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RESPETO Y NOS
IDENTIFICAMOS
10 / 01 / 2023
Es un programa diseñado
para ayudar a los
adolescentes a
reconocerse y proyectarse
en la construcción de su
proyecto de vida, también
es una herramienta de
apoyo para maestros,
consejeros y demás
personas que trabajan con
los jóvenes. Me conozco y
me proyecto, contiene
actividades prácticas,
amenas y fáciles de
realizar. Están diseñadas
teniendo en cuenta cuatro
aspectos que a su vez
contienen subtemas
relacionados. Aptitud para
identificar, analizar y
evaluar las habilidades
propias VIDA ESPIRITUAL
ASPECTO SOCIO AFECTIVO
Y EMOCIONAL
El presente trabajo
trata sobre
información acerca
de un problema social
como es la violencia
de género, para ello
se elaboró una
entrevista con el fin
de informar y tomar
RODRIGO
ALEJANDRO Este trabajo dedico a
mi madre por su amor,
En este contexto, es común que nos formemos opinión, a veces incluso en contra de
las víctimas y a favor de la violencia cometida, que señalemos culpables, hagamos la
vista gorda o que nos indignemos ante esta realidad descomunal. Pero pocas veces nos
detenemos a reflexionar sobre el proceso que condujo a una persona, o grupo de
personas, a verse involucrada en un hecho violento; ni analizamos porqué unas son
víctimas de la violencia con mayor frecuencia que otras personas.
Por otra parte, esta multiplicidad de enfoques de la violencia desde distintos campos
disciplinarios permite tanto examinar la violencia en toda su complejidad como
identificar con mayor precisión sus causas, la forma de representarla y las dinámicas o
funciones adoptadas en los distintos estudios sobre la violencia. Este proyecto intenta
identificar claramente esta tensión entre diferentes autores y perspectivas sobre la
violencia de género en su concepto, tipos, origen, principales características y como se
manifiesta en nuestro país.
¿QUÉ ES VIOLENCIA?
La violencia es la cualidad de violento o la acción y efecto de violentar o violentarse. Lo
violento, por su parte, es aquello que está fuera de su natural estado, situación o
modo; que se ejecuta con fuerza, ímpetu o brusquedad; o que se hace contra el gusto
o la voluntad de uno mismo.
Según la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral
contra la Violencia de Género, en su artículo 1.1., define la violencia de género como
«la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad
y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por
parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado
ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia,
especificando en el artículo 1.3 que la violencia de género «comprende todo acto de
violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas,
las coacciones o la privación arbitraria de libertad».
No obstante, es importante tener en cuenta que la Violencia de Género no solo la
ejercen las parejas, exparejas o personas ligadas a las mujeres por vínculos afectivos,
sino que va mucho más allá, superando el entorno cercano de una mujer, ya que la
violencia de género puede ser ejercida por cualquier persona, en cualquier momento y
en cualquier lugar.
La Organización Mundial de la Salud define la violencia contra la mujer como «todo
acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico,
sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o
la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la
privada». Esta definición no hace alusión a personas concretas ni a ningún tipo de
vínculo afectivo, sino a los actos de violencia de género en sí que se ejercen sobre las
mujeres por el mero de hecho de ser mujeres.
Vidal (2008) la definen como “la violación de la integridad de la persona “, la cual
“suele ejercerse cuando interviene la fuerza física o la amenaza de su uso, pero
también cuando se actúa en una secuencia que causa indefensión en el otro”, por lo
que este autor la considera un proceso en el que participamos todos y no un simple
acto cuyo fin es la afirmación del “dominio” a través del cual busca el “control” de la
presencia y las condiciones del estar, así como hacer del otro un medio considerándolo
como propio y operando siempre sobre el “estar” del sujeto.
Brownw (2007) indica que es necesario tener claro la diferencia entre tres conceptos
claros: abuso, violencia y acoso. La violencia ya la hemos definido pero en el caso del
abuso es preciso señalar que se refiere a una situación en la que la víctima es menor o
que posee unas capacidades disminuidas o se encuentra en una situación de
inferioridad.
La violencia, por lo tanto, es un comportamiento deliberado que puede provocar
daños físicos o psíquicos al prójimo. Es importante tener en cuenta que, más allá de la
agresión física, la violencia puede ser emocional mediante ofensas o amenazas. Por
eso la violencia puede causar tanto secuelas físicas como psicológicas.
TIPOS DE VIOLENCIAS
Violencia física.- Comprende cualquier acto no accidental que implique el uso deliberado
de la fuerza, como bofetadas, golpes, palizas, empujones, heridas, fracturas o
quemaduras, que provoquen o puedan provocar una lesión, daño o dolor en el cuerpo de
la mujer. Es importante no olvidar que cualquier forma de violencia física es también una
violencia psicológica.
Violencia sexual.- Cualquier acto realizado por el agresor que atente contra el cuerpo y/o
la sexualidad de la víctima. Ocurre siempre que se impone a la mujer, mediante el
chantaje, las amenazas o la fuerza, un comportamiento sexual contra su voluntad, se
produzca por parte de su pareja o expareja, o por parte de otras personas.
Las diferentes manifestaciones que existen de violencia sexual son: Violencia sexual que
no implica contacto corporal: Exhibicionismo, mensajes obscenos por correo electrónico,
por el teléfono, por las redes sociales…, gestos y palabras obscenos, insultos sexistas,
acoso sexual, proposiciones sexuales indeseadas, forzar a ver material pornográfico,
voyerismo.
Violencia contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres: Incluye cualquier
actuación que restrinja a las mujeres el ejercicio de su derecho a la salud sexual y
reproductiva (violencia obstétrica), afectando su libertad para disfrutar de una vida sexual
sin riesgos para su salud, así como ejercer libremente su derecho a la maternidad.
Este tipo de violencia no es tan visible como la física o la sexual, es más difícil de
demostrar, y en muchas ocasiones no es identificada por la víctima como tal, sino como
manifestaciones propias del carácter del agresor.
Es importante tener presente que cualquiera de las formas de violencia de género que se
ejerza, tiene consecuencias en todas las dimensiones de la salud: física, psicológica, sexual,
reproductiva y social.
ORIGEN DE LA VIOLENCIA SEXUAL Y DE GÉNERO
Muchos expertos coinciden en que la sociedad prehistórica era más igualitaria que la
sociedad moderna, al menos en el reparto de tareas entre hombres y mujeres. Los
estudios etnográficos demuestran que lo extraño en la prehistoria es encontrar una
actividad exclusiva de hombres o mujeres. Así, ellas no sólo se ocupaban de los niños sino
también de la caza menor, la pesca, de cultivar el campo o lo que hiciera falta, pues la
división de roles entre los sexos funcionaba como una estrategia social para obtener más
éxito en la explotación de los recursos.
En el año 400 a.C., las leyes de Bizancio establecían que el marido era un “dios” al que la
mujer debía adorar.
En la India si un esposo moría, su mujer era quemada viva junto al cadáver, siendo esto
una de sus obligaciones como esposa. Además eran motivo de repudio las mujeres que no
podían tener hijos o la que parían sólo hijas. En comunidades de Irán y Etiopía nacer mujer
era una deshonra; incluso este vocablo era sinónimo de bajeza, debilidad y desgracia.
En Grecia cuando la pareja era acusada de cometer un delito, la pena sólo se imponía a la
mujer. Según las normas islámicas, la mujer casada es propiedad privada del marido. El
Corán estipula como deber del hombre pegarle a la esposa rebelde, así como el encierro
perpetuo de las infieles en la casa. Se exonera de responsabilidad penal al esposo cuya
mujer falleciere como resultado de una golpiza con fines “educativos”.
En la Edad Media se afianzaron muchas de las ideas de desigualdad de las mujeres que aún
siguen vigentes. Los nobles golpeaban a sus esposas con la misma regularidad que a sus
sirvientes. En Inglaterra esta práctica se llamó “Regla del Dedo Pulgar“, pues el esposo
tenía derecho a golpear a su pareja con una vara no más gruesa que el dedo pulgar, para
someterla a su obediencia.