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Sumario: I. Introducción. — II. Precedente histórico. — III. Naturaleza jurídica de la acción. — IV. Efectos.
— V. Supuesto de aceptación forzada, ¿sanción dirigida al heredero o a sus acreedores? — VI. Conclusión.
Es necesario interpretar el artículo 2.292 a la luz del derecho de obligaciones y de la responsabilidad patrimonial del
deudor ya que, este es un derecho orientado a conservar, mantener u obtener capacidad de pago o solvencia del
deudor, por lo cual, todo acto que merme y/u obstaculice las transacciones jurídicas será inoponible al acreedor. Sólo
así, puede operar en armonía esta acción con el contenido del Título II del Libro Quinto del CCyCN, en particular,
con el art. 2.295 cuyas consecuencias no son otras que sancionar las acciones del heredero que obstaculicen y/o
mermen el tráfico jurídico, sin verse alterada la garantía crediticia. Por eso, en dicha circunstancia, se aplicarían los
efectos del art. 2.292 sobre el bien ocultado o sustraído, ya que se trataría de una renuncia tácita del heredero deudor
en perjuicio de sus acreedores, inoponible a éstos.
I. Introducción
En este trabajo desarrollaré cuál es, con apoyo en la doctrina internacional, la posición jurídica en la que se
encuentran los acreedores del deudor renunciante a la herencia en perjuicio de éstos, al ejercer la acción que
consagra el art. 2.292 del Código Civil y Comercial de la Nación —ahora en más CCyCN-. De esta manera, me
propongo analizar: a) cuál es la naturaleza jurídica de la acción; b) si la normativa instituye con calidad de heredero
al acreedor y c) cómo opera el art. 2.292 dentro del Título II, del Libro Quinto del CCyCN.
Dispone el artículo 2.292 del Código Civil y Comercial de la Nación que "si el heredero renuncia a la herencia
en perjuicio de sus acreedores, éstos pueden hacerse autorizar judicialmente para aceptarla en su nombre. En tal
caso, la aceptación sólo tiene lugar a favor de los acreedores que la formulan y hasta la concurrencia del monto de
sus créditos."
Como aproximación al tema en cuestión, es menester destacar que el Código Civil de Quebec y Louisiana,
legislación inspiradora de nuestro nuevo Código Civil y Comercial, encuentran su explicación obvia en la
vinculación con la cultura y el derecho francés, modelo de codificación más seguido en el Siglo XIX, el cual
contuvo, entre otras, la regulación de las instituciones propias del mercado: los contratos y la propiedad —lo que
incluía entonces la sucesión por causa de muerte-; estructurándose así los criterios del carácter absoluto del derecho
de propiedad; el valor absoluto de la palabra empeñada y la responsabilidad civil fundada en la culpa (1).
De este modo, podemos tomar como consideraciones previas que, por un lado, la protección institucional del
derecho al crédito constituye uno de los pilares básicos de nuestro ordenamiento jurídico en la línea de
fortalecimiento del principio de responsabilidad patrimonial universal consagrado en el artículo 743 del CCyCN (2);
por otro lado, el artículo 2.287 del CCyCN sienta como principio general que la aceptación y la renuncia a la
herencia son actos enteramente voluntarios y libres (3). Es de esta colisión de donde surge el artículo 2.292 del
CCyCN, en el que se cruzan las normas del derecho de obligaciones con las del derecho sucesorio (4).
II. Precedente histórico
Una de las particularidades del CCyCN, apartada de la técnica legislativa del Código de Vélez Sarsfield, es la
ausencia de notas aclaratorias al pie de los artículos. Motivo por el cuál, la intención, la fuente inspiradora y
aclaratoria de éstos no la vamos a tener, siendo tarea doctrinaria y jurisprudencial darle sentido a las aristas que
vayan surgiendo.
Hecha esta aclaración, la acción del artículo 2.292 del CCyCN estimo recoge su antecedente en el artículo 788
del Código Napoleónico que, con algunas diferencias, dice: "Los acreedores del heredero que renuncia en perjuicio
de sus derechos, pueden hacerse autorizar judicialmente para aceptar la sucesión del causante de su deudor,
ocupando el lugar de éste. En este caso, la renuncia es anulada en favor de los acreedores, y solamente hasta la
concurrencia de sus créditos; mas no en provecho del heredero que renunció."
Dato no menor, ya que, en el derecho romano, la herencia se entendía adquirida sólo mediante la aceptación y
por virtud de la misma, por lo cual, si el heredero renunciaba de nada se desprendía, porque nada tenía adquirido, no
se empobrecía porque conservaba en garantía de los acreedores los mismos bienes que antes, únicamente perdía la
ocasión de enriquecerse si la herencia fuese lucrativa (5).
En el código de Napoleón, la transmisión de los bienes de la herencia se produce desde el momento de la muerte
del causante, por lo que la renuncia es un acto que merma el patrimonio del heredero renunciante (6).
Si bien es cierto que tales antecedentes no son nada claros y resulta muy difícil rastrearlos, considero que las
razones por las cuales se funda el nuevo concepto del artículo 2.292 del CCyCN en el precedente francés son: por un
lado, la modernización con la que se pretende cubrir todo el tráfico jurídico, entablando lazos de fraternidad y
reciprocidad leal en las relaciones jurídicas; por otro, la necesidad de fortalecer el crédito colocando a su titular en
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(8) "(...) Está prevista la acción subrogatoria ejercida por los acreedores del heredero que se abstiene de
pronunciarse entre la aceptación y la renuncia, con efectos a favor de aquellos que se hayan pronunciado aceptando,
y hasta la concurrencia del monto de sus acreencias (...)", en: Fundamentos del Proyecto de Código Civil de 1998,
Anexo I, Libro Sexto, Título 2do., pág. 120, punto 300; sitio web: http://www.biblioteca.jus.gov.ar/fundamentos-
primero.PDF
(9) FERRER, FRANCISCO A.M., "El Derecho de sucesiones en el Proyecto de Código Civil y Comercia", pág.
584, en Revista de Derecho Privado y Comunitario 2012-3: Proyecto de Código Civil y Comercial — II, dirigido
por Héctor Eduardo Alegría y Jorge Mosset Iturraspe — 1° ed., Santa Fe, RUBINZAL- CURZONI EDITORES.
(10) "En los arts.3351 y 3352 del Cód. Civil están subsumidas dos acciones: a) revocatoria o pauliana (art. 961,
Cód. Civil) cuyo objeto es volver las cosas al estado anterior a la herencia; y b) oblicua o subrogatoria (art. 1196,
Cód. Civil) que procura el ejercicio de los derechos hereditarios en nombre del heredero". Cám. Apel. Civ y Com.
Azul, 25/2/99, "Zarina, Carlos A.", LLBB, 1999-1011; ED, 184-105; JA, 2000-II-719.
(11) Ya Vélez Sarsfeld en la nota al art. 3.351 CC, decía: "... los acreedores pueden ejercer los derechos y
acciones del deudor, y para esto no es necesario que la renuncia haya sido hecha con intención fraudulenta de parte
del llamado a la sucesión, porque no se trata de un acto a título oneroso, pues que la renuncia supone una abdicación
gratuita de la herencia; basta que los acreedores sufran un perjuicio...".
(12) BARROCAL LANZAROT, ANA ISABEL, "La acción rescisoria por fraude de acreedores o acción
pauliana (a propósito de la sentencia del TS, Sala Primera, de lo Civil, de 7 de septiembre de 2012)", en Cuadernos
de Derecho y Comercio, N° 59, Junio 2013, págs. 315-353, Madrid, España. Sitio web:
http://vlex.com/vid/480924626
(13) Conf. Cit. ÁNGEL CRISTÓBAL MONTES, "Naturaleza jurídica de la aceptación ...". Sitio web:
http://vlex.com/vid/236103
(14) CIFUENTES, SANTOS, "Código Civil, Comentado y Anotado", Tomo V, pág. 435; 2° ed. Actualizada y
ampliada, LA LEY, 2008, Bs. As., Argentina.
(15) FRANCISCO A. M. FERRER y GRACIELA MEDINA, "Código Civil Comentado", Sucesiones, Tomo I,
1° Ed., 1° reimp., pág. 250, Rubinzal-Culzoni Editores, 2008, Bs. As., Argentina.
(16) Encuentro útil el estudio de esta doctrina dado la similitud que tiene el art. 2.292 del CCyCN con el art.
1.001 del Cód. Civ. Español, que reza: "Si el heredero repudia la herencia en perjuicio de sus propios acreedores,
podrán estos pedir al Juez que los autorice para aceptarla en nombre de aquél. La aceptación sólo aprovechará a los
acreedores en cuanto baste a cubrir el importe de sus créditos. El exceso, si lo hubiere, no pertenecerá en ningún
caso al renunciante, sino que se adjudicará a las personas a quienes corresponda según las reglas establecidas en este
Código."
(17) Conf. RIVAS MARTÍNEZ, JUAN JOSÉ, "Derecho de sucesiones. Común y foral", Tomo III, Cap. XXVI,
(Junio 2009), España. Sitio web: http://vlex.com/vid/282945019
(18) Conf. D. MANUEL PEDREGAL y CAÑEDO, al tratar el art. 990 del Cód. Civil Español, en "Texto y
comentarios al Código Civil Español"; Revista de Derecho Internacional; colección de códigos y leyes usuales
españolas (Tomo II), pág. 296; Imprenta de Enrique Maroto y Hermano; Madrid; 1889.
(19) Conf. la doctrina según el Cód. Civil derogado: AZPIRI, JORGE O., "Derecho sucesorio", pág. 213, 4° ed.,
Bs. As., Hammarabi, 2006. En igual sentido, BORDA, GUILLERMO A. "Tratado de Derecho Civil, Sucesiones I",
actualizado por Delfina M. Borda, pág. 228, 9° ed., LA LEY, Bs. As., 2008. También, EDUARDO A. ZANNONI,
"Derecho Civil. Derecho de las Sucesiones", Tomo I, pág. 333, 4° ed., Editorial Astrea, Bs. As., 1997.
(20) Conf. PEREZ LASALA, José Luis, "Tratado de sucesiones: parte general", tomo I, pág. 522, 1° ed.,
Rubinzal-Culzoni Editores, Bs. As., 2014.
(21) BORDA, GUILLERMO A. "Manual de Derecho Civil, Sucesiones", pág. 103, actualizado por Delfina M.
Borda, 15ª ed., Bs. As., La Ley, 2008.
(22) Conf. Cit. JOSÉ MARÍA MANRESA y NAVARRO, "Comentarios al Código...", ..., pág. 381; y RIVAS
MARTÍNEZ, JUAN JOSÉ, "Derecho de sucesiones...
(23) En similar sentido, FLAMMÁ, Maximiliano en "Código Civil y Comercial de la Nación comentado", 1ª
ed., Tomo VI, págs. 75 y 76; DIR. JULIO CÉSAR RIVERA y GRACIELA MEDINA; La Ley, 2014, Buenos Aires.
(24) Nótese que el ordenamiento jurídico no es aislado sino que tiene que ser visto en su integridad, existen
numerosos artículos que protegen el tráfico jurídico en el sentido pretendido, entre otros: Los actos de disposición a
título oneroso celebrados por el heredero aparente son definitivos, si contaba con la declaratoria de herederos y el
adquirente era de buena fe (art. 2.315 CCyCN); la protección al tercer adquirente de buena fe (art. 392 CCyCN); la
simulación no puede oponerse a los acreedores del adquirente simulado que de buena fe haya ejecutado los bienes
comprendidos en el acto (art. 337 CCyCN).
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