidad epidemiológica,
ya que todas las entidades patológicas pueden desarrollarse en el miembro superior. El
condrosarcoma, el sarcoma de Ewing y el osteosarcoma son los tumores malignos más
frecuentes. El objetivo de la resección es la exéresis del tumor en bloque, sin invadirlo,
para las patologías malignas. Este procedimiento quirúrgico forma parte de un programa
terapéutico multidisciplinario y sólo puede considerarse tras la práctica de una biopsia y
la discusión en un comité multidisciplinario (CM) de los tumores del aparato locomotor.
La resección se planifica y se lleva a cabo sobre la base de una reciente evaluación preo-
peratoria por pruebas de imagen (al menos por resonancia magnética), en un centro
especializado en ortopedia oncológica, para conciliar los objetivos contradictorios de una
resección oncológica completa y adaptada y la mejor preservación posible de la función.
En más del 90% de los casos, el tratamiento puede ser conservador. La reconstrucción
debe cumplir los requisitos de estabilidad y resistencia: la calidad del tejido blando muscu-
lotendinoso es fundamental para los resultados funcionales. En función de la localización
anatómica, la extensión de la resección en los tejidos blandos, el estado del paciente y
la enfermedad, la reconstrucción se basa en técnicas protésicas, biológicas de injertos
óseos o compuestas. En todos los casos, existen numerosas complicaciones, tanto pre-
coces como tardías, y justifican una estrecha coordinación con el equipo de oncología
médica en el período perioperatorio para no dificultar el tratamiento de la enfermedad
y el seguimiento a largo plazo en un centro ortopédico especializado.
© 2021 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Tumor óseo; Miembro superior; Osteosarcoma; Sarcoma de Ewing;

Condrosarcoma; Tumor de células gigantes; Prótesis articular

Plan ■ Resección-reconstrucción en la muñeca 14

Resección-reconstrucción del radio distal mediante
■ Generalidades 1 artrodesis radiolunar preservando la mediocarpiana con
injerto autólogo de varilla tibial o peroné 14
■ Evaluación 2 Variantes para la reconstrucción tras la resección del radio
■ Resección-reconstrucción de la escápula 2 distal 16
Escapulectomía total con suspensión del húmero 3 Tumor del extremo inferior del cúbito 16
Variantes 3 ■ Resección-reconstrucción en la mano 16
■ Resección-reconstrucción del húmero proximal 4 Colocación del paciente 17
Resección transarticular del húmero proximal con Resección 17
conservación más o menos completa del deltoides Reconstrucción 17
y su pedículo vasculonervioso 5
Variante de la resección 6
Reconstrucción del húmero proximal 7
■ Resección-reconstrucción de la diáfisis humeral
Colocación del paciente y vía de acceso
11
11
 Generalidades
Resección 11
Los tumores óseos primarios son menos frecuentes en
Reconstrucción 11
el miembro superior que en el inferior. Afectan de forma
■ Resección-reconstrucción del codo 11 preferente al segmento braquial proximal y a la escápula.
Resección y reconstrucción del húmero distal 12 Aunque no existe una especificidad histológica para el
Resecciones-reconstrucciones de cúbito y radio en el miembro superior, la escápula es sobre todo el lugar de los
extremo proximal 13 condrosarcomas, pero también de los sarcomas de Ewing,

EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 1

Volume 13 > n◦ 4 > diciembre 2021
http://dx.doi.org/10.1016/S2211-033X(21)45767-1
E – 44-097  Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior
y los tumores de células gigantes se encuentran a menudo
en el radio distal, pero se pueden encontrar todos los tipos
histológicos.
Las normas para la resección en el miembro superior
son las mismas que para cualquier tumor óseo primario.
La estrategia de la biopsia debe discutirse con el equipo
quirúrgico que va a practicar la resección y, en el mejor de
los casos, en un comité multidisciplinario (CM) de tumo-
res óseos. La estrategia terapéutica multidisciplinaria,
incluido el procedimiento de resección-reconstrucción,
debe discutirse siempre antes de la intervención en CM de
tumores óseos. La evaluación de la extensión locorregio-
nal debe ser completa y precisa, particularmente en lo que
se refiere a las estructuras vasculonerviosas que tienen una
relación más estrecha con el esqueleto que en el miembro
inferior. Se basa sobre todo en las radiografías estándar,
la resonancia magnética (RM) y, con mayor frecuencia,
la tomografía computarizada (TC): puede ser necesaria
una evaluación vascular mediante angio-RM o angio-TC.
En más del 90% de los casos la cirugía es conservadora,
pero las amputaciones se consideran ampliamente para
los infrecuentes tumores de la mano. Las amputaciones
en el miembro superior, sobre todo las proximales, tienen
consecuencias funcionales y psicológicas más graves que
en el miembro inferior.
El miembro superior no soporta peso, pero requiere
una gran amplitud de movimiento y estabilidad articu-
lar para ser funcional. Por lo tanto, los requisitos de
la reconstrucción deben cumplir la estabilidad de las
articulaciones reconstruidas y el restablecimiento de la
movilidad activa siempre que sea posible. Hay que tener
en cuenta la longevidad en el tiempo de los montajes
en pacientes que suelen ser jóvenes. La escápula rara vez
se reconstruye y el miembro queda suspendido por la
cabeza del húmero o por una prótesis. El húmero proximal
puede reconstruirse, cuando las condiciones anatómi-
cas lo permiten, mediante prótesis invertidas, asociadas
o no a un manguito de aloinjerto, que dan excelen-
tes resultados funcionales. La reconstrucción del codo es
principalmente protésica. Deben preferirse las reconstruc-
ciones biológicas (autoinjertos) en la diáfisis humeral, en
el segmento antebraquial, asociadas o no a un sacrifi-
cio articular (artrodesis de la muñeca). Por último, en la
mano, las indicaciones y modalidades de la cirugía con-
servadora en comparación con las amputaciones deben
ser ampliamente discutidas con el protesista ortopédico,
el radioterapeuta y el paciente antes de tomar cualquier
decisión.
 Evaluación
La evaluación de los tumores óseos malignos del miem-
bro superior cumple los mismos requisitos que los de otras
localizaciones anatómicas. Permite proponer una estrate-
gia terapéutica basada en:
• un diagnóstico preciso, validado en un CM especiali-
zado en tumores óseos tras comparar los datos clínicos,
de las pruebas de imagen y, en la mayoría de los casos,
del estudio patológico de la biopsia;
• un estudio de extensión locorregional;
• un estudio de extensión a distancia para los tumores
multifocales o con riesgo de metástasis;
• una evaluación del estado del paciente.
Debe considerarse la posibilidad de practicar una biop-
sia en el caso de cualquier lesión ósea evolutiva cuyo
diagnóstico no se pueda establecer con certeza mediante
pruebas de imagen. La sospecha en el estudio de ima-
gen de los tumores cartilaginosos de bajo grado (algunos
encondromas y osteocondromas) puede conducir, en
casos muy seleccionados, a una intervención curativa
desde el principio para limitar la contaminación o los erro-
res de una biopsia no representativa: antes de tomar una
decisión de este tipo, se requiere una opinión especiali-
2 EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
zada multidisciplinaria validada por un CM para tumores
óseos [1] .
En todos los demás casos, la biopsia quirúrgica sigue
siendo la norma. Esta biopsia sigue las mismas reglas que
para otras localizaciones (trayecto que no contamina los
espacios vasculares y neurológicos, lo más directo posible,
sin despegamiento, hemostasia perfecta, integrado en la
futura vía de acceso para la resección, toma de muestras
representativas guiadas por método de imagen, preserva-
ción que permita las técnicas de diagnóstico en biología
molecular).
La biopsia percutánea guiada por imagen puede
discutirse en algunos casos dentro de un equipo multi-
disciplinario de radiólogos/patólogos con experiencia en
esta técnica para tumores óseos. No tiene cabida en los
casos de sospecha de tumor cartilaginoso.
El estudio de extensión locorregional se basa, como
mínimo, en la radiografía de todo el hueso afectado (que
sigue siendo el enfoque más específico de la naturaleza
de un tumor óseo) y en la RM. Esto debe hacerse antes
de la biopsia y repetirse durante cualquier tratamiento
neoadyuvante y en la fase preoperatoria. La RM estándar
debe visualizar todo el hueso afectado, buscando metásta-
sis de salto (skip-metastasis), ambos lados de la articulación
para los tumores epifisarios y debe incluir inyección de
gadolinio. Es la exploración fundamental para planificar
el alcance de la resección ósea y la extensión a los teji-
dos blandos. Las técnicas avanzadas de RM (perfusión,
espectroscopia de protones, imágenes de difusión e imá-
genes en fase y en oposición de fase) pueden considerarse
para ayudar en algunos diagnósticos difíciles, la extensión
locorregional, la respuesta a la quimioterapia y la sospecha
de recidiva local.
Como para cualquier localización, esta evaluación pre-
quirúrgica debe precisar la extensión intraósea y la
extensión extraósea: en la articulación cercana, las relacio-
nes musculares y tendinosas, las relaciones con los vasos,
las relaciones con los nervios, las relaciones con las estruc-
turas cutáneas y subcutáneas de cobertura.
Al final de esta valoración diagnóstica y de evaluación,
se puede proponer una estrategia terapéutica en CM que
especifique las secuencias de los tratamientos aplicados,
los medios que se van a movilizar (competencias quirúr-
gicas vasculares o plásticas, etc.) y las secuelas que cabe
esperar, de las que se debe advertir al paciente antes de la
intervención quirúrgica.
Sea cual sea el tipo de resección, el espécimen se envía
al laboratorio de anatomía patológica acompañado de
un formulario de remisión de muestras que contiene al
menos (Fig. 1):
• el diagnóstico y las referencias previas;
• si la resección es en bloque o en fragmentos;
• si el tumor fue visto o no por el cirujano;
• si se ha producido o no una ruptura durante la disección
(en ambos casos, debe marcarse la zona en el espécimen
con recortes al nivel de la ruptura).
Las condiciones de conservación y transporte de la
muestra se determinan en colaboración con los colegas
patólogos.
 Resección-reconstrucción
de la escápula
En la escápula puede localizarse un condrosarcoma, un
sarcoma de Ewing, más raramente un osteosarcoma u
otros sarcomas primarios. Todos los sectores de este com-
plejo hueso pueden verse afectados. La vía de la biopsia,
en la mayoría de los casos quirúrgica, ya que los tumo-
res cartilaginosos están frecuentemente implicados, debe
considerarse siempre en relación con la vía de acceso de
la resección. La escapulectomía es total cuando la glenoi-
des y la mayor parte de la escápula están afectadas. La
 Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior  E – 44-097
Figura 1. Envío de una pieza quirúrgica de húmero proximal
al laboratorio de patología. La información necesaria para el aná-
lisis del espécimen y la calificación de los márgenes debe incluirse
en el formulario de remisión de muestras (identidad, histolo-
gía/referencias de la biopsia, vía de biopsia marcada con un hilo,
orientación del espécimen, tratamientos neoadyuvantes, resec-
ción en bloque o fragmentación, invasión tumoral [localización
si es el caso]).
preservación del acromion, cuando las condiciones onco-
lógicas lo permiten, puede considerarse para ayudar a la
suspensión del húmero y a la apariencia estética del hom-
bro. La escapulectomía parcial puede considerarse para las
lesiones que respetan la glenoides y están situadas en la
parte distal o en el borde espinal de la escápula. Malawer
propuso una clasificación de los diversos tipos de esca-
pulectomía más o menos ampliada al húmero proximal,
con los tipos IV y VI B (con resección de los abductores
del hombro) que representan la técnica clásica de Tikhoff-
Linberg (escapulectomía total con resección extraarticular
del húmero) [2] . La Musculoskeletal Tumor Society (MSTS)
ha propuesto cinco sectores de resección (S1 a S5) para la
resección de la escápula y el húmero proximal [3] .
Escapulectomía total con suspensión
del húmero
Colocación del paciente y vía de acceso
El paciente se coloca en decúbito lateral sobre el lado
contralateral a la resección. El campo quirúrgico com-
prende todo el miembro superior y se extiende hasta la
línea media preesternal y, por detrás, hasta la columna ver-
tebral. La preparación de la piel incorpora medidas para
prevenir la infección por Cutibacterium acnes en esta loca-
lización. La vía de acceso posterior en S propuesta por
el equipo de Cochin permite una muy buena exposición
de toda la escápula. Comienza en la apófisis coracoides,
sigue distalmente la clavícula y el acromion para volver
a lo largo de la espina de la escápula, curvándose para
descender hacia distal a lo largo del borde espinal de la
escápula. Los dos colgajos de piel (distal y lateral, proxi-
mal y medial) se levantan, si las condiciones oncológicas
lo permiten, en un bloque musculofasciocutáneo con el
fascículo posterior del músculo deltoides y el músculo tra-
pecio, respectivamente (Fig. 2).
Resección
A continuación, se libera toda la cara posterior de la
escápula de sus fijaciones musculares, conservando una
cubierta muscular adaptada a las necesidades oncológicas;
desinserción de los músculos elevadores de la escápula,
romboides, expansiones del dorsal ancho, redondo mayor
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
y la porción larga del tríceps braquial. Se tiene cuidado
en el borde inferior del músculo redondo menor para
no lesionar los elementos vasculonervioso del músculo
deltoides, si se pueden preservar desde el punto de vista
oncológico. La basculación de la escápula permite enton-
ces desinsertar el músculo serrato anterior de su borde
espinal. La liberación posterior se completa seccionando
los tendones del manguito de los rotadores y la cápsula
articular de atrás hacia delante y de abajo hacia arriba. Es
posible efectuar la tenodesis del tendón largo del bíceps
en su surco mediante puntos transóseos. Se abre la articu-
lación acromioclavicular y se seccionan sus ligamentos.
La movilización de la escápula permite finalmente libe-
rar la apófisis coracoides de sus fijaciones; tendón de
los músculos pectoral menor y coracobraquial, ligamento
acromiocoracoideo. En algunos casos, el acromion y la
apófisis coracoides pueden conservarse: entonces se sec-
cionan respectivamente a nivel de la espina dorsal y en la
base de la apófisis.
Reconstrucción
La reconstrucción que se propone con más frecuen-
cia es una suspensión del húmero. La cabeza del húmero
puede estar suspendida de la clavícula (± acromion si se
conserva). El húmero debe estar eficazmente suspendido
para evitar el dolor neurálgico de la tracción del miembro
superior. Se utilizan bandas sintéticas (LARS, politetra-
fluoroetileno, dacrón), que pueden pasarse a través de un
túnel transóseo en la cabeza del húmero, pero que tam-
bién se suturan con hilo no reabsorbible a los muñones
de los tendones del manguito de los rotadores si fue posi-
ble conservarlos. Se pueden efectuar varias pasadas que
permitan suspender el húmero envolviendo la clavícula
(y el acromion cuando se haya conservado): estas bandas
sintéticas pueden fijarse a la clavícula mediante puntos
transóseos (Fig. 2). Por último, el tendón largo del bíceps,
según su longitud, refuerza esta suspensión. Cuando se
ha conservado, la coracoides también se fija a la clavícula
con un tornillo. Los despegamientos extensos se drenan
mediante drenajes aspirativos de redón. Los colgajos mus-
culares del deltoides y el trapecio se aproximan y fijan para
garantizar una cobertura de calidad y limitar las secuelas
estéticas.
Algunos proponen la reconstrucción de la escápula;
sin embargo, no se ha demostrado que las prótesis de
escápula [4, 5] tengan interés en el plano funcional y con-
llevan riesgos de complicaciones propias de las prótesis
(infección, deterioro a medio y largo plazo). Sin embargo,
Chandrasekar et al comunicaron dos casos de resultados
funcionales muy satisfactorios con un seguimiento mode-
rado tras irradiación extracorpórea y reimplantación de la
escápula o tras aloinjerto de escápula [6] .
Postoperatorio
En todos los casos, el hombro se inmoviliza durante
un período prolongado, con el codo pegado al cuerpo,
durante al menos 6 semanas, para limitar la inestabilidad;
se mantiene la movilización del codo y de la mano. El
objetivo funcional es limitado, con una movilidad activa
en abducción y antepulsión que no supera los 45◦ . El resul-
tado estético es siempre pobre debido a la pérdida del
redondeado del hombro (Fig. 3).
Variantes
Escapulectomía con extensión humeral
(técnica de Tikhoff-Linberg)
La extensión de la resección a la articulación gleno-
humeral de forma extraarticular no presenta ninguna
especificidad técnica, y la vía de acceso se amplía y pro-
longa en sentido anterior hacia una vía deltopectoral.
Todo el complejo acromioglenoideo se reseca de forma
3
E – 44-097  Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior

A B C
Figura 2.
A. Vía de acceso en forma de S utilizada para las escapulectomías, que consiste en dos colgajos musculocutáneos para exponer la totalidad
de la escápula.
B, C. Esquemas que muestran los diferentes tiempos de la escapulectomía y la reconstrucción. La cabeza del húmero se suspende de la
clavícula mediante una lazada con dacrón.

Figura 3.
A. Escapulectomía subtotal por condro-
sarcoma en zona irradiada. Suspensión
del húmero de la clavícula. Obsérvese
la inclinación del acromion, conservado
para mantener la curva del hombro,
debido a la tracción del músculo deltoi-
des.
B. La función está limitada a 40◦ de
abducción y antepulsión.

A B

más o menos ampliada hacia dentro sobre la diáfisis de
la clavícula. La reconstrucción por suspensión se efectúa
mediante una prótesis de húmero proximal (o en ocasio-
nes un clavo cementado en el húmero), que actúa tan sólo
como espaciador (Fig. 4). Se debe preferir un modelo que
permita el paso de bandas (cf supra) y suturas no reab-
sorbibles. Si el muñón clavicular es muy proximal, esta
suspensión se refuerza con puntos no reabsorbibles fijados
en la pared torácica; la pleura y los pedículos intercos-
tales se despegan por debajo de la 2.a o 3.a costilla para
pasar las suturas o, en el mejor de los casos, las bandas de
suspensión (que son menos cortantes sobre las costillas)
alrededor de dos costillas proximales (1-2 o 2-3).
Escapulectomías parciales
Cuando la espina de la escápula y el acromion pueden
preservarse, no hay necesidad de reconstrucciones (inmo-
vilización prolongada durante 6 semanas para estabilizar
la escápula restante). La función es por lo general satisfac-
toria.
Cuando sólo es posible conservar la glenoides o el com-
plejo acromioglenoideo, la fijación de la glenoides a la
pared torácica, seguida de una inmovilización prolon-
gada, estabiliza el muñón articular. El hombro es estable
a costa de una pérdida de movilidad activa y pasiva.
 Resección-reconstrucción
del húmero proximal
El húmero proximal es la localización más frecuente
de los tumores del miembro superior. Aunque todos los
tumores primarios pueden desarrollarse a este nivel, los
condrosarcomas son frecuentes. Las metástasis óseas en
esta localización pueden plantear problemas similares a
los de la resección-reconstrucción de los tumores prima-
rios.
La evaluación locorregional determina el tipo de resec-
ción y reconstrucción. Se debe responder al menos a las
siguientes preguntas (Fig. 5).

4 EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología

 Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior  E – 44-097

A B C
Figura 4.
A. Escapulectomía total con resección glenohumeral extraarticular por condrosarcoma de escápula (técnica de Tikhoff-Linberg). Suspensión
de una prótesis de la clavícula mediante bandas de dacrón.
B. Evolución hacia una infección precoz.
C. Reintervención quirúrgica con ablación de la prótesis y suspensión con un clavo.

opuesto a la resección, lo que permite al cirujano acceder

1 al hombro por delante o por detrás. Esta posición se con-
sidera cuando el tumor se extiende por la parte posterior y
se requiere una disección oncológica posterior, que puede
ser difícil en posición semisentada. Los soportes no deben
2 sobrepasar la línea media en sentido posterior y el ester-
nón en sentido anterior. Los campos quirúrgicos cubren
todo el miembro superior y se extienden hasta el esternón.
3
La preparación de la piel tiene en cuenta la frecuencia de
las infecciones por C. acnes en esta localización.
Una vía deltopectoral que incluya el trayecto de la biop-
sia, de forma ideal en las fibras anteriores del músculo
deltoides, se prolonga hacia arriba hasta la clavícula y
puede ampliarse de forma anterolateral hasta el codo. Una
vía posterior complementaria es rara vez necesaria, y sólo
se considera cuando es preciso disecar una estructura ana-
tómica posterior que hay que conservar en contacto con
el tumor.

Figura 5. Diferentes vías de extensión de los tumores del Resección

húmero proximal, que determinan la resección y la recons-
trucción; endomedular (revisar el húmero hasta la parte distal),
intraarticular, hacia los vasos (vasos circunflejos posteriores y ner-
vio axilar), hacia el músculo deltoides (2) y la V deltoidea. 1.
Manguito de los rotadores; 3. circunfleja posterior.
• ¿Hay invasión de la articulación glenohumeral?
• ¿Son conservables el músculo deltoides, el nervio axilar
y el pedículo circunflejo posterior?
• ¿Están libres el nervio radial y el pedículo humeral pro-
fundo?
• ¿Cuál es la extensión distal de la resección en relación
con la inserción distal del deltoides?
Resección transarticular del húmero
proximal con conservación más
o menos completa del deltoides
y su pedículo vasculonervioso
Colocación del paciente y vía de acceso
(Fig. 6)
El paciente se coloca en posición semisentada, como
para la cirugía de prótesis de hombro. Como alternativa, se
puede colocar al paciente en decúbito lateral sobre el lado
Los tiempos quirúrgicos se adaptan a la extensión
extraósea del tumor:
• sección del tendón del pectoral mayor y colocación de
hilos de sutura de referencia;
• sección del tendón de la porción larga del bíceps bra-
quial más allá del surco bicipital;
• si la extensión del tumor requiere la disección proxi-
mal del pedículo vasculonervioso, la desinserción de
los músculos coracoides o la sección de la apófisis cora-
coides, así como la desinserción parcial de las fibras
del fascículo anterior del deltoides, permiten una mejor
exposición; de lo contrario, todo el pedículo se rechaza
fácilmente hacia dentro, al amparo de los músculos
coracobraquial y bíceps braquial, lo que también sirve
para proteger el nervio musculocutáneo;
• sección del tendón subescapular y colocación de hilos
de referencia, o más proximal dependiendo de la exten-
sión del tumor;
• con el miembro superior en rotación externa, en el ten-
dón conjunto de los músculos redondo mayor y dorsal
ancho se coloca un hilo de referencia y se secciona sepa-
rándolo del húmero; la arteria braquial profunda y el
nervio radial entran en el compartimento posterior a
nivel del borde inferior del tendón por dentro de su
inserción;

EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 5

E – 44-097  Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior
Figura 6. Vía de acceso al húmero proximal y sus extensiones
proximales y distales hacia la escápula (cf Fig. 2) y el segmento
antebraquial. En el codo, la vía lateral permite una biopsia poco
contaminante donde el cóndilo lateral es más superficial. Este
acceso permite efectuar las resecciones-reconstrucciones protési-
cas, una extensión hacia la diáfisis humeral y la vía deltopectoral,
y una distal hacia una vía anterolateral de Henry. Dependiendo
de la extensión del tumor, el acceso al codo puede completarse
con una vía medial o anterior.
• en sentido distal, la altura de la resección se define
por encima de la diáfisis humeral según el programa
quirúrgico; esta identificación se hace por lo general
en relación con la parte superior del tubérculo mayor
(troquíter). Dependiendo de la altura, se efectúa una
desinserción más o menos completa del deltoides dis-
tal y de las fibras proximales del músculo braquial. Si es
necesario desinsertar la V deltoidea, hay que intentar
preservar al máximo la continuidad aponeurótica del
músculo. La liberación circular del húmero se prolonga
hacia dentro en contacto con el hueso (dependiendo
del nivel de desinserción distal del músculo coracobra-
quial) y hacia atrás desinsertando las fibras musculares
de la cabeza medial del tríceps braquial. Es necesario
permanecer en perfecto contacto con el hueso liberán-
dolo con cuidado debido a la proximidad del nervio
radial a este nivel;
• a continuación, se efectúa la sección ósea distal. En caso
de duda, se puede tomar una muestra de médula ósea
del fragmento distal para su estudio extemporáneo;
• el húmero proximal se sujeta entonces al nivel del corte
óseo con una tenazas, se coloca en abducción y alterna-
tivamente en rotación externa e interna. Así, es posible
liberar la cara posterior a partir del extremo distal, hasta
el borde inferior de la cápsula articular; las fibras de
la cabeza medial y luego lateral del tríceps braquial se
desinsertan del húmero o se dejan en contacto con el
tumor, según la evaluación de la RM, y el nervio radial
se libera (o se secciona y se deja con la pieza, según el
programa quirúrgico);
• en el húmero proximal, el deltoides anterior con su
pedículo se rechaza por detrás de la cabeza del húmero,
«luxándola» por delante del colgajo deltoideo (del que
6 EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
se pueden dejar fibras profundas en contacto con el
tumor para asegurar unos márgenes adecuados);
• al reposicionar el fragmento humeral en abducción, se
libera la parte proximal del húmero: si no hay invasión
alrededor del nervio radial y de la arteria braquial pro-
funda, estos elementos caen de forma natural con el
tríceps desinsertado y el tendón conjunto previamente
seccionado (en caso contrario, se seccionan y ligan al
nivel impuesto por el tumor). El nervio axilar y la arte-
ria circunfleja posterior se liberan en el borde inferior
del redondo menor y la cápsula; en caso de necesidad
oncológica de resección con una capa de músculo del-
toides, se ligan previamente a nivel de su encaje bajo el
cuello del húmero;
• por último, existe un fácil acceso para seccionar, tras
la colocación de hilos de referencia, los tendones del
manguito de los rotadores por delante y por detrás, y
luego por detrás de abajo hacia arriba, con sección al
mismo nivel de la cápsula articular o más distal, para
permitir que el húmero proximal se levante en bloque
con el tumor;
• el espécimen se envía al laboratorio de anatomía pato-
lógica, con un formulario de remisión de muestras
con el diagnóstico, los tratamientos neoadyuvantes, las
indicaciones si el tumor fue visto o abierto durante la
resección (en este caso, estas zonas dudosas deben mar-
carse) (Fig. 5).
Variante de la resección
Resección del húmero proximal
con artrectomía glenohumeral en un solo
bloque
Si se sospecha de una extensión intraarticular o se
demuestra en la RM y se planea una resección extraarti-
cular, el principio de resección es el mismo. La extensión
articular se produce normalmente por la parte inferior de
la articulación y suele ser necesaria la resección del nervio
axilar y del pedículo circunflejo posterior. Debe prestarse
atención a la presencia de recesos articulares amplios, los
cuales deben incluirse en la resección (en particular sub-
coracoidea).
Los distintos tiempos del procedimiento son similares
a los descritos antes. La sección del músculo subescapu-
lar es más proximal y se determina en función de la RM:
la mayoría de las veces requiere la desinserción de los
tendones que se insertan en la coracoides o de la propia
coracoides, con cuidado de no lesionar el nervio muscu-
locutáneo. De este modo, el borde anterior de la glenoides
puede quedar expuesto en la parte medial de la inserción
capsular.
Durante la liberación de la cápsula inferior, con el
húmero proximal en abducción, se debe desinsertar el ten-
dón de la porción larga del tríceps braquial para exponer
la parte inferior de la glenoides. Tras cortar los músculos
del manguito de los rotadores en sentido medial al espa-
cio articular, se controla casi toda la inserción proximal de
la cápsula articular: la parte inferior y posterior mediante
la abducción del húmero seccionado, la parte anterior y
superior tras seccionar el subescapular. A continuación, se
corta la glenoides de delante hacia atrás y de abajo hacia
arriba con una sierra oscilante: este corte se puede asegurar
apoyándose en agujas de Kirschner 18/100.
La extensión proximal a la escápula corresponde al tipo
V de Malawer en caso de resección del bloque glenocora-
coacromial, o incluso IV o V en caso de escapulectomía
total. La técnica ya se ha tratado (cf supra) con las resec-
ciones escapulares.
La extensión distal del húmero combina la técnica des-
crita para la resección proximal del húmero con la de la
resección diafisaria, o incluso la del codo en el caso de la
resección total del húmero. La vía de acceso al húmero
 Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior  E – 44-097
A B
proximal se prolonga hacia distal para unirse a las vías de
acceso al codo.
La extensión de la resección a los haces del músculo
deltoides y a su pedículo vasculonervioso se decide en
función de la extensión locorregional del tumor en la RM,
pero no es un requisito previo para todas las resecciones
del húmero proximal. Su conservación, cuando las con-
diciones oncológicas lo permiten, no aumenta el riesgo
de recidiva local [7] . Para estos autores, la conservación
del músculo deltoides debe considerarse para los tumo-
res pequeños con poca extensión ósea y que conservan
un fino ribete adiposo entre el hueso y el músculo; en
estas situaciones, la reconstrucción mediante una prótesis
invertida da excelentes resultados funcionales.
Reconstrucción del húmero proximal
En caso de resección transarticular y de conservación
más o menos completa (al menos de los dos tercios
posteriores) del deltoides, de su inervación y de su vas-
cularización, se propone la reconstrucción mediante una
prótesis invertida revestida con un aloinjerto o una próte-
sis invertida masiva. Esta técnica, debido a la calidad de los
resultados funcionales (cf infra), es la técnica por defecto:
se discuten otras opciones cuando las condiciones anató-
micas impuestas por la resección no permiten este tipo de
reconstrucción.
La resección más allá de la inserción de la V deltoi-
dea no contraindica la reconstrucción con una prótesis
invertida, ya que el tendón distal del músculo deltoides
se reinserta en la prótesis o en el manguito de tejido con
resultados funcionales similares para Kaa et al, mientras
que Bonnevialle et al informan de peores resultados fun-
cionales cuando la resección se extiende más allá de la V
deltoidea [8, 9] .
La glenoides se prepara con el material auxiliar de la
prótesis utilizada. La resección extraarticular no contra-
indica el uso de una prótesis invertida. Sirveaux señala
que debe dejarse 1 cm de hueso para implantar una
metaglenoides: si la reserva ósea es insuficiente, sugiere
lateralizar la metaglenoides con un implante a medida,
con una glenosfera de dos tercios de esfera (en lugar de
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
Figura 7.
A. Reconstrucción tras resección transarti-
cular del húmero proximal por condrosar-
coma en la enfermedad de Ollier. Prótesis
invertida con manguito de aloinjerto.
B. Resultados funcionales a los 5 años de
seguimiento.
una media esfera) o mediante un implante de compensa-
ción de aumento óseo (bony increase offset, Bio-RSA) con
un autoinjerto o un aloinjerto de lateralización [10] .
Reconstrucción mediante una prótesis
con manguito en un aloinjerto (Fig. 7)
El vástago humeral (estándar o a medida) debe cubrir
toda la longitud de la resección humeral; se pueden reco-
mendar al menos 8 cm de húmero distal residual para
implantar el vástago, basándose en las experiencias rela-
tadas en una comunicación oral (mesa redonda sobre
aloinjertos de la Société Française de Chirurgie Ortho-
pédique et Traumatologique [SOFCOT] de 2015) y en las
prótesis modulares disponibles en el mercado que tienen
al menos un vástago de 7 cm. En caso contrario, se reco-
mienda una prótesis masiva con implantes mixtos que
combinen vástagos cortos y placas extraóseas, aunque no
hay datos sobre el resultado a medio y largo plazo. La
mayoría de los autores recomiendan cementar el vástago
humeral en el aloinjerto, que no tiene poder de invasión
de la prótesis por una fijación biológica del vástago pro-
tésico.
El aloinjerto no irradiado se prepara según las recomen-
daciones del banco de tejidos que suministra el injerto. Se
pide un aloinjerto con los tendones del manguito de los
rotadores y la cápsula articular. La longitud del aloinjerto
debe ser lo más parecida posible a la del fragmento hume-
ral resecado, y hay que tener cuidado de que el corte del
aloinjerto coincida perfectamente con el corte del húmero
del paciente. El corte epifisario se efectúa con el instru-
mental auxiliar de la prótesis invertida y el vástago (largo
estándar o a medida). A continuación, se fija el vástago
con cemento antibiótico en el aloinjerto, respetando la
retroversión de éste, y luego se cementa el compuesto
aloinjerto-vástago en el eje humeral del paciente, con 5-
10◦ de retroversión. La estabilidad de la unión entre el
aloinjerto y el hueso nativo puede mejorarse mediante
una osteotomía escalonada (técnica step-off); la retrover-
sión del vástago humeral debe entonces anticiparse bien
cuando se cementa, ya que esta técnica no permite más
libertad de ajuste en la rotación. Los tendones del man-
guito de los rotadores y la cápsula del aloinjerto se suturan
7
E – 44-097  Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior

A B C
Figura 8.
A. Reconstrucción del húmero proximal mediante prótesis masiva tras resección transarticular.
B. Se sutura un manguito tisular no reabsorbible a la cápsula residual y a los tendones del manguito de los rotadores para estabilizar la
articulación.
C. Los tendones conjuntos del dorsal ancho y del redondo mayor se suturan al manguito tisular en su superficie posterior para proporcionar
un efecto de rotación externa (procedimiento de Sever-Episcopo). Los músculos braquial anterior, tríceps y deltoides, cuya V deltoidea
puede reinsertarse en el manguito tisular, cubren toda la prótesis y el manguito.

a la cápsula y a los músculos o tendones restantes del
paciente.
El tendón del músculo pectoral mayor se reinserta sobre
o alrededor del aloinjerto, así como el tendón del músculo
dorsal ancho, y el redondo mayor, del que se recomienda
reinsertar la parte lateral del aloinjerto para facilitar la
movilidad activa en rotación externa (técnica de Sever-
Episcopo).
Por último, el informe quirúrgico especifica la posi-
ción del nervio radial, ya sea anatómica o transpuesta por
delante del aloinjerto.
En el postoperatorio, el paciente es inmovilizado con
una férula en abducción y rotación neutra durante 6 sema-
nas: puede ser movilizado por encima del plano de la
férula de forma pasiva. Después de esta inmovilización,
se emprende una rehabilitación activa.
En el postoperatorio, se recomienda la inmovilización
durante 4-6 semanas.
Reconstrucción mediante prótesis invertida
con vástago largo, masivo, a medida
o modular
Este tipo de reconstrucción no es específica y depende
del material utilizado. Puede tratarse de prótesis de recons-
trucción tumoral modulares o a medida, o de prótesis
invertidas convencionales con un vástago humeral largo
y un espaciador. La reinserción o sutura de los tendones
del manguito de los rotadores suele ser imposible y poco
eficaz. Los tendones de los músculos diafisarios se fijan
a la prótesis con suturas no reabsorbibles, de la misma
manera que en el aloinjerto, a través de los orificios que
suelen estar previstos en este tipo de implante. Tang et al
proponen rodear la prótesis con una malla sintética de
poliéster que se sutura a la cápsula y a los tendones del
manguito y sobre la que se reinsertan los tendones de los
músculos diafisarios [11] (Fig. 8).
Tanto si la reconstrucción es un compuesto aloinjerto-
prótesis como si es una prótesis pura, la longitud debe
restablecerse lo más cerca posible de la anatomía: la parte
resecada permite una medición precisa, pero en caso de
fractura o de deformación considerable ligada al tumor,
una evaluación radiológica o por TC preoperatoria de los
dos húmeros permite planificar la longitud de la mejor
manera posible para limitar los problemas de inestabilidad
postoperatoria.
Los resultados funcionales comparativos entre la
reconstrucción mediante prótesis masiva o aloinjerto-
prótesis compuesto son similares para Teunis et al, con
base en una revisión sistemática de las publicaciones, con
puntuaciones de la MSTS que oscilan entre el 60-79% [12] .
Estos resultados son estables a los 5 años de seguimiento,
con una elevación media de 92◦ [13] . Sin embargo, hay que
tener en cuenta que las series estudiadas son heterogéneas
en cuanto a la extensión de la resección y, sobre todo,
que sólo dos series se refieren al uso de prótesis invertidas
(Fig. 9). El uso de prótesis invertidas mejora la función en
comparación con la hemiartroplastia en esta indicación,
sin aumentar la tasa de inestabilidad [14, 15] : los autores
informan de una elevación media de 85◦ y una puntua-
ción MSTS media de 72/100. En series cortas publicadas,
se han comunicado resultados clínicos similares, con una
puntuación MSTS del 88% para Kassab et al [16] y de 29/30
para Trovarelli et al [17] , y Sánchez-Sotelo et al informan de
una elevación media de 114◦ ± 16◦ y una rotación externa
de 24◦ ± 7◦ [18] . Para todos estos autores, la inestabilidad
sigue siendo la complicación más frecuente.
Reconstrucción mediante artrodesis
de hombro o suspensión del húmero
En caso de resección extraarticular o transarticular sin
posibilidad de preservar el deltoides o su inervación, se
propone una artrodesis o una prótesis de suspensión uni-
polar (Fig. 7).
Reconstrucción mediante artrodesis de hombro
(Fig. 10)
La posición del paciente en decúbito lateral permite el
acceso por vía articular a la diáfisis humeral y a la fosa
supraespinosa.
Una de las dificultades de la artrodesis de hombro es
la estabilidad mecánica inmediata para permitir la con-
solidación del hueso. Los autores de este artículo están
favor de la osteosíntesis mediante una larga placa malea-
ble de titanio (para la vigilancia por RM) con tornillos

8 EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología

 Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior  E – 44-097

A B
Figura 9. Reconstrucción tras resección transarticular del húmero proximal por condrosarcoma del húmero proximal.
A. Suspensión en la clavícula y la escápula de una prótesis «convencional» unipolar de cola larga. El resultado funcional es pobre a pesar
de la ausencia de dolor tras 10 años de seguimiento.
B. La elevación de la cabeza es inevitable si el tumor ha requerido la resección de los tendones del manguito de los rotadores y el manguito
muscular del deltoides.

A B C
Figura 10.
A. Resonancia magnética y radiografía de la muestra de resección extraarticular del húmero proximal por un osteosarcoma de alto grado,
fracturado.
B. Radiografía a los 12 años de seguimiento de una artrodesis de hombro con un pilar escapular vascularizado y peroné no vascularizado.
C. Posible movilidad con artrodesis, en un hombro estable y sin dolor en este trabajador de fuerza manual.

autoestables. Esta placa debe tener un ángulo de 60◦ para
asegurar un buen posicionamiento del miembro superior
y se desliza en la fosa supraespinosa, con al menos tres tor-
nillos que la fijan a nivel proximal. A nivel distal, pueden
colocarse con facilidad tres tornillos diafisarios bicortica-
les. La dificultad estriba en la correcta colocación de la
placa: su posición en la fosa supraespinosa da lugar a la
antepulsión del miembro (20◦ ) y la posición en la diáfisis
a la rotación, que debe ser equilibrada para que los movi-
mientos de la escápula permitan llevar la mano a la boca y
a la zona lumbar. Se colocan uno o dos tornillos dirigidos
hacia el pilar de la escápula y hacia la base de la coracoides,
respectivamente, para mejorar la estabilidad mecánica del
conjunto. Se puede recurrir a un fijador externo temporal
para completar la estabilidad primaria mientras se espera
la consolidación del hueso.
El defecto óseo puede rellenarse con un aloinjerto de
banco (tibial o humeral) o con un autoinjerto preferente-
mente vascularizado dada la longitud que se va a cubrir
(peroné vascularizado, pilar de la escápula).

EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 9

E – 44-097  Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior

A B

C D
Figura 11.
A. Resección del húmero proximal más allá de la inserción de la V deltoidea, con inclusión de la inserción del manguito de los rotadores
y de la inervación y vascularización del músculo deltoides; la reconstrucción mediante artrodesis del hombro es una opción.
B. Injerto vascularizado autólogo locorregional de pilar de la escápula con su arteria circunfleja escapular, una rama de la arteria subesca-
pular; corte óseo propuesto por Le Reun et al; el recorte permite que el injerto se incline hacia delante.
C. El injerto puede extraerse con el músculo dorsal ancho, cuya arteria toracodorsal también surge de la arteria subescapular, para mejorar
la cobertura de los tejidos blandos.
D. Sea cual sea la reconstrucción ósea (injerto de pilar de la escápula, peroné vascularizado o no vascularizado, aloinjerto), la osteosíntesis
con placa se fija a la espina de la escápula y a la diáfisis humeral. Los tornillos a nivel de la antigua glenoides estabilizan el conjunto. Se
puede utilizar un fijador externo escapulohumeral temporal durante los primeros 3 meses para lograr la consolidación.

La reconstrucción con aloinjerto no tiene ninguna espe-
cificidad técnica, las superficies de contacto diafisarias y
con la glenoides deben ser lo más ajustadas posible y
aumentadas con autoinjerto esponjoso para facilitar la
consolidación.
También se puede proponer la reconstrucción mediante
autoinjerto vascularizado.
• Peroné vascularizado: este injerto vascularizado
requiere un trabajo en dos equipos, en el que un
cirujano se encarga de la extracción y de las anasto-
mosis microvasculares. La posición en decúbito lateral
permite la extracción homolateral y, por lo general,
no existe el problema de la limitación de la longitud
para una resección humeral. La anastomosis es fácil
en los vasos humerales o en los humerales profundos
ampliamente expuestos. A pesar del aumento del
diámetro del peroné con la remodelación a lo largo
del tiempo, este injerto puede aumentarse con un
segundo peroné libre entre el acromion y la diáfisis.
Esto requiere una extracción contralateral antes de la
colocación del paciente en decúbito lateral.
• Pilar de la escápula (Fig. 10): un injerto vasculari-
zado regional, extraído del pilar de la escápula, es
una alternativa a la técnica microquirúrgica mencio-
nada anteriormente [19, 20] . El paciente debe colocarse
como para cualquier artrodesis en decúbito lateral, con
la posibilidad de inclinar al paciente hacia delante
y hacia atrás para permitir, además de la resección
anterior descrita anteriormente, un acceso posterior
arciforme siguiendo el eje de la espina de la escápula
2 cm por debajo, y luego curvándose distalmente para
seguir su borde axilar a lo largo de 5 cm. Este col-
gajo osteomuscular incluye una varilla ósea de 2 cm
de ancho y una longitud media de 12 cm. Se moviliza
desde el pedículo subescapular que da la arteria circun-
fleja escapular que emerge bajo el músculo redondo
menor y vasculariza la varilla ósea y la arteria toraco-
dorsal que vasculariza el dorsal ancho. De este modo,
una resección de hasta 15 cm intra o extraarticu-
lar puede cubrirse mediante la inclinación de este
conjunto, dado que un acortamiento (varilla ósea de
12 cm) no tiene ninguna repercusión en el segmento
braquial.
Cualquiera que sea la técnica de artrodesis, es necesaria
una inmovilización prolongada de 3 meses, inicialmente
mediante un aparato toracobraquial, que puede ser rele-
vado al tercer mes por una inmovilización en ligera
abducción, para su consolidación.
Los rangos de movilidad están limitados a la articu-
lación escapulotorácica, que sin embargo permite los
movimientos de la mano a la boca y de la mano a la nalga
con una puntuación MSTS del 71% en promedio (63-
80%) y Toronto Extremity Salvage Score (TESS) del 70%
en promedio (50-81%) [19] ; la ventaja es la estabilidad de la
reconstrucción una vez que se consigue la consolidación
(Fig. 11).

10 EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología

 Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior  E – 44-097

Reconstrucción mediante la técnica

de transposición clavicular autógena
(clavícula pro húmero)
Esta técnica original se ha propuesto en los niños para
rellenar de forma biológica la pérdida de sustancia hume-
ral mediante la inclinación de la clavícula mientras se
mantiene la movilidad del miembro superior a través de
la articulación coracoacromial. Esta técnica puede combi-
narse con la reconstrucción ósea mediante un autoinjerto
(membrana inducida o convencional o peroné vascula-
rizado) para resecciones distales extensas (hasta 20 cm).
Recientemente se han comunicado los detalles técnicos,
las limitaciones y las complicaciones dominadas por los
problemas de consolidación distal [21] . La función permite
una media de 75◦ de antepulsión y abducción y 20◦ de
rotación externa, con una puntuación MSTS media de
23/30 y una TESS media del 83%.

 Resección-reconstrucción
de la diáfisis humeral
Las resecciones de la diáfisis humeral no presentan nin-
guna dificultad particular. Se reservan para los tumores de
localización puramente diafisaria, sobre todo el sarcoma
de Ewing, el condrosarcoma y las contadas metástasis que
requieren resección.
Colocación del paciente y vía de acceso
La colocación en decúbito supino en una mesa de ope-
raciones con apoyabrazos es adecuada para las distintas
extensiones. La posición semisentada es posible.
La vía de acceso es lateral para la parte media de la diá-
fisis y se amplía a una vía deltopectoral si la resección o
la necesidad de exposición ósea proximal (cf supra) debe
prolongarse de forma proximal respecto a la V deltoidea,
y puede extenderse hacia distal hasta el codo (cf infra). Se
puede considerar una contraincisión en caso de extensión
central del tumor hacia el conducto braquial que requiera
la disección de los elementos vasculonerviosos.
Resección
Después de liberar las superficies expuestas por la vía
de acceso a la diáfisis, se corta el hueso en la zona diafi-
saria y, sujetando la diáfisis con una pinza de reducción,
se la libera mediante sucesivas rotaciones en forma circu-
lar. Se presta especial atención al nervio radial, que cruza
la cara posterior de la diáfisis de proximal a distal y de
medial a lateral. Antes de proceder a las secciones óseas,
se hace una marca longitudinal (con un cincel de hueso,
por ejemplo) en los fragmentos proximal y distal restan-
tes, para evitar cualquier desviación en rotación durante
la reconstrucción.
Reconstrucción (Fig. 12)
Para los autores de este artículo, la mejor manera de
conseguirla es mediante un autoinjerto de peroné vascula-
rizado. Por lo general, un segundo equipo puede empezar
la extracción durante el tiempo de resección. Para el
húmero es suficiente el montaje en un solo tubo. Las
anastomosis vasculares se ven facilitadas por la amplia
exposición y la proximidad de troncos arteriales y veno-
sos de buena calidad (vasos humerales profundos, venas
cefálicas, etc.). Se hace un montaje de peroné en capas,
afinada en los extremos para penetrar en la diáfisis a
nivel proximal y distal a lo largo de 1 cm. Las superfi-
cies de contacto del peroné y de la cortical del húmero
deben ser revitalizadas e injertadas con fragmentos de
Figura 12. Osteosarcoma de bajo grado de la diáfisis proximal
del húmero con extensión a los tejidos blandos (A-C). Resección
que incluye el nervio radial, reconstrucción con peroné vascula-
rizado, radiografía a los 12 meses (A) y a los 8 años (B).
injertos autólogos. Una placa, preferiblemente de titanio
con tornillos bloqueados y seis fijaciones corticales a cada
lado de la resección, proporciona la estabilidad mecánica
primaria.
El informe quirúrgico especifica la posición de las anas-
tomosis (útil en caso de reintervención) y la posible
transposición del nervio radial por delante del peroné.
El paciente es inmovilizado con el codo pegado al
cuerpo durante 6 semanas, pero la rehabilitación pasiva
asistida puede iniciarse en los primeros días.
Existen diferentes opciones para la reconstrucción: en
el caso de una reconstrucción pequeña (<5 cm), se pueden
usar dos varillas de autoinjerto cortical (tibial) alrede-
dor de un clavo centromedular bloqueado. En situaciones
paliativas o temporales, también se puede proponer un
espaciador de cemento o una fijación protésica. En todos
los casos, debe tenerse en cuenta que, si bien esto puede
facilitar la reconstrucción, un acortamiento de hasta 3 cm
no tiene ningún impacto funcional ni estético en el seg-
mento braquial.
 Resección-reconstrucción
del codo
Los tumores óseos primarios alrededor del codo son
infrecuentes, ya que representan menos del 1% de todos
los tumores esqueléticos [22] y suelen afectar al húmero
distal [23] . Los avances en el tratamiento oncológico (radio-
terapia y quimioterapia), así como los desarrollos en el
diagnóstico por imagen y la bioingeniería, permiten ahora
salvar el miembro mediante cirugía conservadora, en la
mayoría de los casos utilizando prótesis [24–26] . Como en
toda cirugía de tumores óseos, el procedimiento de biop-
sia es una parte crucial del diagnóstico y debe efectuarse
después de un estudio completo mediante pruebas de ima-
gen (radiografías, RM, etc.) por un cirujano entrenado
en cirugía ósea oncológica; esta biopsia no debe compro-
meter el tratamiento conservador ni las posibilidades de
reconstrucción a raíz de un trayecto inadecuado [27] .

EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 11

E – 44-097  Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior
A B
Figura 13.
A. Resección extraarticular de un condrosarcoma del húmero distal con fractura intraarticular. La resección permite la continuidad del
tendón del tríceps-olécranon-cúbito en este caso en el que no había una extensión extraósea significativa.
B. Reconstrucción con una prótesis de codo modular.
Resección y reconstrucción del húmero
distal
Estrategia quirúrgica
La cirugía conservadora en las resecciones de tumores
primarios del húmero distal comprende tres fases: resec-
ción oncológica del tumor, reconstrucción esquelética y,
por último, reconstrucción de tejidos blandos con posi-
ble cobertura; el codo es una articulación superficial y es
importante prever las posibles complicaciones de los teji-
dos blandos con un colgajo. En función de la extensión
a los tejidos blandos y del tipo de reconstrucción que se
prevea, hay que considerar varias vías de acceso, que a su
vez determinan el trayecto de la biopsia que debe incluirse
en la resección del tumor.
Colocación del paciente y vía de acceso
En el caso de la vía anterior, el paciente se coloca en
decúbito supino con un soporte bajo el hombro homola-
teral para que el hombro quede ligeramente elevado de la
mesa. Si se prefiere una vía posterior, el paciente se coloca
en decúbito lateral con el codo sobre un soporte de artro-
desis. Dependiendo de la localización del tumor, también
son posibles las vías de acceso lateral o medial, que pueden
combinarse [23] .
Resección
En todos los casos, la cicatriz de la biopsia debe ser
extirpada en bloque con el tumor.
Se puede optar por una vía anterior en forma de S, lo que
permite un control óptimo de las estructuras vasculares y
nerviosas. Parte de la cara medial del músculo braquial y se
extiende lateralmente hacia la fosa cubital. La cicatriz de
la biopsia debe extirparse junto con el tumor y su trayecto
pasa más a menudo por el músculo braquial, preservando
el bíceps braquial [28] . Esta vía de acceso permite aislar y
preservar los nervios mediano, cubital y radial, así como
la arteria braquial y sus dos venas. El bíceps braquial y los
extensores y flexores radiales del carpo deben conservarse
en la medida de lo posible con márgenes suficientes.
La principal alternativa a esta vía de acceso es una vía
posterior [23] , en la que se localiza primero el nervio cubi-
tal y se corta el tendón tricipital en forma de V lejos del
tumor. En el caso de tumores con extensión diafisaria pro-
ximal, el nervio radial debe localizarse también en la cara
posterior del húmero. Se realiza una medición precisa del
nivel de corte diafisario según la planificación preopera-
toria y a continuación se efectúa la sección ósea con una
sierra oscilante, protegiendo los tejidos blandos. Luego se
procede a la liberación anterior del tumor de arriba hacia
12
abajo con una pinza de Farabeuf para hueso que permite
movilizar la pieza.
Reconstrucción esquelética
Protésica
Las reconstrucciones del húmero distal con prótesis
masivas se han convertido en el tratamiento de elección
en las resecciones del húmero distal [26, 28] . Estas próte-
sis con bisagra son modulares o hechas a medida y se
cementan o se ajustan a presión al húmero y al cúbito
preparados de forma adecuada; es fundamental colocar
el componente cubital lo más profundamente posible
en el olécranon. Las hemiartroplastias de húmero distal
también están descritas en las publicaciones y permiten
preservar la reserva ósea con resultados limitados en tér-
minos de movilidad [29] .
La función esperada es satisfactoria, con una movilidad
de 70◦ en flexión-extensión: Casadei et al [30] señalan una
puntuación MSTS media de 22 sobre 30 (73%) y una TESS
del 70%. La longevidad de las reconstrucciones es difícil de
evaluar debido a la falta de series con resultados a medio
y largo plazo (Fig. 13).
Artrodesis
Esto se puede efectuar, en particular, en los trabajadores
manuales, donde es interesante. Se puede usar un auto-
injerto simple o combinado de varilla tibial, peroné o
cresta ilíaca. También existen alternativas como el uso de
peroné vascularizado [31] o un colgajo libre de dorsal ancho
asociado a una costilla que permite la reconstrucción de
tejidos blandos [32] . La artrodesis suele estabilizarse con
una placa bloqueada angulada anterior o posterior. Des-
pués, es necesaria una inmovilización prolongada con un
yeso braquiopalmar durante 4 meses.
Aloinjerto
El uso de aloinjertos masivo también ha sido propuesto
por algunos autores con resultados satisfactorios, pero con
un riesgo de no consolidación [33, 34] . Este aloinjerto puede
ser total o limitado a la sustitución del húmero distal. El
aloinjerto se fija a la diáfisis del húmero con una placa
atornillada, mientras que la cápsula y las estructuras liga-
mentosas del receptor se suturan a las del aloinjerto en el
caso de la sustitución limitada al húmero distal [33, 35] .
Reconstrucción y cobertura de los tejidos
blandos
La sutura de los tejidos blandos debe practicarse con
el codo en flexión de 60◦ y el antebrazo en supinación.
A veces es preferible infradimensionar la reconstrucción
para facilitar el cierre de los tejidos blandos. Si se aplica
esta técnica, debe efectuarse una tendinorrafia en los
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
 Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior  E – 44-097

A B
Figura 14.
A. Fibrosarcoma del olécranon sin extensión a los tejidos blandos (radiografía superior).
Resección del olécranon y reconstrucción por olecranización del radio. La tróclea se esta-
biliza por detrás con el tendón del tríceps reinsertado en la cabeza del radio y por delante
con el tendón del bíceps braquial. Radiografía a los 12 años de seguimiento.
B. Transposición del radio bajo la tróclea humeral. Fijación del tendón tricipital mediante
sutura transósea o anclaje.
C. Movilidad del codo.

músculos flexores del codo para proporcionar la tensión
deseada.
Resecciones-reconstrucciones de cúbito
y radio en el extremo proximal
Resección y reconstrucción del extremo
superior del cúbito
Su indicación es muy poco frecuente, ya que la lesión
aislada del cúbito proximal es excepcional. Hay varias
posibilidades de reconstrucción. La olecranización del
radio (Fig. 14), descrita inicialmente por Rhydholm y
luego por Duncan, parece ser la solución de elección
en este caso complejo; consiste en articular el cuello
radial con la tróclea, reinsertando el tríceps en la cabeza
radial [36, 37] . Las posibilidades protésicas con prótesis
masiva a medida y de artrodesis con autoinjerto o aloin-
jerto también son posibles en este tipo de situaciones.
Resección y reconstrucción del extremo
superior del radio
Esta localización también es excepcional, ya que el
tumor de que se trata suele ser una displasia fibrosa o
un tumor de células gigantes agresivo. Si la resección
es limitada, la reconstrucción no es necesaria [38] , aun-
que se puede utilizar una prótesis de cabeza radial [23] .
En el caso de una resección amplia, podría efectuarse
una reconstrucción compuesta con cemento, polietileno
y estabilización con tornillos; algunos autores también
han propuesto un autoinjerto de peroné [39, 40] .

EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 13

E – 44-097  Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior
 Resección-reconstrucción
en la muñeca
Los tumores malignos de la muñeca son muy poco fre-
cuentes. La mayoría de las veces se localizan en el radio.
Los tumores más frecuentes a este nivel son los de célu-
las gigantes; voluminosos y próximos a la articulación, no
siempre permiten un tratamiento conservador mediante
raspado y llenado óseo.
El procedimiento está guiado por el desarrollo del tumor
hacia atrás y, sobre todo, hacia delante. Si un tumor
maligno se extiende hacia delante, se considera la ampu-
tación cuando no es posible preservar los nervios y los
tendones. En ausencia de expansión anterior, el trata-
miento consiste en la resección-reconstrucción mediante
injerto óseo.
Si no se puede conservar la articulación de la muñeca,
debe efectuarse una artrodesis completa de ésta, pero con-
servando la pronosupinación si es posible.
Si se puede conservar una parte de la articulación de la
muñeca, la artrodesis puede practicarse en la primera fila
del carpo para conservar una pequeña movilidad de unos
30◦ en flexión-extensión en la parte media del carpo. El
injerto puede ser tibial, ilíaco o de peroné vascularizado
o no vascularizado. Para los autores de este artículo, las
resecciones de tumores malignos del cúbito no necesitan
reconstrucción.
Las biopsias deben tomarse por la vía más directa posi-
ble sin contaminar los elementos nobles adyacentes. No
existe una vía de acceso de referencia, pero la mayoría de
las veces las biopsias se toman en el eje del miembro, ya sea
a nivel dorsal en la zona del tubérculo de Lister o por fuera
en la parte anteroexterna, ligeramente por delante de la
corredera de De Quervain. Por lo general, la expansión del
tumor rechaza los elementos nobles y lo hace subcutáneo
y de fácil acceso directo; siempre hay que pensar en hacer
la biopsia en la zona de la futura vía de acceso quirúrgico
de resección.
Como en cualquier tratamiento de tumores óseos
malignos, siempre hay que tener en cuenta el requisito
oncológico en primer lugar y la necesidad funcional en
segundo lugar.
Resección-reconstrucción del radio
distal mediante artrodesis radiolunar
preservando la mediocarpiana
con injerto autólogo de varilla tibial
o peroné
Colocación del paciente
El paciente se coloca en decúbito supino, con el miem-
bro superior totalmente cubierto con campos quirúrgicos
sobre en una mesa de operaciones con apoyabrazos y un
torniquete en la raíz del miembro. El miembro inferior
también se cubre con campos quirúrgicos para extraer el
injerto.
El vaciado del miembro superior debe hacerse por gra-
vedad mediante simple elevación sin venda elástica de
Esmarch.
Resección
La incisión puede ser posterior al tercer o cuarto com-
partimento con una incisión rectilínea o en forma de S
alargada incluyendo la zona de biopsia. El retináculo debe
abrirse en el cuarto compartimento. Los extensores de los
dedos largos son rechazados en sentido medial, mientras
que los extensores radiales del carpo y el extensor largo
del pulgar lo son en sentido lateral. Los músculos abductor
largo del pulgar y extensor corto del pulgar se despegan del
14
borde lateral del radio tras cortar la polea de De Quervain.
A continuación, la cápsula se abre en sentido transversal.
La incisión también puede ser lateral si la biopsia se
efectuó a este nivel. Esta vía permite una buena visión
tanto posterior como anterior.
El procedimiento continúa a nivel proximal del corte
seleccionado, tras despegar los músculos extensor largo
del pulgar y los extensores de los dedos índice y quinto,
cuyas inserciones musculares son bastante bajas. El radio
se libera de forma circunferencial después de cortar la
membrana interósea. Los tejidos blandos se separan con
separadores acodados, se protegen con compresas y se sec-
ciona la diáfisis. Con una pinza de reducción, se rechaza
el radio para completar la liberación. Si es necesario, se
puede incluir el pronador cuadrado con el radio. Se recha-
zan el nervio mediano y los flexores y se cortan la cápsula
anterior y todos los ligamentos.
Se prepara un surco en el semilunar para la artrodesis.
Luego se suelta el torniquete para completar la hemosta-
sia. La muestra fresca se envía a anatomía patológica.
Reconstrucción (Fig. 15)
Sea cual sea la técnica de reconstrucción elegida, tras la
resección es necesario un cambio de ropa quirúrgica y de
instrumentos para extraer el injerto.
Reconstrucción con injerto tibial
Debe extraerse una varilla cortical de 10-15 mm de
ancho de la cara anteromedial de la tibia, respetando
la cresta tibial. La longitud del injerto debe permitir su
encastre en el surco preparado en el semilunar y una pene-
tración de 1 cm en la diáfisis radial proximal. En la diáfisis
proximal, la superficie de contacto debe aumentarse con
una osteotomía escalonada o encastrando el injerto en
la diáfisis radial. Una extracción en la parte proximal de
la diáfisis permite obtener un injerto ligeramente curvado
que, colocado a nivel distal, facilita la correcta posición de
la artrodesis con algunos grados de flexión dorsal. Algu-
nos autores sugieren colocar una segunda varilla desde la
cara anterior del radio revitalizada hasta la cara anterior
del semilunar [41] . A continuación, las dos varillas pueden
unirse mediante un tornillo de 3,5 mm, preferiblemente
de titanio (menos artefactos para el control por RM). El
injerto puede fijarse con un tornillo de pequeño diámetro
a nivel proximal (2,7 mm o 3,5 mm) y con un tornillo o
grapas a nivel distal en el semilunar (Fig. 16). Los auto-
res de este artículo suelen efectuar una artrodesis de la
primera fila del carpo, lo que permite ampliar la zona de
contacto de la artrodesis a toda la primera fila.
Se reposicionan los extensores y se sutura el ligamento
retinacular con hilo no reabsorbible. La piel se sutura
dejando un drenaje aspirativo.
Este montaje no es estable y debe ser neutralizado
durante 3 meses mediante un fijador externo entre el radio
y el 2.◦ metacarpiano, y una férula de yeso. La consolida-
ción es larga y difícil, y la muñeca debe estar protegida por
una ortesis extraíble durante varios meses tras la remoción
del fijador.
Reconstrucción con peroné vascularizado
o no vascularizado
Por encima de 7 cm, es mejor usar peroné vasculari-
zado. Para ello se necesitan dos equipos, uno de los cuales
debe tener experiencia en microsutura. Se puede hacer
una sutura lateroterminal o terminoterminal en la arte-
ria radial (dependiendo de las condiciones anatómicas, la
anastomosis puede efectuarse en los vasos cubitales). La
permeabilidad de la arteria cubital debe comprobarse pre-
viamente (prueba de Allen). Para evitar la supresión de la
arteria radial, se puede practicar una sutura distal y pro-
ximal de la arteria peronea a la arteria radial. La arteria
peronea evita entonces la arteria radial.
El peroné puede extraerse en la mitad de la diáfisis con
una técnica de extracción más sencilla, pero la superficie
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
 Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior  E – 44-097

A B C D

Figura 15.
A. Ejemplo de una localización común del tumor de células gigantes del radio distal, para el que se puede proponer una resección
transarticular del radio distal con reconstrucción por artrodesis con la primera fila del carpo.
B. Esquema en vista sagital de la reconstrucción con autoinjerto libre de varillas tibiales. La varilla 1 se fija al radio mediante un tornillo
con una osteotomía escalonada. Se encastra en el escafoides o se fija a su superficie anterior tras revitalización. Una segunda varilla (2)
puede reforzar el conjunto (no imprescindible) fijada a la cara anterior del radio y del escafoides. Una artrodesis escafolunar con grapas y
un tornillo para fijar las dos varillas refuerza el conjunto.
C. Esquema de la reconstrucción con un autoinjerto de peroné vascularizado si la longitud de la reconstrucción es extensa (>5-7 cm) o
libre. La longitud del injerto (al igual que en la reconstrucción con varillas tibiales) debe ajustarse para evitar el acortamiento con conflicto
entre la cabeza cubital y el carpo.
D. Esquema de la reconstrucción de la artrodesis cúbito-carpo para la resección amplia o subtotal del radio. Este montaje bloquea la
pronosupinación y debe hacerse en ligera pronación.

Figura 16.
A. Ejemplo de un tumor de células gigan-
tes del radio distal, resecado con artrodesis
en la primera fila mediante un autoinjerto
de varilla tibial.
B, C. El montaje fue neutralizado con un
fijador externo durante 3 meses. Evolu-
cionó hacia la seudoartrosis de la unión
proximal, tras lo cual la reintervención con
autoinjerto esponjoso adicional y una placa
atornillada dio lugar a la consolidación (C).

A B C

de contacto con el semilunar es más estrecha y, por tanto,
conlleva un mayor riesgo de seudoartrosis. La alternativa
es extraer la parte proximal del peroné con su cabeza,
cuya vascularización depende de los vasos tibiales anterio-
res. La liberación es más difícil, ya que el nervio peroneo
común debe liberarse cuidadosamente y el pedículo poplí-
teo y la arteria tibial anterior deben protegerse, mientras
que el ligamento lateral y el bíceps femoral deben reinser-
tarse en la tibia.
La fijación proximal puede lograrse encastrando el
injerto en la diáfisis radial o mediante una aposición
lateral escalonada. Los extremos del injerto deben ser
revitalizados con cuidado para permitir el encastre y pro-
mover la consolidación. La síntesis puede hacerse con
tornillos o mejor con una placa atornillada. Para redu-
cir el riesgo de seudoartrosis, es preferible colocar hueso
esponjoso en contacto con la zona de artrodesis.
Al nivel distal, la osteosíntesis se efectúa con tornillo.
El montaje puede protegerse con un fijador entre el
radio y el 2.◦ metacarpiano y una férula de yeso palmar. El
fijador se mantiene durante 3 meses y luego se sustituye
por una férula extraíble durante otros 3 meses.

EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 15

E – 44-097  Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior
Figura 17. Resección total del radio por condrosarcoma que
se extiende a todo el radio. Reconstrucción por transposi-
ción del cúbito y artrodesis en el bloque escafolunar, también
artrodesado. Este montaje no permite los movimientos de pro-
nosupinación.
Variantes para la reconstrucción tras
la resección del radio distal
Se usa un injerto ilíaco para la artrodesis. Un injerto
ilíaco libre corticoesponjoso puede cubrir una resección
corta. Algunos autores han propuesto un injerto pedicu-
lado en la arteria ilíaca circunfleja profunda. Esta técnica
combina el carácter engorroso de un injerto microanasto-
mótico con una curvatura de la cresta inadecuada para el
lugar de implantación.
Resección-reconstrucción del radio distal
mediante artrodesis radiocarpiana
sin conservación de la mediocarpiana
La técnica de exéresis y reconstrucción es idéntica. A
nivel distal, la superficie dorsal de los huesos del carpo,
incluso del tercer metacarpiano, se revitalizan con cui-
dado.
Este montaje permite una mayor superficie de contacto
y un menor riesgo de seudoartrosis, pero bloquea por com-
pleto la movilidad de la muñeca.
Resección-reconstrucción del radio distal
mediante artrodesis sobre traslación cubital
(Fig. 17)
Esta técnica es sencilla y sólo tiene una zona de fusión;
en cambio, suprime la pronosupinación.
Hay dos variantes de esta técnica:
• no hay traslación de la muñeca con una artrodesis entre
el cúbito y el carpo. La superficie de artrodesis se amplía
añadiendo un injerto ilíaco en el lado radial que une el
escafoides, el semilunar y el cúbito. Esta técnica se uti-
liza para resecciones cortas que dificultan la traslación;
• o hay traslación de la muñeca bajo el cúbito con una
artrodesis entre el cúbito, el escafoides y el semilunar.
Para efectuar esta traslación se requiere una amplia vía
de acceso, por lo que esta técnica se reserva para grandes
resecciones.
La traslación pediculada del cúbito no tiene ninguna
ventaja sobre las dos técnicas anteriores.
16
Resección-reconstrucción mediante
artroplastia radiocarpiana
La articulación puede reconstruirse con un injerto de
peroné vascularizado [31] . En este caso, hay que extraer
la parte proximal del peroné por una vía posterolateral,
con su pedículo procedente de los vasos tibiales anterio-
res. El injerto, tras la revitalización en la unión diafisaria,
se coloca con la superficie articular de la cabeza del peroné
mirando hacia delante, en contacto con la superficie
articular de la primera fila del carpo. La cápsula de la
articulación radiocarpiana se fija a la cabeza del peroné
mediante puntos transóseos o anclajes. La osteosíntesis
está asegurada por una placa atornillada a la diáfisis y
clavos en la neoarticulación. A continuación, se efec-
túan anastomosis microquirúrgicas entre el pedículo del
peroné y los vasos radiales, después de haberse asegurado
antes de la intervención de que la arteria cubital com-
pensa la vascularización de la mano (prueba de Allen).
Es necesaria una inmovilización de 8 semanas con una
férula de yeso antebraquial, tras lo cual se retiran los cla-
vos y se puede emprender la rehabilitación. Sin embargo,
esta atractiva técnica expone al paciente a grandes riesgos
de inestabilidad de la neoarticulación con subluxación o
luxación anterior completa de la muñeca.
Reconstrucción mediante un aloinjerto
osteocondral de radio distal
También busca restaurar la movilidad de la radio-
carpiana. Los resultados decepcionantes y la tasa de
complicaciones hacen que la artrodesis sea la técnica de
elección.
Tumor del extremo inferior del cúbito
Los tumores del extremo inferior del cúbito se tratan
mediante resección sin reconstrucción. Si la resección es
corta, no tiene ninguna consecuencia; en cambio, para
las resecciones largas, no hay que dudar en recurrir a
una doble vía de acceso para estabilizar el muñón cubi-
tal mediante una plastia con el flexor cubital del carpo, lo
que evita el resalto del muñón óseo sobre el tendón.
 Resección-reconstrucción
en la mano
En los dedos, los tumores malignos son excepcionales,
pero la resección oncológica no suele ser conservadora,
sobre todo en los pedículos. La cirugía consiste entonces
en la amputación del dedo, incluso en el caso del pul-
gar. Sin embargo, el pulgar puede reconstruirse de forma
secundaria mediante transferencia de un dedo del pie o
mediante la pulgarización de un dedo largo, a menudo el
índice o a veces el cuarto dedo [42] . Esta reconstrucción no
es posible si la zona va a ser tratada con radiación.
En los metacarpianos, los tumores óseos malignos son
excepcionales, pero los sarcomas de tejidos blandos son
posibles. El tratamiento conservador es poco frecuente y
a menudo es necesario practicar una amputación total o
parcial de la mano. Antes de decidirse por una amputa-
ción parcial de la mano, deben discutirse con el ortesista
las posibilidades de protetización. Una amputación com-
pleta es a veces más fácil de protetizar que una amputación
parcial.
En el segundo metacarpiano, es posible una amputa-
ción de tipo Chase [43] . En los otros metacarpianos, es
posible la resección completa del dedo hasta la base del
metacarpiano (Fig. 18) o incluso con una osteotomía lon-
gitudinal triangular del hueso carpiano suprayacente. En
todos los casos, el ligamento intermetacarpiano debe sutu-
rarse para evitar una separación excesiva entre los dedos
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
 Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior  E – 44-097
restantes, tanto por razones estéticas como para evitar la
progresión hacia la clinodactilia de los dedos adyacentes.
Si el tumor se encuentra en plena diáfisis o en la metá-
fisis distal, la resección-reconstrucción puede ser posible.
Cuando se opta por la cirugía conservadora, debe conside-
rarse la reconstrucción osteoarticular y de tejidos blandos:
lo más frecuente es que se requiera un colgajo o una plastia
local [44] .
Colocación del paciente
El paciente se coloca en decúbito supino sobre una mesa
de operaciones con apoyabrazos y un torniquete en la
raíz del miembro. El vaciado debe hacerse por gravedad
mediante elevación del miembro sin venda elástica de
Esmarch.
Resección
La vía de acceso es dorsal, lineal y centrada en el meta-
carpiano. Los tejidos blandos son rechazados y los cortes
óseos están guiados por las radiografías y la RM.
Si es necesaria la resección de todo el metacarpiano, hay
que liberar (o resecar) los músculos interóseos, mientras
que los ligamentos laterales y la cápsula deben cortarse lo
más cerca posible del metacarpiano.
Reconstrucción
La reconstrucción diafisaria suele efectuarse con una
varilla ósea no vascularizada extraída de la tibia o de la
cresta ilíaca; se prefiere la osteosíntesis con clavos [45] .
El cierre se realiza sin drenaje mediante sutura simple
de la piel.
La mano se inmoviliza con férula en la posición
intrínseca plus durante 4-5 semanas y luego el dedo se
sindactiliza al dedo adyacente durante 1 mes.
En caso de resección total del metacarpiano, la recons-
trucción se puede hacer mediante la extracción de un
metatarsiano con la metatarsofalángica. La elección del
metatarsiano se basa en la longitud de éste y del metacar-
piano. Las radiografías de ambos segmentos sirven para
seleccionar el que parece más adecuado [46] . Esta técnica
deja secuelas en el pie, de las que hay que advertir al
paciente.
La mano se inmoviliza con una férula en posición
intrínseca durante 15-21 días, tras los cuales se puede
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
Figura 18. Resección del 4.◦ dedo por
sarcoma de células claras a nivel de F1.
Resultado estético y ligera disminución de
la fuerza de prensión en este trabajador de
fuerza manual.
iniciar la rehabilitación manteniendo los dedos en sin-
dactilia.
El riesgo de rigidez en la mano no es despreciable. A
menudo se prefiere la amputación del dedo, sobre todo
si se considera la radioterapia postoperatoria, ya que la
rehabilitación y la recuperación son más rápidas.
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EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
 Resecciones-reconstrucciones asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior  E – 44-097

Laboratoire Unité mixte de recherche (UMR) 1238, PhyOs, Faculté de médecine de Nantes, Université de Nantes, 1, rue Gaston-Veil, 44035
Nantes cedex, France.
S. Touchais.
Clinique chirurgicale orthopédique et traumatologie, Hôtel-Dieu, CHU de Nantes, 1, place Alexis-Ricordeau, 44093 Nantes cedex, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Gouin F, Crenn V, Touchais S. Resecciones-reconstrucciones
asociadas a tumores óseos malignos del miembro superior. EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 2021;13(4):1-19
[Artículo E – 44-097].

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Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico

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