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TALLER DEL COMBATE ESPIRITUAL

LAS ATADURAS ESPIRITUALES DEL ALMA

SANTIAGO,2017
“Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra quedará atado en el

Cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedara desatado en el cielo”

(Mateo 18,18)

INTRODUCCIÓN.

Dios nos creó para que disfrutáramos una vida plena. No una existencia llena de
dolor, angustia, desesperanza, sensación permanente de culpa no estaba en su mente
cuando nos concibió. Por ende, podríamos decir que Dios nos creó para ser felices, pero
nuestras rebeldías, desobediencias y el apartarnos de Dios, rompe la armonía que Dios
había planeado para nosotros.

No obstante, lo anterior, nuestro Adversario espiritual, Satanás, que está empecinado


desde el comienzo, en destruirnos. No concibe que nosotros podamos vivenciar la armonía
en nuestro mundo interior, que seamos amados de Dios y concebidos por amor. Si
permitimos que sus ataduras caigan sobre nosotros caeremos en la peor de las prisiones de
las que difícilmente podremos salir, a menos que le abramos las puertas al Señor Jesús y
nos volvamos radicalmente a su encuentro. Cristo vino a libertarnos, a romper las cadenas,
ataduras para hacernos libres y darnos una vida de excelencia en todos los órdenes. Él nos
ha confiado toda su creación y nos ha regalado todo lo que existe, para que seamos plenos
en él. Si se lo permitimos, el Señor Jesús sana nuestras heridas emocionales para que
disfrutemos esa existencia renovada. La decisión está en nuestras manos. Es necesario que
le abramos las puertas del corazón al obrar de Jesucristo.

CONCEPTO.

“Somos un espíritu, tenemos un alma y vivimos en un cuerpo.”

El Alma está compuesta de tres partes: mente (donde pensamos)), la voluntad


(donde tomamos decisiones de lo que queremos) y las emociones (sentimientos) Hay áreas
de nuestra mente que se enredaron con el mundo y necesitamos desenredarlas, a través de
la liberación y restauración.
Definición.

Atadura. Una atadura o una ligadura, es un elemento espiritual que impide el movimiento y
el avance, aislando y destruyendo la libertad de una persona o una nación. Todo aquello que
amarra a un punto fijo es una atadura. Las Escrituras utilizan diferentes figuras proféticas
para ilustrar cómo opera una atadura: yugos, cuerdas, pesadas cargas, molinetes, grilletes y
cadenas. Todos tienen algo en común: oprimen y atormentan. Puede asociarse a las
siguientes ideas.

1. Una influencia demoniaca oculta que entorpece o bloquea el progreso de la


vida espiritual de una persona.
2. Esta esclavitud espiritual puede originarse cuando una persona obtiene
conocimiento, protección o poderes sobrenaturales por medios ocultos.
3. Las ataduras pueden dominar nuestro corazón y por eso llegan a determinar
nuestras acciones.
4. En pocas palabras, nos hacen pecar.
5. Toda atadura o ligadura, con el paso del tiempo termina desarrollando un
hábito y una conducta, que luego generan más hábitos y más conductas
destructivas.
6. Una atadura es también un ámbito espiritual de destrucción en donde se
aceleran el deterioro físico, espiritual y moral de la persona.
7. El alimento de las ataduras son el pecado contra Dios y la ausencia de Él.
8. cuando no se libera a tiempo con una atadura, esta irá echando raíces hasta
establecer otra atadura, y luego otra atadura en otra área, hasta que la
persona queda en completa cautividad.
9. cuando existe una comunión íntima con Dios y una obediencia a su visión,
propósito y diseño, día a día Dios va limpiando, sanando, liberando y
rompiendo las ataduras cuando estas recién quieren arraigarse.
10. Las grandes ataduras comienzan con pequeñas puertas abiertas, y van
creciendo y arraigándose al punto de convertirse en fortalezas y luego en
maldiciones.
11. Toma tiempo y rebelión que una atadura inicial se transforme en una
maldición generacional.
12. Cuando se transforman en Maldición son cegados, no ven.
La Atadura consisten en la unión espiritual o alineamiento de dos almas que puede
producir bien sea resultados beneficiosos, o perjudiciales, para ambas. La Biblia no hace
referencia al término en cuestión, pero si habla de almas que se unen para volverse una sola
carne. Una atadura almática puede tener varias funciones, pero en su forma más sencilla, su
finalidad es unir dos almas en el ámbito espiritual.

Estos son: Magia, espiritismo, adivinación (algunas como tarot, astrología, lecturas de
las manos, clarividencia, geomancia.

Dios prohíbe terminantemente esas prácticas a través de Deuteronomio 18,10-12,


puesto que representa la ruptura a la confianza en él y un intento de manipular las fuerzas
espirituales para alcanzar propósitos personales. El Catecismo de la Iglesia afirma que estas
prácticas son un pecado grave, cuando se usan para devolver la salud.

Es muy peligroso implicarse con lo oculto, porque las personas quedan totalmente
atadas y esclavizadas por espíritus malignos.

Para comenzar a lucha contra esas ataduras que nos mantienen oprimidos, es
importante identificar el tipo de atadura a la que nos enfrentamos. En la Biblia podemos
identificar tres tipos de atadura, las cuales mencionaremos a continuación:

TIPOS DE ATADURAS.

Hablaremos de Sansón, en Jueces 16, 1-31, para ilustrar esta enseñanza.

ATADURAD CON MIMBRE VERDE:

Lo primero tuvo que ver con ser atado por siete mimbres verdes, y con un hechizo de
sus propias palabras: no dijo que perdería su fuerza, sino “si me ataren me debilitaré y
seré como cualquier de los hombres”. En esta instancia había perdido ¼ de su fuerza su
Cuerpo. Sus propias palabras comenzaron a tejer el comienzo de su final.
La palabra hebrea original para este tipo de ataduras es “kelub”, y se refiere a los mimbres
utilizados para tensar arcos y lanzar flechas. También se refiere a los mimbres que se
utilizaban para fabricar jaulas.
Esto es muy interesante por dos razones: al enredarse con sus propias palabras Sansón
estaba entregando su unción para la guerra y su discernimiento profético. Recordemos que
la palabra “pecado”, no tiene que ver en su significado original tanto con maldad, sino más
bien con “errar al blanco”. Entonces, al declarar esto con sus propias palabras, él se
estaba atando al error, y a la pérdida de su libertad. Toda caída, es una serie de errores y
malas decisiones, que termina en un caos, pero se origina con algo pequeño. Muchas veces
los mimbres son relaciones y personas que Dios no aprueba, personas que nos atan y
maldicen con sus palabras, o malas decisiones que tomamos por ignorancia o falta de
experiencia y madurez.

ATADURAS CON CUERDAS SIN USAR:


Lo segundo tuvo que ver con ser atado fuertemente con cuerdas nuevas que no se hayan
usado antes. Esto nos habla de ataduras al nivel del alma y las emociones. La palabra
hebrea utilizada en este caso es “kjbel”, que significa “atadura que produce
dolor”. Muchas personas no dimensionan el daño que su pasado le infringe a su
presente y a su destino profético, y toda atadura que causa dolor, tiene que ver con esto.
Cuando no resolvemos los asuntos de nuestro interior por medio de la liberación y la
sanidad, esto se convierte en algo peor, y origina que el dolor y la culpa se propaguen a
otras áreas de nuestro ser, incluso nuestro cuerpo. Cuando un recuerdo, al traerlo al ahora,
trae dolor y sigue causando angustia e impotencia, se está manifestando este nivel de
ataduras. Proféticamente, la cuerda también nos habla de territorios y dominios. Al ser atado
con cuerdas, él estaba cediendo su territorio asignado. Nuevamente se ató con sus
propias palabras al decir: “si me ataren, me debilitaré y seré como cualquiera de los
hombres”. En esta instancia ya había perdido la mitad de su fuerza. Una persona que ha
experimentado pérdida de su familia, ministerio, capital, de sus bienes, de su área de
influencia y de aquello que en un momento tuvo y ya no tiene, está en este nivel de
ataduras.

ATADURAS CON TRENZAS DE SU CABEZA A UNA ESTACA:

Lo tercero tuvo que ver con tejer siete guedejas (trenzas) de su cabeza con tela y asegurarlo
a la estaca. Notemos que
1. el primer tipo de ataduras, los mimbres verdes, alcanzó al cuerpo;
2. el segundo tipo de ataduras alcanzó al alma y las emociones;
3. y este tercer tipo de ataduras de su cabello a una estaca clavada en tierra,
alcanzó la cabeza, es decir el espíritu, el hombre interior y la unción que este
portaba.
 Cuando hablamos de las trenzas las asociamos a:
 Una figura profética de los pensamientos y las decisiones, y en el caso de
Sansón, estaba relacionado directamente con su identidad.
 Él dice proféticamente, ato mi unción y mi llamado a una estaca clavada en la
tierra. Cada vez que el infierno logra controlar la mente trayendo depresión,
angustia, verdades contaminadas y pensamientos tóxicos cargados de
autocompasión y reproches, es porque hay una estaca clavada a la tierra, que
trasmite maldición de ella.
 El hecho de que esta atadura tuviera que ver con su cabeza, nos habla de la
abdicación de su autoridad y su medida de unción.
 Lo que él creía que era un engaño a Dalila, era en realidad un engaño hacia él
mismo. Jamás satanás puede operar en una vida, un territorio o una nación si
alguien no le otorgó el derecho legal de hacerlo.
 vamos cediendo derechos legales.
 Cada estaca clavada en la tierra, tiene que ver con la legalidad con la que el
infierno está operando. Sansón no se dio cuenta, de que antes de revelar el gran
secreto y de la posterior gran caída:
1. primero había sido atado por sus propias acciones,
2. por sus propias mentiras
3. y por sus propios enemigos.

Los límites fueron puestos por Dios para protegernos, pero en este caso, todos los
límites que lo protegían, habían sido violados sistemáticamente, a tal punto que ya cuando al
final Sansón revela el secreto de su fuerza, su unción había sido drenada por causa de las
ataduras a las que el mismo se había amarrado.

La estaca fue el paso previo a la caída.

1. En el momento en que Dalila ató sus cabellos a una estaca, usurpó la autoridad
y la unción del cielo, clavándolo y amarrándolo en la tierra llena de maldiciones.
2. Tomó lo que Sansón tenía del más allá, y lo clavó con una estaca a las
limitaciones del más acá.

¿Cuantas personas existen hoy con poderosos llamados, y con dones sobresalientes,
pero con su propósito clavado a una estaca por causa de una mala decisión o una mala
relación?
ORIGEN DE LAS ATADURAS.

1. Consagración al demonio, juramentos de sangre, iniciación en el Vudú, Ordenes


Esotéricas de sociedades secretas, Nueva Era, Masonería y Rosacruces.,
2. Prácticas orientales basadas en las energías, como Yoga, Tai Chi, Funchi, Mantras,
Meditación transcendental, Zen, Reiki o la apertura de Chacras.
3. Consultar adivinos y seguir sus consejos. Videntes, Magos (brujos, santería,
hechiceros) astrología, hipnotizadores, tarotistas, chamanes y curanderos.
4. Llevar amuletos, talismanes, signos del zodiaco, cuernos, fetiches, azabaches, dijes,
patas de conejos, piedras bezoares, cemies, anillos u objetos mágicos que son
portadores de energía.
5. Participar en sesiones de espiritismo con mesas giratorias, la guija, consultar bolas de
cristal, el juego de los abolorios o sesiones con médium.
6. Lectura de libros de Satanismo, horóscopo, y ocultismo.
7. Lazos del alma o relaciones sexuales con maestros de lo oculto.
8. Persistencia en cometer pecados veniales o mortales.

EFECTOS DE LAS ATADURAS.

Una atadura es devastadora para quien la tiene:

1. Debilita la Fe, mata el deseo de alabar a Dios, de proclamar a Jesús como su Señor y
Salvador, único mediador y a la Virgen María rezarle.
2. Provoca angustia y ansiedad, desasosiego cuando está en lugares sagrados.
3. Pensamientos obscenos pueden asaltar la mente de la persona, en presencia de la
Eucaristía.
4. La práctica de ocultismo puede provocar perversiones sexuales. Alcoholismo, abuso
de droga, violencia contra los seres queridos, en última instancia depresión y
tendencia suicidas.
PRINCIPAL CENTRO DE ATAQUE ES LA MENTE.

El profeta Isaías explicó que quienes estaban al servicio del diablo, terminaban
con ataduras mentales:
“Con el resto (madera) hace un dios, su ídolo; se postra ante él y lo adora. Y
suplicante le dice: «Sálvame, pues tú eres mi dios.» No saben nada, no entienden
nada; sus ojos están velados, y no ven; su mente está cerrada, y no entienden.”(Isaías
44:17-19, Nueva Versión Internacional—paréntesis del autor. Cf. Marcos 6:51-53)

Nuestro enemigo espiritual ha morado por años en la mente, logrando control sobre
varias áreas vitales. Es necesario recobrar el dominio de la mente, Satanás no querrá que
se recobre el dominio de la mente:

, mente pasiva, mente engañada, mente no renovada.

El cristiano está llamado a renovar la mente como paso esencial para crecer en todas
las áreas (Romanos 12:2; Tito 3:4, 5)

a) Debemos darle el primer lugar a Dios en nuestra mente (Marcos 12:30)


b) Debemos derribar las fortalezas mentales (2 Corintios 10:3-5)
c) La mente se acostumbra a determinados parámetros que debemos modificar
con ayuda de Dios.
d) Renovar la mente implica asumir nuevos parámetros de pensamiento
(Romanos 12:2)
e) En la mente se anida la angustia, el temor, la incredulidad, la perversidad.

Una vez tiene gobierno en su ser, el diablo lo convertirá en un instrumento de maldad,


en la forma de pensar y de actuar:

“¿Acaso ustedes, gobernantes, actúan con justicia, y juzgan con rectitud a los seres humano
sí, ¿Al contrario, con la mente traman injusticia, y la violencia de sus manos se desata en el
país? Los malvados se pervierten desde que nacen; desde el vientre materno se desvían los
mentirosos.” (Salmos 58:1-3,
“El malvado trama el mal en su mente, y siempre anda provocando disensiones. Por eso le
sobrevendrá la ruina; ¡de repente será destruido, y no podrá evitarlo!” (Proverbios 6:14, 15,

Después de convertirnos a Cristo, nuestra mente no se renueva. Es necesario


emprender ese proceso con ayuda de Dios, que implica reprogramar nuestra forma de
pensar y de actuar ya que Satanás— cuando estábamos en pecado— nos programó para la
derrota, la frustración, el fracaso y la destrucción. El enemigo nos sembró pensamientos
equivocados que por años gobernaron nuestra forma de obrar (Cf. 2 Corintios 4:4).

ESTRATEGIAS DEL ENEMIGO

Engaño: Fanatismo religioso. Irracionalidad. No se filtran los pensamientos. Se llega a


considerar que todos los pensamientos, visiones y sensaciones provienen de Dios (Cf. 2
Corintios 11:3)

Pasividad: Las personas no evalúan nada. Lo aceptan todo, especialmente en el ámbito de


la espiritualidad. Tienen dificultades para concentrarse.

Mente no renovada: Temor, rechazo, preocupación, ansiedad, negativismo, olvido. No


confrontar las emociones.

Es necesario renovar nuestra mente. Alguien puede ser creyente, pero no haber
renovado su mente; por este motivo, su forma de pensar y actuar— muchas veces ligadas a
un pasado sin Cristo, siguen siendo las mismas:

a) Permitir que Dios gobierne nuestros pensamientos, traerá paz y armonía a nuestro
mundo interior (Isaías 26:3,4)
b) Confiamos en Dios cuando llevamos a Su presencia en oración, todo aquello que nos
perturba (Filipenses 4:6, 7)
VOLUNTAD ATADA

El cristiano no mantendrá su libertad en Cristo hasta tanto experimente libertad en


su voluntad. La voluntad nos permite tomar decisiones. Dios respeta lo que determinemos
como personas (Cf. Génesis 2:16, 17; Deuteronomio 30:15, 19); sin embargo, cuando hay
armonía con Dios, alcanzaremos equilibrio en lo que escojamos.

a) La mente nos dice lo que pensamos


b) La voluntad materializa lo que queremos
c) Las emociones expresan cómo nos sentimos

El enemigo sabe que, si afecta nuestra mente, incidirá directamente sobre


nuestra voluntad.

1. El hombre debe tomar control de su voluntad lo que se ve reflejado en el dominio de


cuerpo, alma y espíritu.
2. Si hay gobierno de la voluntad, se tendrá control de las emociones y los sentimientos
(Proverbios 25:28)
3. Si no tomamos control de nuestra voluntad— con ayuda de Dios— tomará ventaja el
mundo de las tinieblas (Romanos 8:12, 13; Colosenses 3:5-7)
4. Nuestro adversario espiritual se aprovecha de los recuerdos y hechos traumáticos
que subyacen en el inconsciente.
5. En la medida en que la mente se renueva (Cf. Romanos 12:2), la voluntad se
fortalece.

VOLUNTAD DAÑADA

Inercia: Resignación ante los obstáculos. Aceptación de cuanto ocurre alrededor, incluso la
adversidad.

Falta de perseverancia: La persona jamás termina lo que emprende


Dispersión de los pensamientos: A la persona se le dificulta concentrarse. No pueden
siquiera conservar el hilo de una conversación.

Inseguridad: Incapacidad de tomar decisiones. Temor a asumir responsabilidades. Dejan


que los demás decidan por ellos.

Doble ánimo: Las personas fluctúan entre perseverar en el camino de Dios o permitir que
les arrastre de nuevo la mundanalidad.

Recuerde que la verdad nos hace libres (Cf. Juan 8:31, 32)

TOMAR CONTROL DE LA VOLUNTAD.

1. Es necesario que pongamos filtro a nuestros pensamientos (1 Tesalonicenses 5:21).


2. Es necesario que usted resista en su voluntad y en su mente todos los pensamientos
de maldad que le asaltan, enviados por Satanás (Cf. Santiago 4:7; 2 Corintios 10:5).
3. Si el Adversario controla nuestra voluntad tendrá dominio del cuerpo, muerte y
espíritu (1 Corintios 9:26, 27)
4. Es necesario tomar decisiones con ayuda de Dios, asumiendo las consecuencias que
se deriven.

CONTROL DE EMOCIONES Y SENTIMIENTOS CON EL PODER DE DIOS.

1. Quien gana ventaja con la permanencia de las heridas espirituales que


experimentamos, es nuestro Adversario espiritual.
2. El propósito de Dios es que haya sanidad permanente en nuestro mundo interior (1
Tesalonicenses 5:23)
3. Las heridas emocionales comienzan con un hecho traumático que se transforma
en resentimiento y da lugar al odio. A partir de entonces se produce la amargura de
corazón y toma fuerza hasta llevar a la persona a la destrucción física y espiritual.
4. Satanás se aprovecha de las heridas emocionales (Cf. Efesios 4:279
5. Las heridas emocionales tienen factores desencadenantes:
a) Las relaciones rotas. Frecuentes en los matrimonios que terminan en divorcio
y que desencadenan heridas en los cónyuges.
b) No perdonar. La decisión de mantener la herida emocional y no perdonar al
causante del mal, se constituye en una atadura espiritual (Cf. 2 Corintios 2:10,
11)
c) El Rechazo. Comienza generalmente desde la niñez y persiste en el tiempo.
No obstante, los hechos traumáticos también afectan a los adultos.
d) El Maltrato. Se producen por las reacciones que se reciben de otras personas
y que involucran violencia física y verbal. Causan heridas emocionales.
e) Palabras hirientes. Son términos expresados generalmente por alguien en
estado de exaltación que producen heridas emocionales (Proverbios 10:31;
Salmos 37:30)
f) Abuso sexual. Produce heridas emocionales que pueden marcar la vida de
una persona para siempre.
g) Raíces de amargura. Constituyen el producto de heridas sin sanar que nos
impiden una vida plena y desencadenan contaminación espiritual a otras
personas (Cf. Hebreos 12:15)

Dios quiere que seamos libres de las consecuencias de los hechos traumáticos que
nos afectaron (Hebreos 12:1). Dios que nos creó, es el único que puede sanarnos

COMO ACTUAN LAS ATADURAS.

1. CADENAS QUE ATAN AL PASADO


Estas ataduras son como eslabones de una cadena que nos mantienen firmemente
unidos al pasado, en un área de debilidad en la que nuestros antepasados, que no eran
creyentes, eran vulnerables. Esta herencia espiritual negativa se manifiesta porque abrimos
alguna puerta, dándole al enemigo el derecho legal de entrar. Estas ataduras generalmente
afectan nuestra mente, voluntad y emociones influenciando nuestro comportamiento
con: explosiones de ira, rebelión, depresión, amenaza de suicidio, hambre compulsiva,
mentiras, robo, pecado sexual, adicción a químicos, comportamiento destructivo.
“Que no haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones,
soberbias, desórdenes; que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizás tenga que llorar por
muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia
que han cometido.” 2 Corintios 12: 20-21

Cuando nos volvemos a Dios, iniciamos un proceso de conversión. En la


conversión, su espíritu se somete al Espíritu Santo, pero su alma, luego de un pequeño
lapso de asimilación, comienza una lucha, reacciona y pelea cada centímetro de la vida del
protagonista.

2. FALTA DE PERDÓN

Perdonar significa terminar definitivamente con el deseo de cortar con el rencor,


desamor, aceptar la equivocación. Significa renunciar a la ira y al resentimiento y, de ese
modo, liberar al deudor y, de paso, romper una atadura que nos perjudica solamente a
nosotros mismos. Es una decisión de la Voluntad. Y entienda definitivamente esto, por favor:
nosotros podemos decidir perdonar a una persona que nos ofendió, nos guste o no hacerlo.
“Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Porque si
perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras
ofensas. (¿Consigue entender el porqué de esa falta de relación que tiene usted con el Señor?
¿No ha podido ver, aún, que, si no perdona de una vez y para siempre “esa” vieja ofensa
recibida, jamás podrá establecer esa comunión divina que tanto ansía?)” (Mateo 6: 14-15)
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia y toda malicia. Antes
sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también
Dios os perdonó en Cristo.” (Efesios 4: 31-32)
“Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he
perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo.” (2 Corintios 2: 10-11)

FALTAS DE PERDON PRODUCE.

1. Produce enormes impedimentos para amar y ser amados.


2. Produce reacciones de resentimiento hacia quien nos causó daño.
3. Produce daño emocional y físico a quien experimenta ese rencor.
¿Qué hace quien no perdona?

1. Siente que aquél que le causó daño “le debe algo”


2. Asume la posición de “No perdono hasta tanto me pidas perdón”. Como pasan los
días y no advierte esa actitud, expresa su rechazo verbal y gestual a quien considera
es el causante de su resentimiento.
3. Decide prorrogar su resentimiento por tiempo indefinido como una forma de expresar
hacia él o ella palabras que la hieran, o a los menos pensamientos en los que
imagina, está tomando venganza.
4. Genera estancamiento espiritual:
5. No perdonar es uno de los frutos de la carne (Gálatas 5:19-21).
6. Quien perdona, crece espiritualmente porque afianza en su vida los frutos del Espíritu
Santo (Gálatas 5:21-25).
7. Experimenta falta de paz interior y exterior.
8. Aviva el deseo de tomar venganza.

Quien no perdona refleja su rencor y resentimiento en su relación con Dios y con los
demás

1. Reacciones de no perdón (Gálatas 6: 7).


2. El resentimiento y la falta de perdón se “transpiran”.
3. Lo grave es que quien no perdona, desconoce que “transpira” rencor en sus
relaciones interpersonales.
4. La falta de perdón puede permanecer por años.

¿Hacia quiénes pudiéramos guardar rencor por años, sin proponérnoslo?

1. Hacia los padres.


2. Hacia las personas con las que tuvimos una relación sentimental traumática.
3. Hacia nuestros hermanos y amigos, de quienes sentimos, nos fallaron alguna vez.
3. HERIDAS DE ORGULLO

La falta de perdón crea una atadura entre la persona que ha sufrido la ofensa y la
persona que la ocasionó. Esto se rompe con el perdón, las dos partes se liberan y el Espíritu
Santo puede sanar y restaurar. De hecho, el nuevo vínculo con el Señor llena de amor a la
persona. La historia tiene protagonistas.
Se cuenta de un caso en que el orgullo de una mujer fue profundamente quebrantado
cuando su hija se divorció, pero cuando se enteró que estaba embarazada de su último novio,
directamente se puso furiosa. Varios días luchó en contra de su ira, de su enojo y su disgusto.
Después se llenó de culpa sabiendo que debía perdonar porque era cristiana.
Sentía como que el enemigo le estaba robando la familia. El marido estaba enojado, la
hija avergonzada y ella tenía tanta soberbia que no podía admitir un hijo ilegal en su medio
ambiente. Sabía que tenía que hacer guerra espiritual y que la llave era el perdón. Primero le
dijo a la hija, cara a cara, que estaba en contra de lo que hacía, pero que había decidido
perdonarla. Después le pidió al Señor que la perdonara a ella misma por su enojo, por su
soberbia y por su actitud egoísta. Entró en guerra diciéndole a Satanás: No me importa lo que
estás tratando de hacerle a mi familia. El amor y la provisión de Dios son mayores que todo lo
que tú puedes hacer. Tu ataque está roto en el nombre de Jesús y Dios nos ayudará a superar
esta situación y mantenernos juntos. Los veintiún años invertidos en mi hija, no se van a perder
por este problema aislado…
Luego la madre oró así: Dios; te entrego todo mi ser. Cualquiera que sea tu plan para mí
como abuela. Te pido que ministres a mi hija, que la acerques a tu corazón y que nos unas en
tu amor. Por favor Señor; trae a este niño seguro al mundo. Gracias porque será una bendición
para todos nosotros. La atadura de esa madre se rompió cuando perdonó a su hija: las
emociones negativas dejaron de atormentarla. La joven siguió estudiando, vive ahora con su
bebé y sus padres y el Señor está restaurando una relación entre ellos basada en el amor.

4. EL PROCESO DE LA AFLICCIÓN.

“El corazón alegre hermosea el rostro; más por el dolor del corazón se abate el espíritu”.
(Proverbios 15: 13) La aflicción es causada por varios factores: una relación rota, la pérdida
de un ser querido o del trabajo, por sueños que no se concretan. También puede ser
consecuencia de un aborto o de esterilidad; puede deberse a malos entendidos con otras
personas o desconcierto con usted misma. También podemos estar en desacuerdo con Dios
sintiendo que Él nos abandona cuando más lo necesitamos.
La aflicción es la consecuencia de un proceso natural sobre una situación determinada y por
un tiempo razonable. Los psicólogos dicen que normalmente puede durar entre uno y tres
años. Es un proceso de sanidad que, si no se resuelve, prolonga la aflicción y abre la puerta
a problemas espirituales, físicos y emocionales, y es una traba para el crecimiento espiritual.
Para poder liberarse de esta aflicción, la persona debe estar en condiciones de decirle a
Dios: Señor; no entiendo esta tragedia, pero decido creer en tu amor por mí y deposito mi
confianza en ti. Recién entonces Dios puede, como dice Isaías: Derramar el óleo de gozo en
lugar de luto.

5. LA ESCLAVITUD DE LAS ADICCIONES.

Las adicciones hoy representan para el hombre una esclavitud que no nos permite
crecer espiritualmente, nos importa mucho la apariencia exterior impecable; la que es adicta
a la televisión; la que vive en el gimnasio modelando su figura por encima de la media
habitual; la que se mata por mantener su casa impecable con prioridad sobre la atención de
su esposo o sus hijos. Otra es alcohólica y otra adicta a las drogas recetadas. Todas tienen
comportamientos dependientes.
El diccionario define la adicción como Rendir la voluntad a algo, de manera
obsesiva. El gran peligro en la adicción es el hecho de rendirse, de entregarse a otro poder
permitiendo que la voluntad se torne pasiva. Muchos adictos niegan que hayan entregado
su voluntad e insisten en repetir: Puedo abandonar eso en cualquier momento. Pero las
cadenas no se rompen hasta que no deciden entregarse al poder del Espíritu Santo para ser
liberados.
La Escritura nos advierte en 1 Pedro 2:11:” Os ruego que os abstengáis de los
deseos carnales que batallan contra el alma.”

a) RAÍCES ESPIRITUALES DE LA ADICCIÓN


Las adicciones, ya sean drogas, alcohol, música rock, gratificaciones personales,
pornografía, perfeccionismo o negativismo, generalmente se manifiestan como el deseo de
escapar a diversas circunstancias.
El doctor Archibald Hart, profesional cristiano, escribe: Todas las adicciones tienen
una raíz espiritual. El ser humano es rebelde y egoísta por naturaleza: desea reconocimiento y
satisfacción. La adicción es un reflejo directo de nuestra atadura interna a este pecado de
rebelión. La sanidad no es completa hasta que no se haya cortado con esta atadura.
Las adicciones no solamente tienen causas espirituales, sino consecuencias espirituales.
Hay muchas maneras en que las adicciones pueden ser destructivas espiritualmente. Hay
formas, por ejemplo, de idolatría espiritual que crean adicción. Consumen energía y llaman la
atención. Crean una barrera entre el adicto y Dios, impiden la obediencia a Dios y, finalmente,
perpetúan el pecado.
Muchas veces la persona es llevada a la adicción debido al abuso del que fue víctima
en la niñez. Por ejemplo: violación, rechazo, una mala imagen de sí mismo, falta de
perdón, culpa o aflicción. Si en la herencia familiar existen comportamientos de este tipo,
hay que tomarlo en cuenta y lidiar con él. Pídale al Espíritu Santo que le muestre la raíz que
causa la adicción, ya sea suya o de la persona por quien usted está orando, y busque la
sanidad y la liberación en esa área.

6. RECHAZO Y UNA AUTOIMAGEN NEGATIVA

Las palabras, ya sean nuestras o de otros, tienen el poder de sanar o de lastimar el


espíritu. Una encuesta indica que se necesitan, por lo menos, cinco afirmaciones positivas
para contrarrestar los efectos de un solo comentario negativo. Por eso es que Proverbios 15:4
y 18:21, expresa: La lengua apacible es árbol de vida, más la perversidad de ella es
quebrantamiento de espíritu.
Una ocasión se oró por una atractiva mujer de alrededor de cuarenta años de edad
que se creía gorda y fea. Ella, había crecido en el campo y, cada vez que la familia pasaba
por otros campos donde se veían cerdos comiendo, solían hacerle bromas señalando que los
que estaban comiendo eran juanitas, en relación con su nombre.
Atada a las palabras de su madre, Juana luchó con una imagen “gorda” de sí misma
por toda su vida. Rechazaron y rompieron esa maldición durante una sesión de oración donde
hicieron, incluso, guerra espiritual. Luego declararon que ella era creación divina, hecha para
su gloria y le dieron gracias a Dios por haber hecho a Juana a su imagen. Ella fue liberada de
la atadura y se comenzó a ver a sí misma desde una nueva óptica.
“Ninguna arma forjada contra ti prosperará y condenarás toda lengua que se levante contra ti
en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Yavé.” (Isaías 54,17)
Rosa usó este versículo en oración para romper esas palabras pronunciadas hacía tanto
tiempo. Naturalmente, el muchacho mejoró y llegó a ser el mejor promedio en su colegio.
7. RELACIONES SEXUALES ILÍCITAS
“¿O no sabéis que el que se une con una ramera es un cuerpo con ella? Porque dice: los dos
serán una sola carne. Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está
fuera del cuerpo; más el que fornica contra su propio cuerpo peca.” (1 Corintios 6: 16-18)
Esto significa que cualquier relación sexual fuera del matrimonio, ya sea
heterosexual, homosexual o cualquier otra, es pecado y el pueblo de Dios está continuamente
siendo alertado contra ese pecado. Las enfermedades que se transmiten por contacto sexual,
son lo que Pablo advierte en Romanos 6:23 cuando dice: “Porque la paga del pecado es
muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Las consecuencias del pecado sexual pueden ser la muerte física, emocional o
espiritual. Este tipo de pecado abre la puerta para la influencia demoníaca.
La unión sexual fue ordenada por Dios para hacer que los compañeros de un
matrimonio se conviertan en una sola carne delante de Él, pero las relaciones extramaritales
y las relaciones promiscuas premaritales, misteriosamente tienden a atar el alma de uno a
otros compañeros. El Alma se parte, tantas veces como parejas ha tenido y para reconstituirla,
se debe hacer renunciar y pedir al Espíritu Santo que reconstituya su alma.
Los peligros de la Fornicación y el Adulterio: el juego sexual en cualquiera
de sus formas (coito, oral, etc.) se supone que debe ocurrir entre los miembros de un
matrimonio solamente. La relación sexual fuera del matrimonio no solamente abre la
posibilidad de que una persona contraiga enfermedades de transmisión sexual como el
SIDA/VIH, pero también crea una esclavitud espiritual entre los involucrados, un vínculo que
puede causar impurezas o ataduras demoniacas que se transfieren de una persona a
otra. Una víctima de incesto o violación puede creer que no tendrá relaciones sexuales
normales, creyéndose atada de alguna manera a su agresor. Puede afectar su relación con
Dios y con otras personas, sus emociones y su autoimagen. El perdón al agresor es lo único
que puede liberarla, aunque un intenso tratamiento de consejería, aquí, podría ser necesario
y positivo. La consecuencia frecuente del pecado sexual es el aborto. Los defensores de la
vida insisten en que esto trae serios conflictos espirituales, tanto a las mujeres que deciden
abortar como a la nación que lo autoriza.
8. ESPÍRITU DE MUERTE.

Satanás oprime alas personas, inyectándoles pensamientos en la mente. Las


bombardea con sentimientos de culpabilidad, condenación, remordimiento, auto-
justificación, hastío, odio a sí mismas e ideas de suicidio. Los demonios vienen por la
puerta abierta que el aborto ha dejado al enemigo. La mujer debe ser liberada de estos
espíritus.
Una jovencita de veinte años, después de un aborto, se entregó al Señor. Comenzó
a estudiar para ser médico-misionera. En la Facultad conoció a un joven que había vuelto a
los caminos del Señor y quedó embarazada. Su novio no quería el bebé y ella no quería
abandonar su carrera, así que lo abortó. Pero esta vez las consecuencias fueron más intensas.
Ella dice que todo le resultaba muy irónico, ya que estaba dispuesta a mentir, engañar y matar
para “trabajar para Jesús”. Posteriormente ella se arrepintió y recibió el perdón de Dios, pero
no se podía perdonar a sí misma.
Esa falta de perdón permitió al enemigo asentar su pie. El espíritu de suicidio se
apoderó de ella. Estaba tan deprimida bajo su influencia que podía escuchar a los demonios
cantándole: “¡Vas a morir! ¡Vas a morir!”. Esto duró varias semanas. Su liberación se
produjo cuando Dios le habló en la iglesia a través de su palabra.
Salmo 118: 17-19 “No moriré, sino que viviré y contaré las obras del Señor. Me castigó
gravemente el señor, más no me entregó a la muerte. Abridme las puertas de la justicia, entraré
por ellas, alabaré al Señor.”
Se dio cuenta que tenía una opción. No tenía que morir, podía vivir. Esos
pensamientos suicidas habían sido del diablo. Un día llegó a su casa decidida y, en voz alta,
dijo: “¡Basta! ¡Se acabó, diablo!” Se perdonó a sí misma y perdonó a los hombres que le habían
hecho mal. Casi pudo ver cuando rechazando estos espíritus, “algo” se iba de ella y de su
vida.

9. ACTIVIDADES EN EL OCULTISMO

Deuteronomio 18: 9-14 declara que las prácticas ocultas son abominación a
Jehová. Esto se refiere a la Astrología (Lectura de horóscopos (, lectura de las manos, tabla
Guija, Tarot, adivinación del futuro, brujería, magia, sociedades secretas, hechicería, juego de
la copa y más. Un gran número de cristianos, aunque usted no pueda creerlo, se exponen
permanentemente a la actividad demoníaca yendo a adivinos y diciendo luego entre
sonrisas: ¡Ah!, ¡Pero yo no me los tomo en serio! No le hace. Eso no cambia el hecho de que
la Palabra de Dios lo condena. Los malos espíritus sí que se lo toman en serio.
Otros compran inocentemente o aceptan como regalos, objetos que tienen algún
significado en el mundo del ocultismo. Ejemplo: máscaras indígenas, souvenir de Grecia con
dioses míticos, mapas del mundo con los signos del zodíaco, pinturas hindúes y adornos que
representan deidades orientales.
La advertencia hecha por Dios a los israelitas, es apropiada para nosotros en el día
de hoy. (Deuteronomio 7: 25, dice:
“Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego, no codiciarás plata ni oro de ellas para
tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es abominación al Señor tu Dios. “
No son pocos los creyentes que ya sea por desconocimiento e incredulidad,
atesoraban objetos o libros de ocultismo y Nueva Era, que pasaban por momentos malos, y
que luego de quemarlos en el nombre de Jesús, experimentaron un notable cambio en sus
vidas y una especie de claridad para el mejoramiento de su relación con el Señor.
Esto no es ocurrencia, moda ni invento de estos días. En el libro de los hechos 19:18-
19, detalla que cuando Pablo predicaba en Efeso, los que se convertían quemaban los libros
de ocultismo. Dice:
.” Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
Asimismo, muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron
delante de todos ellos: y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de
plata.”
LIBERACIÓN DE ATADURAS.

El proceso de liberación comienza con la decisión de permitir que Jesucristo obre


en nuestro ser

1. Confiese sus pecados. Hasta tanto no se confiesen todos los pecados delante de Dios,
el Adversario espiritual tendrá “derecho legal” para seguir poseyendo o influenciando a la
persona (1 Juan 1:9).

2. Arrepiéntase con sinceridad. Debe haber arrepentimiento sincero en la persona, podrá


ser libre. Es esencial que se reconozca la magnitud del error cometido y la grandeza de la
misericordia de Dios (Proverbios 28:13)

3. Perdone a alguien si guarda odio aún. Un enorme muro que pone tropiezo a la
liberación espiritual lo representa la falta de perdón en las personas. El amado Señor Jesús
enfatizó en la importancia del perdón (Marcos 11:25)

4. Renuncie y rompa toda atadura. La decisión de romper a toda puerta abierta al enemigo
y romper toda atadura, en el nombre de Jesucristo, parte de la propia persona. Cada quien
debe reconocer la obra de Cristo y decidirse por Él, dándole la espalda al Adversario
espiritual.
5. Renuncie a toda maldición generacional. Las maldiciones generacionales ocupan un
lugar relevante en los procesos de liberación individual.

6. Ordene a todos los espíritus que salgan. En la medida en que la persona esté
consciente, llévela para que ordene a todos los espíritus salir de su cuerpo. Si hay
manifestación demoníaca, le corresponde a usted como ministro de liberación hacerlo.
Ordénele a los espíritus que salgan. Hay autoridad de Cristo en su vida, tal como Él, en su
ministerio terrenal lo hizo (Cf. Lucas 4:40, 41)

7. Confiese a Jesucristo como Señor y Salvador. Una vez la persona ha sido liberada, es
esencial que declare a Jesús como Señor y Salvador. Debe recibir a Cristo en Su corazón.

Conclusión:

Fuimos concebidos por Dios para disfrutar la libertad que Él nos ofrece. Su
propósito eterno es que disfrutemos sanidad física y emocional. Que no permitamos atadura
de ninguna clase. Quien se aprovecha de las puertas que le abrimos en la mente, es nuestro
Adversario Satanás.

Él no desaprovecha oportunidad. Procura gobernar los procesos de pensamiento,


incluso el subconsciente, para traernos a la derrota, la sensación de no ser salvos y no
haber recibido perdón de Dios. Cuando reconocemos que esa no es la voluntad de Dios
para nosotros y le permitimos a Jesucristo que obre en nuestro ser, toda atadura se rompe y
llegamos a ser verdaderamente libres. ¡Hoy es el día para que disfrute esa libertad que nos
ofrece el Salvador, Jesucristo!

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