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ATADURAS ESPERITUALES

ATADURA: (sujeción, unión, ligadura, traba. desunión, libertad.)

Acción y efecto de atar.

Cosa con que se ata.

Unión o enlace.

Traba, impedimento.

unión

f. Acción y efecto de unir o unirse, en sus diversas acepciones, ya se trate de cosas materiales (uni
ón del oxígeno y el hidrógeno), ya de personas o entidades morales o espirituales (unión del alma
y del cuerpo, unión de dos partidos, unión matrimonial).

encadenamiento
1. s. m. Sujeción con cadenas liberó al perro de su encadenamiento para que corriera por el jard
ín. encadenación
2. Conexión o enlace físico o moral de unas cosas con otras, en la que cada una se relaciona con l
as inmediatas no acabo de comprender tu encadenamiento de ideas. concatenación

espiritual
1. adj. Que tiene relación con el espíritu su retiro no es más que una actividad espiritual. anímico
, síquico carnal
2. Que revela un espíritu sensible, cultivado e idealista un hombre muy espiritual. materialista
3. RELIGIÓN De carácter religioso autores espirituales.
ATADURAS ESPERITUALES

Una persona puede experimentar ataduras en una, varias o todas las áreas de su
vida. Existen diferentes géneros y tipos de ataduras. Ataduras viejas y nuevas,
propias y generacionales, voluntarias e involuntarias, visibles e invisibles. Una
atadura existe dentro de uno de estos seis grupos: ataduras físicas, emocionales,
espirituales, culturales, sociales y económicas. Cuando una persona está
cautiva por una atadura, experimenta lo que Sansón experimentó en Gaza: girar
en círculos en un molinete, dando vueltas en el mismo sitio sin poder avanzar,
derrochando esfuerzo y energía para el beneficio de otro. Siempre habrá alguien
que se beneficia de una atadura: el infierno y las personas que operan bajo las
tinieblas. La persona que ha tenido una atadura por mucho tiempo, muchas veces
no es conciente de esa atadura, hasta que es expuesta por la luz y el poder de
Dios. A Sansón le arrancaron los ojos; esto proféticamente nos dice que donde no
hay visión no hay avance, pero además predomina una ataudura. Las ataduras
traen ceguera espiritual, falta de visión, de entendimiento y de esperanza.

Si has estado experimentando todo esto ¡necesitas un urgente rompimiento que


acabe con todas esas ataduras! Este artículo no ha llegado a tus manos por
casualidad, sino porque ¡Dios hoy quiere comenzar un proceso de liberación para
que experimentes su Presencia en el ahora y entres a su propósito!

1. ¿QUÉ ES UNA ATADURA?


Una atadura o una ligadura, es un elemento espiritual que impide el movimiento
y el avance, aislando y destruyendo la libertad de una persona o una nación.
Todo aquello que amarra a un punto fijo es una atadura.
Una atadura es también un ámbito espiritual de destrucción en donde se
aceleran el deterioro físico, espiritual y moral de la persona. El alimento de las
ataduras son el pecado contra Dios y la ausencia de Él. Es decir, cuando alguien
no lidia a tiempo con una atadura, esta irá echando raíces hasta establecer otra
atadura, y luego otra atadura en otra área, hasta que la persona queda en
completa cautividad. En cambio cuando existe una comunión intima con Dios y
una obediencia a su visión, propósito y diseño, día a día Dios va limpiando,
sanando, liberando y rompiendo las ataduras cuando estas recién quieren
arraigarse.
Por ejemplo, las ataduras físicas tienen que ver con la manifestación demoníaca en el
ámbito del cuerpo y la influencia que ejercen sobre el, aunque la raíz esté en el alma.
Algunos ejemplos de ataduras en el ámbito físico se manifiestan en forma de vicios y son:
uso de drogas, dependencia innecesaria de fármacos, alcoholismo, hábitos y conductas
sexuales desordenadas y desenfrenadas, falta de higiene u obsesión por la misma,
desordenes alimenticios que se manifiestan en la obesidad, la bulimia o la anorexia.
Normalmente una atadura física tiene un equivalente en una atadura emocional y
espiritual. Es decir, lo físico es reflejado en lo emocional.
La atadura con fortaleza es cuando alguien ha edificado y establecido su vida en torno a
esa atadura, de manera que al venir el poder de Dios para sanar o liberar, la fortaleza que
ha edificado alrededor de esa atadura, impide el fluír del Espíritu Santo. Donde hay una
fortaleza, nadie entra y nadie sale sin que el hombre fuerte lo decida. Por ejemplo, una
persona que sufrió el abuso, y queda marcada de por vida por ese episodio, asume un
papel de víctima, de debilidad o de rechazo hacia el género de la persona que le abusó, y
de esa manera queda edificada una fortaleza alrededor de esa atadura: “todos los
hombres son iguales”, o “donde estaba mi madre en aquel momento”, o “porqué tuvo
que sucederme a mi y no a mi hermana”.
Donde existe una fortaleza, gobierna un hombre fuerte, y viceversa. En este nivel, la
persona está bajo posesión de un demonio dominante, que mantiene una estructura
activa de pecado y tinieblas. Hay un gobierno con legalidad totalmente contrario a Dios y a
su Reino. Si la atadura tiene que ver con enfermedad, el espíritu enviado es de
sufrimiento, autocompasión, dolor y tragedia. Si la atadura tiene que ver con problemas
espirituales, es enviado un espíritu de iniquidad, hechicería y manipulación que controla y
domina la mente de la persona y la lleva a controlar. Muchas fortalezas están constituídas
con mentiras e intrigas para proteger el pecado oculto, es decir, edificar una fortaleza para
salvar las apariencias. Otras fortalezas están constituídas por el aislamiento y la soledad
absoluta. Cuando Jesús habló de atar al hombre fuerte y tomar su palacio, se refería a este
nivel de liberación. En esta instancia, es importante saber que primero hay que derribar
esa fortaleza con ayuno y oración, para luego liberar el alma de esa atadura dominante.
Maldiciones generacionales
El último nivel de atadura, tiene que ver con la herencia de los padres a los hijos hasta la
tercera y cuarta generación. Llega un momento en que la atadura forma parte de la
identidad, y esta se transmite por sangre a las generaciones posteriores. Esto explica
porqué hay familias enteras y naciones enteras atadas y amarradas a un patrón común.
Existen naciones marcadas por la corrupción, otras por la explotación la pobreza y la
ignorancia, otras por las masacres y la extrema brutalidad, otras por el materialismo y la
inmoralidad, otras naciones marcadas por el orgullo y la arrogancia y otras por la envidia y
los conflictos permanentes. Las ataduras del primer Herodes, se convirtieron en
maldiciones generacionales hasta la tercera y cuarta generación. Todos persiguieron a los
enviados de Dios, todos siempre estuvieron a un paso de entregarse y hacer lo correcto, y
todos murieron de la forma mas terrible. La peor herencia que le puedes dejar a tus hijos,
es saber que han existido maldiciones y ataduras por generaciones, pero no hacer nada
para cortarlas y detener su avance.
¿CÓMO PUEDO SER LIBRE DE ATADURAS EN MI VIDA?
Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que desde
hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna
manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu
enfermedad.
Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios (…) Y a esta hija
de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta
ligadura en el día de reposo?
Lucas 13:10-13 y 16

 Busca estar donde el poder de Jesús está y se manifiesta.


A pesar de su problema, esta mujer estaba en la sinagoga escuchando la Palabra de Dios.
Las ataduras o ligaduras no se resuelven con consejería. Se resuelven con liberación. La
consejería puede ser útil para tomar decisiones, o resolver situaciones de otra naturaleza,
pero no problemas de origen espiritual: eso es competencia exclusiva de la liberación.
Entonces, donde no se enseña, no se imparte, no se cree y no se ministra liberación, el
problema no se va a resolver. Es importante estar bajo la cobertura de una casa que sane
como Jesús sanaba, que predique como Jesús predicaba, que libere como Jesús liberaba, y
que manifieste las obras sobrenaturales del Reino de Dios en el ahora.

 No esperes el día perfecto ni el momento perfecto: el día es hoy.


Era el dia de reposo, no se suponía que fuera el día correcto para hacer milagros. Sin
embargo eso era intrascendente para Jesús. No se trata del momento, sino de la actitud.
En los momentos menos oportunos, se esconden las mejores oportunidades de Dios. No
esperes a que las cosas empeoren, o mejoren por si solas. Busca ayuda y liberación hoy.
Dios pondrá en tu camino la provisión exacta si lo dispones en tu corazón.

1. No escondas el problema.
Aunque sea vergonzoso, y la atadura te obligue a mirar al piso, no te escondas en tu
vergueza. Muchas veces no es sencillo vivir con ciertas cargas, pero en el secreto y en la
oscuridad, es donde el diablo puede hacer de las suyas. Aislado y escondido, siempre
estarás cautivo. Busca que la luz entre a ese lugar espiritual, y no tengas miedo de lo que
puedan decir o pensar. Muchas veces es en la vergüenza y en la exposisión, donde Dios
más manifiesta su Gloria y su poder.

 Poder en la Palabra y en la impartición.


Muchas personas solo buscan su liberación, o su milagro, sin dimensionar el rompimiento
que origina la palabra. La liberación fue por la Palabra, y la sanidad fue por la imposición
de manos. Muchas veces permanecemos insensibles a lo que Dios dice en el ahora,
ignorando que ahí se esconde el rompimiento y la liberación. Busca alimentarte de una
casa en donde se predique la Palabra revelada en el ahora, y no solamente a un Dios
histórico. Hay tanto poder en lo que decimos de Jesús, como en lo que hacemos en el
Nombre de Jesús.

 Una nueva identidad basada en lo que Dios dice que soy.


Ella se enderezó y glorificó, es decir, adoró a Dios. Cuando somos vaciados de algo malo,
debemos inmediatamente llenarlo con algo bueno. Esta mujer comprendió que en el
poder de la adoración, se encontraba su victoria completa y total. Comienza a darle
gracias a Dios por lo que hace, pero también por lo que hará. No hay cautividad tan
grande como su poder, no hay cárcel tan fuerte como su brazo libertador, y no hay
atadura tan fuerte como su espada redentora, que rompe cadenas, libera de ataduras,
redime de pecado, restituye lo robado y restaura plenamente la vida de sus hijos.

Oración de liberación (Repetir en voz alta)

Padre Celestial, vengo delante de ti, a renunciar a toda oscuridad, a todo secreto, a toda
esclavitud en las regiones de mi alma, de mi mente, de mi cuerpo y de mi espíritu. Ahora
mismo, declaro con mi boca que Jesucristo es mi Señor. Señor de mis emociones. Señor de
mis pensamientos. Señor de mis decisiones. Señor de mis acciones.
Renuncio a toda atadura que esté operando en mi vida. (Identificar y Mencionar siete
ataduras) Ahora mismo, en el Nombre de Jesús: son desarraigadas, dejan de operar, son
revocadas y regresan al mismo infierno de donde salieron. ¡Por el poder del Nombre de
Jesús! Recibo vida, recibo paz, recibo esperanza, recibo fe. Me levanto ahora mismo, con
una nueva identidad, y con una nueva marca de victoria. ¡Cristo en mi, esperanza de
Gloria! En el Nombre de Jesús, ¡Amén!

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