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Serie: “y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”

Tema: ROMPIENDO las s ATADURAS


Texto: JUESES 16:1 Fue Sansón a Gaza, y vio allí a una mujer
ramera, y se llegó a ella.
Jue 16:2 Y fue dicho a los de Gaza: Sansón ha venido acá. Y lo
rodearon, y acecharon toda aquella noche a la puerta de la ciudad;
y estuvieron callados toda aquella noche, diciendo: Hasta la luz de
la mañana; entonces lo mataremos.
Jue 16:3 Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la
medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus
dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las subió a
la cumbre del monte que está delante de Hebrón.
Jue 16:4 Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer
en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila.
Jue 16:5 Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron:
Engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza, y cómo lo
podríamos vencer, para que lo atemos y lo dominemos; y cada uno
de nosotros te dará mil cien siclos de plata.
Jue 16:6 Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué
consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser
dominado.
Jue 16:7 Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres
verdes que aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré
como cualquiera de los hombres.
Jue 16:8 Y los príncipes de los filisteos le trajeron siete mimbres
verdes que aún no estaban enjutos, y ella le ató con ellos.
Jue 16:9 Y ella tenía hombres en acecho en el aposento. Entonces
ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos contra ti! Y él rompió los mimbres,
como se rompe una cuerda de estopa cuando toca el fuego; y no se
supo el secreto de su fuerza.
Jue 16:10 Entonces Dalila dijo a Sansón: He aquí tú me has
engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme, pues, ahora, te
ruego, cómo podrás ser atado.
Introducción: Una persona puede experimentar ataduras en una,
varias o todas las áreas de su vida. Existen diferentes géneros y
tipos de ataduras. Ataduras viejas y nuevas, propias y
generacionales, voluntarias e involuntarias, visibles e invisibles. Una
atadura existe dentro de uno de estos seis grupos: ataduras físicas,
emocionales, espirituales, culturales, sociales y económicas.
Cuando una persona está cautiva por una atadura, experimenta lo
que Sansón experimentó en Gaza: girar en círculos en un molinete,
dando vueltas en el mismo sitio sin poder avanzar, derrochando
esfuerzo y energía para el beneficio de otro.
Siempre habrá alguien que se beneficia de una atadura: el infierno
y las personas que operan bajo las tinieblas. La persona que ha
tenido una atadura por mucho tiempo, muchas veces no es
conciente de esa atadura, hasta que es expuesta por la luz y el
poder de Dios.
A Sansón le arrancaron los ojos; esto proféticamente nos dice que
donde no hay visión no hay avance, pero además predomina una
ataudura.
Las ataduras traen ceguera espiritual, falta de visión, de
entendimiento y de esperanza.
Si has estado experimentando todo esto ¡necesitas un urgente
rompimiento que acabe con todas esas ataduras!
¡Dios hoy quiere comenzar un proceso de liberación para que
experimentes su Presencia en el ahora y entres a su propósito!
1. ¿QUÉ ES UNA ATADURA?: Una atadura o una ligadura, es
un elemento espiritual que impide el movimiento y el
avance, aislando y destruyendo la libertad de una persona
o una nación.
Todo aquello que amarra a un punto fijo es una atadura. Las
Escrituras utilizan diferentes figuras proféticas para ilustrar cómo
opera una atadura: yugos, cuerdas, pesadas cargas, molinetes,
grilletes y cadenas. Todos tienen algo en común: oprimen y
atormentan
Toda atadura o ligadura, con el paso del tiempo termina
desarrollando un hábito y una conducta, que luego generan más
hábitos y más conductas destructivas. Una atadura es también un
ámbito espiritual de destrucción en donde se aceleran el deterioro
físico, espiritual y moral de la persona.
El alimento de las ataduras son el pecado contra Dios y la ausencia
de Él. Es decir, cuando alguien no lidia a tiempo con una atadura,
esta irá echando raíces hasta establecer otra atadura, y luego otra
atadura en otra área, hasta que la persona queda en completa
cautividad.
En cambio cuando existe una comunión intima con Dios y una
obediencia a su visión, propósito y diseño, día a día Dios va
limpiando, sanando, liberando y rompiendo las ataduras cuando
estas recién quieren arraigarse.
Las grandes ataduras comienzan con pequeñas puertas abiertas, y
van creciendo y arraigándose al punto de convertirse en fortalezas
y luego en maldiciones.
Toma tiempo y rebelión que una atadura inicial se transforme en
una maldición generacional.
por ejemplo, las ataduras físicas tienen que ver con la
manifestación demoníaca en el ámbito del cuerpo y la influencia
que ejercen sobre el, aunque la raíz esté en el alma.
Algunos ejemplos de ataduras en el ámbito físico se manifiestan en
forma de vicios y son: uso de drogas, dependencia innecesaria de
fármacos, alcoholismo, hábitos y conductas sexuales desordenadas
y desenfrenadas, falta de higiene u obsesión por la misma,
desordenes alimenticios que se manifiestan en la obesidad, la
bulimia o la anorexia.
Sansón había desarrollado una seria conducta viciosa y un estilo de
vida desordenado en su sexualidad, en su llamado y en su
identidad.
Eso provocó que una atadura llevara a una fortaleza, y finalmente a
la destrucción. Normalmente una atadura física tiene un
equivalente en una atadura emocional y espiritual. Es decir, lo físico
es reflejado en lo emocional.

Cuando Dalila intentó conocer el secreto de la fuerza de Sansón,


Sansón le dió falsas respuestas, y a pesar de que Dalila intentaba
poner en práctica la forma de quitarle la fuerza y la unción, Sansón
seguía jugando con su secreto ¿porqué? Porque ya estaba en un
nivel de atadura habitual que le impedía ver el peligro inminente.
La persona que está bajo ataduras, en la medida que las ataduras
se vuelven fortalezas y maldiciones, menos ve, menos oye y menos
percibe lo evidente. Mucho antes de que le arrancaran los ojos, ya
Sansón había perdido su visión.
El castigo tuvo mucho que ver con su transgresión: su caída fue por
lo que vio y lo sedujo, pero su final glorioso, tuvo que ver con lo
que no vio pero logró destruir.

No obstante, Sansón le dio a Dalila tres falsas respuestas, que sin


embargo contienen códigos proféticos que nos muestran más
acerca de como operan las ataduras y en qué niveles y nos dejan
importantes eneseñanzas.

“Si me ataren fuertemente con siete mimbres verdes que aún no


estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los
hombres” Jueces 16:7

2. TIPOS DE ATADURAS.
a. Ataduras con mimbres verdes:
Lo primero tuvo que ver con ser atado por siete mimbres verdes, y
con un hechizo de sus propias palabras: no dijo que perdería su
fuerza, sino “si me ataren me debilitaré y seré como cualquier de
los hombres”. En esta instancia había perdido ¼ de su fuerza. Sus
propias palabras comenzaron a tejer el comienzo de su final.
La palabra hebrea original para este tipo de ataduras es “kelub”, y
se refiere a los mimbres utilizados para tenzar arcos y lanzar
flechas.
También se refiere a los mimbres que se utilizaban para fabricar
jaulas. Esto es muy interesante por dos razones:
1 al enredarse con sus propias palabras Sansón estaba entregando
su unción para la guerra y su discernimiento profético.
Recordemos que la palabra “pecado”, no tiene que ver en su
signifciado original tanto con maldad, sino mas bien con “errar al
blanco”. Entonces, al declarar esto con sus propias palabras, el se
estaba atando al error, y a la pérdida de su libertad.
Entendamos esto: nadie pierde la unción de un día para otro, y
nadie cae de la noche a la mañana.
Toda caída, es una serie de errores y malas decisiones, que termina
en un caos, pero se origina con algo pequeño.
Los grandes desastres siempre comienzan con pequeñas mentiras y
pequeñas “cesiones” que a la larga se terminan pagando muy caro.

Toda persona que experimenta una pérdida real de su libertad


espiritual y emocional, se encuentra en este nivel. Muchas veces los
mimbres son relaciones y personas que Dios no aprueba, personas
que nos atan y maldicen con sus palabras, o malas decisiones que
tomamos por ignorancia o falta de experiencia y madurez.

b. Ataduras con cuerdas sin usar:


Jue 16:11 Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas
nuevas que no se hayan usado, yo me debilitaré, y seré como
cualquiera de los hombres.
Lo segundo tuvo que ver con ser atado fuertemente con cuerdas
nuevas que no se hayan usado antes. Esto nos habla de ataduras al
nivel del alma y las emociones. La palabra hebrea utilizada en este
caso es “kjbel”, que significa “atadura que produce dolor”. Muchas
personas no dimensionan el daño que su pasado le infringe a su
presente y a su destino profético, y toda atadura que causa dolor,
tiene que ver con esto. Cuando no resolvemos los asuntos de
nuestro interior por medio de la liberación y la sanidad, esto se
convierte en algo peor, y origina que el dolor y la culpa se
propaguen a otras áreas de nuestro ser, incluso nuestro cuerpo.
Cuando un recuerdo, al traerlo al ahora, trae dolor y sigue
causando angustia e impotencia, se está manifestando este nivel de
ataduras.

Proféticamente, las cuerdas también nos habla de territorios y


dominios. Al ser atado con cuerdas, él estaba cediendo su territorio
asignado. Nuevamente se ató con sus propias palabras al decir: “si
me ataren, me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres”.
En esta instancia ya había perdido la mitad de su fuerza. Una
persona que ha experimentado pérdida de su familia, ministerio,
capital, de sus bienes, de su área de influencia y de aquello que en
un momento tuvo y ya no tiene, está en este nivel de ataduras.

c. Ataduras con trenzas de su cabeza a una estaca:


Jue 16:13 Y Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas
conmigo con mentiras. Descúbreme, pues, ahora, cómo podrás ser
atado. El entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza
con la tela y las asegurares con la estaca.
Lo tercero tuvo que ver con tejer siete guedejas (trenzas) de su
cabeza con tela y asegurarlo a la estaca. Notemos que el primer
tipo de ataduras, los mimbres verdes, alcanzó al cuerpo; el segundo
tipo de ataduras alcanzó al alma y las emociones; y este tercer tipo
de ataduras de su cabello a una estaca clavada en tierra, alcanzó la
cabeza, es decir el espíritu, el hombre interior y la unción que este
portaba.

Cuando hablamos de las trenzas, es una figura profética de los


pensamientos y las decisiones, y en el caso de Sansón, estaba
relacionado directamente con su identidad. Es decir, el estaba
diciendo proféticamente, ato mi unción y mi llamado a una estaca
clavada en la tierra. Cada vez que el infierno logra controlar la
mente trayendo depresión, angustia, verdades contaminadas y
pensamientos tóxicos cargados de autocompasión y reproches, es
porque hay una estaca clavada a la tierra, que está transmitiendo la
maldición de ella.

El hecho de que esta atadura tuviera que ver con su cabeza, nos
habla de la abdicación de su autoridad y su medida de unción. Lo
que él creía que era un engaño a Dalila, era en realidad un engaño
hacia él mismo. Jamás satanás puede operar en una vida, un
territrio o una nación si alguien no le otrogó el derecho legal de
hacerlo. En el caso de la tierra, quien se lo dio fue Adán, pero en el
caso de cada individuo, a lo largo de nuestra vida vamos cediendo
derechos legales. Cada estaca clavada en la tierra, tiene que ver con
la legalidad con la que el infierno está operando. Sansón no se dió
cuenta, de que antes de revelar el gran secreto y de la posterior
gran caída, primero había sido atado por sus propias acciones, por
sus propias mentiras y por sus propios enemigos.

Los límites fueron puestos por Dios para protegernos, pero en este
caso, todos los límites que lo protegían, habían sido violados
sistemáticamente, a tal punto que ya cuando al final Sansón revela
el secreto de su fuerza, su unción había sido drenada por causa de
las ataduras a las que el mismo se había amarrado. La estaca fue el
paso previo a la caída. En el momento en que Dalila ató sus cabellos
a una estaca, usurpó la autoridad y la unción del cielo, clavándolo y
amarrandolo en la tierra llena de maldiciones. Tomó lo que Sansón
tenía del más allá, y lo clavó con una estaca a las limitaciones del
más acá. ¿Cuantas personas existen hoy con poderosos llamados, y
con dones sobresalientes, pero con su propósito clavado a una
estaca por causa de una mala decisión o una mala relación?

3. ATADURAS SECUENCIALES.
En el primer episodio, cuando Sansón mencionó los mimbres
verdes, alertó que debían ser siete. Cuando nuevamente en el
segundo episodio de las cuerdas y en el tercero de las trenzas,
también fue específico en que debían ser siete. Cuando el profeta
Eliseo le dijo a Naamán que se sumergiera en el río, también le dijo
que fueran siete.

¿Porqué siete? Porque siete es un número que, además de su


conocido significado de perfección, también nos habla de ciclos
espirituales y secuencias tanto como para atar las maldiciones del
diablo, como para desatar las bendiciones del cielo. La semana
tiene siete días y nos habla del ciclo del tiempo, la creación fue
hecha en siete días y nos habla de secuencias espirituales, Dios
ordenó a Israel dar siete vueltas alrededor de Jericó y nos habla
sobre la destrucción de fortalezas, mientras Jesús ordenó perdonar
a nuestros enemigos setenta veces siete y nos habla acerca de los
ciclos infinitos del perdón y la misericordia de Dios.

El hecho de que Sansón estuviera atado a un molino que giraba en


círculos, nos habla claramente de que las ataduras espirituales
operan en forma secuencial y cíclica. Es decir, hay un patrón común
y distintivo en la forma de accionar del infierno, y en la medida que
lo identificamos, lo exponemos y nos liberamos, pierde su fuerza,
su efecto y su poder.

Esta es la secuencia de una atadura:

Primer nivel: Argumento: Toda atadura comienza con un


argumento. Un argumento es un pensamiento contrario a la
Palabra de Dios, a su santidad y a su voluntad. Los argumentos
nacen de la carne y la razón. El primero en argumentar contra Dios
fue Lucifer, por lo tanto, una de las primeras semillas que se
sembró de pecado tiene que ver con argumentos. La caída de Adán
y Eva fue articulada con una serie de varios argumentos bien
fundamentados, pero falsos, fundamentados en la razón y en el
saber, y querer saber. Lo primero que hizo para llevar a Eva a un
plano de argumentos, fue aislarla, seducirla y tentarla con aquello
que no tenía y no podía comer. Los argumentos trabajan en el
marco de la razón, la soledad y la seducción. Esos argumentos del
infierno suenan muchas veces coherentes y hasta justos, pero
solamente suenan así. La única paternidad del diablo en la Biblia, es
la mentira: y los argumentos contra Dios son el nivel mas alto de
engaño y son el nudo inicial de una gran atadura. Antes de
comenzar a sembar un argumento, el infierno hace lo posible por
aislar a la persona, y en medio de la soledad, comenzar a operar.
Por eso, Jesús envió a sus discipulos de “dos en dos”.

Por ejemplo, alguien que no fuma, pero toma en su mano su primer


cigarrillo, va a oír una voz suave que le dice: ¿porqué no hacerlo?
¡Te mereces descargar toda tu ira y frustración con este cigarrillo!
La adicción nunca entra con su rostro más oscuro, sino con la
dulzura de los argumentos porque los argumentos son la antesala a
las ataduras. Los argumentos siempre operan en la base del “yo” y
del ego. Cuando una Palabra viene de Dios para romper un
argumento, lo primero que mata es el “yo”.

Segundo nivel: atadura inicial y eventual. Luego que el argumento


es sembrado, todo argumento lleva a la acción, entonces esto tiene
que ver con el pecado inicial y primario. El perdón y la liberación
son las armas más poderosas para desterrar y cauterizar el efecto
de esta atadura. La atadura inicial es como una semilla que necesita
una tierra preparada en donde crecer y multiplicarse. Cuando una
persona maldice, planifica una venganza, insiste en recordar
episodios traumáticos de su vida, o permite que su mente se
convierta en un río de suciedades y basura, la atadura encuentra el
terreno ideal en donde establecerse. Si una atadura encuentra un
corazón arrepentido, quebrantado, humillado y dispuesto a la
Presencia de Dios, no puede prosperar.
Tercer nivel: Atadura habitual. La atadura habitual es el nivel en
donde se reproduce una actitud a tal punto que termina formando
un hábito y con el hábito, una conducta. Esto abarca palabras,
pensamientos, intenciones y hechos concretos. La fuerza de la
atadura habitual está en la no confesión del pecado. Cuanta menos
luz entre, más oscuridad habrá en el secreto.

Muchas veces guardamos y escondemos lo que hemos hecho o


sido, por miedo a la religión o al qué dirán, pero es justamente ahí
donde la atadura se transforma en hábito, donde tiene el beneficio
de la oscuridad. Dios es luz y en Él no hay oscuridad. Cuando una
persona llega a este nivel, ya ha comenzado a dar la primera vuelta
del molino de la esclavitud. La atadura habitual termina generando
una dependencia peligrosa en donde la persona pelea por ser libre
y romper esa fuerza que la mantiene atada, pero ya no puede. En el
caso del alcohólico o del que tiene un vicio, esto se da cuando ya no
puede controlar ni controlarse en el consumo del alcohól, en el
caso del mentiroso, tiene que ver con que en todo lo que dice o
hace, agrega u oculta algo, o tergiversa las cosas de lo que
realmente son y todo lo hace casi sin ser consciente. Todo aquello
que escapa de tu control y tu dominio propio, es una atadura de
carácter habitual que ha generado una conducta que necesita ser
liberada.

Cuarto nivel: Atadura de raíz expansiva. Este es el nivel de atadura


en donde la persona comienza a ser contaminada entre un área a
otra de su ser por una raíz. De la misma manera en que una célula
cancerígena se expande por el cuerpo y genera una metástasis, este
nivel de atadura es multiactivo y peligroso.

Por ejemplo, la falta de perdón por heridas o una traición, terminan


generando un problema de osteoporosis o artritis degenerativa, o
el dolor de una pérdida dolorosa termina convirtiéndose en una
adicción a las drogas. Muchas ataduras espirituales y mentales
tienen un triste descenlace en el cuerpo y una gran cantidad de
enfermedades tienen origen en ataduras que se fueron
expandiendo.

Todo comenzó con algo simple y puntual, pero que con el paso del
tiempo fue ganando lugar y territorio hasta convertirse en algo que
no deja de crecer, intoxicar y matar. Así como un cáncer va
destruyendo a las células buenas, y va empoderando las células
malas, una atadura de raíz expansiva hace el mismo proceso.

Quinto nivel: Ataduras con fortalezas.

“Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte,


y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá
saquear su casa”. Mateo 12:29

La atadura con fortaleza es cuando alguien ha edificado y


establecido su vida en torno a esa atadura, de manera que al venir
el poder de Dios para sanar o liberar, la fortaleza que ha edificado
alrededor de esa atadura, impide el fluír del Espíritu Santo. Donde
hay una fortaleza, nadie entra y nadie sale sin que el hombre fuerte
lo decida. Por ejemplo, una persona que sufrió el abuso, y queda
marcada de por vida por ese episodio, asume un papel de víctima,
de debilidad o de rechazo hacia el género de la persona que le
abusó, y de esa manera queda edificada una fortaleza alrededor de
esa atadura: “todos los hombres son iguales”, o “donde estaba mi
madre en aquel momento”, o “porqué tuvo que sucederme a mi y
no a mi hermana”.

Donde existe una fortaleza, gobierna un hombre fuerte, y viceversa.


En este nivel, la persona está bajo posesión de un demonio
dominante, que mantiene una estructura activa de pecado y
tinieblas. Hay un gobierno con legalidad totalmente contrario a
Dios y a su Reino. Si la atadura tiene que ver con enfermedad, el
espíritu enviado es de sufrimiento, autocompasión, dolor y
tragedia. Si la atadura tiene que ver con problemas espirituales, es
enviado un espíritu de iniquidad, hechicería y manipulación que
controla y domina la mente de la persona y la lleva a controlar.
Muchas fortalezas están constituídas con mentiras e intrigas para
proteger el pecado oculto, es decir, edificar una fortaleza para
salvar las apariencias. Otras fortalezas están constituídas por el
aislamiento y la soledad absoluta. Cuando Jesús habló de atar al
hombre fuerte y tomar su palacio, se refería a este nivel de
liberación. En esta instancia, es importante saber que primero hay
que derribar esa fortaleza con ayuno y oración, para luego liberar el
alma de esa atadura dominante.

Sexto nivel: Identidad basada en la atadura. En este nivel, luego de


que la persona haya edificado fortalezas para proteger a la atadura,
la persona asume una identidad absolutamente igual a la atadura
que no le deja vivir. La identidad de Gedeón estaba basada en una
atadura: el creía que era un cobarde, él creía que era un inútil, pero
Dios veía por encima de las ataduras de Gedeón a tal punto que le
dice: “varón esforzado y valiente”. En este nivel de atadura, la
persona deja de estar en esclavitud para convertirse en un esclavo,
de tener una enfermedad, a ser un enfermo. Que hayas cometido
un error, no significa que eres un error. Que hayas fracasado, no
significa que seas un fracaso. El enemigo gana sus grandes batallas,
cuando logra ganar y suplantar la identidad original de la persona
por una identidad falsa.

Séptimo nivel: Maldiciones generacionales

El último nivel de atadura, tiene que ver con la herencia de los


padres a los hijos hasta la tercera y cuarta generación. Llega un
momento en que la atadura forma parte de la identidad, y esta se
transmite por sangre a las generaciones posteriores. Esto explica
porqué hay familias enteras y naciones enteras atadas y amarradas
a un patrón común. Existen naciones marcadas por la corrupción,
otras por la explotación la pobreza y la ignorancia, otras por las
masacres y la extrema brutalidad, otras por el materialismo y la
inmoralidad, otras naciones marcadas por el orgullo y la arrogancia
y otras por la envidia y los conflictos permanentes. Las ataduras del
primer Herodes, se convirtieron en maldiciones generacionales
hasta la tercera y cuarta generación. Todos persiguieron a los
enviados de Dios, todos siempre estuvieron a un paso de
entregarse y hacer lo correcto, y todos murieron de la forma mas
terrible. La peor herencia que le puedes dejar a tus hijos, es saber
que han existido maldiciones y ataduras por generaciones, pero no
hacer nada para cortarlas y detener su avance.

4. ¿CÓMO PUEDO SER LIBRE DE ATADURAS EN MI VIDA?


Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una
mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de
enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía
enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre
de tu enfermedad.

Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a


Dios (…) Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado
dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de
reposo?

Lucas 13:10-13 y 16

Busca estar donde el poder de Jesús está y se manifiesta.


A pesar de su problema, esta mujer estaba en la sinagoga
escuchando la Palabra de Dios. Las ataduras o ligaduras no se
resuelven con consejería. Se resuelven con liberación. La consejería
puede ser útil para tomar decisiones, o resolver situaciones de otra
naturaleza, pero no problemas de origen espiritual: eso es
competencia exclusiva de la liberación. Entonces, donde no se
enseña, no se imparte, no se cree y no se ministra liberación, el
problema no se va a resolver. Es importante estar bajo la cobertura
de una casa que sane como Jesús sanaba, que predique como Jesús
predicaba, que libere como Jesús liberaba, y que manifieste las
obras sobrenaturales del Reino de Dios en el ahora.

No esperes el día perfecto ni el momento perfecto: el día es hoy.


Era el dia de reposo, no se suponía que fuera el día correcto para
hacer milagros. Sin embargo eso era intrascendente para Jesús. No
se trata del momento, sino de la actitud. En los momentos menos
oportunos, se esconden las mejores oportunidades de Dios. No
esperes a que las cosas empeoren, o mejoren por si solas. Busca
ayuda y liberación hoy. Dios pondrá en tu camino la provisión
exacta si lo dispones en tu corazón.

No escondas el problema.
Aunque sea vergonzoso, y la atadura te obligue a mirar al piso, no
te escondas en tu vergueza. Muchas veces no es sencillo vivir con
ciertas cargas, pero en el secreto y en la oscuridad, es donde el
diablo puede hacer de las suyas. Aislado y escondido, siempre
estarás cautivo. Busca que la luz entre a ese lugar espiritual, y no
tengas miedo de lo que puedan decir o pensar. Muchas veces es en
la vergüenza y en la exposisión, donde Dios más manifiesta su
Gloria y su poder.

Poder en la Palabra y en la impartición.


Muchas personas solo buscan su liberación, o su milagro, sin
dimensionar el rompimiento que origina la palabra. La liberación
fue por la Palabra, y la sanidad fue por la imposición de manos.
Muchas veces permanecemos insensibles a lo que Dios dice en el
ahora, ignorando que ahí se esconde el rompimiento y la liberación.
Busca alimentarte de una casa en donde se predique la Palabra
revelada en el ahora, y no solamente a un Dios histórico. Hay tanto
poder en lo que decimos de Jesús, como en lo que hacemos en el
Nombre de Jesús.

Una nueva identidad basada en lo que Dios dice que soy.


Ella se enderezó y glorificó, es decir, adoró a Dios. Cuando somos
vaciados de algo malo, debemos inmediatamente llenarlo con algo
bueno. Esta mujer comprendió que en el poder de la adoración, se
encontraba su victoria completa y total. Comienza a darle gracias a
Dios por lo que hace, pero también por lo que hará. No hay
cautividad tan grande como su poder, no hay cárcel tan fuerte
como su brazo libertador, y no hay atadura tan fuerte como su
espada redentora, que rompe cadenas, libera de ataduras, redime
de pecado, restituye lo robado y restaura plenamente la vida de sus
hijos.

Oración de liberación (Repetir en voz alta)

Padre Celestial, vengo delante de ti, a renunciar a toda oscuridad, a


todo secreto, a toda esclavitud en las regiones de mi alma, de mi
mente, de mi cuerpo y de mi espíritu. Ahora mismo, declaro con mi
boca que Jesucristo es mi Señor. Señor de mis emociones. Señor de
mis pensamientos. Señor de mis decisiones. Señor de mis acciones.
Renuncio a toda atadura que esté operando en mi vida. (Identificar
y Mencionar siete ataduras) Ahora mismo, en el Nombre de Jesús:
son desarraigadas, dejan de operar, son revocadas y regresan al
mismo infierno de donde salieron. ¡Por el poder del Nombre de
Jesús! Recibo vida, recibo paz, recibo esperanza, recibo fe. Me
levanto ahora mismo, con una nueva identidad, y con una nueva
marca de victoria. ¡Cristo en mi, esperanza de Gloria! En el Nombre
de Jesús, ¡Amén!

Mateo 16

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