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I.E.D.

FLORIDABLANCA TALLER DE LECTO ESCRITURA -CICLO CUATRO/CINCO


APELLIDOS/NOMBRES________________________FECHA_____CLASE______CURSO____

Antes de leer el texto, responde las siguientes preguntas:


a. ¿Alguna vez has escrito un diario?____________________________________________
¿Para qué lo has hecho? ___________________________________________________
________________________________________________________________________

b. ¿Permitirías que otras personas leyeran tu diario? ¿Quiénes? ¿Por qué?______________


_________________________________________________________________________
________________________________________________________________________

c. ¿Sabías que la mayoría de los adolescentes escriben diarios y luego los destruyen? ¿Por
qué?____________________________________________________________________
________________________________________________________________________

DIARIO DE ANA FRANK


(Fragmento)
“Espero confiártelo todo como hasta ahora no he podido hacerlo con nadie; confío, también, en
que tu serás para mi un gran sostén.”
Domingo 14 de junio de 1942
El viernes, 12 de junio, me desperté a las seis de la mañana, cosa nada sorprendente puesto que
era el día de mi cumpleaños. Claro que no se me permite ser tan madrugadora, por lo que tuve
que controlar mi curiosidad hasta las seis cuarenta y cinco cuando sin poder resistir más, me
dirigí al comedor donde Moortie, el gato, me recibió cariñosamente.
Poco después de la siete junto con papá y mamá, desenvolví finalmente mis regalos en la sala.
El primero en saludarme fuiste “tú”, probablemente el más hermoso de todos mis regalos. Sobre
la mesa había un ramo de rosas, una plantita, y dos ramas de peonias. En el transcurso del día
me llegaron muchas flores más.
Papá y mamá me obsequiaron generosamente y varios amigos me echaron completamente a
perder. Entre otras cosas me regalaron un juego de salón, caramelos, chocolates, un
rompecabezas, un prendedor y dos libros: “Cuentos y Leyendas de los Países Bajos” por José
Cohen y “Las Vacaciones de Margarita en la Montaña” (un libro fabuloso) y un poco de dinero –
ahora podré comprar Mitos Griegos y Romanos. ¡Formidable!
Más tarde Líes vino a buscarme para ir a la escuela. Durante el recreo convidé a todos con
bizcochos y después hubo que volver a la tarea.
Debo terminar por hoy. Hasta luego, ¡seremos grandes amigos!
Lunes 15 de junio de 1942
El domingo por la tarde tuve mi fiesta de cumpleaños.
La proyección de la película El guardián del faro, con Rin –Tin-Tin agradó mucho a mis
condiscípulos. Nos divertimos en grande. Éramos muchos muchachos y muchachas. Mamá
insiste en saber con quién me gustaría casarme. Ni se imagina que es Peter Wessel. Un día logré
quitarle la idea dela cabeza sin enrojecer ni pestañear. Líes Gosens y Sanne Houtman han sido
por muchos años mis mejores amigas. En la secundaria judía conocí a Jopie de Waal y desde
entonces es mi mejor amiga. Líes se ha hecho amiga de otra muchacha y Sanne asiste a otra
escuela donde tiene nuevas amistades.
Sábado 20 de junio de 1942
He dejado pasar algunos días sin escribir porque quería ante todo reflexionar sobre lo que
significa un diario, no solo porque es la primera vez que tengo uno, sino porque siento que
transcurrido un tiempo nadie, ni aun yo, se interesará por las confidencias de una muchacha de
trece años. En fin, esto carece de importancia. Quiero escribir y aún más, hacer que afloren los
pensamientos más hondos de mi corazón.
“El papel es más paciente que el hombre”. Este pensamiento acudió a mi mente en uno de mis
días de melancolía, mientras con la cabeza apoyada en las manos, aburrida a más no poder, no
sabía si decidirme a salir o a quedarme en casa. Sí, indudablemente el papel es paciente y como
no tengo la menor intención de mostrarle a nadie este cuaderno cuyas pastas de cartón ostentan
el título de “Diario” –esto es, a menos que encuentre un verdadero amigo o amiga-. Con esto he
llegado al meollo del asunto: no tengo tal verdadero amigo. Por esta razón me propongo empezar
un diario.
Voy a tratar de explicarme con mayor claridad ya que nadie creería que una muchacha de trece
años se siente sola en el mundo. De hecho, sola no lo estoy. Tengo unos padres amantísimos y
una hermana de dieciséis años. Puedo contar una treintena de camaradas, admiradores en
abundancia, que me siguen con la mirada y que cuando pueden me observan en clase a través
de un espejito de bolsillo. Tengo parientes, tíos y tías queridísimos, un hogar agradable. No,
aparentemente no me falta nada. Pero con mis amigos sólo puedo divertirme, los chistes de
siempre… Parece que no pudiera de veras haber un verdadero acercamiento… este es mi
problema. Tal vez me falte confianza, pero en fin, me encuentro ante los hechos sin que pueda de
ninguna manera cambiarlos. De ahí, este diario. No quiero limitarme a llenar el diario de
acontecimientos triviales como lo hace la mayoría de las personas, quiero realzar la imagen de
amiga ideal que tanto he esperado. Mi amiga, pues, será este diario y la llamaré “Kitty”.
Naturalmente, no puedo empezar mis cartas a Kitty sin antes esbozar brevemente la historia de
mi vida. Mi padre tenía treinta y seis años cuando se casó con mi madre que tenía veinticinco. Mi
hermana Margot nació en 1926. Siendo judíos, emigramos a Holanda en 1933, donde mi padre
fue designado Gerente General de la Cía. Travies N.V. firma asociada con la Cía. Kole. Ambas
sociedades se albergaban en el mismo edificio y mi padre era accionista.
Sin embargo, nuestra vida no transcurría sin emociones ya que el resto de nuestra familia sufría
bajo el impacto de las medidas hitlerianas contra los judíos. Después de los progroms de 1938,
mis dos tíos maternos huyeron emigrando a Estados Unidos. Mi abuela, entonces de setenta y
tres años, vino a habitar con nosotros. Después de 1940, los buenos tiempos nos abandonaron
con suma rapidez: primero la guerra, la capitulación y la invasión de los alemanes, con lo que
verdaderamente se iniciaron los sufrimientos de nosotros los judíos. Las disposiciones contra los
judíos se sucedieron unas a otras. Los judíos fueron obligados a llevar la estrella amarilla, y as
ceder sus bicicletas; prohibición para los judíos de subir a un tranvía, de conducir un coche;
obligación de hacer sus compras exclusivamente en los establecimientos marcados con el letrero
“negocio judío” y de las quince a las diecisiete horas únicamente. Prohibición para los judíos de
salir después de la ocho de la noche, ni siquiera a sus jardines o a casa de sus amigos; prohibido
participar en los deportes públicos: las piscinas, canchas de tenis y de jockey; así como otras
instalaciones deportivas les están vedadas. Prohibición de visitar a los cristianos; obligación de
asistir a escuelas judías y muchas otras restricciones por el estilo.
No podíamos hacer esto o aquello, pero la vida continuaba a pesar de todo. Jopie solía decirme:
“No te atreves a hacer nada por miedo a que esté prohibido”. Nuestra libertad estaba
estrictamente limitada. Pero a pesar de ello la vida era aún soportable.
Mi abuela murió en enero de 1942. Nadie sabrá cuanto pienso en ella y cuánto la quiero aún.
En 1934 empecé la escuela en el Kínder Montessori. Al terminar el sexto B tuve que despedirme
de la señora K. Nos despedimos llorando. Fue un adiós muy triste. En 1941, mi hermana Margot y
yo entramos a la secundaria judía.
Hasta ahora nuestra pequeña familia de cuatro se encuentra bastante bien, y así llego a la fecha
de hoy.
Sábado 20 de junio de 1942
Querida Kitty:
Empiezo inmediatamente. La calma reina por el momento. Mamá y papá han salido y Margot ha
salido a jugar ping-pong con algunos amigos.
Últimamente yo también he jugado mucho al ping-pong.
Los jugadores de ping-pong sentimos una marcada afición por los helados, sobre todo en verano
cuando nos acaloramos con el juego. Generalmente terminamos el partido con una visita la
fuente de soda más cercana y permitida a los judíos, la Delphes o El Oasis. El Oasis está casi
siempre lleno y entre nuestros amigos nunca falta un caballero o admirador que nos brinde más
helados de los que podríamos ingerir en una semana.
Tal vez te sorprenda que a mi edad hable de admiradores. ¡Ay! Es un mal inevitable en nuestra
escuela. Tan pronto como un compañero me propone acompañarme a casa en bicicleta, al
entablar conversación, nueve de cada diez veces puedo asegurarte que se enamora
perdidamente y me lanza miradas ardientes. Al poco tiempo su ardor disminuye, especialmente si
lo ignoro y continúo pedaleando alegremente. Si llega al extremo de querer hablar sobre “pedir
permiso a papá”, hago virar ligeramente la bicicleta para que mi mochila se caiga, tras lo cual el
muchacho se ve obligado a detenerse para recogérmela. Para entonces ya me las ingenié para
cambiar el tema de conversación.
Este es un ejemplo de los más inocentes; hay algunos que me envían besos o que tratan de
tomarme del brazo, pero esos equivocan el camino. Bajo de mi bicicleta diciéndoles que pudo
pasarme sin su compañía, o bien me doy por ofendida y les ruego claramente que me dejen sola.
Dicho esto, la base de nuestra amistad queda sentada. ¡Hasta mañana!
Tuya, Ana.
Domingo, 21 de junio de 1942
Querida Kitty:
Toda la clase tiembla en espera del Consejo de Profesores. Todos hacen apuestas sobre los o
las que pasarán. Miep de Jong y yo nos divertimos en grande con Wim y Jaime, quienes se
sientan atrás de nosotros. Por lo visto no les quedará un centavo para las vacaciones, pues se la
pasan apostando de la noche a la mañana tú pasarás, no, sí. Ni las súplicas de Miep ni mis
accesos de cólera pueden hacerlos guardar silencio.
En mi opinión, la cuarta parte de la clase debería ser reprobada, pero los profesores son la gente
más caprichosa del mundo, quizá por esta vez tengan siquiera “caprichos buenos”.
En cuanto a mis amigas, no tengo mucho miedo. Creo que saldremos del paso, aunque no me
siento muy fuerte en matemáticas. En fin, no nos queda más que esperar. Entre tanto nos
animamos mutuamente.
Yo me entiendo bastante bien con mis profesores, nueve en total, siete hombres y dos mujeres.
El viejo señor Kepler, profesor de matemáticas, por mucho tiempo estuvo molesto conmigo, pues
platico demasiado en clase. Tuve que escribir una composición sobre “Una parlanchina”. ¡Una
parlanchina! ¿Qué podría escribir sobre este tema? Ya pensaría después. Anoté el título en mi
cuaderno y me quede tranquila.
Por la tarde después de terminar la tarea, mi mirada tropezó con el título de la composición. Me
puse a pensar mordiendo la punta de mi pluma fuente. Evidentemente yo podía con letra grande
y separando bien las palabras, escribir cualquier tontería, pero la dificultad residía en probar la
necesidad de hablar. Seguí pensando y de repente me vino una idea con la que pude llenar tres
páginas seguidas, ¡sin el menor esfuerzo! Argumento: la charla es una característica femenina
que yo me esforzaría en controlar aunque nunca podría lograrlo del todo, pues mi propia madre
habla tanto como yo, si no más; ¿y cómo se pueden contrarrestar las características hereditarias?
El señor Kepler tuvo que reírse de mis argumentos, pero cuando en la siguiente clase continué
mis parloteos, me impuso una segunda composición. Tema: “Una Parlanchina Incorregible”. Volví
a salir del paso, después de lo cual el señor Kepler no tuvo que quejarse de mí durante dos
clases. Pero a tercera, tal vez me sobrepasé.
-Ana, otro castigo por hablar. Tema: “Cua, Cua, Cua, dice la señora Patacua”.
Carcajada general. Yo me eche a reír con todos, tenia que hacerlo, aunque sabía que mi
imaginación sobre el tema estaba agotada. Necesitaba encontrar algo, algo original. La
casualidad vino en mi ayuda. Mi amigo Sanne, buen poeta, se ofreció para redactarme toda la
composición en verso.
Ante tal oferta brinqué de gusto. Si Kepler quería ponerme en ridículo con su tema, yo me
vengaría convirtiéndolo en el hazmerreir de toda la clase.
El poema terminado era perfecto. Se trataba der mamá pata y papá cisne con sus tres patitos.
Estos fueron mordidos a muerte por su padre por hablar demasiado. Afortunadamente la broma
agradó a Kepler, quien leyó el poema ante la clase haciendo comentarios favorables. También se
lo leyó a otras clases.
A partir de entonces no he vuelto a ser castigada por hablar, Kepler se limita a bromear sobre mis
eternas charlas.
Tuya, Ana.
Miércoles, 24 de junio de 1942
Querida Kitty:
Hace un calor abrasador. Nos estamos verdaderamente derritiendo. Pensar que con este calor
debo ir a pie a todos lados. Empiezo a comprender lo maravillosos de un tranvía; pero a nosotros
los judíos, ese placer ya nos está vedado. Las piernas deben bastarnos. Durante la hora de
comida tuve que ir al dentista, que vive en la calle Jan Luykens, bastante lejos de la escuela. Al
regreso casi me dormí en clase. Afortunadamente la asistente del dentista fue tan amable de
ofrecerme algo de beber: es una buena persona.
Aún tenemos acceso al paso del canal. En el muelle Josef Israels hay un pequeño bote de
servicio. El barquero accedió inmediatamente a hacernos pasar. Verdaderamente no es culpa de
los holandeses si los judíos debemos soportar tantas penurias.
Desde que en Pascua me robaron mi bicicleta y la de mamá fue depositada con una amiga
cristiana amiga, verdaderamente desearía no ir a la escuela. Afortunadamente las vacaciones se
acercan; una semana más de agonía, y ya.
Ayer sucedió algo muy divertido. Pasaba yo frente a un depósito de bicicletas cuando oí que
alguien me llamaba. Al voltear vi a un muchacho muy guapo que me había visto la noche anterior
en casa de mi amiga Eva. Se me aproximó tímidamente y se presentó: Harry Goldberg. Quedé
ligeramente sorprendida, incapaz de comprender bien lo que quería. No tuve que esperar mucho,
me preguntó si le permitía acompañarme a la escuela.
-Si lleva usted el mismo camino de acuerdo -le respondí y nos pusimos en marcha.
Harry tiene 16 años y su conversación es muy variada y divertida. Esta mañana me esperó
nuevamente y me imagino que seguirá haciéndolo.
Tuya, Ana.
Martes, 30 de junio de 1942
Querida Kitty:
Verdaderamente no he tenido tiempo de escribir hasta hoy. Pasé el jueves en casa de unos
amigos. El viernes tuvimos visitas a así sucesivamente hasta hoy. Durante la semana Harry y yo
hemos llegado a conocernos muy bien. Él me ha contado buena parte de su vida. Llegó a
Holanda sin sus padres y vive con sus abuelos. Sus padres se han quedado en Bélgica.
Harry tenía una novia. La conozco: es un modelo de dulzura y de aburrimiento. Desde que me
conoció se ha dado cuenta de que Fanny le hacía el efecto de un soporífero. Yo le sirvo como
una especie de despertador o estimulante. Todos tenemos alguna utilidad en la vida ¡Por extraño
que se nos parezca!
Jopie se quedó a dormir en casa el sábado por la noche, pero el domingo se fue a visitar a Lies y
yo me aburrí lo indecible. Harry había quedado en visitarme al anochecer, pero me telefoneó
alrededor de la seis. Yo misma contesté el teléfono y lo oí decir:
-Habla Harry Goldberg. Por favor, ¿Puedo hablar con Ana?
-Si Harry. Soy yo.
-Buenas tardes, Ana. ¿Cómo estás?
-Muy bien, gracias.
-Siento mucho no poder ir luego, pero tengo algo que decirte. ¿Te molestaría que pasara dentro
de diez minutos?
-No, al contrario. Te espero.
-Hasta luego. Nos vemos pronto.
Corté.
Me cambié enseguida de vestido y me arreglé un poco el pelo. Me asomé por la ventana
nerviosa, para poder divisarlo. Por fin lo vi. De puro milagro no me precipité hacia abajo, me armé
de paciencia hasta que sonó el timbre- Bajé para abrirle y sin más preámbulos prorrumpió
diciendo:
-Escucha, Ana. Mi abuela piensa que eres demasiado joven para que te visite con regularidad y
que debería visitar a los Leurs. ¡Tal vez ya sabes que he roto con Fanny!
-No, no lo sabía, ¿se pelearon?
-No, al contrario. Yo le había dicho a Fanny que, puesto que no nos entendíamos muy bien, era
inútil verse a cada momento; que ella podía seguir yendo a nuestra casa cuando quisiera y que yo
confiaba poder ir a la de ellos, como camaradas. Yo creía que ella salía con otro muchacho y por
eso le dije lo que se merecía. Ahora bien, estaba equivocado. Mi tío me dijo que debo
disculparme con Fanny pero naturalmente yo no lo creo necesario, y por eso he roto. Desde
luego, ésta es una entre muchas razones. Mi abuela insiste en que yo me pasee con Fanny y no
contigo, pero yo no pienso hacerlo. ¡Los viejos tienen a veces ideas tan anticuadas! Yo necesito
de mis abuelos, desde luego; pero en un sentido, ellos también necesitan de mi… Yo estoy
siempre libre los miércoles por la tarde, porque mis abuelos creen que asisto a una clase de
escultura en madera; en realidad voy a una junta del movimiento sionista. Mis abuelos no me
permitirían, porque están en contra del sionismo. No es que yo sea un fanático, pero el
movimiento significa algo y además me interesa. Sin embargo, últimamente ha habido mucho
revuelo en las juntas, por lo que tengo intención de dejarlo. El miércoles será la última vez que
vaya. Así podré verte los miércoles por la noche y los sábados y domingos por la tarde, y quizá
con más frecuencia aún.
-No puedes hacerlo a escondidas si tus abuelos se oponen.
-El amor siempre encuentra su camino.
Al pasar por delante de la librería de la esquina, vi a Peter Wessel con otros dos amigos. Era la
primera vez desde hacía mucho, que él me saludaba de nuevo. Por eso me sentí feliz.
Harry y yo seguimos caminando y finalmente nos pusimos de acuerdo para una cita: yo debía
encontrarme frente a su casa al día siguiente por la tarde, a las siete menos cinco.
Tuya, Ana.
Viernes 3 de julio de 1942
Querida Kitty:
Harry nos visitó ayer para conocer a mis padres. Yo había comprado un postre, bizcochos y
bombones para el té. Había un poco de todo, pero ni Harry ni yo queríamos quedarnos por largo
rato rígidamente sentados en una silla, uno junto al otro, así que salimos a caminar. Eran ya, las
ocho y diez cuando me trajo a casa. Papá estaba muy enojado. Dijo que yo no debería regresar
tan tarde debido a lo peligroso que era para los judíos encontrarse fuera después de las ocho.
Tuve que prometerle que en lo sucesivo regresaría a las ocho menos diez.
Mañana estoy invitada a su casa. Mi amiga Jopie siempre me lanza pullas sobre Harry.
Realmente no estoy enamorada, no, pero puedo tener amigos. Eso no tiene nada de
extraordinario. Pero un compañero o, según la expresión de mamá, un pretendiente, ya es otra
cosa.
Eva me contó que una noche, estando Harry en casa de ellos, ella le preguntó:
-¿A quién prefieres, a Fanny o a Ana?
-Eso no te importa -le contestó él.
Durante todo el resto de la velada no tuvieron ya ocasión de hablar juntos, pero al irse, él le dijo:
-Si quieres saberlo, prefiero a Ana. Pero no se lo digas a nadie.
Y se fue como un relámpago.
Salta a la vista que Harry se ha enamorado de mí. Yo lo encuentro divertido para variar.
Margot diría de él: “Harry es un buen muchacho” Opino lo mismo y hasta algo más. Mamá no
cesa de alabarlo: buen muchacho, bien educado, muy amable… Me encanta ver que todo el
mundo en casa lo halla de su gusto. El también ha simpatizado con ellos, aunque encuentra que
mis amigas son demasiado niñas, y no se equivoca.
Tuya, Ana.
Domingo por la mañana, 5 de julio de 1942
Querida Kitty:
El resultado de nuestros exámenes fue anunciado el viernes último en el teatro judío… No podía
haberme ido mejor, ya que mis notas no son del todo malas: tengo un insuficiente, un cinco en
álgebra, un seis para dos asignaturas y para las otras varios sietes y dos ochos. En casa estaban
muy contentos, pues a propósito de calificaciones mis papas no son como los demás. No les dan
tanta importancia ya sean buenas o malas. Les basta con que yo esté en buena salud y que no
sea insolente; lo demás, según ellos, se arreglará solo. Por lo que a mi respecta yo no quiero ser
mala alumna después de haber sido admitida en el liceo, puesto que he saltado un año al salir de
la escuela Montessori. Pero con el traslado de todos los niños judíos a las escuelas judías, el
director del liceo, después de algunas palabras, consintió en recibirnos a Lies y a mí a título de
prueba. Yo no querría defraudar la confianza del director. El resultado de Margot es brillante,
como siempre. Si “la más grande distinción” existiera en la secundaria, ella la habría obtenido.
¡Tiene tanta cabeza!
En estos últimos tiempos, papá se queda a menudo en casa, pues no tiene qué hacer en la
oficina. ¡Que horrible será para él sentirse inútil! El señor Koophuis ha retomado la Casa Travies y
el señor Kraler la firma Kolen & Cía. El otro día, cuando nos paseábamos alrededor de la plaza,
papá empezó a hablar de un escondite. Decía que iba a ser muy difícil para nosotros vivir
completamente aislados del mundo exterior.
-¿Por qué hablar de eso? -le pregunté yo.
-Escucha, Ana –repuso él-, tú sabes bien que desde hace más de un año, hemos llevado
nuestros muebles, ropas y enseres a casa de otras gentes. No queremos que nuestros bienes
caigan en manos de los alemanes y menos aún queremos caer en sus garras nosotros mismos,
así que nos encargaremos de desaparecer sin esperar a que vengan a buscarnos.
-Pero, papá, ¿para cuándo será eso?
La seriedad de mi padre me angustió.
-No te inquietes. Nosotros nos ocuparemos de todo. Diviértete y aprovecha la despreocupación
de tu juventud mientras puedas.
Eso fue todo. ¡Oh, con tal que esos sombríos proyectos no se realicen…todavía…!
Tuya, Ana.
Miércoles, 8 de julio de 1942
Querida Kitty:
Me parece que entre el domingo por la mañana y hoy han pasado muchos años. ¡Cuántas cosas
han sucedido! Como si el mundo entero se hubiera vuelto al revés de repente. Sin embargo, ya
ves bien, Kitty, todavía vivo y, como dice papá, eso es lo principal.
Sí, en efecto vivo todavía, pero no me preguntes dónde ni cómo. Tú no comprenderías nada.
¿Verdad? Por eso empezaré contándote lo que sucedió el domingo por la tarde.
A las tres (Harry acababa de irse para volver más tarde), llamaron a nuestra puerta. Yo no lo oí,
porque estaba leyendo en la terraza, perezosamente reclinada al sol en una mecedora. De
pronto, Margot apareció por la puerta de la cocina, visiblemente turbada.
-Papá recibió un citatorio de la SS –cuchicheó-. Mamá acaba de salir para ir a buscar al señor
Van Daan.
(Van Daan es un colega de papá y amigo nuestro).
Yo estaba aterrada; todo el mundo sabe lo que significa un citatorio; vi surgir ante mí los campos
de concentración y las celdas solitarias. ¿Íbamos a permitir que papá sufriera esta condena?
-Naturalmente que no irá –dijo Margot, mientras ambas esperábamos el regreso de mamá.
-Mamá fue a casa delos Van Daan para ver si podemos habitar nuestro escondite desde mañana.
Los Van Daan se ocultarán allí con nosotros. Seremos siete.
Silencio. Ya no podíamos pronunciar palabra, pensando en papá que estaba sin sospechar nada.
Había ido a visitar a unos ancianos al hospicio judío. La espera, el suspenso, el calor, nos
sobrecogieron y enmudecimos.
De repente, llamaron.
-Es Harry – dije yo.
-No abras –dijo Margot reteniéndome.
Pero no fue necesario. Oíamos a mamá y al señor Van Daan que hablaban con Harry antes de
entrar y que luego cerraban la puerta detrás de ellos. A cada llamada del timbre, Margot o yo
bajábamos muy sigilosamente, para ver si era papá, sin abrir la puerta a nadie más.
Van Daan quería hablar a solas con mamá, por eso Margot y yo tuvimos que dejar la habitación.
En nuestra recamara, Margot me confesó que el citatorio no era para papá, sino para ella misma.
Aterrada, empecé a llorar. Margot tiene dieciséis años. ¡Quieren, pues, llevarse a muchas de su
edad! Afortunadamente, como ha dicho mamá, no irá. Al hablarme de nuestro escondite, papá sin
duda aludía a esta eventualidad.
Ocultarse… ¿Dónde nos esconderíamos? ¿En la ciudad, en el campo, en una casa, en una
choza, cuándo, cómo, dónde…? Yo no podía formular estas preguntas, pero tampoco podía
ahuyentarlas de mi mente. Margot y yo nos pusimos a empacar lo estrictamente necesario en
nuestras mochilas. Empecé por meter este diario, en seguida mis rizadores, mis pañuelos, mis
libros de clase, mis peines, viejas cartas. Estaba obsesionada por la idea de nuestro escondite, y
empaqué las cosas más inconcebibles. No lo lamento, porque me interesan más los recuerdos
que los vestidos.
Por fin, alas cinco, papá regresó. Telefoneamos al señor Koophuis para preguntarle si podía venir
a casa esa misma noche. Van Daan salió en busca de Miep. Desde 1933, Miep ha trabajado en
las oficinas de papá y es nuestra gran amiga, lo mismo que Henk, su flamante esposo. Miep vino
para llevarse una maleta llena de zapatos, de vestidos, de abrigos, de medias, de ropa interior,
prometiendo volver por la noche. Luego el silencio descendió sobre nuestra casa. Ninguno de
nosotros tenía ganas de comer, hacía calor y todo parecía extraño. La sala grande del primer piso
había sido alquilada a un tal señor Goudsmit, hombre divorciado que pasaba de los treinta, que al
parecer no tenía nada que hacer esa noche, porque no logramos librarnos de él, sin parecer
groseros , antes de las diez. Miep y Henk Van Santen llegaron a las once para desaparecer
media hora después con la maleta de Miep y con los profundos bolsillos de Henk completamente
llenos de medias, zapatos, libros y ropa interior. Yo estaba extenuada, y aunque sabía que era la
última noche que iba pasar en mi cama, me dormí inmediatamente. A las cinco y media de la
mañana siguiente, mamá me despertó. Por suerte hacía menos calor que el domingo. Todo el día
cayó una lluvia tibia y pertinaz. Estábamos vestidos como para una expedición al polo norte, para
llevarnos todas las ropas posibles. Ningún judío, en estas circunstancias hubiera soñado en salir
de su casa con una valija llena. Yo llevaba puestos dos chalecos, tres calzones, un vestido,
encima una falda, una chaqueta, un abrigo de verano, dos pares de medias, zapatos de cintas,
una boina, una bufanda y otras cosas más. Me ahogaba aun antes de partir, pero nadie se
preocupaba de eso.
Margot, con su cartera llena de libros, había sacado su bicicleta para seguir a Miep hacia lo
desconocido, al menos para mí, pues yo seguía sin saber dónde quedaba el lugar misterioso que
sería nuestro refugio. A las siete y media, la puerta de nuestra casa se cerró a nuestras espaldas.
El único ser viviente al que pude decir adiós fue a Moortje, mi gatito, que iba a encontrar buen
abrigo en casa de unos vecinos, según nuestras últimas instrucciones en carta dirigida al Sr.
Goudsmit.
Dejamos en la cocina medio kilo de carne para el gato y la vajilla del desayuno, quitamos de las
camas, sábanas y frazadas, todo lo cual debía dar la impresión de una partida precipitada. Pero,
¿Qué nos importaban las impresiones? Teníamos que irnos a todo trance. Todo lo demás no
contaba para nosotros, únicamente escapar y llegar con bien. La continuación, mañana.
Tuya, Ana.
Jueves 9 de julio de 1942
Querida Kitty:
Empezamos a caminar bajo una fuerte lluvia, papá y mamá llevando cada cual una bolsa de
provisiones llena de Dios sabe qué, y yo con mi mochila repleta a reventar.
Los obreros matinales nos miraban compasivamente; sus rostros expresaban el pesar de no
poder ofrecernos un medio de transporte cualquiera; nuestra estrella amarilla era bastante
elocuente.
Una vez en camino, mamá y papá me revelaron a medias el plan para escondernos. Desde hacía
varios meses, habían hecho transportar, pieza por pieza, una parte de nuestros muebles, lo
mismo que ropa de casa y parte de nuestros vestidos; la fecha prevista para nuestra desaparición
voluntaria había sido fijada para el 16 de julio. Debido al citatorio hubo que adelantar diez días
nuestra partida, de manera que íbamos a contentarnos con una instalación más bien improvisada.
El escondite estaba en el edificio de las oficinas de papá. Es un poco difícil de comprender, pero
después te daré mas detalles. El personal de papá no era numeroso, los señores Kraler y
Koophuis, luego Miep y, por último Elli Vossen, la mecanógrafa de 23 años; todos los cuales
estaban ya enterados de nuestra llegada. El señor Vossen, padre de Elli, y los dos muchachos
ayudantes del depósito no habían sido puestos al tanto de nuestro secreto.
Voy a describirte el edificio: en la planta baja hay un gran almacén que sirve también de depósito.
Al lado de la puerta de éste almacén está la puerta de entrada a la casa, detrás de la cual una
segunda puerta da acceso a una escalerita. Subiendo esta escalera, se llega a una puerta con
ventana de vidrio esmerilado, en la que se lee “Oficina” en letras negras. La oficina que da al
canal es muy grande, muy bien iluminada, con archivos en las paredes. Es allí donde trabaja
durante el día, Elli, Miep y el señor Koophuis. Atravesando una especie de pasadizo, donde hay
una caja fuerte y un ropero que contiene la papelería, se llega a una oficina más pequeña y
bastante oscura. Antes era la oficina del señor Kraler y del señor Van Daan y ahora es
únicamente del primero. La oficina del señor Kraler tiene acceso por una puerta de vidrios al final
del pasadizo, que se abre desde el interior de la oficina, pero desde afuera.
De la oficina del señor Kraler se sale a un corredor estrecho que sigue a lo largo de la carbonera
y subiendo cuatro escalones se llega, al fin al lugar más prominente del edificio: la oficina privada.
Allí se ven muebles oscuros e imponentes, el linóleo cubierto de hermosas alfombras, una
lámpara magnífica, un aparato de radio, todo de primera. Al lado de esta habitación, una cocina
espaciosa con estufa de gas y llave de agua caliente. Al lado de la cocina el sanitario. Ese es el
primer piso.
Una escalera de madera conduce al corredor del segundo piso. Allí se ve una puerta a la derecha
y una a la izquierda; la de la izquierda lleva a una bodega situada al frente de la casa y a los
desvanes. La de la derecha da a una escalera casi perpendicular, muy a la holandesa, que da a
la calle.
La puerta de la derecha lleva a nuestro Anexo secreto. Nadie en el mundo sospecharía que esta
simple puerta pintada de gris disimula tantas habitaciones. Hay un pequeño escalón frente a la
puerta, y al abrirla, se entra al anexo. Frente a esta puerta de entrada, una escalera empinada; a
la izquierda, un pequeño corredor lleva a una habitación que se ha transformado en sala y
recámara de la familia; al lado, un cuarto más chico, transformado en estudio y alcoba de las
señoritas Frank. A la derecha de la escalera hay una habitación sin ventana con un pequeño
lavabo. Hay también un pequeño reducto donde se ha instalado el sanitario, comunicado por una
puerta con nuestro dormitorio.
Al subir la siguiente escalera, uno se sorprende de encontrar una habitación tan amplia y tan llena
de luz en una casa tan vieja. Esta gran habitación esta equipada con una estufa de gas y un
fregadero, gracias a que antes servía de laboratorio. En adelante será el dormitorio de los
esposos Van Daan, así como cocina, sala, comedor, estudio o taller general.
Un cuartito pegado al corredor servirá de alcoba para Peter Van Daan. Hay un desván
exactamente como en el piso de abajo. ¡Eso es todo! Ahora ya conoces nuestro hermoso anexo.
Tuya, Ana.
Viernes 9 de octubre de 1942
Querida Kitty:
Hoy solo tengo noticias deprimentes que darte. Muchos de nuestros amigos judíos han sido
embarcados por docenas por la Gestapo, que no se anda con contemplaciones. Han sido
llevados en furgones de ganado a Westerbork debe ser una pesadilla: cientos y cientos están
obligados a lavarse en un solo cuarto y faltan los sanitarios. Duermen los unos encima de los
otros, amontonados en cualquier rincón. Hombre, mujeres niños, todos juntos. De lo que sucede
no hablemos; muchas mujeres y hasta muchachas están encinta.
Imposible huir. La mayoría está marcada por el cráneo afeitado y otros, además, por su tipo de
judío.
Si esto sucede ya en Holanda, ¿qué no será en las regiones lejanas y bárbaras de las que
Weterbork no es más que el vestíbulo? Estamos seguros de que esas pobres gentes serán
masacradas. La radio inglesa habla de cámaras de gas. Después de todo, quizá sea la manera
más rápida de morir. Eso me tiene enferma. Miep cuenta todos estos horrores tan vivamente que
ella misma se impresiona. Un ejemplo reciente: Miep encontró ante su puerta a una vieja judía
paralitica que aguardaba a la Gestapo, mientras traían un auto para transportarla. La pobre vieja
estaba muerta de miedo bajo los bombardeos ingleses y temblaba viendo los haces luminosos
cruzar el cielo como saetas. Miep no tuvo el valor de acogerla en su propia casa; nadie lo habría
hecho. Los alemanes son inmisericordes.
Elli también tiene por qué sufrir. Su novio tiene que partir para Alemania. Ella teme que los
aviadores que vuelan sobre nuestras casas dejan caer su cargamento de bombas sobre la
cabeza de Dirk. Las bromas que se hacen como “nunca le tocarán mil” y “una sola bomba basta”,
me parecen fuera de lugar. Claro que Dirk no es el único obligado a partir; todos los días parten
trenes atestados de jóvenes de ambos sexos con destino al trabajo forzado en Alemania. Cuando
por alguna razón se detienen en el trayecto en algún cruce, algunos tratan de escapar, pero son
pocos los que lo logran.
Aún no he terminado con estas tristes noticias. ¿Has oído hablar alguna vez de rehenes? Es el
último invento para castigar a los saboteadores. La cosa más atroz que pueda imaginarse.
Ciudadanos inocentes y dignos de todo respeto son arrestados, aguardando en la cárcel su
condena. Si el saboteador no aparece, sin ningún preámbulo la Gestapo fusila a cinco rehenes.
En los diarios aparecen a menudo los avisos de defunción de estos hombres, ¡bajo el título de
“accidente fatal”! ¡Hermoso pueblo, los alemanes! ¡Y decir que yo pertenecía a él! Pero no, desde
hace mucho que Hitler nos hizo apátridas. Por lo demás, los alemanes y los judíos son enemigos
acérrimos.
Tuya, Ana.
Viernes 16 de octubre de 1942
Querida Kitty:
Estoy terriblemente ocupada. Acabo de traducir un capítulo de la “Belle Nivernaise”, anotando las
palabras que ignoro. También resolví un problema de matemáticas horrendo y escribí tres
páginas de gramática francesa. Me rehúso a resolver problemas de matemáticas. Papá, igual que
yo opina que son detestables. Yo me las arreglo mejor que él, pero a decir verdad, ni el uno ni el
otro nos sentimos muy fuertes en la materia, de manera que frecuentemente tenemos que recurrir
a Margot. En taquigrafía, yo soy la más adelantada de los tres.
Ayer terminé de leer “El Asalto”. Es encantador, pero no le llega a “Joop ter Heul”. En general
pienso que Cissy Van Marxveld es una autor formidable. Definitivamente permitiré que mis hijos
lean todos sus libros.
Mamá, Margot y yo somos de nuevo las mejores amigas del mundo; así estamos todas más
contentas. Anoche Margot se recostó junto a mí. Ambas en mi cama tan angosta, no sabes lo
divertido que era. Ella me preguntó si algún día le permitiré leer mi diario. Le dije que ciertas
partes sí: le pedí leer el suyo y está de acuerdo. Luego hablamos del porvenir. Le pregunté que
quería ser, pero ella prefiere no hablar sobre el asunto. Es un gran secreto. Habló vagamente de
la enseñanza, no sé si piensa dedicarse a ella, creo que si. Yo no debería ser tan curiosa…
Esta mañana me recosté en la cama de Peter, después de echarlo de allí. Estaba furioso, lo que
me importa bien poco. Ya es hora de que se muestre un poco más amable conmigo. Después de
todo, anoche le regalé una manzana.
Le pregunté a Margot si me encontraba muy fea. Me dijo que soy atractiva y que tengo ojos
bonitos. Bastante vago, ¿no te parece? Hasta la próxima.
Tuya, Ana.
Jueves 29 de octubre de 1942
Querida Kitty:
Papá está enfermo y estoy terriblemente preocupada. Tiene una erupción y además fiebre muy
alta. Se diría que es sarampión. Como te imaginarás, ni siquiera podemos ir a buscar un médico.
Mamá se esfuerza por hacerlo sudar. Quizá con eso la fiebre ceda.
Esta mañana, Miep nos contó que el departamento de los Van Daan ha sido saqueado. Todavía
no le hemos dado la noticia a la señora, de por sí tan nerviosa en estos últimos tiempos. No
tenemos ganas de oír sus jirimiqueas por su hermoso servicio de mesa y las lidas sillitas que
dejó. Nosotros también tuvimos que abandonar casi todo lo que era bonito. ¿Para qué
lamentarse?
Últimamente se me permite leer algunos libros para adultos. Me he enfrascado en La juventud de
Eva, por Nic Van Suchtelen. No veo gran diferencia entre los libros para muchachas y éste. Es
cierto que en él se habla de mujeres que venden su cuerpo a hombres desconocidos en calles
dudosas. Lo venden por un montón de dinero. ¡Yo me moriría de vergüenza! Además se
menciona la menstruación de Eva. ¡Oh, ¡qué ganas de que a mi me suceda! Se debe sentir una
muy importante.
Papá mandó sacar de la biblioteca las tragedias de Goethe y de Schiller; cada noche va a leerme
algunas páginas. Ya comenzamos con Don Carlos.
Para seguir el buen ejemplo de papá, mamá me puso en las manos su libro de rezos. He leído
algunas plegarias en alemán, por compromiso. Son hermosas, pero no me dicen gran cosa. ¿Por
qué me obliga a ser piadosa sólo para complacerla?
Mañana encenderemos el fuego por primera vez. ¡Cómo vamos a ahumarnos! Hace tanto tiempo
que la chimenea no ha sido deshollinada. ¡Ojalá el artefacto funcione!
Tuya, Ana.
Sábado 7 de noviembre de 1942
Querida Kitty:
Mamá esta terriblemente nerviosa, lo que me augura un mal rato. ¿Será únicamente suerte el
que sea yo quien sufra las consecuencias y nunca Margot? Anoche por ejemplo: Margot estaba
leyendo un libro ilustrado con dibujos magníficos; se levantó y salió de la habitación dejando su
libro para reanudar su lectura tan pronto volviera. Yo no tenía nada de especial que hacer en
aquel momento, así que lo cogí para mirar las imágenes. A su regreso, vio que yo tenía el libro en
las manos, frunció el ceño y me rogó que se lo devolviera. Sólo por que lo retuve un instante más,
Margot se enfadó de veras y mamá intervino diciendo:
-Margot está leyendo ese libro. Dáselo.
Papá entró en la habitación ignorando de qué se trataba, pero al notar el gesto de víctima de
Margot, exclamó:
-¡Quisiera ver si te agradaría que Margot se pusiera a hojear uno de tus libros!
Yo cedí inmediatamente, y después de dejar el libro salí de la habitación, ofendida según ellos.
Yo no me sentía ni ofendida ni enojada, simplemente estaba apenada.
Papá no debía haberme reprendido sin conocer la causa de nuestra discusión. Yo misma le
habría devuelto el libro a Margot, y mucho más pronto, si papá y mamá no hubieran intervenido:
en cambio se pusieron de parte de mi hermana como si fuera víctima de una gran injusticia de mi
parte.
No tengo ni qué decirlo: Mamá protege a Margot; más bien se protegen mutuamente. Pero estoy
tan acostumbrada que los reproches de mamá y el humor irritable de Margot me dejan
indiferente.
Yo las quiero únicamente porque son mi madre y mi hermana. En cuanto a papá, es otra cosa.
Cada vez que exterioriza su preferencia por Margot, que aprueba sus actos o que la colma de
elogios y caricias, me siento morir. Porque yo estoy loca por Pim. Él es mi gran ideal. No quiero a
nadie en el mundo tanto como a papá.
Él no se da cuenta de que no se porta con Margot igual que conmigo. ¡Es indudable que Margot
es la más inteligente, la más amble, la más bella y la mejor! Pero aun así, tengo derecho a ser
tomada en serio. Siempre he sido el payaso de la familia, siempre se me trata de insoportable,
siempre soy el chivo expiatorio, siempre soy quien la paga, ya sea recibiendo reprimendas o
porque lastiman mis sentimientos. Este aparente favoritismo ya no me satisface. Yo espero de
papá algo que él no es capaz de darme.
No es que esté celosa de Margot, nunca lo he estado. No envidio su belleza ni su inteligencia.
Todo cuanto pido es el cariño de papá, su afecto verdadero, no solamente como su hija, sino
como Ana, tal como soy.
Yo me aferro a papá, porque sólo por él conservo algo de sentimiento familiar. Papá no quiere
comprender que a veces siento una necesidad irreprimible de desahogarme, de hablarle de
mamá, pero él se niega a escucharme, evita todo cuanto se relaciona con sus defectos.
Por sobre todas las cosas, mamá, con su carácter y sus defectos es quien pesa más sobre mi
corazón. Ya no sé qué actitud adoptar; no puedo decirle brutalmente que es desordenada,
sarcástica y dura…ni tampoco puedo creer que nunca tengo la razón.
En todo soy distinta a ella y chocamos naturalmente. No me corresponde a mí juzgar el carácter
de mamá, pero lo comparo con la imagen irreal que me he forjado. Para mí, mi madre no es “La
madre” y me es necesario hacer las veces de madre conmigo misma. Me he alejado de mis
padres, bogo un poco a la deriva sin saber cuál será mi puerto. Todo porque llevo en el alma el
ideal de la esposa y la madre perfectas, y de éste ideal mi madre no tiene ni trazas.
Constantemente me propongo no detenerme en los defectos de mamá, no ver más que sus
cualidades y tratar de encontrar en mí lo que vanamente busco en ella. Pero no lo consigo y lo
que me desespera es que ni mamá ni papá sospechan este vacío que hay en mi vida, cosa que
les reprocho. ¿Habrá padres capaces de satisfacer enteramente a sus hijos?
A veces pienso que Dios quiere ponerme a prueba, no sólo ahora sino también más tarde; lo
principal es mejorar por mi propio esfuerzo, sin ejemplos ni sermones, para después ser más
fuerte.
¿Quién si no yo volverá a leer estas cartas?
¿Quién otro me consolará? Porque a menudo necesito de consuelo, empiezo a flaquear y me
siento insatisfecha. Mis faltas son grandes; no lo ignoro. Trato de corregirme y todos los días
debo recomenzar.
Me tratan de la manera más variable. Un día Ana es la inteligencia personificada y se puede
hablar de todo en su presencia. Al día siguiente, Ana es una pequeña ignorante que no
comprende nada de nada y que se imagina que con sus libros lo sabe ya todo. Ahora bien, yo no
soy ya la nenita a quien se festeja con risas condescendientes por todo lo que hace. Tengo mis
propias ideas y proyectos, aunque todavía no pueda expresarlos. ¡Ah! Todas las que por la noche
surgen de mi alma, cuando estoy sola, e incluso de día cuando me veo obligada a soportar a
quienes me fastidian y que siempre me malinterpretan. Por eso me refugio en mi diario, que es
par mí el principio y el fin, porque a Kitty no le falta nunca la paciencia; yo le prometo que a pesar
de todo me mantendré firme, recorreré mi camino y me tragaré las lágrimas. Pero, ¡qué felicidad
sería ver algún resultado! ¡Ser alentada, aunque solo fuera una vez, por alguien que me quisiera!
No me juzgues, recuerda simplemente que yo también puedo llegar al punto de desbordarme.
Tuya, Ana.
Domingo por la mañana, antes de las once, 16 de abril de 1944
Queridísima Kitty:
Graba bien en tu memoria el día de ayer, porque es muy importante en mi vida. No puedes negar
que es una fecha memorable para cualquier muchacha el día en que recibe su primer beso. El
beso que me dio Bram en la mejilla derecha no cuenta, como tampoco el del señor Walker en mi
mano derecha.
¿Cómo me llegó repentinamente este beso? Te contaré.
Anoche a las ocho estaba sentada con Peter en su diván y al poco tiempo su brazo me rodeó la
cintura. “Si te corrieras un poco –dije yo- no me golpearía la cabeza contra el librero.”
Él se hizo hasta la orilla y yo pasé mi brazo por su espalda, de manera que estaba literalmente
sepultada en sus brazos. No era la primera vez que estábamos sentados así, pero nunca tan
cerca como ayer. Él me estrechó fuertemente contra sí. Mi hombro izquierdo contra su pecho hizo
acelerar los latidos de mi corazón. Pero aún no habíamos terminado. Él no descansó hasta que
mi cabeza se apoyó sobre su hombro y la suya en el mío. Después de cinco minutos, me
incorporé, pero él enseguida tomó mi cabeza entre sus manos y la atrajo hacia sí. ¡Oh, fue
exquisito! ¡Enmudecí de gozo! Torpemente acarició mi mejilla mientras permanecíamos con las
cabezas unidas. No puedo describirte, Kitty, la emoción que se apoderó de mi. Me sentía dichosa
y creo que él también.
Alrededor de las ocho y media nos levantamos. Él se puso los zapatos de gimnasia para hacer la
inspección de la casa lo más silenciosamente posible. Yo estaba de pie a su lado. No sé todavía
cómo fue, pero antes de bajar, me besó de repente en la mejilla izquierda, entre los cabellos,
junto al oído. Escapé sin devolverme y estoy llena de esperanza para hoy.
Tuya, Ana.
Lunes 17 de abril de 1944
Querida Kitty:
¿Crees tú que mis padres aprobarían el besarme con un muchacho en un diván? Un muchacho
de diecisiete años y medio y una muchacha de casi quince? En realidad no lo creo, pero este
asunto es cosa mía. ¡Me siento, tan tranquila y tan segura en sus brazos con todos min
ensueños! Me encanta sentir su mejilla contra la mía y gozo al saber que alguien me aguarda.
Pero, pues efectivamente hay un pero, ¿se contentará Peter con eso? Desde luego, me lo
prometió, pero… es un muchacho!
Sé que estoy demasiado adelantada. ¡Ni siquiera quince años y ya tan independiente! Parecerá
incomprensible. Estoy segura de que Margot nunca besaría a un muchacho sin antes haber
hablado de noviazgo o de matrimonio, pero ni Peter ni yo hacemos proyectos. Estoy segura que
mamá nunca tocó a un hombre antes de conocer a papá. ¡Qué dirán mis amigas si supieran que
estuve en brazos de Peter, con el corazón contra su pecho, la cabeza sobre su hombro y con las
cabezas unidas!
Vamos, Ana, ¡qué escándalo! Pero en realidad a mi no me lo parece, estando como estamos,
privados de todo, alejados del mundo y abrumados por la preocupación y la angustia, sobre todo
últimamente. Nos amamos, ¿para qué guardar las distancias? ¿Por qué esperar hasta una edad
conveniente? ¿Qué caso tendría?
Me he propuesto cuidarme sola. Él nunca me causaría un pesar. Razón sobrada para seguir a
nuestros corazones y ser felices. ¿Por qué no? Sospecho, Kitty, que adivinas mi vacilación,
causada tal vez por mi franqueza que se opone a toda simulación. ¿Crees que debería contarle a
papá lo que hago? ¿Crees que un tercero debería compartir nuestro secreto? ¿Qué te parece?
Algo mágico se extinguiría, pero tal vez me sentiría mucho más tranquila. Voy a pedirle a” él” su
opinión. ¡Ay, sí! Todavía tengo muchas cosas que decirle pues las caricias por sí solas no bastan.
Confiar nuestros pensamientos… para demostrar nuestra confianza… nos haría un gran bien a
ambos.
Tuya, Ana.
Martes 18 de abril de 1944
Querida Kitty:
Todo marcha bien. Papá acaba de asegurarnos que antes del 20 de mayo habrá operaciones en
gran escala, tanto en Rusia como en Italia y en todo el occidente. La idea de recuperar la libertad
me parece cada vez más lejana.
Ayer tuve con Peter una conversación pospuesta desde por lo menos diez días. Le expliqué la
naturaleza femenina y le hablé sin miramientos sobre las cosas más íntimas. La velada terminó
con un beso recíproco muy cerca de la boca; en verdad es una sensación maravillosa.
Tal vez un día de estos le muestre mi diario para profundizar juntos ciertas cosas. No me
satisface estar eternamente en sus brazos y me gustaría saber si él piensa lo mismo.
Tras un invierno prolongado, hemos tenido una primavera magnífica; abril es espléndido, ni
demasiado calor ni demasiado frío, con pequeños chubascos tibios de vez en cuando. Nuestro
castaño se viste de verde, y aquí y allá se pueden ver botones.
El sábado, un encantador obsequio de Elli: cuatro ramitos de flores; tres ramos de narcisos y uno
de jacitos silvestres, éste último para mí.
Debo hacer mi álgebra, Kitty. Hasta la vista.
Tuya, Ana.
Miércoles 19 de abril de 1944
Querida Kitty:
¿Hay algo mejor que mirar la naturaleza por una ventana abierta, oír el trino de los pájaros, el sol
en las mejillas y en los brazos al muchacho amado?
Es tan reconfortante sentir su brazo en mi cintura, sentirlo cerca sin pronunciar palabra. No es
posible que haya algo de malo en ello, pues esta tranquilidad es bienhechora. ¡Ah, con tal que
nadie venga a molestarnos, ni siquiera Boche!

Descubre los secretos de la lectura


1. Realiza el siguiente paralelo, uniendo cada personaje con las acciones que ejecuta, según se
describe en la lectura.

a. Único ser viviente al que Ana puede decir adiós cuando se


trasladaron al refugio. Encontró buen abrigo en casa de unos
vecinos. 1. Jopie de Waal
b. Dos de las mejores amigas de Ana durante muchos años.

c. Ana la conoció en la secundaria judía y desde entonces fue su 2. Dirk


mejor amiga. Lanzaba pullas sobre Harry.

d. Se la pasaba apostando sobre los o las que pasarían, según el 3. Fanny


Consejo de Profesores.

e. Era el profesor de matemáticas, por mucho tiempo estuvo


4. Peter Wessel
molesto con Ana, pues ella platicaba demasiado en clase.

f. Le contó a Ana que una noche Harry Goldberg le confesó que


preferiría a Ana y no a Fanny. 5. Miep

g. Amigo de Ana. Había sido novio de Fanny pero no se entendían


muy bien. Parecía enamorado de Ana y a ella le encantaba ver 6. Lies Gosens y
que todo el mundo en su casa lo hallaba a gusto.
Sanne Houtman
h. De ella Ana opinaba que era un modelo de dulzura y
aburrimiento.

i. Amigo de la familia Frank, había retomado la casa Travies 7. Señor Koophuis


donde el padre de Ana era Gerente General. Fue una de las
personas que colaboró para que la familia Frank pudiera estar 8. Moortje
bien en su refugio.
9. Señor Kraler
j. Amigo de la familia Frank, encargado de la firma Kolen & Cía.
También les facilitó valiosa colaboración y asistencia.
10. Wim y Jaime
k. Colega del padre de Ana y amigo de la familia. Él, su esposa e
hijo habitaron con la familia Frank el refugio secreto. 11. Henk Van Saten
l. Tenía alquilada la sala grande del primer piso de la casa de la
familia Frank. Fue encargado de entregar el gato a unos vecinos. 12. Señor Van Daan
m. Mecanógrafa de 23 años. Brindó colaboración a los habitantes
13. Señor Kepler
del refugio. Un sábado le llevó a Ana un ramito de jacintos
silvestres.
14. Peter Van Daan
n. Novio de Elli Vassen. Obligado a partir para Alemania.

o. Trabajaba en las oficinas del padre de Ana. Ayudó a trasladar 15. Señor Goudsmit
diverso objetos hasta el refugio y les prestó asistencia.
16. Eva
p. Junto con su esposa colaboró con la familia Frank en su traslado
al refugio.
17. Elli Vossen
q. Ana pensaba que le gustaría casarse con él, según escribió en
junio de 1942. 18. Harry Goldberg
r. Uno de los habitantes del refugio. Estaba enamorado de Ana y
juntos vivieron hermosos y ternos momentos.
2. Según se narra en la lectura, los judíos debían obedecer ciertas normas especiales.
Escribe en tu cuaderno una lista de las letras que preceden las siguiente oraciones y
coloca al frente las palabras, SÌ, NO, o NO SE SABE, según corresponda:

a. Prohibición de subir a un tranvía.__________________________________________


b. Prohibición de tener auto propio. __________________________________________
c. No podían consumir carne de cerdo. _______________________________________
d. Llevar la estrella amarilla. ________________________________________________
e. Obligación de asistir a escuelas judías. _____________________________________
f. Prohibición de visitar a sus amistades. _____________________________________
g. Hacer sus compras en establecimientos marcados con el letrero “negocio judío”. ____
h. Prohibición para salir después de las ocho de la noche. ________________________
i. No podían leer ciertos libros. ______________________________________________
j. Prohibición para participar en deportes públicos. ______________________________
k. No podían ir a bibliotecas públicas. ________________________________________
l. Prohibición para casarse con alemanes. ____________________________________

3. De la siguiente lista de palabras, elige las que según tu opinión describen a Ana Frank:

. Inteligente . Sensible .Tierna


. Caprichosa . Amistosa . Curiosa
. Paciente . Insolente . Fastidiosa
. Antipática . Bella . Sincera
.Ingeniosa . Terca . Despreocupada

4. Dibuja un plano del edificio donde está ubicado el escondite que sirvió de refugio a Ana
Frank, su familia y sus amigos los Van Daan. Apóyate en la descripción que hace Ana en
su diario el jueves 9 de julio de 1942.

5. Explica el significado de las siguientes expresiones extractadas de la lectura:

a. Varios amigos me echaron completamente a perder.________________________


______________________________________________________________________
b. Con esto he llegado al meollo del asunto: no tengo tal verdadero amigo. _________
______________________________________________________________________
c. Hay algunos que me envían besos o que tratan de tomarme el brazo, pero esos
equivocan el camino.___________________________________________________
________________________________________________________________________
d. En mi opinión, la cuarta parte de la clase debería ser reprobada, pero los profesores
son la gente más caprichosa del mundo, quizá por esta vez tengan siquiera “caprichos
buenos”. _____________________________________________________________
______________________________________________________________________
Salta a la vista que Harry se ha enamorado de mí. Yo lo encuentro divertido para
variar. _______________________________________________________________
____________________________________________________________________
e. Teníamos que irnos a todo trance. Todo lo demás no contaba para nosotros,
únicamente escapar y llegar con bien. _____________________________________
f. No tenemos ganas de oír sus jirimiqueos por su hermoso servicio de mesa y las lindas
sillitas que dejó. ________________________________________________________

6. Las palabras presentadas a continuación, están agrupadas en conjuntos. Asigna un


nombre a cada uno de ellos. Construye otros conjuntos.

a. Rizados_____________ l. una chaqueta__________________


b. Juego des salón ____________ m. prendedor _____________
c. Dos chalecos______________ n. un abrigo de verano _____________
d. Pañuelos _______________ o. zapatos de cintas _______________
e. Tres calzones _____________ p. rompecabezas ________________
f. Un vestido ________________ q. una boina ________________
g. El diario ________________ r. peines _____________
h. Caramelos _______________ s. libros de lectura ____________
i. Libros de clase ____________ t. una bufanda ______________
j. Una falda ______________ u. viejas cartas ________________
k. Chocolates _____________

7. Realiza en una hoja c.c. un resumen de la obra, teniendo en cuenta los hechos más
importantes, de manera que cualquier persona pueda entender lo que sucedió.

8. Existen personas que escriben “diarios”, otras a quienes les gusta leerlos y otras a quienes
no les gustan. ¿En cuál de estos grupos te ubicas? ¿Por qué? ______________________
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

9. Completa los datos que faltan, para llenar el siguiente registro de los acontecimientos más
importantes en la vida de Ana Frank.
Sucesos Edad de Ana
Fecha Frank en años y
meses
a. Sus padres emigraron a Holanda

b. Empezó la escuela

c. La abuela fue a vivir con ellos

d. Ingresó a la secundaria

e. Murió la abuela

f. Empieza a escribir su diario

g. Se refugian en su escondite

h. Recibe su primer beso


10. En una hoja block carta, realiza un dibujo para ilustrar la lectura.

11. Selecciona la palabra que no encaja dentro del grupo. Explica por qué.

. Esconder . Seguro . Escasez


. Ocultar . Arriesgado . Pobreza
. Encerrar . Peligroso . Miseria
. Descubrir . Expuesto . Abundancia
. Refugiar . Aventurado . Penuria

12. Realiza una visita a la biblioteca y busca información acerca del origen del conflicto entre
alemanes y judíos. Elabore un mapa mental o mapa conceptual y explique el conflicto.

13. Responde las siguientes preguntas:

a. ¿Qué actividades realizarías si hubieras estado en el lugar de Ana Frank? ________


______________________________________________________________________
b. ¿Qué empacarías si tuvieras que esconderte con tu familia por tiempo indefinido?
______________________________________________________________________
_____________________________________________________________________

c. ¿Crees que la familia de Ana Frank tenía una opción diferente a esconderse? ¿Cuál?
¿Por qué?_____________________________________________________________
_________________________________________________________________________

d. ¿Cómo te imaginas que terminó Ana su diario? Escribe un párrafo al respecto.


_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________

14. Realiza un resumen de la lectura que contenga los siguientes aspectos:

a. Título: _______________________________________________________________
b. Autor: _______________________________________________________________
c. Argumento___________________________________________________________
_______________________________________________________________________
_______________________________________________________________________
________________________________________________________________________
d. Personaje que más te gusta y por qué _______________________________________
________________________________________________________________________
e. Personaje que te gusta menos y por qué _____________________________________
_________________________________________________________________________
f. Ambiente en que se desarrolla la obra. ______________________________________
________________________________________________________________________
g. Impresión que te causó la lectura. _________________________________________
________________________________________________________________________
h. Tiempo en que se sucedieron los hechos ___________________________________
________________________________________________________________________
i. Problemática fundamental que plantea la lectura. _____________________________
______________________________________________________________________
________________________________________________________________________
j. Juicio Valorativo del texto_________________________________________________
______________________________________________________________________
k. Intención del autor al escribir el
diario._____________________________________________________
15. Encuentra en la sopa de letras las siguientes palabras:

G T J O N E A B J X R A M O
Alemania
A G N T J O H S E R E P O L
Holanda
L O A K S R I E F R H A N W
Fráncfort
E N Z S I V T D G A E R T E
Hilter
M E I Q O T L Y E N N D E S Nazis
A K S I N I E J S C E S S T Fanático
N J U D I O R O T K S A S E Sionismo
I Y R B S F A N A T I C O R Gestapo
A P U W M U N M P I M T R B Montessori
D I Z A O Y O L O P I R I O Westerbork

H O L A N D A L C O Q U E R Judío

E M F R A N C F O R T R I K rehenes

16. En diferentes partes del diario, Ana se cuestiona varios aspectos de su vida:
a. Aparentemente no me falta nada. Pero con mis amigos sólo puedo divertirme, los
chistes de siempre… Parece que no pudiera de veras haber un verdadero
acercamiento… este es mi problema.
b. En mi opinión, la cuarta parte de la clase deberá ser reprobada, pero los profesores son
la gente más caprichosa del mundo, quizá por esta vez tengan siquiera “caprichos
buenos”.
c. Le pregunté a Margot si me encontraba muy fea. Me dijo que soy atractiva y que tengo
ojos bonitos. Bastante vago. ¿no te parece?
d. He leído algunas plegarias en alemán, por compromiso. Son hermosas, pero no me
dicen gran cosa. ¿Por qué me obliga a ser piadosa sólo para complacerla?
e. Mamá está terriblemente nerviosa, lo que me augura un mal rato. ¿Será únicamente
suerte el que sea yo quien sufra las consecuencias y nunca Margot?
f. Papá no debía haberme reprendido sin conocer la causa de nuestra discusión.
g. Llevo en el alma el ideal de la esposa y la madre perfecta, y de este ideal mi madre no
tiene ni trazas.
h. ¿Habrá padres capaces de satisfacer enteramente a sus hijos?
Aplica estos cuestionamientos a tu vida y describe para cada uno tu sentir: ¿Te ocurre
algo similar? ¿Tu caso es diferente? ¿Cómo te sientes con respecto a cada uno de los
ocho aspectos? Escribe en tu cuaderno todo lo que te venga a la cabeza y luego
muéstraselo a tu mejor amigo(a), a tus padres o si lo prefieres a tu maestra(o).

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