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SIMÓN BOLÍVAR

Mucho se ha dicho y escrito sobre nuestro Simón José Antonio de la

Santísima Trinidad Bolívar Palacios, en algunos hechos coinciden los

autores como que nació un día sábado con fecha 24 de julio de 1784,

hace 239 años, que provino de una familia acomodada de la época con

una importante fortuna, perteneciente a la casta de los “Mantuanos” (Juan

Vicente Bolívar y Concepción Palacios, sus padres) que a su vez eran los

descendientes de los españoles nacidos en América, quienes tenían

derechos limitados en cuanto a manejo de la política en ese período.

Los cargos de gobierno importantes solo podían ser ejercidos por los

españoles peninsulares, por lo tanto, los criollos se dedicaron a la

agricultura, la industria y el comercio, pero solo el comercio local, ya que

las exportaciones solo podían ser hechas por los peninsulares.

Tuvo una vida bastante trágica nuestro padre libertador pierde a sus

padres a temprana edad, luego se casa muy joven (de apenas 18 años)

con María Teresa del Toro en Madrid, en 1802 y su esposa muere

después de la boda en 1803. Este hecho marcó tanto su vida que decidió

no casarse más. Pero este hecho significativo también lo empujó a

dedicar su vida y obra a la independencia de América.


Tuvo insignes mentores como Andrés Bello y Simón Rodríguez,

pero también continuó sus estudios en Madrid, fue un ávido lector sobre

todo en los libros de la Ilustración Francesa. Recorrió España, Francia e

Italia. En esta última hizo su famoso juramento por la libertad de

América del yugo español.

Formó parte de la milicia colonial española llegando al grado de

coronel, cargo que ostentaba cuando ocurren los hechos del año 1810,

cuando se proclama la independencia de la Capitanía General de

Venezuela del Reino de España, cuyo trono estaba usurpado por José

Bonaparte, el hermano de Napoleón. Este periodo no fue fácil pero ya se

veía el genio del pensamiento de Bolívar cuando algunas voces pedían

paciencia y esperar que los acontecimientos de España se resolvieran, y

en julio de 1811, lanza la siguiente declaración:

“¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o

que los conserve, si estamos resueltos a ser libres? Esas dudas son tristes

efectos de las antiguas cadenas. ¡Que los grandes proyectos deben

prepararse con calma! Trescientos años de calma ¿no basta?… Pongamos

sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es

perdernos.”
Hoy ya 212 años de aquella proclama. A partir de allí brilla con más

fuerza el intelecto del Bolívar con su pensamiento libertario,

integracionista, con la visión de una Hispanoamérica unida. Que vemos

como resplandece en el Manifiesto de Cartagena, donde expresa:

“Corramos a romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen…

siempre esperando su salvación de vosotros; no burléis su confianza; no

seáis insensibles a los lamentos de vuestros hermanos. Id veloces a

vengar al muerto, a dar vida al moribundo, soltura al oprimido y libertad

a todos.”

Luego, en la Carta de Jamaica, Bolívar vuelve a proponer la unidad

hispanoamericana:

“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo

una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el

todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión,

debería por consiguiente tener un solo gobierno que confederase los

diferentes Estados que hayan de formarse....”

Bolívar se consagra como defensor de la Ley y la Justicia y ante el

Congreso de Angostura expone lo siguiente:


“La naturaleza hace a los hombres desiguales en genio,

temperamento, fuerzas, y caracteres. Las Leyes corrigen esta diferencia

porque colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la

industria, las artes, los servicios, las virtudes, le den una igualdad ficticia,

propiamente llamada política y social…

…El sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce mayor

suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social, y mayor

suma de estabilidad política…

…Un Gobierno Republicano ha sido, es, y debe ser el de Venezuela;

sus bases deben ser la Soberanía del Pueblo: la división de los Poderes, la

Libertad civil, la proscripción de la Esclavitud, la abolición de la

monarquía, y de los privilegios.”

Más adelante en el mismo discurso, el Libertador resalta la

necesidad de la educación y expresa:

“La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor

paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una República,

moral y luces son nuestras primeras necesidades.”

Fue un personaje sin comparación nuestro Simón, el Simón de

todos, el Simón nuestro de cada día.


Para Bolívar lo fundamental en nuestra condición de país, de nación,

es la independencia del yugo de cualquier poder extranjero, de cualquier

tutelaje ajeno a nuestro deseo, en carta dirigida al General Santander del

7 de julio de 1820, cuando se negociaba con España el fin de las

hostilidades, la condición puesta por El Libertador fue:

“independencia o nada”

El pensamiento y obra de El Libertador fue durante ya bastante

tiempo como un culto, colocado en pedestales, así como sus estatuas, un

mito de un semidiós, que surgió por un designio de La Providencia. Su

condición humana y revolucionaria fue omitida. Como decía el cantor Alí

Primera: la oligarquía enemiga de Bolívar creo este culto para asegurarse

“que estuviera bien muerto”.

A los 208 años de su nacimiento, por los años 1990, sus ideas y

pensamientos son rescatados por los patriotas militares que acompañaban

al Comandante Hugo Chávez, surge el movimiento bolivariano entre los

jóvenes militares y de allí como una chispa en medio de una sabana seca

se encendió la pradera. El pensamiento bolivariano cuaja y sus ideales

resurgen nuevamente, hasta hacerse una República Bolivariana con su

Constitución Nacional Bolivariana: y, ahora todas las cosas dignas llevan


el nombre de El Libertador: una escuela bolivariana, una universidad

bolivariana, un municipio bolivariano, un ejército bolivariano, entre

otras.

Ya no es un simple ejercicio intelectual, es una realidad concreta,

aun no acabada, pero si en proceso de construcción. El Bolívar de todos

es la nueva guía que ilumina el futuro histórico del País.

Sin embargo, los enemigos de Bolívar no cesaron en su empeño de

hacerlo algo de adorno solamente. Los que sirven a intereses mezquinos

y oscuros, decidieron banalizar y en muchos casos demonizar símbolos

de nuestra identidad como ciudadanos y paisanos: cambiaron los colores

de nuestra bandera nacional tiñéndola de negro, colocándola al revés ,

burlándose del significado de la patria.

Toda una campaña destinada a destruir en nuestro subconsciente,

esos conceptos que nos identifican como venezolanos y bolivarianos.

Pero, se han equivocado y siguen equivocándose en creer que Bolívar

volverá a los panteones y pedestales, Bolívar ahora vive dentro de cada

hombre, cada mujer y cada niño, que se identifican con ese grito de

“INDEPENDENCIA O NADA”.
Los que pidieron invasiones militares, los que solicitaron sanciones

y bloqueos económicos y diplomáticos para aislar al estado venezolano,

los que con una “marioneta” pretendieron desconocer el orden

constitucional, son los mismos que ayer apostaban al realismo, aquellos

que en las guerras intestinas marchaban con lo “godos” oligarcas; ayer

caminaron con los Estados Unidos y la Unión Europea para atropellar al

pueblo bolivariano, quitándoles las posibilidades de vender petróleo y

otros bienes; para impedir que se pudieran comprar medicinas, alimentos,

repuestos e insumos industriales, para que así cada día, nuestra economía

nacional fuera decayendo, como en efecto ocurrió, pero el pueblo sabio

sabe que ahora Bolívar es su guía nuevamente hacia la independencia

total.

Hoy Simón Bolívar es la antorcha que alumbra el camino que

decidió tomar el pueblo venezolanos en las urnas electorales en 1998, en

el 2000, en el 2006, en el 2012, en el 2018, y así marcharemos con el

legado imperecedero de El Libertador, construyendo, sí, una patria

bolivariana y acercándonos a nuestros hermanos americanos para

construir la Patria Grande.

¡Viva Simón Bolívar y su legado!


¡Viva la República Bolivariana de Venezuela!

¡Viva el pueblo bolivariano!

¡Independencia o Nada!

¡Venceremos!

Muchas Gracias.

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